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Desafíos del docente rural en el actual escenario educativo

Enviado por Mery Márquez


Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Resumen
  2. Introducción
  3. ¿Desde dónde ubicar los desafíos del docente rural en el actual escenario educativo?
  4. El docente con desafíos- el desafío – espacio rural – sobreideologización – sociedades excluidas
  5. Desafíos reales
  6. Momentos reflexivos finales
  7. Bibliografía

Resumen

Los desafíos del docente rural en el actual escenario educativo, es una línea de investigación que plantea el estudio critico-reflexivo de las situaciones problemáticas y deficiencias enseñadas y aprendidas por generaciones y que hoy en día, se replantean en procesos educativos repletos con el mismo formalismo y estructuralismo que busca actuar sobre el hombre y las sociedades rurales de manera de seguir acentuando las nociones de olvido, abandono y de pobreza. Para dar forma y fondo a este trabajo, se apoyó en el estudio minucioso acerca de ubicar los desafíos como premisa para el consiguiente análisis, generando un conjunto de propósitos con los cuales se emprendió la búsqueda seguido de un cuerpo de experiencias metodológicas que dieron cuerpo y paso al proceso indagatorio con la aplicación de un instrumento estructurado como entrevista con una pregunta abierta, que sirvió para que los entrevistados dieran sus reflexiones, y por supuesto ayudaran a ubicar los desafíos a partir de sus experiencias como docente de lo rural; de igual manera, se indagó acerca de un conjunto de terminologías, definiciones y conceptualizaciones que forman parte del cuerpo de conocimientos que sustentan la propuesta; el docente con desafíos, caracteriza el perfil y las condiciones que debe poseer el individuo que llega a enseñar en lo rural y se posesiona de retos; el desafío, constituye el elemento conceptual que logra ubicar y describir la posición que ha de conformar la orientación y el soporte con el cual hay que plantear el trabajo. El espacio rural, la zona de conflicto y del esfuerzo por sincerarlo con algo lógico y real; la Sobreideologización, representa la lucha ética y moral aprendida y exagerada que da pie al ruralismo y a la ruralidad; sociedades excluidas, es el resultado antagónico de un ayer y un presente peligroso que atenta a lo humano.

Palabras claves: Desafíos, espacio rural, Sobreideologización, sociedades excluidas.

Introducción

A los docentes que laboran en los espacios rurales, les acompaña toda una serie de incertidumbres y situaciones algo complejas, generadas por problemas educativos, sociales, políticos, culturales y sobre todo, el ocultamiento del hombre como ser de cambio; este cúmulo de razones y otros tantos, lo ha llevado a planear y a asumir grandes desafíos que le ayuden a emprender confrontaciones racionales para lograr transformaciones que se materialicen en éxitos generacionales; aún sabiendo que en estos lugares existen diversidad de pensamientos y acciones que pueden en algún momento revertirse en aprendizajes para continuar con el quehacer cotidiano para lo rural.

Para tratar los Desafíos del Docente rural en el actual Escenario Educativo, se hizo necesario trabajar con un enfoque Critico-reflexivo, para establecer estrategias para el análisis de las situaciones y experiencias socio-educativas que se producen en lo rural como el espacio natural que se erige sobre lo humano, y donde el docente, es una de las figuras responsable de lo que escolarmente ha sucedido, de lo qué sucede y por lógica, lo qué vendrá; complejidades producto del componente educativo con el cual se ha servido la propuesta de estudio, por ser el docente quien juega un papel decisivo; frente a este cumulo de negaciones al hacer educacional de progreso, se visualiza una propuesta de idea de un docente con desafíos, para la conjugación activa de actuar con determinismo y acción sobre el logo escenario educativo instalado en lo rural.

Para dar definición y orientación lógica a la estructura del cuerpo de contenidos y conocimientos que componen el trabajo, se hizo un recorrido por los lugares denominados rurales, de donde partieron las interrogantes iniciales como las que se hacen durante la presentación de cada aspecto involucrado en el estudio, son planteadas como base para la búsqueda de "verdades"; aunque se sabe que encontrarlas sea parte de lo imposible de los desafíos, pero no hay dudas que a partir de estas interrogaciones, se dio comienzo; ¿Dónde ubicar los desafíos del docente en lo rural? ¿Posee las condiciones educativas y personales generales como mínimas el docente para la función que le corresponde cumplir en estos lugares? ¿Tiene idea de lo qué hay que desafiar? ¿Cuenta con premisas indagatorias de los problemas socio-económicos como afectivos para llevar a cabo acciones investigativas? ¿Maneja datos de lo que se ha hecho y hace por educación? ¿Sabe de la existencia de las recónditas debilidades y deficiencias que predominan en los procesos básicos para llevar acciones de la enseñanza y del aprendizaje? ¿Cuenta con la disposición y voluntad de retar nociones implantadas por sub-culturizaciones que asumen la existencia de seres humanos que tienen por identidad la exclusión, el abandono y la pobreza como formas de vida? ¿Sabe el docente de lo rural que en estos lugares hay sociedades que piensan, sienten, actúan y se mueven con la esperanza de que lo que llegue por sistema educativo, representa un modelo suscrito conducente a formar un algo explicito rural?. Es posible que no halle respuestas en muchas de estas interrogantes, más aún cuando coexisten elementos que hablan y dicen otra cosa.

Preexisten claves indagatorias que dieron forma y fondo al trabajo, entre ellos: el docente con desafíos, el desafío, espacio rural, sobreideologización, sociedades excluidas; todas estas líneas exploratorias imprimen un carácter de sumo interés por cuestionar y desafiar el llamado mundo rural, cosmovisión que de una manera u otra, se constituyen en realidades "reales" como imperativos temáticos que sitúan en un plano discursivo-analítico-reflexivo la confrontación que interesa asuma un docente mistificado por lo rural.

Igualmente está presente una especie de rarefacción cultural sobre una especie de experiencias mágica-mitológicas que recogen de los docentes un tipo de aportes y datos de convivencia rural que para cuestiones de la investigación, son piezas relevantes; datos apilados de entrevistas derivados por la idea indagatoria, resultados que forman elementos constructivos y que dieron pie al análisis crítico-reflexivo que se plantea como ejercicio. Las opiniones dadas reflejan inquietudes, conocimientos y muchas sugerencias, todas forman parte del contenido que ayudó a resolver los propósitos iniciales.

Así mismo, en el cuerpo del contenido de esta investigación, hay un análisis de las acciones de las cuales mantienen al docente en lo rural, de una visión amplia y problematizadora que se hace a los espacios rurales como a las diferentes acometidas cuestionables de discursos educativos desarrollados en la escuela por docentes sin los mínimos criterios por crear desafíos.

Por último, se presentan momentos reflexivos finales, no concluyentes, que más bien forman parte de la idea de dejar abierta la indagación para futuros trabajos que respondan a esta línea de trabajo.

CAPÍTULO I

¿Desde dónde ubicar los desafíos del docente rural en el actual escenario educativo?

Un significativo número de docentes en la actualidad, "ignoran" las distintas realidades que coexisten en el espacio de lo rural; al usarlas como "recursos" estratégicos para educar y para moverse en el hacer escolar con conocimientos reproducidos, descuidando categorías de vivencias, cultura, estilos de vida, historia, creencias, costumbres y todo aquello de lo cotidiano que procede de lo rural.

Es posible que lo que hace como práctica pedagógica, no cuente con contacto de los contextos, lo domine las apariencias formadas en el conjunto del espacio, obvie características socio-educativas sencillas, perciban formas de cultura atadas a la extraña vocación generacional de perpetuar lo rural como herencia y riqueza humana. Aquí, lo contemporáneo habla más de lo mismo, dice la misma cuestión de lo "real", aquella que se muestra dispersa en territorios geográficos considerados por la discursividad actual como ejercicio formativo para educar en y para lo rural con pretextos de desarrollo y progreso.

Para el docente de lo rural, le apremian diferentes situaciones de rigor por asumir y para ubicar desafíos, en un primer intento, está el ejercicio interpretativo de saber que "En las sociedades campesinas no hay postración; hay obstáculos o incertidumbres, pero también, hay actividad, hay movilización, imaginación e iniciativa". (Warman, A. 1998. p.19). En tal sentido, el docente y la acción educativa para lo rural, con la que llega formado, ha de estar definida para ir a la confrontación y discusión por construir actos pedagógicos cónsonos a las necesidades e intereses que surgen de las realidades rurales, ¿cómo hacerlo?, a través de la investigación, contacto, captura y práctica de acciones que permitan desarrollar conocimientos válidos para lo escolar, lo social, lo humano; mancomunados a su vez, con debilidades, fortalezas y oportunidades por transformar, eso sí, sin evadir la propuesta de desafiar hasta su propio sentido y valor humano.

A lo rural le asiste una especie de patrimonio de sobreideologización basada en el constructivo de su propia ética y moral, ¿O más bien sensibilidad emocional por el espacio?; de una educación dirigida por lo rural como alternativa para y como necesidad de dependencia por el espacio demarcado y por la implantación estratégica de valores tradicionales y costumbristas muy pocos explotados para la lucha y trascendencia, establecimiento y conducción para la vida; situación originada por la continua aplicación de procesos educativos que son repetidos por generaciones, con intención de seguir actuando con la misma pedagogía, queriendo enseñar desde y para lo rural. Por simple cuestionamiento y reflexión, parece que "Los sistemas educativos formales que llegan a las zonas rurales terminan justo como muchos otros factores por producir pobreza." (CESDER, 1998. p. 20). Esto no es extraño si preguntamos, ¿Desde cuándo se habla de una "Educación Rural"? ¿Por qué lo rural sigue siendo rural? ¿Qué ha pasado con los sistemas educativos formales y los programas educativos alternativos? ¿Por qué aún la gente continúa abandonando lo rural?; en términos generales, los sistemas formales educativos implementados, sólo vienen a cubrir lo rural, la manera de cómo las personas pueden aprender a subsistir bajo condiciones medio-ambientales, a adquirir habilidades para la producción de la pobreza como excusa estimada de valoración y significado de que todo lo que suceda en lo rural, es causa y consecuencia de la educación reutilizada con sentido y mecanismo de ruralidad, de colocar en prioridad subsistemas de trabajo, ocupación y explotación tanto humana, natural y animal como base para "el desarrollo y progreso"; y todo lo referido al crecimiento humano, es estratégicamente realizado en lo pedagógico con enseñanzas centradas en la reproducción del conocimiento sintético, lo que ha originado las sociedades productoras de pobrezas.

El docente y los sectores de lo rural, siempre han jugado un papel importante, sobre sus hombros han recaído muchas responsabilidades, así como numerosas penurias; pero en contra de la realidad pregonada por la ontología educativa, se observa que lo rural por igual lo ha absorbido y petrificado en el espacio y en el tiempo, ambos han caído en el tradicionalismo de la magia del entorno y de lo cotidiano; en cuanto al docente, éste nunca ha sabido aprovechar la existencia, la vida y lo humano que está a la vista, con rara extrañeza las ignora o las modifica según la facilidad de poder "pasar la clase", igual sucede con las realidades, a estas, las desplaza a la práctica fatigosa de esperar con la "esperanza", con poco interés de producir y mejorar el constructivo de los procesos educativos elementales con los que el hombre aprende; el docente no enfrenta realidades, pinta realidades, desdibuja a la sociedad, poco hurga, poco encuentra; hay razones de peso en pensar en lo que R. Follari (1996) expresa en su libro ¿Ocaso de la escuela?, "… si los docentes no son buenos, tampoco lo serán los procesos educativos que ellos protagonizan." (p. 44); la reflexión estremece y puntualiza el choque que hay con la lógica; es pertinente preguntar si se considera estas particularidades observables en muchos de los docentes de lo rural, ¿Estarán los docentes actuando en una especie de círculo vicioso? ¿Si han sido "buenos", por qué no han dado "buenos" resultados los procesos educativos? ¿Qué y cuál proceso educativo es el idóneo para lo rural? ¿Qué determina lo "bueno o lo malo" del docente y el de los procesos cuando lo rural sigue siendo lo rural?

Ahora bien, el éxito que pueda lograr el docente en lo rural, va a depender del conocimiento, formación y contacto que haga con el escenario actual educativo como su relación potencial con lo rural, esta dualidad escénica exigirá buscar en profundidad los aspectos sociales, históricos, culturales como de identidad con los que se ha sostenido y difundido lo rural, así como el componente, estructura, dimensionalidad y factibilidad que ofrece el contexto de la propuesta actual de educación, retando toda esta trilogía: docente-educación-lo rural, desde el mismo acontecer de lo rural. Esta exigencia imprime la búsqueda de la "verdad" rural, la que está allí, la que habla y orienta hacia el desenlace de actos humanos como de eventos para el desarrollo y transformación, y quizás, de evolución; de lo que surge como petición frente a lo que por derecho corresponde al hombre y a las sociedades de lo rural; hay compromiso de hacer dialogante a la miseria con la oportunidad de crecer, a la pobreza con las posibilidades de triunfo.

No es estado de conciencia heroica con matices épicos los que están presentes en el docente de lo rural, es un estado de compromiso unísono mayor que tiene por deformar el método de enseñanza existente, por romper con la rutina de la lección formal, la exagerada práctica memorística, la de la explotación del conocimiento dirigido a petrificar al hombre del mañana en una realidad establecida; lo que hace pensar e interrogar, ¿Tendrá este docente las estrategias necesarias para desvanecer lo rural? ¿Cuáles estrategias serían las que condescenderán para construir nuevas formas de pensar por intentar producir la génesis de nuevas sociedades dentro de lo rural, con visiones de cambios, con más conocimiento y sentido del entorno, con disposición y voluntad? Todo lo contrario a esto, es solo "pasatiempo", es solo una especie de costumbrismo de conducirse bajo la orientación de razonamientos completamente elaborados para evitar confusiones y seguir en las tradicionales fronteras del saber constituido.

Los desafíos en el escenario de lo rural son muchos, ubicarlos, plegarlos, desplegarlos y replegarlos, representa ser cuestiones interesantes y alentadoras que motivan el activo y la dinámica de actuar con esfuerzos y bajo constantes confrontaciones ante el actual escenario educativo; a todo esto, el desplazamiento de la duda instala por momentos el pensar por saber ¿Son los desafíos en verdad desafíos?; cierto seria, que si el docente de lo rural no se renueva y enfrenta el contexto actual de lo educativo, "…irá lentamente perdiendo vigencia para apagarse sin pena ni gloria." (Follari, R. 1996, p. 9)

Existe una marcada ansiedad por buscar e interrogar otras realidades que consientan plantear y revisar lo referente a la formación docente y su relación potencial posible, que genere posiciones pedagógicas tendentes a captar y confrontar procesos educativos que han dado forma y continuidad a lo rural; lo anterior, proviene de la visión crítica que se ha venido formulando acerca de los egresados de la UPEL en referencia a la formación adquirida para conducirse en cualquier ambiente educativo, en contraste al tenso y frío contacto que demuestran hacia lo rural, ¿A qué se debe esto? ¿Qué se está formando como docente? ¿Cuál concepción de educación se apodera de lo integral, si cuando se enfrenta lo rural, lo educativo-formativo se desintegra? ¿El recetario de asignaturas propuestas por pedagógicos u otros institutos, flexibilizan lo teórico de manera antagónica a la práctica? ¿Asume el docente la percepción propia hacia las realidades rurales y las confronta desde su profesionalidad entendida por formación y condición humana?

Revisar el basamento teórico y práctico, los lineamientos; las estrategias metodológicas, evaluaciones, fines y metas que sustentan la formación docente desde el punto de vista de la critica constructiva, de la instrucción, de la "preparación" y formas de investigar lo presente en las realidades rurales, no como hechos aislados e inseparables que agreguen conocimiento y experiencia a lo formativo; hay suficiente ruido para pensar y saber que sólo existe contrariedad, que coexiste la "capacitación" como noción de cualquier contenedor posible de llenado; ¿Será que hay que asumir esta "capacitación" como una línea de depósito de contener y retener capacitación?, dejar lo formativo con la visión de lo rural como:

… conocimiento empírico, es decir, no tautológico, tan sólo conocimiento de hechos en particular de hechos atómicos,… que terminan siendo configuraciones de objetos tales como espacios, tiempo y color. (Hume, 2000. p. 158).

Un algo vacío y sin relevancia está integrando modelos de docentes que exponen no poseer vinculación con las exigencias, necesidades e intereses de las sociedades de lo rural; pero igual existe y es evidente que hay intenciones claras por sacudir lo establecido con retos e intentos de buscar otras posibilidades y perspectivas que faciliten el acercamiento y el contacto del estudio de lo rural como espacio que puede estar presente en el currículum de estudio que rige y norma la formación docente; su inclusión no debe ser otra disciplina del saber, sino la dimensión formativa por el gusto generacional de provocar profundos cambios en lo rural; lo que conduce a pensar en la organización como aplicación de métodos y metodologías asentadas en secuencias y en continuidades de ideas que se escurran desde estados acabados hacia el inicio de un nuevo estado que supere cualquier cambio, de manera tal, que en cada movimiento, los procesos adquieran mayor complejidad, y por supuesto, mayores desafíos; en otras palabras, que de una formación a otra, haya tensión y conflicto; ahora bien, ¿Qué indica y determina que algo acaba y puede iniciar otro?, lo complejo sitúa la apreciación y mueve esta posibilidad.

Todo parece ser que la formación docente se encuentra en la búsqueda de una definición, ciertamente, formación derivada de un modelo del currículo implantado que da a entender un significado único, pero en serie; lo que explica que toda formación docente está dada bajo estrictas condiciones controladas por la depurada transcripción de saberes teóricos con menos habilidades, que ya antes de salir al campo de trabajo, se sabe lo que será su futuro desempeño; asumiendo esto como evidencia, ¿Cómo será su papel de docente en el contexto de lo rural? ¿Habrá el contacto significativo entre el entorno, cultura, historia y sociedad con este docente pulido en el saber académico de la institución?; algo si es real, el choque es inevitable, el modelo con el cual la formación docente conversa, esta muda de lo rural; aquí comienza la confrontación, el juego de adaptaciones y la sobrevivencia docente.

En los sistemas de formación docente actual, hay claros indicios de que no existir el mínimo acercamiento de lo teórico y lo práctico con lo rural; o por lo menos, como fuente de información de lo que sucede como producción educativa. Hay ausencia comunicativa total de diálogos que aporten elementos constructivos efectivos para conseguir dinamizar todo sentido de aproximación que configure un docente consciente de lo rural; para lo cual, el mismo Freire, P. (1993) expresa que:

…es preciso no olvidar que hay un movimiento dinámico entre pensamiento, lenguaje y realidad del cual, si se asume bien, resulta una creciente capacidad creadora; de tal modo que cuanto más integralmente vivimos ese movimiento tanto más nos transformamos en sujetos críticos del proceso de conocer, enseñar, aprender, leer, escribir, estudiar… (p. 6)

Comprender esto, ayudaría mucho a cambiar la formación docente y la visión poco definida de lo rural, si el activo del lenguaje descubierto indicara relaciones comunicativas generadoras de nuevas normas en la formación docente, se añadiría al componente de estudio, más elementos con sentido y pertinencia a lo rural, lo que podría concretar articulaciones sencillas y metódicas al integrar las realidades de lo rural; procesar información educativa que contribuya a modelar docentes más conocedores y próximos al hecho rural, que por igual le ayude a educar desde estas dimensiones, siempre considerando que "…desarrolla justamente este proceso abierto en el que a través de la relación con las formas nobles, fecundas y hermosas de la tradición cultural…" (Larrosa, J., 2000; p.53); lo que dará forma a un estilo de formación para la "formación" distintiva, enriquecida y consustanciada con la docencia que favorecerá el óptimo desempeño en lo rural.

Desde estas perspectivas, lo formativo, puede verse nutrido desde el mismo momento en que lo académico se flexibilice, su dinámica se amplié al añadir partes nuevas de proceder docente en atención a las realidades del quehacer educativo en lo rural; lo que conformará el desafío distintivo al que se viene tratando en el discurso de lo formativo, tratando de producir cambios en los procesos implícitos, y originar neo-formas con mayor relevancia.

Reescribir y entender la formación docente desde y hacia otras dimensiones del saber, que pueda desde lo co-educativo, transformar, sería de mucho interés que como docente, lo docente se desprenda del cotidiano escolástico par ir más allá de la mera formación-capacitación, de la rara manera de instruir en determinadas áreas del saber, acción que se generaría siempre que se asuma que existe un compromiso distinto a la legalidad del título alcanzado o del trabajo por emprender;

… ya la formación general encuentra en cuanto a su forma, en la conexión más estrecha con la formación normal; que no debemos sin más, limitar esta a algunos principios y maximizar a una honradez general, a una benevolencia y aun talante de lo honesto, sino, que hemos de pensar que sólo el hombre formado en general, puede ser también un hombre formado éticamente. (HEGEL, GW. 1991, p.94)

Básicamente, esto explica que en la formación docente no sólo se involucra el sistema de aprobación de un conjunto de disciplinas que aparecen como componentes para lo pedagógico, pero separa dicha formación del sentido de que se es docente para cualquier espacio, medio, costumbre, sobre todo, para todas las sociedades; para la cual, la formación docente debería asumir realidades presentes en la diversidad como en la diferencia que hay en las sociedades como hecho que hay que enfrentar, confrontar y ante todo, educar.

La dinámica constante de innovación tecnológica que se sucede sobre todo en la informática, imprime al docente de lo rural, el reto por asumir nuevos compromisos ante el sin número de exigencias de cambios que emergen del actual escenario educativo donde los contextos de actuación cuentan de conveniencias más complejas; minuto a minuto se suscita avance y desarrollo, ¿Pero qué hay en el docente para lo rural? ¿Se está actualizando? Lo cierto es que en todas estas cuestiones, se observa que ante la avanzada tecnológica, existe en este docente la separación entre los conocido y lo desconocido, aún más, en el conocer, proceso que exige a quien en lo rural enseña, contactar la realidad integral y lo global, donde no existe excusa alguna para evadir su incorporación al proceso educativo que le corresponde como docente, ¿Será desafío para el docente de lo rural, o el complejo sistema creado de evasión para no confrontarlos? ¿Seguirá en tensión con lo tradicional como justificación para sostener lo insostenible? ¿Ignorará por ignorar el presente por temor al futuro inmediato? ¿Enfrentará lo contemporáneo como necesidad de formación, entendida esta como estrategia para fundar desde lo social y desde lo tecnológico? Estas interrogantes invitan a reflexionar acerca del actual escenario educativo que en mucho compromete al docente de lo rural; desafío que no puede evadir, es la oportunidad de hacer demostraciones de idoneidad y de apego al compromiso de educar.

Si el docente de lo rural pensara desde la limitación o desde el raciocinio elemental como manera de exclusión de su normal capacidad de razonar, que no todas las cosas cambian, de que el mundo se mantiene en leve movimiento circular, de seguro se fosilizará y será ejemplo más de lo que pudo ser y no fue.

La aparición de medios de comunicación con raras formalidades para el consumo, describe comportamientos que se piensan como cambios, lo que profundiza el aislamiento docente en relación al espacio rural y de su gente, por lo tanto, muestra valores distintos al apropiamiento desmesurado del avance tecnológico, lo que genera direcciones como actuaciones más alejadas de lo humano, desde esta posición, lo democrático se deformaría; es así como el docente y lo rural como protagonistas de su educación, deben ser los propios vigilantes como orientadores ante los continuos cambios de estas avanzadas, conducir lo rural hacia nuevas perspectivas de vida con más sentido de lo humano, de lo democrático y de la transformación. Para el docente, su desafío inicia por comprometerse, configurar, organizar, planificar, ejecutar y evaluar la acción emprendida por la educación en lo rural; alentar el dinamismo, intentarlo no es abandonar el camino pasado, es deformarlo en el presente, es construirlos con visión de futuro.

Justificación.

El actual escenario educativo, plantea encuentros que exigen dinamismo, visión de cambio con hechos concretos que favorezcan la formación de personas más consustanciados con su entorno y con su por-venir, con un "Ser" más humano, conocedor de las dimensiones de lo posible, apto para el desempeño social y armonía ciudadana; de un "Ser" generador de espacios mutables que lo conlleven a la siempre evolución.

Tal situación plantea, que los principales actores de quehacer educativo, los docentes, sumen desafíos extraordinarios por creaciones educativas dirigidas a cambiar, a la movilización de la voluntad de "Saber", hacia horizontes más humanistas y humanos trascendentales; de allí que, esto represente para el docente de lo rural, un gran reto, porque su acción de trabajo exige más por las connotaciones tiempo-espacio, del sujeto en sociedad que le corresponde educar. Fragmentar paradigmas dogmáticos de la educación, del apropiamiento del colectivo con imagen o representación calificativa de la vida, de "Ser"; señala adopciones a su rol de docente de lo rural, de estrategias innovadoras, del pensamiento pluralista, del acto transformador; y quizás, de deformador para formar en lo racional.

Desafiar lo establecido en lo rural, es todo un reto para el docente localizado en este espacio, los escenarios actuales de lo social y lo educativo, representan el incentivo, el aporte; o quizá, un nuevo fracaso, pero transgredir dominaciones, son esfuerzos loables por confrontar el pensar fósil, el sentir petrificado instaurado por anteriores y presentes tendencias del hacer educativo, asimilado con propiedad desde lo rural.

El papel del actual docente de lo rural, germina de la idea por condescender con un "Ser" más práctico y multi-dimensional, que logre desde lo epistémico, provocar y transformar al hombre como su sociedad; que niegue la visión de la ecuación sin esencia, que desafíe el compromiso mismo de alcanzar hombres existenciales con fortalezas en si mismos, y vida para lo grande.

Propósitos.

  • Reflexionar acerca de las acciones del docente de lo rural frente al actual escenario educativo,

  • Problematizar el espacio rural, partiendo de la cotidianidad de las escuelas, el docente y del discurso de lo educativo.

  • Desarrollar estudios y acciones teóricas-prácticas conducentes a la formación del docente en lo rural, con atención al actual escenario educativo.

Experiencias metodológicas.

El presente trabajo es del tipo de investigación de campo, que se ejecutada para conformar la ordenación discursiva como al componente de análisis-crítico-reflexivo, se consideró las experiencias metodológicas como modelo de abordaje y tratamiento para cada situación planteada; género investigativo que a partir de las consideraciones empíricas, conceptuales, de reseñas, opiniones, comparaciones y ubicación cronológica de las realidades "reales" involucradas, se construyó el cuerpo general de conocimientos, todos ellos, en base y concordancia al Manual de Trabajos de Grado de Especialización, Maestría y Tesis Doctorales (2007), editado por La Universidad Pedagógica Experimental Libertador, que como producto de la indagación, sostiene que "Según los objetivos del estudio propuesto, la Investigación de Campo puede ser de carácter exploratorio, descriptivo, interpretativo, reflexivo- crítico, explicativo o evaluativo". (p.18).

La experiencia metodológica indagatoria, en cuestiones procesales, permitió ubicar, contactar y colectar la información directamente de los contextos de donde se suceden como causa-efecto y consecuencia que concibe la aplicación de la investigación; proporcionando otras estrategias que ayudaron a constatar y dar veracidad a los datos suministrados; siempre en relación a la acción reflexiva-crítica de cómo se han sucedido y de cómo son influyentes en los análisis para constituir en fuerza, forma y fondo el cuerpo de contenidos y de los conocimientos.

La utilización de la Investigación de Campo como experiencia metodológica, representó el modelo que ayudó la orientación que estableció lineamientos para elaborar el instrumento idóneo, con el cual se aplicó la estrategia de manera sistemática y objetiva desde la realidad misma, esto favoreció el empleo de instrucciones metódicas y de procesos críticos-reflexivos conducentes a crear modificaciones en concordancia a los niveles de los planteamientos lógicos propuestos por el investigador.

Para este fin indagatorio, se procedió con la investigación exploratoria, y de acuerdo al modulo instruccional de Técnicas de Documentación e Investigación I, editado por La Universidad Nacional Abierta, dice que esta "…nos permite buscar el tópico de interés, formular el problema y/o delimitar futuros temas de investigación." (p. 54).

Con este tipo de investigación, se pudo obtener la información necesaria y pertinente al hecho de estudio planteado; la diversidad y la diferencia marcaron la pluralidad, su valor fue indispensable para la conformación general del análisis tema.

El Instrumento como experiencia metodológica.

La recolección de información, contó con el diseño de un instrumento que exteriorizó características particulares como muestra del esquema para la innovación. Particular porque su estructura está basada en una pregunta clave de tipo abierta, directa y general, que se hizo a los docentes dentro de un perfil de entrevista, donde el consultado, dio respuestas de forma escrita a sus impresiones tomando en cuenta las orientaciones acerca del propósito del trabajo de grado; cada docente tuvo la oportunidad de discernir con criterios, opiniones, comentarios; y sobre todo, exponer su punto de vista. Innovador porque se trata de romper con esquemas de entrevistas que han representado una especie de "camisa de fuerza", sin que el entrevistado pudiera expresar de manera libre y espontánea su punto de vista.

En cuanto a la pregunta formulada, esta se planteó con discreciones, de manera que existiera lo anónimo y la pluralidad interpretativa, esto se hizo para que los entrevistados no limitaran sus respuestas; además, para que todos tuvieran la oportunidad de formular sus experiencias y aportes, sin reservas o influjos de parte del investigador al momento de expresar.

Experiencias prácticas con los entrevistados.

Para la selección de los entrevistados, se consideraron tres aspectos básicos no reseñados en el cuerpo del instrumento, pero que forman parte de la exploración sólo como variables referenciales, la autora tiene relaciones de trabajo con los consultados y maneja esta información directamente; estos son: formación profesional, años de servicios y experiencia laboral en lo rural. En cuanto al número de docentes, estos fueron agrupados en tres (3) categorías según los años de servicios, en primer lugar, de uno (1) hasta cinco (5) años, segundo, de diez (10) hasta quince (15) años, y por último, con veinte (20) y más años. Estas variables determinaron y limitaron el universo de docentes, porque en el municipio Caripe del estado Monagas, Venezuela, donde se aplicó el instrumento, hay un promedio de docentes a los cuales no se les puede entrevistar, no hay un número control que permitiera la atención confiable del material; por lo cual, a este universo se le representó en un muestra experimental de diez (10), para lograr dar confiabilidad a los resultados.

A los diez seleccionados se les entregó la entrevista con las orientaciones básicas instrumentales, con el fin de que cada participante estuviera claro en cuáles eran las propuestas indagatorias.

Para la organización de la información obtenida, se tomó en cuenta la relación respuesta-propuesta de trabajo, grado y tendencia de las opiniones, comentarios, experiencias de contexto y significatividad de los aportes; para cada consulta se emplearon experiencias metodológicas critico-reflexivas; destacando aquellos datos que por relevancia cognitiva y empírica, fueron influyentes para el acondicionamiento y acomodación del cuerpo de conocimientos, donde se enuncian las fortalezas e intención del trabajo investigativo.

Dimensión reflexiva de los resultados.

Los resultados obtenidos de la aplicación de la entrevista, representaron un gran aporte para la investigación; la mundialización interpretativa conocida de lo rural, se ha constituido sin lugar a dudas, en uno de los procesos "icono-cognitivo-empírico" con poca aclaratoria del hecho y situación de lo humano y su infinita relación con el medio-ambiente. La evidente presencia de subjetividad, dan color y tonalidades a toda la gama de caracteres y movimientos dan a pensar que existe total paradoja entre el espacio, visto este como una cosmovisión producto de la captura y simulación de lo geográfico sobre lo humano, y el domino del discurso educativo que intenta definir y redefinir lo rural en categorías o clases, de acuerdo a determinados patrones como el de la distribución poblacional, actividad económica, dinámica social y de producción según la localización en el "medio".

Las caracterizaciones e imágenes con las que se intenta visualizar y redelinear con sustantivos y en ocasiones con adjetivos la experiencia propuesta en la pregunta del instrumento, dibuja formas básicas interpretativas que surgen de la vivencia de todos los entrevistados, el marco referencial dialogante entre el saber, conocer y la noción, desvelan posiciones encontradas, y sobre todo, rasgos de profundos estados emocionales que incursionan deliberadamente en cada respuesta. Igualmente, denotan orientaciones y aportes importantes, acentuados en el contexto aula como unidad activa para ubicar los desafíos, ¿Por qué?, la relación de las experiencias indican con claridad, que es el lugar donde se localizan los mayores problemas educativos; otro espacio bien situado, lo señalan en el ambiente familiar, por considerar que la inestabilidad, el efímero concepto del mismo, la incompleta formación entre sus miembros, la falta representativa de algunos de los padres, el bajo nivel instruccional, entre otros, son unidades-plurales que influyen en lo educativo; y por último, lo social, que consideran el contexto poco explotado para el beneficio de la acción educativa, porque casi nunca han logrado la tan anhelada integración, acción, acto importante que hay que desafiar por ser lo social, la escuela que no está sujeta a situaciones académicas y pedagógicas, espacio donde siempre la educación es vulnerada; aquí, la fuerza del docente se pone flácida por el ímpetu del poderío socializador, la cual, mientras no exista otra manera de educarla, esta será certera e hiriente para cualquier reto.

CAPITULO I I

El docente con desafíos- el desafío – espacio rural – sobreideologización – sociedades excluidas

El docente con desafíos.

Los sistemas educativos formales que llegan a los espacios rurales, vienen acompañados de una serie de desvinculaciones en cuanto a las realidades existentes en dicho espacio, aún más, cuando se cuestiona la falta de premisas docentes para asumir nuevos retos en el quehacer cotidiano de la acción educativa de lo rural; es aquí, donde se vislumbra el pensar de un "docente con desafíos" que se haga de compromisos para confrontar los espacios y contextos que le exigen primeramente sensibilidad, equilibrio y condiciones profesionales para lograr transformaciones que impone lo rural; de aquél que sienta que estas sociedades, llámese campesinas o como se les quiera llamar, necesitan de docentes capaces de actuar en relación a sus fortalezas y debilidades.

Es fácil pensar que en estos grupos hay frustración, obstáculos, preocupación, soledades; pero también es cierto que hay sentimientos, luchas, imaginación, actividad e iniciativa, ganas por un progreso o futuro que dimensionan sueños idílicos o reales para sus hijos, pero que al fin son esperanzas guardadas y cultivadas. ¿ Cómo el docente puede asumir estas realidades y enfrentar lo "social" de una sociedad cuando no se sienten retos por confrontar lo establecido, cuando no hay un algo que mueva el saber para generar cambios favorables en estas comunidades?; el docente no viene a dar soluciones ni menos a convertirse en héroe; lo que se espera es que éste, contribuya en base al hecho investigativo, estudio, análisis y comprensión de lo "real" de las realidades, a fomentar la práctica consciente de que todos como humanos, podemos ir más allá de lo que actualmente se tiene por idea de lo que son estas sociedades, y que en ellos hay "…un proceso que aumenta las posibilidades efectivas y las opciones de las gentes para elegir y llevar a cabo cualquier actividad que valorice sus formas de vida". (Muñoz, W. L. A. 2000.).

Un docente con desafíos, debe estar tomado de la mano con los nuevos escenarios tecnológicos y científicos actuales, le corresponde enfrentar una época de conflictos y tensiones entre modernismo y postmodernismos, entre modismos, uso de la Internet, la imagen, la globalización, el discurso de mercado, la inestabilidad de ideologías; y sobre todo, la acentuación generacional de una vocación de lo rural, de la ruralidad y de el fuerte ruralismo que imprime poder de identidad cultural e histórica en comunidades que se han fracturado en el tiempo y en el espacio bajo orientaciones de humanismos "sintéticos", practicados en la frontera de la consciencia inmutable del existencialismos mágico-social.

El reto se pasea por intentos de confrontar el pensamiento establecido, por la idea de sensibilización, por el acto deconstructivo, por la premisa de pensar hombres con libertades, con condiciones de "aprender aprendiendo"; el desafío se ubica en formar hombres, no como "recursos" para el anclaje social en un territorio geográfico, como se viene enseñando y fortaleciendo en las escuelas de lo rural, más bien, el desafió está en esas pequeñas personas que apropiados de condiciones, cualidades y habilidades, necesitan que por lo menos se le enseñe a "vivir la vida" desde sus propias experiencias y aprendizajes. Aquí emerge la idea de figurar un docente desafiante con pensamiento plural, inteligencia emocional, revestido de pedagogía conflictiva, constructiva, confrontadora, forjadora, emancipadora, o de una pedagogía asumida como:

… la pedagogía radical que necesita ser conformada por una fe apasionada en la necesidad de luchar para crear un mundo mejor. En otra palabra, la pedagogía radical necesita una visión que honre no lo que es, sino lo que pudiera ser, que vea más allá del futuro inmediato y vincule las luchas con un nuevo conjunto de posibilidades humanas… (GIROUX, H.1992, p. 236).

El docente movido por una pedagogía radical puede desafiar los espacios rurales, el saber reproducido, la identidad, la cultura, la historia reconstruida por retazos, la incursión del discurso, la fronterización cognitiva de lo rural; y sobre todo, desafiar el proceso educativo implantado con el cual se han reproducido y acentuado todas las deficiencias y debilidades de los procesos elementales de la enseñanza y del aprendizaje.

El Compromiso debe estar marcado, quizá, de un apasionamiento profesional por confrontar todos estos escenarios, de un sentido de posibilidades, de una fuerza por dar y aportar a significados de dignidad, de vida; propiedades humanas que han sido negadas a estas sociedades al privarlas de esperanzas.

El desafío.

Partes: 1, 2
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