Participación de los trabajadores en el capital social y la gestión efectiva de las empresas
Enviado por DOMINGO HERNANDEZ CELIS
Descripción del proyecto
ANTECEDENTES
Los antecedentes son los siguientes:
Romero (2006)[1] presenta diversas formas de participación de los trabajadores en el cooperativismo de trabajo asociado de Andalucía. Los objetivos de esta investigación fueron los siguientes: i) Analizar el funcionamiento del sistema democrático y de las practicas participativas existentes en dichas cooperativas; ii) Analizar la relación entre la problemática psicosocial y económica de las organizaciones cooperativas; iii) Establecer la incidencia de las diferencias individuales sobre el sistema de participación; Analizar la relación entre la cultura organizativa y la participación. Los resultados son los siguientes: i) En la muestra de cooperativas estudiada apenas existe discriminación por razones de seco o edad; ii) Solo una minoría, dado su grado de instrucción o el puesto que ocupa en la organización, puede quedar excluida de la dinámica de participación; iii) El gobierno de las cooperativas se realiza de forma asamblearia, y la mayoría de sus miembros perciben un clima muy participativo en las mismas; iv) La muestra de cooperativas estudiada presenta unos índices de efectividad empresarial bastante homogéneos; v) La mayoría de los sujetos se enfrentan a un tipo de trabajo bastante parecido; vi) Las diferencias dependen del nivel de instrucción y, sobre todo, del tipo de puesto de trabajo.
Albalate (2000)[2], describe la participación eficiente, efectiva y productiva de los trabajadores en la tecnología del sector auxiliar del automóvil de Cataluña. Da cuenta de la forma como los trabajadores en equipo pueden generar menos costos y mayores beneficios para las empresas. Asimismo de su participación en el logro de metas, objetivos y misión de las empresas. El resultado más importante es que los trabajadores son generadores de eficiencia, efectividad y productividad en las empresas.
Hernández (2010)[3], presenta las políticas y estrategias que facilitan la administración efectiva de las industrias textiles. Las políticas son grandes lineamientos sobre recursos humanos, materiales y financieros; actividades, funciones, procesos y procedimientos relacionados con la obtención de las metas, objetivos y misión empresarial. El resultado más importante es referido a que el 96% de los encuestados acepta que las políticas y estrategias facilitan la administración efectiva de las industrias textiles. El objetivo en este trabajo fue determinar las políticas y estrategias que viabilizan la administración efectiva.
Ramírez (2010)[4], señala que la participación activa de los trabajadores es la plataforma fundamental para alcanzar la gestión efectiva. De este modo comenta que la participación puede darse como parte de su trabajo en los diferentes órganos como decisorio, ejecutivos, asesores, consultores, etc.; pero también como accionistas de la empresa, es decir propietario de la empresa a la cual presta su fuerza laboral. El objetivo de este trabajo fue determinar el nivel de participación de los trabajadores en la gestión efectiva de las empresas. El resultado más importante logrado fue que el 94% de los encuestados considera que es conveniente la participación de los trabajadores en los órganos empresariales así como accionistas o socios o asociados.
Chavieri (2011)[5], identifica el problema de su investigación en la falta de economía (altos costos y mínimos beneficios), falta de eficiencia (inadecuada racionalización de recursos), falta de efectividad (falta de cumplimiento de metas y objetivos), falta de mejora continua (no existen programas de cambios cualitativos y cuantitativos) y falta competitividad (como consecuencia de lo antes indicado). Este trabajo fue orientado al siguiente objetivo: Determinar el modelo de gestión empresarial efectiva que facilitará la mejora continua de las empresas del sector comercio. El resultado más importante es que el 97% de los encuestados acepta que la gestión empresarial efectiva facilita la mejora continua de las empresas del sector comercio.
Monrroy (2004)[6], presenta un modelo que contiene el diagnóstico, perspectivas a mediano y largo plazo, objetivos estratégicos, acciones, indicadores y recursos necesarios para la gestión óptima. La planeación se realiza en un ambiente de incertidumbre. Nadie puede saber con plena certeza cuáles serán los ambientes interno y externo de incluso la próxima semana y mucho menos de los años por venir. En consecuencia, debemos elaborar supuestos o pronósticos sobre las condiciones previsibles. Algunos de estos pronósticos servirán como supuestos para otros planes. El término estrategia tiene muchos usos. Es la determinación del propósito o misión y de los objetivos básicos a largo plazo de una empresa, así como la adopción de los cursos de acción y de la asignación de recursos necesarios para cumplirlos. Por lo tanto, los objetivos son parte de la formulación de la estrategia. Las políticas son enunciados o interpretaciones generales que orientan el pensamiento de los administradores en la toma de decisiones. Su propósito es asegurar que las decisiones no rebasen ciertos límites. La esencia de las políticas es la discrecionalidad. Por su parte, las estrategias se refieren a la dirección en que se encauzarán recursos humanos y materiales a fin de acrecentar la posibilidad de cumplir los objetivos elegidos. El principio de estrategias y políticas es que cuanto más claras sean la comprensión de estrategias y políticas y su instrumentación en la práctica, tanto más consistente y efectiva será la estructura de los planes de una empresa. Para ser efectivas, las estrategias y políticas deben ponerse en práctica por medio de planes, tan minuciosos en sus detalles como lo exija la consideración de hasta los componentes más elementales de las operaciones. Las tácticas son los planes de acción para la ejecución de las estrategias. Éstas deben apoyarse en tácticas efectivas. Los diversos insumos organizacionales (personas, capital, habilidades administrativas, habilidades técnicas, etc.) incluidos los insumos meta, son necesarios para comenzar el proceso.
PROBLEMA
De acuerdo con el modelo de investigación el problema se ha identificado en la falta de efectividad de las empresas; es decir falta de logro de las metas, objetivos y misión empresarial.
DESCRIPCION
SINTOMAS:
Se han identificado los siguientes síntomas:
Las empresas no vienen logrando en la forma mas adecuada las metas que se proponen en cuanto a cantidad de productos y calidad de productos.
Las empresas no vienen logrando los objetivos propuestos, relacionados con liquidez, gestión, solvencia y rentabilidad
Las empresas no vienen alcanzando la misión que les compete en cuanto a satisfacer totalmente a sus clientes.
CAUSAS:
Las causas que se han identificado son las siguientes:
Falta de economía empresarial, en el sentido de obtener sus bienes y servicios a los menores costos para sacarles el máximo beneficio.
Falta de eficiencia empresarial, en el sentido de sacarle el máximo provecho a sus recursos humanos, materiales y financieros en el desarrollo de sus actividades, procesos y técnicas empresariales
Falta de mejora continua en el desarrollo de sus actividades, procesos y procedimientos empresariales.
PRONOSTICO:
De continuar esta situación:
Las empresas seguirán agravando su situación al no lograr las metas que les corresponden lograr para considerarse eficientes.
Las empresas seguirán perjudicando su continuidad en el mercado por cuanto no podrán lograr los objetivos mínimos que se proponen
Las empresas no alcanzaran la misión, es decir la razón de ser
CONTROL DE PRONÓSTICO:
En este trabajo de investigación se considera que todo puede mejorar si:
Las empresas consideran la participación de los trabajadores en el capital social
Dicha participación podría darse cuando los trabajadores pasen a ser accionistas de las empresas donde trabajen
También dicha participación de los trabajadores puede darse cuando dichos trabajadores pasen a ser socios de las empresas donde trabajan
Otra forma de participación de los trabajadores en las empresas donde trabajan seria a través de la consideración como asociados.
La participación de los trabajadores en el capital social en cualquiera de sus formas mejorará la economía, eficiencia, productividad, mejora continua y la efectividad.
FORMULACION
PROBLEMA GENERAL
¿De que manera la participación de los trabajadores en el capital social facilitará la gestión efectiva de las empresas?
PROBLEMAS ESPECÍFICOS
1) ¿Cómo se puede facilitar la economía empresarial?
2) ¿Cómo se puede facilitar la eficiencia empresarial?
3) ¿Cómo se puede facilitar la efectividad empresarial?
OBJETIVOS
OBJETIVO PRINCIPAL
Determinar los logros que se pueden alcanzar en la gestión efectiva de las empresas con la participación de los trabajadores en el capital social.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
1) Establecer la modalidad de participación para facilitar la economía empresarial.
2) Estipular la forma de facilitar la eficiencia empresarial
3) Determinar la manera de facilitar la efectividad empresarial.
JUSTIFICACION E IMPORTANCIA
JUSTIFICACIÓN METODOLOGICA
En este trabajo en primer lugar se ha identificado la problemática existente en la falta de efectividad en la gestión de las empresas, sobre dicha problemática se han formulado las posibles soluciones a través de las hipótesis; luego se ha establecido los propósitos que persigue el trabajo por intermedio de los objetivos. Todos estos elementos se han formado en base a las variables e indicadores de la investigación. Todo lo anterior tiene el sustento en una metodología de investigación que identifica el tipo, nivel y diseño de investigación, la población y muestra a aplicar; así como también las técnicas e instrumentos para recopilar, analizar e interpretar la información.
JUSTIFICACION TEORICA
La participación de los trabajadores en el capital social es una forma de propiedad y trabajo que pueden llevar a cabo las empresas. En este trabajo se estima que la participación de los trabajadores en el capital social de las empresas conlleva un mayor compromiso con la entidad donde se es dueño y trabajador, un mayor grado de responsabilidad por su condición de dueño y trabajador; así como una mayor participación activa en las políticas, estrategias, acciones y actividades que lleva a cabo la empresa.
JUSTIFICACION PRÁCTICA
Este trabajo podrá ser aplicado en cualquier tipo de empresa toda vez que lo que se busca que los trabajadores se comprometan, asuman mayores responsabilidades y tengan una participación activa
IMPORTANCIA
La importancia está dada por el hecho de presentar un modelo de investigación que busca resolver una problemática.
Asimismo, porque permite plasmar el proceso de investigación científica y desde luego los conocimientos y experiencia profesional.
Marco teórico
TEORIAS SOBRE PARTICIPACION DE LOS TRABAJADORES EN EL CAPITAL SOCIAL
Antes de tratar la participación de los trabajadores, se presenta algunas teorías sobre capital social, como forma de entender la forma como puede participar los trabajadores.
Según Anthony (2008)[7], desde la óptica del derecho mercantil y la contabilidad, el capital social, es el importe monetario, o el valor de los bienes que los socios o accionistas de una sociedad le ceden a ésta sin derecho de devolución y que queda contabilizado en una partida contable del mismo nombre. Lo que identifica los derechos de los socios según su participación y, asimismo, cumple una función de garantía frente a terceros dado que constituye punto de referencia para exigir la efectiva aportación patrimonial a la sociedad y la retención del patrimonio existente hasta cubrir la cifra del capital social repartiendo entre los socios la diferencia restante de los beneficios de la sociedad. Es una cifra estable, a diferencia del patrimonio social, cuya cifra variará según el buen funcionamiento de la compañía mercantil. En caso de sucesivos resultados negativos puede que se vea afectada, considerando excepcionalmente la quiebra, cuando el patrimonio social es negativo y por lo tanto no hay recursos suficientes en la empresa para poder atender sus obligaciones ante terceros. El capital social es un recurso pasivo que representa una deuda de la sociedad frente a los socios, originada por los aportes que éstos realizaron para el desarrollo de las actividades económicas contempladas en el objeto social. Esta cifra permanece invariable, salvo que se cumplan los procedimientos jurídicos establecidos para aumentar esta cifra o disminuirla. En el lenguaje coloquial, el término "capital" o "un capital" significa una suma de dinero, un caudal, un bien patrimonial, un monto que se invierte o aporta. Sin embargo, en términos jurídicos, capital social es una cifra del pasivo de la sociedad que indica una deuda de la sociedad frente a los socios. Desde el punto de vista societario el capital debe ser devuelto, algún día por la sociedad a los socios. Por otro lado, Patrimonio Social es el conjunto de todos los activos y pasivos de la sociedad, que varían constantemente durante la vida social. Asimismo, se entiende al Patrimonio neto o Patrimonio Líquido como la diferencia efectiva entre el valor de los activos y el de los pasivos a una fecha determinada.
Interpretando a Horngren, Foster y Srikant (2010)[8] se puede considerar que las transacciones patrimoniales provienen de aportes efectuados por accionistas o partícipes, de los resultados generados por la entidad, y de las actualizaciones de valor. Todas ellas, modifican el patrimonio neto en su conjunto. Otras transacciones representan reacomodos patrimoniales, como los que surgen de acuerdos de accionistas como cuando se capitalizan utilidades, o de mandatos de ley como en el caso de una reserva legal. El Capital, agrupa las subcuentas que representan aportes de accionistas, socios o participacionistas, cuando tales aportes han sido formalizados desde el punto de vista legal. Asimismo, se incluye las acciones de propia emisión que han sido readquiridas. Comprende las sub-cuentas Capital social, Acciones en tesorería, Capital social. Acumula los aportes de socios, accionistas o participacionistas, en efectivo o en especie, Acciones en tesorería. Acciones o participaciones de propia emisión, readquiridas por la empresa. Su naturaleza es deudora. El importe del capital se registra contablemente por el monto nominal de las acciones aportado. En el caso de aportes en especies, el importe del capital relacionado corresponde a la valuación del activo a su valor razonable. Cuando existe una diferencia (en exceso o en defecto) entre el valor de las acciones recompradas y su valor nominal, o entre el valor nominal de las acciones y el monto pagado por ellas, se genera una prima (descuento) de emisión.
Interpretando a Gómez (2009)[9], el plan contable general para empresas dispone códigos a nivel de cuatro dígitos (divisionarias) para el capital social Puede ser conveniente, dependiendo del tipo de instrumento patrimonial, abrir sub-divisionarias adicionales que permitan una clasificación por tipo específico de instrumento patrimonial, por ejemplo acciones del tipo ordinario o preferente. No obstante la forma legal de los montos contenidos en esta cuenta, desde el punto de vista financiero, alguno de estos saldos podría corresponder a un pasivo y no a una cuenta patrimonial, como ocurre en ciertos casos con las acciones preferentes. De existir este tipo de partidas, requieren ser reclasificadas para efectos de presentación del balance general. Concordantemente, los dividendos pagados a los tenedores de dichas acciones preferentes, serán reclasificados para efectos de presentación como gastos financieros. En los casos de aportes acordados en una moneda distinta a la de curso legal, las diferencias cambiarias generadas entre la fecha del acuerdo y la fecha de pago del aporte, corresponden a una prima (descuento) de emisión. El capital aportado, las capitalizaciones de reservas, acreencias y utilidades, y las reducciones de capital, se reconocen en esta cuenta cuando se ha completado la forma legal, incluyendo la inscripción en el registro público correspondiente. Los acuerdos de accionistas, socios o participacionistas sobre tales incrementos y reducciones de capital, se mantienen hasta la oportunidad de su inscripción en el registro público.
Interpretando a Gómez (2009)[10], la cuenta acciones de inversión, comprende las acciones cuya propiedad corresponde a los trabajadores y que en la actualidad solo tienen algunos trabajadores peruanos que datan de los años setenta. Esta cuenta agrupa las subcuentas que representa las acciones de inversión, formalizadas legalmente. Asimismo, se incluye las acciones de propia emisión que han sido readquiridas. Esta cuenta comprende las siguientes sub-cuentas Acciones de inversión; Acciones de inversión en tesorería. Las acciones de inversión comprende el valor nominal de las acciones de inversión. Las acciones de inversión en tesorería acumulan acciones de inversión de propia emisión, readquiridas por la entidad. Su naturaleza es deudora. El importe del accionariado de inversión se registra contablemente por el monto nominal de las acciones y de las respectivas capitalizaciones efectuadas.
Interpretando a Mantilla y Vásquez (2010)[11], el Capital Social es considerado la variable que mide la colaboración social entre los diferentes grupos de un colectivo humano, y el uso individual de las oportunidades surgidas a partir de ello, a partir de tres fuentes principales: la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. El capital social mide, por tanto, la sociabilidad de un conjunto humano y aquellos aspectos que permiten que prospere la colaboración y el uso, por parte de los actores individuales, de las oportunidades que surgen en estas relaciones sociales. Una sociabilidad entendida como la capacidad para realizar trabajo conjunto, la de colaborar y llevar a cabo la acción colectiva. El término de "capital social" proviene de una analogía con el de capital económico. De todas formas, su escasa fijación en la literatura social y económica hace que sea un tanto difícil de consensuar. En un comienzo, fue usado a principios del siglo XX en pedagogía. No fue retomado hasta la década de 1960 cuando se empezó a usar para teorías de desarrollo económico. Normalmente en los modelos económicos tradicionales este concepto es totalmente ignorado, pero en los años 1980 volvió a tomar importancia. Fue usado por muchos autores en sociología y modelos de economía alternativos. En lo que se refiere al valor colectivo de las redes sociales, es considerado para la formulación de políticas en muchas organizaciones; incluso siendo recientemente reconocido por instituciones tales como el Banco Mundial (aunque con algunas reservas al concepto). Afinando los matices del concepto, el capital social no tiene por que necesariamente producir cosas buenas, puede generar discriminación sobre individuos o grupos. A veces el capital social puede tener connotaciones negativas, como en el caso de mafias diversas (los contactos y redes sociales creados entre varias personas pueden idear cosas consideradas negativas por una sociedad, como el crimen). Sin embargo, como se ha apuntado, en los últimos años se han destacado tres "fuentes" principales del capital: la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. A pesar de las posibles diferencias en la forma de definir y medir estos atributos, el capital social siempre apunta hacia aquellos factores que nos acercan como individuos y a cómo este acercamiento se traduce en oportunidades para la acción colectiva y el bienestar del grupo.
De acuerdo con la Ley No. 26887- Ley General de Sociedades-, cada socio está obligado frente a la sociedad por lo que se haya comprometido a aportar al capital. El aporte transfiere en propiedad a la sociedad el bien aportado. El aporte de bienes no dinerarios se reputa efectuado al momento de otorgarse la escritura pública. El patrimonio social responde por las obligaciones de la sociedad, sin perjuicio de la responsabilidad personal de los socios en aquellas formas societarias que así lo contemplan. El aumento de capital se acuerda por junta general cumpliendo los requisitos establecidos para la modificación del estatuto, consta en escritura pública y se inscribe en el Registro. El aumento de capital puede originarse en: 1. Nuevos aportes; 2. La capitalización de créditos contra la sociedad, incluyendo la conversión de obligaciones en acciones; 3. La capitalización de utilidades, reservas, beneficios, primas de capital, excedentes de revaluación; y, 4. Los demás casos previstos en la ley. El aumento de capital determina la creación de nuevas acciones o el incremento del valor nominal de las existentes. Para el aumento de capital por nuevos aportes o por la capitalización de créditos contra la sociedad es requisito previo que la totalidad de las acciones suscritas, cualquiera sea la clase a la que pertenezcan, estén totalmente pagadas. No será exigible este requisito cuando existan dividendos pasivos a cargo de accionistas morosos contra quienes esté en proceso la sociedad y en los otros casos que prevé esta ley. La reducción del capital se acuerda por junta general, cumpliendo los requisitos establecidos para la modificación del estatuto, consta en escritura pública y se inscribe en el Registro. La reducción del capital determina la amortización de acciones emitidas o la disminución del valor nominal de ellas. Se realiza mediante: 1. La entrega a sus titulares del valor nominal amortizado; 2. La entrega a sus titulares del importe correspondiente a su participación en el patrimonio neto de la sociedad; 3. La condonación de dividendos pasivos; 4. El restablecimiento del equilibrio entre el capital social y el patrimonio neto disminuidos por consecuencia de pérdidas; u, 5. Otros medios específicamente establecidos al acordar la reducción del capital.
La Ley General de sociedades no prohíbe que los trabajadores participen en el capital social ni en la gestión de las empresas. Por tanto un trabajador puede ser accionista, directivo y trabajador a la vez.
Analizando a Mantilla (2011)[12], la participación de los trabajadores debe entenderse desde dos puntos de vista. La participación como motivación: es raro que las personas no se sienta motivadas cuando se les consulta sobre las acciones que les afectan, al "participar en el acto". Además, la mayoría de las personas en el centro de una operación tienen conocimientos tanto de los problemas como de las soluciones de los mismos. Por consiguiente, la forma correcta de participación produce tanto motivación como conocimientos valiosos para el éxito de la empresa. La participación como forma de reconocimiento. Resulta atractiva para la necesidad de afiliación y aceptación. Sobre todo les da a las personas una sensación de realización. Se debe alentar la participación de los empleados en los asuntos en los que éstos pueden ayudar y aunque les escuchen con mucha atención, en asuntos que requieran de su decisión son ellos quienes tienen que decidir.
La participación guarda una estrecha relación con las oportunidades profesionales, colectivas y técnicas que el entorno ofrece. La eficacia se mide con relación a la calidad de los intermedios, a la riqueza de las informaciones tratadas, al valor operativo de las decisiones tomadas y de su aplicación práctica. No siempre puede traducirse en términos de productividad directa. Las personas deciden participar en un proyecto común cuando: Disponen de los medios personales necesarios, por ejemplo confianza hacia la organización y mandos, suficiente conocimiento; Observan las ventajas que hay en hacerlo, por ejemplo un mayor reconocimiento, ventajas económicas; Las estructuras técnicas se adaptan a ello, en el sentido de que flexibilizan el funcionamiento del proyecto; La organización lo permite.
Cuando la autonomía y la participación de los asalariados disminuyen es que la influencia que han conseguido no es la que esperaban. Es decir, la participación fracasa cuando uno quiere imponer, desde arriba, el conjunto de los métodos y los procesos. Se debe mantener un equilibrio adecuado entre la movilización como fomento de la participación y el descanso de la misma. Es importante considerar además la influencia de las nuevas tecnologías en la participación: Han aumentado la complejidad del trabajo. Este no se puede realizar más que mediante una mayor responsabilización de los asalariados; Las nuevas tecnologías han modificado los oficios, haciendo que éstos perdieran flexibilidad. Las adaptaciones sucesivas requieren intercambios, cursillos de formación; También contribuyen a la autonomía de los asalariados al mismo tiempo que desarrollan la interdependencia dentro de la organización. La informatización y la burocracia facilitan la creación de redes. Otras tecnologías aumentan la rapidez de las respuestas al entorno, pero también las necesidades de concertación y cooperación interdepartamentales.
Según Muller, Gernon y Meek (2010)[13], actualmente en Europa se busca fomentar la participación de los trabajadores en el capital, la gestión y los resultados de las empresas; esta propuesta se considera innovadora desde el punto de vista cualitativo; por cuanto lo que se busca es un mayor compromiso, responsabilidad y participación activa en todo el quehacer empresarial. La participación es un mecanismo de transformación que procura un salto innovador y competitivo en cuanto al modelo de gestión empresarial, haciéndolo sostenible.
Según Muller, Gernon y Meek (2010)[14], en Argentina, la crisis final del régimen de convertibilidad implicó un fuerte retroceso para la clase trabajadora. El colapso de este régimen implicó una aguda transferencia de ingresos desde el trabajo al capital, como consecuencia de la estrepitosa contracción que experimentó el poder adquisitivo de los salarios tras la devaluación de la moneda. Dicho proceso condujo a que en el año 2002 los trabajadores tuvieran una participación en el Producto de sólo el 31,4 por ciento, de acuerdo con los cálculos de Cifra, valor extraordinariamente reducido en términos históricos. La adopción de un nuevo patrón de crecimiento basado en el desarrollo de los sectores productores de bienes posibilitó que a partir de 2003 se revirtiera la tendencia declinante de la participación de los trabajadores en el valor agregado. Las elevadas tasas de crecimiento económico, así como la mayor intensidad en el uso de mano de obra, posibilitaron una extraordinaria expansión de la ocupación. La creación de más de cuatro millones de puestos de trabajo y la paulatina recuperación de las remuneraciones reales de los trabajadores implicaron que la participación de los asalariados en el Producto alcanzara al 38,3 por ciento en 2006, un valor que superaba al promedio prevaleciente en el segundo quinquenio de la década del noventa.
Desde entonces, sin embargo, las mejoras distributivas fueron acotadas y la porción del Producto total que se apropian los asalariados se mantuvo en torno del 39 por ciento. Si bien dicho porcentaje fue algo superior en 2009, dicho comportamiento obedeció al período recesivo que enfrentó la economía argentina ante el impacto de la crisis económica internacional. El estancamiento de la estructura distributiva desde el 2007 obedeció centralmente al menor dinamismo verificado en la generación de puestos de trabajo y a la sensible disminución en la tasa de crecimiento de los salarios reales. En efecto, la tasa de empleo no sufrió prácticamente modificaciones desde ese año. A su vez, la aceleración en el ritmo de variación de los precios determinó que entre 2007 y 2010, a pesar de los importantes incrementos en términos nominales, las remuneraciones reales de los asalariados registrados se expandieran al 2,9 por ciento anual y las de los asalariados no registrados al 1,9 por ciento anual, en un contexto en el que la economía argentina creció al 5,5 por ciento por año. En suma, el patrón de crecimiento adoptado tras el colapso del régimen de convertibilidad posibilitó, sin lugar a dudas, sensibles mejoras en las condiciones de vida de la clase trabajadora, pero ello no implica desconocer que aún queda un largo camino por recorrer hasta alcanzar una estructura distributiva realmente equitativa. Más aún cuando los ingresos reales del conjunto de la población ocupada se encuentran actualmente en niveles similares a los registrados a fines del régimen de convertibilidad, en una economía que se expandió casi 60 por ciento desde 2001.
El menor dinamismo experimentado en el mercado de trabajo en estos últimos años es un elemento determinante en el estancamiento reciente de la estructura distributiva. En este sentido, se requiere avanzar en la profundización del patrón de crecimiento para de esta forma alcanzar una nueva fase de fuerte crecimiento de la ocupación y de las remuneraciones. Sólo un patrón de desarrollo basado en la expansión de la producción de bienes, y en particular de la industria manufacturera, posibilitará un incremento sensible de la ocupación y de las remuneraciones reales, de manera de quebrar definitivamente la estructura distributiva gestada tras casi tres décadas de hegemonía neoliberal
En el Perú el Artículo 29 de la Constitución Política del Estado reconoce el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de la empresa. La participación de los trabajadores en la distribución de las utilidades tiene por objeto buscar la identificación de éstos con la empresa y por ende en el aumento de la producción y productividad de sus centros de trabajo. La Constitución norma la participación de los trabajadores como forma de fomentar condiciones que estimulen la creación de nuevos puestos de trabajo, incentiven inversiones y aumenten la competitividad internacional de nuestra economía. En forma más específica el Decreto Legislativo No. 892, regula el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de las empresas que desarrollan actividades generadoras de rentas de tercera. Los trabajadores de las empresas comprendidas participan en las utilidades de la empresa, mediante la distribución por parte de ésta de un porcentaje de la renta anual antes de impuestos. El porcentaje referido es como sigue: empresas pesqueras 10%, empresas de telecomunicaciones 10%, empresas industriales 10%, empresas mineras 8%, empresas de comercio al por mayor y al por menor y restaurantes 8% y empresas que realizan otras actividades 5%. Dicho porcentaje se distribuye en la forma siguiente: a) 50% será distribuido en función a los días laborados por cada trabajador, entendiéndose como tal los días real y efectivamente trabajados, a ese efecto, se dividirá dicho monto entre la suma total de días laborados por todos los trabajadores, y el resultado que se obtenga se multiplicará por el número de días laborados por cada trabajador; b) 50% se distribuirá en proporción a las remuneraciones de cada trabajador, a ese efecto, se dividirá dicho monto entre la suma total de las remuneraciones de todos los trabajadores que correspondan al ejercicio y el resultado obtenido se multiplicará por el total de las remuneraciones que corresponda a cada trabajador en el ejercicio. La participación que pueda corresponderle a los trabajadores tendrá respecto de cada trabajador, como límite máximo, el equivalente a 18 (dieciocho) remuneraciones mensuales que se encuentren vigentes al cierre del ejercicio. Se entiende por remuneración la prevista en los Artículos 39 y 40 del Texto Único Ordenado de la Ley de Fomento del Empleo. La participación en las utilidades, se calculará sobre el saldo de la renta Imponible del ejercicio gravable que resulte después de haber compensado pérdidas de ejercicios anteriores de acuerdo con las normas del Impuesto a la Renta. Tienen derecho a participar en las utilidades todos los trabajadores que hayan cumplido las jornada máxima de trabajo establecido en la empresa, sea a plazo indefinido o sujetos a cualquiera de las modalidades contempladas por el Título III del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728. Los trabajadores con jornada inferior a la máxima establecida, participaran en las utilidades en forma proporcional a la jornada trabajada. La participación que corresponde a los trabajadores será distribuida dentro de los treinta (30) días naturales siguientes al vencimiento del plazo señalado por las disposiciones legales, para la presentación de la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta.
Según la Ley General de Cooperativas – Decreto Supremo 074/90-TR- Texto Único Ordenado de la Ley General de Cooperativas, con las modificaciones dispuestas por Decretos Legislativos Nos. 141 Y 592, se tiene que la constitución de la organización cooperativa será acordada por la asamblea general de función, en la cual se aprobará su estatuto, se suscribirá su capital inicial. El capital social de la Cooperativa se constituirá con las aportaciones de los socios. El estatuto señalará el capital inicial de la cooperativa y la suma mínima que un socio debe pagar a cuenta de las aportaciones que suscriba, como requisito para ser admitido con la calidad de tal. La reducción del capital no podrá exceder del diez por ciento anual de éste. La reserva cooperativa es irrepartible, y, por tanto, no tienen derecho a reclamar ni a recibir parte alguna de ella, los socios, los que hubieren renunciado, los excluidos ni cuando se trate de personas naturales, los herederos de unos ni otros. En el caso de que una cooperativa se transformare en persona jurídica que no sea cooperativa, o se fusionare con otra organización que tampoco lo fuere, su reserva cooperativa deberá ser íntegramente transferida a la entidad, como requisito previo para la validez de la transformación o la fusión y bajo responsabilidad personal y solidaria de los miembros de los respectivos consejos de administración y vigilancia. Cuando la naturaleza de una cooperativa lo justifique, las aportaciones, los depósitos, los intereses, los excedentes y otros derechos patrimoniales correspondientes a un socio podrán constar en una libreta y otro instrumento individual de cuentas. Cuando el socio adeude parte de las aportaciones que hayan suscrito, los excedentes e intereses que le correspondan por la parte del capital que hubiere pagado serán aplicados, hasta donde alcancen, a cubrir el saldo exigible. Los excedentes, intereses, aportaciones y depósitos que un socio tenga en la cooperativa podrán ser aplicados por ésta, en ese orden y hasta donde alcancen, a extinguir otras deudas exigibles a su cargo por obligaciones voluntarias o legales a favor de aquélla.
La asamblea general podrá acordar la capitalización de los intereses y excedentes correspondientes a los socios, en vez de distribuirlos. En este caso, deberá ordenar la emisión de nuevos certificados de aportación por el valor de la suma capitalizada y su entrega a los socios, en las mimas proporciones en que éstos habrían percibido los respectivos intereses y excedentes según los incisos 2.2 y 2.4 del Artículo 42 de esta Ley. El sobrante no capitalizado deberá ser abonado al socio en el modo que establezca la propia asamblea. La cooperativa podrá revalorizar sus activos, previa autorización del gobierno regional que corresponda, sin perjuicio de hacerlo en los casos que ordene la ley. La suma resultante de la revalorización incrementará la reserva cooperativa y el capital social, en las proporciones en que éstos integren el patrimonio neto de la cooperativa.
TEORIAS SOBRE GESTION EFECTIVA DE LAS EMPRESAS
Según Koontz & O"Donnell (2009)[15] la gestión efectiva, comprende la planeación de las actividades y recursos, la organización adecuada de los procesos y procedimientos de las actividades institucionales, la dirección táctica y estratégica de los recursos para los fines propuestos y la evaluación y control institucional. En la medida que este proceso sea conducido, ejecutado y evaluado convenientemente, estará orientado hacia el cumplimiento de la misión institucional.
Según Robbins (2010)[16], la gestión efectiva es un arte cuando interviene los conocimientos empíricos. Sin embargo, cuando se utiliza conocimiento organizado, y se sustenta la práctica con técnicas, se denomina Ciencia. Las técnicas son esencialmente formas de hacer las cosas, métodos para lograr un determinado resultado con mayor eficacia y eficiencia. A partir de estos conceptos nace la gestión efectiva de las empresas con elementos de la función de Administración como: Prever, Organizar, Comandar, Coordinar y Controlar. Dentro de la línea propuesta por Fayol, los autores Clásicos y neoclásicos adoptan el Proceso de gestión efectiva como núcleo de su teoría; con sus Cuatro Elementos: Planificar, Organizar, Dirigir y Controlar. Autores como Urwick define el proceso de gestión efectiva como las funciones del administrador, con siete (7) elementos que se detallan a continuación: Investigación; Planificación; Coordinación; Control; Previsión; Organización; Comando. Koontz y O´Donnell define el Proceso de gestión efectiva con cinco (5) elementos: Planificación; Designación de Personal; Control; Organización; Dirección. Miner define el Proceso de gestión efectiva con cinco (5) elementos: Planificación; Organización; Dirección; Coordinación; Control.
Según Robbins (2010)[17], la gestión efectiva es la principal actividad que marca una diferencia en el grado que las Organizaciones les sirven a las personas que afectan. El éxito que puede tener la Organización al alcanzar sus objetivos y también al satisfacer sus obligaciones sociales depende en gran medida, de sus gerentes. Si los gerentes realizan debidamente su trabajo, es probable que la organización alcance sus metas, por lo tanto se puede decir que el Desempeño Gerencial se mide de acuerdo al grado en que los gerentes cumplen la secuencia del Proceso de gestión eficiente, logrando una Estructura Organizacional que la diferencia de otras Organizaciones.
EFICIENCIA EMPRESARIAL
Página siguiente |