Cultura, identidad y comunidad en el centro de Cuba (página 2)
Enviado por Ing. Mirta F. �guila Blanco
La cultura es organización del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes.
Toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio refractario y sólo atento a resolver día a día, hora por hora, y para ellos mismo su problema económico y político, sin vínculos de solidaridad con los demás que se encontraban en las mismas condiciones. (Socialismo y Cultura Antonio Gramsci: Antología. I.- 1910-1926.)
En la literatura especializada aparecen numerosas definiciones de comunidad, cada una de las cuales centran su atención o hace mayor énfasis en determinados aspectos, en dependencia del objetivo fundamental del estudio y de la disciplina desde la cual se realiza el estudio.
En la definición de comunidad deben vincularse elementos funcionales y estructurales. Nos parece importante la definición dada por F. Violich, según la cual la comunidad es un grupo de personas que viven en un área geográfica específica y cuyos miembros comparten actividades e intereses comunes, donde pueden o no cooperar formal e informalmente para la solución de los problemas colectivos. Apoyados en algunas de las definiciones citadas, E. Sánchez y E. Wiendsenfeld plantean que una comunidad se caracteriza por:
ser un grupo de personas, no un agregado social, con un determinado grado de interacción social;
compartir intereses, sentimientos, creencias, actitudes;
residir en un territorio especifico;
poseer un determinado grado de organización.
COMUNIDAD
Comunidad, tipo de organización social cuyos miembros se unen para participar en objetivos comunes. La comunidad la integran individuos unidos por vínculos naturales o espontáneos y por objetivos que trascienden a los particulares. El interés del individuo se identifica con los intereses del conjunto.
El filósofo alemán Karl Marx se refirió a la comunidad primitiva como la forma más antigua de organización social. "Ampliación de la familia", la comunidad fue en sus orígenes nómada y pastoril antes de la aparición de la agricultura. Para Marx, la división del trabajo en las comunidades es muy limitada, casi inexistente, ya que su objetivo no es la producción, sino la subsistencia de la colectividad humana. Por otro lado, la propiedad es de tipo comunal, ya que el territorio pertenece a la tribu. Desde el marxismo, en la comunidad primitiva no existe la explotación del hombre por el hombre y no hay Estado.
Fue, sin embargo, su colega alemán Ferdinand Tönnies quien construyó el tipo ideal de comunidad. Tönnies hizo referencia a la "voluntad orgánica" vinculada a este tipo de organización social, que se constituye de tres formas: por placer, por hábito y por la memoria. En estas tres formas se apoya la división clásica de las comunidades: comunidades de sangre (la más natural y primitiva, de origen biológico, como la tribu, la familia o el clan), comunidades de lugar (cuyo origen es la vecindad, como las aldeas y asentamientos rurales) y comunidades de espíritu (su origen es la amistad, la tradición y la cohesión de espíritu o ideología).
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Según el diccionario bilingüe, de Encarta
comunidad. (Del lat. communitas, –). f. Cualidad de común (? que, no siendo privativamente de ninguno, pertenece o se extiende a varios). || 2. Conjunto de las personas de un pueblo, región o nación. || 3. Conjunto de naciones unidas por acuerdos políticos y económicos. Comunidad Europea. || 4. Conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes. Comunidad católica, lingüística. || 5. comunidad autónoma. || 6. Junta o congregación de personas que viven unidas bajo ciertas constituciones y reglas, como los conventos, colegios, etc. || 7. Común de los vecinos de una ciudad o villa realengas de cualquiera de los antiguos reinos de España, dirigido y representado por su concejo. || 8. Levantamientos populares, principalmente los de Castilla en tiempos de Carlos I. ORTOGR. Escr. con may. inicial. || ~ autónoma. f. Entidad territorial que, dentro del ordenamiento constitucional del Estado español, está dotada de autonomía legislativa y competencias ejecutivas, así como de la facultad de administrarse mediante sus propios representantes. || de ~. loc. adv. en común (? disfrutado por varios sin pertenecer a ninguno en particular).
IDENTIDAD
Identidad, concepto lógico, muy empleado en filosofía, que designa el carácter de todo aquello que permanece único e idéntico a sí mismo, pese a que tenga diferentes apariencias o pueda ser percibido de distinta forma. La identidad se contrapone, en cierto modo, a la variedad, y siempre supone un rasgo de permanencia e invariabilidad. En la historia de la filosofía, la afirmación de la identidad como uno de los rasgos del verdadero ser ha sido muy utilizada desde Parménides, que ya afirmó el carácter idéntico del ser. Por el contrario, otras posturas filosóficas han afirmado que es precisamente la posibilidad de variación y modificación (es decir, la ausencia de identidad) la que caracteriza el verdadero ser (tal es el caso de Heráclito y de las filosofías que admiten el cambio y el devenir como rasgos esenciales de la realidad). Una de las aplicaciones más empleadas del concepto de identidad se encuentra en la lógica, que emplea el llamado "principio de no contradicción". Según éste, no es posible afirmar de un mismo sujeto un determinado atributo y su contrario. La formulación elemental de este principio
identidad. (Del b. lat. identitas, –). f. Cualidad de idéntico. || 2. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. || 3. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. || 4. Hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca. || 5. Mat. Igualdad algebraica que se verifica siempre, cualquiera que sea el valor de sus variables. ? V. carné de ~, cédula de ~, tarjeta de ~.
Folclore (sociología), término general que abarca creencias, costumbres y conocimientos de cualquier cultura transmitidos por vía oral, por observación o por imitación. Este conjunto de material se conserva y transmite de generación en generación con constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor. El término folclore fue acuñado en 1846 por el anticuario inglés William John Thoms para sustituir el concepto de antigüedades populares.
sociología. (Del lat. socius, socio, y -logía). f. Ciencia que trata de la estructura y funcionamiento de las sociedades humanas. || ~ vegetal. f. Ecol. Estudio de las comunidades vegetales en sí mismas o como parte del ecosistema.
Hay que asumir que los procesos comunicativos forman parte activa del complejo tejido de relaciones sociales y culturales que se han ido construyendo históricamente. En ellos, los sectores populares muestran, comparten y recrean las claves y códigos que les son propios y a través de los cuales se van modelando los perfiles de su identidad. Los procesos de comunicación construyen identidad porque producen sentidos comunes desde el interior de dinámicas sociales, económicas, políticas y culturales más amplias.
Si queremos representarnos estas ideas de manera más gráfica, pensemos, por ejemplo, en la relación Virgen de la Caridad-Ochún. Este es un ejemplo de cómo los sectores populares (la religión afrocubana) hacen una recreación de cultos establecidos por la cultura hegemónica (la religión católica).
También podemos pensar en los refranes, muchos de los cuales trasmiten enseñanzas y conceptos erróneos de generación en generación. "Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza", etc.
El relato o referencia a mitos y leyendas, la transmisión de saber popular, los dichos y refranes, las festividades, los ritmos, melodías y canciones, los chistes, las dramatizaciones colectivas espontáneas, los proverbios, los piropos, los dicharachos, los grafittis, etc., son otras formas de expresión de la cultura popular, las que Oscar Jara llama "formas cotidianas de comunicación del pueblo".
Igualmente, es conveniente recordar lo que el propio Jara califica como "Experiencias educativas de comunicación popular" y que son, entre otras, talleres de formación, teatro popular y socio dramas, producción y utilización de folletos de divulgación, etc.
Entonces, debemos tener claro lo siguiente:
Recordando a Freire, los hombres no se hacen en silencio, sino en el diálogo y el intercambio permanente; por esto la comunicación es un proceso imprescindible en la construcción de cultura, en el camino del desarrollo (entendido éste no sólo como desarrollo económico, sino como mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos de un país).
Las transformaciones de carácter cultural son difíciles de lograr, los procesos son lentos y no se pueden violentar, pero sí se puede trabajar para el cambio de aquellas formas tradicionales de convivencia, comportamiento, actuación, que no son correctas ni responden a los objetivos del tipo de hombre que el sistema debe formar.
En las comunidades hay formas de comunicación y saberes ya establecidos con los cuales se puede y debe trabajar, pero hay prácticas que es necesario variar.
Llegamos entonces al análisis de la relación que existe entre la comunicación masiva y la cultura popular. Para ello, el investigador Néstor García Canclini se hace las siguientes preguntas: Una zamba bailada en televisión ¿es popular? ¿Y las artesanías convertidas en objetos decorativos de departamentos? ¿Y una telenovela vista por quince millones de espectadores?
Desde la comunicación masiva, la cultura popular contemporánea se constituye a partir de los medios electrónicos. No es resultado de las diferencias locales, sino de la acción homogeneizadora de la industria cultural.
Gracias a las investigaciones sobre comunicación masiva, se han vuelto evidentes aspectos centrales de las culturas populares que no proceden de la herencia histórica de cada pueblo, ni de su inserción en las relaciones de producción, sino de otros espacios de reproducción y control social, como son la información y el consumo. Estos estudios dan un conocimiento valioso sobre las estrategias de los medios y la estructura del mercado comunicacional.
Pero su modo de ocuparse de la cultura popular, merece varias críticas. Por una parte, acostumbran concebir la cultura masiva como instrumento del poder para manipular a las clases populares.
En la medida en que reconocemos los múltiples niveles de la acción social que intervienen en la circulación masiva de los mensajes, los medios de comunicación pierden el lugar exclusivo, o protagónico, que les adjudicaron las teorías de la cultura masiva. Humberto Eco propone un ejemplo: una firma productora de camisetas imprime en el pecho de las prendas una figura icónica, los jóvenes la publicitan al usarla, la televisión muestra la novedad, y luego otros sectores sociales la adoptan multiplicando su difusión. ¿Cuál es el medio de masas? ¿El anuncio comercial en el periódico, la camiseta, los que la llevan, la publicidad televisiva? Lo masivo circula tanto por los medios electrónicos como por los cuerpos, la ropa, las empresas, la organización del espacio urbano. El poder ideológico que asocia un símbolo con la juventud y genera un modo de interpretar lo que significa ser joven no reside únicamente en la publicidad, ni en el diseñador, ni en los medios; circula por esos y otros espacios sociales, actúa gracias a las maneras en que se cruzan y combinan. Luego, la pregunta por el lugar de lo popular en la cultura masiva no pasa sólo por los medios de comunicación.
Por otra parte, también hay que estudiar de qué manera la cultura masiva se enriquece con la popular tradicional, usando dispositivos de enunciación, narrativos, estructuras melodramáticas, combinaciones de la visualidad y el ritmo tomados del saber que los pueblos acumularon: estoy pensando en los programas de TV o los video clips, cuyo éxito se basa en el uso simultáneo de los descubrimientos de juegos visuales y ritmos populares, del cha-cha-cha al rock, para satisfacer las necesidades de espectacularidad y entretenimiento de los medios masivos.
Por último, quizás sería bueno presentar la idea de que el medio de masas por excelencia, el que mejor ha impulsado la cultura de masas, es la televisión. Quizás, como dice María Teresa Quiroz, porque es un medio basado en el lenguaje audiovisual que no requiere competencias para su comprensión y que está situado en un entorno doméstico muy próximo al usuario. Esta autora acota algo sobre este último aspecto que podemos analizar también:
Pese a los prejuicios y al muro que aún separa los territorios de la alta y la baja cultura, la crítica a la TV empieza a desprenderse de esa actitud irritada
Autor:
Lic: Dulce María Obregón Hernández.
Lic: Delia Esther Obregón Hernández.
Lic: Martha Picart Hernández.
Enviado por:
Ing.Mirta F Aguila Blanco
Directora Biblioteca Universitaria – Centro Universitario de Sancti Spiritus José Martí.
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