- Introducción
- El Niño de Antes
- El niño de Hoy
- El Niño y la Familia
- El Aprendizaje en el Niño de Hoy
- Tipos de Niños
- Los niños con problemas de conducta
- Los niños de la calle
Introducción
Estamos acostumbrados a pensar en la infancia como un estado biológico que tiene atributos psicológicos definidos, sin embargo existen diferencias entre el niño de antes y el de hoy.
Hasta aproximadamente el siglo XVII, el arte medieval no conocía la infancia o no trataba de representarla, cuesta creer que esta ausencia se debería a la torpeza o incapacidad, ya que el niño ha sido desvalorizado, marginado, reprimido y hasta ha sido considerado un ser extraño dentro de un mundo que no le concedía ningún papel y le negaba su existencia, se puede pensar que en esa sociedad de características y culturas diferentes no había espacio para la infancia.
Tiempo después, en el ambiente familiar se comienza a detectar un sentimiento hacia el niño, y se lo trata como una especie de criatura divina que hay que civilizar.
Actualmente en el siglo XXI, la niñez se desarrolla en medio de profundas transformaciones que afectan a todos los niveles de la cultura, se dice que los niños de hoy no son como los de antes; ya que los niños de antes jugaban mas y con menos objetos, vestían con ropa que sus padres elegían, temían al reto, a la penitencia y a las malas notas; frente a todo esto es posible sostener que la noción tradicional de infancia como un tiempo de inocencia y dependencia del adulto se ha debilitado por el acceso que tienen los niños a la cultura popular, este acceso infantil al mundo adulto los ha convertido en "Pequeños Consumidores" que piden cada vez mas y juegan menos, ya que pasan mayor tiempo frente a la televisión, computadora e internet. Estos son los chicos sobre-estimulados, que "saben todo", se creen capaces de arreglársela solos sin ayuda de los adultos.
El Niño de Antes
Antiguamente no se conocía la infancia, por esta razón no se trata de representarla. En la sociedad, los infantes no existían, ni se les otorgaba ningún papel; hasta finales del siglo XIII no aparecen niños caracterizados por una expresión particular, sino como hombres de tamaños reducidos, ya que cumplían las mismas funciones que el adulto, como por ejemplo salir a trabajar para tener su propio sustento; en este periodo el niño ha sido desvalorizado, marginado y reprimido.
"La causa de los niños está mal definida, "porque se toma al niño como un objeto de estudio y no como un sujeto en todo el sentido de la palabra".
La niñez como la etapa de desarrollo de la personalidad es una invención reciente, que nace como producto de los cambios en el modelo de producción, organización y división del trabajo, de los nuevos valores y creencias.
Durante la Edad Media la niñez abarca un periodo muy breve, desde el nacimiento y poco tiempo después, según los casos, el niño se incorpora al mundo del adulto. Podemos decir, que no existe la idea de desarrollo del niño y una concepción clara acerca de la educación para ser incorporados a este mundo. En este sentido, la alfabetización de los niños, solo estaba reservada para sectores privilegiados.
Mientras que en los sectores vulnerables, los niños eran desprotegidos y sobre ellos recaían los castigos corporales, el abandono institucionalizado.
En la Edad Moderna aparecen los primeros escenarios de la infancia, hospitales, orfanatos, escuelas; y dentro del ambiente familiar se manifiesta un sentimiento hacia el niño y se los considera como a una criatura a la que hay que civilizar y educar. Por esta razón, los hijos de las clases populares son enviados a instituciones donde se les enseña la doctrina cristiana y aprenden oficios. Los niños sin familias son albergados en casas de expósitos, hospicios, asilos.
En la Edad Contemporánea el niño deja de ser un adulto en miniatura y obtiene un status propio como grupo social. Podemos destacar también, que en este periodo se aleja la infancia del mundo del trabajo y se expresa cierto afecto hacia los niños y con más exigencias y ambiciones con respecto a su futuro, donde se acuerdan actitudes de tolerancia e indulgencia con otras de severidad e intransigencia.
Los espacios de la niñez, comienzan a tomar cierta distinción y especialización, donde se plantean los principios y mecanismos de la educación actual y socialización de la infancia; el niño es un alumno escolar, es hijo que convive en una familia nuclear y es un niño que juega con su grupo, y comparte juegos y juguetes específicos para la edad del desarrollo. Aunque, podríamos decir que, los niños de antes jugaban más y con menos objetos, como por ejemplo: una latita podría ser un carro, las muñecas no necesitaban hablar, no habían mundos virtuales; se vestían como sus padres querían, no sabían de marcas y temían al reto y a la penitencia.
El niño de Hoy
Las transformaciones más generales de las relaciones entre adultos y niños, la importancia de la socialización que proponen los medios, no solo en sus contenidos sino en las formas en que construyen espectadores, usuarios o jugadores, y en los discursos mediáticos que ven una infancia en peligro o una infancia peligrosa, subrayando la violencia como forma de constitución de identidades.
Los niños se parecen al tiempo, esto evidencia que las características que cada niño tiene es propia a la época en la que vive, esto lleva a confrontarlos con determinados problemas, con instituciones particulares, con tecnologías y modos de entender la cultura que los moldearon y ayudaron a devenir adultos.
Los niños de Hoy son muy diferentes a los de Antes en varios aspectos; tienen otra conciencia de sí mismos, ya no se perciben como entidades inexpertas y dependientes de los adultos, sino que se asumen como individuos independientes y capaces en muchas situaciones de arreglársela solos.
"Equiparar el niño con el adulto tiende a descartar la fragilidad infantil y a dejar de lado la cuestión de la responsabilidad de los mayores". Los niños asumen rápidamente este nuevo posicionamiento y se comportan como "Grandes", esto despierta las quejas de los padres, quienes los consideran como desafiantes, casi incontrolables, incapaces de respetar nada ni a nadie, en definitiva son tan distintos a los de antes.
El trasfondo de la niñez moderna presenta un dibujo de " Niño Grande" que parece autoabastecerse sin depender de otros; esto ocurre porque los niños ya no se perciben a sí mismos como seres pequeños que necesitan del permiso del adulto y dependen absolutamente de ellos para actuar, si bien es cierto que no todos los niños reaccionan del mismo modo ante la nueva realidad y algunos pueden seguir manteniéndolas pautas de conductas esperadas; lo cierto es que la nueva actitud, los nuevos niños no son como los de antes y no dudan en imponerse frente a adultos que han perdido su autoridad, esta autoridad que les otorgaba el poder de saber cosas que los niños desconocían.
Hoy los adultos y los niños se encuentran en pie de igualdad respecto de la información que manejan e incluso hay sectores en los que los infantes aventajan a los mayores, por ejemplo en computación, internet y manejo de aparatos electrónicos, etc. Con todo esto no se trata de decir que la infancia ha desaparecido, que ya no hay niños, porque no sería verdad, lo que se puede decir es que existe una decadencia de la infancia moderna, que ha cambiado hasta dar lugar a esta "Nueva Infancia".
La infancia moderna que podía ser caracterizada como la "espera de ser adultos", la preparación para la llegada de la adultez ha desaparecido, en su lugar se presentan "nuevas infancias" que son infancias posmodernas que se distinguen por la demanda de inmediatez acrecentada por la cultura mediática de satisfacción consumista, la idea de espera y de iniciación a la adultez ha terminado; la infancia hoy, es un periodo que debe atravesarse lo más rápido posible, son niños que con el control remoto en la mano se convierten en "todopoderosos" capaces de recorrer los cientos de canales de la televisión por cable sin dudar ni un instante y crecen adueñándose de experiencias y saberes que a los adultos les costó tiempo procesar, son chicos curiosos que "saben todo" y con cinco años enseñan a sus padres como usar una computadora.
La vida de la nueva infancia se juega detrás de una pantalla donde no hay que esperar, donde todo está cuando y donde se quiere, canales infantiles en los que los dibujitos ya no se trasmiten de cinco a seis de la tarde solamente, por lo que no es necesario esperar hasta la hora de la merienda para verlos ya que están todo el día al servicio del niño televidente.
Son también los niños de la "adolentizacion temprana", aquellos que ingresan rápidamente en el mundo "teen" con lo cual no dudan en vestirse, maquillarse y comportarse como adolescentes aun cuando están iniciando la escolaridad.
La escuela tuvo mucho que ver con la delimitación de la infancia, tanto por la difusión de un discurso psicológico que estableció de manera específica que debía esperarse de los niños, como por la expansión de una idea de minoridad, incompletud, inmadurez que coloca a la infancia en un lugar subordinado.
La pluralidad de infancias es un elemento a destacar, en contra de la visión escolar que tendió a encerrar las experiencias infantiles en un armazón rígido que excluyo formas de ser niño o niña que no encajaban en estos parámetros; pero además hay que destacar que en el último tiempo se suceden discursos alarmantes, implacables sobre la infancia; la infancia en peligro por las nuevas tecnologías; la infancia en crisis por la irrupción de los medios electrónicos y la transformación de las familias. Cabe resaltar que si bien esta faceta de la infancia posmoderna es lo que parece predominar.
No podemos olvidar que hay "otros niños" y "otras infancias" que son las infancias autónomas, independientes pero porque sus protagonistas viven en la calle porque trabajaban desde muy pequeños y porque en ellos la figura del adulto no tiene vislumbres de protección, a estas infancias se las considera; la infancia abandonada, "La Infancia de La Calle".
En la misma vertiente se encuentran los "chicos y chicas de la noche", estos que han construido una serie de códigos que les dan cierta autonomía económica y cultural; son niños pero no infantes; no son dependientes sino independientes en la negociación diaria para lograr el sustento. Podríamos decir que no es la infancia de la realidad virtual, de las redes de computación y de los canales de cable sino "La Infancia de la Realidad Real"; aquella sobre la que pesa la exclusión (física-institucional); son los nuevos analfabetos digitales.
Es la infancia "Sospechosa", considerada altamente peligrosa por la sencilla razón de que se sospecha de su carácter infantil y se afirma que detrás de su máscara a la que se debe ternura por ser niños biológicos, se encuentran los adultos pequeños dispuestos a todo, incluso a robar o matar.
Todas las figuras que aparecen investidas de una falta de futuro y una falta de presente, son infancias difíciles de asimilar para la institución escolar
El Niño y la Familia
Las instituciones sociales se ven atravesadas por las constantes transformaciones que se dan con el desarrollo de las ciencias y la tecnología.
Después de la segunda mitad del siglo XX, la familia tradicional parece estallar y nuevas conformaciones la van reemplazando; familias ensambladas; familias unipersonales; madres jefas de familia; padres que se hacen cargo de tareas antes relegadas solo a las madres; parejas homosexuales aceptadas socialmente.
Los niños de hoy suelen integrarse en distintas redes sociales y así queda tempranamente ligada a estímulos de gran diversidad, aun la pertenencia familiar llega a multiplicarse ya que a partir del divorcio el niño puede formar parte de dos grupos familiares.
La desintegración familiar manifiesta por la precariedad habitacional, ocupacional, o las exigencias de la supervivencia velan que hay otras formas de des-integración más sutiles.
Muchas familias tienen tendencias a la pérdida de asimetría propia del vínculo entre padres e hijos.
Los padres encuentran frecuentes dificultades para sostener su saber, para contener y regular a los hijos por el empleo de modalidades horizontales.
Las familias simétricas adjudican al niño un saber intuitivo e innato que parece liberar a los padres de las responsabilidades propias de la crianza.
Al mismo tiempo, merece ser valorado el respeto por el niño como sujeto, que es propio de estas nuevas formas vinculares; el problema adviene en su exceso o distorsión cuando el niño es idealizado como portador de un saber que superaría al del adulto, lo que provoca un cambio en el rol de posiciones, esto puede dar lugar a formas de abandono y desprotección no percibidos como tales.
La familia ha de ofrecer al niño una pertenencia inicial que requiere asimetría, fusión, amparo extremo, luego, las formas de pertenecer podrán ligarse a aspectos más discriminados.
El Aprendizaje en el Niño de Hoy
La situación del niño hoy es diferente a la de antes, en cuanto a la educación, el niño es un ser preocupado por la aplicación futura de lo que aprende. Los niños- alumnos quieren tener un lugar en el futuro; en la cadena de producción.
Las familias y por lo tanto los niños no tienen claramente definidos sus objetivos, ni tienen las ilusiones que tenían las generaciones anteriores de lograr cosas extraordinarias.
Los niños tienen muchos intereses intelectuales que no manifiestan en la escuela porque están desplazados a la televisión o a internet; reciben una gran cantidad de información, pero no la pueden elaborar y organizar.
La web de la familia y la comunidad es el ancla del niño para el desarrollo temprano.
Las familias son la influencia primera y más poderosa en el aprendizaje temprano de los niños y el desarrollo.
Las familias viven en, y pertenecen a las comunidades múltiples que pueden apoyar a frustrar su capacidad para el desarrollo optimo de los niños pequeños.
Las relaciones entre la configuración de la primera infancia y las familias y sus comunidades; los niños se benefician cuando esas relaciones son respetuosas de la estructura familiar, la cultura, los valores, el lenguaje y el conocimiento.
El aumento de la participación de las familias en el aprendizaje de sus hijos y desarrollo temprano obtiene beneficios de gran alcance, ya que estas proporcionan el aprendizaje y la atención.
La atención y el aprendizaje no pueden separarse realmente ya que la atención de alta calidad incluye el aprendizaje y el aprendizaje de alta calidad depende de la atención.
'"Aprender"' comienza en la infancia y buscar modelos para empezar a reconocer las voces y caras familiares de miembros de la familia, a su vez, las respuestas a las señales del infante ponen en marcha un sistema de aprendizaje dinámico. La capacidad de respuesta casual y sensible a las señales de los niños es una forma natural de la enseñanza y el aprendizaje. Los niños crecen y las familias pueden ofrecer oportunidades de aprendizaje que se basan en el profundo conocimiento que tienen de sus hijos. Esto puede tomar la forma de las conversaciones en el hogar, la lectura compartida, paseos, actividades recreativas y otras experiencias significativas de momento a momento.
La Participación de la familia en la infancia temprana beneficia a los niños y multiplica las oportunidades para el aprendizaje.
Los padres quieren entender cómo sus hijos se desarrollan y aprenden. Se benefician de las observaciones y la información sobre cómo apoyar el aprendizaje y reconocer lo que hacen sus hijos.
Las familias que participan tienen más probabilidades de establecer redes de intercambio con otras familias y tener más información sobre la escuela de sus hijos; la participación de la familia en las escuelas incluye la crianza, la comunicación, el voluntariado, el aprendizaje en el hogar, la toma de decisiones y colaboración con la comunidad.
Tipos de Niños
Los Niños Índigos
Un niño índigo es aquél que muestra una serie de atributos psicológicos con un patrón de comportamiento no documentado aún que tiene factores comunes y únicos que sugieren a quienes interactúan con los niños (los padres en particular) que deben cambiar la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear desequilibrio y gran frustración potenciales en la mente de estos preciosos niños.
Podemos decir, que existen cuatro tipos diferentes de niños índigos, cada uno con un propósito:
El humanista: está destinado a trabajar con las masas; serán los médicos, abogados, profesores, comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana, son niños muy sociables, no saben cómo jugar con un juguete; son del tipo de persona al que hay que recordarles las cosas permanentemente.
El conceptual: están más interesados en proyectos que en personas serán los ingenieros, arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares del mañana, son niños muy atlético, son controladores y la persona que más tratan de controlar es a su madre si son niños, y a su padre si son niñas. Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción, especialmente a drogas durante la adolescencia. Sus padres deben vigilar estrechamente sus patrones de comportamiento.
El artista: es mucho más sensible y su cuerpo a menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla general. Están más inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los profesores y artistas del mañana.
El interdimensional: es mucho más grande que los demás índigos, desde el punto de vista de la estatura. Entre los 1 y 2 años ya no les podrá decir nada. Ellos dirán: "Yo ya lo sé" o "Yo puedo hacer eso", o "Déjame sólo". Son ellos quienes traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este mundo.
Los niños índigos se caracterizan de la siguiente manera:
Tiene gran sensibilidad
Tiene energía en exceso
Se distrae fácilmente o tiene bajo poder de concentración.
Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a su alrededor
Se resiste a la autoridad si ésta no está democráticamente orientada
Prefiere otras formas de aprendizaje -para la lectura y las matemáticas en particular.
Puede frustrarse fácilmente porque tiene grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a ayudarle a realizarlas
Aprende a un nivel exploratorio, y se resiste a memorizar mecánicamente o a ser un mero oyente.
No dura mucho tiempo sentado a menos que esté absorto en un tema de su interés.
Es muy compasivo y tiene muchos miedos, tales como a la muerte y a la pérdida de sus seres queridos.
Si experimenta fracasos o decepción a edad muy temprana, puede desistir y desarrollar un bloqueo permanente.
Los niños con problemas de conducta
La violencia es el tema dominante en todas las notas periodísticas que involucran directa o indirectamente a niños, niñas y adolescentes.
Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo, ya que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto, así como de los procesos de reforzamientos que haya sido sometido. Si en el abundan modelos agresivos, la adquisición de estos modelos desadaptados será muy fácil.
La familia es, durante la infancia, uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño. Las interacciones entre padres e hijos van moldeando la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes inherentes a su conducta.
El niño probablemente, generalice lo que aprende acerca de la utilidad y beneficios de la agresión a otras situaciones, en estas circunstancias, el pone a prueba las consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que permiten el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de respuestas nocivas. La conducta agresiva del niño acaba con gran parte de la estimulación agresiva que recibe.
Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se le someta, se ha demostrado que una combinación de disciplinas relajadas y pocos exigentes con actitudes hostiles por parte de ambos padres fomenta el comportamiento agresivo en los hijos. El padre poco exigente es aquel que hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le permite una gran cantidad de libertad, y en casos extremos lo descuida y lo abandona.
El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto, comprensión o explicación y tiende a utilizar con frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones cuando ejerce su autoridad. Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como la que ocurre cuando insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un largo periodo de tiempo, esta combinación produce niños rebeldes, irresponsables y agresivos.
Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación, sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos.
Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el contrario, si lo disponemos tiene que ser de modo que le resulte accesible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión.
En ningún caso y bajo ningún pretexto, hay dejar que desde pequeño el niño consiga lo que desea cuando patalea, grita o empuja a alguien, hay que esperar a dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si aun el niño no ha tenido la oportunidad de aprender cómo se pide calmadamente las cosas, hay que darle instrucciones acerca de cómo debe hacerlo.
Los niños de la calle
Sabemos que la pobreza y el desempleo de los adultos es fuente de desesperanza, que complica las relaciones padres-hijos creando situaciones límites en la configuración familiar.
Podemos decir que la problemática de los niños de la calle aparece ante la sociedad como un hecho critico en aumento. Ellos se deben a que los niños deambulan de un lado a otro, pasando la mayor parte del tiempo en la calle; existen niños que solo pasan parte de este tiempo, ya que tienen algún soporte familiar por lo que vuelven a sus casa en la noche, en este ámbito es necesario el soporte material para el funcionamiento de la familia; mientras que en otros casos, existen niños que pasan el día y la noche en la calle y están funcionalmente sin soportes familiar ,en este contexto de pobreza, el fenómeno de abandono aparece como un componente de la geografía social, desde el cual no es posible atribuir responsabilidad primaria a los padres abandonantes del hijo gestado.
El lugar marginal y la poca solución que se les da a la sociedad les permite (o les obliga) a elaborar estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso económico, como por ejemplo: limpieza de parabrisas, ventas de estampitas, y en casos extremos robos, etc., a estas actividades se les suele llamar "Trabajo Infantil", pero que en realidad no puede llamarse trabajo, ya que son actividades destinadas a la supervivencia.
Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como un excluido más del mercado.
La consistencia imaginaria de la infancia (niñez como inocencia, fragilidad y docilidad) concebida en el mundo burgués persiste hoy, y por lo tanto hay un desajuste entre este discurso y lo que ocurre en la realidad, ya que ha habido un cambio histórico, ya sea desde los modelos de acumulación, como en el mundo del trabajo, la heterogeneidad de la pobreza, la vida cotidiana, etc.
Los niños pobres, la marginalidad en que están sometidos los chicos de la calle, y las situaciones violentas que ellos mismos protagonizan son un síntoma del agotamiento de las instituciones que forjaron la infancia, la escuela, la familia, el juzgado de menores, las instituciones de asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su objeto: la infancia.
Los chicos en y de la calle son un síntoma social principalmente de la falta de trabajo que ha pasado a ser en la sociedad actual un bien escaso y precario.
La permanencia en la calle, las estrategias para sobrevivir, la violencia e incluso la droga misma, son componentes de esta vida en la calle y, pese al daño que muchos de estos elementos causan a los niños, cumplen la función de integrar y dar sentido a este grupo.
De ahí que, actualmente, cada vez más programas busquen formas para abordar a los niños de la calle de manera que este sistema de relaciones en el que se insertan sea modificado y reconstruido paulatinamente, se oriente hacia fortalecer una identidad diferente a la que los mantiene en la calle y no termine por reforzarla.
Si bien desde esta perspectiva se van construyendo modelos y revisando los actuales, existen evidencias de que hay modelos que terminan por reforzar la estancia en la calle.
Conclusión:
En la edad media los niños Vivian mezclados con los adultos desde que se los consideraba capaces de desenvolverse sin ayuda de sus madres entraban a la comunidad de los hombres y compartían las mismas actividades (trabajo, conversaciones y juegos cotidianos), es decir no se lo veía como niño en el sentido de la palabra ya que se le asignaba otras funciones y responsabilidades.
En la edad moderna, dentro del ambiente familiar se le comenzó a dar un sentido al niño y se lo consideraba como a una criatura que hay que civilizar y educar. Este niño moderno era un ser indefenso que necesitaba del amor, cuidado y enseñanza de los adultos, a los que les debía obediencia porque su razón era incompleta y sus conocimientos no eran útiles en la sociedad adulta.
En la actualidad los niños son los que gozan del "Saber" (virual-informatico); su, mundo es tan legitimo como el mundo adulto; consumen y luego existen; y si no consumen, emergen con violencia cuando los adultos no satisfacen sus demandas. Estos niños son cada vez "Mas Adultos" por su capacidad de elección y su independencia tecnología, pero paradójicamente, cada vez más indefensos frente a la influencia mediática y la compulsión al consumo.
La importancia de esta sociedad se enfoca básicamente en el "Consumir", ya que estos es una exigencia para no ser excluidos del mercado y del contexto social, obligando a los niños que no tienen ningún sustento económico ni soporte familiar a tomar alternativas, como el robo, para conseguir la permanencia en la sociedad.
Lo que nos compete hoy, es ver como todas estas estructuras nos permiten elaborar intervenciones con los niños, más humanizadas, que no olviden que el niño es sujeto de derechos y sobre todo un ser humano como cualquier otro (aunque más vulnerable por su condición de niño). Saber que el niño de la calle se vio obligado a forjar su subjetividad e identidad en la calle o en la miseria, y lo cual es un proceso muy difícil de revertir.
Entonces nos hallamos ante un desafío (pertinente también al trabajo social) de que para brindarle protección, comprensión, afecto y mejores condiciones de vida, estás serán necesidades que deberemos volver a crear en el niño, en contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen un origen que merece ser contado por más que provenga de condiciones extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con su familia, comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo y encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.
Autor:
Sonia Loza