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Como agua para chocolate (L. Esquivel) (página 2)

Enviado por euge_mza


Partes: 1, 2

En 1911 en las elecciones presidenciales resultó elegido Madero pero no logró alcanzar un acuerdo con Zapata ni con otros líderes agrarios respecto de los problemas sociales planteados por el campesinado. El 25 de noviembre Zapata proclamó el Plan de Ayala, en el que se proponía el reparto de tierras y la continuación de la lucha revolucionaria. El Ejército federal reprimió con dureza los levantamientos, estableciendo campos de concentración, quemando aldeas y ejecutando a numerosos campesinos. En ciudad de México tuvo lugar en febrero de 1913 la que se denominó 'Decena Trágica'

4) Argumento

4.1) Brevísima síntesis argumental

Tita, una apasionada cocinera está condenada a permanecer soltera, cuidando de su autoritaria madre hasta que ésta muera. Pero se enamora de Pedro quien, para estar cerca de ella, se casa con su hermana Rosaura.

Las recetas que Tita elabora marcan el paso de las estaciones de su vida, siempre coronados por la ausencia de Pedro, la ausencia del amor y la comprensión, encontrada únicamente en la cocinera anterior del rancho, Nacha.

Luego de idas y vueltas en su amor con Pedro, y luego de interminables peleas y abusos físicos y emocionales por parte de su madre, Tita se libera espiritualmente y es mandada por Mamá Elena a un asilo mental. En realidad va a parar a la casa de John Brown, el médico, quien se enamora de ella y le proporciona los cuidados necesarios para lograr esta libertad espiritual tan anhelada.

Luego de un violento ataque por unos rebeldes al rancho, Mamá Elena se ve imposibilitada de caminar y Tita vuelve al Rancho para cuidarla. Se reencuentra con los malos tratos, pero esta vez no la dominan. Al morir su madre, Tita queda viviendo en el Rancho con Pedro, Rosaura y la hija de ambos, Esperanza, a quien cuida y alimenta. Recibió una propuesta de matrimonio del Doctor Brown, pero la rechaza luego de ser desvirgada por Pedro y ante la sospecha de un embarazo producto de la consumación de su amor. Finalmente este embarazo era sólo un desarreglo en el ciclo menstrual de la protagonista de esta historia de desencuentros y tragedias.

Luego de muchos años, cuando Esperanza ha crecido, se produce la boda de ella con Alex, el hijo de John Brown. Al irse lejos del hogar la "niña", Tita y Pedro finalmente se encuentran solos en la casa, pues Rosaura había fallecido un año atrás. Esa misma noche, sin las presiones de ser escuchados o encontrados realizando su preciado acto de amor, se disponen a hacer al fin el amor libremente. Fue tan grande esta emoción que Pedro muere en el acto, y Tita, al perder al amor de su vida, decide ir a su encuentro cometiendo el suicidio.

La historia es contada por la hija de Esperanza y Alex, a través de la explicación de las recetas de cocina de un libro que Tita comenzó a escribir para crear una nueva historia, que le fueron heredadas por su madre al encontrar el Rancho quemado hasta ser cenizas luego del fuego ocasionado por nada menos que los cuerpos de Tita y Pedro aquella, su última noche.

El libro se presenta de una forma muy original, capitulado a través de la preparación de estas recetas dejadas por Tita para la posteridad, y recordando los días en los que habían sido preparados expresando diferentes situaciones y estados.

5) La historia contada a través de los Personajes

5.1) Tita De La Garza

Es una mujer espiritualmente independiente, aunque sometida a las agresivas costumbres familiares de las que es presa. Por haber nacido última, y además por ser mujer, está condenada a permanecer soltera y casta para cuidar a su madre y no caer en la desgracia de la vergüenza social.

En una época de grandes represiones ideológicas, Tita no escapa de los cuestionamientos sobre la vida misma, sobre la libertad, las injusticias y sobre todo lo que le está prohibido. No se cuestiona sobre la Revolución por la que atraviesa su país, pues le interesa hacer y no filosofar. Contrariamente a esos héroes en las palabras que nos son mostrados a lo largo de la historia, Tita es quien en efecto busca cambiar las cosas. A su manera, busca la misma libertad que buscan los revolucionarios, pero ella está comenzando desde su casa, desde el Rancho, intentando cambiar las leyes represoras que le han sido impuestas, y soportando para ello los constantes abusos de su Mamá Elena.

Al nacer, Tita no pude recibir los alimentos maternos debido a una depresión de la que fue presa su madre tras enviudar. Así es como fue criada en la cocina por Nacha, su única amiga fiel y confidente, aprendiendo desde la cuna los secretos y sabores culinarios que marcan esta historia. De muy joven, a sus 15 años, Tita conoce a Pedro y se enamora perdidamente de él. El amor fue mutuo. Sin embargo, debido a la tradición familiar, Mamá Elena arregló la boda que marcaría definitivamente el odio que su hija Tita le tendría toda la vida: la de Rosaura con Pedro. Tita nunca comprendió realmente si fue cierto que Pedro se casara con su hermana para estar cerca de ella pues, víctima de los celos, Pedro habría sido en muchas ocasiones motivo de pena para Tita. Mamá Elena nunca dejó de vigilar a estos dos constantemente, ocasionando disturbios familiares al por mayor.

Además de excelente cocinera, Tita era una persona extremadamente sensible y estaba en profundo contacto con su espiritualidad. Ya que la cocina era para ella una actividad que la desvinculaba del mundo represor y le permitía el acceso a su propio y mágico, liberador mundo, era capaz de reflejar en sus platos sus estados de ánimo y contagiarlos a todos los comensales. La boda de Rosaura con Pedro fue motivo de gran tristeza para ella, e incluso de repulsión. Fue tal su sensación al preparar el pastel de bodas, que los presentes en la ceremonia, al probarlo, sintieron gran tristeza y, en busca de aliviar esta pena, se produjo una vomitona colectiva en el Rancho. Como no podía ser de otra forma, Mamá Elena culpó a Tita de haber intoxicado la comida y la castigó fuertemente. El segundo hechizo del que los comensales fueron presas se dio en el primer aniversario de Tita como cocinera del Rancho, luego de la muerte de Nacha. Pedro, tiernamente, regaló a Tita un ramo de rosas que Mamá Elena le prohibió conservar. Para no desperdiciar este gesto, algo tan rara vez observado por Tita, cocinó un platillo con los pétalos de esas rosas que había sostenido contra su pecho con tal firmeza que había salpicado con su propia y deseosa sangre, cargada de necesidades, en especial la del amor. Al probar el platillo se dio entre Pedro y Tita una relación sexual casi platónica, que fue sólo manifestada en lo físico en el cuerpo de Gertrudis, su otra hermana, el día que abandonó el Rancho.

Cuando Rosaura dio a luz a su primer hijo, Roberto, Tita se vio con gusto obligada a su alimentación, y le tomó un afecto maternal que ansiaba experimentar con todo su ser. Al verse imposibilitada de casarse y concebir, al haber recibido al niño en este mundo y al acoger a Roberto como su propio hijo su cuerpo reaccionó de una manera especial: dio leche, con la que alimentó al niño. Pero nuevamente su madre la reprimió: al ver extrañas movidas ocasionadas por los constantes roces de miradas y situaciones amorosas con Pedro, envió a la familia de su cuñado a vivir lejos. Esta separación fue doblemente dolorosa para Tita: perdía a su hombre (que no era su hombre) y a su hijo (que tampoco era su hijo). Siendo la encargada de la cocina del Rancho desde la muerte de Nacha, Tita por primera vez en su vida tenía tristeza tal que se desentendía de sus labores. La partida de Pedro y Roberto le había quitado todas sus fuerzas, a pesar de que en estos momentos de profunda pena siempre encontraba la compañía y consejos del alma de Nacha, pues su relación en vida había sido tan fuerte que incluso desde la muerte se acompañaban. Pero ni siquiera los consejos de Nacha fueron capaces de atenuar el fuego rabioso que nació de su entraña al saber que Roberto había muerto estando lejos, pues no podía ser alimentado con propiedad, mucho menos con todo el amor que él necesitaba y que sólo Tita podía brindarle. Culpó a Mamá Elena en un desenfrenado ataque de rabia y gritos, y corrió a esconderse en el palomar sobre la casa, desnuda, reflejando su decisión de separarse de todo lo que había conocido en este mundo, y quedándose rodeada de las plumas de palomas que podían volar donde quisieran, con un pichón que había quedado abandonado que acogió como su hijo, aunque estuviese muerto. Quizás, en alguna forma, se esté mostrando al lector a una Tita que refleja a su madre: dando el alimento (cuidado más básico) a un hijo diferente a ella, que está muerto (como Tita, muerta por dentro, sin poder comunicarse o su madre).

Ante el abandono que muestra su madre, la envía a vivir bajo la tutela del Doctor Brown encomendándole aislarla en un asilo mental. John la lleva, en cambio, a vivir a su casa, donde está Alex, su pequeño hijo. Tita, en su deseo de vivir en un mundo más que privado, deja de hablar incluso al tener más de sus encuentros supernaturales (aparece ante sus ojos en repetidas ocasiones la abuela de John). Se nos muestra que Tita no necesitaba de otras personas tan sólo porque sí, ya que su amor era tan generoso que podía llegar hasta a los seres que ya no estaban en este mundo. Pero sí sentía la necesidad de liberarse, de rebelarse contra una autoridad demagoga. En casa de John encuentra este aislamiento necesario que, sin ser confinamiento, funciona perfectamente como ese otro mundo que Tita buscaba: un sitio de amor y comprensión, donde aprende cosas nuevas no sólo de ciencia, sino de la relación amena de la que pueden gozar dos personas.

Luego de un desafortunado incidente en el que su madre queda paralizada de la cintura hacia abajo, Tita regresa a vivir al Rancho para continuar con sus cuidados, a pesar de que Mamá Elena la acusa sin descanso de querer envenenarla a través de la comida. Justamente a Tita, incapaz de violentarse de tal forma, y aún menos por medio de lo que representaba su unión con el Universo mismo: la cocina.

Víctima de esta sospecha, Mamá Elena tomaba sustancias vomitivas luego de cada alimento que Tita cocinaba, hasta que finalmente murió. Tita entonces se vio tan desligada de sus presiones que no supo qué sentir. Por primera vez era casi libre, por lo menos no tenía que cuidar de nadie a quien no quisiera cuidar. Podía dar su amor como a ella le placiera. La muerte de su madre tuvo muchas repercusiones, la mayor de ellas fue que Tita se encontró con una serie de testimonios del pasado de su madre que la exponían ante sus ojos como una mujer apasionada (como ella) a quien le habían negado el amor verdadero (como a ella). Y aún sabiendo esto, fue tan cruel el destino que madre había propiciado para ella que nunca podría perdonarla ni siquiera quererla, pero de todas formas en su funeral, lloró.

Quedó viviendo en el Rancho con la familia de Rosaura, quien había regresado para asistir al funeral luciendo un prominente embarazo. De allí nació Esperanza, quien al abandonar el útero había incapacitado a su madre de poder tener más hijos. Nuevamente Rosaura no tenía leche y Tita se hizo cargo de la labor de alimentarla, pero esta vez no desde su pecho, sino por medio de alimentos preparados, como Nacha hubiera hecho con ella hacía 17 años. Al ser la última criatura que nacería de ese matrimonio, Rosaura desde su llegada al mundo había pronosticado su destino: el de continuar la tradición familiar de mantenerse soltera a disposición de su madre. Fue tan grande el enojo y la frustración de Tita (sumado al hecho de que Pedro se negó a permitir el casamiento de Tita con John) que logró un nuevo hechizo alimenticio: deseando que esas palabras se pudrieran en el fondo de las entrañas de Rosaura, Tita hizo que desde ese día su hermana sufriera constantes y pestilentes contracciones digestivas.

Esa misma noche en la que John pidió (y consiguió) la mano de Tita, Pedro la sorprendió avanzada la noche y consumaron su amor en un cuarto al fondo de la casa, en un espectáculo de chispas que se desprendían de sus ardientes cuerpos que fueron confundidos con el espíritu de Mamá Elena. Luego, ante la sospecha de estar embarazada de Pedro, Tita suspenderá la boda con John, pues sería injusto entregarse en matrimonio sin ser casta (además de ser la madre del hijo de su cuñado). La soledad invade cada vez más el cuerpo de Tita, hasta que vuelve al Rancho Gertrudis, felizmente casada, marcando una esperanza para Tita. Gertrudis se encarga de propiciar el encuentro entre Tita y Pedro para confesarle este embarazo, y se marca un nuevo capítulo en la historia entre ambos. Esa noche Pedro, embriagado de alegría y de alcohol, sufre una serie de quemaduras que lo obligarían a recibir los cuidados médicos de Tita. Pero no fue tan sólo un accidente: Mamá Elena se había presentado en el mundo mortal, maldiciendo a Tita quien, finalmente, logró exteriorizar toda su furia contra Elena y hacerla finalmente desaparecer, logrando también comenzar su ciclo menstrual y entrando en razones que lo que le sucedía era un embarazo psicológico producto de su profundo deseo de poder algún día ser madre de un niño nacido del verdadero amor.

Pasados los años, Esperanza contraería matrimonio con Alex Brown en una boda que sería el desenlace de la historia de desencuentros, pues ahora quedaban tan solo Tita y Pedro en la casa. Esa noche, al consumar su amor, ambos encontrarían la muerte en lo que John describiría (mitad en forma científica, mitad en forma espiritual) como el estallido del fuego interior.

5.2) John Brown

Este ameno doctor estadounidense se aparece en las vidas de los De La Garza como la salvación, la liberación y la promesa de nuevas eras. Criado con lo moderno de la ciencia, lo normal de la familia, y lo especial de los conocimientos sobrenaturales de su abuela kikapú Luz Del Amanecer, John encarna la mezcla de todas las sensaciones de los personajes de este libro, adaptándolas y explicándolas en formas que Tita comprendía y aprehendía para poder conseguir su liberación. Se muestra comprensivo y de suma ayuda para Tita al cancelar la boda, sin rencores, sino agradeciendo poder haber estado a su lado.

Como meritorio de este personaje, cuento una historia que luego sería el botón desencadenante de la final emancipación espiritual de Tita: Al recibirla en su casa, John se enamora profundamente de ella. Trata de enseñarle, más allá de reglas y condicionamientos, las curiosidades que él había aprendido de su abuela, ya que conocía a Tita y sabía que estos datos serían de su agrado. Desde un principio vemos que John es apacible, sereno y muy predispuesto a ayudar a Tita. Podría haber sido su complemento ideal.

En el capítulo referido al mes de Junio, titulado bajo el nombre de "Masa para hacer fósforos", John explica a Tita que podemos encontrar estos componentes directamente en el cuerpo humano, y relata una historia que Luz Del Amanecer le habría enseñado, que será luego de vital importancia para comprender el desenlace del libro.

"Si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos […] oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música […] que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. […] Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir. […] Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.

"-Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno por uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe […] ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrarnos con nuestro origen divino"1

1John Brown, pág. 85

5.3) Elena De La Garza

Habiendo sido criada en una familia de formación rígida y autoritaria, Elena se nos muestra como una mujer de similares características. Es dura, fuerte, de gran carácter, con un desenfado fenomenal a quien no cumple las reglas.

De joven había sentido el amor en los ojos de un muchacho llamado José Treviño, a quien el padre de Elena despreciaba por tener sangre negra en sus venas, y la obligó a contraer matrimonio con Juan De La Garza. Habiendo ya sido madre, Elena continuó con sus encuentros amorosos con el mulato, siendo el fruto de éstos Gertrudis. Juan ignoraba este hecho hasta que nació Tita. Al tomar conocimiento sufrió un fulminante infarto, dejando a Elena viuda desde muy joven. Esta repentina viudez la obligó a ser aún más rígida y fuerte, pues tuvo que hacerse cargo del Rancho, de sus tres hijas y de todos los quehaceres que le tocaban por el hecho de ser mujer. Como su madre antes que ella, le enseñó a Rosaura, Gertrudis y Tita los valores que eran imprescindibles para ser agraciada en la sociedad, y las tradiciones que corrían en la familia De La Garza.

A pesar de haber sido víctima de una frustración amorosa culpa de la represión paterna, Elena no se mostró como una persona necesitada de dar afecto, todo lo contrario: aparenta ser una persona renuente al mismo, ya que antes le había provocado tales sufrimientos y soledades. Quizás por eso, y en cumplimiento de las normas familiares, procuraba que sus hijas tuviesen mejor suerte, al menos un futuro más sólido que el de ella, apresurada por entregarlas a una nueva familia que pudiese dar la estabilidad necesaria para su tranquilidad y Paz. De alguna forma creo que Elena quería quedarse sola, y es por esto que ella también se mostraba infeliz con la norma familiar que imponía que Tita se quedara a su lado hasta la muerte.

Desconociendo otro modo de vida, Elena intenta todo el día enseñar e imponer lo que le fue enseñado e impuesto, no por un acto de cobardía hacia el cambio (ella podía enfrentarlo muy cómodamente), sino por un acto de su propia liberación, que esta vez no es espiritual, sino de una falsa sensación de satisfacción al verse desligada de su obligación de madre. Aún así el odio no la abandona, expresando quizás la furia contra sus padres y su difunto esposo a través del mal trato con sus hijas, en especial con la encargada de su compañía, Tita.

5.4) Pedro Muzquiz

Pedro es un joven arrebatado y apasionado, que quizás no es reflejo de su padre, un hombre paciente y contemplativo. La misma noche en la que conoció a Tita en una fiesta se decidió a proponerle matrimonio, aunque esperó que arribara la oportunidad para hacerlo a solas. Luego de paseos románticos por la plaza de Piedras Negras, Pedro y Tita fijaron un lapso de un año para dar a conocer la noticia al pedirle a Elena su mano. Pero la noche en que lo hizo, Elena propuso al Señor Muzquiz que Pedro contrajera matrimonio con Rosaura. Pedro, en un arrebatado intento por permanecer cerca de Tita, aceptó la propuesta. Sin cumplir su rol de marido, no consumó el matrimonio sino hasta meses después, gracias a las insistencias y presiones que recibía. Nunca tomó suficiente valor para hacer las cosas, es quizás quien menos piensa en las repercusiones de sus actos en toda la novela. Nunca se atrevió a huir con Tita del Rancho, ni a gritar a viva voz su amor incluso luego de la muerte de Mamá Elena. Incluso se dejaba doblegar por Elena. Como en la obra no se menciona la existencia de Señora Muzquiz alguna, presumo que esta redención a la autoridad materna era producto de haber perdido a su madre, o de la ausencia de ella.

Su inexperiencia ante el trato delicado hacia las mujeres y su anatomía lo llevaba a ser un tanto rústico en la forma de expresar su deseo hacia Tita, delirando durante mucho tiempo por una parte de la pantorrilla que le había visto alguna vez, o mirando fijamente los senos de Tita en una ocasión en la cocina. Sin el menor desdén, Pedro ayudaba a Tita a recorrer el cuerpo de él con las manos de ella, e incluso el día en que la desvirgó la tomó casi por la fuerza, de no haber sido porque Tita no puso resistencia alguna.

Es también esta actitud de niño que se hace pasar por hombre de la casa, Pedro constantemente hacía berrinches frente a la posibilidad de compartir a Tita con alguien más, representado en la novela a través de John, pero también repudiaba la falta de compañía de Tita cuando ella estaba junto a otras compañías. Era tan desenfrenado su amor, y tan tempestuosa la separación que les había sido marcada, que Pedro nunca asumió a viva voz sus sentimientos hacia Tita fuera del círculo privado que ambos formaran, y no fue sino hasta la boda de Esperanza (en la que bailó románticamente con Tita frente a todos) que demostró su amor sin importarle lo demás… ni los demás.

5.5) Gertrudis De La Garza

Gertrudis, la segunda hija de Elena (hija de Treviño, el mulato), es una mujer totalmente desenfrenada, muy pasional y muy curiosa respecto de su propio ser y de las delicias que depararía la vida lejos de las normas.

Siempre inclinada hacia el camino rebelde, Gertrudis fue quien sucumbió ante la tentación que marcó aquél plato de Codornices en Rosas que Tita había elaborado marcando una intimidad con Pedro. Para quitarse el ardor que esta sensación provocaba en su bajo vientre, fue a darse un baño en el cuarto de patio trasero construido a tal fin. Pero era su sensualidad tan remarcada, y su deseo tan libidinoso, que el agua no podía refrescarla, representado en la novela en forma mágica: diciendo que las gotas de agua, ni bien tocaban su piel, se evaporaban. Casi explotando de pasión, fue tal el calor de su cuerpo que incendió el cuarto de la ducha. Al salir para resguardar su vida un rebelde, el capitán Juan Alejandrez (quien meses después volvería al Rancho en busca de provisiones) la subió a su caballo y se la llevó lejos del hogar, haciendo el amor a galope.

Gertrudis fue a parar a un burdel, con ansias de calmar el hambre y sed de su cuerpo. Tras pasar meses de lujuria, fue a la búsqueda de Juan Alejandrez y contrajo matrimonio, no sin antes enrolarse en el ejército rebelde y lograr, a fuerza de batallas, ascender hasta el cargo de Generala.

Siempre calculadora, pero abierta y franca a cualquier costo, Gertrudis es quien se encarga de propiciar la situación para que Pedro se enterara que Tita estaba embarazada de él, y es quien aconseja a su hermana sobre el tema antes de partir nuevamente a batallar.

5.6) Rosaura De La Garza

La más recatada y acatadora de las reglas de las tres hijas de Elena. Siendo la mayor, es la más preocupada por contraer matrimonio para perpetuar las costumbres familiares.

Rosaura, sabiendo siempre que su marido era el novio de Tita, se muestra como una mujer enfadada y con actitudes de desprecio, a pesar de haber sentido la mayor parte de su vida una terrible sensación de angustia y culpa por haber robado a Tita su amor. Sin embargo, reclamando lo que le pertenece por decisión materna, constantemente tiene enfrentamientos con Tita respecto de Pedro.

Si bien no es independiente ni luchadora, al sentirse permanentemente en desventaja con Tita siempre la trató con frialdad, indiferencia y hasta desprecio. Al temer fracasar en las áreas donde Tita tenía éxito rechazaba la ayuda de su hermana, siendo el mejor ejemplo de esto una ocasión en la que intentó cocinar y se negó a recibir ayuda o asesoramiento, produciendo una indigesta comida que su madre intentaba halagar en presencia de Pedro.

Al continuar ciegamente con la tradición familiar anunciando que Esperanza iba a mantenerse soltera hasta su muerte, Tita propició sin intención una terrible y permanente indigestión a través de su comida, que provocaba a Rosaura flatulencias y mal aliento, hasta terminar en una gran inflamación en el vientre que le provocó la muerte.

5.7) Chencha

La más joven de las empleadas del Rancho, Chencha se mantuvo siempre por el bajo, sin intentar ser protagonista de historias que no le eran suyas, pero permanentemente propagando las noticias de aquí para allá.

Exagerada y a veces mentirosa, esta meticulosa chica siempre se mostró temerosa a los regaños de Elena, lo que le hacia sentir la necesidad de inventar excusas por sus actos y por los de los demás.

Este personaje recién toma importancia en el capítulo correspondiente a Julio, cuando Tita está viviendo en casa de los Brown. Chencha preparó uno de los platos favoritos de Tita, Caldo de Colita de Res. Este plato llevaba, además del sabor, los recuerdos buenos y agradables que se necesitaron para que Tita volviera a hablar y a llorar para desahoga sus penas pasadas.

Asimismo, luego de un violento ataque donde resultó violada y a pesar de ser la única compañía con la que contó Mamá Elena durante meses, al volver Tita al Rancho Chencha fue despedida y volvió a su pueblo, donde contrajo matrimonio con un hombre honrado y bueno que la quería. Y un día, así como se fue, volvió a ayudar a Tita en cuanto podía, una vez que Mamá Elena había fallecido, acompañada esta vez por su marido.

5.8) Nacha

Es quizás uno de los personajes más importantes de la novela. Responsable por la adoración de Tita por la cocina, Nacha fue más que la cocinera del rancho: era lo que Tita reconoció como una madre, una madre amorosa que le enseñaba con paciencia, que la cubría en sus picardías, que la mimaba en sus enfermedades y la arropaba cada noche. Incluso luego de su muerte siguió acompañando y aconsejando a Tita sobre cuanto podía, y nunca la dejó a merced de las tristezas y soledades que estaban siempre rondando a Tita.

Nacha trabajaba en el Rancho desde que tenía memoria, cuando la madre de Mamá Elena era la jefa del hogar. En esos días, Nacha tenía un novio que la frecuentaba. Ante el desagrado de la madre de Elena, corrió al novio y no permitió su regreso al Rancho. Así Nacha perdió la única oportunidad de amar que tuvo en su vida, razón de más para comprender en todo sentido a Tita en la penosa situación con Pedro y el infortunado destino que había de tocarle.

La noche anterior a la boda de Rosaura y Pedro, Nacha y Tita preparaban el pastel de bodas. Tita, angustiada, lloró sobre la comida dejándole un imperceptible sabor a tristeza que luego hubo de descomponer a los invitados a la celebración. Nacha, para asegurarse del buen estado de los alimentos, probó un poco, pero lo suficiente como para irse a dormir esa noche convertida en un mar de lágrimas. Tan triste se hallaba al otro día que no puedo asistir a la boda, prefirió quedarse en cama. Tampoco se molestó por ello, visto que nunca tuvo buena afinidad con Rosaura por ser esta muy melindrosa con los alimentos desde pequeña. Nacha, como Tita, prefería cumplir con sus tareas aún siendo un espíritu libre, actuando con sutileza para lograr cambios hacia una situación mejor.

Al regresar Tita de la boda de su hermana encontró a Nacha muerta sobre su cama, abrazada a una foto de ese amor que le fue negado. Tal como ocurrió con Tita, tal como ocurrió con Elena, Nacha señala lo que puede ser considerado como una de las tres "generaciones" del Rancho marcadas por la frustración amorosa, el desencanto a la vida, y la lucha por mantener el equilibrio en situaciones entristecedoras y desconcertantes.

6) Los Tiempos del relato

La historia es relatada por la sobrina nieta de Tita, la hija de Alex y Esperanza, en un tiempo contemporáneo al nuestro. En un cálculo aproximado, los sucesos relatados ocurren en un período entre el último lustro del siglo XIX y la primer veintena del siglo XX en la primera y segunda generación. Ya en la boda de Esperanza y Alex comienzan a aparecer los modernismos, simbolizados a través del arribo de los invitados en automóviles Ford "T", fabricados aproximadamente en 1910, arribados a México entren 1915 y 1920.

La forma del relato en acronológica, pues narra historias sin seguir un orden temporal cronológico, sino relacionado a los platos que la hija de Esperanza va preparando con los sucesos ocurridos durante los tiempos de Tita en la preparación de los mismos, incluyendo también relatos de generaciones previas (Luz Del Amanecer, Nacha, Elena).

7) El espacio

Los hechos se ubican geográficamente en un pueblo llamado Piedras Negras, en el límite de México con Estados Unidos (el pueblo de Eagle Pass, en Texas). La gran mayoría de los hechos toma lugar en el Rancho de los De La Garza, aunque algunas acciones se ubican en el centro del pueblo (como lugar de compras y las constantes balaceras entre federales y rebeldes), en Eagle Pass (como lugar de otras compras y la casa de John Brown) y hasta en San Antonio, donde vive el hermano de Elena con quien viven por un período Rosaura, Pedro y el pequeño Roberto.

8) El conflicto principal

Como analizamos desde los personajes, el verdadero conflicto se presenta en todos los personajes, y es la frustración hacia el amor: la forzada separación de Tita y Pedro, el asesinato (previa separación) de Elena con Treviño, el impedimento de ejercer el acto de amor por parte de Gertrudis, el matrimonio sólo por aspectos de Rosaura y Pedro, la separación de Nacha y su novio, el enamoramiento y abandono que sufre John Brown, la lucha por ganar el amor de Luz Del Amanecer y, finalmente, la violación de Chencha y su posterior encuentro con el verdadero amor. En cada historia aparece la lucha, la desesperación por ganarse en tiempos de represión, la libertad para ejercer lo más íntimo y sagrado que puede tener un ser humano, que es su derecho a amar a alguien, y a ser amado.

Cada personaje, desde su perspectiva, se relaciona con este conflicto, siendo el principal exponente del mismo en la novela la serie de desencuentros forzados de los que son víctimas Pedro y Tita, en manos de Mamá Elena.

9) Los temas y su tratativa

9.1) La tratativa dada a los temas

Tratándose de cuestiones tan intrínsecas a la propia naturaleza humana, la tratativa dada a los temas es cruda pero sin caer en la agresividad.

Con el respeto merecido, la autora habla de la sensualidad, la sexualidad, le lujuria y el más puro amor con el mismo tono comunicacional. El mismo trato otorga a la libertad y a la represión, a la pena y a la algarabía, y a todos los pequeños subtemas tocados en esta novela.

Utilizando lenguaje cotidiano y muy expresivo, Esquivel logra hacer sentir al lector exactamente el conjunto de sensaciones que experimentan los personajes. Con impecable sincronía entremezcla insultos, maldiciones, sociolectos y lo que podría considerarse como tecnolectos culinarios, con el lenguaje cotidiano de manera de ser comprensible por cualquier persona de habla castellana, de cualquier estrato social y condiciones psico y sociológicas.

9.2) La tratativa íntima de la autora

Tratándose de una amante de la cocina, Laura Esquivel nos muestra que el arte culinario no es simplemente una actividad cotidiana para cumplir una necesidad básica sino, por el contrario, tiene miles de características especiales, perfectamente representadas en la obra. De este modo, la cocina es liberadora, pacificadora, y hasta un vínculo de comunicación y amoroso entre los personajes.

Según la autora, "UNO ES LO QUE COME, con quién lo come y cómo lo come".En una entrevista, confesó que defiende con el mismo ímpetu la literatura y la cocina. La primera, dice, es un acto de amor, y escribir le sana de sus obsesiones y sus fantasmas. Los fogones, por su parte, son su fuente de conocimiento. En su novela Como agua para chocolate descubrió a los lectores la efervescencia amorosa que surge tras degustar codornices con pétalos de rosa o el poder de recobrar la memoria que puede tener un caldo de colita de res.

Durante esta entrevista, ante la pregunta "¿Qué es para usted cocinar?", ella respondió:

Es una ceremonia de unión con el universo. Un placer enorme. A veces, lo utilizo como contrapunto a mi escritura; en otras ocasiones, como terapia. El amor siempre está presente allí. El amor, que da sentido a todo, es lo que hace de dos cosas una, y en la cocina uno hace precisamente eso: utiliza todos los elementos que conforman el mundo, juega con ellos y, en base al amor, hace una única cosa que después va a ser ingerida por los demás.

Y aún más relacionado a esta novela que relata las desventuras de la búsqueda de la libertad y las ansias de cambiar el mundo, Esquivel comentó:

"Llegué a pensar que era una pérdida de tiempo estar cocinando cuando afuera las mujeres podíamos cambiar el mundo… Fue maravilloso el día que redescubrí la cocina y me di cuenta de que el verdadero cambio está dentro de casa"

10) Las técnicas narrativas

Con impecable delicadeza, la autora explota al máximo su conocimiento sobre el lenguaje. En un mismo párrafo podemos encontrar sociolectos muy propios del pueblo o de la zona de residencia de los personajes, así como sociolectos mexicanos, junto al lenguaje cotidiano español.

La mejor representante es Chencha quien, dado su bajo nivel de educación y cultura o refinamiento, habla de corrido y en palabras sólo por ella entendibles. La autora logra capturar estas frases, escribiéndolas tal y como se oirían, de modo que el lector puede decodificarlas perfectamente:

Al morir Roberto, Chancha llega a darle la noticia a Mamá Elena que está trabajando junto a Tita:

"-¡No llores niña! Me choca verte llorar. ¿Qué es lo que te pasa?

Es q’el Felipe ya’stá aquí y dice ¡que si petatió!

¿Qué dices? ¿Quién se murió?

¡Pos el niño!

¿Cuál niño?

¡Pos cuál iba’ser! Pos su nieto, todo lo que comía le caía mal ¡y pos si petatió!"

Chencha y Mamá Elena, pág 73

Y también encontramos en el relato tecnolectos especiales, de la mano del Doctor John Brown:

"- En 1669, Brandt, químico de Hamburgo, buscando la piedra filosofal descubrió el fósforo. Él creía que al unir el extracto de la orina con un metal conseguiría transmutarlo en oro. Lo que obtuvo fue un cuerpo luminoso por sí mismo, que ardía con una vivacidad desconocida hasta entonces. Por mucho tiempo se obtuvo el fósforo calcinando fuertemente el residuo de la evaporación de la orina en una retorta de tierra cuyo cuello se sumergía en agua. Hoy se extrae de los huesos de los animales, que contienen ácido fosfórico y cal."

Dr. John Brown, pág. 84

11) Conclusiones

Luego del análisis de esta novela, la única conclusión a extraer de la misma es que la libertad nunca ha de ser negada a un individuo cuyo espíritu sea salvaje por dentro, aún siendo el cuerpo portador del mismo un ente sujeto a reglas, pues este espíritu no descansará hasta ver cumplido su objetivo aunque sea sólo por un momento. Tal es el caso de Tita, nuestra protagonista y heroína, que luchó hasta ver eliminada una absurda tradición familiar, como fuera su propósito desde niña, presentado incluso al lector en las primeras páginas de esta emocionante novela cargada de valor y de sed de libertad.

12) Bibliografía consultada

http://www.el-mundo.es/larevista/num160/textos/laura.html

http://www.e-libro.net/autores/autor.asp?id_autor=2153

http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/chocolate.html

http://www.littworld.com/spanish/2002/escritores/f1LauraEsquivel.htm

http://www.salon.com/oct96/interview961104.html

http://bluehawk.monmouth.edu/~pgacarti/E_Esquivel_Laura.htm

Http://www.lasmujeres.com/lauraesquivel/books.shtml

"Mexicana, Revolución", Enciclopedia Microsoft® Encarta® 97 © 1993-1996 Microsoft Corporation.

"Piedras Negras", "Eagle Pass", Atlas Mundial Microsoft® Encarta® 97 © 1993-1996 Microsoft Corporation.

 

Autora de este material

María Eugenia Soria

Estudiante de Publicidad en la Fundación Fabián Calle, Mendoza, Argentina

Partes: 1, 2
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