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Hacia la motivación y orientación profesional en el ámbito educativo (página 2)


Partes: 1, 2

2. Le interesa la intervención ante el "caso problema".

3. Da orientaciones que chequea a través de la consulta.

4. El profesor y la institución se utilizan como apoyo en algunas ocasiones.

5. Generalmente trabajan con un individuo, no con grupos.

6. Tiene bases teóricas en la Psicología Clínica y la Psicoterapia.

7. Su sistema no es excluyente respecto a la corriente psicométrica.

CORRIENTE HUMANISTA.

1. Realiza una crítica explícita a la escuela autoritaria y academicista.

2. Busca incidir en alguna medida en el proceso docente – educativo (creación de atmósferas no autoritarias, respeto al alumno, consideración de sus necesidades, etc.).

3. Trabaja esencialmente la esfera afectivo – social.

4. Enfatiza más los aspectos cualitativos que los cuantitativos.

5. Utiliza el test de manera muy limitada y cuidadosa.

6. Crea metodologías grupales de intervención.

7. Su enfoque es no directivo y confía en las potencialidades de crecimiento de los sujetos.

8. Parte de concepciones de la Psicología Humanista esencialmente.

9. Reconoce el papel orientador que puede y debe cumplir el profesor.

Tendencia integrativa de actualidad

1. Busca que la orientación ( y el orientador ) se integren al centro como agentes de cambio.

2. Alcanza una comprensión más social de los problemas de los escolares y sus posibles soluciones.

3. Busca la inserción de la orientación en el proceso docente y valoriza la función orientadora del maestro.

4. El orientador se ve como un profesional más y complementa su trabajo con otros profesionales y roles sociales ( maestros, padres, etc.)

Nos parece que estos cuatro elementos, distinguibles dentro de las expresiones más avanzadas de la orientación en la actualidad, marcan una tendencia muy positiva en esta área que debemos aprovechar. Sin embargo, la relación orientación – educación y la concepción de cómo debe manifestarse este proceso en el funcionamiento de una institución educativa, son elementos problémicos que se discuten en la actualidad. Expresaremos algunas de las consideraciones que hemos hecho al respecto.

El trabajo de orientación en el ámbito escolar debe conformar un sistema donde participen los profesores de forma integrada (desde su organización en el P.D.E.) y los orientadores, ubicados en servicios o buroes de orientación, pero articulados en sistema con los mismos objetivos que los demás funcionarios de la institución.

Ambos profesionales poseen misiones y tareas bien definidas, cuyos límites deben conocer y cuidar. Pero ambos a su vez conforman un sistema en torno a grupos, padres y alumnos; deben planificar estrategias comunes y mantener un intercambio constante de información. El no lograr esto ha sido, justamente, la principal limitación de los enfoques tradicionales de la orientación educacional en general y profesional en específico.

Esta concepción de la Orientación Educacional lleva implícita una demanda de transformación al P.D.E. y a los roles de profesor y orientador. Se busca sistematizar aportes de la Didáctica y la Orientación Educacional en torno a una estrategia colectiva de trabajo que permita facilitar el crecer del alumno, implementando las acciones de orientación necesarias para ello.

Partimos de retomar los aportes útiles de los enfoques tradicionales (psicométrico, clínico – médico y humanista), la dirección sociopedagógica de las tendencias actuales y los múltiples aciertos que en esta línea ha acumulado la experiencia educacional cubana (actividades vocacionales, programas directores, papel del maestro, etc.).

En la concepción de la relación de ayuda, piedra angular de cualquier acción orientacional, partimos de la definición vigotskiana de que la educación conduce el desarrollo, operando en la zona de desarrollo próximo del sujeto, a través del establecimiento de un vínculo desarrollador con ese "otro" que facilita las condiciones de desarrollo personal.

La orientación en el ámbito escolar es un proceso que se puede programar y dirigir, pero sólo se realiza a través de la autodeterminación del sujeto, que se responsabiliza con sus decisiones en un ambiente de libertad y espontaneidad y con la consciencia y responsabilidad que el marco social demanda.

Junto a las normas y tareas que necesita el PDE y la vida escolar, deben vivenciarse la autenticidad, la comprensión empática y la aceptación que permitan al profesor establecer una relación de ayuda con el alumno que lo necesite

Esta concepción, que hemos materializado en los programas y modelos de orientación que hemos propuesto e implementado en algunos centros docentes, aporta elementos para la elaboración de una didáctica de la formación de valores y cualidades personales y profesionales, lo cual es una hermosa y difícil demanda pedagógica de nuestros tiempos.

Es evidente, por ejemplo, que la Didáctica no puede dar respuesta a las exigencias de la Orientación Educacional en el proceso docente – educativo, si no elabora propuestas teórico – metodológicas que integren de manera eficiente los componentes personales a los no personales

Dentro del trabajo general del centro educacional, las acciones de orientación son aquellas que permiten ejercer una influencia desarrolladora o reparadora sobre las áreas esenciales que definen el crecimiento del alumno en una edad y momento determinado (tendencias y tareas del desarrollo). Con este fin se maniobra la actividad y la comunicación del grupo (o del alumno), para facilitar que asuma nuevos roles y vínculos que lo ubiquen en una situación desarrolladora. Estas acciones deben tener un carácter intencional y planificado.

LA ORIENTACIÓN ES PUES LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA DE DEFINIR ( E IMPLEMENTAR) CÓMO AYUDAR CON EFECTIVIDAD A ALGUIEN EN UN MOMENTO Y UN ESPACIO DADO PARA FACILITARLE EL MAYOR NIVEL DE CRECIMIENTO PERSONAL POSIBLE, SEGÚN LA ETAPA ESPECÍFICA DE DESARROLLO EN QUE SE ENCUENTRE Y SU SITUACIÓN SOCIAL Y PERSONAL CONCRETA. EN LA ORIENTACIÓN EDUCACIONAL (Y DESDE EL ENFOQUE QUE DEFENDEMOS), ESE ALGUIEN ES EL ALUMNO Y EL ESPACIO ES EL ÁMBITO ESCOLAR,

¿Qué entendemos por crecer?

El crecer puede ser visto como proceso o como resultado. Como resultado tiene que ver con el cumplimiento de las tareas de desarrollo de una determinada edad, que incluye siempre alcanzar los niveles de independencia, seguridad y desarrollo intelectual que la misma requiere.

Como proceso, el crecer nos lleva a considerar toda la dinámica de vínculos, vivencias personales y condiciones sociales que articulan la vida de una persona en un contexto dado. El crecer se puede entender como el proceso de conformación de una identidad determinada o la configuración de la personalidad a través del enfrentamiento de las contradicciones que la cotidianidad nos va creando en determinadas condiciones socioeducativas

En su crecimiento, el sujeto va elaborando una situación personal independiente y responsable, estableciendo vínculos y compromisos sociales más complejos Este camino conlleva un necesario aprendizaje constante de roles y un enfrentamiento activo de conflictos y obstáculos al desarrollo.

El crecer ha sido definido, más sintética y operativamente, como " un proceso continuo de pérdidas y adquisiciones" ( Cucco, M. 1993) Si estas pérdidas y adquisiciones se dan a través de un reaprendizaje de la realidad y favorecen el cumplimiento de las tareas del desarrollo, nos conducirán a una situación independiente y socialmente responsable que nos da los recursos para enfrentar las contradicciones de la vida cotidiana y alcanzar una identidad personal adecuada.

La orientación se planifica ( en función del tipo de problema y su expresión subjetiva y grupal ) en un periodo relativamente largo ( por ejemplo, un ciclo o un curso ) o a corto plazo (tal vez una o dos entrevistas para ayudar al alumno a asumir una decisión).

El accionar articulado de maestros y orientadores debe estar determinado por una interacción entre los propósitos previos de transmisión y formación de cultura (entiéndase aquí conocimientos, valores, habilidades, motivos, etc. plasmados en programas de enseñanza y las particularidades que nos van revelando los grupos y sujetos, expresadas en contradicciones que aparecen en el P.D.E.

De aquí se desprende que, aunque incluye y necesita la planificación, la orientación, como la educación en general, no puede ser un proceso rígidamente concebido sino un proceso devenido y construido en un quehacer cotidiano que debe ser constantemente revisado, cuestionado y reconstruido, partiendo de un diagnóstico sistemático de la realidad y desde una actitud crítica frente a la misma.

Es necesario evitar que la actuación profesional se transforme en una "mecanismo irreflexivo y no consciente de acción" (Quiroga, A. 1993 ). Sólo esto garantiza el desarrollo profesional del educador y la posibilidad de las acciones de orientación con el consiguiente crecimiento del alumno.

La concepción de orientación que planteamos tiene que concebir el diagnóstico como un proceso continuo y participativo, que incluya no solo una valoración de las deficiencias del alumno ( como tradicionalmente se hace), sino de los elementos positivos y negativos de todo el sistema que inciden en el cumplimiento de los objetivos educacionales.

Igualmente nos pareció importante superar la relación estática en pasos consecutivos establecida en las etapas de la orientación ( diagnóstico – orientación – seguimiento ), tomada desde el enfoque clínico – médico y el modelo terapéutico.

El seguimiento debe comprenderse como evaluación del proceso de acercamiento a los objetivos y la relación entre diagnóstico y orientación como una secuencia continua en espiral, dialéctica, que se corresponda más con una investigación educativa en acción y cuyo efecto transformador se multiplica e inmediatiza. Esta secuencia de diagnóstico – orientación – orientación – diagnóstico, facilita la autorregulación del sistema al reflejar mejor la relación viva entre cambios y resistencias al cambio en grupos y sujetos en el proceso de crecimiento personal y/o profesional.

Para cumplir con funciones orientacionales, es obvio que el profesor debe asumir una concepción de la clase, del vínculo alumno – profesor y el trabajo grupal, que no es la del simple transmisor de conocimientos. Se necesita una preparación adecuada (desde la Pedagogía y la Orientación) que incluye una postura humanista y dialéctica ante el proceso docente – educativo y una manera específica de asumir el rol profesional, que lo lleve a una actuación profesional eficiente.

La Orientación es una relación de ayuda que para establecerla no bastan sólo deseos; se necesitan conocimientos, cualidades y habilidades personales y profesionales determinadas que propicien el proceso.

Las acciones de orientación son un elemento fundamental que diferencia una educación humanista, centrada en el sujeto, de una tipo tradicional, informativa, centrada sólo en el crecimiento enciclopédico del alumno y ajena tanto a sus necesidades como a la dialéctica entre éstas y el contexto social en que vive el alumno.

De esta forma, la orientación que realiza el profesor no es más que un componente técnico, de contenido humano y consecuencias estratégicas, que se inserta en el sistema general (educación escolar), que incide cualitativamente en el logro de los objetivos educacionales planteados desde las tareas del desarrollo de cada edad. Esto la vincula de forma directa a la dimensión ética de la profesión pedagógica.

La orientación, específicamente en el P.D.E., sólo es posible si este se concibe como una dialéctica intersubjetiva, que se renueva cotidianamente mediante múltiples roles, vínculos, actividades e interacciones comunicativas. El aula debe verse como un grupo en cambio, donde el profesor, buscando sus objetivos generales a través de un programa determinado, hace y rehace la organización de su docencia en función de la interacción cotidiana entre lo dinámico y lo temático, como expresión del proceso contradictorio de desarrollo grupal e individual, que ante diferentes emergentes, nos induce al replanteamiento constante de las acciones orientacionales. Es por esto que consideramos que no pueden haber acciones de orientación productivas en el profesor, sin manejo adecuado de la dinámica grupal. El proceso grupal es la vía fundamental para implementar en la práctica las acciones de orientación del profesor. Este postulado no debe negar la utilización ocasional de acciones de orientación individualizadas ( fuera del contexto del grupo ).

Por último, hay que puntualizar que nuestra propuesta busca facilitar que el sujeto haga un enfrentamiento activo de sus problemas del crecer, para lo cual debe tomar conciencia, elaborar y resolver, los conflictos que este proceso genera.

El carácter protagónico y primado de la orientación vocacional– profesional

La ciudad de Boston, vio nacer en 1908, el primer centro profesional destinado a brindar asistencia a jóvenes que reclamaban ayuda para seleccionar su carrera y orientarse en el mundo profesional. Este primer "Buró Vocacional" fue organizado por Frank Parsons, siendo el primero en acuñar el término de orientación vocacional (Vocational Guidence). La idea fue muy bien vista en el mundo empresarial, como una vía para optimizar su fuerza laboral. Entre los jóvenes (y sobre todo sus padres), se consideró una ayuda para encontrar caminos seguros al éxito profesional.

Hacia 1930, definen el término orientación vocacional como: "el proceso de asistencia individual para la selección de una ocupación, preparación para la misma, inicio y desarrollo en ella" (Fitch, J. 1935, pag. 3).

Obsérvese que ya en esta temprana definición, se incluye la idea de que la orientación vocacional no sólo comprende la preparación para la selección de una ocupación (o carrera), sino que incluye la "asistencia individual" para ayudar en el inicio y desarrollo en la misma. Resulta interesante esta observación pues el desarrollo histórico posterior tomó poco en cuenta el papel de la orientación en el proceso mismo de la formación universitaria.

A lo largo del siglo, infinidad de estudios y experiencias han sido realizadas en el área de la orientación profesional, definiéndose diferentes perspectivas teóricas que caracterizarán la forma específica en que se aborda la orientación en esta área. (enfoque de rasgos y factores, psicoanálisis, psicología marxista, etc.).

En nuestra consideración, la mayoría de ellas (a pesar de grandes diferencias teóricas y metodológicas) y sobre todo durante las primeras siete décadas del siglo, han estado centradas en dos temáticas esenciales:

1) El problema de la selección profesional.

2) El abordaje de la motivación profesional como elemento determinante de la calidad de esa selección.

¿Por qué etapas transita el desarrollo de la educación profesional de la personalidad?

La educación profesional de la personalidad pasa por diferentes etapas y en cada una de ellas la orientación profesional tendrá sus particularidades, ajustadas al momento en que se encuentra el sujeto dentro del proceso de conformación de su identidad profesional. La periodización más trabajada en Cuba en la actualidad es la que propone la Dra. Viviana González, que comprende cuatro etapas ( González, V. 1994) Veamos brevemente su caracterización:

1) – ETAPA DE LA FORMACIÓN VOCACIONAL GENERAL.

Esta etapa se manifiesta en las edades tempranas con la formación de intereses y conocimientos generales. Se debe propiciar que el niño se acerque a las más variadas esferas de la realidad, que se interese por conocer el mundo y cree la curiosidad por lo nuevo y lo inesperado. Se subraya la necesidad de que el niño forme cualidades de personalidad que le favorezcan el posterior desarrollo de intereses y las potencialidades para aprender y crecer. Aquí es importante el desarrollo de la independencia, la perseverancia, la autovaloración adecuada y la flexibilidad.

Es muy difícil encontrar en esta etapa desarrollo de intereses profesionales, aunque el niño puede hablar de su intención de estudiar una u otra carrera, pero esto no tiene todavía un papel funcional significativo. Incluso es común que el niño tenga inclinaciones diversas y a veces contradictorias respecto a su futura profesión, lo cual en esta etapa es un indicador del proceso de formación de su personalidad. Por eso, la Dra. Viviana González sugiere que las actividades formales e informales que se organicen en esta etapa deben ser variadas y flexibles.

Aunque esta periodización no tiene que coincidir necesariamente con la periodización pedagógica tradicional ni con determinadas edades, podemos decir que esta etapa se desarrolla, esencialmente, durante las primeros seis u ocho grados.

2) – ETAPA DE LA PREPARACIÓN PARA LA SELECCIÓN PROFESIONAL

Ya en esta etapa el trabajo se dirige al desarrollo de intereses cognoscitivos, conocimientos y habilidades específicas, que se desprenden de aquellas asignaturas o esferas del saber y el quehacer social hacia las cuales el adolescente ha ido mostrando inclinaciones o preferencias.

En este periodo, el proceso de orientación debe hacerse más diferenciado y va dirigido a preparar al sujeto para el acto de selección profesional, momento importante en la conformación de su proyecto de vida y que constituye una tarea del desarrollo esencial de esta etapa.

Será decisivo en este proceso el logro de una actitud reflexiva, volitiva e independiente. Será necesaria la preparación del alumno para la selección profesional autodeterminada, la cual garantiza el comprometimiento del sujeto con su selección y una condición subjetiva capaz de enfrentar los obstáculos que surgirán en el proceso de formación profesional. Las investigaciones han demostrado que no es imprescindible la formación de un interés profesional específico en este momento.

3) –ETAPA DE LA FORMACIÓN Y DESARROLLO DE INTERESES Y HABILIDADES PROFESIONALES.

Esta etapa se inicia con la entrada del adolescente o el joven al centro de formación profesional ( media o superior ).

Ahora sí se hace imprescindible que el alumno desarrolle intereses hacia el contenido de la profesión y asimile los conocimientos y habilidades profesionales esenciales para su inserción en el mundo laboral. El objetivo fundamental de la etapa sería el logro de la identidad profesional, a lo cual debe contribuir todo el sistema curricular. Es decir, como bien destaca Viviana González, en este periodo la orientación profesional adquiere particularidades especiales que se expresan en el enfoque profesional de proceso docente educativo.

Desde nuestro punto de vista, la orientación profesional debe enfrentar este proceso es de un ENFOQUE PROBLEMATIZADOR.

¿ Qué entendemos por enfoque problematizador ?

Enfoque problematizador: Concepción pedagógica que propicia el aprendizaje y transformación de la realidad desde un proceso continuo y consciente de cuestionamiento y crítica del vínculo sujeto – mundo. Le son inherentes el diálogo, la búsqueda y enfrentamiento de las contradicciones del sujeto en el proceso de conocimiento y su solución como fuente de desarrollo. (Definimos este concepto desde las ideas de Pablo Freire sobre este asunto en Pedagogía del oprimido.

Antes de continuar, nos parece oportuno, precisar otros términos que son esenciales en nuestra concepción.

DEFINICIONES ESENCIALES :

Sistema de orientación profesional:

Sistema de concepciones teóricas – metodológicas que se insertan en la práctica pedagógica a través de diferentes vías y técnicas, con el fin de facilitar la identificación del alumno con una profesión y su inserción exitosa en el proceso de conformar una identidad profesional

Orientación profesional:

Relación de ayuda que se establece con el estudiante para facilitar el proceso de desarrollo de la identidad profesional del mismo, a través de diferentes técnicas y vías, integradas al proceso educativo general, según la etapa evolutiva y la situación específica en que se encuentre.

Relación de ayuda:

Vínculo interpersonal donde se movilizan, en función del crecimiento personal y/o profesional, los recursos personales de un sujeto, en un contexto educativo que lo facilita.

Problematización personalizada y mediatizada de la relación sujeto-profesión:

En un nivel psicológico:

Regularidad psicológica necesaria del proceso de conformación de la identidad profesional.

Es la relación contradictoria y conscientemente valorada del sujeto con su profesión (o proyecto ideal de profesión), que es típica de cada persona y se genera y desarrolla a través de la relación con otros que inciden en las valoraciones y decisiones del sujeto.

En un nivel pedagógico:

Regularidad pedagógica que consiste en que los métodos pedagógicos empleados estimulan e implementan un cuestionamiento consciente por el sujeto de su relación con la profesión, partiendo de sus propias vivencias y en una relación social que facilita el aprendizaje.

  • Es personalizada: la problematización se da de forma peculiar en cada persona y la implica como totalidad. Es decir, la identidad profesional se da, en cada sujeto, a partir de su historia personal y requiere para su desarrollo de la actividad del propio sujeto.

  • es mediatizada: la mediatización es la determinación socioeducativa significativa que realiza otra persona sobre el proceso de constitución de la identidad profesional en un sujeto dado.

La mediatización se genera a través del vínculo con otras personas y el resultado de su influencia depende de la calidad de ese vínculo, que debe configurarse como una relación de ayuda para la solución desarrolladora de las contradicciones que genera la configuración de su identidad profesional.

Identidad profesional: Es una configuración subjetiva que expresa el sentido personal de pertenencia a una profesión.

Vías y técnicas a utilizar en la orientación profesional desde una concepción integrativa

Juan Jesús Almendras Campero

En la implementación del sistema pueden utilizarse múltiples vías y técnicas. Nos limitaremos a referir las que han tenido un mayor peso en nuestras experiencias y que demostraron articularse con facilidad dentro del proceso educativo general de los centros educacionales. Estas vías y técnicas no son excluyentes entre sí y pueden aplicarse de forma sistémica a un mismo grupo o alumno en un periodo de tiempo por los profesores y/o orientadores.

VÍAS FUNDAMENTALES PARA REALIZAR LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL.

  • 1. LA CLASE.

  • 2. PRÁCTICA LABORAL ( educación superior ).

  • 3. MONITORES.

  • 4. ALUMNOS AYUDANTES ( educación superior ).

  • 5. TRABAJO CIENTÍFICO – ESTUDIANTIL.

Técnicas fundamentales para realizar el trabajo de orientación profesional

LA ENTREVISTA DE ORIENTACION.

– TECNICAS GRUPALES ( articuladas siempre por el grupo de reflexión )

– ASIGNACIÓN DE TAREAS.

– REFORZAMIENTO.

Esta vías y técnicas tienen que conformar un sistema y el protagonismo en uno y otro momento de alguna de ellas depende de la coyuntura concreta en que son aplicadas y de las particularidades de los orientados.

Desde el principio sistémico que defendemos y teniendo presente la concepción didáctica que demanda la introducción de estas ideas en el P.D.E., no queremos hacer una división mecánica en cuanto a las posibilidades de aplicación de esas vías y técnicas en unos u otros espacios de interacción con el alumno. El protagonismo de unas u otras depende de la coyuntura en que son aplicadas y de las particularidades de los orientados.

Dentro del P.D.E., la utilización de estas herramientas, conscientemente dirigidas a la orientación del alumno, permiten una incidencia diferenciada en grupos y estudiantes, a partir del conocimiento de su problemática particular. Como puede apreciarse, algunas de ellas son de amplia utilización en determinados niveles de enseñanza ( por ejemplo la práctica laboral dentro de las concepciones más modernas del mundo universitario ), pero no es común que se les reconozca y utilicen como un medio de ayudar a un alumno específico a enfrentar un conflicto motivacional – afectivo que obstaculiza la identificación del mismo con su profesión o sencillamente con el objetivo fundamental de motivarlo más hacia la misma.

Las vías y técnicas permiten, por tanto, la realización de un trabajo docente diferenciado con fines orientacionales. Por eso el reforzamiento, la asignación de tareas, los alumnos ayudantes y las investigaciones conforman un subgrupo que hemos denominado TRATAMIENTO DOCENTE DIFERENCIADO, que puede utilizarse en todo el P.D.E.

EL PAPEL RECTOR DE LA CLASE.

La clase sirve de punto de partida para el conocimiento del estudiante. De ella nacen valoraciones sistemáticas y es el espacio más cotidiano para recibir influencias orientacionales hacia la profesión. De las buenas clases surgen muchas de las vivencias y conocimientos que movilizan , primero el interés cognoscitivo del alumno, y después sus intereses profesionales.

  • El valor de la clase como vía depende mucho de que la asignatura sea impartida por un profesor de calidad, que valorice sus contenidos como importantes y atractivos. Además, el vínculo que establece el alumno con su profesor es de hecho el primer vínculo del alumno con un profesional en funciones.

  • La clase permite, como núcleo central y organizador la aplicación a su alrededor de otras técnicas y vías. Por ejemplo la utilización sistemática del Tratamiento docente diferenciado.

  • En la clase se pueden establecer dos tipos de vínculos:

a) Vínculo a la realidad

b) Vínculo a la subjetividad

  • El primer tipo de vínculo tiene que ver con el tratamiento del contenido de la materia que se imparte. Es recomendable que para los fines de la orientación profesional se trabaje desde los presupuestos de la enseñanza problémica y que desde las primeras edades el niño logre vivencias positivas en el aprendizaje de las diferentes materias y se le presente la realidad de la forma más interesante posible.. Esto permitirá que el alumno establezca vínculos positivos con la materia que estudia, lo cual favorecerá sus sucesivos acercamientos al aprendizaje.

  • En la enseñanza media, en la etapa de preparación para la selección profesional, es sumamente importante que el contenido de la clase se relacione con las aplicaciones prácticas del mismo y con las carreras o familia de profesiones que tiene más cercanas. No puede hacerse orientación profesional desde contenidos abstractos y descontextualizados.

  • El segundo tipo de vínculo tiene que ver con la posibilidad de la clase de movilizar a los sujetos a través del sentido personal que para los mismos tienen los contenidos que se trabajan. Aquí lo que se busca es que el sujeto problematice no la realidad en sí misma, sino su relación con ella. El referente teórico más importante que tenemos para este trabajo es la teoría de la problematización de Pablo Freyre ( ver Pedagogía del Oprimido.)

  • Para que el profesor pueda trabajar con rigor el vínculo de su clase con la subjetividad de los alumnos, debe tener un diagnóstico de los mismos que le permita conocer sus inclinaciones, gustos, habilidades, vivencias anteriores en su relación con esos contenidos, etc.

  • En nuestras experiencias en la educación superior sobre todo con la educación alternativa boliviana, hemos comprobado la utilidad de aplicar en las clases un enfoque metodológico que combine la educación

  • problémica con el enfoque problematizador desarrollado por Pablo Freyre. Hemos trabajado utilizando dramatizaciones y otros recursos técnicos que nos permitan implementar este enfoque para potenciar, desde la práctica pedagógica cotidiana, el crecer profesional de los alumnos.

Bibliografía

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Autor:

Juan Jesús Almendras Campero

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