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El pensamiento ético martiano


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El trabajo que presentamos nos ofrece un acercamiento al pensamiento del héroe nacional cubano José Martí a través de cuanto escribió sobre ética y valores sociales. La aplicación de estos valores en la sociedad como principio indispensable para desarrollar una sociedad culta y la importancia de la ética dentro del contexto actual en que transitamos hacia un socialismo cubano, con singularidades y deficiencias pero con el afán de perfeccionarlo para el bien social. Son precisamente los valores que preconizamos los que nos han de llevar a alcanzar los objetivos por los cuales luchamos y por los cuales nuestro Héroe Nacional dejó para la posteridad sus más acertadas valoraciones.

Introducción

La ética en cuanto ciencia filosófica que estudia la moral, es una de las disciplinas teóricas más antiguas, que estudia la moral de los actos humanos y la califica de buenos y malos, surge en el período de formación de la sociedad esclavista.

Surge como saber en la reflexión filosófica griega y resultado de la división del trabajo intelectual del trabajo manual, a partir del surgimiento de las clases sociales. Aristóteles, filósofo griego de conocimientos enciclopédicos, pensador genial que creó uno de los más grandes sistemas originales de la filosofía griega, además fundador de varias ramas del saber, creador de la ética, la concibe y define como "un saber práctico".[1]

La ética, describe, fundamenta, prescribe y analiza, cumpliendo de este modo una importante función crítica y valorativa. Una de las tareas más importantes de esta ciencia es enseñar moral, hace referencia a la necesidad social de formar determinadas concepciones, principios, normas y valores humanos.

Toda reflexión ética es en fin de cuenta normativa, ya que en última instancia expresa el ideal moral de determinados clases y grupos sociales a la vez que argumenta teóricamente y no sólo prescribe, el sistema de principios, normas e ideales morales de determinada sociedad.

La ética sistematiza los conocimientos teóricos obtenidos en sus diferentes ramas y cumple un papel metodológico con respecto al grupo de ciencias vinculada con el estudio del la conducta y la educación moral del hombre.

Desarrollo

El ideario moral de José Martí Pérez constituye la cumbre del pensamiento ético en Cuba, la más elevada expresión por la liberación nacional en nuestra Patria. Así mismo la trascendencia de la ética martiana, está en que el Maestro fue un genuino ejemplo de consecuencia entre el pensamiento y la acción en el ámbito de la moralidad. Nunca pensó ni planteó algo que no estuviera dispuesto a concretarlo prácticamente.

En las concepciones éticas de del Apóstol de la independencia de Cuba, el humanismo se destaca como principio y fin de la moral que se propugna; es un humanismo que convoca a la lucha con el fin de crear un mundo de justicia y equidad en la patria explotada y humillada por el coloniaje español.

Su moral está caracterizada esencialmente por la negación del individualismo, concibe la vida humana como un continuo andar en función de los demás, de la independencia de Cuba y con ella la de los pueblos latinoamericanos, a eso entregó su vida. Con este pensamiento se ubica entre las concepciones más progresistas en el campo de la ética.

El humanismo martiano, dentro de su pensamiento ético, en el marco de los términos nacionales se expresa como patriotismo y a nivel global como solidaridad ¨Patria es humanidad¨[2], es la máxima que encierra en ella los mejores sentimientos de subordinación de intereses colectivos a los personales.

Se debe ver el humanismo martiano en abstracto, pues no predica la universalización del amor en un entorno social caracterizado por la opresión social. Aboga por una guerra necesaria para construir ( ) "República con todos y para el bien de todos¨[3], en ella está su esencia nacional liberadora y el hombre como artífice del avance social, lo que hace que sobresalga de los límites del momento histórico social en que se desenvuelve y llegue hasta hoy, sintetizado en el pensamiento y práctica revolucionaria de la Revolución Cubana.

En la ética martiana existe una estrecha relación entre el patriotismo y la solidaridad humana a nivel universal. El ser humano según el Maestro, debe ser el centro de preocupaciones de todos los revolucionarios tanto en la Patria chica como en la grande, que para él, lo constituía la humanidad. En la lucha por la emancipación nacional, está su concepción acababa de justicia social por ¨el mejoramiento humano y la utilidad de la virtud¨.[4]

En el pensamiento ético martiano, (el hombre puede llegar a su escalón más alto en la medida en que sea capaz de sentir respeto por la dignidad de los demás. En ese sentido expresó: ¨Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todos los demás un bien fundamental que de todos los del país fuera base y principio, y sin el que los demás bienes serían falaces e inseguros, ese sería el bien que yo prefiriera: yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre ¨.[5]

Esta aspiración tiene total vigencia en la actualidad y está refrendada en la Constitución de la República de Cuba, aprobada y promulgada en 1976 y ratificada en la modificación realizada en 1992.En la construcción de la nueva sociedad socialista este precepto martiano no es letra muerta, sino que expresa que en su construcción las mujeres y los hombres cubanos batallan cotidianamente para que se convierta en una colectividad en que el hombre sea hermano de su semejante.

Fidel Castro Ruz, estudioso de la obra martiana, convencido de su valor teórico y práctico en las condiciones concretas de Cuba y de la necesidad de continuar el proyecto nacional liberador del Maestro expresó:

¨ ¡Qué talento y capacidad ! ¡Qué pensamiento, qué firmeza, qué fuerza moral ! Elabora una doctrina, desarrolla una filosofía de la independencia y pensamiento humanista universal¨ [6]

¨De Martí, inspiración, su ejemplo y muchas cosas más, en esencia, la ética, sobre todo, la ética. Cuando él dijo aquella frese que nunca podré olvidar: Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz ¨[7]

La lucha por la emancipación nacional, en tanto que lucha por la liberación del hombre su tierra natal, es parte componente de la batalla por el bienestar del género humano a nivel planetario. Esta idea martiana de la patria como componente de la humanidad es esencialmente moral.

Para el Apóstol, el sentimiento patriótico es, ante todo, amor al pueblo sometido, vejado y oprimido. La lucha por la liberación nacional significa esencialmente emancipación del pueblo, que se convierta en sujeto histórico que construye, con su propio esfuerzo el presente y el futuro.

En sus concepciones sobre el papel del trabajo como vía fundamental del desarrollo moral de la personalidad. Para él, el contenido humanista del quehacer laboral resulta incuestionable. Al respeto señalaba:

¨El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos. Es fácil ver cómo se depaupera, y envilece a las pocas generaciones, la gente ociosa, hasta que son meras vejiguillas de barro, con extremidades finas que cubren de perfumes suaves y de botines de charol; mientras que el que debe su bienestar a su trabajo, o ha ocupado su vida en crear y transformar fuerzas, y en emplear las propias, tiene el ojo alegre, la palabra pintoresca y es profunda, las espaldas anchas y la mano segura. Se ven que esos son los que hacen el mundo; y engrandecidos, sin saberlo acaso, por el ejercicio de su poder de creación, tienen cierto aire de gigantes dichosos, e inspiran ternura y respeto ¨[8]

El trabajo creador es fragua de verdaderos hombres, el trabajo ennoblece, embellece y eleva moralmente la personalidad, en lo que coincide plenamente la autora con la idea anterior.

El ideario moral de José Martí Pérez no es un pensamiento academicista sino reflexión de lucha por la liberación nacional y humana. Su meta está en convertir a Cuba en un pueblo grande moralmente y los hijos de esta tierra en hombres que sientan por el dolor ajeno y luchen por la felicidad de los demás. Conjugó teoría y práctica, predicó con el ejemplo, su existencia es la expresión más exacta de la moral que preconizó y de la ética que construyó, en tal sentido puntualizó:

¨La vida debe ser diaria, movible, útil; y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo… Si de algo serví antes de ahora, ya no me acuerdo: lo que quiero es servir más¨[9]

A este modelo humanista, consagró su quehacer cotidiano por eso devino maestro de moralidad revolucionaria para las presentes y futuras generaciones de cubanos de todos los tiempos.

Ascender al pueblo ha sido y continuará siendo la aspiración máxima de la Revolución Cubana en sus 55 años y en su futuro desarrollo, no pude olvidarse esta máxima martiana que en la Constitución Socialista, se trata del soberano.

Hoy cuando nos enfrascamos en poner en práctica la actualización del modelo económico socialista, con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI congreso del PCC y la Asamblea nacional del Poder Popular en julio del 2011, dirigidos a salvar el Socialismo en su hermosa aspiración de libertad, justicia y bienestar, implican que para concretarlos requerimos de adoptar cada vez decisiones, que deben encontrar en su contexto apoyo, sustento, rectificación y mejoramiento.

Más que ninguna otra la realidad en Cuba exige la asunción desde una perspectiva humanista. Para la intelectual Graziella Pogolotti, uno de los grandes conflictos contemporáneos se diseña en torno a la contraposición entre la tecnocracia y el humanismo, cuando parece interponerse un utilitarismo miope.

Para ella, como debería ser para cada cubano, plantearse la necesaria refundación del humanismo no es pura especulación de ilusos. Alerta que es una tarea primordial rescatar, atemperados a las premisas de la contemporaneidad, y extrayendo lecciones de nuestro propio aprendizaje, una plataforma válida para el porvenir y dar respuesta ante los desafíos actuales.

En su valoración, el humanismo efectivo es aquel que confiere a las personas un real protagonismo basado en la participación responsable en la tarea concreta, en el empleo social de los diferentes saberes, en la reivindicación del destino de la Patria; hacer de cada quien objeto y sujeto de la historia.

Ante este desafío que enfrenta disímiles obstáculo y barreras psicológicas, encontrar el justo equilibrio forma parte de la Actualización del Modelo Económico Socialista Cubano, en el que no solo se trata de conceptualizar (teóricamente), sino, además de construir un socialismo más próspero y seguro, tomando como fundamento al hombre.

Asistimos a un intensivo y acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás. Esta compleja problemática ético moral es de carácter internacional, nacional, comunitario, familiar e individual.

La familia, la escuela, y la sociedad en general, son los principales factores de riesgo que favorecen el deterioro ético. En aspectos medulares de la educación moral. Recuperarlo significa volver al punto de partida: las ideas originales de Carlos Marx, Vladimir Ilich Lenin, Simón Bolívar, José Martí y toda la tradición del pensamiento filosófico y educativo cubano y latinoamericano. Un párrafo escrito por cualquiera de estos hombres en el siglo XIX, vale y educa en las actuales circunstancias tanto como el apego a lo mejor de las autóctonas tradiciones fundadoras, que unido al pensamiento creador del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Ernesto Guevara de la Serna y la generación histórica que hizo posible el triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959, constituye la base del logro más importante de la Revolución Cubana, su capital humano.

La dimensión ético moral del desarrollo, forma parte del sistema de relaciones humanas que se integran y conforman la sociedad. La vida espiritual ha mostrado su existencia real y su notable incidencia práctica en los procesos revolucionarios del siglo XX y, como fenómenos culturales, nos confirman uno de los principios básicos formulados por José Martí Pérez en el siglo XIX: la guerra es de pensamiento. Hacer la guerra de pensamiento requiere una visión consistente en:

  • Cambiar el diseño del enfrentamiento ideológico.

  • No rehuir al debate, ni negar dogmáticamente los argumentos del adversario.

  • Fundamentar la negación dialéctica en la teoría y en la práctica.

En este complicado y contradictorio escenario cumplen su misión social las Escuelas Municipales del Partido Comunista de Cuba, diseñadas para contribuir a la capacitación político ideológica de militantes, cuadros, reservas y pueblo en general, hacer comprender las políticas y convertir a estos actores, que son la sociedad misma en sujetos activos de las transformaciones que se están efectuando.

Utilizar el pensamiento ético de José Martí Pérez significa volver a las esencias precursoras del Proceso Revolucionario Cubano, apegado a la verdad y la justicia social sin el cual no habría sido posible la audacia de la Generación del Centenario que hizo posible el triunfo y continúa demostrando que si se puede desde la visión ética del Apóstol.

Múltiples son los autores que desde una profunda visión y conocimiento de la obra martiana, conducen a comprender el valor y la necesidad de recurrir a él en la pedagogía partidista, como fuente inagotable de conocimientos y prácticas ético morales.

Su carencia en programas de estudio que se imparten en el municipio, lleva a un rompimiento conceptual, con uno de los componentes de la Ideología de la Revolución Cubana, el pensamiento martiano; artífice permanente de nuestro proyecto liberador y fuente inagotable de experiencias para Cuba y para el mundo que constituye la base del Socialismo Cubano sintetizado en el concepto de Revolución expresado por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana el 1 de mayo del 2000.

El aporte del pensamiento del Maestro es crítico ético, a juicio de la autora profundizar en él desde las aulas del Sistema de Escuelas del Partido es además de un deber, una obligación de principios revolucionarios y comunistas.

Las insuficiencias que se presentan sobrepasan el marco de la sociedad y también afectan la combatividad y ejemplaridad partidista y revolucionaria, en aulas se hace necesario reflexionar, debatir e intercambiar como método que asegura el desarrollo del pensamiento y la participación colectiva en la toma decisiones de las grandes masas populares y en este sentido el Apóstol, es germen de inspiración.

En el ideario martiano encontramos como en ningún otro la necesidad de vincular teoría con práctica, de su pensamiento pedagógico tomamos la necesidad de alcanzar la cultura general integral como fragua de valores y hombres cultos, dignos y plenos, aspecto de vital importancia en el proceso de formación de cualquier sistema de educación, pero decisivo en la instrucción y educación partidista.

Conclusiones

En la sociedad cubana actual están presentes un conjunto de factores de riesgo que acentúan el deterioro ético moral, entre ellos:

  • La problemática moral, entendida como la pérdida de valores éticos y el irrespeto a las buenas costumbres no ha sido abordada mediante la acción concertada de todos los factores sociales, ni se ha tenido en cuenta el papel decisivo de la familia y la escuela como instituciones claves en la educación de todos los ciudadanos.

  • El proceso revolucionario es símbolo de dignidad, independencia, humanismo e intransigencia en defensa de los principios; a pesar de ello, la corrupción es una de las manifestaciones de la degradación ético moral.

  • Es insuficiente el conocimiento y cumplimiento de los principios éticos morales de la Constitución de la República de Cuba y de la misión del socialismo cubano plasmada en su preámbulo: En él se declara la voluntad de que la ley de leyes de la República esté presidida por un profundo anhelo martiano.

Bibliografía

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Autor:

Lic. Nelson Posada Martínez

MsC. Gladys Fernández Martín

Filial Universitaria "Enrique Rodríguez-Loeches"

Jagüey Grande, Matanzas

Universidad de Matanzas "Camilo Cienfuegos"

Matanzas, Cuba.

 

[1] A. S. Ajmanov, ¨La doctrina lógica de Aristóteles¨. Moscú, 1960, Pág.193.

[2] José Martí Pérez. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La habana, 1975. Tomo 5. Pág. 468

[3] Idem. Tomo 4. Pág.279.

[4] Idem. Tomo 8. Pág. 173.

[5] José Martí Pérez. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1975. Tomo 4. Pág. 270

[6] Ramonet Ignacio. ¨Cien horas con Fidel¨. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, 2006. Pág. 44

[7] Idem. Pág. 144

[8] José Martí Pérez. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1975. Tomo 8 pág. 285.

[9] Idem. Tomo7 Pág. 97.