* Religión nacional, caracterizada por el politeísmo. Tales fueron las grandes religiones de la antigüedad, con excepción del judaísmo. Las diferencias entre una religión nacional y otra tribal es sólo de grado y no esencial.
* La religión universal, caracterizada por el monoteísmo. Se da en el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.
Un atento análisis revela el carácter original e irreductible de la función religiosa en el hombre. El elemento -que desde un punto de vista subjetivoda la forma específica a la religión es el acto de la voluntad, por el cual el hombre acepta su esencial dependencia respecto de la divinidad. Para ese acto se requiere previamente un conocimiento del entendimiento acerca de tal dependencia. Suelen asimismo acompañar a tal acto: representaciones, afectos, sentimientos de facultades sensitivas. Aunque la religión (como la razón o la conciencia) esté condicionada por factores sociales, económicos y biológicos, no resulta sin embargo de estos factores».
Las primeras manifestaciones religiosas, según el Génesis, se dieron con carácter sencillo y natural, sin rituales ni sacrificios ni nada más allá (o por encima) de lo que pudiéramos denominar "relación paterno filial" (similar a la de un padre con su hijo) del Creador con su criatura:
«Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: "Sed fructíferos y haceos muchos y llenad la tierra y sojuzgadla, y tened en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra". Y Dios pasó a decir: "Mirad que os he dado toda vegetación que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla. Que os sirva de alimento. Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma he dado toda la vegetación verde para alimento" » (Génesis 1: 28-30, TNM, o Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, edición de 1987).
«Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: "De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás". Y Jehová Dios pasó a decir: "No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él"» (Génesis 2: 16-18, TNM).
«Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: "¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que no debéis comer de todo árbol del jardín?". Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: "Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: "No debéis comer de él, no, no debéis tocarlo para que no muráis"". Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: "Positivamente no moriréis. Porque Dios sabe que en el mismo día que comáis de él tendrán que abrirse vuestros ojos y tendréis que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo". Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de éste también a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos. Más tarde oyeron la voz de Jehová Dios que andaba en el jardín hacia la parte airosa del día, y el hombre y su esposa procedieron a esconderse del rostro de Jehová Dios entre los árboles del jardín. Y Jehová Dios siguió llamando al hombre y diciéndole: "¿Dónde estás?". Por fin él dijo: "Oí tu voz en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo, y por eso me escondí". A lo que dijo Él: "¿Quién te informó que estabas desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has comido?". Y pasó el hombre a decir: "La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio [fruto] del árbol y así es que comí". Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: "¿Qué es esto que has hecho?". A lo cual respondió la mujer: "La serpiente… ella me engañó, y así es que comí". Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: "Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón". A la mujer dijo: "Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará". Y a Adán dijo: "Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato:
"No debes comer de él", maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás"… Y Jehová Dios procedió a hacer largas prendas de vestir de piel para Adán y para su esposa, y a vestirlos… Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido tomado. De modo que expulsó al hombre [(varón y fémina)], y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida» (Génesis 3: 1-24, TNM).
NOTA:
Con relación a la transgresión de Adán y Eva, el relato del Génesis le ha parecido irreal a muchos teólogos por contener el diálogo de una serpiente con una mujer y otras escenas aparentemente inconcordes con lo que hoy conocemos como vida cotidiana normal. Sin embargo, antes de apresurarnos a considerar ficticio dicho relato, conviene reflexionar profundamente en las condiciones edénicas, muy diferentes a las de la actualidad, y tomar en cuenta otros datos importantes, tal como puntualiza la revista LA ATALAYA del 1-1-2011 bajo el tema principal "El jardín de Edén, ¿una simple leyenda?". Por ejemplo, en la página 8 de dicha revista se expone:
«¿Cómo iba a hablarle a Eva una serpiente? Si no tomamos en cuenta el resto de la [Sagrada Escritura], es comprensible que esta parte del relato de Génesis resulte difícil de explicar. No obstante, las Escrituras van revelando el misterio poco a poco.
Para empezar, ¿quién hizo que pareciera que la serpiente hablaba? Pues bien, los israelitas de la antigüedad disponían de información suficiente para comprender lo que había detrás de aquella serpiente. Por ejemplo, sabían que los seres espirituales pueden hacer que parezca que los animales hablan. El propio Moisés registró lo que ocurrió cuando, por orden divina, un ángel hizo que el asna [de un profeta malintencionado llamado] Balaam [diera la impresión de que hablaba].
Además, sabían que los demonios —ángeles que se rebelaron contra Dios— también poseen poderes sobrenaturales. Por citar un caso, Moisés vio a unos sacerdotes en Egipto imitar varios milagros de Jehová, como transformar un cayado en una culebra. ¿De dónde procedía su poder? Sin duda, de los demonios.
Por último, los israelitas contaban con el libro de Job, relato [sagrado] que probablemente también escribió Moisés. Dicho libro les enseñó mucho sobre Satanás, el principal enemigo de Dios, quien ha puesto en duda la lealtad de todos los siervos de Jehová. Con estos factores presentes, los israelitas seguramente llegaron a la conclusión de que fue Satanás quien manipuló a la serpiente para engañara a Eva y hacer que desobedeciera a Dios.
Pero hay más pruebas de que el Diablo fue el responsable de que la "serpiente" le mintiera a Eva.
Recordemos que Jesucristo afirmó que Satanás es un "mentiroso y el padre de la mentira". ¿Por qué lo llamó "el padre de la mentira"? Porque sabía que él estaba detrás de la serpiente, quien dijo la primera mentira de la historia. Dios había dicho que Adán y Eva morirían si comían del fruto prohibido, pero la [la criatura que manipuló a la] serpiente mintió al afirmar: "No morirán". Y por si quedaba alguna duda, Jesucristo le reveló al apóstol Juan que Satanás era era "la serpiente original".
A decir verdad, que un espíritu sea capaz de hacer como si una serpiente hablara no es tan extraordinario. ¿Acaso no hacen algo parecido los ventrílocuos y los expertos en efectos especiales?».
En la página 12 de la misma revista, leemos: «¿Por qué se valió Satanás de una serpiente para hablar con Eva?… Como vimos en la página 8, la [Sagrada Escritura] indica claramente que fue Satanás quien manipuló a la serpiente en el jardín de Edén. Pero ¿por qué habría empleado alguien tan poderoso un método como ése?
La Palabra de Dios nos advierte que Satanás utiliza astutas "maquinaciones" para tratar de engañarnos, y el relato de Edén es una buena muestra de ello. Lejos de ser una simple fábula con animales que hablan, constituye un claro ejemplo de las artimañas con las que el Diablo trata de alejarnos de Dios. Veamos con más detalle por qué usó ese ardid.
Hay que admitir que Satanás supo elegir a su víctima. Sabía que Eva era el ser más joven e inexperto del universo, así que ideó una treta muy maliciosa. Como si de un ventrílocuo se tratara, le hizo creer que quien le hablaba era una serpiente, un animal sigiloso por naturaleza. De este modo logró esconder su identidad y sus verdaderas intenciones. Pero también consiguió otros objetivos.
Para empezar, capturó el interés de Eva, pues ella sabía que las serpientes no hablan. No olvidemos que su esposo estudió a los animales —incluida la serpiente— y les puso nombre a todos, así que es muy probable que ella también conociera bien a este reptil. El hecho es que a Eva le picó la curiosidad, y acabó fijando su atención en lo único que tenía prohibido tocar en todo el jardín. Por otra parte, supongamos que la serpiente estaba entre las ramas del árbol. En tal caso, la treta del Diablo pudo haber llevado a Eva a pensar que la serpiente había comido del fruto y que por eso era capaz de hablar. Incluso puede que se dijera: "Si el fruto ha tenido este efecto en una serpiente, ¿qué ocurrirá si lo como yo?". No sabemos a ciencia cierta si a Eva le pasó esta idea por la cabeza, ni tampoco si la serpiente comió del árbol. Pero hay algo que sí es seguro: cuando la serpiente le dijo que si comía del fruto sería "como Dios", Eva no tuvo reparos en creerle.
Además, Satanás eligió muy bien sus palabras. Al darle a entender a Eva que Dios le estaba ocultando algo bueno, que le estaba coartando injustamente su libertad, le hizo dudar sobre Jehová Dios. Él sabía que, para que su plan funcionara, ella tenía que poner sus deseos egoístas por encima del amor a su Creador, quien le había dado todo. Por desgracia, la jugada le salió bien. Quedó claro que Eva no había cultivado verdadero amor y agradecimiento por Jehová; y lo mismo podía decirse de Adán…
Ahora bien, ¿qué pretendía Satanás con aquella treta? ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones? En Edén procuró ocultar su identidad y sus motivos, pero tiempo después no le importó mostrar su verdadera cara. Cuando tentó a Jesucristo, como sabía que no le iban a servir de nada los disfraces, fue al grano y le pidió descaradamente que le rindiera "un acto de adoración". Salta a la vista que lo corroe la envidia por la adoración que Jehová recibe, y que haría cualquier cosa por desviarla o contaminarla. Le encanta lograr que los seres humanos desobedezcan a Dios».
Después de la rebelión de Adán y Eva, el Génesis dice que fueron echados del jardín de Edén y sus hijos nacieron fuera del santuario paradisíaco en una tierra agreste que había que cultivar con dolor. Las duras condiciones ambientales, muy diferente a las que Adán y Eva habían conocido al principio, seguramente dieron motivo para muchos comentarios y lamentaciones por parte de ellos cuando estaban criando y educando a sus hijos. Sus dos primeros varones, Caín y Abel, debieron escuchar repetidamente la triste historia de sus padres en boca de ellos mismos y percibieron claramente que la mejor opción de futuro era intentar reconciliarse con el Creador. Fue entonces cuando sintieron la necesidad de efectuar alguna clase de manifestación religiosa, alguna clase de sacrificio que captara la atención de Dios y sirviera para granjearse su favor. Esto es justamente lo que significa "religión", según del doctor Neira, citando de Lactancio: «La palabra "religión" deriva de la palabra latina "religare", que significa "atar de nuevo"», o sea, "religar o revincular" (un intento de volver a atar lo que se ha desatado, desligado o desvinculado, a saber, la relación con el Creador; en otras palabras, un intento de volver a obtener una buena relación con Dios, pues Adán y Eva la perdieron, y sus hijos Caín y Abel intentarán recuperarla de nuevo).
El Génesis relata que Dios echó a Adán y Eva del jardín paradisíaco y colocó querubines (ángeles guardianes) y la hoja llameante de una espada que giraba sobre sí misma (como las aspas de un ventilador) para impedir la entrada a dicho jardín. Al parecer, dicha guardia sobrenatural estuvo vigente y visible durante toda la época prediluviana, hasta que por fin las aguas del Diluvio anegaron toda la superficie de la Tierra. Después de eso, todo rastro del jardín desapareció y la configuración topográfica de la superficie terrestre experimentó grandes cambios.
El relato del Génesis indica que los querubines y la hoja llameante de la espada fueron situadas al Este del jardín edénico, donde probablemente existía un pasaje o puerta natural de entrada y salida a dicho jardín y por donde salieron expulsados Adán y Eva. No se menciona que hubiera necesidad de colocar más ángeles guardianes en otros puntos de la periferia del jardín, lo cual da a entender que el acceso a dicho jardín era imposible por otros lugares a excepción del pasaje situado en el Este. Tal vez alguna barrera montañosa inexpugnable rodeaba el jardín, quizás con tramos de simas infranqueables y aguas peligrosas… No sabemos… No hay manera de averiguarlo con exactitud en la actualidad.
Casi con toda seguridad, Adán y Eva no se alejaron demasiado de las proximidades del jardín de Edén, y allí, en alguna clase de campamento, a cierta distancia, criaron a sus primeros hijos. Por lo tanto, es de suponer que Caín y Abel, ya crecidos, podían salir a caminar y alcanzar a ver, en la lejanía, de vez en cuando, la entrada del jardín y la guardia angélica apostada junto a ella. De manera que por allí, frente a la entrada del paraíso y a respetable distancia de ella, presentaron al Creador alguna clase de ofrenda que mostraba las intenciones reconciliadoras de ambos para con Él. El Génesis informa:
«Ahora bien, Adán tuvo coito con Eva su esposa, y ella quedó encinta. Con el tiempo ella dio a luz a Caín… Más tarde volvió a dar a luz, a su hermano Abel. Y Abel llegó a ser pastor de ovejas, pero Caín se hizo cultivador del suelo. Y al cabo de algún tiempo aconteció que Caín procedió a traer algunos frutos del suelo como ofrenda a Jehová. Pero en cuanto a Abel, él también trajo algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos. Ahora bien, aunque Jehová miraba con favor a Abel y su ofrenda, no miraba con ningún favor a Caín ni su ofrenda. Y Caín se enardeció de gran cólera, y empezó a decaérsele el semblante» (Génesis 4: 1-5).
NOTA:
El tomo primero de la obra PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS ESCRITURAS, página 16, edición española de 1991, producida por la Sociedad Watchtower Bible Adn Trac, explica: «Al cabo de algún tiempo no especificado, tanto Abel como Caín presentaron una ofrenda a Jehová Dios. Cada uno llevó algo de lo que tenía: Abel, de los primogénitos de sus rebaños; Caín, de los frutos del suelo. Ambos creían en Dios. Indudablemente aprendieron acerca de Él por lo que sus padres les enseñaron, y también debieron saber por qué estaban fuera del jardín de Edén y se les negaba la entrada. Sus ofrendas indicaban que reconocían su posición alejada de Dios, y eran una expresión de su deseo de conseguir el favor divino. Dios aprobó la ofrenda de Abel, pero no la de Caín. El registro no muestra cómo se manifestaron la aprobación y el rechazo de las ofrendas, pero sin duda ambos se dieron cuenta de ello. La razón por la que Dios sólo aprobó la ofrenda de Abel se explica en escritos posteriores. En Hebreos 11: 4 el apóstol Pablo cita a Abel como el primer hombre de fe, y muestra que esta fe resultó en que su sacrificio fuera de "mayor valor" que la ofrenda de Caín. En contraste, la Primera Carta del apóstol Juan 3:11 y 12 señala que la actitud de corazón de Caín era mala, hecho que quedó demostrado cuando más tarde rechazó el consejo y la advertencia de Dios y asesinó con premeditación a su hermano Abel».
El pasaje del Génesis 4: 1-5 parece mostrar que no todo tipo de adoración o religión es acepta a la vista de Dios, pues mucho tiene que ver con la identidad y la motivación de la persona que la funda o promueve. Las Santas Escrituras también muestran que incluso tratándose de una religión regulada por Dios, como era el caso de las leyes religiosas dadas al pueblo hebreo por medio de Moisés, la persona que la practicaba podía estar ofendiendo al Creador si poseía malas intenciones o era hipócrita. Por otra parte, hay relatos sagrados de individuos que practicaban por ignorancia una religión ajena a la aprobación divina pero que en el fondo de su corazón deseaban sinceramente reconciliarse con Dios y por eso fueron ayudados a encontrar el camino que conducía a la deseada reconciliación (tal es el caso del fariseo Saulo de Tarso, quien más tarde llegó a ser conocido como "el apóstol Pablo").
De todas formas, una religión que contradiga, oscurezca, se burle o tergiverse al Génesis no puede ser, lógicamente, un camino que lleve a la reconciliación con Dios. En efecto, pues no sería coherente pensar que una forma de adoración que está en oposición al relato sagrado del Génesis pueda servir precisamente para acercar a uno al Dios del Génesis. De ahí que podamos hablar de "religiones acertadas" y "religiones desacertadas" en este sentido, desde el punto de vista del Génesis.
Por lo tanto, usando el Génesis como "piedra de toque" (ver Nota, abajo), encontramos a lo largo de la historia, desde el pasado hasta el presente, muchas religiones que han conducido a la gente por senderos desacertados. Empero no sólo religiones, sino también filosofías, costumbres, ideologías y culturas igualmente desacertadas, en oposición al Génesis.
NOTA:
Una JOYA (galicismo de JOYAU) consiste en una prenda ornamental llevada en el cuerpo, que generalmente se fabrica con piedras y metales preciosos, aunque también se puede emplear materiales de menor valor.
Se llama PIEDRA DE TOQUE a la piedra que sirve para conocer el valor de una joya. La piedra de toque es una piedra dura de color oscuro compuesta por una mezcla de cuarzo amorfo con alúmina, cal, óxido de hierro, carbón y otras sustancias de grano fino y que no puede ser atacada por los ácidos. Estas cualidades la hacen a propósito para el ensaye de los metales.
Cuando se quiere ensayar una joya de oro, se frota ligeramente en esta piedra hasta que haya producido una huella y después se vierte una gota de ácido nítrico. Si la joya es de oro puro, la huella no sufre alteración de ninguna especie pero si no es puro, el color de la huella indica la proporción en que está aleado.
La "piedra de toque" tiene actualmente un significado simbólico que se aleja del uso artesanal que se le daba para probar la ley del oro y la plata. La expresión ha quedado para referirse a aquello que sirve (o se utiliza) para comprobar la calidad de otra cosa.
En este sentido, el Génesis puede ser usado como una "piedra de toque" simbólica que permite valorar el grado de acierto o desacierto de una enseñanza filosófica, religiosa, científica o similar con respecto a la realidad creada y revelada por el Supremo Hacedor.
Fuerzas malvadas sobrehumanas.
A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha habido informes de extrañas intervenciones malignas de carácter sobrehumano que han perjudicado a la gente, por lo que a través de las generaciones ha quedado una memoria de miedo y terror frente a esas misteriosas fuerzas perjudiciales. Sobre estos fenómenos se han pronunciado diferentes hipótesis y leyendas, desde las que niegan la existencia de espíritus malvados hasta las que exageran sus actuaciones. ¿Qué dice el Génesis a este respecto?
La primera mención del relato sagrado acerca de esta cuestión se presenta en conocido pasaje que ya hemos citado anteriormente, en la página 13: «Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: "¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que no debéis comer de todo árbol del jardín?". Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: "Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: "No debéis comer de él, no, no debéis tocarlo para que no muráis"". Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: "Positivamente no moriréis. Porque Dios sabe que en el mismo día que comáis de él tendrán que abrirse vuestros ojos y tendréis que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo"» (Génesis 3: 1-5).
En dicho pasaje, como se ha explicado, la serpiente era simplemente una fachada o animal manipulado por una criatura inteligente de la región de los espíritus, a saber, el Diablo. El objetivo de dicha manipulación era desviar la adoración que los seres humanos le debían a Dios hacia otro lado, es decir, hacia Satanás. Por lo tanto, el deseo diabólico era evitar que las manifestaciones religiosas de los primeros humanos siguieran su cauce natural, a favor del Creador, sino más bien que se dirigieran en pro del deseo egoísta de prominencia del ángel rebelde.
La siguiente mención que el relato del Génesis hace respecto a la intervención demoníaca en la vida de los hombres tiene esta lectura: «Ahora bien, aconteció que cuando los hombres comenzaron a crecer en número sobre la superficie del suelo y les nacieron hijas, entonces los hijos del Dios [verdadero] empezaron a fijarse en las hijas de los hombres, que ellas eran bien parecidas; y se pusieron a tomar esposas para sí, a saber, todas las que escogieron» (Génesis 6: 1 y 2).
Aquí, la frase "hijos del Dios verdadero" significa "ángeles del Dios verdadero", según la Versión de los Setenta griega o Septuaginta (traducción al griego de las Santas Escrituras, que data del siglo II antes de la era común). La obra PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS ESCRITURAS, antes citada, comenta lo siguiente en la página 656 de su primer tomo: "Dios no creó a los demonios como tales. El primero que se hizo demonio a sí mismo fue Satanás el Diablo, quien llegó a ser el gobernante de otros hijos angélicos de Dios que también se hicieron demonios. En los días de Noé, ángeles desobedientes se materializaron, se casaron con mujeres y engendraron una prole híbrida llamada Nefilim. No obstante, se desmaterializaron cuando llegó el Diluvio (Génesis 6: 1-4). Cuando volvieron al reino de los espíritus, no recuperaron su elevada posición original, pues la carta de Judas, versículo 6, dice: "A los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, [Dios] los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día". Por lo tanto, sus actividades están limitadas a esa condición de densa oscuridad espiritual. Aunque no se les permite materializarse, aún pueden ejercer gran poder e influencia sobre la mente y la vida de los hombres. Incluso tienen poder para entrar en [seres humanos: hombres y mujeres] y animales y poseerlos, y los hechos muestran que también se valen de cosas inanimadas, como [edificios], fetiches y amuletos».
En la página 139 del mismo tomo de dicha obra, se explica: «Como seres inteligentes, los ángeles pueden comunicarse unos con otros, hablar diversos idiomas humanos y glorificar y alabar a [Dios]. Los ángeles son asexuales porque fueron creados así, no porque sean fuerzas impersonales. Sin embargo, por lo general se les representa como varones, y al materializarse, siempre adoptaron forma humana masculina, ya que de Dios […] siempre se habla también en masculino. Cuando en los días de Noé ciertos ángeles materializados se entregaron a los placeres del sexo, [el Creador] los expulsó de sus cortes celestiales. Con ese proceder demostraron su individualidad. Al igual que la humanidad, los ángeles son criaturas con libre albedrío, es decir, con la facultad de hacer una elección personal entre lo correcto y lo incorrecto. El registro [sagrado] muestra que hordas de ángeles escogieron voluntariamente unirse a Satanás en su rebelión».
Muy probablemente, para el tiempo en que algunos ángeles se matierializaron, con el objetivo de tener relaciones sexuales con mujeres en la Tierra, la situación de la sociedad humana en general estaba bastante corrompida. Quizás las relaciones sexuales habían degenerado hasta límites perversos y morbosos, de manera parecida a lo que se observa hoy día, y muchas de las hermosas "hijas de los hombres" se habrían entregado al desenfreno erótico y libidinoso, especialmente si provenían de la prole de Caín. Tal vez, esta situación, provocadora para el expectador incauto, haya contribuido a la caída de los ángeles rebeldes.
Tocante al ambiente que se respiraba en aquellos tiempos, el mismo tomo de la obra PERSPICACIA, en su página 49, comenta: «Después de su expulsión de Edén, el pecador Adán vivió lo suficiente para ver el asesinato de uno de sus hijos, el destierro de su hijo asesino, el abuso de la institución matrimonial y la profanación del nombre sagrado de [Dios]. Fue testigo, igualmente, de la edificación de una ciudad, de la invención de instrumentos musicales y de la forja de herramientas de hierro y cobre… Finalmente, después de novecientos treinta años, la mayor parte de los cuales se consumieron en el lento proceso de la muerte, volvió al suelo del que había sido tomado…».
Cuando llegó el Diluvio, todo aquel malsano ambiente generado por una sociedad humana en decadencia moral, aunado a una influencia angélica depravada, desapareció del mapa. Sólo 8 personas sobrevivieron al juicio divino, a saber: Noé y su mujer, así como los 3 hijos de Noé y sus respectivas esposas. Sin embargo, la semilla de la corrupción moral brotó de nuevo, en la prole de Noé. El Génesis informa lo siguiente: «Ahora bien, Noé comenzó [a trabajar] de labrador y procedió a plantar una viña. Y empezó a beber del vino y se embriagó, y así se desarropó en medio de su tienda. Más tarde, Cam el padre de Canaán vio la desnudez de su padre y se puso a informarlo a sus dos hermanos afuera. Ante aquello, Sem y Jafet tomaron un manto y se lo pusieron sobre los dos hombros y entraron caminando hacia atrás. Así cubrieron la desnudez de su padre, mientras tenían vuelto el rostro, y no vieron la desnudez de su padre. Por fin Noé despertó de su vino y llegó a saber lo que le había hecho su hijo menor. Por lo cual dijo: "Maldito sea Canaán. Llegue a ser él el esclavo más bajo para sus hermanos"» (capítulo 9, versículos 20 a 25).
Comentando sobre este relato, el tomo 1 de la obra PERSPICACIA, en su página 406, dice:
«Después del incidente relacionado con la embriaguez de Noé, Canaán llegó a estar bajo la maldición profética de éste, según la cual con el tiempo sería esclavo tanto de Sem como de Jafet. Ya que el registro sólo menciona que "Cam el padre de Canaán vio la desnudez de su padre y se puso a informarlo a sus dos hermanos afuera", surge la pregunta de por qué fue Canaán y no Cam el objeto de la maldición. Una nota al pie de la página de la traducción Nácar Colunga, edición de 1947, hace el siguiente comentario sobre el versículo 24: "La bendición de Sem es indudable y directamente mesiánica; la de Jafet lo es indirectamente. La maldición recae no sobre Cam, sino sobre Canaán, su hijo. La razón de esto podría ser que fuera Canaán el autor del desacato a que parece referirse el hagiógrafo al decir: "Despierto Noé, supo lo que con él había hecho el más pequeño de sus hijos", que ciertamente no era Cam, el segundo de los tres". De manera similar, una publicación judía, The Pentateuch and Haftorahs, dice que la breve narración "se refiere a algún acto abominable en el que Canaán parece haber estado implicado" (edición de J.H. Hertz, Londres, 1972, página 34), y después de indicar que la palabra hebrea que se traduce "hijo" en el versículo 24 puede significar "nieto", esta obra expone: "La referencia probablemente sea a Canaán". The Soncino Chumash también señala que hay quien cree que Canaán "gratificó un deseo perverso en [Noé]", y que la expresión "hijo menor" se refiere a Canaán, que era el hijo menor de Cam (edición de A. Cohen, Londres, 1956, página 47)… Es razonable concluir que la expresión "vio la desnudez de su padre" indique algún abuso o perversión por parte de Canaán, pues la mayoría de las veces que la [Santa Escritura] habla de "poner al descubierto" o "ver la desnudez" de otra persona se refiere al incesto u otros pecados sexuales. Así, es posible que Canaán cometiera, o intentara cometer, algún acto deshonesto con Noé mientras éste estaba inconsciente, y que Cam, teniendo conocimiento de ello, no lo impidiera o no disciplinara a su hijo. Tampoco hizo nada para cubrir la desnudez de su padre, limitándose tan sólo a darlo a conocer a sus hermanos… La prueba más obvia de la justa maldición pronunciada sobre Canaán se ve más tarde en la historia de sus descendientes, una historia sórdida de inmoralidad y depravación, como lo testifica tanto la historia sagrada como la seglar».
El Génesis, pues, nos informa de un aspecto de la realidad cósmica que es completamente soslayado por la comunidad académica, de tal manera que la interpretación de los fenómenos naturales por los científicos no toma en consideración este "misterioso" peso pesado que no debería ignorarse. Se trata de la acción demoníaca, cuyo influjo puede llevar (y de hecho lleva) a filósofos, intelectuales, pensadores y teólogos a conclusiones completamente equivocadas. No en balde procede de criaturas más inteligentes, mejor conocedoras de la naturaleza y bastante más equipadas que los seres humanos de mayor capacidad mental.
Así, pues, la ignorancia y el repudio de la historicidad y valía del Génesis obra como un enorme escollo defectivo que facilita el naufragio y el rumbo sin sentido del buque de la ciencia y de la tecnología humanas, o, más en general, del conocimiento humano visto como un todo.
Conclusión.
¿Qué consecuencias para la humanidad actual ha tenido la pérdida de la creencia de que el origen de la vida sobre la Tierra se produjo durante el llamado "Tercer día creativo"?
Pues, fundamentalmente, dicha pérdida ha venido acelerada por la disminución del promedio de duración de la vida humana, el amortiguamiento del testimonio histórico patriarcal, la confusión de las lenguas en Babel, la dispersión de la población humana, las aberraciones del comportamiento humano, el florecimiento de la religión falsa y la influencia demoníaca. Sus consecuencias son todas aquéllas que se derivan del desconocimiento de las amenazas y peligros que acechan al colectivo humano en su singladura a través del espacio y el tiempo, muchos de los cuales se pueden vislumbrar gracias al Génesis y también a las demás escrituras sagradas.
El rechazo de la creencia en el origen de la vida durante el Tercer Día Creativo implica también un rechazo al Génesis, más o menos ostensible, pues en el mejor de los casos degenera hacia una manipulación arbitraria de dicho libro sagrado para acomodarlo a intereses cognitivos miopes, lo cual es contraproducente. El desenfoque en este asunto es aprovechado y potenciado por las fuerzas espirituales malvadas para torcer el rumbo de la criatura humana y hacer que se distancie progresivamente de la fuente emisora que dio lugar al Génesis, a saber, el Creador del universo.
NOTA:
Hoy día domina la idea de que la Historia Sagrada, los mensajes de los Profetas y la Palabra de Dios, todo ello en conjunto, no es más que una sarta de leyendas y mitos sin ningún valor para resolver los problemas que afectan al hombre moderno. Pero lo cierto es que, bajo la sombra de las tendencias culturales de última hora, se ha desarrollado un terrible comportamiento del ser humano en este planeta. El Dios del Génesis, Creador y Diseñador de la Tierra, debe estar muy disgustado con la sociedad humana en general y seguramente va a actuar contra ella, como hizo en la antigüedad, cuando trajo el Diluvio. El Apocalipsis asegura que eso va a suceder.
La actividad insensata del ser humano, apolillando a la Familia (la célula social) y al Planeta, no se explica sin el concurso de otras causas dañinas ocultas e interesadas en lograr un clima de morbosidad irreversible. Son las influencias malignas provocadas por seres inteligentes no humanos, sino demoníacos, que "juegan" a la táctica de "tierra quemada" con la humanidad porque carecen de bondad y de misericordia, al estar en oposición al Creador del universo.
La mayor parte de los científicos e historiadores no perciben esta parcela de la realidad ni son conscientes de la tremenda complejidad dimensional del mundo en que vivimos, ni mucho menos piensan que existan extensiones cósmicas oscuras que interfieran perjudicialmente contra los seres humanos.
Autor:
Jesús Castro
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