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Fiesta del Día de la Expiación (página 2)


Partes: 1, 2

¿A quién va dirigida la fiesta del Día de la Expiación?

Se evidencia en el libro de Levítico, capítulo 23 lo que a continuación se transcribe: "1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas" y que menciona luego cada una de las fiestas y sus mandatos respecto de ellas. En consecuencia, se infiere que todas las fiestas del Señor estaban dirigidas a toda la congregación del pueblo de Israel. Por lo tanto, la fiesta del Día de la Expiación estaba dirigida a la congregación de todo pueblo de Israel, en el sentido histórico. Así también se encuentra esta referencia en el capítulo 16, versículos 33: "…hará la expiación del santuario santo, del tabernáculo de reunión y del altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación'' (Cfr. Levítico 16:33)

Tipología

El sacrificio de expiación en este día tan especial no daba cobertura a los pecados de una vez por todas, pues debía ser repetido anualmente. Éste fue un TIPO junto con todos los demás sacrificios judíos de la expiación de aquél sacrificio perfecto del Cordero de Dios: Jesucristo, nuestro gran sumo sacerdote, ofrecido a Sí Mismo en el derramamiento de Su propia sangre en el Calvario para expiar los pecados del mundo una sola vez y para siempre. (Cfr. Hebreos 9:11-12; Romanos 3:25, 5:9-10; 1 Corintios 5:7; 2 Corintios 5:18-21; Gálatas 3:13-14; 1 Pedro 1: 18-19; 1 Juan 2:2, 4:10; Apocalipsis 5:9). El mismo Dios por gracia proveyó el sacrificio perfecto por nuestros pecados.

La muerte de Jesucristo es el cumplimiento de todo lo que fue representado en el sistema expiatorio del Antiguo Testamento. Dios estaba, en Cristo, reconciliando consigo al mundo. (Cfr. 2 Corintios 5:19). De manera que el sacrificio de Jesucristo garantiza la eterna redención de todos aquéllos que en Él creen; lo que el imperfecto sacrificio de los animales no podía hacer. Por eso Juan el Bautista dijo: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Cristo representó en sustitución a toda la humanidad en Su muerte, se convirtió en cada uno de los individuos de la humanidad de todos los tiempos, como dice 2 Corintios 5: 14: "Uno murió por todos".

En el Nuevo Testamento en referencia a la idea de la sustitución es frecuente la expresión "por nosotros" y "por mi"; Jesús se dio a Sí Mismo en rescate por todos (Cfr. 1 Timoteo 2:6; 2 Corintios 5:21; Marcos 10: 45); se convirtió en una maldición por nosotros (Cfr. Gálatas 3: 13)

Así tenemos que para ilustrar el gran plan de Dios de reconciliar a las personas con Él, tuvo que utilizar tres sujetos TIPOS de Jesucristo: 1) Aarón, o el sumo sacerdote descendiente suyo; 2) El Cordero del Sacrificio; y 3) El Chivo Expiatorio. Cuando Jesús fue a la cruz se cumplió el ANTITIPO de los tres en uno: Se convirtió en: Primero, nuestro Gran Sumo Sacerdote; Segundo, el chivo sacrificado que derramaría Su sangre en paga por nuestros pecados y Tercero, el chivo expiatorio que se llevaría nuestro pecado para nunca más ser recordado. A continuación se cita textualmente el comentario bíblico de Matthew Henry respecto al Rito del Día de la expiación:

"Aquí se tipifican los dos grandes privilegios del evangelio, el de la remisión del pecado y el acceso a Dios, los cuales debemos a nuestro Señor Jesús… Cristo es a la vez el Ejecutor y la Sustancia de la expiación, porque es el Sacerdote, el Sumo Sacerdote, que hace reconciliación por los pecados del pueblo. Y como Cristo es el Sumo Sacerdote, también es el sacrificio con el cual se hace la expiación; porque Él es todo en todo en nuestra reconciliación con Dios. Así, Él fue prefigurado por los dos machos cabríos. El animal sacrificado era el tipo de Cristo que muere por nuestros pecados; el chivo enviado al desierto (a Azazel) era el tipo de Cristo resucitado para nuestra justificación. Se dice que la expiación se completaba depositando los pecados de Israel sobre la cabeza del animal que era enviado al desierto, una tierra no habitada; el envío del animal representaba la remisión completa y gratuita de los pecados. Él llevará las iniquidades de ellos. Así, Cristo, el Cordero de Dios, quita el pecado del mundo llevándolo sobre sí mismo, Juan i, 29. — La entrada al cielo, que Cristo hizo por nosotros, la tipificaba la entrada del sumo sacerdote al Lugar Santísimo…" (Henry, 1991) (Subrayado nuestro)

Después de morir por nuestros pecados sobre la cruz, Él vino a ser nuestro gran Sumo Sacerdote. Él tomó Su propia sangre para rociarla en el Lugar Santísimo del Cielo, del cual, el Tabernáculo de Moisés era una réplica terrenal. Así también, los dos machos cabríos TIPIFICAN 2 aspectos de la obra de la cruz:

a. El primer cordero muere por los pecados: TIPIFICA que Jesús tuvo que morir por nuestros pecados a fin de que su sangre fuera presentada ante Su Padre en el trono Celestial. Así que, el primer cordero tenía que morir para proveer la sangre que sería llevada al Lugar Santísimo y rociada sobre el Trono de la Misericordia.

b. El segundo cordero cargaba con el pecado: El segundo cordero TIPIFICA que además Jesús tuvo que llevar o cargar con todos nuestros pecados lejos, los cuales, no deberíamos recordar nunca más. Dios no sólo perdona nuestros pecados, sino que también los olvida: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones." (Cfr. Hebreos 10:17). El cordero que se dejaba ir libre el día de la expiación, ilustra cómo Dios olvida nuestros pecados, lanzándolos lejos de Su memoria, y aun la sanidad de nuestra mente de las heridas más dolorosas causadas por el pecado.

En la persona y obra del sacrificio de Jesucristo en la cruz, las SOMBRAS y TIPIFICACIONES han dado paso a la realidad perfecta y permanente del sacrificio único y verdadero por el pecado. Él es el verdadero Sumo Sacerdote que ofrece el único sacrificio aceptable que puede abrir el camino a Dios a todos los que creen en Él. El Día de la Expiación es cumplido en el sacrificio de Cristo. Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención…Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena." (Cfr. Hebreos 9:12, 24-25)

No obstante, es importante hacer notar que Jesucristo no era sumo sacerdote mientras que vivió sobre esta tierra, ya que pertenecía a la familia de Judá y no de Leví, pero después de Su muerte expiatoria y Su ascensión Él fue hecho Sumo Sacerdote y ahora está en el cielo intercediendo por todos los creyentes.

Además, la Puerta del Atrio, todo el Santuario, el Altar de Oro y el Altar de Bronce, cada uno individualmente, eran TIPOS de Jesucristo. El holocausto es TIPO en sí mismo del sacrificio de la vida de Jesús, que se dio enteramente a Dios en la vida y en la muerte queriendo hacer siempre la voluntad de Dios el Padre. Así también, los otros elementos en el Santuario o Lugar Santo constituían por sí solos un TIPO de Jesucristo: la Mesa de los Panes de la Proposición, y el Candelero de Oro.

Simbología

La ceremonia anual del Día de la Expiación representaba simbólicamente el momento en que Dios concluyó el problema del pecado por medio de la consumación de la salvación, como se experimentaba durante los servicios diarios. Todo el Tabernáculo había de ser purificado: el Atrio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo necesitaban limpieza por causa de las impurezas y transgresiones de los israelitas, cualesquiera hayan sido sus pecados (Cfr. Levítico 16:16). Estos pecados habían sido transferidos a la morada divina por medio de los sacrificios traídos durante el Día de la Expiación. Siendo el Tabernáculo restaurado a su pureza y santidad originales, en ese día, simbolizaba el Jardín del Edén cuando estuvo libre de la presencia del pecado y la impureza. Así también este retorno al Edén simbolizaba un nuevo comienzo para el pueblo de Israel.

La expiación presenta el pecado como algo que contamina al hombre y que interrumpe su relación con Dios; también indica que es Dios mismo quien brinda el medio para restablecer esa relación rota por el pecado, ya que el hombre no puede hacerlo. Ésto simboliza la justicia de Dios, porque Él Mismo manda un castigo por el pecado y también Su amor, porque Él provee un sustituto para el pecador.

Recibimos un gran entendimiento del Libro de Hebreos, capítulos 8, 9 y 10 al estudiar el Día de la Expiación, ya que el Nuevo Pacto es el cumplimiento del Antiguo y el Antiguo Pacto está en el Nuevo explicado, por lo tanto, cada uno de los dos Testamentos es incompleto el uno sin el otro; el Nuevo Testamento estaba oculto en el Antiguo, de manera que el Antiguo Testamento fue revelado en el Nuevo.

Por ello estudiaremos no sólo la simbología del Día de la Expiación sino también: 1) cómo el Lugar Santísimo simbolizaba la morada celestial de Dios; 2) y analizaremos el sacerdocio levítico y cómo su obra de mediación prefiguraba la obra de Cristo como nuestro Mediador e Intercesor ante el Padre.

  • 1) El Lugar Santísimo y el Sistema de Expiación

El sistema de expiación de los israelitas estaba centrado en el Lugar Santísimo y se realizaba dentro de él, simbolizando la morada terrenal de Dios. Éste era el centro de la vida y la santidad en Israel. Dentro de ese espacio singular, Dios trataba el problema del pecado con el rociamiento de sangre sobre el Propiciatorio del Arca del Testimonio. La sangre, como una expresión tangible simboliza la vida, la cual pertenece a Dios, y debía ser devuelta a él allí, sobre Su Trono.

En el plan de salvación, la vida del animal representaba la vida del pecador arrepentido, y Dios aceptaba la muerte del animal inocente en lugar de la muerte del pecador. El Lugar Santísimo del Tabernáculo terrenal era el símbolo de la presencia de Dios; y al aceptar el sacrificio, Dios estaba asumiendo la responsabilidad del pecado de la persona. Todo esto era un símbolo de la obra de Jesús, nuestro verdadero Sumo Sacerdote. En consecuencia, el Lugar Santísimo del Tabernáculo terrenal simboliza la morada o Trono de Dios dentro del Tabernáculo celestial; el lugar desde el cual él gobierna como Rey del universo.

  • 2) El Sacerdocio Levítico y la Expiación

La actividad fundamental de los sacerdotes era ser los mediadores entre Dios y el pueblo. Los sacerdotes representaban a Dios ante la gente, en su ministerio de instrucción (Deuteronomio 33:10). Estrechamente relacionado con esa actividad estaba el deber sacerdotal de revelar la voluntad de Dios a quienes buscaban conducción divina (Números 27:21). Los sacerdotes también actuaban como jueces en el Santuario o Lugar Santo, de hecho, el tribunal más alto en el país operaba en el Santuario central (Deuteronomio 17:8-13; 21:5). Ellos eran especialmente responsables por bendecir a la gente (Deuteronomio 10:8; 21:5). Representaban al pueblo ante Dios y en su actividad representativa, tomaban al pueblo con ellos ante la presencia de Dios (Éxodo 28:9-12, 29).

La actividad de los sacerdotes como mediadores era particularmente visible durante los servicios diarios. Ellos estaban a cargo del altar de los holocaustos, y debían mantener encendido el fuego sagrado sobre él, eliminar las cenizas y poner leña nueva (Levítico 6:10-13); ponían un holocausto sobre el altar en la mañana y otro en la tarde (Números 28:3-8). Durante los servicios diarios, el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santo para arreglar el candelero y quemar incienso delante de Dios (Éxodo 30:7-8). Además, cuando un israelita traía un sacrificio, el sacerdote lo sacrificaba en su favor, para expiar al pecador (Levìtico 1:5-9; 4:25, 26, 34, 35).

El rol de mediación del sacerdote servía por lo menos a tres propósitos, simbolizando: 1ero) A pesar de la distancia fundamental entre Dios y los seres humanos, había una manera de cubrir el abismo. 2do) Revelaba el deseo de Dios de estar con su pueblo. Era una manifestación del amor de Dios, que busca una manera de hacerse accesible a ellos, a pesar de su pecado. 3ero) Desde la perspectiva de los israelitas, el sacerdocio les daba acceso al Santo de Israel, y la oportunidad de ser limpiados del pecado y las impurezas. Los mediadores sacerdotales siempre estaban disponibles, para permitir que el pueblo se acercara a Dios, y encontrara gracia y misericordia.

Todo el sistema del Sacerdocio Levítico simbolizaba al Mediador máximo entre Dios y los seres humanos, en especial el sumo sacerdote, que representaba a Jesucristo. Y los sacerdotes, por medio de la obra de Cristo, simbolizan a todos los creyentes, ya que somos parte de un "real sacerdocio" (1 Pedro 2:9). "El sacerdocio de Aarón tipificaba a Cristo y sus hijos a los creyentes, los hijos de Aarón eran sacerdotes por descendencia, los creyentes en Cristo por el nuevo nacimiento." (Henry, Matthew, 1991)

Así también es de suma importancia dar explicación a toda la simbología representada en el Tabernáculo:

El Tabernáculo enteramente simbolizaba el santuario celestial, pues Moisés lo construyó de acuerdo al modelo que Dios le había dado en el Monte (Cfr. Éxodo 25:9, 40; 26:30; 27:8). "No se dejó nada en absoluto a la inventiva o iniciativas humanas. Cada uno de los detalles tenía su importancia y significado espiritual. La epístola de los Hebreos confirma que el santuario hecho de mano del hombre era <<imitación del verdadero>>, establecido por el Señor en el cielo (He. 8:2, 4-5; 9:11, 23-24)." (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985)

Mediante la disposición de tallada del tabernáculo, la descripción de sus utensilios y el aislamiento del Lugar Santísimo, se simboliza que Dios no podía admitir a los pecadores ante su presencia. También se destaca que toda la madera utilizada para la construcción del Tabernáculo y sus objetos era madera de acacia, simbolizando la humanidad perfecta de Cristo, ya que la acacia, era una débil planta que crecía en tierra seca (Cfr. Isaías 53:2), y que además era totalmente incorruptible (Cfr. Isaías 53:9)

Así también, tenemos en palabras de los autores (Vile y Escuain) del Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Editorial Clie, que en "El plan del santuario se pueden trazar gráficamente dos temas: (a) El desarrollo del ministerio del sacerdote, mediador encargado de establecer el contacto entre el pueblo y Dios; (b) el camino del hombre pecador que, aprovechando el camino abierto por Cristo, el gran sumo sacerdote, entra hasta la misma presencia del Señor." (Cfr. Comentario sobre el Tabernáculo en Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985).Y de seguidas, explican que cada parte del Tabernáculo representa cada una de las etapas que el creyente pasa hasta llegar a la presencia del Señor. A continuación, la simbología representada en el Tabernáculo:

1. El Atrio: Estaba conformado por un lienzo sostenido por columnas de bronce (Éxodo 27:9-18), simbolizando el lino, la Santidad de Dios que debía mantenerse a distancia de los pecadores; y las columnas de bronce: el juicio.

2. La Puerta: Era el único acceso al Tabernáculo, y estaba constituido por una cortina que llevaba los 3 colores simbólicos al igual que el Velo del Lugar Santísimo. Aunque esta se podía levantar fácilmente (Éxodo 27:16), simbolizaba una separación neta entre el interior y el exterior del Tabernáculo. En el Nuevo Testamento encontramos que Jesús dijo: "Yo soy la puerta… el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador" (Juan 10:9). Así que entendemos, que esta puerta también simbolizaba la persona de Jesús.

3. El Altar de Bronce: Era el primer objeto que se encontraba al entrar al atrio, estaba hecho de madera de acacia y cubierto de bronce (Éxodo 27:1-8), símbolo que recuerda el alcance universal del Sacrificio de la Cruz. La cruz fue el altar sobre el cual el sacrificio fue ofrecido por nosotros.

Así también, el Altar de Bronce simboliza a Cristo como objeto de juicio de Dios sobre el pecado. (Cfr. Números 16:36-40)

La finalidad esencial de este Altar era la de ser el lugar donde se ofrecía los sacrificios y se vertía la sangre, la única que hacía expiación por las almas. El Altar nos habla de Cristo; los sacrificios nos hablan de Cristo, el sacerdote nos habla de Cristo, en resumen, el conjunto de lo que sucedía en este Altar simboliza todo el sacrificio en la cruz.

La rejilla de bronce de este Altar donde eran ofrecidos los sacrificios, soportaba el fuego del juicio y simboliza también a Cristo, quien pasó a través del fuego del juicio de Dios.

4. La Fuente de Bronce: La Fuente de Bronce, estaba situada entre el altar de Bronce y la Tienda del Tabernáculo. Servía para lavarse en ella, lo que Aarón y sus hijos debían hacer cada vez que entraban al altar para ofrecer un sacrificio. (Éxodo 30:17-21; 38:8)

En Juan 13 el Señor Jesús mismo nos muestra la simbología de la Fuente de Bronce al celebrar la última cena con sus discípulos, Él se levanta de la mesa y se pone a lavar los pies de ellos. Pedro no quería que lo hiciese con él, pero Jesús le dice: "El que esta lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues todo esta limpio" (Juan 13:10). En consecuencia, aquél que tiene todo el cuerpo lavado, es decir, que ha pasado por el nuevo nacimiento a la conversión no necesita repetir lo ha sido cumplido una vez para siempre (Cfr. Tito: 3:5). Así, el Señor muestra por medio de la Palabra una vez y para siempre al rescatado le fueron lavados sus pies, y puede tener parte con el Señor, o sea, gozar de la comunión con Él.

La Fuente de Bronce también es símbolo de que los creyentes debemos examinarnos diariamente a nosotros mismos y no participar de la santa cena si no estamos limpios, ya que hacerlo en tal estado nos exponemos a juicio del Señor.

La Fuente de Bronce había sido hecha con los espejos de las mujeres que velaban a la puerta del Tabernáculo de reunión (Exodo 38:8). Ello configura una doble enseñanza:

  • Los espejos simbolizan, según Santiago 1:23, la Palabra de Dios, la cual pone en evidencia nuestras faltas, la suciedad de nuestros pies;

  • Las mujeres que se allegaban al Tabernáculo de Reunión con aquellos que buscaban a Jehová (Éxodo 33:7) tenían un corazón dispuesto para Él, y como gozaban de Su presencia, les fue fácil abandonar gozosamente por el Señor lo que precedentemente era objeto de vanidad. Esto simboliza lo que Dios merece de nosotros.

5. La Tienda Estaba hecha de tablas de madera de acacia recubiertas de oro, y su entrada se encontraba al este. 🙁Éxodo 26:1-30). Es importante indicar que en las escrituras, muchas veces cuando se hace referencia al Tabernáculo, se refiere a esta sección.

La Tienda o Tabernáculo estaba dividida por el Velo en dos partes: del lado oriental, estaba el Lugar Santo con forma rectangular, donde los sacerdotes entraban cada día; y más allá del Velo, se encontraba el Lugar Santísimo que tenía forma cúbica, donde únicamente entraba el sumo sacerdote durante el Día de la Expiación.

6. La Cortina o Entrada al Lugar Santo: Estaba hecha del mismo material y con los mismos colores que la Puerta y el Velo del Lugar Santísimo. Esta Cortina simboliza que Cristo además de ser la Puerta, es el camino entero que nos lleva a Dios. (Cfr. Juan 14:6; Hechos 10:19-20)

7. El Altar de Oro: El Altar de Oro era llamado también el Altar de Perfume o Incienso; sus dimensiones eran mucho más reducidas que las de el Altar de Bronce; también estaba hecho de madera de acacia cubierto de oro puro (Éxodo 30:1-10) y simbolizaba esencialmente el ministerio de Cristo de intercesión perpetua (Apocalipsis 5:8; 8:3-4), pues en el Altar de Oro el sumo sacerdote ofrecía el perfume, mientras afuera el pueblo oraba. (Cfr. Juan 17, Hebreos 7:25 y Romanos 8:34)

La Mesa de los Panes de la Proposición (Éxodo 25:23-30; Levítico 24:5-9): Era una mesa de pequeñas dimensiones de madera de acacia, cubierta con una lámina de oro puro, evidentemente, un símbolo de Cristo llevando a su pueblo ante Dios.

Los 12 panes hechos de flor de harina, recubiertos de incienso (Cfr. Levítico 24:5-9) tienen un triple significado, simbolizan:

  • Primeramente a Cristo como alimento de los sacerdotes en el Lugar Santo. Este alimento le es indispensable al creyente que quiere acercarse a ser "un varón perfecto" (Efesios 4:13) y no permanecer como un niño en Cristo.

  • A los Santos que tienen la misma naturaleza de Cristo, y son aceptos a Dios, simbolizado por la cobertura de incienso. La disposición (seis por hilera) en el orden establecido por Dios también es un símbolo, tal como los describe por ejemplo la epístola a los Colosenses; simboliza a los creyentes a la luz del Santuario y su posición ante Dios; por ello una moldura de un palmo alrededor de la mesa impedía que los panes pudieran caerse, lo que es símbolo de la seguridad que los rescatados tienen en Cristo.

  • A las doce tribus de Israel, sea en la época del desierto o en tiempo futuro, al estar en el santuario simbolizan que siempre están presentes en el pensamiento de Dios (Romanos 11)

8. El Candelero de Oro: Contrariamente a los otros objetos del Tabernáculo hechos de madera de acacia, el candelero era totalmente de oro puro, forjado en una sola pieza (Éxodo 25:31-40; Levítico 24:1-4; Números 8:1-4), simbolizando lo que es esencialmente divino.

El candelero era de oro batido labrado a martillo, simbolizando a Cristo cuando pasó por el sufrimiento en el Calvario, mientras que el aceite que mantenía encendida la luz es, como en toda la Palabra de Dios, símbolo del Espíritu Santo que nos brinda luz espiritual y nos guía en la oscuridad de este mundo (Cfr. Juan 14.26; 15.26; 16.7-14)

El conjunto formado por el candelero, el aceite y las siete lámparas ardiendo en el santuario simbolizan también a Cristo tal como es presentado por el Espíritu Santo. Por otra parte, las siete lámparas simbolizan el ministerio de Cristo por el Espíritu que se ejerce mediante diversos canales.

El primer objeto que atraía las miradas al entrar al santuario era el candelero que iluminaba la mesa de los panes (Éxodo 26:35). Ésto es símbolo del Espíritu Santo, en relación con los creyentes como guía, y en relación con la purificación de los levitas porque es el Espíritu Santo quien debe dirigir todo servicio para Dios y ser su motor, como también debe ser hoy en día.

9. El Velo del Lugar Santísimo: Estaba hecho de lino fino y llevaba los colores azul, púrpura y carmesí, a diferencia de la Cortina y la Puerta, tenía bordados dos Querubines, símbolos de la presencia inaccesible de Dios. Esta cortina era un tapiz que cubría el Lugar Santísimo. Ésta, separaba el Lugar Santo del Santísimo y simbolizaba la carne de Jesucristo que debía ser rasgada.

"Según He. 10:20, el velo representaba la carne de Cristo, abierta en la Cruz para darnos acceso al Lugar Santísimo. En este velo, el azul podría referirse al cielo, el púrpura a la realeza, el carmesí a la sangre, y el lino fino a la santidad." (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985). Lo que daba a entender que aún no se había manifestado el camino hacia el Lugar Santísimo mediante la muerte de Jesús. Cuando Jesús murió sobre la cruz, un gran cambio tomó lugar: "Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Marcos 15:37, 38).

Cuando el velo se rasgó de arriba abajo, simbolizaba que Dios estaba confirmando milagrosamente que el mundo se había movido hacia una nueva dispensación: una en la que un trono de juicio se había convertido ahora en un Trono de Misericordia. Una sala que era un lugar de muerte para todos los que entraban (excepto el sumo sacerdote una vez al año con la sangre, si es que Dios aceptaba su ofrenda), ahora se había convertido en un lugar público de vida y bendición para todos los que creyeran en Jesús como Señor y Salvador.

Bien vale la pena mencionar el pasaje bíblico de Juan 20:17, cuando Jesús le dijo a María: "No me toques, porque aun no he subido a mi Padre…" Esto ha sido interpretado por muchos teólogos explicando que Jesús tenía que tomar Su sangre y rociarla en el Cielo a fin de exponer una prueba a Dios de que el precio por el pecado había sido pagado. Y eso mismo fue lo que hizo.

10. El Arca: En las ordenanzas para el Tabernáculo dadas por Dios a Moisés, en los capítulos 25 a 27 del Libro de Éxodo, el Arca ocupa el primer lugar. Así cuando el sumo sacerdote partía del Santuario hacia el Atrio simbolizaba a la Persona de Cristo.

Una cornisa o coronamiento de oro se encontraba alrededor del Arca (Éxodo 25:11), simbolizaba la excelsa gloria de Cristo.

Como los otros objetos del Tabernáculo, el Arca estaba unida de varas para llevarla. Estas últimas tienen una importancia particular simbolizando la santidad de Cristo, por eso el Arca siempre debía ser llevada en andas y no puesta en un carro (Cfr. 1 Crónicas 15:2).

Vale acotar, que en el desierto (después de haber pasado el Jordán), el Arca es llamada "El Arca del Testimonio" (Éxodo 25:16). Luego se tiene en Números 10:33 "el Arca del Pacto", base de las revelaciones de Dios con su pueblo; y por último, está "el Arca de Jehová", cuando se trata de mostrar su poder, como en el Jordán, en Jericó o en la casa de Dagón. (Cfr. Josué 4:5; 6:6-13; 1 Samuel 5:3)

11. El Propiciatorio: El Arca era un cofre y tenía una tapa llamada Propiciatorio, la cual estaba enteramente hecho de oro puro (Éxodo 25:17-21), lo que simboliza la justicia inherente a la naturaleza divina. Por otra parte, encima del Propiciatorio había dos Querubines de oro batido, formando una sola pieza con el Propiciatorio. Los Querubines, Asiento del Trono de Dios (Salmo 80:1; 89:14), simbolizan el juicio de Dios; así la justicia divina reclama el juicio inexorable de Dios sobre su pueblo pecador, el cual de ninguna manera observo la ley (Éxodo 32:19); sólo Cristo podía cumplir la ley de Dios (Salmo 40:8). Pero los Querubines y el Propiciatorio estaban colocados sobre el Arca, que es como decir sobre Cristo, quien si cumplió plenamente la voluntad de Dios y la permitió el cumplimiento de amor a favor del hombre. Por este motivo el Arca contenía las tablas de la ley.

Los Querubines no tenían una espada, como en Edén, sino, al contrario, alas para proteger, y sus rostros uno enfrente del otro: estaban vueltos hacia el Propiciatorio para mirar la sangre rociada.

El conjunto formado por el Arca, el Propiciatorio y los Querubines vino a ser así no ya Trono de Dios en juicio, sino el de la gracia. Todo simboliza a Cristo y su obra; vemos en ello, de una manera sorprendente y profunda, cómo Él respondió plenamente a la justicia y al amor de Dios (Salmo 85:10), el Trono de la Gracia está fundado sobre la obediencia de Cristo hasta la muerte.

El Propiciatorio era el lugar de encuentro de Dios con el hombre en un doble sentido:

  • Aarón, el sacerdote, representando al pueblo ante Dios, acudía con la sangre.

  • Moisés, el enviado de Dios, el apóstol, recibía allí los mensajes de Dios para el pueblo. (Éxodo 25:22)

Así las cosas, en Hebreos 3:1 se menciona que El Señor Jesús es llamado el "apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión", reuniendo el carácter de Moisés como apóstol, y el de Aarón como sumo sacerdote.

12. Contenido del Arca: Las Tablas de la Ley, La Vasija de Oro con el maná y La Vara de Aarón (Hebreos 9:4)

a. Las Tablas de la Ley: Las primeras tablas habían sido quebradas debido la idolatría del pueblo (Éxodo 32:19). Las segundas tablas son presentadas en Deuteronomio 10:3-5, hechas después de la construcción del Arca y colocadas allí cuando Moisés descendió del Monte. Simbolizaban que la ley de Dios sólo podía ser cumplida por Jesucristo.

b. La Vasija de Oro (Éxodo 16:32-34): Esta vasija de oro que contenía el maná que tiene una doble simbología:

  • La fidelidad de Dios, quien durante cuarenta años había alimentado a su pueblo a través del desierto.

  • Ella es un memorial de Cristo descendido del cielo, pan de vida, alimento de su pueblo en el desierto. (Juan 6:31-38, 58)

c.La Vara de Aarón (Números 17): Esta Vara que había brotado, producido flores y almendras, simboliza la gracia de Dios y la resurrección de Jesús. Así, todo lo que el Arca nos simboliza acerca de la Persona de Cristo es completado por su contenido: su obediencia perfecta, su humillación como descendido del cielo, su gracia y su resurrección.

Además se señalan la simbología propia del ritual del Día de la Expiación, que como se mencionó anteriormente, simbolizaba el momento en que Dios concluyó el problema del pecado por medio de la consumación de la salvación, dicho de otra manera, simbolizaba el momento de la remoción del pecado una vez y para siempre por la muerte de Cristo; así:

1) Las vestimentas blancas usadas por el sumo sacerdote ese Día: la túnica, los calzoncillos, el cinto y la mitra, todo de lino, simbolizaban la pureza que requería el sumo sacerdote; el lino símbolo de santidad y la humildad de sus vestiduras, símbolo de la actitud con la cual se debe entrar a la Presencia de Dios. Así tenemos la simbología por separado cada elemento:

1. Los calzoncillos de lino: La primera prenda que se ponía el sacerdote cuando iba a ministrar, era para cubrir su desnudez. Este artículo tan íntimo nos muestra la necesidad de pureza y decencia para la adoración a Dios. (Cfr. 1 Corintios 12:23; 14:40)

Antes de tener la ministración, nosotros como sacerdotes de Dios debemos de cubrirnos con el poder, la justicia y la santidad de Dios. (Cfr. Zacarías 4:6; Hechos 1:8; Romanos 8:1-4; 1 Tesalonicenses 5:8)

2. La Túnica Blanca: Bordada primorosamente, de inmaculada blancura y de la más fina calidad. Primera pieza del traje sacerdotal (Cfr. Levíticos 8:7-9). Después de esta pieza y su cinturón se ponían los demás vestidos que indicaban su oficio como sumo sacerdote. No podría ponerse las vestiduras de gloria y hermosura hasta que no se ponía esta pieza. Esta pieza sostenía las demás partes de la vestimenta. Era una sola pieza, con mangas apretadas y descansaba sobre los hombros y caía hacia abajo hasta el suelo cubría todo su cuerpo hasta los pies. Esta Túnica Blanca simboliza lo siguiente:

  • El hecho de que era de una sola pieza nos habla de un solo Señor, que no puede ser dividido, que cubre completamente al creyente. También nos habla de un solo evangelio que tampoco puede ser fragmentado.

  • Para ver el tejido había que acercarse bien al sumo sacerdote. Para contemplar la hermosura de Cristo tenemos que acercarnos a Él. (Hechos 4:6; 7:17-19; 10:21-22; Santiago 4:8)

  • Su blancura inmaculada es símbolo del carácter justo de nuestro Sumo Sacerdote y nos muestra su pureza desde la cabeza a los pies. (Cfr. Mateo 27:19, 24; Lucas. 23:41,47; Juan 8:46; 18:38; 19:4,6)

3. El Cinto de la Túnica: Este cinto también de lino, ceñía la Túnica Blanca al cuerpo del sacerdote. Los colores usados, al igual que para la Puerta del Atrio del tabernáculo, el Velo del Santuario y el Velo del Lugar Santísimo fueron:

  • Azul (Gloria Celestial)

  • Carmesí (la sangre que El derramo)

  • Púrpura (Reinado, Rey de reyes)

Este cinto le permitía al sacerdote tener libertad en sus movimientos. Después que el cinto se ceñía a la túnica el sacerdote estaba preparado para recibir el resto de la vestimenta y realizar sus funciones sacerdotales. En este cinto están representados el gobierno y la autoridad divina de Cristo (Cfr. Apocalipsis 1:13)

4. La Mitra: Este era un turbante de lino fino. Esta era una prenda usada por el sumo sacerdote, sobre la cuál y por medio de una cinta azul se fijaba una lámina de oro grabada que decía: "Santidad a Jehová". La mitra simboliza la pureza de pensamiento que debe existir en la vida de cada cristiano. También la mitra es señal de autoridad que se llevaba sobre la cabeza y un símbolo de sujeción al Señor, hoy en día esa mitra sobre nuestras cabezas es Cristo.

2) El sumo sacerdote debía separase de los demás durante los siete días de la inauguración, salía de su propio hogar y de su familia durante los siete días previos al Día de la expiación, y permanecer en su cámara dentro del Tabernáculo, preparándose. Esto simbolizaba que necesitaba una pureza divina para poder realizar el oficio de la Expiación, tal como Cristo era puro y sin mancha. Así los siete días, simbolizaban los 7 tiempos que deben transcurrir antes de la Segunda Venida de Jesucristo, como Rey de reyes y Señor de señores, también la Gran Tribulación.

3) El Día de la Expiación, antes de ponerse sus vestiduras, el sumo sacerdote debía bañarse en la Fuente de Bronce ubicada en el Atrio, lo que simbolizaba también la limpieza espiritual para poder entrar al Trono de Dios.

4) Durante el Día de la Expiración, el pueblo tenía que dejar todo trabajo y afligir sus almas en aquel día, es decir, era un día de ayuno y reposo. Eso simbolizaba arrepentimiento; la tristeza por haber ofendido a Dios. 

5) Los animales para sacrificio para expiación: el becerro por el sumo sacerdote y los machos cabrios por el pueblo (el sacrificio y el expiatorio), debían ser sin defecto, simbolizando la naturaleza perfecta como Dios y como hombre de Jesucristo. Se dice que ambos machos cabrios son para expiación en tanto aun no se ha echado suertes sobre ellos. Así también, la sangre derramada de los animales para expiación simbolizaba el derramamiento de la preciosa sangre del señor Jesús, y el hecho de descuartizarlos para separar la grosura simbolizaba como Su carme fue rasgada en la crucifixión.

6) La primera entrada del sumo sacerdote al Lugar Santísimo para hacer la expiación por sus pecados y los de su casa (el resto de los sacerdotes Levitas) simbolizaba también la limpieza espiritual para poder entrar al Trono de Dios. Para poder entrar al Lugar Santísimo debía hacerlo con incienso para cubrir el Arca de Dios y no verla directamente (para evitar su muerte); el incienso simboliza las oraciones que los creyentes elevamos a Dios para poner en Sus manos nuestros asuntos. Y dentro del Lugar Santísimo, el sumo sacerdote debía rociar la sangre del becerro con su dedo siete veces sobre el Propiciatorio; número que es símbolo de la perfección de Dios que se requería para entrar ante Su presencia.

Así que, el hecho de que se rociara La Sangre del Sacrificio de Expiación sobre El Propiciatorio y sobre los Cuernos del Altar del Incienso tiene gran significado, simboliza que es un Sacrificio perfecto, una purificación espiritual y física completa y perfecta, por una parte; y por la otra, simboliza también nuestra consagración total a Dios.

El verbo hebreo traducido como hacer expiación, en Levítico expresa la idea de borrar o purgar. Se hacía expiación por el Tabernáculo, el Altar, los Cuernos del Altar, lo que significaba que ellos eran purgados, limpiados, de la contaminación del pecado y la impureza, simbolizando que, por medio de la expiación, se restauran todas las cosas a la condición original.

Siendo que la limpieza ocurría mediante la sangre de un animal sacrificado, la expiación también simboliza la idea de rescate. Liberar a una persona del pecado se hace al costo de la sangre (vida de la víctima sacrificada) (Cfr. Levítico 17:11). Esa victima era ofrecida en sacrificio en lugar del pecador, sustituyéndolo, y por lo tanto rescataba su vida (Cfr. Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:6)

"La sangre y la vida están asociados como pares léxicos y con ello comprendidas como de un significado paralelo en […] hebreo. Por causa de esta estrecha asociación la sangre es considerada la fuente de la vida, y porque la sangre representa la vida (Gén. 9:4; Deut. 12:23), puede expiar la vida. Puesto que la vida de una criatura está en la sangre, la sangre hace expiación por la vida de uno. Una vida se sacrifica por otra. El derramamiento de sangre sustitutiva en el altar hace expiación, ya que la sangre de la víctima inocente fue dada por la vida del que pecó."(Mark F. Rooker, The New American Commentary: Leviticus, t. 3A, p. 236 Ob. Cit. por http://www.escuelasabatica.cl/2008/tri4/lecc7/lecc7.htm consultada el 17/04/2012)

7) El sumo sacerdote debía salir hasta la Puerta del Atrio para que el pueblo lo viera y constatara que su ofrenda había sido aceptada por Dios, y en ese momento tomar los 2 machos cabríos y echar suertes sobre ellos para determinar cual representaría a Dios (Jesucristo) y cual sería para Azazel. Echar suertes eran un acto que consistía en elevar una oración a Dios para solicitar que Él revelara su voluntad, lo que simbolizaba que la decisión para determinar cual macho cabrío representaría a Dios y cual sería enviado al desierto para Azazel, correspondía a Dios. Las suertes eran unas pequeñas tablillas marcadas, respectivamente, "para Jehová" y "para Azazel".

8) La explicación de la simbología para la segunda entrada del sumo sacerdote en el Lugar Santísimo durante el Día de la Expiación, se corresponde con la simbología explicada para la primera entrada, por cuanto se realizaba de manera similar con la única diferencia de que la expiación se hacía para el pueblo con la sangre del macho cabrío sacrificado.

9) La purificación del Santuario o Lugar Santo, se hacía sobre el Altar de Oro y sobre todos los elementos del Santuario (Mesa de los Panes de Propiciación y el Candelero), que también se les llama Vasos del Ministerio porque este acto de purificación del Santuario simbolizaba el Ministerio de Cristo.

10) La Purificación del Altar de Bronce simbolizaba la crucifixión de Cristo, como ya fue explicado en la simbología de este Altar.

11) El Día de la Expiación fue dado para tratar con los aspectos del pecado: Primero, hay una pena (castigo) por la cual se tiene que pagar; y segundo, la culpa. Simbolizando que ambos aspectos del pecado eran solucionados por Dios, y como resultado los creyentes tenemos la Redención.

En la Palabra de Dios encontramos tanto el en Antiguo como en el Nuevo Testamento: " la paga del pecado es muerte…" a esto se debía el sacrificio de sangre, lo que constituía la pena. La sangre era la evidencia que Dios requería para que el castigo por el pecado fuera pagado, requería de una vida sacrificada para poder reconciliarse con el pecador.

"Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona." (Levítico 17:11)

Y con respecto a la culpa y memoria del pecado, el macho cabrío designado para Azazel cargaba con todos los pecados de la nación y se marchaba hacia el desierto, haciendo desaparecer sus pecados de esa manera, y no volvían a ser recordados o traídos a memoria.

12) La imposición de manos sobre el macho cabrío para Azazel simbolizaba que por fe los pecados del pueblo de Dios eran transferidos a este animal.

"Aquí se tipifican los dos grandes deberes del evangelio, la fe y el arrepentimiento. Por la fe imponemos las manos sobre la cabeza de la ofrenda, confiamos en Cristo como el Señor nuestra Justicia, nos acogemos a la satisfacción hecha por Él, como el único capaz de expiar nuestro pecado y procurarnos el perdón. Por el arrepentimiento afligimos nuestra alma; no sólo ayunamos por un tiempo de las delicias del cuerpo, sino sintiendo interiormente pesar por el pecado, y llevando una vida de abnegación, y asegurándonos que, si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Por la expiación recibimos reposo para nuestra alma y todas las libertades gloriosas de los hijos de Dios." (Henry, 1991) (Subrayado nuestro)

13) El macho cabrío para Azazel era enviado lejos al desierto, simbolizando la remoción de los pecados del pueblo de Dios.

14) Azazel: Para explicar este punto, se transcribe textualmente un estudio bíblico hallado en la web: www. cristinismoparatodos.blogspot.com; para verificar su contenido visitar el siguiente link electrónico: http://cristianismoparatodos.blogspot.com/2010/12/identidad-de-azazel.html

La identidad de Azazel es debatible. Las siguientes citas textuales evidencian las diferentes posiciones con respecto al significado de Azazel:

…Es motivo de debate el significado de Azazel.

edu.red

El nombre de un demonio del desierto. Si [ésta] posición es correcta, es importante enfatizar que este macho cabrío no era un sacrificio para el demonio. El envío del chivo al demonio del desierto entonces significaría enviar los pecados del pueblo lejos del pueblo y de regreso a su fuente demoníaca, donde no volvería a dañarlos.

Azazel: nombre que podría referirse a un demonio. Los antiguos creían que este ser demoníaco habitaba en el desierto. Aquí no se trata de un sacrificio ofrecido a Azazel, porque el macho cabrío era enviado vivo al desierto.

Otros lo interpretan como un demonio o Satanás mismo.

Levítico 17:7: Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios (lit. los chivos.),… el siguiente comentario describe quienes eran estos demonios:

Demonios: eran divinidades paganas en forma de chivos, como los sátiros, que se suponía habitaban en el desierto. Es probable que Israel entrara en contacto con los sátiros cuando se establecieron en Gosén (Gn. 47: 1-6)

Otro comentario, acerca de Lev. 17:7

Demonios (lit. "machos cabríos") puede referirse a los espíritus o demonios del campo, los cuales eran concebidos en forma de machos cabríos ("sátiros"). La adoración a los machos cabríos era parte de la religión egipcia y, según parece, las prácticas idólatras egipcias permanecieron entre los israelitas por algún tiempo (cf. Jos. 24:14; Eze. 20:7; 23:1 ss.). La frase tras los cuales se han prostituido se usa metafóricamente para hablar de la idolatría (Exo. 34:15, 16; Lev. 20:5, 6), pero puede implicar lit. actos de prostitución ritual o copulación con animales (cf. Exo. 22:19, 20; Lev. 18:23; 20:15, 16; Ose. 4:10–14). Para prevenir que la gente llevara a cabo dichos ritos idólatras, bajo el disfraz de tener una fiesta familiar, todo animal debía ser degollado a la puerta del tabernáculo.

Según el "Diccionario certeza", la identidad de Azazel era el nombre de un demonio (la última de 4 posibles, para este autor), el autor hace referencia al libro apócrifo de Enoc (6:6):…La mayor parte de los eruditos prefiere la última posibilidad debido a que en el vv. 8 aparece en paralelo con el nombre del Señor. Enoc (6.6 en adelante) menciona frecuentemente a Azazel como ángel caído, pero probablemente el autor adquirió este concepto de Lv. 16. El significado de este rito debe ser que el pecado era eliminado, en forma simbólica, de la sociedad humana y llevado a la región de la muerte (cf. Mi. 7.19). No conlleva la idea de sacrificio ofrecido al demonio. (cf. Lv. 17.7)

15) El hombre destinado para llevar al desierto al macho cabrío para Azazel, no se le menciona nombre quizá porque no siempre tenía que ser el mismo en hacer esa tarea, aunque se infiere que se trataba de un sacerdote levita (porque éstos eran los encargados de los oficios ayudando al sumo sacerdote). Algunos teólogos han dicho que simbolizaba al Espíritu Santo, mientras que otros afirman que representaba a satanás, por eso tenía que llevar al macho cabrío para Azazel al desierto, muy lejos, donde simbólicamente satanás no pudiera dañar o engañar más al pueblo de Dios.

16) El hombre destinado para llevar al desierto al macho cabrío para Azazel debía lavar con agua sus vestidos y su cuerpo para poder volver al campamento para limpiarse espiritualmente porque, simbólicamente, había entrado en contacto con la personificación del mal.

17) Sólo después de completada la ofrenda por el pecado y todas las iniquidades del pueblo de Israel llevadas lejos (por medio del macho cabrío para Azazel), el sumo sacerdote se quitaba sus vestidos humildes de lino (Vestiduras Blancas), debía bañarse en la Fuente de Bronce y se ponía las vestiduras de gloria (Vestiduras Doradas). Esto era un símbolo de la resurrección y la ascensión de Cristo.

18) Las vestiduras doradas del sumo sacerdote que llevaba puestas durante todo el año, y que debía usar para hacer el holocausto, consistían en 8 piezas diferentes: El Efod, El Pectoral, La Tunica Blanca, La Túnica Azul, La Mitra, El Cinto, El Urim V' Tummim y los Calzoncillos, simbolizaban la gloria y majestad de Jesucristo. En este punto sólo se explicará la simbología de La Túnica Azul; El Efod; El Pectoral y El Urim V' Tummim, por cuanto, los demás elementos fuero explicados al estudiar la simbología de las Vestiduras Blancas.

1. La Túnica Azul: Una prenda formada por una sola pieza, cortada como especie de sobretodo, se ponía por encima de la túnica blanca y colgaba desde los hombros, y se colocaba debajo del Efod. Se usaba para la ministración en el servicio sacerdotal. La parte superior e inferior tenían un borde para evitar la rotura y el ensanchamiento por el uso. En la parte inferior tenía borlas en forma de granadas de color azul, púrpura, carmesí y blanco de lino torcido.También colgaban campanillas de oro intercaladas alternativamente con las granadas, en igual número sin mencionar el total de las mismas.

¿Que simbolizaba esta Túnica?

  • Primeramente su color azul nos muestra el carácter celestial del Señor Jesús y que El no es nuestro sacerdote en la tierra, sino cumple actualmente su servicio en el Cielo y quien además nos da su paz. (Cfr. Juan 3:13, 14:27;1 Corintios 15:47; Hechos 8:4; 9:24; 16:33; 2 Tesalonicenses. 3:16)

  • El manto estaba confeccionado de tal manera que no se podía romper. , así como nadie puede romper la obra la perfección de la obra de Cristo. En el tiempo del Antiguo Testamento se rasgaban los vestidos en tiempo de angustia. La túnica de Jesús no fue partida. (Cfr. Juan 19:23-24)

  • Al estar el manto formado por una sola pieza surgiere la idea de que no tiene principio ni fin. (Cfr. Hebreos 5:6; 6:20; 7:3, 17,21)

  • La única forma de ponerse el manto era por encima, lo que nos hace pensar en que Él que vino estaba sobre todos los demás. (Cfr. Juan 3:31; 8:23; 19:11; Mateo. 27:51)

  • La igualdad numérica de las granadas y campanillas nos recuerda la vida y el ministerio fructífero del Señor (Cfr. Hechos 1:1; Hebreos 10:5,9). Al desconocerse el número exacto nos muestra que sólo Dios sabe el infinito valor de Cristo y el alcance de su ministerio celestial.

2. El Efod: La vestidura más importante que llevaba el Sumo Sacerdote era el efod. Esta prenda representa la parte de sus vestiduras descrita en Isa. 61:10 como "vestiduras de salvación". Era algo semejante a un delantal, que cubría tanto el pecho como la espalda y que llevaba encima de su toga.

Dos piedras de sardónica, también conocidas como "piedras de recordatorio", se hallaban incrustadas en engastes de oro sobre los hombros del Sumo Sacerdote, una en cada hombro, con los nombres de las tribus escritas sobre ellas. (Cfr. Éxodo 28:9-10)

Los Sabios decían que al mirar Di-s hacia abajo, los nombres de los hijos de Israel sería movido a misericordia y tendría compasión de ellos. (Cfr. Éxodo 28:12), de aquí se deriva que El Efod represente esa parte de nuestra relación con Jesús.

Los colores y materiales usados para El Efod representan las diferentes y gloriosas características de nuestro Señor. Son los mismos colores que estaban sobre la puerta que daba al Atrio exterior, el Velo del Santuario y el Velo del Santísimo, y representan a Jesús tal y como aparece en los cuatro evangelios. Debajo de las "piedras de recordatorio" había pinzas de oro con cadenas de oro unidas al pectoral del Efod.

El efod con las piedras y el pectoral unido simbolizan a Jesús, que nos lleva sobre Sus hombros y sobre Su pecho, el buen pastor.

3. El Pectoral: En hebreo "choshen mishpat" significa "el pectoral del juicio" y estaba unido al Efod y el Sumo Sacerdote lo llevaba puesto sobre su corazón.

El sumo sacerdote llevaba un pectoral sobre el cual había piedras brillantes, que llevaban cada una de ellas los nombres de cada una de las tribus de Israel, simbolizando lo cerca que está Dios y lo mucho que ama a cada uno de los creyentes, de tal modo que su propio Sumo Sacerdote los lleva sobre Su pecho y muy cerca de Su corazón.

Las piedras están colocadas sobre el pectoral de arriba abajo y de derecha a izquierda, según el orden del nacimiento. Había tres piedras en cada hilera habiendo un total de cuatro hileras. La siguiente es una lista de los nombres de las tribus (hijos) de Israel, el significado del nombre, la piedra y el color de la misma.

  • Rubén significa hijo de y la piedra es el rubí (roja)

  • Shimon significa erudición y la piedra es el jade (verde)

  • Levi significa señorío y la piedra es la ágata (roja, blanca y con franjas negras)

  • Judá significa adoración y la piedra es el carbunclo (azul verdoso)

  • Isacar significa asociación y la piedra es lapis-lazuli (azul)

  • Zabulón significa compañerismo y la piedra es el cuarzo de cristal (transparente)

  • Dan significa juicio y la piedra es la turquesa (azul)

  • Neftalí significa mano de obra, arte y la piedra es la amatista (púrpura)

  • Gad significa compañerismo y la piedra es la ágata (gris)

  • Aser significa comunión y la piedra es la aguamarina (Azul verdosa)

  • José significa liderazgo y la piedra es el onix (negra)

  • Benjamín significa herencia y la piedra es el ópalo (una piedra que posee todos los colores)

Los nombres de las tribus en el pectoral simbolizan también los nombres de los auténticos creyentes, que están escritos en el corazón de Jesús, nuestro Sumo Sacerdote. Los nombres están grabados en la piedra y no pueden ser borrados, de la misma manera que nosotros tampoco podemos perder la vida eterna una vez que hemos depositado nuestra fe y confianza en El.

4. El Urim V' Tummim: Este objeto resulta un tanto misterioso y no existe una descripción concreta en las Escrituras sobre él, pero probablemente fuesen piedras. El Sumo Sacerdote las usaba para discernir la voluntad de Di-s en asuntos importantes. Se guardaban en un saquito debajo del pectoral. El método para obtener una respuesta posiblemente fuese echando suertes. Puede que las piedras estuviesen marcadas para indicar un sí o un no como respuesta. Cuando el Sumo Sacerdote metía su mano y sacaba una piedra tendría su respuesta de parte de Dios. (Cfr. Éxodo 28:30). Simbolizando que en todo tiempo estaba bajo la dirección de Dios.

19) Luego de cambiarse las vestiduras, el sumo sacerdote hacía el holocausto por él y por el pueblo; es decir, hacer consumir en el fuego del Altar de Bronce la grosura del becerro y del macho cabrío sacrificados. La grosura estaba constituida esencialmente por el hígado y los riñones de la víctima, y "era la parte más rica del cuerpo de la víctima, debía ser ofrecida a Dios sobre todo lo demás… Quemada sobre el altar, la grosura era para Jehová un sacrificio de olor grato… Simbolizaba la energía interna del Señor Jesús en su ofrenda de Sí mismo a Dios Padre." (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985) (Subrayado nuestro)

20) Los sacerdotes levitas debían quemar la carne, la piel y el estiércol fuera del campamento y para volver a entrar, debían lavar sus vestiduras y sus cuerpos. Ya en el punto 16 se explicó la simbología del baño.

El Día de la Expiación también simboliza un tiempo de tribulación poco antes de la venida del Señor representado por el tiempo de aflicción y ayuno. Jesús enseñó esto muy claramente:

"25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. (Lucas 21:25-28)

En consecuencia, este aspecto del Día de la Expiación es vital para cada creyente y para la Iglesia universal como unidad: Los días finales de la historia humana, antes del regreso de Cristo, se pondrán cada vez más difíciles, esto es lo que simboliza el séptimo mes Thisrei, los sucesos del tiempo del fin. Esto fue pronosticado en las siguientes palabras en relación con el Día de la Expiación: "…En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas…" (Cfr. Levítico 16:29)

"Dios tiene un plan en "siete pasos", siguiendo el patrón de siete que Dios utiliza para revelar muchas cosas. Como en el principio, Dios creó la semana de siete días (Gn. 1). El día séptimo fue revelado como el día santo de guardar (2:1-3). Más adelante nos dio exactamente SIETE días santos anuales para revelar todo el plan y el propósito para la humanidad (Lv. 23)… Porque siete es el número completo o de perfección. EN EL SÉPTIMO MES SE REPRESENTAN LOS SUCESOS DEL TIEMPO DEL FIN. (http://www.mundomanana.org/folletos/las-fiestas-santas-plan-maestro-de-dios-hd consultada el 26/04/2012)

Así también, Dios se refiere a siete iglesias, en Apocalipsis 2 y 3, para describir las siete etapas por las cuales la Iglesia pasaría. La última, la iglesia de Laodicea, simboliza a la Iglesia en los últimos días, poco antes de la Venida del Señor. Esa iglesia cayó en la trampa descrita por Moisés. Prosperó y se descarrió de los caminos de Dios: "…soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…" (Cfr. Apocalipsis 3:17).Esta iglesia local fue atrapada por "…los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa"

Cuando tales problemas espirituales se suscitan, Dios usualmente tiene un Día de la Expiación, un día para la aflicción del alma que Él ofrece a tales iglesias para su oportuna restauración. Dios lo hace para que se arrepientan y escuchen el llamado profético: "… es el tiempo de buscar a JEHOVÁ, hasta que venga y os enseñe justicia" (Oseas 10:12). Para la iglesia que responda y se humille a sí misma como un todo delante del Señor, Él le hace esta promesa: " 21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová." (Zacarías 8:21- 22). En este tiempo, muchos que no se habían arrepentido a este ese momento tendrán oportunidad de entrar al Reino de los Cielos.

La Fiesta del Día de La Expiación también simboliza la Segunda Venida de Cristo, la cual ocurrirá luego de la Gran Tribulación, evento que servirá para llevar a Israel al arrepentimiento y a la fe en el Señor; Él vendrá y será el "Día de la Expiación" para Israel como está escrito: "Vendrá de Sión el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados. (Romanos 11.26-27). Así se concluirá la purificación del santuario celestial reivindicando al pueblo de Dios, al acabar Su obra en ellos. No quedará ningún registro de sus pecados en el cielo ni en la tierra, pero el pueblo sí recordará por siempre que el poder del Cordero los redimió. En ocasión de la Segunda Venida, la naturaleza pecaminosa de lo hijos de Dios será transformada en una naturaleza glorificada (Cfr. 1 Corintios 15:52-54)

El Nuevo Testamento muestra que esto es exactamente lo que sucederá cuando Cristo regrese. En Apocalipsis 19:11-21 leemos sobre el regreso de Jesucristo como Rey de reyes. Luego, en el capítulo 20 vemos a un ángel encargado de quitar a Satanás: "Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo" (vs. 2-3). Efectivamente Satanás, será alejado de la humanidad; para que no pueda engañar a los seres humanos durante el reinado milenial de Jesucristo.

De esta manera los hombres seguirán el camino de Dios, sin la influencia de satanás. Por esta causa durante el glorioso reinado de Cristo "No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar" (Cfr. Isaías 11:9).

El encadenamiento de Satanás está simbolizado en el hecho de que el macho cabrío para Azazel era llevado lejos del campamento. Algunos teólogos afirman que era llevado a un precipicio.

Para ese tiempo, Cristo habrá pagado nuestra culpa por los pecados y satanás el diablo será desterrado a un simbólico "desierto" o "abismo" donde será retenido o encarcelado en esa prisión por su participación en nuestros pecados. Dios habrá puesto sobre la cabeza misma de Satanás la culpa a la que se ha hecho acreedor por haber puesto a la humanidad contra Dios.

Aplicación Espiritual para hoy

El Nuevo Testamento habla de un sacerdocio santo y de un sacerdocio real en el cual todos los creyentes participan como sacerdotes; los sacrificios del creyente no son materiales sino espirituales y su finalidad es una expresión de gratitud a Dios. Así tenemos:

  • Un sacerdocio santo: Al igual que en el Antiguo Testamento los sacerdotes constituían un grupo de hombres apartados para tal propósito, los creyentes de Nuevo Testamento hemos sido también apartados del mundo para el servicio de Dios con características distintas a las del Antiguo Testamento. El fundamento para el sacerdocio del creyente es el acto de Dios por el cual él ha unido a cada creyente con Cristo mismo esto es por asignación de Dios (Efesios 1:6-7)

  • Un sacerdocio real: En el Antiguo Testamento los sacerdotes no podían ser reyes y si lo eran no podían ser sacerdotes, ahora en el Señor ostentamos los dos títulos. Somos un sacerdocio real pues nuestra realeza y valor evidentes nos señalan como hijos de Dios. Ostentamos los dos títulos y las dos funciones, cumpliéndose así el gran deseo de Dios (Éxodo 19:6; Juan 17). Es un sacerdocio real en el sentido de realeza y se comparte con Dios los privilegios de un sacerdocio real. (Salmo; Apocalipsis 1:6; 1 Pedro 2: 5-9)

  • Los nuevos sacrificios: En el Antiguo Testamento se sacrificaban animales, ahora nuestros sacrificios son de carácter espiritual, Cristo ha sido sacrificado por nosotros. Como sacerdotes santos y a través de dichos sacrificios espirituales tenemos acceso a Dios. (Apocalipsis 1:6; Hebreos :4:16)

  • Piedras vivas: En el Antiguo Testamento había un santuario y un altar para hacer los sacrificios y era necesario un sacerdote. Los creyentes del Nuevo Testamento como piedras vivas constituyen el santuario espiritual en que la presencia de Dios se manifiesta, que unidas a la gran piedra angular que es Cristo y como sacerdotes no tienen necesidad ni de intermediarios ni de sacrificios. (Efesios 4:12-16)

  • Cristo: la Piedra Viva: Cristo es la piedra viva porque es una persona divina, venció la muerte para no morir más. Es la principal piedra del santuario espiritual a la que las piedras vivas están ligadas y así realizar el sacerdocio espiritual (1 Pedro 2:4). Es la piedra escogida y rechazada por su propio pueblo. (Hechos 2: 23-24)

En pocas palabras, en el Antiguo Testamento Dios encontraba satisfacción en la espiritualidad de su pueblo, en el Nuevo Testamento es una actividad que surge de un corazón agradecido. En el Antiguo Testamento el sacerdocio era de una sola familia (Los Levitas) en el Nuevo Testamento lo puede disfrutar todo creyente; es una responsabilidad individual y no puede ser transferido. El sacerdocio de los creyentes está cubierto con la justicia de Cristo, ha sido ungido con el Espíritu Santo (Éxodo 40:13,15; 1 Juan 2:20). A este respecto, se indica lo que afirma Myles Munroe con relación a lo escrito por el Apóstol Pablo en 2 corintios 5:17-21:

"Nosotros, la Iglesia, los "convocados" de Jesucristo. Somos "un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa" llamados por Dios para declarar sus virtudes a un mundo en oscuridad. Un real sacerdocio es otra forma de decir que cada uno de nosotros es tanto sacerdote como rey. Nuestro Señor nos ha llamado y comisionado como sus embajadores –sus agentes- para guiar a aquellos que aun están atrapados en la oscuridad, hacia la "luz admirable" de su Reino." (Munroe, 2008)

En el sacerdocio de los creyentes se puede disfrutar de la mayor riqueza de la vida Cristiana por tener acceso al Trono de Dios en la oración y la adoración, y este acceso al trono y la presencia de Dios es todo lo que necesitamos. Toda la sabiduría y autoridad que necesitamos están disponibles en el Trono de la Misericordia, pues es allí donde está Cristo sentado en Su trono. Él reina desde ese trono, y por lo tanto, si podemos experimentar Su presencia desde tal Trono sobre nuestras vidas, recibiremos sabiduría y autoridad dada de lo Alto. La gran sabiduría de Dios para entender nuestras circunstancias y, luego, la autoridad dada por Jesús sobre ellas.

Efesios 2:4-10, enseña que hemos sido resucitados juntamente con Cristo y sentados con Él en su trono Celestial. Este pasaje acentúa que este maravilloso privilegio vino a través de la gracia o misericordia de Dios, porque la sangre de Jesucristo fue derramada por nosotros a gran precio, y en consecuencia, ahora tenemos libre acceso al Trono de la Gracia. "A través de su espíritu, nos ha llamado a cada uno de nosotros al hogar, a nuestro lugar original como ciudadanos reales, para que podamos ejercitar nuestros derechos y autoridad ahora mismo y experimentemos la victoria del Reino en nuestras vidas cotidianas." (Munroe, 2008)

Es bueno entender que no tenemos acceso a este glorioso lugar de autoridad y sabiduría por las obras que hagamos, ni por las cualidades personales que tengamos. Entramos a él a través de la gracia de Dios, por el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Sin esa sangre, estaríamos prohibidos del Lugar Santísimo, pero en la Dispensación de la Gracia, somos invitados a entrar con confianza. Y al entrar a la presencia de Dios, o Trono de la Gracia, el panorama que recibimos de nuestras circunstancias, es completamente diferente, porque desde tal posición podemos mirar con fe y confianza nuestros problemas y tribulaciones.

Y por supuesto, que para tener acceso y lugar en la presencia de Dios es esencial recibir el quebrantamiento con humildad y aflicción del alma. Dios quiere que le presentemos nuestra vida, poner nuestro tiempo y recursos a su disposición como un sacrificio de olor, y Él nos capacitará: "1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 12: 1-2)

Cristo no solamente murió por nuestra naturaleza pecaminosa; es decir, por todos los hechos pecaminosos que cometimos antes de ser creyente o cometidos como creyente, ya sean conscientemente o inconscientemente cometidos. "13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz." (Colosenses 2.13-14). Con esto evidenciamos que cada uno de nosotros tiene una gran deuda con Dios, al morir por nosotros para pagar todas nuestras deudas y expiar nuestra culpa; así que lo más importante como creyentes es qué vamos a hacer con esa gran deuda. Una parte práctica para nosotros: esa es restituir todo lo que podamos y arreglar nuestros asuntos de la mejor manera posible."Él también nos invitó a unirnos a Él en su obra de reconciliar al mundo consigo mismo. Ese es su enfoque y debe ser el nuestro también. Todo lo demás es secundario. El Reino de Dios es todo lo que cuenta, y además del Reino de Dios, nada importa" (Munroe, 2008)

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." (Mateo 6:33)

Conclusiones

Es fundamental que cada individuo se apropie de la expiación de Jesucristo por la fe. Cada persona debe poner su fe en Cristo como su sustituto, a fin de ser salvo del pecado y de pasar la eternidad con Dios en el cielo.

El sacrificio del Antiguo Testamento es un tipo, una sombra, y una copia terrenal de realidades concretas, así como lo son los sacramentos del Nuevo Testamento. Cristo es el Sumo Sacerdote arquetípico (Hebreos 7:26-27) y por tanto, hace expiación por su pueblo. "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios" (Hebreos 9:24). La sangre de animales nunca podía ser un sustituto real por el pecado: "porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Hebreos 10:4). Pero sí proveía un cuadro y una promesa del Mesías venidero por medio de la cobertura (kaphar) o expiación de los pecados.

Por tanto, es crucial entender que en su muerte Cristo cumplió todo lo que los sacrificios prefiguraban (Mateo 26:28). "El cual fue entregado por nuestras transgresiones" (Romanos 4:25). Su sangre fue derramada "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados" (Efe. 1:17; Colosenses 1:14). Él hizo "purificación por los pecados" (Hebreos 1:3). "Y él es la propiciación (sacrificio que desvía la ira de Dios) por nuestros pecados" (1Juan 2:2). Su sangre es "la sangre del nuevo pacto" (1 Corintios 11:25). Cristo "se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante" (Efesios 5:2).

Fuimos redimidos no con cosas corruptibles tales como plata y oro "sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Pedro 1:19). "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). La muerte de Cristo fue representativa para nosotros: "si uno murió por todos, luego todos murieron" (2 Corintios 5:14). La muerte de Cristo fue un pago de rescate, un precio pagado para comprar a un esclavo y ponerlo en libertad: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" ([Marcos 10:45).

Dios "al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21). "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:5-6).La muerte de Cristo revela el amor de Dios por los hombres: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).

El día de la expiación está repleto de simbolismo que señala la obra del Señor y Salvador Jesucristo. En el Nuevo Testamento, el autor de la epístola a los Hebreos subraya el cumplimiento en el Nuevo Pacto de la tipología del ceremonial del día de la expiación; por ejemplo dice, en Hebreos 9:6-7 lo siguiente: "Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplirlos oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo."

El hecho de que los ceremoniales expiatorios del Antiguo Testamento tenían que repetirse anualmente indica que había algo temporal en cuanto a ellos. Señalaban por anticipado el tiempo en que Cristo vendría a quitar de manera permanente todo pecado confesado. La muerte de Cristo fue el misterio de los siglos ¿Por qué? En Juan 3:16 lo explica: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Esa es la razón por la cual Dios entregó a Su Hijo a morir en la cruz; por amor a la humanidad. Era necesario el derramamiento de la sangre de Cristo, no para cubrir temporalmente, si no para quitar el pecado del ser humano y restablecer la relación con Dios.

Bibliografía

Fuentes Bibliográficas

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  • Biblia Plenitud

  • Henry, Matthew. COMENTARIO EXEGETICO DEVOCIONAL, Deerfiel Florida, Editorial Vida cuarta impresión 1991

  • Munroe, Myles. REDESCUBRA EL REINO, Buenos Aires, Argentina, Editorial Peniel, 2008

  • Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985

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Autor:

Nelly de Núñez

Jesús Enrique Párraga

Laudibeth de Párraga

William Rujano

Ciro Vega

Marisela de Vega

IGLESIA CRISTIANA FILDELFIA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN CRISTIANA

ESCUELA DE LÍDERES

FUNDAMENTO I

FACILITADORA: CONSUELO RAMÍREZ

Maracaibo, 30 abril de 2012

Partes: 1, 2
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