- Aspectos Introductorios
- Contexto Histórico
- Ritual de la fiesta
- ¿A quién va dirigida la fiesta del Día de la Expiación?
- Tipología
- Simbología
- Aplicación Espiritual para hoy
- Conclusiones
- Bibliografía
Aspectos Introductorios
La expiación en el mundo, el pecado en el mundo y su historia
"El pecado no es la mera infracción a la Ley, sino el rechazo de la voluntad de Dios, el vivir a espaldas de Dios, la disposición mental que lleva al pecador a hacer la propia voluntad en oposición a la de Dios." (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985). Desde los albores de la humanidad, el Hombre ha empleado su capacidad e inteligencia para dominar el entorno que lo rodeaba. A continuación se transcribe un párrafo de la obra de Sánchez Sandoval, Augusto (Sistemas ideológicos y control social. UNAM, México, 2005, pp. 73).
"En la ideología del dominante se definen los pecados como ciertas condiciones, actos y comportamientos humanos, que de antemano sabe el hombre que no los puede evitar y van a ocurrir, porque son naturales en la vida individual y social. Sin embargo, muchos pecados no los va a conocer, algunos los va a castigar y los demás los perdonará, pero lo que importa en verdad, es ser reconocido como dominante." (Sánchez, 2005)
En el mundo y a través de la historia de la humanidad son muchos los escenarios en los cuales se ha reconstruido el concepto de ser pecaminoso, enfermo de maldad o de transgresor de la norma del Señor, no necesariamente entendiendo esto último por aquello que va en contra de un mandamiento conocido, a la manera de Adán y tampoco en el sentido estricto de la definición de pecado.
Así surgió la construcción de una actuación que involucró la arbitrariedad y el interés del sujeto, individual o colectivo, dominante, que define y aplica la norma con el poder para castigar todo aquello que se le antoja, evidenciado como el proceso mediante el cual una persona, que aún siendo inocente, debe ser condenada. Aquél a quien se identifica como delincuente, aunque no lo sea; como desviado, cuando está dentro del promedio; como disidente, porque piensa diferente; como traidor, porque se es anticonformista. Escenarios, que por cierto, se presentan en la historia como una constante hasta nuestros días.
Este sujeto condenado, cumple la función simbólica del sacrificio, en el sentido que el dominante de la vida social castiga siempre a alguien como infractor de su mandato, aunque sea solo a manera de ejemplo, porque no puede controlar a todos los individuos, tampoco puede castigarlos a todos, y menos evitar que las indisciplinas ocurran. El sujeto condenado lo hace quedar bien ante la conciencia colectiva, porque aunque no la deba, la paga; legitima y restituye autoridad a quien detenta el poder.
Predomina en este contexto la idea teocrática, donde la noción del delito se deriva de la teología y se mezcla con la noción del pecado. No solo se castiga todo pecado como delito, sino que el verdadero delito se castiga por su calidad de pecado. Se desvirtúa la realidad y resulta ser que el ofendido por el supuesto agravio es la divinidad, no el hombre; y se castiga al ofensor para vengar la supuesta divinidad ultrajada, no para satisfacer una necesidad del hombre, ni para protegerle algún derecho o bien (jurídico). La justicia, entonces se hace en nombre de Dios, y sólo la puede ejercer el investido para tal fin, en un montaje de juicio que asume carácter de ceremonia religiosa. El castigo resultante exagerado, ya que todo sufrimiento humano es siempre poco ante la gravedad de la ofensa a Dios. El fin de la expiación se mezcla con el fin de la venganza divina, y no basta que el pecador se arrepienta, sino hay que hacerlo sufrir, y sufrir atrozmente, en cuanto sea posible.
Así se respaldó este uso por parte de la autoridad eclesiástica como medida de expiación de supuestos crímenes, faltas, conductas no deseadas, disruptivas, para obtener la confesión de supuestos culpables, los cuales muchas veces, acababan declarando delitos que no habían cometido, tan sólo para que se los librara del horrible sufrimiento, aunque fuera con la muerte eminente posterior a la aceptación de los cargos o señalamientos. Un ejemplo de esta práctica fue la Inquisición (europea y luego la española) que en nombre de Dios cometió las mas grandes vejaciones que la humanidad tenga recuerdo. La utilización del Manual de la Inquisición, el Malius Malidificadus (Martillo de las brujas), es un ejemplo de ello, el manual que todo inquisidor, todo torturador debía conocer y seguir. La guillotina, la horca y la hoguera especie de holocausto, era una práctica común utilizada en aquellos que supuestamente estaban poseídos por el demonio. Curiosamente quienes resultaban ser el objetivo de tales desmanes, en un porcentaje significativo, fueron las mujeres, sustentado en el descarriado paradigma de que eran seres débiles, aberraciones genéticas nacidas de la costilla curva de un hombre y por ello más propensas a ser recipientes del mal.
Expiación para el cristianismo
Lo que a continuación se transcribe fue tomado de un estudio bíblico publicado en la web www.misionisrael.com. Para confrontar su contenido, se recomienda visitar el siguiente link electrónico: http://misionisrael.com/index.php/fiestas-del-eterno/81.html
Dos palabras hebreas aparecen en Levítico en el capítulo 23: En primer lugar, en el versículo 2, la palabra fiesta es traducida de la palabra hebrea mo'ed: "Habla a los hijos de Israel y diles: las fiestas solemnes (mo'ed) de Jehová…" (Levítico 23:2). La palabra mo'ed significa "una cita, un tiempo señalado, un ciclo o año, una asamblea, un tiempo determinado, un tiempo preciso". Y en segundo lugar, en el versículo 6 encontramos otra palabra hebrea que es traducida también como fiesta: "Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne (chag) de los panes sin levadura…" (Levítico 23:6). La palabra hebrea chag, que significa "festival", se deriva de la raíz hebrea chagag, que significa "moverse en círculos, marchar en una procesión sagrada, celebrar, danzar, celebrar una fiesta solemne".
Al entender el significado hebreo de la palabra fiesta, podemos ver que Dios precisó "un tiempo y un lugar determinados" para tener una cita con Su pueblo. Aunque tradicionalmente, los creyentes no judíos consideran que las fiestas son exclusivamente para los judíos, Levítico 23:1-2,4 dice muy claramente que éstas son fiestas de Jehová, y en consecuencia, el Señor es Señor de las fiestas y todos los creyentes están invitados a la celebración.
Otro aspecto de importancia para poder comprender a cabalidad el tema de las fiestas, es el calendario bíblico que Dios estableció. Pues bien, existen dos calendarios principales en la Biblia: 1) El llamado calendario civil, el cual es utilizado desde Génesis 1:1 a Éxodo 12. El primer mes del Año Nuevo judío del calendario civil es Tishrei, y el primer día se le llama Rosh HaShanah, constituye el principio del nuevo año. 2) El segundo calendario en la Biblia es el calendario religioso, que es utilizado desde Éxodo 12 hasta Apocalipsis 22. Dios estableció el calendario religioso en Éxodo 12:2, como está escrito: "Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año" (Éxodo 12:2). El mes al que Dios se refería es el mes de Abib (Éxodo 13:4), que ahora es llamado el mes de Nisán. Antes de que Dios estableciera al mes de Nisán como el primer mes del calendario religioso, este era el séptimo del calendario civil.
Dios nos dio el calendario religioso para que podamos entender que estas fiestas, que Él nos dio y que son tiempos establecidos como sombra de los acontecimientos relacionados con la redención, tomarían lugar en los días que Él había establecido en el calendario religioso. Estas fechas importantes del calendario religioso son las mismas fechas que señaló como fiestas en Levítico 23.
Otra razón por la cual Dios nos dio un calendario civil y otro religioso es para que todo aquel que acepte al Mesías en su corazón por fe, experimente dos cumpleaños. Así como Tishrei 1 es el primer día del calendario civil y Nisán 1 es el primer día del calendario religioso; todo aquel que acepte al Mesías en su vida tiene un cumpleaños físico (civil) cuando nació en este mundo y también un cumpleaños espiritual (religioso) el día que aceptó al Mesías en su vida. Así, el siguiente cuadro ilustra los dos tipos de calendarios, mostrando los nombres de los meses en el calendario bíblico.
Calendario Civil | Calendario Religioso | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
1. Tishrei | 1. Nisan (Aviv) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
2. Cheshvan | 2. Iyar | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
3. Kislev | 3. Sivan | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
4. Tevet | 4. Tammuz | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
5. Shevat | 5. Av | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
6. Adar | 6. Elul | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
7. Nisan (Aviv) | 7. Tishrei | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
8. Iyar | 8. Cheshvan | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
9. Sivan | 9. Kislev | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
10. Tammuz | 10. Tevet | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
11. Av | 11. Shevat | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
12. Elul | 12. Adar |
Asimismo, en el año judío Dios estableció que en tres meses diferentes se debían celebrar un total de siete fiestas (el número divino de la perfección y la plenitud en la Biblia). Así, las fiestas de: 1) la Pascua (Pesach); 2) Panes sin Levadura (Hag HaMatzah) y 3) Primicias (Bikkurim), se encuentran en el mes de Nisán, que es el primer mes del calendario religioso en la primavera; 4) La Fiesta de las Semanas (Shavuot) o Pentecostés, se celebra durante el tercer mes, el mes hebreo de Siván; 5) La Fiesta de las Trompetas (Yom Teruah); 6) El Día de la Expiación (Yom Kippur) y 7) La Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot) se celebran en el séptimo mes de Tishrei. Siendo denominadas las 4 primeras fiestas como las fiestas de primavera, y las últimas cuatro como las fiestas de otoño; en las cuales se hará énfasis por cuanto el tema de estudio del presente trabajo es la Fiesta del Día de la Expiación.
La temporada de las fiestas del otoño comienza con un período de 40 días conocido en hebreo como Teshuvah, que significa "arrepentirse o volverse". Este período de 40 días da inicio en el sexto mes del calendario religioso, en el mes de Elul, y se cierra en el décimo día del séptimo mes con el Yom Kippur o Día de la Expiación.
Rosh HaShanah, el primer día del año judío, cae en el día treinta de este período de 40 días de Teshuvah o arrepentimiento. El nombre bíblico de Rosh HaShanah es Yom Teruah, que significa "día del despertar por trompeta". Los no judíos conocen esta fiesta por el nombre de Fiesta de las Trompetas que se celebra en el primer día del séptimo mes Tishrei (Levítico 23:23-24). Dios nos dio este día para enseñarnos acerca de la resurrección de los muertos, la coronación del Mesías, las Bodas del Mesías, y mucho más. También es importante señalar que el Rosh HaShanah además de marcar el inicio del Año Nuevo judío, marca el inicio de un período de introspección conocido como los Días Santísimos, que culminan con el Yom Kippur. Por lo tanto, los últimos diez días del período de cuarenta días de Teshuvah, comenzando el 1 de Elul, también son llamados los Días Santísimos.
El primero y segundo día de los 10 Días Santísimos (1 al 10 de Tishrei) se consideran como un solo día (Nehemías 7:73; 8:1-2,13). El período de siete días que va desde el día 3 hasta el 9 de Tishrei son conocidos como los Días Temibles o de Asombro (Yamim Nora'im). Dios puso estos siete días especiales en Su calendario para enseñarnos acerca del período de tribulación que vendrá sobre la tierra, que corresponden a siete años de tribulación conocidos en hebreo como Chevlai shel Mashiach, que traduce los dolores de parto del Mesías.
El Yom Kippur o Día de la Expiación se celebraba en el décimo día del séptimo mes (Levítico 23:27) y por medio de esta fiesta, Dios nos enseña acerca de la segunda venida del Mesías, cuando posará Su pie en el Monte de los Olivos. (http://misionisrael.com/index.php/fiestas-del-eterno/81.html consultada el 23/04/2012)
Puestos en relieve todos estos aspectos generales introductorios y teniendo en claro que estas fiestas ordenadas por Dios nos enseñan Su verdadero plan, a continuación se procede a explicar qué significa la palabra expiación, para ello vale citar el siguiente comentario que se halla en el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985:
"Este término aparece en el NT, en RVR, solamente en el libro de Hebreos (1:17; 10:6,8). En el primer pasaje debe traducirse <<propiciación>>, como correctamente lo hace la RVR 77. En los otros dos pasajes, el término <<expiaciones>> no aparece el original, sino que es añadido para dar sentido. Sin embrago, si bien el término expiación como tal no se halla en el NT, se halla constantemente en su verdadero sentido, aunque no se mencione expresamente…En el Antiguo Testamento se halla continuamente el término expiación, pero nunca propiciación. Pero la misma palabra, kaphar, aunque se traduce generalmente <<expiar>>, se emplea también como <<perdonar>> (Sal. 65: 3; 79: 9); <<reconciliar>> (Lv. 16:6); <<anular>> (Is. 28: 18). Kaphar significa literalmente <<cubrir>>, con varias preposiciones que van con este término; la más normalmente utilizada es <<sobre>>. Así, cuando se dice <<expiación por él>> o <<por su pecado>>, él o su pecado son cubiertos: se hace expiación por él o por su pecado. La expiación se hacía sobre los cuernos del altar: el sentido es <<expiación por>>. Por el altar del incienso, la expiación no se hacía sobre él sino por él. Igualmente por el santuario, y por o cerca de Aarón y su casa…" (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie, 1985)
Teniendo entonces que el significado de la palabra expiación (Kippur), que proviene de la raíz Kaphar, es definida por el diccionario como cubrir, se mencionan a continuación 2 citas bíblicas, pues el Rey David usó este vocablo cuando escribió los Salmos.
"Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado" (Salmo 32:1).
"Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste" (Salmo 85:2).
Por otra parte, la palabra hebrea Kaphar también denota: aplacar, apaciguar, perdonar, pacificar y reconciliar, haciendo referencia a la idea de reconciliar a los que antes eran enemigos. La sangre del sacrificio o paga por las transgresiones, separaban a las dos partes a ser reconciliadas. De esta manera el apóstol Pablo escribió "…siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo…" (Romanos 5:10).
Contexto Histórico
¿Cuál es la fiesta?
YOM KIPPUR que se traduce como Día de la Expiación. Proviene de los siguientes vocablos hebreos:
YOM = Día.
KIPPUR = Cubertura, Reconciliación, Perdón, Absolución, Rescate por medio de un substituto.
El Día de la Expiación era considerado el día más solemne del calendario religioso judío, inclusive se le llamaba "el sábado de sábados". Era el único día en que los hebreos ayunaban desde la tarde del día noveno a la tarde del día décimo y las personas confesaban sus pecados. Por un sacrificio especial, los pecados de un año, eran cubiertos. Se hacía la expiación por todos los pecados de toda la nación y el Tabernáculo. Era un día de humillación y un recordatorio de la santidad de Dios y el pecado del hombre. No obstante, el Día de Expiación era una provisión temporal que tenía que ser observada año tras año hasta que Cristo vino como cordero de Dios para quitar los pecados, ya que no podía producir perfección en el corazón del hombre; pues un hombre imperfecto no podía ser un perfecto sumo sacerdote, tampoco un sacrificio imperfecto no podría producir una limpia y perfecta conciencia.
En el Antiguo Testamento, en el libro de Levítico, capítulo 16 se encuentra la más clara indicación del verdadero significado del día de la Expiación. Día en el cual se realizaba un ritual donde dos machos cabríos eran presentados por el sumo sacerdote. Uno debía representar al "Eterno", el Dios de Israel, quien años después se despojaría a sí mismo para convertirse en nuestro Salvador (Cfr. 1 Corintios 10:4; Filipenses 2:7). El otro representaba a Azazel; nombre que fue dado, según muchas referencias hebreas, a Satanás, el diablo o adversario. Sin embrago muchos autores aseguran que el significado de Azazel podría no haber sido el nombre de algún demonio o espíritu del desierto a quien se le enviaba el macho cabrío vivo, en vista de lo que dice Levítico 17:7; no podía Dios enviar a hacer un rito para Satanás. En este sentido se cita lo siguiente:
La traducción que presentan algunas versiones de "el precipicio" refleja el hecho que en la tradición judía tardía, el macho cabrío era llevado hasta un despeñadero en el desierto y echado al vacío. Algunos también ven ese mismo significado en la expresión una tierra inhabitada (v. 22), que literalmente significa "un lugar cortado". Estas sólo son suposiciones. Lo que sí es seguro es el significado del ritual, ya que el texto lo explica con bastante claridad y énfasis en los vv. 21 y 22. Todas las iniquidades del pueblo eran puestas simbólicamente sobre el macho cabrío, el cual después se las llevaba muy lejos. (http://cristianismoparatodos.blogspot.com/ consultada el 24/04/2012)
De acuerdo a la Wikipedia, consultada el día 17 de abril de 2012, el Yom kipur se define así:
"Yom kipur es el día judío del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del año. Su tema central es la expiación y la reconciliación. La comida, la bebida, el baño y las relaciones conyugales están prohibidos. El ayuno empieza en el ocaso y termina al anochecer del día siguiente. Los servicios de oración de Yom Kipur comienzan con la oración conocida como «Kol Nidre», que debe ser recitada antes de la puesta del sol. El Kol Nidre (en arameo «todos los votos») es un abrogamiento público de votos religiosos hechos por judíos durante el año precedente. Esto sólo concierne a los votos incumplidos hechos entre una persona y Dios, y no anula votos hechos entre personas.
Un talit (manto de oración cuadrangular) se pone para las oraciones de la tarde – el único servicio de la tarde del año en el cual se hace esto. El culto de Ne'ilah es un culto especial que se celebra sólo durante el día de Yom Kipur, y marca el cierre de las fiestas. Yom Kipur culmina con el sonar del shofár, que marca la conclusión del ayuno. Siempre se observa como un día festivo, tanto dentro como fuera de los límites de la Tierra de Israel.
Al contrario de la creencia popular, Yom Kipur no es un día triste. Los judíos sefardíes (los judíos de origen español, portugués y norteafricano) se refieren a estas fiestas como "el Ayuno Blanco". (http://es.wikipedia.org/wiki/Yom_Kipur consultada el 17/04/2012)
No obstante, para los cristianos, en el contexto de la dispensación de la gracia, se entiende que se trata del Día de la Reconciliación de Dios con la humanidad, por medio del Sacrificio de Cristo, en el lugar de cada creyente. Así en el Nuevo Testamento se señala: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." (Juan 1:21)
2.2. ¿Cuándo se celebraba?
El Día de la Expiación, se celebraba una vez al año el día décimo del mes séptimo (Tishrei) del calendario religioso judío, antes de la celebración de la Fiesta solemne de Los Tabernáculos. A modo de ilustración, en nuestro calendario comienza el día 7 de septiembre hasta el día 8, de tarde a tarde; ya que como es sabido para el contexto histórico-cultural en que se instituyó esta fiesta, los días tenían su inicio y su final con la caída del sol. (Cfr. Levítico 16:1-34, 23: 1,2, 27-32; Éxodo 30:1-10; Números 29:7-11; Hebreos 9:7, Levítico 8:1-36)
¿Por qué se celebraba?
La razón por la cual se celebraba la fiesta del Día de la Expiación era para la humillación del pueblo y la expiación de sus pecados. Ese día el sumo sacerdote ofrecía sacrificios como una purificación del santuario, por los sacerdotes, inclusive por él mismo, y por la nación. (Levíticos 16; 23: 26-32; Números 29: 7-11). El Día de la Expiación debía ser una reunión solemne, una reunión en la cual el pueblo ayunaba y se humillaba delante del Señor; esa reacción recalcaba la gravedad del pecado y el hecho de que la obra expiatoria de Dios era eficaz sólo para los que tenían un corazón contrito y una fe que perseverare. El Día de la Expiación se consumaba por todos los pecados y transgresiones no expiados durante el año anterior, y tenía que repetirse cada año de la misma manera. De manera que en esta fiesta (durante este día) Dios borraba la culpa de los pecados de Su pueblo (todas las 12 tribus) por la sangre del sustituto inocente. Al respecto se cita a continuación el presente comentario:
"Para Israel, el Día de la Expiación era el día más grande del año. La palabra hebrea para expiación significaba "cubrir". Los sacrificios del Antiguo Testamento realmente no podían quitar los pecados, sólo los cubrían. En este día, el pueblo confesaba sus pecados como nación y el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo para hacer expiación por ellos. Se realizaban sacrificios y se derramaba sangre para que así pudieran ser "cubiertos" los pecados del pueblo. El sacrificio de Cristo en la cruz daría a toda persona la oportunidad de librarse para siempre del pecado de su vida." (Comentario sobre el capítulo 16 del Libro de Levítico de la Biblia del Diario Vivir)
También es importante destacar que en el Libro de Levítico, Capítulo 16, versículo 30 dice: "Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová." La necesidad de la expiación se originaba en el hecho de que si no era expiado el pecado de Israel, el pueblo sería sujeto a la ira de Dios. Por eso el propósito del Día de la Expiación era proveer de un amplio sacrificio por todos los pecados del pueblo de Israel, y con eso el pueblo israelí era limpio de sus pecados por ese año, la ira de Dios era apartada de encima de ellos y la comunión con Dios se mantenía.
Aplicación Histórica
Respecto a la aplicación histórica, por una parte, merece la pena citar el texto bíblico siguiente:
"29Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, á los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros: 30 Porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. 31Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas, por estatuto perpetuo. (Levítico 16:29-31)
Y por otra parte, mencionar los mandamientos adicionales, concernientes al Día de la Expiación, que pueden ser hallados en el capítulo 23 de Levítico:
"26Y habló Jehová á Moisés, diciendo: 27Empero á los diez de este mes séptimo será el día de las expiaciones: tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida á Jehová.28Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es día de expiaciones, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.29Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.30 Y cualquiera persona que hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.31Ninguna obra haréis: estatuto perpetuo es por vuestras edades en todas vuestras habitaciones.32Sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde: de tarde a tarde holgaréis vuestro sábado." (Levítico 23:26-32)
Este era un día solemne de aflicción (ayuno) del alma. El término afligir usado en Levítico 16:29 es el término hebreo anah, el cual, expresa la idea de mirar hacia abajo o mirarse con desprecio a sí mismo, y otros significados son: abatirse, purificarse, tratar el yo con rudeza, humillarse a sí mismo, etc. Habiendo entendido el significado de lo que Dios quería para el pueblo de Israel, cabe la siguiente interrogante: ¿Por qué llamaría Dios a un tiempo de aflicción, en medio de lo que era una temporada de festividad? – El tiempo en que debía celebrarse el Yom Kipur era la temporada del recogimiento final de las cosechas abundantes, es decir, cuando las personas tenían más dinero, alimentos, vino y cosas materiales que disfrutar en la vida. En tiempos de tales bendiciones y prosperidad, es fácil olvidarse de Dios y sentirse autosuficiente, lo cual es una actitud peligrosa que puede conducir hacia graves consecuencias; por tal motivo, el Día de la Expiación era un medio práctico, por medio del cual, Dios esperaba hacer volver al pueblo a su cordura o sanidad espiritual.
Es por ello que Moisés amonestó a los hijos de Israel acerca de esa tendencia, respecto a ésto se cita lo siguiente:
"12 Jehová solo le guió, y con él no hubo dios extraño. 13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal; 14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán; también machos cabríos, con lo mejor del trigo; y de la sangre de la uva bebiste vino. 15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación." (Deuteronomio 32: 12-15)
Para dar mayor entendimiento a esta cita bíblica, se trae a colación el comentario hecho en la Biblia Plenitud al pie de página: "Jesurún: nombre poético para Israel. La ingratitud de Israel hacia Dios se revela en el hecho de que engordó gracias a la provisión divina y tiró coces, rechazando su amor y su autoridad. Israel abandonó al autor de la creación y desdeñó el fundamento de su salvación." (Comentario sobre el versículo del Libro de Deuteronomio de la Biblia Plenitud)
Ritual de la fiesta
El Día de la Expiación seguía un patrón estricto de eventos. Era el único día del año en el cual el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo. Éste, envolvía gran peligro para el sumo sacerdote. La muerte venía como castigo a la violación las normas divinas; inclusive, Dios había dado muerte a los hijos de Aarón en el Lugar Santo (la recámara anterior al Lugar Santísimo) por haber quemado incienso extraño que Él no había ordenado (Cfr. Levítico 10:1). Así también, se preparaba un sumo sacerdote sustitutivo, en el caso de que por inadvertencia muriera ante la presencia de Dios.
Dios le dijo a Moisés: "Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio" (Cfr. Levítico 16:2). A manera de ilustración, vale traer a colación el contenido del versículo 4 del capítulo 4 de Hebreos: "…el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto" (Hebreos 9:4). El Arca del Pacto, también era conocida como Arca del Testimonio, Arca de Jehová o Arca de Dios, y consistía en una caja o cofre del tamaño de un ataúd hecha de madera de acacia y recubierta por dentro y por fuera de oro puro; contenía las tablas de piedra donde Dios había escrito los Diez Mandamientos con Sus propios dedos. La tapa del Arca era denominada Propiciatorio, sobre el cual había dos querubines de oro uno frente al otro, con sus alas extendidas hacia arriba y hacia adelante formando un dosel o pabellón santo, bajo el cual, Dios Mismo aparecía sobre este Propiciatorio, también llamado el Asiento de la Misericordia o Trono de la Misericordia.
Aunque esta entrada solemne hacia el Lugar Santísimo ocurría solamente una vez al año, el sumo sacerdote entraba dos veces, en este día santo con un becerro para expiación y un carnero para holocausto (Cfr. Levítico 16:3). Primero, entraba para hacer expiación por sus propios pecados; él rociaría la sangre del becerro sin defecto, que debía ser suyo, sobre el Trono de la Misericordia en el Lugar Santísimo por sí mismo y por su casa, antes de ofrecer el sacrificio por los pecados del pueblo (Levítico 16:6); y la segunda entrada, la hacía para hacer la expiación por los pecados del pueblo.
Para este acto, Aarón o el descendiente suyo designado como sumo sacerdote debía llevar puesto un ropaje aunque especial, muy humildemente vestido de blanco, en vez del traje que usaba para los otros ritos, que consistía en: una túnica santa de lino ceñido el cinto con lino también, y debajo de ella unos calzoncillos de lino; y usar una mitra igualmente de lino. Para poder usar estas vestiduras necesitaba bañarse muy bien, como signo de limpieza espiritual. (Cfr. Levítico 16:4). El sumo sacerdote debía estar solo en el Tabernáculo (Cfr. Levítico 16:17), mientras que el pueblo tenía que dejar todo trabajo y afligir sus almas en aquel día. Eso indicaba arrepentimiento; la tristeza por haber ofendido a Dios. En el capítulo 23 de Levítico se observa que los que no se afligían eran cortados de entre el pueblo.
El sumo sacerdote debía separase de los demás durante los siete días de la inauguración. "Quedaos siete días a la entrada de la Tienda de reunión, hasta que se complete el rito de vuestra ordenación" (Cfr. Levítico 8: 33), salía de su propio hogar y de su familia durante una semana completa antes de la llegada del Yom Kippur, y se retiraba a su cámara en el Sagrado Templo.
Llegado el día, el sumo sacerdote hacía traer el becerro de la expiación que es suyo (Cfr, Levítico 16: 6) y dos machos cabríos de un año para expiación y los presentaba vivos ante Dios a la entrada del Atrio o Patio del Tabernáculo, y allí debía echar suertes sobre ellos, para seleccionar uno en lugar de Dios, el cual era ofrecido en expiación (se sacrificaría) y el otro (el expiatorio) en lugar de Azazel, que luego se llevaba al desierto (Cfr. Levítico 16: 7-10)
Acto seguido, realizaba la reconciliación por sí y por su casa, es decir, por los sacerdotes (Cfr. Levítico 16: 11); se acercaba al Altar de Bronce ubicado en el Atrio y degollaba el becerro de la expiación que era por él, luego debía dirigirse hasta el Lugar Santo o Santuario y tomar un incensario lleno de brasas de fuego del Altar de Oro delante de Dios, y sus puños llenos de perfume aromático molido y los llevará detrás del Velo hacia el Lugar Santísimo, donde estaba el Arca del Testimonio, para formar una nube, escondiendo así el Arca para no verla directamente y evitar su muerte ante la presencia de Dios (Cfr. Levítico 16: 12-13), además de llevar la sangre del becerro sacrificado porque sin derramamiento de sangre no podía entrar al Lugar Santísimo. Esta es la primera vez que el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo y allí mismo mojaba su dedo en la sangre del becerro sacrificado por su expiación y la rociaba siete veces sobre el Propiciatorio, es decir, sobre la tapa del Arca del Testimonio, y el resto de la sangre era reservada y dejada sobre el Altar de Oro ubicado en el Lugar Santo. La grosura del becerro y del macho cabrío sacrificado, es decir, los riñones y el hígado de la expiación eran separados para luego hacerlos arder tal como Dios había indicado a Moisés en el Altar de Bronce o Altar de Holocausto ubicado en el Atrio; y la carne, la piel y el estiércol eran reservadas para quemarlas fuera del campamento (Cfr. Levítico 9: 7-11; 16:27)
Después el sumo sacerdote debía salir de la recámara del Lugar Santísimo hasta la puerta del Atrio, donde la gente lo observaba para su alivio y en ese momento podían constatar que su ofrenda había sido agradable a Dios. Allí debía degollar el macho cabrío para expiación por los pecados del pueblo, y volver a entrar al Lugar Santísimo para rociar su sangre siete veces sobre el Propiciatorio como lo hizo con la sangre del becerro, y el resto de la sangre dejarla sobre el Altar de Oro del Lugar Santo para mezclarla con el resto de la sangre del becerro por su expiación, a fin de purificar el Santuario de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y todos sus pecados. Esta purificación del Santuario la hacía rociando la sangre mezclada con su dedo siete veces, poniéndola sobre los cuernos del Altar de Oro y luego derramaba una parte al pie de este Altar y sobre todos los vasos del ministerio: el candelero y la mesa de oro con los panes de la propiciación. (Cfr. Hebreos 9:21-22). Asimismo, la mezcla de sangre restante era usada para purificar el Altar de Bronce ubicado en el Atrio. (Cfr. Levítico 16:15-19)
Concluida la expiación, hacía traer el macho cabrío vivo, "y ponía Aarón (o quien fuere el sumo sacerdote) sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesaba sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviaba al desierto lejos del campamento por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevaba sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y era dejado ir el macho cabrío por el desierto. (Cfr. Levítico 16:20-22)
Después debía ir el sumo sacerdote a la Fuente de Bronce ubicada en el Atrio, entre el Altar de Bronce y la Tienda del Tabernáculo, para quitarse las vestiduras humildes y lavarse en ella, y luego ponerse sus vestiduras oficiales en el Lugar Santo y volver al Atrio para hacer el holocausto por él y por el pueblo en el Altar de Bronce, haciendo arder la grosura del sacrificio por el pecado (del becerro por él y el macho cabrío por el pueblo). (Cfr. Levítico 16:23-25)
Igualmente, el hombre destinado para llevar el macho cabrío para Azazel, debía lavar sus vestidos y bañarse antes de volver al campamento. (Cfr. Levítico 16:26)
Y los sacerdotes debían llevar fuera del campamento la carne, la piel y el estiércol del becerro y del macho cabrío inmolados para reducirlos en fuego, y quien los quemare, también lavar sus vestidos y bañarse antes de volver al campamento. (Cfr. Levítico 16:27-28)
Por último, el rito finalizaba con el toque del shofar, "es un instrumento musical de viento, fabricado con el cuerno de un animal puro, como el carnero, cabra, antílope o gacela. Se utiliza en varias fiestas judías, así como en algunos servicios religiosos cristianos. Este instrumento de viento es uno de los más antiguos conocidos por el hombre, usado desde hace más de 4.000 años. Se fabrica vaciando el interior de los cuernos de ciertos animales, prefiriéndose los que más curvatura posean. En el Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná) se toca el shofar durante la ceremonia y el Día del perdón (Yom Kipur) al final. (http://es.wikipedia.org/wiki/Shofar consultada el 30/04/2012)
Es importante recalcar que aunque el sumo sacerdote oficiaba en los ritos de expiación como mediador, él no era quien expiaba el pecado. Después de que se realizaba el ritual, Dios otorgaba el perdón (Cfr. Levítico 4:26). La expiación es algo que Dios realizaba por su pueblo (Cfr. Deuteronomio 32:43; Salmo 65:3; 79:9). Por medio de la expiación, Dios permitía que su amor fluyera hacia los pecadores. Así también "el acto de purificación no es, por sí mismo, expiación; para la expiación, la ofrenda es presentada a Dios. Es un kopher, un rescate, una satisfacción, para satisfacer la perfección infinita y absoluta de la naturaleza y carácter de Dios, que aquí queda plenamente manifestado." (Vile y Escuain, 1985)
"Dios tiene una naturaleza que queda ofendida por el pecado. Una naturaleza santa, no, naturalmente impulsiva; pero la majestad de la santidad tiene que ser mantenida. El pecado no debe ser tratado con indiferencia, y el amor de Dios da la provisión de la redención. Es el Cordero de Dios el que asume la obra y la lleva a su fin. El amor perfecto de Dios y su justicia, el orden moral del universo y de nuestras almas por medio de la fe, todo ello se mantiene mediante la obra de la cruz." (Idem)
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