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Joe Pickwickian, el de la apnea nocturna, y Ellen Terner: Un cuento de dos personas

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  1. El bicentenario de Dickens
  2. Las muchas caras de Charles Dickens
  3. La importancia de Los papeles póstumos del club Pickwick
  4. Dickens y su conciencia implacable
  5. Ellen Ternan: La adolescente mujer que cautivara a Charles Dickens
  6. Si una persona se duerme en cualquier momento, y, si esa persona ronca: ¿Padece de la apnea obstructiva del sueño?
  7. Catherine Thompson Hogarth (Edimburgo, 19 de mayo de 1815 —Londres, 22 de noviembre de 1879)
  8. Los doscientos años del natalicio del insigne escritor Charles Dickens
  9. En resumen
  10. Bibliografía

"Fue el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, fue la edad de la sabiduría, era la edad de la estupidez, fue la época de la fe, era la época de la incredulidad, era la estación de la Luz. Era la época de la oscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación, teníamos todo ante nosotros, no teníamos nada ante nosotros, todos íbamos directo al cielo, todos íbamos directo al revés – en breve, el plazo era hasta el momento como el actual período, que algunas de sus más ruidosas autoridades insistieron en que fuera recibido, para bien o para mal, en el grado superlativo de comparación."

El primer párrafo de Un cuento de dos ciudades por Charles Dickens

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Ilustración por Robert Seymour

El 7 de febrero del 2012 se celebran los 200 años del nacimiento del escritor cuya vida y trabajos despertaran el mayor interés en el idioma inglés: Charles Dickens (1812-1870).

En esta lección no solo se celebra su genio, sino que, igualmente, se exploran aspectos destacados de su vida y de su carácter controversial.

Dickens nació el 7 de febrero de 1812, en el distrito de Landport, perteneciente a la ciudad de Portsmouth, hijo de John Dickens (1786–1851), oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de esa ciudad, y de su esposa Elizabeth Barrow (1789–1863).

En 1814, la familia se trasladó a Somerset House, Londres, en el número diez de la calle Norfolk.

Cuando el futuro escritor tenía cinco años, la familia se mudó a Chatham, Kent.

Su madre era de clase media y su padre, empleado menor del gobierno, que siempre arrastraba deudas, debido a su excesiva inclinación al despilfarro. Charles no recibió ninguna educación formal hasta la edad de nueve años, hecho que posteriormente le reprocharían sus críticos, al considerar su formación autodidacta en exceso. Con esta edad, después de acudir a una escuela en la calle Rome, estudió cultura en la escuela de William Gile, un graduado en Oxford.

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Pasaba el tiempo fuera de su casa, leyendo vorazmente. Mostró una particular afición por las novelas picarescas, como Las aventuras de Roderick Random Las aventuras de Peregrine Pickle de Tobías Smollett, y Tom Jones de Henry Fielding. Éste sería su escritor favorito.

También leía con fruición novelas de aventuras como Robinson Crusoe Don Quijote de la Mancha. (Don Quijote, sin duda, inspiró, en parte, Los papeles póstumos del club Pickwick.)

En 1823, vivía con su familia en Londres, en el número 16 de Bayham, Camden Town, que era entonces uno de los suburbios más pobres de la ciudad. A todas luces, sus primeros años parecen haber sido una época traumática, ya que él se describía como un "niño muy pequeño y no especialmente bien cuidado". También hablaría de su extremo patetismo y de su memoria fotográfica de personas y eventos, que le ayudaron a trasladar la realidad a la ficción.

Su vida cambió profundamente cuando su padre fue denunciado por impago de sus deudas y encarcelado en la prisión de deudores de Marshalsea. La mayor parte de la familia se trasladó a vivir con el Sr. Dickens a la cárcel, posibilidad establecida entonces por la ley, que permitía a la familia del moroso compartir su celda.

Charles fue acogido en una casa regentada por la Señora Roylance y acudía los domingos a visitar a su progenitor en la prisión.

La prisión del padre, la frialdad de su madre, y el miedo a la pobreza, constituyeron cuestiones que atormentaron al joven Dickens toda su vida.

A los doce años, se consideró que el futuro novelista tenía la edad suficiente para comenzar a trabajar, y así comenzó su vida laboral, en jornadas diarias de diez horas en Warren's boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado de condiciones deplorables, ubicada cerca de la actual estación ferroviaria Charing Cross de Londres.

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Prisión de Marshalsea

Durante este período su vida transcurrió pegando etiquetas en los botes de betún, ganando seis chelines semanales. Con este dinero, tenía que pagar su hospedaje y ayudaba a la familia, la mayoría de la cual vivía con su padre, que permanecía encarcelado.

Después de algunos meses, su familia pudo salir de la prisión de Marshalsea, pero su situación económica no mejoró hasta pasado un tiempo, cuando al morir la abuela paterna de Charles, su padre recibió una herencia de 250 libras. Su madre no retiró a Charles de forma inmediata de la compañía, que era propiedad de unos parientes de ella. Dickens nunca olvidaría el empeño de su madre de obligarle a permanecer en la fábrica. Estas vivencias marcarían su vida como escritor: dedicando gran parte de su obra a denunciar las condiciones lamentables bajo las cuales sobrevivían las clases proletarias.

En su novela David Copperfield, juzgada como la más autobiográfica, escribió: "Yo no recibía ningún consejo, ningún apoyo, ningún estimulante, ningún consuelo, ninguna asistencia de ningún tipo, de nadie que me pudiera recordar. ¡Cuánto deseaba ir al cielo!"

El bicentenario de Dickens

En anticipación a su bicentenario, muchas obras literarias y cinematográficas, basadas en su vida, se están publicando y muchas más se anticipan.

Desde su muerte, más de 150 biografías del escritor han aparecido, pero pocas se consideran conclusivas, debido a que Dickens se empeñó en velarse y en el encubrimiento, temiendo el escrutinio ajeno.

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El usurero

Las muchas caras de Charles Dickens

"La historia de la Edad de Victoria nunca será escrita, porque sabemos demasiado acerca de ella." Lytton Strachey (1880-1938).

Para muchos esta expresión resume el carácter de Dickens, quien ha sido considerado el eje intelectual y espiritual, aunque polimorfo perverso, donde la edad victoriana giraba.

Por su genio, todo lo que respecta a este autor, no importa cuán insignificante parezca, se considera un detalle que complementa su enigmático perfil.

Desde el error ortográfico acerca de su nombre en su acta de nacimiento, hasta las notas que dejara a sus hijos en caso de que profirieran malas palabras, todo es relevante, y, todo cuenta.

Como sucediera con Shakespeare — su único serio rival por el título de autor favorito de Inglaterra — los libros, artículos y blogs acerca de su persona, se han multiplicado tanto, que nadie puede, posiblemente, explorarlos todos.

Estudiarlo y escribir acerca de su vida son tareas enormemente complejas.

Aunque siempre resulta un reto determinar cómo, un periodista anónimo y, por todos desconocido, en unos cinco años, se convirtió en el novelista más famoso del mundo.

Para contestar esas preguntas una avalancha de nuevas biografías, documentarios y filmes esperan ser puestos a nuestra disposición crítica, incluyendo una película acerca del affaire que Dickens tuviera con la actriz Ellen Ternan.

Nos parece, que en el 2012, la figura de Dickens será omnipresente por todo el globo.

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Tiny Tim

La importancia de Los papeles póstumos del club Pickwick

Con la publicación de  Los papeles póstumos del club Pickwick, el escritor en ciernes de sólo 24 años de edad, se convirtió en una leyenda en su tiempo.

Pero hay un lado oscuro a esta obra que lo impulsó a fama victoriana.

¿Fue Charles Dickens responsable por el suicidio de un colaborador engañado?

Charles Dickens construyó su fama e hizo su ulterior fortuna con la publicación de Los Papeles póstumos… Pero, ese éxito le llegó a un precio: la vida de otro hombre.

Ésta es una de las muchas historias que el autor quiso ocultar a su público.

Sediento por fama, el joven escritor le robó despiadadamente un proyecto al respetado ilustrador Robert Seymour, quien terminara pegándose un tiro en desesperación.

Los Papeles póstumos… es una colección de cuentos acerca del imaginario Pickwick Club, cuyos miembros deciden emprender una serie de aventuras pintorescas a lo largo de la campiña inglesa.

La responsabilidad por el proyecto se otorgó desde su comienzo a Seymour, quien era un famoso y respetable caricaturista, y cuyo objetivo era el de esbozar un libro de dibujos representando hombres deportistas.

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Robert Seymour

Pero, las fuerzas del destino se tornaron contra él, cuando el editor llamara a Dickens, quien fuera un escritor anónimo, utilizando, entre otros, el pseudónimo de "Boz".

El rol de Dickens era muy limitado en este propósito: suministrar unas pocas palabras acompañando las ilustraciones de Seymour.

Pero, Dickens, se apoderó del esquema, eliminando casi todo el material gráfico, y con ello descartando a Seymour.

La situación llegó a un punto crítico cuando Seymour y Dickens riñeron acerca de la calidad de uno de los diseños provistos por el caricaturista.

Varios días después, el dibujante terminó su última ilustración, disparándose, luego, un tiro con una escopeta de caza (como Hemingway lo hiciera, por diferente razones, años después).

Antes de su muerte, hastiado por la perfidia de Dickens, Seymour, quemó todos los récords en referencia a los papeles de Pickwick, como si su presencia le disgustara.

No existe duda alguna, en la mentalidad de muchos, que Dickens le causó la muerte a Seymour.

Dickens no era un santo, como ya veremos.

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Joe

La esposa del fenecido ilustrador culpó a Dickens por la muerte de su consorte, mientras que el autor trataría de exculparse en ediciones posteriores del libro, aseverando en el prólogo:

"El señor Seymour nunca originó o sugirió un incidente o frase, o una palabra que pueda encontrarse en este libro."

Por supuesto, que Dickens no ansiaba que su público supiera que su éxito fuera resultado de su perfidia y de la muerte de otra persona tan talentosa en sus habilidades gráficas, como él lo fuera como escritor.Para leer más: http://www.dailymail.co.uk/news/article-2050338/Did-Charles-Dickens-drive-Robert-Seymour-suicide-The-Pickwick-Papers.html#ixzz1b7YrubPY

Aunque, a pesar de todo, en muchos importantes respectos Dickens era paradigma de lo que la Era de Victoria representaba: Una clase burguesa y un proletariado en contraste profundo, y una moralidad tan tenue como fuera desalmada.

Pero su fama crecería

Muy pronto el estilo de los trajes de los caracteres de las novelas que el famoso escritor publicara fue adoptado por el Londres de sus tiempos.

Dickens y su conciencia implacable

La fama del escritor prosperó vertiginosamente, tanto así que cuando los episodios de La tienda de antigüedades comenzaron a publicarse, el autor recibió un aluvión de cartas implorándole que no permitiera que la Pequeña Nell muriera.

La Reina Victoria encontró Oliver Twist tan "interesante" que insistiría que su Primer Ministro, Lord Melbourne lo leyera.

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La prolífica Reina Victoria

Pero la conciencia, que nunca descansa, en quienes la poseen, mantenía a Dickens en un estado de vigilia y agonía constante. (Para mejor entender este constructo, vayan a: http://www.monografias.com/trabajos74/antisocial-psicopata-sociopata/antisocial-psicopata-sociopata2).

Dickens no era feliz en su matrimonio, a pesar, de haber procreado diez hijos con su esposa, a quien su rechazo y abandono, le produjo el segundo trauma importante de su vida.

El autor (como fuera posible en el caso de la Reina Victoria) resintió los embarazos interminables (10 en 15 años), ignorando a todas luces su participación en los mismos.

De todos sus hijos — como Freud postulara, a menudo sucede con padres exitosos — su resentimiento era mayor hacia los varones, a quienes los tildara de crecer en un ambiente muelle y sin demandas.

Con las hijas no sería mucho mejor, porque admitió que, aún en su caso, le sería difícil mostrarles afecto alguno.

Cuando un hijo se encontraría endeudado repetidamente, Dickens le escribió a su hermano, "Comienzo a desear que, honestamente, se muriera…" (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos50/edipo-electra/edipo-electra).

El autor tenía una tendencia pronunciada a los desvaríos sexuales, siempre rodeado de mujeres, aunque sus visitas a los prostíbulos no se hayan documentado.

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Dickens con sus hijas Mamie y Katey

Finalmente, cuando se enamoró de Nelly Ternan, cuya edad era más cercana a la de sus retoños que a la propia. El novelista promovedor de la harmonía doméstica, no se separó quietamente de su esposa de más de dos décadas. No.

En su lugar, le mostró al resto del mundo todos los defectos que la madre de sus hijos poseyera y trataría de lograr que todos estuvieran de acuerdo con él.

Lo hizo, porque tenía verdades que esconder.

Fuera de su hogar, por contraste, Dickens era capaz de dar ayuda a todos quienes tuvieran necesidad, aunque, a veces, lo hiciera de forma extraña, como veremos.

Mientras esperamos, analicemos el género literario que lo hiciera famoso.

David Copperfield es un ejemplo vívido de la manera y el estilo por medio del cual el autor se inyecta a sí mismo en la estructura de sus escritos.

El título de la novela, David Copperfield, son las iniciales de Charles Dickens en orden inverso. La novela fue un éxito tan brillante que León Tolstoi, Sigmund Freud, George Orwell y Virginia Wolff (una de sus críticos más acerbos), entre muchos, la considerarían una obra maestra de arte literario.

La historia es autobiográfica y los personajes que en ella se proyectan emergen directamente de la vida del autor. Donde, hasta el día de su muerte, su padre, en la vida real — personificado, en la novela, por Mr. Edward Murdstone — continuaría haciendo préstamos que no pagara y despilfarrando lo que le llegara a sus manos.

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Prosiguiendo

Nuestro propósito en esta lección no es escribir otra biografía de este genio literario, sino que, como acostumbramos hacer, cuando analizamos la vida de un personaje egregio, lo que nos proponemos es delinear sus perfiles psicológicos y entender sus motivaciones.

No podemos olvidar que en las páginas de Los papeles póstumos del club Pickwick, de manera presiente, Dickens — muchos creen, erróneamente — que entrevió la complicación de la gordura, que hoy se conoce como la apnea obstructiva del sueño o como el síndrome de Pickwick, en referencia a Joe.

De esto hablaremos más adelante.

En la siguiente sección nos ocuparemos en algún detalle con el estudio de la persona que dejara una marca indeleble en la vida del escritor.

Ellen Ternan: La adolescente mujer que cautivara a Charles Dickens

En 2007, Jacques Barzun (1907- ) comentó que: "La vejez es como aprender una nueva profesión. Y no una de su propia elección".

El 9 de junio del 1865, debido a una serie de circunstancias imprevistas, el tren en que viajaba Charles Dickens, acompañado subrepticiamente por su amante Ellen Ternan, se descarriló.

Diez pasajeros muertos y cuarenta heridos, fueron el saldo de la inesperada tragedia.

Dickens regresaba del continente europeo acompañado por su joven amante.

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Catherine Hogarth, aproximadamente 1847, óleo por Daniel Maclise.

Paréntesis

En esta coyuntura, muchos dirían que los viajes veraniegos por ferrocarril, que Sigmund Freud tomara, acompañado de su cuñada Minna Bernays, poseen fragancias de este mismo tema.

Prosiguiendo

Dickens y Ellen sobrevivieron, aunque sus gestos de denuedo para asistir a los heridos, hoy se consideran una cortina de humo para evitar el escándalo que resultaría si la verdad se descubriera.

Antes de dedicar sus generosas asistencias a los heridos, Dickens demostró una urgencia especial en ayudar una joven y atractiva mujer para que fuese transportada a Londres de prisa.

La joven mujer parecería una niña, por contraste con su persona.

A la sazón ella tenía 26 años y Dickens 53.

Pero, ella era la mujer que apasionara el envejecido escritor y la que causara la destrucción de su matrimonio.

Ellen Ternan era el gran secreto de Charles, como Camilla Bowles resultaría ser el gran secreto de Charles Windsor, otro anglosajón, del mismo apelativo, pero, uno, de estatura incomparablemente ínfima por comparación.

No ha sido hasta en tiempos recientes, que la importancia de la relación que — durante 13 años existiera — entre el famoso novelista y la actriz, se haya reconocido.

Dickens, aparentaría, en esta ocasión, ser un buen candidato para mi definición de la personalidad as if o mimética. (Para leer más: /trabajos49/personalidad-mimetica/personalidad-mimetica).

En los tiempos subsiguientes al accidente ferroviario, nadie, ni los amigos más íntimos de Dickens, sospechaban que el autor viajara con Nelly, como fuera que en su afección, la llamara.

A pesar de ser un secreto, Nelly era no solo una amante, sino una confidente, con quien él se comunicaba — como joven enamorado — por medio del uso de códigos secretos.

Ella también se convirtió en su musa.

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Ellen Ternan

Fue Ellen quien desencadenó la conciencia de esos sentimientos reprimidos de la vida del genio literario que confrontara sus deficiencias sexuales, los dolores de su niñez, y su privación social que culminara en escribir su mejor novela: Grandes Esperanzas.

Los pesares y las tribulaciones de esta relación matizaron sus producciones postreras: Nuestro común amigo, con sus temas de personas viviendo una mentira, pretendiendo ser diferentes de lo que en realidad fueran.

El Misterio de Edwin Drood, en la cual una historia de homicidio se basa en una maraña amorosa, y que se desenvuelve en la ciudad de Rochester donde Nelly viviera.

Dickens fue el primer escritor anglosajón que utilizara la palabra "detective" en sus escritos.

Nelly sería la compañera de Dickens, como su muy secreto alter ego, por los últimos días de su vida.

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Wilkie Collins confidente de Dickens

Conocer a Nelly precipitó su separación dolorosa de su esposa, y la terminación acrimoniosa de un matrimonio muy infeliz.

A pesar de que, otros autores de sus tiempos, como fueran Thackeray o Wilkie Collins, abiertamente — en desafío a la moralidad victoriana — mantuvieron amantes, Dickens necesitaba mantener a Nelly como secreto.

La relación se cubrió tan bien, que solo recientemente, se ha podido poner las piezas de este puzle en harmonía.

La persona que sufriría más este devaneo fue la esposa de Charles, Catherine, quien le cobró un desagrado instantáneo a Ellen, desde el instante en que el marido le presentara los Ternan en el 1857.

¿Cómo llegaron a conocerse Nelly y Charles?

Además de ser el novelista más famoso de su época, Dickens era asimismo un dramaturgo y actor, y los Ternan eran una familia teátrica bien acreditada.

Ellos aparecieron en un melodrama que su amigo Wilkie Collins escribiera, asistido por él, llamado The Frozen Deep (o El Congelado).

Cuando la señora Dickens fue introducida a los Ternans ella pensó que la madre era brusca y que Nelly y sus hermanas — todos actores — eran muy impertinentes.

¿Cuán desfachatadas eran?

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Georgina Hogarth, hermana de Catherine

Veamos

Unas pocas semanas más adelante, Catherine Dickens descubrió que, luego de haber actuado juntos en otra comedia, llamada El Tío Juan, en la cual un viejo verde se enamora de su alumna, mucho más joven que él, los actores permanecieron inseparables por un tiempo, como si reviviendo la acción.

En esta etapa de su vida el escritor tenía 45 y Nelly dieciocho años.

Esto constituía el epítome de la crisis de la edad media: el hombre exitoso aproximando la vejez, atascado en un matrimonio infeliz con la esposa que le tuvo todos sus hijos, y ahora con el prospecto de haber descubierto su nueva — y joven — "musa".

Entonces Dickens estaba disfrutando el éxito prodigioso que su obra El Grillo del Hogar había recibido.

La obra era una celebración sentimental de las virtudes de la vida en familia, algo que contradijera la vida furtiva de Charles.

La confusión inevitable surgió cuando Catherine Dickens recibió un pequeño paquete proveniente de una joyería en Londres.

Contenía un brazalete que, por equivocación, se había enviado a la casa de Dickens creyendo que era para su esposa.

Pero, la tarjeta que acompañaba la prenda, era muy clara en que la destinataria era su nuevo amor: Nelly.

Catherine se enfadó y provocó un espectáculo.

Charles, se defendió insistiendo en que su relación con Nelly era perfectamente normal e inocente, y que era común en el teatro hacer esos regalos, como expresión de aprecio a la actriz principal.

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Sigmund Freud y Minna Bernays

Pero, su esposa no estaba del todo convencida, y el matrimonio nunca se recuperó.

"Yo sé que ella es inocente y pura, tan pura como mis propias hijas…" En su defensa, tronó el autor.

En lo adelante, Catherine se tornó muy sospechosa de la relación que existiera entre Charles y Nelly.

Amistades cercanas empezaron a notar que ella estaba engordando y que estaba consumiendo mucho alcohol.

En menos de un año los esposos se separaron.

Dickens le encontró a Catherine una nueva casa en Camden Town, donde la aisló con la cruel orden judicial de que no podía comunicarse con sus hijos.

Este comportamiento vengativo contra la víctima de sus infidelidades, era alimentado por los sentimientos de culpa que la pasión por Nelly le despertaba.

Cuando la separación de los esposos se hizo pública, les causó mucho dolor y escándalo a los amigos de la pareja y a sus muchos adoradores.

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Claire Foy como La Pequeña Dorrit

Su suegra y esposa, insinuaron que el escritor era un adúltero, pero no se atrevieron a decirlo abiertamente.

Por su parte, Charles le dijo a todos, que su matrimonio había sido infeliz por largo tiempo, y que Catherine y él eran incompatibles.

Casi nadie sabía acerca de Nelly, y él intuyó — quizás correctamente — que dentro del clima hipócrita de la actitud victoriana hacia la rectitud de las relaciones domésticas, que su reputación sería arruinada si el escándalo se hiciera público.

Charles Dickens era el escritor que epitomaba, para muchas mentes puritanas, el encanto intachable de la vida hogareña y la inocencia de la niñez.

Para sus contemporáneos sus libros eran parte de las tradiciones familiares, como lo fueran los pasajes tristes de la Pequeña Nell o la redención final de la Pequeña Dorrit.

Así que no sería conveniente para él si su público admirador descubría que había encontrado una mujer mucho más joven para ser substituto por la esposa.

Dickens trató extremadamente de ocultar su relación con Nelly.

Para lograrlo adquirió una casita en Slough, donde los amantes pudieran hacer sus rendezvous lejos del escrutinio londinense.

Viajaban juntos, cuando fuera posible, manteniendo un nidito de amor en Francia.

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La Pequeña Nell

Uno de sus biógrafos mantiene que Nelly le tuvo un hijo en Francia, que murió en la infancia.

Acerca de la existencia de Nelly, solo podemos enfatizar que su presencia e influencia fueron muy relevantes a nuestro entendimiento de la vida de este prominente autor.

Dickens murió a los 58 años, víctima de una hemorragia cerebral.

Después de su muerte, su (entonces) enorme patrimonio de £90,000 fue dividido entre sus hijos y varias caridades.

Él legó a Nelly solamente £1,000, la misma suma que dejara a sus "hijas inocentes".

Muchos se preguntan, por qué le dejó tan poco dinero a su amante.

Casi todos opinan que lo hizo para evitar el escándalo cierto que seguiría a la revelación de haberle dejado, sin razón aparente para hacerlo, una cantidad considerable de dinero.

Después de seis años de guardarle luto, Nelly contrajo nupcias con el Reverendo George Robinson, con quien tuvo descendientes.

Cuando ella murió en el 1914, su hijo transportó su cuerpo a Southsea para ser enterrado al lado de su padre.

Poco después, ese retoño, leyendo los papeles que su madre dejara, se tropezó con la evidencia del affaire que ella tuviera con Dickens.

En aquel momento, él confrontó la familia del novelista y entendió la realidad.

Nunca el joven hombre, perdonaría, ni a Dickens, ni a su madre.

Dickens, en su ansiedad para no dejar que historiadores supieran más de la cuenta acerca de su vida, comisionó a su fiel amigo, John Forster, para que fuera su biógrafo oficial, sino su hagiógrafo, como, a su vez, otros hicieran.

Notablemente, Freud, con su leal, perro bulldog, Ernest Jones.

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Apnea obstructiva del sueño

Forster en su libro, La Vida de Charles Dickens, publicado solo 18 meses después de la muerte del autor, revela la amplitud de la niñez infeliz de Dickens, el trauma producido por sus padres indolentes e irresponsables, y el tiempo que sufriera trabajando en la fábrica de betún, que lo colmaran con tanta rabia y vergüenza.

Lo que Forster dejar ver, y lo que todos los cronistas disciernen acerca del famoso escritor, es cómo Dickens nunca pudo escapar los traumas de su infancia.

Antes de profundizar en la estructura psicológica de Dickens pausemos para explorar la condición que en Los Papeles, se presume, afligiera a Joe.

Si una persona se duerme en cualquier momento, y, si esa persona ronca: ¿Padece de la apnea obstructiva del sueño?

La apnea obstructiva del sueño hizo su pintoresco debut en la literatura médica en el 1956.

El Dr. C. S. Burwell y sus colegas contaron la historia de un — siempre somnoliento y obeso — hombre de 51 años de edad, de talla 5"5" y peso de 260lb (IMC 43).

Durante un juego de póquer, con tres ases y dos reyes en sus manos, el negociante perdió su oportunidad de ganar.

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Narcolepsia

La razón: ¡Se había caído dormido!

El título del artículo del Dr. Burwell, Obesidad Extrema Asociada con Hipoventilación Alveolar: Un Síndrome de Pickwick, fue publicado.

El término "Pickwickian" se refiere a Los papeles póstumos del club Pickwick, en los que en 1837, Charles Dickens introduce al glotón y "maravillosamente gordo, Joe", que casi no podía permanecer despierto.

En la historia, el gordito se detuvo frente a la puerta de la casa en que llamara, y luego de golpear energéticamente, varias veces, se "quedó parado con los ojos cerrados como si durmiera, con apariencia de calma y reposo".

"Cuando los respondientes, trataron de despertarlo, lo interpelaron tres veces, pero no despertó, sino que pareciera roncar suavemente… Cuando, repentinamente, abrió los ojos, parpadeó varias veces, estornudó y levantó la mano como si para golpear la puerta de nuevo."

En un análisis retrospectivo, el Dr. Burwell diagnosticó al "gordo Joe" y al jugador de póquer obeso, como víctimas de la hipoventilación, secundaria a la obesidad y apnea obstructiva del sueño.

Joe sobrevive, erróneamente, en la literatura médica como víctima de la apnea obstructiva del sueño, o del Síndrome de Pickwick, llamado en su nombre.

Recuerden que Dickens, describe en la novela los golpes energéticos de Joe antes de que se abriera la puerta, cuando lo encontraron de pie y dormido.

Los expertos están de acuerdo en que las personas que sufren de la apnea del sueño no se duermen en medio de actividades vigorosas, como es el caso de tocar incesantemente una puerta.

Si Joe hubiese caído dormido, él se hubiera desplomado al suelo con músculos en estado de flaccidez.

Su ronquido, en el caso de la apnea obstructiva, sería estertoroso y no suave.

Joe, posiblemente sufría de la narcolepsia.

(Para leer más acerca de estas condiciones, vayan a:

/trabajos50/asuntos-medicos/asuntos-medicos2 y /trabajos50/narcolepsia-pubertad-precoz/narcolepsia-pubertad-precoz)

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La Casa Desolada

Ahora, hablemos de la esposa de Charles Dickens

Catherine Thompson Hogarth (Edimburgo, 19 de mayo de 1815 —Londres, 22 de noviembre de 1879)

Fue la esposa del escritor británico Charles Dickens, con quien tuvo diez hijos. 

Aunque nunca llegaron a divorciarse, Dickens y Hogarth se separaron legalmente después de 22 años de matrimonio. En su lecho de muerte, en 1879, Catherine entregó su colección de cartas de Dickens a su hija Kate con instrucciones de entregarlas "al Museo Británico, que el mundo sepa que una vez él me amó." 

La mayoría de la correspondencia escrita por Dickens se encuentra en el Museo Británico, aunque muchas de sus cartas se encuentran en colecciones especiales de otras bibliotecas, principalmente en los Estados Unidos, entre ellas la Biblioteca Pública de Nueva York.

Catherine Hogarth era la hija mayor de George y Georgina Hogarth.

Su padre, George, era abogado en Edimburgo y consejero legal del escritor Walter Scott, un autor admirado por el entonces joven Charles Dickens. Luego de mudarse para Londres en 1834, George Hogarth fue empleado como editor del periódico Evening Chronicle, al que Dickens contribuyó unas 20 piezas escritas. Por esa conexión literaria se conocieron Dickens — para entonces de 24 años — y los Hogarth. 

Catherine, por su parte, tenía 20 años, y se la describía como una mujer joven plácida y delicada, a diferencia de su hermana Mary, que era más intelectual y activa y con quien Dickens estableció una íntima amistad. Dickens escribiría más tarde, en 1846, una historia de amor, la cuarta de sus cinco historias de Navidad, titulada "La batalla de la vida" ("The Battle of Life"). En esa historia se hace la conexión entre el personaje principal, que ama a dos hermanas, y Poe, quien escribe la historia, que también amó a dos hermanas.

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Edgar Allan Poe

Catherine Hogarth y Charles Dickens contrajeron matrimonio el 2 de abril de 1836 en la iglesia St. Luke en Chelsea, un distrito de Londres, y pasaron su luna de miel cerca de Chatham. Establecieron su hogar, en un principio, en Bloomsbury, en el centro-norte de Londres.

Catherine Hogarth y Charles Dickens disfrutaron los primeros años de vida doméstica. Para 1838, un año después de la coronación de la reina Victoria, Dickens publicó su tercera novela, Nicholas Nickleby, que termina con el protagonista viviendo un matrimonio exitoso y aceptando la llegada de varios hijos.

Ello da un indicio de que el autor y su esposa vivían de una manera feliz y que su vida familiar estaba establecida. Un año después, en 1839, nació el tercer hijo de Catherine, una niña a la que pusieron por nombre Kate, diminutivo del nombre de su madre.

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Virginia Poe, prima de Edgard, con quien contrajo nupcias a los 13 años.

Durante los primeros cuatro años de matrimonio, Charles y Catherine Dickens cambiaron de residencia tres veces; además de ello, durante los veranos viajaban a diversas posadas y casonas en Broadstairs, en la isla de Thanet (Kent) o en Petersham, a orillas del río Támesis, para luego volver a Londres en el otoño.

Al final de ese período de incesante actividad comenzaron a surgir altercados entre los cónyuges. Dickens empezó a escribir por primera vez en un tono negativo sobre su esposa, confesando su decepción por la "lentitud" de Catherine y sus depresiones posparto.

Por su parte, Catherine volvió a quedar embarazada, además que los sentimientos de rencor aún permanecían fuertes en ella por razón de que Dickens aún insistía en guardar luto por la pérdida de Mary Hogarth, hermana menor de Catherine. A pesar de que las cartas de Dickens aún demostraban considerable afecto por su esposa, en casa mostraba poca sensibilidad a las necesidades de ella.

Dickens escribió a su amigo John Forester que era consciente de que su propia conducta no necesitaba ser corregida, que era parte de su naturaleza y carácter actuar de manera severa. Frederick Evans, quien publicó varios libros de Dickens, relató que no podía tolerar la rudeza de Charles Dickens hacia su esposa, ya que la insultaba gravemente en presencia de los niños, invitados y empleados.

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Mary Hogarth

Catherine volvió a acompañar a su esposo en un viaje, esta vez a Escocia, en junio de 1841, donde fueron recibidos con elogios y se le confirió a Charles Dickens el honor Freedom of the City.

En febrero del año siguiente nació Walter, el cuarto hijo y segundo varón de los Dickens. De inmediato, Charles Dickens hizo planes para viajar a América, probablemente inspirado por su correspondencia con Washington Irving. Catherine no quería ir, y se cuenta que acababa en llanto cada vez que se discutía el tema. Sin embargo, acompañó a Dickens en el viaje que duró 6 meses — de enero a junio de 1842 — mientras que los niños se quedaron bajo el cuidado del hermano de Dickens, Fred.

Catherine dio una mejor impresión entre los americanos que su esposo quien, con frecuencia fue criticado, denigrado y ridiculizado. En las cartas que escribía Dickens a sus conocidos, parecía complacido con ella y reconocía a menudo el sacrificio de Catherine al acompañarle en un viaje que ella no quería hacer. Charles y Catherine Dickens aprovecharon para visitar Canadá y las famosas cataratas del Niágara.

En el Canadá Charles y Catherine actuaron juntos en varias producciones teatrales cortas, algo que Dickens no había hecho en años y que disfrutaron. De su viaje a América del Norte, Dickens escribiría American Notes. En 1842, después de regresar de los Estados Unidos, Georgina, hermana menor de Catherine, se mudó con la pareja, lo que resultó ser un alivio en las actividades del hogar, así como emocionalmente, para Catherine.

Cerca de 1858, cartas escritas tanto por Catherine como por Charles Dickens indican que después de haber tratado de solucionar sus problemas matrimoniales les resultaba imposible continuar viviendo como esposos. Una anécdota conocida, relatada por Gladys Storey, amiga de Kate, dice que la tercera hija de Catherine encontró a su madre frente al vestidor llorando porque Dickens le había pedido a Catherine que fuese en busca de Ellen Ternan, una joven de 17 ó 18 años a la que Dickens se refería como "la chica de quien se había enamorado". A pesar de la insistencia de Kate para que no fuera a cumplir el mandado, Catherine no se rebeló. La tía de Catherine, Helen Thomson, así como la hermana de Catherine, Georgina, coinciden en lo ansioso que se mostraba Charles en que su esposa viviese en lugares distintos de los que él estuviera. Los padres de Catherine intervinieron entre febrero y mayo de 1858.

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Depresión puerperal

En la primavera de 1858, Dickens, como ya sabemos, envió un brazalete a la actriz Ellen Ternan que, accidentalmente, fue entregado en la residencia de los Dickens, llamada Tavistock House, en vez de en la de Ternan.

Eso resultó en la separación de los cónyuges, que nunca se divorciaron.

Las dimensiones del amorío se desconocían hasta la publicación en 1939 de Dickens and Daughter, un libro sobre la relación entre Charles Dickens y su hija Kate. Kate Dickens aseguró a la autora Gladys Storey que Dickens y Ternan tuvieron un hijo juntos que murió en la infancia. No existen pruebas contundentes para confirmar los rumores de que Dickens y Ternan hayan procreado hijos. 

Ternan contrajo matrimonio en 1876, seis años después de la muerte de Charles Dickens, y tuvo dos hijos, un varón y una mujer.

Partes: 1, 2
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