- Introducción
- Aspectos relacionados a la familia del Siglo XXI y la perspectiva de las Instituciones educativas cristianas evangélicas del Paraguay
- Importancia de la familia en la educación integral de la sexualidad
- Importancia de los Valores educativos cristianos
- Participación de la Comunidad
- Ejes del proyecto de educación de la sexualidad presentado por ACSI Paraguay
- Propuesta concreta de ACSI Paraguay y las instituciones educativas evangélicas
- Objeciones concretas al "Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la sexualidad" (2010)
- Normas y Leyes Vigentes a nivel Internacional y Nacional
- Resumen
- Bibliografía referencias sobre educación de la sexualidad por autores cristianos evangélicos en español
- Anexos
Propuesta de las Instituciones Educativas Evangélicas del Paraguay
En el marco de Socialización del Documento:
Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad del Ministerio de Educación y Cultura de Setiembre de 2010
Aspectos a enfocar en el planteamiento de un Marco Orientador Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad del Ministerio de Educación y Cultura
Propuesta liderada por ACSI Paraguay (Asociación de Escuelas y Colegios del Paraguay)
Introducción
La mayoría de los países del mundo están recibiendo indicaciones de organismos internacionales para la implementación de enfoques pedagógicos para una educación integral de la sexualidad en los sistemas educativos. Varios países Latinoamericanos ya tienen vigente leyes, normas o documentos de otra índole relacionados.
En Paraguay el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) presentó un documento denominado Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad, en Setiembre de 2010. Ver el documento en línea:
Debido a la disconformidad de varias organizaciones, en relación al documento mencionado, el MEC abrió las puertas a un diálogo sobre el contenido del documento, el 2 de Octubre de 2010. Ver convocatoria en línea:
http://www.mec.gov.py/cmsmec/?p=61313
Para la coordinación del denominado proceso socializador se designó al Consejo Nacional de Educación y Cultura (CONEC), en fecha 14 de Octubre de 2010. Ver designación en línea:
http://www.mec.gov.py/cmsmec/?p=63759
La comunidad de instituciones educativas evangélicas del Paraguay (escuelas, colegios y universidades), representada por la Asociación ACSI Paraguay, solicita al MEC una reformulación del proyecto del Marco Rector.
ACSI Paraguay cuenta con el aval de la Asociación de Iglesias Evangélicas del Paraguay (ASIEP), con las siguientes denominaciones Evangélicas afiliadas:
Iglesia Anglicana Paraguaya, Iglesia de Dios en el Paraguay, Convención Evangélica Metodista, Iglesia Presbiteriana Reformada, Convención de los Menonitas, Convención de los Hermanos Menonitas, Ejército de Salvación, Asociación Evangélica de Asambleas Bíblicas, Iglesia del Nazareno, Comunidades Cristianas del Paraguay, Convención Bautista del Paraguay, Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo, Concilio de las Asambleas de Dios, Vereinigung der Mennoniten Brüdergemeinden Paraguays, Vereinigung der Mennonitengemeinden Paraguays, Iglesia Evangélica Indígena Unidad, Congregación Cristiana Palabra de Fe y la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP), con más de 1.800 pastores afiliados.
En el presente documento se presentan en base al llamado a proceso socializador del MEC coordinado por el CONEC, la postura de las instituciones educativas evangélicas, iglesias y pastores cristianos evangélicos de Paraguay.
Uno de los factores a señalar, es que en la elaboración del Marco Rector del MEC la comunidad evangélica no tuvo participación y en un marco de libertad de expresión garantizado por la Constitución Nacional, exigimos poder participar, presentando el punto de vista de nuestras instituciones. Al mismo tiempo señalamos que hemos sido discriminados por el MEC en la elaboración del Marco Rector y exigimos una participación plena, en la elaboración de un documento referente a un aspecto muy sensible como la educación de la sexualidad, que contiene elementos éticos y morales que afectan profundamente los valores de nuestra comunidad. El hecho de no haber sido invitados al Comité Gestor del Marco Rector, consideramos como una persecución filosófica a los cristianos, a nuestros valores y principios.
La respuesta adecuada por parte de los poderes públicos al pluralismo cultural, ideológico y religioso que se presenta en la sociedad paraguaya es el pluralismo educativo. No bastaría que haya pluralismo dentro de una única institución educativa, se necesita la pluralidad de instituciones. En este sentido un tema central en la educación cristiana es que la familia es el principal pilar de la sociedad.
ACSI, conjuntamente con otras organizaciones, como la Federación de Asociaciones por la Vida y la Familia (FEDAVIFA), Asociación de Iglesias Evangélicas del Paraguay (ASIEP), Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP), Red Evangélica de Comunicación (REDECOM), la Federación de Asociaciones de padres de Instituciones Educativas Privadas y Nacionales del Paraguay (FEDAPAR), Asociación de Compañerismo Uniformado Cristiano Evangélico del Paraguay (ACUCEP), Salvemos a la Familia, el Instituto Tomas Moro, la Red de Organizaciones Sociales Evangélicas (REDOSE), y otras, han manifestado desde setiembre de 2010 hasta el día de hoy, a través de diversos medios, que el Marco Rector es un primer paso que presenta ciertas cosmovisiones que alteran el orden y la formación de los valores familiares hasta ahora vistos como válidos en la cultura paraguaya (Ver Anexos).
Los cristianos evangélicos creemos que nuestras instituciones educativas fueron creadas como una opción valedera. En ellas la filosofía de la educación debe estar regida por valores centrados en una visión cristiana y espiritual de la vida, basada en las enseñanzas de la Biblia y en la creencia en Dios.
En nuestro país las instituciones educativas evangélicas tienen una amplia trayectoria y forman parte de la comunidad civil. En su gran mayoría son privadas y no son sostenidas económicamente por el Gobierno.
Las instituciones educativas evangélicas se encuentran en distintas zonas geográficas, respondiendo a necesidades y características de diversos sectores sociales y niveles educativos, ofreciendo una educación integral de alto nivel académico que ayuda a estudiantes a obtener herramientas que les facilitan su incorporación en el contexto social actual, con sus significativos cambios, cuidando expresamente el desarrollo afectivo y espiritual de docentes, estudiantes y familias, que componen la comunidad.
Las instituciones educativas evangélicas paraguayas promueven una educación superadora de cualquier tipo de discriminación, dando un testimonio del amor de Dios y de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, formando a mujeres y hombres como ciudadanos responsables, preocupados por el bien común para que sirvan con desinterés, integridad y amor a sus semejantes.
Debido a la sensibilidad del tema de la educación sexual en nuestra sociedad, y las garantías que otorga la Constitución Nacional, solicitamos modificar el término Marco Rector (que impone una filosofía opuesta a los objetivos para los cuales fueron creados los centros educativos evangélicos), por Marco Orientador, permitiendo a las instituciones educativas cristianas el abordaje de una educación sexual basada en los principios y valores de las instituciones y sus integrantes (docentes, alumnos y familias).
Creemos que el término Marco Rector, en lo que se refiere a un tema donde no todos podrán estar de acuerdo, puede vulnerar los derechos garantizados en un país democrático como el nuestro. Creemos que en la educación de algo tan delicado y sensible como la sexualidad hay más de una postura sobre el tema.
También consideramos que la educación sexual debe contemplar y respetar los valores, las convicciones, la diversidad cultural y las creencias religiosas de la familia, como agente natural, primario y miembro insustituible de la comunidad educativa, así como la libertad de conciencia de todos los agentes educativos. Por este motivo lo que debe existir son proyectos pedagógicos de educación sexual construidos por las mismas instituciones educativas.
Seguidamente se presenta la postura de la comunidad educativa evangélica paraguaya referente a los principales puntos que tienen que ver con el tema en cuestión:
Postulados de la comunidad educativa evangélica paraguaya referente al matrimonio y la vida familiar
Plenamente conscientes del papel que el cristianismo atribuye al hogar y a la vida familiar, así como los poderosos y penetrantes condicionamientos sociales que amenazan con socavar la dignidad humana, el matrimonio y la vida familiar, los representantes de la comunidad educativa evangélica en Paraguay, exigimos que se respete por parte del Gobierno Nacional y sus diversos organismos la postura cristiana evangélica según los valores normativos para nuestra comunidad, basados en la creencia en Dios y en la Biblia. No deseamos imponer a otros nuestra cosmovisión, pero solicitamos el respeto debido a nuestras convicciones y el derecho de poder expresarlas libremente sin impedimento alguno.
Creemos y estamos unidos en las siguientes afirmaciones:
1. Dios, Creador del Universo y Padre de toda la humanidad, revelado en Jesucristo, nos creó hombre y mujer, y estableció la familia como parte de su plan divino. A causa de nuestra comprensión de este diseño divino, creemos y proclamamos unidos que nuestra sexualidad es un maravilloso don que procede de Dios, que hemos de aceptar con agradecimiento y de usar con reverencia y alegría en el seno del matrimonio.
2. Nuestra comprensión del plan de Dios para el matrimonio tiene como ideal una promesa de fidelidad para toda la vida en una relación continua y de mutuo sostenimiento y, en la cual, cada cónyuge ayuda al otro a desarrollarse hasta alcanzar su capacidad de autorrealización humana.
3. Dios es un asociado activo en el sostén y el enriquecimiento de la relación matrimonial esposo – esposa.
4. Los hijos son un legado de Dios y la paternidad/maternidad es una aventura alegre, aunque ardua, en el compañerismo con Dios para la procreación y crianza de cada hijo. La paternidad/maternidad demanda el uso responsable de todas las habilidades y capacidades que Dios nos ha dado para llevar a cabo esta gran empresa.
5. La vida familiar es la cuna de la personalidad y del carácter del niño y crea un ambiente propicio para el desarrollo de los valores sociales de cada sucesiva generación, así como para la principal fuente de las relaciones más significativas para cada uno de los miembros adultos de nuestra sociedad. Todos los niños necesitan un padre y una madre firmemente unidos en el amor para guiar su crecimiento hacia la virilidad o la feminidad, y para proporcionar la seguridad emocional que favorece el desarrollo de relaciones maduras y responsables entre hombres y mujeres.
6. La familia es el fundamento de nuestra sociedad. Modela las actitudes, las esperanzas, las ambiciones y los valores de todos los ciudadanos. El niño suele ser perjudicado cuando la vida familiar se hunde; y cuando esto sucede a escala masiva, la comunidad social permanece gravemente perjudicada.
7. Afirmamos el derecho inalienable de los padres a la elección y el ejercicio de la educación de sus hijos, recordando que los poderes públicos tienen la obligación constitucional de garantizar a los padres cristianos que la enseñanza y cualquier tipo de propuestas no contradigan sus valores éticos y morales.[1]
Por lo tanto, ACSI Paraguay, solicita la libertad de poder preservar y difundir a través de las instituciones educativas evangélicas, iglesias, medios de comunicación y otras organizaciones, los valores anteriormente presentados, para lo cual, solicitamos el aval de la Administración Pública incluida la del MEC.
Aspectos relacionados a la familia del Siglo XXI y la perspectiva de las Instituciones educativas cristianas evangélicas del Paraguay
El contexto nacional
No se puede negar que existen cambios en la familia y en los valores de la sociedad en general a nivel mundial. Los integrantes de la familia tradicional van cambiando de roles.
La mujer ha logrado importantes derechos, que antiguamente le estaban negados. La exigencia de una mayor igualdad entre los sexos es una característica actual que contrasta con todas las anteriores sociedades registradas a lo largo de la humanidad. Esta revolución femenina global no sólo afecta a la familia sino también a la vida social en general, desde el mundo laboral hasta el ámbito de la política. Actualmente la mujer es reprimida en aquellos países controlados por gobiernos autoritarios o por grupos fundamentalistas. En todo lo demás se está dando un intenso debate sobre la igualdad sexual y el futuro de la familia.
Durante muchos años el matrimonio no solía realizarse en base al amor que existía entre la pareja sino mayormente bajo presiones ya sean familiares, sociales, o económicas. La mujer mayormente era obligada a aceptar lo impuesto por el entorno.
La desigualdad entre hombres y mujeres se extendía también a la vida sexual. Debido a factores culturales y las guerras sufridas por el Paraguay se otorgó grandes privilegios a los hombres en desmedro de las mujeres, fomentando de esta manera una cultura de paternidad irresponsable, mientras la mayor parte de la carga de la crianza, educación y sostén de los hijos era puesta sobre la mujer. Según las estadísticas presentadas en el documento elaborado por el MEC (Marco Rector, 2010), aún existe en Paraguay un alto nivel de desigualdad de género, sufriendo las mujeres las incidencias de una cultura machista, afrontando embarazos prematuros con una alta fecundidad, teniendo desventajas en el ámbito laboral, y otras desventajas producto de la marginación y la falta de educación.
Las instituciones educativas evangélicas respetamos a personas que piensan diferente referente a la sexualidad, pero exigimos respeto hacia nuestras posturas, y garantizando nuestros derechos constitucionales y educativos proponemos lo siguiente:
Cada institución educativa evangélica elaborará su programa de educación sexual conforme a sus propósitos educativos y valores, sin violar las normas constitucionales.
Se ve necesario tratar los grandes problemas derivados de un uso irresponsable del don de la sexualidad, que conlleva las consecuencias negativas de embarazos no deseados a una muy temprana edad, como a las peligrosas enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH sida.
Consideramos que un Marco Orientador sobre Educación Integral de la Sexualidad debe permitir como opción válida la enseñanza de la abstinencia sexual hasta el matrimonio, como un valor en el desarrollo de una sexualidad sana y una opción en prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos indeseados.
Si se considera la educación de hoy en día inclusiva, no se puede dejar de lado la amplia experiencia de las instituciones educativas evangélicas en Paraguay y el mundo, referente a este aspecto.
En colegios de Paraguay se vienen aplicando con buenos resultados programas educativos sobre sexualidad con una cosmovisión cristiana.
Se utilizan los siguientes programas de educación sexual en Paraguay:
Los programas "Sin Excusas" y "El sexo, las mentiras y la verdad" de la organización Enfoque a la Familia, y "Vida en las encrucijadas" de la organización Cruzada Estudiantil para Cristo que son difundidos por la ONG Decisiones.
La ONG Decisiones en una organización no gubernamental dedicada a la prevención y orientación psicológica de la juventud paraguaya. Para ello cuenta con profesionales en el área de psicología que están encargados de los trabajos en formas de charlas en las instituciones educativas de todo el país y la asistencia en su local, además de la elaboración de otros materiales educativos. De esta forma promueve una cultura de responsabilidad y vida, en la formación y desarrollo de los aspectos: bio, psico, social y espiritual del joven. http://www.decisiones.org.py
El programa "El Sexo, las Mentiras y la Verdad": de la organización Enfoque a la familia, y difundida por La Red de Comunicación Integral (RCI), con el Canal de la Familia – Red Guaraní, la Radio OBEDIRA, el Centro de consejería integral Confianza y la organización Enfoque a la familia. http://www.rci.com.py/
El "Programa educativo contra el VIH – sida basado en la abstinencia y la fidelidad" difundido por la ONG Alto Refugio. http://www.altorefugio.org/
El programa "¿Hasta dónde puedes llegar? Hablemos sin rodeos sobre la pureza sexual", difundido por la organización ACSI Paraguay. http://www.acsilat.org/
El programa: "Prevención del VIH – sida" promovido por la ONG Alfalit del Paraguay. [email protected]
El programa "Vida en las encrucijadas": programa difundido por la ONG Misión Auxiliar.
El "Programa de orientación moral" promovido por la ONG POM Valores. [email protected]
Otras instituciones utilizan diversos materiales educativos que se presentan en la bibliografía al final del presente documento.
Importancia de la familia en la educación integral de la sexualidad
Un Marco Orientador debe incluir la revalorización de la institución familiar, primera escuela que educa en el amor, clave en el desarrollo emocional y la formación del carácter del niño, adolescente y joven.
Es fundamental hoy en día consolidar la comunicación entre la familia y la escuela para dar continuidad al proceso de educación en valores, especialmente en un tema tan complejo como la sexualidad.
Consideramos firmemente que en la sociedad paraguaya la educación sexual es, en primera instancia, responsabilidad de la familia. Por el hecho de haber dado la vida a sus hijos, los padres tienen el derecho originario, primario e inalienable de educarlos; por esta razón, ellos deben ser reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos. La familia tiene la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor; y todos los miembros de la familia tienen responsabilidad de construir día a día la comunión de las personas haciendo de la familia una escuela de humanidad más completa y más rica, compartiendo bienes, alegrías y sufrimientos.
El aprendizaje en el seno de una familia bien estructurada constituye una de las bases sólidas del equilibrio y de la madurez de las personas que la componen. La familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables. La familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad.
A su vez, en su expresión relacional la sexualidad humana afecta profundamente la convivencia social. Por esto, la educación sexual es también responsabilidad compartida por otras instituciones que deben colaborar con la familia.
En el caso de las instituciones educativas, el apoyo que éstas ofrecen es subsidiario. La escuela acompaña y no reemplaza a la familia como primera educadora sexual de sus hijos. Es en la familia donde se aprende a ser mujer u hombre, y el rol y valorización que se le da a cada uno.
Resulta de gran importancia señalar el rol fundamental que la familia debe jugar en esta tarea educativa, por lo cual es importante apoyarla y orientarla para que pueda desempeñar efectivamente su papel de educadora, e integrarla dinámicamente al compromiso frente a niños y jóvenes.
En esta tarea muchas familias se sienten inseguras: expresan que si bien desean orientar a sus hijos, en muchos casos en su propia formación carecieron de una orientación adecuada sobre este aspecto en sus vidas. Para apoyarlas, la comunidad educativa debe facilitar el encuentro en un contexto comunitario para conversar del tema e informarse de él. Esto permitirá trabajar sobre la base del afecto y el respeto mutuo, la reflexión sobre valores fundamentales que puedan ser identificados en el grupo, para ser compartidos por la sociedad en su conjunto.
Es preciso, entonces, asegurar el protagonismo de la familia y preparar a la escuela para que desempeñe un rol de apoyo técnico-pedagógico, garantizando el respeto por la diversidad y heterogeneidad cultural, siendo el Paraguay un país donde conviven comunidades nativas como de origen inmigrante de muchos lugares del mundo, sin descuidar la calidad de la educación y la construcción de los pilares fundamentales en los que se sustente un objetivo de integración social.
La familia que tiene objetivos claros para la formación de sus hijos, se debe preocupar por brindar una educación basada en valores y esto se logra con una vivencia permanente de ellos y en este sentido debe acompañar, estar presente, seguir, guiar, dar alternativas.
Las familias que eligen colegios cristianos privados tienen el derecho de solicitar una educación basada en los valores cristianos. Al mismo tiempo consideramos que los padres que envían a sus hijos a instituciones educativas del Estado y desean que sus hijos reciban una educación basada en valores cristianos deberían tener esa posibilidad. Para esto se requiere de una convivencia familiar con valores. Los padres tienen el derecho a objetar que sus hijos sean obligados a seguir cursos que no están de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas.
En particular, la educación sexual – que es un derecho básico de los padres – debe ser impartida bajo su atenta guía, tanto en casa, como en los centros educativos elegidos, y controlados por ellos. Los derechos de los padres son violados cuando el Estado impone un sistema obligatorio de educación de la sexualidad que van contra los valores familiares.
En este contexto, el rol del Estado y sus instituciones es el de mantener la justicia y la equidad para los ciudadanos.
El Estado no debe ser un amo sino un servidor para preservar la justicia.
En este sentido, percibimos que el denominado Marco Rector, trata de imponer valores que contradicen los postulados básicos de las comunidades evangélicas, implementando una educación alejada de nuestros principios fundamentales expresados en los "Postulados de la comunidad educativa evangélica paraguaya referente al matrimonio y la vida familiar" presentados anteriormente.[2]
Importancia de los Valores educativos cristianos
La educación cristiana evangélica tiene como uno de sus fines promover los valores en todos sus estamentos, que permita elevar la conciencia de los individuos y revitalizar la moral y la ética en los integrantes de su comunidad. El MEC no puede presentar un Marco Rector que obligue a instituciones privadas cristianas evangélicas a educar en contra de los principios para las cuales fueron creadas.
Un Marco Orientador puede proponer lineamientos generales, impulsando al mismo tiempo encuentros de diálogo entre docentes y padres y otros miembros de la comunidad escolar sobre el aspecto de la educación sexual de los alumnos. El MEC puede incluir los contenidos de educación sexual como actitudinales, para que cada institución educativa tenga más libertad para definirlos y trabajarlos.
La realidad que se nos plantea hoy a las instituciones educativas evangélicas que seguimos creyendo en la familia, tal y como ésta se entiende a la luz de la Biblia, es que desde nuestras comunidades se puede orientar a los alumnos en valores como el amor, el respeto, la igualdad, el compañerismo y la obediencia a la voluntad de Dios.
Desde la perspectiva de la fe no es posible admitir la discriminación por razón de género (varón/mujer). Delante de Dios no hay varón ni mujer sino que todos somos iguales.
La reciente alternativa de las llamadas "familias de hecho" de carácter homosexual, tanto si se trata de parejas masculinas como femeninas, es rechazada por no formar parte de los valores cristianos. No se deben confundir ese tipo de parejas con el concepto cristiano de matrimonio ya que se trata de dos cosas absolutamente diferentes. La presión social y mediática ejercida actualmente por los grupos homosexuales ha contribuido a crear la idea de que todo lo relacionado con el sexo está envuelto por una aureola de amoralidad. Nada se considera negativo y lo más correcto parece que sea lo antinatural.
Esto ha contribuido a crear el sentimiento de que todo tipo de prácticas sexuales son algo normal que debe ser aceptado por la sociedad. Recalcamos el derecho de que toda persona debe ser respetada, pero no podemos aceptar una equidad de género, que inculque desde el aula la libre opción por antivalores opuestos a los principios fundamentados en la Biblia.
La libertad de culto, garantizada por la Constitución Nacional, no puede ser restringida únicamente a las iglesias, dado que las instituciones educativas cristianas involucran mayormente a docentes, padres de familia y alumnos que se identifican y valoran los principios cristianos derivados de la Palabra de Dios.
Reclamamos el derecho de explicar con claridad que la transexualidad, la homosexualidad, la pederastia o las prácticas sadomasoquistas, constituyen conductas sexuales antinaturales; que no se trata de comportamientos normales, como algunos grupos pretenden hacer creer, sino de desviaciones que pueden llegar a modificarse si el individuo se lo propone sinceramente.
Uno de los valores fundamentales del cristianismo es que la familia se forma a partir del matrimonio heterosexual, entre un hombre y una mujer unidos por el vínculo del amor, y otra cosa distinta es la relación que se da en las uniones homosexuales.
No creemos que haya que hacer desaparecer a las personas que elijan la opción de unirse a personas de su mismo sexo, pero este tipo de vida no puede ser enseñado en nuestras instituciones como algo normal. Tampoco creemos que el Estado deba impulsar políticas favorables a este tipo de conducta, impulsando contenidos educativos que favorezcan o consideren normal un estilo de vida con esas características.
Reafirmamos nuestra postura de ejercer una labor educativa desde las instituciones evangélicas tanto en lo ético como en lo moral, basada y fundamentada en las Sagradas Escrituras (La Biblia), por cuanto ésta es nuestra única regla de fe y conducta, para todos aquellos que confesamos la fe evangélica. Por consecuencia, nuestras relaciones con la sociedad están basadas y fundamentadas en practicar el mandamiento bíblico de: "Amar a Dios por sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos".[3]
Participación de la Comunidad
La comunidad desarrolla un rol muy importante en la educación de la sexualidad que actualmente reciben niños y jóvenes. Los múltiples actores presentes en una comunidad pueden contribuir, tanto en forma positiva como negativa.
Resulta indispensable que las instituciones educativas, con la participación activa de estudiantes y familias, elaboren un diagnóstico de las características de la oferta educativa del medio en que se encuentran. Ello permitirá la colaboración organizada y sistemática de organizaciones que comparten objetivos con la escuela. A la vez, permitirá identificar y contrarrestar los efectos de influencias negativas que provengan del medio en que viven los estudiantes.
El Estado puede contribuir a dinamizar la relación: escuela – comunidad, favoreciendo un rol activo de la escuela, y al mismo tiempo, creando los canales necesarios para una adecuada coordinación de la acción que realizan los organismos gubernamentales, y los no gubernamentales que desarrollan actividades en el sector. De este modo, se facilita que esta tarea sea asumida por la comunidad educativa organizada.
Así, el MEC debe procurar facilitar una acción pedagógica que incluya a la familia y a la escuela en una tarea compartida por padres, profesores, alumnos y autoridades educacionales. Conjuntamente con ellos, otros tomarán las medidas necesarias para que la acción de los diversos organismos gubernamentales lleven adelante un diálogo coordinado, que potencien los recursos asignados al logro de los objetivos compartidos. Se debe promover que otros actores sociales, tales como las iglesias, los profesionales de la salud, los comunicadores sociales, las universidades y organizaciones sociales y políticas, dialoguen sobre el tema de la educación sexual y el rol que le toca a cada parte en este tema.
Las instituciones educativas evangélicas no se oponen al dialogo entre las instituciones del Estado, la sociedad civil y otras, pero solicita la no obligatoriedad de un Marco Rector que impulse normativas que no concuerden con los principios y fundamentos de la educación cristiana. [4]
Ejes del proyecto de educación de la sexualidad presentado por ACSI Paraguay
La sexualidad es una dimensión central de la persona. Es un don de Dios no solo para la procreación sino también para su disfrute.
A través de la sexualidad expresamos los sentimientos más profundos en un marco de amor y respeto. La sexualidad es mucho más que genitalidad o comportamiento biológico. En la sexualidad humana lo genital y biológico se encuadra en el marco de posturas éticas, principios morales, pautas culturales y valores religiosos.
Además de los aspectos psicológicos y físicos, el tratamiento de este tema debe contemplar los aspectos de la vida de relación, la responsabilidad con que se viven todos los actos de la vida privada y pública, los elementos culturales y religiosos que construyen el concepto de sexualidad.
Consideramos que son las familias, y en especial los padres, los primeros responsables de transmitir la educación sexual de acuerdo a sus propios valores. Esta responsabilidad es inalienable e indelegable.
Por tanto, ningún Marco Rector puede violar los derechos inherentes a la patria potestad y a las libertades de enseñanza, de pensamiento y de culto. Todas las comunidades educativas son distintas, y el Estado, al determinar un Marco Rector pedagógico para la Educación Integral de la sexualidad, avasalla el derecho irrenunciable de muchos de los padres a educar a sus hijos conforme a sus valores y convicciones.
Las instituciones educativas evangélicas reclaman el derecho de promover una concepción cristiana de la sexualidad fundada en valores que se sustentan en el respeto hacia la persona, la vida y la dignidad humana.
Por lo tanto presentamos nuestra VISIÓN sobre la manera cómo debería implementarse un Marco Orientador para la educación integral de la sexualidad:
1. Dado que la sexualidad de la persona es una dimensión compleja, nuestro proyecto busca su integralidad y entiende su abordaje con un contenido transversal, presente y abarcativo de diferentes disciplinas, tales como biología, psicología, formación ética y ciudadana y educación cristiana, de acuerdo al ideario y/o proyecto educativo institucional.
2. Cada establecimiento establece su propio programa de acuerdo al ideario y al proyecto educativo institucional. Recordemos que nuestro país es cosmopolita y, por lo tanto, hay que respetar las distintas culturas y religiones que hoy existen en el.
3. Cada establecimiento deberá acordar el contenido con los padres, fundamentándose en la patria potestad y el derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
4. Se debe contribuir a la afirmación de la identidad sexual de los educandos, del niño como varón y de la niña como mujer.
5. Se busca rechazar todo tipo de explotación sexual así como abuso en cualquiera de sus manifestaciones.
6. Cada establecimiento capacitará a los padres para que ellos mismos les brinden a sus hijos la necesaria información sobre el tema, en el marco de sus valores.
Se organizarán talleres extracurriculares, que tengan por objeto educar sexualmente desde la familia, siendo los padres, en cada comunidad educativa, quienes definan los contenidos de la educación que deben formar parte de la educación integral de los educandos, teniendo en cuenta que la sexualidad no es algo puramente biológico, sino que mira el núcleo más íntimo de la persona en todas sus realidades bio-psico-ético-religiosa y social y de manera más general a la aptitud para establecer vínculos de comunión con el otro.
7. La sexualidad en nuestra cultura no puede separarse de las valoraciones morales y que, como tal, es privativa del núcleo familiar y una de las atribuciones de la patria potestad.
8. Es indiferente quien les enseñe a los alumnos el teorema de Pitágoras, mientras que sepa transmitirlo en forma didáctica; pero no lo es quien les acerque las primeras nociones sobre cuestiones tan delicadas e íntimas que sólo cobran sentido como parte de una visión basada en valores morales.
Cada institución buscará docentes que plenamente capacitados puedan orientar a los alumnos según los valores de la institución, y en consenso con los padres de familia sobre los enfoques a plantearse referente a los aspectos de sexualidad.
9. Se contempla y respeta los valores, las convicciones, la diversidad cultural y las creencias religiosas de la familia, como agente natural, primario e insustituible de la comunidad educativa, así como la libertad de conciencia de todos los agentes educativos.
10. Cada establecimiento debe elegir quién capacitará a los docentes, de acuerdo al ideario de cada establecimiento.[5]
Como instituciones educativas cristianas evangélicas reclamamos en base a lo expuesto anteriormente la autonomía de las comunidades educativas para el tratamiento de los enfoques pedagógicos referentes a educación sexual.
ACSI Paraguay, se compromete como organismo de apoyo, a socializar el presente documento, presentando a las escuelas, colegios y universidades evangélicas la necesidad de dialogar y establecer en su cronograma los 10 puntos precedentes durante el año 2011.
Propuesta concreta de ACSI Paraguay y las instituciones educativas evangélicas
Las instituciones educativas evangélicas en base al análisis del documento Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad (2010), como instituciones confesionales, con valores basados en una cosmovisión cristiana y bíblica de la educación integral, proponemos al MEC lo siguiente:
1. Frente a la propuesta de diálogo sobre el denominado Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad (2010), en base a las libertades que emanan de la Constitución Nacional y las leyes vigentes, proponemos una educación sexual integral que permita la libertad de educar en valores éticos y morales en las instituciones educativas evangélicas, enmarcadas en un Marco Orientador Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad, teniendo en cuenta a todos los integrantes de las comunidades educativas del Paraguay, incluyendo a las instituciones de confesión cristiana evangélica.
2. Que las instituciones educativas cristianas evangélicas puedan considerar la abstinencia sexual hasta el matrimonio como un valor en el desarrollo de una sexualidad sana y una opción en prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos indeseados.
3. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda incentivar a los alumnos a ocupar el tiempo en el desarrollo de sus personalidades con proyectos y actividades en contacto con la naturaleza, talleres de creación artística, vocacionales y de oficios; prácticas deportivas y recreativas, etc.
4. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda abogar por la revalorización de la institución familiar, primera escuela que educa en el amor, clave en el desarrollo emocional y la formación del carácter del niño y el adolescente.
5. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda consolidar la comunicación entre la familia y la escuela para dar continuidad al proceso de educación en valores.
6. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda promover los valores, que permitan elevar la conciencia de los miembros de la comunidad educativa respecto a la moral y la ética en la sociedad.
7. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda motivar a una vida solidaria y de servicio a los demás, practicando el diálogo y el respeto, base fundamental para la formación de ciudadanos pacíficos, altruistas, responsables y comprometidos con su comunidad y su nación.
8. Que en las instituciones educativas cristianas evangélicas se pueda promover la tolerancia, el respeto y la comprensión a todos los seres humanos por medio de la integración y el intercambio socio cultural, como una forma de derribar los muros de odios, resentimientos y divisiones sociales.
9. Las instituciones educativas cristianas evangélicas respetan al Gobierno y sus instituciones, pero aclara que existen principios y valores éticos y morales que no pueden ser pisoteados. Los principales responsables de la educación de los niños son los padres, y ellos delegan ciertas áreas a instituciones especializadas (en nuestro caso instituciones educativas evangélicas).
10. Como instituciones educativas cristianas evangélicas valoramos los esfuerzos y la preocupación del Ministerio de Educación y Cultura en tratar de responder con acciones concretas a las necesidades actuales en la educación compleja del Siglo XXI. Reconocemos la necesidad de mayor diálogo respecto a la forma de encarar los problemas que tienen los niños/as y jóvenes de hoy referente a la sexualidad.
Objeciones concretas al "Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la sexualidad" (2010)
También nos preocupan las cuestiones de cómo llevar adelante nuestra labor de manera eficiente para el bienestar integral de la sociedad, pero rechazamos el documento "Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la Sexualidad" (2010), específicamente en las siguientes cuestiones:
a. "Equidad de género": Según estudios del término, que aparece como un lineamiento importante en el Marco Rector (2010), y en otros documentos internacionales, esta terminología tiende a implementar la aceptación social de un modelo diferente al de "varón" – "mujer". Queremos ayudar a fortalecer a la sociedad y familia, como cristianos evangélicos con el modelo de pareja instituido en la Creación del mundo por Dios.
Respetamos a personas que tengan otra visión o perspectiva, pero nos negamos a asumirlas como parte de nuestro modelo educativo.
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