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El papel del tutor en la formación de valores en la universidad


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

Este trabajo tiene como objetivo presentar a la educación en valores como una labor esencial para reafirmar y mantener valores que se han formado a lo largo de nuestra historia por lo que la atención a esta problemática, constituye una tarea de gran importancia para la sociedad cubana en el presente siglo XXI.

El problema de la formación de valores, no es nuevo en la sociedad cubana por cuanto es una tarea esencial de la educación. Por su complejidad en el desarrollo de la personalidad está presente en el análisis multidisciplinario de diferentes sectores los cuales están convocados a su reflexión, esclarecimiento y búsqueda de acciones a la luz de la realidad internacional y en particular de las condiciones históricas – concretas de nuestro país.El problema de los valores sigue teniendo vigencia por lo que el papel del docente y especialmente el tutor en la universidad cobra vital importancia.

Introducción

El más universal de todos los cubanos José Martí, expresó: "El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos…".[1] La obra educacional de la Revolución en los momentos actuales es una prueba irrefutable de esta aseveración.

El Ministerio de Educación Superior, ha considerado como una necesidad actual de la sociedad, fortalecer valores, los cuales han sido reconocidos y altamente valorados a lo largo todo el proceso histórico cubano y deben reflejarse en cualidades positivas de la personalidad de los individuos integrantes de las generaciones nacientes y venideras. No basta mediante el proceso de enseñanza aprendizaje lograr en los educandos una sólida instrucción, también hay que educar la esfera de los sentimientos y de la voluntad. Una necesidad educativa del momento histórico nacional e internacional es lograr un modelo de hombre nuevo al que aspira a conformar la sociedad cubana. [2]

La atención a la problemática de la educación en valores, constituye una tarea de gran importancia para la sociedad cubana en el presente siglo XXI.

En los debates actuales relacionados con la calidad de la educación tanto al nivel internacional como nacional, existe el criterio generalizado de que la educación en valores es uno de los indicadores fundamentales para el logro de una educación de calidad.

El problema de la formación de valores, no es nuevo en la sociedad cubana por cuanto es una tarea esencial de la educación. Por su complejidad en el desarrollo de la personalidad está presente en el análisis multidisciplinario de filósofos, sociólogos, psicólogos, pedagogos y políticos los cuales están convocados a su reflexión, esclarecimiento y búsqueda de acciones a la luz de la realidad internacional y en particular de las condiciones históricas – concretas de nuestro país.

En el caso de Cuba, los valores y la adecuada contribución a su formación ha sido un hilo conductor en la concepción de los planes y programas de estudios en todos los niveles de enseñanza durante los cincuenta y cuatro años de Revolución en el poder .

En la actualidad, constituye una tarea esencial reafirmar y mantener valores que se han formado a lo largo de nuestra historia como son: el independentismo, el patriotismo, el humanismo, el antiimperialismo, la identidad nacional, la justicia social, entre otros y de potenciar aquellos que son básicos también para el desempeño ciudadano tales como: la solidaridad, el espíritu crítico y la autocrítica, la laboriosidad, la responsabilidad ,la sensibilidad humana, la cortesía, la modestia y la honestidad..

De la formación de valores en las nuevas generaciones depende en grado sumo la continuidad histórica de nuestro proceso revolucionario aquí radica la enorme importancia que tiene para el futuro de la Revolución.

Desarrollo

Guervilla, en 1994,planteó que los valores poseen múltiples caras y pueden contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los valores son circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física en que surgen".

Desde el ángulo filosófico existen planos que permiten el análisis de los valores; ellos son: sistema objetivo, sistema subjetivo y sistema socialmente instituido.

Sistema objetivo de valores: Cada objeto, fenómeno, idea, concepción o conducta, tiene una función en la sociedad, que la favorece u obstaculiza, adquiriendo una u otra significación, valor o antivalor. Este sistema es dinámico, cambiante y depende de las condiciones histórico-concretas, estructuradas jerárquicamente. En él los valores se entienden como parte integrante de la realidad social, como una relación de significación entre los procesos de la vida social y las necesidades e intereses de toda la sociedad. Se concibe la objetividad no con la concepción objetivista de autores anteriores, sino como aquella objetividad social que define el fenómeno; tanto como elemento positivo, como negativo; pero vinculado a la realidad social.

Sistema subjetivo de valores: Aborda la forma en que esa significación social del valor objetivo se refleja en la conciencia individual y colectiva. Cada sujeto, como resultado de un proceso de valoración conforma su propio sistema subjetivo de valores que puede o no corresponder con el sistema objetivo, en dependencia de sus intereses. Son subjetivos al considerarlos frutos de la cultura y de la sociedad, en tal sentido cambian y se modifican en dependencia de los intereses, ideales, necesidades y deseos de las personas en particular y la sociedad y de las relaciones sociales que en ella se desarrollan. Este punto de vista es el más defendido entre los filósofos marxistas y entendido por el autor, por poseer un carácter más científico.

El sistema subjetivista, se aprecia a partir del sujeto y desde la posición que este asume en el roll social, proporciona un análisis individual de estos valores así como en el plano colectivo. Por supuesto desde diferentes posiciones el hombre analiza y emite sus criterios de cuales son a su juicio esos valores. En esto influye el nivel de conciencia que este haya alcanzado y las influencias educativas que haya recibido.

Sistema de valores socialmente instituidos: Son los necesarios para el funcionamiento y organización de la sociedad. De él surge la ideología oficial. Este sistema puede ser el resultado de la generalización de una de las escalas subjetivas existentes en la sociedad o de la combinación de varias de ellas por lo que puede tener mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de valores.

Se puede apreciar que existe un componente objetivo del valor y otro subjetivo. Ellos constituyen una función de los fenómenos y objetos, consistentes en la posibilidad de servir a la actividad práctica de los hombres. Por lo que en su significación social expresan las necesidades objetivas de la sociedad o sea el sistema de valores socialmente instituidos se refiere a que interrelacionando los valores que un grupo de personas que ostentan el poder crean, cuales deben ser los patrones de conducta que debe cumplir el resto de la sociedad y que pueden ser una serie de elementos subjetivos que existen en la misma o la conjugación de varios. En sentido general los Estado o Naciones regulan estos patrones, supeditando los valores a sus propias características e intereses.

En el ámbito social en cualquier tipo de sociedad va existir estas tres dimensiones de apreciar los valores; pero como se ha dicho, esta va responder a los intereses y formas de pensamiento de la clase o grupo que se encuentre u ostente el poder.

En cada uno de los planos o sistemas de valores se establece una escala para la jerarquización de los valores: Los intereses humanos se manifiestan socialmente y pueden llegar en no pocas ocasiones a ser antagónicos. Entre lo objetivamente valioso, individual o social, y lo que oficialmente se impone como valor pueden existir grandes diferencias, dando lugar a las llamadas "crisis de valores". El fenómeno de la crisis de valores está generalmente asociado con procesos de distorsión o deterioro de determinados valores en un contexto específico motivado por diferentes circunstancias.

Como se puede apreciar para poder llegar a una definición de los valores hay que tener en cuenta un conjunto de supuestos básicos que contiene la categoría y que contribuyen a la Educación en valores, veamos:

Los valores son componentes de la estructura de la personalidad en tanto permiten captar los significados a través de la capacidad de los sentidos en la actividad humana. Son guías y principios de conducta que dan sentido a la vida hacia la autorrealización, el progreso y el redimensionamiento humano. Se manifiestan a través de la actividad humana, la que permite interiorizar de la realidad aquellas cualidades de esta que satisfacen necesidades e intereses individuales y sociales. Se forman en el proceso de socialización bajo la influencia de diversos factores (familia, escuela, medios masivos de comunicación, organizaciones políticas, sociales, religiosas, etc.)Se estructuran por las circunstancias cambiantes de la realidad, por lo que pueden expresarse de manera diferente en condiciones concretas.Se jerarquizan en dependencia del desarrollo de la personalidad y del desarrollo social. Los valores que rigen en una sociedad esta directamente relacionados con la realidad social. En la medida que esta última cambia se pueden producir también cambios en la expresión y jerarquía de los valores.

La Educación en Valores en la Universidad se dirige hacia la formación y el desarrollo de la personalidad del profesional, entendida esta como: el conjunto de rasgos presentes en el individuo, en la actividad profesional, en los marcos de determinada comunidad y contexto.

Para educar en valores es necesario intencional los valores desde el proyecto curricular, para que todas las materias contribuyan a la formación y desarrollo de valores en los estudiantes, con la finalidad de promover el desarrollo individual y social. Se requiere entender la universidad como un espacio de construcción de valores y, en consecuencia, garantizar que cada uno de ellos dentro de ella un aprendizaje profesional, cultural, humano, ético, de saberes (entendidos estos como conocimientos, habilidades y valores) para el desempeño ulterior, no solo en el terreno profesional sino también en el personal y el ciudadano, lo que implique de nuestros egresados un buen ejercicio en todos estos órdenes (Martínez, 2002,2006).

La universidad nueva debe, para alcanzar tal reto, atender de manera priorizada los siguientes puntos:

1. Necesidad de impregnar toda la docencia de eticidad, es decir, practicar la docencia de los valores de modo transversal, a través de todo el currículo y empleando todos los medios al alcance del docente.

2. Desarrollo de las competencias éticas del docente, que suponen, ante todo que el docente tome conciencia de que él también está en un proceso continuo de formación y que siempre hay otros niveles que alcanzar.

3. Desarrollo de la capacidad de valorar, de juzgar los valores a través del prisma de la realidad, lo que permitirá educar individuos de pensamiento crítico, capaces de adaptarse a las complejidades de la realidad circundante y que empleen sus ideales con carácter movilizador.

4. Disponerse a escuchar de forma activa y abierta al alumnado, a darles real participación.

5. Promover la práctica de los valores, partiendo de que solo la práctica es un medio privilegiado de la educación-apropiación de los mismos.

La labor del tutor en la nueva universidad se desarrolla como un proceso integrador de las influencias educativas que emana de la carrera. De esta forma, queda integrado en un sistema único la atención del tutor al estudiante en cualquiera de los espacios académicos y sociales en que se desenvuelve su vida universitaria. Lo planteado hasta aquí nos permite definir al tutor en la nueva universidad como un educador responsable de integrar el sistema de influencias educativas, cuyos modos de actuación se identifican con orientar en los distintos ámbitos de la formación del estudiante, promoviendo el crecimiento personal y el desarrollo de la autodeterminación; es quien acompaña al mismo durante toda la carrera, brindándole el apoyo necesario para la toma de decisiones ante los problemas, desde una acción personalizada.

El tutor debe a través de la labor educativa modificar el modo de actuación del estudiante y conducirlo hacia una formación en valores y principios acordes con nuestra moral socialista; por lo que entendemos que debe primar el ejemplo personal en todo momento. el tutor para desempeñar su labor formativa con eficiencia, debe demostrar el amor y compromiso como conductor del estudiante durante los años que dure la carrera, debe poseer habilidades comunicativas que le permitan establecer adecuadas relaciones interpersonales, mantener una actitud ética y empática hacia los estudiantes que le permita lograr aceptación y confianza por parte de los estudiantes. En estas condiciones el ejemplo personal, el liderazgo y la perseverancia del tutor con los estudiantes forman parte de las relaciones interpersonales que fluyen y se convierten en modos de actuación de los jóvenes universitarios en su trabajo cotidiano, en su estudio, su investigación, labor de extensión y vida sociopolítica, contribuyendo a la formación de una personalidad acorde con su futura vida profesional. De aquí, la importancia educativa del trabajo tutoral, impregnando las cualidades a sus discípulos que verán en los tutores el espejo de su futuro porvenir.

De esta forma, los tutores en su labor educativa con los estudiantes y en la utilización de los métodos y estilos de trabajo para la elaboración ejecución y evaluación de las acciones educativas individuales deben convertirse en líderes educativos, ejerciendo una influencia decisiva en esta labor a través del asesoramiento a cada estudiante en la búsqueda de las mejores opciones para cumplir con éxito tanto en el trabajo como en el plan de estudio.

Conclusiones

En los debates actuales relacionados con la calidad de la educación tanto al nivel internacional como nacional, existe el criterio generalizado de que la educación en valores es uno de los indicadores fundamentales para el logro de una educación de calidad y ese es un objetivo primordial en la enseñanza superior cubana.

En el caso de Cuba, los valores y la adecuada contribución a su formación ha sido un hilo conductor en la concepción de los planes y programas de estudios en todos los niveles de enseñanza durante los cincuenta y cuatro años de Revolución en el poder.) Una necesidad educativa del momento histórico nacional e internacional es lograr un modelo de hombre nuevo al que aspira a conformar la sociedad cubana.

.En la actualidad, constituye una tarea esencial la educación en valores para reafirmar y mantener valores que se han formado a lo largo de nuestra historia por lo que la atención a esta problemática, constituye una tarea de gran importancia para la sociedad cubana en el presente siglo XXI. Pues la continuidad histórica de nuestro proceso revolucionario depende de las nuevas generaciones aquí radica la enorme importancia que tiene el tema de los valores para el futuro de la Revolución.

El problema de los valores sigue teniendo vigencia por lo que el papel del docente y especialmente el tutor en la universidad cobra vital importancia. Podemos concluir diciendo que para educar en valores es imprescindible que los docentes sean capaces de irradiar con su ejemplo, transformaciones en la conducta de los estudiantes y que el tutor juegue su papel en la formación de sus tutorados.

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Autor:

Msc Ana Marìa Fernàndez Espinosa1.

Lic.Pedro Benavides Gonzàlez2

Lic. Ana Delkis Benavides Fernàndez3

Ing. Edelkys Benavides Fernàndez4

1-Profesora Asistente FUM Ciénaga de Zapata, Máster en Ciencias de la Educación, Licenciada en Español-Literatura.

2-Licenciado en Cultura Física, Técnico de Recreación Combinado 19 de Abril, Jagüey Grande.

3-Licenciada en Higiene y Epidemiología, Profesora adjunta Instructora, FUM Ciénaga de Zapata,

4-Ingeniera Industrial, Profesora adjunta Instructora, FUM Ciénaga de Zapata,

JUNIO 2013

FUM CIÈNAGA DE ZAPATA

[1] Martí Pérez, José. Obras completas, tomo VIII– La Habana: Editorial Pueblo y Educación. 1975. p.421.

[2] Ministerio de Educación. VII Seminario Nacional. 2007. p.7.