Descargar

Análisis: La naturaleza de la riqueza (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Lo que de Soto llama como "aquel" significado de capital, nosotros lo llamamos riqueza social; lo que él llama capital como sinónimo de dinero, nosotros lo llamamos indev, que es dinero, aunque categóricamente es otro dinero. La palabra capital implica una propiedad individual, privada, en tanto que la riqueza de un país es social; "capital" la descartamos de nuestro vocabulario, desde ahora y por siempre, puesto que una ciencia no admite términos fundamentales inexactos.

Siempre debemos considerar siempre que el ciclo económico empieza con la extracción, no con la reposición, por lo que ya se cuenta con el capital inicial que todo lo mueve; que no tiene nada de muerto. Sin trabajo no hay dinero, sin trabajo no hay producción, sin trabajo no hay beneficios, por más capitales que existan. Es más, sin trabajo no existe "aquel" capital ni en el capitalismo. Y sin consumo, ni el trabajo tiene sentido.

Lo que antes era llamado "capital fijo" es en realidad la riqueza artificial A, que sólo es una parte integrante de la riqueza total H, el respaldo del indev.

Un edificio, desde el punto de vista que nos da el ciclo económico, no es más que la devolución a la naturaleza de las materias primas que de ésta se tomaron, con el objeto de construirlo, como vivienda o como fábrica, un hospital o una universidad .Lo que se llamaba capital circulante  fondo de maniobra o fondo de rotación no es más que riqueza en sus diferentes formas, según su ubicación en el ciclo económico, que, incluso en forma de moneda, representa a la riqueza total, es la riqueza de la pachamama medida en indevs, es el propio dinero.

El indev no se vende ni se compra, sencillamente porque no existen sus dueños.

El dinero se utiliza solamente para ser lo que siempre debió ser: para no andar cargando vacas al hombro o llevar vino en el bolsillo. Por eso es que debe representar la riqueza de un país y su gente, puesto que en cierto sentido el indev representa, según sea el caso esa vaca o ese vino.

Todo habitante, en cualquiera de sus dos roles, puede obtener el crédito que solicite, sin más que explicitar su fin; esto último para evitar la competencia exagerada en lo productivo o en el consumo. Todo crédito individual para un hombre en su papel de benefactor, se otorgará según su ingreso natural. Lo mismo para cada uno en su papel de productor, porque al fin y al cabo los dos son papeles que cumple un mismo hombre. Ambos pueden utilizar diferentes tipos de garantías para aumentar el monto de los préstamos

.De allí se desprende, también, que ese monto estará en proporción directa del número de solicitantes. Si un benefactor no tiene suficiente ingreso para respaldar el préstamo, puede solicitar una garantía solidaria de otra persona; o, como productor, puede asociarse con otra u otras personas.

Las empresas o sociedades ya establecidas que soliciten préstamos para la inversión o reinversión serán atendidas como lo han sido hasta ahora, mediante el otorgamiento de préstamos respaldados por las diferentes formas de garantía que hoy se utilizan y por las nuevas que ya se han descrito y las que necesariamente aparecerán; A pesar de que el ahorro no otorga ganancias directas, quien deposite su dinero en un banco tendrá la certeza de cuánto será el "interés" que recibirá, mejor dicho y mejor llamado, su parte o porción correspondiente del aumento de riqueza. Ese depositante es también un habitante de la zona, como cualquier otro, por lo que recibirá todos los beneficios que se definan para el benefactor. Ese beneficio será definido por la sociedad, en la forma que esta haya elegido, según el porcentaje que se haya decidido trasladar como aumento real de la reserva social o como aumento directo del ingreso natural.

No obstante, el dinero, el indev, depositado o no, siempre valdrá lo mismo, en

cambio cada ingreso podrá aumentarse y así también lo hará la capacidad de

Ahorro de cada uno.

El poder de compra interno dentro de un período es siempre el mismo, pero en su comparación internacional siempre va en aumento. El indev, que es la moneda que acepta el ciclo económico natural, no tiene comparación con ninguna otra moneda. Si definimos su relación con las otras divisas según los principios de la teoría capitalista debemos decir que el indev no es una mercancía más, como "lo son" ellas. Veremos que la importación de mercancías que no colman alguna necesidad es un mal negocio, y cualquier moneda extranjera es una importación que cumple ambas condiciones: es una mercancía y, además, es una mercancía totalmente inútil para favorecer el ciclo económico. La tenencia de alguna de ellas no aumenta la riqueza de la zona; es más, es probable que su misma adquisición haya sido un perjuicio. Debemos decir que, objetiva y materialmente hablando, las monedas extranjeras de hoy no son mercancías, sino representaciones abstractas de un algo intangible, esto es, no son más que papel entintado y no encarnan nada; además, se devalúan continuamente.

La necesidad de moneda extranjera puede existir, por ejemplo, para visitar otros países o para complementar una importación; esto último es algo que no es deseable hacer: las diferencias en las "balanzas de pago" deben ser eliminadas mediante mercancías reales, materiales, tangibles, fruto del trabajo individual o social de la zona, es decir, mediante bienes con valor agregado.

Mientras haya trabajo, producción y reposición de riqueza, habrá enriquecimiento. Mientras hay enriquecimiento hay aumento del valor intrínseco del indev, mientras hay aumento de valor de lo que la moneda representa es porque hay beneficios; Hemos visto que no se descarta el uso de bancos. Ellos seguirán cumpliendo la función principal que hoy cumplen: captación de ahorro, el servicio de administración de diferentes tipos de cuentas y lo préstamos, a las que, seguramente, se le agregarán otras funciones nuevas.

Si suponemos el caso extremo en que un banco mantiene en su bóveda la misma cantidad absoluta de indevs, a medida que se aumente la riqueza natural de la zona habrá un proceso de revalorización continua de esa cantidad, en comparación con las otras monedas. Esa suma de dinero representará el mismo valor frente a sí mismo, pero tendrá un valor cada vez más alto frente a otras monedas. Así, concomitantemente, si se mantiene en la bóveda una suma de moneda extranjera, ese monto se irá devaluando conjuntamente en que ellas mismas se devalúan, y además, en la que se revalúa el indev con respecto a ellas. No es conveniente ni fructífera la acumulación de moneda extranjera.

No obstante, en un período dado, una zona tiene un crecimiento cuantificado (el producto social o medida del trabajo), medido en indevs o granindevs, y el crecimiento vegetativo de la población, por lo que seguramente habrá que seguir emitiendo, aunque a diferentes niveles o cantidades. Debemos reiterar que siempre aparecen nuevas necesidades, a medida que aparecen nuevos bienes. Y ellos, de por sí, aumentan la riqueza. Es lo que llaman un "círculo virtuoso".

El trabajo y el salario

El trabajo no es una actividad que de por sí misma satisfaga una necesidad, sino que es el único medio legal por el cual la mayoría absoluta de las personas pueden obtener su sustento. Mediante nuestra propuesta, el sustento imprescindible ya está garantizado. Así se logra que cada ser humano trabaje en lo que guste o aspira.

La actividad humana más visible es la que llamamos trabajo: es consumidora de horas de vida y es también productora de vidas. Pero cada hombre integra no solamente la cadena de producción social sino también y conjuntamente la cadena del consumo social. El consumo es un generador espontáneo de vida y es quién financia todo el proceso productivo que posibilita tal generación. Como se ve en los diagramas, la actividad humana tanto social como individual, se conforma de esa doble acción.

Hemos dicho que la humanidad tiene una doble manera social y laboral, de cumplir con el ciclo económico; La primera, mediante la creación de nueva riqueza que no existía previamente, y la segunda, mediante la reposición de lo que ha destruido. Esta doble reposición únicamente puede efectivizarla mediante el trabajo, y esa actividad duplicada que realiza como.

La humanidad, sin exclusiones, es y debe ser creadora, productora y benefactora, alternativa y simultáneamente. Es decir, todo hombre será a la vez productor y benefactor, todo hombre es un trabajador-consumidor.

El hombre si su ingreso natural ya definido no alcanza a cubrir una necesidad, la sociedad deberá aumentar ese mínimo u otorgarle facilidades que le permitan alcanzarlo: la satisfacción de toda necesidad es el fin de la economía. La sociedad no sólo está ahora habilitada para ello (tendrá de dónde recurrir), sino la factibilidad cierta de su posterior reintegro. La libertad es una sola, únicamente exige que todos empecemos desde la misma línea de partida y que cumplamos con las mismas reglas. Después, cada uno recibirá según su capacidad individual.

Un hombre puede tener una aptitud sobresaliente para una tarea específica, pero será de un nivel medio, o menor, para otra cualquiera, en tanto que otro hombre hará de ésta su tarea principal, la que desempeñará de una excelente manera.

La definición que importa es que cada productor recibirá el ingreso mínimo más los beneficios que su propia actividad le genere, esto es, recibirá el ingreso natural más el salario individual derivado del provecho que le genera su actividad. Cuando definimos el ingreso mínimo, quedó establecido que es un "piso" por debajo del cual no puede ubicarse el ingreso de nadie. Los ingresos de todos están en o sobre él.

La capacidad productiva de una zona debe estar relacionada directamente con las necesidades de sus habitantes, porque si una población es incapaz de generar la riqueza necesaria para lograr el bienestar de cada uno de ellos, no tiene razón de ser como sociedad.

edu.red

Como T es una constante, nos otorga una pauta de carácter funcional. Dentro de un mismo período, el valor de H lo podemos considerar también como constante, por lo que la fórmula del ciclo económico general, social, sólo la aplicaremos una vez por período. El pulso diario de la economía cambia según el factor R, Hallable a través de la fórmula de la riqueza propia de la zona, R = N + A.

Los cálculos efectuados mediante el uso de la fórmula de la riqueza propia alcanzan para conocer el estado de la economía dentro de un período en una frecuencia más cotidiana.

Nt

At

Ra = Nt +

At

R" = R +

Ra

%

% Acum

1er mes

0.08 :

0.18:

0.26:

62.260:

0.04 %

0.04 %

2do mes

0.11:

0.83:

0.94:

63.200:

1.51 %

1.93 %

3er mes

0.09:

0.39:

0.48:

63.680:

0.76 %

2.71 %

Aquí se ven los primeros tres meses del período actual de un país hipotético. Las columnas muestran cuánto ha aumentado cada una de las riquezas que se establecen en el encabezado: Nt, At y Ra representan los aumentos del período en curso, en tanto que R" es el aumento general de la riqueza propia del país, suponiendo que la riqueza acumulada hasta el período anterior haya sido de 62 Millones. Todas las cifras dadas en este ejemplo se representan en millones de granindevs; son absolutamente arbitrarias, y sólo se muestran para explicar el cálculo cotidiano del estado en que marcha la economía. No obstante nos dicen que el primer mes la economía solamente aumentó un 0,04% en relación al año pasado; el segundo mes la riqueza subió un 1,51% con relación al primero, por lo que no fue un mes malo, lo que representa un 1,93% de riqueza acumulada en esos dos meses; la tercera nos dice que fue un mes de baja productividad, subió sólo un 0,76% en relación al segundo, haciendo que la riqueza acumulada ascendiera al 2,71%. Han sido regulares, uno bueno y dos malos, pero se ha aumentado la riqueza total, y con ella, el respaldo de la moneda.

Existe un ingreso mínimo social, pero no existe un salario individual mínimo. Éste depende del merecimiento de cada trabajador, el que, a su vez, posee la total y verdadera libertad de decidir si lo acepta o no: cada trabajador ya tiene garantizado su ingreso natural que le permitirá no sufrir necesidades apremiantes, con tiempo suficiente para encontrar el trabajo que anhela. Cada sociedad debe fijar el máximo de horas de trabajo, y ese máximo debe tender a ser cada vez menor, como una de las formas de evitar el desempleo. Pero esa no es su función principal, sino que es la de permitir que cada trabajador, cada productor, en libertad, pueda disfrutar de sus derechos adquiridos como benefactor, su otro rol fundamental. Ambos roles deben equilibrarse: trabajar para vivir y no vivir para trabajar. El disfrute de las horas libres, el esparcimiento, que es la forma más común de disfrutar un ingreso mayor que el mínimo, hace que la economía humana funcione. El ciclo económico indica que debe permitir al benefactor el acceso a todo lo producido, tanto a través de un poder adquisitivo suficiente como mediante la disponibilidad del tiempo necesario para poder alcanzarlo.

El ciclo económico señala que los costos van en el sentido de la producción, en tanto que los ingresos vienen en el sentido opuesto, en el sentido dado por el consumo, el de los beneficios. De allí que los salarios no pueden considerarse como costos, y no los integran.

El derecho a recibir el ingreso natural consiste en el simple hecho de haber nacido, porque el hombre nace siendo un benefactor. La aparición de una nueva vida es, por sí misma, un aumento de la riqueza social; mientras vaya viviendo irá produciendo y consumiendo, lo que también irá aumentando tal riqueza. La obligación que conlleva ese derecho es la de reponer y hacer reponer la magnitud de riqueza que ha sido utilizada para darle posibilidad a esa vida y al valor de ese ingreso natural.

Cada habitante nace con ese derecho y con la obligación de ejercer una actividad que reponga riqueza de algún tipo, tangible o intangible, a través de cualquiera de los módulos A o N o mediante el factor T. Esto cumple con uno de los objetivos de la humanidad, y por lo tanto de esta economía: la liquidación definitiva del desempleo. A su vez, el arribo de un extranjero lo convierte en un habitante más, en un benefactor más, mientras esté residiendo en el país del ciclo económico.

El ingreso social general, el valor representado en el factor T, es una cantidad concreta, específica, una cifra que representa por definición todo el trabajo de la sociedad, pero que también debe representar, necesariamente, la riqueza social mínima anual que los habitantes de ese espacio vital tendrán que generar para mantener el valor de H, la riqueza total: esa cantidad T es la medida macroeconómica del ciclo, y tiene la particularidad de que, cuando se mide en granindevs, es igual al número de habitantes. Está relacionada al ingreso mínimo, al patrón I, el que recibe cada uno de ellos en forma individual y el que les permite ir satisfaciendo todas sus necesidades.

El estudio del ciclo económico nos dice que la producción de bienes tiene el objetivo de satisfacer las necesidades de consumo, las necesidades del hombre en su papel de benefactor, por lo que no es un fin en sí misma. No es la única tarea a realizar. Esa producción tampoco tiene como fin un beneficio directo y único a través de las ganancias derivadas de su venta, sino que conjuntamente lo tiene a través del propio hecho de su consumo: única actividad que genera los beneficios individuales de cada productor, los beneficios sociales generales y los beneficios a la naturaleza, derivados del benefactor mediante el pago de su precio. El mismo productor, a su vez, como benefactor, como integrante de la sociedad, está obteniendo siempre el ingreso natural que corresponde a todos.

La generación de riqueza es un logro social. Es social la obtención de sus frutos. Y la distribución de ella también debe serlo. Por ello es que todos, absolutamente todos los habitantes, tomados individualmente, tienen derecho a alcanzarla, y la sociedad en su conjunto el deber de garantizarlo, organizarlo y realizarlo.

Esa riqueza total H es el respaldo del indev, mientras que la riqueza propia R, en forma de indevs y en su totalidad o no, es la que será distribuida en la sociedad como ingreso natural de cada habitante, lo que permitirá que ese motor comience a empujar la máquina de la economía. Una vez puesta en movimiento, el trabajo T del hombre y su capacidad creadora y transformadora la irá acelerando hasta alcanzar la velocidad que la propia sociedad considere necesaria, y que, una vez alcanzada, ya no habrá fuerza que la detenga. A través del factor T se transforma N en A, creándose una nueva A, At, y se repone la riqueza N consumida, quizá aumentada, Nt. Una vez puesta a andar, si y sólo si se cumple con el ciclo económico, todos los integrantes de este ciclo la irán ajustando a sus respectivas necesidades y gustos, incluso caprichos, sin necesidad de manos negras o impedimentos de clases sociales.

Cada niño que nace aumenta la riqueza de la zona, aumenta N y por ende R, y por pertenecer a la especie humana, desde ese comienzo es un benefactor y un productor de bienes intangibles, y un día será un trabajador y aumentará el valor del factor T. Con todo esto, aumenta la riqueza total Cada niño cumple su consecuente deber estudiando y creciendo sano. Cada niño merece y tiene el derecho de recibir el ingreso natural I, porque cada uno es un nuevo benefactor y lo será durante toda su vida. Cada niño que nace debe tener asegurada su existencia, no ya como niño, sino que debe tener toda su vida asegurada, como niño, adulto y anciano. No hay mejor forma de proteger y hacer eficiente la economía.

La sociedad deberá y podrá darle a cada habitante, desde el nacido más reciente al anciano de mayor edad, un ingreso de monto único o un ingreso variable o escalonado, según lo determine ella misma.

Cada trabajador tendrá asegurado su ingreso natural que le permitirá moverse con toda libertad para buscar y conseguir el trabajo que para él sea el mejor o el más conveniente, y a través del cual aumentará sus ingresos. Cada empleador tendrá la posibilidad de acordar con sus empleados el monto del salario que percibirán por esa actividad, también en libertad. Podrá pagarlo por o como reparto de las utilidades obtenidas al cierre del ciclo, indiferentemente. No obstante debemos reiterar que todo salario integra los beneficios de la actividad que se refiera, nunca se pueden considerar como costos. Si el empleador paga el salario desde su propio dinero, no quita en absoluto la idea de que ese salario se deriva de las utilidades generadas por la actividad que él y su empleados realizan. Damos por seguro que eso no desequilibra ninguna contabilidad, puesto que simplemente, aunque se agrega una "disminución" de beneficios, también se elimina un costo.

Así, cada hombre tomado individualmente podrá dedicarse a la actividad que más quiera o que más guste, y la sociedad en su conjunto podrá dedicarse a la construcción de una civilización única, de una potencialidad hasta ahora nunca alcanzada, aunque imaginada e imaginable. Compartible.

La competencia y el mercado, la oferta y la demanda

El mercado es definido a priori como la porción de la sociedad, integrante de un Estado nacional, que en un momento cualquiera está intercambiando mercancías y servicios Se ofrecerán mercancías mientras se haya necesidad de las mismas y no será establecido por el benefactor sino por la sociedad entera.

La necesidad de algo que aún no existe es para esta economía y su sociedad un reto, un desafío a vencer. La competencia entre productores cabrá cuando ya no existan necesidades que saciar, sino solamente gustos y caprichos. Esa posibilidad se alcanza más pronto de lo que se piensa, más rápido de lo que se cree y más fácilmente de lo que se sueña.

El desempleo no puede existir, por lo que no habrá competencia entre desempleados, terminándose así con otra manera de usurpación del poder adquisitivo, que no fue nunca otra cosa que la apropiación de beneficios sin devolución ni generación de riqueza.

Demanda no es más que las necesidades, gustos o caprichos que tiene el benefactor y que aún no se han satisfecho. En tanto que la "oferta" son los diferentes bienes que el productor ha puesto en venta. Generalmente están directamente relacionados con las necesidades actuales del benefactor. La significación de ambas palabras, demanda y oferta, sólo tiene sentido si el benefactor tiene un poder adquisitivo tal que haga que estas realmente existan.

En definitiva, la aplicación de este sistema asegura la existencia de un mercado libre, pero en un nivel de desarrollo mayor, mucho más alto del que dicen haber alcanzado los neoliberales. Porque no solo permite la libertad del oferente sino la verdadera libertad del demandante al darle a este la única herramienta que le permite alcanzarla: la seguridad absoluta de que ya no tendrá necesidades pues contará con un nivel adecuado de ingresos, avalado por un poder adquisitivo certificado

Importación y exportación

Este tema es donde se comete mayor cantidad de errores la economía primitiva, donde más se nota su origen místico. De allí que el ciclo económico se vuelve muy delicado de comprender, quizá frágil, para aquellos que conciben lo económico, por ejemplo, según la visión neoliberal. El ciclo necesita que se deje a un lado la liturgia primitiva en el tema del comercio exterior, para percibir en su debida forma varios de sus principios.

Viene al caso hacer notar la diferencia de conceptos entre valor y precio. Mientras que el ciclo nos dice que el precio es el costo social de producción de una mercancía, su valor está dado por el nivel de necesidad social que de ella exista y la forma en que la satisface. Sus magnitudes pueden coincidir o no, y su relación está basada en una función no proporcional; el valor relativiza al precio. Para los neoliberales son la misma cosa.

En verdad, en el capitalismo, el valor de la riqueza está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. Para el ciclo económico también; pero agregando que el trabajo social es una necesidad colectiva, cuyos frutos han de satisfacer las necesidades del benefactor. Así, el valor de la riqueza está determinado por la necesidad social, productora reponedora y consumidora-reponedora.

Siempre se ha sabido que ningún país puede progresar si necesita importar lo que consume, por la sencilla razón de que, si requiere hacerlo, es necesariamente un país que no genera riqueza; pero tampoco se desarrolla si la riqueza que genera la exporta; o mejor dicho, si tiene como fin primordial el exportar su producción. Sólo puede exportarse el excedente, lo que no se necesite. Si es que lo hay. La producción excedentaria puede planificarse; puede utilizarse para importar, a cambio de ella, lo que se esté necesitando.

Se ha dicho ya que la exportación no es una meta de esta economía. Y aún más, es totalmente prescindible para el país que la utiliza. La riqueza existe en su interior (mídase en la moneda que se mida): esa riqueza es la conjunción de la que existe en su naturaleza y en la generada y transformada por la actividad de su gente; si por alguna razón estas dos variables aún no han podido colmar alguna necesidad puntual, los habitantes del país deben (y con ésta propuesta pueden, ésa es la diferencia) promover la forma para crearlas por sí mismos, sin tener que endeudarse externamente.Pero su exportación implica una extracción real de riqueza al módulo N, (por lo tanto al factor R), una disminución innegable de ella –sino destrucción definitiva-, restándole valor a la riqueza social H, al respaldo del indev, sin que sea posible suplir o reponer esa quita. Al no tener valor agregado, tampoco mejora al factor T, el multiplicador de la riqueza. Ya de por sí, esto demuestra cuán perjudicial es la exportación de riqueza, pero es mucho más pernicioso aún por lo que generalmente se obtiene a través de una exportación: moneda extranjera.

La única solución posible a este dilema de la exportación de materia prima (a un país capitalista, por ejemplo) es el trueque por otras materias primas, o por mercancías ya elaboradas que suplan una falta propia. De aquellas ya hablamos, y éstas porque suplen una necesidad cierta, una verdadera necesidad de consumo, objeto de la economía. Para el ciclo, la exportación sin trueque no es un comercio justo, porque se reciben monedas sin ningún valor que no suplen necesidades sociales- a cambio de riqueza social verdadera

Si una mercancía de origen nacional es muy solicitada desde elextranjero, podremos intercambiarla por materias primas u otros insumos quehagan falta. O, en todo caso, por mercancías elaboradas que no puedan producirse aquí. La otra posibilidad es que el otro país utilice también el mismo sistema económico que el "nuestro", caso en el cual el trueque es la única forma posible (además de ser la natural y justa), de comercio entre ambos; debemos considerar que el uso de ambos indevs como "medio de pago o intercambio" no es más que otra forma de trueque, pues ellos mismos no son más que el uso de un patrón de medida (como pueden ser las toneladas, por ejemplo): el uso del indev es en sí mismo un trueque de mercancías, no intermediadas por él sino medidas por él.

El sistema que estamos proponiendo, tal como se ve, no promueve la autarquía, esto es, aislar económicamente al país que la utiliza de los demás países. Lo que busca es el cumplimiento efectivo del ciclo, de que no haya un perjuicio directo a la economía del país, ni que ningún país sea más favorecido que otro. En definitiva lo que busca es que bajo sus principios se realice todo comercio internacional, libre y beneficioso, es decir, justo.

El precio de una mercancía de origen extranjero (desde un país con una economía diferente a la que se propone, capitalista por ejemplo), nunca es más barato o más caro que una mercancía igual o similar de origen "nacional" (el alimento que cita Ramales, por ejemplo). En primer lugar porque no existe forma irrebatible, clara y justa, de comparar sus precios; por lo tanto no puede existir una verdadera "competencia". Pero mucho menos aún de comparar sus valores: el valor de lo "nuestro" siempre es mucho mayor. Es así, de manera fundamental, porque ya no tiene sentido comprar más barato o más caro, sino cumplir con el ciclo económico: el reponer y aumentar riqueza, de satisfacer necesidades de los consumidores. Y para que se alcance un ingreso razonable.

Venezuela no se beneficia comprando fuera una mercancía competitiva deprecio menor; se beneficia produciéndola, sin considerar su costo social de producción, pues éste se transforma, siempre, en un beneficio general al seradquirido por el benefactor: el valor de un bien sólo existe (es y está) a través de quien lo consume o usufructúa.

El beneficio sólo puede lograrse mediante la compra de la producción nacional, o importándola desde un país que también utiliza la economía cíclica. Si estas dos maneras no son posibles, hay que disminuir los inevitables perjuicios que provoca la importación desde una economía diferente, por intermedio de convenios bilaterales o multilaterales que permitan laimprescindible concreción de ese ciclo económico unívoco para cada tipo de mercancía. Para esta economía no importa en absoluto lo caro o lo barato de un artículo sino la necesidad que intenta satisfacer: no importa su precio ni su origen, sino su valor.

El costo social de producción de un bien (lo que se llama su precio de venta o, mejor dicho, su costo de compra), al ser pagado por el benefactor se transforma en un beneficio social, en un aumento de la riqueza de todos. Pero sólo si ese artículo integra el ciclo económico, esto es, si tiene un precio de venta que realmente representa su valor social. El valor de un bien relativizasu precio. Es el benefactor quien modifica el signo, de negativo a positivo, de la cifra que representa el precio: de costo individual lo transforma en beneficio social. Lo indica claramente el ciclo y los dos sentidos que éste posee.

La importación es un comercio necesario porque "ninguna nación, ni ningún individuo, es completamente capaz de producir todos los bienes que requiere para sobrevivir", pero el ciclo nos dice que debe realizarse para suplir una falta cierta, falta que puede ser considerada como necesaria o muy necesaria para el benefactor al que está dirigida, o para el productor que la utilizará como insumo. Nunca porque tenga la característica de ser más "barata". Porque si no suple una falta real, el ciclo indica que es puro gasto, pura especulación, puro perjuicio, por más asequible que pueda parecer su precio. Si no satisface necesidades existentes su valor es nulo, por lo que su precio siempre será exageradamente alto. Importar bienes no necesarios están mal negocio como comprar ceniceros para motocicletas; por baratos quesean no tienen valor.

Para los países que no practiquen la economía de ciclo económico no existirá un perjuicio o un beneficio distinto por comerciar con uno que sí la utilice. La importación y la exportación se unifican en el criterio de "comercio exterior", cuyo resultado no debe ni puede perjudicar a ninguna de las dos partes que lo integran. Esa es la primera regla que debe aceptarse. Y como la forma más directa y efectiva de perjudicar esta economía es no cumplir el ciclo económico, nada que no lo cumpla puede beneficiarlo.

Resumiendo, la exportación de materias primas casi todo está integrado por ellas- es perjuicio puro, si no son intercambiadas por valores similares y equitativos. La importación de ellas es aumento de riqueza, cuando cumpla con las condiciones de suplir una falta o una necesidad y si su adquisición cumple efectivamente con el ciclo económico propio de ella. Toda materia prima útil importada ingresa al ciclo económico por la única "puerta de ingreso" válida, esto es, por el inicio, porque suple una extracción.

En cuanto a la importación o exportación en general, de cualquier tipo de mercancía, por ser estas tan variadas, deberá definirse en forma particular su carácter de beneficio o perjuicio, mediante la revisación de los respectivos ciclos que les atañen y la necesidad que cubren o intentan cubrir ellas mismas, esto es, si cumplen o no con el sentido original del ciclo económico: si lo ingresan y/o lo culminan sin generar un perjuicio. De allí que el control de estas condiciones debe ser muy estricto: debe verificarse plenamente ese cumplimiento.

Para los productores nacionales es mucho más redituable el "mercado interno" que la venta al exterior, puesto que la población tiene suficiente poder adquisitivo como para pagar un buen precio por sus productos; quizá el precio internacional, quizá más que ese precio, por poseer ahora un verdadero poder adquisitivo, un poder de compra disfrutado, conocido y garantizado por los mismos productores. Si el precio internacional de la mercancía que venden, por un motivo cualquiera, es más alto que el "nacional", la sociedad debe acomodar su precio límite máximo a esta nueva realidad: porque ése hecho nos indicaría que tal límite no ha sido bien calculado, o que se estaría cometiendo una injusticia con "nuestros" productores. A su vez, si el motivo de tal desfasaje es que el poder de compra de la población no llega a ser el suficiente para pagar un precio justo, existe no ya la posibilidad sino la obligación de elevarlo al nivel necesario. No olvidemos que no importa el precio de una mercancía, sino su valor.

El precio se conforma para todos y cada uno de los productores integrantes del ciclo económico de dos partes, representadas cada uno en los dos círculos del diagrama siguiente: uno representa los costos y el otro los beneficios; ambos son generados, formados, concebidos, durante y por intermedio de su proceso productivo, es decir, del trabajo que lo crea: nunca en el momento de su venta; en ella ya se encuentran todos definidos. Lo que produce el bien es el trabajo, y este se mide y se paga mediante los diferentes beneficios contenidos en ese precio: la intersección de esos dos círculos es la parte que representa ese trabajo, puesto que esa misma producción es la que genera los costos necesarios y la que agrega los beneficios esperados.

El diagrama también nos indica que el costo social de producción de una mercancía (es decir, su precio), está compuesto principalmente (en un sentido cualitativo, no cuantitativo) por el trabajo social que se necesitó para producirla. No nos confirma mucho: sólo el hecho de que nada puede crearse si no es mediante el trabajo.

edu.red

Ahora bien, hemos dicho que los salarios (a través de los cuales se mide esa cantidad de trabajo contenido en el bien) se obtienen desde los beneficios generados por su venta, representados en su totalidad por el círculo B, completo, incluyendo la intersección con C. El círculo C nos muestra los costos totales de la mercancía. Pero ¿la intersección de C con B no nos indicaría que esa parte de los beneficios también son costos, contradiciendo lo antedicho? No existe contradicción, puesto que para cada uno de los productores de la cadena productiva de esa mercancía, los beneficios del productor anterior no son más, para él, que otros costos. El comprador de un insumo (una mercancía intermedia del ciclo) es una especie de consumidor, que recibe un bien cuyo precio es todo costo.

En cambio, para el consumidor final (el benefactor), los dos círculos son uno solo: es un único circulo C; para él, el precio de la mercancía es todo costo. Lo que nos ayuda a entender este diagrama es que los conceptos de costo y beneficio siempre se han caracterizado por ser relativos: dependen del punto de vista de dónde se los mire, y si los miramos desde la óptica de cada uno de los productores tendremos una manera de verlos por cada uno de ellos. Por lo tanto, es una observación oscura y sin precisión, contraria a la rigurosidad científica. Debemos mirar desde un punto de vista fijo y claro. Decimos entonces: primero, que hemos fijado un punto de vista, el del benefactor, porque este es uno e indivisible. Segundo, que el precio de una mercancía es el costo social necesario para su producción, que comprende no sólo costos propiamente dichos, sino también los beneficios de sus productores.

Para el consumidor, desde su punto de vista individual, el precio de un bien es lo que a él le cuesta comprarlo; es costo. Su valor es el beneficio que le brinda o brindará ese mismo bien, a veces al adquirirlo o poseerlo, otras al consumirlo o usufructuarlo. Son conceptos separados, casi opuestos, casi antónimos. Él es incapaz de modificar el precio; en cambio el valor del bien sólo puede ser dado por él, ya sea comparando el costo del bien con su propio ingreso o con la necesidad que tenga de ese bien, o con una combinación de ambos.

edu.red

En el aspecto social, cuando un país importa una mercancía el precio que paga por ella es todo costo; el país asume el rol de un benefactor colectivo. Si la necesidad de ella es alta, su valor (en este caso, valor social) será alto, independientemente del precio que se pague por ella. El Uruguay, país que no posee petróleo, tiene una necesidad imprescindible de él, lo que le da un valor alto, mayor de lo caro, o más caro, que pueda estar su precio. No sucede lo mismo con Venezuela; quizá para este país la necesidad de carne (su valor) sea mayor que en Uruguay, indiferentemente de sus precios.

De esa manera, como la necesidad del producto lo torna imprescindible (valor elevado), el ciclo indica que se asumirá su precio, aunque este sea alto. En cambio, si no existe necesidad de ella, su valor será bajo o nulo, independientemente de su precio. El costo de importación de una mercancía innecesaria, aunque sea bajo, es una pérdida absoluta: si en Uruguay no existe la necesidad de importar carne, ¿para qué se importaría? ¿Porque es más barata? La riqueza con forma de precio que se pagaría por ella se iría a otro país, para nunca más volver. En tanto que la carne que se posea (riqueza real) la desperdiciaría, y con precio alto.

El precepto es, entonces, que el valor de importación de una mercancía su necesidad es lo que mide el motivo de efectuarla: no lo hace su precio. Este sólo puede incidir cuando se comparan dos mercancías que satisfacen la misma necesidad objetiva y que, evidentemente, tengan diferente precio. Pero en especial que no compitan con la producción nacional. Porque la necesidad no sólo existe para comprar un bien que nos hace falta, sino que también existe para vender el bien que hemos producido, para transformar su costo social en beneficio social.

Lo que se debe tener en cuenta con todo lo dicho, básicamente, es que la diferencia entre las naciones o entre las personas, al fin y al cabo, sólo está en el poder adquisitivo de cada una; está en la capacidad social de compra,. Ésta es una variable que se torna en definitoria. Si todos los habitantes de un país tienen un buen poder adquisitivo, queda a su criterio el qué, el cuánto y el dónde comprar. Queda entonces en una decisión individual y subjetiva de cada uno de sus integrantes la resolución de su necesidad; es decir, de su valor. Si su capacidad adquisitiva es baja, pierden totalmente la posibilidad de elección: compran lo que pueden, cuanto pueden y donde pueden. Como conclusión, el sentido económico social del valor de un bien está condicionado por el peso del poder adquisitivo de la población, más que por la necesidad que por él pueda tenerse. El orden del valor queda establecido así: poder adquisitivo mayor que la necesidad de un bien, su necesidad mayor que su precio.

La calidad propia de un producto o la calidad en que satisface una necesidad (el nivel de satisfacción que logra), también pesa en esa decisión e integra el valor, objetivo o subjetivo, de esa necesidad. Los capitalistas y el concepto deformado de calidad que ellos tienen lo incluyen en el precio. Es más, generalmente lo derivan de él: "algo más caro es algo mejor". Desde las últimas décadas la calidad de una mercancía se atribuye en forma publicitaria, arbitraria, generalmente ficticia o no comprobada, y los costos de esa misma publicidad son incluidos en su precio de venta, aumentándolo. El propio consumidor paga el costo de la ilusión de calidad que le hacen tragar. El concepto de calidad se ató a una marca o grifa, y ella, generalmente, se la usa para dar un precio mayor que el justo.

Ellos dicen que el valor que tiene una mercancía para un consumidor es subjetivo. Es que no han podido rebatir la demostración ya antigua de que, en el capitalismo, el valor está dado por el costo social de producción: la cantidad de trabajo social –esfuerzo físico, esfuerzo mental, trabajo y conocimiento contenida en él (más la característica que agregamos nosotros, de que esa cantidad de trabajo social se expresa en su costo de reposición) y el nivel de necesidad (social o individual) que existe por ese bien. Todas ellas no tienen nada de subjetivas. De esta manera oficializan y generalizan la falsa versión del vendedor, la que dice que valor y precio son lo mismo. Para el vendedor pueden ser sinónimos, para el comprador son ciertamente antónimos.

Estas aclaraciones se hacen necesarias para demostrar cuán equivocada es esa visión del comercio en general y del comercio exterior en particular, que tienen los economistas. El comercio exterior en el que interviene el indev -en el comercio del ciclo económico-, no se cumple aquello de que es más conveniente comprar más barato y vender más caro, como ley absoluta; para el indev es una situación relativa y no es ley. No importa para nada el precio de una mercancía que se necesita importar, sino su valor, que está dado por esa misma necesidad, esto es, si suple la falta de una materia prima o es una mercancía que no se puede producir "aquí", de la que la población carece.

En la economía primitiva, los conceptos de caro o barato están atados al precio de venta, pues se los mira exclusivamente del lado del vendedor. El ciclo los liga no sólo al precio de una mercancía (su costo de compra) sino a la necesidad que de ella tiene el hombre y al poder adquisitivo que éste posea. No se puede incidir directamente en el valor de la necesidad (sólo el benefactor puede hacerlo y dárselo), pero sí podemos incidir en el precio de la mercancía que la satisface y en el propio poder de compra de la población.

Como método para el análisis, siempre se toma el punto de vista del benefactor, pues es el punto de vista de toda la sociedad, incluidos todos los productores. Naturalmente, ese método no nos inhibe de estudiar las relaciones económicas de los demás integrantes del ciclo. Por ejemplo, nuestra propuesta libera al productor de todo control para fijar los precios; cada productor resuelve por sí cuál ha de ser el beneficio que obtendrá por lo que produce. Y aún más, puesto que puede aumentar el precio de venta del bien que produce cuando lo mejora. Ahora bien, este aumento tiene un límite: es totalmente libre dentro de ciertos límites, tal como lo es el hombre mismo.

En el comercio exterior ya no es aplicable aquel concepto de carestía o baratura de una mercancía. No existe la forma de calcular su calidad de "caro" si lo que se vende (o lo que se da como pago de una importación) es riqueza, y si lo que se obtiene a cambio no lo es. Lo que realmente importa es si se podrá o no reponer la riqueza extraída para la producción y la venta, o si la mercancía comprada suple o no una necesidad. Lo valedero es si ambas permiten o no el cierre del ciclo que en que interfieren directa o indirectamente.

Cada país extrae materia prima de su riqueza natural y esa riqueza se aumenta y se repone mediante la actividad de sus trabajadores, que viven y consumen en él: es un producto nacional. Si el fin de esa producción es obtener ganancias, la obtención de lucros sin importar las necesidades (como lo es en el capitalismo), es mucho mejor que esas ganancias permanezcan, se queden y muevan dentro del "reino". ¿Por qué insisten entonces en las "virtudes" de la importación competitiva? Porque, ya lo vimos, la obtención de beneficios por intermedio de la actividad legalmente reconocida, la que se alcanza a través de la producción, ha dejado de ser la fuente de beneficios más importante para el capitalista neoliberal: ahora es más importante la "actividad" que genera beneficios a través de la especulación.

No es lo mismo para el conjunto de la población, para la economía, el ahorro verdadero que los gastos irrecuperables. No es lo mismo la pérdida definitiva que los precios altos.

El dogma de los beneficios individuales inmediatos de dudoso balance final no puede ser más fuerte que la realidad de los ahorros y beneficios sociales a un plazo más largo, fácilmente demostrables. La economía únicamente depende del poder adquisitivo de la población. Los precios altos son secundarios cuando el poder adquisitivo es bueno.

La enorme cantidad de fábricas cerradas (y otros muchos medios de producción) en nuestros países se deben a que sus propietarios se pasaron de la producción a la especulación, incentivada por las ganancias fáciles, y sustentada por las políticas neoliberales. Y esto no se debe a que obtuvieran más beneficios importando que produciendo, aunque para algunos fue así sino porque el lucro especulativo es más directo, más manejable y no paga impuestos. Mientras es fácilmente calculable el dinero definitivamente perdido por el pago de las importaciones realizadas, es imposible calcular el costo social que ha tenido este cambio de "actividad". Lo que favoreció a las "familias" de ellos no favoreció al "reino", concluyentemente.

La propiedad y otros valores

Sobre el origen de la propiedad dicen los economistas actuales: "Por ejemplo, la defensa de los derechos de propiedad sobre la tierra parece ser la forma en que se manifiesta en la especie humana la territorialidad tan común entre los restantes mamíferos y muchas otras especies. Uno de los atributos necesarios de la propiedad es la publicidad, el que "los otros" puedan reconocer que se encuentran ante una propiedad ajena. Como sabemos, los animales territoriales etiquetan su territorio mediante marcas olfativas, visuales y sonoras al igual que nosotros lo hacemos mediante letreros. Además no sólo saben interpretar las etiquetas dejadas por otros, sino que su comportamiento varía totalmente si están en un territorio propio o en uno ajeno."

Desde la óptica que nosotros debemos tomar, la económica, todo animal, incluso el hombre, es un cuerpo que necesita ocupar un lugar en el espacio. Desee lugar y su entorno es de donde obtiene su sustento, que en definitiva es lo que defiende. Un perro domesticado con su comida en el plato la defenderá hasta de la mano que se la brinda, pero no es serio pensar que ese animal considere al plato como su propiedad o su territorio: no defiende al plato sino su contenido. Una vez el plato quede vacío, ya no tendrá para él valor alguno. Lo mismo sucede con todos los animales, incluso el hombre primitivo. Aquellos que son territoriales y marcan una zona, no lo hacen en el sentido capitalista de propiedad, sino que la marcan para evitar que otros animales de su misma especie le quiten su sustento –en su forma de obtención de alimento, de la posibilidad de procreación que este le brinda y las demás seguridades, formas de sustento que se ubican dentro de un territorio, el que comparten con otras especies y a las que no se lo "expropian", como pretende hacer el ser humano con sus congéneres y las demás especies. Ellos no marcan el "plato" sino que marcan su "contenido". Si de esa zona no pueden ya obtener su sustento, la abandonarán sin dudarlo, corriendo el riesgo de ingresar en territorios con su "contenido" ya marcado por otros. Y lucharán por él, invasores e invadidos, ¿esto es lo que los defensores de esa idea esperan que el hombre racional haga? No es razonable ni de hombres racionales pensar de esa manera: el hombre tiene más capacidad para entender y hacer entender de dónde en realidad proviene su sustento.

Dentro de los sistemas económicos de clases antagónicas que han existido, el derecho de propiedad sobre cualquier bien tiene por base fundamental la propiedad sobre el dinero; el derivado de aquel "sobrante "original. Esta es la propiedad que sus poseedores utilizan como base explicativa de sus privilegios; es más, basan todo ese "derecho de propiedad "en la adquisición, directa o heredada, que realizan por su intermedio. Aunque los tecnócratas no gusten de esto, debemos decir que el concepto popular de capital es un neto sinónimo de dinero, y es también la definición exacta de él en el capitalismo. El dinero es el capital, y tiene sus escasos dueños. Dice el mayor estudioso del capitalismo, Carlos Marx: "El dinero en cuanto dinero y el dinero en cuanto capital sólo se distinguen, en un principio, por su distinta forma de circulación". El indev no es "capital" ni tiene dueños, mucho menos "escasez" de ellos.

De aquí se desprende que la explotación de riquezas no reponibles, o de muy difícil reposición, hacen que su explotación y el derecho a ella sólo puedan cumplirlo y aceptarlo la sociedad en su conjunto.

La forma de propiedad privada o no- de lo que se conoce como medios de producción es indiferente para esta economía, mientras su explotación ejecute el único requisito indispensable del cumplimiento del ciclo, esto es, mientras el propietario concrete continuamente el factor T, la creación de riqueza artificial A que le corresponde y la reposición de la natural N en la que esta se basa. El ciclo económico obliga a toda la sociedad, por intermedio de sus directos responsables que son los usos fluctuantes de esos medios, a cumplir necesariamente con la reposición de la riqueza extraída. De allí que si un medio de producción no es explotado como tal, es un perjuicio absoluto para esa economía y por ende para esa sociedad. Un medio de producción ha de ser un medio de producción, no un paisaje telúrico.

No existirán más campos inexplotados o fábricas cerradas por sus dueños, sino el abandono de esos medios de producción por parte de sus fluctuantes; esto parece una sutileza, aunque en realidad es fundamental. Porque una fábrica abandonada no es una fábrica cerrada: podrá volver a producir mientras haya interesados en reactivarla. Un medio de producción debe producir, si no deja de ser lo que es. Y lo que no es lo que debe ser, no tiene sentido económico, ni ningún otro. El rol de productor existe cuando un hombre realiza un trabajo, mediante el uso de un medio de producción, que produce y repone riqueza, la que implica un esfuerzo especial para lograr la necesaria reposición, y ese rol lo hace de una manera directa pero nunca automática. En cambio, en el papel de benefactor lo logra automática e indirectamente: no necesita de un esfuerzo especial más que el de adquirirla.

En tanto que todo aquello que sea un medio de producción de cualquier bien que necesite ser consumido socialmente, pasa a ser posesión en usufructo del productor (que por lo tanto no es un benefactor) que lo adquirió, a condición de que, con su uso, éste cumpla con el cierre del ciclo económico, pues en ese cumplimiento se basan sus derechos y sus obligaciones. Para el ciclo ha de ser así, puesto que el manejo de un medio de este tipo genera responsabilidades que pueden hacer correr el riesgo de irreparabilidad económica, anteriormente definido. Todo medio de producción es también un medio de reposición y ninguno de los dos completa el ciclo que le concierne en forma automática.

El Estado

"La aplicación práctica de estos principios dependerá siempre y en todas partes de las circunstancias históricas existentes…", decimos junto a Marx y Engels, pero agregando que cada sociedad se dará a sí misma las herramientas que considere oportunas, sabiendo que, aunque existe lo racional y momentáneamente imprescindible, nada es eterno. Especialmente en la forma de Estado que cada sociedad quiera darse. Para el indev el Estado tiene que cumplir un rol que es exactamente el opuesto al que proponen los neoliberales: su papel fundamental consiste en el control, tanto de los precios como de los índices de crecimiento en los que se basa el valor de esa moneda, para evitar la posibilidad de que exista la apropiación indebida de riqueza, la irreparabilidad y la especulación, en fin, para eliminar la indignidad. Mientras los neoliberales propugnan debilitar en lo máximo la posibilidad del control estatal, con el objeto de beneficiar a una minoría, esta economía exige el control del Estado para beneficio de todos, incluso de esa misma minoría. El Estado debe controlar que se cumpla fehacientemente el proceso, el orden y las etapas del ciclo económico. Pero, si la sociedad así lo quiere, no mucho más.

El ciudadano en su papel de benefactor es el privilegiado de esta Economía, y su obligación con ella es la denuncia ante los organismos estatales correspondientes de cualquiera de estas violaciones. Cualquier productor es también un benefactor, por lo que toda la sociedad tiene ese derecho y esa obligación, que en definitiva definen y defienden, ambos, a la riqueza social.

Cada sociedad, soberanamente y sería lo deseable que democráticamente-, podrá dar otras posibilidades a su forma de Estado elegida. Este podrá, o no, seguir cumpliendo las tareas que hoy mantiene en los diferentes sistemas económicos que hoy existen, y los electorales o políticos que de ellos se derivan. Cada sociedad es, por fin, realmente libre.

La recaudación para el mantenimiento del Estado se realiza, vaya novedad, a través del cobro de impuestos. Pero no puede existir, bajo ningún concepto, un impuesto al consumo, esto es, un impuesto al benefactor, cuyo ingreso es definido socialmente y distribuido en forma estatal. El ingreso principal del Estado ha de ser obtenido a través del impuesto a las ganancias, a las rentas, en fin, a los beneficios que todo productor define para sí mismo, según su criterio individual, y otra u otras formas fiscales que se consideren oportunas, siempre sin afectar al benefactor.

Está muy de moda hablar sobre la reducción del Estado. No existe ninguna solución mayor a ese problema que la aplicación del ciclo económico. Una enorme cantidad de tareas que realizan los Estados modernos serán obsoletas o inocuas con su simple puesta en práctica. Sólo nombremos una e imaginemos qué hacer con las organizaciones oficiales relacionadas con ella: la eliminación de la pobreza.

Conclusión

Se dan a cabo una serie de conclusiones fundamentales a las que permite llegar la aplicación de esta teoría:

Decimos que toda actividad económica humana cumple y debe cumplir un ciclo regido y dado por la naturaleza, en un orden preestablecido y estricto de: producción, comercialización y reposición

Toda riqueza proviene, siempre y únicamente, de la naturaleza, como resultado de concretar el cierre de cada ciclo económico iniciado.

También podemos decir que la tarea fundamental de la sociedad es el cumplimiento estricto del ciclo, por encima de la búsqueda de rentas o ganancias, porque estas se derivan directamente de la finalización de cada ciclo.

Se han dejado de considerar los hechos sociales como hechos diferentes de los naturales. Ya no se ven como diferentes.

Toda actividad humana –el trabajo como producción, la actividad consumidora-reponedora y el trabajo de reposición, relacionándolos al ciclo- definitivamente no es mercancía sino una forma diferente de uso de una especie ya definida de energía natural propia del ser humano, que se mide mediante el indev, en su uso como patrón, y la que, en forma individual, le da a éste su unidad.

No obstante debemos resaltar que cada ser humano cumple un doble rol en la vida económica de una sociedad, el de productor de bienes y el de benefactor de esa sociedad y su economía, su rol económico clave, de importancia fundamental.

Cada ser humano, desde el recién nacido al más anciano, sin importar ningún tipo de diferenciación –todas son irracionales, antinaturales, injustas-, es merecedor de un ingreso mínimo, natural, derecho que lo obtiene por el simple hecho de haber nacido, de ser un benefactor más, con la obligación de cumplir y hacer cumplir el ciclo económico.

Todo Estado ha de cumplir con una función reguladora y controladora del medio de consumo, la propiedad social, sin necesidad de intervenir directamente en ninguna de las etapas del ciclo económico.

El cumplimiento del ciclo permite y hace posible el crecimiento económico ilimitado, el desarrollo infinito.

De esta manera eliminamos definitivamente la pobreza, la miseria, la escasez y todo lo que ellas implican.

La socialización nos otorga las verdaderas y definitivas independencia y democracia. Se alcanza y se hace posible, sin cortapisas, el logro de una nueva civilización.

Porque la generación de tantos cambios cuantitativos generará un gran salto cualitativo.

 

 

Autor:

Medrano Oriannys

Rosario Gilberto

Tizamo Vanesa

Zerpa Gindel

Enviado por:

PROFESOR:

Msc. Ing. Iván Turmero

edu.red

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ

DEPARTAMENTO DE INGENIERIA INDUSTRIAL

INGENIERÍA FINANCIERA

PUERTO ORDAZ, FEBRERO DE 2013

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente