Antes de la llegada de esos hombres a la isla, las variables A y T tienen una magnitud nula, esto es, valen cero, porque solamente existen donde está el hombre. Pero el día en que ellos llegan el estado de riqueza de la isla cambia en forma evidente. A la riqueza R (la riqueza natural propia de la isla, de la que el hombre puede hacer uso) se le agregó una riqueza nueva, la riqueza total H, que es el resultado de la capacidad T humana de aumentar esa N en una nueva N (llamémosla Nt) y la de transformar una parte de N en una riqueza A enteramente nueva (llamémosle At), que sólo el hombre puede aportar. Ahora A y T son valores positivos distintos de cero.
H es la riqueza total que el hombre puede crear y usar desde la isla
R es la riqueza natural total de la zona que el hombre habita
N representa lo que comúnmente se llaman "recursos naturales"
A es riqueza artificial, todo bien o producto material hecho por el hombre
T es la totalidad del esfuerzo humano, físico e intelectual: el trabajo social
A medida que los científicos se van instalando también lo hacen sus componentes A, sus equipos, que se van integrando al suelo de la isla, en forma de viviendas o de puestos de observación, incluso de aparatos de diferente tipo, que fueron "importados" por ellos desde su país de origen. Al pasar un tiempo relativamente corto, estos componentes se integran definitivamente al paisaje de la isla, por lo que ya no son valores potenciales incógnitos sino que integran la riqueza artificial A, definitivamente. Su magnitud, finita, podrá siempre calcularse día a día, hora a hora.
Los descubrimientos que realizan los científicos demuestran que esa isla tiene posibilidades varias de explotación. Su biodiversidad es potencialmente buena, y posee recursos minerales interesantes. Inclusive se puede explotar algunos tipos diferentes de cultivo. Puede y merece ser habitada. Aconsejaron su colonización, debido a que la variable N, componente de R, representa una cifra significativa.
El hombre podrá recurrir a ella como un "capital" inicial muy interesante, casi inagotable. Esta conclusión nos confirma algo de una importancia fundamental: la riqueza (el "capital") existe previamente a cualquier actividad.
Alcanzado el presente, nuestra isla hoy posee 100 habitantes.
La isla necesariamente sufrió destrucción de parte de su riqueza natural N, conformadora de R. Se eliminó parte de su paisaje, pero fue suplantado por otro, artificial, cuyo valor es fácilmente calculable. Así, parte de N se transformó en A, mediante el trabajo representado en T, aumentando R su magnitud. Se mantuvo así una igualdad relativa del su valor de R, porque a pesar de que se disminuyó el valor de N, se aumentó el valor de A. Es más, posiblemente creció la magnitud de la propia N, al seguir desarrollándose la sociedad isleña.
De la tierra se tomaron piedras, árboles, agua, e incluso vida silvestre. Se le extrajo riqueza que fue utilizada en provecho de sus nuevos habitantes. Hubo un "capital inicial" natural de valor incógnito que el hombre lo transformó en artificial y medible (viviendas y alimentos, fábricas y comercios, escuelas y hospitales), integrantes del módulo A, de una magnitud o valor precisos. Aquí aparece otro concepto fundamental, puesto que no sólo de muestra la posibilidad potencial del hombre en acceder a la totalidad de la riqueza propia R de la isla (porque R = N +A), sino también que es únicamente ella (la naturaleza) la que permite concretar en bienestar general toda su propia actividad vital.
De sus habitantes hubo quienes tomaron una parte de N como "capital" inicial en forma de un pedazo de tierra, transformándolo en granja, en "fábrica" agrícola de producción artificial de vegetales y de animales, mediante la destrucción cierta de riqueza N, con el objeto de crear bienes de tipo A, y la consecuente reposición de la propia N.
Una parte de N se destruye, pero mediante su trabajo de reposición, el hombre la restituye y la aumenta, pero que crea nueva riqueza, que antes no existía. Este es otro concepto básico: por eso el trabajo T es creador y transformador, es un multiplicativo, es un factor multiplicador de ambas riquezas.
También se construyó una carretera (algo netamente artificial), cuyo costo total fue de una cantidad C (en el que se incluye la extracción de terrenos N). Esa magnitud C pasó a conformar el valor de A en forma directa.
Decimos que la riqueza A aumentó una cantidad igual a C; o que R aumentó una magnitud C, la transformación de un costo social C en un beneficio social C. Pero esa "metamorfosis" sucede solamente al concluirse la obra y al empezar a ser utilizada por quienes la necesitaban, pues ese fue el fin para el que se la construyó. Es en ése momento en que ya no hay un "costo" C, sino que existe un aumento de la riqueza propia R en una magnitud igual a C, pues ha llegado al benefactor y éste la transformó, al usarla, en un bien con valor social. Matemáticamente:
R = N + A _ R" = N + A + C
Esto a su vez explica por qué llamamos benefactor al que se conocía como consumidor: el usufructo o consumo de un bien que sólo él puede efectivizar hace que su condición de costo individual sea transformado en beneficio social. Lo que siempre es un costo individual para el benefactor, por intermedio de él, y sólo por él, es transformado en beneficio social, en aumento de la riqueza social, de R a R".
El ciclo económico de un bien cualquiera, solamente es beneficioso cuando se completa, cuando se finaliza, cuando se cierra, y esto sucede, únicamente, cuando ese bien es accedido por el benefactor: ese fue el objeto de construirlo o producirlo.
La riqueza propia R de esa isla se deben satisfacer las necesidades materiales (en forma directa o indirecta), de todos sus habitantes –de otra manera no tendría razón vivir en ella, y que éstos pueden hacer uso de esa riqueza mediante su actividad T, la actividad humana cumple con el ciclo económico; proceso que en sí mismo representa qué han hecho de bueno los habitantes de la isla. Sin T, el trabajo social o actividad social o energía social, nada de esto es posible. Por eso tendríamos que definir un valor concreto para esa variable T.
Como el trabajo T del hombre que implica el uso de su esfuerzo, su habilidad y su conocimiento en una unidad inseparable no sólo hace la transformación de N en una nueva A (en At), sino que puede y debe reponer lo tomado de la propia N, con lo que el valor cuantitativo de aquella N inicial será igual (es preferible que sea aumentado) al final del ciclo económico, en Nt:
At = T . A _ At > A
Nt >= T . N _ Nt >= N
Por lo tanto, el valor inicial de R (aquel N + A) fue aumentado a un valor R" = Nt + At, en una magnitud positiva de (Nt – N + At – A), confirmando que mediante su trabajo T se ha aumentado el ya enorme valor de R, tal que R" >R.
R" = Nt + At _ R" > R
A primera vista pareciera más objetivo decir R" = N + A + Tt, dándole el valor de aquella diferencia (Nt – N + At – A) a quien realmente la produjo: el trabajo social. Así, el trabajo del hombre iría tomando un valor mayor cada vez. Pero sabemos que éste está íntimamente relacionado a la cantidad de habitantes y su capacidad productiva, cuyas magnitudes pueden considerarse constantes dentro de un período preestablecido, por lo que en realidad es mejor observar ese aumento de valor en los frutos de dicha capacidad, que no son otra cosa que los bienes producidos, que se representan en los nuevos valores agregados a A y N.
Esto significa que el valor del factor T es un valor generalmente positivo no fácil de calcular, pues es variable y variante, ya que modifica el valor numérico de las variables que maneja y a sí mismo. Debemos decir ahora que no es ninguna novedad que el trabajo T del hombre no sólo transforma riqueza, sino que a su vez y conjuntamente genera riqueza nueva, que antes no existía. No obstante, lo realmente importante es la demostración de que mediante su trabajo social T, el hombre es capaz de aumentar la riqueza de la tierra que habita y de la sociedad que conforma. T es lo que algunos llaman "valor del trabajo".
Agreguemos que existe un "trabajo" T negativo. Un multiplicador negativo, por lo tanto perjudicial. Es aquel que disminuye los valores de N y de A, en definitiva de R: la guerra es el más obvio, pero también lo es la extracción sin reposición (la explotación de "recursos no renovables") y la apropiación de riqueza sin su creación o reparación. Cualquiera de ellos daña a alguno o ambos sumandos N o A. Si T < 0:
Dijimos que la magnitud total de R es desconocida, en tanto la riqueza N que la conforma, es la riqueza natural directamente accesible por el hombre, los "recursos" naturales. Lo que tomamos de nuestra tierra es una cifra conocida pero no infinita, aunque el hombre puede y debe al menos mantener su valor absoluto para que (cumpliendo el ciclo), no exista un daño o perjuicio a su naturaleza. Vemos también que A es la riqueza artificial, producto humano, que también es finita, aunque crece continuamente. Por lo sus valores pueden despreciarse (en un momento dado, principalmente al inicio de la colonización), en comparación a la magnitud que puede tener T en ese mismo momento, quedándonos así dos incógnitas que cumplen:
H >= T ó H / T >= 1
Esto nos asegura que el valor de T, aunque finito, es también un positivo muy grande, pudiendo tomar cualquier valor entre 1 y H, lo nos otorga la posibilidad de atribuirle un valor que consideremos oportuno, en forma arbitraria, pudiendo ser enorme, tan grande casi como el de la propia riqueza total H que el hombre puede disponer. De esa manera le daremos al trabajo social de los habitantes de la isla, representados en T, un valor en cifras concretas lo suficientemente alto como para considerarlo apropiado y justo, tanto sea para reconocer el esfuerzo realizado por la sociedad como para facilitar la satisfacción de las necesidades de cada uno de sus habitantes.
En dicha sociedad como en otra cualquiera, el valor de T, es el crecimiento económico necesario y suficiente, la riqueza social a generar para alcanzar un bienestar mínimo que debe pertenecer a todos.
Pero esas variables que manejamos no sólo nos dicen explícitamente lo que representan, sino que también nos dicen lo que no representan. Desde esta perspectiva vemos claramente que no interviene el dinero; que éste sólo es, o puede ser, una manera de medir la riqueza social H, la natural R y por ende, del ingreso I. El trabajo T han de representarse mediante un patrón de medida. Dicho patrón bien puede ser el dinero, pero también puede ser otro cualquiera.
La riqueza de la isla y el trabajo de su gente no se conforman del dinero; que no lo necesitan para demostrar su existencia: son independientes de él.
Reconocemos así otro concepto fundamental: los llamados "factores productivos" no son más que "tierra" y "trabajo", sin "capital" alguno.
El dinero en sí mismo no conforma ninguna de las ecuaciones que hemos utilizado; solo es el patrón con que se mide su resultado. A este patrón de medida, le daremos una definición precisa y clara que deberá ser considerada como la definición de cualquier otro patrón de medida y comparación.
Al factor T se lo ha denominado como beneficio, renta, producto, pero para el ciclo económico es más correcto y preciso llamarlo riqueza social o ingreso social general. Puede ser definido, cuantitativamente, a través de una cifra lo suficientemente grande como para que pueda ser distribuido entre todos los habitantes P que lo generaron, y así cumplir con el objetivo de que ninguno de los hombres que lo crean (y que por lo tanto deben poseerlo), pase ninguna necesidad. En condiciones normales, T y H poseen un valor que siempre va en aumento.
Lo fundamental a tener en cuenta es que lo antedicho demuestra que el crecimiento económico de una población es independiente del "capital" monetario; sólo depende de la población en sí misma su capacidad de crear, transformar y reponer riqueza. Es decir el crecimiento económico o desarrollo general sólo depende de la riqueza natural propiamente dicha, de la cantidad de habitantes y de la conjunción de su capacidad de trabajo productor-reponedor y de su actividad consumidora reponedora.
En definitiva, depende del cumplimiento estricto del ciclo Económico. El dinero recién aparece cuando decidimos utilizarlo como patrón de medida de la riqueza, cualquiera sea la naturaleza de ésta:
I = T/ P ó T = I . P
La magnitud del factor T se halla multiplicando el ingreso mínimo I por la población, P. Dijimos que ese ingreso I, es un mínimo esencial que cada ser humano puede y debe poseer, individualmente. Hoy está semidefinido y se le llama costo de vida o canasta básica, pero no ha tenido una definición convencional precisa, por lo que lo en una cifra de, digamos, 1000 dólares estadounidenses mensuales por cada habitante de la isla (I = 12.000 anuales), que a partir de ahora le llamaremos ingreso natural, quedando establecido que es un "piso" por debajo del cual no puede ubicarse el ingreso o salario de nadie.
Todos y cada uno de los salarios están en o sobre aquel I. Como vimos en las definiciones, todo habitante integra esa población, sin importar la edad, "productiva" o no. Esta riqueza mínima, ese ingreso natural anual de toda la población, lo representamos entonces como la variable T, para ese período dado.
T = I . P _
T = 12.000 x 100 = 1,2 millones
Como el valor del factor T es el producto de multiplicar la cantidad de habitantes (P = 100) por el ingreso natural de cada uno (I = 12 mil), dicha cifra ha de representar, por definición y como mínimo, todo el trabajo de la sociedad isleña, pero también debe representar, necesariamente, la riqueza mínima anual que ese espacio vital tendrá que generar y poseer para que todos sus habitantes puedan tener un ingreso natural digno, que les permita ir satisfaciendo todas sus necesidades. Esto es:
Si H >= R . T _ H >= R . 1:200.000
De aquí se deduce que la riqueza total H, accesible, transformable y aumentable por el hombre, será siempre un valor positivo mayor que el propio trabajo de él y de su ingreso I; será mayor que el ingreso de la población P que la genera y disfruta; será mayor que el producto de ambos (a pesar de que para mantener el rigor matemático ¿Por qué aseguramos que H es siempre mayor? Porque si T (el ingreso total de la sociedad) es tan alto como para que tienda a igualar el valor de H, su propia condición de creador de nueva riqueza, hace que R aumente a R", lo que demuestra que T nunca alcanzará a H. En condiciones normales, T y H poseen un valor que siempre va en aumento. Sólo existe una condición: si y sólo si se cumple con el ciclo económico. Esto es, si se cumple con la reposición en sus dos formas de la riqueza extraída
El valor de A (la riqueza artificial integrante de R), también es cuantitativamente representable. Se obtiene su magnitud mediante la suma de los bienes elaborados, construidos, industrializados, que fueron o serán consumidos o usufructuados por los habitantes. Éstos produjeron dos tipos nuevos de bienes artificiales: los bienes duraderos y los bienes perecederos.
Los bienes duraderos pasan directamente a formar parte del paisaje; se suman completa y directamente al módulo A (forman parte de At) al ser usufructuados por los habitantes (los bienes no perecederos no se consumen).
Éste nuevo valor de A pasará a la riqueza propia R de la isla, aumentándola. Los bienes duraderos son los integrantes obvios de A. Los bienes producidos por el hombre de carácter perecedero pueden o no ser integrados a la riqueza artificial. A pesar de que ellos son artificiales, su condición de perecederos permitiría, considerarlos como "naturales", púes dichos bienes son los que se consumen. En realidad ninguna de las dos posiciones modifica el resultado.
Si se quiere, esos bienes de carácter no duradero forman parte, inicialmente, de A. Esa situación se mantiene mientras están a la venta y no son consumidos. Pero cuando son adquiridos y consumidos por los habitantes, pasan de ser A (producto del trabajo del hombre) a ser N formando parte de la variable Nt y aumentándola. La extracción que se le efectuó originalmente a N. Esta situación es más directa si se considera a los bienes perecederos como riqueza N.
Recién al volver a "sembrar" la riqueza natural destruida, es cuando se cumple con la necesaria doble reposición. De esa manera se mantiene el valor numérico original de N; éste valor es relativo, pues posiblemente será mayor que el original, pero necesaria y decididamente no es menor que el inicial.
Si no sucede ningún cataclismo natural o artificial, vemos que N (la riqueza natural), está siendo modificada continuamente por el hombre. Éste la destruye y la repone, pero si con su actividad no logra un crecimiento efectivo de ella sino un equilibrio, la actividad social del hombre, en términos generales, siempre tiende a superarlo.
Con la riqueza artificial A sucede que, concluyentemente, siempre va subiendo a medida que se trabaja; toda actividad productiva del hombre genera, incesantemente, bienes artificiales.
Concluimos que (como R = N + A) la riqueza propia R de la isla también va aumentando, y (como H = R . T) la riqueza social total es también aumentada.
¿Qué pasa con el crecimiento poblacional?.Pero veremos que no es un factor más que relativo.
Si sucede un crecimiento racional de la población P a una población P", el trabajo de las generaciones anteriores les asegura un ingreso I" suficiente, al que se les sumará en un futuro inmediato el aumento del propio trabajo social T" generado por ese aumento a P" de la población, que volverá a aumentar el valor de R, con la misma condición de siempre: si y sólo si se cumple con el ciclo económico.
Esto quiere decir, nada más y nada menos, que si el ciclo es cumplido no existen límites para el desarrollo.
Como corolario de esto podemos aseverar que, con la condición necesaria y suficiente del cumplimiento del ciclo económico:
1- Se puede lograr el desarrollo ilimitado.
2- Cada sociedad humana puede no sólo alcanzar su objetivo primario de que no haya más necesitados ni necesidades, sino que esto implica la desaparición de la pobreza en un período que podríamos llamar de inmediato, en términos sociales.
3- Que no haya clases poseedoras y desposeídas, sino que el disfrute de la riqueza puede universalizarse ilimitadamente.
4- Considerando a la actividad humana como la conjunción de producción y consumo, los recursos que se tomen de la naturaleza serán en su mayor parte repuestos, evitando el agotamiento de las reservas naturales.
5- El dinero es la herramienta que se utiliza como patrón de medida de la riqueza y no depende de ella; se demuestra que no se necesitan "capitales" monetarios que inicien o mantengan la economía, sino que éstos se derivan directamente del cumplimiento del ciclo, que lo hace independiente de los individuos y las clases, que no es propiedad de nadie sino una medida de la riqueza de todos.
Representa y se basa en el valor de H. Es el indev.
T = I . P _ en indevs
H >= (N + A ) . T >= # indevs
Siendo # una magnitud, un número, una cifra. Más adelante definiremos una macro-unidad relacionada al indev, el granindev, usada para calcular los valores macroeconómicos.
El crecimiento de la población no depende de la economía en sí misma, ni tampoco a la inversa: la economía no depende del crecimiento vegetativo. Éste depende de que la economía cumpla o no con el ciclo económico, al igual que ésta depende de que la población lo cumpla o no.
Podemos decir que incluso si esa isla fuera un simple peñasco, o un islote de arena, su riqueza propia R puede ser utilizada por un número P de habitantes íntimamente relacionado a ella, con las mismas posibilidades que cualquier otra sociedad que se ubique en un lugar de mayor riqueza: vemos así que el número de habitantes de un lugar está más relacionado con la riqueza natural de la zona que eligieron para vivir que con el consumo que realizan de ella; el número de pobladores depende del uso que hagan de su riqueza natural y de la reposición de lo que desde ella extraigan.
La variable P, la población, es fundamental, de la que depende el ingreso general T y por ende el individual I, su magnitud se torna relativamente despreciable si se cumple siempre con el ciclo económico. Éste nos indica que la riqueza total depende del valor del factor R y del trabajo social T, y si éste hace que N y A siempre aumenten, el valor de P, la cantidad de habitantes, adquiere una importancia relativa, para desgracia de Malthus y sus seguidores.
El valor de su riqueza R depende de los valores de N y de A, los cuales pueden ser manipulados conscientemente por sus responsables. La cantidad y calidad de conciencia que posean puede medirse a través del nivel de cumplimiento del ciclo económico que las involucra.
Es obvio que una tierra árida no genera las mismas posibilidades que una tierra fértil, pues se torna más dependiente del factor T, más dependiente del esfuerzo y el conocimiento de sus habitantes. Pero la realidad nos muestra que un país árido como Kuwait o tropical como Haití, incluso el planeta Marte, tienen cada uno su propio valor R lo suficientemente alto como para cumplir, mediante un T específico, con el bienestar general I de un grupo P de habitantes íntimamente relacionado a esa riqueza; esto es, permiten aplicar cada uno su propio ciclo económico.
¿A cuánto puede llegar el valor de R, la riqueza accesible?
Esa riqueza se halla mediante la fórmula R = N + A. Imaginemos cual puede ser el valor de A, por ejemplo, en la manzana donde está nuestra casa.
Sumemos los valores de cada uno de los bienes muebles y de los inmuebles que están ubicados en nuestra manzana. A esa cifra le multiplicaremos por el número de manzanas de nuestra ciudad. Al número obtenido lo multiplicaremos por la cantidad de ciudades similares que hay en el país, y así sucesivamente. ¡Es una cifra enorme. Así, para imaginarnos cuán grande es el valor de R no necesitamos calcular el valor de nuestros recursos naturales N.
¿Cuál puede llegar a ser el valor de H, la riqueza social general?
El valor de esa riqueza se calcula usando la fórmala H = (N + A). T que también puede representarse como H = N . T + A . T. Para continuar con el ejemplo anterior, sólo tomaremos una parte de esa fórmula, la parte H = A . T la que habla de la riqueza artificial; descartamos la natural. ¿Qué nos dice ese producto A . T? Él nos habla de la riqueza artificial y del trabajo que se utilizó para generarla; el resultado H de ese producto nos muestra cuánta riqueza social se ha generado, magnitud que coincide con la que se necesita para lograr el bienestar de toda nuestra gente. Sabemos también que T = I .
P. Imaginemos entonces cuán grande puede llegar a ser el valor de la riqueza
H, si ese valor se logra al multiplicar el ya demostrado enorme valor de A con la población P y con el ingreso de cada habitante I.
Si se cumple con el justo concepto de que el avance del conocimiento, es monopolio de toda la humanidad e inacabable, y que pertenecen e integran el valor de T, se hará que aumente también el valor de la riqueza total H. Por su intermedio se irán tomando partes de aquella variable X (descrita al comienzo mediante la ecuación que definía la riqueza natural Q = X + R y que englobaba lo aún desconocido), lo que aumentará aún más el ya enorme valor de la riqueza propia R. Si se mantiene en buenos niveles a la enseñanza y a la educación, la riqueza R crecerá de una manera que tiende al infinito, pues se dirige hacia el valor de la variable infinita Q, a medida que se perfeccione el conocimiento humano, el avance y desarrollo de la humanidad, aumentando también la propia riqueza total H, la riqueza de la zona y de todos sus habitantes. Claro que esto necesita que se cumpla con el ciclo y se deje de considerar al conocimiento como integrante del "capital". Y no es difícil hacerlo: el "capital" no forma parte del ciclo económico.
La isla de nuestro ejemplo puede representar a cualquier campo, comarca, provincia, país o continente. Pero que en realidad representa, decisiva y finalmente, al planeta entero que habitamos. El ciclo económico es lo único absolutamente necesario de cumplir y hacer cumplir. Con su cumplimiento nunca se llega a la disminución crítica de los "recursos" naturales. Por su intermedio se puede alcanzar el tan ansiado desarrollo o crecimiento ilimitado. A través de él se alcanza el crecimiento sustentable, sostenible, conservable, el que, como su propia etimología lo indica, sólo puede darse en forma natural.
El siguiente diagrama nos muestra el aumento de la riqueza, de H a H ", el crecimiento de los módulos N y A y del ingreso natural social por habitante I, en el período anterior y el actual, que sólo se logra mediante y como resultado del trabajo
Los servicios
Es el único sector de la economía que no genera riqueza, tampoco la destruye y le agrega un valor que se integra totalmente al factor T. No lo hace en N ni en A, por tanto puede considerarse como un sector seudo-productor, o hipo-productor. Es absolutamente dependiente del poder adquisitivo de la población, por el simple hecho de no ser creador de riqueza, sino distribuidor de ella. Pero, por su propia función, es satisfactor de necesidades.
Resulta indispensable, también, por su función de distribuidor de bienes materiales e inmateriales, y por su participación directa en la generalización del conocimiento, de la seguridad, de la salud, de la justicia en general, entre otras muchas tareas. Es el sector que equilibra la economía cuando por razones de previsión o por efectos naturales, alguna actividad en especial logra demasiados o escasos ingresos. Es quien compensa la "mala suerte" de una actividad con la "buena suerte" de otra.
Los servicios no generan riqueza sino que contribuyen al movimiento y a la distribución de ella, por eso es que no pueden ser tomados como parte integrante del cálculo del respaldo del indev, o lo que es lo mismo, de la riqueza social total de la zona. Su papel, para hacerlo más entendible, es el de un gran consumidor, de un gran reponedor: el de un benefactor colectivo.
Para el ciclo económico, la comercialización de cada producto es una parte integrante de él mismo, por lo que los comercios en general forman parte del proceso productivo y no integran los servicios propiamente dichos.
Llamémos Le Indev
¿Se puede crear una moneda definida científicamente, respaldada a través de una fórmula matemática, cuyo valor resultante esté definitivamente por fuera de los mezquinos intereses de los hombres? ¿Puede ideársela de tal forma que a su vez cumpla con la condición imprescindible de que el hombre mismo sea su unidad?
La moneda extraña, "ideal". Que sea indevaluable. Que no necesite alimentarse de la pobreza, como lo hizo hasta hoy, para continuar existiendo. Que sea realmente útil para evitar todos o la mayoría de los problemas materiales de la humanidad relacionados con el dinero; preguntamos, ¿qué no lo está? Para ello debe tener una definición precisa, clara y concluyente, que evite las imprecisiones y las injusticias que éstas generan; imprecisiones que crean la deificación absurda que siempre ha poseído el dinero, en especial el actual. Llamémosle indev, por indevaluable.
Imaginemos esa nueva moneda en acción. Al ser indevaluable, rígida, los precios en todas sus formas serían reconocidos y recordados como lo es el número de puerta de nuestro domicilio.
Esta rigidez tendría que ser suficientemente prolongada como para permitir tal memorización, para que posibilite además que los contrastes entre los precios se basen en la diferencia real que pueda existir entre las distintas calidades o condiciones de cada bien producido, en el trabajo y conocimientos contenidos en cada mercancía existente, y la capacidad de satisfacción que obtengan de ella sus consumidores. Que no tenga como única función la búsqueda del lucro fácil que puedan anhelar los productores, pero que no dificulte el acceso a un beneficio justo; que no prohíba el enriquecimiento. Su indevaluabilidad mantendría el monto y el poder adquisitivo de los salarios conjuntamente con el nivel de los beneficios, en la producción y comercialización de todo bien; haría posible definitivamente la tranquilidad -que nunca se tuvo- de saber cuánto, cómo y qué se cobra o se paga por cualquier bien durante un período significativamente largo, sin subas ni bajas artificiales, sin "atrasos" ni "adelantos" cambiarios, sin devaluaciones ni ajustes.
La importancia fundamental, ésa característica de la indevaluabilidad haría innecesaria la existencia del pago de intereses, de todo tipo, que sólo sirven y han servido para darle más a los que más tienen, menos necesitan y menos hacen, al quitarles a los que menos tienen, más precisan y más hacen. En los intereses es dónde se fundamenta la especulación: la apropiación de ganancias generadas por otros.
Un precio disímil entre dos mercancías parecidas haría notar en forma evidente que entre ellas existe una diferencia de calidad real y no publicitaria, pues afirma que no importa tanto un "envase" distinto como importa un "contenido" diferente; confirma que valor y precio no representen ni son la misma cosa
Imaginemos que su propio valor, el valor que esa moneda representa y que rige todas las interacciones económicas de nuestra vida, no pueda ser variado por la voluntad de los hombres al ser obtenido a través de un método matemático concreto, no abstracto, real y vivo, que esté por fuera y por encima de la enormidad de los contrapuestos intereses que hoy lo influyen. Su valor debe estar dado a través de un cálculo preciso, una fórmula, de resultado inobjetable.
Imaginemos que su valor no tenga relación de dependencia o de determinación al compararlo con el de otras monedas. Tendría un valor cierto y objetivo, fácil de reconocer y comunicar, como lo es el grado Celsius o la escala Richter. Esa característica propia de todo patrón de medida la transformaría en un termómetro de la situación diaria de la economía, permitiéndonos un diagnóstico correcto del contexto y la corrección inmediata de posibles malos rumbos; nos permitiría así la previsión de potenciales crisis o catástrofes.
Imaginemos una moneda que realmente sea útil y lógica, previsible, constante, consecuente. Con seguridad, solucionaría muchos si no todos los problemas económicos que han existido, derivados desde de la misma falta de definición del dinero, y de la utilización incorrecta en verdad injusta que esa "particularidad" permite. Claro que crearía otros problemas nuevos. Eso es tan inevitable como imposible de preverlos en este preciso momento; sólo su aplicación efectiva podrá mostrarlos.
Esta moneda es la que proponemos: es el indev, el nuevo dinero. Es el medio de consumo; es la conjunción de medio de pago y cobro, medio de intercambio, unidad de cuenta de costos y beneficios, sistema de medida y comparación. El indev sería entonces la moneda que realiza la socialización del acceso al hasta hoy único medio de consumo utilizado. Quita la posibilidad despótica de modificar su valor a quienes siempre la han tenido. Quita, en parte, el privilegio de poseerlo a los que siempre lo tuvieron, les quita su posesión en exclusiva, para repartirlo con y entre los que nunca lo tuvieron. Pero los igualará hacia arriba, sin necesidad de quitárselo a los que hoy lo poseen.
Es imprescindible que todos los hombres tengan la misma posibilidad de acceso a la riqueza. Esta economía que estamos proponiendo, que utiliza y permite la existencia de una moneda con dichas características, lo hace posible.
Porque ya se ha dicho repetidas veces, por muchos y muy claramente, que la producción humana es una producción social, pero debe quedar claro que también es social el consumo de esa producción. El consumo se alcanza, principalmente, mediante un buen poder adquisitivo.
El consumo y que ha estado oculta para muchos observadores, es más importante que la propia producción, pues es la concreción del fin, la conclusión del objetivo para el que aquélla se realiza. Y también, que para cumplirla se necesita del medio que lo permite el dinero en una cantidad justa, suficiente y determinada, que será la unidad de medida de todo acto económico.
El capital como dinero al que usa mediante su función principal –la de medio de pago, a través de la cual obtiene en propiedad ése medio de producción, al que utiliza con el único fin de seguir acumulando dinero, su función secundaria, dinero que a su vez, puede volver a usar en su función principal, y así sucesivamente. Es lo que llaman un "círculo virtuoso", al que sólo acceden unos pocos y cada vez menos. Eso también explica por qué el enriquecimiento se concentra en un grupo minúsculo, permanente y necesariamente más pequeño.
El capitalista es capitalista por poseer el dinero, como principio y fin de su vida, y no solamente por poseer el medio de producción. Éste sólo hace que aquél aumente.
Desde esa conclusión llegamos a otra, de suma importancia: en realidad no importa quién sea el propietario de los diferentes medios de producción, sino cuántos son los que pueden llegar a serlo. El cambio que se necesita no pasa por la expropiación sino por la distribución. No se hace necesario quitarle a quienes poseen; lo importante es el permitir que todos puedan llegar a ser poseedores.
Con la implementación del indev mejorarán los ingresos, se venderá y se comprará de una manera y un nivel nuevos, se recaudará más y se preverá el futuro mediato e inmediato mucho mejor. Pero también permitirá planificar con seguridad las inversiones; inutilizará definitivamente la acumulación o acaparamiento de mercancías y del propio dinero; y, particularmente, la anarquía causante de todas las crisis, hija de esa posesión en privado que permitía modificar caprichosamente su valor, al darle uno concreto, evitando el mal mayor: la especulación.
La obtención de beneficios desde el perjuicio de otros; la apropiación de ganancias sin la creación o el aumento de una riqueza que la justifique. La definimos como un delito. Al suprimir su "legalidad" se harán desaparecer los falsos postulados generales de la economía que nos inculcan cotidianamente, eliminando una de la bases más negativas en las que se apoya no sólo la explotación irracional de la naturaleza y el hombre, sino la propia y falsa noción de beneficio, provecho, utilidad, dividendo, en fin, la noción misma de riqueza, concepto básico de la economía. La riqueza no es dinero.
El artificio místico
Solo veremos dos clases de cosas u objetos: los naturales y los artificiales.
Los naturales son los creados por la naturaleza, los artificiales son aquellos objetos que, generalmente basándose en otros de origen natural, el hombre los transformó a través del trabajo para su mejor uso, provecho o beneficio. Una ventana es artificial, no existe en la naturaleza, pero está hecha de madera y vidrio, ambos derivados de cosas naturales: los árboles y la arena. El hombre puede transformar parte sólo parte y sólo por ahora, mientras su nivel de conocimientos así se lo permita o prohíba de la riqueza natural de que dispone para que esta, indirectamente, cumpla con algún cometido específico en pos de su propio bien. Ese acto de transformación y creación es el acto económico por excelencia.
Por el contrario, las creaciones artificiales puras, no basadas en materias naturales, son de invención exclusiva del hombre. El arte, por ejemplo, en cualquiera de sus ramas, es su acto creativo supremo. La religión, cualquiera de ellas, es otro acto creativo puramente humano, para algún superior al arte, para otros no tanto. Las creaciones de este tipo cumplen una función, un cometido que no podemos definirlo como exclusivamente económico, sino que tiene fines diferentes, ya demasiado complejos para tratarlos en este escrito.
Diremos que no integran la economía, en su sentido más radical.
El dinero, es una creación humana totalmente artificial que no ha cumplido con su objetivo puramente económico.
El hombre lo inventó para facilitar sus relaciones económicas, aunque podemos adelantar que, en última instancia, las ha dificultado.
Sin embargo, dicen los propios teóricos "la importancia del dinero en la economía es evidente para cualquier profano en la materia. El caso es que, si profundizamos en el estudio de nuestra ciencia, llegamos a valorarlo aún más.
En efecto, la manipulación de las variables monetarias es el principal instrumento de que se vale nuestra sociedad en la búsqueda de un crecimiento estable".
El dinero debe ser una mercancía y, además, una mercancía escasa, que sólo puede ser accesible para una selectísima minoría, y si a alguien se le ocurriera la loca idea de repartirlo equitativamente, "devaluaría, no alcanzaría más que para generalizar la mediocridad".
El indev da por tierra con ella, y con la idea misma de que la "escasez es necesaria" .El neoliberalismo en sí mismo consiste en una teoría macroeconómica llamada monetarismo que se ocupa de analizar la oferta monetaria.
Dinero, maldito dinero
¿Qué es la moneda, el dinero, según los criterios actuales, los neoliberales especialmente?
Dinero: Cualquier mercancía que sea aceptada ampliamente en una sociedad como medio de pago y medida de valor de los bienes y servicios. Como medio de pago, el dinero es el objeto que se transfiere entre las partes cuando se efectúa un pago. Sirve como medio de intercambio, función esencial en la economía de todas las sociedades, salvo las más primitivas, donde las transacciones se efectúan mediante el trueque.
Un sistema de medida del valor es prácticamente una precondición para fijar el valor relativo entre las diversas mercancías y para efectuar las complejas transacciones que se producen en una sociedad moderna
Buena parte del dinero que existe en las economías modernas está constituido por papel moneda, billetes emitidos por los bancos que tienen amplia aceptación y circulación y que resultan, además de medios de pago, parte de los activos que posee el público. La aparición del dinero es un hito importante en el desenvolvimiento de las sociedades humanas. En épocas anteriores, cuando los recursos y la división del trabajo estaban poco desarrollados, el intercambio se realizaba mediante el trueque directo de una mercancía por otra. Para que éste pueda funcionar es preciso que exista una coincidencia de necesidades entre las partes que concurren a una transacción:
Si A deseaba comerciar con B, debía poseer algo que B quisiera y éste debía poseer algo que A también quisiera y, además, en unas cantidades y en el momento en que ambos estuviesen dispuestos a la negociación.
El indev no es una mercancía más. Ni siquiera es un mercancía, no está a la venta ni es un producto humano con el fin de ser consumido con el objeto de satisfacer un gusto o una necesidad por sí mismo. Una mercancía es un objeto que, al poseerlo, satisface directamente una necesidad humana cualquiera y que, a su vez, es un objeto de venta. La tenencia del dinero, por sí sola, no satisface más que la necesidad fetichista de poseerlo. El dinero no se come, no abriga, no sana, no enseña. Su posesión representa la posibilidad futura de comer, abrigarse, sanarse y aprender, esto es, de adquirir por su intermedio las mercancías o servicios que satisfacen esas necesidades.
El trueque es la forma de intercambio de mercancías sin la utilización del dinero. Pero si el dinero actual es una mercancía, cualquier transacción con cualquier moneda, sería un trueque. Se deduce así que no es necesario remontarse a las sociedades antiguas para reconocer la existencia viva del trueque y que, además, la sociedad actual forma parte de las sociedades primitivas.
El ciclo económico nos enseña claramente que ningún país necesita de capitales externos para posibilitar el desarrollo de su economía. No necesita en absoluto de ese tipo de inversión, ni del ahorro con ese objetivo. La propia sociedad que utiliza el sistema económico del ciclo, mide su riqueza mediante una moneda que le es propia. Que exige la no existencia de costos derivados por sus usos, porque es el propio uso de ella el que la aumenta. Cuanto más se usa más se respalda; cuanto más se utiliza más se valoriza.
La falta de capitales que sufre un país se debe, principalmente, por no considerar su propia riqueza como fuente de ellos.
El ciclo económico no prohíbe ese tipo de inversión. Simplemente la hace inútil. ¿Para qué necesitan arena los saharauis, para qué nieve los esquimales?
El ciclo nos indica que los llamados por la economía primitiva países pobres son los más ricos. No obstante lo expuesto, podríamos repasar un poco de la historia vergonzante de la deuda externa.
Sobre ella no hay mucho más para decir. La contraen los gobiernos principalmente para beneficio de no se sabe quién ellos no nos permiten saberlo y para que la paguemos todos los demás, puesto que nos ponen a nosotros como garantía de ella.
Dice Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela:
"Cuando asumimos la presidencia, el pueblo de Venezuela debía 26.000 millones de dólares. Hasta el momento hemos pagado 20.000 millones y nuestra deuda continúa en los mismos 26.000 millones de cuando asumimos".
Lo importante son las divisas con las que debe contar, que nunca son nuestras, que siempre son ajenas. Por eso es que nos hacen creer que la deuda es necesaria. En cambio los teóricos primitivos de los países ricos bien saben del valor de nuestras riquezas. Tanto como para aconsejar las inversiones en ellos.
En realidad, la deuda es una "exportación" de dineros (de los pobres) producida por la exportación de dineros (de los ricos), en ambos sentidos, y dónde sólo gana siempre una de las dos partes intervinientes. Las poblaciones de los países deudores les devuelven en forma de obsequio –por ello no es una exportación propiamente dicha- a los prestamistas de los países acreedores una cantidad mucho mayor de dinero que la que éstos les "cedieron" como "ayuda". Y nos han hecho creer que eso es necesario. ¿Tiene sentido importar melones con la condición de pagarlos con más melones? Esa incoherencia que tan claramente nos muestran los melones no la vemos con el dinero. Sin embargo es más fácil producir melones que divisas.
Antidogma: La deuda externa la contraen para aumentar la deuda externa, no para posibilitar el desarrollo.
Las inversiones extranjeras no tienen por fin el permitir la cancelación de las deudas, sino el aumentarlas; son en sí mismas un incremento de ellas. Su objetivo no es tapar pozos, sino, al menos, mantenerlos.
La deuda se explica por la relativa insuficiencia del capital que sufren nuestros países. Sin embargo, que esa insuficiencia es una condición imprescindible de la conformación del propio capital, definida por ellos mismos. No podemos tener capital porque nos imposibilitan producirlo, y nos dicen que no podemos producir si no tenemos capital.
Si el capital fuera un bien accesible para todos, contradiría totalmente uno de los mandamientos más sagrados: "un bien de oferta ilimitada no pasa a formar parte de los intercambios entre seres humanos; se considera entonces un bien libre o no económico".
Estas características son sólo propias del indev, la moneda del ciclo económico.
El dinero exportado por los países ricos no les representa para ellos ninguna pérdida o disminución de riqueza real. Para ellos no tiene costo, pues lo tienen en cantidad suficiente como para prestarlo. A lo sumo, si es que no lo tienen, su costo no es mayor que el del papel y la tinta con que se lo imprime. En cambio, el dinero "reexportado" por los países pobres es de un costo inimaginable, inmedible, insufrible. Mientras unos países lo obtienen a partir de una simple orden de impresión, o la presión de una tecla, los demás países lo obtienen a partir del agotamiento de su tierra, del hambre y la sangre de su gente.
En la vida real, común y corriente, se crean tres tipos de deudas. Las representaremos para simplificarlas como una deuda entre dos personas cualesquiera, y sin que se mida ningún tipo de consideración extra, más que el valor monetario.
Indevaluable, previsible, constante, consecuente
El indev cumple la misma función que el dinero, por lo que también es dinero. Mantiene la misma forma pero diferente contenido. Esa palabra, "dinero", tiene hoy tal grado de fetichismo que da cierto escozor el utilizarla para nombrar algo tan diferente:
El indev es "otro" dinero, es en sustancia un nuevo dinero
El indev es una moneda que "pesa" una magnitud de riqueza conocida y él mismo representa una porción de la riqueza que mide.
El metro mide distancias, el indev mide riquezas. Mientras que para la definición del metro se utilizó la distancia que recorre la luz en el vacío durante un período definido, para el indev se usa la magnitud de la riqueza que una sociedad debe generar y poseer para permitir el bienestar mínimo indispensable de un habitante durante un período definido. La unidad cotidiana establece ese período en un día; la gran unidad lo establece en un año.
No obstante, aún no definimos la magnitud de ese mínimo. Y en esta última palabra es donde pesa la precisión de tal definición. No dudamos que definir este mínimo puede llegar a parecer arbitrario, tanto como lo puede ser el intervalo de tiempo de 1/299.792.458 de segundo utilizado en la definición del metro. Pero los científicos no le llaman arbitrario, sino convencional. Por eso diremos que, convencionalmente, hemos definido a un indev diario con un valor igual a 3,40 dólares estadounidenses actuales, de inicios del año 2003, que para algunos puede parecer exageradamente alto, mientras que será escaso para otros. Lo mismo exactamente sucedería si ese mínimo se estableciera en 1,40 dólares o cualquier otro monto.
Nosotros hemos llegado a la conclusión no arbitraria de que el valor más apropiado de equivalencia debiera ser de 34 dólares estadounidenses del año 2003, diarios por habitante, y que estos han de representar 10 indevs. Así, cada habitante recibirá un ingreso natural de 3650 indevs anuales; ése es el valor del patrón I.
Esta cifra le da valor a la unidad macroeconómica, que se representa por una mayúscula o como gi, por su nombre de granindev.
Así, decimos que cada habitante, sin importar diferencias de ninguna índole, debe recibir 10 indevs diarios, como mínimo, para garantizarle el bienestar. Esa cantidad diaria, de carácter individual se transforma en anual al multiplicarla por 365, generando así aquella otra unidad, que es la utilizada para el cálculo general de la economía. El granindev queda establecido de esa forma como una cifra fija, rígida, inmodificable, que no acusa ni recibe los posibles aumentos de la otra unidad, la común. Si la sociedad que aplica este sistema decide hacer una variación del ingreso natural por habitante este hecho no modifica en absoluto el valor que 1 o 1gi representa: siempre seguirá representando 3650i por cada habitante.
A través del granindev es como se calculan y comparan todos las cifras de la economía en términos macroeconómicos, regionales o nacionales.
Un granindev es, entonces, el valor anual del bienestar de un ser humano.
El valor del dinero se concreta en el hombre. Si un bien cualquiera tiene un precio de venta (costo de compra) de 2I, al aprehender esa cifra estamos concretando el concepto de que ese bien tiene el mismo valor que el bienestar anual de dos habitantes de carne y hueso. O de otra manera, si una mercancía tiene un costo social de producción (precio) de 10i, su valor es el mismo que el bienestar diario de una persona.
En cuanto a los montos precisos que se quieran distribuir entre la gente, la última palabra la tiene cada sociedad. Quizá una de ellas considere que al principio sea necesario estipular ese ingreso diario en 5 indevs, para irlo aumentando a medida que la economía se consolida. Quizá otra considere que al principio sea necesario entregar a cada benefactor la cantidad de 12 indevs, porque tal vez esa cifra se ajusta más al nivel de vida ya alcanzado por su población. Ambas posturas pueden después reacomodar ese ingreso mínimo.
Pero para nosotros, lo importante es darle al indev una definición convencional: un indev es la décima parte de lo que un habitante debe ganar por día para alcanzar un bienestar mínimo; un granindev es equivalente a 3650i, siempre, sin importar la magnitud del ingreso natural diario establecido.
Hoy en el mundo existe una enorme variedad de "bienestares mínimos", pues estos están relacionados al nivel de los precios y al poder adquisitivo de cada país; al costo de vida o nivel de vida de cada uno de ellos. Aquí mismo vemos una de las nuevas posibilidades que nos brinda el indev: la capacidad de comparar entre esos diferentes "bienestares mínimos", al utilizarlo como patrón de medida y comparación, su función principal.
El ingreso natural individual diario (el que se mide en indevs) puede ser variado: aumentado o disminuido; no puede variarse, sin embargo, el valor del factor I, el ingreso natural social anual (el que se mide en granindevs) bajo ningún concepto. Así, cada sociedad le dará una definición precisa y determinante –la oficial- a ese ingreso mínimo individual, según el resultado de sus cálculos o a la conclusión económico-política a la que se llegue mediante el uso de las variables de su propia riqueza natural, según las de su capacidad de trabajo social, el número de habitantes que la integren, y demás factores que quieran considerarse.
El indev (la unidad común) permite que, una vez definido, exista la posibilidad de variarlo, de adaptarlo a las nuevas condiciones económicas. Pero no es necesario variar el monto del granindev (la unidad macroeconómica), pues es tan inútil como variar la masa del kilogramo, o la longitud del metro mientras están en uso. Digamos claramente que no tiene sentido hacerlo, puesto que si se necesita variar el ingreso natural individual, su monto podrá disminuirse a 8 o cinco indevs diarios, o aumentarlos a 13 o quince, o la cifra que sea. Nada de eso modifica el valor de la unidad macroeconómica: el bienestar anual de una persona.
El indev es así un patrón de medida, fijo, como debe ser. A través de él se calculan los valores de todos los módulos que componen la fórmula del ciclo económico por período: H = (N + A) . T. Esa cifra H es la que nos indica cuánta riqueza posee el país o la zona en cuestión en un período dado. Y ése es el respaldo concreto, determinado y específico de la nueva moneda; la magnitud de H representa el "capital" con que empezaremos a mover toda la economía, el que nos permite asegurar que los sueños del hombre ya no son imposibles.
Ese respaldo confirma su indevaluabilidad, la que asegura su estabilidad y la posibilidad de acrecentar cada ingreso natural período tras período, puesto que los módulos que componen la fórmula siempre van aumentando.
En tanto que utilizaremos la fórmula en la forma más sencilla R = N + A (uno de los factores de la fórmula anterior) para calcular el estado de la economía en una forma más frecuente.
Cuando se suma o adiciona la cantidad de habitantes de una zona a la de su tierra cultivable, de sus minerales extraíbles, de pesca explotable, de aire respirable, de agua bebible, a los seres que hoy la habitan y a los nacimientos de todo tipo de ser –humano, animal, vegetal- que existen en un momento dado en una zona dada, se obtiene la riqueza natural, el módulo N, el "combustible" del motor de la economía. "Combustible" que se consume y que debe reponerse. Ésa es una cifra perfectamente cuantificable, medible, comprobable. Ésa cifra es la riqueza original, el respaldo inicial, el basamento esencial de la riqueza. Y del indev, que en ella se apoya y descansa.
Representa el "capital" primario de toda la economía humana, verificado y verificable sin la necesidad de usar artificios o ardides de ningún tipo.
Conjuntamente, a esa cifra primaria se le suman las cantidades que representan la parte artificial de la riqueza (el módulo A); ella se conforma de toda la riqueza que creó anteriormente el hombre y la que está creando ahora mediante su actividad permanente, que no descansa. Toda mercancía o producto o materia prima, integra en el presente éste módulo A, sin necesidad de distinguirlas entre duraderas o perecederas, hasta que llegue el momento mismo de su adquisición por parte del benefactor. Cuando él las adquiere y las consume o usufructúa, es cuando toman la forma final de integrantes de N o de A, respectiva y concretamente.
El consumo o el usufructo de un bien es un acto de una importancia radical para la economía: no sólo les otorga esa forma definitiva que no poseían y que es fundamental para el cálculo del valor de la riqueza propia R, sino que por sí misma fundamenta y le da la razón de ser a todo el trabajo social, representado en cada ciclo económico. Así, hace que la magnitud de H, la riqueza de todos, sea aumentada. Veamos. La destrucción de riqueza natural N que se realiza a través de la extracción y que el trabajo del productor-extractor transforma en materia prima (árboles en leña o madera, animales en carne o piel); que a su vez el trabajo del productor-industrial transforma en productos y éstos en mercancías al alcanzar la etapa de la comercialización, cada una de estas formas terminan siendo, todas y cada una, el componente de la cadena productiva de la sociedad, que posee una forma cíclica.
Pero falta todavía una muy importante parte, pues aún dichas etapas no logran generar los beneficios calculados y merecidos de ninguno de los integrantes de esa cadena. Las ganancias (los beneficios) solamente se generarán cuando esas mercancías sean adquiridas por el benefactor, quien es el que cumple con el cierre de cada ciclo involucrado en cada una de ellas; hasta ese preciso momento no serán transformadas en beneficio alguno. El benefactor, con su acto de pagar el costo social de producción de cualquier mercancía (costo que cada una de ellas representa en su precio), es cuando permite la generación de beneficios para cada uno de los integrantes de la cadena productiva antes mencionada.
El costo social es transformado por el benefactor, en su acto de consumir, ya no sólo para los integrantes de la cadena productiva, sino para todo el conjunto de la sociedad y para la naturaleza que ella integra, pues tal acto define los nuevos valores verdaderos, aumentados, mayores, de N y de A, (aquellos Nt y At), que sólo él puede hacer: logra que aumente la riqueza total (la riqueza H). El benefactor en dicho acto hace que el costo individual suyo se transforme en el beneficio individual de cada productor; hace que el costo social de producción se transforme en un beneficio social y general.
Así es como se cierra una parte del ciclo, y se obtiene la magnitud de la riqueza total H de la zona, que es el respaldo del indev. Aunque pueda aún faltar la restitución efectiva a la naturaleza de la extracción original, esta imagen incompleta del cierre del ciclo nos alcanza para redondear el cálculo de H, puesto que esa reposición se hará, más tarde o más temprano, cuando lo disponga la naturaleza, la producción y el consumo, según el caso. Se repondrá cuando se ejecute la actividad fundamental del hombre: el trabajo restituyente.
Supongamos que en un país existe un agricultor que se dedica exclusivamente a producir arvejas para ser enlatadas. Por ello ese agricultor es quien debe reponer esas arvejas extraídas a N. La última cosecha la cedió totalmente a una agroindustria dedicada a envasar diferentes productos. Según el ciclo propio de las arvejas, el industrial las envasa y las cede a diferentes comercios.
Hasta aquí, el valor del módulo N de tal país ha sido disminuido en una cierta cantidad (llamémosle B) en el momento de la cosecha realizada por el agricultor. El industrial recibe las arvejas y adquiere una deuda de una magnitud
F, que se conforma de dos partes: un monto desconocido que representa el valor agregado por el agricultor, más la cifra ya dada B. Pero el industrial ha creado a partir de esas arvejas una nueva riqueza artificial A, cuyo precio al por mayor es de una cifra M, mayor que la cifra F que contiene la original B. En la siguiente etapa del ciclo, la comercial, se alcanzará el precio de venta final al menudeo, que será de una cifra D, mayor que M y mayor que F, y que las contiene.
Si nos ubicamos en el momento en que ninguna lata ha sido adquirida aún por benefactor alguno, veremos que el valor de la riqueza artificial A del país fue realmente aumentado, pues esa cifra D contiene los valores agregados por todos los productores del ciclo productivo de las arvejas. La riqueza del país ya fue acrecentada en esa cifra D, que es mayor que la cifra F, que contiene los beneficios del agricultor más lo que aún se adeuda al módulo N, que lo representamos por B: la riqueza del país ya ha aumentado entonces una magnitud positiva D – B.
Así se muestra que (aunque aún no se cerró el ciclo de las arvejas enlatadas y que todavía se adeuda la cifra B de riqueza natural extraída), la riqueza propia R del país en realidad no ha sido disminuida sino que probablemente ha sido aumentada en una cantidad igual a (D . T) – B: esto quiere decir que el respaldo del indev ya ha tenido un aumento igual a esa cifra.
Por no haberse cerrado el ciclo es posible que el agricultor no haya recibido materialmente su propio beneficio, ni tampoco el industrial, ni el comerciante. Además, aunque el agricultor haya vuelto a sembrar la misma cantidad de arvejas, todavía el benefactor no ha transformado aquel costo inicial B que se le adeuda a la naturaleza, en un beneficio B, que sólo él puede hacer en el instante de consumirlas. Pasado el tiempo que tenga que pasar para considerar que todas las arvejas enlatadas hayan sido adquiridas y consumidas por el benefactor, es cuando esa cifra D. T ya no pertenece más a la riqueza artificial A sino que, conjuntamente con B, ha pasado a formar parte del módulo N, la riqueza natural; mediante ella, volverá a aumentarse el valor de la riqueza social general.
En cada período se calculará la nueva cifra representativa del mínimo social de riqueza a generar –el conocido como ingreso o producto social general, el factor T- que será calculado según vayan variando sus dos componentes: cada ingreso natural individual estipulado, multiplicado por el total de la población, mediante el uso de la ecuación T = I . P.
El patrón I, el ingreso natural individual, se lo aumenta para permitir que se vayan satisfaciendo las necesidades de todos los habitantes (necesidades que serán cada vez más superfluas hasta alcanzar las más caprichosas), en tanto que P contendrá el crecimiento vegetativo de esa población. Esto indica que el factor T, además de aumentar el respaldo del indev, aumenta los derechos de los habitantes a una vida digna y las obligaciones para ellos de cumplir y hacer cumplir el ciclo económico.
Se dijo en su momento que, a medida que aumenta la riqueza de la zona en una cifra conocida, ese patrón I se podrá aumentar correspondientemente, empujando los ingresos de todo benefactor hacia arriba. Si, por ejemplo, el indicador utilizado marcó un incremento del 2% en el período anterior (esto es,
R" = R x 2%), los ingresos podrán aumentarse ese mismo 2%, como máximo, en el período actual. Vemos que esto en absoluto implica una devaluación del indev; lo que indica es un aumento de la capacidad de compra, un crecimiento del poder adquisitivo de los habitantes. Si antes del aumento se compraba cierta cantidad de una mercancía, ahora podrá comprarse un 2% más de esa misma mercancía, u optar por otra que satisfaga mejor la necesidad de cada habitante, o su gusto o su capricho. Lo "peor" que puede pasar es que los productores decidieran mejorar esa mercancía hasta ese máximo del 2%, por lo que sólo se podría comprar la misma cantidad de ella. Pero de esa forma será una mercancía mejor, superior de lo que era. De ambas maneras se aumenta el nivel de vida de la población.
Esta tabla muestra el caso hipotético de que un país de 5 millones de habitantes inicia el uso del indev. Los 5 millones de habitantes nos dicen que se debe generar anualmente un ingreso social o trabajo T de cinco millones de granindevs (representados en la columna T); su riqueza N en ese primer año es de 16 millones y su riqueza A es de doce, medidas también en granindevs. Vemos que tanto el crecimiento de la riqueza total H, así como la riqueza propia R, es nulo, por no existir datos de los años anteriores en que no se utilizó este sistema económico. La tabla nos muestra que ese país tiene una riqueza propia R de 28 millones de granindevs, es decir, es 5,6 veces mayor que el ingreso mínimo anual que es necesario para distribuir entre sus habitantes. En tanto que H, la riqueza total en que se respalda el indev, es de 140 millones, como resultado de la multiplicación de la riqueza propia R por la capacidad productiva de sus habitantes, T. Ese valor de T, esos 5 millones de I, es el monto que la sociedad debe generar todos los años para mantener el bienestar mínimo de su gente, y para no disminuir la riqueza total H, la que mantiene el respaldo del indev. Estos datos pueden leerse también así: ese país es suficientemente rico de su propia riqueza natural R como para soportar 5,6 períodos sin generar riqueza nueva alguna y aún mantener el mismo bienestar a toda su población; o también desde otro punto de vista: podría darle el mismo bienestar a casi seis veces su población actual dentro de un sólo y mismo período. Ese país es capaz de eso.
Suponemos un crecimiento anual constante de la población de un 3%. Quizá sea exagerado, puesto que toda América no llega a esa tasa. Se indica en la columna
T, que mide el trabajo necesario que esa sociedad debe generar.
La segunda fila nos dice que el año siguiente ha sido un año malo, en el que N no creció en absoluto y A lo hizo solamente un medio por ciento. Como la riqueza N no creció esta mantiene su valor de 16 millones de I del año anterior; en tanto A ha aumentado 60.000 I; ahora es de 12,06 millones de granindevs, lo que nos indica que hubo un exiguo aumento de la riqueza R del 0,21 % con relación al primer año. Sólo puede dársele a cada habitante un aumento del ingreso natural en esa proporción; de 3650i a 3657,65i anuales. A pesar de ser un mal año, la riqueza total H se vio aumentada en más de 4 millones de granindevs, puesto que el aumento del factor T (debido al crecimiento vegetativo de su población) la impulsó a un crecimiento del 3,12% que representa no sólo que esa sociedad tiene la obligación de aumentar su capacidad productiva en esa tasa, sino también, que el indev aumentó su respaldo ese mismo porcentaje. Pero principalmente nos dice de la posibilidad de darle el mismo bienestar a 10.690 habitantes más de los que realmente tuvo en forma vegetativa. Eso lo permite la riqueza natural del país, el trabajo de su población y la riqueza generada por ella.
En el tercer año en tanto, N ha aumentado un 1% y A un 2%, lo que indica que ha existido un crecimiento general de la riqueza propia del país R del 1,41% en relación al período anterior. Ese aumento se puede expresar en que este país ahora es capaz de otorgarle el mismo bienestar a más de 72 mil habitantes nuevos no incluidos en su crecimiento vegetativo, o aumentar en 51 indevs el ingreso natural anual de cada uno de los 5 ,30 millones de habitantes que ahora viven en él.
La cuarta fila nos responde la pregunta que todos nos hacemos. ¿Qué sucede si hubiera una catástrofe natural u otra situación que impidiera la generación de nueva riqueza? Para responder, supongamos que hubo un terremoto devastador que destruyó tanto riqueza natural N como riqueza artificial A, llevándolas a un nivel menor aún que el del primer año; y que resultó en un decrecimiento de la riqueza propia R del país de un 2,15% en relación al año anterior, decrecimiento aún mayor que el crecimiento del 1,62% creado y obtenido en los tres años anteriores. Para hacerla más negativa, suponemos que su población ha mantenido el ritmo normal de crecimiento del 3%. Se perdieron casi 600 mil granindevs de riqueza en comparación con el año anterior. Aún así, esta economía exige que, en lo posible, se mantenga la misma cantidad de ingreso natural por habitante, sin tener que disminuir sus beneficios, a pesar de que su población ha aumentado de 5,30 a 5,46 millones. Esos 600 mil de pérdida se descuentan en su totalidad del factor R, nunca del factor trabajo, porque lo que perjudica cualquier catástrofe, como el terremoto de marras, es a los bienes materiales producidos por el hombre y a la riqueza natural del país (recuperables mediante ese trabajo social), pero que nunca incide en esa capacidad transformadora y creadora que el hombre posee: así nos lo muestra la enorme cantidad de catástrofes sufridas por la humanidad a lo largo de su historia. Así aseguramos, garantizamos, que durante el quinto año y subsiguientes, puedan ser recuperados los daños sufridos de la única forma que se puede lograr: mediante ese mismo trabajo, realizando nuevamente las obras que las había creado, sin que sus habitantes soporten dentro de sus estómagos el vacío derivado, o sobre sus hombros el peso de esa recuperación.
El respaldo del indev que se toma del valor de H ha caído en una cantidad de 3,17 millones de granindevs en relación al período anterior, pero aún se mantiene en 7,80 millones por encima del respaldo del primer año, aquel en el que se estableció la posibilidad de mantener el bienestar de su gente durante 5,6 períodos. El hecho descrito en el párrafo anterior lo confirma. Y más aún, en ese primer año su población era de 5 millones, y hoy es de 5,46 millones, esto es, 460 mil habitantes más, que ni se acerca a la posibilidad que tenía el país en aquel primer año de darle el mismo bienestar a 5,6 veces su población de ese primer año.
Lo más importante que nos dicen estos ejemplos no es solamente la enorme capacidad de creación de riqueza que hace posible generar el trabajo del hombre y el bienestar que ella misma crea, ni tampoco la importancia de la riqueza natural de ese país.
El indev es la unidad de medición y cálculo cotidiana. La cantidad que se posea de él no hará la diferencia entre personas que asumen el mismo papel de consumidor, sino que marcará la diferencia entre personas en su rol de productor; hará notar las distintas capacidades o aptitudes Individuales como productores, como trabajadores. Pero como benefactores, todos, absolutamente todos cumplimos el mismo rol. El indev no es una mercancía pues ni se compra ni se vende; no tiene Propietarios, ni se transforma mágicamente en ninguna de la enorme cantidad de mercancías que existen. Con él en su forma macroeconómica, se representa el valor en concreto de la riqueza social general, de H, obtenida desde el trabajo de las generaciones anteriores más las actuales y dirigida a las futuras; Cuando se reponga la deuda que tenemos con la pachamama es cuando se genera nueva riqueza propiamente dicha; riqueza otra vez natural, que aumenta el capital inicial, aumentando el saldo a nuestro favor.
Cuando ella aumenta, es posible –y al principio necesario- aumentar la cantidad de indevs para representarla. No obstante, ella siempre será mayor, pues cumple con un círculo virtuoso inacabable. Con el indev se confirma algo que siempre existió y que nunca se reconoció. Quien necesita un préstamo y lo solicita, lo utiliza para invertirlo en sí mismo, en su familia o en la sociedad: lo usa en consumo o en producción; coincidentemente, éstas son las dos maneras que se tienen de aumentar la riqueza total. Por lo tanto, esa persona lo solicita para darle a ese dinero un uso real y efectivo, cosa que no permite su acumulación. Ése uso hace que aumente directamente la riqueza de la zona de que se trate.
El dinero quieto no cierra el ciclo económico: ni produce ni consume. Se confirma así que es innecesario agregarle un costo, un precio, un interés a los préstamos. Cualquier préstamo será devuelto con "interés" incluido cuando llegue el momento en el que se conoce cuál ha sido el resultado económico del período; cuando se cierre el ciclo económico inmiscuido en su solicitud.
El poder adquisitivo de cada habitante, su salario común y corriente o su Ingreso natural, o ambos, está dado por el valor del indev, que es conocido, concreto, inmodificable dentro de tal período. Ése poder de los ingresos es lo Suficientemente alto como para que el precio de toda mercancía pueda ser de un nivel alto, quizá el internacional, o tal vez mayor que éste; Definida de esa manera y dentro del período establecido, la moneda que se tenga en la mano, tendrá un valor específico, firme, conciso, que no puede ser modificado arbitrariamente por Nadie; porque están ahí, verificables, las cifras que se relacionaron entre la actividad del hombre y la riqueza de esa zona en ese período.
La cantidad de unidades a imprimir de indevs ha de estar relacionada directamente con tal riqueza y necesariamente con la cantidad de habitantes de la zona en cuestión, en ese período, en cantidad suficiente para que permita racionalmente el cumplimiento efectivo de la principal de todas las metas: el pago del ingreso natural, el patrón I, Para que por su intermedio se vayan satisfaciendo todas las necesidades de la gente. También podrán mantenerse el ingreso natural exactamente al mismo nivel que el año anterior, y utilizarse ese incremento del 2% para generar una reserva implícita o explicita de indevs a nivel social para ser utilizado en una nueva inversión (de obra pública, por ejemplo), con el fin de aumentar el bienestar general. Si la economía maduró como para que se considere que ya se ha alcanzado un nivel de vida suficiente para toda la población, ese incremento, en su totalidad o no, puede ser acumulado en reserva para invertirlo en lo que se considere necesario.
.La suba de precios tiene un tope máximo establecido, dentro de un período; pueden volver a aumentarse, dadas las condiciones antedichas, en el período siguiente. Pero no tiene límite la baja de precios, que puede ser aplicada en cualquier momento y sin otros topes más que los que los productores dispongan.
El precio de un bien está dado por la suma de los costos inherentes a su producción y las ganancias planificadas por los distintos productores que participan es su ciclo particular. Los costos propios de cada productor son perfectamente conocidos porque sólo contienen: a) el valor de la riqueza natural utilizada y b) los valores agregados por los propios productores de todas las etapas productivas del ciclo económico.
El precio final de venta, contiene todos los costos agregados y las diferentes ganancias que ocurren durante dicho ciclo, en el sentido del trayecto del bien: el sentido de los costos. El beneficio de cada uno es, para el siguiente, otro costo más, y ese beneficio no lo obtendrá hasta que esa mercancía no sea adquirida por el benefactor, momento en el cuál el ciclo cambia de dirección, tomando el sentido de los beneficios.
Cuando un productor a nivel industrial recibe una materia prima para su elaboración, su costo contiene el beneficio del productor-extractor; para el industrial éste no es más que otro costo. A su vez, la industrialización de producto le agregará costos nuevos inherentes a esa labor, más los beneficios propios que sin trabas se calculen por el industrial, todo lo cual representará otros costos que abonará el siguiente productor del ciclo, y así sucesivamente, hasta llegar al benefactor.
Cada mercancía proviene de un número impreciso de componentes. La definición de los precios de cada mercancía está relacionada en forma directa a la definición del producto primordial que la origina, y el de éste con el de la materia prima principal que se utiliza para su fabricación. Por lo tanto, al iniciarse el proceso, se debe determinar el precio de cada materia prima que el país explote o importe, para poder reconocer con suficiente exactitud la certeza de los precios de los productos o mercancías que de ellas se derivan.
El precio de venta de toda mercancía se convierte en un costo general, en el costo social de producción, que lo paga el benefactor en su totalidad, y que representa una cifra equivalente a la deuda original asumida con la naturaleza por parte de toda la cadena productiva, conjuntamente con los beneficios agregados por sus productores durante las diferentes etapas del ciclo económico que le atañe. En el momento exacto en que su consumo transforma el trabajo de toda la sociedad en vida digna para el benefactor, es que se alcanza el objeto de la economía: satisfacer las necesidades de la población. Aquí es cuando se genera un balance de saldo perfecto, puesto que se finaliza el ciclo en forma correcta.
El estudio del ciclo económico de cada mercancía nos indica que todo productor, en cualquier etapa del proceso, cumple un rol o función similar a la de un consignatario del bien principal de su actividad, recibiéndolo en forma de préstamo (como si fuera una deuda con pago a crédito), adquiriendo una especie de compromiso con el productor anterior (o con la naturaleza si el que se considera como productor es el extractor), mientras le va agregando sus propios costos de producción y sus beneficios al monto de dicha deuda, mediante el uso de recursos propios o sociales. Solamente al adquirir el benefactor ese bien, el productor comerciante (como último productor de la cadena) podrá retribuir el pago a los productores antecesores y mantener en su poder el beneficio propio calculado.
Si no suceden catástrofes, el valor de una cantidad constante de una misma materia prima (que es el acceso al "capital inicial" del ciclo que la involucra, primera transformación a la naturaleza que el hombre realiza mediante su trabajo) se mantiene igual período tras período. Ése valor es el que fue definido en la propia creación del ingreso natural, establecido en forma oficial, en términos económicos sociales o nacionales. Así, el valor del producto creado a partir de esa materia prima se mantiene constante; sin olvidar que esto sucede si es que aún es el mismo producto, sin que haya tenido cambios en su calidad que lo hagan más caro, o que su productor haya decidido bajar su precio. Toda mercancía mantiene o cambia su valor de igual manera; Este análisis nos muestra que todos los productores del ciclo, al ser también benefactores, han recibido el ingreso natural que les corresponde. Pero también nos enseña que, mientras tanto, anterior o simultáneamente, la forma en que pierde todo sentido la acumulación o el acaparamiento de mercancías, una de las maneras más burdas de la especulación.
El beneficio de todo productor aumenta su ingreso natural como benefactor, y lo utilizará en consumo. El ingreso de todo benefactor termina siendo la ganancia de todo productor, tanto cuando son distintas personas como cuando es la misma que cumple ambos roles. Toda la sociedad es la generadora de ganancias, toda la sociedad es quien disfruta de los bienes que produce. Toda la sociedad es responsable de completar el ciclo económico y de cerrarlo con balance positivo. Así, toda la sociedad es la que disfruta de sus logros.
El objetivo de esta economía es devolver a la naturaleza lo que esta nos ha prestado, y esto se logra, en parte, mediante el consumo que realiza el benefactor. Por lo tanto, el ahorro no es una virtud del ahorrista sino que es una mezquindad o avaricia de su parte, porque se opone al fin de la economía al interrumpir la concreción del ciclo económico inherente a ese beneficio. El indev no admite la ociosidad, ni la individual ni la social. Incluso no admite que él mismo esté en reposo.
El capital es la riqueza
Hoy el capital se confunde con el dinero, que es solo una de sus muchas formas. Siempre resulta más fácil recordar un concepto difícil a partir de una de sus manifestaciones tangibles que a partir de su esencia. La mente capta más fácilmente el concepto de "dinero" que el de "capital".
Pero es un error suponer que el dinero es lo que finalmente fija el Capital.
Lo que no entiende de Soto y muchos economistas es que, en el capitalismo actual, el capital no sólo se confunde con el dinero, sino que definitivamente es el dinero, que aquel significado esencial del capital se ha perdido para la historia y que hoy por hoy el dinero es su única forma; el dinero es el capital y también es, en sí, el progenitor de la especulación, en vez de serlo de la producción adicional y el consumo. Lo que ellos no entienden es que el igualar el concepto de dinero al de capital ha sido un mea culpa del capitalismo, un reconocimiento explícito de su función esencial, una confesión clara de cuál es su objetivo: le importa muy poco la producción y el consumo; le importa la especulación. El capitalismo de hoy debería llamarse dinerismo.
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