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Ideario político y social de Simón Bolivar (página 2)


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Para Bolívar, la Patria era América. Consideraba, al igual que Miranda, que los hispanoamericanos eran hermanos ya que compartían "un origen, una lengua, unas costumbres y una religión."[46] Asimismo, no sólo había una serie de elementos culturales que hermanaban a los americanos, sino un complejo patrón étnico que les daba una identidad particular frente a otros pueblos del mundo. En este sentido, planteaba que lo que caracterizaba a los hispanoamericanos era el mestizaje, la mezcla entre diferentes etnias y culturas que habían dado lugar a un nuevo "género humano". Rompiendo parcialmente con el criollismo de Miranda, y con el criollismo/racista de las élites americanas, Bolívar insistió fuertemente en la importancia del mestizaje como pilar fundamental de la identidad americana y como un camino a profundizar para evitar el conflicto entre los diferentes sectores socio-étnicos. Sabía, sin embargo, de la dificultad de esta identidad ambivalente, ya que con una claridad meridiana, entrevió que los hispanoamericanos que buscaban su independencia, eran en gran medida fruto del proceso colonial y estaban atrapados entre la imposición de la cultura europea y el pasado precolombino. Estas reflexiones en torno al mestizaje aparecen esbozadas con claridad en la Carta de Jamaica, donde postulaba:

"Nosotros somos un pequeño género humano; (…). Yo considero el estado actual de la América, como cuando desplomado el Imperio Romano cada desmembración formó un sistema político, conforme a sus intereses y situación o siguiendo la ambición particular de algunos jefes, familias o corporaciones; con esta notable diferencia, que aquellos miembros dispersos volvían a restablecer sus antiguas naciones con las alteraciones que exigían las cosas o los sucesos; mas nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles"[47].

Y luego en el Discurso ante el Congreso de Angostura, donde afirmaba:

"Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis (…)"[48]

En este sentido, Hispanoamérica podía ser vista como una patria común para todos, sin embargo, a diferencia de lo que Miranda pensaba, Bolívar consideraba que era imposible construir un único estado para toda la región. Aunque la idea le parecía sumamente atractiva, la entendía como una utopía quimérica ya que, en su opinión, había enormes barreras geográficas, climáticas y políticas que hacían esta magna tarea una obra inalcanzable. En sus palabras:

"Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, (…). Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo, y menos deseo una monarquía universal en América, porque este proyecto, sin ser útil, es también imposible"[49] y "Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América"[50].

Más realista que Miranda, entonces postulaba, no la creación de único estado nacional que abarcase toda Hispanoamérica, sino la constitución de múltiples estados, que siguiendo el principio de utis possidetis juris, se conformasen a partir de los antiguos virreinatos y capitanías generales. Mantenía, sin embargo, vivo el sueño de Miranda, con dos propuestas integracionistas sumamente relevantes. Por un lado, la construcción de Colombia, que incluiría Venezuela, Nueva Granada, Quito y Guayaquil y por el otro la edificación de una magna confederación, que nuclease a los nacientes estados hispanoamericanos. Este proyecto confederal, tenía como intención integrar a los países para la defensa común frente a las amenazas coloniales y hacer viable el desarrollo económico y político de las sociedades postcoloniales. Para concretarlo, Bolívar propuso, ya en 1815, en su profética Carta de Jamaica, la realización de un Congreso Anfictiónico, similar al de la confederación de la antigua Grecia, en el Itsmo de Panamá, en el que participarían delegados de todos los países hispanoamericanos. En la referida misiva afirmaba:

"¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo."[51]

Como ya vimos, en la medida que la lucha revolucionaria fue alcanzando sus frutos, Bolívar intentó de realizar estas propuestas integracionistas. Logró la concreción de Colombia y estableció pactos confederales entre Colombia, Perú y Bolivia. Asimismo, a mediados de la década del 20 impulsó (con la colaboración inestimable de su colaborador Bernardo de Monteagudo) la realización del Congreso de Panamá invitando a los nacientes estados a enviar delegados a Panamá. Sin embargo, agobiado por las tareas bélicas, la organización del Cónclave quedó a manos del vicepresidente Santander y del canciller Gual, quienes le imprimieron una lógica diferente al encuentro. Contraviniendo los postulados expresos de Bolívar, éstos invitaron a Estados Unidos y a Brasil al Congreso. Asimismo, temerosos de las represalias internacionales y de su modelo revolucionario, excluyeron a Haití del cónclave y se negaron a reconocer su independencia. Finalmente, gracias a los anhelos localistas de las oligarquías criollas, el Congreso resultó en un lamentable fracaso.

Ciertamente, el ideario integracionista significó un elemento central del pensamiento anticolonial de Simón Bolívar. Sin embargo, es menester destacar los alcances de sus postulados anti-coloniales. Desde su perspectiva, el gran enemigo a combatir y vencer era el Imperio Español, ya que eran los dominadores directos de las colonias americanos. En su opinión, no sólo era necesario romper con el lazo imperial, sino también crear nuevas instituciones políticas, socio-económicas y culturales que dieran por tierra con las viejas estructuras coloniales y regeneraran la sociedad hispanoamericana. Empero, España no era la única amenaza, sino que Bolívar (a diferencia de muchos líderes revolucionarios, como por ejemplo Santander) consideraba, de manera profética, que los Estados Unidos constituían una amenaza real para los jóvenes estados hispanoamericanos. Por este motivo, procuró mantener siempre relaciones distantes y cautelosas con el país del norte. Llegando incluso a sostener algunos picos de conflicto, como ocurrió durante la corta vida de la República Fernandina, instaurada por los patriotas en la Florida española.

Diferente era su opinión sobre el Imperio Inglés. Al igual que Miranda, tenía una imagen sustancialmente positiva de este país. Consideraba que su régimen político era un ejemplo de orden y libertad, que las naciones hispanoamericanas debían tener en cuenta (aunque no copiar) a la hora de construir sus estados. Por otro lado, siendo Inglaterra la enemiga histórica de España y de los Imperios más reaccionarios de Europa, Bolívar, entendía que dicho país podía ser un aliado militar de peso para garantizar la independencia. En este sentido, buscó siempre mantener un vínculo amistoso con Inglaterra. Sin embargo, la postura de Bolívar, no era ni ingenua, ni servil (como la de la mayoría de las élites criollas) ya que entendía que el Imperio Británico tenía sus propios intereses comerciales, militares y políticos.[52]

Por ello, intentó sostener una relación equilibrada con aquel imperio. Una relación practica que sirviese a los anhelos de la independencia.

El ideario Social del Libertador

Siendo Bolívar un miembro conspicuo de la oligarquía mantuana, al principio tuvo enormes dificultades para entrever la cuestión social que se anidaba en el orden colonial. Temeroso del ejemplo de la Revolución Haitiana, durante los primeros años del proceso independentista, se negó, junto con la élite criolla, a conceder la libertad a los esclavos y la igualdad efectiva a los pardos. En este sentido, durante la experiencia de la Primera y la Segunda República Venezolana impulsó un orden político y social francamente elitista y criollista, que fue rechazado de forma radical por los sectores populares que apoyaron a los realistas. Este divorcio entre independencia y cuestión social (típico del proceso revolucionario hispanoamericano) empezó a resolverse en la mente de Bolívar a partir de 1816, con la experiencia de su exilio en Haití. Allí, pudo conocer de primera mano los frutos de la Revolución Haitiana, (el fin de la esclavitud, del racismo y la primera reforma agraria de la región) y relacionarse con uno de sus líderes más sobresalientes: el presidente Alexandre Petión. Fue justamente Petión quien lo convenció de asumir como propia la bandera de la abolición de la esclavitud, para darle un carácter social a la gesta independentista. De esta manera, a partir de 1816, Bolívar introdujo el abolicionismo como un elemento central de su prédica y de su programa revolucionario. Sin embargo, podemos reconocer un proceso de radicalización con respecto a estas ideas. Así, en sus decretos de 1816 y 1817, proclamó el fin de la institución, pero estableció que los esclavos varones mayores de edad debían integrarse a los ejércitos patriotas, quedando, de este modo, supeditada su emancipación a la participación en la guerra. (Algo muy similar a lo realizado por los realistas y por San Martín en su gesta). Quienes sí eran inmediatamente libres eran las mujeres, los niños y los ancianos, que por motivos de salud, género o edad no podían combatir. Es posible reconocer entonces, en este momento, una mezcla de idealismo y de pragmatismo en su postura abolicionista. Sin embargo, a pesar de que Bolívar continuó durante los años subsiguientes impulsando el reclutamiento de los esclavos, comenzó a promover la emancipación total de estos sectores, sin ningún tipo de contrapartida militar. Estas ideas fueron esbozadas explícitamente en el Congreso de Angostura y en su proyecto de Constitución para Bolivia. De esta manera, a partir de la experiencia en Haití y de sus contactos militares con los sectores populares, Bolívar comprendió que era imposible y una flagrante contradicción luchar contra la esclavitud política, mientras se sostenía la esclavitud de los afro-descendientes. En sus proclamas y en sus decretos, buscó convencer a la élite criolla y a sus compañeros de armas, de que el abolicionismo debía ser un pilar de la revolución. Así, en el Discurso al Congreso de Angostura definía las bases del proyecto independentista, republicanismo, libertad civil y abolicionismo:

"Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo: la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios."[53]

Y en particular sobre la importancia del abolicionismo decía:

"La atroz e impía esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro cielo se hallaba recargado de tempestuosas nubes, que amenazaban un diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la redención disipó las tempestades. La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Si, los que antes eran esclavos ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria. Encareceros la justicia, la necesidad y la beneficencia de esta medida es superfluo cuando vosotros sabéis la historia de los Helotas, de Espartaco y de Haití; cuando vosotros sabéis que no se puede ser libre y esclavo a la vez, sino violando a la vez las leyes naturales, las leyes políticas y las leyes civiles. Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis Estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República."[54]

Sin embargo, los sectores oligárquicos, movidos por sus propios intereses, llevaron adelante una política opuesta a los anhelos del Libertador. Contra viento y marea, sostuvieron la institución, permitiendo únicamente la libertad de vientres y un sistema de manumisiones (instauradas por el Congreso de Cúcuta en 1821), que bajo una prédica falsamente abolicionista mantenía incólume las bases de la esclavitud. Recién a principios de la década del 50, Colombia y Venezuela decretaron el fin del sistema esclavista.[55]

Similar posición mantuvo Bolívar frente al problema de los pueblos originarios. Al principio, no tomó en cuenta sus demandas, sin embargo, con el correr de los años, al calor del proceso revolucionario, fue introduciendo entre sus banderas el fin de la explotación servil en la que se encontraban los indígenas. De esta manera, decretó leyes que abolieron la mita, el yanaconazgo, el tributo y que les garantizaban la ciudadanía a los indios. Sin embargo, al igual que con la esclavitud, las élites criollas (sobre todo las de Perú y Bolivia) resistieron de manera frontal al proceso reformista iniciado por Bolívar, dejando sin resultados efectivos a las propuestas legislativas.[56]

El racismo fue, indudablemente, uno de los pilares centrales del orden colonial. Sobre el particular, Bolívar inicialmente se mostró sumamente tibio aceptando la exclusión civil de los indios, los esclavos y los pardos pobres del nuevo orden político. Empero, con los años fue radicalizándose y se convirtió en un enemigo declarado del racismo, promoviendo en sus decretos y proyectos constitucionales (Angostura y Bolivia), la igualdad absoluta de todos los sectores sociales frente a la ley. En su opinión, era la ley el instrumento fundamental para igualar a los grupos socio-étnicos y terminar con las discriminaciones propias del orden colonial. Asimismo, el abolicionismo y las reformas pro-indígenas deberían ayudar a realizar materialmente la igualación relativa de la sociedad. A su vez, la participación popular en el ejército también debía colaborar al ascenso de los sectores de color. Por último, la profundización del mestizaje, ya existente, debía ayudar a borrar las tajantes diferencias étnicas establecidas durante el período colonial. En sus palabras:

"Para sacar de este caos nuestra naciente República, todas nuestras facultades morales no serán bastantes si no fundimos la masa del pueblo en un todo; la composición del gobierno en un todo; la legislación en un todo, y el espíritu nacional en un todo. Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa. La sangre de nuestros ciudadanos es diferente, mezclémosla para unirla"[57]

Sin embargo, su ideario anti-racista tenía un límite que merece señalarse, el miedo a la guerra de razas y a la pardocracia. Como rémora de su pasado mantuano, Bolívar temió durante su vida política militar, que el proceso de igualación llevase a un empoderamiento excesivo de los pardos (quienes eran la mayoría en Colombia) que desembocase en una guerra de castas y que tuviese por culminación la masacre de los criollos blancos y la hegemonía de los pardos. En este sentido, es posible sostener que a pesar de que Bolívar abogaba por una ampliación universalista de la libertad y la igualdad en términos legales, en los hechos buscaba sostener un equilibrio entre los sectores sociales que garantizara la participación de todos los grupos étnicos y que mantuviese una relativa y sutil hegemonía de los sectores criollos. Por ello, a pesar de sus decretos igualitarios, reaccionó de manera violenta (ejecutando a los oficiales pardos Piar y a Padilla), cuando entendió que los pardos se excedían en sus reclamos y buscaban imponer su propia hegemonía.[58] En este sentido, ciertamente, el pensamiento social de Bolívar reconoció algunas limitaciones, pero es muy importante destacar que el Libertador rompió con la cosmovisión racista, esclavista y elitista de las élites criollas e intentó construir un orden postcolonial más justo e igualitario. Orden, que no logró concretarse debido a la oposición radical y tajante de las élites criollas, quienes deseaban Introducir cambios mínimos para asegurarse que nada cambiase realmente.

El reformismo económico de Bolívar

Como señalamos previamente, Bolívar era muy consciente del atraso económico en el que se encontraba Hispanoamérica durante el siglo XVIII y XIX. Consideraba que dicha situación, se debía, sobre todo, a la expoliación de recursos que la región sufría por parte de la metrópoli y a la política impositiva y de monopolio comercial impuesta por la Corona Española. Atento lector de las obras ilustradas y de los economistas liberales, se propuso durante el proceso de independencia, reformar las instituciones socio-económicas, para alterar las relaciones de producción y desarrollar las fuerzas productivas. En este sentido, como bien apunta el historiador Luis Vitale, Bolívar propulso un proyecto burgués que buscaba afincar, o si se prefiere, consolidar un desarrollo capitalista para la región.[59]

Desde esta clave interpretativa, es posible comprender sus decretos antiesclavistas y anti-serviles, no sólo como una política humanista y libertarios, sino también como una estrategia para revolucionar el mercado laboral con el objetivo de instaurar relaciones de producciones (formalmente) libres y capitalistas. Asimismo, buscando aumentar la producción y comercialización de productos agrícolas y ganaderos, impulso una serie de reformas importantes que rompieron con el monopolio comercial impuesto por la metrópoli.

En primer lugar, estableció la abolición de las excesivas cargas tributarias que afectaban a los sectores criollos e indígenas (alcabalas, tributos, etc.) y decretó un nuevo sistema impositivo.

En segundo lugar propicio, en términos generales, la liberalización del mercado interno (con la desaparición de las aduanas internas) y del comercio con las potencias externas. Como buen liberal que era, consideraba que la baja de los afueros (aranceles) aduaneros y la apertura comercial era una medida positiva y modernizadora, que traería un aumento considerable en la producción y en las ganancias.

En tercer lugar, a diferencia de otros criollos miembros de la elite, que eran acérrimos defensores del laissez faire, Bolívar promovió un proteccionismo moderado para defender el desarrollo de algunas industrias artesanales locales.

En cuarto lugar, siguiendo con esa postura parcialmente intervencionista estableció la propiedad nacional de las minas de Colombia.

Por último, el Libertador se propuso alterar el régimen de la tierra, para limitar el poder de los grandes terratenientes y fomentar el surgimiento de pequeños y medianos propietarios. Para alcanzar dicho objetivo, promovió una suerte de forma agraria, decretando la entrega de tierras a los oficiales y soldados del ejército libertador. Empero, este proyecto no alcanzó los resultados esperados, ya que las tropas recibieron vales en vez de tierras y se vieron obligadas a venderlos (a un precio devaluado) lo cual fomentó la expansión del latifundio y el surgimiento de oficiales latifundistas, como el ex llanero venezolano, José Antonio Páez[60]

Conclusiones

En conclusión, Bolívar dedico su vida a realizar, a través del poder las armas, la ley y la palabra, un proyecto anti-colonial, con el cual se proponía derrumbar el orden imperial, para construir un Nuevo Mundo en Hispanoamérica.

Este se conformaría de una multiplicidad estados independientes organizados bajo el régimen republicano/centralista y unido fraternalmente por un gran pacto confederal, cuya cabeza estaría en Panamá. Asimismo, en su faz social, su plan se proponía establecer un sistema social post racial, post esclavista y post servil y en su faz económica, un capitalismo liberal para desarrollar las potencialidades económicas de la región.

Superando enormes dificultades y sobreponiéndose a innumerables fracasos transitorios, Bolívar con su ejército popular, consiguió derrotar militarmente al poder imperial en Hispanoamérica. Fue el libertador de cinco estados y el protagonista principal de la independencia. Sin embargo en el apogeo de su victoria, recibió la traición artera de las oligarquías locales que impidieron la realización efectiva de su ideario social y su sueño de integración continental. Con razón, al final de su vida, enfermo y desahuciado afirmó: "Hemos ganado la independencia a costa de perder todo lo demás."

Sin embargo, su gesta y su ideario revolucionario, no fue en vano, sino que quedó como un hito fundamental para el pensamiento crítico latinoamericano.

 

 

Autor:

Ricardo Adán Molina Meza

Departamento de Filosofía

Universidad de El Salvador

[1] Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar, (Caracas, 24 de julio de1783 — Santa Marta, República de Colombia, 17 de diciembre de 1830)

[2] Simón Rodríguez (n. Caracas, Venezuela, 28 de octubre de 1769 – m. Distrito de Amotape, Perú, 28 de febrero de 1854), conocido en su exilio de la América española como Samuel Robinsón, fue un gran filósofo y educador venezolano, uno de los más grandes de su tiempo, tutor y mentor de Simón Bolívar

[3] María-Teresa Josefa Antonia Joaquina Rodríguez del Toro y Alayza (Madrid,15 de octubre 1781 — Caracas, 22 de enero de 1803), hija de aristócratas españoles, fue la esposa del prócer venezolano Simón Bolívar. A los ocho meses después de su matrimonio con El Libertador de América, María Teresa murió de fiebre amarilla. Bolívar no volvió a casarse después de morir su esposa

[4] Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt (Berlín, Alemania, 14 septiembre 1769 – 6 de mayo 1859), mejor conocido como Alejandro de Humboldt, geógrafo, naturalista y explorador alemán. En París conoció a Simón Bolívar, quien solía decir que Humboldt era "el descubridor científico del Nuevo Mundo, cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los conquistadores juntos" Es considerado el "Padre de la Geografía Moderna Universal".

[5] S.Bolívar y Francisco Pividal (comp), Simón Bolívar: La Vigencia de su pensamiento, La Habana, Casa de las Américas, 1982, p. 15.

[6] Carlos IV de Borbón, llamado el Cazador (Portici, Nápoles, 11 de noviembre de 1748– Roma, 20 de enero de 1819) fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia.

[7] Fernando VII de Borbón (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784 – Madrid,29 de septiembre de 1833), llamado el Deseado o el Rey Felón, fue rey de España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del «rey intruso» José I Bonaparte, nuevamente desde diciembre de 1813 hasta su muerte, exceptuando un breve intervalo en 1823, en que fue destituido por el Consejo de Regencia

[8] Vicente de Emparán y Orbe (Azpeitia, 5 de enero 1747 – Puerto de Santa María, Cádiz, 3 de octubre 1820, España) Caballero Gran Cruz de la Real Orden de San Hermenegildo, Mariscal de Campo, Presidente, Gobernador y Capitán General de Venezuela. Emparán llega a Venezuela en mayo de 1809 y permanece hasta el 19 de abril de 1810 cuando renuncia a la autoridad legítima conferida por la Junta Suprema Central abandonando la Provincia de Venezuela.

[9] Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez (Caracas, 28 de marzo de 1750 – San Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816) conocido como Francisco de Miranda, fue un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo venezolano, considerado «El Precursor de la Emancipación Americana» contra el Imperio español. Conocido como «El Primer Venezolano Universal» y «El Americano más Universal» , fue partícipe de la Independencia de los Estados Unidos, de la Revolución Francesa y posteriormente de la Independencia de Venezuela, siendo líder del «Bando Patriota» y gobernante de la Primera República de Venezuela durante esta última, en calidad de Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estados de Venezuela.

[10] Algo que expresamente le había prohibido la elite criolla que hegemonizaba la Junta de Caracas.

[11] Juan Domingo de Monteverde y Rivas (1773 San Cristóbal de La Laguna , Tenerife , España – 1832 San Fernando, Cádiz , España), comúnmente conocido como Domingo de Monteverde, soldado español, gobernador y capitán general de Venezuela a partir de junio 1812-8 agosto de 1813. líder de las fuerzas españolas en la Guerra de Independencia de Venezuela desde 1812 hasta 1813. Dirigió la campaña militar que culminó con la caída de la Primera República de Venezuela en 1812. Un año más tarde, en 1813, Monteverde fue derrotado por el Libertador Simón Bolívar durante la Campaña Admirable.

[12] José Tomás Boves y de la Iglesia (Oviedo, 18 de septiembre de 1782—Urica, estado Anzoátegui, 5 de diciembre de 1814) fue un militar español, comandante del Ejército Real de Barlovento (también llamada la Legión Infernal) y caudillo de los llaneros en el transcurso de la Guerra de Independencia de Venezuela durante la Segunda República (1813—1814).

[13] Santiago Mariño Fitzgerald nace en Valle del Espíritu Santo (Nueva Esparta) el 25 de julio de1788, muere en La Victoria (Aragua) el 4 de septiembre de 1854, fue uno de los próceres de la Independencia

[14] Pablo Morillo y Morillo, I conde de Cartagena, I marqués de La Puerta, conocido como El Pacificador (Fuentesecas, Zamora, España, 1775 – Barèges, Francia, 1837) fue un militar y marino español. En Venezuela consiguió detener el avance de Simón Bolívar hacia Caracas tras vencerle en la batalla de La Puerta. Con el posterior Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra consiguió establecer una tregua y se abolió la Guerra a muerte decretada por Bolívar.

[15] En ese momento, como resultado de una guerra civil, Haití se encontraba dividido en dos. En el norte existía una monarquía gobernada por Henri Christophe y en el Sur una república gobernada por Alexandre Petión. Anne Alexandre Sabès Pétion, más conocido como Alexandre Petion o Alejandro Petión (Puerto Príncipe, Haití, 2 de abril de 1770 – 29 de marzo de 1818) fue un military político haitiano, que fue presidente de su país desde 1806 hasta su muerte. Prestó un importante apoyo encubierto a las causas republicanas en América y que trajo como consecuencia para su país el cierre de los puertos españoles a las embarcaciones haitianas.

[16] Paul Verna, Petion y Bolivar, Caracas, Imprenta Nacional, 1969, pp. 130-160.

[17] Manuel Carlos María Francisco Piar Gómez (1774-1817), militar venezolano de origen curazoleño, prócer de la Independencia de Venezuela. Y además dentro de los Anales de la Historia Republicana Venezolana es reconocido como "El Libertador de Guayana".

[18] José Antonio Páez Herrera de Mendoza Xaimes de Agüero (Curpa, Provincia de Barinas, (Hoy Estado Portuguesa),13 de junio de 1790 – Nueva York, Estados Unidos, 6 de mayo de 1873) fue un militar y político venezolano de ascendencia española -canaria-, presidente de la República en tres ocasiones (1830-1835; 1839-1843;1861-1863).

[19] Éste había establecido hace tiempo una zona liberada en la región de Casanare, similar a lo realizado por los patriotas en la provincia de Guayana. Francisco José de Paula Santander y Omaña (Villa del Rosario, 2 de abril de 17921- Bogotá, 6 de mayo de 1840) fue un estadista, jurista, revolucionario, militar y político, prócer de la Independencia de Colombia. Participó en la Guerra de la independencia. Desempeño un rol determinante en la Batalla de Boyacá y fue ascendido por Bolívar al rango de general de división.

[20] A esta nación se la suele llamar Gran Colombia para diferenciarla de la Colombia actual. Sin embargo en su época el nombre oficial era Colombia.

[21] Rafael del Riego (Tuña, Tineo, Asturias, 24 de octubre de 1785 – Madrid, 7 de noviembre de 1823) fue un general español y político liberal. Dio nombre al famoso himno decimonónico, más tarde adoptado por la I y la II República, conocido como Himno de Riego.

[22] Miguel de la Torre y Pando, Conde de Torrepando (Bernales, Vizcaya, 1786 -Madrid, 1843), fue un militar y político español que luchó en las guerras de independencia de Venezuela y Colombia como parte de la expedición encargada de sofocar la rebelión. De esta etapa destaca la victoria que obtuvo en la batalla de La Hogaza y que supuso un duro revés para los planes de Simón Bolívar, quien más tarde lo derrotaría en la decisiva batalla de Carabobo. De la Torre ocupó, además, los cargos de Capitán General de Venezuela y Capitán General de Puerto Rico.

[23] Antonio José de Sucre y Alcalá, (Cumaná , C. G. de Venezuela ,Imperio Español; actual estado Sucre; Venezuela, 3 de febrero de 1795 – Montañas de Berruecos, La Unión (Nariño); Colombia, 4 de junio de 1830), fue un político, estadista y militar venezolano, prócer de la independencia americana, así como presidente de Bolivia, Gobernador de Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y Comandante del Ejército del Sur.

[24] José Francisco de San Martín (Reducción de Yapeyú, Virreinato del Río de la Plata,25 de febrero de 1778 – Boulogne-sur-Mer, Francia, 17 de agosto de 1850) fue un militar argentino, cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y el Perú

[25] Éste no acepto el cargo de forma vitalicia, sino que lo asumió sólo por dos años.

[26] El Congreso de Panamá (designado a menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en recuerdo de la Liga Anfictiónica de Grecia antigua) fue un congreso que tuvo lugar en la ciudad de Panamá, convocado por el Libertador venezolano Simón Bolívar, con el objeto de buscar la unión o confederación de Hispanoamérica, lo que antes fueron los virreinatos españoles en América. El congreso se llevó a cabo en 1826 en el antiguo convento de San Francisco, hoy Palacio Bolívar de la ciudad de Panamá.

[27] Pedro José Ramón Gual Escandón, (Caracas, Venezuela, 17 de enero de 1783 —Guayaquil, Ecuador, 6 de mayo de 1862). Fue un abogado, periodista, político, estadista y diplomático venezolano. Uno de los creadores de la política exterior de Venezuela y la Gran Colombia, encargado de la presidencia de Venezuela en tres oportunidades.

[28] Manuela Sáenz Aizpuru (Quito, Ecuador; 27 de diciembre 1797- Paita, Perú; 23 de noviembre de 1856) fue una patriota ecuatoriana y compañera sentimental de Simón Bolívar, reconocida por la historiografía independentista hispanoamericana contemporánea como heroína de la Independencia de América del Sur. Es conocida también como Manuelita Sáenz y como «Libertadora del Libertador» (en referencia a Simón Bolívar).

[29] La Carta de Jamaica es un texto escrito por Simón Bolívar el 6 de septiembre de 1815 en Kingston, expone las razones que provocaron la caída de la Segunda República en el contexto de la independencia de Venezuela.

[30] Simón Bolívar, Escritos Políticos, Alianza, Madrid, 1971, p.71.

[31] Idem, pp. 71, 72.

[32] Idem, p. 51

[33] Idem, p.75.

[34] Idem, p. 50.

[35] La cual como veremos sufrió algunos cambios importantes con el correr de los años.

[36] Idem, p. 78.

[37] El Congreso de Angostura, inaugurado el 15 de febrero de 1819 por el Libertador Simón Bolívar, bajo la inspiración del Ideario del General Francisco de Miranda en Angostura (hoy Ciudad Bolívar), representó el segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela.

[38] Idem, p. 112.

[39] Idem, p. 108.

[40] Idem, 119.

[41] Idem , pp.131-133.

[42] Idem, p.129.

[43] Idem, p130.

[44] Idem , p.130.

[45] Idem, p. 128.

[46] Idem , p. 72.

[47] Idem, p. 69.

[48] Idem , p.103

[49] Idem, p.76.

[50] Idem, p. 76.

[51] Idem , p. 77

[52] En este sentido se puede afirmar, que la postura de Bolívar era similar a la planteada por Mariano Moreno en su Plan de Operaciones.

[53] Idem, p.117

[54] Idem, pp.119,120.

[55] Harold, Bierck Jr, “ The struggle for Abolition in Gran Colombia” en The American Historical Review Vol 33, Nro 3, Agosto, 1953,pp. 360-368. John Lynch, Simon Bolivar, Barcelona, Critica, 2006, pp.380-384.

[56] Bernard Lavalle, “ Bolívar et les Indies” en Alain Yacou, Bolívar et les Peuples de Nuestra América, Paris, P.U.B, 1990,pp. 102-110.

[57] Idem, p.116.

[58] Aline Helg, “Simón Bolívar and the specter of Pardocracia: Jose Padilla in post-independce Cartagena” en Journal of Latin American Studies, 2003, Nro 35, pp. 447-471. Belrose Maurice, “Bolívar et les noirs” en Alain Yacou, op cit, Paris, P.U.B, 1990,pp. 85-99.

[59] Más allá del debate en torno a sí América Latina colonial era capitalista o feudal, está fuera de duda que durante ese período las relaciones de producción serviles y esclavistas eran las predominantes.

[60] Véase, Luis Vitale, La Contribución de Bolívar a la Economía política Latinoamericana, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1984, pp.20-25.

Partes: 1, 2
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