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El Pequeño Bolívar

Enviado por k_valecillos


    1. El Niño Simón Bolívar
    2. Simón Rodríguez
    3. El Joven Cadete
    4. El Viaje a Europa
    5. ¡Por fin Madrid!
    6. María Teresa, el amor
    7. La Vuelta a Venezuela
    8. El Regreso a Europa
    9. Fanny Du Villar
    10. El Juramento del Monte Sacro
    11. Bibliografía

    Antecedentes.

    La cuna de Bolívar es Caracas, ciudad de 450000 habitantes, en los suburbios son las casas de tierra y caña entre horcones de resistente madera del país, de un solo piso por temor a los terremotos.

    Sembraban en las casas palmeras, acacias, naranjas, tamarindos, cotoperies y guayabas.

    Las calles eran rectilíneas, no muy angostas ni muy anchas, cortadas en ángulo recto por calles perpendiculares. Las plazas son anchas, las fuentes lozanas.

    La ciudad esta llena de iglesias y de conventos. Los religiosos se dedican a civilizar, existen frailes jacobinos capuchinos andaluces y aragoneses, jesuitas.

    En esos tiempos se media la importancia de una ciudad por el numero de claustros religiosos que tenía. El numero de monjas era de 2189 y de religiosos era un numero mucho mayor.

    En los barrios ricos algunas casas tienen un escudo señorial, el orgullo del linaje.

    Se era noble por comprar la hidalguía y un titulo porque se recibe la nobleza en premio a los servicios al Estado, defensa del país contra piratas, extranjeros o contra las sublevaciones internas, reducción de indígenas o fundación de ciudades.

    Como toda la América española se divide en castas y esta separación es demasiada rigurosa.

    Los que no son de raza blanca se les denomina pardos, para ser blanco hay que probar la limpieza de sangre.

    Ningún blanco por pobre que sea ejerce trabajos mecánicos. Un blanco español y sobretodo si es criollo se cree deshonrado si debe subsistir con el sudor de su frente.

    La sociedad colonial se divide en:

    Los españoles que ejercen los altos cargos de gobierno, el comercio y la Iglesia.

    Los criollos ejercen funciones secundarias de gobierno, son médicos, abogados, propietarios de haciendas, militares de no muy alta graduación.

    Los pardos ejercen los oficios de artesanos.

    Los indios los verdaderos dueños del país son libres ya que las leyes los consideran menores de edad como por ejemplo la Ley de Indias.

    Los eslavos negros que si son los trabajadores sin sueldos y son tratados como bestias humanas.

    En esta sociedad existen una gran rivalidad entre los blancos españoles y los blancos criollos que son los hijos de aquellos nacido en América.

    Con estos se da la oligarquía mantuana, existía lujo en sus casas, refinamiento en sus mujeres, su vida social era muy cerrada para aquellos que no pertenecían a su circulo.

    Daban tertulias, reuniones llenas de cortesías, donde se oía música, se leían libros.

    Los blancos criollos son casi feudales, dueños de numerosos esclavos y estos se ponen de parte de su señor a quien pertenecen en alma, vida y corazón.

    El Niño Simón Bolívar.

    Nació el 24 de julio de 1783, sus padres fueron Doña Concepción Palacios y Blanco y el Coronel Juan Vicente Bolivar y Ponte.

    Su padre proviene de una familia que llegaron a Venezuela en 1589 a través de Simón Bolívar "El Viejo" como lo apodaron que había nacido en Marquina; Vizcaya; y procedía del pueblo de Bolívar, que en lengua vasca significaba "Pradera de Molino.

    Este Bolívar vino en el grupo de Diego de Osorio y fue su secretario y Juez de Cuentas de la isla de Margarita.

    Su actividad y su gestión administrativa fueron causa de que años mas tarde el Ayuntamiento de Caracas le enviara como Procurador ante el Rey a fin de obtener ventajas políticas y económicas.

    Bolívar no se dedico a buscar metales preciosos en cambio se dedico al cultivo de la tierra. Se caso tres veces y murió loco y muy viejo pensionado por el Rey.

    El otro Simón, "El Joven"; después de enviudar se convierte en sacerdote y con estos dos personajes empieza la dinastía de los Bolívar en el país.

    Las generaciones de los Bolívar ocuparon puestos en La Iglesia, en la Casa Real, en La Marina. Fueron Alcaldes, Corregidores, Justicias Mayor y Militares.

    El padre de nuestro héroe participo como oficial voluntario en la defensa de La Guaira contra el Comodoro ingles Knowles en marzo de 1743.

    Luego ascendería en la carrera milita hasta el grado de Coronel del batallón de Aragua.

    En el siglo XVIII nace el vástago de Don Juan Vicente Bolívar, futuro libertador de cinco naciones.

    Lo bautiza Don Félix Jerez de Aristiguieta, miembro de la familia en la categoría de primo, presbítero, domiciliado en este Obispado, natural y vecino de la ciudad de Santiago de León de Caracas.

    El sacerdote le regalara al muchacho un vínculo que le hará subir la renta a unos miles de duros anuales.

    Se dice que lo bautiza como Simón diciendo que sería el Simón Macabeo de las Americas.

    Dos años y medio tenía Bolívar cuando muere su padre e iba a cumplir nueve cuando perdió a su madre, era el menor de cuatro hermanos, Maria Antonia, Juana y Juan Vicente.

    El Pequeño Bolívar se diferenció de todas las castas, desde pequeño amó a todos sus semejantes, escuchaba, reía, compartía, era amigable, siendo desde niño polifacético. Desde gustarle una buena música hasta compartir la vida con los esclavos de su padre.

    Nunca sintió diferencia, era un niño que corría y sin duda cuantas travesuras hacia. El se dio cuenta la diferencia entre las casas de los mantuanos con la de las clases más desprotegidas.

    Con sus hermanitos gozaba de la libertad de correr por los grandes corredores de su casa y disfrutaba de los regalos extravagantes de su tío Esteban; hermano de su madre y próximo padrino de confirmación.

    El pequeño Bolívar era un niño inquietante, fascinante, impetuoso, travieso, no le gustaba que fuera duros con él y hasta cierto momento era respondón. Tomaba decisiones, solía correr con sus hermanos y amiguitos siempre dirigiéndolos en los juegos que inventaba.

    Le encantaba la naturaleza, teniendo para su cuidado la negra Matea que tenía un arduo trabajo al seguir al travieso niño tratando de que se aquietara.

    El chiquillo sentía un gran amor por otra negra llamada Hipólita que era la que se había encargado de amamantarlo y de vigilar sus primeros movimientos debido a la penosa enfermedad que ya en esa época se le manifestaba a su madre.

    Con las negras Hipólita y Matea compartió sus tristezas, sus alegrías, aprendió lo que era la vida de los esclavos comprendiendo el sufrimiento de los demás. Pensándolo en silencio y al pasar los años lo compartiría con otro negro que no era esclavo, sino Presidente de una nación soberana como fue el presidente Petión, que lo ayudaría para dar la libertad de Venezuela.

    Nuestro pequeño amigo Bolívar sabía de donde provenía, conocía la importancia de su familia pero el siempre fue sencillo y sensible siendo tan observador que le llamaba la atención en su casa el mundo de servidumbre y esclavos pero siempre había un gesto de cariño para con ellos, corría en su sangre la bondad y la necesidad que todos estuvieran bien, desde su negra Matea hasta sus tíos los Palacios.

    El era tan diferente a la sociedad de los criollos que demostraban su gran soberbia, el niño trasmitía la sencillez y hasta a veces le inquieto el comportamiento de sus iguales al ver el desprecio con que miraban a los que no eran de su clase.

    Simón empieza a leer y a escribir y hacia muchas preguntas cuando algo le llamaba la atención.

    Le gusta el olor al campo a las flores, desarrolla toda su sensibilidad y se queda en silencio en los miles de pensamientos que le podían pasar por esa cabecita.

    Adora los caballos y se dice que pasaba el tiempo con muchos muchachos que no eran de su clase, se cree que eso desarrollo en el pequeño las ganas de luchar por los pobres.

    El pequeño Simoncito era un niño menudo de no muy alta estatura, pero lo que le faltaba de cuerpo lo compensaba con su gran energía y su espíritu.

    Su pelo negro, de nariz perfilada, de ojos azabaches penetrantes, sus manitas pequeñas que acariciaban a su madre y a las negras Matea e Hipólita.

    Nunca pensaría que serían las recias que conducirían en un futuro a parte de la América a la libertad.

    Sus piesecitos tan pequeñitos nunca se imaginaron que iban a recorrer tantas tierras, caminos y ríos, tenía nuestro amiguito una sonrisa que causaba simpatía.

    Las comodidades del hogar paterno no le impedían al niño sentir los latidos del corazón del pueblo venezolano, que sonaban con amor en el pecho de la negra esclava Hipólita.

    La negra Matea le trasmitió el amor por su pueblo, el dolor por la esclavitud, la tristeza de sus amiguitos negros y le dio toda clase de cuidados, cariños y mimos

    Fue un niño que desde muy temprana edad se caracterizo por su espíritu rebelde por esto su madre doña Concepción le puso en manos de Don Miguel Sáenz, hombre autoritario, que aunque contaba con treinta y cuatro años era un hombre demasiado severo e intransigente poco proclive a tratar con niños y el menos apropiado para entender el carácter de el infante.

    Además la casa del Licenciado no era a lo que el pequeño estaba acostumbrado como la casa de San Jacinto, con su patio de granados, sus fuentes donde el jugaba con su hermano Juan Vicente con barquitos de papel. ¿Quizás el niño añoraba sus hermanos, jugar con ellos, corre y planificar travesuras?

    Añoraría los cuentos de la negra Hipólita, sus cuidados, sería para el muy duro encontrarse en la casa del Licenciado.

    En ella no hay otros niños, reina un silencio sepulcral, eso para el es el peor de los castigos.

    Al Licenciado Sáenz más le preocupaba sus pleitos judiciales y su carrera, pero acepto sin ningún entusiasmo el encargo de la madre de Bolivar de disciplinar al rebelde muchacho.

    El mentor se dedico a hacer que el niño le tuviera temor, el traslado de el chiquillo a la casa del Licenciado no trajo ningún resultado.

    Existen varias de anécdotas del muchacho con el severo maestro, anécdotas que describen por si solas las relaciones pésimas entre el pupilo y su mentor.

    El pequeño Bolívar trato de amargar la vida hasta ese momento tranquila del Licenciado.

    Un día mientras almorzaban el impertinente chico se mezclo en la conversación que mantenía Sáenz con sus invitados.

    "¡Cállese usted y no abra la boca!" Lo regaño molesto el abogado.

    El niño dejo de pronto de comer.

    "¿Por qué no come ¿ " Le pregunto furioso el Licenciado.

    "Porque usted me dijo que no abriera la boca" Contesto el niño con insolencia.

    Una vez lo llamo Sáenz "barrilito de pólvora" y Simón le respondió:

    "Tenga cuidado, no se me acerque, puedo estallar."

    Otra anécdota cuenta que el Licenciado montado en un caballo pura sangre y el niño en un burro se dirigen a un sitio y el primero se burla con desprecio del segundo y le dice:

    "Me temo que usted nunca llegara a ser un buen jinete"

    El pequeño molesto por la burla responde:

    "¿Cómo voy a ser un buen jinete, montado en un burro demasiado débil para cargar leña?"

    Estas escenas de enfrentamientos entre el futuro Libertador y el abogado convencieron a Sáenz la inutilidad de modificar el carácter de su pupilo devolviéndoselo a su madre Doña Concepción.

    La atribulada dama decide junto a su Don Feliciano Palacios colocarlo bajo la dirección de los mejores maestros de Caracas, el Padre Andujar, Don Guillermo Pelgron, el doctor Vides y Don Andrés Bello ligeramente mayor que él y que lo juzga con hostilidad que ni siquiera los hecho gloriosos que posterior acometiera su discípulo lograron eliminar la mala opinión que tenía de él.

    Ellos juzgaron de la peor manera al perturbador infante por su falta de atención, su nerviosismo, su carácter reacio a someterse a ninguna disciplina y todos llegaron a la conclusión que de el no podía esperarse nada bueno.

    Simón Rodríguez.

    A los siete años la madre y el abuelo-tutor Don Feliciano Palacios le buscan para que lo eduque y dome ese carácter tan rebelde del niño a Don Simón Rodríguez, maestro de 25 años.

    Las enseñanzas de Rodríguez fueron basadas en el libro "Emilio" de Jacobo Roousseau, todo su trabajo estuvo inspirado en el conocimiento que había obtenido a través de la lectura del filosofo francés.

    No le hablo al infante ni de obligaciones, ni de tareas, ni de lecciones, no le puso horarios. Hablo con el, se intereso por sus amigos, por sus juegos, por sus problemas.

    Participo en sus esparcimientos, dialogaban sobre las pequeñas anécdotas de la vida diaria.

    Simón Rodríguez se convirtió en su amigo y Bolívar sintió ahora si que alguien realmente lo comprendía y lo quería.

    En la Hacienda de San Mateo se sometieron a largas caminatas y a duros ejercicios físicos para que el niño fortaleciera su cuerpo y también su espíritu.

    Lo enseño a montar a caballo y a manejar el lazo y así lo preparo para las difíciles tareas que en un futuro cuando fuera Libertador le tocaría realizar.

    Simón Rodríguez forjo un carácter y a la vez fijo en el espíritu del pequeñuelo el pensamiento de la Revolución Francesa.

    Las enseñanzas dadas por el maestro eran en cualquier momento, en la casa, o al aire libre, en contacto con la naturaleza y así las instrucciones van entrando en el alma del mozuelo. El objetivo principal del pedagogo era poner al discípulo en contacto con la naturaleza y que de esa manera se sintiera parte de ella y el resultado fue satisfactorio ya que Bolívar fue realmente "el Emilio Americano".

    Quizás es el primer hombre que fue educado para ser una persona libre. Como se educa un Príncipe para ser Rey así fue educado el pequeño Bolívar, fue educado para ser libre aunque él exagero bastante ya que resulto El Libertador.

    Al morir Doña Concepción el pequeño Bolívar tenía solamente nueve años y queda a cargo primero de su abuelo materno Don Feliciano Palacios y después de su tío Carlos a pesar de la labor lograda por el maestro Rodríguez sigue siendo el niño un problema para su familia por su carácter voluntarioso y rebelde .

    Su abuelo casa a los catorce años a Juana y a Maria Antonia también muy joven, ellas hermanas del futuro Libertador así desaparece el hogar de Bolívar.

    El Joven Cadete.

    Al cumplir catorce años fue enviado a las Milicias de Blancos de Aragua, escuela militar donde iban los jóvenes de la aristocracia criolla que querían pertenecer a los ejércitos del Rey.

    La vida militar después de toda la preparación física y mental que le dio Rodríguez transcurrió tranquila. Ya los estudios no era un problema para el ya adolescente muchacho.

    El en esta parte de su educación adquirió conocimientos sobre la vida militar, conoció la disciplina y desarrollo sus innatas condiciones para el mando.

    Se formó en las bases de la estrategia para la guerra aunque en el futuro demostraría que era un militar nato y que más aprendió en la vida que en las aulas de la academia.

    Al año de su ingreso recibe el titulo de Subteniente y se va a Caracas a lucir orgulloso su uniforme. El ambicionaría demostrar que los que lo criticaron no tenía razón, que el si iba a servir, les haría tragar esas palabras tan duras con las cuales se referían de él.

    Al llegar a su sitio de nacimiento el ya joven Bolívar tiene 15 años, su cuerpo era pequeño, pero bien formado, con unos ojos negros de mirada profunda.

    El circulo socia de su familia era muy grande y el jovencito los supo aprovechar. En esta época el adolescente conoce por primera vez el amor. Se enamora perdidamente de una de las musas Aristiguieta, muchachas famosas en la época por su belleza, pero pronto es desilusionado el efebo al darse cuenta que la muchacha no le correspondía.

    Esto dejo en Bolívar un amargo sabor a frustración.

    Estos periodos de la vida del futuro héroe le sirvió para conocer la realidad y darse cuenta que no todo lo que deseaba podía conseguirlo y que había que luchar mucho por alcanzar la metas.

    El Viaje a Europa.

    Los Palacios decidieron enviar al joven caraqueño a Madrid, la capital de España donde vivía su tío Esteban, don Carlos Palacios le mandaría dinero desde Caracas para sus gastos.

    El muchacho se emociono mucho ya que su sueño siempre había sido estar al lado de su tío Esteban que era con el que se llevaba mejor de todos los Palacios, además quería viajar a Europa.

    Partió en el barco "San Hidelfonso desde el puerto de La Guaira.

    Lo acompaño un amigo, Esteban Escobar quién iba con una beca para estudiar en la Milicia de España.

    Estos dos amigos tan emocionados se preguntaban que les esperaba en la vida.

    El capitán del barco amigo de los Bolívar intimó con el muchacho y quedo sorprendido por la clara inteligencia de él y opino que tendría un futuro brillante. Única apreciación sobre el joven positiva ya que él fue calumniado y juzgado de una forma cruel siempre por sus semejantes.

    El viaje duro 24 días hasta México donde tuvieron que atrancar ya que en La Habana se libraban combates contra los piratas.

    Bolívar quiso aprovechar para así conocer a la ciudad de México, contando con la autorización del capitán del barco. Fue recibido por el Oidor Aguirre que era amigo íntimo de los Palacios.

    A los muchachos les impresiono mucho México, la calidez de su gente, su magnifico paisaje.

    El jerarca español lo llevo a conocer los majestuosos templos y los fastuosos paisajes de la bella ciudad llena de monumentos y palacios que eran orgullo del gobierno español.

    Bolívar y su amigo disfrutaron tanto que se estuvieron un mes.

    Para Simón fue una gran aventura conocer a tanta gente importante, incluyendo a Miguel José de Azanza que era el Virrey desde 1798 a 1800.

    Llega a España el 5 de mayo de 1799, cuatro meses después de haber zarpado de Venezuela. A fin de ese año llega a Madrid a encontrarse con su tío Esteban, el corazón del mozo cantaba de alegría por la cercanía del tío preferido.

    ¡Por Fin Madrid!

    Simón estaba asombrado por lo distinta que le parecía la capital de España a su lejana Caracas. La gente era diferente, transitaban por la calles con seriedad y elegancia.

    Por fin llega el encuentro con su tío Esteban, un abrazo une a tío y sobrino.

    Esteban Palacios era un venezolano que había marchado a España en busca de nuevas oportunidades. Vivía en la casa de otro latinoamericano llamado Manuel Mallo que era el "favorito" de Maria Luisa de Parma, Reina de España.

    Palacios tenía el cargo de Ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor, cargo que le ofrecía una vida sin hacer nada llena de honores y distinciones.

    Bolívar llega en los mejores momentos de Mallo, este lo recibe con cariño dándole apoyo y protección.

    En esa casa él comprendió lo corrompido de la Corte y vio las tantas miserias que tenía el pueblo español.

    Los reyes de España eran Carlos IV y María Luisa de Parma. Un mundo frívolo lleno de vanidad donde se demostraba un gran derroche de dinero y de lujo.

    El palacio real era una soberbia edificación, que había sido hincada por Felipe II y terminada por Felipe V y Carlos III.

    La edificación era bellísima pero había una gran descomposición moral por la gente que lo habitaba.

    Vivió en Madrid Simón una vida fácil y llena de placeres junto a su tío y a su amigo.

    El Pequeño Bolívar es puesto a estudiar. El tío Pedro parecía un chiquillo al hablar de todas las virtudes de su sobrino, contando todos sus avances.

    En la frase completa que le escribía don Pedro a Carlos sobre la existencia que llevaba el joven Bolívar, decía: "Este niño lo tiene Esteban muy aplicado y él sigue con gusto y exactitud el estudio de la lengua castellana, está muy ventajoso en el baile, la historia, en buenos libros y se le tiene preparado, el idioma francés y la matemática."

    Al tiempo con la llegada de su tío Pedro, Simón y Esteban Palacios se mudan a otra casa en la Calle de Los Jardines, pero no por eso se apartan de Mallo y son presentados a la Reina Maria Luisa.

    De estos tiempos hay una anécdota que retrata la buena relación que tenía el joven venezolano en la corte española.

    Una tarde jugaba el muchacho con el Príncipe al volante en presencia de la Reina Maria Luisa, en una acción del joven latinoamericano de habilidad, jugando golpea fuertemente al Príncipe, este muy molesto quiere detener el juego y su madre lo regaña obligándolo a seguir, años después el joven Bolívar le arrancaría una de las mas preciadas joyas de su corona.

    De pronto la buena estrella de Mallo se eclipsa, la Reina vuelve a los brazos de su antiguo amante Godoy y este vengativo desata una gran persecución en contra del antiguo amor de Maria Luisa y sus amigos, Esteban Palacios es encarcelado en la cárcel de Monserrat y Pedro el otro tío de futuro héroe huye a Cádiz salvándose.

    El muchacho queda solo en esa gran ciudad, en ese momento es cuando el Marqués de Ustariz lo toma bajo su cargo.

    Este señor ere un hombre de edad, de porte distinguido y un gran intelectual, poseedor de una cultura maravillosa.

    Las lecciones con Ustariz eran fuertes, de arduo estudio, eran de nivel universitario.

    Este buen hombre fue el que empapo a Simoncito en las ideas más actuales y lo enseño a beber de los grandes clásicos antiguos y modernos de la literatura. Sembró en el joven la necesidad del saber.

    Comenzó este una vida nueva alejada del lujo y los placeres que ya había vivido junto a Mallo y a sus tíos. Empezó a leer los Enciclopedistas franceses y contrato a los maestros que el Marqués le recomendó.

    El muchacho se educaba con avidez y en esa casa aprendió lo que le faltaba para que su alma fuera atraída por los principios de libertad e igualdad que ya recorrían vertiginosos por el viejo y el nuevo mundo.

    Maria Teresa Rodríguez, el amor.

    En esos días nuestro joven héroe conoce a la mujer que lo conquistaría y lo haría pensar seriamente en formar una familia.

    En una de las reuniones en casa del Marques conoce a esa bella damita de hermosa figura. Ustariz le había aconsejado que a las damas había que tratarlas con delicadeza.

    Esa mujer sería Maria Teresa Rodríguez y Alaiza, hija de Don Bernardo Rodríguez del Toro, un rico paisano residenciado en Madrid pariente de los Bolívar.

    La joven era huérfana de madre, su vida era aburrida, en el aburrimiento de la vida tranquila sin emociones fuertes, ni grandes penas.

    Su diversión era la lectura, la música y soñar en la espera de la llegada del príncipe azul el cual esperaba.

    Al ver al joven Bolívar, tan elegante, que llamaba la atención sobre un caballo de fina estampa quizás Maria Teresa sintió un alboroto en su corazón. Aquí estaba el príncipe azul de sus sueños.

    A el mozo Bolívar le encantaba vestir bien, se acostumbraba a la vida sencilla como la lujosa, tiene su vanidad siempre a punto, le gusta la tertulia y hace un gran papel en ellas.

    Posee mucha facilidad de palabra, gran imaginación e ideas que mantiene con fuego ante cualquiera.

    Los ideales de su vida en esos momentos son muy pocos: divertirse, luego casarse, retornar a sus posesiones de Aragua y convertirse en un buen padre de familia.

    Los dos jóvenes quedaron prendado uno del otro y el amor empezaba a nacer en sus corazones.

    El mancebo empezó a visitar seguido el hogar de los Rodríguez y cortejaba a la muchacha ya con el firme propósito de casarse.

    El carácter impetuoso de él hacia combinación con la dulzura y la suavidad del alma que ella tiene.

    Ella le acerca a Dios y le hace visitar los templos, donde elevan su espíritu a cielos de infinita ternura.

    La soledad de Bolívar lo hizo tomar la decisión de contraer nupcias lo más rápido posible.

    Tenía Simón una gran desesperación por casarse y desesperaban los aplazamientos impuestos por la paternal prudencia de Don Bernardo. Pero el muchacho solo contaba con 16 años y era normal que el padre de la novia les dijera de esperar un poco. Por lo menos que al joven le saliera barba.

    La carta dirigida a su tío Pedro decía: " que poseo un mayorazgo bastante cuantioso, con la precisa condición de que he de estar establecido en Caracas, y que a falta mía pase a mis hijos y de no, a la casa de Aristiguieta, por lo que, atendiendo yo al aumento de mis bienes para mi familia, y por haberme apasionado de Maria Teresa, he determinado contraer alianza con dicha señorita para evitar la falta que puedo causar si fallezco sin sucesión; pues haciendo tan justa liga, querrá Dios darme algún hijo que sirva de apoyo a mis hermanos y de auxilio a mis tíos."

    Como las cosas en esa época eran muy formales le pidió a su tío Pedro que tuviera la bondad de proteger esta unión dando las órdenes necesarias para pedir a Maria Teresa a su padre con todo el formalismo que exigía el caso.

    El padre de la enamorada quedo sorprendido cuando el joven le comunico la necesidad de casarse con su hija, pero para él eran muy jóvenes la pareja y considero necesario establecer entre los enamorado distancia para ver si ese amor era verdadero y no lo mataría la separación.

    Don Bernardo con ese pretexto se retira con su hija en Bilbao. La ausencia de Maria Teresa deja desconsolado al impulsivo enamorado.

    En esos días ocurrió el siguiente suceso: Bolívar paseaba a caballo por el puente de Toledo cuando fue detenido por unos agentes de seguridad, el pretexto era que los encajes de los puños que llevaba el joven estaba adornado con brillantes, lo que estaba prohibido por decreto real.

    El joven Simón se desmonta del caballo y al ser interpelado con brusquedad por los agentes desenvaina la espada, algunos transeúntes evitaron que el incidente pasara a mayores.

    Aconsejado por el Marques de Ustariz abandono a Madrid por algún tiempo.

    ¿Por qué razón ocurrió este hecho? ¡Quien sabe! Tal vez por el parentesco con el íntimo de Mallo que ya había perdido el puesto de favorito en la corte.

    El 20 de marzo de 1801 el Rey le da la autorización para irse a Bilbao, donde se encontraba Don Bernardo con toda su familia, incluyendo a su hija Maria Teresa.

    Pero al poco tiempo de haber llegado a Bilbao la familia Rodríguez tiene que regresar a Madrid.

    Eso produce un dolor grande en el joven enamorado.

    Las autoridades de Madrid no le permitían regresar y nuestro amigo no tenía nada que ver con los líos de Esteban Palacios, en Bilbao tuvo que permanecer casi un año, paseaba por los alrededores de la ciudad, cruzando los diferentes puentes que tenía Bilbao sobre el río Nervión. De todas partes venía a recalar buques y más buques.

    El tío Pedro le escribió a su sobrino desde Cádiz diciéndole que estaba tomando interés por la libertad del tío Esteban que se encontraba preso y su amigo Manuel Mallo en el destierro.

    Su sobrino le contesta que se alegra por la pronta libertad de su padrino y en la misma misiva aprovecha para decirle que efectuaría su matrimonio por poder, es decir ella en la capital y Bolívar en Bilbao y que después vendría don Bernardo con su hija para embarcarse todos en un buque neutral que llegue a Norte América.

    Pero la cabecita loca de nuestro joven amigo lo hizo cambiar pronto de idea, pensó en que desde Francia hablando con el Embajador de España en ese país podría obtener pasaporte para Madrid.

    El 13 de enero de 1802 llega a la ciudad francesa de Bayona y desde allí paso a París. Esta ciudad era esplendida, deslumbrante.

    Nuestro amigo no iba de turista, sino en busca del Embajador. Le informaron que estaba en Amiens otra ciudad francesa donde se estaba celebrando las fiestas por la paz y el triunfo de Napoleón Bonaparte, primer Cónsul de Francia.

    En la ciudad francesa perdido en el gentío que daban vivas a Napoleón Bolívar pudo contemplar al general corso. El pueblo se volvía loco de felicidad al aplaudir al héroe francés.

    Lo proclaman "Restaurador del Estado y Genio de la Paz"

    En medio del jolgorio pudo Simón ver al Embajador de España don José Nicolás de Azara.

    Le plantea el asunto y el Embajador le da el pasaporte el 16 de febrero para que volviera a Bilbao pero no a Madrid. ¿Qué iba hacer a Bilbao? Mejor Bolívar decide quedarse en Paris, hasta que a las autoridades españoles les diera la gana de dejarle ir a donde se encontraba su novia.

    Mientras se encontraba en Francia se acuerda de haber oído hablar de una Academia Militar de mucha fama que se encontraba en el sur de Francia. Se trataba de la escuela Militar de Sorez.

    En esa escuela se encontraban unos parientes suyos, los hermanos José y Miguel Rivas. Esa escuela era célebre y allí había pedido estudiar Napoleón Bonaparte, ahora un famoso guerrero y no pudo por haber llegado tarde la solicitud.

    Bolívar se intereso por estudiar allí y su paso por la escuela de Sorez fue muy provechoso y al joven le entusiasmaba el hecho de encontrarse de alumnos a hijos de los principales generales y oficiales que peleaban junto a Napoleón.

    Así podían seguir paso a paso las grandes batallas y los jóvenes estudiantes leían una y otra vez los boletines de guerra

    Se aprendía mejor.

    En Paris ni en ninguna parte de Francia iba a conseguir el permiso para su viaje a España, regreso a Bilbao y fue cuando el gobierno por fin decidió darle el permiso para ir a Madrid.

    El rey dio después de una serie de tramites el consentimiento para la boda, las amonestaciones según Bolívar no podía ser ya que el tenía que regresar rápidamente a Venezuela. Fue cuando hablo con Juan Bautista Ezpeleta, Vicario de Villa de Madrid.

    Le pide que le dispensara las amonestaciones consileares porque había llegado a Cádiz el barco que debía conducir con toda brevedad a la pareja a América. Se le concedió y lo libero de las amonestaciones.

    Exclusivamente se realizo la boda seis días más tardes en la Iglesia San José de Madrid el 26 de Mayo de 1802. Su tío Esteban desgraciadamente no se encontraba entre los presentes.

    La vuelta a Venezuela.

    Maria Teresa tenía veinte años y el joven Bolívar tenia diez y nueve años todavía sin cumplir. Los recién casados salieron hacia La Coruña. Desde allí un barco los condujo a La Guaira, donde desembarcaron en Junio de aquel año, exactamente el 12.

    Maria Teresa se sorprendió de las bellezas naturales que conseguía a su paso, le encanto el Mar Caribe, para ella era una aventura llegar a espacios casi inexplorados que a diferencia de su vieja España, todavía mantenía el nuevo continente sitios vírgenes.

    La temperatura era entre 28 y 30 grados y ese mismo día de su llegada la joven esposa empieza a escribirle a su padre don Bernardo contándole sobre el país que iba descubriendo.

    La feliz pareja sigue su camino hacia Caracas, Maria Teresa conoce la bella casa donde nace su gran amor Simón.

    Se establecieron en la casa del Vinculo de la Concepción, en la esquina de La Granadilla.

    La misma Maria Teresa como ya sabemos tenía un primo en Caracas que era el Marques del Toro, ella se queda admirada por el refinamiento con que vivía la ciudad porque le habían dicho que Caracas era un pequeño caserío habitado por indios.

    Bolívar le contó que la educación era lo más importante de nuestro pueblo.

    Le platico que su quinto abuelo fue quien logro para Venezuela la Cátedra de Gramática, mucho más tarde convertida en la universidad de Caracas.

    Había un adelanto cultural en ciertas familias participando en veladas literarias al estilo francés, donde se hablaba de música, se recitaban poesías, se comentaban libros y se discutían sobre teatro.

    En una oportunidad Andrés Bello leyó la Tragedia de Voltaire llamada Zaira, como siempre Bolívar le hizo reparos. Andrés Bello no le contradijo pero le dijo que él la había escogido por ser la única que no estaba traducida al español y lo había echo.

    El francés Francisco Depons, quien precisamente en este año se encontraba en Caracas como Agente de su gobierno decía que "si la competencia se mantuviera en el terreno de los conocimientos adquiridos, indudablemente los criollos llevarían la ventaja, pues en general, los venidos de España encuentran en el país gente que los supera en cultura".

    Maria Teresa contemplaba con curiosidad esa cualidad de la sociedad caraqueña que la sorprendía y asustaba al mismo tiempo.

    Al llegar a Caracas la joven pareja fue agasajada por lo familiares y amigos, pero pasadas las fiestas y agasajos el joven Bolívar se dedica por entero al cuidado de sus posesiones.

    Las haciendas de Seuse, en el Valle de Santa Lucia, en la que tenía una plantación de añil, y la de San Mateo, requerían la atención de su propietario.

    Fueron días muy felices los que pasaron los jóvenes enamorados, visitaron los amigos y a la familia. Los hermanos de Simón se encontraban radiantes por el cambio realizado por su joven pariente.

    La joven Maria Teresa observaba el trinar de los pájaros y miraba con atención el típico hablar de los arrieros que conducen sus reatas de mulas y burros cargados de mercancías.

    Para Bolívar su esposa era un diamante, estaba maravillado de mantenerla consigo, cuando viaja a sus fincas en los Valles del Tuy y Macaira en el alto llano la deja en Caracas temeroso de estropear su blancura.

    Pero en Caracas estaba la fiebre amarilla y el paludismo, un mal día la frágil mujer cae enferma.

    Bolívar desesperado hace venir médicos y la casa se convierte en un mercado, con una gran cantidad de gente que recomienda pociones caseras, cataplasmas, infusiones de hierbas milagrosas y oraciones a los santos cielos.

    Cinco días dura la agonía de Maria Teresa, desde el 17 hasta el 22, cinco días con sus noches que pasa el esposo en vela, de pie junto al lecho atento al interminable delirio de su esposa.

    Pero todo fue inútil la débil dama española fallece el día 22 de enero de 1803. Para el joven enamorado fue muy duro, no había palabras para calmar ese dolor tan grande que dejo la muerte de su amada.

    Se sentía morir, se abre nuevamente la capilla de La Santísima Trinidad para dar sepultura a la dama fallecida.

    El joven Simón susurra ante el oído de su hermano Juan Vicente en el entierro de su esposa: "Siento como si algo se desatara dentro de mí"

    No parece exagerado lo que se ha escrito sobre el gran dolor que sintió Bolívar en ese trance. Amo a su esposa con dedicación absorbente y había puesto de lado las frivolidades y las tentaciones de un mundo que por primera vez veía.

    Nunca más busco otro amor como éste que le exigió constancia y pureza. En los primeros días de sus amores con Maria Teresa le escribía a su tío Pedro: "Querrá Dios darme un hijo.".

    Después no volvió a pensar jamás en ese tipo de unión perdurable.

    Maria Teresa Rodríguez del Toro tenía apenas veintiún años al morir.

    Bolívar decía: Mi señora Doña Teresa.

    La muerte de su esposa trajo como consecuencia cambios en la vida del futuro héroe. Se sentía solitario y se fue de su casa a alojarse en una instalación provisional, en la casa de Juan Vicente o donde una de sus hermanas casadas.

    En los primeros días de su viudez se agolpaban demasiados recuerdos en su mente, recordaba aquella carta que le había escrito el 4 de diciembre de 1800 que decía:

    "Usted debe complacerse de ver que me hallo casi en el camino de alcanzar la dicha que con mayor ansia deseo y cuya pérdida me sería más costosa que la muerte misma".

    Simón Bolívar alcanzo la dicha en ese tiempo con su matrimonio pero demasiado rápido le llego la desgracia.

    Al pasar los años diría: "Quise mucho a mi mujer, con la que me casé sinceramente enamorado y a su muerte juré no volver a casarme"

    Este juramento lo cumplió, los planes que tenía de permanencia en Venezuela se vinieron abajo.

    Bolívar contó con el apoyo de la negra Hipólita que siempre velo por el joven, Cuando la enfermedad de su esposa él vela su sueño e Hipólita esta siempre cerca de la enferma.

    Hipólita no tiene palabras para consolar a Bolívar. ¿Quién podría consolar al futuro Libertador de un dolor tan grande?

    Solamente el tiempo podrá sino borrar, por lo menos amainar el dolor de haber perdido a su gran amor.

    Aturdido aún por la muerte de Teresita; como él la llamaba; Simón Bolívar esta en la Guaira, solamente el mar podrá decirle unas palabras de consuelo.

    La muerte de Teresa le ha dejado al esposo una sed de otros mundos: una sed de estrellas.

    Ya no podrá vivir más en su querida Caracas, demasiados recuerdos, demasiados sueños truncados.

    Simón recibe una carta de su amigo Alejandro Dehollain, joven francés que conoció en Bilbao.

    El buen amigo no conoce la tragedia de Bolívar.

    El joven venezolano le responde diciéndole: "¡Con cuanto gusto he recibido la tuya! Solo mi corazón es fiel testigo de mi satisfacción al considerar que aún se acuerda el amigo Alejandro de desgraciado Simón. Si desgraciado, porque acabo de sufrir el ultimo suplicio de cuantos en vida se pueden experimentar…"

    "Ya tu Simón no es aquel ente dichoso que tantas veces cantaba alegre el colmo de sus felicidades con la posesión de su Teresa. Yo la he perdido, y con ella la vida de dulzura de que gozaba, mi tierno pecho es conmovido del Dios del amor."

    "Con la muerte de mi mujer me hallo tan distante que no dudo que dentro de poco nos veremos en Francia. Dichoso yo si algún día vuelvo a tener el tesoro de tu amistad".

    El regreso a Europa.

    Cuando 1803 está por terminar llega a España el joven, el año que finaliza ha sido terrible para él, por la ausencia terrenal de su "Teresita".

    En ese momento para el mundo Inglaterra y Francia se han declarado la guerra. Duro poco la paz en Amiens del año anterior y que Bolívar celebro con todo el mundo.

    Transcurrió cerca de un año, la tristeza llena el alma del futuro libertador, nada le importaba que no fuese el recuerdo de Teresa.

    En los primeros meses padeció agudas crisis y sólo la presencia de Juan Vicente lo llegaba a reconfortar, su tristeza llega a tal grado que le era imposible ver a Madrid. Pero debe regresar.

    Abrazo al padre de su amada y de su rostro salieron lágrimas de un dolor profundo, le entrego a Don Bernardo recuerdos de su hija, un relicario y una miniatura en que aparecía frente a un paisaje de la tierra vasca.

    Surgió un nuevo imprevisto que vino a precipitar los acontecimientos, cuando de repente se llena de peste y hambruna España, la calificación de extranjeros alcanzaba también a los americanos.

    Simón sintió eso como una puñalada. ¿No eran ellos también españoles? Se pregunto.

    Comprendió que su estadía en ese país había terminando para siempre.

    La España había muerto para él junto a Teresa. De pronto se quedo mirando a los cielos, en los vientos se le represento la imagen de su amada esposa que le sonreía pero a la vez se desvanecía su figura y pensó que España debía morir para su corazón igual que ella, que su Teresa.

    Fanny Du Villars.

    El joven viaja a Paris en 1804. Es importante acordarnos como era Francia para esa época. Napoleón Bonaparte fue el genio militar más brillante del siglo 19, pero también una de sus figuras más controvertidas.

    Conquistó la mayor parte de Europa occidental para Francia e instituyó reformas en estos nuevos territorios a fin de garantizar las libertades civiles y mejorar la calidad de vida.

    Fue coronado emperador de Francia en 1804 y estimuló al país implantando reformas para unificar a la nación, dividida por la revolución; muchas de las cuales perduran en la actualidad.

    Para Bolívar ya Paris no era lo mismo, todo había cambiado y los sueños estaban destruidos. De las tres deidades levantadas por la Revolución Francesa, la libertad, la igualdad y la fraternidad tal vez solo quedaba la última.

    Bonaparte que trazo un Imperio con la punta de sus espada, surgía para riesgo de la fraternidad, una nueva estirpe de Marqueses, de Condes y Barones que velaban por sus propios intereses.

    Cuando nuestro joven amigo se encontraba en Paris presencio la coronación de Bonaparte en la Iglesia de Nottre Dame, el Papa Pio VII fue llevado desde Roma para que presidiera la ceremonia y colocara la corona sobre la frente de el nuevo emperador.

    Bolívar quedo sorprendido igual que mucha gente al ver a Napoleón arrebatar la corona de manos de Pío VII y colocársela el mismo en su cabeza con gesto de prepotencia y violando el protocolo.

    Si en algún momento la figura de Napoleón fue admirada por Bolívar después de ver ese grosero gesto cayo desde un pedestal donde la tenía, para hacerse polvo y no levantarse jamás.

    Para el caraqueño era el claro gesto de un tirano el hecho por el héroe francés.

    Bolívar vivió en Paris lujosamente en una casa de la Rue Vivienne. El conoció a Fanny en una fiesta que la bella mujer daba en su residencia.

    Ella era una bella mujer francesa con sangre española que quedo prendada del joven venezolano. Fue para el muchacho tres amores en uno: La de la amante que trataría de curar con su amor el roto corazón del muchacho herido por la viudez tan repentina, la de la madre por se mayor que él y el de esposa ya que tenían los mismos ideales y gustos.

    La francesa se movía en la alta sociedad del momento, era la esposa de Derveu Du Villar, Coronel y con funciones de relieve en la nueva aristocracia francesa.

    Bolívar y Fanny decían que eran parientes ya que ella tenía lazos familiares con Los Aristiguieta de Caracas y caería en los brazos de Simón y él a su vez sediento de amor y de ternura sintió una gran atracción por la enigmática mujer.

    Fanny descubriría en el joven venezolano el genio que conduciría al nuevo mundo a la libertad.

    En la residencia de la francesa en el Boulevard Menilmontant recibe a la sociedad culta de la época. Allí conoce Bolívar muchos espíritus libres de la época, entre ellos el Barón Humbolth y al naturalista Bomplans.

    En una de estas reuniones hubo un incidente donde el venezolano al no ver con buenos ojos el proceso autoritario de Napoleón no vacila en expresar su desencanto. Por esos sus amigos le recomiendan que abandone Paris.

    Después de su estancia en Italia Bolívar decide irse a América, Fanny le suplica que se quede, que no la abandone pero él ya había tomado una decisión y no se echara para atrás. La pareja no se vuelven a ver jamás.

    .El Juramento del Monte Sacro.

    Nuestro amigo había quedado solo y lo embargaba una tristeza intensa. Era difícil para él superar la muerte de su querida Maria Teresa.

    Bolívar con su profunda melancolía encontró apoyo en su gran amigo, el maestro Rodríguez y en su pariente Fernando Rodríguez.

    El maestro Rodríguez le dice:

    "Vamos para Italia."

    "No tengo animo" Le contesta Bolívar.

    Fernando Rodríguez insiste: Vamos esto te calmará

    Bolívar objeta: Ya que tanto insistís, iremos.

    Vamos a tomar un coche, otras veces en caballo o a pie, para que recuperes tú quebrantada salud. Dice el maestro Rodríguez:

    Bolívar resignado responde: Así será, tú nunca cambias amigo, siempre te sales con la tuya.

    Así fue, los tres amigos salieron dando un paseo por Milán, topándose con la coronación de Napoleón Bonaparte, luego pasaron a Venecia, Ferrara, Bolonia, Florencia y Perusa, por último pasaron a Roma

    Bolívar tosía sin cesar, su rostro era cada vez más pálido, él quedo admirado de la belleza de Roma.

    "¡Al fin llegamos!". comentaba

    El día 15 de de agosto de 1805 fue inolvidable para Bolívar, una de las 7 colinas de Roma.

    Bolívar comentaba: La tarde esta cayendo ¿con que este es el pueblo de Rómulo y Numa, de los Gracos y los Horacios, de Agusto y de Nerón, de Cesar y de Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aquí todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su cuna….

    Bolívar se inspiró siguió hablando, de sus ojos brotaron lagrimas, se le oprimía el corazón.

    La Palabra de Díos le había guiado, quería gritar con toda la fuerza del corazón.

    "Juro delante de usted; juro por el Dios de mi padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la patria, qué no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por la voluntad del pueblo español."

    Días más tardes Bolívar se encuentra con otros amigos llamado Humbolt, con sorpresa llega a París y ahí estaba Miranda con quien platica un poco.

    Bolívar decide continuar el viaje a Hamburgo, luego por los Estados Unidos

    Ya inquieto decide regresar a su país, le entra una desesperación para llegar a su patria empieza a tener presentimientos. Pensaba que hacia falta en su país. Desde este momento ya empieza a brillar la figura de Simón Bolívar como conductor de la Independencia, serian años de luchas y sacrificios, momentos en que convertirían a aquel joven Bolívar en Simón Bolívar El Libertador.

    Bibliografía.

    1. Los Caminos del Héroe José Eustorgio Rivas
    2. Mocedades de Bolívar Rufino Blanco Fombona
    3. El Superhombre J.A. Cova
    4. El Libertador Agusto Mijares
    5. Bolívar Alfonso Rumazo G
    6. Bolívar Jorge Campos
    7. ¿Quién fue Simón Bolívar? Alberto Flores Baeza
    8. Se llamaba Simón Bolívar Ramón Díaz Sánchez
    9. Bolívar. Bicentenario de el Libertador Geomundo
    10. Bolívar el Eterno Traicionado Juan Guash
    11. Bolívar mas allá del Mito Tomo I y II Guillermo Ruiz

    Kelly Valecillos de Rosario

    Licenciada en Ciencias Politicas

    Venezuela