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La educación física en niños con retraso mental leve

Enviado por Nestor Valle


  1. Necesidades educativas especiales y retraso mental
  2. Caracterización psicopedagógica y motriz de los niños con retraso mental. RM Leve
  3. RM Leves
  4. Educación Física para niños con retraso mental
  5. La Atención en niños con RM

Necesidades educativas especiales y retraso mental

Un alumno tiene necesidades educativas especiales (NEE) cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes que se determinan en el curriculum que le corresponde por su edad (bien por causas internas, por dificultades o carencias en el entorno sociofamiliar o por una historia de aprendizaje desajustada) y necesita, para compensar dichas dificultades, adaptaciones de acceso y/o adaptaciones curriculares significativas en varias áreas de ese curriculum. (CNREE, 1992)

La concepción del retraso mental (RM) ha sufrido una evolución similar a la de la educación de las personas con discapacidad en algunos sentidos. Durante la primera mitad del siglo XX:

El RM se consideraba un rasgo absoluto del individuo.

Concepciones biologicistas y psicométricas imperaban en su explicación y tratamiento.

La evaluación se centraba casi exclusivamente en la puntuación de CI, criterio que servía no sólo para hacer el diagnóstico, sino también para establecer la categoría dentro de la cual se encontraba el individuo (ligero, medio, severo o profundo).

Entre los años 60 y 80, tendrán lugar una serie de cambios en la definición del RM que sentarán las bases de la nueva concepción vigente desde 1992. Estos cambios serán dos fundamentalmente:

La incorporación del concepto de conducta adaptativa como parte de la definición, y su peso cada vez mayor a la hora de hacer el diagnóstico de RM.

Desechar la noción de permanencia a lo largo de toda la vida como parte del concepto. CARÁCTER RELATIVO.

En 1992, la AAMR (Asociación Americana sobre Retraso Mental) adopta una definición de RM ampliamente aceptada y extendida en los últimos años del siglo XX.

Supone modificaciones tan substanciales respecto a anteriores concepciones del RM que se la puede calificar de Cambio de paradigma. Características:

1. El RM ya no se considera un rasgo absoluto del individuo, sino una expresión de la interacción entre la persona con un funcionamiento intelectual limitado y el entorno que se encuentra y ha de funcionar. CARÁCTER INTERACTIVO.

2. La tarea de los profesionales no va a ser diagnosticar y clasificar a los individuos con RM en virtud de su CI, sino evaluar multidimensionalmente individuo y contexto y a partir de esta evaluación, determinar los apoyos que necesita.

Decir que un alumno tiene NEE significa que a lo largo de su escolarización puede presentar dificultades de aprendizaje. Dichas dificultades son un continuo que va desde las más leves y puntuales hasta las más graves y/o permanentes, que harían alusión a las que presentan los alumnos con RM. Es decir, una característica que puede definir a estos alumnos es la dificultad más o menos generalizada en el proceso de aprender, dificultad que afecta a todas las áreas del desarrollo: autonomía, cognición, lenguaje, interacción social y motricidad (Molina, 1994; Verdugo, 1995).

Por todo lo antes planteado creemos necesario caracterizar a dichos niños para de esta forma determinar los ejercicios necesarios con que contará nuestra propuesta.

El retraso mental se define por la coincidencia de un bajo nivel intelectual y una incapacidad para adaptarse a las demandas del entorno, de inicio en la infancia o adolescencia. (Batlle, 2000)

Según INSERSO, la gente con discapacidad psíquica presentan alteraciones de ritmo y grado de desarrollo de las funciones intelectuales. Esto quiere decir, que se presentan una deficiencia a cuatro niveles:

Percepción

Pensamiento

Memoria

Atención

Destacamos este ultimo nivel pues es precisamente en este donde enfatizamos en nuestro estudio.

Caracterización psicopedagógica y motriz de los niños con retraso mental. RM Leve

En estos niños se aprecia, como característica más sobresaliente las alteraciones en los procesos psíquicos, fundamentalmente los cognoscitivos y en la motricidad, lo que provoca un retraso en el desarrollo psicomotor, que se agudizan en tanto mayores sean las necesidades educativas especiales. (Morilla, 2002)

En los escolares portadores de retraso mental se encuentran afectados en mayor o menor grado el funcionamiento de todos los analizadores; mientras más profundo sea el defecto, más afectada se presenta la actividad de los analizadores. Esta es una de las razones por lo que estos niños, en los grados iniciales, no se encuentran preparados para la actividad docente y necesitan un periodo preparatorio en el que adquieran los conocimientos, habilidades y hábitos necesarios.

En ellos, el desarrollo psicomotor se caracteriza por una débil diferenciación de las sensaciones y percepciones, insuficiente desarrollo del conocimiento sensorial y del pensamiento teórico (abstracto), poca motivación para la actividad con un bajo nivel de aspiraciones y de esfuerzo volitivo.

Es significativo en estos niños, al realizar las diferentes actividades, la inadecuada orientación hacia los objetivos que deben alcanzar y la pobre orientación a la hora de ejecutar los ejercicios, en ocasiones no lo realizan, lo sustituyen por otro o los abandonan, dada su incapacidad para superar las dificultades. (Morilla, 2002)

La motivación para la actividad docente es muy pobre e inestable, sus intereses cognoscitivos son muy limitados. Presentan dificultades en los procesos relacionados con la memoria, la representación, la atención, el pensamiento y el lenguaje.

Otra característica en ellos es la insuficiente comprensión de las instrucciones verbales en el proceso de enseñanza aprendizaje; en muchas ocasiones no comprenden el significado de las palabras, ni las orientaciones en su totalidad, afectándose la comunicación y, de hecho, la captación del mensaje o la orden que se le trasmite. A estos trastornos se le adicionan otras características como son, la pobre sociabilidad y la dependencia de otra persona.

También manifiestan alteraciones en la coordinación general de los movimientos, dificultándose la integración de la coordinación estática y dinámica. En la primera, estos niños no logran alcanzar el equilibrio entre las acciones de los grupos musculares. En la segunda se aprecian alteraciones de los movimientos simultáneos de las diferentes partes del cuerpo, lo que dificulta el desplazamiento corporal: caminar, correr, saltar, trepar, lanzar, atrapar, llevar objetos, entre otras. (Garcés, 2003)

La coordinación dinámica de los brazos y de las piernas se encuentra afectada por la falta de precisión, rapidez y fuerza muscular de los miembros superiores e inferiores, fundamentalmente de las manos y de los pies.

Presentan grandes dificultades en la orientación espacial, generalmente confunden el lado derecho con el izquierdo y viceversa. Al desplazarse al frente o con cambio de dirección, no se orientan con facilidad porque no poseen una correcta apreciación en el espacio y además presentan alteraciones en los receptores musculares.

Al realizar las diferentes actividades de Educación Física, se aprecia en estos niños dificultades para mantener las posiciones de equilibrio estático y dinámico, debido a las insuficiencias que presentan en la coordinación de los movimientos y en el autocontrol sobre las distintas partes del cuerpo. (Garcés, 2003)

Además, ellos se cansan con facilidad debido a la presencia de flacidez muscular general, lo que limita el desarrollo de la fuerza muscular y esto dificulta la realización de ejercicio como: saltar, halar, lanzar, empujar, entre otros.

A todas estas alteraciones en la motricidad general se le adiciona las afectaciones en la motricidad fina, que se manifiestan en las dificultades con la coordinación óculo-manual, en la precisión, destreza, agilidad y control de la musculatura de los dedos de la mano, lo que afecta el aprendizaje de la escritura y la capacitación laboral.

El insuficiente desarrollo de la psiquis genera limitaciones en el desarrollo de la actividad lúdicra en los niños retrasados mentales. En la edad preescolar no participan en los juegos por propia iniciativa, no comprenden el significado de los juguetes, sólo los atrae el colorido de esto, lo manipulan sin sentido, sin objetivo y realizan con ellos acciones inconscientes. Bajo la dirección del profesor, desempeñan determinado rol en el juego pero no comprenden el contenido general de este, ni la trama en su conjunto.

Las dificultades sensoperceptuales que presentan los limitan a poder captar y tener en cuenta las situaciones del juego, además de las dificultades para concentrar la atención y las afectaciones de la memoria hacen que estén desorientados, perdidos, ausentes y, en muchas ocasiones, no comprendan qué deben hacer. (Garcés, 2003)

Los trastornos del pensamiento se ponen de manifiesto en los juegos constructivos, donde requieren de habilidades intelectuales y creativas. Los motivos que mueven al niño hacia la actividad del juego son inestables y sus esfuerzos volitivos no se caracterizan por su firmeza y, ante las dificultades, abandonan fácilmente el juego. Esto tiene lugar, con frecuencia, en juegos que requieren de grandes esfuerzos, entrega personal y disciplina, cualidades muy difíciles de formar y desarrollar en estos alumnos.

En el proceso del juego, el lenguaje activo es muy pobre; no participan en diálogos, no acompañan las acciones con el lenguaje y no las explican durante el juego, manifestando poco interés e iniciativas, mostrándose poco activos durante las clases, lo que limita su desarrollo psicomotor.

En los juegos colectivos tienen dificultades para comprender las reglas, violando muchas veces las normas establecidas. La falta de comprensión de las instrucciones y la impulsividad los llevan a cometer errores y violaciones, siendo rechazados generalmente por sus coetáneos normales, no son aceptados como compañeros de equipos por lo que el profesor debe trabajar en este sentido para poder lograr su integración al colectivo y a la sociedad.

La alteración motriz, presente en los niños portadores de retraso mental, es una de las particularidades que más dificulta la ejecución de los diferentes juegos, afectando el desarrollo de la fuerza, la rapidez, la resistencia y mayormente el equilibrio, la orientación espacial, el ritmo y la coordinación de los movimientos.

Todas estas peculiaridades psicomotoras son más acentuadas en los niños con necesidades educativas especiales de tipo intelectual más complejas, pero en todos ellos es necesario que, en los grados iniciales, se le preste una ayuda pedagógica a la hora de realizar las diferentes actividades y, por esa vía, contribuir al cumplimiento de uno de los objetivos esenciales de esta enseñanza que es la preparación del niño para la vida adulta e independiente. (Garcés, 2004)

No obstante estas dificultades existen niño con retraso mental capaces de realizar ejercicios y juegos cuyo grado de dificultad se correspondan con sus posibilidades reales y hacia ellos específicamente va dirigida nuestra propuesta.

RM Leves

"Se caracterizan por un insignificante retardo en el desarrollo del lenguaje y de la motricidad, especialmente la fina. Pobre desarrollo del vocabulario (fundamentalmente activo). Insuficiente desarrollo de la actividad psíquica, especialmente la actividad cognoscitiva reflejándose esto en todo el desarrollo de la personalidad." (Trujillo, 1984)

Estos niños suele ser muy tranquilo – en ocasiones, demasiado-, lo que puede inquietar ya desde un principio a las personas que lo tienen a su cuidado. Es capaz de sonreír, conseguir los movimientos oculares adecuados y mirar con atención, al menos en apariencia. Puede desarrollar aptitudes sociales, de relación y de comunicación, presentando un mínimo retardo sensoriomotor. Las diferencias con el niño normal son poco notables durante los primeros años de su evolución, pero es en el inicio de la escolaridad cuando los padres comienzan a apreciar las diferencias existentes a través de las dificultades que el niño presenta.

En la evolución psicomotora no se aprecian diferencias significativas en la coordinación general ni en la coordinación específica óculo-manual; tampoco en los trastornos de la lateralidad. En cambio, el equilibrio en relación con los trastornos posturales, la orientación espacio-temporal y las adaptaciones a un ritmo (especialmente precisión-rapidez) suelen ser dificultosos.

El RM leve pasa por los estadios sucesivos del desarrollo a un ritmo mas lento que el niño normal, sin acabar de desprenderse del todo de las formas anteriores de su razonamiento. También los resultados de las operaciones concretas de los niños retardados y los normales son muy semejantes; pero. en cambio, en los primeros no aparecen indicios de las operaciones formales. Evidentemente, cuanto más profundo sea el retardo, las dificultades se acrecentarán hasta llegar a la incapacidad.

En los aprendizajes escolares, estos niños pueden alcanzar niveles aproximados de hasta sexto grado en la enseñanza primaria, aunque a un ritmo más lento que el normal. En la secundaria, presentan grandes dificultades en los temas generales, y necesitan de una enseñanza individual o especializada. Posteriormente, pueden alcanzar una adaptación social adecuada y conseguir aptitudes vocacionales que les permitan desenvolverse durante la adultez con cierta independencia. Esto ocurrirá cuando la insuficiencia intelectual no presente ningún trastorno emocional grave, que pueda dificultar el máximo aprovechamiento de sus capacidades intelectuales y de adaptación. Con todo, frente a situaciones nuevas o extrañas, aparecerán dificultades para adaptarse, pudiendo llegar a necesitar ayuda cuando se encuentren bajo un fuerte estado de tensión. (Vanina, 2003)

Los niños con retardo leve presentan una mayor sensibilidad ante el fracaso y una baja tolerancia a las frustraciones, especialmente las afectivas. Tienen mayores dificultades en las relaciones con los otros niños y posteriormente en las situaciones sociales en general.

Los juegos suelen ser más estereotipados y menos estructurados. Las identificaciones tienen lugar de forma masiva y variable, y en función de las diferentes situaciones. (Vanina, 2003)

Teniendo en cuenta toda la organización psíquica del niño, incluyendo su retardo, se pensará en ayudas de tipo estimulativo, educacional y psicoterapéuticas si fuese necesario.

Caracterización de los RM Leves de segundo ciclo

(Dirección Nacional de Educación Física, 2004)

Niños retrasados leves de 4to a 6to grado, cuyas edades oscilan en 4to grado entre 10 a 14 años, 5to grado de 12 a 14 años y 6to grado de 12 a 15 años.

Estos alumnos requieren de una gran influencia mediante la Educación Física en la actuación de la familia, la comunidad, los medios de difusión masiva y otros.

En cuanto al desarrollo físico es posible advertir un aumento de la talla con respecto a grados anteriores, mayor dominio y precisión de los movimientos.

Se observa la proporcionalidad entre las partes del cuerpo, aunque ya a finales del curso comienza a despuntar cierta desproporcionalidad y a manifestarse algunos rasgos de los caracteres sexuales secundarios, los que repercuten no siempre de igual forma, en su desarrollo psíquico.

En estas edades los niños necesitan practicar y jugar muchos deportes, no solo para satisfacer sus necesidades de movimiento, sino también las cognoscitivas, las de comunicación y muy en especial para la compensación de sus defectos primarios o secundarios.

En estos grados hay una asimilación del alumno de los modos de comportamiento social así como la formación de cualidades positivas de la personalidad, aunque aun tienden un tanto retraídos e inestables.

A nuestro modo de ver, estas son las edades idóneas para implementar el grupo de ejercicios y juegos que proponemos pues es precisamente en estas donde encontramos las condiciones necesarias para realizar el presente estudio.

Educación Física para niños con retraso mental

La Educación Física como parte de un programa amplio de la educación debe utilizarse encaminada a promover el mejor desarrollo del niño discapacitado mental. Se proponen fines y objetivos inmodificables; pero el profesor encargado de la actividad modificará la forma de trato y la conducción de acuerdo a las características individuales, realizando también una subdivisión de grupos y contando con la colaboración de un plantel de voluntarios debidamente capacitados, utilizando para ello las técnicas básicas del hombre para el incremento de las conductas molares básicas.

Atendiendo a las características individuales y considerando al individuo como tal y no, como deficiente, se hace posible la acción del profesor cuando respeta cada nivel situándolo ante diferentes experiencias por medio del juego y del movimiento resolverá las distintas problemáticas que las situaciones de aprendizaje le plantean.

En los juegos, el profesor de los retardados mentales tiene oportunidad de combinar muchas de las habilidades específicas desarrolladas por medio de la instrucción de sus partes componentes. Las habilidades o modalidades motoras básicas se pueden aprovechar en juegos apropiadamente seleccionados, para suscitar las repuestas de adaptación que se desean y para ayudar de este modo al niño a alcanzar crecientes niveles de independencia. Los juegos permiten también que el maestro presente una mezcla controlada de situaciones sociales motoras. (Vanina, 2003)

Mediante una conveniente selección o modificación de juegos, el profesor puede alterar en cierta medida la situación como más convenga a los niños.

A medida que aumenta la edad cronológica y mental, el niño emprende más actividades de asociación y colaboración y reduce la cantidad de tiempo que dedica al juego solitario y a la observación pasiva.

Farina y col. (1959) resumen los principios que se deben considerar en la selección de los juegos y actividades para los niños, del siguiente modo:

1) Los juegos deben basarse en el conocimiento de las características del desarrollo del niño, como las modalidades de crecimiento, el desarrollo muscular, la madurez social y los intereses en los juegos.

2) La seguridad de los niños es una consideración primordial en la selección de los juegos. Los equipos deben estar en buenas condiciones y el profesor tiene que saber usarlos. Al seleccionar actividades para el niño incapacitado, se deben tener en cuenta la indumentaria, los equipos especiales, como las férulas o audífonos, el área de juego y otros factores similares.

3) En la selección de los juegos son importantes las características sociopsicológicas de los niños.

Tipos de juegos de organización simple:

Juegos de marcación

Juegos de elusión

Juegos de lanzamiento y recepción

Juegos de discriminación – Agilidad mental 

Debemos de tener en cuenta la heterogeneidad del grupo a la hora de programar las clases.

OBJETIVOS Y FINES

La actividad física ofrece muchas ventajas, y en el caso de los deficientes psíquicos, estas se ven ampliadas: objetivos motores (aumento y desarrollo de las capacidades y cualidades motrices, esquema corporal, etc.), psicosociales y afectivos (controlar la ansiedad, el miedo, el autocontrol, la autoconfianza, egocentrismo, etc.), conceptuales (atención, memoria, mecanismos de análisis y decisión, lenguaje verbal y gestual, etc.)

Alguno de estos objetivos podría ser los siguientes:

Dirigir la formación armónica del cuerpo.

Satisfacer y disciplinar sus necesidades motrices.

Desarrollar el tono muscular a través del juego en una atmósfera sana, alegre y dinámica.

Adquirir reflejos rápidos y seguros mediante la educación del aparato neuromuscular y sensorial.

Corregir las posibles desviaciones de la columna vertebral y de posturas deficientes.

Educar y desarrollar el aparato respiratorio.

Aumentar la capacidad motriz estrechamente relacionada con el desarrollo de la inteligencia y en especial del lenguaje.

Desarrollar la atención así como favorecer la sociabilidad, la confianza en sí mismo y el ejercicio de la voluntad.

Dimensiones de la personalidad que abarca la educación física:

Sensorial

Cognitiva

Afectiva

Comunicativa

Estética

Sexual

De la salud

Moral

Social

Creativa

Consideraciones metodológicas:

Según hay que tratar de evitar utilizar metodologías o tareas que se centren sólo en la actividad motriz y que dejan de lado el componente intelectual. Se ha de trabajar estos dos aspectos conjuntamente siempre que las taras o actividades lo permitan, ya que: (Martín Sánchez y Martín Vicente, 1988)

1. Ayudan al deficiente a abandonar su actitud egocéntrica, entendida esta como la incapacidad por asumir el rol o perspectiva de otro jugador o persona. A través de juegos o tareas que exijan una anticipación perceptiva, ya sea intelectual o motora, el deficiente se ve en la necesidad de anticiparse las acciones contrarias, lo que a la larga le puede alejar de esta actitud egocentrista.

2. El aprendizaje de normas y reglas de los juegos o deportes trabajados conjuga motricidad e intelecto, y favorece el desarrollo de una sensibilidad social que debidamente consolidada puede generar trasferencia a otros contextos.

Podemos resumir entre otras las siguientes guías pedagógicas (Bell, 2002):

Seleccionar las actividades de acuerdo con la base o nivel del desarrollo del grupo. Proponer metas asequibles, experiencias de éxito.

Ir haciendo la tarea más compleja a medida que esta se va consiguiendo.

Tener encuentra las diferencias individuales a la hora de seleccionar las actividades.

Realizar las tareas o ejercicios con ambos lados del cuerpo.

No subestimar las habilidades de los sujetos para no mermar su desarrollo potencial.

Estructurar la clase de modo cuidadoso para no distraer su atención, planteando desafíos, éxitos y libertad de acción sin peligros.

Plantear los ejercicios o tareas que exijan más atención al inicio de la sesión.

Recordar que los fines de un programa de educación física especial tienen que concordar con el propósito de la educación física general.

Reforzar continuamente las actividades realizadas y dar información continua sobre la realización de sus actividades. Evitar que se sientan culpables por una mala actuación.

El trabajo de expresión con estos alumnos será muy importante, ya que suelen tener una mayor tendencia a la imitación que a la creación.

Trabajar de forma consciente y sistemática.

Evitar períodos inactivos.

Trabajar la psicomotricidad gruesa y fina.

Las órdenes de las actividades deben ser formuladas de forma clara de manera que sean comprensibles.

Las actividades deben seleccionarse teniendo en cuenta el nivel de desarrollo alcanzado por el grupo, relacionándose con las características físicas, psíquicas y emocionales.

Propiciar el desarrollo potencial a través de una adecuada graduación de contenidos.

La selección de las actividades debe estar en estrecha relación con las necesidades individuales.

Seleccionar de forma cuidadosa los medios o materiales a utilizar haciendo una presentación oportuna de ellas.

Propiciar proceso de socialización.

Fomentar hábitos que aseguren autonomía e independencia.

Propiciar el fortalecimiento de la esfera inductora.

En cuanto al lenguaje, habrá que adaptarlo a las capacidades de comprensión que ellos tengan, utilizando los diferentes tipos de lenguaje. Tendremos que utilizar la demostración y la información visual para que nos entiendan mejor. Al pedir al niño que verbalice lo que esta realizando ayudamos a que fomente esta capacidad y aumente su vocabulario.

El lenguaje será claro, preciso y comprensible, deberemos asegurarnos siempre que nos han comprendido, primero para la comprensión de la tarea, y segundo antes de dar la siguiente consigna en caso de que haya varias.

La Atención en niños con RM

El término atención procede del latín, como muchos vocablos castellanos, y se refiere a tender hacia, implicando una tendencia o propensión del sujeto a entrar en contacto (visual, auditivo, táctil, cerebral, etc.) con algo en concreto, sea ese algo muy particular y específico (concentrado en ello) o más amplio o genérico (atento o alerta a lo que ocurre). (Morilla 2002)

Este trastorno de atención afecta la habilidad de enfocar detalladamente en cosas como leer, escuchar una lectura o jugar un juego. Alguien que padece de esta enfermedad se distrae fácilmente con ruidos, movimientos, colores, o sus propios pensamientos. Sin embargo, se puede prestar atención a las cosas que les interesan.

Es un desorden neuro-conductual que está caracterizado por las diferencias en las estructuras del cerebro y sus funciones que afectan la conducta, los pensamientos y las emociones. Estudios en la Neurociencia han descubierto diferencias en el tamaño de las estructuras cerebrales tanto como la corteza pre frontal, el ganglio basal y el cerebelo junto con la aparición de un bajo flujo sanguíneo en dichas áreas.

En el caso particular de los niños con retraso mental reaccionan con lentitud a cualquier orden de profesor y manifiestan limitaciones en la rapidez de reacción por lo que requiere de un mayor tiempo para dar respuesta a determinados estímulos, por lo que el nivel de atención que sean capaces de mejorar es trascendental a la hora de realizar cualquier tipo de actividad.

El componente principal de la concentración es la capacidad de focalizar la atención sobre la tarea que se está desarrollando y no distraerse por estímulos internos o externos irrelevantes (Schmid y Peper, 1991).

La atención es una destreza aprendida, de reaccionar pasivamente o de no distraerse ante estímulos irrelevantes. La atención también significa el estar totalmente aquí y en el ahora, en el presente (Schmid y Peper, 1991).

Según lo anteriormente expresado la atención, al ser una destreza, es susceptible de mejorarse y desarrollarse por la práctica, por lo que los niños con RM necesitan como ningún otro, elevar el grado de concentración que le permita ejecutar diversas actividades.

Causas del trastorno

Los problemas asociados con este trastorno devienen de las dificultades con las funciones ejecutivas cerebrales, cuales son planificar y pensar, inhibición de las respuestas impulsivas e inhibición del procesamiento de un estímulo de una tarea irrelevante.

La genética juega un papel muy importante. Factores no genéticos han sido implicados en la etiología de la dicha enfermedad que incluye cuidado prenatal y exposición a toxinas ambientales. Aunque estudios de posibles impactos de toxinas son fascinantes, los resultados generalmente indican que dichas influencias no son bastante poderosas para indicar causas extendidas y por lo tanto, explican casos muy escasos.

Síntomas del trastorno

Fracaso de atender a detalles o se comete errores descuidados

Dificultad de sostener la atención en las tareas o en los juegos

No se escucha cuando le está hablado directamente

No sigue direcciones y no logra a terminar labores de la casa, juegos o actividades.

Dificultad de organizar tareas o actividades

Evita o no le gustan tareas que requiere un esfuerzo mental sostenido

Pierde cosas necesarias para cumplir con las tareas o actividades como los juguetes, lápices

Se distrae con facilidad

Se olvida las actividades diarias

 

 

Autor:

Yanelis Darzon Silva

Enviado por:

Nestor Valle