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La universalización, retos y perspectivas de la nueva universidad cubana


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Introducción

Los orígenes de la educación superior cubana se remontan al año 1728, cuando se crea la Real y Pontificia Universidad de la Habana. A partir de este año, sólo en ese centro se ofrecían estudios superiores, hasta que 219 años después, en el año 1947, es fundada la segunda universidad cubana, la universidad de Oriente, en la ciudad de Santiago de Cuba. Cinco años más tarde, en la ciudad de Santa Clara, surge la Universidad Central de Las Villas.

En ese marco académico tiene lugar en el año 1959, el triunfo de la Revolución en Cuba, punto de partida para profundas transformaciones educativas en todo el país, no solo en la educación superior, sino también en los restantes niveles de enseñanza basadas en nuevos conceptos de equidad y justicia social; a partir de un enfoque de la educación como un derecho fundamental de todos los ciudadanos. Ello ha ido conduciendo gradualmente, a alcanzar el reconocido prestigio ganado por el país en el campo educativo, a pesar de las grandes dificultades económicas enfrentadas.

El punto de partida fue el empeño y el logro de erradicar el analfabetismo en todo el territorio nacional-proeza educativa culminada en algo más de un año- creando las condiciones propicias para un desarrollo sostenido de todo el sistema educativo, y como parte integrante del mismo, también de la educación superior.

A partir de este momento se van produciendo sucesivas transformaciones, dirigidas a lograr, entre sus objetivos fundamentales, un mayor acceso a los estudios superiores; un enfoque más científico de la enseñanza y una diversificación de las carreras que respondiera mejor a las demandas económicas y sociales del país. Se amplia la red de centros de educación superior, que se extiende a todas las provincias y se crea, en 1976, el Ministerio de Educación Superior (MES), con el objetivo de dirigir la política educacional en ese nivel de enseñanza.

En los momentos actuales dentro del proceso de transformaciones que tiene lugar en la universidad cubana se materializa la presencia de la universidad en todos los rincones del país (universalización del conocimiento).

En el presente trabajo se realiza una breve referencia sobre el nuevo modelo de universidad cubana, las ideas rectoras, etapas, acceso, permanencia y egreso así como lo relacionado con el tema de la calidad.

Desarrollo

La Universidad como institución social fue fruto de una época muy diferente a la actual. En sus orígenes, las universidades se convirtieron rápidamente en las instituciones que atesoraban todo el conocimiento de la sociedad. El desarrollo de las ciencias entonces posibilitaba tal situación. De igual modo, hasta la primera mitad del pasado siglo XX, era posible afirmar con bastante certeza que cuando una persona culminaba sus estudios universitarios estaba preparada para ejercer profesionalmente durante toda su vida.

Hoy nada ocurre de ese modo. Ni los conocimientos se atesoran privilegiadamente en la sociedad, ni es posible pensar en tener desempeños exitosos profesionalmente sin una constante actualización. Educación para todos, durante toda la vida, es el paradigma educativo que nos guía, el objetivo supremo que debe alcanzar la universidad cubana para estar a la altura de los retos planteados por el desarrollo social y económico de nuestro país, que aspira a convertirse en poco tiempo en el más culto del mundo.

A tono con las ideas anteriormente descritas, el punto de partida para identificar el papel y el lugar de la universidad cubana actual y con ello poder establecer del mejor modo posible sus cualidades fundamentales, hay que buscarlo en la identificación de su misión, que en apretada síntesis la expresamos del modo siguiente:

Preservar, desarrollar y promover toda la cultura de la humanidad, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad, llegando con ella a todo nuestro pueblo y en particular a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

Hay que aclarar aquí que no se pretende con esta definición de misión, defender la idea de que la única institución social que preserva, desarrolla o promueve la cultura es la Universidad. Resulta innecesario, por lo evidente, ejemplificar esta afirmación anterior. Sin embargo, sí corresponde a la universidad el privilegiado rol de ser la institución social que más integralmente contribuye a este propósito. En eso radica su especificidad. Ninguna otra institución social es capaz de acometer ese empeño con el grado de integralidad que puede hacerlo la universidad moderna.

También resulta necesario aclarar el sentido en que se utiliza el término cultura. Frecuentemente se utiliza ese concepto en una forma muy restrictiva, asociándolo a manifestaciones solo de tipo artístico o literario. Aquí se utiliza en toda su dimensión, abarcadora de toda la obra del hombre. Por tanto, se utiliza este término para abarcar todas las dimensiones de la cultura, como son la cultura política e ideológica, la cultura artística y literaria, la cultura científico-técnica, entre otras.

El verdadero desarrollo de la Universidad cubana tiene lugar a partir del año 1959, como parte de todo un conjunto de profundas transformaciones sociales que han tenido lugar en Cuba desde ese momento, basadas en nuevos conceptos de equidad y justicia social. Ello ha ido conduciendo gradualmente, a alcanzar el reconocido prestigio ganado por el país en el campo educativo, a pesar de las difíciles situaciones económicas enfrentadas.

El surgimiento de universidades en todas las provincias, con carreras acordes con esta nueva etapa, concebidas en estrecha relación con las verdaderas necesidades del desarrollo económico y social, unido al avance gradual de la investigación científica y la educación posgraduada, en todas ellas, y el estrecho vínculo con la comunidad en la cual están enclavadas-caracterizado por amplios e importantes programas de extensión universitaria-de conjunto con la alta prioridad del estado y del gobierno para lograr su desarrollo sostenido ,han propiciado que hoy se cuente con un modelo de Universidad donde se incorpora todo lo valioso y positivo de la educación superior contemporánea y a la vez se afianza de modo esencial en sus propias raíces y asume una personalidad propia, en correspondencia con sus especificidades educativas. Hoy esa Universidad se proyecta hacia un estadio superior, caracterizado por llevar la educación superior a todo lo largo y ancho de las isla, para lograr en el menor plazo posible la incorporación de todo ciudadano con nivel medio superior vencido que así lo deseen a estudios superiores ,sin limites, ni barreras de ningún tipo.

La formación sobre la base del amplio perfil, con dos ideas rectoras principales. La primera de ellas consiste en que la universidad cubana centra su atención principal, en la formación de valores. De hecho tanto en la concepción teórica como en su real materialización en el proceso de formación, la unidad de los aspectos educativos con los de carácter instructivo. Un segundo aspecto, es la integración entre la universidad y la sociedad, expresada en la posibilidad de que los estudiantes universitarios cubanos, en todas las carreras, dediquen una parte importante de su tiempo de estudio a desarrollar habilidades y competencias profesionales en diferentes entidades laborales, productivas y de servicios, lo cual caracteriza la otra idea rectora relacionada con el vínculo del estudio y el trabajo.

La universidad cubana actual posee tres cualidades que la caracterizan esencialmente que son: universidad científica, tecnológica y humanista. En la cual la formación de profesionales se estructura a partir de un modelo de amplio perfil, cuya cualidad fundamental es la profunda formación básica, con dominio de los aspectos esenciales para su ejercicio profesional, asegurando la capacidad de desempeñarse con éxito en las diferentes esferas de su actividad laboral.

La universidad cubana de hoy no se estructura sólo a partir de determinadas demandas de tipo profesional, como ocurre en otros países, con un enfoque centrado en brindar rápida respuesta a las exigencias del mercado del trabajo, lanzando así a sus egresados a una competencia brutal por su subsistencia. No es esa la realidad cubana de hoy y eso permite proyectar un modelo alternativo con una mejor respuesta a las necesidades actuales del desarrollo económico y social. El paradigma está en brindar a la sociedad un profesional formado de manera integra, profesionalmente competente, con preparación científica para aceptar los retos de la sociedad moderna y con un amplio desarrollo humanístico para vivir en la sociedad de está época y servirla con sencillez y modestia, con los valores como pilar fundamental de su formación.

El Ministro de Educación Superior en Cuba, Dr. Fernando Vecino Alegret planteó: "La universidad desempeña el papel de institución social por excelencia, encargada de la preservación, desarrollo y difusión de la cultura y como generadora de nuevos conocimientos que garanticen el desarrollo humano y sostenible y, con ello, la continuidad de la civilización.

Y más adelante expresaba: "Hoy más que nunca, la universidad debe demostrar su pertinencia social como espacio idóneo para rechazar cualquier tendencia que pueda destruir la obra humana, como espacio promotor de los valores universales, de la ética del diálogo intercultural, la comprensión mutua y la paz".

Estas afirmaciones contribuyen a poner en claro aún más la misión de la universidad del siglo XXI y cómo debe encaminar sus principales direcciones de trabajo con el objetivo de:

  • Responder a las crecientes y continuas exigencias de la ciencia, la técnica y la producción, así como a los intereses de la cultura y el progreso social.

  • Poseer un claustro con un poderoso potencial científico que participe en la acción de nuevas ideas, y amplíen el volumen de los conocimientos científicos.

  • Formar profesionales altamente calificados, que sean capaces de garantizar el desarrollo de la ciencia y su materialización en la producción, lo que determina en gran medida el progreso científico – técnico.

(Revista Pedagogía Universitaria Vol. 9 No. 5 ,2004).

Estas tres direcciones se condicionan e integran en la dinámica de la Educación Superior, donde además se precisa lograr que las nuevas generaciones aprendan a conocer, a hacer, a vivir juntos y a ser, tal como ha sido propuesto por la UNESCO (Delors, J. 1996).

Es necesario considerar el fenómeno globalizador que caracteriza nuestra era, que tiene implicación no solo en la economía y en la política, sino también en la ciencia y la tecnología, en la educación y la cultura, coincidiendo los especialistas en que pasa a un primer plano el nivel de competencia que

determina a su vez mayor desarrollo científico y este último debe estar respaldado por una educación superior de excelencia, que garantice la formación de profesionales capaces de enfrentar los retos del mundo contemporáneo.

Entre las tendencias actuales que las instituciones universitarias deben tratar de alcanzar están (Hernández, A. y González, M. 2000).

  • Una mayor calidad, que requiere de una evaluación constante y sistemática que retroalimente sobre su adecuación y pertinencia. Un indicador de esta variable sería el análisis cualitativo del proceso de asimilación del estudiante y no solo de la labor del profesor, por el papel protagónico del primero en su propio proceso de formación.

  • Lograr una mayor adecuación de la actividad de los centros de educación superior a las tendencias del desarrollo de las ciencias de la educación contemporánea.

  • Una mayor pertinencia, una redimensión de la actividad docente, valorar nuevas alternativas pedagógicas que apunten a una educación permanente, a un aprendizaje de por vida que implica nuevas formas y métodos de enseñanza y aprendizaje más flexibles.

Tendencias que caracterizan actualmente el ámbito universitario:

1. Una reorganización y flexibilización de las estructuras académicas, privilegiando la posición del departamento docente sin que este imponga límites rígidos dentro de la ciencia.

2. La organización de universidades como sistema más vinculado a regiones del país (la universalización).

3. El desarrollo de universidades especializadas en áreas específicas que brindan mejores posibilidades para la investigación y profundización en determinadas temáticas.

4. La búsqueda de currículos más integradores y el perfeccionamiento del proceso enseñanza – aprendizaje universitario.

5. Una mayor preocupación por los problemas de la enseñanza que ha generado el surgimiento de departamentos y líneas de investigación en la Pedagogía Universitaria.

Además, el desarrollo de los procesos que caracterizan el recinto universitario, la docencia, investigación y la extensión, las cuales se complementan entre sí, permiten encaminar los esfuerzos para lograr la excelencia a la que debe aspirarse y concretar su perfeccionamiento, es decir, su pertinencia social.

Tener en cuenta todos los aspectos analizados anteriormente implica la aplicación de estrategias que posibiliten dar una respuesta que logre mayores niveles de integración de la universidad con la sociedad.

Según Carlos Tunnerman «Un país no puede descuidar ni debilitar su educación superior pública, sin correr el riesgo de debilitar su propia "inteligencia nacional" y sus posibilidades de mantener e incrementar sus contactos con la comunidad científica e intelectual del mundo ni disponer de las capacidades y conocimientos que necesita para hacerse cargo de modo independiente de su propio desarrollo.»

La universidad cubana transita hoy por uno de los procesos más complejos, abarcadores e interesantes de toda su larga y fructífera historia. Inmersas en el desarrollo de los nuevos programas de la Revolución para las ciencias sociales y las humanidades, las especialidades de impacto en el turismo, las ciencias de la computación, la educación a distancia y en la introducción de las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, nuestras universidades se han lanzado, al unísono, a poner en práctica un amplio programa de masividad y participación comunitaria en la gestión, la docencia, la práctica laboral y la investigación académica y científico-pedagógica. Este programa es conocido ya en todos los ámbitos por el nombre genérico de Universalización de la Educación Superior.

Si hasta hace muy poco, por Universidad se había entendido siempre a esa gran escuela o alma mater que encierra a lo diverso en lo unitario, dando así cabal sentido a su razón de ser; si, además, por Universidad revolucionaria se ha entendido en Cuba desde el triunfo de la nuestra gloriosa Revolución Socialista hasta el presente al incorporar a las más amplias capas de trabajadores y al pueblo en general a sus aulas, vinculando ciencia con producción en fábricas y unidades docentes asociadas al trabajo creador y a los servicios, hoy día la universalización convoca a una nueva dimensión del concepto de universidad, que se incorpora velozmente a todo lo anteriormente alcanzado.

De acuerdo con la definición de universalización que no es más que la democratización de la enseñanza superior en la cultura, con una mayor cobertura, por ende son los procesos que llegan a mayor número de personas, multiplicando y enriqueciendo la enseñanza; lo cual tiene estrecha relación con su extensión que es la acción de dar a una cosa mayor alcance o amplitud, o sea, es el proceso universitario que tiene como propósito promover la cultura en la comunidad universitaria y extrauniversitaria para contribuir a su desarrollo cultural, de manera que en el proceso de universalización está incluida la extensión, todo esto tributa al desarrollo cultural, a transformar la sociedad, y permite atender de forma más directa los problemas sociales, además promueve cultura y se abre a todos los municipios con la creación de las SUM.

Universalización de la educación superior es un proceso continuo de transformaciones, iniciado con el triunfo de la revolución en el año 1959, dirigido a ampliar las posibilidades y oportunidades de acceso a la universidad, y a multiplicar y extender los conocimientos para contribuir a la formación de una cultura general integral de la población, con un incremento sostenido de la equidad y la justicia social, tiene raíces profundas y se gesta con la intención de llevar la universidad a todos, aplicando nuevas formas y métodos de enseñanza que se describen en las tendencias modernas de la educación superior, con el uso de las tecnologías más avanzadas, de manera que todos tengan derecho y acceso a una mejor educación con el objetivo supremo de lograr un mundo mejor para todos. La universalización de los conocimientos, expresada más recientemente en términos de cultura general integral y de estudiar durante toda la vida, comprende todo el quehacer de la sociedad dirigido a cultivar al máximo la inteligencia del pueblo a través de vías formales y no formales. La universalización de la enseñanza general y la universalización de la universidad forman parte de este concepto.

Partiendo de la primera gran revolución educacional en Cuba, la que se enmarca a partir del proceso de unificación, nacionalización y alfabetización de grandes masas de cubanos analfabetos, es que se desarrollaron diferentes acciones, las que marcaron y determinaron la realidad actual educativa cubana, atravesando por diferentes etapas que se relacionan a continuación:

  • La realización de la Campaña Nacional de Alfabetización en 1961, se logra disminuir en un año a 3,9 % el analfabetismo en el país.

  • En 1962. Se produce la reforma Universitaria, en la que se aplica el principio rector de combinación del estudio con el trabajo. Que hasta hoy continua.

  • De 1972-1974; se inicia una investigación, partiendo de un estudio de diagnóstico, en el que se confirman los serios problemas de la educación en estructuras y contenidos.

  • Se elabora el Pronóstico de la educación; a partir del cual y con la determinación de los objetivos de la educación se plantea la proyección de la futura escuela cubana. En la que se definen: Función social, períodos de aprendizaje, ciclos, edades en los ciclos, se estructuraron los planes de estudio de cada subsistema de educación, se determinan los requisitos didácticos, etc.

  • 1976 .Se crea el Ministerio de Educación Superior, como organismo rector

metodológico de la Educación Superior en Cuba y las bases del perfeccionamiento de la educación superior y postgraduada, como: El enfoque de sistema, la organización de la escuela única articulada por niveles, la determinación de la carga docente progresiva, la determinación del nivel mínimo de conocimiento .

  • 1977– 1994; se inician los ciclos de Planes de Estudio, que responde a los estudios y análisis curriculares resultados de la investigación realizada nacionalmente. Todos estos estudios promovieron investigaciones que promovieron conceptos, modelos y enfoques que permitieron el desarrollo de la formación y la actividad posgraduada.

  • 1994-1996; se realizan transformaciones importantes que permiten una modificación sustancial de los diseños, como: Se aligeran los programas en contenidos teóricos. Se incrementan las prácticas profesionales, participando los estudiantes en las mismas desde los primeros años de la carrera. La situación económica del país provoca la salida de un número importante de profesores para otros sectores más remunerados, como el del turismo, lo que se traduce en carencia de docentes y para suplir eso se orientan medidas, como insertar a los alumnos de los Pedagógicos y otras carreras a la práctica docente, práctica que ha demostrado, según las encuestas realizadas, que los estudiantes adquieren, con esa práctica real docente, más rápidamente habilidades educacionales. Se incrementa el protagonismo estudiantil. Se incrementa la acción de extensión universitaria hacia las comunidades.

  • 1998 -1999; se inicia una tercera etapa de la educación en Cuba en la que prevalece la concepción del desarrollo de una Cultura General Integral usando como base la Batalla de Ideas, como instrumento para lograr mantener las conquistas y avanzar más en el desarrollo seguro del país. Estos conceptos presionan en la necesidad de un estudio adecuado de la profesionalización y la fundamentalización de los contenidos.

  • 1999-2000: Se produce una Revolución de la Educación y se presentan las características siguientes: Generalización de las TIC; se ve el estudio como una nueva forma de empleo; el perfeccionamiento empresarial; cambios en la composición de los estudiantes universitarios y en las tareas que ellos cumplen; reducción de alumnos por aula; desarrollo de los profesores generales integrales.

  • 2001-2003: Aparece la Universalización de la educación superior, que tiene un fuerte basamento social, político e ideológico; y con ello es el Inicio de la realización de los Planes D; para lograr una mejor correspondencia entre los modos de actuación de las carreras y los cambios previstos en el empleo; los niveles de presencialidad, con una tendencia a la disminución de la carga lectiva semanal;

  • "La Batalla de Ideas": Implica un Fortalecimiento del vínculo laboral en cada carrera, en su relación con las clases y la actividad investigativa; las transformaciones por virtualizar el proceso de formación; el sistema de evaluación más vinculado a la profesión, cualitativo e integrador; la formación humanística; el establecimiento de un sistema de créditos para las carreras.

Lo planteado hasta aquí responde, ante todo, al marco histórico que fundamenta aspectos muy importantes del desarrollo y el perfeccionamiento de la educación superior. Pero estos no son los únicos, también se desarrolla un pensamiento teórico que permite sustentar y validar el cumplimiento del proyecto de educación cubano.

En septiembre del año 2000, como parte de la batalla del pueblo cubano por alcanzar niveles superiores en su cultura general integral, la educación superior cubana fue convocada a participar en dos nuevos importantes programas de formación de maestros primarios y trabajadores sociales. Esos programas, los primeros de todos los que sucesivamente han involucrado a la educación superior a partir de esa fecha, constituyeron el inicio de nuevas y profundas transformaciones, en el camino de poder garantizar el más amplio acceso de todos ciudadanos a la educación superior, cultivando su inteligencia y multiplicando gradualmente sus conocimientos, objetivo supremo de esta nueva etapa.

En el 2001 la educación superior fue nuevamente convocada para garantizarle la continuidad de estudios de los jóvenes incorporados a dichos programas, primero en las provincias Ciudad Habana y Matanzas y luego en todo el país.

Luego se llamo a la educación superior a perfeccionar el modelo aplicado, concibiendo el proceso de formación sobre la base de las siguientes ideas principales:

  • Posibilitar una matricula masiva a partir de la multiplicación de la universidad en todos los municipios.

  • Conquistar al estudiante para que estudiara.

  • Diseñar un modelo que estimule el progreso, y en el cual no tuviera cabida ni el desaliento ni el fracaso.

Después de transcurridos cuatro años desde aquellos inicios, estos cambios se materializan ya en la existencia de sedes universitarias en todos los municipios, donde decenas de miles de jóvenes estudiantes cursan estudios en cerca de medio centenar de carreras diferentes, las cuales abarcan prácticamente todas las ramas de las ciencias que se estudian en Cuba. Miles de profesores, la mayor parte de profesionales de la producción y los servicios, debidamente categorizados y preparados para cumplir esas funciones como profesor a tiempo parcial, desarrollan esa hermosa tarea con alta motivación y responsabilidad, combinándola con sus actividades laborales habituales.

La nueva universidad, ofrece oportunidades inéditas de poner los conocimientos al servicio de la solución de los problemas territoriales, creando un nuevo actor colectivo del conocimiento, promotor del aprendizaje, potencialmente volcado a la innovación, capaz de favorecer la creación de competencias para la asimilación/creación de tecnologías y saberes de significación social, siempre en vínculo con los restantes actores del territorio (políticos, administrativos, educativos).

Proveniente de diferentes fuentes de ingreso, los estudiantes cursan estudios en carreras de ciencias pedagógicas, humanidades, ciencias económicas, ciencias técnicas, ciencias agropecuarias, salud y cultura física, lo que evidencia el amplio espectro de estudios superiores existentes en la actualidad en los municipios y otras localidades. En la continuidad de estudios de los jóvenes maestros y profesores se ha extendido en concepto de microuniversidad, que caracteriza a cada una de las escuelas en que son ubicados para trabajar, recibiendo conocimientos teóricos y prácticos de modo sistemático, guiados por un tutor, lo cual se ha generalizado para todos los docentes en formación.

A partir del curso 2003-2004 se habilitaron las plazas necesarias para los egresados del curso de superación integral para jóvenes, uno de los programas de mayor trascendencia, humanismo e impacto social por su contenido de equidad y justicia social, pues incorpora al estudio a jóvenes que no habían tenido la oportunidad de cursar estudios superiores y a la vez se encontraban desempleados. El objetivo supremo ha de ser el pleno acceso a los estudios superiores de todos los ciudadanos que tengan el nivel requerido y así lo deseen.

En correspondencia con los conceptos actuales de equidad y justicia social forjados por la sociedad cubana en los últimos años, esta nueva universidad se estructura sobre la base de nuevas ideas, entre las cuales se relacionan, por su importancia, las siguientes:

  • Asegurar una real igualdad de oportunidades y posibilidades.

  • Salir de los muros universitarios, llevando la educación superior a los lugares donde laboran o residen los estudiantes.

  • Poner en función de la nueva universidad todos los recursos humanos y materiales disponibles en el territorio.

  • Avanzar hacia el pleno acceso igualando de abajo hacia arriba; comenzando por los más lo necesitados. En un país pequeño como Cuba, con unos 11 millones de habitantes, y una división político-administrativa constituida por 14 provincias y 169 municipios, esa nueva universidad se concreta ya en:

1- Sedes centrales en todas las provincias.

2-Sedes universitarias municipales en todos los municipios.

3- Otras sedes municipales en localidades fuera de las cabeceras municipales; algunas de ellas en bateyes azucareros.

4- Microuniversidades pedagógicas en un número considerable de escuelas primarias y secundarias.

5- Hospitales y policlínicos convertidos en centros de formación de profesionales de la salud.

6- Consultorios del médico de la familia en las comunidades funcionando como casas-escuela para la formación de los médicos en su último año de estudios.

Esa nueva universidad del municipio no es una universidad diferente a la existente en las sedes centrales. Dichas sedes son también parte de la nueva universidad, bajo un enfoque integrador. Esta universidad creada como resultado de dicha integración será portadora de todas las fortalezas de aquella. Más aún, extender la universidad al municipio, es también extender y ampliar sus fortalezas, ya que incorpora a las ya existentes las resultantes de esa nueva cualidad.

La nueva universidad cubana avanza y se extiende gradualmente por todo el país, hasta lograr convertir a Cuba en una gran universidad, cuyo objetivo supremo es el pleno acceso, además tiene la responsabilidad de trabajar con prioridad para lograr niveles de permanencia y de egreso acorde con los niveles de acceso ya logrados y los que en un futuro no muy lejano se alcanzarán. Para lograr lo antes expuesto cada universidad deberá entrar a considerar los siguientes aspectos:

  • 1- El perfeccionamiento de la labor educativa, dirigida a fortalecer la atención individualizada al estudiante, a que se sienta más acompañado, guiado, atendido, para producir transformaciones en su personalidad, generando un mayor nivel de comprensión acerca de la necesidad de consagrarse a los estudios y con ello lograr mayores niveles de dedicación a sus tareas docentes.

  • 2- El perfeccionamiento de los planes de estudio.

  • 3- La determinación precisa del nivel de conocimiento y habilidades básicas de los estudiantes de la educación superior y, como consecuencia de ello su incorporación en los primeros años de estudio.

El reto de lograr el pleno acceso supone entre otras cuestiones, cambiar la manera de entender la universidad y su misión, lograr la plena integración de todos los factores del territorio, asegurar la preparación de todos los recursos humanos disponibles , fortalecer y ampliar los métodos semipresenciales.

La importancia que adquiere la educación superior en el mundo contemporáneo ha llamado la atención sobre su calidad. La masificación y diversificación no se puede lograr a contrapelo de merma de la calidad. Como señala Brunner (2005) la masificación de la matrícula, y la diferenciación de las instituciones, traen consigo una mayor demanda por la información de sobre la calidad de la enseñanza superior y una fuerte presión por establecer procedimientos públicos de aseguramiento de la calidad.

La calidad no puede estar reñida con la masificación de la educación superior, sino que la nueva concepción de educación superior conduce a cambios en la concepción de calidad. La calidad no se da al margen de la masificación, sino que la incluye, por lo que se hace necesario buscar formas diferentes de educación superior, que garanticen calidad – masividad al mismo tiempo.

La calidad se abre paso en la sociedad cuando tiene como sostén a la mayoría de la población, de aquí, la necesidad de poner en primer plano el problema de la calidad. La calidad verdadera está asociada a la pasividad, al acceso de las mayorías a los conocimientos.

La calidad de la educación superior abarca todo el proceso formativo, incluyendo la medida en que responde a las necesidades sociales, su pertinencia.

A partir de lo anterior existen muchos modelos para evaluar la calidad de la educación superior, en los cuales la concepción de calidad se ha desglosado en dimensiones e indicadores que permiten su mensurabilidad y valoración. En Cuba las dimensiones establecidas por el Ministerio de Educación Superior (2000) son: pertinencia e impacto social, profesores, estudiantes, estructura y currículos.

Para evaluar la calidad predominan mundialmente los procedimientos de auto evaluación y evaluación externa por pares. El referente de la calidad está establecido por la propia institución, cuando define qué va a hacer, misión, objetivos, estrategias. Nunca puede obviarse que la evaluación de la calidad no constituye un fin en sí misma, sino que su objetivo es propiciar y garantizar la mejora formativa de la institución educativa, sobre la base de un proceso continuo, permanente, gradual e integral.

El concepto de la calidad en la formación se asocia fundamentalmente a tres aspectos diferentes que son:

*Calidad de los recursos humanos

*Calidad de la base material

*Calidad de la gestión del proceso de formación.

Los profesores, por su parte, constituyen uno de los recursos fundamentales para garantizar la calidad y el cumplimiento de las funciones de la educación superior: docencia, investigación y extensión. Por tanto, es necesario ofrecerles posibilidades encaminadas a perfeccionar su formación en competencias profesionales, dándole una atención especial a la preparación pedagógica para que esté en condiciones de desarrollar un proceso.

Un importante desafío del enfoque integral en la universalización lo constituye la preparación integral del claustro de profesores y especialmente de los adjuntos (tiempo parcial), para asumir el proceso de educación mediante la instrucción, en un tipo de curso en que la docencia es menos presencial.

Particular importancia deviene en estas condiciones la existencia del tutor. Esta es una modalidad nueva, en la que actualmente aplicamos las primeras experiencias, pero que auguran un resultado positivo, ya que se trata de la figura que acompaña al estudiante durante toda su carrera, lo asesora y lo guía, e impide que se sienta abandonado, solo, desalentado.

El ejemplo personal, el liderazgo y la perseverancia del tutor con los estudiantes forman parte de las relaciones interpersonales que fluyen y se convierten en modos de actuación de los jóvenes universitarios, contribuyendo a la formación de una personalidad acorde con su futura vida profesional. De esta forma, los tutores deben convertirse en líderes académicos con una alta profesionalidad, ejerciendo una influencia decisiva en la labor educativa a través de asesoramiento a cada estudiante en la búsqueda de las mejores opciones para cumplir las asignaturas seleccionadas del plan de estudio. Este proceso permite rescatar la condición de discípulo de su tutor, reconociendo a este último, no solo por sus cualidades profesionales, sino también por su liderazgo como educador.

Por otra parte, en el proceso de universalización se crean condiciones favorables para potenciar investigaciones sociales que respondan a las necesidades de los territorios. El desarrollo de estas investigaciones se puede realizar tanto por estudiantes de las carreras de humanidades, como por aquellos que desarrollan perfiles científicos y técnicos que requieren de forma multidisciplinaria en sus investigaciones, valoraciones sociales, políticas y culturales.

La calificación de Fidel de que "cuando hablamos de Universidad, hablamos de vida" nos convoca a profundizar en la labor educativa y político-ideológica, y trabajar más intensamente en nuestras deficiencias e insuficiencias, para contribuir a fortalecer la Revolución desde la Universidad, educar en valores a los estudiantes y formarlos como profesionales revolucionarios, con una cultura general integral, para lo cual es necesario profundizar en las prioridades siguientes:

  • Fortalecer la labor educativa, y en especial la formación de valores desde lo instructivo.

En cada clase – encuentro con un enfoque ideológico hacia los estudiantes, a partir de la ejemplaridad de los educadores, el protagonismo estudiantil y una organización docente que garantice calidad y competencia, acorde con las necesidades de la nueva Universidad, mediante la inserción de la SUM, con un claustro consagrado, el funcionamiento eficiente de su estructura de dirección, de las organizaciones y la interacción con la comunidad.

  • Fortalecer la labor educativa y de formación de valores de manera integral.

Mediante los Proyectos Educativos por grupos docentes en cada carrera universitaria, considerando las vías de ingreso. Desarrollándolos a partir de un diagnóstico individual e integral (psicopedagógico y sociocultural) que facilite un conocimiento más profundo del estudiante y posibilite una mejor concepción y ejecución de la labor educativa, con un papel activo del tutor como guía, orientador y facilitador de grupos pequeños de estudiantes (un tutor x 5 alumnos) y el apoyo de la comunidad para profundizar en las dimensiones:

-Físicas y psíquicas.

-Motivacional y volitiva

-Desarrollo intelectual y cognitivo

-Situación del aprendizaje y el rendimiento académico

-Situación familiar y afectiva

La comunicación, la personalidad y su identidad personal

-Las transformaciones en la comunidad

El desarrollo de la estrategia de la universalización de la educación superior ha sido la expresión más coherente de la política educacional cubana en relación con los estudios superiores; se inserta orgánicamente en el propósito de elevar a niveles cualitativamente superiores la cultura general integral del pueblo y desempeña un importante papel en la aspiración de que todos los hombres y mujeres del país ejerzan plenamente, sin discriminaciones de ningún tipo, todos sus derechos.

Conclusiones

  • La educación superior en Cuba esta sujeta a cambios y paradojas propias de la etapa del desarrollo contextual y que están gestando nuevos paradigmas.

  • La universalización de la Educación Superior en Cuba, va encaminada hacia la formación de un nuevo tipo de egresado, de un hombre nuevo enmarcado en una nueva sociedad la Sociedad de "Hombres de Ciencias", de hombres cultivados no solo en el fragor de la ciencia y la técnica, sino en el de la equidad, la justicia, la solidaridad, el humanismo, el internacionalismo y el amor a la patria.

  • El profesional del futuro se educa hoy y para ello se requiere que el docente universitario aprenda a enseñar, estos tiempos reclaman una nueva cultura profesional del profesorado que le permita reflexionar, criticar e investigar sobre su propia práctica, solo así tienen sentido las nuevas concepciones del proceso enseñanza – aprendizaje en la Educación Superior.

  • Las exigencias en la formación del estudiante universitario introducen el carácter cualitativo a la acción didáctica y brinda sentido a la acción instructiva.

Bibliografía

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2-Discurso de clausura del VIII Congreso de la UJC. Disponible en: http://granma.co.cu2004/12/06/nacional/articulo07.html (12/12/04).

3-Ministerio de Salud Pública. Cuba. Universalización de la enseñanza Médica. Documento de trabajo. 2004.

4-Castro Ruz F. Discurso de clausura del IV Congreso Internacional "Universidad 2004". La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2004.

5-Discurso de clausura del Congreso Internacional Pedagogía 2003. Disponible en: www.cuba.cu/gobierno/discurso/2003/esp/f072030html (15/2/03).

6-Ministerio de Educación Superior. Cuba. La Universidad en la batalla de ideas. Proyectos aprobados. VI Taller Nacional de Trabajo Político- ideológico. La Habana: MES; 2001.

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