- Introducción
- La Familia desde el punto de vista sociológico
- La Familia Célula Fundamental de la Sociedad
- El enamoramiento y noviazgo
- El matrimonio
- La familia
- Los hijos
- Las relaciones de hijos con los padres
- La disfunción familiar
- Conclusiones y recomendaciones
- Bibliografía
Introducción
La Familia desde el punto de vista teológico.
La "familia" fue instituida por Dios cuando creó al hombre y a la mujer. Para los cristianos, Jesucristo lo elevó a la dignidad de sacramento; un sacramento que da a los esposos una gracia especial para ser fieles una al otro y santificarse en la vida matrimonial y familiar, ya que el matrimonio cristiano es una auténtica vocación sobrenatural.
Según la Iglesia Católica, el origen de la "familia" no es sólo cultural, sino que procede de la misma naturaleza humana en cuanto que, como dice el libro de Génesis (1:27)[1], al principio "Dios los creó hombre y mujer". La "familia" sería, por tanto, una institución y no un producto cultural cuyas principales características ?unidad, indisolubilidad y apertura a la vida? vendrían definidas por la propia naturaleza del concepto católico de amor entre hombre y mujer, que exige a los esposos o cónyuges amarse el uno al otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en la procreación.
Para los católicos, el fundamento de la "familia" se encuentra en las siguientes palabras del Génesis: Creo Dios al Hombre a imagen suya, a imagen de Dios y los creo varón y hembra (Génesis 1: 25-27). Por eso dejará el Hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7, 8; 1 Corintios 1:16; Efesios 5:31)[2].
La Familia desde el punto de vista sociológico
La familia supone por un lado una alianza, dado por el matrimonio o la convivencia; y por el otro, una filiación, los hijos.[3]
Según expone Claude Lévi?Strauss, la familia tiene su origen en el establecimiento de una alianza entre dos o más grupos de descendencia a través del enlace matrimonial entre dos de sus miembros. La familia está constituida por los parientes, es decir, aquellas personas que por cuestiones de consanguinidad, afinidad, adopción u otras razones diversas, hayan sido acogidas como miembros de esa colectividad.´
Para la sociología, una "familia" es un conjunto de personas unidas por lazos de parentesco. Los lazos principales son dos tipos: 1) vínculos de afinidad, derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio ?que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en otras, es posible la poligamia?, y 2) vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre hermanos que descienden de un mismo padre, por lo general, con algunas excepciones.
Las familias suelen estar constituidas por unos pocos miembros que suelen compartir la misma residencia. Dependiendo de la naturaleza de las relaciones de parentesco entre sus miembros, una familia puede ser catalogada como familia nuclear o familia extensa. El nacimiento de una familia generalmente ocurre como resultado de la fractura de una anterior o de la unión de miembros procedentes de dos o más familias por medio del establecimiento de alianzas matrimoniales o por otro tipo de acuerdos sancionados por la costumbre o por la ley (como el caso de las sociedades de convivencia en México).
La integración de los miembros de la familia, como en el caso de los grupos de parentesco más amplios como los linajes, se realiza a través de mecanismos de reproducción sexual o de reclutamiento de nuevos miembros. Si se considerara que la familia debe reproducirse biológicamente, no podría conceptualizarse como "familias" aquellos grupos donde Ego[4]o su consorte (o ambos) están incapacitados de reproducirse biológicamente.
En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de reclutamiento socialmente aceptables ?como la adopción?. El reclutamiento de nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia en eizadora[5]de la familia en Occidente se ha debilitado conforme se fortalecen las instituciones especializadas en la educación de los niños más pequeños. Esto ha sido motivado, entre otras cosas, por la necesidad de incorporación de ambos progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas ocasiones a delegar esta función en espacios como las guarderías, el sistema de educación preescolar y, finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno no se observa en todas las sociedades; existen aquellas donde la familia sigue siendo el núcleo formativo por excelencia.
Por otra parte, la mera consanguinidad no garantiza el establecimiento automático de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las familias. Si los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, un niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus "instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los padres biológicos. Los lazos familiares, por tanto, son resultado de un proceso de interacción entre una persona y su familia (lo que quiera que cada sociedad haya definido por familia: familia nuclear o extensa; familia monoparental o adoptiva, etc.). En este proceso se diluye un fenómeno puramente biológico: es también y, sobre todo, una construcción cultural, en la medida en que cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su visión del mundo lo que constituye una "familia".
La historia es doblemente esclarecedora para la perspectiva sociológica:
En primer lugar denuncia la ingenuidad de antiguas simplificaciones, las teorías que se apoyaban en una visión errónea de la vida pasada, o de las suposiciones carentes de fundamento a propósito de la permanencia de la conducta.
En segundo lugar, la historia proporciona una lección de modestia. Las relaciones entre la transformación de la familia y las transformaciones de la sociedad, los cambios técnicos, económicos y sociales, ya no podrán ser explicadas en términos de modelos simples y únicos. Cada estudio consagrado a la familia en un contexto social y económico particular muestra la variedad de situaciones.
La reflexión histórica sobre la familia permite poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de familia y de organizaciones familiares muy diferentes en el tiempo y el espacio.
El hecho familiar es universal, pero con arreglos muy diversos según las sociedades.
Entre las sociedades tradicionalmente estudiadas por los antropólogos y las sociedades contemporáneas existe una diferencia de grado, sino de naturaleza, en las primeras, el parentesco proporciona lo esencial de las categorías sociales, el marco de las relaciones de producción, de consumo, de poder, etc.; en las segundas, el parentesco tiene la concurrencia de otras instituciones sociales, y sobre todo el Estado. La antropología insiste en la necesidad de estudiar el hecho familiar en el seno de una cultura bien definida, y en sus relaciones con esa cultura.
Los tiempos ya no están `para una teoría global como era la ilusión o la esperanza de los sociólogos de la década de los sesenta e incluso antes. El abandono de las teorías evolucionistas, lineales o funcionalistas constituye un logro importante. Sin embargo pueden intentarse teoría de medio alcance.
Esta sociología de la familia se organiza en tres partes:
1) La centrada en las relaciones estructurales entre familia, grupo doméstico y parentesco, apoyándose en conceptos antropológicos.
2) La centrada en la constitución de la familia, matrimonio y posterior nacimiento de los hijos.
3) La que trata sobre los roles y las actividades de los cónyuges y finaliza con una discusión de las relaciones entre familia y sociedad.
Cada tema será introducido en una perspectiva histórica y etnológica.
El dato biológico de base es un hombre, una mujer, niños. Los lazos madre?hijo, hermana?hermano son biológicos, pero la asociación hombre?mujer ya es social. Cada sociedad debe nombrar estos lazos que entrañan en el seno de la díada y de la tríada un conjunto de relaciones, de sentimientos, de obligaciones.
La Familia Célula Fundamental de la Sociedad
Desde que nacemos los seres humanos vivimos rodeados de muchas personas. El primer grupo humano al que pertenecemos es la familia, célula fundamental de la sociedad. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado[6]Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un esposo fijo; por otra parte, el lazo entre una mujer y un hombre podía ser roto con la negativa de la mujer a recibir en su casa al hombre. Por su parte, el "compañero reconocido de una mujer debía asumir la paternidad de los hijos de ésta, aun cuando fuera de dominio público que el genitor ?el padre biológico, según la terminología utilizada en Occidente? fuera otro hombre" (Gough, 1974)[7]. En algunas sociedades, sólo se permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros. La familia nuclear, fundada en la unión entre hombre y mujer, es el modelo principal de familia como tal, y la estructura difundida mayormente en la actualidad. Las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de factores sociales, culturales, económicos y afectivos. La familia, como cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad.
En este proceso se diluye un fenómeno puramente biológico: es también y, sobre todo, una construcción cultural, en la medida en que cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su visión del mundo lo que constituye una "familia".
Apartándonos del concepto teológico sobre La familia; debemos decir que, Difícil es dar una fecha exacta de cuándo se creó la familia. Ésta, tal como la conocemos hoy, tuvo un desarrollo histórico que se inicia con la horda; la primera, al parecer, forma de vínculo consanguíneo. Con el correr del tiempo, las personas se unen por vínculos de parentesco y forman agrupaciones como las bandas y tribus.
Las actividades de la agricultura obligan contar con muchos brazos, de allí entonces la necesidad de tener muchos hijos e integrar el núcleo familiar a parientes, todos bajo un mismo techo.
Con la industrialización las personas y sus familias se trasladan a las ciudades, se divide y especializa el trabajo, los matrimonios ya no necesitan muchos hijos y económicamente no pueden mantenerlos; surge la familia nuclear o conyugal que contempla al padre, la madre y los hijos.
Por último manifestaremos que, aparte de analizar conceptos básicos sobre La familia, su origen, evolución, clases y funciones, trataremos en particular la "disfunción familiar y sus consecuencias", que es objeto de la presente monografía.
El enamoramiento y noviazgo
El enamoramiento.
Es preciso y necesario dejar aclarado que previamente al noviazgo, está el proceso de enamoramiento, es en sí es un proceso difícil de entender, y se define como un estado alterado de conciencia, de las actitudes y las emociones quedan fuera de control, es una magia que lleva a la persona enamorada a tener una serie de cambios en la percepción de las cosas en forma importante y la teoría de la "correspondencia" se aplica cuando una persona busca a otra persona para relacionarse íntimamente que tengan las mismas historias y la otra persona y sirve como "espejo" y por eso se enamoran.
Las relaciones de pareja en la adolescencia suelen ser muy intensas y hasta pasionales, como consecuencia de la transformación física y psicológica que están sufriendo; las emociones se exacerban y el sentido idealista que los caracteriza provoca tanto la sensación de estar viviendo el "gran amor de su vida" y las decepciones pueden ser muy tormentosas.
Sin embargo, la experiencia de relaciones de pareja en esta edad ayuda a los jóvenes en sus primeros ensayos de esta nueva modalidad de relación que además es una experiencia de crecimiento propia y necesaria de la edad. Todo esto, siempre y cuando, se cuente con la guía y orientación adecuadas por parte de los padres, principalmente.
El noviazgo.
Luego vendrá el noviazgo, que es una etapa muy bonita de la vida con la característica principal del enamoramiento, que incluye varias actitudes. Pensamiento frecuente en la persona amada, que se presenta idealizada y maravillosa.
Deseo de verse, de conversar, de reunirse. Deseo de agradar a quien se ama.Planificación intensa para conseguir los proyectos anteriores (agradar, encontrarse, verse, hablar, etc.), con ligero descuido de otros deberes.
¿A qué relaciones se llama noviazgo antes del matrimonio, y que generalmente se da en adolescentes? Entre un hombre y una mujer hay trato profesional, familiar, deportivo, etc. Y ninguno de ellos es un noviazgo. Para que lo sea debe tratarse de una relación afectiva con vistas al matrimonio.
¿Cualquier relación afectiva es un noviazgo?. Normalmente este nombre sólo se aplica a un trato algo estable, donde el matrimonio se ve como posible. Otras relaciones afectivas entre un hombre y una mujer reciben nombres diferentes. Por ejemplo, puede hablarse de conocidos, amigos, salen juntos, son una pareja, etc.
¿Qué diferencia existe entre la relación de pareja en la adolescencia y el noviazgo?. La relación de pareja adolescente es una relación carente de compromiso formal que se desarrolla entre los 15 y 20 años pudiendo extenderse en la edad adulta. Nuestra sociedad no reconoce en la relación de pareja adolescente a una institución y, erróneamente, casi no le asigna un interés particular desde el punto de vista educativo y de orientación.
El noviazgo antes del matrimonio, en cambio, es una relación un tanto formalizada en una pareja y socialmente se considera la etapa previa al matrimonio. Aunque legalmente no existe como institución legal, la sociedad occidental lo considera un compromiso de diferentes maneras: la postura previa de argollas o anillos por parte de los comprometido, visitas entre los padres para confirmar el compromiso de matrimonio y petición de la novia a los padres de ésta, entre otras diversas manifestaciones conforme el país y cultura de que se trate.
En otras palabras, el noviazgo como tal es un compromiso, no escrito ni válido legalmente, contraído por una pareja para casarse a futuro, sea en una fecha determinada o en un tiempo indefinido. Tal compromiso no obliga a las partes a casarse, necesariamente, y una de ellas bien puede renunciar a ello si así lo estima conveniente con consecuencias de tipo social -sobre todo si se había formalizado ante familiares – pero no legales.
Por lo expuesto se propone que los jóvenes adolescentes comprendan los verdaderos alcances del noviazgo, sus ventajas y desventajas, cuando llegue su oportunidad, para de esta manera poder abarcar este "problema" viéndolo simplemente como una etapa inicial del desarrollo psicológico y no como una etapa terminal que podría llegar a convertirse en un matrimonio temprano.
El "noviazgo" es una relación transitoria entre un hombre y una mujer, la cual brinda la oportunidad de conocerse, para decidir en un determinado momento pasar a la siguiente fase que es el matrimonio, también es una relación amorosa mantenida entre dos personas con o sin intención de casarse y sin convivir.
Las personas que mantienen de un noviazgo se llaman novios/as1y durante la adolescencia, por lo tanto; no puede hablarse de noviazgo al no existir las bases maduracionales para el establecimiento de una relación de pareja formal y de compromiso, tal como se entiende en el caso de los adultos.
Los padres viven de cerca los problemas del noviazgo de sus hijos, y se enfrentan a una realidad completamente alejada del concepto correcto de lo que el noviazgo significa; por ello se sienten amenazados y temerosos de que ante la primera experiencia de enamoramiento, sus hijos no puedan resistir las presiones sociales y educativas a las que se ven expuestos.
En la actualidad las relaciones de intimidad entre jóvenes de ambos sexos se dan a edades más tempranas y si no se sabe cómo manejar las situaciones adecuadamente, es posible que sus hijos se frustren tempranamente.
Durante la pubertad los jóvenes buscan una imagen idealizada del amor y del sexo, y además sienten que se afirman como adultos. Desde niños han observado a través de los medios de comunicación y de los casos de la vida real, que en su mayoría los adultos forman parejas, y ellos por el deseo de llegar a la adultez, también desean tener una pareja, e incluso en ocasiones tienen comportamientos de intimidad sexual para los que no están preparados, porque todavía no alcanzan un crecimiento, conocimiento y maduración personal.
Otros más, por sugerencias de su grupo de amigos, de la sociedad y a veces hasta de su familia, se ven presionados a tener un noviazgo, pues sienten que si no cumplen lo esperado a su edad, serán rechazados y los padres se enfrentan a un dilema importante al constatar que la mayoría de los programas de educación sexual de que disponen los jóvenes ofrecen soluciones a corto plazo, que sólo buscan prevenir las enfermedades de trasmisión sexual y los embarazos no deseados, y no precisamente educar en los valores de la sexualidad.
Es un período variable en el cual una pareja, después de la elección mutua, se conoce en aspectos sustanciales de la personalidad de cada uno, para que ambos decidan si la vida matrimonial y el compromiso definitivo que ésta implica es lo conveniente para ellos. Para ambos, la pareja elegida es ese "alguien especial" en quien encuentran cualidades que le atraen y que no ve en otras personas; estas cualidades hacen nacer una simpatía mutua que deriva en afecto y amor.
Por definición, el noviazgo es una etapa transitoria, no es para siempre, como el matrimonio. Durante ese período, si se confirma la elección, también se consolidan las bases para el matrimonio.
El conocimiento personal que se busca especialmente durante el noviazgo es el de la comunicación de valores, lo cual se logra dialogando, compartiendo experiencias que puedan enriquecer la relación y le den la consistencia profunda que se requiere para compartir más adelante la intimidad en todos los aspectos, como lo exige el matrimonio.
Muchos novios terminan por conocerse sólo físicamente, pero el mundo interno y personal de cada uno es desconocido para el otro y por ello, al llegar al matrimonio, se dan cuenta que son personas diferentes de la que ambos creían conocer. Han desaprovechado una etapa de la vida que proporciona una oportunidad única para la pareja, de conocerse y aprender a quererse con el amor de donación.
No existen reglas fijas, pero intentar un noviazgo formal sin posibilidades reales de casarse en un término de tiempo razonable, o sin la idea de formalizar la relación, crea expectativas falsas y muchas veces decepciones que generan sentimientos de baja autoestima, pues aunque el noviazgo por sí mismo no es algo definitivo, sí debe preverse un término para él. Si la elección ha sido correcta, el siguiente paso es el matrimonio; si no hay coincidencias suficientes, la ruptura de la relación.
Con esto pudiera resolverse hasta cierto punto el dilema de los padres con respecto al permitir o prohibir este tipo de relaciones en sus hijos adolescentes. La prohibición es una medida totalmente ineficaz y hasta contraproducente en una etapa en la que los chicos se caracterizan por ir en contra del orden establecido, especialmente el que instituyen los padres.
Comprender que la mejor forma de prevención de situaciones de riesgo en el adolescente, son la comunicación, guía, orientación y acompañamiento emocional, en esta nueva experiencia de crecimiento de los hijos.
La conclusión que podría indicarse es que la juventud actualmente pretende "experimentar" de manera forzada sin medir las consecuencias y sin calcular los problemas que podrían surgir si este término de "enamoramiento" y posterior "noviazgo" no es bien comprendido, por ello es posible cometer errores que casi ya no son posibles de resolver, como ser: las relaciones prematrimoniales, frustraciones amorosas, convivencia prematura, etc. Entonces la juventud en este sentido debe llegar a conocer los verdaderos alcances del noviazgo para "experimentarlo" de manera apropiada y comprender que esta es solamente una etapa que atraviesa todo adolescente y no la etapa final del "amor".
El matrimonio
El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges ?y en muchos casos también entre las familias de origen de éstos? una serie de obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad. De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de parentesco vigente.
El matrimonio más allá de ser un vínculo conyugal, es la institución social que constituye la familia, y por ende, encontrando relación directa con las tasas de natalidad de las sociedades en donde se consoliden[8]
Por ser una institución sumamente extendida en el mundo ?aunque no de modo universal? la definición del matrimonio es materia de diversas disciplinas. Desde el punto de vista del derecho occidental, el matrimonio constituye una unión de dos personas que tiene por finalidad constituir una familia. Hasta hace pocos años se consideraba un elemento esencial de la definición el hecho que ambos contrayentes debían ser de sexo opuesto, pero en el último tiempo este elemento ha sido objeto de moderaciones debido a la apertura, en algunos ordenamientos, al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Por su lado, en vista de la información etnográfica obtenida de diversas sociedades, la antropología del parentesco define el matrimonio como la unión de dos o más personas que cumplen roles de género definidos por la sociedad, incluso tratándose de matrimonios homosexuales. El matrimonio, desde el punto de vista antropológico, es una institución que permite legitimar la descendencia de una mujer y crea relaciones de alianza entre los grupos de parentesco de los cuales provienen sus miembros[9]
El matrimonio puede ser civil o religioso y, dependiendo de la religión o del ordenamiento jurídico, los derechos, deberes y requisitos del matrimonio son distintos.
Ahora bien, no todas las sociedades establecen la distinción entre matrimonio civil y matrimonio religioso. Esta distinción sólo puede existir en aquellos contextos donde el Estado ha atraído el reconocimiento del matrimonio como una de sus atribuciones. En algunos países occidentales el matrimonio civil no ha sido reconocido hasta fechas relativamente recientes. Por ejemplo, Chile lo reconoce desde 1884. Argentina, lo hace desde 1888. Algunos estados que han adoptado el matrimonio civil no reconocen las uniones conyugales realizadas bajo las normas religiosas, otros las reconocen como opción con validez jurídica equivalente al matrimonio civil. En contraparte, las religiones no suelen reconocer el matrimonio civil como una forma de unión conyugal acorde con sus preceptos.
Características Generales.
La forma tradicional de matrimonio es entre un hombre y una mujer, con la finalidad de constituir una familia. Esa definición ortodoxa ha sido cuestionada, de una parte, porque se ha otorgado reconocimiento a las uniones entre un hombre y una mujer con finalidades prácticamente idénticas al matrimonio, pero que adoptan formas y denominaciones distintas. Por otro lado, el desarrollo de nuevos modelos de familia han desvinculado la función reproductiva del matrimonio: parejas no casadas con hijos o matrimonios sin hijos (siendo la causa más común de esto la esterilidad de uno de los miembros, y no tanto el nivel socioeconómico), madres y padres solteros o madres y padres con una pareja de su mismo sexo. Finalmente, en varios países y estados se ha producido una ampliación de derechos que ha dado reconocimiento al matrimonio entre personas del mismo sexo.
En esos casos el matrimonio se realiza, generalmente, por la forma civil o de Estado, porque las normas de muchas religiones no permiten este tipo de uniones en su seno.
Con todo, en distintos tiempos y lugares se han reconocido otras variedades de matrimonio[10]
La monogamia es la práctica más común.
El matrimonio se considera una institución importante porque contribuye a definir la estructura de la sociedad, al crear un lazo de parentesco entre personas (generalmente) no cercanas en línea de sangre (al respecto, recordemos que también hay comunidades en las que se acostumbra el matrimonio entre primos o entre parientes de distintos grados; véanse las entradas acerca de la endogamia y el incesto). Una de sus funciones ampliamente reconocidas es la procreación y socialización de los hijos (si bien no es absolutamente necesario casarse para tener hijos, ni todos los matrimonios heterosexuales los tienen), así como la de regular el nexo entre los individuos y la descendencia que resulta en el parentesco, rol social y estatus.
En las sociedades de influencia occidental suele distinguirse entre matrimonio religioso y matrimonio civil, siendo el primero una institución cultural derivada de los preceptos de una religión, y el segundo una forma jurídica que implica un reconocimiento y un conjunto de deberes y derechos legal y culturalmente definidos.
Fundamentos Jurídicos.
Las características generales de la institución del matrimonio incluidas en algunos ordenamientos jurídicos son la dualidad, la heterosexualidad y el contenido en cuanto a derechos y deberes. A partir del siglo XX, en las sociedades de influencia occidental y procedente del liberalismo se recoge también el principio de igualdad, con un peso creciente en las regulaciones derivadas.
La dualidad del matrimonio es el principio por el que la institución está prevista, en principio, para unir a dos personas y vincularlas para su convivencia y procreación. En algunos ordenamientos (en especial los de base islámica) se reconoce la posibilidad de que un hombre contraiga matrimonio con más de una mujer. Pero incluso en este caso la institución vincula a una persona con otra, pues las diversas mujeres que un musulmán pueda tener no están unidas, en principio, por ningún nexo matrimonial ni tienen derechos y obligaciones entre sí.
Tradicionalmente el matrimonio exige la pertenencia de cada contrayente a uno de ambos sexos, de manera que un hombre y una mujer son los únicos que, en principio, pueden contraer matrimonio. Este principio está siendo modificado en algunos países en favor del principio de igualdad, a fin de reconocer la paridad de derechos y obligaciones entre hombre y mujer y extender los beneficios que implica la institución del matrimonio a parejas formadas por personas del mismo sexo.
El contenido en cuanto a derechos y deberes de los cónyuges varía en función del ordenamiento jurídico de cada país, pero por lo general todos les imponen la obligación de vivir juntos y guardarse fidelidad, de socorrerse mutuamente, de contribuir al levantamiento de las cargas familiares y de ejercer conjuntamente la potestad doméstica y la patria potestad sobre los hijos, que se presumen comunes salvo prueba en contrario. Las singularidades del contenido del matrimonio en cuanto a derechos y deberes de los cónyuges derivan en cada país de su propia concepción cultural de la institución, que ha dado forma a la misma en su legislación positiva y en su práctica jurídica.
Efectos Jurídicos.
El matrimonio produce una serie de efectos jurídicos entre los cónyuges y frente a terceras personas, de los cuales los fundamentales son los deberes u obligaciones conyugales, el parentesco, la adquisición de derechos sucesorios entre los cónyuges y el régimen económico del matrimonio, que tiene distintas modalidades en los diferentes países. Además, en varios países produce de derecho la emancipación del contrayente menor de edad, con lo cual éste queda libre de la patria potestad de sus padres y podrá en adelante actuar como si fuera mayor, aunque posteriormente se divorcie.
Ello dependiendo de la normatividad de cada país, que por lo general han sido igualados.
Matrimonio Religioso.
El matrimonio religioso se puede definir como una unión cuya estructura esencial viene exigida por los dogmas de la religión a la que pertenecen los contrayentes, y no por la naturaleza humana común para todo ser humano.
El Matrimonio católico.
Para la Iglesia católica, el matrimonio es una alianza por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio es, además, un sacramento. Por eso, un matrimonio de paganos que, al cabo de los años, recibiera el bautismo, no necesita repetir ningún rito o ceremonia: en el momento de recibirlo, su vínculo conyugal se convierte en sacramento[11]
Según la Iglesia Católica, el origen del matrimonio entre una pareja no es sólo cultural, sino que procede de la misma naturaleza humana en cuanto que, como dice el libro de Génesis (1:27)[12], al principio "Dios los creó hombre y mujer". El matrimonio sería, por tanto, una institución y no un producto cultural cuyas principales características -unidad, indisolubilidad y apertura a la vida- vendrían definidas por la propia naturaleza del concepto católico de amor entre hombre y mujer, que exige a los esposos o cónyuges amarse el uno al otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en la procreación. Por eso, la Iglesia Católica se ha opuesto tradicionalmente al adulterio, la poligamia, el rechazo de la fecundidad y el divorcio. También, recientemente, se ha manifestado en contra tanto a las legislaciones que permiten las uniones entre personas del mismo sexo como a aquéllas que equiparan el estatus jurídico de dichas uniones al del matrimonio, porque entiende que "significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad".
Para los católicos, el fundamento del matrimonio se encuentra en las siguientes palabras del Génesis: Creo Dios al Hombre a imagen suya, a imagen de Dios y los creo varón y hembra (Génesis 1: 25-27). Por eso dejará el Hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7, 8; 1 Corintios 1:16; Efesios 5:31)[13].
El matrimonio religioso se establece con el consentimiento libre de cada uno de los dos contrayentes manifestado ante el representante de la Iglesia.
El Matrimonio por su naturaleza está ordenado a la generación y la educación de los hijos, al amor y ayuda entre los esposos y a su santificación personal.
Es el Sacramento que santifica la unión indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente sus deberes de esposos y de padres. Cuyas propiedades esenciales del Matrimonio son: la unidad, la indisolubilidad y la apertura a la fecundidad.
Otros matrimonios No Católicos (cristianos).
El matrimonio es sancionado por las autoridades religiosas de otros credos cristianos no católicos, aunque a diferencia de la Iglesia Católica, entre las denominaciones protestantes, el matrimonio no se considera un sacramento.
En las iglesias ortodoxa y copta el matrimonio es uno de los siete sacramentos y también una vocación compatible con la de los presbíteros y diáconos. Los monjes y los obispos en cambio son invitados a vivir en celibato. Se da más importancia que al consentimiento a la bendición nupcial pues, según su teología, es Cristo mismo quien los une. Así, la huella del matrimonio se mantiene incluso después de la muerte de uno de los cónyuges. Sin embargo, se justifica un nuevo matrimonio del cónyuge que no ha cometido adulterio ?en caso de que su esposo(a) lo haya hecho? y por diversos motivos que se han ido añadiendo con el paso del tiempo. De cualquier forma la disciplina no es unitaria en todos los patriarcados dado que se reconoce la indisolubilidad del vínculo pero al mismo tiempo se concede la posibilidad de un nuevo matrimonio en esos casos, por el bien pastoral de los esposos y, además se ha dado mucha interferencia del poder estatal que las iglesias han simplemente asumido.
El rito de matrimonio en la Iglesia ortodoxa inicia con el rito llamado "oficio de esponsales" en el que los esposos se acercan a la puerta de la iglesia y son interrogados por el celebrante acerca de su deseo libre de unirse en matrimonio. Entonces el sacerdote hace el signo de la cruz sobre la cabeza de cada contrayente tres veces. Luego les hace entrega de unas velas encendidas y los conduce al interior del templo. El celebrante lleva el incensario y cuando llega al altar comienza las plegarias a las que responde el diácono y el coro. Luego pone los anillos a los esposos.
Al "oficio de esponsales" sigue el "oficio de bodas". Los contrayentes se dirigen nuevamente a la entrada de la iglesia y se acercan en procesión llevando las velas. También el sacerdote viene adelante con el incensario. Cuando llegan al altar, el sacerdote les recuerda las obligaciones y condiciones del matrimonio invitándoles a vivirlo de acuerdo con la fe que profesan. Luego los novios manifiestan públicamente su consentimiento. Siguen otras moniciones leídas por el sacerdote y luego las tres bendiciones (que son oraciones que recuerdan partes relacionadas de la historia de la salvación pidiendo a Dios su bendición).
Sigue el "rito de coronación" por el que el sacerdote pone una corona en la cabeza de cada esposo. Luego se lee el extracto de la carta a los Efesios referida al matrimonio como misterio de la unión de Cristo con su Iglesia (Efesios 5:20-33) y el evangelio de las bodas de Caná (Juan 2:1-11)[14].
Matrimonios entre personas del mismo sexo.
No podemos de dejar de analizar este tema, por derecho y respeto a la igualdad a la personas. Donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido legal o socialmente un matrimonio formado por contrayentes del mismo sexo biológico o identidad de género, sólo en algunos países y en algunos estados de los Estados Unidos; en consecuencia, no existe aceptación legal ni social en muchos países; como lo dejamos expuesto en el párrafo siguiente.
Las primeras leyes de la época actual en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo fueron aprobadas durante la primera década del siglo XXI. A fecha de 8 de octubre de 2014, quince países (Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Sudáfrica, Suecia, Uruguay) y varias jurisdicciones subnacionales[15]de México y los Estados Unidos permiten casarse a las parejas del mismo sexo. Reino Unido ha promulgado una ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, válida en Inglaterra y Gales, que entrará en vigor a mediados de 2014[16]
LAS RELACIONES ENTRE LA PAREJA.
La relación de pareja puede ser una de las más importantes en nuestra vida.No sólo por el tiempo e intimidad que se comparten en ella, sino porque nos ayuda a crecer y está con nosotros, en muchos de nuestros mejores y peores momentos, por lo que nuestra pareja puede ser quien mejor nos conoce y más influencia tenga en nuestra vida.
Una pareja puede tener conflictos que surjan de la relación en sí, como por ejemplo, problemas de comunicación, sexuales, de infidelidad, manejo de poder, etc. o puede tener conflictos que surgen fuera de la relación, pero que repercuten en ésta, como por ejemplo: la menopausia en la mujer, la jubilación, frustraciones personales, aumento de responsabilidades u horarios de trabajo de uno de los miembros de la pareja, problemas o enfermedades en la familia de origen o en la política, etc.
La estabilidad emocional.
La terapeuta americana Liberty Kovacs, nos muestra en su libro "Las 6 etapas de la relación de pareja" cómo se desarrollan cada una de las fases de la vida en pareja. En este modelo nos muestra que los problemas de pareja son una parte normal de toda relación y que la fase de enamoramiento no dura eternamente. Pero, ¿cómo hacer frente a todos estos problemas? La clave: luchar por la relación[17]
¿Una relación de pareja nos da la felicidad?. Existen temporadas en la relación, en las que se siente que todo es perfecto. Pero en ocasiones, tal deleite puede transformarse repentinamente en tristeza tras una discusión, un comentario mal entendido, un gesto mal interpretado o la posición de esa persona frente a determinadas situaciones en determinados momentos. Existen etapas o días en los que una persona se pregunta si realmente es feliz y otras en las que la felicidad es evidente.
Una relación de pareja no es una garantía de felicidad, pues nunca se sabe qué dirección tomará la relación y en qué momento o de qué manera la pareja cambiará. Sin embargo, una relación siempre es un motivo de felicidad, pues no hay nada que haga más feliz a una persona que amar y sentirse amado.
Las 6 fases de la relación de pareja: primeros sentimientos:[18]
1) Enamoramiento: al comienzo, la pareja está tan enamorada que incluso la separación por un par de horas es difícil de soportar. Las dos personas sólo esperan el momento en el que se vuelvan a encontrar y es frecuente la sensación de mariposas en el estómago. Conocer a su familia ayuda a afianzar la relación. En ese momento nada es más importante que el nuevo amor. Este tiempo es considerado como el mejor momento de la pareja, porque nada puede perturbar la felicidad que ambos sienten.
2) Expectativas: es natural tener ciertas expectativas sobre la relación de pareja al comienzo. Al buscar pareja, algunas características no son percibidas en la etapa inicial porque el enamoramiento puede nublar un poco la objetividad de las personas. Sin embargo, después de algún tiempo las debilidades de ambos pueden empezar a notarse y es posible sentir un poco de decepción. Se empieza a sentir más preocupación por las propias cosas que por las cosas de la pareja.
3) Pelea por el poder: las dos personas tratan de imponer sus estilos ante la otra e incluso intentan transformarlas de acuerdo a sus propios intereses y conceptos de la pareja perfecta.
La evolución de los sentimientos.
4) El difícil séptimo año: en este momento, es frecuente que la relación de pareja sea puesta a prueba. Es muy probable que una de las dos personas se sienta un poco estresada o que el amor que define la relación de pareja se ponga en duda. Posiblemente una de las dos personas percibe que los sentimientos de su pareja han cambiado o disminuido. Las parejas deben superar esta etapa de duda si consideran que mantener la relación es muy importante o si aún consideran que esa persona es la elegida. Y si tienen hijos, deben superarlo con su ayuda.
5) Reconciliación: superando el escollo de los siete años, las dos personas se encuentran de nuevo la una a la otra y vuelven a ver en la otra persona aquello que al principio de la relación les hizo enamorarse. Se es un poco más consciente de que la relación de pareja no necesariamente debe llenar todas y cada una de las expectativas que una persona tiene sobre la otra.
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