- Resumen
- Introducción
- Necesidad y perspectiva de la cultura económica en la formación inicial de los profesionales de la educación en Cuba
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El desarrollo socioeconómico cubano plantea el reto de elevar la cultura general integral de las actuales y futuras generaciones de cubanos y cubanas, es la educación, la encargada de hacer realidad el mencionado reto. En este contexto, la formación de los profesionales de la educación juega un papel determinante, puesto que no es posible educar al pueblo, sino se cuenta con los docentes suficientemente preparados. Los cambios llevados a cabo en la economía cubana, demandan de una elevada cultura económica, esto ha condicionado transformaciones en los modelos de formación de los profesionales en sentido general y en particular aquellos que se forman en las sedes universitarias pedagógicas del País. El presente estudio aborda la importancia del desarrollo de la cultura económica en la formación inicial de los profesionales de la educación en condiciones de universalización, a partir de las ideas, criterios y teorías aportadas por la comunidad científica en torno a la temática.
Introducción
En Cuba, con el triunfo de la Revolución se comienza un proceso de perfeccionamiento de los servicios educacionales como medio para llegar a una sociedad más justa, y para enfrentar el incremento de la matrícula de estudiantes, se crean los Institutos Pedagógicos que en primera instancia funcionaban con la misión de formar a los profesores que se necesitaban para dirigir el proceso docente-educativo en la enseñanza media general.
Para esta nueva institución educativa se elaboraron y adecuaron varios planes de estudios en la misma medida en que el desarrollo socioeconómico le imponía a la educación nuevos cambios.
A partir del curso 2002-2003 se crean las sedes universitarias pedagógicas en los municipios, trayendo consigo un nuevo modelo en la formación inicial de los profesionales de la educación.
Este modelo imponía una vinculación más directa y sistemática de los estudiantes con las escuelas, lo que presuponía un incremento en el desarrollo de habilidades profesionales y de la Cultura General Integral, en la que se integraran necesariamente por formar parte de ella: la cultura política, jurídica, artística, tecnológica y económica, entre otras. Esta arista de la cultura, la económica, ha sido tratada por los principales dirigentes del país, así como en algunos documentos normativos en la formación de los profesionales de la educación, por lo que constituye una exigencia en este modelo, sin embargo, son insuficientes las propuestas que desde una visión pedagógica se ofrecen para favorecer el desarrollo de la misma en los estudiantes.
En tal sentido se pueden citar los trabajos de: Peña y Guerra (1990); Quintela (2003); Cabrera (2004); Machado (2006); Carralero (2009).
Estos autores consideran que para estudiar la temática relacionada con la cultura económica, es imprescindible abordar los términos, educación económica, conciencia económica y aptitudes económicas, tales consideraciones son asumidas por el autor.
Como regularidad en la literatura consultada referente al tema, no se aborda la misma desde el actual proceso de Universalización de las Carreras Pedagógicas, el que contiene potencialidades educativas, a tener en cuenta para favorecer la cultura económica de los profesionales en formación.
Para caracterizar el estado de la Cultura Económica en los estudiantes de nuestra sede en el curso 2008-2009, se encuestaron 95 profesores, el 92,3 % reconoce la importancia de la temática para la formación de los profesionales, pero manifiestan tener dificultades para sistematizarla, realizan acciones aisladas, relacionadas fundamentalmente con el ahorro de energía y agua, pero de manera espontánea, abordando esta arista de la cultura pero en un plano descriptivo, conceptual, sin tener en cuenta la medición de sus efectos a partir de las actitudes y el comportamiento.
En su mayoría, los docentes, no dominan una definición operativa de cultura económica, identifican esta generalmente con el nivel de conocimiento que se posee de cuestiones económicas, por lo que se infiere que desconocen las potencialidades que posee el proceso formativo en el contexto de la universalización para favorecer la misma desde su práctica pedagógica.
Se aplicó una encuesta a 213 estudiantes, que demostró la necesidad de mejorar su cultura económica, entienden qué es cultura y economía, pero no la base conceptual en que se sustenta la cultura económica, no se identifican como agentes de cambio, ni logran entender la influencia de ellos en la cultura territorial, no relacionan sus actitudes y comportamientos con el nivel de cultura económica que poseen, desconocen su papel dentro del proyecto socioeconómico cubano.
Los estudios consultados y la experiencia pedagógica permitieron identificar la necesidad de potenciar la cultura económica en la formación inicial de los profesionales de educación de manera que se puedan orientar sus actitudes y comportamientos hacia la economía y los cambios que en este ámbito necesariamente tendrán que suceder. Todo lo cual incidirá en las nuevas generaciones de cubanos y cubanas.
La escuela como institución educativa, tiene como encargo social, la preparación para la vida de las nuevas generaciones, su autotransformación y la de la sociedad.
En este sentido, se hace necesario que el profesional que se forma como profesor en condiciones de universalización sea portador y facilitador del desarrollo en sus educandos de esa cultura económica.
La aspiración de potenciar el desarrollo de la cultura económica en la formación inicial de los profesionales de la educación, no puede dejarse a la espontaneidad, es decir, como un hecho que puede lograrse sencillamente por la contribución que de una u otra manera el contenido del currículo puede posibilitar.
Lo antes expresado, creo la necesidad de sistematizar los fundamentos teóricos que sustentan el desarrollo de la cultura económica en los profesionales en formación inicial en condiciones de universalización.
DESARROLLO
Necesidad y perspectiva de la cultura económica en la formación inicial de los profesionales de la educación en Cuba
En el presente estudio se exponen las características generales que ha manifestado el proceso formativo del profesional en formación inicial de Carreras Pedagógicas en Cuba, se fundamenta desde la teoría, la significación que posee la cultura económica para la formación de estos profesionales en condiciones de universalización, además, se revelan las potencialidades que se generan en el mencionado proceso para favorecer la cultura económica en los estudiantes.
La educación tiene como encargo social el proceso de formación de las nuevas generaciones, esta a partir del sistema de influencias que ejercen las escuelas de los diferentes niveles de enseñanzas debe lograr que los educandos adquieran, asimilen, creen y disfruten la cultura.
El hecho de adquirir, asimilar, crear y disfrutar la cultura presupone una labor pedagógica compleja y estratégica, puesto que no se trata de una cultura fragmentada, ni limitada, sino todo lo contrario, se trata de una cultura general e integral que le permita al individuo desempeñarse con eficiencia en sus diversas esferas de actuación y que además responda a los intereses del proyecto socioeconómico que llevamos a cabo.
En la década de los sesenta para dar respuesta al incremento de la necesidad de los servicios educacionales como medio para llegar a una sociedad más justa y humana, se crean los Institutos Pedagógicos que en primera instancia funcionaban como facultades de las tres universidades existentes en el país, quedando estructurado en tres secciones: Sección Básica: Su objeto social era preparar a profesores para la secundaria básica, Sección Superior: Su objeto social era preparar a profesores para preuniversitario, Sección Pedagógica que se encargada de la docencia de las dos secciones mencionadas, así como con las actividades relacionadas con la superación y de investigación pedagógica.
Esta institución tenía la misión de formar a los profesores que se necesitaban para dirigir el proceso docente-educativo en la enseñanza media general.
En la década de los setenta cuando se difunde la experiencia de Fidel de la apertura de escuelas en las zonas rurales vinculadas al campo, se eleva sustancialmente la matrícula en el nivel medio de enseñanza en casi todo el país, lo que trae consigo la urgente necesidad de preparar más profesores que asumieran dicha matrícula.
Nuevamente Fidel propone la creación de un nuevo programa de formación de profesores, el Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech", cuyos integrantes, luego de aprobar el noveno grado, se incorporaban a los Institutos Pedagógico que se diseminaban en filiales pedagógicas en diferentes partes del país.
Esta magistral idea de Fidel poseía un sustento martiano de vinculación del estudio con el trabajo, de modo que no sólo se enfrentaba el incremento de matrícula, sino que a la vez se preparaban bajos principios Martianos y Marxistas a los profesores que estaban en fase de formación.
El diseño del plan de estudio que rectoraba este programa, se caracterizó por la vinculación con la realidad escolar existente en el país en esos momentos, pero poseía limitaciones en relación con el desarrollo tecnológico que se venía alcanzando en cuba y el campo socialista de la época, lo cual frenaba el desarrollo de una cultura general integral en los estudiantes y en específico de la cultura económica necesaria para comprender la realidad económica.
Tales limitaciones condujeron a elaborar un plan de ampliación de dos años de duración mediante encuentros, para aquellos egresados de los Institutos Pedagógicos con el objetivo de mejorar su nivel científico-cultural y obtener definitivamente el título de Licenciado en Educación.
Es en esta década que se crea el Ministerio de Educación Superior y los Institutos Pedagógicos los que a mediados e esa década por la experiencia obtenida y el desarrollo alcanzado, se convierten en centros docentes independientes de la Educación Superior (CES), y se les nombra Institutos Superiores Pedagógicos, ampliándose la creación hasta 12 centros de este tipo en otras provincias.
Con esta designación se instauran los Planes de Estudios A cuyas carreras tendrían una duración de cuatro años y un nivel de ingreso de 12 grado. Este plan de estudio mejor estructurado curricularmente propiciaba una formación más integral de los estudiantes, con una mayor carga docente los tres primeros años de las carreras y una concepción científica más actualizada y dinámica de sus asignaturas.
En el diseño del plan de estudio, aunque no se explicitaba la intención de favorecer el desarrollo de la cultura económica en los estudiantes, se puede apreciar una mayor sistematización de la misma como medio para preparar integralmente a los profesionales en formación, al tener en cuenta los avances científicos técnicos de la época y contextualizar de mejor forma los contenidos de las asignaturas, pero se identificaba a la cultura económica con los contenidos económicos.
La comprensión de sistematizar la cultura en la labor educativa estuvo dirigida fundamentalmente a identificar la cultura con el arte, por lo que se adicionan al plan de estudios, asignaturas referentes al arte, limitando de esta forma, a la cultura, sólo al plano artístico.
En la década de los ochenta, con la validación de los planes de estudios A, y como respuesta al necesario desarrollo alcanzado en el plano tecnológico y social del país, entra en vigor el Plan de estudios B, que concebía las carreras pedagógicas con una duración de cinco años, se extiende y amplía el contenido científico de las asignaturas y carreras.
Con la extensión a cinco años de la carrera, se perfecciona el sistema de formación práctico-docente, los contenidos académicos y el trabajo científico estudiantil. Esta etapa se caracterizó por potenciar el desarrollo de habilidades profesionales en los estudiantes, incrementándose la práctica de la docencia. Se profundiza en la precisión de los objetivos formativos para lograr mayor calidad en los profesionales de la educación. Si bien este proceso constituyó un paso de avance en la aspiración de desarrollar el proyecto socialista de la Revolución, hay que señalar que el exceso de carga de información científica que poseían los programas, en muchos casos de poca aplicación en la práctica pedagógica, produjo un debilitamiento en el desarrollo de habilidades profesionales e investigativa en los profesores en formación.
La identificación de tales insuficiencias y el proceso de validación de los planes de estudios B, permitieron el diseño de los planes de estudios C, que entraron en vigor en los primeros años de la década del 90, mediante los que se extendió la licenciatura a otras carreras como Primaria, Preescolar y Especial.
Este nuevo plan de estudios concibe una mejor integración de los componentes académico, laboral y científico en la formación del profesional de la educación. Este período se caracterizó por un acelerado desarrollo de la didáctica como consecuencia de los avances en las investigaciones en el campo de las ciencias de la educación.
En esta década colapsa el campo socialista y la URSS, lo que necesariamente repercute en la totalidad de las esferas de desarrollo de nuestro país y de manera significativa en el plano de lo económico.
En tal sentido, la educación como medio para garantizar el progreso social, es impuesta de un gran reto, desarrollar una cultura económica en los estudiantes de los diferentes niveles de educación, para que comprendan los cambios que se tendrían que hacer y para que participen de manera más efectiva en el proceso socioeconómico que seguía su rumbo socialista.
Sin embargo este nuevo plan de estudios poseía limitaciones, puesto que carecía desde el punto de vista teórico y práctico de soluciones al reto antes mocionado.
Otra de las limitaciones que poseía este plan de estudios lo constituyó la comprensión de que la formación de la cultura económica era una actividad independiente a la formación del profesional de la educación.
Con el inicio del nuevo milenio, el incremento de las necesidades sociales y económicas del país, se lleva a cabo un proceso de gran envergadura para el sector de la educación en cuba y de manera particular la Educación Superior. La Universalización de la Educación Superior, el cual concebía la extensión de las universidades por todos los municipios del país, permitiendo el acceso masificado a los estudios universitarios.
La Educación Superior Pedagógica no escapó a dicho proceso, se abrieron en el curso 2002-2003 las sedes universitarias pedagógicas en los municipios, trayendo consigo un incremento sustancial en las matriculas de diferentes carreras. La apertura de estas instituciones educativas posibilitó que muchos jóvenes y adultos que no tenían la posibilidad de estudiar de forma intensiva en los institutos superiores pedagógicos, optaran por las carreras pedagógicas que se estudiaban en el municipio.
El claustro con que se contaba estaba muy comprometido con hacer realidad ese nuevo reto pensado por Fidel desde la década del 70, pero con una insuficiente preparación didáctica y metodológica para dirigir el proceso de formación de universitarios en este tipo de carreras.
El nuevo contexto concebía un incremento en el desarrollo de habilidades profesionales de los estudiantes en formación, estos fueron ubicados desde los primeros años de la carrera en escuelas microuniversidades para vincularlos a un tutor para la realización de la práctica pedagógica y aparejado a ello, debían cumplir un plan de estudios modificado en función de este nuevo modelo pedagógico. En este sentido, Fidel el 8 de Septiembre de 2003, dirigiéndose a los estudiantes que ingresarían a estas carreras expresó: …" Ustedes ahora (…) van a adquirir todos los conocimientos y no lo van a hacer como un estudiante cualquiera, sino alguien que practica diariamente la enseñanza y estudia, sin que eso signifique ni mucho menos que va a estar por debajo del que va a recibir las clases allá en el centro superior de docencia. No, porque van a tener un profesor al lado y tendrán la preparación óptima correspondiente para su misión, sean cuales fueran los estudios ulteriores que escojan (…) Seguramente ese tutor, aunque sea licenciado en enseñanza primaria, les puede ayudar mucho en los estudios. Y ya veremos, se organizara todo de forma que puedan realizar sus aspiraciones. "
Un papel importante en este nuevo modelo lo constituyen entonces los centros que reciben a los profesionales en formación, pues deben convertirse en verdaderas microuniversidades, que asuman de forma integral todos los procesos educativos que se requieren para formar estudiantes en las carreras pedagógicas.
La docencia que se impartía era generalmente tradicional, a partir de un conocimiento general de la pedagogía que los profesores adquirieron en su formación, pero permeaba la falta de conocimiento y de preparación en la didáctica de la educación superior, todo lo cual limitaba el desarrollo de la formación integral de los profesionales en formación.
Se puede afirmar que este modelo, contiene nuevas potencialidades para la formación de los profesionales, al considerar que en el contexto social en el que el estudiante se forma, se presentan elementos de gran relevancia que deben ser tenidos en cuenta para favorecer su formación integral, específicamente la intención de mejorar la cultura económica.
El actual proceso de formación inicial de los profesionales de la educación, que en su mayoría se desarrolla en las sedes universitarias pedagógicas, ubicadas en diverso contextos, bajo la influencia directa de muchos agentes socializadores e impactado por los aciertos y desaciertos de su entorno, requiere de una sólida cultura general integral en sus protagonistas, que manifiesten actitudes relacionadas con el ahorro, la laboriosidad, la cooperatividad, la protección y conservación a la propiedad social y al entorno y la predisposición para el aprendizaje permanente.
En este sentido Fidel en el 2001 señala: … "Cultura general Integral no es simplemente cultura artística, sino incluye elementos de ciencia, de tecnología, de historia, de doctrinas políticas y económicas, y de muchas cosas, sin las cuales, no se puede hablar de Cultura General Integral…"
La Doctora Zaira Rodríguez Ugidos (1989) plantea que: … "La cultura incluye como momento esencial la propia actividad creadora, así como el conjunto de medios, capacidades y mecanismos a través de los cuales se realiza la actividad humana…".
Desde el prisma de la filosofía marxista la existencia y desarrollo de la humanidad solo es posible a condición de la elaboración de la cultura y es entendida esta última a partir de su combinación con el contenido de la actividad humana, el marxismo no concibe la actividad humana separada de la cultura, por lo tanto, el proceso de formación del profesional de la educación, que aspira a graduar a un profesor capaz de insertarse activa y conscientemente en el proyecto socio económico que se lleva a cabo en nuestro país, deberá tomar como condición, de que para lograrlo, hay que mejorar la cultura económica de ese profesor.
Según Homero Fuentes, citado por Pupo N. (2006): …"La cultura es un conjunto de ideas y realizaciones de la humanidad, es todo en lo que ha intervenido la mano del hombre, es el resultado de su acción, y está íntimamente vinculada con sus puntos de vista, conocimientos de la región, del medio ambiente, pasa por la afectividad, tanto de quienes la crean como de quienes la asimilan, siendo expresada por un lenguaje que nunca es neutral, revela comportamientos, y nexos afectivos…."
Varias definiciones de cultura, consultadas por el autor, coinciden en las ideas centrales, al entender que la cultura aunque es producida por los hombres, no es determinada por individuos aislados, sino que es un fenómeno de carácter social, con alto contenido material y espiritual. Así mismo, explican que esta es creada mediante la actividad humana y que a la vez su desarrollo permite ampliar la experiencia de la actividad creadora del hombre, que tiene como contenido a lo social quien constituye su principal deber. L.S.Vigotsky analiza la importancia de lo social en el desarrollo de la personalidad del individuo y magnifica a la cultura en este sentido plantea:
(…) La cultura es justamente el producto de la vida social y de la actividad social y por eso el problema del desarrollo cultural nos introduce directamente en el plano social del desarrollo (…) Modificando la tesis de Marx, podríamos decir que la naturaleza psíquica del hombre es el conjunto de las relaciones sociales trasladadas al interior y convertidas en funciones de la persona y en forma de su estructura, vemos en esta tesis la expresión más completa de todo aquello a lo que nos conduce la historia del desarrollo cultural (L.S. Vigotsky, 1987).
De acuerdo con la doctora Olga Rosa Cabrera en el artículo ¨ La cultura económica y educación moral en la formación de los profesores, publicado en el libro La dimensión ética de la Educación Cubana, se plantean como rasgos esenciales de la definición de cultura los siguientes:
1 La cultura surge con el hombre y es el hombre un producto de la cultura.
2 La cultura comprende el sistema complejo de relaciones materiales y espirituales en que el hombre y la mujer están inmersos a lo largo de su vida.
3 El legado cultural se transmite de generación en generación y tiene un alcance universal y nacional.
4 En tanto que incluye la actividad del sujeto es susceptible de formación y desarrollo, mediante la propia actividad humana.
5 Es un fenómeno social complejo que interactúa y se relaciona con todos los fenómenos sociales.
6 Tiene carácter creador, histórico concreto, clasista y un profundo fundamento ideológico y axiológico.
7 La cultura se expresa en valores tanto materiales como espirituales.
De todo lo expresado, se revelan concepciones cargadas de un enfoque educativo, orientador de acciones pedagógicas, contentivas de elementos cognoscitivos contextualizados, históricamente formados y en constante transformación a partir de la actividad y la comunicación, nunca desprendidas de las características de la época y las aspiraciones sociales.
En este sentido, se puede apreciar la significación que posee la cultura en la labor educativa. La Pedagogía como ciencia estudia el fenómeno educativo de forma general, esta integra los factores que intervienen en el proceso de formación de la personalidad del individuo y los concibe como una integridad, de modo que los factores modelan y en última instancia conforman las características de esa personalidad.
Como regularidad, en la literatura consultada, se observa que los términos educación y cultura son tratados como sinónimos para expresar una misma idea, lograr que el individuo se implique activa y conscientemente en el proceso de desarrollo socio económico de la sociedad, aunque se es del criterio de que los términos son diferentes, se asume que los mismos deben ser comprendidos con una visión dialéctica, a partir de una relación de doble sentido, en la cual es muy difícil jerarquizar una de las categorías, en otras palabras, no se podrá hablar de desarrollo de la cultura económica en el profesional en formación, sin la inserción de este en un proceso educativo que la potencie y a la vez, se enriquezca de ella. Las influencias que se irradien en ese proceso, serán mayores y más profundas, en la misma medida en que el profesional que se forma, vaya trascendiendo por diferentes niveles de cultura económica, lo cual constituye una necesidad en el desarrollo humano y social …"la educación y la cultura se encuentran estrechamente relacionadas, ya que, la educación es la forma, medios y procedimientos de procesar la cultura y la información que recibe como herencia cultural, una generación de la precedente…" (Abbagnanov, N. 1963. Pág. 25).
La esencia de la formación de la cultura, encuentra en el pensamiento de José Martí Pérez en torno a la educación, un sólido fundamento, en sus concepciones, el apóstol magnificó a la educación y la cultura en el desarrollo del hombre, no presenta a este como un ser creado, sino como un ser creador, no como un objeto pasivo de la influencia de circunstancias externas y que no dependen de él, sino como un sujeto de los cambios y transformaciones que lleva a cabo como sujeto histórico, su concepción acerca de la educación y la cultura se manifiesta fundamentalmente por exponer el papel de estas en la formación de los hombres y de los pueblos.
La concepción martiana de que la educación tiene que preparar al hombre para la vida, está orientando el camino a seguir desde el fenómeno educativo para con el hombre y por la sociedad, visto este hombre como una totalidad que integra entre otros componentes, la cultura que debe poseer para que le permita actuar en el proyecto socioeconómico en el que se desenvuelve.
En el pensamiento martiano está muy claro el sentido que tiene que poseer toda acción educativa: ofrecer la herencia cultural, hacer que el sujeto sea actor del mundo en que vive y convertirlo en autor, en creador para que no resulte un ser pasivo, que sólo se apropia de la cultura precedente, sino que sea capaz de aportar también a la cultura y a la sociedad.
En este mismo sentido la doctora Olga Rosa Cabrera ha realizado numerosos estudios en relación con la cultura económica en la formación de los profesionales de la educación, los que son asumidos por los autores al expresar que la época actual requiere del fomento y desarrollo de una cultura económica que se corresponda con la realidad vigente, una cultura económica humanista para el desarrollo sostenible, que sirva de contrapartida a la contracultura que trata de imponer al mundo el imperialismo, sobretodo el norteamericano.
La Tercera Revolución Educacional, cuyo máximo objetivo es elevar la cultura general integral del pueblo cubano, la formación de individuos preparados y previsores del cambio, portadores de cualidades humanas y morales que modelen la conformación del ideal socialista, ha planteado la importancia de hacer énfasis en el aspecto educativo como componente esencial de la Batalla de Ideas que se lleva a cabo en nuestro país, y señala dos ideas básicas:
1 Por la educación y la cultura.
2 Contra las consecuencias de la crisis económica que azota a la humanidad.
Se concuerda con ella en que la economía constituye la actividad esencial para garantizar la existencia humana, que está presente de una u otra forma en casi todos los móviles de actuación del hombre, tanto en su vida cotidiana como profesional. Se asume entonces que, el desarrollo de una cultura económica influye notablemente en la formación de la personalidad y el progreso de la sociedad.
La idea de la formación de una cultura económica en el hombre, trasciende como un legado histórico del ideario pedagógico autóctono a la contemporaneidad educativa y se presenta en el actual proceso de universalización como una de las necesidades de relevancia en la formación del profesional de la educación.
"… en la Batalla de Ideas, cada día surgen entre nosotros precisamente nuevas ideas, cada una de ellas engendra otras, muchas estaban relacionadas con la educación, y no se trata ya sólo de la escolar, sino también de la educación económica, cultural y política de todo un pueblo…" (Castro Ruz, Fidel. 2005).
La reflexión anterior, encuentra su base en la filosofía de la Educación Cubana, puesto que revela la necesidad de la educación económica del pueblo, para que comprenda y participe en los grandes cambios a los que estamos abocados en aras de construir una sociedad verdaderamente justa y dentro de ella, al hombre nuevo que aspiraba el Che.
Por otro lado, sin una elevada cultura económica en el profesional que se forma en las carreras pedagógicas, resulta imposible que el mismo pueda incidir favorablemente en su objeto social, es decir, contribuir a elevar la cultura económica de los estudiantes que de los diferentes niveles de enseñanzas del país.
El profesor que se forma en el contexto del Proceso de Universalización, tiene en el acontecer económico internacional, nacional y territorial, potencialidades que pueden favorecer su formación, por cuanto en el mismo se contienen conocimientos, habilidades, valores y vivencias propios de la profesión, además dicho acontecer, constituye escenario que puede ser impactado por el nivel de cultura económica alcanzado por el profesor.
Los nexos entre economía y cultura pueden comprenderse mejor a partir del análisis de la relación entre economía e ideología, entendida la economía como reproducción de la vida material y la ideología como el sistema de ideas y concepciones que reflejan la vida económica.
Para abordar el tema de la cultura económica en los profesionales de la educación nos sustentamos en las concepciones asumidas por Olga Rosa Cabrera al entender que la cultura es el fundamento de todo proceso de desarrollo, la naturaleza humanizada, condición de existencia humana, resultado de la actividad histórico — social de los hombres y las mujeres que producen bienes materiales y espirituales con medios y capacidades que se transmiten de generación en generación mediante la propia actividad humana.
Así mismo se asume la definición de cultura económica entendida esta como: "el conjunto de conocimientos y experiencias que a lo largo del decursar histórico han influido en el desarrollo de los procesos de producción, distribución, comercialización y consumo de bienes y servicios, que se revelan a través del pensamiento económico, las tradiciones, valores y actitudes que se manifiestan en la práctica histórico — concreta de cada individuo, pudiendo ser utilizada en beneficio de todos y con responsabilidad social y ecológica, es de vital importancia para subvertir el actual "orden mundial".
Si asumimos el criterio de que la cultura económica a que aspiramos debe ser transmitida mediante la educación, entonces cabe afirmar que no puede haber correcta cultura económica sin una adecuada educación económica, entendida esta como el conjunto de información y el nivel de conocimiento que adquieren las personas sobre temas económicos.
La doctora Olga Rosa Cabrera Elejalde en su trabajo ¿Qué cultura económica necesitamos hoy?, enfatiza en la importancia del estudio de la conciencia económica para comprender lo relacionado con la cultura económica, pues entiende la primera como … "La forma de la conciencia social, que constituye el reflejo más cercano y directo del ser social que brota de una base económica dada, es producto de la interacción de los sujetos sociales en la actividad económica, de donde emerge un sistema de opiniones y concepciones acerca de la vida económica. Expresa las relaciones económico — sociales que se establecen desde las prácticas económicas más simples y cotidianas hasta las más complejas, institucionalizadas o no por la clase que ostenta el poder económico"… (Cabrera, 2004; Pág. 4).
Según Carralero L (2009), citando a Alberto L. Peña y Pablo Guerra en el libro "La conciencia económica en la conciencia social, al hacer referencia al sistema de relaciones entre educación y conciencia económicas para alcanzar la cultura económica plantean: …"El camino hacia una cultura económica y de masas a una sociedad de copropietarios"… exige como necesidad prioritaria el desarrollo incesante de la conciencia económica del pueblo. Transitar por ese camino solo es posible bajo la acción de un organizado, sistemático e inteligente plan de educación económico"… (Peña y Guerra 1990 Pág. 68).
Los autores coinciden con Carralero, al considerar que la definición de cultura económica no puede estar al margen del tratamiento de la conciencia y las actitudes económicas. Entendemos que mediante ellas se refleja y manifiesta el nivel de cultura económica alcanzado por los estudiantes.
Como se puede apreciar existe una creciente preocupación en el tratamiento de la cultura económica desde los diferentes modelos educativos y currículos pedagógicos, sin embargo estos estudios en su mayoría se limitan a un plano descriptivo, en los que se potencia la adquisición de conocimientos de temas económicos, limitando esta arista de la cultura a lo cognitivo, en detrimento de lo afectivo y lo actitudinal.
Conclusiones
Para potenciar el desarrollo socioeconómico cubano, se hace necesaria una adecuada cultura económica en los profesionales de la educación, pues tienen el encargo social de formar el personal calificado para todas las esferas de la producción y los servicios.
Los profesionales que se forman en las sedes universitarias del país, encuentran en el acontecer económico, mundial, nacional, territorial y local, potencialidades que pueden contribuir al desarrollo de una cultura económica en ellos y a la vez, estos profesionales pueden transformar el entorno, en la misma medida en que se adquiere la cultura económica mencionada.
La aspiración social de elevar la cultura económica de los profesionales de la educación, encuentra sustento en las ideas, criterios, y teorías asumidas en el presente estudio.
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37. MIRANDA HERNÁNDEZ, O. L. Marco filosófico conceptual de la Pedagogía ICCO, La Habana. 2002 (En soporte magnético).
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