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Características lucanas (página 2)


Partes: 1, 2, 3

En su discurso programático de Nazaret Jesús se remite a la misión universal de Elías y Eliseo (4,25-26; 1 R 17; 2 R 5), así como al hecho de que fueron rechazados en Israel. Su ascensión está modelada en la de Elías; el Espíritu que reciben los discípulos después de ver a Jesús subir al cielo es paralelo al "espíritu de Elías" que recibió Eliseo cuando consiguió verlo ascender (2 R 2,9), y son muchos los pasajes en el que la historia de Jesús y sus discípulos ha sido escrita en paralelo con la de los grandes profetas Elías y Eliseo (cf. ficha 1-3). Es curioso que Lucas ha omitido varios pasajes sinópticos que identificaban a Juan el Bautista con Elías (Mt 3,4; 11,12-14; 17,10-13; Mc 9,13). El motivo más obvio es que Lucas quiere reservar el título de nuevo Elías para Jesús. Quizás por eso, como apunta Dubois, Lucas ha omitido la burla al pie de la cruz, en que se presentaba a Jesús pidiendo la ayuda de Elías, como si fuera alguien distinto de sí mismo. En la tradición sinóptica Moisés y Elías estaban presentes en la transfiguración, pero sólo Lucas nos dice que hablaban con él sobre su éxodo (9,30), lo cual pone en paralelo el viaje de Jesús a Jerusalén, en el cual va a ser "ascendido" (9,51) con el viaje de Elías al Jordán para su ascensión (2 R 2,1-11). En 9,54, poco después, los discípulos piden que caiga fuego del cielo sobre las aldeas samaritanas, en clara referencia a Elías (1 R 18,37-38; 2 R 1,10-14; Si 48,1). Jesús se niega a hacer bajar este tipo de fuego, pero Inmediatamente acepta que sí ha venido a traer un fuego a la tierra como Elías, pero de otro modo distinto, refiriéndose al fuego del Espíritu de Pentecostés (Lc 12,49).

4-7. Siervo

Jesús Hijo de Dios y siervo. Se ha acusado a Lucas de tener una cristología demasiado baja. Los títulos cristológicos que más abundan en él, tal como profeta (14,24; 7,16.26.39; 9,8; 13,33; 24,19; Hch 3,22-23; 7,37), rey, Mesías, siervo, señor, hijo del hombre, salvador (Lc 2,11; Hch 5,31; Hch 13,23) no implican necesariamente la divinidad y no hay alusiones a una preexistencia al estilo de la teología de Juan y de Pablo. Más bien en varias ocasiones Lucas afirma que la constitución de Jesús como Mesías, Salvador y Señor tiene lugar en el momento de su resurrección. "Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado". "El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. A éste lo ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador" (Hch 5,30-31). Jesús es "un hombre acreditado por Dios, milagros prodigios y signos" (Hch 2,22). Dios ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis (Hch 3,13); "ha suscitado Dios a su siervo y lo ha enviado" (Hch 3,26); "se confabularon en esa ciudad contra tu santo siervo, Jesús". Son expresiones de la cristología más baja que se encuentra en todo el Testamento.

4-8. Siervo de YHWH

La palabra siervo tiene inmediatas connotaciones al "siervo de YHWH" del profeta Isaías. (R.F. O"Toole, "How does Luke portray Jesus as servant of YHWH?", Biblica 81 (2.000) 328-346; J.J. Kilgallen, "Your servant Jesus whom you anointed (Acts 4,27)", RB 105 (1998) 185-201.

Algunos piensan que "siervo de YHWH" no pertenece a la cristología lucana. Las principales referencias lucanas son a Is 53,7-8 (LXX) en Hch 8,32-33, cuando se nos habla de lo que el eunuco leía en su carroza. "Oveja llevada al matadero, no abrió su boca… En su humillación fue privado de justicia… Su vida fue arrebatada de la tierra. En Lc 18,32-33b, tercera predicción, tenemos una referencia a Is 50,6. En el relato de la última cena hay una cita explícita de Is 53,12:

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No se subraya el elemento expiatorio de la muerte del siervo, tal como muchos exegetas echan de menos. Pero se subraya el aspecto más importante de la cristología y soteriología lucanas: la inocencia de Jesús de la que hablaremos en la próxima nota. La muerte de Jesús fue injusta. Jesús fue privado de justicia, contado entre los malvados, siendo así que era inocente. Salieron a por él como a por un ladrón (Lc 22,52). Pero al recibir esta muerte inmerecida, la muerte propia de los pecadores, Jesús inocente puede convertirse en salvador de una nueva humanidad. Ver resúmenes de W. G. Kümmel, "Luc en accusation dans la théologie contemporaine" en F. Neyrinck ed., L"Évangile de Luc. The Gospel of Luke, Leuwen 1989, p.3-19, y de G.C. Bottini, Introduzione all"opera di Luca, Jerusalem 1992, pp. 113-134, y el artículo de Carey en Internet.

4-9. Acusaciones contra Jesús

En Lucas los cargos presentados contra Jesús son de naturaleza claramente política: pervertir a la gente, impedir los impuestos y decir que es rey (Lc 23,2). En Marcos no se explicita cuáles fueron las acusaciones presentadas por los sacerdotes a Pilato contra Jesús (Mc 15,3.4.). Quizás aquí nos encontramos con algo no meramente redaccional, sino con un recuerdo histórico. También en Juan las acusaciones ante Pilatos son de naturaleza puramente política. Lucas deja bien claro que estas acusaciones eran falsas. Jesús no habría prohibido los tributos (Lc 20,20-26), Pilato tres veces proclamará su inocencia y Herodes una vez (Lc 23,15). Esto mismo declararán el buen ladrón, la multitud penitente y el centurión al pie de la cruz. También esta inocencia de Jesús quedará subrayada en los discursos de Hechos de Pedro, Esteban y Pablo (3,13-15; 7,52; 13,27-29). Para lograr este efecto Lucas ha cambiado las palabras del centurión en Marcos: "Este hombre era Hijo de Dios" (Mc 15,39) por las palabras "este hombre era justo" ofreciendo así una protesta más de inocencia (23,47). Pero el significado de "justo" en Lucas es más intenso que el de inocente; "justo" significa fiel, obediente a la voluntad de Dios (Lc 1,6.17;2,25; 5,32; 14,14; 15,7; 18,9;20,20; 23,50; Hch 10,22; 24,15). La palabra "justo" en Hechos pasa a designar ya otro título cristológico más (Hch 3,14; 7,52; 22,14). Ananías le dice a Pablo que Dios le había destinado para conocer su voluntad, y ver al "Justo" (Hch 22,14). "Justo" equivale también a santo, "el santo de Dios" (Lc 4,34); "tu santo siervo Jesús". Pedro recrimina al pueblo: "vosotros renegasteis del "Santo" y del Justo" (Hch 3,14).

4-10. Expiación

Ya Cadbury y Dodd, pero sobre todo Conzelmann afirmaron que falta en Lucas una theologia crucis, un valor expiatorio a la muerte de Jesús por nuestros pecados en el sentido al que estamos acostumbrados en la teología de Pablo. En Lucas queda más evidente una theologia gloriae. Es sobre todo mediante su resurrección como Jesús nos redime. Otros teólogos como Jeremías y Marshall han contestado esta visión reduccionistas, defendiendo que, aunque la soteriología de Lucas es distinta de la de Pablo, eso no quiere decir que carezca de una visión del valor salvífico de la muerte de Jesús, sólo que Lucas la considera sólo en la totalidad de su vida, muerte y glorificación. Las citas del canto de Isaías, dad la manera lucana de citar la Escritura, no se deben relacionar sólo con las palabras citadas expresamente, sino con el sentido global de todo el texto. Y no cabe duda de que el canto del Siervo da un valor expiatorio a la muerte del siervo. Sobre este tema cf. Zedda, S., Teologia della Salvezza nel Vangelo di Luca, Dehoniana, Bologna 1991; Zehnle, R., "The Salvific Character of Jesus". Death in Lucan Soteriology", TS 30 (1969).

4-11. "Señor"

Es un título cristológico que Lucas atribuye a Jesús incluso durante su vida terrena, unas veces en labios del narrador (7,13.19; 10,1.39.41; 11,39; 12,42; 13,5; 19.8.31; 22,61 -2 veces-: 24,3) y otras en labios de los distintos personajes que se dirigen a él o hablan de él (1,43; 2,11; 5,8.12; 6,46; 7,6; 9,54.59.61; 10,1.40; 11,1; 12,41; 13,23.25; 17,5.37; 18,6.41; 22,33.38.49). Una vez en labios de Jesús mismo. Cuando envía a los apóstoles a buscar el borrico les dice que si alguien les pregunta algo deben contestar que el Señor lo necesita (19,34). Ver artículo "Señor en Lucas"

4-12. Nuevo Adán

La única mención explícita de Adán tiene lugar en la genealogía: "Hijo de Adán, hijo de Dios" (3,38), pero si prestamos atención podemos ver cómo Adán está omnipresente en toda la escena de las tentaciones lucanas. En Lucas bautismo (3,22), genealogía (3,23.38) y tentaciones (4,3.9) son tres episodios ligados por la triple referencia a Jesús como hijo de Dios.

Su genealogía se remonta hasta Adán y no simplemente a Abrahán como en Mateo. En Jesús termina una era y comienza otra nueva. Tanto Adán como Jesús se nos presentan como hijos de Dios. En el judaísmo tardío esto viene a significar justo y obediente (Filón, Jubileos, Sabiduría), idea tomada básicamente de Dt 14,1. Lucas vincula a Jesús con Adán, no en cuanto pecador, sino en cuanto justo y cabeza de la humanidad. Las genealogías implican una personalidad colectiva en la que algo de los antecesores se reproduce en los descendientes. Tanto Adán como Jesús viven sus vidas como "Hijos de Dios". Adán no pudo pasar a sus descendientes esta condición, pero Jesús restaura este título para la humanidad. Hay a la vez una comparación y un contraste. Ambos son cabeza de un período de historia. Adán es la cabeza de la historia de pecado de la humanidad. Jesús es la cabeza del tiempo de la salvación.

Como hemos dicho, en el trasfondo de Mateo estaba Jesús como nuevo Moisés, con abundantes referencias a la experiencia del desierto en el libro del Deuteronomio El trasfondo de Lucas es el libro del Génesis y las tentaciones en el jardín. La tentación del fruto prohibido (Lc 4,2 = Gn 3,6), la del ser como dioses (Lc = Gn 3,5) y la de la inmortalidad.

Para Lucas el papel del ángel del jardín no es, como para Mateo, impedir la captura de Jesús (Mt 26,53), sino fortalecerle. Dios no envía sus ángeles para librarnos del peligro, sino para darnos fuerza para ser fieles en medio de él. La figura del ángel encaja por otra parte en el contexto del jardín. Los ángeles expulsaron a Adán pecador del paraíso. El segundo Adán en cambio tiene un ángel junto a él para protegerle. El ángel de Lucas viene a confirmar que verdaderamente Jesús es el hijo de Dios que permanece fiel a su Padre en Getsemaní..

4-13. Alabanza de la multitud

Jesús es amado y alabado por la multitud: 4,22; 8,25; 9,43; 11,27; 13,17; 19,48. Su fama se extendía 4,37; 5,15; 7,17; Hch 2,41+, 6,7 (cf. TL p. 68-69).

4-14. Jesús lleno del Espíritu Santo.

La expresión "lleno del Espíritu Santo" es típica de Lucas. Aparte de un texto en que es aplicada a Jesús (Lc 4,1), se atribuye también a los diáconos (Hch 6,3-5), Esteban (7,55) y Bernabé (11,24).

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a) En textos lucanos: El Bautista será lleno del Espíritu Santo (1,15); el Espíritu Santo vendrá sobre María (1,35); Isabel fue llena del espíritu Santo (1,41); Zacarías fue lleno del Espíritu Santo (1,67); el Bautista crecía fuerte en el Espíritu (¿espíritu?) (1,80); el Espíritu Santo estaba en Simeón (2,25); Simeón recibió una revelación del Espíritu Santo (2,26); Simeón fue al templo guiado por el Espíritu (2,27); Jesús lleno del Espíritu Santo (4,1); regresó a Galilea en el poder del Espíritu (4,14); el Espíritu del Señor está sobre mí (4,18); la promesa del Padre (24,48 = Hch 1,4-5), exultación en el Espíritu Santo (10,21); el Padre dará el Espíritu Santo a los que le piden (11,13 Mt);

b) en textos de triple tradición: os bautizará con el Espíritu Santo (3,16); Jesús guiado por el Espíritu al desierto (4,1); El Espíritu descendió sobre Jesús en el bautismo (3,22) blasfemia contra el Espíritu Santo (12,10) el Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir (12,12).

4-15. Jesús y la Ley

Sólo Lucas nos dice que Jesús acostumbraba a ir los sábados a la sinagoga (4,16). En las dos ocasiones en que cura a leprosos, les manda presentarse a los sacerdotes, según las prescripciones de Lv 13-14; una vez Lucas sigue a Marcos (Lc 5,12-26), la otra vez, la del leproso samaritano, Lucas compone libremente (Lc 17,11-19). Lucas ha modificado el texto de la pregunta del escriba en Marcos: "¿Cuál es el primer mandamiento?" (Mc 12,28) por "¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna?" (Lc 10,25). Jesús confirma la respuesta del escriba y le dice: "Haz esto y vivirás" (Lc 10,28), dejando abierto que la adhesión a la Ley puede ser causa de vida eterna, mientras que el texto de Marcos se centra más en distinguir los mandamientos principales de los secundarios. Al describir la transfiguración, sólo Lucas nos dice que Jesús, Moisés y Elías aparecieron en gloria (Lc 9,31), glorificando de ese modo a la Ley y a los profetas.

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En Hch 1,12 da por sentado que sus oyentes conocen cuál es la distancia que se puede recorrer en sábado.

Hay cuatro incidentes en que se le acusa de violar el sábado (6,1-5-6-11; 13,10-17; 14,1-6), los dos primeros tomados de Marcos, y los dos segundos en textos lucanos. Jesús no aprueba la violación del sábado, pero dice que en la conducta de sus discípulos no ha habido verdadera violación. Se arroga el derecho de definir lo que es el sábado, o rechaza la interpretación que enfrenta al sábado con las obras de misericordia, llegando a decir que el sábado es el día más adecuado para curar.

Parece que una parte de la comunidad lucana, compuesta de judíos, continúan guardando el sábado, mientras que los gentiles no lo guardan. La eucaristía común es el sábado por la noche. La ley es buena y no fue abolida por Jesús, pero éste, como señor del sábado, puede regular esta observancia (cf. P.F. Esler, Community and Gospel in Luke-Acts; the social and political motivations of Lucan theology, Oxford 1984, p. 110-130).

Discípulos

5-1. Los discípulos en Lucas

Lucas no usa el término discípulos tanto como los otros sinópticos (Mt 71; Mc 43; Lc 37). Sin embargo el tema del discipulado está desarrollado con mucha mayor extensión y radicalidad. Claramente en Lucas el término "discípulo" no se reserva únicamente para los Doce, al revés de lo que sucede en Marcos. No en todas las ocasiones es posible determinar con precisión si en el evangelio de Lucas el término "discípulos" comprende sólo a los Doce o a todos los seguidores de Jesús, pero es claro que en el conjunto de Lucas se trata de un término genérico.

Sin embargo en Lucas el término de discípulos no se circunscribe a ninguno de los grupos con una autoridad o con una misión especial, sean los Doce, los Setenta, o los presbíteros (cf. ficha 13-9).

. Cuando Jesús elige a los Doce, Lucas observa que llamó a sus discípulos y eligió "de entre ellos" a Doce -prosefw,nhsen tou.j maqhta.j auvtou/( kai. evklexa,menoj avpV auvtw/n dw,deka- (Lc 6,13). También habla de "una gran multitud de discípulos" (Lc 6,17; 19,37). En una ocasión Jesús realiza una llamada general a todos los que quieran ser sus seguidores, diciendo: "Si alguno viene a mí y no ama menos a su padre o a su madre…, no puede ser mi discípulo; el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo" (Lc 14,26). Y un poco más adelante, "cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo" (14,37).

En los Hechos de los apóstoles se usa el término discípulo para designar a cualquiera de los hermanos de la comunidad, como es el caso de Ananías de Damasco (Hch 9,10), Timoteo de Listra (Hch 16,1), Mnasón de Chipre (Hch 21,16), Tabita de Jaffa (Hch 9,36); el uso de la palabra en plural sirve para designar a todos los creyentes. Es más, en el libro de los Hechos nunca se usa el término discípulo para designar a los Doce.

5-2. Los apóstoles en Lucas

En Marcos no existe la categoría de apóstol. La palabra sólo aparece una vez en 6,30, en el sentido literal de "enviados" al referirse a los Doce que regresan de su misión. La afirmación "y los llamó apóstoles" de 6,14 no tiene base textual, y es una contaminación de Lucas. Tampoco Juan conoce la categoría de "apóstol" referida a un grupo especial de personas. En Mateo aparece sólo una vez la palabra en 10,2 para designar a los comprendidos en la lista de los Doce, pero en un contexto misionero, con lo que la palabra se debe leer simplemente en su sentido literal, igual que en Mc 6,30.

Es solamente en Lucas donde existe una identificación entre los Doce y los apóstoles. Esta identificación está presente ya en el evangelio, donde Lucas afirma expresamente que Jesús designó a los Doce con el nombre de "apóstoles" (Lc 6,13). En otros lugares apóstoles es sinónimo de los Doce –u Once- (Lc 9,10; 17,5; 22,14; 24,10). También en los Hechos el término "apóstoles" se usa 28 veces para designar al grupo de dirigentes de la comunidad. (1,2; 2,37; 5,18.40; 9,27; 15,12). Matías fue agregado a los once apóstoles (Hch 1,26). A partir de 6,6 dicho grupo de los apóstoles se ve acompañado por los presbíteros (cf. ficha 13-9), y ya no queda claro siempre claro si se restringe a los Doce o no (8,1.14.18; 9,27; 11,1). En las referencias al concilio de Jerusalén (Hch 15,2.4.6.22.23; 16,4) quizás incluya en el grupo de los apóstoles a Santiago, el hermano del Señor, pero no queda claro si Santiago entra en el grupo de dirigentes como "apóstol" o como "presbítero".

Sólo en una ocasión Lucas va a aplicar el término apóstol a alguien distinto de los Doce. Se trata de Hch 14,4.14 en el que Pablo y Bernabé son denominados apóstoles. Quizás usa este término no en sentido técnico, sino sólo en el sentido genérico de "enviados", o quizás es una reliquia de la antigua acepción del término, tal como se usaba en la época del propio Pablo.

Por tanto vemos que Lucas no parece ser coherente en su uso del término apóstol. Probablemente es heredero de tres tradiciones diversas: una más moderna que identifica al apóstol como "miembro de los Doce"; otra que interpretaba el término apóstol como predicador itinerante, y una tercera que identificaba apóstol con "predicador que ha sido testigo cualificado de la resurrección de Jesús y ha sido llamado por él este ministerio".

Lucas parece conocer todas ellas. Es el primer representante de la tendencia tardía a identificar el término apóstol con el de miembro de los Doce, aunque no creemos que fuera él su iniciador; esta identificación aparece también en Ap 21,14, por lo que pensamos que se fue estableciendo y afirmando progresivamente en la Iglesia. Sin embargo Lucas no parece ignorante de otras tradiciones más primitivas que utilizaban el término apóstol en un sentido más amplio. En Hechos 14,4.14 llama apóstoles a Pablo y a otros, dejándonos la huella de una costumbre en trance de desaparición, que todavía asoma en Lucas aunque de forma poco consistente.

5-3. Los discípulos en la pasión

La actitud que se espera en el lector de la pasión es la de contemplación y discipulado. Lucas no es una narrador imparcial de la pasión. Su relato es el de un discípulo que vuelve a vivir la historia de su maestro.

Exhorta a sus lectores a seguir a Jesús en el camino de la cruz. En el relato hay una exhortación a comprometerse personalmente. Se nos invita a reconocernos en la debilidad de Pedro, a dejarnos mirar con ternura por Jesús, a llevar su cruz junto con Simón.

Lucas menciona repetidamente cómo los discípulos seguían a Jesús. Siguieron a Jesús al jardín (Lc 22,39); Pedro le seguía a distancia (22,54). Lucas cambia el aoristo de Marcos por un imperfecto, para denotar una actitud, más bien que una ocurrencia puntual. Al omitir la referencia al lugar adonde se dirigían, el verbo "seguir" está tomado en un sentido absoluto, y puede expresar una actitud global, generalizada. La expresión "a distancia" reaparece cuando Lucas menciona a un grupo de amigos (23,49).

Hay también una gran multitud en pos de Jesús sin ninguna indicación de hostilidad. Las palabras de Jesús son una llamada al arrepentimiento. En seguimiento de Jesús vemos un grupo de tres partidos favorables: (Simón, las mujeres y la multitud), paralelo al grupo de tres partidos favorables después de la crucifixión (centurión, multitud, José). La mención de Simón pretende mover al lector a asociarse más a la pasión. No se dice que tuvieran que forzar a Simón a llevar la cruz (23,26; "cada día" 9,23; 14,27). Lucas explicita que Simón llevaba la cruz "detrás de Jesús".

5-4. Somnolencia

La somnolencia de los discípulos en el Tabor recuerda la de Getsemaní (9,32).

5-5. Visión más positiva

Lucas trata de minimizar la culpa de los discípulos y nos ofrece una imagen de ellos mucho más benévola (cf. TL p. 32). En 9,28 omite la protesta de Pedro contra Jesús y la reprensión subsiguiente de Jesús que le llama a Pedro "Satanás". Omite la petición de los hijos del Zebedeo (Mc 10,33-40). Camino del huerto no registra la predicción del abandono (Mc 14,27 ( Lc 22,30). La predicción tiene lugar en el discurso de despedida y en un tono más suave. Cuando los discípulos se duermen en el jardín, Lucas trata de excusarlos diciendo que se durmieron de tristeza (Lc 22,45). Lucas no dice explícitamente que los discípulos abandonaros a Jesús, sino que más bien afirma que al pie de la cruz se encontraban todos sus conocidos (Lc 23,49). Cuando menciona las negaciones de Pedro omite los juramentos (Lc 22,60 ( Mc 14,71).

5-6. La familia de Jesús

No sólo de los discípulos ofrece Lucas una imagen más benévola, también de la familia de Jesús. Lucas ha omitido el texto en que la familia de Jesús quiere apoderarse de él pensando que está fuera de sí (Mc 3,21). En cuanto al momento en que sus familiares llegan a la casa, en la redacción de Marcos la familia parece alinearse con los escribas que han venido de Jerusalén y participan de una violenta discusión sobre Beelzebul En 3,35, hay una comparación claramente desfavorable entre la familia escatológica de los discípulos que hacen la voluntad de Dios, y la familia carnal que no la hace. Esta visita de la familia ha sido retrasada por Lucas a otro contexto menos hostil (Lc 8,19.21), después de la parábola del sembrador, en que se nos ha hablado del buen suelo que recoge la semilla de la palabra (Lc 8,15). Los familiares parecen quedar incluidos, y cumplen el requisito necesario para entrar en la familia escatológica. "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra y la cumplen". Comparando en detalle los textos de Marcos y Lucas, vemos cómo en Lucas no son los familiares los que envían a llamarle, sino la gente la que le informa de que sus familiares están ahí y no pueden entrar. De la respuesta de Jesús Lucas ha omitido la pregunta retórica de Marcos, que podría resultar más ofensiva y marcar más las distancias ("¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?": Mc 3,33). Cuando la visita de Jesús a su pueblo, Lucas ha editado la frase de Marcos de que un profeta es honrado pero no en su patria, entre sus familiares y en su casa (Mc 6,4). Mateo dejó sólo la patria y la casa, y excluyó a los familiares (Mt 13,57). Lucas va más allá y suprime la mención de la casa (Lc 4,24).

5-7. Sentado a los pies

La actitud de sentarse a los pies de Jesús es para Lucas la característica del discípulo, como vemos en el caso del endemoniado de Gerasa (8,35), María de Betania (10,39) y Pablo a los pies de Gamaliel (Hch 22,3).

5-8. Escucha de la palabra

El discípulo debe escuchar la palabra de Jesús, como hacía María de Betania (10,39).

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Aparece como objeto de los verbos escuchar y acoger (5,1.8; 8,13.15; 10,39; 11,28); escuchar y poner en práctica (6,47.49; 8,21); ser arrancada (8,12; ser juzgada (20,20); dar fruto (8,15). Tiene como sujeto a Dios (8,11); a Jesús (9,26.28.43; 21,33; 24,44); el Señor (10,39; 22,61) y al hombre (12,10; 16,2; 20,3; 24,17). Jesús es poderoso en obras y palabras (24,19). Los Hechos de los apóstoles se centran también en la palabra (10 veces), la palabra de Dios (10 veces) y la palabra del Señor (7 veces). Cf. I. M. Fornari-Carbonell, La Escucha del Huésped, p. 95.

5-9. Pedro y Juan

En el evangelio de Lucas Pedro está íntimamente asociado a Juan. Ha conservado dos de las referencias de Marcos al status especial de los tres apóstoles (Pedro, Juan y Santiago) en la transfiguración (Lc 9,28) y en la entrada a la casa de Jairo (Mc 5,37); pero no ha querido subrayar excesivamente el status privilegiado de esta terna, y ha omitido la otra mención de Marcos en Getsemaní (14,33), y el pasaje de los hijos del Zebedeo pidiendo los primeros puestos (Mc 10,35). Lo que Lucas quiere subrayar es el status especial de la pareja Pedro-Juan. Así en el evangelio aparecen actuando ya juntos los dos cuando Jesús les envía a preparar la cena de Pascua (Lc 22,8). Pero es sobre todo en los Hechos donde van a actuar coordinadamente en la curación del tullido de la puerta hermosa (Hch 3,1.11), su presentación ante el sanedrín (4,13.19), el ministerio en Samaría (8,14).

5-10. Paralelismo Jesús-discípulos

La vida de Jesús en Lucas se prolonga en la vida de sus discípulos, como podemos ver en la tabla XVIII. Un ejemplo es el de los juicios de Jesús y de Pablo. Otro ejemplo es el de la experiencia del Espíritu en el bautismo que abre el ministerio de Jesús, y la experiencia de Pentecostés que da inicio al ministerio de la Iglesia. Otro ejemplo podemos ver en el paralelismo entre el discurso de despedida de Jesús antes de su muerte (Lc 22,14-38) y el de Pablo a los presbíteros de Éfeso en Hch 20, Lucas ha reunido una serie de materiales para crear un pequeño "sermón de la cena", usando un género literario convencional, el del discurso de despedida, ya convencional en el AT y la literatura intertestamentaria, como el testamento de los 12 patriarcas, el de Jacob (Gn 47-50), Josué (Jos 23-24), Moisés (Dt 31-34), y Jubileos 21. El tema del paralelismo entre apóstoles y Jesús ha sido desarrollado en detalle por R. F. O"Toole, "Parallels between Jesus and his Disciples in Luke-Acts. A Further Study", Biblische Zeitschrift 27 (1983) 195-212.

5-11. Juicios de Jesús y Pablo

Como Jesús, Pablo fue juzgado cuatro veces.

Ante el sanedrín (Lc 22,66-71) Ante los judíos reunidos (Hch 21,27-22,29)

Ante el gobernador Pilato (Lc 23,1-5) Ante el sanedrín (Hch 23,1-10)

Ante el rey Herodes -Antipas- (Lc 23,6-12) Ante el gobernador Félix (Hch 24,1-21)

Ante los judíos reunidos (Lc 23,13.25) Ante el gobernador Festo y Herodes Agripa

(Hch 25)

Pablo es contrastado con el egipcio que guió 4.000 asesinos en el Desierto. Jesús fue comparado a Barrabás. Los cargos presentados contra Pablo fueron los mismos que contra Jesús: pervertir la nación (Lc 23,2-Hch 21,18), y agitar al pueblo (Lc 23,5-Hch 24,5). Ambos dan testimonio durante su juicio. Ambos son repetidamente declarados inocentes por el gobernador y por el rey. Ambos juicios tienen lugar en la mañana, después del arresto el día anterior. Al final de ambos juicios la reacción de los judíos es decir "¡Fuera con él!" (Lc 23,18; Hch 21,36; 22,22).

5-12. Ministerio

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En Lucas designa igualmente el servicio de preparación de la comida en el caso de Marta o la suegra de Pedro (10,40; 4,39), o el servicio que realizaban las mujeres atendiendo al Señor con sus bienes (8,3), o el servicio a la mesa (12,37; 17,8), el servicio de un modo general, tal como Jesús se presentó a los suyos como un servidor (22,26.27). En Hechos el verbo sólo aparece dos veces, una para indicar el servicio asistencial de las mesas (Hch 6,2) y otro para designar a dos de los asistentes de Pablo, Timoteo y Erasto (Hch 19,22).

En los textos de otros evangelios, aparte de los textos paralelos a Lucas (el servicio de la suegra de Pedro o el de Jesús que no vino a ser servido sino a servir, las mujeres que asistían a Jesús) .este verbo puede designar el servicio de los ángeles a Jesús después de su ayuno, o el de la asistencia al hambriento, encarcelado o peregrino,

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En los otros evangelios se usa sólo 5 veces. En Mt 22,13 para designar a los criados del rey, y en Mt 20,26/23,11 (y sus paralelos en Mc 10,43/9,35) para designar la actitud de servidor que debe adoptar el que sea el más grande, o el que quiera ser grande.

5-13. Inocencia de Pablo

Se da también un claro intento de probar la inocencia de Pablo frente a cualquier acusación política contra él. Lucas quiere dejar bien sentado que ni Pablo, ni el cristianismo, suponían un peligro para el imperio romano. Su arresto y la brutal paliza que recibió en Filipos fueron injustos e ilegales (Hch 16,37); Galión reconoció que no existía una verdadera causa contra él (Hch 18,14); Lisias lo retuvo sólo pro deferencia con el Sanedrín (Hch 22,30; 23,10.30); Félix lo retuvo en prisión por ese mismo motivo, y además en la esperanza de obtener algún soborno. Festo lo declaró inocente (Hch 25,18). Agripa confirma su inocencia (Hch 26,32) [Maddox, Purpose, p. 94]. Cf. también la inocencia de Jesús en ficha 4-1.

5-14. María perfecta discípula

Indudablemente Lucas es el autor del NT que más ha recogido y trabajado las tradiciones referentes a la madre de Jesús, presentándola como modelo perfecto del discípulo que sigue los pasos de Jesús y acoge la salvación ofrecida, dando un testimonio profético sobre ella.

Ya al principio de su camino, la gracia salvadora de Dios y su gozo están (1,28). Una plenitud de gracia que la transforma completamente y le propone el desafío de aceptar ser la madre del Mesías, a pesar de su llamada virginal (Lc 1,30-35), que es expresión de su pobreza interior. Para cumplir esta misión recibe el Espíritu Santo que hará posible una concepción virginal, porque nada es imposible para Dios.

María personifica a la Hija de Sión, los pobres y humildes que han puesto su esperanza en el Señor y esperan recibir de él la salvación. Acepta el plan de Dios con un "sí" humilde que sólo florece en el corazón de los pobres. (Lc 1,38). El Magnificat es la perfecta expresión de estos sentimientos: responde con gozo a la invitación a alegrarse y da gracias por el don de su fecundidad virginal, considerando cómo en su abajamiento y humillación ha sido salvada por la mano de Dios. Se pone en camino como un profeta, llevando consigo la alegría de la salvación mesiánica, y pronta a compartir con su prima que está necesitada (Lc 1,39-45.56). Camina en la fe, confiando en el Dios fiel que cumple sus promesas (Lc 1,50-54), profundizando cada vez más en el don que ha recibido, para llegar a una plena comprensión de los sucesos de su vida oscura y dolorosa (Lc 2,19.50). Actúa de acuerdo con la voluntad de Dios y por ello Lucas la considera modelo del creyente (1,45) que escucha y pone en práctica la palabra de Dios (8,21; 11,28; cf. ficha 5-7). Avanza continuamente en su vida de oración (Lc 1,46-55; Hch 1,14), en la acción de gracias y en la perseverancia.

Finalmente, en cuanto discípula, recorre todo el camino hasta el final, asociándose a la muerte y a la resurrección (Lc 1,34-35). Porque Dios ha hecho en ella maravillas como "madre del Señor" (Lc 1,43) y todas las generaciones la llamarán bienaventurada (Lc 1,48).

5-15 La relación amo-siervo

Además de usar la terminología de maestro y discípulos para definir la relación de Jesús con los suyos. Lucas ha hecho uso de otra metáfora propia y es la de la relación amo-siervo. Los discípulos son siervos de Jesús en sus tareas ministeriales, pero de un modo especial en la administración de sus bienes. Como los siervos los discípulos no son los verdaderos dueños de los bienes que administran, y tiene que dar cuenta al "señor" que es siempre Jesús,

Este motivo aparece añadido por Lucas en algunos pasajes derivados de Marcos (Lc 5,8; Lc 12,35-36.40), y en otros pasajes que tienen cierta correspondencia en Mateo (Lc 12,42-48; 19,11-27). Pero es sobre todo en los materiales exclusivos de Lucas donde el motivo amo-siervo es más prominente, como puede verse en las narraciones de la infancia (Lc 1,26-56; 2,22-40), en las parábolas de la higuera (Lc 13,6-9), del hijo pródigo (Lc 15,11-32), del administrador infiel (Lc 16,1-13) y del siervo indigno (Lc 17,5-10).

Escatología

6-1. "Los días del Hijo del hombre"

Se trata de un discurso propio de Lucas, que hace una clara distinción entre Jesús profetizando la destrucción de Jerusalén (21,6-24) y su venida al final de los tiempos (17,22-37). Parece ser que este discurso pertenecía a la fuente Q. Lucas lo ha dejado en su lugar original en la secuencia de Q, mientras que Mateo ha trasladado algunos de los pasajes de este discurso al sermón escatológico: Mt 24. Allí Mateo ha juntado en sus dos fuentes, Marcos y Q, mientras que Lucas las ha dejado separadas, lo mismo que hizo en los dos discursos de la misión.

6-2. Designio divino

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Sólo una vez en Mc (8,31) y Mt (16,21) y 28 veces en Lc-Hch.

6-3. Escatología e historia de salvación

Lucas ha reemplazado la escatología final de inminencia por la "historia de salvación" Así aplica a la vida ordinaria de los cristianos algunos logia que en los otros sinópticos tiene un alcance claramente escatológico (8,11-15; 9,23; 12,52). Lo que hay que ver más bien es una escatología en dos fases. La primera fase es ya presente. Jesús en su resurrección inaugura las bendiciones escatológicas. Dada nuestra identificación con él, también nosotros en cierto modo hemos resucitado. El cristiano está identificado con Cristo. (¿Por qué me persigues? Hch 9,4), y el enviado está identificado con el que lo envía. Jesús es ya el hijo de la resurrección (Lc 20,36). Esta consumación ya ha empezado en la tierra con Jesús. Al invitarnos a identificarnos con él no se nos invita a salirnos de la historia sino a integrar la historia en una dimensión celeste, en una relación con aquél que está ya en el cielo hasta el día de la apokatástasis universal.

Hay una continuidad y una discontinuidad entre la era presente y la futura. Los milagros indican un cumplimiento, una restauración del paraíso que ya se empieza a hacer sentir ahora. Pero aún estamos en un tiempo de prueba. Pero supuesto que la realidad escatológica está ya presente, la duración del intervalo hasta que venga la consumación final no tiene una importancia crucial. El retraso de la parusía no es algo excesivamente grave, sino que incluso es una oportunidad para la misión.

¿Cómo está ya presente la edad futura? A través del Espíritu. Los poderes escatológicos del Espíritu están ya a la obra en los discípulos en una primera fase del cumplimiento escatológico (cf. R. Maddox, Purpose, p. 100-145)

Espíritu Santo

7-1. El Espíritu en Lucas

Lucas puede considerarse el evangelista del Espíritu Santo: 1,15.35.41.67.80; 2,25.26.27; 3,16.22; 4,1.14.18; 10,21; 11,13; 12,10.12; Hch 1,8+. Mientras que Marcos sólo menciona el Espíritu 6 veces, y Mateo 11, Lucas menciona el Espíritu Santo 17 veces en el Evangelio y 54 en los Hechos. Lucas es también el que proporcionalmente se refiere al Espíritu con el nombre de "Espíritu Santo" (12 de las 17 veces en el evangelio, 41 de las 54 veces en los Hechos), mientras que Mateo sólo usa la expresión "Espíritu Santo" 4 de las 11 veces que se refiere a él, y Marcos 4 de sus 6 referencias cf. TL p.64-66).

7-2. "Lleno del Espíritu Santo"

Esta expresión es típica de Lucas. Aparte de un texto en que es aplicada a Jesús (Lc 4,1), se atribuye también a los diáconos (Hch 6,3-5), Esteban (7,55) y Bernabé (11,24). También en los relatos de la infancia es aplicada al Bautista (1,15), Isabel (1,41), y Simeón (2,25.27), los discípulos en Pentecostés (Hch 2,4; 4,31), Pedro (4,8),

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Nunca aparece en los otros evangelios.

¿Dónde encaja la Ascensión? Se puede entender en paralelo con el rapto de Elías al cielo, y el subsiguiente paso de su Espíritu a Eliseo. Tal como el ministerio terreno de Jesús se inauguró por el descenso visible del Espíritu sobre él en el Bautismo, el periodo de la Iglesia se abre por la efusión visible del Espíritu.

7-3. Espíritu y oración

La llegada del Espíritu está siempre relacionada con la oración. Lucas relaciona el descenso del Espíritu sobre Jesús con su oración (3,22). También el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés estuvo precedido por la plegaria insistente de los discípulos junto con María (Hch 1,14; 2,21). También en el pequeño Pentecostés (Hch 4,31), la venida del Espíritu tiene lugar cuando terminan la oración (Hch 4,31). El Pentecostés de los gentiles ocurre como respuesta a la oración de Cornelio (Hch 10,4.31) y de Pedro (Hch 10,9.19). El mismo ligamen entre oración y Espíritu aparece en la conversión de Saulo (Hch 9,11.17).

7-4. Protocatolicismo en LucasHechos

El Espíritu es dado para la reconstitución de Israel, Sólo se concede cuando Israel. El Espíritu se da sólo cuando los 12 están presentes, o un miembro o delegado de los Doce. Cuando uno de los Doce evangeliza la Samaría y bautiza allí, Pedro y Juan tienen que ser para la efusión del Espíritu. Sólo cuando Pablo llega a Éfeso algunos discípulos que ya habían sido bautizados, reciben el Espíritu Santo (19,1-6). (La única excepción es Pablo mismo que recibió el espíritu de manos de Ananías que no era uno de los doce).

Encontramos en Lucas elementos de una temprana comunidad cristiana que se caracteriza por ser una institución con sacramentos, oficios jerárquicos, y una tradición que comprende un depósito de fe.

7-5. Espíritu y poder

Lucas ha relacionado el Espíritu con el poder. Estos dos temas aparecen juntos 3 veces en el Evangelio (1,17.35; 4,14), y 3 veces en los Hechos (1,8; 6,8; 10,32). Este poder unge a Jesús en su bautismo, como él mismo lo declara al comienzo de su ministerio en Nazaret. Guía a Jesús al desierto (Lc 4,1) y a Galilea (4,14), penetrando su enseñanza y sus obras, "ungido con Espíritu y poder" (Hch 10,38).

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Este poder de lo alto va a ungir también a los discípulos (Hch 10,38) para llevar a cabo una misión carismática.

Geografía e historia lucanas

8-1. Sincronismo entre la historia profana y la sagrada

Lucas trata de relacionar el evento de Jesús con la historia profana universal, cf. Lc 1,5; 2,1-3, 3,1 Pablo dijo delante del rey Agripa: "Estas cosas no han sucedido en un rincón, y no pueden haber pasado inadvertidas para el rey" (Hch 26,26). En cambio, en lo que respecta a Juan o a Mateo, lo que ellos nos cuentan bien podría haber pasado en un rincón, dado el poco interés que muestran por la historia contemporánea. En Lucas toda la historia de Jesús sucedió a la vista de la historia universal. Recordemos la afirmación de uno de los discípulos de Emaús: "¿Eres tú el único extranjero que no se ha enterado de lo que ha pasado en Jerusalén? (Lc 24,18).

El evangelista presenta a Jesús como figura de la historia universal, sin que esto le prive de significación escatológica. Es consciente de que en Jesús ha alumbrado una era nueva y llama la atención sobre el cumplimiento de las promesas. En Jesús una nueva era milagrosa ha amanecido.

Lucas relaciona los eventos salvíficos con la historia de Roma. El nacimiento de Jesús relacionado con el decreto de Augusto; la palabra de Dios llega al Bautista en año 15 del emperador Tiberio (año 29), y esta fecha sirve para datar el inicio del ministerio de Jesús algún tiempo más tarde. En el libro de los Hechos hay otras fechas que pueden ayudar a sincronizar los acontecimientos con fechas de la historia universal, así como por ejemplo la hambruna de los tiempos de Claudio (años 41-44), la orden dada a los judíos de abandonar Roma (año 49), la referencia a Galio como prefecto de Acaya (año 52), los encuentros de Pablo con dos procuradores romanos sucesivos, Félix y Festo (año 60).

Lucas relaciona también a Jesús con la historia de Palestina. La visión de Zacarías tiene lugar en los días de Herodes, rey de Judea. (Sin embargo aquí cabe dudar de cuál de los Herodes es el mencionado). Según la interpretación más común sería Herodes el Grande, 37-4 antes de Cristo; pero otros que quieren mantener el dato del censo de Quirinio, defienden que se trata de Herodes Arquelao (4 antes de Cristo a 5 de nuestra era). La llamada de Juan tuvo lugar mientras Pilato era gobernador de Judea (26-36). Pilatos envió a Jesús a Antipas que fue rey de Galilea desde el año 4 antes de Cristo hasta el 36 de nuestra era. La llamada de Juan tuvo lugar durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás. Sin embargo estos sincronismos tienen lugar sólo al comienzo de una nueva página histórica. Al final de los relatos se hacen más tenues las conexiones cronológicas, quizá porque el interés kerigmático ha tomado la primacía como centro del interés del autor.

8-2. Vaguedad en localizaciones

Sin embargo, en otras ocasiones tiende a ser mucho más vago. A las cifras demasiado precisas les añade "como unos" tres meses (Lc 1,56); unos treinta años (3,23); unos cinco mil hombres (9,14); como una hora (22,59); hacia el mediodía (23,44). En otras ocasiones omite datos geográficos de Marcos como la mención de Cafarnaúm (5,17; 9,14); en 5,27; 6,17 y 9,43b no habla de Galilea; en 8,39 no habla de la Decápolis. En la confesión de Pedro no habla de Cesarea de Filipo.

8-3. Conocimiento de la geografía

Conzelmann pretende que Lucas tiene un sentido muy confuso de la geografía (The Theology of Luke, New York 1981; cf. también S. Freyne, Galilee from Alexander the Great to Hadrian, Wilmington 1980, p. 364-367). Esta opinión ha sido refutada por otros como H. F. D. Sparks, en su recensión del libro de Conzelmann, JThS 14 (1963) 455-57.

Nosotros pensamos que Conzelmann exagera; sin embargo sí parece que no esté tan bien informado sobre geografía de Palestina como Marcos o Juan. En cambio a veces interpreta datos culturales y sociales como si se tratase de una cultura más helenística: el modo de construir las casas (al paralítico los descendieron por el tejado quitando tejas -5,19-; la construcción de casas sobre la roca -6,48-49-); costumbres como la del manto y la túnica (6,29), entierros (7,14), manera de sembrar (8,5-6), clima y signos de lluvia (12,54-55), la higuera y el verano (21,29).

8-4. El país judío

Lucas nos dice que la fama de Jesús se iba corriendo por el país judío. (Lc 1,5; 4,44; 6,17; Lc 7,17; 23,5; Hch 2,9; 10,37). El tercer evangelista ha dado mucho relieve al hecho de que junto con los discípulos galileos, Jesús tenía también discípulos en el país de los judíos. En esto vemos una coincidencia con el planteamiento de Juan (Cf. Maddox, Purpose p. 168).

En Mateo predomina absolutamente el ministerio de Jesús en Galilea. Su viaje a Jerusalén empieza muy tarde y sólo dura de 20,17 a 21,11. En cambio en Lucas gran parte del material Q que Mateo situaba en Galilea aparece ahora situado en el viaje a Jerusalén, y por tanto fuera ya de Galilea. Aunque Lucas es muy impreciso en la localización geográfica del viaje, muestra un verdadero interés editorial en mostrar a Jesús por Judea y Samaría, aunque no tenía ninguna información sobre detalles de la misión en Judea. Maddox opina que la misión de los 70 está formulada en términos amplios, después de que Jesús ya ha pasado por Samaría, y puede bien abarcar una misión en Judea.

Inclusive cuando Jesús está en Galilea, un sumario nos dice que predicaba en las sinagogas de Judea (Lc 4,44)., y Lucas menciona Judea en primer lugar cuando edita un sumario de Marcos sobre la gente que acudía a oír a Jesús. Lucas ha eliminado también cualquier referencia a apariciones en Galilea, con lo cual todos los encuentros del Resucitado tienen lugar en Jerusalén y sus zonas aledañas. Es justo la impresión contraria que obtenemos en Marcos y Mateo, donde parece que no hubo encuentros en Jerusalén, sino sólo en Galilea.

En Hechos Galilea sólo se menciona refiriéndose a la vida de Jesús de manera retrospectiva (Hch 10,37; 13,31). Sólo una vez se nos habla de la iglesia de Galilea, junto con la de Samaría y Judea, pero Galilea está ausente del plan de misión de Hch 1,8. No hay ningún relato sobre la evangelización de Galilea, ni sobre el crecimiento de la Iglesia en esa región.

El libro de los Hechos supone que hubo una actividad de Jesús en Judea. En 2,41 nos habla de tres mil bautizados en Pentecostés y no es creíble pensar que esa gente oía hablar de Jesús por primera vez, o de que se trataba de peregrinos de Galilea. Zaqueo, Marta y María, los fariseos que invitan a Jesús a su casa (Lc 11,17; 14,1) podrían localizarse en Judea.

Lucas pudo haber tenido contacto personal con Felipe en Cesarea (Hch 21,8), y pudo haber sido ésta una de sus fuentes de información sobre todo lo referente a los discípulos helenistas en Judea.

8-5. Jerusalén

Jerusalén aparece en la obra de Lucas mucho más a menudo que en todo el resto del NT.

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En total de 139 referencias a Jerusalén en el NT, 90 se encuentran en la obra lucana (31 en Lc y 59 en Hch). Mateo usa el término semítico de "ciudad santa" (Mt 4,5; 27,53), pero Lucas no lo usa nunca.

8-6. Templo

No se insistirá nunca bastante en la función que el Templo tiene en el evangelio de Lucas, que comienza con el culto de Zacarías (1,5-23), y termina con los discípulos participando del culto (24,50-53).

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La palabra encierra una básica ambigüedad. De una parte es el lugar de culto del Israel fiel, representado por los personajes del evangelio de la infancia, sacrificios, oración, alabanza, revelación, esperanza, observancia legal, enseñanza… Pero por otra parte es el centro del poder político corrupto, disparidad económica, explotación de los pobres, arrogancia de los escribas, complot contra Jesús.

Jesús en Lucas se relaciona siempre con el templo de un modo positivo. En el tercer evangelio han desaparecido los falsos testigos que decían que Jesús hablaba contra el Templo. Y es curioso que dichas acusaciones son formuladas contra Esteban (Hch 6,14). A pesar de que Lucas no pierde ocasión para subrayar los paralelismos entre la pasión de Jesús y la de Esteban, en este caso ha omitido la oportunidad de dar otro paralelismo más. Consecuentemente con esta omisión lucana de los testigos durante el juicio, hay la omisión de las burlas al pie de la cruz contra Jesús por haber dicho que iba a destruir el templo (cf. P.F. Esler, Community and Gospel, p. 131-163).

Jerusalén y el relato del viaje

9-1. Centralidad de Jerusalén

Tanto el evangelio como los Hechos tienen su eje central en Jerusalén. Primero Jesús tiene que llegar a Jerusalén sin distracciones por el camino. Después desde Jerusalén la palabra se extenderá en círculos concéntricos, primero a los judíos de Jerusalén (los discípulos), luego a los judíos de la diáspora reunidos en Pentecostés (Hch 2,5,6; 6,8), luego a los samaritanos (8,4), y a un etíope prosélito (8,27), luego a los judíos de Lida, Sarón y Joppe (9,32-43), finalmente a los gentiles con la conversión de Cornelio .

9-2. Galilea

El comienzo del ministerio galileo de Jesús es un tema común a todos los evangelios, pero Lucas es el que más énfasis ha puesto en la transición entre un ministerio en Galilea y un desenlace final en Jerusalén. Hay una continua referencia a Galilea como lugar de comienzo. "Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu", y su fama se extendió… y predicaba en la región" (Lc 4,14-15.31). Más tarde le acusarán: "Este subleva al pueblo enseñando por toda Judea, después de empezar en Galilea" (Lc 23,5). En el discurso de Pedro a Cornelio se dice "Conocéis lo que ha sucedido en Judea, comenzando de Galilea" (Hch 10,37). Se alude a las mujeres como "aquellas que le habían acompañado desde Galilea (23,49.55; 24,6). En el discurso de Antioquía de Pisidia Pablo dice: "Se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén" (Hch 13,31). En cambio, una vez que Jesús ya culmina su viaje en Jerusalén, Lucas cuidadosamente evita mencionar ninguna aparición de Jesús en Galilea. Galilea es en Lucas una referencia al pasado, a los comienzos, pero no es un lugar de cita para el futuro. El futuro del evangelio será en Judea, Samaría y hasta los confines de la tierra.

9-3. Viaje

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Aparece 51 veces en el evangelio y 37 en los Hechos, en fuerte contraste con 1 sola vez en Marcos, 3 en el epílogo de Marcos y 15 veces en Mateo. No siempre tiene un sentido físico, sino que en ocasiones podemos percibir una actitud, como cuando en la sinagoga de Nazaret Jesús "anduvo" por medio de ellos (4,30), o cuando Jesús dice: "El Hijo del Hombre se va, conforme está establecido" (22,22).

En realidad la idea de viajar se convierte en un poderoso referente de la existencia humana. Ya el evangelio de la infancia se estructura en torno a los distintos viajes de María desde Nazaret. Un primer viaje la lleva a la montaña de Judea a visitar a su parienta. Un segundo viaje será la ocasión de que Jesús nazca en un contexto de itinerancia. Todavía un tercer y cuarto viaje a Jerusalén contienen desarrollos importantes en el descubrimiento del significado salvífico de Jesús. Los viajes del evangelio de la infancia terminan con el retorno a Nazaret (1,56; 2,39.51). Sobre todo el tema del viaje cf. TL p. 16-20.

9-4. Referencias al viaje

* Decididamente puso rumbo a Jerusalén: 9,51.

* La gente no le quería acoger porque se dirigía a Jerusalén: 9,53.

* Se fueron a otro pueblo: 9,56.

* Mientras viajaban: 9,57.

* Les envió por delante a todos los lugares que pensaba visitar: 10,1.

* en el curso de su viaje llegó a un pueblo: 10,38.

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* Seguía enseñando camino de Jerusalén: 13,22.

* Debo continuar, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén: 13,33.

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* Camino de Jerusalén viajaba a lo largo del confín de Samaría y Galilea: 17,11.

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* Estamos subiendo a Jerusalén: 18,31.

* Al acercarse a Jericó: 18,35.

* Entró en Jericó y se paseaba por la ciudad: 19,1.

* Les contó esta parábola porque estaba cerca de Jerusalén: 19,11.

* Siguió adelante subiendo a Jerusalén: 19,28.

* Cuando llegó cerca de Betfagé y Betania: 19,29.

* Al acercarse y llegar a la vista de la ciudad: 19,41.

* Y entró en el templo: 19,45.

Podemos ver 17 informaciones acerca del viaje que son transmitidas en cuatro bloques de material separados: 9,51-10,42 (6) / 13,22-35 (2) / 17,11-19 (1) / 18,31-19,46 (8).

Los textos intercalados son de naturaleza didáctica o parenética, revelando la verdadera naturaleza de este viaje en Lucas. Las "informaciones" son secundarias y sirven como introducción a los materiales que no tenían ningún marco en sus fuentes. Sólo tres de las escenas estaban localizadas en las fuentes de Lucas: una en Samaría (9,52-56), y dos en Jericó (18,35-46; 19,1-10). Todas las otras no tenían ninguna referencia geográfica, y Lucas las inserta, como hemos dicho, a lo largo del viaje con una gran vaguedad, sin dar ninguna localización concreta. Durante el viaje a Jerusalén se difuminan aún más las referencias geográficas. No importa tanto el por dónde, sino el hacia dónde. Encontramos varias agrupaciones con un trío de elementos. Tres vocaciones en el camino (9,57-62); tres palabras sobre el privilegio de ser discípulo (10,18-24); tres enseñanzas sobre la oración (11,1-13); tres parábolas sobre la misericordia (15,1-32. El marco general del viaje es una elaboración lucana sobre el marco literario que ya estaba presente en Marcos.

9-5. Muerte de Jesús en Jerusalén

Jerusalén es el lugar de la muerte de Jesús (18,31-33). Ningún profeta muere fuera de Jerusalén (13,33-34). Jerusalén es el centro predestinado para la salvación: 4,9; 9,31.51.53; 13,22. 23; 17,11; 18,31; 19,11; 24,47-49.52; Hch 1,8+.

9-6. Ascensión

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Juicio

10-1. Juicio de Dios

Junto con la misericordia y la continua oferta de perdón y salvación, hay que considerar también el juicio de Dios que reivindica la causa del inocente Jesús, del leño verde injustamente condenado. Este juicio se expresa en el evangelio en distintos lugares, pero de una manera dramática en el oráculo de Jesús a las mujeres de Jerusalén .

Las palabras de Jesús a las mujeres de Jerusalén son las más duras de todo el evangelio. Neyrey ha hecho ver que esas mujeres representan al Israel endurecido. No deben lloran por Jesús, sino por sus hijos. Sus lágrimas son precursoras de las que tendrán que llorar un día. La alocución de Jesús es un juicio sobre Jerusalén. Mientras que a las lágrimas en el evangelio se les promete una bienaventuranza (cf. ficha 3-3), las lágrimas de Jerusalén, en cambio, son el "llanto y el rechinar de dientes", las lágrimas terminales del juicio divino por el que habrán de pasar los que ríen ahora, las lágrimas por sus hijos que irán a la muerte y al exilio, cuando Jerusalén sea cercada por los ejércitos (21,20), y pisoteada por los gentiles (21,24).

"Vendrán días" (23,29) es un término técnico del vocabulario profético, como resulta evidente por la cita del profeta Oseas: "Dirán a los montes: "¡Cubridnos!", y a las colinas: "¡Sepultadnos!"" (Os 10,8; cf. Ap 6,26). Nos ayuda a ver en todo este pasaje un oráculo y un juicio divino sobre Jerusalén.

10-2. El sanedrín

Mientras que Lucas exonera al pueblo de toda responsabilidad colectiva, va a cargar las tintas sobre la estructura oficial de "Jerusalén" en los organismos que la representan. Por eso en el relato del juicio de Jesús ante el sumo sacerdote, la asamblea es más inclusiva, abarcando a todos los estamentos oficiales de las autoridades judías, "el consejo de ancianos del pueblo, sumos sacerdotes y escribas, le hicieron venir a su sanedrín" (22,66); se trata de una amplísima representación del Israel oficial. Aunque Lucas sabe que el juicio tuvo lugar en el palacio del sumo sacerdote (22,54), sin embargo no se nos da su nombre en ese momento, ni tiene ninguna relevancia durante el juicio. Al contrario que Marcos, donde la iniciativa es siempre del sumo sacerdote, en Lucas el diálogo con Jesús durante el juicio es llevado a cabo por todo el grupo corporativamente.

10-3. La visita de Dios

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Hay una sola vez en el resto del NT donde se usa el verbo en el sentido lucano, y es Hb 2,6 "¿Qué es el hombre para que lo visites?", pero se trata de una cita del salmo 8.

Como hemos dicho, en Lucas se trata siempre de una visita como oportunidad de salvación. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo (Lc 1,68). "Nos visitará el sol que nace de lo alto" (Lc 1,78). "Un gran profeta ha surgido y Dios ha visitado a su pueblo" (Lc 7,16). "No has conocido el tiempo de tu visita (Lc 19,44). Podemos ver el contraste con el uso que hace el AT de esta palabra. Allí esta acción divina puede ser tanto la visita del Dios que bendice como a la visita del Dios que castiga (Ex 20,5; 34,7; Nm 14,18; Dt 5,9; Jb 35,15; Jr 11,22; 32,2; 29,32; 44,29; 50,18; Lm 4,22). En Lucas en cambio, la visita de Dios es siempre una visita salvadora.

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En los Hechos de los apóstoles el verbo aparece ya citado para designar el hecho de visitarse la gente unos a otros (Hch 7,26; 15,36; cf. también Mt 25,36.43; Sant 1,27), o en otros sentidos diversos (Hch 6,3; 15,14; cf 1,20). Sobre este tema ver R, Maddox, Purpose, p.46-51).

10-4. Persecución

¿Estaba siendo perseguida la Iglesia lucana? Según G. Braumann y F. Schütz, estaba sometida a graves persecuciones (cf. Maddox, Purpose p. 80).

Sin embargo un análisis de los textos no da la impresión de que Lucas estuviese obsesionado con la persecución.

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Mujeres

11-1. Abundancia de personajes femeninos

El tercer evangelio puede ser considerado como el evangelio de las mujeres. María, Isabel (1,39-45, 57-60), la profetisa Ana (2,36-38), Herodías (3,19 común a los sinópticos), la suegra de Simón (4,38-39 común a los sinópticos), la viuda de Naím (7,11-15), la pecadora en casa de Simón (7,36-50), las mujeres que servían a Jesús (8,2-3), la hija de Jairo y la hemorroísa (8,46-56 común a los sinópticos), María y Marta (10, 38-42 también en Juan), la mujer que llamó a María bienaventurada (11,27-28), la mujer encorvada (13,10-17), la referencia a la mujer de Lot (17,32), la viuda pobre (21,1-4 también en Marcos), la criada en el patio del sacerdote (22,56 común a los 4 evangelios. dos veces en Mt y en Mc), las mujeres en el camino del calvario (23,27-31), las mujeres presentes en la crucifixión (23,49, común a los sinópticos), las mujeres en la tumba (común a Mc y Mt).

Podemos añadir dos parábolas propias de Lucas en las que aparecen mujeres: la moneda perdida (15,8-10), la viuda y el juez injusto (18,1-8), y la parábola de la mujer y la levadura (13,20-21 común con Mt), o la parábola de las mujeres moliendo (común con Mt).

Podemos notar estas mujeres ausentes en Lucas: la mujer sirofenicia (Mt, Mc), la mención de Salomé, hija de Herodías (Mt, Mc), la madre de los hijos del Zebedeo (Mt), la mujer que ungió a Jesús en Betania (paralelo de la mujer pecadora en Lc), y la parábola de las diez vírgenes (Mt).

Hay 20 menciones de mujeres, de las cuales 9 son comunes con la tradición de Marcos. Esto nos deja 11 historias originales con personajes femeninos, y dos parábolas originales sobre mujeres, lo cual nos da un total de 13 menciones originales. A esto hay que añadir el tratamiento especial dado a María y el número de relatos originales sobre ella (Sobre todo el tema del mujer en Lucas ver la sección bibliográfica correspondiente en nuestra bibliografía de Lucas)..

11-2. Mujeres discípulas

Sólo Lucas reseña el hecho de que había un grupo de mujeres discípulas, asociadas a Jesús en su ministerio, incluso en un tiempo anterior a la época de Hechos en la que todos los seguidores de Jesús son llamados discípulos.

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Lucas no tiene problema en presentar a las mujeres ejerciendo un ministerio como profeta (las hijas de Felipe: Hch 21,9), o como maestra de un importante dirigente varón cristiano (caso de Priscila y Apolo: 18,26), o como anfitriona de una domus ecclesiae (María, la madre de Marcos: 12,12-17), o como primera convertida de una nueva región (Lidia: 16,14). Las mujeres están siempre presentes en el crecimiento de la Iglesia en Jerusalén (1,14; 12,12-17), Joppe (9,36-42), Filipos (16,11-15), Tesalónica (17,4), Berea (17,12), Atenas (17,34), Corinto (Priscila.- 18,1-3), Éfeso (18,19-26).

11-3. Ascetismo sexual

Sólo Lucas menciona entre la lista de las personas a las que habría que renunciar por el evangelio a la "mujer" (18,29; 14,26). El haberse casado puede ser un impedimento para responder a la llamada al banquete (14,20). En el texto sobre la ley del levirato, uno podría leer en la formulación lucana que los hijos de la resurrección no se casan ni siquiera en esta vida (20,36 Mc 12,25). Marcos dice "Cuando resuciten los muertos, no se casan"; en cambio Lucas dice: "los hijos de este siglo se casan… pero los que sean dignos de poseer el siglo futuro, no se casan". Se alaba la virginidad de María y la abstinencia de Ana la profetisa. Las hijas de Felipe que profetizaban eran vírgenes (Hch 21,9).

11-4. Pudor

Lucas es muy recatado en su lenguaje acerca de la sexualidad. Donde Marcos decía "semilla de Abrahán", Lucas dice "hijos de Abrahán" (Lc 20,29 Mc 12,20).

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11-5. Parejas de hombre y mujer

Aunque esta técnica no es original de Lucas, el evangelista la ha empleado repetidamente para insistir en el carácter inclusivo de la llamada de Jesús, emparejando hombres y mujeres en su respuesta al Evangelio. Flender (St. Luke Theologian of Redemptive History), nos explica el paralelismo complementario que hay en el emparejamiento de hombre y mujer en Lucas. "Gracias a este emparejamiento Lucas expresa que el hombre y la mujer están emparejados en la presencia de Dios. Son iguales en el honor y en la gracia, tienen los mismos dones y las mismas responsabilidades.

Veamos las parejas en Lucas, aunque él no haya sido el creador de este género. Hay dos tipos de parejas:.

clase– Unidad de dos historias breves en las que se subraya el mismo punto o que tienen una función similar, una a propósito de un hombre, y otra a propósito de una figura femenina. Algunas de estas parejas vienen ya de Q, mientras que otras están tomadas de Marcos. Pero en muchos casos la historia acerca del hombre viene de las fuentes mientras que la historia de la mujer es original de Lucas. Por ejemplo el hombre que tenía 100 ovejas (Mateo) y la mujer con las diez monedas (original de Lucas). Algunas veces ambas historias son propias de Lucas (Zacarías e Isabel, Simeón y Ana, la viuda y el juez, Eneas y Tabita).

2ª clase- Parejas arquitectónicas. Relatos semejantes en contextos y partes diferentes del evangelio quedan vinculados mutuamente por la presencia en ellos de figuras masculinas y femeninas (por ejemplo, el sermón de la montaña viene precedido por una lista de diez discípulos, mientras que el sermón de las parábolas viene precedido por una lista de mujeres que servían a Jesús.

Veamos una lista en la que se incluyen parejas de ambos tipos, la primera lista es del evangelio y la segunda de los Hechos:

1.- 2 anunciaciones: María y Zacarías.

2.- 2 canciones: María y Zacarías.

3.- 2 profetas: Simeón y Ana.

4.- 2 milagros de curaciones de extranjeros en el AT, la viuda de Sarepta y Naamán.

5.- 2 primeros milagros: el poseído de la sinagoga y la mujer de Pedro.

6.- 2 listas de discípulos: apóstoles (6,12-19), y mujeres que servían a Jesús (8,1-3).

7.- 2 liberaciones de la muerte: el siervo del centurión y el hijo de una viuda.

8.- 2 gentiles serán acusadores contra Israel: los Ninivitas y la reina del sur.

9.- 2 "liberaciones": la mujer encorvada y el hombre hidrópico (13,10-16; 14,1-6).

10.- 2 hijos de Abrahán en necesidad de salvación: Zaqueo y la mujer encorvada.

11.- 2 jóvenes que son resucitados. Un joven y su madre, y una niña y su padre.

10.- 2 parábolas de escondimiento: el hombre y la mostaza, la mujer y la levadura.

11.- 2 parábolas de hallazgo: el hombre, las ovejas; la mujer, las monedas.

12.- 2 personas son tomadas: hombre durmiendo, mujeres moliendo.

13.- 2 ejemplos de oración: la mujer que suplica al juez, el publicano en el templo.

14.- 2 grupos de seguidores de Jesús en la vía dolorosa: Simón y las mujeres.

15.- 2 grupos de observadores en la cruz: mujeres y conocidos masculinos.

16.- 2 grupos de testigos de la resurrección: mujeres, discípulos de Emaús

1.- El Espíritu es derramado sobre mis siervos y mis siervas (Hch 2,18)

2.- Ananías y Safira

3.- Eneas y Tabita

4.- El tullido de Listra y la sirvienta mántica de Filipos

5.- Dionisio y Damaris

6.- Priscila y Áquila

7.- Félix y Drusila

8.- Agripa y Berenice.

La importancia de esta técnica de emparejamiento se muestra sobre todo en lo que hemos llamado parejas arquitectónicas, como la de las mujeres ministras y los discípulos.

Oración

12.1. Alabanza

Lucas es el evangelista de la alabanza:. 1,46; 1,64; 2,13.20.28.38; 5,25-26; 7,16; 13,13; 17,15; 18,43; 19,37; 23,47; 24,53; Hch 2,47+; 4,21; 11,18; 21,20. Es típico de Lucas introducir un coro de la multitud que juntan sus voces para cantarle. Los pastores se regresaron alabando y dando gloria a Dios por todo lo que habían visto" (Lc 2,20). Tras la curación del paralítico, "quedaron todos asombrados y alababan a Dios llenos de pasmo diciendo: "Hemos visto hoy cosas extraordinarias"" (5,26). Después de la curación del ciego de Jericó: "Toda la gente que lo vio alababa a Dios por lo que había ocurrido" (18,43). Incluso en el momento de la muerte de Jesús el centurión al pie de la cruz alababa a Dios (23,47).

12-2. Himnos

En el evangelio de la infancia aparecen los cuatro himnos: Benedictus, Magnificat, Gloria, Nunc dimittis. Una parte importante del evangelio de la infancia está en verso. Los cantos de Zacarías y de María, y el cántico de Simeón son salmos según el estilo del AT. Otros textos que podrían imprimirse como versos son las palabras de Gabriel a Zacarías y a María, el canto de los ángeles en Belén, la profecía de Simeón… No es difícil componer salmos a la manera del Antiguo Testamento. En Qumrán hay un manuscrito de salmos mostrando cómo eran piezas habituales de la literatura de aquella época.

Los cánticos de Lucas están todos ellos incrustados con referencias al Antiguo Testamento, hasta el punto de parecer un collage de versos de los LXX. Pero no se trata simplemente de un barniz bíblico, ni de un polvillo de expresiones bíblicas espolvoreado para dar una pátina de antigüedad

Sin embargo Lucas no se ha limitado a usar el método de cortar y pegar. Esos mismos salmos están llenos de referencias literarias a los grandes temas que estructuran su evangelio, la visita de Dios a su pueblo, la acción divina que subvierte el orden establecido, el cumplimiento de las antiguas promesas a Israel, la alegría de la salvación, las referencias a Abrahán. En el cántico de Simeón hay ya un prenuncio de la salvación a los gentiles, que será un tema tan importante de la doble obra lucana.

12-3. Alegría

La alegría es la nota dominante en el evangelio de la infancia 1,28.46.58; 2,10. y en el resto del evangelio y los Hechos. 10,17.20; 13,17; 15,7,32; 19,6.37; 24,41. Hch 2,46+

El vocabulario utilizado en Lucas/Hechos para expresar la alegría es enormemente rico y lleno de matices.

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Describen la reacción de Zacarías al nacimiento del Bautista (1,14), la propia reacción de Juan en el vientre de su madre (1,44), el canto de María (1,47), y la exultación de Jesús en el Espíritu (10,21).

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Tal es la alegría anunciada por los ángeles a los pastores (2,10); la alegría de los discípulos que retornan de su jira apostólica (10,20), la de Zaqueo al recibir a Jesús en su casa (19,6); la alegría de los discípulos a la vista del Señor resucitado (24,1) o al regresar a Jerusalén después de la ascensión (24,52).

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Especialmente durante el relato del viaje, que contiene el material más típicamente lucano, encontramos 20 referencias a la alegría, y diez perícopas en las que este tema es básico. Los motivos para esta alegría son sorprendentes: ser pobre, llorar, tener hambre, ser perseguido (6,20-22), los signos ya presentes del Reino, el hecho de que los demonios sean expulsados (10,17), y el que el nombre de los discípulos esté escrito en el cielo (10,20), la revelación de la gracia a los pobres (10,21), la escucha y la guarda de la palabra de Dios (10,38-41), la sanación de los enfermos (13,36), y el ser servidos por el amo a quien uno ha sido fiel (12,37).

En el libro de los Hechos vemos cómo esta alegría sigue estando presente no menos que en el evangelio. La ciudad de Samaría se llenó de gozo al escuchar la noticia de la salvación (Hch 8,8). Es la misma alegría del eunuco etíope que regresó a casa después de haber sido bautizado (Hch 8,39), o del carcelero de Filipo invitando a Pablo y a Silas a hospedarse en su casa (Hch 16,34) o la de los gentiles de Antioquía de Pisidia (Hch 13,48.52), y la de todos al enterarse de la noticia de que los Gentiles habían comenzado a creer en Jesús (Hch 15,3). Es la alegría de los creyentes de Antioquía de Siria cuando se enteraron de que la disputa entre las iglesias había terminado (Hch 15,31). De un modo especial la alegría se expresa en la alabanza (Hch 5,41; 8,8.39; 11,23; 12,4; 13,48-52; 15,3. 23.31; 20,24).

12-4. La oración de Jesús

Lucas se refiere a la oración de Jesús 13 veces. Sus oraciones son siempre escuchadas. Siempre se dirige a Dios con la palabra Padre En el evangelio de Lucas hay 13 referencias a la oración de Jesús, tres de ellas tomadas de Marcos, 1 más tomada de Marcos pero reelaborada, 1 de Q y 2 de sus propias fuentes. Un total de 6 se pueden considerar como adiciones redaccionales de la pluma de Lucas mismo.

1.- oración en el Bautismo (3,21) Redaccional

2.- después de la curación del leproso (5,16) Redaccional.

3.- la noche antes de escoger a los doce (6,12) Redaccional

4.- en la bendición de los panes (9,16) M/M

5.- antes de la confesión de Pedro (9,18) Redaccional.

6.- en la transfiguración (9,28-29) Redaccional

7.- exultación en el Espíritu Santo (10,20) Q

8.- antes de enseñar el Padre Muestro (11,1) Redaccional

9.- bendición de pan y vino en la última cena (22,17.19) M/M

10.- oración en favor de Pedro (22,31-32) L? Redaccional?

11.- oración en el monte de los Olivos (22,42) M/M

12.- oración por sus verdugos (23,34) L? Redaccional?

13.- oración en el momento de morir (23,46) Reelaborada

En la mayor parte de estos casos no hay necesidad de postular nuevas fuentes; las adiciones de Lucas pueden ser simplemente redaccionales. Cuando Lucas insiste tanto en la oración de Jesús su intención es parenética. Jesús ora en los momentos clave de su vida y su misión, cuando el propósito del Padre está siendo revelado. Así la oración de Jesús puede ser fuente de inspiración para la plegaria de los discípulos.

12-5. Jesús ora a Dios como Padre

Todas las oraciones de Jesús en Lucas comienzan con la palabra "Padre", aunque, como ya hemos dicho, Lucas nunca trae el original "Abba" dada su tendencia a evitar palabras arameas (cf. ficha 1-8). Esta palabra se repite cinco veces durante la plegaria de exultación. Después de haber llamado a Dios "Padre", cuando luego se dirige a sus discípulos se refiere a él en tercera persona como "mi Padre".

Esta oración no sólo revela la relación única que une a Jesús con Dios, sino también su capacidad para extenderla a sus discípulos. Las palabras y oraciones de Jesús en relación con el Padre son muy originales en el relato lucano. Padre es la primera palabra que Jesús pronuncia en el templo, a la edad de 12 años. Padre es la última palabra que pronuncia en la cruz antes de morir. Hay una vitalidad radiante en la vida de oración de Jesús que causó una profunda impresión en sus oyentes. Esta oración de "Abba" debe ser relacionada con Jesús mismo, según el famoso estudio de Jeremías. El vocativo muestra una facilidad de acceso y una intimidad que constituyen el perfecto equilibrio entre la inmanencia y la trascendencia.

En su oración Jesús mora en la intimidad del Padre y el Espíritu. En momentos deja a sus discípulos para quedarse a solas con Dios. En la escena de Getsemaní Jesús no toma consigo a los tres discípulos, no vuelve a ellos tres veces pidiendo solidaridad. En la escena de Getsemaní de Lucas Jesús ora solamente una vez. Sólo vuelve a los discípulos después de acabar su oración. Durante su oración Jesús está solo. Jesús en realidad no está solo cuando está en oración. Es en la oración cuando Jesús se encuentra verdaderamente acompañado, en la compañía de quien se encuentra en su mismo nivel.

12-6. La oración de Jesús es siempre atendida

Las oraciones de Jesús siempre son atendidas. Cuando ora en el Jordán recibe el Espíritu Santo. Después de orar en el monte, escoge a sus doce apóstoles. Después de su oración nocturna Pedro recibe la revelación divina para confesarle como Mesías. Después de su oración los discípulos aprenden el Padre Nuestro. Pedro se convierte porque Jesús había orado por él.

12-7. Intercesión

Lucas insiste en el valor de la oración de petición y la intercesión. En el intervalo entre la primera y la segunda venida, la Iglesia tiene que orar para evitar la tentación (Lc 22,40, 46; Hch 2,42.46). La misma oración del Padre Nuestro que reconoce la prioridad del Reino de Dios, nos lleva a considerar también las necesidades humanas (11,2-4). La petición de Zacarías fue escuchada (1,13), como también las oraciones de Ana (2,37).

Vemos a mucha gente dirigiéndose a Jesús con sus ruegos, la familia de Simón (4,38), el leproso (5,12), los siervos del centurión (7,4), Jairo, el padre del niño epiléptico (9,38), el mendigo ciego (18,37-42). Mediante pequeños toques redaccionales Lucas ha puesto de relieve el valor de la súplica.

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Como hemos visto, no se trata sólo de orar por uno mismo, sino que también se puede interceder por otros. Cuando Jesús oraba antes de la confesión de Pedro, sus discípulos estaban con él (9,18). La revelación que Pedro recibe es fruto de la oración de Jesús también oró por Pedro (22,31). Y nos anima a orar para que el Señor envíe trabajadores a su mies (10,2).

Si Lucas se interesa tanto por los momentos de oración de Jesús durante su existencia terrestre, no es principalmente para proponérnoslos como modelo de oración, sino para que nos ayuden a comprender cómo es la intercesión que sigue realizando ahora en el cielo, como continuación de aquella oración que realizó en la tierra. Jesús ha intercedido por sus discípulos y por Pedro especialmente y la oración de intercesión de Jesús es siempre escuchada..

Personas

13-1. Valor de los nombres

En Lucas las personas se dirigen unas a otras por sus nombres: Simón, el fariseo (7,43), Marta (10,40), Zaqueo (19,5), Simón Pedro (22,31), el ladrón a Jesús (23,42). Ver también los Hechos de los Apóstoles: 5,3; 9, 4.10.17.34.40; 10, 3.13.31; 11,7; 22,7.13; 26,14.24.

13-2. Abrahán

Partes: 1, 2, 3
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