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Personalidades femeninas: su importancia en el patrimonio cienfueguero


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Resultados
  4. Clotilde Antonia del Carmen Rodríguez López ("La Hija del Damují")
  5. Ana Josefa Antonia Fernández Velazco (Pedagoga, patriota y benefactora)
  6. María de las Mercedes Dolores Leandra Matamoros del Valle ("Ofelia") (Poetisa)
  7. Luisa Martínez Casado (Actriz)
  8. Rita Suárez del Villar ("La Cubanita")
  9. Ana Carlota de la Cruz Aguado Andreu ("La calandria cienfueguera")
  10. Raimunda Paula Peña Álvarez (Paulina Álvarez "la emperatriz del danzonete")
  11. María de Lourdes y Cristina Giral Andreu (Revolucionarias y mártires de la tiranía batistiana)
  12. Anexos
  13. Conclusiones
  14. Referencias bibliográficas

Resumen

La presente investigación tiene como objetivo fundamental abordar la presencia de importantes personalidades femeninas que conforman parte de la memoria histórica del patrimonio cienfueguero, materializado en documentos, tarjas, esculturas o edificaciones, cuya preservación permite su reconocimiento sociocultural, necesario para que estudiantes, investigadores y población en general, puedan identificar su valioso legado. Con ello, nuestra historia local adquiere un verdadero sentido de pertenencia de nuestra identidad.

La metodología utilizada fue la inventarización de las evidencias físicas existentes a escala urbana, en archivos y bibliotecas, entrevistas abiertas a profesores de centros educacionales, directores y especialistas de museos, así como guías turísticos y revisión bibliográfica relacionada con el patrimonio local.

Los métodos empleados permitieron comprobar la carencia de información sobre la temática estudiada, así como la existencia de pocas acciones de revalorización y conocimiento de las personalidades estudiadas, por parte de las entidades encargadas de su promoción y divulgación, con fines educaciones, turísticos y como elementos identitarios significativos para la población en general.

Introducción

Un aspecto relevante en la historia de cualquier comunidad lo constituyen aquellas personas que por la significación de sus actividades, devienen en personalidades que marcan el período histórico en que se desarrollaron.

Estas notables figuras dejan su impronta a lo largo del tiempo y conforman la memoria histórica del patrimonio local, ya sea en documentos bibliográficos o en tarjas, esculturas o edificaciones que resultan de vital importancia para la preservación y difusión de la vida y obra de aquellos que nos antecedieron e identifican hoy los valores patrimoniales de nuestra Patria Chica.

Trabajar para la conservación de las evidencias existentes sobre dichas personalidades es tarea primordial de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Centro Provincial de Patrimonio, como vía idónea de lograr su reconocimiento sociocultural.

Con tales propósitos, el objetivo esencial de la presente investigación es abordar la presencia de importantes personalidades femeninas a partir de la valoración de sus acciones, materializadas hoy en diversas modalidades expresivas, necesarias para que estudiantes, guías de turismo, investigadores y población en general, puedan identificar su valioso legado. Con ello, nuestra historia local adquiere un verdadero sentido de pertenencia de nuestra identidad.

Como premisa, se parte de la siguiente situación problémica: ¿Cómo contribuir al fomento de acciones que permitan el reconocimiento de las personalidades femeninas cienfuegueras, cuyo legado enorgullece la historia y la cultura locales, a fin de potenciarlas como elementos identitarios que requieren de reconocimiento entre visitantes y cienfuegueros en general.

Desde el punto de vista teórico, la investigación constituye un material de apoyo, válido para la docencia en los diferentes niveles de enseñanza del territorio, la capacitación sociocultural del capital humano del sector turístico y con posibilidades de ser publicada total o parcialmente en diferentes medios.

Referido al tema abordado, fueron consultadas las planillas de inventario existentes en la Oficina del Conservador de la Ciudad, muchas de las cuales fueron completadas en su información, documentos existentes en la misma y el Centro provincial de Patrimonio, investigaciones anteriores de las autoras, el Arq. MSc. Irán Millán Cuétara y el MSc. David Solewr Marchán, relacionadas con la historia y el patrimonio cienfueguero, así como publicaciones periódicas locales y páginas web.

La elaboración de un material único, que resuma el quehacer de las personalidades femeninas investigadas, resulta novedoso, en tanto sólo existe información dispersa en diversas fuentes documentales, accesibles en la mayoría de los casos solamente a investigadores acreditados.

Resultados

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Aunque envueltas en la magia de nuestras leyendas locales, existen dos esculturas alusivas a figuras femeninas que hoy se reconocen como identitarias de la historia y la cultura cienfuegueras. Estas son: la escultura de la india Guanaroca y la denominada Bella durmiente.La primera, ubicada en lo que conocemos como la rotonda (calle 37 y avenida 0) fue realizada por proyecto constructivo del Arq. Irán Millán Cuétara y la afamada escultora cubana Rita Longa Aróstegui. Está inspirada en una de las más hermosas leyendas del período prehispánico, relacionada con el surgimiento de la vida en la región, así como la formación de la laguna de Guanaroca y los cayos del interior de nuestra hermosa y fortificada bahía de Jagua. Los materiales que se emplearon en su ejecución fueron bloques, piedra

y estuco para el estanque y latón y bronce para la representación de la india. Su emplazamiento se llevó a cabo el 10 de julio de 1988 y con este conjunto escultórico de grandes valores artísticos y ambientales se ha logrado una elegante perspectiva espacial para esta importante zona citadina y un incentivo para el conocimiento de nuestras hermosas leyendas precolombinas.

La escultura reconocida como "la bella durmiente" en el decir popular, también ha devenido en legendaria imagen del Cementerio de Reina, Monumento Nacional desde el 30 enero de 1990, por ser el único de su tipo en el país que conserva sus paredes en forma de nichos verticales, como se realizaban las exhumaciones durante nuestro siglo XIX.

Clotilde Antonia del Carmen Rodríguez López ("La Hija del Damují")

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Esta destacada personalidad cienfueguera nació en esta ciudad el 3 de junio de 1829. Fue la primera poetisa reconocida por su talento artístico en Cienfuegos. También se destacó como pedagoga, faceta en la que su mayor mérito consistió en enseñar gratuitamente la instrucción primaria a niños pobres.

A pesar de no pertenecer a una familia adinerada, Clotilde del Carmen Rodríguez poseía una vasta cultura. Dominaba los idiomas inglés y francés y su casa era punto de reunión para los amantes de las letras. Según refieren los historiadores locales Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas, el libro que recogía los versos de esta poetisa apareció publicado sin su consentimiento. (1). Esta recopilación, realizada por Antonio González Curquejo, contiene los poemas "La Tarde", "La lluvia", "A la niña Anita Buigas, remitiéndole un ramo de flores", "Pensamientos", "Colón y Las Casas" y "Noches de Cuba", mientras que en el documento mecanografiado que se conserva en la Biblioteca Provincial "Roberto García Valdés" aparecen algunos otros que responden a los siguientes títulos: "A orillas del río Jabacoa", "Un socorro tardío", "A orillas del mar", "Melancolía al morir la tarde" y "Las nubes".

En este mínimo conjunto de once poemas predominan, desde el punto de vista formal, las composiciones en versos de arte mayor, endecasílabos sobre todo. Incluso en la titulada "Pensamientos" se utilizan alejandrinos y versículos. También aparecen algunos en que la autora emplea una estructura que semeja la de la oda o la silva, si se atiende a la métrica, ya que en ellas se combinan endecasílabos con heptasílabos, pero si se examina la rima, esta prácticamente está ausente o cuando más son consonantes en una estrofa solamente los versos pares, mientras en otros sitios se trata de introducir una cierta asonancia que para nada tiene que ver con la identidad de la estrofa. (2) Las temáticas abordadas en su poesía pueden catalogarse en líricas o sentimentales y civiles o históricas. (Ver Anexo 1)

También se destacó como dramaturga. Escribió varias comedias en prosa y en verso y un drama titulado "César". Entre las primeras producciones, o sean las comedias, merecen especial mención las tituladas "Fe, Esperanza y Caridad", en dos actos y tres cuadros, y "Aprieta pero no ahoga", en dos actos. Su mejor producción de este género parece ser la comedia de costumbres cubanas y de marcado sabor local intitulada "Una noche en el campo", o "El velorio de la Caridad", considerada por los críticos como una filigrana literaria. Esta alusión a la crítica nos hace suponer que las mencionadas obras fueron representadas, pero consideramos que en tan temprana fecha del desarrollo de la localidad, las representaciones se realizaran por artistas aficionados al arte, también mencionados por los historiadores citados.

No obstante los incuestionables valores señalados, que de hecho constituyen sobrados méritos para su reconocimiento, consideramos que su mayor aporte al territorio fue el diseño y confección de la bandera de Cienfuegos y este hecho sirve para aludir a otra de sus más significativas virtudes: su patriotismo e independentismo.

Nuestra bandera, inspirada en los colores de la bandera francesa, símbolo desde 1789 de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, fue elaborada por esta patriota para que sirviera de estandarte a las tropas cienfuegueras que se alzarían en armas el 7 de febrero de 1969, durante nuestra primera campaña independentista de la metrópoli hispana. En manos del también revolucionario cienfueguero German Barrios Houard, quien alcanzara el grado militar de Teniente Coronel y Jefe del

Estado Mayor del General Adolfo Fernández Cabada, la bandera expresó el sentir de los más dignos ideales de emancipación de esta región.

Sobre fondo tricolor, la bandera tiene símbolos identitarios que se refieren a elementos representativos de la época: en la franja azul, una cruz equilátera blanca que recuerda la religión cristiana; en la blanca, el escudo local y en la derecha aparecen tres triángulos rojos con una estrella blanca en el centro, en alusión a la bandera cubana.

Por sus grandes aportes a la historia y la cultura de Cienfuegos a Clotilde del Carmen Rodríguez, identificada como "la Hija del Damují", le fue erigido el 24 de febrero de 1921, un busto de mármol blanco, en la esquina suroeste del parque José Martí (avenida 54 y calle 25) por iniciativa de Pedro Modesto Hernández, prestigioso promotor de la vida sociocultural cienfueguera. En el pedestal se aprecia la siguiente inscripción:

A Clotilde del Carmen Rodríguez

Su ciudad natal.

"La Hija del Damují", poetisa, modelo de virtudes cristianas y ferviente patriota.

También fue ubicada en 1950 una tarja en el lugar donde nació en Calle 31 entre las avenidas 50 y 52, en la fachada lateral de lo que años después fuera el Centro Mercantil. El texto de la tarja dice:

Clotilde A. del Carmen Rodríguez

La Hija del Damují

Exquisita poetisa y patriota cienfueguera

Abrió sus ojos al mundo en este lugar

El 3 de junio de 1829

Y los cerró para siempre el 15 de abril de 1881

Las sacerdotisas del Hogar

"La Hija del Damují No. 23

Orden Caballero de la Luz, INC.

Perpetúa este recuerdo a tan

Destacada Heroína

Cienfuegos 3 de junio de 1950

Evidencias patrimoniales existentes:

Bandera de Cienfuegos, escultura en la esquina suroeste del parque José Martí (avenida 54 y calle 25) y tarja en su casa natal (Calle 31 entre las avenidas 50 y 52)

Ana Josefa Antonia Fernández Velazco (Pedagoga, patriota y benefactora)

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Aunque nacida en Santa Clara el 8 de marzo de 1848, realizó su labor pedagógica y de beneficencia en Cienfuegos y fue conocida como Anita Fernández. Su primera maestra fue Nicolasa Pedraza y Bonachea que supo preparar a la generación que en 1869 secundó el levantamiento independentista en "El Cafetal", antiguo barrio de Manicaragua. El 7 de junio de 1865 recibe Diploma de Socia Facultativa de la sección de Literatura" concedido por la "Sociedad Filarmónica de Villaclara".

De familia patriota, al producirse el alzamiento de Yara el 10 de octubre de 1868, se incorpora a la lucha, bordando los escarpelos para los primeros revolucionarios villaclareños. Su casa sirve de sede a las reuniones de la Junta Revolucionaria de Villaclara. Un apunte de la propia Anita Fernández señala: "Tuvimos que emigrar a la ciudad de Cienfuegos, pues teníamos siempre al Capitán Zurbano rondándonos la casa donde incesantemente estaban llegando del campo insurrecto, en el cual estaban todos los hombres de mi familia". (4) Se traslada a Cienfuegos y pronto se reconocen su talento, cultura y buenas costumbres y varios padres le solicitan la educación de sus hijas, aclarándoles que ella no tenía el título de maestra. Florece su carisma de educadora, lo cual le permite el sostenimiento de su familia y alcanza el título de profesora en el año 1874. Su pedagogía, correspondiente a su época, se fundamentó en valores evangélicos: confraternidad entre todas las compañeras, enseñándolas a prestarse mutuo apoyo, igualdad entre todas las niñas, aboliendo los privilegios de castas y jerarquías. Impartía Aritmética, Geografía e Historia de Cuba, que enseñó a través de su propio ejemplo al haber laborado por la causa de la independencia con valor, tenacidad y constancia. En 1879 la Junta Local de Instrucción Pública premia su labor educativa.

Al producirse el alzamiento de 1895 se incorpora al Club revolucionario de Cienfuegos y al decir de su presidente Lino Hernández: "Anita con sus prédicas constantes nos animaba y daba alientos" (5) Ella misma apunta: "en la Guerra de Independencia para poder enviar los anteriores auxilios, tuve que vender mis prendas y cristales pues yo sólo tenía mi trabajo". (6) Hace referencias al avituallamiento de ropas, medicinas, comida y otros a los necesitados durante la contienda.

Cuando se desata la bochornosa acción conocida como la "reconcentración" acometida por Valeriano Weyler en 1896, Anita proyecta fundar el "Asilo Huérfanos de la Patria", el que se funda el 1 de enero de 1899 en las calles de Santa Elena y Hourruitiner, en una vivienda ofrecida por Pedro Modesto Hernández. Anita preside el Comité Organizador. Este asilo se traslada sucesivamente para la calle San Carlos, luego para el Paseo de Vives y, finalmente, para el Cuartel de Infantería en Santa Cruz y Tacón.

El 9 de septiembre de 1901 El "Asilo Huérfanos de la Patria" dejó de funcionar gracias a las influencias que se movieron cerca del gobernador militar. Los niños fueron confiados a sus familiares, personas caritativas y, en algunos casos, llevados a La Habana a la Escuela de Artes y Oficios o la Casa de Beneficencia, esta última a cargo de las "Hijas de La Caridad de San Vicente de Paul", quienes a partir de 1926, por solicitud de Monseñor Valentín Zubizarreta, atenderían el nuevo Asilo fundado con el nombre " Anita Fernández", bajo la asistencia espiritual de los sacerdotes jesuitas.

En 1902, Manuel Felipe Ledón, director del Instituto de segunda Enseñanza de Santa Clara, escribe en la publicación periódica "El Villareño": "… que se diafanice más y más la historia inmaculada de esta villareña de las primeras de nuestro profesorado, de las primerísimas en el ideal revolucionario separatista… Porque ella redactó las primeras comunicaciones de la "Junta Revolucionaria Villaclareña", presidida por Miguel Jerónimo Gutiérrez…" (7)

El 7 de agosto de 1912 por suscripción popular se le otorga la escritura pública de la casa de Argüelles # 268; posteriormente se traslada para Cristina # 75, casa que ofrece para que allí se instale la escuela de Marsillán y presta así un nuevo servicio a la causa de la educación popular. Entonces se muda a San Luis # 35 y finalmente fue a vivir en San Fernando # 286 entre Cid y O'Donell, hoy Avenida 54 # 4514.

Fallece el 22 de enero de 1922, víctima de una larga enfermedad. Sus restos mortales fueron depositados en la Bóveda # 13 del Primer Patio del Cementerio Municipal de Reina.

El 22 de mayo de 1926 se devela un monumento suyo en el asilo que llevaba su nombre en el reparto Tulipán, primero ocupado por el internado de enseñanza especial "Octavio García Hernández" y donde hoy radica la Escuela de Instructores de Arte, de igual nombre, inaugurada por Fidel el 28 de septiembre del 2001.

Evidencias patrimoniales existentes:

Escultura en la Escuela de Instructores de Arte "Octavio García"

María de las Mercedes Dolores Leandra Matamoros del Valle ("Ofelia") (Poetisa)

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Nacida en Cienfuegos el 13 de marzo de 1851, está considerada como la precursora de la poesía intimista femenina y una de las figuras claves del modernismo hispanoamericano, al nivel de la uruguaya Juana de Ibarburu y Alfonsina Storni de Argentina. Utilizó el seudónimo de Ofelia y también recibió el epíteto de "La alondra ciega". Huérfana de madre desde los tres años, su padre fue su primer mentor; con él aprendió inglés y francés

e inició sus lecturas literarias. Su vida estuvo marcada por sacrificios personales y penurias económicas. Según el escritor cubano José Lezama Lima: en sus versos es "donde la mujer expresa la más secreta voz de sus instintos, renunciamientos, apetencias, frustraciones.

En esa dimensión su colección de sonetos El último amor de Safo, abunda en esas condiciones que le dan su calidad de precursora de una poesía apasionada, en el núcleo de los instintos. Buscó en los amores mitológicos los símbolos donde su pasión podía cumplirse cabalmente sin disimulos ni limitaciones". (8)

Radicada en Guanabacoa, Ciudad de La Habana, en 1867 dio a conocer sus primeros artículos de costumbres en las publicaciones periódicas El Siglo y El Occidente. Más tarde colaboró en La Opinión (1868). De 1878 a 1880 colaboró en El Triunfo. Publicó en El Almendares y además en la Revista de Cuba de 1880 a 1883. A partir de 1884 graves problemas familiares la aíslan de las letras, se dedica al magisterio particular y labora en el colegio María Luisa Dolz.

Poseedora de una vasta cultura y el dominio de varios idiomas, tradujo al español obras de grandes poetas ingleses, irlandeses, franceses y alemanes. Tradujo a Byron, Longfellow, Chaucer, Tennyson y Thomas Moore, del inglés; del francés, a André Chenier y a Vigny, y del alemán a Goethe y a Schiller. (9) Hacia 1879 su poesía alcanza gran reflejo en la prensa cubana y es también incluida en revistas de Europa y Sudamérica.

Su vida se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX, etapa de consolidación de la cultura y la identidad nacionales, y de las guerras por la independencia de la Patria. Fue contemporánea de Julián del Casal, Juana y Dulce María Borrero, Enrique José Varona, y del Héroe Nacional José Martí, quien escribió sobre un abanico de la poetisa hermosos versos, dedicados a ella:

A Mercedes Matamoros: "Como las plegarias, pura; / como la cólera, altiva; / como tus sueños, triste; / como la inocencia, tímida; / tú, la doncella garbosa / en cuyos ojos anidan / blandas miradas de tórtola, / trágicas luces sombrías./ ¡Mercedes! Bien nos las hizo / quien dio encomienda a las brisas / de que bordaran tu cuna / del Almendar en la orilla / con hojas de nuestras cañas / y flor de nuestras campiñas." José Martí. (10)

La mejor de las obras de Mercedes Matamoros es el poemario El último amor de Safo. Lo componen veinte sonetos que consagran a la autora entre los grandes cultivadores de este género poético. Sus versos son fáciles, armoniosos y rotundos. Cada soneto dentro del poema encierra un pensamiento completo y se enlaza con los anteriores y con los siguientes solamente por el estado anímico que representa dentro del proceso de la pasión sentida por la protagonista de la obra. Algunos son verdaderas joyas labradas para lucimiento de antologías si no se supiera que la autora, enemiga del artificio se negó a introducir en ellos modificaciones de forma que críticos amigos le aconsejaron después de leer por primera vez los poemas. Si se quiere dar una impresión completa de su obra poética es imprescindible referirnos a la poesía patriótica, inspirada por un vehemente amor por Cuba que ella condensó en la contestación que diera a una encuesta hecha por «El Fígaro»: «-¿Si usted no fuera cubana, en dónde quería haber nacido?» «-Si yo no hubiera nacido en Cuba, quisiera haber nacido en Cuba.» Esto en cuanto a su amor por Cuba, que en cuanto a su idea de lo que es la Patria la encontramos definida en una estrofa de la Sensitiva XX:

Bastarán una flor, una armonía,

para acordarte de la ausente Patria,

Ella es tu madre, y por la madre siempre

derrama el hombre sus mejores lágrimas. (11)

Mercedes Matamoros también expresó su patriotismo cuando se presentó con el pelo suelto y un lazo azul en la cabeza, en el teatro Villanueva, la noche del 22 de enero de 1869, cuando los cubanos allí presentes hicieron sentir su apoyo a la lucha independentista que se libraba en la Isla desde el 10 de octubre de 1868. Existen testimonios de que, durante los diez años que duró la guerra no publicó nada, para no hacerlo en medios favorables a la metrópoli. Y, en la triste hora de la muerte de Martí en Dos Ríos, fue de las primeras en rendir lírico tributo al Apóstol. En sus rimas también late el drama de los aborígenes barridos por la colonización; y el del cimarrón asesinado, para quien no desea la resurrección si es para que vuelva a ser esclavo. Significativamente dedicó sus Siemprevivas a los ocho estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871. (Ver Anexo 2)

Es notable la discrepancia que existe en cuanto a la ubicación de Mercedes en las escuelas literarias: Aniceto Valdivia, por ejemplo, dice que "en la poesía cubana ella representa el clasicismo en toda su fuerza", Chacón y Calvo y Rafael Esténger la sitúan en el romanticismo, Hortensia Pichardo en el premodernismo y José Lezama Lima y Fina García Marruz la encasillan en el modernismo. Nosotros opinamos que su obra fue de un romanticismo algo mitigado hasta fines de la década del 70 del siglo XIX, pero a partir de 1878, cuando fueron enriqueciéndose sus dotes naturales con el trato personal de Martí, fue derivando hacia un premodernismo que salta a la vista en algunos de sus poemas.

En uno de ellos, el titulado "A una joven cantora" llega a combinar octosílabos y endecasílabos en una misma estrofa, que es antirrítmica según los preceptistas, opinión que compartimos, salvo cuando los versos están constituidos por pies dactílicos acentuales. El único antecedente que conocemos de esta combinación de metros musicalmente antagónicos es el de los poemas "Baile" y "Guantes Azules" de Martí, lo que prueba, a nuestro juicio, que él influyó directamente en ella, al menos en la versificación.Mercedes Matamoros falleció en Guanabacoa, Ciudad de La Habana, el 25 de agosto de 1906. A raíz de su muerte, Antonio González Curquejo afirmó que "era la más genial de las poetisas cubanas contemporáneas" y cierra su nota necrológica con estas palabras: "Descanse en paz la insigne poetisa cuyo nombre fulgurará siempre con luz intensa en el Parnaso cubano". (12)

En el paseo del Prado cienfueguero, (calle 37 entre las avenidas 52 y 54), en la patriótica fecha del 10 de octubre de 1921 y por iniciativa de Pedro Modesto Hernández, se erigió en su memoria un busto de mármol blanco de Carrara, de 3.00 ms. de altura, de gran valor artístico, ejecutado por el escultor E. Baralta.

El texto que aparece en el pedestal del busto dice:

Mercedes Matamoros

(Ofelia))

1858-1907

la desventurada cantora del dolor

su ciudad natal

Evidencias patrimoniales existentes:

Escultura en el paseo del Prado cienfueguero, (calle 37 entre las avenidas 52 y 54).

Luisa Martínez Casado (Actriz)

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Nace en Cienfuegos, el 28 de agosto de 1860. Se inicia en el teatro Avellaneda, fundado por su padre, Luis Martínez, a los tres años de edad. A los nueve recibe su primer elogio en la prensa local. A los 15 años fue contratada como Dama joven, estrenando la obra "O locura o santidad". En junio de 1878 se trasladó a España para estudiar declamación en el Conservatorio de Madrid donde obtuvo el primer premio en el concurso público celebrado a la terminación del curso.

Trabajó en los teatros Español, Jovellanos y Apolo, de Madrid; y en los principales de España, así como en casi todos los de Cuba y en los de Colombia, Méjico, Venezuela, Santo Domingo y Puerto Rico, entre otros. Obtuvo el 29 de noviembre de 1889 un gran éxito en el teatro Principal de Granada, con la comedia en tres actos Divorciémonos. En México durante una función a su beneficio, arrebatado el publico por el entusiasmo, le arrojó a la escena mil doscientos ochenta bouquet, ciento diecisiete coronas y más de mil doscientos ramilletes de rosas, la prensa mexicana la obsequió con una valiosa corona de oro, con la dedicatoria siguiente: La Prensa de Méjico a Luisa Martínez Casado. (13)

Contrajo matrimonio con Isaac de Puga, el 1 de enero de 1891.

Cuando se celebró en Cienfuegos un plebiscito para saber el nombre que debía ponerse al teatro construido en la esquina de Prado y Santa Clara, triunfó el nombre de Luisa Martínez Casado, como reconocimiento del pueblo cienfueguero a tan insigne actriz.

Casi todas las reseñas de sus actuaciones son elogiosas. Su único descalabro parece haber sido el Hamlet que hace con el actor Burón, según reseña el periódico Diario de La Marina. (14) Dio crédito a los traductores de las obras que representaba; algo no usual en la época, entre ellos a Ventura de la Vega, que tradujo a Scribe y José Echegaray, traductor de "María Rosa", de Guimerá.

Creó su propia compañía teatral que alcanzó gran éxito en España, pero eligió "hacer las Américas" en lugar de continuar allí una vida de éxito y seguridad. Falleció en esta el 28 de septiembre de 1925.

Existen valiosos exponentes relacionados con esta eminente figura del "arte de las tablas". En el Museo Histórico Provincial se muestran pertenencias y documentos que permiten apreciar su significación.

Evidencias patrimoniales existentes:

Documentos, fotos, accesorios de actuación, corona de laureles, en el Museo Histórico Provincial y cine-teatro "Luisa" en el Paseo del prado.

Rita Suárez del Villar ("La Cubanita")

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Hija de una acaudalada familia del centro sur de la Isla, Rita Suárez del Villar nació el 22 de marzo de 1865 en la ciudad de Cienfuegos. En singular combinación de fragilidad física y fortaleza de espíritu, muy pronto comienza a vincularse con jóvenes que a pese a su pertenencia a familias de regio linaje, reconocían los desmanes de la metrópoli española y abrigaban ideas independentistas. Así, el 13 de mayo 1896, fundó en Cienfuegos el primer Club Revolucionario, integrado por damas distinguidas del territorio y bautizado como ella misma, Cubanita, con la siguiente directiva: presidenta, Rita Suárez del Villar; vicepresidenta, Antonia Clark; secretaria, Martina Torralbas, y vocales, Caridad García, Amalia González, Josefa Trujillo, Natividad Hernández, Ana García y Elvira Reyes de Cárdenas. La organización constituyó una muestra de la labor patriótica femenina en apoyo a la contienda bélica que se desarrollaba en los campos de Cuba y sirvió de inspiración para la creación de otras con los mismos fines. Como presidenta, Rita exponía constantemente su vida, almacenando en su casa medicinas, provisiones, ropas, pertrechos de guerra y todos los materiales de auxilio que las patriotas cienfuegueras, integrantes de aquella directiva, lograban reunir, auxiliadas por mujeres y hombres de la ciudad.

Las informaciones respecto a la composición del ejército español, que Rita le hizo le hizo llegar a Máximo Gómez, devinieron factor importante para la estrategia del Generalísimo y de Antonio Maceo en el combate, y propició un saldo positivo para las tropas independentistas cubanas.

El propio Gómez reconoció que el Club fundado por Rita "había prestado muchos y muy valiosos servicios a la causa de Cuba durante la última guerra de independencia y que por medio del mismo se trasmitía con frecuencia la correspondencia oficial y particular al campo de la contienda y viceversa". (15)

Culminada la epopeya libertadora, la Cubanita continúa integrándose a organizaciones revolucionarias y antiimperialistas, como demostración de su inconformidad con la vuelta que la historia le había dado a la independencia de Cuba, que pasó de colonia de España a neocolonia de Estados Unidos. Tales son los casos del Comité Pro-Homenaje a Bayamo y del Comité de Damas, este último con el objetivo de construir en el Paseo de Vives y Zaldo, por suscripción popular, el Monumento a los mártires de la Independencia fusilados en la Playa de Marsillán.

Recibió múltiples condecoraciones y homenajes populares por los servicios prestados a la causa como insigne activista de la clandestinidad en los duros y difíciles días de la guerra.

Durante el gobierno del dictador Fulgencio Batista, se intentó manipular el nombre de Rita a favor de intereses del régimen, pero la patriota demostró siempre su desacuerdo y se retiró a vivir de su pensión en su casa alejada del centro de Cienfuegos, en el reparto La Juanita.

Tuvo una larga vida que alcanzó la segunda mitad del pasado siglo. Murió el 24 de octubre de 1961. Sus libretas de apuntes, documentos personales y un epistolario aparecen recogidos en el libro Aún crecen las siemprevivas, vida de Rita Suárez del Villar, de Doris Era González y José Díaz Roque, publicado por la Editorial Mecenas y que al decir de sus autores tiene el propósito de "salvar la historia de una figura no suficientemente divulgada". (16)

Al conocer de su muerte, el Generalísimo Máximo Gómez Báez expresó: "en su tumba siempre debería haber un ramo de siemprevivas, porque La Cubanita, amiga incondicional y proverbial cienfueguera consagrada a la Patria debe estar eternamente brillando con luz propia". (17)

Su actividad revolucionaria la relaciona con la construcción del Arco de los Obreros, única construcción conmemorativa de este tipo que se encuentra en el Parque José Martí. En una de las reuniones del Club patriótico que llevaba su nombre, el maestro de obras Antonio Ferrer propuso erigir el arco en la entonces Plaza de Armas, que perpetuara la memoria de los obreros que se habían ofrecido a construirlo de manera gratuita y en homenaje a la República.

Gran parte de su correspondencia con el General Máximo Gómez puede apreciarse en la publicación Cartas desconocidas de Máximo Gómez y Rita Suárez del Villar, de los investigadores cienfuegueros Doris Era González y José Díaz Roque, publicada en 1992 por la Editorial Mecenas del Instituto Cubano del Libro.

En su honor, el Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos, lleva su nombre y atesora valiosos documentos relacionados con la insigne patriota.

Evidencias patrimoniales existentes:

Documentos en el Archivo Histórico Provincial que lleva su nombre, tarja en fachada de su casa natal en Calle 37 entre las avenidas 54 y 56 (actual tienda TRD)

Ana Carlota de la Cruz Aguado Andreu ("La calandria cienfueguera")

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Nació en Cienfuegos el 3 de mayo de 1866. Se educó en Colegio "Santísima Trinidad" dirigido por Rafaela González de Mendoza, y recibió sus primeras lecciones de solfeo de la autora de sus días. A los 10 años de edad se trasladó con su familia a Galicia, donde pudo desarrollar mejor sus condiciones para el canto y la música, recibiendo lecciones de piano del notable profesor Casas y de canto del Presbítero Antonio Díaz. En la Coruña hizo sus primeros ensayos públicos, tanto en el piano como en el canto, haciendo brillar su habilidad. Regresó a Cienfuegos en 1883 y trató de levantar el espíritu artístico de su ciudad natal.

Rodeada de los músicos Tomás Tomás, Manuel Jiménez (Lico) y de Sebastián Guell, organizó una sección de declamación en la Sociedad de Artesanos donde obtuvo grandes triunfos y desde esa fecha fue conocida por "la calandria cienfueguera". Puso su voz al servicio de tertulias y actos artísticos, principalmente en el Centro de Artesanos, en el cual se congregaba la mejor sociedad local. Con piezas de zarzuelas españolas y arias del género operístico, la Aguado triunfó desde aquel escenario con su voz de soprano dramática, caracterizada por una gran extensión y la belleza de su timbre.

No faltaron tampoco en su repertorio, prestigiosos autores cubanos, como Laureano Fuentes, a quien en 1899 estrenaría la ópera Seida. Este año citado la llamada "calandria cienfueguera" marchó a Nueva York, donde continuó recibiendo lecciones de canto y música con el profesor Emilio Agramonte.

Desde 1897 había iniciado relaciones sentimentales con el también músico cienfueguero Guillermo Tomás, director de orquesta y banda, musicólogo, profesor y compositor. Unidos asimismo por la vocación artística, el 19 de mayo de 1890 se celebró la boda en la barriada de Brooklyn, donde fijaron su residencia. En plena luna de miel recibió el requerimiento de nuestro Apóstol José Martí, para que uniera a los felices momentos de su vida, el inefable goce de cooperación en la causa de la independencia cubana. De inmediato tomo parte activa en la velada celebrada en el "Hardman Hall" el día 16 de Junio de 1890, contestando a las ovaciones del público, que sabía para que eran destinados los fondos de aquella función: -"Para disponerse a morir es necesario oír antes una voz de mujer que canta por su Patria". (18)

Desde ese momento, no cesó "la calandria cienfueguera" de cantar para Cuba, de ayudar a sus hermanos con colectas y ayudas materiales de medicinas, armas, ropas, alimentos y cuantas cosas juzgara necesarias a los insurrectos. La prensa norteamericana celebró su actuación en variadas ocasiones y los cubanos bendijeron a distancia a quien de manera tan decidida y variada cooperaba en la causa de la independencia.

Desde su presentación en el "Hardman Hall", la Aguado resultó familiar a los emigrados cubanos que ovacionaban su arte, a la par que ella multiplicaba sus tareas patrióticas. Por aquel entonces estaba en el apogeo de su talento y de sus energías.

El propio Guillermo Tomás narraría una de las más emotivas páginas escritas por su esposa en aquellos días: "Acababa de vacar la plaza de soprano solista de la famosa iglesia San Francisco Javier. La capilla de ese templo tenía mucha fama y el mérito alto de sus interpretaciones de los grandes maestros como Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Weber y Schubert, convertía el santo lugar en el punto de cita de artistas y aficionados no sólo de la localidad sino también en los barrios extremos. Ana Aguado, aun no poseyendo entonces suficientemente el inglés para hacerse entender, no titubeó en acudir a la inscripción de aspirante, cabiéndome el placer de acompañarla y de servirle de intérprete Saludó a los cantantes y al organista de la capilla con aquella gracia y aquel donaire suyos, sometiéndose acto seguido risueña y solícita a la tremenda prueba. La obra elegida por el tribunal era la "misa en fa", de Schubert, peligrosa y dura de leer y la cual positivamente ella no había visto jamás. Allá va el "kirie" sin un tropiezo, luego sigue el "gloria", a cuya conclusión los demás cantantes la felicitan y cuando el organista está a mitad del "credo" una voz del tribunal dice: –Basta. Sigue la pieza de libre elección. ¿Cuál es? El "Ave María" de Bach y Gounod ¡Cómo la cantó! Las mujeres de la capilla la abrazaron, el organista le vaticinó su triunfo, mientras yo, en un rincón del coro y bañado en lágrimas, me sentía desfallecer. (19)

Así la modesta calandria cienfueguera triunfó gloriosamente de sus veintidós aguerridas contrincantes." Tras aquel triunfo en la iglesia San Francisco Javier, de Nueva York, así como en otros escenarios y fiestas organizadas en esa urbe, Ana Aguado prosigue en sus labores patrióticas.

Atraía y conciliaba a indiferentes a la lucha por la independencia de Cuba, alentaba a los indecisos y añadía fuego al fervor de los más devotos.

Su encanto personal y su diligencia intervenían en la en la organización de festejos tendentes a obtener fondos para la causa emancipadora de la nación antillana, ya fuera vendiendo billetes en las calles, entrenando a grupos de aficionados en el arte escénico para incorporarlos a sus espectáculos y responsabilizándose siempre con la mayor parte del programa.

La prensa cubana de Nueva York recogería en sus columnas los ecos de tales actividades de "la calandria cienfueguera". En 1897 vino al mundo su hijo Enrique. Absorbida por las atenciones al niño renunció a su puesto en la Iglesia de San Francisco Javier para consagrarse a su papel como madre. En aquella etapa ella y Guillermo Tomás recibieron la noticia del triunfo de los cubanos en armas y determinarían regresar a La Habana. Desde el primer momento en tierra cubana, la Aguado intentó revalidar sus laureles ante el público habanero y dejó escuchar su voz en el Salón López ante un numeroso auditorio.

Una afección bronquial conspiró contra aquella maravillosa garganta. Su voz, salvo transitorios momentos de retorno a la salud, nunca más alcanzó su antigua fuerza. Durante esas circunstancias adversas de su vida, se afanó en la pedagogía para la cual poseyó extraordinarias aptitudes.

Llegó a ocupar la subdirección y la enseñanza del canto en la Escuela Municipal de Música, fundada por su esposo. Entre 1908 y 1913 cantó en los teatros Nacional y Payret en famosos conciertos organizados y dirigidos por su cónyuge, ya en funciones de director de la Banda Municipal de La Habana.

Serafín Pro, Hubert de Blanck, Serafín Ramírez y Blanche Baralt la consagraban en sus crónicas.

El 6 de mayo de 1921 puso fin a la existencia de Ana Aguado. En su honor, en la década de 1990, se construyó el parque que lleva su nombre en Calle 37, entre las avenidas 18 y 20, Punta Gorda, Cienfuegos. Fue realizado por proyecto de los arquitectos Irán Millán y Eduardo Mustelier Carrizo. El medallón es obra de los artistas de la plástica Pura Carrizo (diseño) y William Pérez (ejecución).

Evidencias patrimoniales existentes:

Parque y monumento conmemorativo La Calandria en Calle 37, entre las avenidas 18 y 20, Reparto Punta Gorda

Raimunda Paula Peña Álvarez (Paulina Álvarez "la emperatriz del danzonete")

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La emperatriz del danzonete", inicia su trayectoria musical a los 9 años y con sólo 15 es considerada una buena cantante. Es la primera voz femenina que registra la historia del danzonete, cuando surge este género en 1929. Según el musicólogo Ezequiel Rodríguez, poseyó una voz privilegiada, buen gusto y un original estilo que supo imprimir a cada una de sus interpretaciones. Hizo gala del dominio de las más complejas configuraciones rítmicas, cualidades que la convierten en una de las preferidas por el público nacional.

Integró en 1931 la orquesta "Elegante" con la que interpretó números como "Campanitas de cristal", "Capullito de alelí", "En un bazar", "Junto al cañaveral", "Mírame más" y "Margot". En 1934 canta con la orquesta de "Neno" González y en 1935 es artista exclusiva de la emisora CMQ, donde populariza números como "Lágrimas negras" y "Échale salsita".

Partes: 1, 2
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