Realidades paralelas. El cerebro humano y la percepción de la realidad
Enviado por Rafael Lomeña Varo
- Preámbulo
- Realidades construidas en el cerebro, el auténtico arquitecto y director de la orquesta
- Drogas
- Viajes astrales …y otras realidades
- Iniciando secuencia de desconexión
- Las ensoñaciones nocturnas
- La muerte… y otras realidades
- Conclusiones
- Biografía y fuentes
"Con cada muro que la ciencia derrumba el Hombre crece en su insignificancia."
Rafael Lomeña Varo.
Hace algún tiempo, un buen amigo me remitió por e-mail una reflexión profunda e interesante donde las haya acerca de lo que él denominaba "realidades paralelas" ó niveles.
En su mensaje, este amigo me hablaba de la existencia de realidades paralelas o niveles en la vida del ser humano, realidades distintas a las que conocemos y que pueden alcanzarse en vida mediante técnicas de hipnosis, meditación, etc. Un mensaje cuyo contenido transcribo en su literalidad por considerarlo de gran riqueza y descripción y al que mi buen amigo Jorge titulaba "Realidades".
Realidades…
El término "realidad" es uno de los más difíciles de definir, y esa dificultad reside principalmente en que la misma está sujeta a interpretaciones, las cuales suelen ser consideradas verdaderas en función de una cuestión meramente estadística…
Este breve ensayo se refiere a los puntos comunes entre la disciplina del yoga, la disciplina del chamanismo y la obra "La matrix"…
En los tres temas abordados existe a mi ver un punto en común o mejor dicho una interpretación común la cual se refiere al tema Realidad…
En el chamanismo, cultura ancestral casi tanto como el yoga, se habla de una realidad aparente creada y sustentada por todos los seres y su percepción incompleta, (la realidad del lado derecho) y una realidad mucho mas compleja, si cabe el término, más incomprensible y mucho mas conducente y verdadera, que sería la del lado izquierdo…
En el Yoga, que a mi ver puede ser la doctrina filosófica y metafísica más antigua y atomizada de todas las existentes, la realidad en la que vivimos es sólo una de otras varias realidades más complejas y avanzadas, siendo la evolución el único camino aceptable por esta filosofía, depende del estado evolutivo de cada ser la interpretación y fijación de la realidad que le compete…
En La matrix, la realidad en la que los seres se desarrollan es enteramente virtual, sustentada por un ente cibernético colosal, en tanto que la realidad verdadera, por así decirlo, es similar en algunos aspectos pero más desarrollada y compleja, donde imperan las máquinas sobre los durmientes…
En las tres interpretaciones el punto en común es obvio, la concepción cada vez más intuida por nuestra mente de ser nuestra realidad sólo una muestra de la realidad entera.
Sólo difieren entre sí de la interpretación de la verdad pero no en aceptar que la mentira es y se nos presenta delante de nuestros sentidos, con el fin o no de obstruir nuestra comprensión del todo…
Con el fin o no de obstruir nuestra comprensión parecería ser un objetivo más que arbitrario por parte de la creación gastando gran cantidad de recursos solamente para engañarnos, esa posibilidad tiendo intelectualmente a excluirla ya que puedo llegar a inferir que somos nosotros los que en definitiva nos engañamos a nosotros mismos y frente a la verdad nos comportamos como infantes a punto de cruzar la calle solos…
Nuestros sentidos
Tenemos de fábrica cinco sentidos funcionales de los cuales podría tomar como más o menos objetivos sólo dos de ellos…
El olfato es una percepción totalmente arbitraria de ciertas reacciones químicas producidas por los elementos en nuestras papilas al igual que el gusto.
Estos sentidos están solamente referidos a la protección y la selección de elementos para nuestra sustentación (poco tienen que ver con la comprensión del cosmos)…
El oído aunque más espacial, también puede ser considerada arbitraria, ya que la interpretación de las frecuencias sonoras es mas cerebral que real y se refiere en un nivel más profundo al reconocimiento y asimilación del medio circundante..
Es decir, una nota MI en mi cerebro puede ser una muy diferente en el cerebro de un can o de un ave, por lo tanto su manifestación es sólo real en función de su utilidad, mas no objetiva en función de la realidad…
La vista, siendo a mi ver el sentido más importante de todos y del que más dependemos para la interpretación del medio y del cosmos mismo es en gran parte subjetiva a saber…
El color rojo es sólo una interpretación mental del mismo, o sea, la sensación y la objetivización que el rojo produce en mi cerebro ya está programada y es dable preguntarse si el rojo no podría ser en todo caso verde o azul…
A ver, crucemos los colores primarios en los sensores retinales, tendríamos por ejemplo el campo azul el cielo violeta y los vegetales de color pardo claro, o sea, nos costaría muchísimo adaptarnos a esa nueva concepción visual de la realidad, pero la realidad seguiría siendo la misma que antes…
Con todo esto quiero significar que una visión en blanco y negro que sólo expresaran los diferentes grados de luminosidad de un objeto sería mucho más objetiva y menos sujeta a confusión que la visión que poseemos con más riqueza y lujo de detalles cromáticos…
Es dable inferir que la vista aunque imperfecta se presenta como un sentido con un grado amplio de objetividad en lo que se refiere al cosmos…
Por último el tacto, el cual a mi ver es el sentido más objetivo de todos los que poseemos..
Obviamente el tacto es un sentido que necesita ser programado, por decirlo de esa manera, es decir se debe aprender a interpretar las formas y los espacios ya que la misma interpretación sería dada por todos los seres, sean videntes o no videntes, sean seres humanos o aves…
El tacto es un sentido de interactuación con el medio y la vista es un sentido de interpretación del medio, es fácil comprender que una objetivización errónea de ambos o mejor dicho incompleta nos llevaría a un gran convencimiento de una realidad sustentada por una percepción incompleta y también por la verdad estadística de las congregaciones sociales, lo cual dio en llamarse costumbres, tradiciones, historia y educación…
De los sentidos que poseemos, puedo quedarme con la mitad de la vista y casi todo el sentido del tacto, es fácil entonces comprender que nuestro entendimiento del medio es bastante somero y reducido aunque parezca ser bastante amplio…
Nuestro libre albedrío…
Libertad, linda palabra, pero al igual que felicidad es demasiado grande para poder definirla con la semántica más adecuada…
Es fácil deducir bajo un punto de vista mecánico biológico la imposibilidad del libre albedrío, es decir, estamos compuestos en primera instancia de átomos, moléculas, proteínas y demás, células, órganos y cuerpo, un átomo no hará nada fuera de las leyes físicas ni hará algo movido por su voluntad, desde ahí hacia arriba sólo es cuestión de combinatoria y de hecho somos simples robots, con un esbozo de libertad de opción pero nada más allá que la imitación de libre voluntad…
Es imposible admitir el libre albedrío sin adicionar al conjunto algún componente de naturaleza espiritual o por lo menos de naturaleza física desconocida o imperceptible con un poco más que un sentido, por lo tanto de admitir que soy libre de pensar y de optar, estaré por transpolación admitiendo la existencia de una componente espiritual que no llego a ver ni a tocar…
Ahora bien, puedo aceptar que nuestra capacidad de respuestas es bastante limitada pero en la ecuación entra una componente que puede ser bastante numerosa, si no es indefinible numéricamente que es la de los estímulos que somos capaces de percibir, (o la combinación de los mismos), de hecho al ser una de las componentes de variedad casi infinita puedo definir el resultado como de libre o también infinito y en ese caso el libre albedrío sería algo bastante aceptable…
A ver… se debe hacer a esta altura una salvedad, el albedrío depende en gran medida de la sensibilidad del sujeto…
En los animales como así también en los seres humanos de menor rango la sensibilidad es bastante baja y sólo son capaces de reaccionar frente a estímulos mas allá de un umbral descartando otros más sutiles e imperceptibles, en cambio en los seres de alto rango, de mayor sensibilidad, (sin darle importancia mayor al grado) la libertad de opciones es mayor, llegando a ser libre aquel ser capaz de percibir toda la gama de estímulos presentes en el universo…
De ahí que hayan existido seres como Gautama o Jesús o Nostradamus, capaces de interpretar y controlar sutilezas para nada percibibles para el resto de los seres humanos con un sentido de la vista incompleto y del tacto bien adiestrado…
Muy bien hasta acá nada nuevo bajo el sol…
El chamanismo, filosofía de una seriedad inesperada por mí (prejuicios creo), lleva lentamente al aprendiz por un camino de gran disciplina a fin de desmoronar la importancia que dicho individuo le concede a su interpretación de la realidad, con procedimientos depurados a través de años de estudios del asunto, pasan por estados inciertos desde el punto de vista formal, hasta empezar a comprender una realidad que es a todas luces imposible de asimilar en forma rápida y sin preparación.
O sea, la realidad mayor por decirlo así, es incomprensible si se presentara a un individuo de una sola vez y la reacción lógica sería el absoluto rechazo instintivo e intelectual a la misma, por lo tanto atacan con procedimientos muy parecidos al hipnotismo y la sugestión, la realidad del "lado derecho", tal como ellos la llaman, hasta que la misma se desmorona dejando al individuo en un estado psicológico incierto hasta que acepta la realidad del "lado izquierdo" o realidad verdadera, que se la ha ido suministrando paralelamente y logra en la misma el sustento razonable del que en ese momento empieza a carecer…
Es sumamente interesante, ver los puntos en común con el Yoga ancestral, ya que los procedimientos adoptados por los brujos de centro América, como por ejemplo la "impecabilidad", pautas de comportamiento desapegadas, "el ensueño" o tratamiento del sueño controlado, como el de la "recapitulación", que es un recuento absoluto de todos los recuerdos desde el día de nacimiento hasta el día actual (tarea nada fácil por cierto), son empleados por las culturas orientales para los mismos fines y casi de la misma manera…
Apuntan con eso al vaciamiento del ser (psicoanálisis absoluto), como también a una depuración en su comportamiento para la admisión de situaciones extraordinarias sin resistencia instintiva ni intelectual…
La lógica, la razón y el análisis son para el chamán nuestros más poderosos enemigos, los recuerdos y las estadísticas a partir de los mismos (aprendizaje mecánico), como así también la educación recibida y auto suministrada son poderosos obstáculos para lograr el entendimiento de la realidad verdadera…
Asimismo los comportamientos derivados de las culpas o la importancia desmesurada por eventos pasados deben ser removidas por el maestro, en el aprendiz…
En el Yoga, la realidad está presente e invisible a nosotros pero no por cuestión de incompatibilidad de los sentidos, si no como una falencia en nuestra concepción mental de lo que percibimos..
Hago notar que la incompatibilidad de los sentidos que poseemos es sólo una opinión mía…
El yoga impulsa al aprendiz a expandir los sentidos que posee para su correcta interpretación del medio, para ellos recurre a intensas disciplinas físicas y mentales, a la ingestión de alimentos determinados, a pautas de comportamiento y autocontrol absolutamente rígidas y a una relación con el medio mucho mas reglamentada que el hombre sin este tipo de filosofía…
El objetivo de esta disciplina es el de evolución y el del entendimiento correcto del medio en el que nos desarrollamos..
Es llegar al libre albedrío o a una libertad de opción mucho mayor aumentando la sensibilidad..
De hecho las filosofías orientales prevén la existencia de otros sentidos, o mejor dicho de órganos sensorios, a los cuales llaman chacras y son 7, los cuales nos permiten percibir estímulos más sutiles existentes en el medio…
Ellos suponen la existencia de no sólo un cuerpo físico, si no de una variedad de seres superpuestos en uno solo, que serían de naturaleza, mental, sensual y formal, y que sólo constituyen estados o configuraciones por las que el ser debe pasar para su correcta interpretación del cosmos…
Algo así como el agua se evapora y se solidifica sin dejar de ser agua, dichas configuraciones estarían formadas de diferentes densidades de materia y serían imperceptibles desde el plano más denso hacia el más sutil y evolucionado…
La Matrix… si se quiere la interpretación más simple de las tres aunque similar en muchos aspectos…
En ella seríamos sólo seres dormidos, viviendo en un mundo de estímulos cerebrales proporcionados por un gran sistema con la coherencia e intereactuación suficientes como para crear todo un mundo
o un cosmos con sus leyes físicas impecables y su cadena de causas y efectos perfectamente delineada dentro de ese gran programa.
Esta interpretación a la vez de ser ciencia-ficción es la más comprensible de todas, donde imaginativamente se puede admitir la existencia de una realidad virtual a la que se sería por demás difícil de sustraer, tal y cual las otras dos grandes filosofías metafísicas hacen mención
Sirve la matrix para lograr un poco más de aceptación acerca de este fenómeno de la realidad aparente, fenómeno intuible pero muy poco comprobable
En esa obra se hace mención de un sexto sentido que todos usamos, más allá de ser o no considerado un sentido, y tal es la imaginación
En la matrix los seres sólo pueden liberarse usando su imaginación ya que en este caso sus sentidos están controlados por un ente externo a ellos, si no la imaginación; la intuición, término que semánticamente se me hace difícil de separar del término imaginación
Al liberarse el ser ingresa en una realidad donde las leyes de gravedad y demás son bastante similares y por lo tanto el individuo no rechaza con tanta fuerza la asimilación de la misma
Principalmente en el chamanismo, la realidad absoluta se presenta como incomprensible e inadmisible por lo tanto el individuo al ser confrontado con la misma de una sola vez, colapsaría en su razón, de ahí que tanto en el chamanismo como en el yoga sean tan necesarios los maestros y los guías…
Conclusiones
Puedo presentar una analogía bastante simple, tal sería el universo visto con los sentidos de una hormiga (sentidos y entendimiento claro está), de hecho para ese ser, el mundo no pasa de su hormiguero y sus túneles, la realidad correcta (la nuestra) sería en un todo incomprensible para la hormiga, y en todo caso no sería funcional en ella, pero de hecho el hormiguero es parte de la realidad…
Ahora bien… dotemos a la hormiga de los sentidos de su especie y además del entendimiento y sentidos humanos.. es dable inferir que podría llegar a ser una hormiga un poco más funcional que las demás pero nada más, ya que sus recursos superiores se verían afectados por la crianza y el medio circundante y sólo en ocasiones excepcionales podría llegar a usarlos…
Tal es el caso de nosotros los hombres, tal vez seamos Dioses, pero olvidados de nuestro origen y naturaleza convivimos y existimos en esta tierra, con o sin esperanzas, con o sin recursos y con o sin sensibilidad para corresponder al cosmos que nos convirtió en materia dotada de entendimiento, con capacidad de observación y con una gran libertad de optar…
Me cuesta trabajo imaginar milagro más maravilloso…
Jorge Fernández. 04/08/08
Su mensaje, como de costumbre, me invitó a reflexionar para intentar aportar mi opinión al respecto de estas realidades paralelas que él analizaba desde una perspectiva mucho más espiritual, por decirlo de algún modo, que la mía.
Esto que les ofrezco a continuación es mi aportación a un tema que tal vez sea más complejo y profundo de lo que podemos llegar a imaginar, pero que intentaré abordar desde mi humilde razonamiento.
Antes de nada voy a intentar definir algunos conceptos para evitar confusiones y facilitar en la medida de lo posible la comprensión de mis planteamientos:
GLOSARIO DE CONCEPTOS BÁSICOS EMPLEADOS
Estado de conciencia: definición simbólica de podría entenderse como un estado de procesamiento consistente en el análisis e interpretación continuo y permanente de las entradas procedentes de las vías sensoriales, un proceso que tendría lugar en el centro de la consciencia* (entendido dicho centro como un área funcional de procesamiento donde convergen, se analizan, contrastan e interpretan todas las señales procedentes de las vías sensoriales.
Señales de entrada (inputs): Vienen a referirse a cualquier señal ó estímulo recibido en el cerebro (localizaciones diversas en función de tipo de señal) a través de las diferentes vías sensoriales, es decir, de los sentidos (visual, auditiva, sensorial, olfativa, etc.)
Stand-by: definición asimilada al estado de letargo de algunas máquinas que permanecen en un consumo mínimo a la espera de una señal de activación. En nuestro caso y por asimilación, podemos definir el stand-by del cerebro como estado de desconexión (no absoluta), propio del sueño y caracterizado por la baja actividad (baja frecuencia) en el que permanecen las vías sensoriales y el centro de consciencia. En dicho estado, las vías sensoriales aumentan el umbral de tolerancia de reacción, permitiendo discriminar los estímulos de entrada con un nivel inferior al del umbral, como por ejemplo pequeños sonidos, señales olfativas, etc., de modo que éstas son ignoradas por el centro de consciencia.
* Estado de consciencia y Estado-centro de consciencia pueden ser referidos desde un punto de vista funcional como un único concepto. Dicho centro de conciencia podría localizarse en el propio tálamo como primer escalón en el procesamiento de señales y estímulos, y aunque considerar a éste órgano de forma independiente en el procesamiento y control de estímulos tal vez no sería lo propio dado el descomunal número de conexiones de entrada y salida (con el resto del sistema cortical) que presenta, esta decisión es algo que se encuentra completamente fuera de los límites del presente ensayo.
Realidades construidas en el cerebro, el auténtico arquitecto y director de la orquesta
Estimado amigo Jorge, sin duda y como siempre te volví a leer con entusiasmo y profundidad y ello me ha servido de nuevo para sentar ideas que andaban enterradas y perdidas en mi red neuronal, sorprendiéndome una vez más por la increíble profundidad de tus análisis, de modo que volví a sacar mis conclusiones al respecto que son las que he intentaré exponerte y compartir ahora contigo, y con el resto del mundo a través de mi web.
Antes de comenzar quiero puntualizar que todo lo que cuento aquí son conclusiones propias, fruto de mis experiencias personales y analizadas desde mis escasos conocimientos de neuropsicología y de un razonamiento basado mayormente en la introspección.
En un intento de simplificación (¿No es eso lo qué intenta siempre el cerebro? ¿O es sólo un vicio que padecemos los informáticos, el de comprender y esquematizar todo nuestro entorno?) podemos decir que la realidad, tal y como la conocemos, es el resultado de una "ecuación", en el sentido de que una serie de señales a las que denominaríamos inputs entran por las vías sensoriales y son analizadas e interpretadas por un centro de interpretación-control el cual alcanza finalmente un resultado, que no es otro que la realidad que nosotros conocemos, o sea, nuestra propia realidad o realidad percibida. De este modo, si alteramos cualquiera de estas variables implicadas en este proceso de entrada de señales, análisis e interpretación, la "ecuación" producirá resultados diferentes, de modo que, cualquier alteración en las señales de entrada (inputs) a través de la intervención en las vías sensoriales o mismamente en el propio centro de interpretación-control, puede llegar a producir resultados (realidades) completamente distintos ante situaciones contextuales y escenarios aparentemente idénticos, llegando así a lo que podríamos denominar "realidades paralelas".
Por supuesto, ni que decir hay que en ciertas ocasiones la complejidad de dicha "ecuación" así como las variables implicadas en la misma (experiencia cognitiva mediante acceso a memoria, funciones racionales del córtex cerebral, estado hormonal, etc.) y utilizadas por el cerebro para alcanzar un resultado, es algo que escapa no sólo a mi conocimiento, sino al de la ciencia.
A mi juicio, las realidades de las que me hablas en los tres casos de ejemplo (chamanismo yoga y matrix) son fruto de lo que yo denominaría una "distorsión perceptiva" que, pensado de otro modo como puede ser tu punto de vista, podría no ser tal distorsión sino simplemente y como tú bien mencionas, una realidad distinta o paralela a la que conocemos cómo estándar o modelo basada en estadística, o también, un ángulo de percepción distinto que acaba produciendo una realidad distinta como producto final del análisis e interpretación de unas señales previas de entrada y del procesamiento de éstas.
Al igual que tú, también encuentro gran similitud entre estas tres realidades que citas, pero pienso que detrás de todos estos niveles, estados o realidades, el trance del yogui, el chamán o incluso la Realidad Virtual de Matrix, siempre nos encontramos con el verdadero y único gestor de los sentidos y por tanto el auténtico responsable de la "distorsión perceptiva" de la que te hablo, el verdadero constructor de realidades, el cerebro, y en ello, debes permitirme discrepar contigo, en tanto en cuanto no encuentro en ningún caso un sentido espiritual en la existencia de dichas realidades paralelas ni en los estados psicofísicos necesarios para su percepción. Explicarte como llego a esta conclusión, es lo que voy a intentar basándome en mis propias experiencias y en mi razonamiento.
Ya que he comenzado denominando a las diferentes realidades como "distorsión perceptiva", no podemos obviar que los alucinógenos han sido distorsionadores de la percepción o puentes entre lo que tú denominas distintas realidades o niveles, desde tiempos ancestrales y en prácticamente todas las culturas.
Alterando la percepción sensorial alteramos la realidad resultante
A veces, resultan curiosos los efectos alucinógenos de ciertas drogas en lo que a distorsión de la realidad (estándar) se refiere. Por ejemplo, en un intento de definir los efectos de éstas, algunos investigadores atribuyen al LSD, en alusión a sus niveles de distorsión perceptiva, que permite llegar a "oír colores y ver sonidos".
Igualmente, en un intento por definir sus efectos psicodélicos, su consumo es asimilado al viaje astral, de ahí la utilización del nombre "viaje" para definir de la forma más gráfica posible el efecto que esta droga causa en sus consumidores. Además, en asombrosa analogía con el chamanismo y el yoga, se contempla la figura del "guía" para los aprendices en su consumo. Los expertos que la han estudiado y los propios consumidores afirman que este tipo de alucinógenos pueden tener unos efectos fortísimos en el sistema neuronal y que la distorsión de la realidad llega a ser totalmente "real", por ello es recomendado al iniciarse en su consumo hacerlo junto al citado "guía", en un curioso y cierto paralelismo con, por ejemplo, el chamán, el maestro de yoga o incluso, el psicoanalista en una sesión de hipnosis. Esta persona con funciones de guía se mantendrá siempre conectado con el mundo "real" evitando así que el neófito caiga en un pozo irreversible de "irrealidad", lo que podríamos denominar un "cuelgue definitivo".
En relación con esto que te comento acerca de los efectos distorsionadores de las drogas en la percepción de la realidad yo siempre he encontrado muy descriptivo un ejemplo que leí hace muchos años aplicado al caso comparativo de varios alucinógenos y de sus efectos. Te cuento…
Se hallan tres personas a la entrada de una ciudad amurallada, es de noche y la puerta de acceso a la ciudad se encuentra cerrada. Estas tres personas han consumido drogas de un tipo distinto cada una de ellas, la primera ha consumido LSD (Dietilamida de ácido lisérgico), la segunda cocaína y la tercera cannabis. Cuando se encuentran junto a la puerta de la ciudad, todos manifiestan su intención de entrar en ésta, y cada uno aporta su propia percepción que, como verás a continuación, distan bastante entre sí ante una situación ó realidad aparentemente idéntica:
Lo que vemos en este supuesto ejemplo son tres realidades perceptivas diferentes pero paralelas, resultantes de la ingesta de alucinógenos que acaban arrastrando y confundiendo al centro de interpretación-control, al auténtico director de la orquesta de nuestros sentidos, el cerebro. El símil del director de orquesta con el cerebro me parece acertado ya que entiendo la percepción de cualquier realidad como el producto resultado de varios sentidos coordinados e interpretados de forma conjunta y nunca independientes. Quiero decir que el cerebro construye la realidad combinando la percepción de todos los sentidos y fusionando e integrando todas las señales de entrada.
Este caso muestra las distintas realidades de cada uno en función del tipo de alucinógeno consumido, una realidad provocada por la distorsión sensorial que estas sustancias producen en el cerebro interfiriendo en éste y por tanto en la realidad percibida o realidad resultante. Pero aún hay otro medio, incluso en ocasiones, con mayor capacidad de modificar la percepción de la realidad percibida, un medio mucho más difícil de controlar pues no es inducido por consumo, voluntario o no, de una sustancia química, sino que es originado por el propio "director de la orquesta de la percepción", el cerebro, te hablo de la autosugestión o de la sugestión inducida (hipnosis) que acaba convirtiéndose finalmente en autosugestión.
Por supuesto, las conclusiones a las que llego (que por otro lado cuentan con la plena aprobación de mi "cerebro";) están sustentadas en experiencias propias a lo largo de mi vida, en mi propia persona o en personas muy cercanas, y son fruto de profundas reflexiones en busca de respuestas, reflexiones contrastadas siempre y en la medida de lo posible con experiencias propias o cómo te comento, en la de personas muy próximas.
Por ejemplo, en el campo de las drogas he experimentado estados de distorsión perceptiva considerables (suerte que sólo fue unas pocas veces y en mi lejana juventud) pero me permitieron distinguir y vivir en primera persona distintas realidades perceptivas, similares a las del ejemplo, realidades paralelas producto de la interacción alucinógeno-sentidos-cerebro. Me refiero a sentir como "la orquesta se descompasa" y "la obra musical" empieza a sonar de un modo diferente al que estamos acostumbrados. Algo parecido ocurre cuando te caes de sueño, comienzas a sentir una cierta sensación de embriaguez, perdida de reflejos, audición, etc.
También en realidad virtual, un campo que me apasiona como pocos, he vivido experiencias "sensoriales" bastante fuertes y he podido comprobar que la verdadera "inmersión" en este otro tipo de realidad, sólo se consigue cuando el sistema engaña plenamente al cerebro, de modo que éste ponga de su parte todo lo necesario para conseguir una realidad "paralela", o al menos, no cuestione ni contraste demasiado la realidad percibida por los sentidos implicados (vista, oído y tacto). Como verás en este caso, una vez más aparece nuestro protagonista, nuestra "caja negra", el cerebro. El cerebro es en realidad virtual como el caballo de carreras, el jinete lo monta, pero él es verdadero protagonista.
Viajes astrales …y otras realidades
Pero sin duda alguna, si algo me marcó con diferencia en este mundo de "realidades", ello fue la experiencia propia que tuve hace unos 14 años. Eso que suelen denominar viaje astral "vino a verme" sin yo llamarlo, es decir, que sin perseguir alcanzar un estado de concentración y relajación especial para provocar lo que algunos llaman "viaje o proyección astral", acabé flotando (¡Sólo aparentemente! claro está) sobre la cama a casi dos metros de altura!! sobre mi hija y mi mujer que estaban acostadas junto a mí y dormidas, como podrás imaginarte el susto fue mayúsculo y cuando me recuperé con un movimiento brusco que me hizo "despertar" o "conectar" de nuevo todas las vías sensoriales (vista, oído, tacto), el corazón podía estar latiendo perfectamente a más de 200 pulsaciones por segundo debido al shock que sufres.
Al principio empiezas pensando en lo del viaje astral, el cordón de plata y esas cosas que has leído, pero intentas llegar a una respuesta más creíble, al menos para mí.
Desde una perspectiva más mística o religiosa, también puedes llegar a plantearte que has podido estar unos segundos o minutos MUERTO, (de no pocas lecturas sobre el tema puedes deducir que ha sido tu alma la que ha abandonado tu cuerpo por unos instantes), por lo que la comida de cabeza durante los días siguientes a la experiencia, sin llegar a ser traumática, está asegurada. Mi cerebro experimentó una sensación que no podía encajar ni explicar, pero mi pleno convencimiento en la no existencia del alma (como entidad propia y completa del ser humano), me empujaron a seguir buscando respuestas, y creo que mis reflexiones, sí llegaron a aclararme algunos puntos y a encontrar la verdadera luz en este asunto, al menos la luz que yo buscaba, que no era precisamente la divina.
Verás, antes te he hablado del cerebro como director de la orquesta de nuestros sentidos y ahora te voy a explicar qué es lo que pienso que ocasiona este tipo de "viajes" y cómo ocurre. Por supuesto, es sólo mi opinión.
Esta experiencia involuntaria tan poco frecuente y que no he vuelto a tener desde entonces, es muy probable, aunque no conozco ningún caso de primera mano, que pueda alcanzarse por autosugestión, pero de ahí a realizar "viajes astrales" volando y estar presente en otros puntos del planeta durante "el viaje", ya es harina de otro costal que seguramente han recreado algunos en un brote excesivo de imaginación o en un intento desesperado de dar credibilidad a lo que podríamos llamar sueños. Y ahí, al sueño, es precisamente a donde pretendo llegar, creo sinceramente que la experiencia está relacionada con el sueño y el estado de actividad neuronal en el cerebro, concretamente en un punto entre la vigilia y el primer estadio del sueño, un instante en el que se produce la desconexión de los centros de control sensorial, o más bien, en lugar de desconexión, podríamos hablar de decaimiento progresivo de los umbrales o niveles de la percepción.
Me explico, en realidad, no se trata de una desconexión absoluta, por ejemplo, en el caso de oído o el tacto, nosotros, es decir, nuestro cerebro, seguimos manteniendo un estado de "stand-by" que puede reaccionar en cualquier momento poniendo en marcha el sistema completo si se capta una señal de alerta que rebase el umbral necesario para activar dicha vía sensorial y provocar una activación del sistema central nervioso, devolviéndonos al estado de consciencia (estado operativo y 100% funcional, es decir, despierto). Por ejemplo, estamos dormidos, y el sentido del tacto está "desconectado" (no completamente) de modo que no percibimos el peso de nuestro cuerpo sobre la cama, el oído también ha bajado su nivel de percepción a un estado de stand-by, sin embargo, una señal externa lo suficientemente potente o específica (el llanto de un hijo, el sonido del despertador, el contacto de una mano para despertarnos, etc.) por cualquiera de estas vías sensoriales correspondientes (oído ó tacto) puede hacer reaccionar al sistema central y despertarnos de inmediato. Lo que pretendo explicar, es que la desconexión no es absoluta, sino que el cerebro reduce los niveles de atención a dichas vías sensoriales (digamos que reduce el ancho de banda dedicado a cada una de las vías) en analogía con un procesamiento electrónico en paralelo de diversos hilos, en el cual, el procesador destina mayor o menor ancho de banda a los distintos hilos que se están ejecutando de forma paralela y simultánea, en nuestro caso estos hilos serían las vías sensoriales (oído, tacto y vista principalmente). Este mecanismo, cuyo objetivo no es otro que el ahorro de recursos para conseguir el descanso durante el sueño, sería el encargado de bajar la frecuencia de actividad cerebral durante el sueño, en absoluta analogía con los procesadores de las computadoras.
Iniciando secuencia de desconexión
Desconectando sistemas
De forma similar a un procesador electrónico, la interpretación y análisis de señales en el centro de consciencia podría funcionar por interrupciones, de modo que cada cierto tiempo dicho centro escucha-analiza las señales procedente de las vías sensoriales por si debe reaccionar a alguno de estos estímulos mediante órdenes de reacción. Imaginemos a un jugador de ajedrez que se enfrenta a varios contrincantes de forma simultánea, cada vez que se sienta ante uno de sus adversarios desconecta el resto de conexiones para prestar atención al contrincante ante el que se encuentre en ese momento. Cuando la actividad cerebral funciona a una frecuencia elevada (propia de la a atención y la vigilia) estas interrupciones de atención y análisis son más frecuentes y la escucha es mucho más precisa, digamos que la capacidad de reacción es mucho más rápida y precisa. Antes de llegar al sueño y reducido ya el nivel de consciencia, el decaimiento progresivo de los sentidos podría estar relacionado con la reducción en el ciclo de frecuencias de actividad cerebral, una reducción que tiende a aproximarse hasta casi cero hz. por segundo (estados conocido como theta: 3.5-7 hz. y delta: 0-3.5 hz.) en el caso del sueño más profundo. Los cambios de frecuencia se producen de forma más o menos rápida justo antes de entrar en el primer estadio del sueño y en dicho proceso, como consecuencia de la "desconexión sensorial" (no absoluta), también se produce un decaimiento progresivo del estado de la consciencia (entendiendo a ésta como el estado por el cual es posible el análisis y la interpretación consciente de la realidad percibida a través de los sentidos), ya que dicho estado requiere del funcionamiento de los sentidos y si éstos no están operativos, o lo están en estado de mínima frecuencia ó stand-by, el nivel de consciencia va disminuyendo hasta que el estado de consciencia se pierde y acaba apagándose automáticamente.
Cómo quiera que la distribución de la frecuencia del cerebro, no es probablemente uniforme en todo el sistema neuronal, es posible que en distintas zonas de la red neuronal se produzcan distintas frecuencias y la reducción en los ciclos de frecuencia de las distintas vías sensoriales durante el proceso de cambio de estado no sea totalmente uniforme, ni síncrona ni simultánea en todas las vías sensoriales, sino que podría descompasarse en ocasiones el orden preestablecido de "apagado" ó desconexión, produciéndose con ello una alteración en la secuencia programada de desconexión y una trasgresión en el resultado final de la realidad calculada por el cerebro.
Volviendo al concepto "estado de consciencia", como definición simbólica, que podría entenderse como un estado de procesamiento consistente en el análisis e interpretación continuo y permanente de las entradas procedentes de las vías sensoriales, un proceso que tendría lugar en el centro de la consciencia (entendido dicho centro como un área funcional de procesamiento donde convergen, se analizan, contrastan e interpretan todas las señales procedentes de las vías sensoriales, por ello, dicho estado-centro de consciencia (encerrados ya en un único concepto) acabaría desconectándose inducido ante la falta de estímulos de entrada (inputs) procedentes de estas vías, de modo que, si no oyes, no ves y no sientes, el centro de consciencia (responsable del estado de consciencia) pasa a stand-by desconectado por cierta inducción ante la ausencia de señales de entrada lo suficientemente potentes como para superar el umbral, aunque eso sí, sin llegar una desconexión absoluta al igual que el resto de los sentidos, ya que la onda cerebral nunca llega a ser cero, ni siquiera en el sueño más profundo.
Podemos decir que el cerebro va apagándose (reduciendo su actividad funcional, su frecuencia, bajando su nivel de conciencia en general) y pasando a stand-by las vías sensoriales de forma más o menos gradual y siguiendo un orden preestablecido que se me antoja podría ser por ejemplo: oído, tacto, vista, (la vista es, si cabe, algo distinta al oído y al tacto, en el sentido de que podemos facilitar su desconexión de forma voluntaria al cerrar los ojos y evitando así la transmisión de señales al córtex visual e induciendo de algún modo a la desconexión de esta vía, ello no quiere decir que la vía sensorial y el centro de procesamiento del córtex visual esté en stand- by antes que el resto de vías), y en última instancia el centro-estado de consciencia, que sería el que ha ido desconectando los canales de comunicación con los sentidos, o mejor dicho, va reduciendo los impulsos eléctricos de comunicación con estos sentidos y aumentando los umbrales de reacción ante posibles estímulos, todo ello claro está, con el único objetivo de entrar en el estado de sueño y la pérdida al máximo del nivel de consciencia consiguiendo así el mayor ahorro energético posible, que al fin y al cabo es de lo que se trata cuando dormimos.
De modo que, continuando con la analogía de la orquesta, sería como si el director (centro- estado de conciencia) fuera ordenando a los músicos que acallen sus instrumentos atenuándolos progresivamente hasta el silencio para después irse él mismo a descansar colgando su batuta. Sentada esta teoría (llamémosla hipótesis), es muy posible -y aquí podría estar la clave misma del viaje o la proyección astral– que en este proceso se produzca una alteración en el orden de desconexión de los sentidos que acabe por confundir al cerebro, o sea, al centro de consciencia, auténtico arquitecto e intérprete de la realidad aparente y gestor de la percepción.
Por ejemplo, imaginemos por un momento que se desconecta el sentido del tacto y del oído y, aún con los ojos abiertos, seguimos estando conscientes o manteniendo un cierto estado de consciencia, en estado de vigilia, la realidad que percibiríamos en este caso será que dejaremos de sentir el peso de nuestro cuerpo sobre la cama y el contacto con ésta!! (¡Por un momento pareceríamos suspendidos en el aire!), e incluso podríamos habernos aislados ya acústicamente del entorno (vía sensorial auditiva desconectada), lo cual podría provocar un estado de confusión general a nuestro centro-estado de consciencia al no poder éste combinar e integrar o interpretar las entradas de las vías sensoriales y llevando al centro de conciencia a un choque frontal contra todo nuestros modelos posibles de realidad, colapsando y provocándonos así esta experiencia tan impactante que, en realidad, no sería más que una realidad perceptiva creada en nuestro propio cerebro. Digamos que si el centro de conciencia no consigue integrar todas las entradas (inputs) de las vías sensoriales y entenderlas o interpretarlas de forma adecuada, el sistema (centro de control de la conciencia) colapsa cayendo en un estado de confusión ó en una "realidad paralela" o aparente, pero al fin y al cabo, construida por el mismo arquitecto de siempre, el cerebro.
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