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Géneros y formatos (página 2)

Enviado por Carla Severini


Partes: 1, 2, 3

  • En la forma teatral "cuando el acento está puesto en el diálogo y la acción de los personajes", tenemos los radioteatros, radionovelas, series, sociodramas, sketches cómicos, personificaciones, escenas y escenitas, diálogos y monólogos de personajes…
  • En la forma narrativa "cuando el acento está puesto en la evocación que hace el narrador", están los cuentos, leyendas, tradiciones, mitos, fábulas, parábolas, relatos históricos, chistes
  • En las formas combinadas "cuando se cruzan con otros géneros", aparecen las noticias dramatizadas, cartas dramatizadas, poemas vivos, historias de canciones y radioclips, testimonios con reconstrucción de hechos…

Género periodístico

El género periodístico se vincula con la realidad, con los acontecimientos concretos. Estamos ante un género documental: se muestra y se demuestra lo que ha pasado. La información que se presenta debe ser verídica.

El género periodístico también abarca muchos formatos:

  • En el periodismo informativo están las notas simples y ampliadas, crónicas, semblanzas, boletines, entrevistas individuales y colectivas, ruedas de prensa, reportes y corresponsalías…
  • En el periodismo de opinión tenemos comentarios y editoriales, debates, paneles y mesas redondas, encuestas, entrevistas de profundidad, charlas, tertulias, polémicas…
  • En el periodismo interpretativo e investigativo el formato que más se trabaja es el reportaje

Género musical

El género musical tiene relación con la belleza, con la estética, con la expresión más pura y espontánea de los sentimientos.

Múltiples son los formatos del género musical: programas de variedades musicales, estrenos, música del recuerdo, programas de un solo ritmo, programas de un solo intérprete, recitales, festivales, rankings, complacencias… y no pares de canta.

Magazines

Algunos clasifican las radiorevistas o magazines como un cuarto género de la producción radiofónica. Un género tan importante y ostentoso que ocupa, a menudo, espacios de tres, cuatro y más horas de programación.

Pero si las miramos de cerca, las revistas se arman, en definitiva, con música, informaciones y dramatizados, recombinando de diferentes maneras estos tres géneros básicos. La revista no es un nuevo género, sino un contenedor donde todo cabe, un ómnibus donde suben formatos de todos los géneros.

El nacimiento de la radio en la Argentina

Desde 1910 existían radioaficionados en Buenos Aires y desde la ciudad de Bernal, pleno campo en ese momento, recibieron comunicados de bases en Canadá e Irlanda. Desde 1898, ingenieros como Ricaldoni o Bellocq realizaron experiencias precarias de telegrafía inalámbrica. En 1913, Bellocq recibió la primera licencia de radioaficionado.

En 1915 jóvenes radioaficionados de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza constituían una especie de hermandad que se comunicaba noticias, entablaba charlas a distancia y hasta intercambiaba recitales de piano o violín.

Fue en el año 1917 que el doctor Enrique Telémaco Susini les dijo a sus tres amigos estudiantes de medicina y radioaficionados: "Miren, muchachos: si un día, nosotros, pudimos escuchar por radio el canto de un gallo, debe existir la posibilidad de transmitir la voz humana. O la música. ¿Se imaginan que grandioso sería?". Al grupo le sobraba imaginación, como para suponer ya lo que Susini planeaba. Enrique Susini, de 25 años, su sobrino Miguel Mujica, de 18, César Guerrico y Luis Romero Carranza, de 22 años, tenían el asunto de la radio y el deseo y la necesidad de una transmisión masiva desde aquel momento en sus pensamientos. No sabían que muy pronto podrían materializar ese proyecto que les permitiría impulsar un invento capaz de trasladar a todos los pueblos el sonido y las voces de las personas dentro de nuestro país.

El grupo seguía con pasión la información disponible en forma de libros, y revistas sobre radio que llegaba hasta ellos. Los principios de Hertz, Braun y Marconi, iban creando en ellos un banco de conocimientos y un cúmulo de inquietudes que los iba acercando a los secretos del descubrimiento y uso de "la transmisión inalámbrica, sin conductores y a distancia", a la que el ruso exiliado en Estados Unidos, David Sarnoff, le había puesto una marca en 1916 cuando logró transmitir por aire información, música, noticias, ideas.

Volviendo a nuestro país, a partir de 1912 en Buenos Aires, algunos radioaficionados, adolescentes, como Ernesto Pita Romero, acostumbraban a compartir lecturas del Martín Fierro o a pasar discos desde su equipo, había un personaje llamado Ignacio Gómez Aguirre, quien recibía la transmisión y la respondía mediante el sistema Morse, era un muchacho de la barra de Susini que colaboró hasta el 26 de Agosto de 1920 en la preparación del lanzamiento de la radio.

En 1917 Susini ingresa como médico de la armada. Al finalizar la guerra en 1918 ésta le encarga a Susini que estudie en los frentes de batalla el efecto de los gases asfixiantes y paralizantes sobre las vías respiratorias. En el ejército francés consigue algunos equipos de radio casi abandonados, con transmisores de 5 kilowatts de potencia y poco uso, válvulas de rezago marca Phaté y lámparas marca metal en buen estado. Con estos equipos, los datos obtenidos en Europa más los datos sobre su especialidad médica vuelve a la Argentina.

Con estos nuevos conocimientos y elementos técnicos traídos de Europa, sumando todas las ganas por realizar una transmisión digna de una primera vez, el grupo decide que esa transmisión será la de Parsifal, desde el teatro coliseo el 27 de Agosto de 1920. El equipo se veía precario. El único micrófono que se pudo conseguir para tomar los ruidos del ambiente era uno para sordos, que fue ubicado en el paraíso del teatro coliseo. Este transmisor de 5 humildes Vatios "volvía a pelear como en la guerra", instalado en la azotea del edificio, los alambres para bobinas, los transformadores, los condensadores, todo estuvo listo ese 27 de Agosto y funcionando como correspondía. Entre el teatro y la cúpula de la casa de Cerrito y Charcas fue colocada la antena. La transmisión fue realizada con éxito aunque todavía en aquella época escuchada por pocos. Desde ese momento los programas siguieron sin interrupciones. Al siguiente día se transmitió Aída, por la tarde nuevamente Parsifal y a la noche Iris, con Gilda Dalla Rizza y Benjamino Gigli. El Lunes pasaron Rigoleto, después Manón, y actuaciones especiales de la compañía lírica del teatro municipal de Rió de Janeiro. Susini definió al grupo de amigos de la siguiente manera: "Éramos médicos estudiosos de los efectos eléctricos en medicina, y también radioaficionados, lo suficientemente bien informados como para estar a la vanguardia. Pero básicamente éramos personas imaginativas, amantes de la música y el teatro y por eso se nos ocurrió que este maravilloso invento podía llegar a ser el más extraordinario instrumento de difusión cultural". "Según el historiador Edgardo Roca, la radiotelefonía argentina nació como un entretenimiento de aficionados que jugaban a transmitir y recibir. Pero el tiempo, afirma Roca, transformó ese hobbie de locos de la azotea en algo imprescindible en todos los hogares."

GÉNEROS Y FORMATOS EN LA RADIOFONÍA ARGENTINA

Década del 20

Son los años posteriores a la Primer Guerra Mundial, millares de europeos arman lo poco que tienen y llegan a la Argentina como inmigrantes.

Ya en esa primera década de su historia, la radio ofrecía de manera incipiente los géneros y formatos que la habrían de caracterizar posteriormente. En 1921, la transmisión de música clásica se convertía en un hecho de frecuencia casi diaria; transmisión de las temporadas liricas del Coliseo, el Colon y el teatro Cervantes, así como veladas más populares, con orquestas típicas y melódica, captadas en directo en la confitería Paris y en la boite Abdullah.

En esos tiempos la emisión de grabaciones fonográficas por radio estaba muy mal conceptuada. La reproducción de discos fue el resultado de una necesidad: como casi todos los números de la radio eran en vivo y no había más que un estudio, para no interrumpir la continuidad, entre un programa y otro, se ponía un disco.

Al año siguiente, la noticia cotidiana ganaba espacio con la transmisión en vivo de la asunción de Marcelo T. de Alvear como presidente de la República. El 12 de Octubre la Radio Argentina transmite la asunción, de ese modo se convierte en el primer presidente cuya voz sale por ese medio moderno e inquietante.

En septiembre de 1923 entraba el boxeo, con la célebre pelea desde Estados Unidos, entre el argentino Luis Ángel Firpo y el estadounidense Jack Dempsey y en octubre del año siguiente lo hacía el fútbol, con un partido disputado por uruguayos y argentinos. Alrededor de esa fecha también – algunos estudiosos señalan que un poco antes- se ponían al aire los primeros reclames (el galicismo denominaba así a los avisos publicitarios).

Hacia el final de la década nacía el radioteatro, cultor inicial de la vertiente criollista y nativista de delgado hilo argumental, centrado en canciones y payadas. El origen se atribuye hoy a Francisco Mastandrea con La caricia del lobo, éxito que continuará Andrés González Pulido con su conjunto Chispazos de tradición, llamado la madre de todos los radioteatros.

A la pionera Radio Argentina, se sumarían en breve: Radio Cultura, Radio Sud América, LOU Radio Brusa (hoy Excélsior), Radio Libertad (hoy Mitre), Radio Casa América, Radio Grand Splendid (hoy Splendid) y Radio Nacional (luego Belgrano).

El 4 de Octubre 1923 surgía en Rosario "la primera emisora cerealista del país", mientras se producía una de las innovaciones tecnológicas más radicales: la introducción de los parlantes, modificando sustancialmente las condiciones de escucha. El aparato receptor se ganaba así un lugar importante en el hogar, reuniendo a su alrededor a la familia entera.

En la radio hubo humor desde el principio, pero recién en 1929 se iniciaron programas de "risas, broma y chispa".

En tres años, el número de aparatos había crecido de manera sorprendente y surgían ya los primeros conflictos que llevaron a reglamentar la frecuencia de emisión entre 1925 y 1929.

Década del 30

La nueva década trajo también nuevas preocupaciones para las radios: mejorar las transmisiones, perfeccionar las técnicas, elevar el sonido. Los años 30 acentuarán esta tendencia a la expansión. Al éxito de Splendid y Belgrano se suma Radio El Mundo en 1935 con un edificio monumental de siete estudios y dos auditorios, mientras el empresario Jaime Yankelevich crea desde Belgrano las primeras transmisiones en cadena.

Al inicio de los años 30 explota la moda del aviso cantado y empiezan a utilizarse también atractivos efectos musicales y sonoros. A la vez el radioteatro amplía su temática extrayendo asuntos de la producción folletinesca, donde abundaban huérfanos, madres solteras, grandes villanos y amores imposibles pero eternos. El primer radioteatro se tituló Una hora en la Pampa, era de carácter folklórico y estuvo dirigido por el actor Francisco Mastandrea. En 1933 del autor Héctor Pedro Blomberg, comienza La pulpera de Santa Lucía radioteatro situado en la época rosista.

En este siglo también se puede ver en el género humorístico un gran crecimiento: en 1930 César Mariño; monólogos cómicos. Trío Cómico Futurista: Los Romanos (Juan, Vicente y José Romano.). Tomás Simari, continúa con sus monólogos y añade una innovación, los diálogos con varios personajes que el mismo representa, ductilidad de voces; se gana el apodo de "El hombre de las mil voces." En 1931 Trío Cómico ABC. Federico Mansilla; incorporó a su personaje "El Abuelito", en diálogos con su secretario Rodolfo. En 1932 y 1933 el recitado va perdiendo lentamente fuerza, cobran auge los conjuntos de parodias musicales. Se agregan: Grupo Gedeón, Los Viudos, Dúo Cómico Odeón, Los Caballeros de la Quema, Los Bohemios (originalmente eran una murga), dirigidos por Mario Pugliese "Cariño", José Albano "El pájaro lobo", Felipe Rodríguez "El tartamudo", Miguel Croce, "La Chelita"; Salvador Libonatti "El Loco"; P. Pacunto "La Jirafa"; Propato "El Inglés". Tenía imitadores y el conjunto interpretaba piezas musicales, realzadas con chistes, pequeños monólogos, diálogos y algunas imitaciones. La Rueda del Buen Humor. Dúo Buono – Striano (eran guitarristas). Este dúo realizo un sketch llamado "El relámpago" con Guido Gorgatti, y a Pepe Arias personificando a Goyo. El dúo Buono-Striano fue presentado en las emisoras porteñas de la década del ‘30 como "los reyes de la risa". En 1933 nace las Aventuras de Joseliyo, Merengue y el ABC trío, con los actores Raimundo pastora y Diego Valero. Este fue uno de los primeros programas de risa, humor y chispa. En 1937 Niní Marshall aparece en la radio Splendid con su personaje Catita, se incorporan al medio dos personajes que haciendo pequeñas cosas llegarían muy alto: Luis Sandrini y Pepe Iglesias haciendo una memorable imitación de Pepe Arias.

El público se segmentaba de acuerdo con la edad, el sexo y la extracción social. Crecía por entonces el género infantil con programas dirigidos por Marylin y Juancho, mientras se posicionan las historias policiales y la comedia breve para el gusto adulto.

En 1935 muere el cantante Carlos Gardel, las radios en señal de duelo se ponen de acuerdo los días subsiguientes para no emitir durante una semana música de tango, ni en vivo, ni grabada, ni de Gardel ni de otros intérpretes.

En 1937 inició sus transmisiones Radio del Estado desde el entrepiso del Palacio de Correos y Telégrafos y sin emitir publicidad comercial. Ante la demanda de un aporte mayor a la cultura, llevó adelante un proyecto innovador para la época: la "Escuela de aire", que permitía la escucha de programas elaborados por el Ministerio de Educación en todos los establecimientos públicos del país.

En 1939 comienzos de la segunda Guerra Mundial la radio informo sobre la guerra, pero fundamentalmente un espacio centralizaba la atención de todos: El boletín sintético de Radio El Mundo.

El género musical más escuchado a fines de este siglo era el Jazz en sus programas Sincopa y ritmo, que había comenzado en 1934 y Teatro Palmolive de Oro.

Década del 40

Hacia 1940 la radiofonía argentina ya había alcanzado un importante desarrollo económico y un impacto comunicativo incomparable. La campaña electoral de 1946 tuvo a la radio como escenario de difusión de las ideas políticas, convirtiéndose en herramienta de propaganda y de construcción de la opinión pública, no siempre bien vista por todos.

En 1940, por Radio el Mundo, se iniciaron dos ciclos que hicieron historia: Los Pérez García y Glostora Tango Club.

Los domingos Radio Belgrano antes del futbol, transmitía un programa de humor, cuyos personajes representaban a cada uno de los clubes de futbol más populares, llamado Gran pensión El campeonato.

El radioteatro continuaba ganando adeptos, en especial por parte del público femenino que seguía fielmente las voces y peripecias sentimentales, de Oscar Casco, Hilda Bernard, Susy Kent, Rosa Rosen, Eduardo Rudy, Jorge Salcedo o Julia Sandoval, entre otros, con guiones de Abel Santa Cruz, Nené Cascallar, María del Carmen Martínez Paiva, Yaya Suarez Corvo y Raúl Martínez; dirigidos por Don Armando Discepolo u otro.

En 1940 debuta Niní Marshall con Cándida y Catita, iniciadoras de una extensa lista de personajes que se tornarían inolvidables. Tres años más tarde la Dirección Nacional de Radiodifusión prohibirá sus actuaciones por considerar que "tergiversaban el correcto idioma". Niní volverá a la radio en 1954.

En este mismo año Pepe Arias hace por Radio El mundo lo que resulto su inicial triunfo en la radio, El hermano José.

A propósito del humor, en 1944 salía al aire por primera vez Felipe, el célebre personaje de Luis Sandrini, que tendría una vigencia ininterrumpida de veintitrés años, secundado por Juan Carlos Thorry, Tincho Zabala o Magacha Gutiérrez, entre otros. Diversas figuras protagonistas de la risa fueron también Pepe Arias, Juan Carlos Mareco "Pinocho" quien debuta en Radio Mitre en 1946 y Pepe Iglesias "El Zorro". En 1945 como secretario de Pepe Arias se inicia Tato Bores en el programa, "Justo Justino Reyes doctor en trampas y leyes".

Los programas musicales continuaron siendo un número fuerte, aunque volcados por entonces hacia géneros más populares que la música clásica. Las orquestas típicas, las de jazz, los solistas de moda y hasta el recitador eran los ingredientes esenciales de un buen show radiofónico. Son además años de crecimiento del folklore. Antonio Tormo, que en 1937 integraba La tropilla de Huachi Pampa, imponía el gusto mayoritario en su programa El Fogón de los Arrieros.

Década del 50

Los años 50 corrieron paralelos al nacimiento de la TV, que sería con el andar del tiempo y antes de conformar cada medio su público, su principal competidora. Así fue como Radio Belgrano pasó a ser LR3 Radio Belgrano Televisión.

La muerte de Evita dejó testimonios en la radiodifusión. Durante los 16 días siguientes no se escuchó más que música sacra y se impuso la costumbre de evocar la hora del deceso con la expresión: "Son las 20.25, hora en que Eva Perón pasó a la inmortalidad."

Esta década centró su atención en la programación familiar. Los Pérez García será uno de los productos de mayor audiencia del horario nocturno y conservará ese lugar de prestigio durante muchos años. La clase media argentina aprendió así a "ver" sus propios conflictos cotidianos a través de la radio y le entregó su fidelidad. La audición de Jabón Federal por Radio Belgrano, se centró también en esta franja de público, alcanzando el primer lugar en la preferencia de los oyentes.

La música de entonces se focalizó en el folklore (con propuestas como El Rancho 'e la Cambicha) y fundamentalmente en el tango, que consagraba a intérpretes populares como Alberto Castillo. Alejandro Romay, por su parte, animaba Lluvia de estrellas, el que a su vez competía con Una cita con el tango, Mundo de tango y El tango y sus estrellas.

Los programas cómicos, que ya habían consolidado un camino en décadas anteriores, se impusieron con holgura. Son los años de Los cinco grandes del buen humor (con Rafael Pato Carret, Jorge Luz, Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol y Guillermo Rico), de La Revista Dislocada de Delfor Discasolo y Aldo Cammarota en Radio Argentina (el primer programa donde la publicidad se integraba al clima risueño y chispeante de la audición).

Enrique Santos Discépolo, en tanto, con su personaje Mordisquito se convertía en un emblema incuestionable de la época, a través del diálogo imaginario con ese personaje que no reconocía las conquistas sociales del peronismo. El ciclo, de gran éxito, se vio interrumpido con la muerte del autor ya concluida esta década en la que el Estado Nacional había recuperado todas las licencias de manos privadas y extendido la creación de nuevas emisoras en el interior del país.

El radioteatro, en tanto, pugnaba por conservar su audiencia femenina, que comenzaba a serle disputada por la televisión. Los más escuchados eran Tarzan, Sandokan y los Tigres de la Malasia y Poncho Negro. A los nombres de los guionistas de la década anterior, se sumaron los de Alberto Migré, Celia Alcántara y Alma Bressán.

El deporte sumó también nuevas voces y estilos: Fioravanti, el campechano Lalo Pelliciari y Luis Elías Sojit con su programa de automovilismo: Coche a la vista.

La modificación tecnológica más importante se sitúa en 1956, con la llegada a la Argentina de las primeras radios portátiles a transistores, hecho que volvería a modificar las condiciones de escucha. Así el aparato receptor se desplazaría con el oyente, fortaleciendo las condiciones de fidelidad, ya sea a una emisora o a una voz en particular.

A partir de 1957, con la nueva reglamentación de la radiodifusión, el medio entró en un terreno complejo. La censura y el cuidado de los contenidos en los programas se convirtieron en una práctica frecuente.

Década del 60

Al comenzar la década del 60, ya se han registrado cambios sustanciales. Las claves de la década fueron los avances tecnológicos y la transformación provocada por la competencia de la televisión privada. Ambos aspectos se relacionan con el nacimiento de una nueva radio, que apoyo su mensaje en dos pilares: la música y la información. Los cambios se vieron en los siguientes sucesos, los elencos estables y las orquestas exclusivas de las emisoras son absorbidos por la televisión, que además ha ganado la batalla por la ficción folletinesca. Los programas en vivo tienden a menguar. El medio se posiciona cómodamente en el horario matutino, franja a la que recurre una audiencia ávida de obtener noticias recientes de primera mano.

En 1960 nació Minguito Tinguitella, de la mano de Juan Carlos Altavista, en una participación en el ciclo Por las calles de Pompeya llora el tango y la Mireya, de Juan Carlos Chiappe.

En cuanto a la estética, se impone un código más informal y cómplice, en el que destacan Fontana Show, La Gallina Verde, El Diablo Cabo y a partir de 1967 Rapidísimo de Héctor Larrea, un clásico de largo aliento.

El programa Fontana Show conducido por Cacho Fontana en Radio El Mundo; se caracterizaba por brindar información, vértigo, desacartonamiento, espontaneidad y un poco mas de improvisación.

El programa La gallina verde, nació en 1967 en Radio Belgrano, estuvo al aire durante 12 años e impuso un estilo no gritado, "para escuchar", con columnistas que provenían del periodismo grafico.

Rapidísimo, nacido también en 1967 por Radio El Mundo, fue uno de los tantos programas que abrió la participación de los oyentes a través de los mensajes telefónicos y tenia micros humorísticos.

También en el espectro informativo cabe citar el alto impacto de Ariel Delgado desde Radio Colonia en Uruguay. Su clásica frase: "Hay más informaciones para este boletín" puso en vilo en más de una ocasión a la audiencia argentina, que se las ingeniaba para sortear la censura militar impuesta por la dictadura de Onganía. En Argentina la búsqueda de nuevas formas para la noticia tuvo una marcada influencia en el inicio de la década. En Radio Excélsior se destacaron dos ciclos periodísticos: La calle pregunta y Soberano el oyente, con los cuales se inicio el periodismo de investigación. En 1962 La pregunta de hoy, conducido por Bernardo Neustadt, por Radio Porteña; en ese mismo año por Radio Splendid Pinky junto a Adolfo Salinas realizan un programa de música grabada y entrevistas en vivo, llamado Pinkysalinadas.

En el género musical triunfaron propuestas como La Cabalgata Musical Gillette que puso al aire por primera vez una canción de los Beatles, por entonces denominados "Los escarabajos". El sector juvenil se inclinó también por propuestas como Música en el Aire, Escala Musical, Escalera a la fama o Luz, color y música, en tanto que el repertorio folklórico encontró en Argentinísima de Julio Márbiz, El mundo de la guitarra de Antonio Carrizo vehículos notables para su propia difusión y Peñas folklóricas.

Argentinísima arranco en 1968, era un ciclo de interés general, pero únicamente con música argentina, tanto con folklore como con tango y baladas, además de información deportiva, humor y poesía.

Los programas de pregunta y respuesta se pusieron de moda, El Mundo transmitía Dar en el blanco, Splendid La campana de cristal.

En 1966 nació en Radio Belgrano un programa que sería un símbolo de su época: Generación espontanea. Difundía música y hablaban cuatro horas seguidas con los protagonistas de la realidad.

La información deportiva ganó con nuevas voces y figuras, entre las que cabe mencionar a Andrés Rouco y Lisandro González Longhi con Carburando, Carlos Legnani con Campeones en el camino y la dupla Oscar Gañete Blasco – Pérez Trigas con Emoción en las rutas.

Entre 1967 y 1968 nace un nuevo humor en la radio de la mano de Adolfo Castelo con el programa Bolsa de gatos, por Radio El Mundo, era un tipo de humor basado en la observación de la realidad, más humorístico que cómico.

Década del 70

La gran innovación de los años 70 es la aparición de las emisoras de frecuencia modulada, más conocidas como FM. Su irrupción divide el espectro radiofónico, estableciendo la dicotomía: AM-información/ FM- música, antítesis que irá desapareciendo con el paso del tiempo.

En 1971 se inicio por Radio Belgrano el ciclo Charlando las noticias. Julio Lagos un locutor que provenía del periodismo grafico, leía con calma y buena dicción los matutinos porteños.

Un sensible cambio de estilo se produce en las figuras de locución: los tonos bajos, sugerentes y casi susurrantes cautivan la escucha nocturna que la FM recupera para la radio, disputándole público joven a la televisión. Es la consagración de Nora Perlé, Betty Elizalde, Nucha Amengual y Graciela Mancuso, llamadas las locutoras "mimosas", figuras femeninas a las que se suma el estilo pausado de Omar Cerasuolo o de Juan Alberto Badía.

La noche gana con programas como Modart en la noche, Imagínate, Las 7 lunas o La noche con amigos.

Imagínate inicia en 1976 por Radio Del Plata, fue el primer ciclo nocturno en vivo de esa época, lo que permitió la visita de público en el estudio para presenciar el programa o los recitales de cada jueves. El ciclo de Badia prolongaba el vínculo con los oyentes y tenían un móvil en la calle con el que se hacía presente en estrenos de cine teatro y presentaciones de músicos y cantantes.

Desde la perspectiva informativa general a los nombres de Cacho Fontana y Antonio Carrizo se suman los de Víctor Sueiro, Julio Lagos, Mario Mactas y el más innovador de la década: Hugo Guerrero Martinheitz, "El Peruano Parlanchín", con su original El show del minuto.

El show del minuto era imprevisible de cinco horas de duración en el que el peruano podía pasarse todo el tiempo conversando, sin pasar un solo tema musical o emitiendo toda una tarde música clásica, valses vieneses, música de Piazzolla o bossa nova. Este innovador de las formas y de los fondos, llego a leer libros completos en radio o a hacer programas completos con lo que él denominaba telefonemas de sus oyentes.

La dictadura militar a partir de 1976 impuso su control sobre los medios de comunicación y la censura se instauró también en la radio. Listas negras, nombres prohibidos, asuntos eludidos y músicos cuya obra no podía ser difundida, se convirtieron en prácticas habituales.

A falta de noticias políticas la radio hacia abundante eco de las novedades deportivas. En 1978 esto también se ve en la transmisión del mundial en la que ninguna emisora podía hacer criticas ni siquiera sociológicos y los periodistas especializados tenían prohibido hablar mal de la Selección de futbol desde el punto de vista técnico, José María Muñoz, "El relator de América", que había cambiado en las décadas anteriores el estilo de las transmisiones deportivas con un sello profesional y único, borraba con el codo lo escrito con la mano. En el marco del Mundial de Fútbol 78, durante la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, asumió una actitud harto complaciente con la dictadura, postura que reafirmaría en el mundial juvenil 79.

Década del 80

El retorno a la democracia trajo nuevos aires a la radio, que adoptó un carácter más frontal, con información al instante y un amplio lugar para la opinión y el debate. En este espacio se convirtieron en clásicos: Magdalena Ruiz Guiñazú, Santo Biasatti, Román Lejtman, Nelson Castro, Alfredo Leuco, Diego Bonadeo y el siempre recordado Néstor Ibarra.

Algunos programas de entonces se convertirían en emblemáticos de esa época, por el alto nivel de ideas, de producción o de creatividad: Sin Anestesia de Eduardo Aliverti, Sueños de una noche de Belgrano con Jorge Dorio y Martín Caparrós, Ciudadanas de Ana María Muchnik o Historias en estudio de José M. Pasquini Durán señalan algunos de los hitos más altos alcanzados por la radio entre 1984 y 1985.

En el género periodístico hay tres personajes a destacar: Neustadt, que en su programa por Radio Mitre mezclaba todo lo conocido hasta el momento en materia informativa: la lectura de los diarios, el análisis político y la entrevista telefónica a quienes eran noticia; Mareco, que junto a Néstor Ibarra y Rubén Corbacho armaban un clima distinto en la mañana; y Mauro Viale, por entonces productor periodístico de varios ciclos, que comenzaba el género de las polémicas al aire, en ocasiones con el poco ético recurso de cruzar sin aviso previo a dos personajes enfrentados.

También el humor volvió a ocupar un lugar destacado en el aire. A partir de 1987 Alejandro Dolina convocó a una audiencia creciente con Demasiado tarde para lágrimas, combinando risa y desenfado con la profunda reflexión humanista. Donde Castelo cumplía el rol de partenaires. Entre los dos formaron una dupla memorable.

En 1987 nació por la FM Rock and Pop Radio Bangkok, conducido por Lalo Mir, el mismo afirma que la idea original era hacer una revista de entretenimientos mañanera con música, chistes y jolgorio. Pero en el formato se empezaron a mezclar otras cosas: desde la información más criteriosa hasta la más loca, desde lo más cuerdo a lo más chancho y sobre todo una visión terriblemente critica.

En esta década comienza el ciclo por la Rock and Pop, conducido por Mario Pergolini, llamado Malas compañías, fue un hito generacional de la radio, que definió la búsqueda de los años 80 y el definitivo despegue de la siguiente década.

En el deporte el brillo recayó sobre Víctor Hugo Morales, que primero en Radio Mitre y luego en Continental, marcaría un estilo de relato signado por una cultura general hasta el momento poco frecuente en el periodismo deportivo.

Década del 90

Los 90 se vieron en la encrucijada de un doble movimiento, signado por las direcciones encontradas entre la mega concentración de las empresas periodísticas, con la administración de varios medios a su cargo, y la proliferación de los micro-medios: radios de baja potencia de alcance local y comunitario. En esa tensión proliferarían también las FM que renovaron la estética radial, destacándose, entre otras: Rock and Pop, FM 100, Horizonte, Feeling y Aspen. Crecieron asimismo las denominadas "radios de segmento", es decir, aquellas con un público muy sectorizado, como por ejemplo: FM Tango o FM Clásica. Nuevas voces: Lalo Mir, Elizabeth Vernacci, Mario Pergolini, Boby Flores, Marcela Feudale, Ari Paluch, se ganaron su lugar a fuerza de personalidad, carácter e innovación.

Hoy la radio ocupa un espacio por derecho propio.

Ya no se plantea competir con la televisión porque supo conquistar un sitio imprescindible en la vida cotidiana: ritmo informativo, walkman o escucha en el auto, acompañamiento, diversión, actualidad. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han abierto también otros canales a través de Internet y hacen posible que un programa emitido en una localidad de nuestro país pueda ser escuchado con calidad y alta fidelidad en otros lugares del mundo.

En 1991 Quique Pezoa se incorpora a Radio Rivadavia para hacer La oreja II, en el mismo el conductor trataba de convertir a la realidad en "una operita diaria", poniendo música a las noticias.

En 1992 Cerasuolo comienza por Radio Continental, La noche que me quieras, en donde durante tres horas cada noche lee a Borges y María Elena Walsh, entre otros, hace de su programa una profunda tarea de divulgación cultural.

En 1993 Nelson Castro en Radio del Plata a la mañana realizaba un programa de investigación que le llevo a ganar un premio internacional.

Los nuevos actores de la FM, entre ellos Jorge Lanata, en la Rock and Pop, realiza su programa Rompecabezas, abordaba la actualidad con rigor pero también con humor. Otros son Carla Ritrovato, Alejandra Salas, Luis Bedini y Luisa Delfino.

Conclusión

Como se puede ver en el presente trabajo todo gira como en un comienzo pusimos desde tres perspectivas: el modo de producción de los mensajes, la intencionalidad del emisor y la segmentación de los destinatarios, según el esquema de comunicación Emisor – Mensaje – Receptor. Cada década tiene diferentes características y la radio cumple en cada una de ellas un rol distinto, modificando el mismo a través del tiempo. Desde su invención en el Siglo XX en donde era indispensable una radio en cada casa para poder estar informado al Siglo XXI en el cual todos pueden acceder a ella sea a través de un aparato electrónico o vía Internet, pero el rol cambió de comunicador indispensable a un medio más de comunicación, lo que no cambió es el rol que siempre tuvo y tendrá: el de acompañar a los oyentes en los distintos momentos de sus vidas.

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