"No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de protección de un padre". Sigmund Freud en Civilization and Its Discontents
"Pero, todo cambiaría, cuando una plaga devastadora de cigarras descendiera en la región. Porque entonces, un Oráculo demandó, para darle fin, que, el impune asesino de Laio fuera castigado. Muy pronto Edipo descubrió que fue él quien accidentalmente ultimara a su propio padre". (FEFL) en Complejos de Edipo y Electra
"Entonces, es en la debilidad de los miembros del infante y no en su voluntad que resta su inocencia". San Agustín en Confesiones
El machismo nos enseña que el sexo masculino es el sexo superior, y que ser hombre es una condición especial que la Naturaleza confiere como distinción exclusiva, a un 50% de la población humana mundial.
Aunque todos sabemos, discretamente, que nacer siendo varón, y crecer como tal es asunto muy dificultoso.
Esta lección tiene como objetivo el proporcionar conocimientos a quienes deseen entender los conflictos inherentes al desarrollo del niño de sexo masculino.
Dificultades que pocos admiten, porque el varón — como miembro del género predominante, culturalmente — debe de crecer fuerte y sin admitir flaquezas de carácter.
Uno de los problemas confrontado por todos los seres humanos, pertenecientes al género varonil, a medida que se desarrollan, es la tarea de reconciliar el conflicto que existe en sus mentes donde, lado a lado, conviven pulsiones contradichas y tendencias antagonistas.
Aquí me refiero al miedo innato, que nos protege, y a la espera del arrojo, en el varón, en desafianza del mismo. En otras palabras, al impulso natural de huir frente al peligro, y vivir; versus combatirlo, sin necesidad, y morir.
En otras palabras a vivir la experiencia de tornar en broma todo el dolor y los pesares, como canta Canio en la famosa ópera de Leoncavallo I Pagliacci (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos50/payaso-triste/payaso-triste).
Me refiero igualmente, al deseo de ser exclusivo, como objeto de amor para una mujer, de sentirse sobresaliente en algún asunto de importancia, de ser fálico en la interpretación que ofrece el psicoanálisis a este concepto, y del miedo de resultar siendo, algún día, alguien insignificante o algo irrelevante.
Para los varones es necesario ansiar que todos los respeten, todas los admiren y de ser el "mejor toro para las vacas de la sabana", como decía (de manera infinitamente más vulgar) un empleado que trabajara en mi casa cuando yo era niño. Mientras secretamente me instruyera, en lo que nadie entonces nos enseñara: "las cosas de la vida" — léase el sexo, o de dónde vienen los niños.
Muchachos bañándose por Edvard Munch
Yo dejé de creer, a los cinco años, en que "los Reyes Magos" traían regalos de pascuas a los niños de Santiago. Esto sucedió cuando el "Guapo de la José Trujillo Valdez" — burlándose de mí — cuando lo explicara, me lo dijo.
También sería él (uno de cuatro hermanos) quien me diera un cursillo intensivo en todo lo relativo al sexo, ya que yo era el menor de dos hijos, la mayor era hembra.
Siempre hubiera deseado tener hermanos varones mayores que yo — como el Guapo los tuviera — para que por mí pelearan, como hicieran los de él.
Cuando a mí otros me metían miedos, temía confesarlo a mis padres, porque mi papá me decía: "sé hombre y pelea" — aunque quien me enfrentaría una vez tuviera quince, y yo, nueve años. Por su parte mi mamá, que en todo lo mío se inmiscuía, les decía cosas feas a quienes conmigo reñían, si es que ella lo averiguara — algo que yo solía evitar muy concienzudamente.
Cuando estudié la psiquiatría de niños y comencé a tratar a varones pequeños, muy pronto confirmé que, lo que mi mamá sostuviera como verdad: que "Dios es mujer", es posible que pudiera ser cierto. Porque los varones tienen más problemas creciendo que las hembras.
Un estudio norteamericano de los niños que son atendidos en las clínicas psiquiátricas de niños y adolescentes revela una desproporción inmensa entre los varones y las hembras — a favor de ellas — o si se prefiere — contra los varones.
En mi artículo, Hombre: Emperador Desnudo… reproduzco las estadísticas que confirman que el nuestro, es el sexo más afligido de los dos, en casi todas las cosas negativas. (Partes de las mismas enseñanzas se incorporan en esta lección).
Para explicar este fenómeno, puede que sea la carencia de una pierna y cromatina en el cromosoma sexual X, o el baño de testosterona que nuestro cerebro recibe cuando nos diferenciamos sexualmente en el útero materno. Lo cierto es que, desde los comienzos de la vida, los varones experimentan más, y peores, dificultades que las que las hembras sobrellevan.
Hombres bañándose por Edvard Munch
Desde el punto de vista del desarrollo social, los niños tienden a ser más ruidosos, más conscientes del tamaño de las varias protuberancias de su anatomía, a ser mentirosos, a la exploración furtiva, a tomar riesgos, a jugar con el fuego y con armas de fuego, a apropiarse de lo ajeno, a molestar a otros, especialmente a las hembras, a torturar a los animales y a pelearse entre ellos.
Sin mencionar a querer orinar más lejos, al atisbo furtivo de hembras, de todas edades — especialmente cuando están en el baño — a explorar a los animales domésticos — o a las empleadas domésticas — cuando la edad y la circunstancia fueran propicias.
Como estudiantes, casi todas las dificultades que afectan a la niñez se congregan en el varón.
Compiten entre ellos por todo. Todo, desde el poder putativo o imaginario de los papás, hasta la distancia que viajan sus expectoraciones. Porque todo lo que hacen debe exceder lo que todos los demás pueden lograr.
Las relaciones triangulares asimismo, les intimidan porque, a menudo, desconfían del buen sentido o de las buenas intenciones de un papá que, con frecuencia prefiere a las hijas hembras por ser más maleables — sino más dóciles — o, tal vez, por naturaleza e inclinación, más diplomáticas.
Para muchos el miedo de la posibilidad de ser homosexuales les causa molestia distinta, algo de lo que algunos perversos, mayores que ellos, se aprovechan para lograr confundirlos.
Muchos temen al sentimentalismo, porque "los hombres no lloran" (parece ser que las glándulas lacrimales de los hombres, como el apéndice vermicular, cumplen funciones superfluas). Otros no lo hacen, por miedo a que se los califique de ser "pájaros".
A algunos les atraen los uniformes militares porque les da la impresión de ser valientes, gozan los deportes de contacto, porque simulan las batallas, y les gustan las armas, porque son expresiones fálicas del poder avasallador masculino.
Caruso como Canio. En I Pagliacci por Ruggero Leoncavallo
Debido a esas proclividades tan insensatas como equivocadas, muchos niños cuando crecen, no aprenden a amar ni a conocer cómo lograr que a ellos, también los amen. Como adultos, y si establecen relaciones sentimentales con otros, en el sentido formal, muchos — en ciertas culturas — mantienen relaciones extramaritales y procrean hijos por la calle, para afirmar su condición de ser viril.
Otros, en silencio, sufren de la impotencia genital, que, como hemos visto en otros de mis artículos, es una condición generalmente psicológica, pero que invita al consumo exagerado de sustancias afrodisíacas o al placer subordinado de la pornografía. (Véase mi artículo, La Pornografía y los Trastornos del Comer).
Crecer bajo la sombra de un papá exitoso, como Freud acertadamente describiera, es difícil, ya que el joven teme el reproche, o la falta de aprobación del padre por tener la osadía de competir con él, pudiendo superarlo en lo que hace.
Ese miedo es esencialmente un producto de la situación triangular del complejo de Edipo.
En uno de mis artículos introduzco una reproducción del lienzo que Rubens pintara de las Tres Gracias, preguntando al lector qué pensarían las gentes si en lugar de tres mujeres desnudas formando un círculo, hubieran sido tres hombres.
Lo repito porque es que la relación entre mujeres es similar a pertenecer a un grupo o sociedad privada, donde no todos son admitidos y donde, por cierto, los hombres no encuentran lugar.
Tres Gracias por Rubens
Ya, que habiendo demostrado, lo que intuitivamente reconocemos: que el masculino es el sexo más vulnerable, quisiera utilizar este espacio para tratar de asistir a las tantas mamás que padecen bajo la carga de criar un hijo varón por sí solas y sin el apoyo emocional del padre.
La ilusión de ser guapo
Comenzaré por enfatizar que el "Guapo" no es guapo, como tampoco es valiente. Ser guapo es un antifaz de bravuconadas para ocultar los miedos que los guapos, defensivamente, deniegan.
El ser humano no depende de sus músculos para defenderse o para medrar.
El ser humano depende de su inteligencia, su capacidad de comunicación social y de su astucia, como bien sabemos.
El macho, es tan macho como sus miedos de ser débil u homosexual le permiten.
Recuerden que en uno de mis artículos, Pájaro, describo a los soldados de Tebas como un cuerpo de homosexuales griegos que se distinguieran por su temeridad. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos88/homosexualidad-latente-y-machismo-homofobico/homosexualidad-latente-y-machismo-homofobico).
También recordaremos aquí a los muchos talentos que fueran perdidos, porque el hombre usurpó la labor de su acompañante femenina: Auguste Rodin, Dante Gabriel Rossetti y Diego Rivera entre tantos.
La infortunada María Magdalena sufrió el desdén de la curia misógina que borraría, de manera conveniente, su nombre de entre del de los demás apóstoles, como ella misma lo fuera.
Me pregunto: ¿Qué pensaría Cristo? — ¿Qué pensaría, su madre, María?
Cariotipo
Para el niño joven, de inteligencia bien desarrollada y con un sentido de lo que el destino le ofrece. Ser guapo y andar a golpes con los fanfarrones que encuentran en las aulas de todas las escuelas del mundo, no ofrece atracción especial. O para que el papá lo critique por ser cobarde, cuando lo que está de por medio, por hacerlo, es probar a otros que él es macho.
Como decían los oponentes a otra de tantas guerras vituperables del Tío Sam — la Guerra de Vietnam — make love, no war…
Nosotros, los varones, no somos más machos, por ser machos, sino que tan sólo, somos menos mujeres biológicamente, por no ser hembras. Véanse mis artículos al respecto.
Como especie, lo que ha hecho invencible a la variedad humana, es la inteligencia enorme de que gozamos, acoplada con sentimientos de ética, moralidad, honor y respeto por la mujer — representante universal de la mamá que nos pariera, aunque pudo haber seleccionado nunca haberlo hecho.
Luchar por una causa moral o por la defensa de lo justo es una cosa.
Pero, pelear, simplemente porque otros nos provocan, y para que papá no nos recrimine es estúpido.
El traje nuevo del emperador por Hans Christian Andersen
Para continuar veamos, finalmente
Hombre: Emperador desnudo
El título de esta parte de esta lección se adapta del cuento de hadas El traje nuevo del emperador, escrito por Hans Christian Andersen en el 1837. (Para leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador).
Desde que el poeta-filósofo norteamericano Robert Bly revelara, en sus escritos, el hombre a sí mismo. Alrededor del mundo, se han iniciado movimientos, para asistir en sus ansiedades, a los miembros de un sexo que ahora se siente desolado, malentendido y confuso. Un sexo que antiguamente se conociese nada menos que con el nombre exaltado de "el sexo fuerte." El sexo masculino… el hombre.
Gran parte de lo que Bly escribe enfoca en lo que él percibe como la profunda situación desolada en la que la mayoría de los hombres se encuentran hoy día en nuestras sociedades occidentales.
Esta condición, en su entendimiento, es debida al decline del rol del padre en la familia moderna.
Él propone que mientras que las mujeres son asistidas por sus propios cuerpos durante el camino a la madurez, los hombres son algo como si fueran una "especie experimental" y tienen que ser instruidos en lo que significa ser un hombre.
Culturas pasadas poseían mitos elaborados, representados en ritos de pasaje, que los asistían en este proceso, o con la provisión de sociedades y grupos donde los hombres mayores podían asistir a los jóvenes en asuntos específicos a su género.
El filósofo contiende que esos rituales son tan importantes para los seres humanos como son los instintos para otros animales.
Y, como los papás se ausentaron progresivamente del hogar durante la revolución industrial, los varones jóvenes no reciben las enseñanzas que en el pasado recibieran.
Arquetipo negativo de la madre
De acuerdo a Bly, muchos de los fenómenos de depresión, delincuencia juvenil y falta de liderazgo en los negocios y la política tienen sus raíces en esos problemas.
Como consecuencia, Bly ve los hombres actuales como si todos fueran medios-adultos, atrapados en un estado desde el cual se les dificulta volverse líderes responsables, supervisores de otros, y padres, lo que resultaría en pasar ese rol memético a generaciones futuras.
En su libro The Sibling Society (1997), Bly propone que una sociedad constituida principalmente por medios-adultos resulta ser extremadamente problemática por carecer en liderazgo, iniciativa creativa, y deseo de ayudar a los demás.
La imagen de hombres débiles, se aumenta más aún por la prensa popular y los filmes de Hollywood que presentan al padre como codependiente emocional y abrumado con sobrepeso, tanto físico como mental.
Las mujeres, de acuerdo a Bly, se apresuraron, en los años 1960s, a llenar el espacio que dejaron los hombres, lo que resultaría en una sensibilidad aumentada, que no solamente ayudó a los miembros del sexo masculino a apreciar mejor el estado del sexo femenino; sino, que asimismo condujo a la creación de "hombres débiles" que carecían de la capacidad de revitalizar la comunidad con su asertividad, espíritu y fortaleza de guerreros.
En la percepción del filósofo, una solución reside en el redescubrimiento de los significados que yacen en los arcanos de las mitologías tradicionales, que hemos heredado, pero que corren el riesgo de ser olvidadas.
Para contrarrestar este proceso, el autor, coleccionó los mitos que considerara mejor enfocaban en la madurez masculina y los publicó en muchas de sus obras, la más importante de todas siendo su libro Iron John.
El descenso (como Dante hiciera en la trama de su Commedia) es un tema común que se encuentra en esos mitos, presentados como el héroe viajando a los mundos subterráneos para vivir un período de solitud en una manera estoica, y como si fuera un re-nacimiento simbólico, donde el descenso representa la vida intrauterina.
Él usa el término griego (?at?ßas??), para describir este proceso de maduración masculina, en contraste con la continuidad de experiencias exitosas que se enseñan a procurar en nuestras culturas actuales.
En su pensamiento, Bly fue profundamente influenciado por el psicoanalista Carl G. Jung quien desarrolló la teoría de los arquetipos, las estructuras discretas de la mente, percibidas como imágenes y que residen dentro de la psiquis humana.
La noche por Max Beckmann
El Rey Todopoderoso, La Bruja Malvada y La Hermosa Doncella quienes, de acuerdo a Jung, son representaciones indeleblemente impresas en el Inconsciente Colectivo, y, acerca de las cuales Bly escribiera extensivamente.
Como ejemplo, él consideró la Bruja como esa parte de la psique masculina sobre la cual todos los aspectos negativos y destructivos de la mujer están dirigidos, desarrollada como lugar para almacenar las imperfecciones de la madre.
Como resultado, los símbolos de la Bruja son esencialmente símbolos inversos de la figura materna, donde el cocinar se transforma en la preparación de pócimas malignas, tejer toma la forma de telarañas y alimentar se revierte, con el niño — ahora, en peligro de ser comido — en lugar de ser alimentado.
Aprendiendo a ser hombres…
En este preciso instante de nuestra historia; la mujer, habiendo redefinido su rol pasivo, y habiendo redescubierto sus capacidades innatas para ser independientes y asertivas, ha dejado al hombre rezagado, y éste se encuentra pasmado por sus inesperados hallazgos.
Veamos algunas estadísticas:
? El hombre, de promedio, vive seis años menos que la mujer.
? De modo rutinario, el hombre falla en su esfuerzo a crear relaciones estrechas; pero es la mujer la que inicia 80% de todos los divorcios.
? Los hombres son perpetradores del 90% de los actos de violencia, y constituyen asimismo el 70% de las víctimas de éstos.
? En la escuela, los varones representan el 90% de los problemas con la disciplina y 80% de los problemas con el aprendizaje.
? Los hombres abarcan más del 90% de la población reclusa en las cárceles por todo el mundo.
? Entre las edades de 16 y 60 años el suicidio constituye la principal causa de la muerte para el hombre.
Parece ser, que, destinados a vivir en la búsqueda de alimentos para la tribu primordial, y a menudo, obsesionado por las demandas de conquistas y de las guerras colectivas; el hombre dejó que sus capacidades para la intimidad se marchitasen o se atrofiaran.
De acuerdo con Steve Biddulph, el psicólogo australiano iniciador de un movimiento de soporte mutuo, de tipo Bly, en ese continente:
"Los hombres, no poseen una vida propia. En su lugar, ellos aprenden a fingir [que la tienen].
"Mucho de lo que [ellos] hacen es simplemente para impresionar. La mayoría de las mujeres no son así. Ellas actúan más por sus sentimientos y espíritu… ellas saben mejor qué es a lo que aspiran y hacia dónde se dirigen."
Se acepta generalmente, que los hombres carecen de la capacidad para fomentar amistades estrechas y para establecer vínculos íntimos con los miembros de su propio sexo. Muy a menudo, el hombre pasa su vida pretendiendo ser feliz consigo mismo, con su familia, y con sus amigos.
El humor, es usado muy a menudo por los hombres para disipar el dolor. A los hombres no les gusta exhibir sus debilidades y sus fallos. En ese aspecto las mujeres son diferentes… ellas prefieren llorar abiertamente… mientras que el hombre lo hace a escondidas.
La Tentación de San Antonio por Salvador Dalí
El problema que existe, tiene antecedentes históricos, ya que el papel del hombre ha cambiado desde el comienzo de la Revolución Industrial. De antaño el hombre enseñaba a sus hijos (varones) el arte de la caza, de la guerra de la conquista y de la defensa. Ahora, el hombre dedica muy poco tiempo (porque ni lo tiene ni es necesario) a instruir a su prole. En Australia, el padre dedica un promedio de seis minutos al día a sus hijos.
El padre remoto despierta sentimientos de angustia y de resentimiento en el hijo varón. Las mujeres, parecen tener una mayor facilidad en ser acercadas por las hijas [cuando tienen problemas] que los papás.
Frustrados con su merma progresiva de preeminencia y, a menudo, disminuidos por el éxito inaudito e inesperado de la mujer; el hombre se "pierde" en un esfuerzo a revivir épocas pasadas donde gozaban de mayor importancia y aún de significado… Esta es una de las causas del resurgimiento de los movimientos paramilitares y machistas en los Estados Unidos.
Hombres que se lanzan al combate de molinos de vientos, por ellos mismos imaginados.
De aquí, también derivan las llamadas "crisis de la edad media", período, durante el cual — temiendo la pérdida o la disminución de sus potencias sexuales — el hombre se arroja a la conquista banal de mujeres más jóvenes y visiblemente en conflicto anacrónico con su etapa en la vida.
La prostitución y la industria pornográfica, característicamente, son casi exclusivamente del dominio masculino.
En su rol de proveedor exitoso, el hombre, a menudo falla en fomentar relaciones estrechas y cariñosas con sus hijos. Es como si fuera, que el hijo varón nunca debe de atreverse a gozar de más éxito que el que su papá lograra.
Freud, decía que a esto puede deberse, la mayor tragedia entre padres e hijos [varones]: la de permanecer extraños.
El "modelo" del padre tribal y paleolítico, era (probablemente), uno de un papá capaz de ser cariñoso y sincero. Un papá que compartía, con la mujer de su vida, el soporte total de los hijos y que fomentaba los aspectos psicológicos de esa relación. Era padre, guerrero, sacerdote y hechicero.
Mejores amigos…
Ahora, el hombre está desorientado en una búsqueda ansiosa y sin derroteros…
Como si fuera nave al garete…
Biddulph propone lo siguiente: "Ya que tenemos problemas mayores en esta década — con la endemia de crimen y de violencia, con la fragmentación de la familia, y con dudas [que son serias] acerca de la capacidad de nuestro planeta para sobrevivir — entonces, tal vez, un cambio en la actitud de los hombres (la mitad de la raza humana) puede que sea parte de la solución para los mismos problemas."
En todo lo antedicho, estamos de acuerdo. Pero, en nuestra experiencia, este objetivo solamente puede lograrse si el hombre reconoce e involucra a la mujer, en lugar de tratar de formar grupos machistas de soporte mutuo para revivir en el presente el drama pasado de existencias precarias.
En resumen
En este artículo hemos tratado de responder a la solicitud que tantas personas han iniciado — y, que persistentemente, me hacen — tratando de comprender las peculiaridades del comportamiento, durante el proceso del desarrollo del niño varón, y por extensión, la del padre que lo ayudara a procrear.
Ser hombre, en nuestra civilización no es tarea fácil, recalcando que lo último puede constituir el eufemismo mayor con el que somos familiares.
Por las peculiaridades asociadas con su sexo, el varón vive su vida navegando un océano de incertidumbres contenidos en las tramas de los dramas de las épicas griegas durante los tiempos de Homero.
Drama que está inscrito en nuestro inconsciente colectivo como enfatiza Bly, y que, antes que él, Jung lo hiciera en sus especulaciones.
Reconozcamos que el varón necesita el apoyo del hombro fuerte que le ofrece el papá como el arquetipo ancestral del brujo, guerrero y hechicero; y del soporte emocional que, de la madre proviene.
Mejor que papi…
Solo de esta manera, parece ser, que se completa el triángulo emocional del desarrollo equilibrado del varón de nuestra especie que crece en nuestro entorno.
Concluimos esta ponencia con una cita de un hombre egregio:
"Si he alcanzado a ver muy lejos, es porque estuve parado en hombros de gigantes". (Sir Isaac Newton).
Fin de la lección
Bibliografía
Larocca, FEF: Complejos de Edipo y Electra en monografías.com
Larocca, FEF: El Payaso Triste: Un Oxímoron de la Personalidad Muy Poco Establecido en monografías.com
Larocca, FEF: Donde se Aprende del Juego Brusco con los Niños y de sus Problemas… en monografías.com
Larocca, FEF: El Cerebro del Hombre y el Cerebro de la Mujer: ¿Existen Diferencias Entre los Sexos? en monografías.com
Larocca, FEF: Fantasías de Rescate y la Experiencia del Romance Familiar en monografías.com
Larocca, FEF: Toma una Aldea para Criar a un Hijo… en monografías.com
Larocca, FEF: "Marimacho": Un Estudio de la Masculinidad Femenina y de la Feminidad Masculina en monografías.com
Larocca, FEF: Asuntos de Importancia para la Salud del Hombre en monografías.com
Larocca, FEF: La Homosexualidad Latente, el Físico Culturista: El Dilema de Hamlet (Ser o no Ser) en monografías.com
Larocca, FEF: La Pornografía en la Edad de la Carestía: ¿Iniciativa o Crimen? en monografías.com
Larocca, FEF: El Hombre: Sexo Fuerte en mailxmail.com
Larocca, FEF: La Psicología del Ego: Marie Bonaparte, S. Freud y la Envidia del Pene en monografías.com
Freud, S: (1929-30) Civilization and its Discontents SE
Pubertad por Edvard Munch
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca