- Análisis Psicogerontológico del caso
- Factores de riesgo y factores de protección
- Conclusiones
- Trabajos citados
CASO CLÍNICO
SEXO: Femenino | EDAD: 65 años |
FECHA DE NACIMIENTO: 12-03-1950 | NACIONALIDAD: Uruguaya |
OCUPACION: Ama de casa | ESTADO CIVIL: Divorciada |
DOMICILIO ACTUAL: Luján | DNI: 1587422 |
OBRA SOCIAL: PAMI | TEL: No |
Nombre y Apellido: J. J. P. H.C: 7422
Motivo de consulta e Historia de vida
Paciente refiere cefalea, disnea de medianos esfuerzos, constipación, dolor en miembros inferiores durante la deambulación de cierta distancia, que mejora con el reposo.
Menciona que ha sufrido episodios de más de dos caídas por año en los últimos dos años con politraumatismos leves sin pérdida de conciencia y sin aparentes secuelas osteoarticulares.
Además refiere tener discusiones con su hijo y nieto quienes viven con ella, debido a que son fumadores y no quieren salir de la casa a fumar. El humo del cigarrillo le perjudica notablemente causándole exacerbación de la disnea, ansiedad y crisis de llanto.
La paciente muestra un profundo estado de tristeza sobre todo cuando menciona que nadie le hace caso, que es una carga para sus cuatro hijos, sobre todo su hija de 48 años de edad, quien es la única que le ayuda y la acompaña a los controles médicos. Siente gran impotencia por su condición clínica, y reconoce que se dio cuenta que el cigarrillo era dañino para su salud cuando le repercutió en actividades de la vida diaria, causándole cierta limitación.
Manifestándose así: El momento que dejé el cigarrillo fue cuando intente cargar a mi último nieto y no pude porque sentí una terrible fatiga y ahogo. Me sentí tan inútil, porque poco a poco ya no podía hacer las cosas que normalmente hacía en mi casa, a tal punto que de manera inexplicable he tenido caídas que me han provocado más de un susto. Ante todo esto quisiera un día irme dormir para ya no despertar más. Pero al mismo tiempo quiero seguir viviendo para poder estar junto a mis hijos y nietos/as, compartir mis experiencias para seguirlos formando y ayudando.
La paciente tuvo una niñez con escasos recursos económicos rodeada del amor de sus padres, vivió con su padre y madre, tuvo dos hermanas y un hermano de los cuales solo vive la hermana menor.
Cursos sus estudios culminando la secundaria sin problemas. Se casó a los 19 años de edad y su esposo tenía 24 años, de esa unión tuvieron tres hijas y un hijo:
María de 48 años, Julián de 43 años, Mercedes de 38 años, y Santa de 34 años.
Su matrimonio fue felíz, sin violencia, el cual se conservó por casi veinte años, hasta que empezaron los problemas de infidelidad y discusiones con su pareja, razón por la cual se separan viviendo ambos en la misma casa pero en cuartos separados.
A pesar de esto, continúa en su trabajo de repostería, hasta que a los 66 años se retira del oficio por el cansancio que sentía. Con su marido mantiene comunicación cordial pero escasa, y con sus hijas tiene buenas relaciones con quienes dialoga y sale de paseo, de las cuales la mayor es quien la asiste estando pendiente de su estado de salud siempre.
Asiste ocasionalmente a un grupo de voluntariado de ayuda a niños de la calle, en donde se siente muy feliz de ayudar a otras personas, al mismo tiempo establece vínculos de amistad con otras voluntarias.
A pesar de sentirse triste por su condición de salud que a veces se descompensa, refiere que es parte de la vida el envejecer y que debe obedecer las recomendaciones que los médicos le dan.
Antecedentes Familiares (Genograma)
Antecedentes Personales
HTA DBT: I II X TBQ X CANTIDAD: 3P/d DISLIPEMIA TIPO: | |
Cardiovasculares: HTA | Traumatológicos: |
Respiratorios: EPOC | Oftalmológicos: |
Gastroenterológicos: | Odontológicos: Prótesis dental superior |
Nefrológicos: | Gineco-Obstétricos: G04 P04 A0 C0 |
Reumatológicos: | Quirúrgicos: Colecistectomía (40 años) |
Hematológicos: | Oncológicos: |
Neurológicos: | Psiquiátricos: |
Endocrino metabólicos: | Alergias Medicamentosas: |
Dermatológicos: | Otros: |
Infectológicos: Neumonía Comunitaria # 1 episodio |
Medicación Habitual
Enalapril 15mg VO
Atenolol 50 mg VO
Budesonide 320ug Inh
Picosulfato sodio 10 mg VO
Clonazepam 1mg VO
VALORACION FUNCIONAL
INDICE DE KATZ – ACTIVIDADES BASICAS DE LA VIDA DIARIA
Puntuación | Categorización |
0/20 | Independiente |
INDICE DE LAWTON-BRODY-ACTIVIDADES INSTRUMENTALES DE LA VIDA DIARIA
Puntuación | Categorización |
7/8 | Dependencia media baja |
Cuestionario corto del Estado Mental de Pfeiffer
Puntuación | Categorización |
1/10 | Estado mental conservado |
Test del Reloj
Puntuación | Categorización |
9/9 | Estado mental conservado |
Escala de Yesavage
Puntuación | Categorización |
5/15 | Trastorno Depresivo Menor |
Mini Nutritional Assessment (MNA) Test de Cribaje
Puntuación | Categorización |
22/30 | Riesgo de malnutrición |
Valoración Geriátrica Integral
Esfera Cognitiva: Estado cognitivo conservado
Esfera Funcional: Dependencia mínima
Esfera Social: Continente
Esfera Clínica: EPOC + HTA + Trastorno depresivo menor
Análisis Psicogerontológico del caso
El proceso de envejecimiento es complejo, variable y multidimensional; es por esto que existen cambios corporales y psicológicos que el ser humano debe reconocer desde las primeras etapas para irse adaptando a las limitaciones que se van presentando, sacando provecho a las experiencias ganadas en el recorrido de la vida.
La Psicogerontología es un campo aplicado de gran relevancia que contribuye, desde los principios psíquicos de la vejez al bienestar y calidad de vida integrando factores biológicos y sociales en el abordaje "Biopsicosocial" del envejecimiento normal y patológico en el campo "Psi", abarcando la prevención, factores de riesgo psíquico, asistencia y rehabilitación. (Zarebski G. , El trabajo psíquico del envejecer, 2005)
No es la psicología de la vejez, es hablar del estudio y abordaje de la vejez normal y patológica como un campo interdisciplinario desde una concepción compartida acerca de la normalidad y la patología en el envejecer psíquico de un sujeto. (Zarebski G. , Hacia un buen envejecer, 2005)
Durante el desarrollo del ser humano, a través de las diferentes fases de su vida se acumulan experiencias ganadas como recursos para sobrevivir. Pero así mismo al envejecer son muchas las experiencias, pero los recursos van a disminuir sobre todo en esta paciente que no sabe compensar sus pérdidas, dejándose llevar por las limitaciones creándole cambios en las relaciones de poder e independencia, haciéndola cada vez más dependiente a recuerdos, personas y posesiones, con monólogos estresantes que cuestionan la realidad de su percepción con el pasado vivido, distorsionándole la interpretación de ciertas señales que su curso vital a tomado, que pueden condicionarle un triste final. (Zarebski G. , Padres de mis hijos ¿Padres de mis padres?, 2008)
Se trata de una paciente que llega a consulta por presentar sintomatología clínica como la disnea de medianos esfuerzos, cefaleas, constipación y dolor en miembros inferiores durante la deambulación que mejora con el reposo.
El envejecimiento de acuerdo a la forma como se ha vivido, y lo que se ha consumido es una consecuencia relativa. En este caso explicándolo biológicamente a nivel cardiovascular: (Tallis & Fillit, 2007)
Disminución del peso y volumen del corazón, la elasticidad de los vasos sanguíneos se reduce, el calibre de la aorta aumenta, los depósitos de grasa en las paredes vasculares aumenta con la consecuente esclerosis y rigidez vascular.
Al existir aumento de las resistencias periféricas, se disminuye la tensión venosa, con disminución de la velocidad de circulación y aumento del tiempo de recuperación después del esfuerzo.
A nivel pulmonar se produce una disminución del peso y volumen de los pulmones, con reducción del número de alveolos, dilatación de los bronquiolos y conductos alveolares, disminución de la distensibilidad de la pared torácica con alteración del parénquima pulmonar produciendo respiraciones superficiales y disminución de la capacidad respiratoria.
Dentro de estas alteraciones funcionales hay cambios que condicionan la acumulación del moco que predispone a padecer infecciones respiratorias sobre agregadas, siendo estos cambios la disminución de la capacidad respiratoria, reducción de la actividad ciliar, disminución del oxígeno tisular, reflejo tusígeno disminuido y reducción de la difusión alvéolo capilar.
Muy a parte de los factores sociales y biológicos del envejecimiento que son diferentes de acuerdo al género, en este caso también tenemos factores psíquicos como las manifestaciones de baja autoestima, tristeza y depresión que se acentúan con la sintomatología respiratoria condicionando una situación de estrés y por ende un envejecimiento patológico.
De acuerdo a las ideas de Bernice Neugarten la mediana edad en este caso está marcada por un alto grado de melancolía, facilitada por facilitación orgánica indicándonos que se trata de un envejecimiento patológico. Incrementándose en esta persona la subjetividad interiorizada, al ver que ahora no puede hacer tareas que hacía antes, con presencia plena de un narcicismo patológico por el posicionamiento negativo del Yo Ideal que no reconoce su condición clínica actual la misma que es el eje principal de su comportamiento, a causa de su hábito tabáquico que empezó desde los 14 años de edad. (Zarebski G. , El trabajo psíquico del envejecer, 2005)
La paciente no reconoce ni acepta su condición de envejecimiento y desgaste, no incorpora las marcas biológicas y sociales de su envejecimiento, personificándose la muerte como una perspectiva propia de terminar con el sufrimiento propio y de su familia, pero a la vez está la percepción del tiempo en donde ella observa como transcurre su vida de una manera que no se imaginaba ante los proyectos por cumplir como es colaborar con la crianza de sus nietos. Pero este no es en sí un proyecto de vida, sino más bien un intento de establecer y guiar a la nueva generación; para no sentirse empobrecida en lo personal. (Zarebski G. , Perspectiva psicogerontológica para una vejez en movimiento, 2013)
De acuerdo a lo establecido por Erick Erikson en su teoría Epigenética donde se integran procesos biológicos, psíquicos y sociales en el funcionamiento de la persona, pero en este caso la paciente ha caído en un período de estancamiento al fracasar en su proceso de generatividad con desesperaciones y recuerdos nostálgicos en que el antes era mejor que el ahora sin un proyecto de futuro. (Zarebski G. , El trabajo psíquico del envejecer, 2005)
El ser humano no sabe envejecer porque no se le enseña y no se lo prepara, son cosas de las cuales tampoco se habla porque se lo ve como una probabilidad muy remota de llegar a la vejez. Pero actualmente sabemos que este paradigma va acortándose debido al triunfo de la salud pública en la longevidad pero no en calidad de vida en la última edad.
La valoración de su autoestima ante sí y ante otros en función de lo que considera como perfección del yo ideal, la lleva a esta persona a un estado negativo de narcicismo patológico en donde es imposible ser como en la juventud, fuerte y completa para su percepción frente a los retos de la vida. (Zarebski G. , El trabajo psíquico del envejecer, 2005)
Nuevamente se observa que los factores biológicos influyen en lo psíquico y por ende en lo social, para empezar la distorsión emocional de lo que depara el futuro en la vejez, frente a su familia que le da una continencia parcial.
Su hijo y el nieto que crio desde la que infancia muestran una conducta de indiferencia , en respuesta a la actitud querellante de la señora que por cursar una enfermedad respiratoria solicita que tomen conciencia que el fumar no es correcto, sobre todo dentro de la casa.
En relación a las caídas más allá de los factores biológicos viéndolo desde el punto de vista simplista se podría atribuir a causas neurológicas, osteoarticulares como un síndrome de inestabilidad, cuyo miedo a caer es una de las consecuencias psicosociales que se refleja como factor frecuente de institucionalización con declinación funcional y social que contribuye a la pérdida de independencia y autonomía del adulto mayor. (Kaplan, 2009)
Según la OMS, la caída se define como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo en contra de su voluntad. (Avilés & Martínez, 2012)
El caminar es una actividad automática que requiere de funciones superiores a través del sistema nervioso central que coordina y mantiene el equilibrio en bipedestación, modulado a través del cerebelo y los reflejos posturales donde participan la visión, sistema vestibular, y el sistema propioceptivo.
Según el estudio Dual-trask se demostró como marcador de futuras caídas el no poder mantener una conversación y caminar al mismo tiempo, evaluando la interacción entre lo cognitivo y la marcha. (Lunding-Olsson & el.al, 2009)
Muy a parte de la clasificación basada en la determinación del nivel sensorio-motor afectado debemos tener presente las maneras de enfrentar el envejecimiento: (Zarebski G. , La vejez ¿Es una caída?, s.f)
Los que piensan que es indispensable la caída y no quieren llegar a viejos.
Los que caen en la vejez, cayéndose
Los que piensan que es evitable la caída y se cuidan para no caerse.
Los que aprenden, en la vejez a no caer
La paciente va presentando una actitud de carencia en su vida de poder ser, hacer y querer. Aparece un componente psíquico de la caída, en este caso de tipo depresivo, asumiendo sus fallas como autocastigo dejándose llevar por el negativismo de su "yo" ideal, reconociendo su vejez, como algo fatal y conflictivo, no llevando un duelo normal, en donde la pérdida del objeto o sea la pérdida de ese yo ideal criticado por el yo modificado (Zarebski G. , El trabajo psíquico del envejecer, 2005) estructura la noción de perennidad de lo temporal como el esquema corporal, el cual actuará como testigo de todo lo vivido, permitiéndome proponer dentro del estudio de este caso el "Principio del Tiempo/Corporal" en donde el paso del tiempo congela el esquema corporal subjetivo, que al hacerse notorio ante los demás, desencadenaría una dicotomía entre lo vivido y lo ganado, culpando patológicamente al tiempo no aprovechado, obsesionándose en que los cambios presentes son la inexorable decaída multifuncional de su economía corporal mientras se va envejeciendo.
Las caídas de esta paciente a quien no le encuentran ningún indicio de patologías orgánicas responsables de este síntoma, son la causa de una alteración cognitiva de tipo depresiva, en donde el dejarse caer implica infligir daño corporal en busca de la comprensión y atención de los familiares que ya no son continentes con ella.
De esta manera se determina que el adulto mayor puede llegar a inflingirse daño como un acto de destrucción de su cuerpo, teniendo como objetivo la demostración de su tensión emocional, incomodidad física, dolor y baja auto-estima, para fortalecer la dependencia hacia los miembros de su grupo familiar, sin percatarse que también creará una visión de minusvalía ante la sociedad.
Factores de riesgo y factores de protección
Desamparo emocional: La paciente asume los sucesos de su envejecer como hechos traumáticos los cuales no los puede superar, aquí tenemos a las patologías crónicas que condicionan a su psique a reagudizarlas como una pulsión, cuya finalidad es la de suprimir el constante estado tensional en el que ella se encuentra.
Modos patológicos del apego y vínculos dependientes: El desarrollo psicodinámico de su personalidad exteriorizado en las coacciones existenciales como las tareas sociales de vincularidad y de sobreadaptación cubriendo necesidades primero de su esposo, cuyo vínculo aún lo mantiene pero en menor intensidad, enfocándose en los requerimientos de sus hijos/as y nietos.
La pérdida de autoridad y de ser imprescindible a su círculo familiar constituyen un vacío en su estructura de vida que genera una dificultad acrecentada por encontrar sustitutos sublimatorios que refuerzan las perspectivas pulsionales de somatización de sus enfermedades.
Mala elaboración de duelos y posición frente a las pérdidas: A pesar que tiene un proyecto de vida como el de asistir a un grupo de ayuda a los niños de la calle, tiene dificultad de asumir nuevos roles que el solo haber sido esposa, madre, ama de casa y artesana repostera.
Intenta continuar aferrada a lo que fue y no en lo que actualmente es, este objeto pasa de transicional a permanente, lo que impide que se adapte emocionalmente a sus pérdidas, manejándose la lógica del absolutismo en donde lo que fue, ya no volverá y será siempre la sombra de ese recuerdo nostálgico.
Carencia de red de apoyo familiar o social: No diversifica sus apoyos a pesar de tener contacto con personas que persiguen su meta de ayudar a niños vulnerables, continua apoyándose en su familia como único bastón, así mismo su papel de madre y abuela los mantiene como un botón único, acatando el lugar que considera que la vida le adjudico.
Achatamiento del mundo psíquico: Presenta un solo esquema de resolver su situación de vida, encerrándose en las adversidades de su envejecimiento, sin rescatar las oportunidades que tiene de superar los problemas. Esto genera la descarga de síntomas corporales como la inestabilidad y caídas frecuentes cuya base emocional es una manifestación de la descarga que hacen las ideas del inconsciente de la paciente.
Estos factores los puedo resumir en el siguiente esquema:
La paciente presenta los siguientes factores de protección (Zarebski, G. El futuro se construye hoy, 2011):
Flexibilidad y Cambio
No apoyarse en único bastón
Ser flexible radica en que ella asiste a un grupo de voluntariado lo cual le genera un proyecto de ayuda a niños de la calle, en donde se siente muy feliz seleccionando medios de ayuda a otras personas.
Tener disposición a los cambios: Asistir a un grupo de voluntariado le ayuda a establecer vínculos de amistad, abriéndose con otras personas que comparten metas similares, la lleva a buscar nuevas actividades que le proporcionan oportunidades de aprendizaje.
Capacidad de autoindagación, reflexión y espera
Riqueza psíquica – creatividad
Permeabiliza su interior con reactividad y sensibilidad a lo que acontece con su entorno, pone sus angustias en palabras como la preocupación que le genera su condición de salud, sobre todo las descompensaciones que se le presentan.
A su vez está a solas con sus pensamientos, reflexionando sobre todas estas condiciones concluyendo que le atribuye al envejecer y que debe sobrellevarlo, pero este factor de protección es contradictorio cuando se cuestiona sobre el porqué de su enfermedad que la atormenta en su envejecer.
Autocuidado y Autonomía
Acudir a los controles médicos y seguir las recomendaciones que los médicos le dan nos evidencia que ella se hace cargo de su autocuidado tanto en la salud como en la enfermedad, intenta mantenerse autónoma a pesar de su situación de salud realizando actividades que le permitan sentirse útil.
Vínculos Intergeneracionales
Quiere contribuir a la continuidad generacional con una abuelidad normal, estando junto a sus hijos y nietos/as, compartir mis experiencias para seguirlos formando y ayudando, lo que nos indica el desarrollo de la generatividad.
Posición anticipada respecto a la finitud y muerte
Lo frase "Quisiera un día irme dormir para ya no despertar más" que nos refiere la paciente, nos hace tener en cuenta que ella conoce su realidad biológica como un ser limitado en sus funciones vitales, relacionando la muerte como un sueño eterno, quiere morir sin sufrimientos, no le teme, no la espera en su totalidad, porque se reincorpora a su actividad consciente de proteger y guiar a su familia, constituyéndole motivos para seguir viviendo hasta la muerte. (Zarebski, G, Padres de mis Hijos ¿Padres de mis Padres?, 2008)
Función de la Terapia Ocupacional en el envejecimiento
La reinserción social del adulto mayor parte de lograr su propia revalorización, generándole una imagen ante los demás. (Ferrero, G. 1998)
La terapia ocupacional constituye un trabajo en equipo que relaciona la salud funcional con los objetivos del tratamiento de cada paciente, articulando acciones como el saber, la memoria y la creatividad. El término ocupación hace referencia a todo el conjunto de las actividades que llenan el tiempo de las personas y que aportan significado e identidad a sus vidas. Estas actividades van desde la construcción grupal, la reflexión hasta la verbalización de las sensaciones del adulto mayor. (Grimberg & Salazar, 2012)
El objetivo de la terapia ocupacional en el adulto mayor, es mejorar su calidad de vida, incorporándolo en grupos de participación en aquellas ocupaciones que el seleccione por considerarlas importantes en su vida.
En el caso de la paciente se podría implementar la multiestimulación interdisciplinaria, reconociendo las diversas cualidades de ambos hemisferios cerebrales, que mediante su abordaje busca optimizar el funcionamiento cerebral a través del mantenimiento de las competencias psicosociales necesarias para un óptimo desempeño en la vida diaria y social. (Risiga, M. 2011)
Con este conjunto de técnicas administradas de forma sistematizada y continua a lo largo del tiempo, van a contribuir a la creación de ambientes de múltiples y variados estímulos cognitivos, psicosociales que permiten un funcionamiento personal más satisfactorio, evitando que aquellos "menos" que forman parte de un proceso de envejecimiento normal, alteren la ejecución de las actividades cotidianas.
Esta herramienta permite el trabajo interdisciplinario con un abordaje tanto grupal como individual, tanto a nivel preventivo como en tratamientos instaurados en pacientes con trastornos cognitivos, persigue los siguientes objetivos (Grimberg & Salazar, 2012):
Mejorar el registro de información
Estimular los distintos tipos de memoria
Conocer diferentes estrategias.
Reconocer algunas de las estrategias aprendidas como herramientas propias frente a eventos a recordar: (estrategias aprehendidas)
El mantenerse ocupado a través de un estímulo le da significado a la vida mejorando su calidad. Esta ocupación debe desglosarse en consignas sencillas que el paciente debe seguir, para ejecutarlas a través de varias sesiones, posibilitando el aprendizaje a corto, mediano y largo plazo, incorporándolo en su rutina de vida.
La paciente nos presenta una historia de vida que se repite en la menor o mayor intensidad en otros casos, pero en ella los factores de su personalidad sumada a la historia de vida de ciertos eventos del envejecimiento le han condicionado un estado de vulnerabilidad emocional, en donde la vejez se convierte para ella una adversidad difícil de superar o sobrellevar.
Más allá de la asistencia médica el objetivo que tenemos desde el punto de vista psicogerontológico es lograr que la persona acepte y no luche contra los eventos físicos y psicológicos propios del envejecimiento.
Considerando incorporar en su vida el cuestionamiento de prejuicios propios y ajenos.
Adaptación a la disminución del rendimiento corporal – psicológico – social.
Tener en cuenta las limitaciones y enlentecimientos asumiéndolos como parte de su envejecimiento y que no significan preámbulo de muerte. (Zarebski, G. 2008 Padres de mis hijos ¿Padres de mis padres?)
Constante autocuidado de la salud y la enfermedad, respetando las indicaciones médicas e interactuando con los profesionales a cargo.
Mantenerse auto válida, seguir funcionando a pesar de las patologías presentes.
Aceptar elementos protésicos y poder compensar pérdidas con ganancias.
Dialectizar el plano de la interioridad con el de la imagen anterior.
Asentar la autoestima en el presente, no en el pasado, viviendo a plenitud disfrutando de las cosas que antes la vida agitada no le permitía gozar.
Aferrarse al presente no al pasado, proyectándose al futuro, negándose a la expiración objetual aceptarse como un ser humano que siente, piensa y tiene mucho que dar a los demás.
Incorporar imágenes nuevas de sí, develando verdades ocultas de su vejez autocriticándose y autoreflexionando de su condición actual.
Ubicarse como un punto de referencia en la cadena de generaciones, contribuyendo al logro de la continuidad de las mismas.
Aceptar la finitud de la vida, viviendo hasta y no hacia la muerte, caracterizar la vida como una primavera eterna con eventuales otoños, veranos e inviernos.
Continuar con su proyecto diario y continuar con otros proyectos que organicen su entorno alrededor de rutinas que la mantengan activa con una meta que tenga sentido en su vida, a través de la terapia ocupacional con la multiestimulación.
Avilés, H., & Martínez, A. (2012). La caída. En Vigile sus pasos: Osteoporosis y caídas en Geriatría (pág. 58). España: @ Fundación Universitaria San Antonio.
Ferrero, G. (1998) Envejecimiento y vejez. Buenos Aires – Argentina. Editorial Atuel. Pag. 117 – 125
Grimberg, L., & Salazar, M. (2012) Terapia Ocupacional en el consultorio. Inserción de Terapia
Ocupacional en el Equipo Interdisciplinario que Aborda al Adulto Mayor. El Tratamiento
de las AVD.
Kaplan, R. e. (2009). Inestabilidad, alteración de la marcha y caídas en ancianos. En Los grandes síndromes geriátricos (pág. 22). Buenos Aires: Edimed-Ediciones Médicas SRL.
Lunding-Olsson, & el.al. (2009). Factores asociados con la aparición de caídas en ancianos institucionalizados: un estudio de cohortes. ELSEVIER .
Tallis, R., & Fillit, H. (2007). Brocklehursts Geriatría. En R. Tallis, & H. Fillit, Brocklehursts Geriatría (págs. 490-503). New York: Marbán Libros, S.L.
Risiga, M. (2011) La Gerontología a través de una historia. Programas de Estimulación y
Entrenamiento de la Memoria: Espacios de prevención para mediana edad y adultos
mayores, disponible en: http://www.centrodedia.com.ar/descargas/libro02.pdf
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Zarebski, G. (2011) El futuro se construye hoy. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidos.
Zarebski, G. (30 de marzo de 2013). Perspectiva psicogerontológica para una vejez en movimiento. Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
Zarebski, G. (s.f). La vejez ¿Es una caída? Universidad Maimónides.
Autor:
Dr. Jhon Ponce Alencastro
Matrícula: 101845
2015