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Contexto inflacionario actual de la Argentina

Enviado por gabrielaroncedo


     

    1. La Convertibilidad ya no Existe
    2. La demanda de dinero y la tentación de emisión
    3. Análisis Macroeconómico
    4. Noticias

    Tasas de inflación minorista y mayorista en la Argentina durante la convertibilidad

    AÑO

    Inflación Minorista (%)

    Inflación Mayorista (%)

    1988

    387,7

    421,7

    1989

    4923,6

    5402,5

    1990

    1343,9

    798,3

    1991

    84,0

    56,7

    1992

    17,5

    3,2

    1993

    7,4

    0,1

    994

    3,9

    5,9

    1995

    1,6

    6,0

    1996

    0,1

    2,1

    997

    0,3

    -0,9

    1998

    0,7

    -6,3

    1999

    -1,8

    1,1

    Fuente: INDEC

     

    Evolución de la inflación y el desempleo en Argentina en la década del 90. Una aproximación a la curva de Phillips

     

    Los puntos en la grafica se presentaran en orden cronológico de acuerdo a la tabla Excel que aparece a continuación. Observe como, aunque la tendencia general valida la teoría de sustitución entre inflación y desempleo, esta parece no cumplirse con algunos puntos de la serie.

     

    La Convertibilidad ya no Existe

    Por Carlos Rodríguez

    El Artículo 7 del Decreto 1570/01 restablece el control de cambios en la República Argentina. Todavía es legal tener dólares billete pero no es legal sacarlos del país o usarlos para importar, sin autorización del BCRA. Después de una década de incentivarnos a traer nuestros dólares al país, ahora el gobierno de la Alianza ha decidido que los que tienen dólares no pueden llevárselos o simplemente, gastárselos comprando una casa en Cuba para pasar su jubilación. La triste historia se repite una vez más. La diferencia entre Alfonsín y de la Rua es que ahora está Cavallo para hacer las cosas más complicadas.

    No sólo se afectó los derechos legítimos de los tenedores de dólares billete sino también los de los depositantes del sistema financiero, ya sea en pesos o en dólares (no creo que haya depósitos en Euros por más que nos lo hayan aconsejado). Los depositantes han quedado cautivos de los Bancos ya que no pueden convertir a voluntad sus depósitos a dólares ni a pesos. El mercado financiero ya no es competitivo ni cumple con su propósito fundamental: ya no tendrá nuevos depósitos con los que otorgar nuevos préstamos.

    Pronto el gobierno forzará a los exportadores a vender sus divisas al BCRA ya que ¿quién sería tan tonto de ingresar sus dólares en un sistema financiero que le prohibe sacarlos de nuevo?. Paraguay se convertirá nuevamente en uno de los principales países exportadores de productos agropecuarios.

    Luego de una década de rogar por inversiones extranjeras se traba de un plumazo la remisión de utilidades y dividendos al exterior. ¿Cuántos años nos llevará recuperar la confianza de los inversores, aún después que se vayan Cavallo y de la Rua?

    Hoy tenemos una paridad 1:1 entre un peso virtual (o "pisado" en la jerga bancaria) y un dólar inutilizable que sólo sirve para rellenar el colchón. El que sea "capturado" por las huestes de Caro Figueroa llevando más de US$10000 en la valija será detenido por contrabandista. Este no es el país que nos prometieron.

    Los efectos sobre la economía real de la inmovilización de los depósitos, de la implantación del control de cambios y del control de las tasas de interés son imponderables. Nos explican que esto durará sólo 90 días. Es obvio preguntarse qué pasará el día 91. Al fin y al cabo la Alianza ya estuvo dos años en el gobierno y cada semana estuvimos peor que la anterior.

    Lo más probable es que los depositantes que fueron sorprendidos el 30 de Noviembre se hayan convertido en los dueños de un dinero virtual en vías de extinción que sólo servirá para pagarse entre ellos. El día 91 será extendido por 90 días más y así sucesivamente.

    Cuando un enfermo tiene gangrena lo recomendable es operar cuanto antes. Si la Convertibilidad requiere de controles cambiarios y financieros para sostenerse, es como la gangrena y debe ser abandonada cuanto antes.

    La libertad de funcionamiento de los mercados es en mi opinión mucho más importante que el mantenimiento de una Convertibilidad Virtual. No existe una solución obvia a la situación actual. El deterioro de la economía y la pérdida de credibilidad requieren que toda alternativa viable implique asumir plenamente los costos de ese deterioro. Entre los costos a asumir se encuentra la necesidad de reconocer el default financiero externo e interno y la necesidad de un tipo real de cambio significativamente más alto, acorde con una economía que ha hecho default y que ya no recibe más capitales.

    Una alternativa es la libre flotación de la moneda manteniendo la prohibición del BCRA de emitir moneda como no sea para comprar dólares (al precio de mercado). Esta alternativa requeriría convertir todos los depósitos (hoy "pisados") a pesos, al igual que los créditos otorgados. La existencia de un respaldo potencial de divisas en Reservas y la imposibilidad de financiamiento al fisco actuaría como freno contra ataques especulativos. El tipo de cambio obviamente subiría pero no debiera explotar si no hay emisión monetaria carente de respaldo en divisas. Como el BCRA mantiene las Reservas siempre existe la posibilidad de dolarizar rescatando todos los pesos a algún tipo de cambio (igual al ratio entre el stock de pesos existente y el de Reservas).

    El problema en esta alternativa es que la gente no quiera ver más un peso por más respaldo que éste tenga. Se generaría una hiperinflación que sólo terminaría cuando el BCRA rescate los pesos existentes con los dólares de las Reservas.

    Otra alternativa es la dolarización inmediata basada en los aproximadamente 14 mil millones de dólares propios que nos quedan en el BCRA. En este caso los depósitos hoy "pisados" tendrían que ser convertidos a un Bono en dólares a una tasa y plazos acorde con la rentabilidad de la cartera activa de los bancos (que creo que es bastante poca). Esta licuación es lamentable pero es el costo inevitable del deterioro al que nos llevó la pésima política económica de los últimos tiempos. El problema en esta alternativa es que no permite el aumento del tipo real de cambio por lo que éste debería alcanzarse a través de una prolongada deflación (o por una devaluación inicial previa a la dolarización).

    Como se ve, ninguna alternativa es gratuita. En economía los errores siempre se pagan.

    Lo único que se puede asegurar es que ganar tiempo es inútil ya que se mantiene el drenaje inevitable de las Reservas que serán la base de cualquier alternativa que se elija eventualmente. Cuanto más se retrase el ajuste, menores serán las Reservas y la credibilidad y por lo tanto mayores serán los costos requeridos en términos de licuación de depósitos y necesidad de devaluación real.

    La demanda de dinero y la tentación de emisión

    – corto y largo plazo-

    Por José Dapena

    Después de 16 meses de alza, el índice de precios nos sorprende con una baja.

    Lo sorprendente es que se produce en un contexto de emisión activa de dinero.

    En el siguiente cuadro observamos la evolución de las diferentes variables:

    La base monetaria en pesos (sin cuasimonedas) se ha incrementado notablemente mientras que el índice de precios minoristas no ha acompañado. ¿Cuáles son los motivos plausibles por los que la emisión de dinero no se ha trasladado a los precios, más aún con retracción del PBI, y qué consecuencias puede tener?. La respuesta apropiada puede tener varias dimensiones.

    Una se encuentra en la falta de ajuste tarifario en las empresas de servicios públicos; las mismas no han sido renegociadas de manera de adecuarse al nuevo escenario de precios relativos. En el mismo sentido, los precios de bienes comercializables internacionalmente se encuentran limitados por el impacto de las retenciones. Las empresas, por su parte, se encuentran con capacidad instalada ociosa (lo que permite producir sin subir los precios), pero la crisis financiera y la falta de crédito no permiten explotar mejor esa situación. Los bancos, aún absorbiendo una parte considerable de la emisión de pesos, no los han transformado en crédito para consumo todavía, teniéndolos bien guardados como reservas por el momento.

    Una segunda dimensión surge del hecho de que no ha habido un incremento generalizado de salarios que impacte en costos de empresas y capacidad de consumo, sino que las subas han sido puntuales o sectorizadas, en un promedio de 11%, modificando efectivamente el salario real (en 2001 el rechazo a una baja nominal de salarios del 10% fue generalizado, mientras que de 2001 hasta ahora, el mismo se ha licuado en un porcentaje mayor sin reclamos generales ni de centrales obreras). Es innegable el comportamiento asimétrico con respecto al salario real en cuanto a que los altos niveles de desocupación hacen más difícil ajustar hacia arriba frente a un incremento de precios, que ajustar hacia abajo con precios constantes. En la medida que los sueldos nominales se mantengan razonablemente estables, no cabe esperar mayores sorpresas.

    Un tercer elemento es la "desbancarización" de la economía: se necesita mantener mayores cantidades de efectivo nominal por la suba en los precios y el incipiente crecimiento real, pero más aún por motivos de contar con dinero efectivo para realizar transacciones; el sistema financiero no se utiliza de manera intensiva por desconfianza, y principalmente porque parte de la economía puede haberse "informalizado". En economías informales se sustituyen instrumentos del sistema bancario como medio de pago por mayores cantidades de efectivo para realizar transacciones (un indicio en ese sentido es que a pesar de lograr niveles de recaudación récord durante el mes pasado, el ingreso por impuestos a los débitos y créditos bancarios disminuyó).

    Estas causas incrementan la demanda de corto plazo de pesos, que permite la emisión sin generar excedentes de oferta y en consecuencia incremento de precios. El comportamiento de la demanda de efectivo es un aspecto clave para la política monetaria. No se cuentan con datos muy concretos sobre la evolución de la misma, y existe cierta impresión que la política es de "tanteo": se emiten pesos y se evalúa cómo reacciona el índice de precios en el tiempo.

    Sin embargo, un aspecto fundamental es diferenciar la demanda de pesos de corto plazo de la demanda de pesos de mediano y largo plazo. No necesariamente las dos deben coincidir, y existen ciertos factores que pueden hacer pensar que la de

    corto es mayor que la de largo, motivo por el cual circunstancialmente los precios no reaccionan. Si la hipótesis fuese correcta, el problema surgiría cuando comenzase a caer la demanda si la economía se comienza a formalizar y el crédito bancario (y el sistema financiero en general) se revitaliza, donde el excedente de pesos debiera ser absorbido de alguna manera. En la medida que el Banco Central le devuelva dólares a los privados por los pesos excedentes, no habrá inconvenientes, pero de ser necesario contar con los mismos para reservas o pagos de deudas, podría generar presiones sobre el tipo de cambio en el mediano plazo.

    En este contexto, que la economía demande circunstancialmente pesos puede dar lugar a la peligrosa posibilidad que el Gobierno utilice el crédito del Banco Central a través de la emisión para financiar gasto e inversión pública, y eventualmente pago de rentas e intereses de bonos en pesos, ya que la emisión de dinero discrecional es una forma muy fácil y dañina de atender y solucionar reclamos políticos. La confianza en la moneda es un activo muy difícil de conseguir, y que sólo se obtiene con años de construcción de confianza, pero se pierde muy rápidamente.

    Es de esperar que el Gobierno se maneje con prudencia en estos temas (es positivo que el propio Banco Central proponga metas de inflación como política, validando su cometido no siempre respetado de "defensa del valor de la moneda"). La tentación de emitir pesos es muy grande cuando se descubre que dicho crédito es absorbido por el mercado, pero que no comprometa credibilidad, estabilidad y confianza costosamente ganadas. Nuestra economía necesita de políticas que estimulen el crecimiento, pero principalmente necesita generar confianza interna y externa, de manera tal que esa confianza se traduzca en crédito genuino y duradero en el tiempo originado en ahorro y no crédito transitorio y pernicioso por emisión.

    Análisis Macroeconómico

    El tipo de cambio real se mantiene estable, en torno a los niveles de los últimos seis meses. Sin embargo, durante los últimos 12 meses el 0peso se ha apreciado por encima del 6% en términos reales.

    Las presiones por aumento de salarios nominales aún son bajas en el sector privado, producto de los aumentos compulsivos del gobierno durante el año pasado y el presente. No obstante, en el sector público la actualización de los mismos ha sido prácticamente nula desde el abandono de la Convertibilidad, por lo que se prevé que en algunos meses los empleados estatales reciban aumentos, en particular porque el crecimiento de los precios ha erosionado de manera importante su poder de compra (esto es ni más ni menos que la contracara de la licuación del gasto público que ha ocurrido desde 2002).

    Prevemos que el catch-up de los precios consistente con el crecimiento de la economía comenzará a darse a partir de este año, estimando una tasa de inflación minorista del orden del 7%. El aumento de la inflación, de prosperar la renegociación de la deuda pública, estará dado por los ajustes tarifarios y los incrementos salariales.

    Tarde o temprano ocurrirá el reacomodamiento de los preios relativos principalmente mediante la actualización de las tarifas y mayores salarios.

     

     

    Evolución del índice de precios al consumidor en Argentina entre el año 2003 y 2004

     

     

    Noticias

    Domingo 3 de Octubre de 2004

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    En igual nivel que en 1987

    La inversión se asemeja hoy a la de 17 años atrás

    Según el último dato oficial disponible, el nivel de inversión neta -es decir, la inversión bruta, menos la depreciación de capital– fue durante el segundo trimestre del año de casi el 17% del producto bruto interno (PBI). Para hallar un nivel semejante es preciso remontarse a los niveles de inversión de 1987.

    Según el economista Luis Secco, el promedio de inversión de la Argentina entre los años 1913 y 2003 fue del 20,7 por ciento. "Buena parte de la incertidumbre de hoy está en los servicios públicos, que invirtieron muy fuerte durante los años 90. Eso hizo que las compañías de este sector pudieran aguantar en estos años prácticamente sin invertir", dijo Secco. Durante esos años, el punto más alto del nivel de desembolsos se registró en 1997, con un 21,7 por ciento.

    Buena macro, mala micro Esto opinó Federico Sturzenegger, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella: "Así como los 90 podrían ser considerados de buena micro, con privatizaciones, desregulaciones y apertura de la economía, y de mala macro en el sentido que no logró evitar las crisis; ahora tenemos una buena macro, con superávit fiscal, tipo de cambio flexible y baja inflación y mala micro, con reestatización, control de las inversiones, y precios de mercados competitivos que se regulan".

    "En ese contexto es difícil pensar en un boom inversor -sostiene Sturzenegger-. Quizá se logre alcanzar un equilibrio donde los sectores más regulados logren recuperar una utilidad razonable, pero sus proyectos de inversión van a estar digitados en gran medida por el Estado y probablemente orientándose a proyectos menos eficientes, porque pesan otras consideraciones. En consecuencia, ese no será un ambiente donde jugar capitales importantes."

    Entonces, ¿no hay posibilidades de cambio? "En absoluto; siempre se está a tiempo de cambiar", dice Sturzenegger. "Pero el cambio todavía no se avizora con certeza."

    Link corto: http://www.lanacion.com.ar/641747.

    Martes 5 de Octubre de 2004

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    Según las cifras del Indec

    La inflación de septiembre alcanzó el 0,6 por ciento

    En lo que va del año se acumuló un avance del 4,8 por ciento; los precios mayoristas subieron 0,3 por ciento con relación a agosto

     La inflación de septiembre alcanzó a 0,6 por ciento y en consecuencia acumuló en el año un avance de 4,8 por ciento, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Además, la canasta básica de alimentos (CBA) mostró una suba de igual porcentaje, con lo cual una familia tipo necesitó durante el mes reunir ingresos por 335,41 pesos para superar la indigencia. En tanto, los precios mayoristas subieron 0,3 por ciento con relación a agosto y sumaron en nueve meses un incremento de 7,6 por ciento. A comienzos del mes se experimentó un aumento del 1,4 por ciento en los valores de los alimentos, pero a partir de la segunda mitad de mes, y ante la caída de las ventas y las ofertas de las grandes cadenas de supermercados, estos valores comenzaron a retroceder. Por eso el rubro Alimentos y Bebidas cerró septiembre con un aumento del 0,7 por ciento y acumula en el año un 5,4 por ciento de incremento.

    Mayor salto

    El mayor salto en los precios se registró en el rubro Indumentaria, con el 4,6 por ciento, debido al fin de las ofertas por liquidaciones de fin de estación, y el comienzo de las ventas de la temporada primavera-verano. En un segundo escalón entre las alzas se ubicó Educación, con el 1,6 por ciento debido a los aumentos en las cuotas de los colegios. En cuanto a los precios mayoristas, los productos nacionales registraron un incremento del 0,4 por ciento, los manufacturados el 0,7 y la energía eléctrica el 11,1 por ciento, subas estas que no pudieron ser compensadas por un retroceso del 0,6 por ciento en los productos importados. Cabe destacar que si bien los alimentos subieron un 0,7 por ciento a nivel minorista, los valores de los productos agropecuarios retrocedieron el 1,2 por ciento. En tanto, los valores del petróleo y del gas, tras varios meses de aumentos, declinaron un 0,7 por ciento y acumulan en lo que va del año un alza del 23,9 por ciento.

    Construcción

    En cuanto al sector de la construcción el aumento de los precios durante septiembre alcanzó al 0,2 por ciento y acumula en el 2004 un 9,9 por ciento. El rubro "materiales" aumento el 0,4 por ciento por las alzas anotadas en arena (3,8 por ciento), Aislantes (1,7 por ciento) Madera (1,4 por ciento), mientras que los "gastos generales" aumentaron un 0,9 por ciento. En cambio el costo de la mano de obra retrocedió un 0,1 por ciento y acumula en lo que va del año una mejora del 7,1 por ciento.

    Link corto: http://www.lanacion.com.ar/642394

    CIFRAS DE JULIOSe estancó el poder de compra de los salarios

    En los últimos cuatro meses, se detuvo la recuperación del poder de compra de los salarios. Entre abril y junio el salario real retrocedió el 0,2% y en julio se mantuvo sin cambios, según los datos divulgados ayer por el Ministerio de Economía.

    Las cifras oficiales marcan que entre abril y julio, los salarios de los trabajadores formales ("en blanco") aumentaron menos que la inflación. Mientras, tuvieron una mejora los empleados públicos y los trabajadores no registrados. Esto se debería al aumento salarial que se otorgó a los estatales que ganan menos de 1.000 pesos y a algunas subas salariales en las provincias.

    Sin embargo, desde la devaluación, y a pesar de los aumentos generales por decreto, los salarios aumentaron alrededor de 25%. Esto es un poco menos de la mitad de lo que aumentaron los precios minoristas.

    Así, ahora el poder de compra es casi un 18% inferior al de diciembre de 2001. Los más perjudicados fueron los empleados públicos y los trabajadores no registrados.

    Por estos motivos, la participación de los asalariados en el valor de producción total tuvo un descenso del 20%. De representar el 36% del PBI, ahora los asalariados reciben un poco menos del 30%, de acuerdo a las cifras elaboradas por el Banco Central.

    Luego del aumento del salario mínimo a 450 pesos, a partir de este mes, el Gobierno dijo que no tiene previsto otorgar aumentos generales y promueve que sindicalistas y empresarios acuerden cualquier mejora a través de la negociación de los convenios colectivos de trabajo.

    EN 2004, EL COSTO DE VIDA YA TUVO UN ALZA DEL 4,8%Los alimentos impulsaron la inflación de setiembre: fue de un 0,6 por ciento

    La ropa y la educación fueron otros rubros que registraron alzas.

    Annabella Quiroga.

    El costo de vida de setiembre subió 0,6%, y con esto duplicó el nivel de este indicador en agosto, que había sido del 0,3%. En lo que va del año, la inflación acumulada llega a 4,8%, según informó ayer el INDEC. Los alimentos frescos, la ropa y las cuotas de los colegios explican la mayor parte de la suba.

    Esta vez, los mayores aumentos vinieron de parte de los alimentos, que subieron el 0,7%; la educación con un alza del 1,6%; y la indumentaria, con el 4,6%. Como viene ocurriendo desde la devaluación, los bienes, que representan el 53% de la canasta medida por el INDEC, tuvieron un alza mayor que la de los servicios: 0,9% en el primer caso contra 0,2% en el segundo.

    En Economía, explicaron que la suba del rubro indumentaria se relaciona con el cambio de temporada. Fuentes del sector textil estiman que las nuevas colecciones vienen con aumentos de hasta el 10%. "Indumentaria y alimentos explican casi todo el aumento del índice", dijo un funcionario del área. En alimentos, lo que más subió fueron los zapallitos con el 10,7%, el agua con gas con el 7,8% y el pollo con el 7%.

    En educación, el alza se dio especialmente en el ítem "servicios educativos", que se incrementó el 1,9%, por la suba de las cuotas en algunos colegios.

    Las expectativas del Ministerio de Economía apuntan a que la inflación se mantenga en un rango de entre el 0,5 y el 0,6% durante los próximos meses. De ser así, el año cerraría muy cerca del piso de costo de vida pronosticado para este año por Roberto Lavagna que era del 7%, con un techo del 10,5%.

    Según las estimaciones del mercado, el 2004 cerraría con un incremento del 6,5%.

    En el Gobierno, sostienen que las subas que impulsaron el índice en setiembre correspondieron a casos puntuales. Pero admiten que la tendencia persistente a la suba de los alimentos es un dato que genera "inquietud", porque conspira contra la baja de la pobreza y la indigencia.

    Por este motivo, hasta hace unas semanas se analizó la posibilidad de rebajar la alícuota del IVA para estos productos básicos, una idea que finalmente fue desechada porque los estudios previos indicaron que esa rebaja no se trasladaría a los precios.

    El INDEC informó también que la canasta básica alimentaria —que se utiliza para medir el nivel de indigencia e incluye los productos básicos que una familia tipo debe consumir para no pasar hambre— trepó el 0,6% y ya se ubica en 335 pesos.

    Jorge Schvarzer, economista del Centro de Estudios de la Situación y Perspectivas de la Argentina, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, señaló que "los incrementos en verduras son indicadores peligrosos, y también lo son las subas de precios en los consumos de los sectores medios y altos, como los restaurantes, que están recargando por encima de la suba del precio de los alimentos".

    Schvarzer le restó importancia al incremento de la indumentaria, "porque ocurre siempre en abril y setiembre, por el cambio de temporada". Y estimó que "llegaremos a fin de año con 6 o 6,5% de inflación". Para este economista, no es un nivel preocupante. "No olvidemos que Estados Unidos y Europa están entre el 3 y el 4%, nosotros estamos apenas un poquito más arriba", destacó.

    LA AGENDA SOCIAL: ACEPTAN AUMENTAR EL MINIMO, PERO BUSCAN QUE EL SUELDO BASICO SE DISCUTA POR SECTORSalarios: los empresarios, en guardia

    Alejandra Gallo.

    Los empresarios preparan la fumata con el Gobierno y los gremios para consensuar una suba en el salario mínimo, que rondaría los 50 y 74 pesos sobre los actuales 350 pesos mensuales. Sin embargo, los hombres de negocios preferirían que la otra discusión sobre los sueldos básicos —que, vislumbran, impulsaría el Gobierno— se realice fuera del Consejo y se debata en las paritarias por sector.

    Entre los sectores industriales, de comercio y de la construcción parece haber consenso en torno a la suba salarial sobre el mínimo. O que las subas no remunerativas, que hasta ahora se instrumentaron en cuotas y por decretos, terminen sumados en los bolsillos de los asalariados que ganan esa plata.

    La diferencia entre el sueldo mínimo y básico es que el primero es el más bajo de todo el mercado laboral. El básico, en cambio, es el piso que establece el convenio por cada actividad. Por eso, para esta última negociación los representantes de la Unión Industrial, y los de las cámaras de Comercio y de la Construcción, preferirían negociar por sectores y por rama de actividad en paritarias.

    Para estos hombres de negocios hay dos temas clave atados a la suba salarial que propone el Gobierno.

     Por un lado, el sector privado apostaría a discutir política económica. En este sentido, un borrador que circula en el seno de la UIA, al que accedió Clarín, advierte que más allá de este aumento puntual debería discutirse el empleo, ya que la suba en el sueldo mínimo se podría licuar en poco tiempo si la inflación se disparara sólo uno por ciento este año.

    Es una postura en la que coinciden tanto la conducción de la UIA, timoneada por Alberto Alvarez Gaiani, como la lista opositora de esa entidad, "Industriales", liderada por Guillermo Gotelli. Manfredo Arheit (ADIMRA) y Carlos Buenos (calzados) —de esta línea y designados por la UIA para formar parte del Consejo— señalaron que "la suba del mínimo no resuelve el tema del consumo". Luis Betnaza (Techint) e Ignacio de Mendiguren (indumentaria) coincidieron en que "lo que hay que discutir es cómo se aumenta la masa laboral, es decir cómo se generan nuevos trabajos porque si hay más asalariados que no sean pobres se reactivará el consumo interno".

     El borrador de la UIA pone el acento en dos aspectos: que sea por rama de actividad, porque dentro de un mismo sector conviven distintos convenios, y que se deje fuera de la discusión los "plus salariales". Apuntan a las metas de capacitación y a la fijación de categorías que hoy, según los hombres de negocios, están en manos de los gremios.

    Adrián Kaufmann, gerente de Arcor, explicó que "no es lo mismo el salario de un empleado en el área de chocolates que los de caramelos o los que procesan los envases de tomates. Todo es un mismo sector, el alimenticio, pero tenemos convenios distintos".

    Alberto Sellaro, titular de la Cámara del Calzado y dueño de Riacal S.A., dijo que "en nuestro sector ya no hay salarios de 350 pesos, el promedio está por encima de los 550 pesos".

    En un encuentro empresario realizado en San Juan, el gobernador de esta provincia, José Luis Gioja, señaló las dificultades que tendría el Estado como empleador en los ajustes para el sueldo mínimo. Dijo: "En provincias más rezagadas y con amplias plantillas de empleados públicos, tal vez los recursos provinciales ni siquiera puedan afrontar una suba de 50 pesos".

    LA AGENDA SOCIAL: LOS AUMENTOS QUE VIENENApuestan a mejorar el consumo, pero sin bajar impuestos Jorge Luis Velázquez.

    El aumento en las jubilaciones que anunció ayer el Gobierno no sería un hecho aislado, sino apenas el primer paso de una estrategia orientada a impulsar una fuerte recuperación del consumo.

    Otro paquete de decisiones está esperando la señal de largada desde la Casa Rosada: un incremento del salario mínimo y un reajuste en el subsidio de los planes para jefas y jefes de hogar. Y aunque en el Gobierno lo niegan, no se descarta tampoco que, de rebote, se decrete alguna mejora para los trabajadores privados.

    Esta mixtura de recursos públicos y privados es el camino que eligió el Gobierno para inyectar dinero al circuito del consumo. Se decidió luego de un arduo debate —que todavía no está totalmente cerrado— con algunos funcionarios que proponen llegar al mismo objetivo por la vía de una reducción de impuestos.

    Las dos propuestas tienen un elemento en común: descansan sobre el incremento récord que está registrando la recaudación impositiva, que este año rondará los 100.000 millones de pesos.

    Una de las alternativas que se estuvo considerando en el Ministerio de Economía fue aplicar una baja transitoria en la alícuota del IVA, actualmente en 21 por ciento. Se analizó re petir la experiencia aplicada a fines de 2002, cuando se redujo a 19%. En teoría, esto debería traducirse en una rebaja directa del precio de venta al público de la mayoría de los productos de consumo masivo.

    "En aquel momento, la Cámara de Supermercados calculó que el impacto sobre los precios era de 1,65%. El efecto sobre el consumo fue casi imperceptible", recordó ayer a este diario un funcionario de Hacienda, que cuestiona la intención de avanzar sobre el IVA.

    En esa línea, sostienen que para que tenga efecto sobre el consumo habría que apuntar directamente al bolsillo de la clase media. Por ejemplo, elevar el mínimo no imponible de Ganancias para que los empleados en relación de dependencia paguen menos impuesto. O modificar el tope del Impuesto sobre los Bienes Personas (más conocido como impuesto a la riqueza) que quedó clavado en $ 102.000 a pesar de la inflación y la devaluación.

    Claro que cualquiera de estas dos opciones contaría con el rechazo del FMI, que viene presionando en la dirección opuesta: exige una reforma impositiva que amplíe el universo de los que pagan Ganancias.

    Para no complicar más la tensa relación con el Fondo y no dilapidar ingresos fiscales, el Gobierno se dispone a seguir avanzando por el camino más corto de hacer una distribución directa del gasto social. EL NUEVO ESCENARIO: ELOGIOS INESPERADOS PARA EL BANCO CENTRALPara los expertos es clave el control de la inflación

    Candelaria de la Sota.

    La marcha de la inflación parece estar contenida. Sin embargo, ayer dos economistas remarcaron la necesidad de mantenerla bajo control, aun cuando existen algunos sectores que sostienen que eso podría ponerle un freno al crecimiento de la economía.

    "Hay que mantener la inflación baja", sostuvo Daniel Heymann, economista de la CEPAL. Y señaló que "cada vez que se logró una estabilización el producto creció, y cuando hubo inflación el PBI bajó".

    Heymann participó junto al economista del CEDES Mario Damill, en la presentación del trabajo sobre metas de inflación que elaboraron dos miembros del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid.ar), donde participa, entre otros, el Banco Nación.

    El trabajo, elaborado por Martín Abeles y Mariano Borzel, critica la política de metas de inflación que desde el Banco Central impulsa Alfonso Prat-Gay. Considera que este sistema puede frenar el crecimiento de la economía en pos de mantener la inflación bajo control. Y sostiene que el régimen de metas de inflación tiende a apreciar la moneda local. Y hasta arriesgaron que por eso mismo puede afectar el crecimiento del empleo.

    Respecto a este punto, Damill sostuvo que "es cierto que la política monetaria puede frenar la economía antes de tiempo, pero bajar la tasa de desempleo va a tener que ver con otras variables que exceden la política monetaria".

    Y señaló una "hipótesis improvisada en el momento", según sus palabras. "Yo creo que una política monetaria que modere el auge económico podría achicar los márgenes de ganancias, y eso hasta podría ayudar a la redistribución del ingreso".

    A su turno, Heymann subrayó que "si hoy podemos estar discutiendo la necesidad o no de implementar un sistema de metas de inflación es gracias a que tenemos una inflación baja y controlada que nos permite pensar en otras cosas". Y dijo: "Si bajar la inflación es difícil, lo mejor sería ni pensar en que se dispare, sino tratar de mantenerla baja".

    Tanto Heymann como Damill son profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, donde se presentó el trabajo. Y entre los oyentes se lo vio a Héctor Valle, titular de FIDE.

    ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO

    1. General:
    • DORNBUSCH, Rudiger y FISCHER, Stanley, Macroeconomía, trad. por Esther Rabasco y Luis Toharia, 6ª Edición (España, s.f.).
    • MANKIW, N. Gregory, Macroeconomía, trad. por Esther Rabasco y Luis Toharía, 4ª Edición (s.d.).
    • MANKIW, N. Gregory, Macroeconomía, trad. por Graciela S. Souto y Mariana Fernández Cendoya (Buenos Aires, 1995).
    • SACHS, Jeffrey D. y LARRAIN, B. Felipe, Macroeconomía en la Economía Global, trad. por Roberto Muñoz Gomá (México, s.f.).
    • SAMUELSON, Paul A. y NORDHAUS, William D., Macroeconomía, trad. por Esther Rabasco y Luis Toharía, 16ª Edición (España, s.f.).
    1. Otras Publicaciones:

    María Gabriela Roncedo

    gabrielaroncedo[arroba]hotmail.com

    Edad: 21 años

    Fecha de realización: septiembre del 2004

    Presentado como trabajo final de la materia de Preseminario de la Facultad de Ciencias económicas de la Universidad Nacional de Tucumán.