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Historia del Cartel gráfico en el siglo XIX

Enviado por Florentina Murteza


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Los Carteles: tipos, funciones y características
  3. Jules Chéret (Francia 1836-1932)
  4. Bal Valentino
  5. La Danza, La Música, La Pantomima y La Comedia
  6. Toulouse- Lautrec (1864 – 1901-Francia)
  7. Ambassadeurs. Artistide Bruant
  8. Reine de Joie
  9. Divan Japonais
  10. Jardin de Paris, Jane Avril
  11. Alphonse Mucha (1860-1939)
  12. Ramón Casas (1866-1932- España)
  13. Glosario
  14. Bibliografía

Introducción

"El arte es creación del hombre, pero las palabras y las pinturas forman parte de su lenguaje. Si el arte no es principalmente comunicación, sino creación, entonces los carteles (…), serían una forma secundaria del arte"

John Barnicoat

El cartel es algo con lo que la mayoría de la gente está más que acostumbrada. Por donde sea que vayamos, lo encontramos: en el metro, en la estación de autobús, en el café que frecuentamos, en las carteleras especiales etc.

El cartel tiene una tarea importante: la de informarnos, y nos puede alegrar el día cuando tiene como protagonista a nuestro artista favorito, cuando nos avisa que la película que tanto estuvimos esperando por fin se va estrenar o cuando nos habla de una actividad interesante. Pero, a la vez, nos puede molestar, cuando al pasar por las calles, en lugar de postes o muros, veamos un tipo de mega- cartel con las mismas caras de los mismos políticos, avisando que otra vez vamos a tener elecciones.

Es tan común que lo veamos por todas las partes, que hasta pensamos que ha existido desde siempre, pero la verdad es que el cartel, tal como lo conocemos, es relativamente joven, y en el presente trabajo vamos a tratar de presentar una breve historia sobre su aparición, los artistas más destacados y sus principales obras, enfocándonos en el siglo XIX.

Los Carteles: tipos, funciones y características

¿Qué es el Cartel?

Normalmente, entendemos el cartel como una hoja impresa o manuscrita colocada en un lugar visible, para dar a conocer un hecho y normalmente tiene fines publicitarios; es una técnica de difusión de la información que permite llegar a gran cantidad de público, sin necesidad de invertir grandes recursos. Sus posibilidades comunicativas dependen en gran medida de su calidad técnica y estética y de su adecuada ubicación.

Los carteles han mantenido una cierta relación con la pintura en especial en sus primeros cien años de existencia. La gran diferencia del cartel de la pintura, sería el hecho de que éste es una forma de arte que no espera al visitante, sino al contrario, sale a la calle a buscar el público y lo encuentra en por todas partes.

Según John Barnicoat, "[l]os anuncios públicos tienen una larga historia cuyos orígenes se remontan a la Antigüedad."[1] Por ejemplo los festivales egipcios, 300 años a.C. se anunciaban mediante pinturas en las paredes, algunas de ellas muy descriptivas. Otros ejemplos son los axiones griegos y los álbumes romanos. Los axiones eran pilares cuadrados en movimiento, con algún color, y los álbumes, que significa blanco, eran unas tablillas blancas en las cuales se escribían avisos o notificaciones. Las tablillas estaban colocadas en un lugar público para que una gran cantidad de personas pudieran enterarse de la información. También en las ruinas de Pompeya se encontró un variado catálogo de carteles y lemas, de carácter político y comercial. En cuanto a los carteles romanos, que eran ilustrados con dibujos y colores, se sabe que anunciaban las batallas de los gladiadores y las peleas de fieras utilizando textos muy explícitos, los cuales redundaban sobre las gracias y virtudes del emperador correspondiente, sobre los motivos de los juegos, sobre las características de los contrincantes.

Pero se considera más apropiado estudiar su evolución empezando con el siglo XV cuando se produjo el primer anuncio impreso, en Inglaterra, por William Caxton[2]en el año 1477, en el cual trata de ilustrar las propiedades de las aguas termales de Salisbury.

El cartel empezó a tener más importancia realmente en el siglo XIX, cuando técnicas como la xilografía y la utilización de la imprenta eran bastante desarrolladas, y es por eso que vamos a concentrar nuestra atención empezando con este siglo.

El cartel comercial nació en Paris, de la mano de Jules Chéret, creador de la cromolitografía[3]y popularizador de este medio, pero otros representantes destacados son Toulouse Lautrec, Alphonse Mucha y Ramón Casas.

Tipos de carteles

A grandes rasgos, sin entrar en detalles sobre el material o el papel utilizado, podemos decir que hay dos tipos de carteles: informativos y formativos.

El cartel informativo, tiene la intención de difundir eventos, cursos, conferencias, espectáculos etc.

El cartel formativo, se crea como un medio para incentivar y concientizar sobre el establecimiento de hábitos de salud, limpieza, orden etc. En este caso, la imagen tiene vital importancia sobre el texto, y el mensaje es expresado gráficamente en forma clara, apoyándose en un texto corto.

En el siglo XIX, se encuentran más que nada los carteles informativos y, en particular puede hablarse de tres tipos de carteles: los oficiales, más que nada de contenido político y religioso, los de espectáculos, que informaban sobre fiestas, ferias representaciones de teatro y los comerciales que anunciaban productos farmacéuticos.

Funciones del Cartel

En cuanto a las funciones que un cartel cumple, podemos mencionar la función comunicativa, persuasiva, económica y ambiental.

La función comunicativa es la más importante de los carteles, y tanto los carteles formativos como los informativos deben ejercerla. La función comunicativa, básicamente tiene como propósito informar al espectador sobre algo y comunicarle un mensaje.

La función de persuasión "(…) es un repertorio de los significados ideales y emotivos de un producto, que influye sobre la conducta de las personas de manera subliminal, induciendo en las personas sentimientos que la hagan consumir el producto o servicio, sobre el cual el cartel hace alusión."[4]

La función económica, tiene que ver con el hecho de que el cartel tiene que vender un producto o una idea. Por ejemplo en el caso de los carteles de teatro, cine o concierto, esta función puede remarcarse muy fácil, porque la intención es hacer al espectador comprar el boleto.

La función ambiental, trata sobre el hecho de que "(…)el cartel (…) forma parte del contexto urbano, por lo que debería armonizar con el paisajismo del entorno, llevándolo andar de la mano de la función estética, en la cual se le infunde un elevado valor estético que contribuya a enaltecer la cultura de las sociedades."[5]

Características del cartel

Los carteles están destinados al público en general y como hemos mencionado los encontramos a todo paso. Es por eso que el mensaje de un cartel debe ser expresado de la manera más clara, para que la mayoría de las personas que entran en contacto con él lo puedan entender. Es muy importante que cada elemento se integre armónicamente, creando una unidad estética de gran impacto, llamando la atención de una manera espontanea, es decir independientemente de la voluntad del observador. En ese sentido podemos decir que elementos como imagen, texto, color, composición, tamaño o formato son extremadamente importantes, porque son ellos los que provocan o llaman la atención al espectador. A continuación vamos a ofrecer una breve descripción de cada uno de esto elementos.

Técnicamente hablando "[l]a imagen debe ser una síntesis que resuma la idea a la mínima expresión grafica, sin dejar de ser clara y significativa y son poco recomendables las simplificaciones exageradas, así como el abuso de abstracciones, debido a que presentan dificultades para su comprensión o decodificación del mensaje, y en consecuencia el número de observadores que entiendan el mensaje se reducirá." [6]La imagen es un medio para llegar al fin, que es la comunicación y fijación del mensaje.

En cuanto a la función del texto, podemos decir que refuerza el mensaje implícito en la imagen y su redacción no debe ser muy extensa, sino más bien debe brillar y despertar la curiosidad del observador. El texto debe ser corto, directo y claro para que pueda ser leído rápido y para que pueda comunicar el mensaje con el mínimo de elementos, sin hacer uso de palabras o frases largas.

El texto se separa en dos elementos: el encabezado y el pie.

El encabezado es a la vez el título del cartel y es el elemento que debe llamar la atención a las personas, y es por eso que debe ser redactado con letras grandes y que no incluya más de tres palabras. El pie clarifica y profundiza el mensaje, es decir da los detalles y globaliza la información.  El pie atrae al espectador y lo invita a que lo lea, y para su interpretación es necesario que el observador se acerque a este. En cuanto a las letras, tanto del encabezado como la del pie, es muy importante especificar que se debe utilizar letras legibles y de un tamaño adecuado para que el espectador pueda leer con facilidad y rapidez la información.

El color del cartel es también muy importante porque si se utilizan muchos colores podemos cansar al espectador y alejarlo del cartel, por eso normalmente se usan pocos. En cuanto al tamaño que un cartel debe tener, normalmente se usan las medidas de 70×100 cm o 50x 70 cm.

La composición es tan importante como las anteriores. En un cartel diferenciamos dos niveles: la iconografía y la leyenda. No obstante esta diferenciación, se observa una amalgama de imagen y texto. La composición debe buscar el equilibrio y la armonía, no sólo en lo referente a la imagen, sino también en cuanto a colorido y estética. El mensaje debe estar compuesto de forma integral, como si fuera una unidad perfectamente equilibrada.

El cartel debe impresionar para conseguir la finalidad propagandística que persigue. Tiene que atraer y despertar la curiosidad del que lo lee, y por eso es muy importante el lugar donde se sitúa.

En cuanto al formato, básicamente hay dos tipos de carteles: el vertical y el horizontal.

Un buen cartel, debe ser más que nada original y creativo y a continuación vamos a ver algunos de los más importantes y originales carteles del siglo XIX.

Jules Chéret (Francia 1836-1932)

Breve Biografía

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Jules Chéret, fotografía

Jules Chéret, pintor y litógrafo y nació en Paris el 31 de mayo de 1836 en una familia de artesanos litógrafos. Como la familia tenía poco dinero, la educación formal de Jules acabó cuando él tenía apenas unos 13 años, porque la familia ya no podía pagar sus estudios. Sin embargo, su papa, un tipógrafo, mandó a Chéret en un aprendizaje de tres años con un litógrafo. Aprendiendo con este a la vez descubrió su pasión por la pintura y en unos años llegó a estudiar en la Ecole de Beaux-Artes de Paris.

Aunque vendía bocetos a varias editoras en Paris, el artista no se sentía satisfecho y en 1859 decidió irse a Londres con la esperanza de encontrar maneras más adecuadas de ganarse la vida. Allá trabajó como ilustrador principal de una de las mejores editoras de hojas musicales de Inglaterra, llamada Cramer and Company. El acontecimiento más importante de la estancia de Chéret en Londres fue su relación con Eugene Rimmel, un productor de perfumes y a la vez miembro de la Academia Royal de Arte que contrató a Chéret para diseñar etiquetas de perfumes y también lo llevó a conocer varios centros europeos de arte.

Después de siete años regresó a Paris y fue entonces cuando empezó a editar carteles. Aunque también fue pintor y sus obras son respetables, fue el trabajo de crear carteles de anuncios que le permitió pagar sus cuentas y que se convirtió en un objeto de dedicación y por lo que es recordado hoy. Fue en ese momento empezó a realizar sus carteles con una maquina nueva, basada en los diseños de Aloys Senefelder[7]

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Aloys Senefelder, litografía, 1834, autor Franz Seraph

La litografía no era algo nuevo, se había utilizado desde 1798 , aunque su método se ha ido perfeccionando después, de tal forma que hacia 1848 era posible imprimir hasta 10.000 hojas por hora. Chéret dibujaba directamente sus diseños en la piedra litográfica.

Ya viejo, Chéret se retiro en la Costa Azul de Niza donde actualmente se encuentra el museo de Bellas Artes Jules Chéret y murió en 1932 a la edad de 96 años y está enterado en el cementerio Saint- Vicent en el barrio Montmartre de Paris.

Características de su obra

Jules Chéret fue más que nada un famoso litógrafo y cartelista pero a la vez también pintor. Como características generales de su obra se pueden remarcar: figuras femeninas, arlecchinos, payasos, escenas de carnaval, escenas de picnic, bailarines saltando en el aire, multitud de colores y más que nada movimiento. Como pintor le gustó mucho utilizar el óleo y el pastel pero sus obras fueron presentadas hasta 1912 en una exposición en el museo Louvre y fueron bastante bien recibidas por el público. Siendo muy talentoso fue contratado para decorar paredes de villas y teatros y pintó murales en la prefectura de Niza.

Los carteles de Jules Chéret

Influenciado por las escenas frívolas representadas en las obras de Jean- Honoré Fragonard[9]y Antoine Watteau[10]Chéret creó el cartel vivido para los cabarets, teatros de variedades y la mayoría de los teatros famosos de Paris del siglo XIX como: El Dorado, El Paris Olympia, El Folies Bergère, el Teatro de la Opera etc. Tuvo mucho éxito y también promocionó los anuncios para las representaciones de compañías itinerantes, festivales municipales y luego para bebidas y licores, perfumes, jabones, cosméticos y productos farmacéuticos. Aunque sus carteles eran publicitarios "[e]n una entrevista con el crítico inglés Charles Hiatt, Chéret aseguró incluso que para él los carteles no eran necesariamente una buena forma de publicidad pero que, en cambio, eran excelentes murales."[11] Sus carteles combinan la técnica del gran arte mural con el sentido del idioma popular.

Todos sus carteles tenían una estructura básica en el cual predominaba la imagen sobre el texto y en el cual la figura principal era una chica que promocionaba el producto o evento, donde el texto era fuertemente vinculado con la imagen. Chéret creó un tipo de mujer joven que pronto se convirtió en representativo. Las muchachas de Chéret tenían una fuerte carga erótica y un estilo de vida particular, atrevidas y desinhibidas y aparecían ligeramente vestidas. El modelo favorito era la actriz y bailarina Charlotte Wiehe y aparece en los carteles del autor bailando y riendo, muy feliz hasta irresponsable. Era muy apreciada por el público, que la llamaba "La Chéretette" y las niñas imitaban su aspecto.

Su talento y su preparación como litógrafo le permitieron elevar el cartel y durante su vida diseño más de mil, manteniendo un nivel constante de espontaneidad e inspiración. Cada cartel de Chéret tiene una fuerza vibrante, dinámica que hace que el receptor pare, mire y finalmente se quede convencido y gracias a él, Paris era una gran masa de color con chicas que sonreían.En principio, basó sus diseños en las técnicas ilustrativas del momento y en sus primeras obras se remarca el uso de negro, pero después entendió que las necesidades de un cartel son diferentes y su estilo fue mejorando, creando en algunos cuerpos largos, puntiagudos y con mucho color.

Chéret fue completamente original y es por eso que sus carteles fueron un gran éxito.

Las obras más importantes

  • 1. Moulin Rouge

El Moulin Rouge era un lujoso cabaret parisino que fue inaugurado el 5 de octubre de 1889, en el 90 boulevard de Clichy en el mismo emplazamiento en que antes había una sala popular de baile, la Reine- Blanche. Fue creado con el fin de hacer una dura competencia al local l"Elysé. El lugar era muy famosos y "[a] partir de las diez de la noche y hasta las doce y media, todas las noches se presentaban diferentes atracciones y espectáculos de baile, entre los que sobresalía la famosa quadrille naturaliste, un baile frenético, lleno de movimiento, colorido y pasión, que se convirtió en uno de los principales atractivos."[12]

Con la ocasión de su inauguración los empresarios del local le encargaron a Chéret la creación del cartel que iba a publicitar el local.

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Bal du Moulin Rouge, 1889, litografía, 124.1x88cm, El Museo de Arte de Los Ángeles

En el primer plano del afiche podemos remarcar la figura de la típica chérrete, con su cabello rubio, recogido. Esta sentada en un burro negro, que la hace destacar lo que tiene puesto: un coqueto vestido amarillo y zapatos del mismo color. Con la mano derecha está agarrando en burro y en la mano izquierda tiene unas flores. Atrás de ella en la esquina derecha se puede remarcar otra mujer, un poco más voluptuosa y en el centro del cartel se puede ver la figura roja del molino de Moulin Rouge. El cartel tiene también otras figuras de mujeres sentadas en burros que parece que dan la vuelta al molino rojo.

La chérrete del primer plano destaca de las otras, y llama la atención por su colorido, mientras que las otras, menos coloridas parece estar absorbidas en una alegría frenética.

Lo atractivo de este cartel es que las jóvenes alegres y coquetas, parecen estar invitando al espectador a bailar y a divertirse con ellas. Es un cartel muy dinámico y muy expresivo. Se pueden remarcar dos leyendas, una en la parte superior y otra en la parte inferior. La primera dice Bal au Moulin Rouge, Place Blanche, y la segunda Tous del Soirs, & Dimanche Jour, Grand Féte les Mercredis & Samedis (Baile en el Moulin Rouge, Lugar en Blanco y Todas las noches, y los Domingos de día, Grandes celebraciones los Miércoles y los Sábados).

El cartel tuvo mucho éxito y en el siguiente año al autor se le va encargar otro cartel.

En cuanto al colorido el autor utilizó colores como amarrillo, rojo y azul.

Bal Valentino

El autor crea dos versiones del mismo cartel titulado del Bal Valentino uno en el año 1869 y otro, muy parecido en el 1872.

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Bal Valentine, 1869, litografía, dimensiones desconocidas

En el afiche aparecen tres personajes: en el centro de la composición notamos un arlecchino, el payaso, acompañados por dos mujeres jóvenes, una en la parte izquierda y la otra en la derecha. Tras estos, en segundo plano, y para potenciar el carácter dinámico y de movimiento de la imagen, añade un círculo negro para dar relieve y crear la sensación de que los personajes están saliendo del cartel. A través del texto, que son letras abiertas, curvas, que parecen envolver el cartel, le impregna cierto dinamismo. Se percibe interés por integrar texto e imagen y en este caso la inscripción es parte integrante del diseño, cosa que no ocurre generalmente en las obras de Chéret, cuyos textos son añadidos posteriormente por su amigo Madaré. Se puede ver la leyenda que dice Valentino, 51 Rue S. Honré, Cavaliers 3fr., Dames 1fr, Dd. Bal de Nuit Paré Masqué & Travesti ( Valentino, Calles S. Honore numero 52, Caballeros 3 francos, Damas 1 franco, Baile de Disfraces, Baile de Noche De disfraces y travesti).

Estéticamente las imágenes son planas, utiliza una paleta de colores primarios puros: rojo, amarillo y azul.

La Danza, La Música, La Pantomima y La Comedia

Una fotografía tomada en el año 1896 del interior de "Le Chat Noir"[13] muestra evidencia visual directa de cuatro paneles decorativos de Chéret: La Danza, La Música, La Pantomima y La Comedia. La Música y la Pantomima cuelgan una junto a otro en la parte derecha del escenario y La Comedia y la Danza en la parte izquierda. Aunque estas no son en sí carteles como tal, se consideran muy importantes porque resumen la forma del autor de crear carteles y es por eso que las vamos a comentar en el presente trabajo.

Los cuatro paneles son de aproximadamente 90×120 cm y muestran una típica chérrete, sonriendo y ejecutando las cuatro acciones que los títulos anuncian. En cada uno de los carteles hay objetos que hacen alusión a la acción que denotan.

En La Música, en el primer plano se puede observar fácilmente la figura de una chérrete de cabello oscuro, que lleva un provocativo vestido azul y tiene en sus manos unos platillos. A parte de este instrumento musical podemos distinguir con claridad un tamborino, un tambor, un claxon y un laúd detrás de la chérrete. Perdiéndose entre el fondo y los instrumentos se remarcan unas figuras que parecen ser cantantes.

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La Música y La Pantomima, 1891, paneles, 90x120cm

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La Comedia y La Danza, 1891, 90×120 cm, paneles

En La Danza, aunque carece de este tipo de accesorios, la primera chérrete en la escena está imitada de otra joven que se encuentra atrás de ella, como si estarían realizando un mismo baile. Detrás del grupo principal, se puede observar una línea larga de bailarines moviéndose y bailando que parecen ser unas sombras blancas y negras. Estas figuras mantienen unas expresiones congeladas como si fueran manquéis de la chérrete. En este cartel, el autor llena a propósito el espacio con estas sombras para evitar la utilización de accesorios y a la vez para enfatizar los movimientos artísticos de la chérrete principal.

En la Pantomima, se remarca otra vez en el primer plano la alegre chérrete, que lleva un sombrero, zapatos y vestido amarrillos, acompañada por tres intérpretes cómicos, que parecen arlecchinos. Estos dejan la sensación de que quieren interactuar con ella pero parece inamovible y no les hace caso.

En la Comedia, la chérrete tiene en su mano una máscara de pantomima, y atrás de ella se remarcan solo caras, que podrían ser de los espectadores y también se puede remarca otra mascara.

En todos los carteles de esta serie la chérrete está suspendida en el centro, como si estaría volando en un espacio vacío, con toques de luz poco claras, en fondos de una explosión de colores que parecen evocar un sueño.

Los paneles fueron impresos a ocho colores y son considerados de los mejores trabajos de Chéret.

Toulouse- Lautrec (1864 – 1901-Francia)

"El éxito de los carteles y grabados de Lautrec se cimentaba en sus excelentes dotes de dibujante, en la facilidad con que sabia captar el carácter de los personajes y también a su costumbre de estudiar previamente el tema mediante la toma de apuntes." [14]

Breve biografía

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Henri Toulouse Lautrec- fotografía

Toulouse Lautrec, con su nombre completo de Henri Marie Raymond de Toulouse Lautrec Montfa, fue no solo un importante cartelista, sino también un muy buen pintor, diseñador y litógrafo.

Lautrec nació el 24 de noviembre de 1864 en Francia, en el castillo de Albi en el seno de una familia de la nobleza. A principios del siglo XVIII empezaron a menudear los matrimonios entre miembros de la familia, para evitar las divisiones territoriales y la dispersión de la fortuna. En el caso de Toulouse, sus papas eran primos de primer grado, y este hecho repercutió gravemente en la salud de Henri. El artista sufrió de una enfermedad que en su tiempo todavía no se conocía, titulada "Picnodisostosis" , y se trata de una anomalía hereditaria (osteogénesis imperfecta), no muy frecuente, que afecta los huesos. Sus principales síntomas son: estatura pequeña, piernas cortas, manos y pies pequeños, (aunque el torso permanece de talla normal), rasgos faciales algo rudos, tendencia general a las fracturas óseas y endurecimiento de las articulaciones. A esta enfermedad, entre los años 1878 y 1878 se le suman dos fracturas de las piernas, primero el fémur del pie izquierdo y luego el fémur del pie derecho.

"Su ascendencia aristocrática, una infancia transcurrida entre castillos y mansiones, cotos de caza y caballos de competición, su cultura (…), los mejores colegios de la época y sus perceptores particulares, su ambición innovadora, fruto de su mente lúcida, con ideas propias y un carácter independiente, su afán de notoriedad, etc. se vieron fatalmente mediatizados por su deformidad física y ello le creó una situación anímica, mezcla de felicidad y amargura, tan lacerante que nunca lograría superar."

En el año 1880 , Lautrec dejó su vida entre castillos para instalarse en Montmartre, una zona que se había incorporado al contexto urbano de Paris, y donde se había creado una especie de zona franca, que "(…)gozaba de cierta permisividad en lo que a jolgorio, bebida, promiscuidad y sexo se refería. Ello había dado lugar a una nutrida proliferación de bares, cabarets, cafés-concierto y prostíbulos.(…) El Montmarte de la época de Lautrec era especialmente atractivo para personas de muy diversa índole y nivel cultural, pero, eso sí unidas por similares emociones, anhelos, vicios inconfesables o la necesidad de mostrar la otra cara de su vida."[15] El autor visitaba muy seguido estos ambientes, ahí conocería a muchas personas y cultivaría muchas amistades, y de ahí saldrían la mayoría de los temas de sus cuadros. Allí también posiblemente pasaría desapercibida su deformidad física.

En medio de tanta miseria y vacuidad su persona podría hacerse fácilmente con un lugar e incluso se ganaría cierta admiración. Como devoto aventajado de aquel ambiente visitaría los bares, los prostíbulos y los cabarets, bebiendo sin medida y cantando el sexo con cuantas mujeres pudo. Sin embargo, en medio de todo esto, la soledad nunca lo soltó, y siempre se sintió infeliz y amargado. Se sentía víctima del destino y por esa razón decidió abandonar su suerte: el alcoholismo y la sífilis no tardaron en aparecer y a los 37 años acabarían con su vida.

Características de su obra

A grandes rasgos la obra de Lautrec gira en torno a tres grandes temas: retrato, escenas parisinas del mundo del espectáculo y del placer y escenas de la cotidianidad. Los tres temas nos llevan a uno solo: la persona en su soledad, víctima de su suerte, llevando la vida con todos sus problemas. En todas sus obras, subraya la contundencia de la inmensa soledad de las personas, abandonadas a su suerte. Se puede ver detrás de estas obras un personaje herido, fuertemente tocado por la vida. Su arte presenta un mundo prefabricado y establecido, en el cual los personajes tienen que moverse de manera irremisible. Las imágenes que presenta y la manera como las presenta denotan siempre un tratamiento acido de la psicología de los personajes y una particular manera de burlarse de la farándula parisina.

Su arte se muestra muy comprometido con aquella realidad que perciben nuestros ojos, absolutamente contrapuesta a las visiones oníricas y a los ideales tradicionales y opta claramente por una visión plenamente realista de la vida.

Los Carteles de Lautrec

En la época de Lautrec, Paris se había convertido en el primer referente del ocio de toda Europa y los cabarets, los bares, los music-halls, las salas de baile y los locales que ofrecían espectáculos o atracciones recurrían muy seguido a los carteles para promocionarse. Los locales de atracción establecían verdaderas luchas entre sí para atraer a su clientela y es por eso que también el cartel tiene mucho éxito.

En el 1891, el autor realizó el cartel que le va traer a la vez el éxito, el cartel de Moulin Rouge y a partir de este momento, no paró en este trabajo.

Realizar un cartel no es una tarea fácil y para que con tanta simplicidad compositiva, escasez de medios, utilización de colores planos etc, sea posible transmitir un determinado mensaje, se necesita de muchas dotes de observación, mucho estudio, trabajar todos los aspectos técnicos, una gran habilidad y un carácter hipercrítico y autoexigente. A ellos hay que añadir un contacto frecuente con el cliente y el litógrafo, un conocimiento de primera mano de lo que se quiere representar y la realización de apuntes previos. Todos estos son factores que han influido en la metodología de Lautrec. Además de los carteles de gran formato, cuyo número superó la treintena, Lautrec realizó también grabados en formato pequeño.

Los carteles más importantes

1.Su primer encargo – Moulin Rouge

Un encargo que recibió en 1891 marcó un paso muy importante para Lautrec, puesto que era todo un reto para él. Para promocionar la temporada de Moulin Rouge, le encargaron la realización de un cartel, que tendría que medirse con el que el local había utilizado como publicidad de la campaña anterior y que había realizado Jules Chéret. Habían pasado dos años desde que Chéret había creado el cartel y el local tenía mucho éxito, tanto por el espectáculo que ofrecía como por la cantidad de público selecto que acudía a él.

Para un hombre tan ambicioso pero a la vez tan tímido como Lautrec, aquella era la oportunidad de su vida y en ello puso todo su empeño. La simplificación e idea de síntesis general, la nitidez de sus formas, ya fuera mediante el trazo o la mancha, una sabia combinación de colores básicos( azul, amarillo,rojo y negro) el ritmo y dinamismo de líneas, el juego entre lo que se ve y aquello que se sugiere fueron factores tan importantes y tan bien logrados que plasmaban exactamente el conjunto de impactos visuales y sensaciones que el publico iba a encontrar en las veladas ofrecidas cada noche en el local.

Descripción:

Desde el punto de vista estilístico, el cartel es revolucionario. En el centro del salón, alumbrado por lámparas amarillas, destaca la figura revuelta y dinámica de la vedette del espectáculo, Louise Weber, La Goule[16]bailando el chaut y ejecutando la guitarre, una figura de la quadrille naturaliste, con cabellos amarillos, una blusa rosa con topos blancos, unas medias rojas y una gran falda blanca revoloteando. En el primer plano, realizado con un gris plomizo, de tono uniforme, se remarca la silueta caricaturizada de Renaudin, conocido como Valentin-le-Desossé sofisticado, de perfil. Al fondo se remarcan un friso de siluetas negras, formado por hombres y mujeres, representando el público asistente. A la izquierda, vista en diagonal, en picado y cortada, una lámpara cuya forma se combina con el vestido de Goulue. La profundidad se representa por la distribución de los personajes, el primer plano de Valentine y la lámpara amarilla de la izquierda y las lamas de parquet del suelo.

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Moulin Rouge.La Goulue, 1891, litografía a cuatro colores sobre papel, 191×115 cm, Bibliotèque Nationale, Paris

El cartel se completa con una serie de leyendas en rojo y negro: Moulin Rouge, Moulin Rouge, Moulin Rouge, Concert Bal tous les soirs, La Goulue, Tous Les Soirs Moulin Rouge, Les mercredis el samedis bal masqué. (Moulin Rouge.Concierto y baile todas las noches. La Goulue. Todas las noches.Moulin Rouge, Los miércoles y los sábados baile de disfraces.)

En este cartel aparecen las técnicas japonesas y cloissionistas[17]que se perciben mediante la simplificación compositiva a base de grandes áreas, un encuadre fotográfico que lleva a cortar objetos y personajes fuertemente contrastados sobre el fondo claro, la línea que dibuja los perfiles. Esta obra demuestra el perfecto conocimiento del ambiente del local por parte de Lautrec, que ha realizado un trabajo de síntesis, con colores vivos y una cuidada selección de los motivos que intervienen. El cartel fue impreso por Ch. Levy a cuatro tintas (azul, amarillo, rojo y negro) en dos hojas, mas una banda en la parte superior.

Ambassadeurs. Artistide Bruant

En 1892 Lautrec va crear otro cartel, esta vez para Artistide Bruant. [18]En 1892 Bruant empezó a actuar en el Ambassadeurs, el café concierto más famoso de Paris, y encargó el cartel publicitario a su amigo Lautrec. Previamente a este cartel, el artista había creado otro, pero no llegó a la impresa porque Bruant quería acaparar en exclusiva el protagonismo, y en el primero aparecían varias personas. Si el anterior no lo pudo convencer, este si lo logró[19]

Descripción:

En este cartel, Bruant está representado con una imagen sofisticada, con una gabardina de color oscuro, con la cabeza cubierta con un sombrero ancho, con una bufanda roja, con guantes negros y un bastón amarrillo. Todo esto hace verse al artista de una apariencia dura, casi agresiva, bastante impactante. En el fondo podemos apreciar, a la izquierda un fondo amarillo y a la derecha un personaje masculino, con una gorra posiblemente de marinero. En el cartel se pueden leer las siguientes leyendas: Ambassadeurs Artiside Bruant Dans Son Cabaret(Ambassadeurs Artiside Bruant en su cabaret).

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Ambassadeurs. Aristide Bruant, 1892, litografía a seis colores, 137x95cm, Museo de Arte de San Diego, California

El autor utiliza colores planos y fue impreso a seis tintas: amarrillo, malva, azul, rojo, verde claro y negro.

El cartel tuvo mucho éxito y Bruant le pidió al empresario del local que lo colocara a ambos lados del escenario en el cual actuaba y que lo pusiera por toda la ciudad; a la vez todos los periódicos le dedicaron todo tipo de reconocimientos. El pintor hizo después otros carteles de Aristide con la misma imagen.

Reine de Joie

El cartel fue creado con la intención de promocionar la novela Reine de Joie (Reina de la alegría) escrita por Victor Joze[20]En este cartel se reproduce el contenido de la portada interior de la misma novela cuya cubierta había sido diseñada por Pierre Bonnard[21]

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Reine de Joie, 1892, litografía, 149.5x99cm, Museo de Arte de San Diego

Descripción:

Podemos remarcar la presencia de tres personajes, en el medio la cocota Helene Roland, que lleva puesto un vestido rozado y el cabello recogido, está dándole un beso al financiero Olizac, situado en la parte izquierda, un tipo calvo, obeso y horrible, que lleva puesto un traje a la moda. En la parte derecha remarcamos otro caballero, de cabello y bigote pelirrojo.

El artista trabaja en este cartel con colores planos, que aplica a las distintas zonas, con lo cual logra un dibujo bien recortado, de colores densos e intensos. En cuanto a la composición se remarca una línea que muestra el límite de la mesa y divide al cartel en dos mitades, en la parte superior quedan los personajes mientras que en la parte inferior se remarca la leyenda. Los colores de la parte superior es rico y variado, el artista jugando con tonos de rojo, amarrillo, verde, blanco y negro y en la parte inferior el color se suaviza, para dejar ver las leyendas, hechas con letras bastante irregulares, que anuncian: Reine de Joie par Victor Joze, chez tous les libreries (Reina del Placer, por Victor Joze, en todas las librerías).

Divan Japonais

Le Divan Japonaism era un pequeño café-concierto en el barrio Montmarte, cuyas "paredes estaban decoradas con pinturas sobre seda y en él había muebles lacados de poca calidad, de falso bambú y linternas de papel de colores vivos, y era atendido por camareras vestidas con kimono."[22] Era uno de los lugares que artistas y escritores frecuentaban habitualmente.

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Divan Japonais, 1893, litografía, 78.5X59.5 cm, Museo de Arte Moderna de San Diego

Descripción:

El cartel fue creado para promocionar las representaciones del local. La figura central es la de Jane Avril[23]que se nos muestra de perfil usando un vestido y sombrero negros. A la derecha se remarca la figura del crítico musical Edward Dujardin, fundador de la "Revue Wagneriénne". [24]

En el fondo, aunque incompleta, aparece la figura de Yvette Guilbert[25]con su estilizada figura y sus guantes negros, que actuaba en el local.

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Yvette Guilbert, fotografía, National Gallery of Art, Washington D.C

Entre ella y los dos personajes del primer término podemos remarcar los brazos del director de la orquestra y la parte superior de los contrabajos. El cartel fue impreso a cuatro colores: amarillo, rojo, negro y verde y tiene las siguiente leyenda: Divan Japonais 75 Rue des Martyrs Ed. Fourniers Directeur.

Jardin de Paris, Jane Avril

Le Jardin de Paris, otro de los lugares famosos de Paris, y "fue abierto en los Champs Elysees, en un local que antes había ocupado el café Pavillon de l"Horloge. Inaugurado en 1835, en 1889 se transformo en café-concierto(…). Su propietario lo vendió en 1883 a Joseph Oller, propietario de Moulin Rouge, quien después de remodelarlo, lo reinauguró el 7 de mayo de 1893 con el nombre de Jardín de Paris."[26]

Buen amiga del artista, es posible que la misma Jane Avril le haya pedido que realizara este cartel.

Descripción:

El cartel fue inspirado en una foto ya existente de la actriz bailando.

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Jane Avril, fotografía, circa 1893

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Jardin de Paris. Jane Avril, 1893, litografía, 95X130 cm, ubicación desconocida

Descripción:

En el cartel la protagonista, Jane Avril, aparece bailando. El parquet de escenario en perspectiva y el fondo crean profundidad a una escena en la que la figura de Jane, esquemática y sofisticada, constituye el elemento principal. Este esquematismo es uno de los mayores atractivos de este cartel, dado que tanto la figura como la foto de la bailarina eran muy conocidas por el público. En la esquina inferior se puede remarcar un contrabajo y el músico que lo toca, con una cara y una mano grotescas. Atrás de Jane se puede observar un escenario.

El autor utilizó cinco colores: amarrillo, naranja, verde oscuro, rojo y negro.

El cartel fue un éxito y los periódicos se peleaban para tener la primacía en reproducirlo en sus páginas.

Alphonse Mucha (1860-1939)

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Alphonse Mucha, fotografía, hacia 1906

Breve Biografía

Alphonse María Mucha nació el 24 de julio de 1860 en la ciudad de Ivancice, Moravia. La leyenda local dice que sostenía el crayón antes de que hablara. Cuando era de unos cuantos años sus habilidades para el canto de permitieron continuar la educación, haciendo parte de un coro de niños y luego siguiendo la secundaria en la capital morava Brno. Trabajó en empleos de pintura decorativa en Moravia, en su mayoría decorando teatros y luego en 1879, se mudó en Vienna para trabajar con una compañía vienesa de diseño teatral, logrando de manera informal completar su educación artística. Cuando un incendio destruyó el teatro matando casi 500 personas en 1881, tuvo que regresar a Moravia haciendo decoraciones de manera individual y pintura de retratos.

El trabajo que hizo acá impresionó mucho al conde y empezó Fue contratado por el Conde Kart Khuen de Mikulov para decorar el Castillo Emmahof.a apadrinar el aprendizaje formal de Mucha en la Academia de Bellas Artes de Munich. En 1887 el artista se fue rumbo a Paris y continuó sus estudios en la Academia Julian y después en la Academia Colarossi. Al mismo tiempo producía ilustraciones para revistas y publicidad y en 1894 produjo la obra de arte para un cartel publicitario litográfico de Sarah Bernrardt. El cartel tuvo mucho éxito y después le fueron encargadas mas obras.

Entre los 1906 y 1910 Mucha visito los Estados Unidos y regresando se instaló en Praga, donde decoró el Teatro de Bellas Artes y otros puntos de interés de la ciudad.

Partes: 1, 2
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