8 de Marzo: Reflexiones en el Día Internacional de la Mujer (página 2)
Enviado por Dra. Lesly Llatas Ramirez
Cinco años más tarde, en el 23º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, "Mujer 2000: Igualdad entre los géneros, desarrollo y paz para el siglo XXI", se examinaron los progresos de la comunidad internacional en la consecución de los objetivos establecidos por la Conferencia de Beijing. Esta conferencia es conocida como la conferencia "Beijing +5". Los delegados encontraron tanto progresos como obstáculos pertinaces, y llegaron a nuevos acuerdos para seguir impulsando las iniciativas de la conferencia sobre la mujer de 1995.
El objetivo de las Naciones Unidas es ayudar a que todas las personas, individual colectivamente, sean juzgadas con ecuanimidad y tratadas en forma justa. En los últimos 50 años, la mayor parte de los progresos conseguidos han sido los destinados a garantizar los derechos políticos de la mujer (el derecho al voto y a ser elegida). Actualmente, existen pocos países en donde las mujeres no puedan votar o desempeñar un cargo público.
SENTIDO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER.-
Las Naciones Unidas, al proclamar el Año Internacional de la Mujer, supone no sólo acortar distancias o diferencias entre el hombre y la mujer, sino eliminar todo sesgo, discriminación, y dar paso a la concientización del principio de igualdad, pues, no basta su renocimiento o desdoblar esfuerzos para afianzar este respeto, sino que la tarea más difícil es concientizarlo, es decir, "aceptar que la mujer puede desempeñar por sí misma gracias a sus talentos, cualidades, valía, coraje, roles de gran importancia para forjar un camino constructivo para todas las naciones en el mundo y que somos capaces de resolver conflictos y sobre todo, tener la paciencia y la sabiduría para la toma de decisiones sea en el ámbito personal, social, cultural, económico, político etc".
Discriminar es tratar a las personas desigual o injustamente por alguna razón que no puedan evitar o que no sea relevante para el asunto que se trata. Por ejemplo, pagar a dos personas un sueldo distinto por el desarrollo del mismo trabajo tan sólo porque una de ellas sea mujer, negra, musulmana, o hable con un acento distinto. Hay otros tipos de discriminación injusta (debida a tu religión, discapacidad, edad; a que hables una lengua distinta o a tus opiniones políticas.) La discriminación debida a que seas un hombre o una mujer (tu género) recibe el nombre de sexismo.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales.
El Día Internacional de la Mujer es una fecha que conmemora las Naciones Unidas y que debemos conmemorar todas las mujeres de este mundo, es fiesta nacional en muchos países. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su Día, pueden contemplar una tradición de no menos de 90 años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
El Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.
ACORTANDO DIFERENCIAS DE GENERO.-
Estas profundas diferencias entre el hombre y la mujer se ha convertido, en la lucha de todos los días por las mujeres en el mundo, no importa el cargo o rol que desempeñemos, lo cierto es que nuestra terquedad sea para emprender la lucha contra todo acto de discriminación hacia nosotras y enfrentar las injusticias y graves situaciones de conflicto en el mundo. Que nuestra sensibilidad social, sea para comprender las diferentes culturas y evolución de las mujeres en el mundo, que nuestra preparación sea para ayudar a los que menos saben y proponer las políticas y/o estrategias para forjar una cultura de paz mundial, y finalmente que nuestra belleza y encanto sea para cautivar a todas la organizaciones interesadas y al Estado en especial para que asuman el compromiso de luchar por darnos un mejor tratamiento legislativo y constitucional que permita a la mujer contar son todos derechos sin discriminación, abriendo espacios en los gobiernos para nosotras.
La participación de la mujer no supone minimizar la dignidad del hombre, ni mucho menos desconocer sus derechos y su participación en la sociedad. No podría aceptarse el principio universal de igualdad entre el hombre y la mujer si ello supondría, a su vez, una violación a la dignidad de ambos. Por el contrario, lo que busca las Naciones Unidas al proclamar el Año Internacional de la Mujer es dar a conocer que la mujer está en igualdad de condiciones y de oportunidad que el hombre para comenzar a realizar un trabajo constructivo por el bienestar y la paz mundial, quiere ambos como un todo integral, como el lazo interdependiente y universal, tan igual como el respeto al tratamiento de los derechos humanos proclamado en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos de 1993.
Según la creencia generalizada, el aumento del número de mujeres a cargo de puestos de responsabilidad repercute de modo positivo en la situación de la mujer y en la sociedad. Sin embargo, pese a que las mujeres pueden desempeñar cargos públicos en la mayoría de los países, su presencia en el Gobierno sigue siendo aún minoritaria; hecho que nos motiva en este día para hacer un llamamiento a nuestros gobernantes y representantes nacionales, a que se respete la "cuota de genero" en la distribución de los cargos públicos.
Es asimismo imprescindible hacer énfasis, en el Día Internacional de la Mujer, sobre la necesidad de poner fin a la violencia contra la mujer. La violencia contra la mujer no es aceptable, no tiene ninguna justificación y es intolerable. Por ésta razón la Internacional Socialista de Mujeres apoya la campaña de las Naciones Unidas 'Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres' anunciada por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en ocasión de la Sesión cincuenta y dos de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, celebrada en Nueva York el 25 de febrero de 2008. La campaña continuará en pie hasta el 2015, cuando se cumple el plazo fijado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo para el Milenio. (..) La Internacional Socialista de Mujeres cree firmemente que el Día Internacional de la Mujer es un día mundial para reunirnos y celebrar la diversidad de la mujer y los avances registrados hasta la fecha. Es también un día en el que rendir homenaje a aquéllas mujeres que han logrado hacer de nuestro mundo un lugar más justo, un día para dar inspiración a mujeres tanto como a hombres en la lucha por la paz, la democracia, la justicia y la igualdad para todos.
ROL DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD.-
Como consecuencia de expresiones de lucha, conquista, actos de protestas en el mundo, la mujer ha logrado cautivar espacios de gran importancia en las sociedades en el mundo. Hoy en día ya no es posible conceptualizar el rol de la mujer única y exclusivamente a su hogar, lo cual, no quiere decir, que la mujer por más profesional que sea o asuma cargos de confianza, descuide algo que es importante para el desarrollo personal y colectivo "la familia" nos equivocaremos en forma permanente si pensáramos de ésta forma. Por el contrario, los espacios que se han venido conquistando progresivamente son el reflejo de una constante demostración de que nosotras somos capaces de desempeñarnos a otros niveles y respondiendo con efectividad.
La mujer alcanza un estado de evolución como persona a través de un ciclo de vida: primero comenzamos siendo gestadas, niñas, adolescentes, jóvenes, estudiantes, esposas, trabajadoras, profesionales, madres, abuelas, adultos mayores, pero en ninguna de nuestras fases dejamos de ser mujer. ¿Qué significa ser mujer? Estamos equivocados si contestamos a ésta pregunta basada única y exclusivamente a una conceptualización sexual. Erróneamente se ha pensando que cuando el hombre y la mujer se unen sexualmente ya tenemos un estatus "el ser mujer de alguien".
Ser mujer es la expresión de una connotada sensibilidad, encanto, pureza, fuerza y coraje, elementos que son necesarios para lograr metas de desarrollo, evolucionar como seres humanos, y que el hombre no lo va lograr jamás si no es con el apoyo de la mujer.
No somos "un plato descartable que se use y se vote", como todavía hay expresiones de algunos sectores de hombres o de corrientes "machistas". El que piensa así sin duda no ha llegado a él o a ellos la oportunidad de un cambio y precisamente contra éstas expresiones discriminatorias y denigrantes hacia la mujer es nuestra lucha de todos los días, un motivado esfuerzo para lograr la concientización en aquellos sectores que no son capaces de aceptar que en nuestra condición de mujer, podemos alcanzar el desempeño de los mismos cargos o puestos laborales que el hombre ocupa, nuestra participación ha ido en progreso, en lo político, hoy tenemos presidentas de naciones o países, parlamentarias, Ministras, Deportistas, Educadoras, Empresarias, Humanitarias, luchadoras sociales, periodistas, conductoras etc. Entonces, hemos crecido y debemos sentirnos orgullosas de ser mujer porque hemos demostrado tener la capacidad para serlo.
El reconocimiento de los derechos de la mujer es fruto de una marca lucha y conquista, gracias a este esfuerzo, hoy en día la participación de la Mujer en la sociedad y en el Estado, es palpable, real y efectivo pero aun queda mucho por construir, valga esta ocasión para motivar a nuestros legisladores una reflexión por promover en su agenda legislativa, la discusión constitucional acerca del reconocimiento real de los derechos de la mujer que fueron propuestos en el marco reforma constitucional 2002-2003.
La mujer es una esencia de admiración, ha demostrado que gracias a su fuerza y vigor, ha ido conquistando escenarios y roles en la sociedad que van desde el recogimiento de sus propios derechos, la igualdad de oportunidad y de condiciones sin discriminación en los aspectos laborales, político, religioso, deporte, opinión y, ahora la lucha por la no violencia contra la mujer y la niña y la igualdad entre los géneros.
LA MUJER Y SU TRATAMIENTO EN LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Recordemos lo que subrayó el entonces l Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo de 2003):
Los objetivos de desarrollo del Milenio —que comprenden la promoción de la igualdad de géneros y la potenciación del papel de la mujer— representan una nueva manera de promover el desarrollo. Esos ocho compromisos tomados de la Declaración del Milenio, que fue apoyada por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, constituyen un plan concreto, con objetivos y plazos, para construir un mundo mejor en el siglo XXI. Representan una serie de objetivos importantes y mensurables que cualquier mujer y cualquier hombre de la calle, de Nueva York a Nairobi y a Nueva Delhi, puede fácilmente comprender y apoyar.
En nuestra labor para alcanzar esos objetivos, como se dejó claro en la Declaración del Milenio, la igualdad de géneros no sólo es un objetivo por derecho propio; es de importancia crítica para nuestra capacidad de alcanzar todos los demás. Un estudio tras otro han demostrado que no hay estrategia de desarrollo eficaz en la que la mujer no desempeñe un papel central. Cuando la mujer participa plenamente los beneficios pueden verse inmediatamente: las familias están más sanas y mejor alimentadas; aumentan sus ingresos, ahorros e inversiones. Y lo que es cierto para las familias también lo es para las comunidades y, a la larga, para países enteros.
Esto quiere decir que toda nuestra labor en pro del desarrollo —de la agricultura a la salud, de la protección del medio ambiente a la gestión de los recursos hídricos— debe centrarse en las necesidades y prioridades de la mujer. Significa que hay que promover la educación de las niñas, que forman la mayoría de la población infantil que no van a la escuela. También supone alfabetizar a los 500 millones de mujeres adultas que no saben leer ni escribir y que representan los dos tercios de los analfabetos adultos del mundo.
La Carta de las Naciones Unidas, firmada en San Francisco en 1945, fue el primer acuerdo internacional que proclamó que la igualdad de los sexos era un derecho humano fundamental. Desde entonces, la Organización ha contribuido a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos concertados internacionalmente para mejorar la condición de la mujer en todo el mundo. En todos estos años las Naciones Unidas ha actuado en cuatro direcciones concretas para mejorar la condición de la mujer:
a) Fomento de las medidas legales;
b) Movilización de la opinión pública
c) Medidas internacionales; capacitación e investigación, incluida la reunión de datos estadísticos desglosados por sexo.
d) Ayuda directa a los grupos desfavorecidos.
Actualmente, uno de los principios rectores esenciales de la labor de las Naciones Unidas es que no puede hallarse una solución duradera a los problemas sociales, económicos y políticos de la sociedad sin la cabal participación y plena habilitación de las mujeres del mundo.
La violencia contra las mujeres y las niñas tiene sus raíces en la desigualdad y la discriminación contra ellas, tanto en la esfera privada como en la pública. En las principales conferencias celebradas en 1975, 1980, 1985 y 1995, las Naciones Unidas, reunieron a las naciones del mundo a efectos de examinar estrategias y políticas para lograr la igualdad para las mujeres y las niñas, y para poner fin a la violencia contra ellas.
En la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas aprobada por las Naciones Unidas en 1993, la violencia contra la mujer se define como "… una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre…". Ese mismo año, en la Declaración y el Programa de Acción de Viena se afirmaba la universalidad de los derechos de la mujer como derechos humanos y se instaba a la eliminación de la violencia por motivos de género.
En la cumbre mundial del 2005, en el que participaron los Estados miembros de las Naciones Unidas, ONGs de Derechos Humanos, se llegó a la convicción de que el progreso de la mujer es el progreso de todos; se reafirmó que el logro pleno y efectivo de los objetivos y metas de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing así como el resultado extraordinario de las sesiones de la Asamblea General, es una contribución indispensable para que se alcancen los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente.
En el marco de esta cumbre, se decidió promover la igualdad entre los géneros y eliminar la discriminación por motivos de género con metas específicas:
1. La eliminación de las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria
2. La igualdad de acceso a la salud reproductiva
3. Igualdad de acceso de la mujer a los mercados de trabajo, al empleo sostenible y una protección laboral adecuada
4. Igualdad de acceso de la mujer a los bienes y recursos productivos, tierra, el crédito y la tecnología
5. Eliminar toda forma de discriminación y violencia contra la mujer y la niña
6. Promover una mayor participación de la mujer en los órganos gubernamentales, en la toma de decisiones y el derecho de participar en igualdad de condiciones en la vida política.
Las Naciones Unidas, se ha comprometido a promover activamente la incorporación de la perspectiva de género en la elaboración, aplicación, vigilancia y evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales y fortalecer la capacidad del sistema de las Naciones Unidas propiamente en el ámbito de genero.
Para cumplir plenamente la obligación de proteger los derechos de las mujeres y las niñas, los Estados no deben limitarse a promulgar leyes que tipifiquen todas las formas de violencia contra la mujer. Deben hacer mucho más que eso es, brindar las condiciones efectivas y reales de igualdad de acceso a la mujer en todos los escenarios, principalmente, en lo político, económico, militar, policial, educativo, social, laboral, cultural, etc. Para que las nuevas normas cobren vida, los Estados deben afrontar directamente las actitudes y los prejuicios que promueven la cultura de la impunidad.
Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional."(Declaración y Programa de Acción de Viena, parte I, párrafo 18)
¿Por qué dedicar un día exclusivamente a las mujeres del mundo?
Como señala Simone de Beauvoir en su obra "El segundo sexo" lo que muchas veces se entendió por ser mujer es un producto cultural que se ha construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana. Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios; pues muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas.
Beauvoir tiene una frase célebre: "No se nace mujer, se llega a serlo".
Para destacar la importancia que la participación activa y la situación de igualdad de la mujer tienen en la consecución de la paz y el progreso social, y para mostrar su reconocimiento por la contribución de la mujer a la paz y la seguridad internacionales.
Este Día proporciona a las mujeres del mundo la oportunidad de hacer recuento de todos los objetivos alcanzados en su lucha en pos de la igualdad, la paz y el desarrollo.
Hasta que hombres y mujeres no se unan en la lucha para garantizar los derechos y la plena capacidad de la mujer, no es probable que se encuentren soluciones duraderas a los problemas sociales, económicos y políticos más graves del mundo.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho. En el ámbito mundial, ha aumentado el acceso de la mujer a la educación y a una atención sanitaria adecuada; se ha incrementado su participación como mano de obra remunerada, y muchos países han adoptado leyes y reglamentos destinados a garantizar la igualdad de oportunidades de la mujer y el respeto de los derechos humanos. El mundo cuenta ahora con un número cada vez mayor de mujeres que participan como dirigentes en la sociedad de su país.
La mujer continúa siendo víctima de la violencia; la violación y la violencia doméstica siguen figurando entre las principales causas mundiales de discapacidad y mortandad de las mujeres en edad de procrear.
Esta conmemoración es una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
Queda mucho por hacer en este sentido, aun cuando grandes pasos ya se han dado en una participación mas activa de la mujer en la política y la sociedad. Eso implica una transformación radical de la estructura familiar y un mayor protagonismo de la mujer en la vida pública y política, porque sólo en la modificación de las prácticas sociales iremos redefiniendo los discursos de la subordinación y elaboraremos nuevas formas y valores que legitimen prácticas más igualitarias y democráticas en el marco de un proyecto que nos incluya.
Conferencia dictada en la Municipalidad de Surquillo, invitada especial del Alcalde, Gustavo Sierra, en su condición de especialista en derechos humanos. Lima, 08 de marzo 2009.
Autora:Dra. Lesly Llatas Ramírez
Abogada egresada por la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres. Diplomada como especialista en Derechos Humanos por la Universidad de Derechos Humanos de Ginebra, hoy Colegio Universitario Henry Dunant. Catedrática en Derechos Humanos, Teoría del Estado y Derecho Constitucional I, II y Procesal Constitucional. Directora del Área de Derechos Humanos y Relaciones Internacionales de la Sociedad Civil Sembrando Valores.
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