- Introducción
- El reino vegetal
- Las plantas terrestres
- La polinización
- El "misterio abominable"
- La "explosión cámbrica"
- Neodarwinismo
- Conclusión
Este artículo pretende contestar lo más eficazmente posible la siguiente pregunta, basada en los estudios del Génesis: ¿Es la polinización de las plantas un fenómeno atribuible a la obra de un Creador inteligente o a la acción fortuita de un proceso biológico de hechura evolucionista (coevolución)?
Introducción.
Recientemente, en la película "The Happening" (El Incidente/El fin de los tiempos), el director M. Night Shyamalan, retomó una frase atribuida a Albert Einstein que dice: "Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida". ¿Por qué el hombre sólo viviría 4 años, según la cita de Einstein? Porque parece que sin las abejas no existiría el grado de polinización imprescindible para que las plantas que sirven de alimento a los animales vegetarianos y al hombre pudieran sostener la vida de éstos.
Pero, ¿realmente dijo Einstein esa frase? En Snopes realizaron una interesante investigación sobre el asunto; y llegaron a la conclusión de que si uno quiere que se preste atención a algo que considera importante, no hay nada mejor que ponerlo en boca de alguien reconocido y respetado. Pero el problema es que no hay ningún registro que adjudique a Einstein dicha frase. Investigadores especializados en citas de Einstein han buscado en sus libros, sus escritos, sus entrevistas, etc., y no han encontrado nada. Incluso han revisado los medios gráficos desde 1955, año en que él falleció, y sólo han hallado que la susodicha frase comienza a aparecer en 1994 y lo hace en el contexto de una protesta en Bélgica que realizaron los cuidadores de los panales de abejas. La célebre frase se distribuía en un panfleto de la unión de apicultores. Éstos afirmaban que si los forzaban a salir del negocio, por culpa de los precios bajos de la miel importada, entonces junto con ellos desaparecerían las abejas, y si ellas desaparecían también lo haría el hombre. Las razones que daban es que el
85 % de las plantas europeas dependen de las abejas para reproducirse. "Será una reacción en cadena", decían; y en esto probablemente tenían razón. Lo falso era la atribución a Einstein de semejante "profecía". Sin embargo, esta frase ha circulado por todos los medios de comunicación del mundo desde hace años y se ha hecho más popular últimamente, pues se estima que existe ahora un elevado riesgo de supervivencia para las abejas y a la vez gravita en la memoria de muchas personas la pesadilla de la película del señor Shyamalan.
El reino vegetal.
La clasificación más actual de los seres vivos terrestres es la siguiente: procariontes y eucariontes. Los VIRUS no se consideran seres vivientes, sino organismos de estructura muy sencilla compuestos de proteínas y ácidos nucleicos y capaces de reproducirse sólo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo. Algunos investigadores opinan que los virus constituyen la frontera entre lo vivo y lo inerte, pues parecen comportarse como organismos vivos en determinadas ocasiones y como estructuras cristaloideas en otras (ver Nota, abajo).
NOTA:
Anteriormente se pensaba que los virus eran los agentes infecciosos más pequeños y simples que e-
xisten, pero hoy día se sabe que hay otras estructuras más elementales que causan infecciones y presentan señales de reproducción, como los PRIONES y los VIROIDES. Un PRIÓN es un agente infeccioso constituido exclusivamente por proteínas, que produce alteraciones neurodegenerativas contagiosas en diversas especies animales. Por ejemplo, el denominado "mal de las vacas locas" es producido por priones.
Un VIROIDE es un agente infeccioso de menor complejidad genética y estructural que los virus y representa una forma extrema de parasitismo. Está constituido exclusivamente por ARN de cadena simple, cerrada covalentemente o con forma de bastón de bajo peso molecular (246 a 399 nucleótidos). Carece de actividad de ARN mensajero y se replica de forma autónoma, utilizando el sistema de transcripción de la célula suceptible. Los viroides se encuentran, casi exclusivamente, en el núcleo de las células infectadas y se desconoce el modo en que se replican. Actualmente se han caracterizado 30 especies de viroides que infectan solamente a plantas superiores.
Se ha considerado un reino de seres no vivos que causan infecciones, constituido por plásmidos, priones, transposones, virus y viroides, y se le ha llamado IMPERIO o REINO ACYTOTA (acelular) puesto que, aunque albergan información genética (excepto los priones) y son capaces de replicación, ninguno de ellos contiene células, es decir, son acelulares (de ahí el término "Acytota").
Los seres vivos PROCARIONTES son las células sin núcleo diferenciado, es decir, cuyo material genético se encuentra disperso en el citoplasma, reunido en una zona difusa denominada Nucleoide. Casi sin excepción los organismos basados en células procariotas (procariontes) son unicelulares o formados por una sola célula. El término "procariota" hace referencia a los organismos del reino "prokaryota", cuyo concepto coincide con el reino "monera" de las clasificaciones de Copeland o Whittaker que, aunque obsoletas, aún son muy populares.
Los seres vivos EUCARIONTES son los formados por células con núcleo diferenciado (células eucariotas), es decir, cuyo material genético se encuentra reunido en una zona concreta e interior denominada Núcleo. Las células eucariotas son generalmente mucho más grandes que las procariotas y están mucho más compartimentadas. Poseen una gran variedad de membranas y de estructuras internas llamadas "orgánulos", que se encargan de realizar funciones especializadas dentro de la célula. Un citoesqueleto integrado por microtúbulos, microfilamentos y filamentos intermedios desempeña un papel importante en la definición de la organización y forma de esta clase de célula.
El ADN de las células eucariotas está contenido en un núcleo celular, separado del resto de la cé-
lula por una doble membrana permeable. El material genético se divide en varios bloques lineales llamados "cromosomas", que son separados por un "huso microtubular" durante la división nuclear. El esquema
de una célula típica eucariota es el siguiente: (1) Nucléolo con cromosomas, (2) Núcleo, (3) Ribosoma, (4)
Vesícula, (5) Retículo endoplasmático rugoso, (6) Aparato de Golgi, (7) Microtúbulos, (8) Retículo endo-
plasmático liso, (9) Mitocondria, (10) Vacuola, (11) Citoplasma, (12) Lisosoma y (13) Centriolo:
El dominio o imperio de los Eucariontes se divide en los siguientes 4 reinos: animales, hongos, plantas y protistas. El reino de las plantas (o PLANTAE) está formado por organismos pluricelulares ( ver Nota, abajo) que pueden pertenecer a uno de 2 grupos, a saber: algas multicelulares o plantas terrestres.
NOTA:
Anteriormente, se consideraba que las algas unicelulares pertenecían al Reino Vegetal o Reino de las
Plantas, pero hoy día se ha desarrollado un criterio más avanzado y a las algas unicelulares se las considera pertenecientes al reino de los protistas (el cual alberga seres eucariontes unicelulares y pluricelulares a los que no se les puede considerar propiamente animales, hongos o plantas).
Las plantas terrestres.
Las plantas terrestres o EMBRIOFITAS forman un grupo que comprende a todas las plantas que brotan en la tierra, cuales son: las hepáticas, los antoceros, los musgos, los licopodiófitos, los helechos y las espermatofitas (plantas con semilla). Las ESPERMATOFITAS son las plantas productoras de polen y se dividen en 2 grupos: las gimnospermas (espermatofitas sin flores) y las angiospermas (espermatofitas con flores).
Las gimnospermas (o gimnospermae) son plantas vasculares y productoras de semillas. El nombre proviene del griego "??µ???" (desnudo) y "sp??µa" (semilla); es decir, semilla desnuda. Este término se aplica debido a que las semillas de estas plantas no se forman en un ovario cerrado (esto es, un pistilo con uno o más carpelos que evolucionan a un fruto, como ocurre en las angiospermas), sino que están desnudas en las escamas de los conos. A este grupo pertenecen las plantas coníferas o similares al ciprés, sin apenas valor nutricional para el hombre.
Las ANGIOSPERMAS (o magnoliofitas) son las plantas que sirven de alimento al ser humano. El término "angiospermas" proviene de dos palabras griegas: "a??e???" (angíon: vaso, ánfora) y "sp??µa" (sperma: semilla); así, este término compuesto significa "semillas envasadas", en referencia a que sus óvulos (y posteriormente sus semillas) están encerrados por la hoja fértil portadora de los óvulos o carpelo. De esta forma, el grano de polen, para fecundar al óvulo, debe contactar con una superficie del carpelo preparada para ello (el "estigma"), en lugar de caer directamente sobre el óvulo como en las plantas gimnospermas.
La polinización.
La revista DESPERTAD de fecha 22-7-2003, páginas 24 a 27, publicada por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, dice en parte:
«Para millones de personas, [el] sonido [del estornudo], sumado a la irritación y la secreción acuosa de los ojos y la nariz, anuncia la llegada de la primavera. El desencadenante es, por lo general, el polen ambiental. En efecto, es un elemento clave de la rinitis alérgica estacional (también conocida como "fiebre del heno"), afección que, según la revista BMJ (antes "British Medical Journal"), padece 1 de cada 6 habitantes del mundo industrializado. Una proporción nada sorprendente, teniendo en cuenta la enorme cantidad de polen que se libera en la atmósfera.
Los científicos calculan que los bosques de píceas del tercio sur de Suecia producen 75.000 toneladas de polen al año. Una sola planta de ambrosía —la pesadilla de los alérgicos de Norteamérica— puede liberar en un solo día un millón de granos, que se dispersan con el viento, llegando a alcanzar tres kilómetros de altura y a alejarse 600 kilómetros de la costa.
De acuerdo con The Encyclopædia Britannica, el polen se "forma en la antera [o porción terminal del estambre], parte del órgano reproductor masculino de las plantas con semillas, y el viento, el agua, los insectos y otros agentes lo transportan al pistilo, el órgano femenino, donde tiene lugar la fecundación".
El polen de las angiospermas (plantas con flores) consta de tres secciones: el núcleo, que contiene los gametos (células sexuales), y dos membranas protectoras. Aunque su capacidad de germinación es —salvo raras excepciones— de sólo días o semanas, la capa externa del grano es muy dura y resiste ácidos, álcalis e incluso altas temperaturas. Dado que llega a permanecer intacta miles de años, en el suelo se encuentra polen en abundancia. De hecho, los científicos han aprendido mucho sobre la historia botánica del planeta estudiando los granos hallados en muestras de tierra tomadas a diferentes profundidades.
Esta historia es bastante exacta gracias a que la pared externa de los granos posee un dibujo peculiar, el cual, dependiendo de la variedad, puede ser liso o presentar diversos relieves, tales como estrías, púas y protuberancias. "Por ello, a la hora de identificar una especie, el polen es tan fiable como una huella dactilar", afirma el profesor de Antropología Vaughn M. Bryant, hijo.
¿Cómo se produce la polinización? Cuando el grano entra en contacto con una parte del pistilo llamada "estigma", se produce una reacción química que conduce a que se hinche el grano y a que de él crezca el "tubo polínico", por el que se desplazan los gametos hasta llegar al óvulo y fecundarlo. De este modo surge una semilla que, una vez madura, germinará si se encuentra en el lugar adecuado.
Algunas [especies] presentan exclusivamente órganos masculinos o, por el contrario, femeninos;
pero lo cierto es que la mayoría contienen ambos, de modo que elaboran tanto polen como óvulos. Determinadas plantas recurren a la "autopolinización", y otras a la "polinización cruzada", es decir, a la transferencia de polen a otros individuos de especie igual o semejante. Estas últimas "suelen evitar la autopolinización liberando el polen antes o después de la maduración de sus propios estigmas", señala The Ency clopædia Britannica. Otras plantas disponen de medios para diferenciar químicamente su propio polen del de sus congéneres. Si detectan un grano originado por ellas mismas, lo inhiben, casi siempre deteniendo el crecimiento del tubo polínico (ver Nota, en la página siguiente).
En las zonas de gran variedad vegetal hay un auténtico cóctel de pólenes. ¿Cómo consigue cada especie justo el que necesita? Algunas, como los pinos, se valen de complejos principios de aerodinámica.
Los órganos reproductores masculinos del pino crecen agrupados y, cuando maduran, liberan al aire gran cantidad de polen. Los científicos han descubierto que las piñas (conos femeninos), junto con las agujas que las rodean, canalizan el flujo de aire de tal forma que el polen se arremolina y se deposita en la parte reproductora de las escamas de la piña, las cuales se separan ligeramente cuando ésta se encuentra lista para la polinización.
El investigador Karl J. Niklas realizó pruebas exhaustivas sobre la aerodinámica y el ingenioso diseño de las piñas. En la revista Investigación y Ciencia escribió: "Nuestras investigaciones revelan que la forma específica de la piña producida por cada pino se traduce en una serie de modificaciones idiosincrásicas [distintivas] de los patrones del flujo de aire […]. Análogamente, cada clase de polen tiene un tamaño, una forma y una densidad específicos, por lo que interactúa a su manera con la turbulencia". ¿Es eficaz esta técnica? Niklas afirma: "La mayoría de las piñas estudiadas por nosotros filtraban su "propio" polen, pero no el de otras especies".
Afortunadamente para los alérgicos, no todas las plantas se polinizan por la acción del viento. En muchos casos intervienen los animales.
Algunas plantas se valen de ganchos, púas o fibras pegajosas para adherir el polen a los insectos, aves y pequeños mamíferos que acuden a ellas en busca de comida. Uno de tales transportistas, el abejorro, lleva sobre su velludo cuerpo hasta 15.000 granos en un solo viaje.
De entre todos los polinizadores de las angiospermas sobresale la abeja, que recibe a cambio de sus servicios dulce néctar y nutritivo polen, alimento este último que le aporta proteínas, vitaminas, minerales y grasas. En una extraordinaria labor de equipo, estos insectos visitan más de cien flores en cada viaje, durante el cual recogerán polen o néctar de la misma especie hasta obtener suficiente o agotar las existencias. Este sorprendente y peculiar comportamiento instintivo garantiza una adecuada polinización.
En lugar de realizar un dulce intercambio, algunas plantas recurren a elaboradas tretas para obligar a los insectos a polinizarlas. Pensemos en la "Drakaea elastica", orquídea natural de Australia Occidental cuyo pétalo inferior, llamado "labelo", resulta idéntico —incluso para el ojo humano— a ciertas avispas, las orondas hembras sin alas de los "tínidos". La flor llega al punto de imitar la "feromona" que éstas emplean como atrayente sexual. En el extremo de un pequeño tallo, justo sobre este reclamo tan seductor, se hallan unos depósitos pegajosos repletos de polen.
El macho, atraído por el olor de la feromona de imitación, se aferrará a su "compañera" y tratará de llevársela volando. Al tomar impulso, sin embargo, se elevará con ella y ambos chocarán contra los pegajosos sacos polínicos. Al ver su error, soltará el señuelo —que está bien unido a una especie de resorte que lo devuelve a su lugar— y remontará el vuelo. No tardará en caer de nuevo en el ardid de otra "Drakaea elastica". Cuando lo haga, la fecundará con el polen recogido en su último encuentro.
Sin embargo, una vez que las avispas hembras salgan de sus pupas subterráneas, el macho irá tras ellas y no tras las impostoras. Oportunamente, la orquídea florece varias semanas antes de la eclosión.
¿Por qué son alérgicas al polen algunas personas? Cuando estos diminutos granos entran por la nariz, quedan atrapados en la mucosidad nasal. De allí pasan a la garganta, donde o bien son tragados, o bien expulsados al toser, por lo general sin complicación alguna. A veces, sin embargo, activan el sistema inmunológico.
El problema radica en las proteínas de ciertos pólenes, que son vistas por el sistema inmunológico del alérgico como nocivas. En tal caso se inicia una reacción en cadena en la que las células cebadas, presentes en el tejido conjuntivo, liberan una enorme cantidad de histamina. Ésta dilata los vasos sanguíneos y los hace más permeables, permitiendo que salgan al exterior fluidos ricos en células inmunológicas. En circunstancias normales, dichas células viajan a la herida o al foco de infección para colaborar en la eliminación de los dañinos invasores. En el organismo del alérgico, sin embargo, el polen desencadena una falsa alarma, lo que se traduce en inflamación, irritación y secreción nasal, y ojos llorosos.
Los investigadores creen que la propensión a ser alérgico es hereditaria, aunque quizá no se relacione con un alérgeno específico. Otro factor desencadenante también podría ser la contaminación. "En Japón se descubrió una relación directa entre la sensibilidad al polen y el hecho de residir en zonas con niveles elevados de partículas originadas por la combustión de gasóleo que, de acuerdo con experimentos realizados con animales, propician la sensibilidad a ciertos alérgenos", afirma la revista BMJ.
Afortunadamente, los antihistamínicos alivian los síntomas de muchos alérgicos. Como su nombre indica, estos fármacos contrarrestan la acción de la histamina. Sin embargo, pese a que el polen causa cierta irritación, es imposible no quedar maravillado por el ingenio evidente tanto en el diseño como en los métodos de dispersión de este polvillo de vida».
NOTA:
Las plantas con flores se valen del viento, los insectos, las aves, los murciélagos y otros mamíferos para transferir el polen desde el estambre o parte masculina hasta el estigma o parte femenina. Muchas especies vegetales tienen una asociación estrecha con ciertos animales que aseguran la polinización; en la selva tropical hay plantas polinizadas únicamente por una especie determinada de insecto, ave o murciélago.
Las flores contienen las estructuras necesarias para la reproducción sexual. La parte masculina es el estambre, formado por el filamento y la antera. La parte femenina, el carpelo, incluye el estigma, que recoge el polen; el ovario que contiene el óvulo; y el estilo, un tubo que conecta el estigma con el ovario (ver figura de la página anterior: A). El polen es producido en la antera (B) y cuando está maduro es liberado (C). Cada grano de polen contiene dos gametos masculinos. Cuando tiene lugar la autopolinización el polen llega al estigma de la misma flor, pero en las plantas con polinización cruzada (la mayoría) el polen es transportado por el aire, el agua, los insectos o pequeños animales hasta una flor distinta. Si el polen alcanza el estigma de una flor de la misma especie, se forma un tubo polínico que crece hacia abajo por el estilo y transporta los gametos masculinos hasta el óvulo (D). Dentro del saco embrionario del óvulo, un gameto masculino fecunda la ovocélula y forma un cigoto que da lugar al embrión. El segundo gameto masculino se une a dos células del saco embrionario llamadas núcleos polares para formar el endospermo nutritivo que rodea el embrión de la semilla (E).
Por lo tanto, la Polinización es el paso del polen desde los estambres o estructuras masculinas de la flor al estigma del pistilo, que es la estructura femenina, de la misma flor o de otra distinta. Cuando el polen pasa del estambre al estigma de la misma flor, se habla de "autopolinización o autogamia"; la "polinización cruzada o alogamia" es el paso del polen de los estambres de una flor a otra de la misma planta (geitonogamia) o de una planta distinta de la misma especie (xenogamia).
De estas dos formas de fecundación, la autopolinización es la más sencilla y segura, en particular para las numerosas especies que colonizan el territorio repitiendo muchas veces una misma estirpe parental. Pero estas especies que producen una descendencia siempre uniforme corren el riesgo de sufrir el exterminio de toda su población por un único golpe de azar negativo. La polinización cruzada produce una descendencia más variada y mejor equipada para afrontar los cambios del medio. Asimismo, las plantas que se reproducen a través de polinización cruzada suelen producir semillas de mejor calidad.
Las ventajas de la polinización cruzada parecen ser tan grandes (con respecto a la autopolinización) que es sorprendente ver en la naturaleza una serie de refinados mecanismos para evitar la autopolinización y lograr el transporte del polen a otros individuos alejados. Muchos vegetales evitan la autopolinización sintetizando compuestos químicos que impiden la maduración del grano del polen en el estigma de la misma flor o la emisión del tubo polínico en el estilo. Otras especies, como la palmera datilera o ciertos frutales, son "dioicas", y cada individuo forma sólo flores masculinas o femeninas. En las llamadas "dicógamas", el pistilo madura antes o después de que el estigma de la misma flor sea receptivo.
El viento es el agente más común de la polinización cruzada (polinización "anemófila"). Debido a que distribuye el polen sobre grandes extensiones, las plantas que se reproducen de esta forma (las coníferas, por ejemplo) deben producirlo en cantidades enormes para garantizar la fecundación, hasta el extremo de que los bosques de pinos quedan a menudo envueltos en una especie de neblina de polen. La palmera datilera es "anemófila" en la naturaleza, pero en Oriente Medio se poliniza de forma manual desde hace siglos.
Las abejas y otros insectos, los pájaros y los murciélagos son portadores de polen más discriminativos, porque visitan en su vuelo flores de la misma especie. La relación entre plantas y abejas es en ocasiones muy específica; sólo una especie determinada de abejorro, que visita las flores de la retama (Cytisus scoparius) hace que los estambres se desplieguen y cubran de polvo de polen la parte inferior del cuerpo del insecto. Quizá los principales agentes de polinización cruzada sean las abejas melíferas y, por ello, es habitual instalar colmenas en los huertos de frutales. Ciertas flores especializadas atraen a especies tropicales de murciélagos de lengua gruesa por el olor nocturno, la abundancia de néctar y el polen rico en proteínas.
El "misterio abominable".
Darwin calificó en repetidas ocasiones de "misterio abominable" a la brusca aparición de las plantas angiospermas (es decir, las plantas con flores y frutos verdaderos) en el denominado "periodo Cretácico". Desde su punto de vista, el acontecimiento sólo podía ser calificado de misterioso. El registro fósil del "Cretácico inferior" mostraba unas floras con dominancia de gimnospermas (plantas con flores aunque sin frutos, como las coníferas o el ginkgo) o plantas vasculares criptógamas (helechos y licófitos), pero una ausencia total de angiospermas. Sin embargo, en los estratos inmediatamente posteriores, del "Cretácico superior", las angiospermas aparecían ya mostrando una notable diversidad de formas.
De acuerdo con su teoría de la evolución, "natura non facit saltum" (la naturaleza no hace ningún salto), cada una de las estapas de la evolución debería estar conectada con la anterior y la siguiente de forma continua, gradual. El salto "brusco" de un mundo sin angiospermas a otro donde éstas son dominantes, sin pasos intermedios ni pistas sobre el origen de las flores y los frutos típicos de estas plantas era uno de los temas que le quitaba el sueño al naturalista inglés.
Carta de Dar win a Joseph Dalton Hooker. De 22 de julio de 1879, donde se dice, en parte: "La aparición rápida, hasta donde podemos evaluar, de todas las plantas superiores en tiempos geológicos recientes es un misterio abominable".
¿Ha dejado de ser un "misterio abominable" esta cuestión hoy día? ¿Han conseguido despejar el "problema" las recientes teorías de la Evolución? ¿Se han encontrado pruebas convincentes, desde el punto de vista evolucionista, que indiquen que el "misterio abominable" de Darwin ya se puede explicar científicamente sin recurrir a un Creador inteligente?
La verdad es que no hay respuesta evolucionista acerca de cómo y dónde las primeras plantas florales aparecieron sobre la Tierra, por lo que prevalece el misterio a pesar de que por más de cien años los científicos han invertido un enorme esfuerzo en tratar de resolverlo. Ésta es realmente la situación actual, independientemente del ingente forcejeo que han manifestado, y siguen manifestando, los investigadores evolucionistas para tratar de extraer de la realidad algún indicio que contribuya a eliminar el escollo levantado por el susodicho "misterio abominable".
En la febril búsqueda de soluciones al problema encontramos ya a Darwin aceptando consuelo de la hipótesis del naturalista irlandés John Ball acerca del surgimiento de las plantas angiospermas, propuesta en un libro de de este último titulado "On the origin of the flora of the European Alps" (Acerca del origen de la flora en los Alpes Europeos). Pero, aunque Darwin encontró "audaz" la hipótesis de Ball al principio, no parece que quedara plenamente satisfecho a la postre hasta el grado de dar por resuelto el "misterio abominable".
Ball teorizó que las angiospermas surgieron en ambientes alpinos, donde la ausencia de entornos sedimentarios hace de la fosilización un fenómeno muy raro, lo que explicaría la ausencia de fósiles de angiospermas primitivas hasta que éstas "bajaran de las montañas", ya totalmente diversificadas. Esta hipótesis gustó mucho a Darwin porque concordaba con su "necesidad teórica" de que el salto en el registro fósil fuera ilusorio. Pero, ¿era realmente ilusorio dicho "salto"? ¿Qué ha mostrado la experiencia?
El libro LA VIDA… ¿CÓMO SE PRESENTÓ AQUÍ? ¿POR EVOLUCIÓN, O POR CREACIÓN?, editado en 1985 por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, páginas 55 a 59, dice, en parte: «Si la evolución fuera realidad, la evidencia fósil de seguro revelaría un cambio gradual desde un tipo o género de vida hasta otro. Y eso tendría que ser así sin importar qué variación de la teoría evolucionista se aceptara. Hasta científicos que creen en los cambios de índole más rápida que se asocian con la teoría del "equilibrio puntuado" reconocen que todavía habría de suponerse que estos cambios tuvieran lugar durante muchos miles de años. De modo que no es razonable creer que no habría ninguna necesidad en absoluto de fósiles eslabonadores.
Además, si la evolución estuviera fundada en la realidad, se esperaría que el registro fósil revelara los comienzos de nuevas estructuras en los organismos vivos. Debería haber por lo menos algunos fósiles en los que estuvieran en desarrollo brazos, piernas, alas, ojos y otros huesos y órganos. Por ejemplo, debería haber aletas de peces que estuvieran transformándose en patas de anfibio con pies y dedos, y branquias que estuvieran transformándose en pulmones. Debería haber reptiles con extremidades delanteras que estuvieran transformándose en alas de aves, extremidades posteriores que estuvieran pasando a ser patas con garras, escamas que estuvieran convirtiéndose en plumas, y bocas que estuvieran llegando a ser picos córneos.
Sobre esto, la revista científica británica New Scientist dice de la teoría: "Predice que un registro fósil completo consistiría en linajes de organismos que continuamente mostraran cambio gradual durante largos espacios de tiempo". Como aseguró Darwin mismo: "La cantidad de variedades intermedias, que han existido anteriormente, [tiene que] ser verdaderamente enorme".
Por otra parte, si el relato de la creación que se da en Génesis es factual, entonces el registro fósil no mostraría que un tipo de vida estuviera transformándose en otro. Reflejaría la declaración de Génesis de que cada diferente tipo de organismo vivo se reproduciría sólo "según su género" (Génesis 1: 11, 12, 21, 24, 25). Además, si los organismos vivos llegaron a existir por un acto de creación, no habría huesos ni órganos parciales, no terminados, en el registro fósil. Todos los fósiles estarían completos y serían altamente complejos, como sucede en el caso de los organismos vivos que existen hoy.
Además, si los organismos vivos fueron creados, hubiera de esperarse que hubieran aparecido de súbito en el registro fósil, sin conexión con lo que hubiera existido antes de ellos. Y si se descubriera que esto fuera así, entonces, ¿qué? Darwin admitió francamente: "Si numerosas especies […] en realidad han comenzado su existencia de una vez, ese hecho sería mortal para la teoría de la evolución".
Sin embargo, ¿se halla el registro fósil lo suficientemente completo como para que se dé prueba aceptable de si es la creación o la evolución lo que tiene apoyo? Hace más de un siglo, Darwin no pensaba así. ¿Qué había de "malo" en el registro fósil en su tiempo? No contenía los eslabones de transición que se requerían para sostener su teoría. Esta situación lo impulsó a decir: "Entonces, ¿por qué no están llenos de esos eslabones intermedios toda formación geológica y todo estrato? Ciertamente la geología no revela ninguna cadena orgánica finamente graduada como ésa; y ésta, quizás, sea la más obvia y seria objeción que se puede presentar contra la teoría".
En el tiempo de Darwin el registro fósil desilusionó a Darwin de otra manera. Explicó él: "La manera abrupta como grupos enteros de especies aparecen súbitamente en ciertas formaciones ha sido presentada por varios paleontólogos […] como una objeción mortífera a la creencia en la transmutación de las especies". Añadió: "Hay otra dificultad, relacionada con ésta, que es mucho más seria. Aludo a la manera como especies que pertenecen a varias de las principales divisiones del reino animal aparecen de súbito en las rocas fosilíferas más bajas que se conocen. […] En la actualidad el caso tiene que permanecer inexplicable, y verdaderamente se puede presentar como argumento válido contra los puntos de vista [evolucionistas] que aquí se expresan".
Darwin intentó explicar estos enormes problemas mediante un ataque contra el registro fósil. Dijo: "Considero el registro geológico como una historia del mundo que no ha sido registrada a perfección, […] imperfecta hasta un grado extremo". Él y otros supusieron que, a medida que el tiempo pasara, de seguro se hallarían los eslabones fósiles que faltaban.
Ahora, después de más de un siglo de extenso cavar, se han desenterrado grandes cantidades de fósiles. ¿Es todavía tan "imperfecto" como antes el registro? El libro "Processes of Organic Evolution" (Procesos de la evolución orgánica) comenta: "Ahora el registro de las formas de vida pasadas es extenso, y constantemente aumenta en riqueza a medida que los paleontólogos hallan, describen y comparan nuevos fósiles". Y el científico Porter Kier, de la Institución Smithsoniana, añade: "En museos de todo el mundo hay cien millones de fósiles, todos catalogados e identificados". Por tanto, "A Guide to Earth History" (Guía a la historia de la Tierra) declara: "Con la ayuda de los fósiles los paleontólogos pueden darnos ahora un cuadro excelente de la vida de las edades pasadas".
Después de todo este tiempo, y de haberse ensamblado millones de fósiles, ¿qué dice el registro ahora? El evolucionista Steven Stanley declara que estos fósiles "revelan cosas nuevas y sorprendentes acerca de nuestros orígenes biológicos". El libro "A View of Life" (Una vista de la vida), escrito por tres evolucionistas, añade: "El registro fósil está lleno de tendencias que los paleontólogos no han podido explicar". ¿Qué es esto que ha sido tan "sorprendente" para estos científicos evolucionistas, y que ellos "no pueden explicar"?
Lo que ha confundido a estos científicos es el hecho de que la gran cantidad de prueba fósil que ahora está disponible revela precisamente lo mismo que revelaba en los días de Darwin: Las clases fundamentales de organismos vivos aparecieron de súbito y no cambiaron en grado apreciable durante largos espacios de tiempo. Nunca se han hallado eslabones de transición entre una de las clases principales de organismos vivos y otra. Por eso, lo que el registro fósil dice es precisamente lo opuesto de lo que se esperaba.
El botanista sueco Heribert Nilsson describe la situación de este modo, después de 40 años de llevar a cabo sus propias investigaciones: "No es posible siquiera hacer una caricatura de una evolución mediante los hechos paleobiológicos. El material fósil ahora está tan completo que […] la falta de series de transición no puede ser explicada como cosa que se deba a escasez de material. Las deficiencias son reales, y nunca serán llenadas"».
También Darwin expresó su inquietud al paleobotánico francés Louis Charles Joseph Gaston de Saporta, con quien mantenía correspondencia. En una carta fechada en 1876, Darwin le reveló que se sentía intrigado por el origen misterioso de las angiospermas y que pensaba que debió ocurrir en alguna región aislada, no descubierta todavía en aquel tiempo. Saporta, igualmente intrigado, terminó por asociar este "misterio" a otro no menos inquietante: el de la ausencia de insectos "chupadores" antes del Cretácico. Demostrando un gran ingenio, Saporta escribió a Darwin: "Uno puede imaginar muy bien que las angiospermas, cuyas combinaciones florales y cruzamientos de individuos a individuos y de flor a flor dependen del papel de los insectos, sólo podrían aparecer y diversificarse bajo el ímpetu de éstos, y ellos, por su parte, podrían volverse numerosos y activos como polinizadores y aferrarse a una determinada vida, por lo que la aparición de estas plantas favoreció su existencia; insectos y angiospermas, por lo tanto, han sido simultáneamente causa y efecto mutuos a través de su conexión, no pudiendo las plantas diversificarse sin los insectos, y ellos no pudiendo generar formas que viven del polen y el néctar cuando el reino vegetal permanecía pobre y formado casi exclusivamente por plantas anemófilas".
Ésta es una de las primeras descripciones del concepto de "coevolución" (ver Nota, abajo), y la idea entusiasmó a Darwin muchísimo, no sólo por el impulso que esa interacción "aparentemente" tendría sobre ambos linajes (insectos y plantas), sino también por el "esperado" efecto "vector" (director o direccionador) de los insectos al promover el cruzamiento de individuos (vegetales) distantes entre sí.
NOTA:
"Coevolución" es un término de la Biología evolucionista que afirma que existe un fenómeno de "adaptación evolutiva mutua" producida entre dos o más especies de seres vivos como resultado de su influencia recíproca por relaciones de simbiosis, parasitismo, competencia, polinización, mimetismo o interacciones entre presa y depredador. Según la "coevolución", los cambios evolutivos de una especie resultan en una presión sobre el proceso de selección de las otras especies, cuyo resultado retorna a su vez en un proceso de contra-adaptación adquirida que influye en el devenir evolutivo de la primera especie.
El concepto fue enunciado por el investigador Janzen en 1980 como "aquel proceso por el cual dos o más organismos ejercen presión de selección mutua y sincrónica, en tiempo geológico, que resulta en adaptaciones específicas recíprocas".
Es de notar que para los coevolucionistas "la evolución en respuesta a factores abióticos, tales como el clima, no son procesos de coevolutivos, ya que no son factores vivientes sujetos a la evolución biológica. En cambio, la coevolución trata de procesos como las interacciones entre el predador y su presa, el parásito y su huésped, la flor y el polinizador, etc.". Los coevolucionistas creen que "en muchos casos la coevolución sucede entre una compleja red de especies que influyen unas a otras". Este caso lo denominan "coevolución difusa" y suponen que "posiblemente éste es el tipo de coevolución más común".
¿Qué muestra la experiencia? ¿Es real la coevolución, o es ficticia? ¿Poseen los seres vivos, que supuestamente participan en la coevolución, la capacidad de transformarse evolutivamente dando lugar a nuevas especies?
Esta pregunta ya ha sido contestada satisfactoriamente mediante los argumentos anteriores, al decir que el registro fósil brilla por la ausencia de las supuestas formas intermedias, las cuales acreditarían la teoría evolutiva. Ahora bien, evidentemente la "teoría coevolutiva" es un caso particular de la teoría evolutiva, por lo que todo lo argumentado para esta última vale igualmente para aquélla. En consecuencia, en el fenómeno de la polinización no cabe hablar de "coevolución" sino de "coadaptación", siendo la "coadaptación" un caso particular de un concepto más general: la "adaptación" biológica (ver Nota, a continuación).
NOTA:
Los conceptos de ADAPTACIÓN, CAMBIO, ESPECIE, EVOLUCIÓN, GÉNERO, TRANSFORMACIÓN y otros pueden emplearse de manera bastante imprecisa en Biología, por lo que conviene definirlos con el mayor rigor posible, aunque dicho rigor adolecerá necesariamente de un cierto grado de borrosidad debido al estado habitualmente inconcluso de los esquemas biológicos. De otro modo, como ya ha sucedido, si no se hace nada para combatir la imprecisión terminológica, algunos individuos extremistas en sus ideas se verán tentados a confundir a la gente haciendo creer que la adaptación de los seres vivos al entorno equivale a una manifestación evolutiva de los mismos.
En "taxonomía biológica" se denomina ESPECIE (del latín "species"), o más exactamente "especie biológica", a la unidad básica de la clasificación biológica. Para su denominación se utiliza la nomenclatura binomial, es decir, cada especie queda inequívocamente definida con dos palabras, por ejemplo, "Homo sapiens", la especie humana. Una "especie" se define a menudo como grupo de organismos capaces de entrecruzarse y de producir descendencia fértil. Es un grupo de poblaciones naturales cuyos miembros pueden cruzarse entre sí, pero no pueden hacerlo -o al menos no lo hacen habitualmentecon los miembros de poblaciones pertenecientes a otras especies; por tanto, el aislamiento reproductivo respecto de otras poblaciones es crucial. En definitiva, una especie es un grupo de organismos reproductivamente homogéneo.
Página siguiente |