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Relaciones internacionales en el cambio climático

Enviado por fernanda_lomas


    Relaciones internacionales en el cambio climático

    1. Introducción
    2. Estocolmo 1972, el inicio
    3. Década del ´80: fracasos, convenios, protocolos e informes
    4. Cumbre de la Tierra, 1992
    5. Río + 5, 1997
    6. Río + 10, Cumbre de Johannesburgo, 2002
    7. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    En el presente trabajo se analizarán (desde la perspectiva de las relaciones internacionales) las Convenciones, Protocolos, Convenios y Cumbres más importantes referidas al Cambio Climático mundial, comenzando con la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1972, y culminando con la Cumbre de Johannesburg en 2002.

    30 años de negociaciones, acuerdos e intereses que denotarán cuanto más importante es preservar la economía local antes que el medio ambiente mundial.

    1. ESTOCOLMO 1972, el inicio

    La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Humano celebrada en 1972 en Estocolmo, Suecia, fue la primera conferencia internacional sobre le medio ambiente que logró reunir a 113 naciones (con la excepción de la participación de la antigua Unión Soviética y la ex República Democrática Alemana) y otras partes interesadas, con el objeto de debatir cuestiones de preocupación común, lo que presentó un verdadero parteaguas para el pensamiento moderno sobre medio ambiente y desarrollo.

    Cuando el ambiente surgió como preocupación internacional a finales de la década de 1960, los países industrializados tomaron la iniciativa de convocar la dicha conferencia en Estocolmo. La Conferencia de Estocolmo contribuyó decididamente a incorporar la temática ambiental en política y otros instrumentos de gestión pública. La Conferencia de Estocolmo fue el primer encuentro gubernamental de envergadura sobre temas ambientales, calificados como "ambiente humano", tal como aparece en el propio título de la reunión. Se dio en un contexto de crecientes protestas ciudadanas y fuerte preocupación en los países industrializados por el deterioro ambiental. La discusión en buena medida se dogmatizó, originando una oposición entre políticas ambientales y políticas económicas. En Estocolmo, algunos diplomáticos defendían la necesidad de determinar independientemente sus normas ambientales; la preocupación por el progreso económico; explicar que se insistiera en problemas netamente económicos, como los términos de intercambio en el comercio internacional, el papel de las relaciones entre los estados y la soberanía nacional.

    Como resultado concreto de la Conferencia, además de una declaración de políticas, se recomendó la creación de una agencia ambiental en la ONU. Meses más tarde, una resolución de la Asamblea General de la ONU creó el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con sede en Kenia y oficinas en las regiones. A lo largo de casi veinte años el PNUMA hizo Hincapié en las ventajas económicas de la protección ambiental y en el costo de los daños causados a los recursos naturales.

    Se registraron resultados (que se analizarán más adelante) tales como el Protocolo de Montreal en 1987 para reducir y llegar a abolir la producción y uso de clorofluorocarbonos (CFC), la iniciación de las negociaciones sobre cambio climático planetario y varios otros acuerdos y programas en materias específicas o de aplicación regional.

    En Estocolmo también se prestó mucha atención al crecimiento de la población. La advertencia de una "bomba demográfica" resonaba en muchos oídos, y varios países temían que se los acusara por sus altos ritmos productivos. Las respuestas a estas posturas, lideradas por un biólogo molecular y un activista ambiental, insistían en que más bien debía incorporarse la intensidad del consumo y la inequidad social como causas destacadas.

    De esta manera, la pregunta por lo que se consume del ambiente, y quién lo consume, rápidamente se instaló en la discusión. Estas cuestiones, referidas a las relaciones entre economía y ecología, por una parte, y ambiente y consumo, por la otra, se mantienen hasta el día de hoy.

    En la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (del 5 al 16 de junio de 1972) podemos destacar que se proclama la protección y mejoramiento del medio humano en una cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico del mundo entero, un deseo urgente de los pueblos de todo el mundo y un deber de todos los gobiernos.

    El Principio 11 hace hincapié en que los Estados y las organizaciones internacionales deberían tomar las disposiciones pertinentes con miras de llegar a un acuerdo para hacer frente a las consecuencias económicas que pudieran resultar, en los planos nacional e internacional, de la aplicación de medidas ambientales, y el Principio 21 dice que los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos en aplicación de su propia política ambiental que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo su control no perjudiquen al medio de otros Estados o zonas situadas fuera de toda jurisdicción nacional.

    En Estocolmo se reunieron los gobiernos con el objeto de debatir los problemas ambientales a escala planetaria; los líderes mundiales decidieron reunirse cada 10 años para realizar un seguimiento del estado ambiental, y analizar el impacto que sobre él pueda conllevar el desarrollo. La Asamblea, entonces acordó determinar los principios básicos sobre problemas medioambientales, así como la forma de resolverlos y las obligaciones de Estados e individuos sobre el particular.

    2. Década del ´80: fracasos, convenios, protocolos e informes

    En Nairobi, Kenia, en 1982, se celebró la Conferencia de la ONU en un intento de que se convirtiera en la Cumbre Oficial de la Tierra. Las múltiples divergencias suscitadas, así como la circunstancia de que se reúnan en plena Guerra Fría, hizo fracasar cualquier acuerdo.

    2.1 Convenio de Viena (1985)

    En 1981 el Consejo de Administración estableció un grupo de trabajo para preparar un convenio marco para la protección de la capa de ozono. Primeramente, un tratado general resuelto en principio para abordar un problema; posteriormente las Partes se dispusieron a llevar a cabo la tarea más difícil de convenir protocolos en los que se establecieran controles específicos.

    En el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, aprobado en Viena en 1985, las naciones convinieron en adoptar "medidas apropiadas… para proteger la salud humana y el medio ambiente contra los efectos adversos resultantes o que puedan resultar de las actividades humanas que modifiquen o que puedan modificar la capa de ozono". El principal cometido del convenio era alentar la investigación, la cooperación entre los países y el intercambio de información. El mismo tardó 4 años para prepararlo y acordarlo. Fue adoptado por 20 Estados y la Comunidad Europea (CE) en 1985 y entró en vigor el 22/9/1988 y 6 años después fue ratificado por 113 Estados.

    En el convenio se estipularon futuros protocolos y se determinaron procedimientos de enmienda y de solución de controversias.

    El Convenio de Viena sentó un importante precedente porque por primera vez las naciones convinieron en principio hacer frente a un problema ambiental mundial antes de que sus efectos se hiciesen patentes o incluso se demostrasen científicamente.

    2.2 Protocolo de Montreal

    Adicionalmente se acordó en Viena que el PNUMA reabriera negociaciones para establecer en 1987 un protocolo que controlara los CFC (clorofluorocarbonos, sustancia química que destruye la capa de ozono)

    La negociación formal del protocolo tomó solamente 9 meses gracias al trabajo preparatorio patrocinado por el PNUMA. Los protagonistas principales fueron EEUU y la CE. EEUU desarrolló un gran esfuerzo diplomático a través de sus embajadas alrededor del mundo para establecer un diálogo bien fundamentado con los gobiernos de los países de acreditación, a favor de la posición norteamericana, las cuales apoyaban las reducciones de los CFC.

    En 1987, EEUU y otros 23 países firmaron el Protocolo de Montreal, por el cual las partes se comprometieron a reducir el uso de los CFC en 20% a mediados de 1994 y un 50% a mediados de 1999. Cuando los firmantes del protocolo se reunieron por segunda vez, se les presentaron las primeras observaciones de la pérdida de ozono el mundo. Ellos respondieron con las Enmiendas de Londres al Protocolo, en las que se dispuso la suspensión gradual de uso de los CFC en el año 2002.

    Bajo el Protocolo de Montreal, el consumo global de CFC descendió 510 millones de kilogramos desde 1988 a 1993.

    Se puede destacar también que el protocolo tiene rasgos de carácter novedoso en cuanto a formulación, diseño e implementación. Se introdujo por primera vez en un acuerdo internacional el procedimiento denominado "incumplimiento"; el sistema diseñado para su ratificación también fue novedoso, el cual preveía que no podía entrar en vigor a menos que lo ratificaran 11 partes que en conjunto representaran el 2/3 del consumo estimado de las sustancias controladas (por ejemplo, EEUU y 4 de los 6 grandes consumidores: Francia, Alemania, Japón, Italia, la ex URSS y Reino Unido, para que se ratificara el protocolo).

    Además se establecía un mecanismo financiero para cumplir con las obligaciones de los países en desarrollo; se creó un fondo que recibía aportes sólo de los países desarrollados, y se acordó la transferencia de tecnología de dichos países en condiciones justas y términos favorables.

    En la Conferencia de Londres, la República Popular de China y la India rehusaron a unirse al Protocolo de Montreal, alegando que el protocolo era una carga desproporcionada sobre los países en desarrollo (en ese momento).

    A saber la India y China ocupaban una posición particular: como consecuencia de la importancia de sus poblaciones, estos países disponían de un mercado interior potencial suficiente como para ofrecer salida a una industria que estaba en pleno desarrollo.

    El objetivo de conseguir la adhesión del 90% de la población mundial, necesario para que sea eficaz política de lucha, no sería alcanzado si uno de estos dos países se rehusaba a largo plazo a firmar el protocolo.

    El hecho es que los esfuerzos internacionales para proteger la atmósfera se percibían con frecuencia como insensibles a los intereses del Tercer Mundo, ciertamente contrario a la justicia distribuida entre Estados. Para algunos la cuestión de equidad ha llegado a integrarse con la defensa del principio de soberanía.

    Uno de los puntos vacíos dentro del protocolo era la brecha de las relaciones

    Norte – Sur. A pesar de que los logros fueron satisfactorios, las soluciones no se pudieron apreciar de forma global hasta que no se actuó de la misma manera.

    El diálogo Norte – Sur se hizo más complejo y se trasformó en una confrontación entre los países del sur y las firmas multinacionales, que eran quienes realmente ostentaban las nuevas tecnologías de los sustitutos de CFC. Las empresas de esta envergadura son, por lo general, producto de elementos contaminantes, y gracias a los cambios del espectro internacional ambiental, han tenido que adaptarse con responsabilidad a la búsqueda de nuevas tecnologías menos degradantes hacia el ambiente.

    Pero, en el Norte, sobre todo, se implementaron nuevos canales y estrategias para proteger el ambiente sin dejar de obtener los acostumbrados beneficios económicos.

    2.3 Comisión Brundtland – Desarrollo Sostenible

    En los años 1970 resurgió una opinión intermedia que aunque no tuvo repercusión inmediata, casi 10 años después serviría de base a la noción de una nueva "economía del desarrollo sostenible".

    La idea de desarrollo sostenible fue planteada primero por la Unión Internacional sobre Conservación de la Naturaleza (UICN), en 1980, cuando se dio a conocer la Estrategia Mundial de Conservación, la cual puntualizaba la sustentabilidad en términos ecológicos, pero con muy poco énfasis en el desarrollo económico. Esta estrategia contemplaba 3 prioridades: el mantenimiento de los procesos ecológicos, el uso sostenible de los recursos y el mantenimiento de la diversidad genética.

    Posteriormente en 1983 la ONU estableció la Comisión Mundial sobre le Medio Ambiente y el Desarrollo, liderada por la Sra. Brundtland, quien fuera Primer Ministro Ambiental en Suecia. El grupo de trabajo, conocido como Comisión Brundtland, inició diversos estudios, debates y audiencias públicas en los 5 continentes durante casi 3 años, los cuales culminaron en abril de 1987, con la publicación del documento llamado "Nuestro futuro Común" o "Reporte Brundtland".

    En este documento se advertía que la humanidad debía cambiar las modalidades de vida y de interacción comercial, si no deseaba el advenimiento de una era con niveles de sufrimiento humano y degradación ecológica inaceptables.

    Se definió así el concepto de Desarrollo Sostenible que dice: " el desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades"

    2.4 IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático)

    Ante la necesidad de conocer mejor los cambios que se estaban produciendo en el sistema climático global, las Naciones Unidas crearon, en 1988, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, constituido por reconocidos expertos científicos provenientes de todas las regiones del planeta y dirigido por 2 agencias especializadas: la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el PNUMA. El Panel, conocido como IPCC, según sus siglas en inglés, produjo informes claves sobre es estado y evolución del sistema climático, y acerca de los impactos producidos sobre éste por las actividades humanas.

    Sus sucesivos informes fueron publicados en 1990, 1992, 1995, 1997 y 1998. En ellos se alertó sobre el aumento de la temperatura en la superficie terrestre y la elevación del nivel del mar que había comenzado como consecuencia de la emisión antropogénica de gases de efecto invernadero (GEI), la cual es significativa y aumenta constantemente desde el comienzo de la era industrial.

    Al publicar el Primer Informe de Evaluación en 1990, aprobado luego de un riguroso proceso de revisión de pares, el mismo confirmó la evidencia científica sobre cambio climático. Esto tuvo un fuerte efecto sobre los responsables de políticas y también sobre el público en general y proporcionó las bases para las negociaciones de la Convención de Cambio Climático.

    Una de las tantas predicciones científicas afirmaban que cualquier variación en el clima promedio casi siempre afectará inevitablemente la frecuencia de eventos climatológicos extremos, tales como olas de calor y lluvias intensas, así mismo se esperaba que el calentamiento de los océanos tropicales aumente la frecuencia y posiblemente la severidad de los ciclones tropicales.

    Sin embargo, los científicos del IPCC han declarado que "se cuenta con información inadecuada para determinar si han ocurrido cambios consistentes en la variabilidad climática a lo largo del siglo", así mismo han indicado la dificultad de predecir cómo los cambios climatológicos pueden interactuar con las variables del estado del tiempo local.

    Los países industrializados, que apenas suman el 20% de la población mundial, son responsables del 60% de las emisiones anuales de dióxido de carbono (CO2), y el mayor emisor, EEUU, es responsable de más del 20% de las emisiones acumuladas de CO2 de 1950 a 1992 (estos gases permanecen en la atmósfera durante años). Los países industrializados son responsables del 74% y los EEUU del 20%. Las emisiones anuales en los países en desarrollo si bien están creciendo rápidamente, no se espera que alcancen a las de los países industrializados antes del año 2035.

    1. Cumbre de la Tierra, 1992

    En 1989, la ONU inició la planificación de la Conferencia sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en la que se trazarían los principios para alcanzar un desarrollo sostenible.

    Finalmente, fue en 1992, en Rio de Janeiro, cuando se concretó la idea de sustentabilidad y se expusieron las razones para explicar el concepto de desarrollo sostenible. La Cumbre de la Tierra ha sido la reunión de dirigentes mundiales más importante. A esta reunión asistieron los más altos representantes de los gobiernos de 179 países, junto con cientos de funcionarios de organismos de las Naciones Unidas, representantes de gobiernos municipales, círculos científicos y empresariales, así como organizaciones no gubernamentales (ONGs) y otros grupos.

    La Cumbre de la Tierra en Rio marcó un hito al producir acuerdos que trataban integralmente los temas ambientales globales al incorporar el desarrollo sostenible como meta principal. A principios de la década de 1990, los cinco acuerdos de la cumbre configuraban la respuesta política más universal y articulada para establecer un régimen internacional de cooperación, cuyo objetivo era alcanzar la plena incorporación de la dimensión ambiental al desarrollo.

    Los cinco acuerdos fueron:

    • La Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y el Desarrollo;
    • La Agenda 21;
    • La Declaración sobre principios relativos a los bosques;
    • El Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y
    • El Convenio sobre Diversidad Biológica

    En este trabajo se detallarán 3 de los 5 acuerdos alcanzados en la Cumbre de la Tierra (Declaración de Rio, Agenda 21 y el Convenio Marco)

    En la cumbre o también conocida como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), se reconoció internacionalmente el hecho de que la protección del medio ambiente y la administración de los recursos naturales debían integrarse en las cuestiones socioeconómicas de pobreza y subdesarrollo. Se centraba la atención mundial de que los problemas medioambientales del planeta estaban íntimamente relacionados con las condiciones económicas y los problemas de justicia social. Se demostró que las necesidades sociales, medioambientales y económicas debían equilibrarse unas a otras para obtener resultados sostenibles a largo plazo.

    El objetivo principal de la Cumbre fue introducir un programa extenso y un plan nuevo para la acción internacional en temas de medio ambiente y de desarrollo que ayudarían a guiar la cooperación internacional y el desarrollo de programas en el próximo siglo.

    CNUMAD definió el concepto de desarrollo sostenible como un objeto factible en todo el mundial, ya fuese a escala local, nacional, regional o internacional. El concepto fue revolucionario, y como toda idea original, desencadenó un acalorado debate entre los gobiernos, y entre estos y sus ciudadanos sobre cómo conseguir la sustentabilidad.

    3.1 Declaración de Rio

    La declaración de Rio es un conjunto de 27 principios universalmente aplicables para ayudar a guiar la acción internacional basándose en la responsabilidad medioambiental y económica.

    Constituyó la piedra angular del concepto de desarrollo sostenible, en la que por primera vez se introdujeron principios aceptados por todos los participantes que servirán para construir nuevas relaciones entre naciones y propiciarán un equilibrio económico, social y ambiental entre países desarrollados y países en desarrollo. Entre los principios vinculados con las relaciones internacionales, se destacan:

    Principio 7: los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar el ecosistema de la tierra. En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen.

    Principio 8: para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los estados deberán reducir y eliminar las modalidades de producción de consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.

    Principio 11: los estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las normas, los objetivos de ordenación y las prioridades ambientales deberían reflejar el contexto ambiental y de desarrollo al que se aplican. Las normas aplicadas por algunos países pueden resultar inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para otros países, en particular para los países en desarrollo.

    3.2 La Agenda 21

    Uno de los logros más importantes del CNUMAD fue la Agenda 21, un programa de acciones minucioso y amplio que exigía nuevas formas de invertir en nuestro futuro para poder alcanzar el desarrollo sostenible en el siglo XXI. Sus recomendaciones iban desde nuevos métodos educativos hasta nuevas formas para preservar los recursos naturales, pasando por nuevos caminos para participar en el diseño de una economía sostenible.

    La pretensión global de la Agenda 21 era impresionante, ya que su objetivo era nada menos que crear un mundo seguro y justo en la que toda existencia fuese digna y plena.

    La Agenda 21 sentó las bases para desarrollar una política ambiental global y mundial de forma estructurada, programada y cuyo desarrollo fuera iniciado y promovido por las entidades locales o regionales.

    También denominado Programa 21, fue elaborado a partir del temario fijado por la Asamblea General para la Conferencia de Rio y que cubría la protección de la atmósfera y del suelo, la conservación de la biodiversidad y el manejo racional de la biotecnología, la preservación de los mares y del agua dulce, el manejo racional de los derechos, la lucha contra la pobreza urbana y rural y la promoción de la salud pública.

    La misma fue imaginada como un documento dinámico, actualizable periódicamente, y para cada área de programa, mantiene un mismo esquema estructural: una descripción de la situación, la enumeración de los objetivos, la enumeración de las acciones para cumplirlos y una indicación sobre los medios requeridos para cumplir esas acciones.

    3.3 Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático

    El Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) es un acuerdo legalmente vinculante, firmado por 154 gobiernos en la Cumbre de Rio, cuyo objeto principal es la estabilización de los GEI en la atmósfera a un nivel que prevendrá la peligrosa interferencia antropogénica (causada por el hombre) con el sistema climático.

    La CMNUCC surgió como respuesta al incremento de la evidencia científica sobre la posibilidad de un cambio climático global, derivado del aumento sustancial (causado por la actividad humana) en la concentración atmosférica de GEI. Los estatutos de la CMNUCC fueron aprobados en mayo de 1992 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, por el comité intergubernamental creado a esos fines. Fueron puestos a la firma de los países miembros de la Cumbre de la Tierra en junio de 1992.

    En la CMNUCC, la cual ha sido firmada por la mayoría de los países del mundo, se subraya que los países industrializados tienen una responsabilidad innegable en las emisiones de GEI pasadas y presentes, ya que tanto históricamente como en la actualidad, la mayor parte de estas emisiones ha tenido origen en dichos países, las partes firmantes de la Convención se comprometieron a lograr estabilizar las concentraciones de estos gases en la atmósfera, a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático.

    Dicha convención sostiene que el problema de cambio climático constituye una preocupación común de la humanidad y que por ello, es necesario elaborar una estrategia mundial destinada a proteger el sistema climático para las generaciones presentes y futuras sobre bases de equidad, debiéndose tener en cuenta las necesidades específicas de los países en desarrollo, en especial la de los países más vulnerables.

    Los países industrializados, además de adoptar políticas y medidas encaminadas a reducir sus emisiones de GEI, se comprometieron a proporcionar asistencia técnica y financiera a los países en desarrollo para asumir los costos de la adaptación al cambio climático, el desarrollo y transferencia de tecnología y creación de capacidades nacionales.

    3.3.1 COP "Conferencia de las Partes"

    Por otra parte, la Convención creó la "Conferencia de las Partes" (COP) como órgano supremo de la convención, que debe tomar las decisiones necesarias para promover la efectiva implementación de la misma y el logro de sus objetivos.

    La COP es responsable de mantener el proceso en su conjunto en marcha. Además de los dos órganos subsidiarios establecidos en el marco de la Convención: el Órgano Subsidiario de Ejecución (SBI) y el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico (SBSTA). La COP puede crear nuevos órganos para ayudar en su trabajo. También analiza los informes de estos órganos y los orienta. La COP debe acordar y adoptar, por consenso, reglas de procedimiento y reglas financieras para sí misma y para los órganos subsidiarios.

    La primera Conferencia de las Partes (COP1) tuvo lugar en Berlín en 1995, y su principal resultado fue la adopción del llamado "Mandato de Berlín", donde se establecían objetivos concretos de limitación de emisiones del Convenio, poniendo en marcha el proceso de negociación de un "protocolo u otro instrumento legal" que contuviera obligaciones concretas de limitación y reducción de emisiones de GEI para después del año 2000, citándose los años 2005, 2010 y 2020. Este nuevo instrumento jurídico desembocó en el Protocolo de Kioto, adoptado en diciembre de 1997.

    La COP2 se celebró en Ginebra en 1996 y su objetivo principal consistió en conseguir el apoyo político al Segundo Informe del IPCC, donde se destacaba la evaluación de las alternativas de estabilización de la concentración de gases a diferentes niveles, así como el análisis de las tecnologías disponibles y de las políticas de mitigación, dada su importancia para las negociaciones posteriores que iban a sucederse dentro del Convenio. Esto revestía una especial importancia debido a la campaña de desprestigio llevada a cabo por los representantes de los intereses multinacionales de las industrias del carbón y del petróleo.

    3.3.1.1 Protocolo de Kioto, COP3

    La COP3 desarrollada en Kioto, Japón en 1997, fue, desde la Cumbre en Rio, el evento de negociación climática más publicitado. En esta reunión participaron

    Alrededor de 10000 delegados, observadores y periodistas. El resultado de este encuentro fue el Protocolo de Kioto el cual fue adoptado por consenso. Este protocolo es un acuerdo legalmente vinculante bajo el cual los países industrializados deben redecir sus emisiones colectivas de seis GEI en un 5,2% para el periodo 2008 – 2012, calculado como promedio en este periodo de 5 años.

    Para ayudar a las partes a reducir las emisiones en forma costo – efectiva mientras se promueve el desarrollo sostenible, el protocolo incluye tres "mecanismos": el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), un Régimen de Comercialización de Emisiones, y la Implementación Conjunta.

    Con el fin de detener y revertir la tendencia al aumento de GEI, el protocolo plantea el compromiso de hacer avanzar a la comunidad internacional hacia el logro del objetivo último de la Convención de impedir "interferencias antropogénicas peligrosas para el sistema climático".

    La reducción de las emisiones se podrá realizar en un amplio espectro de sectores de la economía, por lo que, el protocolo alienta a los gobiernos a cooperar entre sí, mejorar la eficiencia energética, promover formas de energía renovable, etc.

    El protocolo entra en vigor 90 días después de que lo hayan ratificado al menos 55 partes en la convención, entre ellas, los países desarrollados que producen el 55% del total de las emisiones de CO2 del grupo de naciones industrializadas en 1990. El 16 de febrero de 2005 entró en vigor el Protocolo de Kioto que ha sido ratificado por 141 países. Además de otros 30 países industrializados, la ratificación de Rusia el 18/11/2004 y oficializada el 16/2/2005 por la ONU, ha permitido la entrada en vigor de este importante tratado.

    Por su parte EEUU, país líder de la economía mundial y también de sus emisiones (20% del total mundial), lejos de aceptar y ratificar el protocolo, se retiró en el 2001 alegando que el mismo supone una carga intolerable para su economía. En el 2002, George Bush (H), presentó una alternativa al protocolo basado en medidas voluntarias y en una reducción gradual y moderada a largo plazo de los gases contaminantes mediante estímulos fiscales a la industria, que según fuentes de la Casa Blanca permitirá reducir un 18% los GEI (¿será verdad?).

    La COP4, celebrada en Buenos Aires en 1998 adoptó un Plan de Acción de 2 años para finalizar los detalles pendientes del protocolo. Para asegurar que el acuerdo se encuentre totalmente operativo cuando entre en vigor, los gobiernos acordaron como fecha límite la COP6 para decidir cómo funcionarán estos mecanismos. El plan también abordó el tema del cumplimiento, políticas y medidas, y temas relacionados con la Convención como la transferencia de tecnologías favorables al clima hacia los países en desarrollo.

    La COP5, desarrollada en Bonn en 1999, estableció un cronograma agresivo para complementar el trabajo del protocolo.

    Esto incluyo el proceso a seguir por parte de los negociadores en los siguientes 12 meses críticos. También se logró un acuerdo sobre cómo mejorar el rigor de los informes nacionales de los países industrializados y cómo fortalecer las guías para medir las emisiones de GEI.

    La COP6, adoptó un acuerdo político amplio sobre las normas operativas del protocolo. Reunida en La Haya en el 2000, realizó avances para dar forma a un paquete de apoyo financiero y transferencia tecnológica para asistir a los países en desarrollo a que contribuyan a la acción global sobre cambio climático. Pero los temas políticos claves del protocolo no pudieron ser resueltos en el tiempo disponible.

    Por ese motivo se suspendió la sesión y se reanudó meses después en Bonn, donde las partes fueron capaces de resolver sus diferencias y pudieron avanzar a través del Acuerdo en Bonn, sobre el avance en la implementación de la Convención y la redacción de la normativa detallada del Protocolo de Kioto.

    La COP7 tuvo lugar en Marrakech, Marruecos en 2001. Alrededor de 170 países llegaron a un acuerdo final en el paquete de decisiones, las cuales sirvieron para establecer las reglas y modalidades para la implementación del MDL del protocolo.

    La COP8 se realizó en Nueva Delhi en 2002. En la misma no se lograron eliminar las dicotomías entre desarrollados y no desarrollados, y solamente las partes pudieron acordar las disposiciones y elementos para el MDL.

    Durante la COP9, realizada en Milán en 2003, se abordaron un gran número de detalles relevantes para la interpretación del Protocolo de Kioto. Se lograron importantes avances para el Fondo Especial de Cambio Climático.

    En la última Conferencia de las Partes, la COP10 celebrada en Buenos Aires en 2004, los delegados de 170 países consiguieron 2 resultados claves: aprobaron una iniciativa argentina para volver a sentar a EEUU alrededor de la mesa de diálogo sobre mitigación, y acordaron un plan de acción sobre su adaptación, pero pese al clima esperanzador que precedió a la reunión, las conclusiones fueron muy pobres al cierre de la conferencia.

    4. Rio + 5, 1997

    La Cumbre de la Tierra convino en que la Asamblea Gral. de las Naciones Unidas en 1997 llevaría a cabo un examen de los adelantos alcanzados al cabo de 5 años. En la Cumbre de la Tierra + 5 se evaluó en qué medida habían respondido los países, las organizaciones internacionales y la sociedad civil al reto de Rio 92.

    El tema del foro de Rio + 5 fue "Llevando la Agenda a la Acción", la culminación de un proceso ambicioso diseñado para revitalizar el movimiento por el desarrollo sostenible, basado en la experiencia ganada y en las lecciones aprendidas con los éxitos logrados desde la Cumbre de la Tierra, y en las vías buscadas para la eliminación de los obstáculos que impiden el progreso.

    Cinco años después, a pesar de los aparentes compromisos, el concepto básico de desarrollo sostenible no había sido todavía propiamente comprendido, y las políticas y estructuras requeridas para implementar los acuerdos de la cumbre no estaban aun en su lugar.

    Rio + 5 fue un punto focal de un proceso diseñado para utilizar las revisiones de este quinto aniversario como una oportunidad de revitalizar el proceso de acción, producir nuevos alianzas y ayudar a estimular los ímpetus de acción por parte de los gobiernos y las organizaciones intergubernamentales.

    5. Rio + 10, Cumbre de Johannesburg, 2002

    La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que tuvo lugar en Johannesburg en 2002, fue cenit y la culminación de una serie de conferencias mundiales que dio comienzo en el año 2000 con la Cumbre del Milenio de la ONU. En Johannesburg se logró acordar una serie de objetivos parciales para seguir llevando a la práctica el modelo de desarrollo sostenible. Al finalizar la cumbre fueron aprobados un plan de acción y una declaración política de los jefes de estado y de gobierno.

    La declaración política fortaleció sobre todo el sistema de Naciones Unidas y la idea de multilateralismo. El documento más importante de la cumbre, el plan de acción, contiene una serie de nuevos plazos y exige la elaboración de diversos programas de implementación.

    Tras el acto inaugural, comenzaron las negociaciones de los principales grupos de países participantes: los jefes de las delegaciones de la UE, el grupo de los países en vías de desarrollo, denominado G77, y el grupo de EEUU, Japón, Australia, Rusia y Canadá.

    Los dos temas de posición fueron la exigencia de que en Johannesburg se alcanzasen compromisos concretos de actuación por un lado, y la preferencia de que la cumbre cristalizase en una declaración de buenas intenciones, por el otro.

    El G77 era el más interesado en la definición de acciones concretas que permitieran contribuir a la reducción de las diferencias entre ricos y pobres.

    La posible relación entre el calentamiento global y las inundaciones catastróficas sufridas en numerosos puntos del planeta fue analizada por un grupo de expertos que aprovecharon para declarar que sería muy positiva la ratificación del Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones de GEI, que están provocando el calentamiento global.

    Transcurridas tres décadas desde la Conferencia de Estocolmo, está claro que los problemas del ambiente son los problemas del desarrollo desigual para las sociedades humanas y nocivo para los sistemas naturales. Corresponde al mundo desarrollado una responsabilidad mayor.

    Será imposible alcanzar un estilo de desarrollo ambiental y socialmente sostenible sin que todos los países estén dispuestos a cambiar su patrón actual de crecimiento y de utilización del plano natural.

    La Cumbre de Johannesburg concluyó con un solemne compromiso, que sólo será verificado por las generaciones futuras: "desde el continente africano, cuna de la humanidad, solemnemente prometemos a los pueblos del mundo y a las generaciones que heredarán esta tierra, que tenemos la determinación de asegurar que nuestra colectiva de un desarrollo sostenible, sea alcanzada".

    CONCLUSIÓN

    Al elegir el tema para la monografía, tenía presente que iba a ser un trabajo muy extenso y minucioso en cuanto a contenidos, información y análisis, por sobre todo. Y no me equivoqué. Pero a la vez resultó ser un tema muy interesante porque lo enfoqué desde una nueva perspectiva, desde las relaciones internacionales, desde las negociaciones entre Estados.

    Entre tantos Convenios, Protocolos, Conferencias y Cumbres, noté que había un punto que se repetía en todas las discusiones: la asimetría entre los países desarrollados y los no desarrollados.

    Para que las negociaciones sobre cambio climático sean efectivas, comprendí que tiene que a ver una mediación entre ambos grupos.

    Lógicamente los más perjudicados son los no desarrollados o en vías de desarrollo, pero los que históricamente perjudicaron más fueron y son los países industrializados.

    La economía juega un papel esencial en las discusiones, es el por qué de ellas, en vez de ser el medio ambiente el punto focal de las reuniones.

    Preservar la economía de cada país es más importante que preservar el medio ambiente mundial, y es por ello que resulta tan difícil llegar al consenso o ratificación de distintos acuerdos (como lo fueron el Protocolo de Montreal y el de Kioto).

    Analizando estos 30 años de negociaciones noté que los intereses están por sobre los principios, los planes de acción, los acuerdos en sí, pero a pesar de todo, la preocupación por el cambio climático está presente en todos los Estados.

    La entrada en vigor del Protocolo de Kioto es un gran esfuerzo de muchos años de debate. Pero lo más importante será evaluar los resultados del mismo en los plazos convenidos y al obtenerlos sabremos si estos 30 años de trabajo fueron efectivos para poder alcanzar el desarrollo sostenible.

     

     

    María Fernanda Esnaola