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Balanza de pago (página 3)

Enviado por yibetza2002


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Las causas de los desequilibrios son de dos clases: las generales básicas, y las específicas en cada caso y para cada país.

A) CAUSAS GENERALES Y BÁSICAS:

  • La división del mundo en dos áreas con un mínimo de comercio entre ellas, que repercute en una deficiente utilización de los recursos mundiales y en un comercio menor para todos.

  • Las crisis de la economía capitalista que ha conducido a do guerras mundiales y a la Gran Depresión, fenómenos que en el curso de los últimos cuarenta anos han agudizado las diferencias entre los países, en cuanto a poder productivos niveles de vida y capacidad de negociación.

  • El desarrollo desigual del mundo, que propicia mayor crecimiento económico de unos países y retrasa el de otros ampliándose así la brecha que los separa al estructurar una economía mundial basada en la paradoja de que de un lado> la bonanza de unos países se debe en parte a la miseria de otros países, y de otro lado que mientras más necesaria es la cooperación internacional ésta se vuelve cada vez más difícil. En realidad mayor intercambio no equivale a incrementos en la cooperación internacional sino a dependencia y subordinación de unos en beneficio de los otros. El progreso técnico y sus frutos no se distribuyen entre los países en forma equitativa, y las ventajas de esas técnicas suelen emplearse para apoyar a intereses creados.

  • La gran capacidad productiva de los países más desarrollados (especialmente la de Estados Unidos) ha fomentado cl predominio monopólico de sus empresas fincado en las ventajas de esa elevada productividad, la que es empleada en forma creciente para financiar gastos bélicos y no para apoyar el desarrollo económico y fomentar así la cooperación y el intercambio internacionales.

  • El proceso inflacionario, que ha favorecido en realidad a las minorías nacionales privilegiadas, agravando la defectuosa distribución del ingreso dentro de los países menos desarrollados, que acentúa el desequilibrio externo.

  • El incremento de la población y los anhelos por incrementar sus niveles de consumo, sin que dispongan de los recursos económicos para satisfacer estas aspiraciones (el llamado efecto demostración difundido de manera creciente gracias a los medios de comunicación modernos) acompañados de un deficiente empleo del ingreso generado y de la capacidad productiva existente.

Las causas anteriores han contribuido a acentuar las diferencias económicas, políticas y sociales entre los países y entre los sectores de cada país, doble situación que genera desequilibrios de la balanza de pagos de muy variada naturaleza. Estos desequilibrios básicos y de largo plazo pueden agruparse en tres clases.

1] Los Desequilibrios Seculares (o estructurales de la economía mundial a muy largo plazo), resultado de cambios económicos profundos que ocurren lentamente de una generación a otra. Estos desequilibrios tienen un largo período de gestación y las mutaciones suceden paulatinamente. Al final generan cambios económicos profundos a través de una o más generaciones, como sería la transición de una producción predominantemente agropecuaria a una economía industrial, o de la etapa de una economía basada en la industria ligera a la etapa de industria eminentemente pesada, o por cambio de sistema de producción.

Los factores que llegan a producir estos cambios están ligados a cambios radicales en la tecnología, a profundas alteraciones en la demanda de capital y en la demanda de bienes y servicios, o a cambios cuantitativos y cualitativos de la población, entre otros aspectos.

2] Los Desequilibrios Positivos de los países centros acreedores mundiales que por su dimensión internacional producen desequilibrios en todas las economías dependientes. Estos desequilibrios tienen su origen en la persistencia política restrictiva de los centros acreedores mundiales que en forma constante presionan la balanza de pagos de los países deudores al no recibir apoyo financiero suficiente para el desarrollo sobre todo facilidades para el intercambio comercial.

A menudo se eluden las repercusiones de estos desequilibrios positivos de la cuenta corriente de los países más desarrollados, o sencillamente no se les menciona. Sin embargo estos desequilibrios constituyen el principal factor causante de desequilibrios negativos de los países en proceso de desarrollo, ya que al no ser revertido los grandes saldos positivos por las vías comercial y financiera con propósitos productivos, reducen la capacidad de compra externa de los deudores.

Es cierto que los desequilibrios negativos son los que abundan y dan origen a dificultades en la mayoría de los países y por ello la atención suele concentrarse en éstos, mientras que los desequilibrios positivos son objeto de atención más como una meta por alcanzar y no por el verdadero papel que desempeñan. Sin embargo, la política del país o países que constituyen el centro o centros acreedores del mundo resulta tan importante y decisiva para el resto del mundo ya que al apegarse a una política de gasto restrictiva, la misma repercute en su propia economía y sobre el comercio mundial, agravando así el desequilibrio internacional de los países deudores.

3] Los Causados Por El Desarrollo o estructurales de las economías nacionales menos desarrolladas, debido a que en las primeras etapas del desarrollo la inversión interna supera persistentemente al ahorro nacional, y al financiar la diferencia con expansión monetaria y ahorros del exterior, inevitablemente las importaciones superan a las exportaciones. El desequilibrio se manifiesta en un endeudamiento creciente, en inflación v devaluaciones, en restricciones al comercio y a los pagos como recursos para enfrentar el desequilibrio. Este desequilibrio de la balanza, causado por el desarrollo, es uno de los precios que los países menos desarrollados tienen que pagar por el propósito de operarle alteraciones radicales a su estructura económica.

LOS PRINCIPALES DESEQUILIBRIOS ESPECÍFICOS

Las causas específicas (que en buena parte son el resultado de las causas básicas) tienen variada naturaleza en cada país según el grado de evolución económica respectiva.

Cuando una nación está pagando lo que compra, sobre una base sostenible a largo plazo con sus propios ingresos corrientes, se dice que su balanza de pagos está en equilibrio. Sin embargo, este criterio es una primera aproximación porque puede lograrse un equilibrio encubierto, sustentado en la imposición de restricciones directas e indirectas al comercio y a los pagos, o produciendo desempleo o a costa de salarios menores respecto a la productividad de la fuerza de trabajo, en cuyo caso se plantea al problema de ponderar costos y rendimientos sociales. No basta que las cantidades de divisas ofrecidas igualen a las demandadas, aunque no haya necesidad de movimientos compensatorios de oro y divisas, o de capital a corto plazo. Un equilibrio de los pagos exteriores de esta naturaleza puede ser tan falso como el obtenido mediante el control de cambios o por otros dispositivos restriccionistas, sólo que al encubrirse con medidas que no tienen manifestación cuantitativa directa, no aparece registrado en la balanza de pagos ni en el mercado de cambios.

A continuación presentamos los desequilibrios a corto y a mediano plazo más frecuentes:

  • Los causados por hechos circunstanciales o fortuitos como son los estacionales y los aleatorios: los primeros se caracterizan por su regularidad, y los segundos porque son ocasionales y circunstanciales.

  • Los causados por factores preponderantemente monetarios y que se concretan en diferencias de precios y de ingresos: que suelen generarse por expansión monetaria y por crecimiento nominal del ingreso.

  • Estructurales de la balanza de pagos: causados por la pérdida de ingresos en divisas de uno o varios renglones principales de la balanza de pagos, ya sea por grandes pérdidas de capital, drásticas reducciones de la oferta exportable o por descenso de la demanda externa. En este caso se buscan las fuerzas que determinan el descenso del ingreso de divisas.

  • Cíclicos o coyunturales debidos a los cambios generales de la demanda internacional y que afecta las corrientes de capitales ligadas a las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica de los centros industriales.

MEDIDAS PARA COMBATIR LOS DESEQUILIBRIOS DE LA BALANZA DE PAGOS

Naturalmente que las medidas puestas en acción para enfrentar un desequilibrio dependerán de la naturaleza y la causa o causas que o hayan producido. Sin embargo, las medidas pueden clasificarse en dos grupos: las correctivas que pretenden atacar las causas y las compensatorias que tienden a contrarrestar o a eliminar los efectos del desequilibrio. Pero realmente lo que acontece en el mundo de los hechos es que las autoridades monetarias se enfrentan a desequilibrios causados por una combinación de fuerzas, y obviamente las medidas puestas en acción deben tener una naturaleza similar, ya que en última instancia suele requerirse un reajuste de la producción y del gasto.

De todas maneras resulta aleccionador mencionar las principales medidas aplicables a uno y otro caso:

A) MEDIDAS CORRECTIVAS

  • La deflación que exige sacrificios mediante la reducción del ingreso, o sea disminución de los salarios y aumento de los impuestos (al consumo al ingreso) con el doble fin de disminuir la demanda de importaciones y de aumentar las exportaciones hasta nivelarlas.

  • La devaluación de la moneda medida que permite, bajo ciertas condiciones de elasticidades, aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones sin sacrificar el empleo y el nivel de ingresos a cambio de reajustar el valor externo de la moneda a su valor interno. de

  • En ciertos casos especiales puede restablecerse el equilibrio mediante importaciones de capital pagaderas a plazo largo, en cantidad y persistencia suficientes, hasta que se registren cambios en la productividad de la economía nacional, sin afectar el empleo y los niveles de vida o la paridad cambiaria.

B) MEDIDAS COPENSATORIAS

  • Empleo de las reservas de oro y divisas.

  • Movimiento favorable de capital a corto plazo.

  • Incremento de los aranceles.

  • Acentuación de las restricciones cuantitativas.

  • Alteración del gasto público acompañado de un incremento en los impuestos.

  • Restricciones crediticias.

  • Control de Cambios.

  • Estimulas a la exportación.

  • Estos instrumentos o medios de acción para corregir o contrarrestar los desequilibrios de la balanza de pagos a corto plazo, pese a que son de diferente naturaleza, se pueden clasificar en dos grupos.

  • Financieros,

  • Comerciales.

Ambas clases de instrumentos suelen aplicarse en forma combinada. Aun en el caso de aplicar una medida correctiva como la devaluación, será necesario complementarla con otras medidas de carácter comercial y financiero a fin de que los efectos del cambio de la paridad monetaria se fortalezcan o al menos que no se vean contrarrestados. En caso de recurrir a medidas correctivas o compensatorias nunca se emplea una de ellas en forma aislada, sino en forma combinada.

Sin embargo, ciertos desequilibrios que ocurrían continuamente se corregían a corto plazo: a) en el patrón oro mediante movimientos de metal; b) en patrón libre por variaciones del tipo de cambio, y c) con Control de Cambios por las restricciones al comercio y el de las divisas. Actualmente los desequilibrios se generan y operan en condiciones bien diferentes. De esta manera es muy común que a los controles al comercio exterior (directos o indirectos) se les considere como medidas correctivas en contra de los desequilibrios de la balanza de pagos, porque es evidente que un control comercial, por eficaz que se le suponga, en lugar de corregir sólo contrarresta, ya que sólo ataca el efecto, sin suprimir la causa.

También el Control de Cambios suele ser considerado como medida correctiva para el caso de desequilibrio de la Balanza de Pagos causada por una fuga de capitales. Teóricamente podría aceptarse, si se llenaran ciertas condiciones especiales difíciles o imposibles de lograr desde el punto de vista práctico. Por tal motivo, el Control de Cambios por sí mismo tampoco suprime las causas que generan la salida de fondos; en realidad, a veces suele acentuarlas.

Aún más, en caso de que el Control de Cambios opere eficientemente en forma temporal, aun cuando la evasión de capitales quedara eliminada, es evidente que no podríamos atribuir a dicho control la desaparición de las causas que hubieran motivado a los individuos a exportar capital, ya que el efecto del Control como medida compensatoria sólo es útil para frenar las huidas de capital, tanto las causas reales que las producen (inestabilidad política, busca de seguridad para los fondos, desconfianza en la estabilidad de la paridad cambiaria etc.). no sean eliminadas con medidas apropiadas.

La eficacia de las medidas que se apliquen para combatir los desequilibrios depende de varios factores y circunstancias, pero principalmente de:

  • La causa o causas del desequilibrio;

  • Que su origen sea interno o externo:

  • Las características generales del mismo en cuanto a su grado, duración y amplitud;

  • La capacidad del país para aplicar medidas que corrijan o contrarresten el desequilibrio.

Es de capital importancia determinar con la mayor precisión posible la causa o causas de un desequilibrio de la balanza de pagos, que de una buena determinación depende que se apliquen las medidas más apropiadas. Por ejemplo, si el desequilibrio se debe a causas estructurales de la balanza o a causas estacionales, este hecho nos llevaría a conclusiones diversas en cada caso acerca de las medidas que deberían aplicarse. Una vez determinada las causas, es también importante encontrar su origen. Las medidas serán diversas, según se trate de combatir los desequilibrios monetarios de la balanza los cíclicos, cuyas causas son de origen interno en cl primer caso, y eterno en el segundo.

Asimismo, determinar las características generales en cuanto al grado, duración y amplitud, que miden la importancia de un desequilibrio en sus tres dimensiones (profundidad, plazo y extensión) equivale a enfrentarse al problema de decidir si dicho desequilibrio es fundamental o secundario y, por tanto, si deben aplicarse medidas correctivas en el primer caso o compensatorias en el segundo. Los índices más usuales para determinar la importancia de un desequilibrio son:

  • Variación de la reserva monetaria,

  • Fluctuación relativa del ingreso nacional (real y nominal), relación de costos y precios comparados,

  • Variación relativa del índice de la productividad nacional,

  • Variación del volumen de medios de pagos y sus causas,

Finalmente, la capacidad del país para hacer frente a un desequilibrio es como la cuarta dimensión, puesto que el grado la duración y la amplitud del desequilibrio variarán de importancia en función de los medios con que un país cuente para hacerle frente con eficacia. Así, el país centro tiene mayores posibilidades de combatir un desequilibrio de origen cíclico, que un país periférico. Dentro de éstos hay todavía varios grados, según se trate de un país como República de Honduras o de México. De igual manera, un desequilibrio de precios se combatirá con mayor eficacia en Inglaterra país que tiene técnicas de regulación monetaria más eficaces que en Venezuela.

Según la opinión del economista José Guerra, las cifras del BCV, referidas al comportamiento de la economía nacional durante el primer trimestre del 2007, reflejan la acumulación de importantes desequilibrios tanto en la balanza de pagos como el área fiscal que van a conducir a un ajuste del tipo de cambio oficial, en cualquier momento.

Expresó que cuando la balanza de pagos registra un déficit es porque se gastó más recursos en moneda extranjera de lo que le ingresó al país y ello se expresa en una caída de las reservas internacionales.

Por otro lado la información del BCV sugiere que la balanza de pagos acumuló un déficit de US$ 5.606 millones entre enero y marzo de 2007, el mayor, al menos, de los últimos diez años, todo ello en medio de un auge sin precedentes de los precios del petróleo.

EL SUPERÁVIT

El respecto Guerra refiere que la cuenta corriente de la balanza de pagos tradicionalmente ha sido superavitaria debido a las elevados ingresos petroleros que recibe Venezuela. Sin embargo, los datos del primer trimestre de 2007 indican que el superávit se redujo a la mitad con relación al mismo lapso de 2006, al pasar de US$ 7.004 millones a US$ 3.662 millones.

Ese deterioro, según Guerra, se debe a la disminución de las exportaciones petroleras y por la otra por el desproporcionado incremento de 46,8% de las importaciones. De mantenerse el ritmo importador, en el 2007 las compras de bienes en el exterior batirá el record alcanzado en el 2006, al totalizar aproximadamente US$ 40.000 millones.

Por otro lado, en ese frenesí de importaciones que ahora vive Venezuela se está destruyendo la limitada capacidad industrial y agropecuaria que ha sobrevivido para dar paso a un consumo de artículos fabricados en el exterior, dijo el economista.

LA TEMPESTAD

Explica Guerra que al unísono, con la baja de las exportaciones y el alza de las importaciones, se registraron salidas de capital al expresar la cuenta financiera de la balanza de pagos un déficit de US$ 8.296 millones, del cual más de US$ 7.000 millones correspondieron a actividades del Gobierno, entre las que se cuentan el financiamiento a otros estados, los créditos comerciales concedidos, sin incluir donaciones.

El economista José Guerra asegura que el déficit de la balanza de pagos presagia un ajuste del tipo de cambio y como dice la canción de la guerra federal: "el cielo encapotado anuncia tempestad".

BALANZA DE PAGO AÑO 1999-2000

El comportamiento de la economía venezolana no puede ser analizado al margen de la evolución de los factores institucionales y organizativos en el primer año del Gobierno Nacional. En tal sentido ya es un hecho aceptado que los equilibrios macroeconómicos per se son insuficientes si estos no son debidamente complementados con cambios estructurales profundos, incluyendo el sistema de reglas de funcionamiento de la economía, que propicien procesos de desarrollo permanentes y sustentables.

De ahí que sea menester referirse a la crisis más significativa a la que se enfrentó el nuevo gobierno, cual fue la del agotamiento del modelo político tradicional y la necesidad de su rápida sustitución. Además, a la crisis del modelo político, habría que añadir la quiebra, también heredada, del modelo de acumulación rentista con sus efectos sobre el potencial de crecimiento de la economía a corto y mediano plazo.

En consecuencia, era de esperarse que la transformación necesaria de las relaciones mencionadas gravitaría en un acrecentamiento de la incertidumbre que incidiría de manera importante en las expectativas de los actores económicos más relevantes, tanto nacionales como externos, que se expresaría en una postergación de las decisiones inversionistas, alimentando el proceso recesivo iniciado desde el segundo trimestre de 1.998.

El Gobierno Nacional, sin embargo, asumió con toda prontitud la necesaria transición política, económica y social. En efecto, la adopción de la Ley Habilitante creó las bases para incrementar la eficiencia de la administración pública, modernizar las finanzas públicas y crear expectativas y condiciones favorables para la inversión privada.

Asimismo, con el inicio del proceso constituyente y la aprobación de una nueva Constitución el pasado 15 de diciembre, ya se establece la base jurídica fundamental que crea las condiciones definitivas para hacerle frente a las incertidumbres políticas y económicas, en un ambiente de expectativas más favorables.

2. Marco Referencial de la Política Económica para 1.999

La reorientación de la política petrolera nacional se convirtió en una condición indispensable para compensar el desplome de los precios petroleros, como consecuencia de la aplicación de una equivocada política basada en la expansión de la oferta de los crudos y productos en detrimento de sus valores unitarios, con efectos perversos para el fisco y la balanza de pagos. Para ello el Gobierno propició la adopción de importantes medidas en el seno de la OPEP conjuntamente con México, Noruega y Rusia, para reducir la producción, lográndose un impacto positivo inmediato en los precios y por ende en los niveles de ingresos de divisas y fiscales para el país.

Al mismo tiempo se comenzó la instrumentación del Programa Económico de Transición 1.999-2.000 con el propósito de restablecer los equilibrios macroeconómicos requeridos para el desarrollo de políticas sectoriales dirigidas a propiciar la reactivación económica sobre bases sólidas y permanentes.

3. Comportamiento Económico

Según las recientes estimaciones del Banco Central de Venezuela, el sector petrolero, como consecuencia del cambio de política antes explicado, mostró una declinación del 6,8 %. Esta caída de las actividades petroleras redundó en una importante reducción de su programa de inversiones, que conjuntamente con la contracción del resto de la inversión pública y de la demanda de bienes de consumo, afectó el comportamiento de las actividades no petroleras cuyo decrecimiento ha sido estimado en 6,9%.

Sin embargo, la reducción del producto interno bruto en el período se ha venido atenuando durante el año. En efecto, al analizar su evolución trimestral se observa una progresiva y sostenida reducción del ritmo de decrecimiento. Así, en el primer trimestre las actividades económicas se contrajeron en 9,5%; en el segundo trimestre en 8,9%; en el tercero 5,9%; y en el cuarto 4,5%, que representa la mitad de la reducción registrada en el primer trimestre. En consecuencia, es de esperarse que vencida la inercia recesiva que arrastraba la economía venezolana desde el segundo trimestre de 1.998, el próximo año se produzca un progresivo y gradual repunte de las actividades productivas. En tal sentido, vale insistir en el carácter favorable de prácticamente todas las estimaciones publicadas respecto a las posibilidades de recuperación económica en el año 2.000, por las que se sitúa el ritmo de crecimiento del PIB en un rango que oscila entre 1,7% y 5,1%.

Igual comportamiento se observó en los principales sectores productivos de bienes y servicios que tienen una mayor importancia dentro del PIB.

4. Sector Externo

Las cifras del intercambio comercial arrojan que el valor de las exportaciones petroleras se incrementó en un 31% como resultado de un aumento del precio promedio del barril exportado en 45,8% y una disminución del volumen exportado de 12,9%. Por su parte, las exportaciones no petroleras experimentaron una fuerte contracción del 21.4%, en lo que fue definitorio el efecto de la recesión que sufrieron los principales socios comerciales, Colombia y Ecuador, y la caída de los precios internacionales de las materias primas. Por otra parte, las importaciones venezolanas sufrieron una fuerte caída del 20.7%, asociado a la contracción de la actividad económica interna.

Como resultado de las transacciones externas de bienes del país, la balanza comercial cerró el año con un saldo positivo de US $ 9.164 MM, que se reflejó en un resultado también positivo de la cuenta corriente de la balanza de pagos de US $ 5.465 MM.

Las cifras preliminares estimadas por el Banco Central de Venezuela sobre la Balanza de Pagos Global, indican que esta cerró positivamente con un saldo final favorable calculado en US $724 MM., con un incremento del mismo monto en las Reservas Internacionales de divisas. En estos resultados se incorpora el cumplimiento estricto de las obligaciones de pago de la deuda externa contraida, cuya amortización en el año ha sido calculada en US $1.903 MM.

5. Equilibrios Macroeconómicos: Tasa de Inflación, Tipo de Cambio y Déficit Fiscal

El índice de precios al consumidor (IPC) registró un incremento acumulado para el mes de noviembre del 18.1%, el más bajo en los últimos trece años, lo cual podría estar por debajo del objetivo que se propuso el Gobierno de 20-24% para el año. Es de destacar, que en el comportamiento decreciente de los precios para el período, se observa una fuerte desaceleración de los correspondientes a los grupos de alimentos y bebidas y vestidos y calzados, los que alcanzaron ritmos de 10.7% y 12.3% respectivamente.

Al respecto debe mencionarse la interrelación positiva entre la política cambiaria y los objetivos de contención inflacionaria del Gobierno Nacional, a través de la administración del sistema de bandas establecido. En efecto, para el año que recién termina se estima una depreciación cercana al 15% que permitió una operación fluida del mercado de divisas en el que estuvo ajeno cualquier movimiento especulativo con efectos internos nocivos.

Otro factor de política económica que contribuyó a la reducción de la inflación fue el resultado de la gestión financiera del Gobierno Central. En ese sentido, el déficit fiscal (estimado a principios de 1999 en 7.4% del PIB.) sólo alcanzó un 3.1% del PIB, en lo que fue determinante tanto los efectos favorables del incremento de los precios petroleros que posibilitó la reducción de las necesidades de financiamiento interno y la suspensión de las emisiones de deuda externa, como la propia austeridad y control del gasto ejercido por las autoridades fiscales.

Una medida fundamental para la preservación de la estabilidad macroeconómica fue la reforma de la Ley por la que se crea el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica, con el claro y firme propósito de poner fin a la volatilidad externa y sus efectos internos en la economía.

Finalmente, no puede obviarse la correspondencia de la política monetaria con las restantes políticas económicas señaladas, en términos de la paulatina eliminación de Títulos de Estabilización Monetaria y la reducción de las tasas de interés, lo cual también contribuyó de manera positiva al logro de los equilibrios macroeconómicos durante el año transcurrido.

CONCLUSIONES

  • Balanza de Pagos: es el registro de todas las transacciones económicas en un período determinado, entre los residentes de un país y los del resto del mundo.

  • Cuenta Corriente: en materia de comercio internacional, en uno de los componentes de la Balanza de Pagos, donde se registran las transacciones de bienes y servicios.

  • Cuenta de Capital: es el otro componente de la Balanza de Pagos, donde se registran las salidas y entradas de capital de un país en sus transacciones con el exterior.

  • Superávit: el país recibe más divisas por cualquier concepto que las que salen hacia el exterior.

  • Déficit: saldo que se produce cuando los pagos superan los ingresos

En tanto la Balanza de Pagos del país registró un superávit global de US$ 1.638 millones durante el segundo trimestre del año (abril /junio), lo que puso a las reservas Internacionales en US$18.234 millones, la Cuenta Corriente de esa Balanza registró un superávit de US$6.697 millones (+1.739,8%) en el primer semestre (enero/junio), mientras que en igual lapso de 1999 fue de sólo US$ 364 millones, informó el Banco Central de Venezuela (BCV).

El incremento de los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras y no-petroleras en un contexto caracterizado por el inicio de la recuperación de la actividad económica interna, permitió financiar un volumen superior de transacciones externas vinculadas al mayor gasto real en bienes (productos y servicios). Así como un importante nivel de ahorro externo que se reflejó en el fortalecimiento de las Reservas Internacionales del país."

II Trimestre

La Cuenta Comente registró un superávit de US$ 3.153 millones, determinado principalmente por el aumento de las exportaciones petroleras fundamentadas en la recuperación de los precios del crudo en US$ 3.023 millones (+79,8%), al compararlas con los resultados del segundo trimestre de 1999.

Las exportaciones no-petroleras aumentaron US$367 millones (+38,1%), impulsadas por mayor dinamismo tanto en las exportaciones del Sector Público (+84,7%), como del Sector Privado (+24,2%). En éste destacan las exportaciones de las industrias automotriz, química y metales básicos, las cuales fueron determinantes en la recuperación de las actividades económicas durante el segundo trimestre del año.

Las importaciones de bienes crecieron 28.4% para alcanzar US$4.033 millones, lo que se corresponde con la reactivación económica observada durante el año.

 

 

 

 

 

Autor:

Yibetza Thais Romero Contreras

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