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La adicción al sexo, las ansias por la obtención de riquezas y el poder del político venal

Enviado por Felix Larocca

  1. Lo que hay en una palabra
  2. Poderoso caballero es don Sexo (parafraseando a don Francisco de Quevedo)
  3. El sexo
  4. La sexualidad y comportamientos obsesivos en el tratamiento del Mal de Parkinson
  5. Prosiguiendo con el Parkinson
  6. Enfermedad de Parkinson
  7. La "adicción al sexo" en ciertas celebridades
  8. Woodstock
  9. ¿Existe la hipersexualidad? ¿Existe la adicción al sexo?
  10. El conflicto medioambiental y cultural
  11. El concepto y su origen
  12. Sexual Addiction Screening Test o SAST
  13. Ahora bien, ¿en qué consiste la "cura"?
  14. Kurt: Adicto al sexo y sin otro norte en su vida que no fuera el placer
  15. La adicción sexual
  16. El tratamiento
  17. Resumiéndolo
  18. En cuanto a las elecciones presidenciales estadounidenses del annus domini 2016
  19. Bibliografía

La etiqueta "adicción al sexo" ha sido — por ahora — descartada por DSM-ETC, aunque, por algún tiempo fuera considerada para inclusión en éste.

Puede que la decisión para hacer la exclusión haya sido, en parte, motivada por la amarga experiencia que resultara cuando decidieran hacer de la homosexualidad una entidad diagnóstica y no porque el sentido común actuara como guía en esta ocasión especial.

Lo que hay en una palabra

Por algún tiempo algunas figuras del mundo de la farándula y del deporte han sucumbido a ciertas indiscreciones sexuales muy humanas, y no del todo extraordinarias, que — notablemente — en el caso del golfista Tiger Wood, y que, por falta de algo más convincente que culpar, fueron atribuidas a una "adicción al sexo". FEFL en: Larocca, FEF: Neuro-adicción y la Neurofisiología del Cerebro en monografías.com

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Poderoso caballero es don Sexo (parafraseando a don Francisco de Quevedo)

El sexo — como el dinero — como concepto es poderoso y, como función invoca lo dominante en las estructuras más básicas de nuestras sociedades humanas.

Lo es, porque el sexo, por necesidad, es ubicuo, como instinto es avasallante y como "arma" — de destrucción social y arruinador de reputaciones — no tiene paralelo.

Por ende el sexo y la sexualidad son símbolos narcisistas del poder y como tal sirven los designios fundamentales que gobiernan las mentes de los políticos que lo ansían.

Cuando personas en la vida pública se acusan de un desliz de índole erótico, la prensa responde con descripciones detalladas del comportamiento, que rayan en lo absurdo. Pero, por contraste, cuando los banqueros desfalcan, los jueces se venden, o los políticos roban — como habitualmente casi todos hacen — nadie los justifica por ser adictos — y, por tanto víctimas inocentes, y partícipes involuntarios — de sus desenfrenos morales.

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El sexo

Por sus ansias de elevar la sexualidad a niveles exclusivos, no podemos culpar las pirañas de los medios noticieros, porque el sexo atrae la atención del público, y, como sucede con el chisme, vende periódicos y cautiva el interés de televidentes y radio audiencias, lo que traduce en la captación enormes de divisas. Si no en nuestro medio, lo hace en otros países, notablemente en los Estados Unidos y en ciertos estados del mundo que conocemos como el "Mundo Civilizado".

El dinero y el sexo son compañeros consuetudinarios de viajes por todos lugares del mapa donde la prensa controla el pensamiento colectivo.

El sexo, y el interés que despierta, han seducido nuestras imaginaciones por tiempos inmemorables, ocupando lugares prominentes en las artes, la historia, la religión y las ciencias.

Nuestro objetivo en este ensayo

Nuestro propósito en este espacio será explorar el laberinto diagnóstico y establecer la validez de la putativa "adicción al sexo" (si adicción es actualmente lo que es) para los fines clínicos de clarificación nosológica y para sus usos taxonómicos.

Para comenzar, lo haremos con el estudio de una condición tangible, considerando la enfermedad de Parkinson y la "adicción sexual" que su tratamiento, supuestamente, puede desencadenar.

La sexualidad y comportamientos obsesivos en el tratamiento del Mal de Parkinson

Hecha famosa por causar la muerte a Muhammad Alí. De ésta, se ha conocido por algún tiempo, que ciertas drogas utilizadas en su tratamiento han sido imputadas con el desarrollo de comportamientos anómalos que, en un número particular de los casos han sido definidos como adicciones sexuales, entre otras.

Mientras lo hacemos, debemos recalcar que ciertos parásitos y agentes infecciosos, en sus mecanismos de acción, asimismo, secuestran el control de las funciones mentales de sus huéspedes, como ya hemos visto en otras lecciones y en muchas de mis ponencias.

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Lucian Freud

Prosiguiendo con el Parkinson

En la literatura científica se han reportado casos de personas que, luego de haber comenzado a tomar los medicamentos típicos recetados para el tratamiento del Mal de Parkinson desarrollaron comportamientos obsesivos compulsivos de graves repercusiones negativas para el paciente.

En algunas ocasiones las obsesiones se tornaron en compulsiones de naturalezas serias, como serían ludopatías y en ciertos casos, se dice, que en "adicciones al sexo" y a las drogas.

Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson afecta por lo menos a un millón de personas en los Estados Unidos, lo que representa un problema de salud pública de mucha importancia.

La dolencia en sí es una condición degenerativa que ocurre cuando células encefálicas mueren, resultando en una escasez del agente neuroquímico conocido como la dopamina lo que interfiere con los movimientos normales y la coordinación muscular.

Muhammad Alí hoy se considera la víctima más famosa de esta enfermedad.

Mientras que las causas de esta condición no se han determinado, se cree que factores genéticos y del entorno, como son la exposición a pesticidas y herbicidas pueden representar elementos determinantes dignos de ser considerados, aunque su rol no haya sido corroborado.

En el caso de Ali, boxeador profesional, se culpan micro traumas y hemorragias petequiales encefálicas como las causas determinantes posibles.

La condición se considera incurable. El propósito del tratamiento conocido, siendo restringido al alivio sintomático.

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Para el proceso de paliarla contamos con dos tipos de agentes farmacológicos:

  • Las drogas tipo "levodopa" (L-dopa, L-3,4 dihidroxifenilalanina) y

  • los agonistas de la dopamina.

La producción de comportamientos obsesivos, impulsivos y compulsivos son efectos colaterales indeseables que, con una frecuencia de un 17%, se reportan con el uso de ambos tipos de medicinas.

Algunas personas obtienen mejores resultados usando ambas medicaciones en combinación, lo que se cree que aumenta los riesgos de complicaciones.

Se postula que los comportamientos colaterales desagradables observados no representan nada más que la intensificación de conductas latentes que preexistían como tendencias innatas en estos pacientes.

Es importante que tanto los médicos como los pacientes estén conscientes de esta última posibilidad para modificar el tratamiento, antes de que serias complicaciones se hagan aparentes.

La "adicción al sexo" en ciertas celebridades

Es necesario aquí recordar que algunos seres famosos — diagnosticados por los medios o, convenientemente, por ellos mismos, en búsqueda de coartadas o pretextos — como "adictos al sexo" eran personas que no sufrían de ninguna enfermedad ni diagnosticable, ni tan dramática como es el Mal de Parkinson y que no recibían medicinas similares a las indicadas para el tratamiento del mismo.

Cuando una persona famosa se halla en medio de un escándalo sexual, la prensa y todos los medios de comunicación entran en señal de "alerta roja" dando comienzo a las especulaciones usuales acerca de las causas de sus acciones.

Las últimas son examinadas públicamente por "expertos" — que por doquier vegetan — aunque en la mayoría de los casos las opiniones que proporcionan carezcan de toda credibilidad, ya que, carentes de conocimientos formales, nunca entrevistan a quienes estudian.

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Frieda Kahlo

Las conclusiones a las cuales estos autoproclamados peritos llegan, se difunden y se imprimen con falta de discreción característica y apabullante. Mientras el schadenfreude, siempre presente, escasamente se disimula, porque el moralismo se proyecta como expresión de la pureza inmaculada de los voyeurs que, a todos, juzgan en la prensa y en los medios de comunicación.

Un ejemplo reciente es el caso del famoso artista Bill Cosby.

Muchos de quienes, en público, condenan los comportamientos que critican, vicariamente disfrutan la fantasía de poder ocupar las sandalias, o las prendas interiores, o, mejor aún, compartir el tálamo amatorio con las compañeras de los famosos a quienes reprueban.

América, lugar donde la obsesión con el sexo es pasatiempo nacional

Es un hecho empíricamente establecido que los americanos disfrutan y condonan el sexo taimado e ilícito, pero más que nada, que los americanos se deleitan en la caída de los ricos y famosos.

En la díada de comportamientos: cachondez, y dinero existe un magnetismo irresistible.

La adicción sexual y la disfunción sexual

El albor del siglo XX fue anunciado por la psicóloga sueca Ellen Key como el Siglo de la Niñez, siglo que asimismo fuera reconocido extraoficialmente como el Siglo de la Sexualidad y del Estudio del Comportamiento Sexual Humano como más adelante veremos.

Nace el sexo como objeto formal del estudio de las ciencias

En el principio era Havelock Ellis, seguido por Alfred Kinsey y Wardell Pomeroy, y, finalmente, por Bill Masters y Virginia Johnson en Saint Louis, donde yo los conociera.

La atmósfera de esta novedosa belle époque con su difundida y desinhibida liberación sexual, la invención de la píldora y otros métodos de contracepción, acompañados por el estallido del movimiento feminista permitieron cambios drásticos en la vida sexual de quienes vivieran aquel entonces.

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Tamara de Lempicka

Woodstock

Fue el gallardete de esa nueva edad de libertinaje sexual llamada por sus proponentes "La Edad de Acuario".

Simbólicamente, en el 1969 el famoso y estridente concierto de Woodstock marcó el hito que definió la emancipación sexual y social de los años sesentas en Norteamérica.

Muchos todavía añoran un retorno a este "paraíso perdido".

La entelequia de Homo modernus (Homo s. sapiens) con todas sus prerrogativas sexuales fue seguida muy de cerca por la de Gina s. sapiens, con todas sus dotes eróticas irresistibles, más destacada fisiológicamente por su capacidad para el logro del múltiple orgasmo y por el impacto incontenible de sus feromonas en las pulsiones del hombre, siempre fogoso en su cerebro y ávido entre sus muslos, en búsqueda del deleite emanado por efluvios eróticos femeninos.

Quizás las precursoras más destacadas de las mujeres que auguraron esta rica época, para el erotismo femenino refinado, fueron la cantante Joan Báez y la escritora Anaïs Nin.

Aunque hubo plétoras de otras.

La entelequia de la sexualidad del género humano, la representa, no la sexualidad promiscua del hombre sino la sexualidad naturalmente inagotable de la mujer.

La sexualidad y el poder…

La sexualidad y el poder viajan juntos siendo el uno la refleja expresión del otro. Y como el político norteamericano Henry Kissinger, afirmara en sus divagaciones filosóficas, "el poder es un afrodisíaco".

Como resultado de Woodstock, la liberación de la mujer facilitó su entrada en la vida erótica más activa y en la vida pública más eficaz sin inhibiciones puritanas.

Indirectamente, las mujeres políticas de hoy provienen de esa fuente social generosa.

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Fernando Botero

Las diferencias "adictivas" entre los géneros cuando se trata del sexo

El hombre, depende de la erección del órgano viril para ser eficiente en el arte del amor y para luego — a veces — poder enumerar, jactanciosamente, en público, sus proezas amatorias. Pero, las erecciones, muchas veces, son fugaces o poco satisfactorias, por no ser duraderas o por no ser estables.

Entonces, si alguien califica para ser candidato a la adicción sexual sería el miembro de cualquier especie de dimorfismo sexual que siendo estimulado, no depende de una erección — a veces tan fugaz como incierta — y, cuyo cuerpo, le garantiza, como bono, múltiples orgasmos.

Esa persona, en nuestro género, repetimos, es la mujer.

¿Existe la hipersexualidad? ¿Existe la adicción al sexo?

En mi experiencia profesional donde he estudiado toda clase de comportamiento humano, habiendo publicado casos excepcionales como lo fuera El Onanismo de Nando, puedo afirmar que nunca he visto un individuo que, basado en observaciones clínicas meticulosas, pudiese ser diagnosticado como sufriendo de una adicción genuina, y, por antonomasia, considerada, al sexo.

En ocasiones, miembros de los medios han solicitado mi opinión acerca del significado del comportamiento — cuando a una celebridad se la atrapa en plena acción o con los pantalones removidos — la que por costumbre siempre rehúso a expresar sin haber conocido directamente a la persona de quien se trata.

Por otro lado, muchos pacientes a menudo confían a sus terapeutas que ellos no pueden abandonar comportamientos auto-lesivos incluyendo las selecciones de las oportunidades y de los compañeros sexuales que — con asiduidad — hacen, lamentando que, aunque se empeñen en no repetirlas, persisten haciéndolo.

Lo mismo que sucede en los casos de algunas adicciones conocidas.

Otros, por su parte, no pueden parar de comer, por el alivio a la angustia que estos comportamientos les producen. Así continúan engordando, mientras engullen sus ansiedades en búsqueda del paliativo oral tan necesario.

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Alberto Giacometti

El conflicto medioambiental y cultural

El conflicto semántico con la categoría nosológica de la adicción al sexo necesita ser aclarado por muchas razones.

La etiqueta de "adicto sexual" es un arma sin igual que esgrimen los conservativos religiosos y leguleyos abaratados para menoscabar liberalismos percibidos, para desestimar la ciencia, y para inflamar pasiones mientras atizan las hogueras de los escrúpulos.

También, formular este equívoco diagnóstico ayuda, en dar legitimización al pundonor insulso anti-sexual y a la intolerancia institucionalizada.

Estas son posiciones que se aceptan a pie juntillas y que son empleadas por algunos psicólogos, psiquiatras, jueces, legisladores y los medios de publicidad para adquirir más poder.

Pero, hay más…

La actividad sexual y el narcisismo muchas veces traslapan, porque ambas pueden interpretarse como esfuerzos a satisfacer impulsos básicos sin otro fin que el placer hedonista por el placer del mismo.

Para el narcisista — que abunda en todas las profesiones que involucran el culto a la personalidad y las apariencias — la comisión de actos que desafían el buen juicio es algo común, porque viven sumidos en la convicción de que las prescripciones sociales y las reglas de probabilidades y fuerzas del destino no aplican a ellos.

Ellos creen que, aunque actúen imprudentemente, sadrán ilesos a pesar de todas las contingencias que gravitan en su contra.

En este contexto, se explican los comportamientos de Tiger Woods, de Dominique Strauss-Kahn y los de O J Simpson, antes que ellos.

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René Magritte

Sus actuaciones no son adictivas, lo que es clínicamente obvio es que sus acciones representan formas de procedimientos impulsivos saturados de la omnipotencia narcisista infantil; la misma que se pone en evidencia cuando un niño muy joven — confiando en sus "poderes" — se tira al agua en la parte más profunda del lago sin tan siquiera saber cómo nadar.

Cuando alguien lo arriesga todo por el placer efímero que el sexo imprudente les proporciona, esa persona alberga en su mente una amplia posibilidad de factores explicatorios que simplemente no residen en la adicción y el placer que el sexo les proporciona.

El concepto y su origen

Como sucede con la historia de muchas de nuestras categorías diagnósticas, la de la "adiccion al sexo" se originó por serendipia en el 1983 con los trabajos de un profesional norteamericano de nombre Patrick Carnes, cuyo conocimiento clínico de la sexualidad humana era mínimo por su admisión propia.

El entrenamiento profesional de Carnes fue en el area de la educación y desarrollo organizacional. Sus especulaciones son todo lo que lo califican a ser un experto en todos los aspectos de la sexualidad o de las adicciones.

El término, aunque carente de bases científicas, ha sobrevido, porque como la llamada "adicción a la comida", ha servido el propósito dudoso de proveer a ciertos profesionales — a menudo, sin formación adecuada — con una entidad especifica para lanzar sus proyectos de devaneos terapéuticos.

Los medios y los susodichos profesionales, adoptaron la categoría de manera entusiasta porque le permiten explayar en lo sensacional y lo chocante del comportamiento problemático de algunos, especialmente, el de los celebrados y notables.

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Rembrandt Bugatti

Sexual Addiction Screening Test o SAST

Si para los trastornos del comer existen las llamadas pruebas diagnósticas, basadas en cuestionarios, asimismo ésta existe para la nueva categoría propuesta de adicción sexual, se llama Sexual Addiction Screening Test o SAST.

La prueba se encuentra y se puede tomar muy fácilmente en el internet yendo a: http://foundryclinicalgroup.com/wp-content/uploads/2012/07/SAST-R.pdf.

La parte más absurda del test consiste en que las preguntas son presentadas de manera equívoca y que las respuestas consideradas diagnósticas son bidireccionales.

Los proponentes de la prueba están tan convencidos de que los resultados de quienes la toman en el internet serán diagnosticados como adictos al sexo, que en el mismo portal ofrecen recursos accesibles para el tratamiento de la supuesta "adicción".

Aquí lo importante es recalcar que no existen criterios formales para establecer un diagnóstico y que la gran mayoría de quienes se consideran víctimas de esta entidad aceptan la etiqueta porque a menudo le proporcionan con un escape de una situación engorrosa.

En la ausencia de criterios validados, establecer el diagnóstico de esta condición se torna en tarea imposible. Aunque el número de profesionales que la "tratan" sigue creciendo a pasos agigantados.

Otra manera de conceptualizar la adicción sexual es la que enfoca en los estándares morales de la sociedad, orígenes de las inconveniencias (en lugar de padecimientos) que sus comportamientos ocasionan a quienes practican el sexo imprudentemente.

Esto se destila a ser:

De acuerdo a las normas comunes, uno nunca debe de masturbarse demasiado, tampoco debe involucrarse en excesivo sexo irresponsable, ser muy infiel a su cónyuge, dedicar demasiadas horas al goce de lo pornográfico, o participar en el sexo casual, y otras consideraciones similares.

De esta manera, la adicción al sexo se convierte en un denominador común de alguna entidad vaga en búsqueda de "cura".

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Dino Valls

Ahora bien, ¿en qué consiste la "cura"?

Por ejemplo, en los programas de tratamiento para la adicción a la heroína, nunca se sugiere que el adicto reduzca su consumo de narcóticos a dos ó tres veces a la semana, como sería con el abuso del sexo.

Para las adicciones verdaderas la abstinencia total es la única respuesta fehaciente.

Aunque, la abstinencia total, no es lo que los terapeutas sexuales recomiendan, porque la abstención total al sexo y la comida, en el caso de la obesidad, son inconcebibles.

Para asistir a los "pacientes" existen grupos de soporte modelados por los de Alcohólicos Anónimos en los cuales se insta a los participantes que admitan su impotencia frente su adicción al sexo y que pidan a una fuerza sobrenatural que interceda por ellos en la eliminación de sus fallas de carácter.

Lo patético acerca de estos programas es que no ofrecen pruebas tangibles de su efectividad.

DSM5

Por razones muy variadas, y por la falta de consenso entre sus comités, DSM5 no incorporó la adicción sexual en su sacrosanto manual, dejando asimismo la obesidad fuera de sus páginas.

Esto representa una acción sorprendente, ya que otras categorías, igualmente ambiguas y absurdas ya se encuentran incluidas.

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Jan Saudek

Veamos una viñeta clínica, como fuera presentada en nuestro programa radial Las Cuatro Estaciones en Radio KOOL FM 106.9.

Kurt: Adicto al sexo y sin otro norte en su vida que no fuera el placer

Nos conocimos cuando se me pidió que actuara como testigo experto para exculparlo de un crimen de pasión cuando lo encontraron blandiendo el Magnum con que disparara la munición mortífera que terminara la vida de su mejor amigo en medio de una inocente trifulca, que tuviera lugar en su habitación. Cuando ambos amigos de infancia celebraban los veintinueve años de Kurt, en medio de una orgía de proporciones desenfrenadas.

El sujeto vivía en uno de los apartamentos que ocupaban los herederos de la enorme fortuna que la familia compartiera y disfrutara por casi dos siglos, lo de la muerte del amigo entrañable marcó el hito que lo forzara a decidir cambiar.

Revisemos el caso

Potentado joven de 29 años, quien admite que su adicción consiste en tener sexo más de 10 veces al día. Lo que le ha costado un trabajo y amigos (y ha dejado su novia, por admisión propia, ¡desgastada!)

Kurt, afirma que, desarrolló una adicción al sexo en su 20s después de la ruptura de una relación amorosa.

Entonces dio rienda suelta a viajar cientos de millas a dormir "con amigos, amigas y extraños".

Aunque nunca admitió una adicción al sexo. Debido a que no tuviera, entonces, necesidad de un diagnóstico conveniente que le proporcionaría un alibi en su defensa. Hoy está convencido de que la 'adicción al sexo (al menos, para él) es un problema grave'

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Como persona, perdió su trabajo, el soporte familiar, y muchos de sus amigos, debido a su lucha con la presunta adicción.

Aunque Kurt no está bajo el poder de drogas o alcohol, sino que más bien es un esclavo a su propia lujuria.

29 años de edad. Admite a una adicción al sexo que lo deja incapaz de mantener sus manos fuera su pareja de cuatro años, la asimismo desinhibida sexual, Lyla.

Administrador ejecutivo, empleado por la industria familiar, el amante Kurt, termina agotando su pareja, al tener sexo más de 10 veces al día en algunas ocasiones y lugares tan improvisados como inesperados.

Pero aún así, está dispuesto a disipar los mitos alrededor del tema y querer que la gente se dé cuenta de que padece de un problema real y no de que sea algo para burlar o para escapar la justicia.

Kurt declara con firmeza que sus ansias sexuales no eran algo común o algo que sus muchas parejas deseaban tolerar.

Dice que, cuando se siente aburrido con el sexo, guarda una colección de películas pornográficas y juguetes sexuales que se cuentan en los miles.

Habiendo, en el pasado, rehusado tratamiento que, sus mejores amigos recomendaron, dijo haberlo hecho, porque le daba vergüenza exponer esa parte de su persona.

Suministrando su historia, reveló que para él presentaba poca dificultad viajar cientos de millas para dormir con desconocidas antes de conocer a su pareja actual.

La pareja con quien hoy vive ha estado junto con él por cuatro años y afirma que Lyla es, ambas cosas, su amante y "terapeuta". 8

Cuando admitiera sufrir de este problema, dice que lo hizo, porque ya no creía que pudiera seguir viviendo bajo las circunstancias. 8

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Habiendo cumplido los 29 años de edad, sus superiores en la empresa de sus labores, pidieron su renuncia en su posición financiera ya que a menudo no iba, o llegaba tarde, al trabajo para encontrar parejas con quienes tener relaciones sexuales.

Siempre ha mantenido la creencia que muchas personas que no se someten a tratamiento formal para esta condición, lo hacen porque creen que los doctores 'no las entienden'.

Kurt dice que es 'obvio', que su nueva compañera era una adicta al sexo por años antes de conocerla. Pero que él le dijo que podrían hablar sobre el tema prohibido y que siempre han estado abiertos sobre éste.

Añadió que permanece 'bastante aventurero' y que alguna vez tuvieron sexo más de 400 veces durante un fin de semana festivo.

La adicción sexual

Se describe como cualquier actividad erótica que se siente está fuera de control para las personas que en ella participan.

Esto puede implicar a relaciones sexuales con otra persona pero también gozando pornografía, masturbación excesiva, visitando a prostitutas o llamando a líneas de chat de sexo.

Los adictos son incapaces de controlar sus impulsos y acciones y por lo tanto, estos causan problemas en sus relaciones, finanzas, y en su vida profesional.

La adicción en sí misma es causada por potentes químicos liberados en el cuerpo durante el acto sexual que el adicto tanto anhela.

Como con todas las adicciones, la mayoría de las personas que dicen tener adicción al sexo habrán intentado detener o limitar su comportamiento en muchas ocasiones, pero a pesar de tratar de hacerlo no pueden confiablemente permanecer abstinentes.

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¿Adicto al sexo?

Signos de adicción al sexo incluyen aumento de irritabilidad, cansancio, hastío, depresión, ansiedad, un impulso sexual reducido con una pareja romántica específica y dificultades eréctiles.

Tratamiento se encuentra generalmente en forma de asesoramiento en uno de los centros especializados que tratan el comportamiento compulsivo.

El tratamiento

En este caso consistió en tratamiento de naturaleza psicoanalítico con sesiones tres veces semanales que duraron tres años.

La anamnesis siempre forma parte esencial del proceso, y en el caso de Kurt con sexualidad precoz que empezara con las criadas que de niño lo cuidaran. Tuvo en la niñez temprana una metamorfosis florida al estilo de Freud quien la llamara polimorfo/perversa.

Sus recolecciones involucraban fantasías eróticas de naturalezas incestuosas, homo y heterosexuales, incluyendo perversiones y parafilias exploratorias.

El tratamiento fue exitoso, involucrando, en ocasión, la presencia de Lyla.

Resumiéndolo

En esta presentación hemos examinado una condición que goza de mucha popularidad entre algunos clínicos pero que posee muy pocas bases para su justificación nosológica.

Que no se haya incluido como condición establecida en DSM-ETC no significa que, con tantos esfuerzos como sus proponentes dedicaran al propósito de lograrlo, que en revisiones futuras del manual, no se hallará contenida. Acompañada por el fármaco que BigPharma decrete será su cura.

Nuestro propósito al presentar esta ponencia ha sido establecer la inexistencia de otra etiqueta psiquiátrica apócrifa y congratular a DSM-5 por una circunspección tan fuera de carácter como inesperada.

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Todavía existen campos que oponen el uso de esta etiqueta diagnóstica por el abuso que ha sostenido por parte de personalidades que la utilizan como método de conveniencia para justificar sus faux pas.

Domine, da mihi castitatem et continentiam, sed noli modo Lord dame castidad y continencia, pero no en este momento (nos decía San Agustín en sus Confesiones, mientras se regodeaba a la visión prohibida de una madre desnuda).

En cuanto a las elecciones presidenciales estadounidenses del annus domini 2016

Estas elecciones a principios del SXXI nos recuerdan de eventos que se supusieron nunca debiesen ocurrir, pero que, sin embargo y de todas maneras sucedieron.

Los candidatos aspirantes a ser candidato para el Partido Republicano comenzaron la gesta contándose en un número de diecisiete pretendientes, a quienes el menos probable de todos, el impulsivo Donald Trump derrotó fácilmente, ganando la nominación a pesar de técnicas de campaña que rayaban en lo lúbrico.

Por su parte, Hillary Clinton y Bernie Sanders libraron una contesta donde el tema central era la venalidad servil de Clinton a los intereses de Wall Street y la sexualidad irrefrenable de su esposo Bill como indicaba (en estilo Tu quoque) Donald Trump.

Los que nos hace pensar que (como antes expresáramos) la presidencia es un cargo superfluo.

Y que, si quizás el sexo puede que no sea adictivo, la política y el poder sí que lo son…

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Eric Fischl Bad boy

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Neuro-adicción y la Neurofisiología del Cerebro en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Mal de Parkinson y Otros Temas en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: La presidencia: Cargo superfluo en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: La Depresión Anancástica y su Importancia Diagnóstica en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Abecedario "L" es por Ludopatía: La Adicción al Juego es Otra Enfermedad en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: El Chisme y la Persona Chismosa en monografías.com y en mailxmail.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: El Libre Albedrío: Enfermedades y las Neurociencias en monogrrafías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Sexualidad, Instintos, Hormonas y Neurotransmisores en monografias.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: La Ninfomanía o "Hipersexualidad": Entidades Confusas en Espera de ser Aclaradas en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Los Hipócritas, el Proxenetismo y sus Dilemas Filosóficos y Morales… en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: El Escotoma Moral y el Enjuiciamiento de los Jueces en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Anorgasmia: Desde el Punto de Vista Darvinista, la Mujer Siempre Gana en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: TOC y el Onanismo de Nando en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: La Pornografía en la Edad de la Carestía: ¿Iniciativa o Crimen? en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: El Sexo Como Función y el Sexo Como Proceso en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Adicciones y Dependencias que Controlan la Vida en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Anorgasmia: Desde el Punto de Vista Darvinista la Mujer Siempre Gana en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: La Neuropsicología del Deseo: La Neuropsicología del Amor en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

  • Larocca, FEF: Lo que hay en uh Nombre: La Anorexia Multilingüe en letras-uruguay.espaciolatino.com y en monografías.com, researchgate.net y academia.edu.com

Esta lección se dedica a la memoria del campeón Muhammad Alí (1942-2016)

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Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca