Algunas consideraciones sobre las clases por televisión (página 2)
Enviado por Eduardo Ordóñez Suárez
Características del medio
Como mencionamos anteriormente, la televisión es un medio de comunicación de masas, que entra a todos los lugares y sitios del país donde esté situado un receptor (televisor), se quiera o no se quiera, y que ejerce una significativa influencia en la audiencia… desde un punto de vista global podemos afirmar que la televisión educa, forma, influye en la cultura social de las audiencias, en las actitudes, en los valores, en los comportamientos, en el pensamiento en la ideología… (Mª Paz Prendes Espinosa. Facultad de Educación, Universidad de Murcia). El televidente solamente tiene que accionar un botón e inmediatamente nos está observando -aunque no sea un alumno de nuestras escuelas-, por lo tanto esto es un aspecto de vital importancia que debe tenerse presente en nuestra preparación y en la presentación de la actividad, por lo que esto nos obliga a prepararnos cada día más y con mayor profundidad. Otros rasgos generales que caracterizan este medio son los siguientes: dispone de un horario y tiempo fijo de visionado, su carácter no repetible y revisable, su difusión a distancia.
Veamos otras características que debemos conocer y tener presentes para obtener un buen trabajo en lo relacionado con la emisión de programas dirigidos a las escuelas.
La televisión es un medio muy eficiente que permite el uso de diferentes materiales de bajo costo, simulaciones, ilustraciones y otras técnicas que pueden ofrecer muy buenos resultados, es bueno recordar que a través de la pantalla se puede mostrar a los alumnos fotografías tomadas de libros, revistas, enciclopedias, periódicos; láminas, esquemas, diapositivas, maquetas, objetos naturales, de igual forma se puede trabajar en el pizarrón, hacer representaciones o dramatizaciones, se puede proyectar de forma total o parciales filmes, se muestran experimentos, se graba en exteriores; de igual forma las emisiones se pueden hacer en blanco y negro o en colores, se introducen sonidos o se suprimen, se logran efectos variados; por medio de la computadora se logran mover los carteles en el momento deseado o se retoman de nuevo, en definitiva las opciones son infinitas, pero lo difícil es su utilización acertada, en el momento preciso y cuando lo necesitan los alumnos.
Se plantea que "… la forma de trasmitir mensajes por la televisión didáctica está condicionada no solamente por la estética o estilo artístico, sino que se modula, se condiciona y acompasa por los principios y leyes didácticos." (Teoría y práctica de los medios de enseñanza de Vicente González Castro), y más adelante nos dice: "El aprendizaje y la enseñanza se produce de acuerdo con leyes objetivas y los principios se materializan de manera concreta en estas leyes generales. Si se violan, podrá hacerse un bello programa de televisión donde muy pocos aprenden realmente. Si se respetan, puede crearse una obra estéticamente valiosa y con la seguridad que un buen número de estudiantes aprenderá sin dificultad". Estas afirmaciones nos condicionan la intencionalidad de los programas educativos, ya sean las teleclase o los programas formativos o de apoyo para los diferentes niveles de enseñanza. Esta condicionalidad presupone que estos programas se deben diseñar de una forma clara y expresa, donde los planteamientos técnicos del medio (televisión) se tienen que supeditar a los didácticos, a lo metodológico, al contenido, siendo esta condición fundamental e inviolable al utilizar este medio con fines educativos.
En este sentido podemos resumir que las ventajas más significativas asignadas al medio televisivo, aplicado a la educación, son las siguientes:
– Lleva la información a lugares apartados o con carencia de profesores especializados.
– Presenta experimentos y demostraciones en aquellos centros con carencia de medios y laboratorios.
– Facilita la participación de especialistas destacados, facilitando la igualdad de oportunidades para todos los que observan el programa.
– Facilita la visita a lugares históricos, museos u otros de características especiales y únicas.
– Reproduce un momento histórico.
– Permite observar de forma detallada fenómenos o procesos físicos, químicos o tecnológicos.
– Ayuda al perfeccionamiento del personal docente de las aulas, al observar estos otros modelos de actuación de docentes.
– Permite la actualización rápida y pareja de nuevas concepciones o contenidos.
– Los bajos costos de producción por alumnos.
También es de suma importancia conocer y dominar a fondo las limitaciones que tiene la televisión para nuestro trabajo, esta posición nos permite realizar una actividad con mayor eficiencia y calidad. Entre las principales dificultades o limitaciones podemos citar las siguientes:
Impide la comunicación recíproca entre profesores y alumnos. Su carácter unidireccional no permite atender las individualidades de los alumnos, de igual forma el nivel de la información se presenta para el alumno medio.
Tendencia a la distracción de la atención.
Coloca al alumno en posición de pasividad, lo que provoca que invierta poco esfuerzo mental para procesar la información que se brinda.
Dificultades con la transmisión y la recepción.
Si analizamos con profundidad cada una de estas limitaciones podemos darnos cuenta del reto que contraen tanto el teleprofesor y el equipo técnico al realizar una emisión de su asignatura, así como el profesor del aula al tratar de minimizar al máximo estas limitaciones, puesto que nunca se podrán eliminar totalmente.
Para ello es importante que el teleprofesor le preste gran atención y conozca con profundidad los recursos técnicos con que cuenta el medio televisivo (que como ya expresamos se supeditan a los didácticos) y que debemos saber utilizar en cada una de nuestras emisiones. Muchos y variados son estos recursos como son: el movimiento de la escena, los movimientos de cámara (paneo, traveling, tilt, dolly, zoom, etc), los elementos de puntuación (la disolvencia, encadenamientos, cortinillas, etc.), las tomas de cámara, la utilización de los sonidos y la música y otros más que mucho nos pueden ayudar en nuestro trabajo.
Si analizamos con detenimiento lo planteado sobre las características del medio, sus ventajas, sus posibilidades, sus limitaciones y sus recursos técnicos nos vemos en la imperiosa necesidad de profundizar en su conocimiento, esta es la única forma que nos permite realizar un trabajo superior y de mayor calidad en cada una de las emisiones, con el objetivo fundamental de lograr que nuestro mensaje llegue a los alumnos de forma amena, agradable, interesante, que despierte la atención, el interés, los motive a profundizar y que vean esta actividad como algo necesario e importante para elevar el nivel cultural.
Es por ello que se hace necesario realizarnos algunas preguntas:
¿Cómo lograr una mayor atención a nuestras emisiones educativas?
¿Cómo evito la pasividad del alumno como espectador?
¿Cómo reduzco la distancia de la comunicación?
Estas y otras preguntas que podemos planteárnoslas debemos tenerlas presentes al elaborar todos los materiales que rigen, planifican y organizan nuestro trabajo como son: la dosificación, las orientaciones a los profesores (material impreso), el sistema de emisiones para una asignatura y los guiones de las teleclases.
Mucho nos ayudaría a darle respuestas a las interrogantes anteriores un trabajo de mesa serio, sistemático entre los productores y los profesores, no solamente entregar los guiones en el tiempo establecido garantizan una buena emisión y una buena teleclase, aquí debe analizarse cada uno de los momentos de la emisión, todo lo que sucederá en el estudio, cómo lo desea el profesor, qué garantiza el productor o qué puede mejorar, cuál será la música, la escenografía, la vestimenta, cómo se realizan las tomas, dónde incluir un plano de detalle o un paneo, en definitiva cómo puede alcanzarse una mayor calidad. Otro momento de gran importancia es el tiempo de edición, el cual nos debe garantizar entre otros aspectos las imágenes que mejor lleven el mensaje que se desea trasmitir, imágenes que deben cumplir con un orden, secuencia y tiempo como cuestión fundamental.
Preparación del docente
Nos referiremos en este aspecto a la preparación del docente que prepara la emisión televisiva y creemos que ésta debe estar dirigida en dos vertientes:
En lo relacionado con la asignatura, el grado y el nivel para el que trabaja.
En lo relacionado con el medio televisivo.
Veamos algunas consideraciones que justifican lo planteado.
Un buen dominio de los contenidos de la asignatura es un aspecto fundamental y de vital importancia para el trabajo en el aula, aun es más importante y decisivo para el docente que pretende transmitir conocimientos por medio de las emisiones de televisión, si en el aula debemos evitar equivocaciones, en este medio no pueden ocurrir, pues además de su complejidad tenemos que tener presente y recordar que no trabajamos para 20 ó 30 alumnos exclusivamente, sino que lo hacemos para muchos espectadores, conocedores o no de la materia, sujetos a la mirada de un auditorio muy amplio, esto y su carácter unidereccional hacen muy difícil las rectificaciones, además el estudio diario y la profundización en la materia que trabajamos, así como los conocimientos del grado nos ubica en posición ventajosa, pues nos proporciona serenidad y seguridad, nos permite tener un margen al enfrentarnos a los imprevistos de las emisiones televisivas, en vivo o grabadas. Conocido es por todos que un buen dominio del contenido de la materia impone respeto y atención.
Importante también es que el profesor no solo profundice y conozca los contenidos que reciben sus alumnos en los grados anteriores y posteriores, cuestión que ha sido ampliamente justificada por grandes pedagogos, a este requisito debemos de incluir la necesidad de ir conociendo y profundizando en el resto de los contenidos que reciben los alumnos en el grado en Geografía, Física, Química, Historia, Matemática, Español y el resto de las materias. Esta consideración nos equipara con los profesores de las escuelas e irá ampliando considerablemente nuestra cultural general.
Anteriormente se planteó sólo lo relacionado con el dominio del contenido y nada sobre el aspecto metodológico, así es, pues es necesario analizarlo por separado. Por su puesto que de igual forma que se exige un dominio del contenido debe tenerse también dominio metodológico, debemos conocer y aplicar lo que nos plantea la didáctica, pero con una característica y matiz diferente, pues nuestras clases no son en el aula, cambia el lugar, el tiempo, la forma, el auditorio, y si conocemos las ventajas y limitaciones del la televisión, y si además conocemos por investigaciones desarrolladas que este medio -la televisión- permite sistematizar, consolidar, motivar y establecer los vínculos entre conceptos, principios y regularidades, entonces estamos en la necesidad de promover nuevas concepciones y planteamientos metodológicos adaptado o planteados para una nueva forma de trabajo, este sería el punto de partida y es por esto que se plantea que "Una buena emisión de televisión al igual que una buena clase debe cumplir cabalmente los principios didácticos. Cómo llevarlos al lenguaje de imágenes en movimientos, sonidos, efectos disolventes es la gran tarea del realizador escolar." (Teoría y práctica de los medios de enseñanza de Vicente González Castro).
Si queremos lograr esta gran tarea, entonces nos vemos obligado también a profundizar en todo lo relacionado con el medio televisivo, que es donde desarrollamos nuestra actividad, o más bien el medio que utilizamos para transmitir conocimientos. El conocimiento y dominio de las diferentes técnicas que se pueden utilizar en las emisiones de televisión, y que ya mencionamos con anterioridad, conjugándolo con los contenidos que deseamos trasmitir y con los principios de la enseñanza, nos proporcionará de seguro la metodología que nos garantice un trabajo eficiente en cada asignatura.
En este sentido quiero detenerme en algunas de las vías que utilizan los teleprofesores para transmitir el conocimiento, en este caso me refiero a la comunicación oral y a los mensajes visuales.
La comunicación oral es el arma fundamental que tiene el teleprofesor para desarrollar su actividad docente y por lo tanto tiene que dominar esta técnica casi a la perfección, ella le garantiza en gran medida que el mensaje llegue a los receptores, para ello se debe cuidar en primer lugar la dicción, esta debe ser clara y precisa, de igual forma se debe utilizar un vocabulario que esté en correspondencia con el personal al que está dirigida la teleclase, sin olvidar que la televisión tiene un auditorio libre. En este sentido no debemos olvidar que la comunicación oral está muy relacionada con la expresión facial, y esto se debe conocer, dominar y utilizar. La felicidad, la inconformidad, el asombro, la ignorancia o la satisfacción se pueden comunicar fácilmente con un gesto, esto quiere decir que debe existir correspondencia entre lo que se dice y la expresión del rostro. En ocasiones hemos escuchado decir a los alumnos que el profesor o profesora de la televisión siempre está seria, no hay expresión en su cara, esta situación le resta calidad al mensaje, ya que disminuye el porciento de aceptación del teleprofesor y por lo tanto lo que trasmite. En este sentido se debe lograr "actuar" con naturalidad, no atropellar las ideas, planificar adecuadamente qué se quiere decir y cómo se quiere decir.
Otro aspecto de vital importancia es el mensaje visual que debe utilizarse durante el desarrollo de las clases televisivas, en este caso nos referimos a los carteles y a las imágenes móviles.
Los carteles deben ser elaborados de forma atractiva, de acuerdo con el auditorio al que está dirigido, no debe atiborrarse de información y reflejar los conceptos fundamentales. Los colores no deben exceder de tres, evitando el uso del rojo y su gama. En las diapositivas, donde se utilicen carteles, se sugiere que se conjuguen el blanco con el negro, azul con blanco, azul con amarillo y verde con amarillo. De igual forma se debe evitar la conformación de letras de varios colores, que en la mayoría de los casos dificulta su lectura. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el tamaño de las letras y el tipo de letra a utilizar, su tamaño debe estar por encima de los 40 puntos y se recomienda el estilo Arial, aunque es posible también el uso de la Comic San MS, y la FUTURA por ser claros sus trazos. Se debe tener cuidado con el uso del movimiento en los carteles y tratar de que todo lo que se sitúe en ellos lleve un mensaje, de forma directa o indirecta y relacionado con el objetivo de la clase.
Las imágenes móviles (películas, videos) que se utilizan en clases deben ser seleccionadas adecuadamente, Debemos estar claro de las imágenes que se deben utilizar, lo que queremos de ellas, lo que necesitamos que los alumnos observen, qué queremos decir y cuándo, qué conocimientos queremos trasmitir, cuál es el mensaje que deseamos. Para ello es importante el uso de las guías de observación, las que están encaminadas a dirigir la atención de lo que se va a observar. En el caso de las asignaturas prácticas se le debe brindar especial atención a las demostraciones que realizan los teleprofesores. Es por ello, por ejemplo, que en la asignatura Educación Laboral la manipulación de cada medio de trabajo está acompañada de una demostración y su explicación, donde se muestra el medio a utilizar, sus partes, su agarre, posición, desplazamientos, usos, fuerzas y otros elementos necesarios. En estos casos es sumamente importante la observación del proceso y su explicación (imagen–sonido) y para ello le debemos dar mucha importancia a los planos cerrados y a la cámara lenta para poder destacar la operación que se realiza. Algo muy parecido sucede en los experimentos de Física o de Química donde es de suma importancia que el alumno observe el fenómeno que se presenta. Para ello se puede presentar el suceso o simularlo.
Generalmente nuestros docentes –como ya dijimos- se deben enfrentar a la realidad de concebir y elaborar el guión de la teleclase, este es un momento sumamente importante en la preparación de la emisión y en la que se define en gran medida el triunfo o el fracaso de la teleclase. Se plantea que "… un buen guión no garantiza, necesariamente, un buen programa, pero es la premisa para lograrlo". (Vicente González Castro. Medios de Enseñanza). El guión de una teleclase debe recoger prácticamente todo lo que debe suceder en el estudio, qué se dice en cámara, qué material fílmico se utilizará, en qué momento se rodará, qué explicación se dará, cuáles planos y en qué momentos se utilizarán, cuál será la escenografía, dónde se utilizará música y cuál será y por supuesto teniendo en cuenta, como ya hemos planteado, que lo técnico se subordina a lo didáctico.
Como han podido conocer la preparación de una teleclase o programa complementario presupone un trabajo serio y arduo por parte de los teleprofesores y técnicos de la televisión implicados en esta actividad y es por ello que algunos especialistas plantean que por cada minuto de emisión se necesita una hora de preparación, teniendo en cuenta que esta preparación no solo recoge el estudio del contenido a tratar sino que se debe considerar también la realización del guión, la preparación de carteles y medios de enseñanza a utilizar en la emisión, el visionaje de los materiales fílmicos, la edición y el trabajo de mesa con el personal técnico.
Acciones en la escuela
El trabajo no puede estar completo si no conocemos y aseguramos las acciones en las escuelas, para que las emisiones educativas sean observadas y que el esfuerzo cumpla su cometido final.
Primero debe garantizarse una buena preparación del docente del aula, teniendo en cuenta que éste seguirá jugando un papel esencial en el proceso de enseñanza aprendizaje, pues las llamadas nuevas tecnologías continuarán supeditadas a la estrategia del docente y la eficiencia de su utilización dependerá en gran medida de su creatividad. En este sentido es interesante tener presente que para utilizar estos medios como herramientas eficientes en el desarrollo del proceso docente-educativo …hemos de considerar la importancia de la formación del profesorado, su cambio de mentalidad, la necesaria innovación en el ámbito del currículo y una evolución general de la escuela hacia modelos más abiertos y flexibles de aprendizaje. (Mª Paz Prendes Espinosa. Facultad de Educación, Universidad de Murcia). En este sentido es fundamental transformar o modificar el estilo tradicional de impartir las clases, esto conlleva a la aplicación de una nueva didáctica y nuevas concepciones metodológicas, presupone nuevos estilos de trabajos en el aula y vencer la resistencia lógica que se le realiza a todo lo nuevo. …De ahí, que el papel que el profesor desempeñe con la televisión , es una pieza clave para asegurar la inserción en la programación de la emisión, de él va a depender proveer un armazón inteligente y la creación de un clima afectivo que facilite la atención y comprensión de lo que se está observando.(Julio Cabero Almenara. Universidad de Sevilla)
En segundo lugar se debe garantizar la posesión del televisor, y después, crear las condiciones técnicas y organizativas que permitan una adecuada recepción de las imágenes, que puedan ser observadas y oídas por todos los alumnos, y para ello se debe seleccionar, como es lógico suponer el volumen, tono, y brillo adecuados antes del comienzo de la emisión, para así evitar molestias o distracciones de los alumnos.
De igual forma se hace necesario seleccionar el mejor lugar para ubicar el televisor, se sugiere que sean en los ángulos y los laterales del aula, de espalda a las entradas de luz para evitar reflejos de luces o claridad en la pantalla y a unos 90 centímetros de altura de la línea de visión de los alumnos debidamente sentados. Se plantea por algunos especialistas que la distancia mínima y máxima al receptor se determina por el tamaño de este, la distancia óptima es el resultado de multiplicar la diagonal de la pantalla por tres (mínima) y por cinco (máxima), entre ambas se encuentra la zona correcta de observación. Otro aspecto, a tener en cuenta, es el de no ubicar en los alrededores del televisor murales o láminas u otros objetos que distraigan la atención del observador. También es importante el papel que debe jugar el profesor en el aula antes, durante y después de las emisiones educativas, por supuesto que debe en primer lugar garantizar la disciplina y la adecuada observación por todos los alumnos de la emisión, pero esto, aunque pueda lograrlo imponiendo su condición de profesor, es mucho mejor cuando lo obtiene preparando al grupo con anticipación, para que sepan hacia donde deben centrar su atención, luego debe respetar la trasmisión sin hacer interrupciones y posteriormente retomar lo trasmitido, aclarar dudas y garantizar la realización de las actividades de continuidad, cuando sean orientadas, de igual forma debe atender las individualidades y evaluar la atención prestada por los alumnos, la calidad de la emisión y su contenido mediante la aplicación de variadas técnicas como pueden ser preguntas orales o escritas, comentarios sobre lo observado, revisión de las libretas u orientación de un trabajo investigativo.
Para que el profesor pueda acometer estas acciones debe tener en sus manos, con tiempo suficiente, lo que se tratará en cada clase televisiva mediante materiales impresos (guías), esto le permitirá prepararse adecuadamente y ser más eficiente en su actividad. Además les ayudará a enseñar a los alumnos a como observar las clases televisivas. De igual forma debe existir la preparación sobre el tema a tratar en la teleclase, esto le ayudará a realizar aclaraciones a posibles dudas, puntualizar contenidos, repetir o aclara un ejercicio determinado recuerden que la teleclase se trasmite en un momento y horario determinado. Conocer adecuadamente la materia y lo que se trasmitirá le posibilita al profesor apoyar el producto televisivo, orientar hacia donde centrar la atención, observar la reacción y los intereses de los alumnos ante lo que se plantea. Significativo es también que los profesores del aula observen con detenimiento el programa televisivo y tomen notas para posibles aclaraciones o desarrollo de las discusiones posteriores.
El triunfo de las emisiones televisivas está en el resultado que se alcance en las escuelas, en lo que aprendan los alumnos, en la apropiación de los conocimientos, y para ello es también muy necesario la retroalimentación que deben tener los teleprofesores sobre lo que sucede en las escuelas, y por su puesto en el aula, esto propicia un enriquecimiento de las emisiones, por lo que debe lograrse este mecanismo de forma sistemática, de igual forma se hace necesario el intercambio directo con los alumnos que reciben las emisiones televisivas, sus inquietudes, sus deseos, sus opiniones y sus propuesta relacionadas con esta actividad son de gran importancia para lograr emisiones amenas, eficientes, que motiven el interés y los deseos de aprender más, de querer conocer más de lo que se explica, que no aburran y desanimen.
Hasta aquí algunas ideas o consideraciones que deseamos expresar relacionadas con el trabajo de las emisiones de clases televisivas, estas son ideas personales, producto de alguna experiencia en el medio, de la indagación bibliográfica y del intercambio con otros especialistas del medio, no obstante sería recomendable realizar algunas propuestas, que aunque no han sido demostradas en este trabajo con la profundidad necesaria, pueden ser analizadas, buscar variantes, tomar partes de ellas o de forma total y demostrar su eficacia o su ineficiencia y entonces estaremos ampliando el campo metodológico de la enseñanza por televisión.
Establecer encuentros periódicos con los profesores y los alumnos de las escuelas donde se analicen y discutan las emisiones observadas en ese período, esto propicia que el teleprofesor mejore su trabajo.
Instrumentar vías que propicien la superación sobre las posibilidades y técnicas que puede brindar el medio televisivo.
Bibliografía
La revolución de la enseñanza. W. Kenneth Richmond. Edición Revolución. 1973.
Medios de enseñanza. Vicente González Castro. Editorial Libros para la Educación. 1979.
Profesión: Comunicador. Vicente González Castro. Editorial Pablo de la Torriente. 1989.
Teoría y práctica de los medios de enseñanza. Vicente González Castro. Editorial Pueblo y Educación. 1986.
Experiencias de televisión educativa en relación con la atención a la diversidad. Mª Paz Prendes Espinosa. Facultad de Educación de Murcia. Instituto de Ciencias de la Educación Universidad de Málaga. 1998. (Artículo).
El guión y su papel para la realización de un producto audiovisual.. Lic. Eduardo Ordóñez Suárez. Dirección TV Educativa. 2004. (Artículo)
Retomando un medio: La televisión educativa. Julio Cabero Almenara. Universidad de Sevilla. 1994. (Artículo).
Autor:
MSc. Eduardo Ordóñez Suárez
Teleprofesor de Enseñanza Media
20 de abril del 2008
Cuidad de la Habana.
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