- Introducción
- Modelo omnicuadrante y omninivel
- Cuadrante superior izquierdo del yo
- Cuadrante superior derecho del ello
- Cuadrante inferior izquierdo del nosotros
- Cuadrante inferior derecho del ellos
- Proceso de la percepción consciente
- Prácticas integrales de evolución
- Conclusión
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Al término de Espacios de la mente, mi quinto libro (no editado), revisaba su bibliografía y me encuentro con El yo evolutivo de M. Csikszentmihalyi y con Una teoría de todo de K. Wilber. Después de releerlos, me di cuenta que el proceso y modelo de evolución de la conciencia, que planteo en el conjunto de mi obra, tocaba transversalmente, de alguna forma, a estos autores.
Entonces, volví a buscar, en mi obra, las semejanzas de los principales temas expuestos por Csikszentmihalyi y Wilber, especialmente en Espacios de la mente, de modo de integrarlos en la estructura que propongo en Ciclo evolutivo. Recordemos, que Wilber plantea, que debiera existir una visión integral de cuatro cuadrantes (yo, ello, nosotros y ellos) y diversos niveles de la conciencia que contuviera todas las capacidades humanas para resolver los problemas y enfrentarse a las circunstancias cambiantes en un proceso evolutivo de la vida. Por su parte, Csikszentmihalyi nos muestra los principios de la evolución y complejidad. Mi obra propone, preferentemente, la práctica de cuatro cuadrantes que contemplan los niveles arquetípicos de la conciencia, las diversas visiones de la realidad, los tipos de cerebros-ondas cerebrales empleados y el despliegue de las inteligencias múltiples. Los dos primeros cuadrantes corresponden a procesos internos (subjetivos) y los dos últimos a procesos externos (objetivos-medibles). A su vez mi modelo del proceso de evolución de conciencia está basado en la aplicación del desarrollo del pensamiento complejo, en una psicología de la complejidad, como se describe en mi obra Cambio de sentido, preferentemente.
Ciclo evolutivo, presenta la visión estructural necesaria para la trascendencia de todos los niveles de la realidad y de los niveles arquetípicos, en correlato con los niveles cerebrales y niveles de inteligencias múltiples (IM).
Considero que este trabajo, primero, puede servir para tener una visión integral de evolución de la conciencia y, segundo, permita posteriormente una práctica de transformación integral para acceder a cambios más allá de las IM y de la estructura cerebral. Para lograr disponer de la visión integral, debemos primero conocer y comprender el sistema (modelo) y, por último, saber que debemos intentar hacer y cómo hacerlo para evolucionar. Sin embargo, con la intención de hacer algo en nuestra conciencia, creo que El ciclo evolutivo cumple en gran medida con este propósito, pues despliega una visión integral de la evolución de la conciencia y las prácticas de transformación integral.
Ciclo evolutivo, emerge con la visión integral de evolución de la conciencia y sus aplicaciones en una práctica de transformación integral, en los ámbitos transpersonales, arquetípicos y complejos de la vida (en trascendencia de los dominios de la inteligencia musical, cinético-corporal, lógico-matemática, lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal, en la perspectiva de las IM de Gardner).
MODELO OMNICUADRANTE Y OMNINIVEL
Tomando como base el modelo de cuatro cuadrantes y de niveles de conciencia de Wilber, de su libro Una teoría de todo, podemos asimilarlo al modelo del ciclo evolutivo que comprende dos cuadrantes individuales, dos colectivos, dos subjetivos y dos objetivos.
Los dos cuadrantes subjetivos son los niveles arquetípicos y niveles de realidad descriptos en el libro Cambio de sentido. Los niveles arquetípicos del YO (cuadrante superior izquierdo) corresponden a procesos de evolución individuales y los niveles de realidad del NOSOTROS (cuadrante inferior izquierdo) a procesos evolutivos colectivos. Por otra parte, los dos cuadrantes adicionales, son objetivos, capaces de ser medidos y cuantificados. Tenemos así, los cambios de estructura cerebral del ELLO (cuadrante superior derecho) y los cambios de niveles de inteligencia del ELLOS (cuadrante inferior derecho).
Cuadrante del YO (superior izquierdo)
Comprende los niveles siguientes:
1.- Nivel arquetípico del sentido de preservación de la vida
2.- Nivel arquetípico del sentido de conservación de la especie
3.- Nivel arquetípico de sensaciones de calor y energía (fuego)
4.- Nivel arquetípico de sensación de purificación (tierra)
5.- Nivel arquetípico de sensación de ahogo y sofocación (aire)
6.- Nivel arquetípico de sensación de paz y tranquilidad (agua)
7.- Nivel arquetípico de sensación de unidad con la humanidad, el cosmos y el universo
Cuadrante del NOSOTROS (inferior izquierdo)
Comprende los niveles siguientes:
1.- Nivel de la realidad presensorial
2.- Nivel de la realidad sensorial
3.- Nivel de la realidad personal biográfico
4.- Nivel de la realidad perinatal
5.- Nivel de la realidad arquetípica
6.- Nivel de la realidad transpersonal
7.- Nivel de la realidad cuántica-cósmica
Cuadrante del ELLO (superior derecho)
Comprende los niveles siguientes:
1.- Nivel neuronal básico (citoesqueleto)
2.- Nivel cerebro de reptil (intuitivo)
3.- Nivel cerebro límbico (emocional)
4.- Nivel neurocortex del hemisferio cerebral izquierdo (verbal)
5.- Nivel neurocortex del hemisferio cerebral derecho (no verbal)
6.- Nivel neurocortex del hemisferio cerebral complejo (neuroplástico)
7.- Nivel postneurocortex (cuántico-cósmico) (inteligencia de enjambre)
Cuadrante del ELLOS (inferior derecho)
Comprende los niveles siguientes:
1.- Nivel de inteligencia cinético-corporal
2.- Nivel de inteligencia espacial
3.- Nivel de inteligencia musical
4.- Nivel de inteligencia lingüística
5.- Nivel de lógica-matemática
6.- Nivel interpersonal-intrapersonal
7.- Nivel transpersonal-cósmica
Hay que considerar, como señala Wilber, que todos pueden alcanzar cualquier nivel en cualquiera de los cuadrantes (arquetípico, de realidad, cerebral, de inteligencia) en forma transitoria, mediante técnicas y herramientas de alteración de conciencia, independiente del nivel que permanezcamos habitualmente.
Cuadrante superior izquierdo del YO:
Niveles Arquetípicos
Existen ciertos indicios que se presentan en el comportamiento humano, tanto en estado de vigilia y sueños, en crisis y enfermedades, como en estados alterados de conciencia, espontáneos o producidos por técnicas de meditación disipativa, que producen algunos efectos fisiológicos y psicológicos o emocionales de forma estructurada, de tal modo, que es posible agruparlos en siete espacios de comportamiento diferenciados o formas de espacios arquetípicos de conciencia.
El espacio arquetípico de conciencia – en un estado alterado de conciencia – comprende experiencias visionarias que van desde sensaciones de desamparo al ser absorbido por torbellinos de viento, huracanes, frío, atacado por animales y ser despedazado por ellos, encerrados y atormentados, pasando a otras formas de sentir calor y energía que recorre nuestro cuerpo, sensualidad, guerras, erupciones volcánicas, siguiendo con imágenes de aguas contaminadas, malos olores, putrefacción, terminando a veces al completarse el proceso en visiones de ambientes acuático, bellezas artísticas y naturales y en secuencias del cosmos y de unidad con el universo.
Así, podemos agrupar siete tipos de espacios arquetípicos de conciencia. El primer lugar lo ocupa el espacio arquetípico de las formas de preservación de la vida EAFPV (individuo). El segundo lugar lo ocupa el espacio arquetípico de las formas de conservación de la especie EAFCE (especie). En tercer lugar, tenemos la el espacio arquetípico de las formas volcánicas EAFV (fuego). En cuarto lugar el espacio arquetípico de las formas terrestres EAFT (tierra). El quinto lugar lo ocupa el espacio arquetípico de las formas eólicas EAFE (aire). El sexto lugar lo ocupa el espacio arquetípico de las formas acuáticas EAFA (agua). Por último, tenemos el espacio arquetípico de las formas cósmicas EAFC (cosmos).
Como puede observarse, los espacios arquetípicos de conciencia, tienen en parte las características que comprenden los cuatro elementos de transformación de la alquimia medieval: aire, fuego, tierra y agua más una visión del universo. Además se inicia el proceso con una toma de conciencia del instinto de la preservación de la vida y de la conservación de la especie. Todos estos espacios pueden asimilarse a la evolución de la conciencia y de apertura de los centros energéticos del despertar kundalini. La experiencia de este proceso tiene como su principal objetivo alcanzar un nivel más alto de conciencia, el samadhi o unión con lo Divino. Al iniciar el despertar de la energía Kundalini asentada en la base de la espina dorsal y desbloquear los siete centros espirituales (chakras), permite también, traer a la conciencia recuerdos de traumas psicológicos y físicos, secuencias perinatales e imágenes arquetípicas. Se manifiestan sensaciones de energía y calor que recorre la columna en forma ascendente y movimientos espasmódicos y torsiones del cuerpo y profundas emociones de variada índole y que pueden llegar al éxtasis. Cualesquiera sean las manifestaciones del despertar kundalini, el proceso en esencia es curativo.
El proceso comienza tomando conciencia de nuestra naturaleza ancestral, de los orígenes de nuestros antepasados primitivos, cuya vida transcurría en un permanente estado de supervivencia diaria, enfrentada a los rigores de la época de las cavernas. Se continúa, con el proceso de experimentar el instinto de conservación de la especie, a través de sentir por los demás, en una identificación plena con la conciencia grupal de la especie humana. Ambos estados son determinantes de las características de la conciencia del cerebro de reptil. El proceso evolutivo de la conciencia posteriormente se tradujo en un salto hacia la conciencia de emociones, que se asocia al cerebro de mamífero. Esto se consigue en la experimentación de los estados emotivos que contemplan la conciencia arquetípica del fuego, tierra, aire y agua. La nueva conciencia, obtenida con el desarrollo de los dos cerebros anteriores, permite alcanzar el último estado de la visión interior cósmica, la holovisión.
Las primeras cuatro estructuras arquetípicas o estructuras primarias, corresponderían a los "niveles de subsistencia" o "pensamientos de primer grado," expuestos en la obra de Wilber. Las dos últimas estructuras arquetípicas o estructuras de orden compleja corresponden a los "niveles de ser" o "pensamiento de segundo grado" en la perspectiva de Wilber. Por último, la estructura arquetípica de las formas eólicas (aire) o estructura de caos es la apertura al acceso a las estructuras de orden superior (complejas).
Cuadrante superior derecho del ELLO:
Sistemas cerebrales
Del 2° al 5º cerebro: de reptil, de mamífero, de humano
Se nos ha enseñado que tenemos un cerebro con sus funciones específicas. En realidad, poseemos cuatro cerebros y cada uno tiene su propia función. Normalmente estos cerebros se coordinan sinérgicamente para producir una respuesta de conocimiento, comprensión, emoción e intuición. En las experiencias siguientes veremos el ámbito en que se desarrolla en mayor medida cada cerebro. Como señala Paul MacLean:
"computadores biológicos interconectados, cada uno de los cuales posee su peculiar y específica inteligencia, subjetividad y sentido del tiempo y del espacio, así como sus propias funciones de memoria, motrices y de todo tipo".
Sólo el Hemisferio Izquierdo, del neocórtex, corresponde al cerebro verbal. El Hemisferio Derecho del neocórtex, el cerebro de mamífero y el cerebro de reptil son no verbales. Así, cada cerebro, con sus propias ondas cerebrales, funciona de diversas formas y usa su propio lenguaje, comunicación y forma de ver el mundo de la realidad.
Dentro de las características que definen los cuatro cerebros tenemos las siguientes:
La descripción verbal, monótona sin pausas corresponde a las funciones del hemisferio Izquierdo del cerebro (intelectual) y, a mi parecer, correspondería a la categoría expuesta de la energía de D. Bohm[1]Forma parte del módulo verbal del Proceso Autonómico[2]
La música e imágenes corresponden a las funciones del hemisferio derecho del cerebro; deviene acoplado al cerebro de mamífero (emoción) y corresponde, a mi modo de ver, a la categoría envuelta de la energía de D. Bohm. Forma parte del módulo periverbal del Proceso Autonómico.
El aislamiento sensorial, silencio y oscuridad define al cerebro de reptil (intuición, instinto); creo desde mi punto de vista correspondería a la categoría del estado del dominio del potencial puro de D. Bohm. Forma parte del módulo de experiencia transverbal del Proceso Autonómico.
El último estado, del vacío de la forma, surge del proceso de convergencia del módulo periverbal y transverbal, o lo que, de acuerdo al pensamiento de Bohm, diríamos, que en el dominio de la inteligencia de comprensión súbita, emergería en el proceso de interacción de la categoría envuelta de la energía con la categoría del estado de energía puro, llegando al final, a manifestarse en la categoría expuesta de la energía.
Hemos visto que podemos considerar que tenemos cuatro cerebros. Sin embargo, pareciera que cada sentido puede ampliar su capacidad más allá de sus funciones conocidas. Así, tenemos las experiencias de visión remota, visión dérmica, audición, olfato y gusto transpersonal, que harían creer que estamos frente a otros cinco cerebros que procesan nueva información. Entonces, los múltiples cerebros nos van dando diversas visiones del mundo de la realidad: sensorial, biográfica, perinatal, transpersonal, arquetípica[3]y compleja. El mundo objetivo en su mayor notoriedad se percibe en el sentido de la visión. A medida que vamos interiorizándonos en los cerebros vamos pasando del nivel objetivo al subjetivo hasta llegar a la fusión objeto-sujeto en el cerebro de reptil. Los cinco (cerebros) sentidos nos muestran los "objetos" fuera de nuestro cuerpo. El sexto y séptimo cerebros (HI-HD) nos introducen a la racionalidad y subjetividad. El octavo cerebro (mamífero) envuelve la experiencia de emoción. El noveno cerebro (reptil) nos abre al espacio inconsciente de la unidad de todo lo que existe. Durante casi toda nuestra vida somos dominados por el cerebro sensorial[4](de los cinco sentidos). Es muy difícil escapar a su influjo. La única experiencia habitual en que se adormecen estos sentidos, es cuando dormimos o meditamos. Entonces, se abre un espacio de la mente que trasciende la realidad ordinaria. Es un espacio de la conciencia (mente) que está conectado con un patrón o proceso arquetípico, que tiene su efecto e influencia en la vida personal del sujeto.
El 1° cerebro: Lenguaje del citoesqueleto
Según Stuart Hameroff:
"existe una enorme actividad de cálculo bajo el nivel de neuronas, y organismos unicelulares como las amebas y paramecios son capaces de comportarse de manera elaborada a pesar de carecer de sistema nervioso. Sin embargo, poseen una estructura conocida como citoesqueleto,[5] que no sólo rige su forma, sino también para controlar su comportamiento. Puede evitar obstáculos y aprender por experiencia. Es capaz de una actividad compleja y sofisticada; sin embargo, no posee ni una sola neurona.
Sin considerar este quinto "cerebro", en la introducción a este capítulo, decíamos que tenemos cuatro cerebros. Sin embargo, considerando el planteamiento de Paul McLean para distinguir diferentes cerebros, cuando:
"cada uno de los cuales posee su peculiar y específica inteligencia, subjetividad y sentido del tiempo y del espacio, así como sus propias funciones de memoria, motrices y de todo tipo".
En una palabra, ver y sentir otra realidad, podemos ir más allá y señalar que existe la posibilidad de evolucionar hacia dos cerebros más, de un mayor nivel cognitivo. Nos referimos al cerebro neuroplástico y al cerebro de inteligencia de enjambre, descriptos a continuación.
El 6° y 7º cerebro: Lenguajes Neuroplástico y del enjambre
La Naturaleza es nuestro mejor maestro y aliado para comprender lo complejo de la vida. Si bien esta característica se muestra en todo el universo, aquí veremos cómo se nos despliega la complejidad en el universo de los seres vivientes.
Para comprender cómo actúan los sistemas complejos en los grandes grupos, observemos qué nos enseña la naturaleza en tales casos. Tenemos grupos formados por cardúmenes de peces, enjambres de abejas, manadas de animales, bandadas de pájaros.[6] Todos ellos se auto-organizan formando un solo organismo. La investigación de estos grandes grupos de insectos, aves, animales y peces ha demostrado que funcionan bajo una especie de inteligencia inconsciente.
Si consideramos que todos los sistemas vivos en alguna medida son sistemas abiertos, sujetos a acoplamiento estructural con su medio, dependiendo el contexto en que se desenvuelve puede considerarse como un sistema cerrado u abierto. Por ejemplo, un ave que está dentro de una bandada funciona como un sistema autopoiésico cerrado que fluye con todas las aves que integran esa bandada como sistema abierto.
Ahora, veamos cómo se manifiesta el misterio del actuar de la bandada. Una gran cantidad de elementos (aves) se autoorganiza como un solo organismo cerrado, un superorganismo, pero acoplado al entorno como una estructura disipativa y guiado por la "intención" de la bandada hasta que se decide terminar el flujo de la bandada. El flujo de movimiento y desplazamiento de la bandada mantiene la estructura de la bandada. Esta estructura tiene la tendencia a mantenerse y se dificulta interrumpirla o afectarla (por un águila que ataque a las aves, por ejemplo) pues desaparece en el grupo el individuo que es necesario percibir para su captura y no mimetizado en el sistema. Además no se destruye el sistema aunque algunas de las partes (aves) sean extirpadas de él. Tampoco se destruye el sistema aunque en algunas ocasiones se desplace más allá de sus bellas formas ordenadas, danzantes, ondulantes y rítmicas como la música. Permanece así ligada como estructura compleja que mantiene su identidad o patrón de organización como grupo o comunidad. Así, por ejemplo los peces, "se mueven ante una orden invisible y misteriosa que los lleva a girar, separarse y volver a juntarse a un tiempo, en una sincronía perfecta y sublime, danzando acompasadamente en un encantado mar azul."
Este proceso de manifestación compleja de los seres vivos se "ve" y se "hace" habitualmente, además de las bandadas de aves, en grupos de peces, hormigas, abejas, murciélagos, búfalos, caballos, reces, que han definido conceptos como manadas, cardúmenes, bandadas, enjambres, etc.
Cada ser vivo que forma parte del sistema autopoiésico funciona por cercanía con el resto de las partes y se deja llevar por el proceso autónomo que se autoorganiza a sí mismo.
Para llegar a comprender toda esta maravillosa actividad de las agrupaciones de seres vivos, comenzaremos a indagar los principios que "mueven" estos superorganismos que, aparentemente son espontáneos e indeterminados, pero que guardan una estrecha estructura que define el proceso y comportamiento caótico pero que se autoorganiza con una riqueza que nos asombra, como si existiera detrás de este comportamiento, una estrategia evolutiva.
De ahí que, si consideramos a los grandes grupos de redes neuronales que funcionan en el cerebro como que tienen un comportamiento de enjambres, la recuperación consciente de la inteligencia inconsciente es asimilable a la inteligencia del enjambre el cual puede considerarse como un nuevo Cerebro de Inteligencia de Enjambre. Sin embargo, para poder desplegar esta red de conexiones, se requiere establecer nuevas rutas o conexiones neurológicas que amplíen la capacidad cerebral mediante la neuroplasticidad cerebral, que permita y facilite la enorme movilidad de la corriente neurológica por todo el cerebro, a la manera de un enjambre.
A fines de los 80 se pensaba en el cerebro como un computador. Se sabe de la neuroplasticidad por estudios con ciegos que comprobaron que el cerebro se organiza de forma maleable y adaptable a los cambios de percepción y acción. Álvaro Pascual-Leone y otros investigadores, en los 90, descubrieron que la estimulación sensorial activa otras regiones del cerebro a los que se creía especializado solo para ciertos estímulos de los sentidos. Demostraron la capacidad del cerebro de "ver" con estímulos de los dedos y oídos, postulando que:
Las conexiones desde estos sentidos hasta la corteza visual ya estén allí, pero que no se usan mientras los ojos hagan su trabajo. Cuando los ojos se cierran entra en acción el mejor método que queda para obtener la misma información.
Como señala Joe Dispenza, el cambio personal necesita un acto intencional de la voluntad. La capacidad natural del cerebro de la neuroplasticidad, de reconectar y crear nuevos circuitos neuronales es equivalente a cambiar nuestra mente, de cambiarnos a nosotros mismos y de cambiar nuestra percepción del mundo, esto es nuestra realidad.
Entonces, podemos concluir que bajo ciertas condiciones el cerebro presenta otras propiedades y señalar que con la atención e intención podemos "construir" un nuevo cerebro adicional, que podemos llamar Cerebro Neuroplástico que tiene la capacidad de experimentar nuevos aprendizajes y movilidad de la inteligencia del enjambre.
Ahora, una de las características del proceso autonómico es que funciona estableciendo nuevas conexiones neuronales (neuroplasticidad) y trabaja en forma de un complejo de movimientos neuronales en toda la corteza cerebral (como un enjambre). Entonces con la práctica del proceso autonómico estaríamos creando o experimentando estos dos últimos cerebros, como un camino de evolución de la conciencia y de transformación y desarrollo cerebral.
Cuadrante inferior izquierdo del NOSOTROS:
Niveles de Realidad
Habitualmente la sabiduría popular emplea términos que sugieren la existencia de diversos mundos: en qué mundo andas; son cosas de otro mundo; regresa a este mundo, etc. En condiciones "normales", el individuo establece la existencia de dos mundos: mundo real e irreal (o imaginario). Sin embargo, un análisis profundo de este ámbito de la realidad sugiere, en estricto rigor, la existencia de más de un mundo de la realidad. Para los fines del estudio de la conciencia, diremos que puede probarse empíricamente la existencia de al menos seis mundos: el mundo de la realidad sensorial, el mundo de la realidad personal, el mundo de la realidad prepersonal, el mundo de la realidad cuántica, el mundo de la realidad transpersonal y el mundo de la realidad arquetípica. La mayor parte de las personas se mueve ordinariamente en los mundos de la realidad sensorial y personal. Bajo ciertas condiciones y circunstancias la persona puede acceder a los otros mundos. Cada mundo, como cada realidad, sólo pueden comprenderse en su propio reino. Así, como el mundo sensorial no percibe los demás mundos, la realidad que presenta, por ejemplo, cada sentido, tampoco tiene acceso a la realidad de otro sentido.
Es bien sabido que una de las características principales de los mundos es que se viven en forma autónoma, no mezclándose entre ellos. Sin embargo, dentro de un mismo mundo se pueden superponer realidades distintas, como por ejemplo, en el acto de comer una manzana, se complementan la percepción visual de la fruta, sentir al tacto su dureza y forma, saborearla al masticarla, oler el aroma que desprende y oír como cruje al romperle un trozo. Sólo en raras ocasiones se mezclan mundos distintos.
Mundo de la Realidad Sensorial
El mundo de la realidad sensorial al que todos estamos acostumbrados, está delimitado por el buen funcionamiento de nuestros cinco órganos sensoriales. Siempre se le ha dado jerarquía a los sentidos, otorgándoles mayor importancia a un sentido que a otro. Ahora bien, quien no tuviera ojos, cómo podría saber la sensación que produce una hermosa puesta de sol; quien no tuviera oídos, cómo podría saber la sensación que produce escuchar el concierto de música de la sinfonía de Beethoven; quien no tuviera olfato, cómo podría saber la sensación que produce la gama de perfumes de las rosas en primavera; quien no tuviera sensación táctil, como podría saber la sensación que produce estrechar el cuerpo de una mujer amada; quien no tuviera sensación gustativa, como podría saber la sensación que produce saborear las comidas. Todos los sentidos son muy importantes y se complementan sinérgicamente. El supuesto básico que sostiene este mundo, es que cada elemento de él es objetivo e independiente. Cada cosa existe por sí misma.
Mundo de la Realidad Personal
Nuestra historia biográfica personal es otro mundo. La realidad personal no es del presente, sino que la memoria e imaginación juegan un rol importante en este mundo. El supuesto básico que sostiene este mundo, es que cada elemento de él es subjetivo e independiente. Cada persona tiene su propia realidad. El mundo de la realidad personal sugiere que existe una identificación espacial en el tiempo. Así podemos clasificar la realidad personal, según sea la distancia en el tiempo de nuestro recuerdo en al menos cuatro realidades: realidad personal inmediata, cercana, lejana y remota. La realidad inmediata, puede considerarse a los recuerdos de horas y días; la realidad cercana, a recuerdos de semanas y meses; la realidad lejana, a recuerdo de años anteriores; la realidad remota, a recuerdos de nuestra juventud e infancia. En estados profundos de relajación se puede facilitar remontarse al pasado.
Mundo de la Realidad Prepersonal
Si podemos recordar nuestro nacimiento y etapas contiguas (perinatales) del proceso de formación de la criatura por nacer, accederemos a la realidad prepersonal (anterior a lo personal). Las matrices perinatales básicas de Grof corresponden al mapa de este mundo al que se puede experimentar en estados profundos de relajación y meditación. El supuesto básico que sostiene este mundo, es que cada elemento de él es subjetivo y dependiente. Cada persona tiene su propia realidad derivada de su experiencia natal. No haremos más análisis de este punto, dado que existe abundante bibliografía que toca los diversos aspectos de este mundo.
Mundo de la Realidad Cuántica
Parece ser, que para acceder a las realidades transpersonales y arquetípicas, debiéramos atravesar primero un campo de experiencias del nivel cuántico, nivel que nos recuerdan los símbolos grabados en las cavernas primitivas que significarían el proceso que experimentaba el hechicero en el inicio del trance, en la oscuridad de la caverna. De las imágenes grabadas, se ha ofrecido, recientemente, una nueva e interesante interpretación: son los signos que delatan el arte chamanístico, procedentes de una mente en estado de alucinación. En el primer estado, el sujeto ve formas geométricas, tales como retículas, zigzags, puntos, espirales y curvas. Estas imágenes, seis formas en total, son brillantes, incandescentes, vívidas y poderosas. En un estado más profundo, se "está con frecuencia acompañado por la sensación de atravesar un vórtice o un túnel en rotación."
Mundo de la Realidad Transpersonal
La realidad transpersonal, en raras ocasiones se manifiesta en forma espontánea. Lo más adecuado, para acceder conscientemente a este mundo, es involucrarse en un proceso continuo y permanente de meditación profunda en las diversas técnicas existentes tanto en las culturas antiguas como los métodos modernos de alteración de la conciencia. El budismo, chamanismo y yoga pueden, por ejemplo, ser caminos seguros para introducirse a estas realidades. Las técnicas holotrópicas de Grof o el método Cread 90, son estadísticamente alternativas concretas para profundizar este ámbito de la realidad.
Mundo de la Realidad Arquetípica
La experiencia en el mundo de las diversas realidades ha demostrado que el mundo de la realidad arquetípica La está estrechamente ligado con todas las realidades. Cuando se presenta una realidad personal, perinatal y transpersonal específica, casi siempre está asociada a algún fenómeno simbólico-arquetípico (cosmos, agua, aire, tierra, fuego, conservación de la vida o especie). Podemos decir que este mundo de la realidad arquetípica es el enlace entre las realidades personal, prepersonal y transpersonal. Puede accederse a este mundo mediante técnicas de meditación. Entre todas ellas, se destaca la técnica del despertar kundalini, proceso mediante el cual se libera la energía dormida en la base de la columna vertebral y comienza la apertura de los centros energéticos (chakras).
Una vez comprendida la existencia de otros mundos y realidades, es necesario involucrarse en un proceso de descubrimiento personal de estas realidades. Para ello, es imprescindible, primero, conocer los mapas que contemplan la estructura de la conciencia que nos señalan los mundos "reales" que visitaremos en nuestra búsqueda interior. Posteriormente, iniciaremos el camino adoptando una actitud y forma de vida (intencionalidad) que facilita el encuentro de estas realidades. Finalizaremos nuestra búsqueda, experimentando con los instrumentos que nos introducen a la realidad cambiante del ser.
Cuadrante inferior derecho del ELLOS:
INTELIGENCIAS MULTIPLES (IM)
El comportamiento humano, en estados normales de vigilia muestra efectos fisiológicos, psicológicos y emocionales de forma estructurada, de modo que es posible agruparlos, al menos, en siete niveles de inteligencia diferenciados o capacidades humanas.
El nivel de inteligencia en que nos encontremos, en un instante, comprende experiencias que van desde sensaciones de capacidades de visualización de las formas, capacidades de sumirse en la música, capacidades de efectuar movimientos corporales, capacidades de analizar lógicamente, capacidades del lenguaje, capacidades de interactuar con otros, capacidades de reflexionar profundamente.
Podemos agrupar siete niveles de inteligencias múltiples (IM) en la conciencia. El primer lugar lo ocupa el nivel de la Inteligencia Lógico-matemática (ILM). El segundo lugar lo ocupa el nivel de la Inteligencia Lingüística (IL). En tercer lugar, tenemos el nivel de la Inteligencia Espacial (IE). En cuarto lugar el nivel de la Inteligencia Musical (Im). El quinto lugar lo ocupa el nivel de la Inteligencia Cinético-corporal (ICC). El sexto lugar lo ocupa el nivel de la Inteligencia Interpersonal (IIP). Por último, tenemos el nivel de la Inteligencia Intrapersonal (ITP).
Podemos observar, que los niveles de inteligencia, tienen en parte las características que comprenden las diversas habilidades o capacidades humanas: empleos de la lógica y lenguaje, percepción de la música y de las formas, capacidades físicas y relaciones interpersonales y consigo mismo. Todos estos niveles pueden agruparse como partes de la Inteligencia. La experiencia de establecer adecuadas combinaciones de estos niveles de inteligencia permite acceder al proceso autonómico de Inteligencia Transpersonal que tiene como su principal objetivo alcanzar un nivel más alto de conciencia, el samadhi o unión con lo Divino.
Considerando las referencias obtenidas de diversas fuentes, podemos señalar que las experiencias involucradas en estos estados "normales" y alterados de conciencia, guardan estrecha relación con las estructuras de la inteligencia manifestadas en la conciencia. Así, podríamos reestructurar la conciencia como conformada por siete capas, estructuras, o niveles de inteligencia diferenciados: ILM, IL, IE, Im, ICC, IIP, ITP.
Los niveles de inteligencia conforman dos grupos representativos del funcionamiento de la conciencia. Así, por ejemplo, podemos dividir un ámbito de Inteligencia Interpersonal que comprende los niveles ILM o IL y de un ámbito de Inteligencia Intrapersonal que contempla los niveles IE, Im, ICC, Esta estructura de la inteligencia se refleja en la inteligencia interpersonal e intrapersonal. Entonces podemos decir, que todos los niveles de la inteligencia Inter e intrapersonal, de alguna forma, están íntimamente relacionados, de manera combinatoria, con los niveles de la inteligencia transpersonal. Así por ejemplo, si en cierto momento combinamos la inteligencia musical con la corporal, se producen efectos en la danza, que refleja nuestra creatividad artística.
Las imágenes, emociones, sensaciones físicas y características básicas que producen las diversas estructuras de la inteligencia son las siguientes:
La primera inteligencia, lógico-matemática (ILM), contempla "el pensamiento científico", es decir, el estudio de las capacidades de deducción y observación del conocimiento y la determinación de un objetivo a buscar o resolver. Se manifiesta en:
El supuesto básico que sostiene este mundo: cada elemento de él es objetivo e independiente. Cada cosa existe por sí misma.
Un estado de reflexión y planificación.
Capacidad para identificar modelos, calcular, formular y verificar hipótesis, utilizar el método científico y los razonamientos inductivo y deductivo.
La segunda inteligencia, lingüística (IL), debe contener un conocimiento de la construcción de frases al mismo tiempo de comprender el conjunto de palabras y relaciones entre las mismas. Se manifiesta en:
La facilidad de comunicar situaciones y "experiencias", de manera expresable en el lenguaje común de estas realidades.
La información mediante un análisis lógico y comprensible al lenguaje formal y estructurado.
Capacidad para comprender el orden y el significado de las palabras en la lectura, la escritura, y también al hablar y escuchar.
La tercera inteligencia, cinético-corporal (ICC), nos permite conocer la corporalidad propia y su movimiento en toda su diversidad. Se manifiesta en:
Capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio.
Utilizar las manos para crear o hacer reparaciones, expresarse a través del cuerpo.
La cuarta inteligencia, interpersonal (IIP), permite comprender la interacción y relación de la identidad propia con la de otras personas. Se manifiesta en:
Compartir la alegría, el temor, la pena y privaciones con un grupo.
Sentir como propias las emociones de un grupo.
Identificación con la conciencia de otros.
Capacidad para reconocer y responder a los sentimientos y personalidades de los otros.
La quinta inteligencia, espacial (IE), persigue conocer visualmente las formas y el reconocimiento de ellas. Se manifiesta en:
Capacidad para presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar y confeccionar bocetos.
La sexta inteligencia, musical (Im), trata de la comprensión musical como medio y fin de la comunicación. Se manifiesta en:
Capacidad para escuchar, cantar, tocar instrumentos.
El séptimo saber, es atingente a la visión interior e intrapersonal (ITP) del individuo como parte de la sociedad y especie. Se manifiesta en:
Percibir y sentir que posee en su interior potencialidades manifestadas exteriormente a través de su comportamiento individual y social.
Meditar, exhibir disciplina personal, conservar la compostura y dar lo mejor de sí mismo.
Proceso de la Percepción Consciente
En Cambio de sentido, vimos lo siguiente. Los sentidos (visión, audición, tacto, olfato, gusto, sinestesia) nos dan una percepción de la realidad, como si participara un objeto externo, independiente de un sujeto observador. No se percibe la participación del sujeto en la creación del objeto observado. Sin embargo, sabemos, por investigaciones de laboratorio, que la experiencia consciente puede ser investigada. Esta experiencia debe abordarse en una situación normal y ordinaria. En esta circunstancia inicial o primer paso, nos damos cuenta que deben existir elementos ocultos a nuestra conciencia ordinaria durante el desarrollo de una experiencia consciente, cualquiera sea ella. Lo que está presente a nuestra conciencia, es una minúscula parte respecto de lo que acontece en forma "invisible". Sabemos lo que vemos y hacemos en una experiencia consciente, tan sólo de una parte mínima del proceso total. Debemos investigar la naturaleza oculta del resto del proceso de la experiencia consciente. En este punto, se puede partir de las investigaciones realizadas por Francisco Varela, de la existencia de etapas en un instante de la experiencia, que definen los módulos de participación del proceso (intención, reconocimiento, sincronización, respuesta)[7]. Hay que destacar, que estas cuatro etapas ocurren en tan solo 720 milisegundos. Es decir, cada etapa no es de más de 180 milisegundos.
¿Qué ocurre en un instante de conciencia? De acuerdo a las últimas investigaciones, sucede un proceso en cuatro etapas. Por ejemplo, para tomar un lápiz para escribir. Primero, enfocamos la atención a una intención de escribir; luego, reconocemos (recordamos o imaginamos) la forma de un lápiz; enseguida, sincronizamos nuestra mente-cuerpo para tomar el lápiz; por último, respondemos tomando el lápiz y termina ese instante de conciencia para comenzar otro, como es el escribir, olvidando el anterior. Así, ocurren infinidad de instantes de conciencia, que se van coordinando en una historia personal. Durante el proceso de la toma de conciencia ordinaria, permanecen ocultas las etapas de reconocimiento y sincronización mente-cuerpo. De lo único que somos conscientes, son la intención y respuesta inmediata. Todo trascurre en un instante del tiempo.
Ahora podemos considerar que las cuatro etapas señaladas de un proceso de toma de conciencia pueden asimilarse a los cuatro cuadrantes de la evolución integral de Wilber. Así, el cuadrante del YO corresponde a la intencionalidad del acto de conciencia; el cuadrante del NOSOTROS se asimila al reconocimiento cultural (creencias); el cuadrante del ELLO se asemeja a la sincronización mente-cuerpo; el cuadrante ELLOS corresponde a la respuesta de nuestro organismo. Así mismo, los módulos (verbal, peri- verbal, transverbal y de interferencias) que participan en la producción del proceso autonómico, también son asimilables a los cuatro cuadrantes de Wilber. Fuera de centrar lo verbal, en la intencionalidad de la meditación, lo mantiene conectado a lo social del cuadrante del ELLOS. La característica del módulo periverbal (alrededor de lo verbal) es que emplea, básicamente, la imaginación de un objeto correspondiendo al cuadrante del YO. El módulo transverbal es una experiencia, donde no hay participación de la palabra que se reemplaza con un estímulo rítmico (como la música) y compartida con el guía, está inmersa en el cuadrante del NOSOTROS. Las emergencias peri-transverbales del reconocimiento de imágenes visuales, con las sensaciones de la estimulación acústica, genera interferencias de impulsos nerviosos visuales y acústicos, que engloban el cuadrante del ELLO.
PRÁCTICAS INTEGRALES DE EVOLUCIÓN[8]
Fuera de conocer la estructura del modelo de evolución de la conciencia, se requiere llevar a cabo Prácticas Integrales de Evolución que permitan comprender y experimentar la transformación y el cambio de conciencia. Para ello, es necesario, como señala Wilber, experimentar los ámbitos físicos, emocionales, mentales y espirituales, tanto en los cuadrantes del yo, de la cultura y la naturaleza.
En el cuadrante del yo, las prácticas integrales persiguen producir cambios de "formas" en el cuerpo, emociones, mente y espíritu. Es decir, como señala Michael Murphy:
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