La Palabra del Señor dice en Lucas 5:3-11: "Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, ''porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron."
Pedro, en esos momentos, era un hombre cansado, desvelado y frustrado. Sacó a luz toda la frustración que tenía, pero de todos modos obedeció.
Jesús puso un reto a ese hombre. Quería darle una ilustración de lo que Jesús quería darle a él. Después de haber visto esto, a Pedro sólo le quedaban dos caminos: Aceptarlo o darle la espalda.
Dios pone retos delante de las personas porque a Él le gusta que le crean. De la misma forma funcionan las redes y los grupos: retos que le creemos y aceptamos a Dios.
El deseo de Dios es multiplicarte
Hebreos 6: 13-19 "Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fuerte consuelo los que hemos acudido para aferrarnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo."
Dios quería darle una promesa a Abraham y refleja lo importante que Abraham era para Dios. Quería multiplicarlo con abundancia, y se lo demostró jurando por sí mismo. Esa esperanza es para que no vayamos de un lado a otro, sino que funcione como un ancla para el alma.
Mientras más intenso es el deseo de tu corazón por algo, más dispuesto estás de darlo todo por ello. El deseo de tu corazón se manifiesta en el precio que pagas por algo.
Debes renunciar a ser pequeño, mediocre y a tener poca gente, pues esto no es lo que Dios quiere para tu vida. El tener cosas pequeñas nunca ha sido el deseo de Dios en cuanto a gente se trata.
Las escrituras nos exhortan a ser de un mismo ánimo con Jesús, y Jesús quería que todos fueran salvos.
Dios está dispuesto a darles multitudes a aquellos que dejen a un lado la pereza y el miedo, y que entreguen su vida por amor a esas almas.
Uno alcanza aquello para lo que se prepara. Si te preparas para cosas grandes, las vas a alcanzar. Si tú descuidas esto, descuidas lo que Dios te quiere dar.
Cuando un atleta compite, compite para ganar; si tú vas a predicar, predica para que todos se conviertan.
En 2 Pedro 3:8-10 dice: "Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas".
Dios está esperando que nosotros prediquemos. Si no lo hacemos, las piedras lo harán, pero Dios cumplirá lo que prometió. Nosotros somos responsables que nuestra aldea sea para Jesucristo.
2 Pedro 3:11-16 dice: "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por Él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición".
Génesis 13:14-17 "Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré".
Dios le hizo una promesa a Abraham, y consistía en que su descendencia sería tan grande, que nadie la podría contar, a pesar que Abraham era ya un anciano y su esposa era estéril. Dios cumplió su promesa, y creó una nación que salió de esta pareja.
Conclusión
Dios ha dejado la misma promesa de multiplicación y prosperidad para ti, si tan solo puedes creer.
Esforzados y valientes
Introducción
Dios le mandó a Josué que para conquistar la tierra prometida y poseerla debía ser esforzado y valiente. Él le dijo: "Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y se muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas" (Josué 1:6-7).
De igual forma, si queremos ganar Guatemala para Cristo debemos esforzarnos con valentía en la visión que Dios nos ha dado. Para que la visión se haga una realidad y no una ilusión, debemos esforzarnos en cumplirla.
La visión es para trabajadores
Dios involucra a esforzados en su obra, Él no llama a vagos. Si tú contrataras a alguien para una obra, ¿a quién escogerías, a un trabajador o a un perezoso? Muchas veces que el Señor llamó a alguien, lo encontró trabajando. Veamos algunos ejemplos:
Elíseo: cuidaba 12 yuntas de bueyes de su padre.
Moisés: cuidaba el rebaño de su suegro.
David: cuidaba las ovejas de su padre.
Gedeón: sacudía el trigo en el lagar.
Pedro: pescaba en su barca toda la noche.
La visión requiere trabajo
Marcos 16:15-18: "Y les dijo: Id por todo d mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". Cada promesa de parte de Dios requiere una acción de parte nuestra. En estos versos nos promete que si creemos, las señales nos seguirán. Dios promete sanidad, pero nosotros debemos orar e imponer manos; Dios promete libertad, pero nosotros debemos echar fuera los demonios, etc. Dios promete entregarnos a nuestra nación, pero requiere que prediquemos.
La unción implica trabajo
Cuando Jesús envió de dos en dos a sus discípulos y les delegó autoridad, los envió a trabajar. Cuando dijo que vendría el Espíritu Santo sobre nosotros y nos daría poder nos dijo que Íbamos a ser sus testigos. La unción implica trabajo esforzado. Si queremos ver más milagros y maravillas debemos trabajar más.
Debemos esforzarnos en la gracia
Pablo le dijo a Timoteo: "Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús" (2 Timoteo 2:1). Aunque vivimos en la gracia, debemos esforzarnos.
Debemos esforzarnos para formar a los hombres y mujeres idóneos que comuniquen el mensaje de salvación a otros y supervisarlos. Se recibe la salvación gratuitamente, pero presentarla a otro requiere todo de nuestra parte.
Detrás de cada ministerio próspero siempre se encuentra un hombre o mujer de Dios que se ha esforzado más que otros.
El éxito de una persona no radica en sus dones o talentos, sino en como trabaje con ellos. El éxito no es una casualidad, es una conquista.
Pablo decía: "Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios". (1 Corintios 3:6)
Trabajo perseverante
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la abra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano."(1 Corintios 15:58)
Sólo prospera aquello en lo que nos esforzamos continuamente. Si hay inconstancia no nos desarrollaremos en algo. Recuerda que la recompensa al buen trabajo es más trabajo, pues quien es fiel en lo poco, es puesto en lo mucho.
La fuente de nuestras fuerzas
Donde hay trabajo habrá cansancio pues vivimos en un cuerpo mortal que se desgasta día a día. Pero Dios nos ha dicho como renovar nuestras fuerzas y poder continuar: reposar en su presencia.
Isaías 40:28-31 dice: "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da fuerzas al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán",
Él prometió dar fuerzas al que no tenía ninguna. El cansancio no debería ser una excusa para no servir a Dios. Si tú te encuentras cansado y agotado, Él dejó palabra para ti. "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" (Isaías 41:10).
Jesús dijo que si estábamos trabajados y cargados Él nos haría descansar, que aprendiéramos de Él que era manso y humilde de corazón y que lleváramos su yugo, que era fácil y ligero. Algunos dicen que el servicio quema a las personas pero no es cierto; lo que realmente desgasta es llevar una vida alejada de la presencia de Dios.
Conclusión
Dios te ha mandado que seas esforzado y valiente para ganar esta nación para Él. Ha dejado palabras de aliento para que confíes en Él y trabajes perseverante en la meta. Si tienes temor o te sientes débil, toma las promesas que ha dejado para ti, y esfuérzate en hacer un buen trabajo.
Alguien consumirá tus fuerzas; en alguien o algo te las gastarás. Puedas pasar tu vida entregando tus fuerzas a las riquezas, al mundo o tus deseos, ó puedes darlas al Señor. Aún la pereza consumirá tus fuerzas. Recuerda que el Señor es digno de recibir toda tu fortaleza.
Soñar no cuesta nada; realizar esos sueños demandará tu vida.
El río de Dios
¿Qué es el Río de Dios?
Es el proceso en el que pasa el creyente desde que se convierte hasta que sea un obrero del Señor.
Se le llama "El Río de Dios" porque el creyente debería fluir Constantemente por éste, siendo cada etapa como un muelle en ese río por el que crece y madura, hasta llegar al mar, en donde se convierte en un pescador de hombres.
El Río de Dios consta de cuatro pasos que son:
1. Ganar
2. Consolidar
3. Discipular
4. Enviar
1. Ganar
La conversión es el primer paso del Río de Dios. Todas las actividades y esfuerzos que se hagan deben ir encaminadas en engrandecer el Reino de Dios a través de nuevos convertidos. La conversión puede darse de distintas formas;
Las más comunes son:
1. Evangelismo personal de cada cristiano hacia las personas de su alrededor.
3. Por las casas en grupos o células.
4. Actividades evangelísticas fuertes al aire libre, cenas o convivios.
2. Consolidar
Consolidar es velar por los nuevos convertidos para que la decisión que han, tomado de seguir a Cristo se afiance y permanezcan en Él. El propósito de todo, cuánto se hace en la consolidación es lograr que los convertidos permanezcan en el Señor y maduren hasta llegar a ser discípulos.
La consolidación consta de cinco pasos:
1. La bienvenida: Es en el momento en que alguien recibe a Cristo.
2. La reunión de consolidación: con el equipo de consolidadores, para interceder, supervisar y distribuir fichas de consolidación.
3. La visita: en las que se vela por sus necesidades, se le muestra un interés personal, y se le enseña el "HOLA".
4. Asignarle un grupo en casa.
5. El Encuentro.
5.1 El Encuentro:
Un Encuentro es un retiro espiritual en el que cada persona experimenta de una forma real y genuina el poder sanador y liberador del Señor, y así es ministrado en cada área de su vida. El objetivo del Encuentro es liberar a aquellos que han estado atados por amarguras, rencores u opresiones del diablo para que puedan servir de todo corazón.
En tiempos de Jesús la gente le seguía y mostraba un anhelo ardiente de servir a Dios, lo que provenía de un corazón genuino y no de ninguna presión. Hubo en una ocasión que un Pastor le preguntó al Señor qué debía hacer para que las personas le sirvieran a Dios de igual forma, el Señor le respondió que hiciera lo mismo que hizo Jesús; que si se les ministraba sanidad y libertad, ellos serían libres y la consecuencia espontánea sería un deseo genuino y comprometido por servir. Así le recordó el ejemplo de la suegra de Pedro, quien cuando fue sana se levantó y comenzó a servirles y el endemoniado gadareno, que al ser libre rogó que dejara seguirlo (Marcos 1:29-31, Marcos 5:1-20). De igual modo, si las ovejas son liberadas de pecados que los mantienen atados de la culpa de sus errores y de las heridas provocadas por otros, éstas, al verse bendecidas por Dios, desean compartirlo con otros, sirviendo a Dios con compromiso y pasión.
De allí que el tema principal del Encuentro sea la libertad y la sanidad, y la consecuencia natural de éste es que se entreguen a Dios y le sirvan. Esta es la razón por la cual somos libres.
3. Discipular
Esto se da cuando alguien está listo para ser formado como discípulo y es el tiempo durante el cual se prepara para llegar a ser líderes de Cristo. Discipular es formar a una persona. Cuando nos convertimos al Señor somos como bebés recién nacidos y debemos crecer en Él y madurar hasta formar el carácter de Cristo. El objetivo del discipulado es convertir a una persona de demandante a ofertante. Esto se hace a través de los grupos de discipulado y la Academia de Líderes.
La Academia de Líderes:
Es la escuela en donde serán capacitados los futuros líderes de células, en doctrina y en principios bíblicos. Consta de cuatro bimestres en los que se imparten más de setenta horas de capacitación y entrenamiento, en una clase semanal, con una duración de una hora y media cada una.
Los temas de los cursos que se imparten en la Academia de Líderes son los siguientes:
1. Principios del Creyente
2. Principios de La Visión
3. Principios de Liderazgo
4. Principios para el Éxito
4. Enviar
Cuando alguien está listo para ser líder se le envía con otra persona como pareja a abrir una célula de evangelismo. Para ello debe asistir a un retiro de Lanzamiento, en el que se le ministran temas de liderazgo y se le dan instrucciones específicas de cómo iniciar su célula. ¡Al llegar a este puerto esa persona está lista para ser un pescador de hombres!
El Lanzamiento:
El lanzamiento es un retiro llamado "Zarza" que tiene por objetivo ministrar a aquellos que serán enviados como líderes de células y delegar en ellos poder y autoridad para ser testigos de Cristo.
Células nuevas
Una nueva célula se abre cuando dos personas son enviadas en pareja a evangelizar y discipular. Aquellos que asistieron al lanzamiento son enviados de dos en dos con instrucciones precisas de que deben hacer y se les ha delegado autoridad para que con el poder del Espíritu Santo vayan a predicar, expulsar fuera demonios y sanar enfermos.
Una vez iniciados los nuevos grupos, éstos comienzan a ganar nuevas personas para Cristo. El ciclo se inicia de nuevo aquí, pues éstos nuevos creyentes comienzan de nuevo en el río de Dios y así continuamos hasta ganar a nuestra nación y el mundo para Cristo.
Convicción, Compromiso y Carácter
La convicción y el compromiso
La convicción que tengamos en algo nos llevará a comprometernos en eso. Nadie se compromete si primero no se esta convencido en lo que se hace. Y el compromiso producirá carácter en nosotros para permanecer y realizar nuestras convicciones.
El apóstol Pablo habló de la convicción que tenía cuando dijo: "estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". (Filipenses 1:6)
Si tengo una convicción, tendré un compromiso. Compromiso es tener una responsabilidad u obligación. Se conoce de lo que estoy convencido por el compromiso que adquiero. Por ejemplo, la convicción del amor a una mujer lleva a un compromiso matrimonial; de igual forma, la confianza en mi salvación conlleva el compromiso de vivir como Dios pide. También sucede así con el servicio a Dios: si estoy convencido de la vocación me comprometeré a servirlo.
Compromiso es una obligación contraída voluntariamente. El amor es un compromiso. La vida sin compromiso no llega a nada. Hay que pasar el invierno para llegar a la primavera de la vida.
Cuando adquiero un compromiso adquiero constancia en lo que hago. Tener, mas no es malo. Dios mismo estableció rutinas como la que hay cada día, cuando sale el sol por el mismo lugar; nuestro corazón y nuestros pulmones trabajan con la misma rutina todos los días, y el día que la rompan sufriremos, gravemente. Igual es en los grupos. Debemos adquirir obligaciones que nos llevan a ser constantes y perseverantes en algo, hasta terminar la obra a la que nos llamó.
La perseverancia y la persistencia son el resultado del compromiso en algo Filipenses 3:12 dice: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús." Pablo no era ya quien debía ser, no era perfecto, pero seguía adelante. Para crecer hay que hacer. El premio se encuentra en la meta, al terminar, no en el inicio. No se llega a la meta sin compromiso.
Tener convicción, compromiso y carácter es comenzar algo, continuarlo y concluirlo. Uno no puede terminar y mucho menos continuar si no tenemos clara la meta. No debemos tenerle miedo a las metas, preocupémonos cuando no las hallemos. Dios es un Dios de metas. El hecho de no llegar a algo no quiere decir que no debamos continuar.
El servicio requiere de carácter
Dios quiere que le sirvamos en medio del trabajo en que nos ocupamos. Para esto se requiere de carácter. Un mensaje equivocado es el que dio el faraón a Moisés: "quieren servir porque están ociosos"; eso es ofrecerle a Dios nuestro tiempo de ocio, lo que nos sobra.
El apóstol Pablo exhortó al joven Timoteo a tener carácter para testificar: "Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo…" (2 Timoteo 1:8-12). Aún cuando Pablo estaba en la cárcel como si fuera un malhechor, su discípulo no debía avergonzarse de dar testimonio de él. De igual forma no debemos avergonzarnos de dar testimonio de nuestro Señor. Estar seguro en el ministerio es estar convencido por Dios de permanecer en una iglesia bajo un pastor hasta el fin.
Pablo sigue diciendo: "Por lo cual así mismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día." (2 Timoteo 1:12). Nuestros compromisos están donde están nuestras convicciones. El apóstol estaba seguro en los momentos de prueba que vivía, prisión y la persecución, y esto le daba plena seguridad y estabilidad en medio de la aflicción.
Pablo estaba tan comprometido en el ministerio que hablaba del evangelio como propio. Hasta sufría por el. El formó carácter en medio de las adversidades. Dios siempre permanece fiel, y tener fidelidad es tener compromiso.
Dios nos forma el carácter a través del compromiso de ser constantes en medio de las pruebas y adversidades. Somos formados cuando llega el momento en que se prueba nuestra convicción. Pablo soportaba por amor de los escogidos. El amor se prueba cuando se soporta por otros, no en medio de los besos o abrazos.
La visión forma carácter. Dios nos forma en medio del trabajo de grupos al tener compromiso en lo que hemos creído. Debemos formar carácter:
Para amar cuando no fui amado.
Para proseguir en medio de tormentas.
Para permanecer en una célula a pesar de los problemas.
Para terminar la universidad que inicié.
Para vivir feliz en un matrimonio, mientras más avanza el tiempo.
Para ofrecer y no demandar.
Cristo nos hace libres de complejos, pero no se compadece de nosotros por ellos. La autocompasión es muchas veces una excusa para no formar carácter.
Gálatas 2:20 dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Cristo nos amó y lo demostró al morir por nosotros. Su compromiso lo llevó a entregarse hasta la muerte.
Pablo permaneció en la iglesia a pesar de la persecución. Las persecuciones llegan solas, no hay que buscarlas. Hay quienes dejan el compromiso y pierden el carácter, pues el compromiso produce carácter. Las adversidades y las pruebas en Pablo formaron carácter en él. El pudo haber dicho que ya no seguía, pero continuó alcanzando las metas. En vez de rendirse dijo: "…he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como Para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:11-13)
A vivir contento en medio de cualquier situación se aprende. En la escasez y en la abundancia se debe aprender que se puede ser feliz.
El Señor formó carácter en Pablo, por eso él pudo decir: "¿Quien nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá; separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 8:35 y 37-39).
A Pablo nada lo separó del amor de Cristo y lo pudo decir porque lo había vivido. Ni los peligros de muerte, ni la persecución, ni el tercer cielo ni nada lo separaron de ese amor porque estaba comprometido con Cristo.
Tener dones y talento no debe impedir formar el carácter ni podemos justificarnos detrás de ellos. Tener carácter es dar el fruto del Espíritu y Jesús dijo que no somos conocidos por los dones sino por los frutos. Los dones son instantáneos, los frutos deben formarse.
Conclusión
Permanecerás en algo según tu convicción. Cuando tú estás convencido de algo, seguramente te comprometes con ello. El mantener un compromiso crea carácter y saca lo mejor que hay en ti.
Si crees realmente en el llamado que Dios te ha hecho, comprométete a cumplirlo. Mientras vas en el camino, Dios formará en ti el carácter que Él quiere y tú necesitas.
La estructura de una célula
Ejemplos de grupos en casa
Una célula de Jesús:
"Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levanto y le siguió. Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publícanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos". (Mateo 9:9-13)
En casa de Mateo, había tres tipos de personas: Jesús, los discípulos y los pecadores.
Las células de los primeros discípulos
"Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". (Hechos 2: 41-47)
Según el verso 42 ellos hacían cuatro cosas:
1. Perseveraban en la doctrina de los apóstoles.
2. comunión unos con otros.
3. En el partimiento del pan.
4. En las oraciones.
Y dice: "el Señor añadía a los que debían ser salvos"
Instrucciones para una célula
Jesús delegó autoridad y después les dio instrucciones a sus discípulos. Cuando Él da poder a una persona le da también las instrucciones de que debe hacer:
1. A quienes debían ir (vrs 5-6) Jesús les dijo a sus discípulos en ese momento que fueran específicamente por las ovejas perdidas de Israel; más adelante, les dio la orden de predicarles a toda criatura. Jesús les especificó a quienes debían ir. De igual forma nosotros debemos saber a quienes predicarles, por eso es recomendable que cada uno haga un listado de su "Amigos", ore por ellos y los invite al grupo. Es también recomendable que cada nuevo asistente sea motivado a que invite a sus amigos o familiares a que asista al grupo.
2. Qué debían predicar (vrs 7): El mensaje de arrepentimiento y perdón. Todo líder debe predicar el bosquejo evangelístico que se le entregue. La prédica debe durar unos 20 minutos y debe concluir en una aplicación y en un llamado. Debe tener una breve introducción, utilizar unas tres citas bíblicas (no es un estudio bíblico) y utilizar ilustraciones.
3. Qué hacer (vrs. 8): Jesús los mandó a bendecir personas, a sanar enfermos, liberar endemoniados, etc… El mundo está buscando lugares en donde encuentren bendición de Dios. Los grupos son para bendecir personas.
4. Que detalles cuidar (vrs 9-10): En los grupos debemos guardar ciertas normas que facilitan el desarrollo de éstos y mantienen saludable la célula:
a) Orden y la limpieza de la casa; guardar normas.
b) Duración del grupo
c) No sea contencioso, ni discuta sobre temas doctrinales
d) Busque apoyo en sus líderes en cuanto a la consejería
e) Orden en la Ministración; no escándalos
f) Ministración: hombres ministren hombres y mujeres a mujeres
g) Debe existir actividades especiales y rotación de casas
h) Atención en el conteo y entrega de la ofrenda del grupo
i) Debe existir noviazgos entre líderes y ovejas, no líderes con inconversos.
5. Escoger un lugar donde hacer el grupo (vrs 11-13): La ubicación de la casa depende de la facilidad de que los nuevos puedan asistir a la célula. El dueño de casa debía ser "digno", y debían orar siempre por esa casa. Cuidar el orden, limpieza y normas del hogar.
6. Nuestra actitud frente a aquellos que dirán que no: Jesús dijo: "Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras," Jesús advirtió sobre aquellos que no los recibiría, los que los entregarían y los que los perseguiría. Pero Jesús les indicó que se sacudieran el polvo de la frustración por los malos resultados y continuaran, porque él nunca nos va a abandonar.
7. Las recompensas para aquellos que si recibirán: Aquellos que si reciben a los discípulos, reciben a Jesús, y aquellos que honran a un discípulo de Jesús no perderán su recompensa.
La estructura de una célula
1. Bienvenida: Un ejemplo es la bienvenida que Jesús le dio a Simón la primera vez que lo vio: lo llamó por su nombre y le dijo que sería llamado Pedro, hablando de la transformación que tendría junto a Jesús (Juan 1:41-42)
2. Visión: Decirla y explicarla, hablando sobre cómo Dios la dio a nuestro pastor y como el grupo pertenece a la Iglesia de Dios de la Profecía Universal (Habacuc 2:2-3)
3. Prédica: Debe ser dada por los líderes de los grupos (2 Timoteo 2:1-2)
4. Llamado: Debe ser claro y directo, invitando a cada uno con amor a que se convierta al Señor. Se debe consolidar. (Romanos 10:13-15)
5. Ministración y oración por las necesidades: (Marcos 16.16-18, Hebreos 2.4)
6. Ofrenda: enseñar a que sean generosos para Dios (Filipenses 4.10, dar la oportunidad para ofrendar)
7. Refacción: Puede darse por turnos entre los del grupo. Algo sencillo, el objetivo es la comunión entre los hermanos (Hechos 2:42-47)
Procure dar testimonios en cada grupo
Puede haber alabanza
Planifique en la célula la próxima reunión
Reportes de grupo
Los reportes son una demostración de la confianza que se nos ha delegado, por lo que debemos entregarlos a tiempo. (1 Tesalonicenses 3:5-6)
Sabemos que se convirtieron 3,000 en Pentecostés, el día que 120 estaban orando en el aposento alto y que se alimentaron 5,000 varones en la multiplicación milagrosa; estos datos están en la Biblia porque a Dios le interesa llevar todo en orden y organizado. Para eso es necesario llevar reportes
Dos son mejor que uno
De dos en dos
Jesús envió a sus discípulos de dos en dos en muchas ocasiones:
1. Cuando envió a los 12 a predicar
2. Después, cuando envió a los 70 a predicar
3. En varias oportunidades envió a 2 de sus discípulos a ejecutar órdenes, como cuando fueron por el burrito y cuando prepararon el aposento alto para la última cena
En la iglesia primitiva vemos que los primeros discípulos también iban de dos en dos:
1. Pedro y Juan, sanando al enfermo en el templo y ante el concilio.
2. Pablo, predicando junto a Bernabé en su primer viaje misionero.
3. Pablo, luego que se separó de Bernabé, siempre estuvo acompañado por Silas o Timoteo.
Dos son mejor que uno
Dice Eclesiastés 4:9-12 que "dos son mejor que uno". He aquí por qué:
1. "Porque tienen mejor paga de su trabajo" Dos trabajando juntos son más productivos. Por eso existen las asociaciones, las sociedades y las fusiones entre empresas y bancos.
2. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante". Se ayudan y levantan mutuamente. Un ejemplo es la ayuda que se tiene en un equipo deportivo; por muy bueno que un atleta sea, siempre necesitará de alguien que lo apoye como equipo.
3. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?". El mejor ejemplo de esto es el matrimonio: una pareja de esposos viviendo de común acuerdo.
4. "Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y el cordón de tres dobleces no se rompe pronto." Hay mayor fortaleza y determinación cuando trabajamos a la par de otro. Aún los policías trabajan en parejas.
Dios dijo del hombre que no tenía pareja: "No es bueno que el hombre esté solo…" (Génesis 2:17). Aún a él le hizo una ayuda idónea.
Bendiciones de trabajar en pareja
1. La presencia de Dios habita en la unidad; "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." (Mateo 18:20).
2. Dios responde a las oraciones de dos en común acuerdo. "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos" (Mateo18:19).
3. Victoria sobre el enemigo "¿Cómo podría perseguir uno a mil, Y dos hacer huir a diez mil, Si su Roca no los hubiese vendido, Y Jehová no los hubiera entregado?" (Deuteronomio. 32:30).
Caminar de común acuerdo
Dice Amos 3:3 "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?" Un acuerdo es un encuentro o ensamble con otro; es la unidad de dos personas en una sola voluntad. Si no hay un acuerdo entre los dos será muy difícil caminar o si lo hacen, será imposible hacerlo juntos.
Caminar con otra persona en el servicio al Señor es cuestión de principios y actitudes correctas. Es el corazón propio el que determina la unidad y compromiso hacia la otra persona. La Biblia nos enseña que actitudes debemos guardar:
Estimar al otro como superior a uno mismo (Filipenses 2:3-4). Si guardamos esto no habrá problema en quien manda o quien dirige.
Romanos 12:9-18 señala varios principios entre los cuales está el amor sincero, la honra y respeto que nos debemos y el hacer el bien sin importar lo que se nos hizo. Guardando esto evitaremos un sin número de problemas.
El acuerdo a la manera de Dios
Mateo 18, nos habla como lograr un acuerdo: orando juntos delante de Dios, buscando su voluntad. (Mateo 18:19-20). Un acuerdo es encontrar la voluntad de Dios para ambos.
No hay acuerdo si no hay arrepentimiento y perdón. El apóstol Pablo dijo que era necesario que hubieran disensiones para ver quien salía aprobado, al ejercer al arrepentimiento y el perdón. No hay cristianismo si no hay perdón, pero éste no se da si no hay errores.
Para que haya acuerdo debemos humillamos y volvernos como niños. El orgullo endurece nuestro corazón para buscar la voluntad de Dios. La unidad de la pareja se refleja en el grupo y en la red. Dios bendice donde hay acuerdos.
Formas equivocadas de un acuerdo
Evitar el conflicto huyéndole a éste. No hablo de los problemas porque creo que se harán mayores y prefiero evitarlos.
Hacer concesiones mutuas: "Ni tu, ni yo". Esto no es llegar a un acuerdo, pues aunque deciden sobre algo no están en el mismo ánimo ni son de un sólo corazón. Aparento el acuerdo y mantengo mi postura, pero negocio con el otro para hacer mi voluntad.
La ley del más fuerte, quien se impone sobre el otro.
Usar la manipulación, otorgando beneficios al otro a cambio de hacer lo que yo quiero que se haga.
Lógica contra la emoción. Se impone la voluntad de aquel que presente los argumentos más lógicos. Si bien es cierto que la madurez se refleja en la sensatez, no es correcto imponer la voluntad propia porque tengo puntos más intelectuales u objetivos que otro.
Los "mitos" sobre trabajar con una pareja
No hay "pareja perfecta"; la unidad y comprensión son reflejo de sanas actitudes hacia la otra persona.
La unidad y amistad es necesariamente el ensamble de dos personalidades que encajen. Dios puede moldear el temperamento de cualquiera y debemos tener un buen corazón para comprender y relacionarnos con otro.
¿Quién de los dos decide? Esta es una pregunta que usualmente cruza por la mente. La actitud correcta es estimar al otro como superior y ejercer con responsabilidad mi trabajo. Cuando estamos preocupados por quién manda, probablemente tenemos orgullo o deseos de ser el mayor. Recordemos: "quien quiera hacerse el mayor, será vuestro servidor"
Relacionarnos con otra persona hace que salga a luz lo mejor y lo peor de uno. Por lo que debemos saber dar el enfoque correcto a esto: Dios está permitiendo que seamos formados a través de otro (Proverbios 27:17)
El ejemplo de Jesús y el Espíritu Santo
El Espíritu anunció varias veces la venida del Mesías a través de profetas, y cuando Jesús vino habló sobre el derramamiento del Espíritu Santo.
Jesús esperó a que el Espíritu lo llenara para iniciar su ministerio, y éste lo ungió para realizar milagros, maravillas y señales.
Jesús vino al mundo al ser engendrado por el poder del Espíritu, pero dijo que convenía que Él se fuera para que viniera el Espíritu Santo.
Jesús es quien derrama al Espíritu Santo y éste lleva al hombre a exaltar a Cristo.
El Espíritu guía al pecador a recibir a Jesús y una vez se convierte, Jesús lo bautiza con el Espíritu Santo.
Ambos hablaban lo que oyen decir al Padre.
Ambos interceden por nosotros delante de Dios
Ambos son llamados nuestros consoladores.
Ambos habitan en nuestro corazón.
El poder de las ofrendas
En Mateo 6:2-4 dice: "Cuando, pues, des limosnas, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público".
¿Ayunar y orar tiene sus recompensas? Sí. Dar también. Ahora bien, ¿hay algo de malo en esperar recompensas? No, Jesús mismo enseña que debemos esperar la recompensa que el Padre tiene para nosotros. ¿Alguna vez has orado o ayunado sin ningún motivo? ¿Has dado sin ningún motivo? El Padre conoce las veces que has dado, sembrado o diezmado con fe, el ingrediente indispensable para que él derrame bendiciones sobreabundantes por lo que tú le das.
Debes tener presente que la prueba no es cuando das, sino cuando recibes la cosecha, es decir tu recompensa. Porque cuando te desprendiste te quedaste sin nada, diste lo que tenías y cuando Él decide recompensarte con una medida buena, apretada, remecida, rebosando y te da más de la medida con la que tú mediste, la prueba es mayor.
Aprende que toda siembra trae una cosecha y la negligencia la puede echar a perder.
El Salmo 20:1-4 dice: "Jehová te oiga en el día de conflicto, el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envié ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo."
C u a n d o eres un ofrendador y estás clamando por ayuda, necesitas y quieres que Dios sostenga, tienes que estar confiado y quitarte los prejuicios de la cabeza decirle: ¡Señor, has memoria de mis ofrendas, acéptalas y dame conforme al deseo de mi corazón! Dios no dudará en decirte: ¡claro que sí!
En Hechos 10:1 dice: "Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, cómo a la hora novena del día, un ángel de Dios entraba donde él estaba y le decía: Cornelio. Él, mirándole fijamente y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y Tus limosnas han subido para memoria delante de Dios".
La Biblia nos comprueba cómo las ofrendas se quedan aquí para administrar el reino y suben al cielo para estar delante de Dios.
El verso 5, dice: "Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro".
Dios empezó a tratar con Pedro para que fuera a la casa de Cornelio y no se negara a ir con los hombres, les predicara la Palabra; antes de que terminara el sermón cayó el Espíritu Santo y bautizó a los gentiles. Todo por un hombre que daba y oraba; y a quien el ángel se le apareció y le dijo: "Tus oraciones y tus dádivas están delante de Dios para memoria". Nuestras dádivas hacen que se nos recuerde en el cielo.
En Marcos 14:3 dice: "Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre la cabeza".
Las ofrendas en ocasiones provocan que alguien más se enoje, pues lo que para unos es una buena obra, para otros es un desperdicio, depende de quien la mire. Si tú ofrenda la sometes o la pones a discusión con los demás, puede que la califiquen como un desperdicio o te desanimen para no darla, sin embargo si le consultas a Jesús él te dirá que su Padre tiene una recompensa para ella.
Verso 7: "Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien, pero a mí no siempre me tendréis. Ésta ha hecho lo que podía, porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que donde quiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella."
Con esto Jesús está diciendo que todos los predicadores, sin excepción, tenemos la obligación de enseñarle a la gente lo que la mujer hizo: despojarse de algo con un precio muy alto para entregárselo a su Señor, lo mejor que ella tenía se lo entregó a Jesús.
Dios sabe las veces que has dejado de dar, de diezmar y de sembrar, sin embargo tiene más memoria de las veces que siembras y que entregas lo mejor que tú tienes con la convicción que él se encargará que recibas tu fruto.
Los Cuatro enemigos
Introducción
En nuestra relación con el Señor hay varios enemigos que se interponen entre Dios y nosotros. Ahora identificaremos cuatro enemigos y veremos la solución que nos da la Biblia para vencerlos.
1er. Enemigo: satanás
Efesios 6:11-12 dice: "Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".
El enemigo más común para las personas, crean o no en Jesús, es satanás y los demonios, por lo que debemos aprender a luchar contra él. Aunque es el principal enemigo, tampoco debemos caer en pensar que es el que tienen la culpa de todo.
Debemos creer que todos los demonios se sujetan en nombre de Jesús. Jesús dijo que todo lo que atamos en la tierra es atado en los cielos. Si atamos al hombre fuerte podemos saquear su casa.
"He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará." (Lucas 10:19)
Mientras mantengamos la confianza de que en el nombre de Jesús todo demonio se sujeta, el diablo no nos puede dañar. Por los frutos se conoce a las personas, pero también por su autoridad. Una de las maneras de saber que nuestro nombre está escrito en los cielos es cuando los demonios se nos sujetan. Jesús delegó la autoridad para echar fuera demonios a sus doce: "Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia" (Mateo 10:1).
En el pasaje donde Pedro le habla a Jesús y éste le reprende, era Satanás el que impulsaba a Pedro a darle ciertas ideas, Jesús le dijo "apártate de mí, Satanás" Satanás usó a una mujer para hacer caer al primer hombre Adán. Usó a Pedro para intentar hacer caer al último Adán. Pedro es figura de la iglesia, la esposa. Pero el último Adán no cayó. Si Pedro hubiera tenido el discernimiento correcto no hubiera llegado al momento de que Jesús le dijo "apártate de mí", sino él se lo hubiera dicho y Satanás se hubiera ido. El diablo hace caso al nombre de nuestro Señor Jesucristo.
2do Enemigo: la carne
Cuando el diablo va a tentar a alguien, lo tienta en cuestiones de su propia carne. Gálatas 5:16-17 dice: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis".
Este pasaje no dice "no tengáis deseos carnales", pues esto es imposible; lo que nos corresponde es no satisfacer los deseos carnales. No es más santo el que menos deseos de la carne tenga, sino el que menos los satisfaga. Cuando no lo hacemos, crecemos en dominio propio. Cuando satisfacemos los deseos de la carne, nos volvemos contra el Espíritu; entonces ya no sólo es nuestra enemiga, sino del Espíritu también.
Siempre vivimos haciendo lo que no queremos, pues al agradar al Espíritu, la carne se queda inconforme; cuando agrado a mi carne, el Espíritu se queda inconforme. Si damos fruto del Espíritu, se hace morir la obra de la carne.
Romanos 8:5-9 dice: "Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros."
Este pasaje no está hablando de conversos e inconversos, sino a hijos que son carnales. La carne no se sujeta; no puede. A la carne no se le puede reprender ni echar fuera, pues no es demonio. A la carne se le sujeta, y esto se logra haciendo morir las obras de la carne todos los días a través de satisfacer los deseos del Espíritu.
3er. Enemigo: el mundo
"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". (1 Juan 2:15-17)
Aunque estamos en el mundo no pertenecemos al mundo. No sigamos, pues, la corriente de éste mundo. No debemos amarle ni dejarnos seducir por el, pues es pasajero. Pero los que creen en su palabra y hacen su voluntad, la cual no pasa, permanecen para siempre junto con ella.
Jesús rogó no porque fuéramos quitados del mundo, sino porque fuéramos guardados del mal. (Juan 17:15). Cuando nacemos de Dios y le creemos, vencemos al mundo: "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5:4).
1 Juan 4:4-6 "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios…"
4to. Enemigo: uno mismo
Pablo le dijo al joven Timoteo: "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren" (1 Timoteo 4:16).
El "Yo" es un enemigo de uno mismo. La Biblia dice que el corazón es engañoso y perverso, ¿quién lo entenderá? Por eso debemos auto disciplinarnos y ejercer dominio propio. Mucha gente juega su propio juego, le echa la culpa a todo, y se engañan a ellos mismos. La Biblia habla que nos podemos engañar a nosotros mismos (Jeremías 37:9, Gálatas 6:7); por esto, debemos tener cuidado.
Si ya te conoces a ti mismo, entonces cuídate de tí. De ti mismo nadie te puede cuidarte más que tú.
Conclusión
A Satanás se le vence con fe en el nombre de nuestro Señor Jesús; las obras de la carne desaparecen al no satisfacerlas y obedecer al Espíritu; el mundo es vencido a través de nuestra fe, y a nosotros mismos, cuidándonos para no ser engañados por nosotros mismos.
Adaptado por
Joel Ching Meletz
Autor
Nabel Rodriguez
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