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La naturaleza de la riqueza (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Demostramos que un capitalista es capitalista desde antes de poseer y explotar un medio de producción, porque esa condición se la otorga la propiedad sobre el medio de consumo el capital como dinero al que usa mediante su función principal la de medio de pago, a través de la cual obtiene en propiedad ése medio de producción, al que utiliza con el único fin de seguir acumulando dinero, su función secundaria, dinero que a su vez, puede volver a usar en su función principal, y así sucesivamente. Es lo que llaman un "círculo virtuoso", al que sólo acceden unos pocos y cada vez menos. Eso también explica por qué el enriquecimiento se concentra en un grupo minúsculo, permanente y necesariamente más pequeño. Como conclusión: el capitalista es capitalista por poseer el dinero, como principio y fin de su vida, y no solamente por poseer el medio de producción.

Con la implementación del indev mejorarán los ingresos, se venderá y se comprará de una manera y un nivel nuevos, se recaudará más y se preverá el futuro mediato e inmediato mucho mejor. Pero también permitirá planificar con seguridad las inversiones; inutilizará definitivamente la acumulación o acaparamiento de mercancías y del propio dinero; y, particularmente, se evitará la anarquía causante de todas las crisis, hija de esa posesión en privado que permitía modificar caprichosamente su valor, al darle uno concreto, evitando el mal mayor: la especulación.

El artificio místico

Estemos dónde estemos, dentro de casa o fuera de ella, miremos a dónde miremos, sólo veremos dos clases de cosas u objetos: los naturales y los artificiales. Los naturales son los creados por la naturaleza, los artificiales son aquellos objetos que, generalmente basándose en otros de origen natural, el hombre los transformó a través del trabajo para su mejor uso, provecho o beneficio.

Una ventana es artificial, no existe en la naturaleza, pero está hecha de madera y vidrio, ambos derivados de cosas naturales: los árboles y la arena.

En cambio, las creaciones artificiales puras, no basadas en materias naturales, son de invención exclusiva del hombre. El arte, por ejemplo, en cualquiera de sus ramas, es su acto creativo supremo. La religión, cualquiera de ellas, es otro acto creativo puramente humano, para algún superior al arte, para otros no tanto. Las creaciones de este tipo cumplen una función, un cometido que no podemos definirlo como exclusivamente económico, sino que tiene fines diferentes, ya demasiado complejos para tratarlos en este escrito. Diremos que no integran la economía, en su sentido más radical.

El dinero, en cambio, es una creación humana totalmente artificial que no ha cumplido con su objetivo, este sí, puramente económico. El hombre lo inventó para facilitar sus relaciones económicas, aunque podemos adelantar que, en última instancia, las ha dificultado. La humanidad lo ha pergeñado, ha sido su madre y él se le ha vuelto en su contra. Algo así como un Frankenstein de níquel, un monstruo de papel. No podemos siquiera imaginarnos una cifra aproximada de las vidas que se perdieron por él, desde que se inventó, aunque podemos asegurar que todas fueron vidas segadas inútilmente.

Ninguna moneda del mundo tiene un valor concreto o definido. Sin embargo sus dueños cobran por su uso, y a buen precio. A esto justamente, a lo que comúnmente se le llama interés, es a lo que ellos llaman valor o precio del dinero. Aparentemente entonces, el valor del dinero estaría dado por lo que se cobra por usarlo. Así el valor de una moneda sería del 6% anual, digamos, lo que en realidad no significa nada. No define el valor del dinero. Porque no lo tiene.

Sabemos y aseguramos que ninguna moneda del mundo tiene valor en sí misma. Como ejemplo el dólar, que es la rueda cuadrada de la economía. A través de él se mide toda la economía mundial. Es más, se mide el valor de casi todas las otras monedas del mundo.

¿Qué diferencia hay, para una persona cualquiera, inocente de toda inocencia, entre un dólar en billete de origen oficial un "federal note" y un billete falso, no oficial, pero tan bien hecho como para no distinguirlo? La diferencia no está en su definición no la tiene está en su condición: uno es verdadero, el otro falso; uno está impreso en la "maquinita" oficial, el otro no. Pero ambos son lo mismo: papel entintado. Los dos representan lo mismo: nada.

Todas las particularidades del dinero actual –especialmente las negativas- son demasiado reales, demasiado crudas, como para dejarlas seguir existiendo. El indev las elimina porque con él esa necesaria ocurrencia que se nos debía ocurrir, ahora ha ocurrido. Con el indev hemos redondeado la rueda.

Dinero, maldito dinero

Cualquier mercancía que sea aceptada ampliamente en una sociedad como medio de pago y medida de valor de los bienes y servicios. Como medio de pago, el dinero es el objeto que se transfiere entre las partes cuando se efectúa un pago.

El dinero sirve también como unidad de cuenta, lo que supone la existencia de un sistema abstracto a través del cual se mide el valor de los bienes y servicios.

Un sistema de medida del valor es prácticamente una precondición para fijar el valor relativo entre las diversas mercancías y para efectuar las complejas transacciones que se producen en una sociedad moderna. A través del mismo se fijan los precios de cada uno de los bienes y servicios y se pueden realizar los intercambios entre los agentes que concurren a la producción y el consumo.

El dinero de hoy, tal como lo conocemos, es y debe ser necesariamente una mercancía en propiedad de unos pocos, esto es, escasa. Nació con forma y contenido de mercancía porque era físicamente una mercancía: el oro o la plata, según el caso. La moneda fue en una época una mercancía, pero desde el tercer tercio del siglo XX ya no lo es. El indev tampoco, puesto que esa característica ha sido un avance en su desarrollo. Que el dinero no sea una mercancía es una virtud, no un vicio; una mejora, no un defecto.

El indev tendrá un respaldo (entre otros), que no sólo no es escaso sino que es abundante y que cada día aumenta más: el hombre. Se respalda en el hombre y su actividad, su trabajo, su conocimiento, en fin, su capacidad transformadora y creadora, en su inagotable energía, y en los frutos de esa actividad.

El ciclo económico nos enseña claramente que ningún país necesita de capitales externos para posibilitar el desarrollo de su economía. No necesita en absoluto de ese tipo de inversión, ni del ahorro con ese objetivo. La propia sociedad que utiliza el sistema económico del ciclo, mide su riqueza mediante una moneda que le es propia. Y abundante. Que exige la no existencia de costos derivados por sus usos, porque es el propio uso de ella el que la aumenta. Cuanto más se usa más se respalda; cuanto más se utiliza más se valoriza.

La falta de capitales que sufre un país se debe, principalmente, por no considerar su propia riqueza como fuente de ellos. Sin embargo, los prestamistas saben bien que obtendrán los beneficios que esperan, mediante la inversión en la explotación de la riqueza de los países pobres. Éstos la tienen (siempre la han tenido) pero no la ven. Nunca la han visto; por propia ceguera o porque se la ocultan quienes tienen la intención de que no sea vista.

Con el indev nunca hay deuda de ningún tipo entre distintos países ni con particulares extranjeros. Una razón es porque ningún país que lo utilice necesita de inversionistas para que sus dineros les generen nuevos dividendos, que siempre son utilizados para reinvertir, invariablemente, en su único beneficio; dos, porque no existe la especulación, que es el motivo de ellas, y tres, no se necesita un capital inicial cuando éste ya existe en una cantidad tan abrumadora que vuelve inocua la inversión extranjera.

Análisis por: Tablante Génesis

Indevaluable, previsible, constante, consecuente

El indev cumple la misma función que el dinero, por lo que también es dinero. Mantiene la misma forma (billetes, monedas, tarjetas, cheques, etc.) El indev es una moneda que "pesa" una magnitud de riqueza conocida y él mismo representa una porción de la riqueza que mide. El indev tampoco. Es más, una pesa puede ir perdiendo una poco significante masa con el correr del tiempo; el indev, sin embargo, va aumentando su valor intrínseco día a día.

Es la unidad con la que se mide la riqueza de una sociedad. Otra forma de establecer el indev es diciendo: un habitante debe recibir 10 indevs por día para alcanzar una vida digna, que le permita ir satisfaciendo sus necesidades primarias; esa cifra, a lo largo del año representa un granindev. Hemos utilizado y seguiremos usando la palabra indev indistintamente para referirnos a una u otra de dichas unidades.

El metro mide distancias, el indev mide riquezas. Mientras que para la definición del metro se utilizó la distancia que recorre la luz en el vacío durante un período definido, para el indev se usa la magnitud de la riqueza que una sociedad debe generar y poseer para permitir el bienestar mínimo indispensable de un habitante durante un período definido. La unidad cotidiana establece ese período en un día; la gran unidad lo establece en un año.

Decimos que cada habitante, sin importar diferencias de ninguna índole, debe recibir 10 indevs diarios, como mínimo, para garantizarle el bienestar. El granindev queda establecido de esa forma como una cifra fija, rígida, inmodificable, que no acusa ni recibe los posibles aumentos de la otra unidad, la común.

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Un granindev es, entonces, el valor anual del bienestar de un ser humano. El valor del dinero se concreta en el hombre. Si un bien cualquiera tiene un precio de venta (costo de compra) de 2I, al aprehender esa cifra estamos concretando el concepto de que ese bien tiene el mismo valor que el bienestar anual de dos habitantes de carne y hueso. O de otra manera, si una mercancía tiene un costo social de producción (precio) de 10i, su valor es el mismo que el bienestar diario de una persona.

Lo importante es darle al indev una definición convencional: un indev es la décima parte de lo que un habitante debe ganar por día para alcanzar un bienestar mínimo; un granindev es equivalente a 3650i, siempre, sin importar la magnitud del ingreso natural diario establecido.

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Hoy en el mundo existe una enorme variedad de "bienestares mínimos", pues estos están relacionados al nivel de los precios y al poder adquisitivo de cada país; al costo de vida o nivel de vida de cada uno de ellos. Aquí mismo vemos una de las nuevas posibilidades que nos brinda el indev: la capacidad de comparar entre esos diferentes "bienestares mínimos", al utilizarlo como patrón de medida y comparación, su función principal.

El indev (la unidad común) permite que, una vez definido, exista la posibilidad de variarlo, de adaptarlo a las nuevas condiciones económicas. Pero no es necesario variar el monto del granindev (la unidad macroeconómica), pues es tan inútil como variar la masa del kilogramo, o la longitud del metro mientras están en uso. Nada de eso modifica el valor de la unidad macroeconómica: el bienestar anual de una persona. El indev es así un patrón de medida, fijo, como debe ser. A través de él se calculan los valores de todos los módulos que componen la fórmula del ciclo económico por período: H = (N + A) . T. Esa cifra H es la que nos indica cuánta riqueza posee el país o la zona en cuestión en un período dado. Y ése es el respaldo concreto, determinado y específico de la nueva moneda; la magnitud de H representa el "capital" con que empezaremos a mover toda la economía, el que nos permite asegurar que los sueños del hombre ya no son imposibles.

Ese respaldo confirma su indevaluabilidad, la que asegura su estabilidad y la posibilidad de acrecentar cada ingreso natural período tras período, puesto que los módulos que componen la fórmula siempre van aumentando. En tanto que utilizaremos la fórmula en la forma más sencilla R = N + A (uno de los factores de la fórmula anterior) para calcular el estado de la economía en una forma más frecuente.

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Cuando se suma o adiciona la cantidad de habitantes de una zona a la de su tierra cultivable, de sus minerales extraíbles, de pesca explotable, de aire respirable, de agua bebible, a los seres que hoy la habitan y a los nacimientos de todo tipo de ser –humano, animal, vegetal- que existen en un momento dado en una zona dada, se obtiene la riqueza natural, el módulo N, el "combustible" del motor de la economía. Ésa es una cifra perfectamente cuantificable, medible, comprobable. Ésa cifra es la riqueza original, el respaldo inicial, el basamento esencial de la riqueza. Y del indev, que en ella se apoya y descansa. El consumo o el usufructo de un bien es un acto de una importancia radical para la economía: no sólo les otorga esa forma definitiva que no poseían y que es fundamental para el cálculo del valor de la riqueza propia R, sino que por sí misma fundamenta y le da la razón de ser a todo el trabajo social, representado en cada ciclo económico. Así, hace que la magnitud de H, la riqueza de todos, sea aumentada. La destrucción de riqueza natural N que se realiza a través de la extracción y que el trabajo del productor-extractor transforma en materia prima (árboles en leña o madera, animales en carne o piel); que a su vez el trabajo del productor-industrial transforma en productos (trigo en harina, piel en vestimenta) y éstos en mercancías al alcanzar la etapa de la comercialización, cada una de estas formas terminan siendo, todas y cada una, el componente de la cadena productiva de la sociedad, que posee una forma cíclica.

El benefactor en dicho acto hace que el costo individual suyo se transforme en el beneficio individual de cada productor; hace que el costo social de producción se transforme en un beneficio social y general.

Así es como se cierra una parte del ciclo, y se obtiene la magnitud de la riqueza total H de la zona, que es el respaldo del indev. Se repondrá cuando se ejecute la actividad fundamental del hombre: el trabajo restituyente.

Supongamos que en un país existe un agricultor que se dedica exclusivamente a producir arvejas para ser enlatadas. El industrial recibe las arvejas y adquiere una deuda de una magnitud F, que se conforma de dos partes: un monto desconocido que representa el valor agregado por el agricultor, más la cifra ya dada B. Pero el industrial ha creado a partir de esas arvejas una nueva riqueza artificial A, cuyo precio al por mayor es de una cifra M, mayor que la cifra F que contiene la original B. En la siguiente etapa del ciclo, la comercial, se alcanzará el precio de venta final al menudeo, que será de una cifra D, mayor que M y mayor que F, y que las contiene.

Si nos ubicamos en el momento en que ninguna lata ha sido adquirida aún por benefactor alguno, veremos que el valor de la riqueza artificial A del país fue realmente aumentado, pues esa cifra D contiene los valores agregados por todos los productores del ciclo productivo de las arvejas. La riqueza del país ya fue acrecentada en esa cifra D, que es mayor que la cifra F, que contiene los beneficios del agricultor más lo que aún se adeuda al módulo N, que lo representamos por B: la riqueza del país ya ha aumentado entonces una magnitud positiva D – B.

Así se muestra que (aunque aún no se cerró el ciclo de las arvejas enlatadas y que todavía se adeuda la cifra B de riqueza natural extraída), la riqueza propia R del país en realidad no ha sido disminuida sino que probablemente ha sido aumentada en una cantidad igual a (D . T) – B: esto quiere decir que el respaldo del indev ya ha tenido un aumento igual a esa cifra.

T ya no pertenece más a la riqueza artificial A sino que, conjuntamente con B, ha pasado a formar parte del módulo N, la riqueza natural; mediante ella, volverá a aumentarse el valor de la riqueza social general.

En cada período se calculará la nueva cifra representativa del mínimo social de riqueza a generar –el conocido como ingreso o producto social general, el factor T- que será calculado según vayan variando sus dos componentes: cada ingreso natural individual estipulado, multiplicado por el total de la población, mediante el uso de la ecuación T = I . Generalmente, ambos factores que lo integran (I y P) aumentan período tras período. El patrón I, el ingreso natural individual, se lo aumenta para permitir que se vayan satisfaciendo las necesidades de todos los habitantes (necesidades que serán cada vez más superfluas hasta alcanzar las más caprichosas), en tanto que P contendrá el crecimiento vegetativo de esa población. Esto indica que el factor T, además de aumentar el respaldo del indev, aumenta los derechos de los habitantes a una vida digna y las obligaciones para ellos de cumplir y hacer cumplir el ciclo económico.

Se dijo en su momento que, a medida que aumenta la riqueza de la zona en una cifra conocida, ese patrón I se podrá aumentar correspondientemente, empujando los ingresos de todo benefactor hacia arriba. Vemos que esto en absoluto implica una devaluación del indev; lo que indica es un aumento de la capacidad de compra, un crecimiento del poder adquisitivo de los habitantes. Pero de esa forma será una mercancía mejor, superior de lo que era.

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Esta tabla muestra el caso hipotético de que un país de 5 millones de habitantes inicia el uso del indev. Los 5 millones de habitantes nos dicen que se debe generar anualmente un ingreso social o trabajo T de cinco millones de granindevs (representados en la columna T); su riqueza N en ese primer año es de 16 millones y su riqueza A es de doce, medidas también en granindevs. En tanto que H, la riqueza total en que se respalda el indev, es de 140 millones, como resultado de la multiplicación de la riqueza propia R por la capacidad productiva de sus habitantes, T. Ese valor de T, esos 5 millones de I, es el monto que la sociedad debe generar todos los años para mantener el bienestar mínimo de su gente, y para no disminuir la riqueza total H, la que mantiene el respaldo del indev. Estos datos pueden leerse también así: ese país es suficientemente rico de su propia riqueza natural R como para soportar 5,6 períodos sin generar riqueza nueva alguna y aún mantener el mismo bienestar a toda su población; o también desde otro punto de vista: podría darle el mismo bienestar a casi seis veces su población actual dentro de un sólo y mismo período. Suponemos un crecimiento anual constante de la población de un 3%. Sólo puede dársele a cada habitante un aumento del ingreso natural en esa proporción; de 3650i a 3657,65i anuales. Eso lo permite la riqueza natural del país, el trabajo de su población y la riqueza generada por ella.

Ese aumento se puede expresar en que este país ahora es capaz de otorgarles el mismo bienestar a más de 72 mil habitantes nuevos no incluidos en su crecimiento vegetativo, o aumentar en 51 indevs el ingreso natural anual de cada uno de los 5 ,30 millones de habitantes que ahora viven en él. ¿qué sucede si hubiera una catástrofe natural u otra situación que impidiera la generación de nueva riqueza? Para responder, supongamos que hubo un terremoto devastador que destruyó tanto riqueza natural N como riqueza artificial A, llevándolas a un nivel menor aún que el del primer año; y que resultó en un decrecimiento de la riqueza propia R del país de un 2,15% en relación al año anterior, decrecimiento aún mayor que el crecimiento del 1,62% creado y obtenido en los tres años anteriores. Se perdieron casi 600 mil granindevs de riqueza en comparación con el año anterior. Aún así, esta economía exige que, en lo posible, se mantenga la misma cantidad de ingreso natural por habitante, sin tener que disminuir sus beneficios, a pesar de que su población ha aumentado de 5,30 a 5,46 millones.

Lo más importante que nos dicen estos ejemplos no es solamente la enorme capacidad de creación de riqueza que hace posible generar el trabajo del hombre y el bienestar que ella misma crea, ni tampoco la importancia de la riqueza natural de ese país. Porque un granindev no sólo es un número, es el bienestar anual de un habitante. Con Bertold Brecht hacemos decir al indev, "nada de lo humano me es ajeno".

Ejemplo para Uruguay

Supongamos el caso de Uruguay, con tres millones de habitantes, y con la propuesta de otorgarles a cada uno de ellos, como benefactores, la cantidad de 500 dólares estadounidenses mensuales, es decir, 6.000 anuales. Como I . P = T nos queda 6.000. 3:= 18.000. Esto quiere decir que Uruguay, para empezar a utilizar y respaldar al indev debe generar mediante el trabajo esos 18 mil millones de dólares anuales (que también es el "valor del trabajo" de los uruguayos), cifra con la que solamente se alcanza a cubrir el pago del ingreso individual mínimo anual. Parece ser una cifra demasiado grande.

Pero falta aún calcular el valor de la riqueza total H, la riqueza accesible que existe en el país y desde la cual el indev toma su respaldo y mide su valor, esto es, H >= (N + A) . T. Debe quedar claro que el valor de esa cifra que representamos con la letra H, es la cantidad máxima posible de indevs, la cantidad máxima de riqueza factible de distribuir.

El valor de T ya lo calculamos, ¿pero cuánto puede llegar a ser N? Para ello tendríamos que sumar el valor de cada hectárea de tierra sin cultivar más cada hectárea cultivada y según el cultivo, más cada cabeza de ganado vacuno, ovino, porcino, etc. Debiéramos agregar la riqueza pesquera, la minera y la forestal; en fin, toda la riqueza natural del país, y es muy fácil imaginar que también es una cifra enorme.

A su vez si calculáramos todo lo que conforma el módulo A, que comprende toda la riqueza artificial producida por las generaciones anteriores, todo aquello que el hombre construyó y que está integrado a la fisonomía del país, también llegaríamos a una magnitud que es gigantesca. ¡Imaginemos entonces cuánto podría llegar a ser la suma de N más A y esta multiplicada por esos 18 mil millones! Esa cifra estrepitosamente grande, H, es el respaldo del esos 18 mil millones! Esa cifra estrepitosamente grande, H, es el respaldo del indev, y el "capital" con que cuenta la sociedad uruguaya para utilizar en lo que crea conveniente, en lo que necesita. O en lo que le venga en gana.

Esto demuestra que quizá se puedan distribuir, para mover toda la economía, no ya 500, sino 800, o quizá 1000 dólares estadounidenses por habitante y por mes, durante toda la vida. Damos como ejemplo simple de comparación que Uruguay, en el año 2000, tuvo un PBI de 20.053 millones de dólares, mayor que esos 18.000: que exigiría el ejemplo como valor del factor T.

Imaginemos ahora el movimiento que se generará en ese primer año. Imaginemos la producción, la magnitud de las compras, la satisfacción de necesidades que se alcanzará en ese primer año. Pero principalmente, imaginemos cuánto aumentarán N y A durante esos doce meses, y en qué cantidad esos nuevos valores aumentarán el respaldo del indev y la nueva cifra R" para los siguientes. Podríamos seguir imaginando todas y cada una de las cifras que se manejan en la economía. No hay que ser muy imaginativo para darse cuenta que el país sería otro. Definitivamente otro mucho mejor.

El indev no es una mercancía pues ni se compra ni se vende; no tiene propietarios, ni se transforma mágicamente –como las otras monedas- en ninguna de la enorme cantidad de mercancías que existen. El indev es un patrón de medida fijo. Supongamos que utilizáramos el metro para medir la riqueza de un país. Diríamos entonces que la riqueza del período anterior medía R metros y que ahora aumentó a R" metros. Él, en cualquiera de sus formas, no "representa" ni "hace las veces" de la mercancía que se adquiere por su intermedio, sino que mide su costo social de producción: su precio. Su respaldo total, la magnitud H, además de la riqueza propia R de la zona, contiene el trabajo social, el factor T (que tampoco es mercancía). El respaldo del indev es la suma de todas las mercancías creadas por el trabajo del hombre (R = N + A) más el factor T que las produjo, la actividad transformadora de la riqueza natural original y la actividad creadora-reponedora de riqueza nueva.

Cuando se reponga la deuda que tenemos con la pachamama es cuando se genera nueva riqueza propiamente dicha; riqueza otra vez natural, que aumenta el "capital inicial", aumentando el saldo a nuestro favor. Con el indev o con el granindev-, se mide el aumento del valor de esa riqueza. Y el balance de estas cifras nos devuelve la nueva riqueza producida, el nuevo valor del factor R: el valor R". Esa riqueza, ese número, es un aumento preciso de la riqueza total H, y del respaldo que la moneda ya tenía. El indev es la moneda de ese tipo de economía, que representa esa riqueza total H y está respaldado por ella. Es una cifra enorme, suficiente. El ciclo económico nos indica otra cosa importante: además de eliminar definitivamente los intereses, modifica el concepto de préstamo o empréstito. Cada hombre, en su papel de benefactor, auto garantiza su capacidad de pago.

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Ése uso hace que aumente directamente la riqueza de la zona de que se trate. Esto motiva que el "deudor" merezca el apoyo de la sociedad y de la economía, pues con su inversión (tenga ésta un fin productivo o de consumo, indiferentemente) la propia riqueza de ambas aumenta automáticamente. El dinero quieto no cierra el ciclo económico: ni produce ni consume. Se confirma así que es innecesario agregarle un costo, un precio, un "interés" a los préstamos. Cualquier préstamo será devuelto con "interés" incluido cuando llegue el momento en el que se conoce cuál ha sido el resultado económico del período; cuando se cierre el ciclo económico inmiscuido en su solicitud. La economía del ciclo económico dice que toda necesidad ha de ser satisfecha. El indev representa un valor tangible, cierto, verificable: una proporción directa del fruto de todo el trabajo realizado en un período dado y de la riqueza acumulada en la zona en cuestión, desde épocas anteriores hasta las actuales.

Cuanto más se usa, más riqueza genera. Los costos de reposición de cualquier mercancía se conocen previamente a su producción, lo que evita la inseguridad en la inversión o la reinversión.

El poder adquisitivo de cada habitante, su salario común y corriente o su ingreso natural, o ambos, está dado por el valor del indev, que es conocido, concreto, inmodificable dentro de tal período. Ése poder de los ingresos es lo suficientemente alto como para que el precio de toda mercancía pueda ser de un nivel alto, quizá el internacional, o tal vez –seguramente- mayor que éste. La inversión se realiza a través del "capital" con que se cuenta desde y en la riqueza total H, representada por el indev y lo respalda. Su propietaria es la sociedad en su conjunto. Definida de esa manera y dentro del período establecido, la moneda en forma de billete o en otra cualquiera- que se tenga en la mano, tendrá un valor específico, firme, conciso, que no puede ser modificado arbitrariamente por nadie; porque están ahí, verificables, las cifras que se relacionaron entre la actividad del hombre y la riqueza de esa zona en ese período.

La cantidad de unidades a imprimir de indevs ha de estar relacionada directamente con tal riqueza y necesariamente con la cantidad de habitantes de la zona en cuestión, en ese período, en cantidad suficiente para que permita racionalmente el cumplimiento efectivo de la principal de todas las metas: el pago del ingreso natural, el patrón I, Para que por su intermedio se vayan satisfaciendo todas las necesidades de la gente.

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Corrientemente se establece en un año el período económico. Dentro del período actual de un año cada indev irá aumentando su valor intrínseco continuamente tras el correr de los meses (porque R pasa a ser R" todos los días), y, sin la necesidad de imprimir más billetes, cada uno de los existentes representará un mayor valor, lo que lo "revalúa" diariamente. Llegados al fin del período, donde ya conocemos cuál ha sido el aumento de riqueza total (por ejemplo aquel 2%), esta podrá distribuirse entre todos los benefactores en forma de aumento del ingreso natural de cada uno; materialmente, a través de mayor cantidad de indevs. Cada indev "anterior" mantendrá su valor. Cada indev "nuevo" valdrá lo mismo que el anterior, y cada ingreso natural de este período podrá ser desde cero hasta un 2% mayor que el del año pasado.

Cada bien producido por el hombre le otorga a sus productores un beneficio que es definido libremente por cada uno de ellos, según su real saber y entender; y hasta según su ambición, que puede llegar a ser desmedida. Los productores podrán este año mejorar sus mercancías o productos (y por ende sus precios de venta) hasta ese máximo de un 2%. Por lo tanto, ningún bien que mantenga las mismas características que tenía en el período anterior, necesitará ningún aumento de precio. Por el contrario, mantendrá el mismo, pues no ha mejorado su componente esencial: la satisfacción de una necesidad, un gusto o un capricho, ya que el nivel de satisfacción que daría esa mercancía (el valor de la necesidad que satisface), es el mismo. En tanto que cualquier modificación a las características propias de cada mercancía que conlleve un valor nuevo, un valor agregado al original que implique una mejora evidente del producto final, podrá aumentar hasta un máximo insuperable igual a ese 2%.

Los costos propios de cada productor son perfectamente conocidos porque sólo contienen: a) el valor de la riqueza natural utilizada en forma de materia prima u otra cualquiera y b) los valores agregados por los propios productores costos y beneficios de todas las etapas productivas del ciclo económico. El precio final de venta (el costo social de producción), contiene todos los costos agregados y las diferentes ganancias que ocurren durante dicho ciclo, en el sentido del trayecto del bien: el sentido de los costos. El beneficio de cada uno es, para el siguiente, otro costo más, y ese beneficio no lo obtendrá hasta que esa mercancía no sea adquirida por el benefactor, momento en el cuál el ciclo cambia de dirección, tomando el sentido de los beneficios.

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Cuando un productor a nivel industrial recibe una materia prima para su elaboración, su costo contiene –además de los insumos propios de su explotación- el beneficio del productor-extractor; para el industrial éste no es más que otro costo. A su vez, la industrialización de producto le agregará costos nuevos inherentes a esa labor, más los beneficios propios que sin trabas se calculen por el industrial, todo lo cual representará otros costos que abonará el siguiente productor del ciclo, y así sucesivamente, hasta llegar al benefactor.

Para éste, el precio que pagará por la mercancía producida, obviamente, es sólo costo.

Como cada productor es un habitante, también es un benefactor; así tendrá su propio ingreso natural más los beneficios de su actividad específica.

El salario que cada productor recibe por su propio trabajo, más el ingreso natural que recibe como benefactor, será utilizado con absoluta libertad en lo que quiera. Podrá usarlo en consumo o podrá usarlo en reinversión, según su necesidad, su gusto o su capricho.

En fin, a toda retribución extra al ingreso natural del hombre trabajador. El ingreso total hace que (por intermedio suyo y del trabajo que lo generó), todo ser humano al cumplir su rol de benefactor cuente con un ingreso doble para utilizar en consumo, solución del ciclo de la producción y de la economía. La actividad que logra un aumento de las ganancias logra, directa y simultáneamente, un aumento de salarios, y todo aumento individual de salarios implica un aumento el beneficio social, y con ello, logra un aumento del consumo y del consecuente aumento de riqueza, trasladándose así a toda la economía.

Repetimos, esta economía es lo que llaman un círculo virtuoso.

Cada mercancía proviene de un número impreciso de componentes. El precio de venta de toda mercancía –en verdad es costo de compra– se convierte en un costo general, en el costo social de producción, que lo paga el benefactor en su totalidad, y que representa una cifra equivalente a la deuda original asumida con la naturaleza por parte de toda la cadena productiva, conjuntamente con los beneficios agregados por sus productores durante las diferentes etapas del ciclo económico que le atañe. En el momento exacto en que su consumo transforma el trabajo de toda la sociedad en vida digna para el benefactor, es que se alcanza el objeto de la economía: satisfacer las necesidades de la población. El productor, que en este caso se le llama panadero y que generalmente asume dos papeles diferentes de productor (industrial y comerciante), conoce el costo de la harina, del agua, de la sal, en fin, de todos sus insumos, y también conoce su propio salario o beneficio. Ese décimo de indev que pagó el benefactor "pierde" la parte que corresponde al beneficio del panadero (y de sus ayudantes) que queda en su caja, en tanto que el resto continúa hacia atrás por el recorrido del ciclo, en el sentido de los beneficios. No obstante, cada uno de los productores participantes en el ciclo obtuvo un beneficio, una ganancia que la reinvertirán, como productores o como benefactores, en otro ciclo distinto y a la vez similar a este.

El estudio del ciclo económico de cada mercancía nos indica que el productor extractor toma en préstamo de la naturaleza una riqueza original que él transforma en materia prima, y que posteriormente cede en un tipo de consignación al productor industrial. Éste la transforma en un producto elaborado, y a su vez lo consigna al comerciante, quien lo transforma en mercancía definitivamente, y es quien lo vende al consumidor, o sea, quien realmente cambia su precio por dinero.

Todos los productores basan su accionar en aquel "capital inicial" que, en forma no gratuita, la naturaleza cedió a la sociedad. Ése valor es el que fue definido en la propia creación del ingreso natural, establecido en forma oficial, en términos económicos sociales o nacionales. Así, el valor del producto (o mercancía) creado a partir de esa materia prima se mantiene constante; sin olvidar que esto sucede si es que aún es el mismo producto, sin que haya tenido cambios en su calidad que lo hagan más caro, o que su productor haya decidido bajar su precio. Toda mercancía mantiene o cambia su valor de igual manera.

Para bien del benefactor (que somos todos) es necesario que la sociedad tenga que dar forma al necesario control de los costos de cada etapa y asegurar los precios finales correspondientes, estableciendo un máximo. Para ello se fijan valores máximos de cada insumo básico, con un margen suficiente (el precio internacional, por ejemplo). En cuanto a los beneficios, éstos son fijados por los productores a su libre albedrío.

Pero tendrán que decidir dichos montos conociendo de antemano que los demás productores y cada benefactor sabe (al igual que ellos) cuales son los límites máximos del precio.

El trabajo produce, transforma y repone, y también genera beneficios; es quien permite que un productor sea un benefactor con mayor poder de compra, con mayor poder adquisitivo (cuyo monto es decidido por él mismo) que los demás pobladores.

El beneficio de todo productor aumenta su ingreso natural como benefactor, y lo utilizará en consumo. El ingreso de todo benefactor termina siendo la ganancia de todo productor, tanto cuando son distintas personas como cuando es la misma que cumple ambos roles. Toda la sociedad es la generadora de ganancias, toda la sociedad es quien disfruta de los bienes que produce. Toda la sociedad es responsable de completar el ciclo económico y de cerrarlo con balance positivo. Por otro lado, la relación del indev con las monedas de otros países que no integran esta forma de economía es extrañamente nueva. Se pierde así la posibilidad de otra forma de especulación. Ya no tiene sentido, tampoco, marcar una mercancía en moneda extranjera.

El objetivo de esta economía es devolver a la naturaleza lo que esta nos ha prestado, y esto se logra, en parte, mediante el consumo que realiza el benefactor. Por lo tanto, el ahorro no es una virtud del ahorrista sino que es una mezquindad o avaricia de su parte, porque se opone al fin de la economía al interrumpir la concreción del ciclo económico inherente a ese beneficio. El indev no admite la ociosidad, ni la individual ni la social. Incluso no admite que él mismo esté en reposo.

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Pero el ahorro no generará "intereses" de ningún tipo sino los que intrínsecamente lleva consigo el indev; los dividendos generados mediante el uso de ése ahorro por terceros como inversión, sea productiva o sea de consumo. Como se ve, tampoco podrán llamarse "intereses", sino que se llamarán, sencilla y llanamente, aumento de riqueza. No obstante ello, la riqueza seguirá aumentado. ¿Qué hacer con esa riqueza "sobrante"? Antes que responder esta pregunta debemos imaginar cuál es su verdadero significado: la sociedad ya no tendrá necesidades ni gustos ni caprichos por satisfacer.

Análisis por: Soto Eilyn

El "capital" es la riqueza

Hoy el capital se confunde con el dinero, que es solo una de sus muchas formas. Siempre resulta más fácil recordar un concepto difícil a partir de una de sus manifestaciones tangibles que a partir de su esencia. La mente capta más fácilmente el concepto de "dinero" que el de "capital".

Pero es un error suponer que el dinero es lo que finalmente fija el capital. El dinero facilita las transacciones, permitiéndonos comprar y vender cosas, pero no es en sí el progenitor de la producción adicional.

No se necesitan capitales para la inicialización ni para el mantenimiento de cualquier actividad porque la riqueza allí está, visible, como el ladrillo de Einstein; se necesita trabajo para usarla y acrecentarla, se necesita consumo para disfrutarla y afirmarla. La riqueza de la zona su único "capital" real y verdadero, sin anfibologías está ahí, a la vista, y la sociedad lo representa en el indev y lo mide con el indev.

Debemos considerar siempre que el ciclo económico empieza con la extracción, no con la reposición, por lo que ya se cuenta con el "capital inicial" que todo lo mueve; que no tiene nada de "muerto". Sin trabajo no hay dinero, sin trabajo no hay producción, sin trabajo no hay beneficios, por más "capitales" que existan. Es más, sin trabajo no existe "aquel" capital ni en el capitalismo. Y sin consumo, ni el trabajo tiene sentido.

La riqueza de una zona está formada, a grandes rasgos, por dos integrantes: la riqueza natural de la zona (N), externa a la creada por el hombre aunque él la integra; la actividad transformadora y creadora de este (T), que se ejecuta sobre aquella; y la creada y repuesta por él (A). Podríamos sintetizarlas a cada una de ellas como tierra y trabajo, haciendo un paralelismo con las viejas definiciones de los economistas.

Los propios economistas primitivos, cuando hablan de "factores productivos" (es decir, generadores de riqueza) nombran tres cosas, tal como si fueran independientes: hablan de la tierra, el trabajo y el capital. Los conceptos de tierra y trabajo no los tocamos ni discutimos; es más, los compartimos. Pero cuando hablan del capital como factor productivo dicen:

"Por capital se entiende el conjunto de recursos producidos por la mano del hombre que se necesitan para fabricar bienes y servicios: la maquinaria o las instalaciones industriales, por ejemplo. Conviene que esto quede claro ya que la palabra 'capital' se usa muchas veces de forma incorrecta para designar cualquier cantidad grande de dinero."

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Si miramos la fórmula por el lado derecho de la igualdad –(N+A) .T vemos los únicos dos factores productivos que en realidad existen con vidas separadas; pueden representarse también como la suma del producto de N. T (la actividad humana relacionada a la "tierra") con la del producto de A. T (los frutos de la actividad humana relacionada con la producción, los servicios, la educación y todo lo demás): así se demuestra que la riqueza no es más que "tierra y trabajo".

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En su acepción de "activo", el "capital" no existe, puesto que los bienes materiales son patrimonio de la naturaleza y son devolución a ella, en tanto que como otra forma sólo representa los distintos momentos en que se encuentra el propio dinero, el indev (como medida de la riqueza H), según el lugar del ciclo económico que en ese instante esté ocupando.

Para verlo mejor, el "capital" la riqueza total H ya existe en cada zona que tenga alguna riqueza natural todas la tienen en diferentes grados y algún habitante que la transforme, la reponga y cree con ella una nueva riqueza. No se necesita más que medirlo en indevs y darle la forma de dinero, m de indevs; además deben olvidarse necesaria y definitivamente aquellos primitivos "conceptos" místicos sobre la riqueza, por equivocados.

Lo que antes era llamado "capital fijo" es en realidad la riqueza artificial A, que sólo es una parte integrante de la riqueza total H, el respaldo del indev.

Un edificio, desde el punto de vista que nos da el ciclo económico, no es más que la devolución a la naturaleza de las materias primas que de ésta se tomaron, con el objeto de construirlo, como vivienda o como fábrica, un hospital o una universidad. La magnitud de su valor (que es social y que no debe ser confundido con su costo de compra, es decir, con su precio), forma parte de la pachamama, de R; su valor no es un bien privado, su valor no está privado de nada, ahora está privado de toda privación, incluso de aquella que puedan darle sus usufructuantes.

Lo que se llamaba "capital circulante" no es más que riqueza en sus diferentes formas, según su ubicación en el ciclo económico, que, incluso en forma de moneda, representa a la riqueza total, es la riqueza de la pachamama medida en indevs, es el propio dinero.

Repetimos, aquel significado esencial del capital que se ha perdido para la historia, hoy lo llamamos riqueza, y el concepto de dinero, es el de indev. La riqueza tiene un significado independiente y diferente al sentido de dinero: la riqueza respalda y no es la moneda, la moneda mide y no es la riqueza.

Así, el indev es equilibrio, es certeza. Tiene un valor concreto que sólo depende del trabajo y el conocimiento humanos aplicados a la riqueza natural de la zona en que habitan. Depende de la actividad del hombre en términos sociales. Pero lo que el indev hace, lo que mide, es solamente el fruto del cumplimiento del ciclo económico. No es un fin, es un medio, no es una mercancía sino un instrumento de medición. Mide la riqueza, la representa y no es ella.

Todo habitante, en cualquiera de sus dos roles, puede obtener el crédito que solicite, sin más que explicitar su fin; esto último para evitar la competencia exagerada en lo productivo o en el consumo. Todo crédito individual para un hombre en su papel de benefactor, se otorgará según su ingreso natural. Lo mismo para cada uno en su papel de productor, porque al fin y al cabo los dos son papeles que cumple un mismo hombre. Ambos pueden utilizar diferentes tipos de garantías para aumentar el monto de los préstamos.

De allí se desprende, también, que ese monto estará en proporción directa del número de solicitantes. Si un benefactor no tiene suficiente ingreso para respaldar el préstamo, puede solicitar una garantía solidaria de otra persona; o, como productor, puede asociarse con otra u otras personas.

Las empresas o sociedades ya establecidas que soliciten préstamos para la inversión o reinversión serán atendidas como lo han sido hasta ahora, mediante el otorgamiento de préstamos respaldados por las diferentes formas de garantía que hoy se utilizan y por las nuevas que ya se han descrito y las que necesariamente aparecerán.

A pesar de que el ahorro no otorga ganancias directas, quien deposite su dinero en un banco tendrá la certeza de cuánto será el "interés" que recibirá, mejor dicho y mejor llamado, su parte o porción correspondiente del aumento de riqueza.

No obstante, el dinero, el indev, depositado o no, siempre valdrá lo mismo, en cambio cada ingreso podrá aumentarse y así también lo hará la capacidad de ahorro de cada uno.

El poder de compra interno dentro de un período es siempre el mismo, pero en su comparación internacional siempre va en aumento. El indev, que es la moneda que acepta el ciclo económico natural, no tiene comparación con ninguna otra moneda. Si definimos su relación con las otras divisas según los principios de la teoría capitalista debemos decir que el indev no es una mercancía más, como "lo son" ellas. Veremos que la importación de mercancías que no colman alguna necesidad es un mal negocio, y cualquier moneda extranjera es una importación que cumple ambas condiciones: es una "mercancía" y, además, es una "mercancía" totalmente inútil para favorecer el ciclo económico. La tenencia de alguna de ellas no aumenta la riqueza de la zona; es más, es probable que su misma adquisición haya sido un perjuicio.

La necesidad de moneda extranjera puede existir, por ejemplo, para visitar otros países o para complementar una importación; esto último es algo que no es deseable hacer: las diferencias en las "balanzas de pago" deben ser eliminadas mediante mercancías reales, materiales, tangibles, fruto del trabajo individual o social de la zona, es decir, mediante bienes con valor agregado.

Pero definitivamente no puede tener un tipo de cambio fijo, sin importar el fin para el que se las usará; el tipo de cambio es invariable para un fin determinado, pero será diferente para otro fin. Según para lo que la moneda extranjera sea utilizada, según en qué medida beneficie o perjudique al ciclo económico, habrá de dársele una cotización específica.

Mientras haya trabajo, producción y reposición de riqueza, habrá enriquecimiento. Mientras hay enriquecimiento hay aumento del valor intrínseco del indev, mientras hay aumento de valor de lo que la moneda representa es porque hay beneficios. Esto suprime la existencia del pago intereses: no se pagará nada por el uso del dinero, por el contrario, se cobrará por ese uso en una forma indirecta. Eso no implica, naturalmente, que no se abone un honorario por el trabajo administrativo de un banco, por ejemplo, pero que ya no depende de los volúmenes de dinero que se involucren en el servicio que sea sino que pasa a ser un costo fijo. Todo trabajo ha de ser remunerado.

El cálculo de la riqueza total generada en una zona por el trabajo de sus habitantes, se realiza a través de una fórmula matemática: H = (N + A) .T, donde no intervienen intereses particulares ni grupales, ni donde interviene el dinero. Y si se cumple responsablemente con el orden y las etapas que nos obliga a cumplir el ciclo económico única condición indispensable para lograr el desarrollo los beneficios pueden ser alcanzados por todos, sin excepción, de una manera objetiva y científicamente probada y comprobada. Eso nos permite el ciclo económico y su representante, el indev.

El trabajo y el salario

En el Capitalismo y demás sistemas económicos existentes (llamados por algunos autores como primitivos), el trabajo no es una actividad que de por sí misma satisfaga una necesidad, sino que es el único medio legal por el cual la mayoría de las personas pueden obtener su sustento, "se trabaja para vivir". Por cuanto, para muchos, el trabajo es una actividad intermedia, no es una meta vital, es un medio de vida, no es un fin, es un camino. Sucede de esa manera porque son muy pocos los hombres que obtienen su sustento de un trabajo vocacional: la mayoría lo obtiene del trabajo que encuentra y no del que busca o anhela.

Con la propuesta del autor, se desea lograr que cada ser humano trabaje en lo que guste o aspira.

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  • Mediante esta propuesta, el trabajo por sí mismo satisface esa necesidad vocacional individual. El fruto de ese mismo trabajo está dirigido a satisfacer las necesidades sociales.

  • La actividad humana más visible es la que llamamos trabajo: es consumidora de horas de vida y es también productora de vidas, cada hombre integra no solamente la cadena de producción social sino también y conjuntamente la cadena del consumo social

  • Cada uno de los hombres integra la etapa del ciclo económico. Como productor la cumple en forma directa y no automática, mediante el trabajo; como benefactor la cumple en forma indirecta y automática, al consumir o usufructuar el fruto de ese trabajo, el bien producido.

  • La humanidad tiene una doble manera social y laboral de cumplir con el ciclo económico; tiene una doble forma de reponer la riqueza natural que destruye con sus actividades. La primera, mediante la creación de nueva riqueza que no existía previamente, y la segunda, mediante la reposición de lo que ha destruido.

Por intermedio del trabajo y su conclusión (por los resultados económicos que a través de él obtiene un productor), es que recibe un salario, un beneficio económico, que lo usará indiferentemente en el consumo o como reinversión productiva en la misma u otra actividad.

Ambos usos lo transforman en benefactor. Un mismo hombre mientras trabaja es un productor, pero mientras consume o usufructúa un bien (el resultado del trabajo propio o social), es un benefactor, y este es quien, de esa manera, completa la parte faltante del proceso productivo o ciclo que aquél inició.

Toda la humanidad, sin exclusiones, es y debe ser creadora, productora y benefactora (esto es productora-reponedora, consumidora-reponedora), alternativa y simultáneamente. Es decir, todo hombre será a la vez productor y benefactor, todo hombre es un trabajador-consumidor.

  • El consumo de mercancías tiene por objeto el cumplimiento del ciclo económico, y éste, el logro de una vida digna. No se consume para producir, sino que se produce para consumir.

  • Para las teorías primitivas, la capacidad de trabajar se mide según el consumo que realiza el trabajador para mantener dicha capacidad. El hombre asalariado es algo muy parecido a una máquina que consume energía para producir el bien mediante el cual se beneficia el capitalista, por ejemplo.

Por ello los teóricos explican que el salario el precio del trabajo es "el precio de una mercancía más", como cualquier otra. Y llegan a la conclusión de que ese precio está dado por la cantidad de mercancías que se necesitan para mantener con vida al trabajador, con el fin de que éste continúe produciendo.

  • El ciclo económico natural nos enseña que sucede exactamente al revés: lo primero es mantener la vida; lo segundo, hacerla lo más digna posible; y lo tercero y último, que eso se logra a través del consumo de lo que se produzca. La producción está al servicio del hombre y no a la inversa.

  • Para todo benefactor se le exige de cada uno según su capacidad, y obtiene el derecho de a cada cual según su necesidad (equivalencia).

Si su ingreso natural ya definido no alcanza a cubrir una necesidad, la sociedad deberá aumentar ese mínimo u otorgarle facilidades que le permitan alcanzarlo: la satisfacción de toda necesidad es el fin de la economía. La sociedad no sólo está ahora habilitada para ello (tendrá de dónde recurrir), sino la factibilidad cierta de su posterior reintegro. Se garantizan ambas posibilidades.

Si la capacidad laboral de un habitante, su inteligencia, su disposición para el trabajo, su imaginación, o cualquier otra virtud individual que lo haga merecedor de un salario mayor que el de los demás, lo alcanzará sin ninguna traba o prohibición: lo recibirá según su merecimiento. Cada uno tendrá la posibilidad de enriquecimiento individual, mediante el uso o la explotación de sus propias virtudes, pero ya nunca las obtendrá de las ajenas.

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Cada ser humano, por el simple hecho de vivir, de existir en sociedad, conforma el módulo N. Y mediante su actividad individual, conforma su parte correspondiente del factor social T. Su fuerza de trabajo, su fuerza física para el trabajo, su laboriosidad, conforman ese N; en tanto que su "fuerza" de conocimiento, su capacidad de creación e invención, su inteligencia, el factor T.

Esto es: lo que cada hombre posee en común y en igualdad con los demás, conforma N, sumando de la riqueza total. Lo que cada hombre tiene de diferencia individual con los demás su inteligencia, su creatividad, su imaginación, etc. conforma T, multiplicador de esa misma riqueza total. Esta diferencia individual entre los hombres es una diferencia de grados de infinita variabilidad y que nunca es total, por eso es que ella forma parte de la riqueza social general, no personal, aunque será reconocida a través de su actividad e ingreso individuales.

Un hombre puede tener una aptitud sobresaliente para una tarea específica, pero será de un nivel medio, o menor, para otra cualquiera, en tanto que otro hombre hará de ésta su tarea principal, la que desempeñará de excelente manera. Por eso, en términos sociales generales, promediales, la sociedad contará para cada tarea con sus mejores hombres; y cada uno recibirá según esos merecimientos. En cambio como benefactores todos tenemos la misma capacidad; tanto si somos el Presidente de la República como un niño en edad preescolar; y cada uno recibirá según sus necesidades.

La definición que importa es que cada productor recibirá el ingreso mínimo más los beneficios que su propia actividad le genere, esto es, recibirá el ingreso natural más el salario individual derivado del provecho que le genera su actividad. Cuando definimos el ingreso mínimo, quedó establecido que es un "piso" por debajo del cual no puede ubicarse el ingreso de nadie. Los ingresos de todos están en o sobre él.

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La capacidad productiva de una zona debe estar relacionada directamente con las necesidades de sus habitantes, porque si una población es incapaz de generar la riqueza necesaria para lograr el bienestar de cada uno de ellos, no tiene razón de ser como sociedad. Esa capacidad está definida y la representamos en una cifra que llamamos el factor T.

Como T es una constante, nos otorga una pauta de carácter funcional. Dentro de un mismo período (usualmente se establece en un año), el valor de H lo podemos considerar también como constante, por lo que la fórmula del ciclo económico general, social, sólo la aplicaremos una vez por período. El pulso diario de la economía cambia según el factor R, hallable a través de la fórmula de la riqueza propia de la zona, R = N + A.

Los cálculos más cotidianos para conocer el rumbo que va tomando la economía (el cálculo diario del indev, que equivale al estado actual de la riqueza), no obliga ni necesita del uso del factor T. No es necesario utilizar la fórmula del ciclo económico para hacer los frecuentes cálculos que habrán de hacerse todas las horas o todos los días o todas las semanas, sino que simplemente necesita de la suma de los módulos N y A, esto es R, el otro factor del producto.

El ciclo económico nos señala claramente que el monto del salario individual (el común y corriente, el que se recibe según los merecimientos individuales), sólo se obtiene desde el reparto de utilidades que genere la actividad que desempeñe cada habitante, puesto que el "costo" de ese salario siempre está agregado al precio final del producto, que siempre es pagado por el benefactor y nunca por el productor que hace el papel de patrón. Por ese motivo es que los salarios de los trabajadores no son "costos" para los propietarios de los medios de producción, sino que efectivamente son costos para quien realmente los paga: el consumidor. El ciclo nos indica que los ingresos (el salario es uno de ellos) viene dado en el sentido de los beneficios, opuesto al sentido de los costos.

Existe un ingreso mínimo social, pero no existe un salario individual mínimo. Éste depende del merecimiento de cada trabajador, el que, a su vez, posee la total y verdadera libertad de decidir si lo acepta o no: cada trabajador ya tiene garantizado su ingreso natural que le permitirá no sufrir necesidades apremiantes, con tiempo suficiente para encontrar (o crear por sí mismo) el trabajo que anhela.

  • Cada sociedad debe fijar el máximo de horas de trabajo, y ese máximo debe tender a ser cada vez menor, como una de las formas sólo una más de ellas de evitar el desempleo. Pero esa no es su función principal, sino que es la de permitir que cada trabajador, cada productor, en libertad, pueda disfrutar de sus derechos adquiridos como benefactor, su otro rol fundamental. Ambos roles deben equilibrarse: trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

  • El disfrute de las horas libres, el esparcimiento, que es la forma más común de disfrutar un ingreso mayor que el mínimo, hace que la economía humana funcione.

  • El ciclo económico indica que (para que una economía funcione correctamente) debe permitir al benefactor el acceso a todo lo producido, tanto a través de un poder adquisitivo suficiente como mediante la disponibilidad del tiempo necesario para poder alcanzarlo.

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El ciclo económico señala que los costos van en el sentido de la producción, en tanto que los ingresos vienen en el sentido opuesto, en el sentido dado por el consumo, el de los beneficios. De allí que los salarios que son beneficios no pueden considerarse como costos, y no los integran.

El ingreso social general, el valor representado en el factor T, es una cantidad concreta, específica, una cifra que representa por definición todo el trabajo de la sociedad, pero que también debe representar, necesariamente, la riqueza social mínima anual que los habitantes de ese espacio vital tendrán que generar para mantener el valor de H, la riqueza total: esa cantidad T es la medida macroeconómica del ciclo, y tiene la particularidad de que, cuando se mide en granindevs, es igual al número de habitantes.

Está relacionada al ingreso mínimo, al patrón I, el que recibe cada uno de ellos en forma individual y el que les permite ir satisfaciendo todas sus necesidades. Esas dos cantidades están predefinidas, mientras que el ingreso extra o salario es una cantidad que se mide en proporción a los merecimientos y según pacten las partes intervinientes, con total libertad para ambas.

El estudio del ciclo económico nos dice que la producción de bienes tiene el objetivo de satisfacer las necesidades de consumo, las necesidades del hombre en su papel de benefactor, por lo que no es un fin en sí misma. No es la única tarea a realizar. Esa producción tampoco tiene como fin un beneficio directo y único a través de las ganancias derivadas de su venta, sino que conjuntamente lo tiene a través del propio hecho de su consumo: única actividad que genera los beneficios individuales de cada productor, los beneficios sociales generales y los beneficios a la naturaleza, derivados del benefactor mediante el pago de su precio.

La generación de riqueza es un logro social. Es social la obtención de sus frutos. Y la distribución de ella también debe serlo. Por ello es que todos, absolutamente todos los habitantes, tomados individualmente, tienen derecho a alcanzarla, y la sociedad en su conjunto el deber de garantizarlo, organizarlo y realizarlo.

La sociedad debe dar la forma legal al pago de ese ingreso mínimo a cada habitante. Para eso, ella debe utilizar el valor estipulado de ese patrón I (el ingreso natural, el poder adquisitivo de carácter individual, la unidad macroeconómica del indev), a través del cual, junto con la cantidad de habitantes P, se calcula el valor de T (el trabajo social o riqueza mínima social, el factor trabajo), y mediante éste se le da un valor concreto a la riqueza H, la riqueza total de la zona, desde la cual se toma el valor y el respaldo del dinero el indev que será utilizado para iniciar el arranque del motor de la economía, si se cumple con la condición del cierre del ciclo.

La competencia y el mercado, la oferta y la demanda

Mientras hay necesidad de mercancías, estas se ofrecerán, lo cual será establecido por a quienes llamamos benefactor, que no son otros más que la misma sociedad entera, conocido también como "mercado". El benefactor puede exigir a los demás y así mismo que se satisfagan sus necesidades, sus gustos y caprichos, ya que poseerá las herramientas apropiadas para ello: información, educación y un real poder de compra, en otras palabras, el suficiente poder adquisitivo.

El benefactor es el nuevo objeto de la economía, haciéndose así justicia con su real valer, y además por tener ahora un poder de compra necesario y suficiente, su exigencia se transforma en orden, no en falsas leyes. El productor de un bien cualquiera, como benefactor que también es, asumirá ahora una responsabilidad nueva, que antes no tenía, no sólo sobre la calidad de ese bien que produce sino también sobre su precio o costo social de producción, ya que él mismo disfrutará de este derecho como benefactor de otras mercancías.

Una necesidad es aquello que a alguien le falta y que conjuntamente otros tienen. No puede haber necesidad en su acepción económica normal de algo que aun no existe. Por lo tanto ya hay una "oferta" de la mercancía que suple esa necesidad y una "demanda" suficiente como para hacerla "rentable". Si así no fuera, habría entonces un "mercado apetecible" a disposición. La producción de alimentos, de medicamentos, de viviendas, su abundancia, su súper producción, es la tarea prioritaria, hasta que se alcance a todos, sin excepción, tratando siempre de evitar los perjuicios que pueda generar su posible explotación irracional o exagerada. Para esta economía, no obstante, es mejor pecar de súper producción que de escasez: la abundancia, en todo sentido, es una de sus metas. Así ha de suceder con toda actividad humana.

La necesidad de algo que aún no existe es para esta economía y su sociedad un reto, un desafío a vencer. La "competencia" entre productores cabrá cuando ya no existan necesidades que saciar, sino solamente gustos y caprichos. Esa posibilidad se alcanza más pronto de lo que se piensa, más rápido de lo que se cree y más fácilmente de lo que se sueña. Pero el primer logro y el principal es que el benefactor no es más el rehén de esa competencia.

El desempleo no puede existir, ya que esto implica que no habrá "competencia" entre los desempleados, finalizándose con otra manera de usurpación del poder adquisitivo, que no es más que la usurpación de beneficios sin devolución ni generación de riquezas.

El concepto de Mercado para el Ciclo Económico es diferente que para la llamada economía de mercado, no posee el sentido religioso de un ente supra social, puesto que el ciclo demuestra que no existe la "ley" de la oferta y la demanda. En sentido genera, para el ciclo económico, el mercado es un sinónimo de comercio o de comercialización. El mercado queda definido como la porción de la sociedad, integrante de un Estado Nacional, que en un momento cualquiera esta intercambiando mercancías y servicios.

El mercado no posee características propias distintas a las de la sociedad que lo conforma, solo es, o podría ser una parte de ella. Esa fracción de la sociedad no tiene límites definidos, porque ella misma y sus integrantes varían continuamente. El mercado sólo puede ser tomado en un sentido general, puesto que esa condición de intercambio que lo define, siempre se está realizando.

En este tipo de economía, la demanda representa las necesidades, gustos y caprichos que tiene el benefactor y que aun no se han satisfecho. Mientras que la oferta, son los diferentes bienes que el productor ha puesto en venta. Estos términos, están generalmente relacionados con las necesidades actuales. La importancia de ambos términos solo tiene sentido si el benefactor tiene un poder adquisitivo tal que haga que estas realmente existan. Mientras haya actividad económica habrá "oferta", habrá "demanda", y habrá "mercado".

Análisis por: Evans María José

Importación y exportación

Dentro de este tema es donde comete mayor cantidad de errores la economía primitiva, donde más se nota su origen místico.

Viene al caso hacer notar la diferencia de conceptos entre valor y precio, mientras que el ciclo nos dice que:

  • El precio es el costo social de producción de una mercancía.

  • Su valor está dado por el nivel de necesidad social que de ella exista y la forma en que la satisface.

Sus magnitudes pueden coincidir o no, y su relación está basada en una función no proporcional; el valor relativiza al precio. Para los neoliberales son la misma cosa.

  • En el capitalismo, el valor de la riqueza está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla.

  • Para el ciclo económico también; pero agregando que el trabajo social es una necesidad colectiva, cuyos frutos han de satisfacer las necesidades del benefactor.

  • Así, el valor de la riqueza está determinado por la necesidad social, productora reponedora y consumidora-reponedora.

Siempre se ha sabido que ningún país puede progresar si necesita importar lo que consume, por la sencilla razón de que, si requiere hacerlo, es necesariamente un país que no genera riqueza; pero tampoco se desarrolla si la riqueza que genera la exporta; o mejor dicho, si tiene como fin primordial el exportar su producción.

  • El ciclo económico confirma que ningún país se desarrolla vendiendo la riqueza propia (llámese carne, café, o petróleo) y que él mismo puede estar necesitando.

Aun menos si lo hace a cambio de una moneda que no es la suya, que no es un indev (dólares por ejemplo); este tipo de moneda nunca suple lo extraído, ni aumenta el valor de la riqueza social H.

Sólo puede exportarse el excedente, lo que no se necesite. Si es que lo hay. La producción excedentaria puede planificarse; puede utilizarse para importar, a cambio de ella, lo que se esté necesitando.

  • La necesidad de bienes o mercancías, como se ve, es lo que promueve todo el comercio, y en particular el exterior. No lo hace su precio.

  • Se ha dicho ya que la exportación no es una meta de esta economía. Y aún más, es totalmente prescindible para el país que la utiliza. La riqueza existe en su interior (mídase en la moneda que se mida): esa riqueza es la conjunción de la que existe en su naturaleza y en la generada y transformada por la actividad de su gente; si por alguna razón estas dos variables aún no han podido colmar alguna necesidad puntual, los habitantes del país deben (y con ésta propuesta pueden, ésa es la diferencia) promover la forma para crearlas por sí mismos, sin tener que endeudarse externamente.

Para el cumplimiento del ciclo no se necesitan "divisas" que "aumenten las reservas" (como nos han dicho los primitivos), ya que aquellas no aumentan el respaldo del indev; no mejoran la riqueza del país, no integran N ni A ni, por tanto, R. En tanto, "nuestras" reservas aumentan única y solamente con la extracción de riqueza, su elaboración, su consumo y su reposición, en una unidad compacta que se obtiene y representa con el cumplimiento efectivo del ciclo económico; eso es lo único que implica un aumento verdadero de riqueza.

Recordemos que el ciclo económico tiene sólo una "puerta" de entrada y una de salida.

Por eso la importación de cualquier tipo de materia prima (aunque puede no beneficiarlo) definitivamente no lo perjudica; ellas inician su propio ciclo y presuponen una "extracción".

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