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La naturaleza de la riqueza


Partes: 1, 2, 3

  1. Una sinopsis
  2. Definiciones ineludibles
  3. El ciclo económico
  4. Un ejemplo ilustrativo
  5. Los servicios
  6. Llamémosle indev
  7. El artificio místico
  8. Dinero, maldito dinero
  9. Indevaluable, previsible, constante, consecuente
  10. Ejemplo para Uruguay
  11. El "capital" es la riqueza
  12. El trabajo y el salario
  13. La competencia y el mercado, la oferta y la demanda
  14. Importación y exportación
  15. La propiedad y otros valores
  16. El Estado
  17. Conclusión
  18. Bibliografía

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Análisis por: Salazar Vanessa

Una sinopsis

Durante toda la historia no ha existido ningún sistema económico que haya resuelto el problema principal de la humanidad: la satisfacción de todas, absolutamente todas, las necesidades materiales del hombre. Y todas las necesidades materiales, es seguro, se pueden satisfacer. (La definición de necesidad que utilizamos se deriva de ése concepto básico: una necesidad económica es la falta de algo que otros poseen; por lo tanto, ya existe la forma de satisfacerla.)

¿Es que, acaso, el hombre no ha luchado siempre y sigue luchando en la búsqueda de la satisfacción general? ¿Es que, para ello, todo su trabajo acumulado fue y es insuficiente? ¿Es que acaso todas sus energías empleadas con ese fin, todos sus esfuerzos han sido y son en vano? ¿Es que acaso el hombre no tuvo –ni tiene- suficiente capacidad como para tan siquiera eliminar el hambre, su necesidad primordial?

La realidad indica que no hay ser vivo con más capacidad de adaptación a la naturaleza y con más aptitudes de adaptarla a ella misma, que el hombre. Es más, es el único que ha podido alcanzar esta última posibilidad.

Nota: Voluntariamente descartamos de nuestra consideración como posible herramienta para lograr estos fines fundamentales al tan manido "avance tecnológico", aunque nada nos obliga a hacerlo. La gran mayoría de los países se ven impedidos de emplearlo, por lo que su uso para abatir la pobreza y el hambre, por ejemplo, es un imposible práctico. Esto se debe a que sus dueños exigen colocarlos en el faltante principal del que adolecen los países pobres: lo ubican como integrantes del capital.

Lo que abruma a los países pobres (a todos ellos) es única y exclusivamente una dificultad económica, que no les permite mantener a los técnicos que crea o perfeccionar la educación para "producirlos". Esta dificultad es la que nos proponemos eliminar. Y aseguramos que mediante éste descubrimiento podemos superarla, definitivamente.

Sabemos, porque lo vemos cotidianamente, que si toda la capacidad del hombre (en su carácter social, naturalmente) se vuelca en pro de cualquier objetivo, por imposible que parezca (el vencer al hambre por ejemplo), no sólo es capaz de hacerlo sino que, aseguramos, podrá hacerlo. Ya podría haberlo hecho, podría hacerlo ahora mismo, mediante los sistemas que hoy se aplican.

¿Cuál fue el motivo de que el hombre no haya podido lograr esa meta tan ansiada, tan necesaria, tan justa? Porque poder hacer debe acompañarse de querer hacer. La capacidad productiva nunca ha sido tan potente ni tan redituable. Las comunicaciones nunca han sido tan variadas y rápidas. Las demás variables a considerar son todas accesibles, todas alcanzables, todas posibles. Por ese motivo podemos aseverar que la pregunta no debe hacerse con el verbo poder; debe hacerse usando el verbo querer.

El capitalismo nunca, hasta ahora, se lo ha propuesto, porque el vencer la pobreza, el vencer el hambre, es hoy totalmente posible, tanto en términos productivos como en la distribución de esa producción. Pero es un negocio no tan beneficioso o tan redituable como lo es el servicio fúnebre, por ejemplo.

En el capitalismo, un poder adquisitivo que sea suficiente para cumplir con tales exigencias, es una posibilidad exclusiva de un grupo pequeñísimo, el que ¡vaya coincidencia! no pasa hambre. Para nuestra teoría, derivada directamente del ciclo económico, el precio, la oferta, los costos, la producción y la demanda dependen exclusivamente del poder adquisitivo de la población en su conjunto, como benefactora de la economía.

La capacidad de consumo se debe (y es posible) hacerla corresponder con la capacidad productiva. Antidogma: La "ley" de la oferta y la demanda es una ilusión. La demanda es dependiente del poder de compra, de la oferta y de su precio: ésa es la ley. La demanda en el capitalismo, al igual que el precio, depende sólo si el poder adquisitivo de la población es alto- exclusivamente de la oferta.

Si quieren aumentar sus beneficios, los aumentarán; si quieren bajarlos, cosa difícil, los bajarán. Si quieren aumentar o disminuir la oferta o los salarios lo harán. Les importa un rábano la opinión o la necesidad de los demandantes, sólo su propio lucro

Cuando hablemos de un poder de compra justo (algo que a muchos les parecerá indefinible) estaremos hablando de justicia en términos económicos.

En el socialismo se ha vencido al hambre. Incluso se hizo mucho más que vencerlo. Pero le falta "algo": sus pobladores no cuentan con el suficiente y merecido poder adquisitivo, con una verdadera capacidad de compra y la posibilidad de usarla. No sufren de necesidades materiales vitales, pero adolecen de muchas de las que no lo son, esto es, sufren de un tipo de pobreza económica que no les permite saciar necesidades más superfluas o gustos o caprichos.

Podemos empezar aseverando rotundamente que el principal error cometido por las distintas teorías ha sido y lo sigue siendo el uso generalizado y dogmático de errores conceptuales, no materiales.

Definiciones ineludibles

Ahora comenzamos con las definiciones imprescindibles que se necesitan para lograr una cabal comprensión de lo que se quiere exponer, y porque cualquier ciencia como tal, exige definiciones precisas. Estas definiciones han de entenderse como propias de la economía, aunque parezcan que la sobrepasan. Son abiertas, no exhaustivas, pero inmodificables en su concepto fundamental, no por capricho del autor, sino porque su propia naturaleza así lo obliga.

  • Naturaleza -o pachamama, sin rozar lo religioso que pueda tener esta palabra tan del sur y tan clara, en un nuevo sentido económico, a una zona específica, delimitada geográfica, temporal y políticamente, que comprende un ambiente ecológico, pasado, presente y futuro.

  • Riqueza: a la totalidad de sólidos (la tierra, suelo y subsuelo) y fluidos (aire, aguas) de dicha pachamama. Son riqueza también todos los compuestos, orgánicos (animales, vegetales) e inorgánicos (minerales en general), todo tipo de energía (luz, calor), toda cosa o ser, todo objeto que se ubica temporal y espacialmente en dicha pachamama. Se desprende que no existen propietarios individuales de esta riqueza y que ella es el "capital" inicialen que la economía se basa y que todo lo mueve-

  • Producción humana tiene por función esencial el ser consumida, sin importar la diferenciación de su origen entre esas dos formas de relacionarse con la pachamama. Pero la forma de producción social (la actual, la que utiliza lo que llaman la división del trabajo) es la única que necesaria y forzosamente debe llegar al hombre como consumidor, debido tanto al cometido de dicha función esencial como por la forma destructiva en que ésta se genera.

El valor económico de la riqueza artificial o racional (la producida por la humanidad), su significado, razón y sentido, se obtienen desde y en ese estado social, no individual, que contiene y se conforma del trabajo de éste. En especial de aquel que la repone, pues es el único trabajo que contiene valor social; valor que es concreto, medible, calculable, fácilmente traducible a números.

  • Riqueza social: Toda la vida del hombre es productiva. No podemos definir la actividad del hombre tal como se ha hecho hasta hoy, en que se considera al ser humano como un eterno empleado de un patrón eterno. Cada hombre como productor tiene su propia finalidad social, su propia vocación y capacidad particular para cada una de las incontables tareas que la humanidad puede realizar.

  • Perjuicio: Es a toda actividad humana que destruye riqueza y que no cierre el ciclo de ésta -o ciclo económico. Se logra mediante: el consumo de lo producido (la reposición de lo consumido) y la restitución de lo destruido

  • Valor de la riqueza: está determinado por la satisfacción cuantitativa del trabajo social necesario para producir y reponer y, conjuntamente, por el nivel de necesidad de consumo que ésa producción satisface.

  • Productor, como término absoluta y únicamente aplicado a la economía, a todo ser humano en edad productiva, cualquiera sea su actividad, por intermedio de la cual produce o crea un bien como objeto, tangible o no, que mejora la existencia de su mundo, su comunidad y la suya propia. Porque: la esencia del hombre es el conjunto de las relaciones sociales.

  • Edad productiva como la edad en la que un productor ejerce tal actividad. Un bebé es un productor dentro de la actividad que pueden ejercer los bebés. Un anciano es un productor dentro de la actividad que pueden ejercer los ancianos. Estos ejemplos extremos se muestran porque ellos, al crear bienes intangibles o no, también son capaces de mejorar la vida.

  • Bien económico: como un objeto que suple una necesidad y que ocupa un lugar en el espacio y/o un momento en el tiempo. A la calidad de ocupar un lugar en el espacio se le llama tamaño; a la calidad del momento que ocupa en el tiempo se le llama durabilidad: existen, en términos humanos, objetos durables y perecederos, permanentes o instantáneos.

  • Ingreso: como todo beneficio representable numéricamente, medible matemáticamente, verificable económicamente, que únicamente se obtiene y se alcanza al completarse definitivamente el ciclo económico que le atañe. Por su intermedio se satisfacen las necesidades materiales en general, entre las que se destaca el aumento del propio ingreso

  • Las necesidades, en un sentido más general, son aquellas faltas que son imprescindibles, en primer lugar, para mantener viva y sana a una persona. Posteriormente, las que se necesitan para mejorar esa vida con todas las seguridades y comodidades que pueda y deba producir la propia sociedad. Necesidades, específicamente, son aquellas cosas, materiales o no, que unos hombres poseen y disfrutan en tanto otros sufren su carencia. La necesidad de un bien es lo que lo hace útil.

  • La destrucción de la riqueza natural tengan razón de ser: es quien le da valor (valor social cuantitativo) al bien producido. La economía y sus herramientas la contabilidad, la estadística, etc. se deben utilizar desde el punto de vista del consumidor y no desde otro.

  • Un robo es un perjuicio siempre, porque por su intermedio un individuo o grupo se apropian de ganancias sin que repongan la riqueza que las generó: es la apropiación indebida de la riqueza generada por otros.

  • La especulación es otro perjuicio por ésa misma razón: apropiación de ganancias sin generación o reposición de riqueza.

  • La toma de ganancias sin generación o sin reposición no es trabajo, es delito. Sólo la culminación del ciclo iniciado es lo que garantiza que no haya perjuicio. Para el ciclo todo perjuicio económico es una falta, una infracción, un delito.

La vida no se conforma solamente de trabajo. También tiene horas de descanso, de diversión, de aprendizaje, etc. Tiene horas de sueño en ambos sentidos: el sueño de dormir y el sueño de soñar. Por lo tanto, la vida tiene dos características principales, no excluyentes de otras: la vida es actividad, pero hay una vida socialmente activa y otra que no lo es

  • El trabajo social consiste en crear, transformar y reponer riqueza. De allí que el trabajo puede existir solamente dentro del ciclo económico al trabajo como la actividad que realiza el agricultor o el obrero. Pero el estudio del ciclo nos muestra que la actividad deportiva también lo es; lo es la música o todo arte; lo es la medicina o toda ciencia.

El trabajo es cualquier actividad que crea, transforma y repone cualquier tipo de riqueza. El trabajo es actividad. Definitivamente debemos descartar el concepto común, y equivocado, que se tiene de trabajo:

  • Por definición, las personas que no realizan ninguna actividad son las únicas que no trabajan, y es necesario conocer el motivo de esa inactividad, para que la sociedad pueda solucionar el problema (cuando ella es la responsable) o simplemente comprenderlo, captarlo, cuando no lo es.

  • Definimos al dinero, a grandes rasgos, como un patrón de medida de la riqueza social total (la suma de la riqueza natural y de la artificial, generadas mediante el trabajo). Él no es la riqueza, tal como el metro no es la distancia, ni el termómetro la temperatura

El concepto de escasez es clave en la economía de "libre mercado". Pero el ciclo define a la escasez como falta de riqueza, como falta de previsión, como perjuicio. Porque ella misma es, de por sí, la demostración práctica de la ineficiencia de la economía y de sus ejecutores. Demuestra la ineptitud de sus responsables y, en especial, de sus ideólogos. Utilizar la escasez como explicación de la propia economía es una incoherencia, un dislate, un absurdo.

  • El concepto de escasez es clave en la economía de "libre mercado". Pero el ciclo define a la escasez como falta de riqueza, como falta de previsión, como perjuicio. Porque ella misma es, de por sí, la demostración práctica de la ineficiencia de la economía y de sus ejecutores. Demuestra la ineptitud de sus responsables y, en especial, de sus ideólogos. Utilizar la escasez como explicación de la propia economía es una incoherencia, un dislate, un absurdo.

El ciclo nos dice que hay que preverla, evitarla y derrotarla.

Así, queda definida la abundancia como aumento de riqueza, como existencia de trabajo, como fruto y fin de la previsión, como inteligencia. Es el cumplimiento efectivo del ciclo económico; es su razón de ser. Hay que alcanzarla siempre .A través del cumplimiento del ciclo económico haremos posibles la libertad y la liberación, la igualdad y la justicia, la solidaridad y el enriquecimiento.

El ciclo económico

La actividad humana es siempre destructiva; aunque puede y debe no ser irreversible. La riqueza natural (la pesca, la minería, la ganadería, la agricultura, la silvicultura, etc.) es la única fuente verdadera de riqueza; el hombre transforma esa riqueza, y durante ese proceso, efectúa una destrucción real de ella. Cuando ese proceso se ejecuta sobre la riqueza mayor de la naturaleza (la vida) la destruye definitivamente. A veces, y sólo a veces, ha reparado lo destruido, y sólo cuando su acción se ha realizado en forma racional y económicamente productiva (en la agricultura y en la ganadería, por ejemplo), cosa que voluntariamente no siempre ha hecho (la pesca es un buen ejemplo). Cuando el proceso se realiza sobre riqueza natural sin vida (la extracción de minerales, por ejemplo) también la destruye definitivamente el hombre es incapaz de reponer lo extraído; ejecuta un proceso de destrucción irreversible sobre la naturaleza.

El accionar humano también cumple un ciclo casi idéntico al de las hormigas; excepto que su actividad necesita cumplir con una tarea extra para que adquiera un carácter económico efectivo; el ciclo económico humano consta así de una etapa más: el hombre está obligado a completarlo mediante la reposición de lo que ha extraído. Sólo el hombre moderno (el que ha vivido durante y posteriormente a la revolución industrial, especialmente el actual) puede y debe hacer la reparación, pues la naturaleza es incapaz de reponer lo extraído a la misma velocidad con que el hombre lo destruye.

Entonces, el ciclo económico natural que corresponde a la humanidad se conforma de tres etapas bien diferenciadas: producción (extracción e industrialización), comercialización y reposición o reparación. Así es toda actividad que realmente transforma, crea y no agota la única riqueza a la que puede acceder para su propio bien: la riqueza de origen natural.

En la vida real se suceden recursivamente -sin solución de continuidad un número incalculable de ciclos similares para cada diferente tipo de bien producido y un número inmenso de ciclos idénticos para cada uno de los mismos tipos de bien.

La producción es la primera etapa del ciclo y es totalmente artificial en su forma y contenido. Mediante ella se le agregan diferentes valores a los bienes que se van produciendo: se agregan costos y beneficios. En una palabra, se agrega riqueza racional. La ejecuta la actividad humana a través del trabajo; en ella no interviene en absoluto la naturaleza más que en su forma de ser humano.

Su magnitud es perfectamente calculable a través del costo total que se generó cuando hubo que reponer la misma cantidad de la riqueza natural destruida la anterior "cancelación" del préstamo, la "siembra" anterior, más los valores que se le agregan por motivo de los insumos de la propia actividad del productor y del merecido beneficio de éste: la retribución de su trabajo. Todo productor obtiene un beneficio (que no es el único que recibe) derivado de su actividad productiva.

Si la materia prima producida, por cualquier causa, no llegara a pasar a las siguientes etapas, el ciclo nos indica que se produce un perjuicio, un daño, que no podrá ser revertido sin costos quizá enormes, costos que, en última instancia, los pagará el productor extractor, ya que por un lado, la naturaleza no podrá ser retribuida normalmente, y por otro lado, el benefactor no la accede, ni puede así pagar su costo de producción El trabajo del productor extractor y el de la sociedad consiste, justamente, en esto: reposición de la riqueza y pasar esa materia prima a las etapas siguientes.

Si así lo requiere el bien final la mercancía, la etapa productiva continúa cuando la materia prima se transforma en un producto, mediante la ejecución de otros diferentes métodos artificiales (fabricación, elaboración, manufactura, etc.), en los que también se agrega a su precio otra riqueza racional (costos y beneficios). Suele dársele el nombre de industrialización.

Esta etapa también destruye riquezas varias; por ejemplo, en forma de energía consumida o en forma de desperdicios no reponibles; todo aquello que integra

Lo que llaman insumos o costos relacionados al proceso industrial. El trabajo, tanto del productor de esta etapa como el de la sociedad, consiste en la elaboración del producto y en la minimización de dichos perjuicios, además de la cuota parte de la reposición que le corresponda. Esta etapa aumenta el precio del producto que se originó en la etapa extractiva: aumenta el costo social de producción. Es evidente que no todas las materias primas deben pasar por ella necesariamente.

Si el producto (nombre que le damos al bien que se crea en esta etapa) no llega a la siguiente, se genera un perjuicio ya irreparable: la materia prima que se destruyó en el transcurso de este proceso, no tiene forma de ser repuesta y, además, no será alcanzada por el benefactor. El costo de este perjuicio lo sufrirá directamente el propio productor de esta etapa, e indirectamente el de la etapa anterior, la naturaleza y con ellos toda la economía.

La segunda etapa es la comercialización. Es la etapa en que el bien extraído o el producto según el caso particular, se transforma en mercancía propiamente dicha. En ella, al bien en venta se le ha agregado toda la riqueza artificial (todos los costos y beneficios), cuya suma conforma lo que se llama precio, que será pagado en su totalidad por el benefactor. Con esta etapa se cumple el fin principal y motivo fundamental de todo el ciclo que involucra cada mercancía: alcanzar al benefactor y ser accesible por él.

Por dos razones diferentes es fundamental que la mercancía se alcanzada por benefactor: una, porque repone, al consumir, una parte (y sólo una parte, aunque fundamental) de la riqueza necesaria para la conclusión del ciclo, y otra, porque él entrega parte del fruto de su vida, de su propia actividad social (en la forma de dinero, de indev), a cambio de esa mercancía.

Ésta acción que él realiza (la compra) es lo que explica todo y cualquier proceso económico; en especial la reposición antedicha, pero también la obtención de los beneficios de cada uno de los productores de las diferentes etapas del ciclo. Es el momento en que el costo de un producto (que es un costo social) se confunde con el precio (de cancelación individual); es el momento en que todas su partes se unen y se convierten, para el benefactor, sólo en costo, en costo puro: por eso el producto ya es mercancía, y por eso el precio de venta de cualquier mercancía es su costo social de producción, la tercera y última etapa del ciclo, la reposición de la riqueza extraída, producida y consumida. En ella sucede la restitución, por parte del hombre, de la riqueza natural destruida, la reparación total del daño.

Tiene una doble faz: la que realiza el productor al volver a sembrar, y la que realiza el benefactor al consumir el bien producido.

En resumen, el ciclo económico comienza con la apropiación (en forma de préstamo) que se realiza a la pachamama la cosecha, por ejemplo y finaliza con la devolución de tal préstamo, la resiembra y el consumo

Ésta es la única forma de ver el verdadero orden en que el ciclo económico ocurre, no de otra manera. Y si no se cierra un ciclo abierto , esto es, si la quita a la naturaleza o el bien producido no llegan al benefactor, o el productor de cualquier etapa abandona el trabajo antes de completarlo, no se produce la necesaria reposición de riqueza en cantidad suficiente para equilibrar la extracción, para "saldar la deuda" adquirida con la naturaleza.

Para terminar de cerrar el ciclo es imprescindible, como mínimo, la reposición total de la riqueza extraída. Pero inicialmente es conveniente el aumentarla. Esta reposición se conforma de dos partes mutuamente necesarias, incompleta la una sin la otra. Pueden darse en un orden cualquiera, no específico, pero ambas deben ser cumplidas obligatoriamente, para que no exista un perjuicio a la naturaleza y un daño evidente a la economía. Lo que implicaría que todo el trabajo realizado haya sido sea en vano.

Análisis por: Reyes Henirse

Un ejemplo ilustrativo

Trataremos de mostrar distintas cifras teóricas, relacionadas con lo antepuesto, para ejemplificar la idea y para darle un soporte matemático.

Supongamos una pachamama con forma de isla, desierta de seres humanos, similar a tantas otras, habitable, aunque podría no serlo. Hace bastante tiempo se enviaron a ella a un grupo de científicos para que estudiaran las posibilidades de su explotación.

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La isla fue estudiada con el objeto de analizar su riqueza, la extensión de su espacio vital, y su capacidad de explotación. Para ello se midió su superficie, resultando de 10 km², y se consideró que sobre ese territorio se apoya una pirámide invertida de aire, una "columna" atmosférica que se va ensanchando hacia arriba, hasta un límite impreciso, incluso infinito.

Esta representación piramidal tridimensional del diagrama da una idea de ese espacio vital, que contiene y representa una cantidad desconocida de riqueza potencial, que la representaremos con una Y, cuya magnitud es enorme, tanto que se puede decir que tiende al infinito. Esa riqueza Y era en aquel momento, antes de la llegada de los científicos, igual a una cifra que llamaremos riqueza natural Q.

Q = X + R

Vemos así que si la magnitud de Q puede considerarse que tiende al infinito; la magnitud de X también lo será, en tanto que para R (aunque su magnitud no es la de Q), tanto su explotación concreta como la potencial, en manos del hombre ambas, pueden llegar a ser tan grandes como la propia Q.

La riqueza R actualmente accesible para el hombre, se conforma a su vez de dos integrantes: la riqueza N, (los "recursos naturales", de donde el hombre toma sus materias primas) y la riqueza A de origen humano o artificial, conformada por los bienes que han sido o serán producidos por el propio hombre a partir de N. Ambos integrantes de R pueden explotarse, únicamente, mediante la actividad creadora y transformadora fundamental del hombre (la llamaremos T), entendida como conjunción de trabajo y conocimiento, la que está en acción permanente.

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Antes de la llegada de esos hombres a la isla, las variables A y T tienen una magnitud nula, esto es, valen cero, porque solamente existen donde está el hombre. Pero el día en que ellos llegan el estado de riqueza de la isla cambia en forma evidente. A la riqueza R (la riqueza natural propia de la isla, de la que el hombre puede hacer uso) se le agregó una riqueza nueva, la riqueza total H, que es el resultado de la capacidad T humana de aumentar esa N en una nueva N (llamémosla Nt) y la de transformar una parte de N en una riqueza A enteramente nueva (llamémosle At), que sólo el hombre puede aportar. Ahora A y T son valores positivos distintos de cero.

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H es la riqueza total que el hombre puede crear y usar desde la isla

R es la riqueza natural total de la zona que el hombre habita

N representa lo que comúnmente se llaman "recursos naturales"

A es riqueza artificial, todo bien o producto material hecho por el hombre

T es la totalidad del esfuerzo humano, físico e intelectual: el trabajo social

(No olvidemos que por ahora todas son incógnitas.)

Los descubrimientos que realizan los científicos demuestran que esa isla tiene posibilidades varias de explotación. Su biodiversidad es potencialmente buena, y posee recursos minerales interesantes. Inclusive se puede explotar algunos tipos diferentes de cultivo. Puede y merece ser habitada. Aconsejaron su colonización, debido a que la variable N, componente de R, representa una cifra significativa.

El hombre podrá recurrir a ella como un "capital" inicial muy interesante, casi inagotable. Esta conclusión nos confirma algo de una importancia fundamental: la riqueza (el "capital") existe previamente a cualquier actividad. Alcanzado el presente, nuestra isla hoy posee 100 habitantes.

Durante la ocupación y colonización humana, la isla necesariamente sufrió destrucción de parte de su riqueza natural N, conformadora de R. Se eliminó parte de su paisaje, pero fue suplantado por otro, artificial, cuyo valor es fácilmente calculable. Así, parte de N se transformó en A, mediante el trabajo representado en T, aumentando R su magnitud. Se mantuvo así una igualdad relativa del su valor de R, porque a pesar de que se disminuyó el valor de N, se aumentó el valor de A. Es más, posiblemente creció la magnitud de la propia N, al seguir desarrollándose la sociedad isleña.

De la tierra se tomaron piedras, árboles, agua, e incluso vida silvestre. Se le extrajo riqueza que fue utilizada en provecho de sus nuevos habitantes.

También se construyó una carretera (algo netamente artificial), cuyo costo total fue de una cantidad C (en el que se incluye la extracción de terrenos N). Esa magnitud C pasó a conformar el valor de A en forma directa.

Decimos que la riqueza A aumentó una cantidad igual a C; o que R aumentó una magnitud C (porque a través de A esa cifra pasa a integrar la riqueza propia R de la isla). Hemos visto la transformación de un costo social C en un beneficio social C. Pero esa "metamorfosis" sucede solamente al concluirse la obra y al empezar a ser utilizada por quienes la necesitaban, pues ese fue el fin para el que se la construyó. Es en ése momento en que ya no hay un "costo" C, sino que existe un aumento de la riqueza propia R en una magnitud igual a C, pues ha llegado al benefactor y éste la transformó, al usarla, en un bien con valor social. Mirémoslo matemáticamente:

R = N + A R" = N + A + C

Este es otro concepto fundamental, que a su vez explica por qué llamamos benefactor al que se conocía como consumidor: el usufructo o consumo de un bien que sólo él puede efectivizar hace que su condición de costo individual sea transformado en beneficio social. Lo que siempre es un costo individual para el benefactor, por intermedio de él, y sólo por él, es transformado en beneficio social, en aumento de la riqueza social, de R a R".

Basándonos en el conocimiento de que con la riqueza propia R de esa isla se deben satisfacer las necesidades materiales, de todos sus habitantes, y que éstos pueden hacer uso de esa riqueza mediante su actividad T (única forma de generar nuevos valores de A y reponer los valores N consumidos), la actividad humana cumple con el ciclo económico; proceso que en sí mismo representa qué han hecho de bueno los habitantes de la isla. Vemos entonces que sin T, el trabajo social o actividad social o energía social, nada de esto es posible. Por eso tendríamos que definir un valor concreto para esa variable T.

Como el trabajo T del hombre que implica el uso de su esfuerzo, su habilidad y su conocimiento en una unidad inseparable no sólo hace la transformación de N en una nueva A (en At), sino que puede y debe reponer lo tomado de la propia N, con lo que el valor cuantitativo de aquella N inicial será igual (aunque es preferible que sea aumentado) al final del ciclo económico, en Nt:

At = T*A _ At > A

Nt >= T*N _ Nt >= N

Por lo tanto, el valor inicial de R (aquel N + A) fue aumentado a un valor R" = Nt + At, en una magnitud positiva de (Nt – N + At – A), confirmando que mediante su trabajo T se ha aumentado el ya enorme valor de R, tal que R" > R.

R" = Nt + At _ R" > R

Lo fundamental a tener en cuenta es que lo antedicho demuestra que el crecimiento económico de una población es independiente del "capital" monetario; sólo depende de la población en sí misma (uno de los "recursos" naturales), y de su capacidad de crear, transformar y reponer riqueza. O sea que el crecimiento económico o desarrollo general sólo depende de la riqueza natural propiamente dicha, de la cantidad de habitantes y de la conjunción de su capacidad de trabajo productor-reponedor y de su actividad consumidora reponedora. En definitiva, depende del cumplimiento estricto del ciclo económico.

El dinero recién aparece cuando decidimos utilizarlo como patrón de medida de la riqueza, cualquiera sea la naturaleza de ésta (individual o social, natural o artificial):

I = T/ P ó T = I*P

La magnitud del factor T se halla multiplicando el ingreso mínimo I (mínimo, individual y periódico) por la población, P.

Dijimos que ese ingreso I, es un mínimo esencial que cada ser humano puede y debe poseer, individualmente. Hoy está semi definido y se le llama costo de vida o canasta básica, pero no ha tenido una definición convencional precisa, por lo que lo estableceremos (en forma arbitraria y para que sea entendible para todos) en una cifra de, digamos, 1000 dólares estadounidenses mensuales por cada habitante de la isla (I = 12.000 anuales), que a partir de ahora le llamaremos ingreso natural, quedando establecido que es un "piso" por debajo del cual no puede ubicarse el ingreso o salario de nadie. Todos y cada uno de los salarios están en o sobre aquel I. Como vimos en las definiciones, todo habitante integra esa población, sin importar la edad, "productiva" o no. Esta riqueza mínima, ese ingreso natural anual de toda la población, lo representamos entonces como la variable T, para ese período dado.

T = I*P

T = 12.000 x 100 = 1,2 millones

Como el valor del factor T es el producto de multiplicar la cantidad de habitantes ( P = 100) por el ingreso natural de cada uno (I = 12 mil), dicha cifra ha de representar, por definición y como mínimo, todo el trabajo de la sociedad isleña, pero también debe representar, necesariamente, la riqueza mínima anual que ese espacio vital tendrá que generar y poseer (en su naturaleza y en la capacidad de su población) para que todos sus habitantes puedan tener un ingreso natural digno, que les permita ir satisfaciendo todas sus necesidades. Esto es:

Si H >= R* T _ H >= R* 1:200.000

De aquí se deduce que la riqueza total H, accesible, transformable y aumentable por el hombre, será siempre un valor positivo mayor que el propio trabajo de él y de su ingreso I (por exagerado que éste pueda parecer); será mayor que el ingreso de la población P que la genera y disfruta; será mayor que el producto de ambos (a pesar de que para mantener el rigor matemático hemos incluido el signo de igual). ¿Por qué aseguramos que H es siempre mayor? Porque si T (el ingreso total de la sociedad) es tan alto como para que tienda a igualar el valor de H, su propia condición de creador de nueva riqueza, (definida y demostrada anteriormente), hace que R aumente a R", lo que demuestra que T nunca alcanzará a H. Ya hemos dicho, además, que en condiciones normales, T y H poseen un valor que siempre va en aumento. Sólo existe una condición: si y sólo si se cumple con el ciclo económico. Esto es, si se cumple con la reposición en sus dos formas de la riqueza extraída.

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Vemos que el crecimiento de la población no depende de la economía en sí misma, ni tampoco a la inversa: la economía no depende del crecimiento vegetativo. Éste depende de que la economía cumpla o no con el ciclo económico, al igual que ésta depende de que la población lo cumpla o no.

Podemos decir que incluso si esa isla fuera un simple peñasco, o un islote de arena (una isla con escasos recursos naturales), su riqueza propia R puede ser utilizada por un número P de habitantes íntimamente relacionado a ella, con las mismas posibilidades que cualquier otra sociedad que se ubique en un lugar de mayor riqueza: vemos así que el número de habitantes de un lugar está más relacionado con la riqueza natural de la zona que eligieron para vivir que con el consumo que realizan de ella; el número de pobladores depende del uso que hagan de su riqueza natural y de la reposición de lo que desde ella extraigan.

Es obvio que una tierra árida no genera las mismas posibilidades que una tierra fértil, pues se torna más dependiente del factor T, más dependiente del esfuerzo y el conocimiento de sus habitantes. Pero la realidad nos muestra que un país árido como Kuwait o tropical como Haití, incluso el planeta Marte o la luna, tienen cada uno su propio valor R lo suficientemente alto como para cumplir, mediante un T específico, con el bienestar general I de un grupo P de habitantes íntimamente relacionado a esa riqueza; esto es, permiten aplicar cada uno su propio ciclo económico.

Finalmente, el ciclo económico es lo único absolutamente necesario de cumplir y hacer cumplir. Con su cumplimiento nunca se llega a la disminución crítica de los "recursos" naturales. Por su intermedio se puede alcanzar el tan ansiado desarrollo o crecimiento ilimitado. A través de él se alcanza el crecimiento sustentable, sostenible, conservable, el que, como su propia etimología lo indica, sólo puede darse en forma natural.

Los servicios

Es el único sector de la economía que no genera riqueza, tampoco la destruye y le agrega un valor que se integra totalmente al factor T. Es absolutamente dependiente del poder adquisitivo de la población, por el simple hecho de no ser creador de riqueza, sino distribuidor de ella. Pero, por su propia función, es satisfactor de necesidades.

Resulta indispensable, también, por su función de distribuidor de bienes materiales e inmateriales, y por su participación directa en la generalización del conocimiento, de la seguridad, de la salud, de la justicia en general, entre otras muchas tareas.

Para el ciclo económico, por ejemplo, la comercialización de cada producto es una parte integrante de él mismo, por lo que los comercios en general forman parte del proceso productivo y no integran los servicios propiamente dichos. Otro ejemplo: el sector de la salud, un neto servicio, continuamente repone la mayor riqueza: la vida.

Llamémosle indev

¿Se puede crear una moneda definida científicamente, respaldada a través de una fórmula matemática, cuyo valor resultante esté definitivamente por fuera de los mezquinos intereses de los hombres? ¿Puede ideársela de tal forma que a su vez cumpla con la condición imprescindible de que el hombre mismo sea su unidad?

Supongamos la existencia de esa moneda extraña, "ideal". Que sea indevaluable. Que no necesite alimentarse de la pobreza, como lo hizo hasta hoy, para continuar existiendo. Que sea realmente útil para evitar todos o la mayoría de los problemas materiales de la humanidad relacionados con el dinero; preguntamos, ¿qué no lo está?

Para ello debe tener una definición precisa, clara y concluyente, que evite las imprecisiones y las injusticias que éstas generan; imprecisiones que crean la deificación absurda que siempre ha poseído el dinero, en especial el actual. Llamémosle indev, por indevaluable, sólo por darle un nombre cualquiera que la diferencie y la separe del concepto que hoy se tiene de éste.

Imaginemos esa nueva moneda en acción. Al ser indevaluable, rígida, los precios en todas sus formas (salarios, ingresos, dividendos, etc.) serían reconocidos y recordados como lo es el número de puerta de nuestro domicilio.

Esta rigidez tendría que ser suficientemente prolongada como para permitir tal memorización, para que posibilite además que los contrastes entre los precios se basen en la diferencia real que pueda existir entre las distintas calidades o condiciones de cada bien producido, en el trabajo y conocimientos contenidos en cada mercancía existente, y la capacidad de satisfacción que obtengan de ella sus consumidores.

Su indevaluabilidad mantendría el monto y el poder adquisitivo de los salarios conjuntamente con el nivel de los beneficios, en la producción y comercialización de todo bien; haría posible definitivamente la tranquilidad que nunca se tuvo de saber cuánto, cómo y qué se cobra o se paga por cualquier bien durante un período significativamente largo, sin subas ni bajas artificiales, sin "atrasos" ni "adelantos" cambiarios, sin devaluaciones ni ajustes.

Imaginemos que su propio valor, el valor que esa moneda representa y que rige todas las interacciones económicas de nuestra vida, no pueda ser variado por la voluntad de los hombres al ser obtenido a través de un método matemático concreto, no abstracto, real y vivo, que esté por fuera y por encima de la enormidad de los contrapuestos intereses que hoy lo influyen. Su valor debe estar dado a través de un cálculo preciso, una fórmula, de resultado inobjetable. Así transformaría a esa moneda en un patrón de medida tal como cualquiera de los que usamos habitualmente.

Imaginemos que su valor no tenga relación de dependencia o de determinación al compararlo con el de otras monedas. Imaginemos una moneda que realmente sea útil y lógica, esto es, previsible, constante, consecuente. En fin, que sea como nunca lo fue.

Con seguridad, solucionaría muchos si no todos los problemas económicos que han existido, derivados desde de la misma falta de definición del dinero, y de la utilización incorrecta en verdad injusta que esa "particularidad" permite. Claro que crearía otros problemas nuevos. Eso es tan inevitable como imposible de preverlos en este preciso momento; sólo su aplicación efectiva podrá mostrarlos.

Esta moneda es la que proponemos: es el indev, el nuevo dinero. Es el medio de consumo; es la conjunción de medio de pago y cobro, medio de intercambio, unidad de cuenta de costos y beneficios, sistema de medida y comparación. ¡Y nunca jamás una mercancía!

El indev sería entonces la moneda que realiza la socialización del acceso al hasta hoy único medio de consumo utilizado. Quita la posibilidad despótica de modificar su valor a quienes siempre la han tenido. Quita, en parte, el privilegio de poseerlo a los que siempre lo tuvieron, les quita su posesión en exclusiva, para repartirlo con y entre los que nunca lo tuvieron. Los más infelices serán los más privilegiados. Pero los igualará hacia arriba, sin necesidad de quitárselo a los que hoy lo poseen.

Partes: 1, 2, 3
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