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Reflexiones acerca de la motivación profesional en estudiantes universitarios (página 2)


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El profesor universitario y su papel en el desarrollo de motivaciones profesionales.

Existen evidencias que alumnos con buen nivel de desarrollo del pensamiento no obtienen resultados creativos porque no están suficientemente motivados. El hecho está en desarrollar no sólo los conocimientos y habilidades, sino también el conjunto de recursos psicológicos necesarios para desarrollar integralmente al individuo, y así poder enfrentar los retos cada vez mayores, del mundo actual (del Valle, M., 1991).

El maestro en los espacios de tiempo que le asigna el currículo escolar, sólo alcanza a ver resultados inmediatos del aprendizaje de sus alumnos, habilidades y conocimientos muchas veces fugaces, progresos cuantitativos, pero no el avance cualitativo de sus personalidades, por ejemplo, la aparición y desarrollo de hábitos e intereses cognoscitivos, de aspiraciones, la vocación, por sólo mencionar algunos elementos ausentes en lo que debería ser su influencia real. Esta costumbre de dar un valor primordial a conocimientos olvidables está haciendo un poco vacía la noción de aprovechamiento escolar (Fariñas L., 1997).

Se ha hecho una práctica cotidiana que gran parte de los profesores vean la motivación como algo a realizar en la etapa inicial de la clase, y por ende, la acción de motivar se contemple como un hecho aislado. Pero la motivación es mucho más que eso, la motivación debe ser concebida con un enfoque sistemático, como una constancia en toda la labor del docente en la cual influyen diversos factores: la personalidad y prestigio del profesor, el dominio científico de la materia que se imparte, la maestría pedagógica, etc.

Al respecto volvemos a retomar a Aguilar, Collado y Armenteros (1984) quienes plantean: "El profesor debe conservar siempre su personalidad, y dar la lección a su manera, con sus procedimientos. Esto es vital. El prestigio del profesor es uno de los aspectos más importantes en esta problemática, los alumnos realizan un juicio valorativo del mismo e incluso transmiten estas apreciaciones personales de un año a otro. Este hecho de manifestar admiración hacia un profesor reviste gran importancia, ya que la espera de la clase que imparte un buen profesor motiva al alumno, crea en él un estado psicológico adecuado, en cambio, si la imagen del profesor está caracterizada por una valoración peyorativa, el estudiante irá poco motivado a recibir la docencia, con una actitud de rechazo que es sumamente negativa al proceso de enseñanza-aprendizaje" (p. 4).

Pero ¿de que depende el prestigio de un profesor?, ¿será suficiente el dominio de la ciencia que se imparte para lograr la motivación en el auditorio estudiantil? Evidentemente, es nuestro criterio que ante todo debe dominarse la ciencia que se imparte y este será el punto de partida para entonces el profesor preparar la forma más efectiva de hacer llegar esos conocimientos al estudiante.

Al respecto Arnold, R. (1995) plantea: "El valor que se otorga a lo pedagógico, tanto en la praxis de la educación profesional, como en la conciencia de los profesores, educadores y demás participantes en ella, es más bien reducido. Los pedagogos profesionales se definen a sí mismos sobre todo de acuerdo a su especialidad (por Ej., el ingeniero industrial, de la construcción, etc.,) considerando frecuentemente su competencia pedagógica como una capacidad proveniente de fuentes naturales (que se tiene o que no se tiene), o que en todo caso, se puede lograr sometiéndose al "blanqueo rápido en pedagogía", por Ej., curso de 4 semanas para calificarse como educador" (p. 7).

No basta un adecuado dominio científico de la materia si éste no va unido a eso que se ha dado en llamar maestría pedagógica, la cual no es ni mucho menos algo innato, aunque es válido reconocer que ciertas características de la personalidad ayudan al buen desempeño, pero esto no es suficiente para alcanzar esa maestría mediante la cual el profesor puede lograr que los contenidos lleguen al alumno de forma tal que susciten su atención y motiven su ulterior estudio, esto no se consigue espontáneamente, sino como resultado lógico de una concienzuda preparación previa de la actividad docente.

Así lo resume González, en "La teoría de J. Nutlin sobre la personalidad y la motivación", con el siguiente comentario: "La forma no puede venir por si misma, mientras se pronuncia la lección ante el auditorio. Debe ser maduradamente pensada durante la preparación: cada palabra, cada frase, debe ser rigurosamente pulida y colocada en su sitio" (González D. J., 1972, p.14).

Por otra parte, la independencia cognoscitiva es, sin dudas, un objetivo de primer orden que deben lograr los estudiantes universitarios, pero para alcanzar esa difícil meta resulta imprescindible que estos se sientan verdaderamente motivados ante todas y cada una de las actividades que conforman el proceso de enseñanza-aprendizaje y particularmente ante cada nuevo contenido que les sea presentado en las diferentes formas de enseñanza.

Martínez A, Hernández L. (1987), resumen, a nuestro juicio, de manera muy acertada, los diversos factores que permiten lograr una motivación efectiva, ellos apuntan como aspectos muy importantes:

"-Impartición de la clase con elevada maestría pedagógica y didáctica para facilitar la comprensión.

Comunicación e identificación alumno-profesor en el cumplimiento mancomunado de

los objetivos del proceso docente-educativo.

-Uso de una técnica oratoria adecuada que propicie el carácter ameno de la exposición.

-Uso de determinados recursos entre los que se pueden señalar:

  • Planteamientos de problemas científicos novedosos o enfoques que difieran de los presentados en los textos usuales.
  • Resaltar la aplicación en el perfil de la especialidad de los contenidos que se exponen.
  • Brindar información histórica sobre los contenidos que se explican.
  • Realizar demostraciones experimentales que motiven la necesidad de estudiar determinado fenómeno o problema" (p.54).

Desarrollo de intenciones profesionales premisa para el rendimiento académico.

La motivación es una condición indisolublemente ligada al éxito en cualquier actividad, las intenciones profesionales, al representar el nivel superior dentro de motivos relacionados con el vínculo del estudiante a su futura profesión, se convierten en un factor determinante en el desarrollo de las capacidades necesarias para alcanzar las metas.

El análisis del papel de las intenciones profesionales en los resultados docentes resulta interesante, pues no compartimos la visión de que las bajas en la enseñanza superior se deban mayormente a que los jóvenes que ingresan no tienen capacidades para la especialidad que matriculan, estos estudiantes, aunque puedan tener dificultades con el desarrollo de sus capacidades en determinadas áreas específicas, deben tener un adecuado potencial para el desarrollo de las mismas, el haber podido llegar a los estudios universitarios lo avala.

La relación entre las motivaciones y las capacidades es recíproca, cuando un hombre muy motivado no posee capacidad para una determinada actividad, por lo general disminuye esta motivación con el tiempo, sin embargo, lo más frecuente es que la motivación optimice sus capacidades.

Es nuestro criterio que se hace muy necesario conocer la situación que presentan los estudiantes de una carrera con respecto a su motivación por el estudio de la profesión, pues este conocimiento permitirá trabajar en función de resolver los problemas que se presenten al respecto, como una forma más de garantizar un buen rendimiento académico en los estudiantes, así como posibilidades de éxito en su futura vida profesional.

El estudiante motivado por sus estudios alcanzará sin dudas el éxito, sobreponiéndose a dificultades, si las tuviera, la motivación optimizará sus capacidades, y podrá desarrollar sólidas intenciones profesionales. Aquel estudiante insuficientemente motivado aunque posea adecuada capacidad, tendrá su futuro profesional comprometido, puede que no llegue a culminar la carrera y si lo logra será un egresado con intenciones profesionales muy poco desarrolladas, y con poco o ningún interés por desarrollarlas, lo cual no augura éxitos en su vida profesional, y puede traducirse en sentimientos de frustración en el orden personal. (González, F. (1987), Simón, O. M. (2000))

La licenciatura en farmacia como profesión.

El objeto fundamental de trabajo de un Licenciado(a) en Ciencias Farmacéuticas es el medicamento, sus componentes, su elaboración, su acción farmacológica y su dispensación.

El farmacéutico, una vez culminada su carrera, estará listo para obtener y caracterizar sustancias de interés terapéutico, ya sea sintéticas o de origen natural, diseñar y desarrollar los medicamentos en diferentes formas farmacéuticas y establecer los sistemas de aseguramiento de su calidad para que el medicamento satisfaga las normas establecidas internacionalmente de la forma más económica y sin afectaciones del medio ambiente; además de evaluar la acción farmacológica mediante estudios preclínicos y clínicos, su biodistribución, toxicidad y uso racional.

Trabajará directamente vinculado a los Servicios de Salud siendo parte integrante de la atención primaria de salud. Estrechamente vinculado con el médico y el paciente, debe administrar la Unidad de Salud y es el responsable máximo en la dispensación del medicamento. (Plan de Estudio "C" Perfeccionado. MES. 1998).

Para el caso de los estudios en Ciencias Farmacéuticas muchas veces sucede que los estudiantes eligen la carrera sin pleno conocimiento de las características curriculares de la especialidad. Muchos alumnos la eligen por su afinidad con los estudios de medicina en su perfil clínico, sin tener pleno conocimiento del fuerte componente de las ciencias químicas en los estudios farmacéuticos, fuente de serios problemas académicos, sobre todo en los primeros años de la carrera.

Es por ello que, sobre todo en estos primeros años de la especialidad, se hace imprescindible trabajar fuertemente para motivar al estudiante por sus estudios, ya que, por las características curriculares de la carrera, la mayor parte de las asignaturas que se imparten para 1ro y 2do año son asignaturas de formación general y básica, con las cuales el estudiante no se identifica fácilmente por la naturaleza de sus contenidos y también por su complejidad.

Cabría preguntarse entonces ¿Qué rol juegan la integración de lo académico, laboral, e investigativo en esta problemática?

Al decir de García J. M. y Almuiñas J. L. (1992): "La correspondencia más favorable al desarrollo de la sociedad en magnitud y velocidad, debe buscarla la universidad a través de diferentes vías, como son la articulación entre la educación, la formación profesional y el empleo, el diseño de currículos flexibles, la preparación de profesionales con el mayor grado posible de versatilidad, la superación científica e integral del cuerpo académico, la investigación mayormente en problemas de cardenal importancia en el país, el desarrollo de un adecuado sistema de estudio de postgrado y la práctica de una extensión que fundiera a las instituciones con la vida de las comunidades" (p.156). Esto demuestra claramente la importancia de esta integración, que a su vez creemos que es decisiva en el desarrollo de las intenciones profesionales, y por lo tanto, de una sólida motivación por la profesión.

Esto es reafirmado por Torres M. y Álvarez C. M. (1993) cuando plantean que el contenido laboral, desde el primer año permite relacionar los contenidos académicos que recibe el estudiante, con el ejercicio de la profesión. Pone al estudiante, desde el 1er año de la carrera, en condiciones profesionales que permiten al mismo una relación inicial directa con la realidad en la que deberá desempeñarse como profesional, asumiendo con ello su papel como activista social en la solución de un problema dado. La persona principal encargada de garantizar estas ideas es el profesor universitario, quien debe integrar como un todo único y funcional lo académico, lo laboral y lo investigativo.

En la carrera, como respuesta a la integración de lo académico, lo laboral y lo investigativo se introducen, tras diversas modificaciones al plan de estudios, disciplinas como PRALAFAR (Práctica Laboral Farmacéutica) y Farmacia Social, las cuales funcionan como un colectivo multidisciplinario, presente en todos los años de la carrera, y que en un nivel de 1er año se traduce en una práctica de familiarización con visitas a centros de producción, servicios e investigación, donde se trabaja por lograr que el estudiante comprenda la utilidad de la profesión farmacéutica desde sus diferentes campos de acción y esferas de actuación, ya en 2do año reciben una importante asignatura de la especialidad, Servicios Farmacéuticos, la cual tributa directamente a la PRALAFAR II (Farmacia Comunitaria), que se conforma como una práctica laboral donde el estudiante se inserta en un Servicio Farmacéutico Comunitario. Si el alumno logra ser motivado con asignaturas como éstas, tendrá un estado de ánimo favorable al estudio que se proyectará también a su entorno familiar y social y le servirá para retroalimentarse y luchar por alcanzar los mejores resultados en sus estudios.

Es nuestro criterio que, como complemento de estas disciplinas y asignaturas que en los primeros años acercan al estudiante a su futuro profesional, el colectivo de la carrera debe organizar actividades de orientación hacia la profesión desde la propia carrera que deben contribuir a mejorar la disposición anímica de los estudiantes hacia sus estudios y futura profesión.

Además, en la medida en que cada docente, de estas asignaturas básicas y de formación general, den a la motivación la importancia que ésta tiene en todo momento del proceso docente-educativo resaltando la aplicación, en el perfil de la especialidad, de los contenidos que se exponen desde cada una de las asignaturas que integran el currículo de estudios, se hará más efectiva esta labor de motivación por la carrera, con lo cual estaremos cumpliendo nuestra parte en la misión de egresar a un profesional cada vez más competente y con un mayor sentido de pertinencia.

BIBLIOGRAFÍA

Aguilar, J.; Collado, J. M. & Armenteros, M. (1984) La motivación de los nuevos contenidos. Revista Cubana de Educación Superior, 4, 1-3.

Arnold, R. (1993) Aspectos teóricos y prácticos de la enseñanza y orientación para la acción en la educación profesional. Revista Educación. Instituto de colaboración científica. Tűbigen. Alemania, 47, 7.

Canfux, V. & Rodríguez, M. E. (2000) Algunas reflexiones sobre la formación psicológica del profesor universitario. Revista Cubana de Educación Superior, 20, 26.

Canfux, V. & Rojas, A. R. (1993). Una metodología para el estudio de las condiciones que influyen en la dedicación al estudio de los estudiantes. Revista Cubana de Educación Superior, 13, 50-54.

Fariñas, L .G. (1997) Maestro, una estrategia para la enseñanza Ciudad de La Habana Editorial Academia.

García, J. M. & Almuiñas, J. L. (1992) Educación Superior, Sociedad, Desarrollo y Planeamiento. Revista Cubana de Educación Superior, 12, 156.

González, F. (1987) Motivación profesional en adolescentes y jóvenes. Ciudad de la Habana, Editorial Pueblo y Educación.

González, D. J. (1972) .La teoría de J. Nutlin sobre la personalidad y la motivación. La Habana. Edición Revolucionaria.

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López, I. M. (1984). La relación entre lo racional y lo emocional en el proceso docente educativo. Revista Cubana de Educación Superior. Editora Universidad de Habana, 4, 142-164.

Martínez, A. & Hernández, L. (1987) El proceso de motivación en las clases de la educación superior. Revista Cubana de Educación Superior, 7, 49-54.

Mestre, U.; Fuentes, H. & Pérez, L. (1995) La formación profesional en la dinámica del proceso docente- educativo de la Educación Superior. Revista Cubana de Educación Superior, 15, 20-28.

Ministerio de Educación Superior. (1998). Carrera de Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas. Plan de Estudio "C" Perfeccionado. Ciudad de la Habana. 1-3.

Ramírez, R. et al. (1986) Algunas experiencias en el trabajo de formación vocacional y orientación profesional en el instituto pedagógico de Holguín. Revista Cubana de Educación Superior, 6 , 40.

Simón, O. M. (2000) Exploración de la Motivación Profesional en la carrera de Ingeniería Civil. Tesis de Maestría. Tesis para optar al Título de Master en Ciencias de la Educación Superior. Facultad de Psicología, Universidad Central de Las Villas. Santa Clara. Cuba.

Soler, E. et al. (1992) Teoría y práctica del proceso de enseñanza-aprendizaje: pautas y ejemplos para un desarrollo curricular. Madrid. Editorial Narcea.

Torres, M. & Álvarez, C. M. (1993) El perfeccionamiento de la Educación Cubana. Sus tendencias actuales. Revista Cubana de Educación Superior, 13, 111-115.

del Valle, M. (1991) Un Sistema de recursos que estimulan la actividad cognoscitiva. Tesis para optar al Título de Dr. en Ciencias Pedagógicas, Facultad de Psicología, Universidad de la Habana, La Habana, Cuba.

 

Datos del autor:

Elizabeth Maria Fundora Sarraff

Licenciada en Ciencias Farmacéuticas

Fecha y lugar de nacimiento: 3 de Marzo de 1965, Cárdenas, Matanzas, Cuba.

Dirección particular: Calle 9na e/ Tienda y 2da, Reparto Universitario, Santa Clara, Villa Clara. Cuba.

FORMACIÓN ACADÉMICA

Estudios Profesionales: Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas

Centro de estudio: Facultad de Farmacia y Alimentos, Universidad de la Habana

Fecha de graduación: 1988

Reconocimientos:

  • Alumna Ayudante más destacada de la graduación
  • Galardón "Diploma de Oro"
  • Miembro Numerario de la Sociedad Cubana de Ciencias Farmacéuticas

Estudios Postgraduados: Maestría en Ciencias de la Educación Superior.

Centro de estudio: Facultad de Psicología, Universidad central de Las Villas,

Santa Clara, Cuba.

Fecha de graduación: 2005

Otros estudios de postgrado: 3 cursos de postgrados de idioma.

6 cursos de postgrados de computación.

8 cursos de postgrados de especialidad.

10 cursos de postgrados de pedagogía.

Producción científica: autora de 8 artículos científicos.

OCUPACIÓN PROFESIONAL

Actividad: Profesora, Jefa de Junta de 1er año, Jefa de Disciplina Farmacia Social.

Categoría docente: Asistente.

Años de experiencia docente: 15 años.

Proyecto de investigación: Orientación Vocacional. UCLV

Datos del coautor:

Dra. C. Luisa María Guerra.  Licenciada en psicología. por la Universidad Central  "Marta Abreu" de las Villas, 1976. Doctora en Ciencias Psicológicas. por la Universidad de La Habana. 1998. Post doctorado en Investigación cualitativa. Girona. España, 2001. Profesora Titular de la Facultad de  Psicología de la UCLV, imparte las asignaturas de introducción a la Psicología, Comunicación Social, Metodología de la investigación y Psicología educativa. Profesor Colaborador del centro de estudio  de educación de la UCLV en metodología de la investigación. Dirige el Proyecto de Orientación Vocacional para la totalidad de las carreras de la UCLV.

.Ha impartido cursos y maestrías en Bolivia. La paz., 1994., en  el IPN, México. 1999, de Educación y creatividad y evaluación del aprendizaje. Profesora del curso de Evaluación del aprendizaje y Metodología de la investigación en UNEXPO. Venezuela., por mas de 4 años consecutivos.  Miembro del tribunal nacional de grado científico de la carrera de Psicología. Ha realizado un gran número de investigaciones en el área de Psicología ambiental y Psicología educativa en las cuales realiza tutorías de tesis doctoral y de maestría. Autora del libro "FORMA E IMAGEN ": La Paz, 1994 y autora de más de 15 artículos científicos.

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