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EL PAN DE LA PROPOSICIÓN Y SU APLICACIÓN HOY DIA (página 2)

Enviado por karla77_sanchez


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3. Comentarios adicionales sobre Despertad

8/Enero/2000 sobre este asunto de las transfusiones: En la pág. 8 Stephen Geoffrey Pollard, cirujano consultor británico, señala que los índices de morbilidad y mortalidad son casi iguales entre los operados sin sangre y los que si fueron transfundidos. Pero, no menciona en que tipo de cirugías ó casos (quizá es en los casos de intervenciones sencillas). Lo mismo notamos en los comentarios de algunos médicos en el recuadro de la página 10 (Se habla de evitar el uso de sangre en cirugías ¿Pero de qué tipo?). Aunque Despertad encuesta a dichos médicos, ni la revista, ni los médicos indican que exista ya un sustituto de la sangre, más bien aluden a tratamientos que posiblemente ayuden, y muestran la disposición de dichos especialistas de tratar sin sangre a la gente. ¿Porqué Despertad no pregunta si existe dicho o dichos sustitutos a la sangre?

Finalmente para cerrar los comentarios sobre este número de Despertad; se menciona en la pág. 9 que "La cirugía mayor cardíaca, vascular, ginecológica, ortopédica y urológica puede llevarse a cabo con éxito sin sangre o sus derivados (Comentario que toma la Despertad de la revista Canadian Journal of Anaesthesia). Pero no indica sí son tratamientos experimentales, y si funcionan, en dónde se llevan a cabo, quién los realiza, a quienes se les ha sometido a dichas intervenciones con esos tratamientos alternos, y, lo más importante, si mejoraron y sobrevivieron, ó en el peor de los casos – como en muchos tratamientos experimentales que no dan buenos resultados -, empeoró el paciente o falleció. Además notemos algo importante, los comentarios médicos que se dan ya sea de especialistas o publicaciones provienen de Canadá, Inglaterra, o de países en mejor nivel que el nuestro. Y nos llama la atención al comentario final que hace en la pág. 11 el descubridor del virus del sida, Luc Montagnier: "La evolución de los conocimientos en este campo nos muestra que un día tendrá que extinguirse la transfusión sanguínea". Y la revista Despertad cierra diciendo: "Entretanto las alternativas ya están salvando vidas".

Así es, estamos de acuerdo con Montagnier, quizás algún día haya un sustituto (pues hasta hoy no lo hay). Pero mientras tanto ¿En dónde las alternativas ya están salvando vidas(Quizás en un país con mayor desarrollo que el nuestro)?. Así que mientras se descubre o inventa el sustituto de la sangre, y llegan los tratamientos sin sangre a México y a nuestra zona, ¿porqué no usar la sangre en una transfusión para salvar vidas? como hicieron David y sus hombres con el pan de la proposición según hemos aprendido, de hecho Jesús no los recriminó por ello, mas bien entendió sus circunstancias y mostró el punto de vista del asunto con más claridad (Mat. 12:1-8). En la revista Despertad 8/Enero/2000 que estamos analizando y en otras publicaciones de la Sociedad Watchtower (incluyendo comentarios de publicaciones médicas y opiniones de especialistas), en sí no se muestra que exista una sustituto totalmente efectivo, ni los médicos lo mencionan, sólo hablan de las alternativas (procedimientos experimentales –aunque no se señala abiertamente que lo sean, pero los resultados a largo plazo hablan por sí solos, a manera de ejemplo, procedimientos que antes se creía eficaces en este asunto han sido desechados por ineficientes-), y que en algunos casos no se necesita sangre, y muestran solamente su disposición de tratar sin sangre a ciertos pacientes.

Por otro lado en el número del 1/Junio/2001 de La Atalaya en un artículo de estudio, en la pág. 20 se menciona lo siguiente: "Una médica de Polonia telefoneó a las oficinas administrativas de los testigos de Jehová para decir que ella y sus colegas del hospital habían debatido durante varias horas el tema de las transfusiones de sangre. La conversación la había suscitado un artículo aparecido ese día en el rotativo polaco Dziennik Zachodni. ‘Personalmente lamento el uso excesivo de la sangre en la medicina – reconoció la doctora -. Esta situación debe cambiar, y me alegra que alguien haya sacado a la luz el tema. Deseo más información‘ ".

Notamos varios puntos, primero, no se dan más detalles sobre la doctora ni sus colegas que debatieron esta cuestión, ni se revela el nombre del hospital, segundo, tampoco se señala si el debate era sobre en que ocasiones no se debería usar transfusiones –quizás en las simples y sencillas-, algo lógico por lo que dice la doctora misma:"Lamento el uso excesivo de la sangre en la medicina", y notamos en este comentario que esta doctora no da a entender que no acepta transfusiones en ningún caso, más bien en lo que ella no está de acuerdo es en el uso excesivo de sangre –quizás en casos donde no sea totalmente necesaria, como en intervenciones sencillas- Por otro lado, se menciona que dicha doctora desea más información (de la Sociedad Watchtower, quizás, pues ella telefonea a las oficinas de los testigos de Jehová en Polonia), pero, de nuevo, esto es como decir que un alumno le enseña a realizar ecuaciones a su catedrático de álgebra, o, en este caso, que el catedrático le pida a su alumno que le enseñe a resolverlas. Ahora bien, si esto es probable, pudiéramos pensar que nuestra Sociedad cuenta con especialistas médicos en este tema, de tal manera que estos puedan asesorar a colegas suyos que no son testigos de Jehová (en este caso dicha doctora polaca); pero, entonces, si la Sociedad los tiene, ¿porqué no se encargan de tratar a nuestros hermanos espirituales cuando necesitan de su ayuda, proporcionándoles las supuestas técnicas quirúrgicas sin sangre?, además, si, teniendo a dichos profesionales ¿porqué en nuestras publicaciones se encuesta a especialistas no testigos de Jehová y se publican sus comentarios solamente, cuando también serían de utilidad los consejos de nuestros propios especialistas, siendo además nuestros hermanos de fe?

Prosiguiendo, muy probablemente la información que se les proporciona sobre este tema a los especialistas es similar a la que se nos envía (en ella solo mencionan las terapias en fase experimental, aunque en ellas no se diga que son experimentos, en otros casos se trata de procedimientos usuales en casos simples o en desuso –algunas de hace décadas-, o comentarios de médicos u otras publicaciones, como hemos visto en esta larga y extensa investigación). Dicha información es similar a la que se nos da en el libro Razonamiento, los números de La Atalaya y Despertad, y entre otras publicaciones de nuestra Sociedad, el folleto ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?, publicaciones de las que estamos hablando en este estudio. El comentario anexo de la doctora sobre el que alguien haya sacado a la luz el tema de la sangre, no es muy oportuno, pues no sólo de manera escrita, sino en la televisión y en Internet se han hecho espacios para exponer este tema.

Algunos comentarios o datos y experiencias de personas que se citan son imprecisos como hemos visto (por ejemplo, don José, tampoco se dice quienes componían las personalidades médicas asistentes a un congreso mencionado anteriormente, ni mucho menos se da el nombre de la doctora polaca, el hospital, etc. –entre algunos ejemplos-), aunque deberían revelar más detalles debido a la importancia de este asunto cuestionado. Hacer esto es como decir que: "allá en un país ya se descubrió la vacuna contra al sida", pero, lo importante no es sólo dar la noticia, sino dar la información completa, pues muchas personas dependen de una esperanza real debido a que están ya enfermas de sida, personas que necesitan estar bien informadas, habría que dar el nombre del país, el lugar, el hospital, quien la descubrió, está todavía en fase experimental o ya está abierta al uso general, hay ventajas en esta vacuna que en los demás tratamientos, ha dado resultados, está ya en el país ó lugar donde vivimos, etc. Recordemos que la mejor decisión es la que tomemos una vez bien informados de todas las posibilidades, y de los riesgos y ventajas de cada una.

En cuanto al folleto ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre? (hb-S), porqué no sacar periódicamente una nueva edición de él que muestre los adelantos en este asunto de vital importancia, y cuyas investigaciones van a paso acelerado, pues el que tenemos y usamos es de 1995, en lugar de usar dicha edición de ese año citado, que trae comentarios médicos de ya algunas décadas atrás, -cuando ya algunas terapias de esas no se usan por no tener un éxito total y cuando ahora mismo otras técnicas están desarrollándose y renovándose-. ¿Qué podemos decir de dicha edición de tal folleto?

En la pág. 6 se menciona que, aunque, el tratamiento actual –las transfusiones- no existían en tiempos de Noé, Moisés ni los apóstoles, el uso medicinal de la sangre no es cosa moderna, pues en Egipto, Asiria y otros lugares se consideraba el mejor remedio para la lepra, y que incluso un medico (probablemente asirio) de esos tiempos comenta que trató al príncipe del rey Asirio dándole a beber sangre. Lo mismo se dice de algunas personas que bebían con ardiente anhelo la sangre caliente del degüello de los gladiadores para curarse de epilepsia, y que en 1483 Luis XI de Francia buscaba recuperarse incluso con sangre humana, que tomaba de ciertos niños. ¿Qué podemos comentar de esto?

En primer lugar, -de hecho lo menciona el mismo folleto en la pág. 6 párrafo 4, diciendo: "La sangre en su forma más común no pasó de moda como ingrediente en la medicina y la magia"- en esos tiempos (los del Egipto antiguo y Asiria) la medicina como tal, no existía, eran más bien procedimientos empíricos, donde no podemos hablar de que hubieran ya médicos, -como en el caso del supuesto médico asirio que atendió al hijo del rey-, eran más bien magos, brujos, o chamanes quienes curaban en esas épocas y estaban más relacionados al misticismo que a una ciencia. En segundo lugar, en el caso de Luis XI de Francia, -quién tomó supuestamente sangre de niños-, es una historia poco creíble y más dada a la fantasía. Y finalmente, en tercer lugar, los tratamientos con sangre de la antigüedad no estaban bien fundamentados, pues está demostrado que el ingerir sangre no alivia ni cura de lepra o epilepsia, esta idea es similar a la creencia de un supuesto elixir de la vida que evitaba el envejecimiento y la muerte; en cambio, las transfusiones de sangre son medidas médicas comprobadas de manera totalmente científica. Otros comentarios sin razón, son por ejemplo el de Thomas Bartholin (en la misma pág. 6), profesor de anatomía que vivió de 1616 a 1680, pues el objeta quejándose que los que imponen el uso de sangre humana para tratar enfermedades están usándola mal; pero, este profesor quizás sea un versado en su área –la anatomía-, parte de la medicina que estudia la composición del cuerpo (órganos, tejidos, aparatos, etc), pero de tratar enfermedades quizás no sepa lo suficiente, pues la anatomía no estudia las enfermedades ni sus tratamientos, y por lo mismo cuestiona un asunto sin bases. De hecho uno de sus grandes errores es comparar el comer sangre que transfundirla (pág. 6, párrafos 5 y 6), y ya vimos porque lo primero es distinto a lo otro –de acuerdo a comentarios de médicos de nuestra época-, a esto hay que agregar que la opinión que se tenía anteriormente acerca de las transfusiones ha ido cambiando, conforme las técnicas en su utilización han ido mejorando al paso del tiempo y garantizando una mayor seguridad (la sangre antes de transfundirla actualmente es sometida a procesos sofisticados en la detección de enfermedades y agentes infecciosos), que incluso si la persona desea puede recibir su propia sangre previamente extraída un tiempo antes de que la requiera dicha persona. Tampoco debemos hacernos eco de las ideas de Thomas Bartholin, ni tener las mismas creencias que él tuvo con respecto a la sangre, pues según él menciona lo siguiente en la pág. 6 párrafo 5: "Se condena a los caníbales. ¿Por qué no aborrecemos a los que se manchan la garganta con sangre humana? Lo mismo es recibir sangre ajena de una vena cortada, sea por la boca o mediante instrumentos de transfusión". Creer esto es como pensar que los trasplantes que han salvado a muchísimas personas es equivalente a descuartizar personas para darles sus órganos a otras. Afortunadamente ideas absurdas que se tenían anteriormente, no sólo con respecto al uso de la sangre (sino en diversos tratamientos e incluso otras áreas, por ejemplo la necedad de creer que el centro del universo era el planeta Tierra y considerar una locura la versión de que la Tierra no era el centro del universo y que ésta era plana, versión que el tiempo demostró su validez y el error garrafal de los opositores de esta idea), han ido cambiando y mejorando para el bien de la humanidad.

En la pág. 14 del folleto que estamos analizando (¿Cómo puede salvarle la vida la sangre? -hb-S-), se habla mucho de los expansores de plasma, pero, las informaciones que toma la Sociedad como base son de 1989, y como hemos visto, al pasar el tiempo, este ha demostrado la ineficacia de tales expansores en casos extremos, y actualmente se suelen usar en intervenciones simples y sencillas únicamente. En la pág. 15 por su parte se alude a tratamientos que, sino ya han sido descontinuados, pero al menos en donde vivimos es difícil que los proporcionen. Ahora, qué decir de la pág. 16, en ella leemos acerca de operaciones para reemplazar la cadera, incluso de manera total. A primera vista y de acuerdo a opiniones médicas de hoy, un médico difícilmente pudo haber expresado una intervención de ese tipo con esas palabras, y vamos a ver porqué. Primero, decir que a alguien se le reemplazó totalmente la cadera, es como decir que a alguien se le reemplazó el cráneo totalmente. ¿Porqué? – Porque la cadera, al igual que el cráneo se divide en partes (occipital, frontal, etc.-en el caso del cráneo-); además la palabra cadera es una palabra común, pues en medicina no es usual referirse a esa parte del cuerpo con dicha palabra –menos en un comentario médico- Teniendo en cuenta esto, lo más probable es que quienes hacen estos comentarios no están bien informados del tipo de operación y que esta haya sido sólo de alguna parte de la cadera, que podría se la pelvis, por ejemplo, ya que a la pelvis se le conoce comúnmente .como cadera. Todo lo anterior también es aplicable al caso de intervenciones de hombro, citadas en la misma pág. 16.

Finalmente, para concluir con el análisis del folleto ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?, hacemos mención de que en dicha publicación se toman comentarios de médicos y publicaciones médicas de hace ya décadas atrás, y se menciona que algunos facultativos informan acerca de intervenciones en las que no fue necesario el uso de la sangre (por ejemplo, intervenciones obstétricas y ginecológicas, cardiovasculares ó incluso cirugías cerebrales), y que la Sociedad toma como base de que no son necesarias las transfusiones en las operaciones –incluso en las intervenciones mayores-. Pero, estimados hermanos lectores, una vez más, reiteramos que el tiempo demostró que aún esas técnicas no dieron los resultados deseados, ya no se menciona que fin tuvieron las posibles personas a quienes se sometió a dichas operaciones sin sangre, (a manera de ejemplo, en las noticias cuantas veces vemos un tratamiento nuevo, ó invento médico, que al ser trasplantado genera problemas y finalmente causa la muerte a quien se lo implantan – como el caso del corazón de plástico, por ejemplo-), además esas técnicas se remontan varias décadas, no años atrás, y algunas cayeron al desuso por su ineficacia, pues en esos años la medicina en el campo de la sangre andaba en pañales (A esto hay que agregar que son técnicas que se dieron y se dan en países altamente desarrollados y que muchas son muy caras debido a su complejidad). Si no nos cree, lo comprendemos, pues a una idea que usted ha tenido durante mucho tiempo arraigada es difícil que de momento le reste credibilidad, pero. Lo invitamos a que analice estos puntos de este folleto y otras publicaciones de la Sociedad que hablan sobre este tema con especialistas, y que ellos den una opinión concienzuda sobre los comentarios que existen en las publicaciones que la Sociedad nos envía.

Por otra parte, mientras investigábamos todo este tema, algunos médicos nos comentaron que hasta hacía poco tiempo, algunos hermanos nuestros los habían visitado, para preguntarles y encuestarlos para ver sí estaban dispuestos a tratar sin sangre a los testigos de Jehová, y que por cierto les trajeron algunas informaciones –las cuales, ellos, al saber que éramos también Testigos nos las mostraron-; nosotros por nuestra parte, sabiendo esto, indagamos hasta dar con los médicos a quienes nuestros propios hermanos habían visitado y preguntado sobre su disposición de tratarnos sin sangre. Lo hicimos porque quisimos y sentimos esa necesidad de saber sus opiniones dadas a nuestros hermanos, así como el resultado obtenido acerca de la disponibilidad de usar tratamientos sin sangre. ¿Cuál fue el resultado? Los médicos y otros especialistas, nos comentaron que al recibir la llamada hoja de "Encuesta a médicos cooperadores", respondieron afirmativamente a tratar sin sangre tanto a niños y adultos –pero no en casos extremos-, siempre y cuando no fuese totalmente necesaria el uso de la sangre, pues nos dicen que como observaciones en la misma hoja de encuesta agregaron que no se deben generalizar los tratamientos, y cuando sea necesario el uso de la sangre al estar en peligro la vida de alguien hay que utilizarla, y además, agregaron que, no podemos comparar nuestro país con los países desarrollados que cuentan con adelantos más avanzados que los nuestros, ni creer que los tenemos en la provincia. Como vemos, todo esto corrobora la información que nosotros de manera independiente recabamos y les mostramos a ustedes en este informe. Y ¿qué hay de la información que nuestros hermanos les entregaron a los médicos junto con la hoja de encuesta? Veamos primero qué información se anexó junto con la hoja de "Encuesta a médicos cooperadores", y luego analicemos los comentarios que los médicos nos dieron de dichos anexos junto con nuestras propias opiniones acerca de los mismos.

  1. Un articulo aparecido en Aorn Journal en enero de 1998, reimpreso con permiso de sus editores, en inglés, que habla de los centros para la medicina y la cirugía sin derramar sangre (CBMS= Center for Bloodless Medicine and Surgery), las políticas y las estrategias que se manejan en ellos, los métodos usados, etc.
  2. Reimpresiones de 1.- Despertad del 22 de marzo de 2001, págs. 24-27, "El maravilloso aparato circulatorio" 2.- La Atalaya del 1 de marzo de 1989, págs. 30-31, Preguntas de los lectores: "¿Admiten los testigos de Jehová transfusiones de su propia sangre, dejando que se almacene su propia sangre y después se les devuelva?". 3.- La Atalaya del 1 de junio de 1990, págs. 30-31, Preguntas de los lectores: "Aceptan los testigos de Jehová inyecciones de una fracción sanguínea, como la globulina inmunológica ó la albúmina?". 4.- Despertad del 8 de noviembre de 1982, págs. 25-27, "Los testigos de Jehová. El desafío quirúrgico-ético" (Reimpresión de un artículo de The Journal of the American Association, del 27 de noviembre de 1981.
  3. Cuadernillo de Servicios de Información sobre hospitales. Los Testigos de Jehová en México, A.R.
  4. El librillo "Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre".
  5. El folleto "¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?".
  6. Directriz Médica (Sin rellenar)
  7. Tarjeta de Identidad (Sin rellenar)
  8. Editorial: "El desafío ético-quirúrgico que plantean los testigos de Jehová", del Canadian Medical Association Journal del 15 de mayo de 1983. Con referencias desde 1961 a 1982.

En cuanto a un artículo de la publicación Aorn Journal de enero de 1998, reimpreso con permiso de sus editores, los médicos nos comentaron que lo ideal, -sí el deseo de nuestra Organización era que más personas obtuvieran y conocieran este artículo-, sería que esta reimpresión autorizada hubiera sido en español, no en inglés como lo presentaron en las informaciones anexas que difundieron en la comunidad médica (tomando en cuenta que la Organización imprime con bastante rapidez informaciones en distintos idiomas en poco tiempo, y recordando que este artículo de la Aorn Journal es de enero de 1998). Y en cuanto a dicho artículo los médicos nos comentaron que en él se habla de algunas instalaciones médicas especiales en los Estados Unidos, que se denominan CBMS, por sus siglas en inglés (Center for Bloodless Medicine and Surgery), y que se puede traducir como centro para la medicina y cirugía sin derramar sangre, de los cuales, hay 56 en dicho país vecino. En ellos se realizan tratamientos sin sangre evaluando los casos en que no sea necesaria la utilización de la sangre, tienen los equipos y el personal necesarios para atender dichos casos; se mencionan además algunas técnicas usadas en esos centros especiales y sus estrategias. Por otra parte, las referencias bibliográficas en este artículo citan publicaciones que van desde 1917 a 1997, y la bibliografía sugerida va de 1989 a 1994, algo por lo que los médicos calificaron la información como proveniente de no muy buena fuente, puesto que los buenos artículos médicos cuentan con bibliografías mucho más recientes. Como comentario adicional los especialistas médicos, agregaron que en nuestro país apenas contamos con algunos hospitales de alto nivel (en ciudades grandes), y por tanto los llamados CBMS no están disponibles en el país, y en cuanto a los tratamientos sin sangre mencionados en dicho artículo, ellos ya los conocían –y se utilizan en casos donde no se precisa de sangre-, de hecho, en el mismo artículo se da a entender que en los CBMS sólo se atienden casos donde no es tan necesario el uso de sangre (Pues a veces se suele abusar el uso de este líquido –hay casos que no lo ameritan-).

El comentario que obtuvimos de los médicos acerca del "Cuadernillo de Servicios de Información sobre hospitales. Los Testigos de Jehová en México, A.R.", es el siguiente: Al parecer es difundido por el Comité de Enlace con los Hospitales; en dicho cuadernillo aparecen ciertas instrucciones que le indican a los médicos lo que tiene qué hacer al atender pacientes testigos de Jehová (la postura religiosa, las bases bíblicas, las alternativas que si se aceptan, e indicaciones para canalizar al paciente a otros médicos más experimentados si es que los médicos que lo están tratando no pueden atenderlo sin sangre, etc.), incluye hojas de información sobre estrategias para evitar y controlar hemorragias sin transfusiones de sangre, basada en publicaciones de 1987 a 1991. En este mismo cuadernillo aparecen la posición ética y religiosa de los testigos de Jehová en terapia médica, cuidado infantil y asuntos relacionados (aborto, adopción, circuncisión, incapacidad, autopsias, donación y trasplantes de órganos, el derecho a morir, curación por fe, uso de sangre y productos sanguíneos, alcohol, narcóticos y medicamentos, entre otros). Entre otras cosas, acerca de este cuadernillo los médicos comentan esto: Primero, si la Organización de los testigos de Jehová, trata de dictar la manera de obrar de los médicos y especialistas, dando o sugiriendo indicaciones con este cuadernillo, ¿será que la Organización tiene a su disposición especialistas médicos, que le permitan facultarla para dar indicaciones a los propios médicos?, sí así es, ¿por qué no lo ha dado a conocer? ¿por qué si teniendo médicos especializados consulta a especialistas externos y les pide sus opiniones? ¿por qué los especialistas de la Organización no atienden a sus miembros?. Ahora bien, si en caso contrario, la Organización no cuenta con dicho personal médico especializado, ¿qué autoridad tiene para dar indicaciones médicas si sus bases se fundamentan en publicaciones de 1987 a 1991?. Segundo, si la sección sobre el punto de vista de la Organización acerca de la donación y trasplantes de órganos, indica abiertamente que esta es una cuestión de decisión personal de conciencia, ¿porqué no se deja también como una decisión personal de conciencia las transfusiones de sangre (puesto que al trasplantar un órgano van pequeñas cantidades de sangre y otros elementos sanguíneos, que al final, se integrarán al torrente sanguíneo de la persona receptora de dicho órgano)?.

Concluyendo con sus comentarios, los médicos y otros especialistas a quienes los hermanos encuestaron acerca de su disponibilidad de atendernos sin sangre, nos señalaron que no es posible que nuestras decisiones con respecto a un asunto en el que podría depender nuestra vida en una emergencia, se basen en informaciones y artículos de años atrás (décadas, en algunos casos, como hemos visto), y que tomemos como una solución real y aplicable en cualquier caso, los experimentos que han arrojado apenas un destello de éxito. También debemos tomar en cuenta que cada caso es distinto, pues no es lo mismo que a alguien que va a someterse a una operación se le prepare con tiempo, que atender de momento a alguien que ha sufrido un accidente.

Por nuestra parte también revisamos las informaciones que los hermanos les dejaron a los médicos. ¿Qué hallamos? Con respecto al librillo "Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre", notamos que es una edición en español para México, y, aunque es de la Sociedad, no trae su correspondiente clave, como es costumbre en todas las publicaciones que distribuimos –por ejemplo: it-1-S para el 1er. tomo en español de Perspicacia para comprender la Escrituras ó hb-S- para el folleto en español ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?- Y ¿qué hay sobre la Directriz médica? De entrada y a primera vista, notamos que es una edición anterior, tampoco trae su correspondiente clave. Pero lo que más nos llama la atención es lo siguiente: En este año –como cada año-, se nos estregó una directriz médica, y la mayoría de nosotros –si no es que todos- recibimos la edición de dicha directriz que en el interior menciona, entre otras cosas, lo siguiente: Mi derecho a rechazar las transfusiones de sangre y los riesgos asociados con estas, así como a recibir atención médica de calidad y autorizar libremente el tratamiento más conveniente a mi salud e integridad física y moral, tiene fundamento en los artículos 48 y 80 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica, y los artículos 6, fracción XXIV, y 25, fracción IV, del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario, de la Disposición de Órganos, Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos. Pues, resulta que en la directriz que se anexa entre las informaciones dadas a los médicos, no se menciona nada de este párrafo. Por tanto, surgen preguntas: ¿Existirán dichas leyes en la república mexicana? Y si no las hay ¿será que por ese motivo la Sociedad optó por anexar una directriz anterior que omitía este punto?

Para terminar con esta investigación que también realizamos de manera extra acerca de esta encuesta de la Sociedad que buscaba a médicos cooperadores, y su disposición a tratarnos sin sangre, sugerimos que lo ideal sería que investigáramos acerca de la existencia de las leyes mencionadas en la directriz que nos sirve en situaciones de emergencia, en una cuestión de la cual podría pender nuestra vida, pues creemos que un documento como la directriz debe y debería estar bien respaldado.

Por cierto, porqué no en vez de debatir y volver a debatir este asunto buscando comentarios que apoyen no usar sangre, o pruebas que reafirmen usar las transfusiones, dejamos a los médicos con sus términos y comentarios, que nos están desviando de lo principal, que es salvar nuestras vidas y buscar la base para actuar. Una objeción que se pone para no transfundirnos sangre, es que nos podemos contagiar de una enfermedad, pero hay métodos cada vez más eficaces en la manipulación de la sangre y la detección de infecciones en ella, además existe la alternativa de usar nuestra propia sangre que, previamente se nos haya extraído para reutilizarla en un futuro para alguna emergencia ó intervención. Además en el folleto ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre? y en otras publicaciones editadas por nuestra Sociedad se menciona que en el caso de los trasplantes de órganos queda en el cristiano verdadero la decisión de aceptarlo o no pues se considera que es una cuestión o asunto de conciencia. Los médicos nos han cuestionado en cuanto a esta postura, pues nos indican que porqué no aceptamos sangre pero probablemente un trasplante sí, porque aseguran, que al trasplantar un órgano se nos introduce sangre del donador de dicho órgano a nuestro cuerpo, pues dentro de los vasos sanguíneos (venas y arterias) y en el interior del órgano donado existe sangre de la persona donadora del órgano, sangre que al reconectar los vasos sanguíneos se mezcla con la nuestra, y los médicos y especialistas concluyen que, en todo caso, se nos debería también dejar como una asunto de conciencia el recibir o no una transfusión. Esta objeción y comentarios nos dejan mucho en que pensar ¿verdad?.

Por otro lado, aunque exista en un futuro un posible sustituto de la sangre creemos que las transfusiones de ella no las prohíbe la Biblia como aprendimos de manera aplicativa en el relato del Pan de la Proposición y David. Quizás alguien objete diciendo que David ya había sido ungido por Samuel el profeta cuando tomó parte de dicho "pan santo" y sus hombres le servían siendo él ya ungido por el representante de Jehová. Pero, nosotros, también fuimos ya bautizados en agua en símbolo de dedicación ¿no es así?, por eso, podemos usar la sangre para salvarnos como hizo David con el pan de la proposición para salvar su vida y la de sus hombres. Y aunque algunos no se hayan bautizado todavía –en el caso de los nuevos y de los que aún no conocen a Jehová y sus leyes-, pueden usarla, pues Jehová quiera que vivan no que mueran (Eze. 33:11), ni mucho menos los que le servimos y tratamos de servirle (Sal. 30:9;16:10). Recordemos, también, que fue el sumo sacerdote, Ahimélec mismo, quien le proporcionó dicho pan santo, de hecho el Gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, le otorgó a David misericordia comprendiendo las circunstancias en que se encontraba ni lo recriminó más tarde por ello (Mt. 12:1-8), por ello nuestro Señor Jesús en calidad de Sumo Sacerdote y Rey entronizado nos otorga el derecho y la oportunidad de vivir misericordiosamente comprendiéndonos.

Otra objeción que se nos pondría es que David comió, en efecto, pan de la proposición, pero que ya había sido retirado y había sido reemplazado por nuevos. Pero, momento, la obra Perspicacia (citada en la sección acerca del pan de la proposición), menciona que estos panes aunque ya habían sido retirados, eran algo santísimo, pues habían estado toda una semana delante de Jehová, y sólo podían comerlos sacerdotes aarónicos. Este punto les dio a entender Jesús a los fariseos cuando les dijo que comer de este pan era algo ilícito tanto a David como a sus hombre, pero dio un punto de vista y tomó en cuenta otros factores y las circunstancias en que estaban David y los que iban con él al decir Jesús: "Quiero misericordia y no sacrificio" (Mat. 12:1-8; Os. 6:6). Por eso necesitamos no sólo leer las Escrituras, como lo hacían los líderes religiosos y fariseos del tiempo de Jesús, sino de entender además el significado de lo que se dice en ellas, – lo que se nos pide, pero, también lo que debemos y podemos hacer (Hech.15:28, 29; Prov. 21:3; Mat. 12:7)-, algo que no hicieron dichos guías y fariseos, y cosa que Jesús les señaló y reprochó (Mat. 23:23).

Creemos, por otro lado, que como organización y hermandad, no es posible que ante un estado crítico de salud (donde esté en juego la vida –que puede ser tanto la nuestra como la de un ser amado, un hermano de fe, conocido ó amigo-), y al tomar una decisión de vida ó muerte, nos basemos en sólo información atrasada y basada en experimentos que han dado pocos logros ó tratamientos que ya no se usan por su ineficiencia e ineficacia. Surgen a este respecto muchísimas preguntas, por ejemplo (Aunque como testigos de Jehová no creemos en la mala suerte ni somos fatalistas tomamos siempre en cuenta el tiempo imprevisto y la tragedia que pudiera acaecernos (Ec. 9:11, 12)): ¿Qué pasaría si en este momento a ud. ó algún ser querido, hermano de fe ó conocido lo atropellara un conductor imprudente, tras lo cual se estuviera desangrando? ¿Existe un hospital, al menos en la zona, dónde se le pueda canalizar y tratar sin sangre, y donde existan los procedimientos, los tratamientos, los medios, el personal y otros recursos más para tratarle sin sangre? En nuestro país –en México- difícil, pues apenas se nos considera un país en desarrollo, -quizás sólo en las principales ciudades, si acaso-, ahora, que hay si la persona y los familiares son de bajos recursos. Los casos que se han publicado en nuestras publicaciones son de países como Bélgica, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, etc. y países en mejor desarrollo que el nuestro. Hemos comentado que dichos artículos se basan en experimentos, pues así a habido otros ejemplos e intentos fallidos en otros casos, por ejemplo, personas a quienes se les ha implantado corazones artificiales (de plástico u otros materiales), que viven y sobreviven un período corto de tiempo, y luego mueren al haber complicaciones posteriores a las operaciones (o rechazos del propio organismo al nuevo objeto extraño); este ejemplo sólo es uno de los tantos que hay. No debemos ser fanáticos, demasiado se ha manchado el nombre de Jehová y su organización tildándonos de "secta que deja morir a sus hijos", o denominaciones despectivas de ese tipo, pues de por sí hay mucha oposición como predijeron Jesús, sus apóstoles y discípulos (Mat. 24:9). Recordemos que a la antigua nación de Judá, el profeta Jeremías, le anunció el juicio de Jehová por sus prácticas detestables y por sus sacrificios a ídolos –muchas veces niños que quemaban en el fuego-, prácticas que el pueblo realizaba a instancias de los sacerdotes y otros guías falsos y apostatas que promovían estos pecados (Jer. 7: 27-34); no debemos dejar morir a nuestros hijos –cosa que Jehová no ha mandado y que no ha subido a su corazón (Jer. 7: 31)- por la sencilla razón de que no comprendemos total ni realmente el alcance y las limitaciones de las leyes registradas en la Biblia, dejándonos llevar y guiar por los dictados de aquellos quienes no comprenden todavía el verdadero punto de este asunto. No debemos ser rígidos ni extremistas como los fariseos y otros guías religiosos del tiempo de Jesús, que hacían de la Ley una carga –cuando la Ley debía ser beneficiosa al pueblo y contribuía a mantener la unidad nacional-, sabían que debían "guardar sábado", pero no se prohibía obrar con misericordia y justicia tal día (Mat. 12:7;23:23), no debemos dar sólo el "décimo de la hierbabuena, el eneldo, el comino" en nuestras obligaciones con Jehová, como son predicar, hacer discípulos, etc. (Mat. 24:14;28:19, 20), cosas obligatorias, y desatender hacer justicia, misericordia y fidelidad. Además, la Biblia, cuando menciona a la prohibición de usar sangre es en el comerla solamente (en parte porque no había transfusiones), también el contexto y las referencias comprueban esto: Se prohíbe comer sangre. Debemos analizar este asunto, probablemente debamos hacer reformas en cuanto a este asunto, de hecho, la Sociedad ha tenido reformas en muchos aspectos (el uso de la cruz, el tener un solo anciano por congregación ,etc.), a medida que el entendimiento bíblico se aclara. (Prov. 4:18), y eso no es nuevo, pues la adoración de Jehová ha ido cambiado y adaptándose de acuerdo a las circunstancias, como ejemplo: del uso del tabernáculo al uso del templo de Salomón en la adoración a Jehová en el Israel antiguo. Es más, debemos probar y entender todas las expresiones inspiradas (1 Jn. 4:1), examinándolas, pues están en la Biblia, un buen ejemplo es el de los habitantes de Berea, que, al recibir la palabra la examinaban cuidadosamente, y al final, muchos se abrazaron el cristianismo (Hech. 17:11), debemos entender y saber las limitaciones y alcances de los principios bíblicos (lo que se nos pide evitar, pero a la vez, lo que sí podemos hacer), al hacer esto, hallaremos el conocimiento de Jehová (Prov. 2:5). Además, si recibimos una transfusión que nos puede salvar nuestra vida momentáneamente, debemos reconocer que verdaderamente lo que nos salvará en esta vida y la futura es la que derramó nuestro Señor Jesucristo, y no la que recibimos, ó en caso contrario no la que rechazaríamos de todos modos si no nos quisiéramos transfundir y morir. O más sencillo, ni la sangre recibida, ó la rechazada (si no la aceptamos) puede salvarnos verdaderamente, -solo la de Cristo- (Jn. 3:16).

No sería sensato que en un momento tan angustioso, en el que corra peligro una vida, nos aferremos a una creencia no muy bien cimentada, como la de no aceptar sangre transfundida, no sería de un cristiano razonable (Fil.4:5) cerrar los ojos, los oídos y la mente, encomendándose a Dios y esperar qué sucederá, pues no podemos esperar que él haga milagros en estos tiempos, pues de ser así irremediablemente esperaremos la muerte. Recuerde además que los minutos son de vital importancia, y por tanto, una decisión de ese tipo, debe ser rápida. Tenga en mente que son demasiados pocos los que han sobrevivido sin una transfusión –y dependiendo del caso, no es lo mismo hacer una operación sencilla (donde la sangre juega sólo un papel opcional) que tratar de salvarle la vida a alguien que ha recibido un balazo ó ha sido atropellado-. No debemos soltar las manos a esperar nuestra muerte, o la de un familiar –pudiera ser nuestro hijo más pequeño-, hermano de fe, amigo o conocido, ó alguien más, pues esto sería como que si no nos amaramos a nosotros mismos ni al semejante, y por tanto a Dios (Mat. 22:34-40). Por eso, si buscamos la manera de salvarnos, ya sea nosotros ó salvar a alguien más, demostramos así que nos amamos, y que podemos amar al semejante y a Jehová, en caso contrario ¿cómo vamos a demostrar que amamos a Jehová con todo nuestro corazón, alma y mente? y sería además, el dejar morirnos o a alguien más, como si dijéramos amar a Dios, pero odiamos a este alguien (1Jn. 4:20,21).

Apreciables hermanos, no queremos hacer tambalear su fe, queremos para ustedes lo que también deseamos para nosotros y quienes nos rodean: Una relación pacífica y armoniosa con nuestro Creador y vivir bien, gozando buena salud. Antes de preparar esta información estudiamos detalladamente las Escrituras y sus contextos, (en lo referente a la sangre pusimos más énfasis) y leímos informaciones de nuestra Sociedad, intercambiamos ideas con especialistas en medicina y recabamos datos (Prov. 11:14). No somos rebeldes ni desobedientes, que no se atienen a las directrices de la organización (pues antes de estar de acuerdo con ellas y aceptarlas hay que estudiarlas bien y comprenderlas), pues la razón y la lógica no permiten que veamos cosas que no hay, o no ver cosas que si las hay. Jehová nos dio el cerebro y lo dotó de inteligencia –en la mayor parte para comprender sus requisitos-. No hemos considerado oportuno dar nuestra identidad por muchas razones, entre ellas, de que se nos tilde de apostatas, falsos maestros, etc. Además, tenemos diversos y distintos privilegios en nuestras congregaciones locales que no queremos perder por tratar un asunto con una objetividad que muy pocos de nosotros se atreve a comentar, investigar y comparar con informaciones seglares, pero que provienen de médicos y especialistas en este tema de la sangre (quizás por temor de que la fe se les tambalee, -algo, que en este caso no puede suceder por comprobar, comparar e intercambiar opiniones con no testigos de Jehová, pero versados en dicho tema-), y por tanto de retraen de discutir razonada y razonablemente con la Organización. Esperamos, por tanto, estimados hermanos, y les pedimos que nuestro anonimato no le reste credibilidad a esta muy extensa investigación que realizamos y que vimos necesario dársela a conocer; pues el tema de la sangre es uno de los que no se ha informado a ciencia cierta sobre él y hay cierta confusión y diferencias de opinión–esto por parte de la Organización, pues no se nos ha informado a todo detalle y de manera realista todos los factores implicados, las ventajas y las desventajas de una u otra opción, más bien se han ocultado algunas cuestiones fantaseando con la creencia de que ya no es necesario el uso de sangre en ningún caso- (y ya lo hemos visto porqué), pues por un lado, la Organización se aferra a la idea de que ya hay sustitutos de la sangre y tratamientos alternos a su uso, idea, basada en algunos y pequeños logros de ellos (algunos en fase experimental, y no olvidemos que cada caso médico es distinto), y por ello se les ha tomado como un hecho, como una solución comprobada y consumada; y por otro lado, comentarios de especialistas que niegan una total efectividad en los supuestos sustitutos –recordemos que estos mismos especialistas médicos nos informan de que no hay nada hasta hoy, que pueda calificársele como un sustituto de la sangre- y los tratamientos alternativos al uso de sangre.

Creemos que todos, no solo nosotros, tenemos derecho a que se nos diga la verdad, además tenemos la obligación moral de abrir nuestra mente y criterios a las opiniones médicas de quienes realmente pende nuestra vida en ese momento (claro, sin violar los principios bíblicos, que sólo aluden en este caso, a la prohibición de comer sangre, como hemos aprendido y hemos visto la pauta, dada por el propio Jesús: El pan de la proposición (Mat. 12:1-8)), no dejando cerrar nuestros ojos ciegamente a una sola opinión –el de la Organización-. De hecho, muchos quisieran y quisiéramos que este asunto lo consideráramos como un solo pueblo, intercambiando opiniones, puntos de vista, etc. y llegar a una conclusión, como tratamos de hacerlo nosotros en esta ocasión, pero con más libertad de opinar sin tener miedo a alguna amonestación por hablar francamente, expresando lo que sentimos y sabemos, ó tratar de decir la verdad como en esta ocasión. Además, por encima de todo, lo importante no es saber quienes somos, sino dar a conocer estos factores, investigaciones y resultados aquí descritos. Queremos, además, que consideren no sólo el punto de vista de la Sociedad y el nuestro, sino que, teniendo estos dos puntos de vista, usted pueda sopesar la situación y determinar lo que va a hacer en un asunto ó situación donde su conciencia –más que nada-, le indicará qué debe hacer. Y, créannos, estimados hermanos, la mejor decisión será la que usted tome, siempre y cuando esté bien informado de todo este asunto, y también de las opciones que tiene, incluyendo las ventajas y desventajas de cada una. Entre nosotros hay hermanos de diferentes niveles de educación seglar, desde el menor al mayor (además de que algunos de nosotros llevamos ya algunos años en la Organización), pero todos, de un buen corazón dispuesto a analizar esta cuestión vital para nosotros y usted, y que por tanto, deseamos que se nos dé la oportunidad de que usted vea lo que hemos obtenido en nuestra larga investigación, que no ha sido fácil por cierto. Quizás se pregunte ¿Porqué hasta ahora empiezan nuestras objeciones? Como todos los testigos de Jehová, nosotros, siempre hemos considerado únicamente el punto de vista de la Sociedad, pero no fue sino hasta que oímos comentarios de especialistas en este asunto de la sangre qué decidimos investigar de manera imparcial esta cuestión y les presentamos los resultados obtenidos.

Sea que ud. o alguien se encuentre ante una urgencia –esperamos que nunca se pase por una situación angustiosa -, ó se va a someter a una intervención, se informe mejor sobre este asunto, y de preferencia con los médicos que lo atenderán, – si se inclina a aceptar transfusiones de sangre, asegúrese con el personal médico que esta sea sangre segura (De tener problemas en su congregación conviene que se. le plantee a los ancianos los puntos y factores –entre ellos los que vienen en esta extensa información- que lo llevaron a aceptar sangre transfundida)-, y así aprovecha para probar lo que en este análisis le presentamos, de hecho, aunque no ocurra ningún caso anterior ú otro similar, lo exhortamos a investigar imparcialmente esta cuestión, pruebe lo que le estamos mostrando, y saque sus conclusiones (1 Jn. 4:1 –no damos a entender con este texto que los hermanos que opinan que un cristiano no debe aceptar sangre en una transfusión sean falsos profetas, sino más bien, este texto lo usamos para indicar el modo de actuar de un cristiano: investigar y comprobar lo que ve, escucha, o lee, etc.), .al final, lo que cuenta es su decisión, siempre y cuando ud. esté bien informado y usa su conciencia educada por la Biblia.

Probablemente con el tiempo el conocimiento, el entendimiento y la comprensión bíblicos sean más exactos, y para entonces, Jehová habrá arrojado más luz espiritual sobre este y otros asuntos, y por tanto, habrá de ser necesarias más reformas de las que ya ha habido y hemos visto (por ejemplo el que ahora haya más de un anciano por congregación, cuando años atrás sólo uno estaba a cargo por cada una de las congregaciones) (Prov. 4:18). Esperamos disculpe la largura de esta información, y le enviamos un afectuoso saludo y cálido abrazo fraternales, entrañable hermano. Las citas bíblicas citadas en esta información se toman de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.

 

 

 

 

Autor:

karla sanchez

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