Descargar

Liderazgo, procesos grupales y resultados competitivos en equipos de fútbol sala (página 2)


Partes: 1, 2

Las evidencias empíricas, relacionados con la variable condición de líder del dirigente, arrojaron los siguientes resultados en los diferentes sectores investigados:

En el sector empresarial, estudiando Brigadas de Perforación de Petróleo (tareas productivas de tipo industrial y alto grado de estructura) (Casales, 1996a), se puso de manifiesto que la mayor o menor efectividad de los diferentes estilos de dirección (entendida la efectividad en términos del grado en que el grupo lograba su meta), dependía de los siguientes factores situacionales: Un Factor de Disposiciones Comunicativas Recíprocas DirigenteSubalternos (y las Percepciones Respectivas de tales Disposiciones); Un Factor relativo a la Condición de Líder del Directivo (o la naturaleza de sus Disposiciones Comunicativas Recíprocas con los líderes emergentes que eventualmente podían surgir) y Un Factor relacionado con el Tipo de Tarea (en cuanto a su estructura). Sin embargo, resultó de mucha importancia constatar que los factores analizados con anterioridad poseían diferente peso y que precisamente el de mayor importancia relativa lo constituía la condición de líder del dirigente, y en segundo término, el respaldo mutuo existente entre el dirigente y el líder emergente (en el caso en que este existiera). De manera que, ni siquiera bastaba poseer un estilo democrático y considerado con los sentimientos de los subalternos, para que ello se tradujera necesariamente en Rendimientos Productivos elevados. Se precisaba además que el directivo fuese un verdadero líder de grupo. (Su líder natural).

Los resultados alcanzados en el sector de salud, en el estudio de la eficacia de los equipos de atención médica a pacientes hospitalizados en las salas de medicina interna de un hospital (Casales, 1999b), validaron estos hallazgos en el sentido siguiente: en los grupos caracterizados por la existencia de dirigentes que satisfacían la condición de líderes reales de sus grupos (manteniendo controladas las restantes variables del modelo), existía una mayor calidad en la prestación de los servicios (por parte del equipo de atención médica) a los pacientes hospitalizados, ya que era mucho menor la proporción de quejas por parte de los pacientes. En estas áreas, la influencia positiva de los dirigentes (médicos especialistas jefes de salas, que llenaban la condición de ser verdaderos líderes naturales), si bien no contrarrestaba la insatisfacción laboral ni los niveles de estrés experimentados por los miembros del equipo de trabajo en la sala, producido por algunas condiciones laborales adversas, sí contrarrestaba los efectos o consecuencias negativas de dicho estrés e insatisfacción sobre los patrones de comportamiento de los miembros del equipo, orientados a una adecuada prestación del servicio. Queremos insistir en que la eficacia de la atención médica estudiada en estos casos, no se refería a la evolución de la enfermedad de los pacientes (la cual, como se comprenderá, depende de muchos vectores propiamente médicos), sino que se refería a la percepción por parte de los pacientes, de la calidad de la atención en el servicio prestado.

Por otra parte, en el sector educacional de nivel universitario, dentro de los resultados de mayor significación, se encontró nuevamente (Casales, 2005) el papel de la variable condición de líderes de los directivos, ya que en la generalidad de las situaciones contrastadas, el equipo (departamento docente) que lograba mejores rendimientos educacionales era aquel en el cual su dirigente (jefe de departamento), era considerado como un verdadero líder (manteniendo controladas las restantes variables). En las situaciones en que ninguno llenaba tal condición, el equipo de mejores resultados era aquel en el cual el dirigente desempeñaba una mayor proporción de roles de liderazgo, aun cuando no satisficiera todas las exigencias. Resulta importante aclarar que cuando Casales se refiere a rendimientos educacionales no se refiere solamente, o de manera exclusiva a los datos (o estadísticas) de la promoción académica en sentido cuantitativo; sino que el rendimiento educacional incluye además otros importantes vectores de carácter cualitativo relacionados con las influencias pedagógicas intervinientes en la formación en valores.

Estos resultados investigativos nos han servido para fundamentar la hipótesis de este trabajo. Por otra parte, múltiples estudios han constatado el nexo entre los niveles de integración de los grupos humanos y el rendimiento de estos.

3.5) Metodología de la investigación.

3.5.1) Tipo de investigación.

El tipo de investigación a realizar fue correlacional ya que, de acuerdo con Hernández, Fernández y Baptista (1998), este tipo de estudios tiene como propósito medir el grado de relación que existe entre dos o más variables en un contexto particular. La utilidad y el propósito principal de los estudios correlacionales es saber cómo se puede comportar un concepto o variable conociendo el comportamiento de otra u otras variables relacionadas. Lo anterior se ajusta a los fines de nuestra investigación, ya que tenemos como propósito medir el grado de relación existente entre el rendimiento de los grupos en las situaciones competitivas a las que se enfrentaron, y la condición de líder de su capitán y el nivel de integración sociométrica grupal en el plano funcional.

3.5.2) Universo y muestra de estudio.

El universo de estudio de la presente investigación fue la competencia de Fútbol Sala denominada "Giraldillos 2010", en la rama masculina. Esta competencia se celebra anualmente entre los equipos pertenecientes a las diferentes universidades de la Ciudad de la Habana. Los miembros de los equipos participantes lo constituyen en su mayoría estudiantes universitarios o recién egresados. Los jugadores son seleccionados a partir del rendimiento individual que hayan tenido en los juegos previos desarrollados entre las Facultades de su Universidad. Los Directores Técnicos de cada equipo, son los responsables de seleccionar a los jugadores. Una vez culminados los juegos interfacultades.

El campeonato "Giraldillos, 2010" se desarrolló mediante dos grupos clasificatorios (A y B). Los equipos dentro de cada grupo compiten entre si mediante el sistema de todos contra todos, y luego, los dos primeros lugares de cada grupo desarrollan una semifinal cruzada, en que los dos ganadores discuten el primer lugar de la competencia.

3.5.2.1) Selección de la muestra.

Nuestra muestra de estudio estuvo integrada por los 9 equipos participantes en la competencia. Los 5 correspondientes al Grupo A de Clasificación: La Universidad de la Habana (UH), El Instituto Superior de Ciencias Médicas (CM), La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), El Instituto Superior de Tecnología (INSTED), y La Academia Naval (AN). Los 4 correspondientes al Grupo B de Clasificación fueron: El Instituto Superior Politécnico "José Antonio Echeverría" (CUJAE); La Universidad de Ciencias Informáticas (UCI); El Instituto Superior Pedagógico "Enrique José Varona (ISPEJV) y la Universidad de Ciencias Médicas (UCIMED).

3.5.2.2) Control de variables.

Para el desarrollo de la investigación y validar nuestra hipótesis, se hizo necesario controlar una serie de variables que podían afectar las relaciones entre las variables de nuestro problema investigativo. Dichas variables fueron: Edad, Escolaridad, Experiencia Individual en la práctica de dicho deporte, Experiencia Colectiva del equipo, Desempeño Individual sobre la base de los Goles anotados en la competencia previa (interfacultades), Desempeño Individual sobre la base de las Faltas cometidas en la competencia previa, Proporción de Jugadores de Alto Desempeño en la Nómina de cada Equipo sobre la base del Promedio de Goles anotados en la Competencia Previa, así como la Proporción de Jugadores de Alto Desempeño en la Nómina de cada Equipo sobre la base del Promedio de Faltas cometidas en la competencia precedente.

3.5.2.2.1) Fundamentación de la importancia del control de las variables definidas por nosotros.

3.5.2.2.1.1) Edad

Se refiere a los años de vida de cada jugador (edad cronológica). Esta variable se controló, en vista de que al tratarse de grupos deportivos, el mayor o menor rendimiento de estos, podía estar dado por la proporción de atletas más o menos jóvenes dentro del equipo, tomando en consideración que es un deporte en el que los jugadores requieren mantener buenas condiciones físicas, agilidad y destrezas.

3.5.2.2.1.2) Escolaridad

La variable nivel de escolaridad, se refiere al total de años académicos cursados. Esta variable puede ser un indicador de un mayor o menor desarrollo cognoscitivo, lo cual también podría intervenir en la preparación y rendimiento en la competencia.

3.5.2.2.1.3) Experiencia deportiva de los atletas en ese deporte.

Esta variable de control se tomó en consideración, ya que la mayor o menor experiencia dentro del deporte, puede estar relacionada (tener efectos positivos) con el rendimiento de los equipos. Se evaluó a partir del total de campeonatos previos a la competencia en los que cada jugador había participado en los niveles de Facultad o de Universidad.

3.5.2.2.1.4) Proporción en cada equipo de jugadores de alto desempeño en la competencia previa a este campeonato.

Como es natural, puede suponerse que a mayor proporción de jugadores de alto desempeño en un equipo, este alcanzaría mejores niveles de rendimiento deportivo, en comparación con otros equipos que posean jugadores menos estelares. Aunque ello, no puede considerarse como una regla fija ni ecuación invariable, ya que los determinantes del rendimiento de los equipos participantes en una competencia puede ser función de diversos factores, es no obstante una condición que no debe dejar de controlarse, ya que sin dudas, estos jugadores resultan habitualmente esenciales en la nómina de cualquier conjunto, por todo lo que podrían aportar al rendimiento colectivo del mismo.

La proporción de jugadores de alto desempeño dentro del equipo se determinó, teniendo en cuenta dos parámetros relacionados con la competencia previa al campeonato actual, es decir los juegos interfacultades. En cuanto al primer parámetro se tuvo en consideración el promedio de los goles anotados por partido por cada jugador, mientras que para el segundo parámetro se consideraron las faltas cometidas sobre la base de las tarjetas rojas y las tarjetas amarillas recibidas en cada juego por cada jugador. De manera que consideramos como jugadores de alto desempeño dentro del equipo a aquellos que resultaron ser los mejores goleadores en el último campeonato en que participaron y los que hubiesen recibido una baja proporción de tarjetas amarillas y rojas.

3.5.3) Instrumentos o técnicas de investigación. Fundamentación.

3.5.3.1) Cuestionario para la medición de la condición de líder de los miembros de un grupo.

Este cuestionario fue elaborado por Casales (1991). Se trata de una técnica empleada para la medición de la Condición de Líder de cualquier miembro de un grupo psicosocial estable. Dicho instrumento evalúa las 4 dimensiones vinculadas con el concepto de liderazgo del cual partimos en nuestra investigación. Resulta ser una combinación de procedimientos sociométricos y escalas valorativas.

Fundamentación de esta técnica

Esta técnica fue construida y validada por Casales (1991) mediante la realización de un análisis factorial que permitió identificar la estructura de factores del cuestionario, así como las variables (ítems) que dependían de ellos.

El análisis factorial se desarrolló a partir de una muestra de 520 sujetos pertenecientes a 35 grupos, a quienes se les aplicó un cuestionario de 120 items que describían las condiciones que debía poseer cualquier miembro de un grupo para ser considerado como líder natural del mismo. A continuación de cada item existía una escala con 5 alternativas de respuesta, indicativas del grado en que tal condición estaba presente en la persona descrita: Mucho, Bastante, En Alguna Medida, Poco y Nada.

Se trataba de grupos pertenecientes a la esfera productiva, educacional, artística, de prestación de diversos tipos de servicios, deportivos y organizaciones sociopolíticas. Esta diversidad en los tipos de grupos, ayudó a concebir las proposiciones en una forma tan general que posibilitaba su utilización en una amplia variedad de situaciones.

El análisis puso de manifiesto la estructura de los factores reales del cuestionario y las proposiciones (ítems) correspondientes a cada factor con sus cargas específicas. Como destaca Casales (1991), este tipo de validez ha sido denominada por Lienert (1990) validez de constructo, y por Cronbach (1968) y Anastasi (1970), validez de elaboración.

El análisis puso de manifiesto la existencia de 6 factores, de los cuales solo se tomaron los 4 que permitían explicar en mayor medida la correlación entre las variables (ítems) de la prueba. Los 2 restantes fueron desestimados en vista de que estaban constituidos por proposiciones cuyos pesos o cargas factoriales eran bajos.

Por tanto, el análisis factorial determinó la existencia de 4 dimensiones o factores que permiten evaluar la Condición de Líder de cualquier miembro de un grupo. Debe destacarse que de acuerdo con los datos del análisis se trata de factores distintos pero estrechamente correlacionados en forma directa en todos los casos. De manera que no resultaron estadísticamente independientes al menos en la población de sujetos estudiados. Para cada uno de los factores considerados se seleccionó (por razones económicas, relativas a la extensión del instrumento y en consecuencia a la duración de las aplicaciones) solo el mejor item, vale decir, aquel de mayor carga en la estructura de factores, y que a su vez su peso factorial resultaba bajo en los restantes factores.

El primer factor se definió como Grado de Respaldo o Aceptación Espontánea.

Por tal motivo, el item seleccionado correspondiente a este factor está relacionado con el problema de las preferencias de cada miembro del grupo para desarrollar en interacción con otro (u otros) integrantes de su propio grupo, determinadas actividades que conduzcan a una meta compartida de naturaleza funcional, es decir, que responda a la razón primaria (básica) por la que se constituyó el grupo.

El segundo factor se definió como Capacidad de Aportar.

En consecuencia, el item seleccionado en relación con este factor está relacionado con las percepciones grupales acerca de la capacidad de sus diversos integrantes de realizar contribuciones significativas a la solución de los problemas que constituyen la razón primaria (básica) por la que el grupo se ha constituido.

El tercer factor se definió como Capacidad de Influir Espontáneamente

El item seleccionado para este factor está relacionado con las percepciones grupales acerca de la capacidad de sus diversos integrantes para influir espontáneamente y de forma significativa en los restantes miembros con vistas a la consecución de las metas del grupo.

El cuarto factor se definió como Capacidad de Motivar

El item seleccionado está relacionado con las percepciones grupales acerca de la capacidad de sus diversos integrantes de darles a otros el impulso (predisposición interior), suministrarle el incentivo para la realización de acciones orientadas a la consecución de las metas grupales.

Administraciones subsiguientes de esta versión del cuestionario produjeron confiabilidades adecuadas para todas las dimensiones de 0.90, 0.79, 0.86 y 0.88 respectivamente, utilizando la prueba de las dos mitades.

Para la conformación del instrumento, el primer factor fue considerado desde una perspectiva sociométrica, mientras que los tres restantes fueron enfocados en términos de escalas valorativas.

En el caso de la presente investigación el cuestionario quedó conformado con un total de cuatro preguntas relacionadas con la dimensión funcional del grupo, las que a continuación presentamos:

1) Señale aquellos miembros de su equipo, con quienes le gustaría conformar una selección, con vistas a participar en una competencia importante, como la discusión de un campeonato. Puede escoger todos los que desee, pero en orden, comenzando por los que más desee. Responda sinceramente, nadie verá sus elecciones.

2) Señale aquel miembro de su equipo, quien a su juicio aporta y contribuye más al triunfo durante las competencias. En caso de señalar más de uno, señálelos por orden. Responda sinceramente, nadie verá sus elecciones.

3) Señale aquel miembro de su equipo a quien usted sigue más de manera espontánea y tiene mayor influencia sobre usted en las situaciones de competencia para una realización exitosa. En caso de señalar más de uno, señálelos por orden. Responda sinceramente, nadie verá sus elecciones.

4) Señale aquel miembro de su equipo que logra motivarte mejor, directa o indirectamente para la realización de acciones competitivas exitosas. En caso de señalar más de uno, señálelos por orden. Responda sinceramente, nadie verá sus elecciones.

Forma de calificación

Estas preguntas permiten obtener la información necesaria para elaborar las planillas y matrices, atendiendo a las 4 dimensiones fundamentales (respaldo y aceptación significativa por parte del grupo en el plano funcional, percepción del grado en que cada miembro realiza aportes de significación, grado en que cada miembro ejerce una influencia significativa sobre los restantes integrantes del grupo y por último, percepción del grado en que cada miembro es capaz de motivar y guiar a los otros miembros de manera significativa hacia la obtención de metas compartidas). Una vez confeccionadas las planillas y matrices que permitieron resumir la información anterior, determinamos mediante el Método de la Probabilidad Teórica del Azar (véase Casales, 2009c), el grado de significación estadística de los valores obtenidos, con el objetivo de conocer qué proporción de elecciones debía recibir cualquier miembro en cada uno de los grupos estudiados para poder afirmar que obtiene un número significativamente mayor (o menor), al que habría recibido tan solo por la ley del azar. De esta forma, con los valores resultantes del procedimiento estadístico empleado, determinamos si el capitán del equipo llena las exigencias de la condición de líder. Es decir, si de forma significativa cuenta con respaldo y aceptación dentro del grupo en el plano funcional, si realiza aportes de consideración, si influye de manera espontánea y si logra motivar suficientemente a sus subalternos para el logro de la meta. Debe tenerse presente que cualquier miembro del grupo para ser considerado un líder, debe alcanzar valores significativos en cada una de las 4 dimensiones consideradas.

3.5.3.2) Técnica para la medida de la integración sociométrica grupal en el plano funcional.

Con vistas a la determinación de la integración sociométrica funcional de los grupos en estudio (y de cada uno de sus miembros) se formuló una pregunta diseñada y enfocada de conformidad con las exigencias especificadas en la técnica de Moreno (fundador de la Sociometría):

1) Señale aquellos miembros de su equipo, con quienes le gustaría conformar una selección, con vistas a participar en una competencia importante, como la discusión de un campeonato. Puede escoger todos los que desee, pero en orden, comenzando por los que más desee. Responda sinceramente, nadie verá sus elecciones.

Como se recordará, este tipo de item había sido asignado al primer factor del análisis factorial realizado con vistas a la conformación de la técnica para la medida de la condición de líder de grupo (Casales, 1991). Como se recordará, dicho factor se definió como Grado de Respaldo o Aceptación Espontánea. Por tal motivo, el item seleccionado correspondiente a este factor está relacionado con el problema de las preferencias de cada miembro del grupo para desarrollar en interacción con otro (u otros) integrantes de su propio grupo, determinadas actividades que conduzcan a una meta compartida de naturaleza funcional, es decir, que responda a la razón primaria (básica) por la que se constituyó el grupo.

En consecuencia, por las respuestas obtenidas de cada jugador a la pregunta formulada, se realiza un análisis orientado a determinar en cada caso el nivel de integración sociométrica de la membresía grupal, de conformidad con lo ya explicado en el acápite anterior. Para determinar la integración sociométrica grupal, se toman habitualmente en consideración una serie de índices y fenómenos grupales. (Véase Casales, 2009c). Sin embargo, debemos aclarar que, como es conocido, dentro de los índices grupales más significativos para determinar la integración sociométrica del Grupo se encuentran según Moreno y otros sociómetras, las elecciones recíprocas y el cociente de elecciones. Sin embargo en la presente investigación resultó más adecuado considerar la proporción en cada equipo de jugadores que tuviesen una integración adecuada, lo cual constituye un criterio más efectivo para el diagnóstico del nivel de integración grupal, en vista de que permite una mejor discriminación entre los niveles alcanzados por los diferentes grupos involucrados en el estudio. En nuestra investigación consideramos que los jugadores con una integración adecuada son aquellos que tienen un status sociométrico (Sp) funcional alto o medio, de manera que calculamos la proporción de jugadores por equipo que cumplían esta condición.

Las razones por las que esta consideración constituye un mejor criterio para la medición del nivel de integración sociométrica grupal se debe (de acuerdo con Casales, 2009c) a que tanto el índice de reciprocidad del grupo como el cociente de elecciones, aún cuando alcancen altos valores en cada caso, no necesariamente indican que el grupo tiene un alto nivel de cohesión, pues utilizan como criterio, la relación entre los canales de comunicación potenciales y reales; pero no toma en cuenta que aunque exista un alto índice, ello puede estar enmascarando el hecho de que una alta proporción de canales reales establecida por la membresía esté controlada por los polarizadores de más fuerza, y no distribuida proporcionalmente, produciendo en consecuencia un fraccionamiento interior y una distribución irregular que crea aislamientos y falta de integración.

Por otro lado, resulta de vital importancia, (en vista de los análisis ulteriores que realizaremos), que en la metódica sociométrica, lo que realmente se capta (Casales, 2009c), son las predisposiciones de la membresía para la conformación de los sociogrupos (plano funcional), vale decir, las preferencias en relación con determinados "teles" (de acuerdo con la terminología de Moreno), y no la integración real que tiene lugar a nivel del equipo en la situación de competencia. Por tanto, se trata sobre todo de un fenómeno con base en las actitudes humanas, más bien que la sincronización real, que tendría lugar en este caso, en las situaciones del juego cotidiano. Esta observación reviste una importancia extraordinaria pues permite entender con suficiente claridad cual es el supuesto básico de la hipótesis planteada en este trabajo con respecto a este aspecto específico. Sobre este análisis volveremos más adelante, en la sección correspondiente al análisis de los resultados del presente trabajo.

3.5.3.3) Cuestionario de datos generales y de control de variables

Este cuestionario contiene una serie de preguntas relacionadas con las variables controladas. Estas fueron las sociodemográficas como la edad y la escolaridad, así como las referidas a los datos correspondientes a la competencia previa, entre las que se encuentran los siguientes aspectos:

a) Cantidad de campeonatos anteriores en los que cada miembro haya participado, a nivel de juegos interfacultades o interuniversidades.

b) Cantidad de juegos en los que intervino el equipo de cada miembro, en el recién finalizado campeonato interfacultades de su Universidad.

c) Cantidad de juegos en los que participó cada miembro en dicho campeonato interfacultades.

d) Cantidad de goles anotados por cada miembro en ese campeonato previo.

e) Cantidad de tarjetas rojas mostradas a cada miembro en ese campeonato previo.

f) Cantidad de tarjetas amarillas mostradas a cada miembro en ese campeonato previo.

Estos aspectos permiten conocer la experiencia competitiva de los miembros de cada equipo, y nos brindan la información necesaria de las dimensiones que permiten determinar la proporción de jugadores de alto, medio y bajo desempeño dentro de cada uno de los equipos participantes en la competencia estudiada "Giraldillos 2010".

Para la medición de la experiencia competitiva se tomó en consideración el total de campeonatos previos a la competencia en los que cada jugador había participado a nivel de juegos interfacultades o interuniversidades, lo que brindó la información relativa a la proporción de dicha variable dentro de cada grupo.

Por otra parte para obtener la información de la proporción de jugadores de alto, medio y bajo desempeño dentro de cada grupo, en relación con la competencia previa al campeonato "Giraldillos 2010", es decir los juegos interfacultades, se tomaron en consideración dos parámetros, tanto los goles anotados promedio de cada jugador como el número de faltas cometidas como promedio por cada miembro (cantidad de tarjetas rojas y amarillas recibidas). Pero cada uno de estos parámetros es considerado de forma independiente. Veamos a continuación cómo se midieron estos parámetros.

El promedio de goles anotados por cada jugador, se calculó dividiendo el total de goles anotados por el jugador en toda la competencia, entre el total de partidos en los que había participado. Sobre esta base clasificamos el desempeño de cada uno de los jugadores en tres niveles (alto, medio y bajo). En tal sentido fue considerado como un jugador de alto desempeño, aquel cuyo promedio de goles en la competencia previa resultara superior a 1 (es decir, mas de 1 gol por juego); bajo desempeño, aquel cuyo promedio de goles resultara inferior a 1 (menos de 1 gol por juego); y desempeño medio, aquel cuyo promedio de goles estuviese alrededor de 1 (es decir, anotar 1 gol por juego).

Por otra parte para la proporción de jugadores de alto, medio y bajo desempeño dentro de cada equipo atendiendo a las faltas cometidas en la competencia previa, se realizó el mismo tipo de análisis que en el caso anterior. En tal sentido fue considerado como un jugador de alto desempeño, aquel cuyo promedio de faltas en la competencia previa resultara inferior a 1, (es decir, menos de 1 falta por juego); bajo desempeño, aquel cuyo promedio de faltas resultara superior a 1, (más de 1 falta por juego); y desempeño medio, aquel cuyo promedio de faltas estuviese alrededor de 1 (es decir, cometer 1 falta por juego).

3.5.4) Modelo estadístico para la prueba de hipótesis.

El modelo estadístico empleado para la prueba de nuestra hipótesis ha sido el Coeficiente de Correlación Lineal de Pearson. Consideramos que dicho coeficiente (representado por la letra r), se adecua a nuestros propósitos. Es un índice estadístico que mide el grado de relación existente entre dos variables cuantitativas, a partir del conjunto de puntuaciones obtenidas en cada una de ellas de manera independiente. Permite además conocer qué tan fuerte es la relación mediante el análisis de la significación de la correlación hallada.

Nuestra investigación tiene una naturaleza correlacional en vista de que intentamos demostrar que mientras mayor sean la percepción de los miembros del grupo de la condición de líder de su capitán y los niveles de integración sociométrica alcanzados por el grupo a nivel funcional, mayor será el rendimiento deportivo obtenido por los equipos participantes en la competencia. De manera que este coeficiente nos permite conocer el punto hasta el cual la variable rendimiento grupal competitivo de los equipos de fútbol sala, depende de variables como las consideradas en nuestro estudio, a través del análisis de la significación de la correlación hallada, permitiéndonos conocer además qué tan fuerte era esa relación.

El valor del índice de correlación varía en el intervalo [-1, +1] en el que, según Hernández, Fernández y Baptista (1998), podemos determinar, además de la magnitud de la correlación (su valor numérico), la dirección de esta (su signo, ya sea positivo o negativo); de esta manera podemos interpretar el valor de dicha correlación según los valores siguientes:

  • Si r = 0, no existe ninguna correlación. El índice indica, por tanto, una independencia total entre las dos variables, es decir, que la variación de una de ellas no influye en absoluto en el valor que pueda tomar la otra.

  • Si 0 < r < 1, existe una correlación positiva. El índice indica una dependencia entre las dos variables denominada relación directa: cuando una de ellas aumenta, la otra también lo hace en idéntica proporción.

  • Si -1 < r < 0, existe una correlación negativa. El índice indica una dependencia entre las dos variables llamada relación inversa: cuando una de ellas aumenta, la otra disminuye en idéntica proporción.

Para los efectos de nuestro estudio intentaremos validar nuestra hipótesis a un nivel de significación del 0.05, esto es, 95% de confianza en que la correlación es verdadera y 5% de probabilidad de error.

3.5.5) Procedimiento para el desarrollo de la investigación.

Los instrumentos se aplicaron individualmente a cada uno de los miembros de los grupos, se utilizaron para ello los horarios de calentamiento y practica previos a la competencia, en los que estuviesen esperando la realización de su partido. Se les comunicó la importancia que para la validez del estudio tenía la sinceridad en las respuestas emitidas. Se insistió en que las aplicaciones tendrían un carácter confidencial, para que no se sintieran comprometidos a la hora de emitir las respuestas.

A continuación presentamos el epígrafe correspondiente al análisis de los resultados encontrados en las situaciones estudiadas.

IV. ANALISIS DE LOS RESULTADOS

El análisis de los resultados de nuestra investigación estará enfocado en primer término a la determinación del grado de cumplimiento de nuestra hipótesis, pero en segundo término realizaremos un análisis más integral (de conformidad con nuestra perspectiva sistémica), acerca de los factores más generales y de mayor significación en la situación estudiada, asociados con el problema de los resultados competitivos de los equipos estudiados. Antes de realizar dichos análisis resulta de interés presentar los resultados competitivos alcanzados por los equipos participantes en la competencia dentro de sus respectivas rondas eliminatorias:

RESULTADOS:

Tabla 1: PRIMERA RONDA CLASIFICATORIA

(Grupo A de Clasificación)

EQUIPOS PARTICIPANTES

PROPORCION JUEGOS GANADOS

1- ELAM

100 %

2- CM

75 %

3- UH

33 %

4- INSTED

0 %

5- AN

0 %

Tabla 2: SEGUNDA RONDA CLASIFICATORIA

(Grupo B de Clasificación)

EQUIPOS PARTICIPANTES

PROPORCION JUEGOS GANADOS

1- CUJAE

100 %

2- UCI

75 %

3- VARONA

50 %

4- UCIMED

0 %

4.1) Análisis del grado de validación de nuestra hipótesis:

La Tabla (3) resume los resultados vinculados con la validación de nuestra hipótesis:

TABLA (3):

A) CORRELACIONES ENTRE VARIABLES VINCULADAS CON

LA PRUEBA DE HIPOTESIS

1- Condición de Líder del Capitán

Y Resultados Competitivos (Muestra Total)

+ 0.19 *

2- Nivel de Integración Sociométrica Funcional

Y Resultados Competitivos (Muestra Total)

– 0.27 *

LEYENDA:

(*) Correlación estadísticamente significativa

Valores críticos ± 0.14

Prueba de 1 cola

Nivel de significación = 0.05

N = 9 Grupos (124 sujetos)

A partir de las correlaciones efectuadas entre todas las variables de nuestra Base de Datos, que incluía la totalidad de los 9 equipos, se puso de manifiesto que los valores críticos de las correlaciones obtenidas para una prueba de 1 Cola (en vista de que nuestra hipótesis predice la dirección del nexo entre las variables consideradas) fue de (± 0.14), para un nivel de significación de Alfa = 0.05. Es decir, que correlaciones iguales o mayores que (+ 0.14), e iguales o menores que (- 0.14) también resultaron significativas para el nivel de significación especificado.

Al analizar las correlaciones existentes entre las variables consideradas en la formulación de nuestro problema e hipótesis tenemos que obtuvimos una correlación de (+ 0.19) entre la Condición de Líder del Capitán y los Resultados Competitivos alcanzados por los equipos, mientras que por otro lado obtuvimos una correlación de (- 0.27) entre el Nivel de Integración Sociométrica Funcional y los Resultados Competitivos. De manera que en ambos casos la correlación resultó significativa. En el primer caso se trata de una correlación directa, en correspondencia con lo hipotetizado; sin embargo, en el segundo caso se trata de una correlación inversa, que contradice lo hipotetizado.

Primer Caso: Correlación entre la Condición de Líder del Capitán y los Resultados Competitivos .

De manera que los resultados de nuestro estudio confirman que la Condición de Líder de los Capitanes de los equipos estudiados constituye uno de los factores que influye positivamente en los resultados competitivos alcanzados por los equipos. Como ya hemos planteado, la Condición de Líder Natural implica recibir un respaldo significativo de manera espontánea por parte del grupo, realizar aportes de significación e influir y motivar a los restantes miembros para la consecución de la meta. Quiere esto decir, que si el Capitán, quien tiene que cumplir importantes roles definidos por su status formal, posee además la capacidad de arrastrar al grupo espontáneamente, lograr que estén identificados con él y activar las reservas, los resortes motivacionales, los recursos y el potencial de la membresía, ello se convierte en un factor decisivo para el incremento de los resultados competitivos del equipo. Este hallazgo es muy importante ya que pone de manifiesto que el rendimiento competitivo de los equipos que colectivamente se mueven en la dirección de un resultado, no depende solamente de las aptitudes individuales de los atletas. Al menos, esto resultó ser de esta manera en las condiciones investigadas.

Segundo Caso: Correlación entre el Nivel de Integración Sociométrica Funcional y los Resultados Competitivos.

Sin embargo, en lo referente a la segunda parte de nuestra hipótesis, es decir la supuesta relación directa existente entre los Niveles de Integración Sociométrica Grupal en el plano Funcional, y el Rendimiento Deportivo alcanzado por los equipos participantes en la competencia, podemos plantear que los resultados de nuestro estudio contradicen tal afirmación (como ya se dijo), en vista de la existencia de una correlación significativa, pero inversa de (- 0.27) entre dichas variables.

Sin embargo, este resultado adverso constituye a nuestro juicio un importante hallazgo, que nos ayuda a la comprensión de determinados aspectos psicosociales del funcionamiento de los equipos en estudio.

Para la interpretación de dicho resultado, debemos comenzar realizando una aclaración importante (dirigida especialmente a quienes no están suficientemente familiarizados con los fundamentos de la metódica sociométrica): El Nivel de Integración Sociométrica Grupal en el Plano Funcional se refiere a las preferencias expresadas por la membresía, en relación con las personas con quienes les gustaría la conformación de un Grupo (ideal) para la consecución de un Objetivo-Meta determinado, como ganar una competencia (en el caso que nos ocupa). De esta forma se obtiene la Estructura de Preferencias del Grupo en función de la ejecución o realización de la tarea especificada. Como es conocido, al Grupo conformado de esta manera se le denomina (desde los tiempos de Kurt Lewin), un Sociogrupo (en oposición al Psicogrupo, que es el estructurado y orientado en función de los sentimientos entre sus miembros). En la literatura sociométrica se sustenta que en la conformación del Sociogrupo las elecciones preferenciales se efectúan sobre la base del valor funcional de los miembros para la solución de los problemas que la tarea grupal plantea.

De todo lo anterior se deriva que la Integración Sociométrica (expresada en nuestra hipótesis) no se refiere al grado de unidad (o cohesión) REAL, existente en el Grupo, ni a la calidad de los nexos o vínculos establecidos entre sus miembros en las situaciones de competencia. Eso no fue lo que se estudió. Nótese que la pregunta que se formula es bien clara y no da margen a dudas. Se le pregunta a cada individuo (en forma privada): "Con qué miembros de tu equipo te gustaría integrar una selección para participar en una competencia importante, como la discusión de un campeonato". En consecuencia, luego del procesamiento correspondiente, los datos obtenidos reflejan la Estructura de Preferencias y no la calidad de las interacciones existente entre los miembros en la situación real presente en el Grupo. De hecho, la Estructura de Preferencias no tiene que coincidir necesariamente con la Estructura de la Comunicación Real existente en el Grupo (véase Casales, 2009c). En consecuencia, cuando la Integración Sociométrica es alta, lo que ello significa es que los miembros del grupo prefieren a una proporción significativa de sus compañeros de equipo para la conformación de una selección ideal. Mientras que, si luego del procesamiento de la información obtenida, resulta que la Integración Sociométrica es baja, lo que ello significa es que la membresía desearía o preferiría conformar su sociogrupo (vale decir, su selección ideal, para la consecución del Objetivo-Meta), con un número significativamente bajo de los integrantes de su equipo, aun cuando de hecho, estos participan en el juego diario conjuntamente con él.

De lo anterior se deriva que lo que la hipótesis está afirmando es que si la proporción de miembros que se desean o prefieren para la conformación de una selección (ideal) para una competencia importante resulta grande (vale decir, si el sociogrupo está constituido por una proporción significativamente alta de miembros), ello tendrá un impacto favorable en el rendimiento real del equipo en su juego diario. Es decir que, mientras mayor resulte la estructura de preferencias de los miembros de un equipo, con respecto a aquellos con quienes se hace el juego diario, mayor será el rendimiento real del equipo en ese juego diario. Sin embargo, esta hipótesis no se comprueba, lo cual constituye un resultado sorprendente e inesperado, pero de mucha significación, por lo que merece una adecuada interpretación. Desde nuestro punto de vista este resultado debe ser interpretado en el sentido siguiente:

Los mejores equipos, vale decir, aquellos que alcanzan elevados rendimientos competitivos, son aquellos que resultan muy discriminativos en cuanto a la conformación de su Sociogrupo (un grupo conformado, como ya se dijo, con base en las preferencias de los miembros para integrarse con otros con vistas a la obtención de un Objetio-Meta determinado). Es decir, que se trata de equipos con mucha capacidad para identificar y elegir como preferidos, solo a jugadores realmente claves para el éxito. Discriminan muy bien entre jugadores buenos y mediocres (aquellos que no intervienen decisivamente en el éxito). Por ello, sus sociogrupos resultan muy reducidos ya que incluyen solo a los que más aportes podrían realizar en relación con las cosas que deben hacerse en un juego para ganar. En consecuencia, mientras mayor la capacidad (o predisposición) del equipo para excluir (no preferir) a quienes no realizarían contribuciones de significación, ello estaría asociado con el éxito competitivo. Parece ser que la tendencia de los miembros de un equipo a incluir a muchos en su sociogrupo (grupo ideal) va en detrimento del buen desempeño.

Sin embargo, cualquiera puede preguntarse lo siguiente: ¿Pero qué importancia puede tener esto, cuando en definitiva el sociogrupo constituye un grupo ideal, y no el grupo real que día a día trabaja para la consecución de un resultado?. Esta es una pregunta importante, a la cual responderíamos planteando que desde nuestra perspectiva, esas actitudes muy discriminativas que se expresan en los equipos de alto desempeño al conformar sus sociogrupos, deben constituir solo la punta de un iceberg. Es decir, que tales actitudes deben tener efectos (expresarse) en áreas del funcionamiento del equipo REAL que influyen en el éxito; aunque no sabemos aun (hasta tanto no se profundice en investigaciones subsiguientes), qué procesos específicos intervinientes en el funcionamiento y rendimiento del equipo real se vean favorablemente impactados. Debe tratarse (conjeturamos) de equipos con standares muy elevados para el trabajo rutinario (standares elevados de desempeño). Parecería de ayuda evaluar a dichos equipos "en proceso", para identificar qué particularidades los caracterizan. Pueden tener muy desarrollada la capacidad de monitorear rigurosamente, como parte de su rutina lo que hace su membresía para tener evidencia de los procesos efectivos e inefectivos, como la coordinación (interacción) y comprensión adecuadas en las situaciones críticas del juego. Ya que la evaluación de procesos es tan importante, conviene recordar las cuatro mediciones para la efectividad de los procesos destacadas por Wheelan (1994), las que proporcionan un criterio por medio del cual podemos examinar la forma en que trabajan los equipos. Como señala Wheelan, si un equipo ha de trabajar con efectividad, deberá:

a) Trabajar lo suficientemente duro.

b) Tener los suficientes conocimientos y habilidades para desarrollar la tarea.

c) Contar con una estrategia apropiada para cumplir con su trabajo.

d) Poseer dinámicas de grupo positivas y constructivas entre sus miembros.

Tal vez los equipos muy poco discriminativos en la conformación de sus sociogrupos, que integran a muchas personas (a pesar de no ser las óptimas), sean también muy poco exigentes, poco "criticones" y permisivos en áreas relacionadas con el éxito de los equipos que compiten, como por ejemplo (por citar cualquier ejemplo), la dedicación de muchas horas de prácticas adicionales en el terreno de entrenamiento, algo que sucede en los equipos que no son muy exigentes consigo mismos, y que tiene, según expresan los entrenadores de los equipos de alto rendimiento, consecuencias desfavorables en los resultados competitivos. (Ganan menos partidos).

También puede ser que los equipos muy poco discriminativos (poco exigentes) en la conformación de sus sociogrupos se estén moviendo más bien sobre la base de sus afectos y sentimientos, y no sobre la base del valor funcional de los otros para realizar aportes de significación para la consecución del objetivo-meta. Con esto no queremos en modo alguno negar la importancia de la cohesión grupal. La cohesión, como conjunto de fuerzas que atrae a los miembros de un grupo, motiva a sus integrantes a una participación activa dentro del mismo. Los grupos cohesivos ejercen más influencia que los menos cohesivos, y estos factores facilitan un mejor desempeño grupal. Sin embargo, como demuestran diversas investigaciones, una cohesión mayor no siempre lleva a un mejor desempeño. Un equipo cohesivo pero sin talento, sigue siendo un equipo sin talento.

De seguro que sobre todas estas cuestiones, mis colegas F. Ucha y sus asociados del Centro de Preparación y Entrenamiento Deportivo del Cerro Pelado, tendrán muchos criterios apropiados, ya que han dedicado su vida profesional a la formación de atletas y equipos deportivos de alto rendimiento.

En definitiva, las especulaciones anteriormente presentadas, utilizadas como fundamento para la interpretación del resultado inverso a lo esperado en la segunda parte de nuestra hipótesis, nos sirven de base para la realización de nuevos estudios que nos permitan argumentar estos hallazgos sobre bases empíricas más firmes. De todos modos, no podemos dejar de señalar que en este propio estudio obtuvimos otro resultado muy asociado con determinados aspectos de nuestra interpretación, ello se refiere a la correlación inversa y estadísticamente significativa de (- 0.45) encontrada entre la Experiencia Colectiva Competitiva del equipo y su Nivel de Integración Sociométrica en el plano Funcional, lo cual indica que mientras mayor la Experiencia Competitiva Colectiva del equipo, más críticas y discriminativas se tornan sus actitudes para la conformación de sus sociogrupos, siendo estos en consecuencia muy reducidos. Además, la correlación entre los Resultados Competitivos y la Experiencia Competitiva Colectiva es directa y significativa (+ 0.39). Quizás uno de los subproductos de la Experiencia Competitiva lo sea la visión compartida entre los atletas acerca de la manera en que los sociogrupos han de ser conformados, con vistas a la obtención de un alto rendimiento deportivo.

4.2) Análisis de otras correlaciones significativas vinculadas con el Rendimiento Competitivo.

En la Tabla (4) presentamos los resultados más importantes en tal sentido:

Tabla (4):

B) CORRELACIONES ENTRE OTRAS VARIABLES VINCULADAS CON

LOS RESULTADOS COMPETITIVOS

3- Experiencia Competitiva Individual Promedio

Y Resultados Competitivos (Muestra Total)

+ 0.38 *

4- Proporción de Jugadores de Alto Desempeño

Y Resultados Competitivos (Muestra Total)

+ 0.40 *

5- Proporción de Jugadores de Alto Desempeño

Y Resultados Competitivos (Ronda Eliminatoria B)

– 0.44 **

LEYENDA:

(*) Correlación estadísticamente significativa

Valores críticos ± 0.14

Prueba de 1 cola

Nivel de significación = 0.05

N = 9 Grupos (124 sujetos)

(**) Correlación estadísticamente significativa

Valores críticos ± 0.22

Prueba de 1 cola

Nivel de significación = 0.05

N = 4 Grupos (56 sujetos)

Resulta necesario destacar otros nexos que en nuestro estudio resultaron de significación a los fines de entender el conjunto de factores que constituyen variables vinculadas con los resultados competitivos.

Entre estas se encuentran la Experiencia Competitiva Colectiva de los miembros de los equipos, como ya se explicó en el inciso anterior, así como, por una parte, la correlación de (+ 0.40), entre los resultados Competitivos del equipo y la Proporción en sus Nóminas de Atletas de Alto Desempeño (considerados a partir de los goles anotados en la competencia previa); y por la otra, la correlación de (+ 0.61) entre el Resultado Competitivo del equipo y la proporción en sus nóminas de atletas de alto desempeño (considerados a partir de las faltas cometidas en la competencia previa). Se trata de correlaciones significativas en ambos casos. Todos estos resultados son obvios en vista de que resulta muy importante para los resultados competitivos, contar con atletas de experiencia, que sean buenos atacadores y que cometan pocas faltas que puedan ir en detrimento de la actuación de su propio equipo.

Sin embargo, debe destacarse que a pesar de las "obviedades" no podemos regirnos por reglas fijas y absolutas, ya que en este propio estudio se puso de manifiesto, por parte de una de las coautoras de este trabajo (véase Casañas, 2011), que al considerar solo los equipos participantes en la Ronda Eliminatoria B, existe una correlación significativa pero inversa entre los Resultados Competitivos de los equipos y la Proporción en sus nóminas de Jugadores de Alto Desempeño. Es decir, que habrá situaciones en que una constelación de "estrellas", no conduzca a resultados satisfactorios. (A modo de ejemplo, puede considerarse lo que sucedió con la selección de Brasil en el Campeonato Mundial de Football Soccer organizado por la FIFA en el 2006. Dicho equipo contaba con una nómina de lujo, integrada por jugadores de clase mundial, como eran los casos de Ronaldo, Kaká, Ronaldinho, Robinho, Adriano, Roberto Carlos,….entre otros. Sin embargo, no pudieron avanzar más allá de la fase de cuartos de final). Ello habla en favor del alto riesgo de contratar estrellas. Puede producirse entre ellos una competencia interna (no digo que esto haya sido lo sucedido con el equipo de referencia), una suerte de rivalidad, buscando un mejor desempeño individual, que los haga sobresalir, pero que incapacite técnicamente al equipo para el logro de un resultado colectivo satisfactorio. No quiere esto decir, sin embargo, que no se han de perseguir jugadores estelares. Todos los Directores Técnicos los buscan desesperadamente, y en los clubes del fútbol rentado se les paga cuantiosas sumas de dinero. Jugadores que pueden con su actuación revertir un marcador adverso. Pero habrá que "manejarlos" muy bien para contrarrestar los efectos negativos descritos. (Véase Balcells, 2007).

V- CONCLUSIONES

5.1) Los resultados de este estudio confirman nuestra hipótesis en el sentido de que la Condición de Líder de los Capitanes de los equipos estudiados constituye uno de los factores que influye directamente en sus resultados competitivos.

5.2) El estudio puso de manifiesto, sin embargo, una relación inversa entre los Niveles de Integración Sociométrica Grupal en el plano Funcional, y el Resultado Deportivo alcanzado por los equipos, lo cual resulta contradictorio con lo hipotetizado. No obstante, este resultado adverso constituye a nuestro juicio un importante hallazgo, que nos ayuda a una mejor comprensión de importantes aspectos de la dinámica psicosocial del funcionamiento de los equipos en estudio.

5.3) Los mejores equipos, vale decir, aquellos que alcanzan los mejores resultados competitivos son aquellos cuya membresía posee actitudes muy discriminativas y críticas en cuanto a la integración de su Sociogrupo (un grupo conformado, con base en las preferencias de los miembros para integrarse con otros con vistas a la obtención de un Objetio-Meta determinado). Por ello, tales sociogrupos resultan reducidísimos.

5.4) Estas actitudes muy críticas que se expresan en los equipos de alto desempeño al conformar sus sociogrupos, probablemente constituyan una expresión del perfil psicosocial característico del mismo (su "mentalidad grupal"), que interviene en el desarrollo de los procesos rutinarios asociados con el éxito, que regularmente llevan a cabo. Tal vez se trate de equipos con standares muy elevados de desempeño durante el trabajo rutinario, o quizás tengan muy desarrollada la capacidad de monitorear rigurosamente, como parte de su rutina, lo que hace su membresía, para tener evidencia de sus procesos efectivos e inefectivos. Investigaciones ulteriores deberán estudiar qué procesos específicos intervinientes en el rendimiento del equipo real se vean favorablemente impactados en los equipos con tal tipo de actitudes o "mentalidad de grupo".

5.5) Puede ser que los equipos muy poco discriminativos en la conformación de sus sociogrupos (estructuras preferenciales), que en consecuencia integran a muchos de sus miembros, sean también muy poco exigentes, tolerantes y permisivos en aspectos de su funcionamiento relacionados con el éxito competitivo. También puede ser que dichos equipos posean la tendencia de estarse moviendo más bien en la dimensión de sus afectos y sentimientos, y no sobre la base de la evaluación del valor funcional de los otros para realizar aportes de significación con vistas a la consecución del objetivo-meta de ganar la competencia.

5.6) Existe una correlación directa y significativa entre la Experiencia Colectiva del equipo y su Desempeño Competitivo, pero una correlación inversa (y significativa) entre la Experiencia Colectiva del equipo y su nivel de Integración Sociométrica en el plano funcional; de manera que mientras mayor la Experiencia Competitiva Colectiva del equipo, más críticas y discriminativas se tornan las actitudes de sus miembros para la conformación de sus estructuras sociométricas funcionales, orientadas a la consecución de altos resultados competitivos. Por tanto, este es uno de los subproductos de la experiencia competitiva.

5.7) Este estudio valida como aspecto muy importante, que los determinantes de los resultados competitivos de un equipo lo constituyen: La Proporción en su nómina de Jugadores de Alto Desempeño en competencias previas (vale decir, su rendimiento en base a goles anotados y a faltas cometidas), La Experiencia Competitiva de la membresía del equipo (esto es, el grado de participación de sus jugadores en competencias previas ), el grado en que su capitán sea el líder real (natural) del equipo, y la Actitud Crítica de los miembros del equipo en relación con la Integración (conformación) de su Sociogrupo (es decir, su estructura sociométrica funcional). De estos cuatro factores, los de mayor fuerza (en función de la magnitud de las correlaciones) lo constituyen la proporción de Jugadores de Alto Desempeño en el equipo, así como la Experiencia Competitiva de estos. Pero los dos restantes también resultaron de significación.

5.8) Las conclusiones presentadas se circunscriben a los grupos y situaciones estudiadas, de manera que no tienen un valor de generalización. Los criterios utilizados como fundamento para la interpretación del resultado inverso a lo esperado en la segunda parte de nuestra hipótesis, nos sirven de base para la realización de nuevos estudios que nos permitan argumentar estos hallazgos sobre bases empíricas más firmes.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1) Anastasi, A. (1970). "Tests Psicológicos". La Habana: Ed. Instituto Cubano del Libro.

2) Balcells, P. (2007). "Liderar: Yo + Vosotros vs. Nosotros". Obtenido de: http://saludmental.info/liderazgo-deporte-mayo07.html.

3) Bass, B. (1985). "Leadership and Performance Beyond Expectations". New York: Free Press

4) Casales, J. y Rubí, A. (1986). "Desarrollo de una Metódica para la Descripción del Estilo de Liderazgo en Grupos Pequeños". Rev. Cubana de Psicología, Vol. III, # 3, pags. 3-32.

5) Casales, J. (1988). "Actividad de Dirección y Proceso de Comunicación Dirigente-Grupo". Rev. Cubana de Psicología, Vol. V, # 1, pags. 51-63

6) Casales, J. (1989). "Un Enfoque para el Estudio de Aspectos Sociopsicológicos que Influyen en la Efectividad de la Dirección de Grupos Pequeños". Rev. Cubana de Psicología. Vol. VI, # 2, pags. 127-142.

7) Casales, J. (1991). "Desarrollo de un Instrumento para Determinar la Condición de Líder del Miembro de un Grupo". En: Memorias del I Simposio Nacional de Psicología Aplicada al Perfeccionamiento de la Dirección y Desarrollo Organizacional. Universidad de la Habana

8) Casales, J. (1996a). "Estilos de Dirección, Liderazgo y Productividad Grupal". Rev. Cubana de Psicología. Vol. 13, # 2 y 3, pags. 137-177

9) Casales, J. (1996b). "La Jerarquía de Necesidades de la Personalidad del Directivo, y su Relación con la Efectividad de la Dirección". Rev. Interamericana de Psicología Ocupacional. Vol. XV, # 2, pags 81-98.

10) Casales, J. (1999a). "Cuestionario para la Medición del Estilo de Liderazgo. Manual de Utilización". (Forma B). Rev. Cubana de Psicología, Vol. XVI, # 1, pags 70-90.

11) Casales, J. (1999b). "Patrones de Liderazgo y Desempeño Profesional en Instituciones de Salud". Rev. Interamericana de Psicología Ocupacional. Vol. 18, # 1, pags 31-40.

12) Casales, J. (2005). "Determinantes de la Eficacia Directiva en una Institución Universitaria". Rev. Cubana de Psicología. Número Especial, pags 126-141.

13) Casales, J. (2009a). "Aspectos Psicosociales del Liderazgo". En: Casales, J. (Comp.). "Conocimientos Básicos de Psicología Social". Pags. 171-206. La Habana: Ed. Félix Varela.

14) Casales, J. (2009b). "El concepto de grupo psicosocial y el proceso de su organización". En: Casales, J. (Comp.). "Conocimientos Básicos de Psicología Social". Pags. 45-76. La Habana: Ed. Félix Varela.

15) Casales, J. (2009c). "Análisis del Método Sociométrico para la Investigación del Grupo". En: Casales, J. (Comp.). "Conocimientos Básicos de Psicología Social". Pags. 134-167. La Habana: Ed. Félix Varela.

16) Casañas, G. (2011). "Impacto de la Condición de Líder del Capitán y de la Integración Sociométrica Grupal, en los Resultados Competitivos de los Equipos de Fútbol Sala de la Ronda Eliminatoria B de la Competencia Giraldillos 2010". Tesis presentada en opción al Título de Lic. en Psicología. Fac. Psicología, Universidad de la Habana.

17) Cronbach, L. (1968). "Fundamentos de la Exploración Psicológica". La Habana: Ed. Instituto Cubano del Libro.

18) Drucker, P. (1999). "Los Desafios de la Administración en el Siglo XXI". Buenos Aires: Ed. Sudamericana.

19) Federación Internacional de Fútbol Asociado (2010). "Fútbol Sala". Obtenido de: http://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%BAtbol_sala

20) Fiedler, F. (1964). "A contingency model of leadership effectiveness". In:

Berkowitz, L. (Ed.). Advances in experimental social psychology. Vol. 1. New York: Ed. Academic Press.

21) Fiedler, F. (1967). "A Theory of Leadership Effectiveness". New York: Mc Graw Hill

22) Gates, B. (2008). "Discurso en Davos". Obtenido en:

www.microsoft.com/Presspass/exec/billg/speeches/2008/01/24WEFDavos.mspx

23) Hamel, G. (2000). "Leading the Revolution". New York: Harvard Business School Press.

24) Handy, Ch. (2000). "21 Ideas for Managers". Obtenido en:

http://www. charleshandy blogspot.com

25) Hernández, R.; Fernández, C. y Baptista, P. (1998). "Metodología de la Investigación". (2da Ed.). México: Mc Graw Hill Interamericana Editores, S.A. de C.V.

26) Hersey, P. and Blanchard, K. (1969). "Life Cicle Theory of Leadership. Training and Development J ournal, 23, 26-34

27) Hersey, P. and Blanchard, K. (1996). "Revisiting the Life-Cicle Theory of Leadership". Training and Development, 50 (Iss 1), pags. 42-47.

28) House, R. (1971). "A Path Goal Theory of Leadership Effectiveness". Administrative Science Quarterly, 16, 321-338

29) Jiménez, J. y Martínez, J. (2009). "Funciones del capitán". Obtenido de: http://www.salarraba.com.drupal/?q=node/292.

30) Koontz, H. y Weihrich, H. (1995). "Administración: Una Perspectiva Global". México, D.F.:Mc Graw-Hill

31) Kotler, P. (2007). "La Competitividad". Obtenido en: www. e-estrategia.com.ar

32) Lewin, K. ; Lippitt, R. and White, R. (1939): "Patterns of Agressive Behavior in Experimentally Created Social Climates", J. Soc. Psychol , (10), 271-299.

33) Lienert, S. (1990). "Construcción y Análisis de los Tests". En: Solé, M. (Comp.). "Selección de Lecturas de Psicodiagnóstico Laboral". La Habana: Ed. ENPES-MES.

34) Likert, R. (1961). "New Patterns of Management". New York: Mc Graw Hill

35) Mintzberg, H. (1999). "Safari a la Estrategia". Buenos Aires: Ed. Granica

36) Peters, T. (2000). "Rompiendo las barreras de la administración". Obtenido en: http://www. Unicamp.br/marina/rompendo.

37) Peters, T. (2002, May). "The Great Management Paradox: More Competition Demands More Cooperation". Quality Publishing, 19, 5, p46(2)

38) Porter, M. (1999). "Leadership and strategic planning". Obtenido en: CNN VHS. Linkage Corporation, New York.

39) Prahalad, C.K. (2004). "The Fortune at the Bottom of the Pyramid: Eradicating Poverty Through Profit, Upper Saddle River". NJ: Wharton School Publishing.

40) Stoner, J. (1995). "Administración". México, D.F.: Mc Graw Hill Interamericana

41) Vroom, V. (1974). "A New Look at Managerial Decision Making. Organizational Dynamics, 3 (1), 66-80

42) Vroom, V. y Jago, A. (1990). "El nuevo liderazgo, dirección de la participación de las organizaciones". Madrid: Ed. Díaz de Santos

43) Welch, J. And Welch, S. (2005). "Winning". New York: Harpers Collins.

43) Wheelan, S. (1994). "Group Proceses: A Developmental Perspectiva". Boston: Allyn and Bacon.

 

 

 

 

Autor:

Dr. Julio César Casales F.

Lic. Elizabetha Gonzalez T.

Lic Yenly Machado S.

Lic. Glenda Casañas M.

Institución: Facultad de Psicología, Universidad de la Habana.

Colaboradores (*): Jorge Silé, Loreyvis Arencibia y Dayanis Orbera

(*) Estudiantes en Prácticas Pre-profesionales

Comunicaciones en relacion con este trabajo pueden ser dirigidas a: casales[arroba]psico.uh.cu

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente