2. Descartes (Filosofía moderna, el Cogito Cartesiano)
Descartes es el primer filósofo moderno. Un punto de partida para comprender el pensamiento cartesiano puede hallarse en el comienzo de las "meditaciones metafísicas" donde afirma que a lo largo de su vida ha admitido como verdaderas una cantidad de opiniones falsas y que todo lo edificado sobre ellas no puede ser sino dudoso e incierto.
Descartes expresa sus dudas sobre todo aquello que le han enseñado y la duda es un sentimiento de la época frente a las transformaciones que han ocurrido. Si el conocimiento ha mostrado no ser muy firme (seguro), es necesario empezar de nuevo y para eso se necesita un método. El elemento de ese método es la duda, transformada en instrumento. El método es un camino para descubrir nuevas verdades. Ese método consta de cuatro reglas: la primera propone un criterio de verdad, una pauta para distinguir la verdad de la falsedad. La escolástica tenía un concepto realista de la verdad o sea la correspondencia entre el pensamiento y la realidad, entre la idea y la cosa y un criterio que le correspondió la evidencia. El criterio de verdad de Descartes es la evidencia racional es decir una idea es verdadera cuando es evidente y es evidente cuando es clara.
La segunda regla propone dividir cada cuestión, se trata del análisis.
La tercera regla es la de síntesis y la cuarta es la de enumeración.
En conclusión las reglas del método cartesiano comienza con la duda, va de lo más simple a lo más complejo y tiene cuatro reglas:
- Evidencia: lo evidente debe ser claro y evidente. No se debe aceptar una cosa como verdadera sino se la conoce. Evitar la precipitación, utilizar la duda.
- Análisis: dividir las dificultades en tantas partes sea posible para su resolución, dividir el todo en partes mas simples.
- Síntesis: se va de lo más simple y fácil de conocer a lo más complejo.
- Enumeración: hacer enumeraciones tan complejas y generales de tal manera que se esté seguro.
La idea de un método puede ser aplicado por cualquiera para llegar a la verdad.
Es significativo desconfiar de toda autoridad científica, cuando dice: "no es lo que otro piensa? lo que hay que buscar, sino lo que nosotros podemos ver por intuición con claridad y evidencia".
Hay tres ámbitos donde el método no se debe aplicar: cuestiones teológicas, morales y políticas, porque el libre examen cuando se pasa de las cuestiones teóricas al plano práctico, concluirá en la subversión de todas las costumbres. Aplica su método a la búsqueda de una verdad fundamental sobre la cual edificar firmemente el saber. No la encuentra en los datos que proporcionan los sentidos "como saber si lo que creo percibir en realidad no lo estoy soñando" talvez haya un genio maligno que me engaña aun en cosas que parecen tan claras como por ejemplo 2×2=4.
Hay que dudar de todo, Descartes aparece como un escéptico y profundizando en la duda descubre que en tanto que duda piensa y si piensa existe. "Pienso luego existo" es la primera verdad, es la primera certeza, es la existencia del sujeto pensante. La existencia de Dios y la del mundo derivan de esta verdad. La verdad fundamental que ha encontrado es una intuición intelectual que permite descubrir las otras verdades. La razón es la fuente y la base del conocimiento humano.
Nuestra conciencia posee ideas innatas, a ideas que no proceden de los sentidos, sino que constituyen un patrimonio originario por ejemplo la idea de Dios.
"Pienso, luego soy": es muy importante acercarnos a ella porque inaugura la nueva época el sujeto moderno es el acto fundacional de la modernidad.
"Pienso, luego soy" afirma la identidad de ser y pensar, donde afirmar "yo pienso" es afirmar la certeza del pensamiento. Porque mi ser es esta identidad con el pensar, es que puedo pensar cualquier objeto.
El "soy" no es una consecuencia del "yo pienso", porque "pienso, luego soy" no se presenta como un razonamiento del cual se concluye el ser. Es una proposición en la que se afirma el sujeto, es decir el yo. ¿Quién es este yo? Es el sujeto que sabe que piensa y sabe que todo pensamiento es posible porque se sabe a si mismo pensante. Este saber que el sujeto tiene de si mismo se llamó conciencia. La conciencia es conciencia de un objeto, ejemplo: soy conciente de que estoy leyendo un libro pero, además, la conciencia es conciente de si misma, soy conciente de que soy yo el que lee, el que cansa de escribir o de leer. Soy conciente de mí como sujeto de todas esas operaciones.
Este sentido reflexivo de volver al pensamiento sobre mi mismo se llama autoconciencia. La conciencia es conciencia de si, autoconciencia.
3. El Mito de la Caverna
Platón propone que imaginemos una caverna en la cual hay unos prisioneros encadenados desde su infancia, de tal manera que están obligados a mirar permanentemente hacia el fondo de la misma. Detrás de los prisioneros hay un fuego y entre el fuego y los prisioneros se encuentra un camino, en el que pasan personas llevando sobre sus cabezas figuras de animales u otros objetos. El resplandor del fuego proyecta las sombras de estos objetos en el fondo de la caverna y una parte que llega hasta la altura de las cabezas de los hombres que los llevan e impide que también se proyecte la sombra de ellos.
¿Qué sucede con los prisioneros? Ellos solo pueden ver las sombras que se proyectan en el fondo de la caverna. Platón imagina que allí hay un eco que repite las palabras de los que portan sobre sus cabezas los objetos de madera. El resultado es que para los prisioneros esas sombras que parecen hallar constituyen la única realidad. Se ha dicho que la situación de los prisioneros en la caverna es similar a la del espectador en un cine: atrapado por la proyección puede emocionarse, reír o llorar, olvidando que se trata de un mundo de ficción.
Los prisioneros simbolizan o representan al hombre no educado, no formado, que toma por verdadero todo lo que ve y oye y es prisionero de la ignorancia y las apariencias, como el interrogado por Sócrates que no sabe pero cree saber. Platón se pregunta entonces que sucederá si se liberara a un prisionero. Al encontrarse libre de sus cadenas querría erguirse, volver la cabeza, pero estos movimientos le causarían dolor y molestias pues su cuerpo no estaba acostumbrado a los mismos. Si se lo obligara a mirar en dirección del fuego, sus ojos habituados a percibir sombras se deslumbrarían y nada verían. Su tendencia sería volver a sus cadenas.
Esto simboliza las dificultades con que tropieza el crecimiento en la educación de una persona porque al educarse abandona una situación anterior en la cual se hallaba cómodo o, al menos, acostumbrado he imagina que el prisionero es conducido hasta el interior de la caverna. Allí la visión de los objetos reales y la luz del sol cegarían inicialmente al prisionero y tendría el impulso de retornar a la caverna, pero, si logra vencer dicha tendencia pronto comprendería que esos objetos constituyen una realidad mucho más auténtica que la que perciba en la caverna.
En su conjunto la liberación y la salida del prisionero de la caverna simbolizan el pasaje del mundo estrecho y limitado de todos los días que se percibe por los sentidos al mundo de las ideas que es conocido por la razón. Pero ¿qué es el mundo de las ideas? Por nuestros sentidos podemos ver muchas cosas que, por ejemplo, son mas o menos esféricas como una pelota, una naranja o una bola de billar, pero nuestra inteligencia es capaz, más allá de estas cosas, de captar la idea de esfera en forma pura y perfecta. También podemos percibir cosas que son más o menos bellas o acciones que son más o menos justas, pero nuestra inteligencia puede captar la idea de belleza o la de justicia. En este punto es clara la influencia de Sócrates la novedad que introduce Platón es que estas ideas constituyen, según el filósofo, un mundo llamado mundo de las ideas que existe con independencia de nuestro mundo de todos los días o mundo sensible. En ese mundo inteligible que también se lo denomina así porque es conocido por la inteligencia cada idea es única, eterna, inmutable.
Platón piensa que el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible. El mundo inteligible es el que permite comprender al sensible. Comprendiendo la geometría de la esfera ideal se tiene un conocimiento aproximado de las cosas más o menos esféricas (naranjas, etc.).
Solo hay auténtico conocimiento, episteme, del mundo inteligible, mientras que del mundo sensible solo hay opinión o doxa, o sea un conocimiento aproximado de una realidad.
La doxa se identifica en Platón con el conocimiento sensible concreto y singular, que es incapaz de elevarse al universal.
En cambio la episteme es el conocimiento al que llega nuestra razón posee las ideas, porque según Platón, en una existencia anterior, nuestra alma ha estado en contacto con las mismas y aunque en esta existencia encarnada las ha olvidado, puede llegar a recordarlas.
El conocimiento es entonces un re-conocimiento, una reminiscencia que puede producirse en ocasión de la percepción sensible, pero no se fundamenta en ella, por ejemplo no es que a partir de ver una pelota, una naranja, el sujeto construye el concepto de esfera, sino que en presencia de una pelota o una naranja el sujeto recuerda o actualiza el concepto de esfera que ya poseía en estado potencial. Es posible pensar que el mundo sensible es un mundo similar al que había descrito Heráclito: en él hay múltiples cosas todo cambia, nada es eterno.
Pero el mundo inteligible tiene mucho de Parménides: las ideas, como el auténtico ser, son únicas, eternas, inmutables. Platón, de esta manera plantea una conciliación entre Heráclito y Parménides.
EL MITO DE LA CAVERNA APLICADO A NUESTRO "HOY"
En el mito de la caverna de Foerster vemos hombres encadenados a sillones contemplando una pantalla, en esa pantalla se veían sombras con colores y los hombres tenían solo un deseo: crear esa sombra o convertirse en ella.
Si comparamos con el mito de Platón el interior de la casa sería el interior de la caverna, el mundo sensible, el de las apariencias, opiniones, sensaciones de que ese es el mundo real. La pantalla de hoy sería el muro del interior de la caverna. Esa pantalla es el mundo de la información que es recibida y no analizada. Pero ese no es el mundo real, existen otras posibilidades por eso él habla de un hombre que se escapa de las cadenas, es mirado con reprobación por los demás. Ese es el hombre que piensa diferente, que ve otras posibilidades, analiza, investiga, critica. Los demás eligieron permanecer donde estaban en ese mundo que era cómodo, no quisieron enfrentar otras posibilidades, talvez por temor a ver la realidad verdadera.
4. Ética, Moral y Acto Moral; la Ética según Savater
Ética y Moral: cuando la mitología dejó de ser la única explicación de los hechos de la vida diaria, de manos de los griegos se comenzó a justificar los fenómenos de la vida de otra manera, la mitología daba paso a la filosofía.
Los hombres comenzaron a observar que los valores y las costumbres tenían muy poco que ver con el mandato de los dioses, y decidieron que eran los hombres quienes debían establecer las normas de la sociedad, lo bueno y lo malo.
El hombre comenzó a levantarse y ser artífice de su propio destino, muchas veces de espalda a los mandatos de los dioses.
Valores absolutos de bien y mal pasaron a estar en manos de los hombres, en medio de un mundo en continuos cambios.
Si el mundo físico cambia siempre, los hombres no podían escapar de los cambios, y los valores que eran absolutos, pasaran a ser relativos, cambiantes. Se llegó a decir "el hombre es la medida de todas las cosas".
Este afán de determinar lo bueno y lo malo se considera que nació en la Grecia de Pericles y recibió el nombre de "Ética", del griego ethos (comportamiento, conducta reglada).
La moral suele tomarse como sinónimo de ética, pero existen algunas diferencias. La moral es un discurso normativo y muchas veces imperativo, que se funda en la oposición del bien y del mal, tomados como valores absolutos. La moral trata del conjunto de nuestros deberes.
La moral da respuestas a la pregunta: ¿Qué debo hacer en tal o cual circunstancia? El respeto de los preceptos morales conduciría a la virtud.
La ética es un discurso normativo, pero no imperativo que se funda en la oposición de lo bueno y lo malo, entendidos como valores relativos.
La ética busca responder a la pregunta "¿Cómo vivir felices?" la adopción de los valores éticos en la vida cotidiana abre el camino hacia una sabiduría de la existencia.
La moral postula "mandamientos", la ética enuncia "recomendaciones". La moral manda, la ética recomienda.
La ética, por su propia razón de ser y estructura, es una teoría que pretende explicar el fenómeno moral, pero por ser tan general, no puede ayudarnos acerca de ningún caso concreto, ante un conflicto moral particular.
La moral obedece al conjunto de normas y pautas de conducta que los hombres deben cumplir en un contexto determinado. Pese a esto, la moral tiene que ser aterrizada en prácticas concretas donde los individuos deben tomar decisiones y actuar con un sentido positivo o negativo. Los actos humanos-morales siempre van a ser calificados o sancionados por una moral vigente.
La ética es una reflexión o teoría acerca de las manifestaciones del comportamiento humano en general. La moral es más concreta, más particular. Se halla circunscripta a un contexto histórico y social determinado.
La ética no puede ser comprendida sino a través de su historia.
Muchos intelectuales y filósofos afirman que estamos viviendo una época de cambio, pasando de la modernidad a la posmodernidad (o post-modernidad).
Surge la pregunta acerca de si el progreso de la ciencia, de la economía y del arte, le permitirá al hombre vivir en un mundo mejor.
El prototipo de hombre moderno es aquel que confía en que el curso de la historia está orientado hacia el progreso, orienta su vida confiando en ello, ya que el progreso la garantiza que el día de mañana será mejor que el día de hoy.
La posmodernidad surge del descreimiento y la desconfianza: ya no se cree que el progreso constituye necesariamente un bien para la humanidad. "El progreso se ha vuelto rutina" (Vattimo).
En la posmodernidad se desvalorizan ideales y expectativas, y la caída de las ideologías dejó un vacío que a menudo ha llenado por el pesimismo y lo desinterés.
LA ÉTICA COMO EL ARTE DE DARNOS LA BUENA VIDA SEGÚN SAVATER Y SU REFLEXIÓN ANTE EL INMEDIATISMO Y CONSUMISMO POSMODERNO
A veces los hombres queremos cosas contradictorias que entran en conflicto unas con otras. Es importante establecer prioridades y de imponer una jerarquía entre lo que me apetece y lo que a la larga quiero. "Tienes que hacer lo que quieras o sea darte la buena vida y no hagas caso a los tristes ni a los beatos": la ética no es mas que el intento racional de averiguar como vivir mejor. Si merece la pena interesarse por la ética es porque nos gusta la buena vida. Solo quien ha nacido para esclavo o quien tiene miedo a la muerte y cree que todo da igual se dedica a las lentejas y vive de cualquier manera.
Quieres darte la buena vida, pero también quieres que esa buena vida sea una buena vida humana. Y estoy seguro que no renunciarías por nada del mundo. Ser humano consiste en tener relaciones con los otros seres humanos. Si pudieras tener dinero, un palacio, las mejores ropas, los más exquisitos alimentos (lentejas), pero todo eso a costa de no volver a ver ni ser visto por ningún ser humano, ¿estarías contento?, ¿cuánto tiempo podrías vivir así sin volverte loco? La gracia de todas esas cosas está en que te permiten relacionarte con los demás: por medio del dinero se espera poder deslumbrar o comprar a los otros, las ropas son para gustarles o para que nos envidien, lo mismo la buena casa y los mejores vinos. Muy pocas cosas conservan su gracia en la soledad y si la soledad es completa y definitiva todas las cosas se amargan. La buena vida humana es buena vida entre seres humanos sino no será ni buena ni humana.
Los hombres queremos ser tratados como humanos, y esa humanidad depende de lo que los unos hacemos con los otros. El hombre no es solo una realidad biológica natural, sino también una realidad cultural, no hay humanidad sin aprendizaje cultural y sin la base de toda cultura que es el lenguaje.
El mundo de los humanos es un mundo lingüístico, una realidad de símbolos y leyes sin la cual no seríamos capaces de comunicarnos ni conocer lo que nos rodea. Nadie puede aprender hablar por sí solo porque el lenguaje es una creación cultural que heredamos y aprendemos de otros hombres por eso hablar a alguien y escucharle es tratarle como a una persona, es darle un trato humano.
Hay otras formas de demostrar que nos reconocemos como humanos, por ejemplo estilos de respeto que tenemos unos con otros. Todos queremos ser respetados por ejemplo las chicas se quejan de que se las trate como mujeres ("objeto o "adornos"). Por eso cuando insultamos a alguien lo llamamos "animal", como advirtiéndole que está rompiendo el trato entre los hombres.
La humanización es un proceso recíproco por eso darse la buena vida no puede ser algo muy distinto de dar la buena vida.
5. La Ética de Aristóteles
Según Aristóteles hay muchos fines u objetivos que alcanzar, y los podemos buscar unos en vistas de otros por ejemplo: la riqueza, la música, el arte, todos estos fines se llaman instrumentos, pues los usamos para obtener algo, ellos no son perfectos ni definitivos.
Pero el bien supremo (la felicidad) debe ser una cosa perfecta y definitiva. Por consiguiente, si existe una cosa que es definitiva y perfecta, es el bien que buscamos.
El bien que debe buscarse por sí mismo es mas definitivo que el que se busca en vista de otro bien, lo perfecto, lo definitivo, lo completo, es eternamente apetecible en sí, éste es el carácter que tiene la felicidad, la buscamos siempre por ella y solo por ella y nunca para obtener algo a cambio.
Cuando buscamos honores, la ciencia, la virtud, las deseamos por sí mismas pero también las deseamos porque a través de ellas obtenemos la felicidad y nos la puede asegurar, mientras que nadie puede desear la felicidad con la mira de éstas ventajas.
El bien perfecto es independiente de todo, cuando hablamos de independencia no nos referimos a un hombre que pasa una vida solitaria, pues el hombre es un ser social y político. Entendemos por independencia aquello que considerado aisladamente, basta para hacer la vida aceptable, sin tener necesidad de ninguna otra cosa.
La felicidad es una cosa definitiva, perfecta y que se basta a sí mismo y es el fin de todos los actos posibles del hombre.
Para conocer mejor su naturaleza debemos preguntarnos porque el hombre es el único ser que la desea y la puede alcanzar, entonces nos preguntaremos ¿Cuál es la obra propia del hombre?
- Vivir, es una función común al hombre y a las plantas y aquí solo se busca lo exclusivamente lo humano.
- Sensibilidad, también vemos en otros seres, en todo animal, y en el hombre.
- La razón, es la actividad propia del hombre. Lo propio del hombre será el acto del alma conforme a la razón.
El bien, la perfección para cada cosa varía según la virtud de esta cosa, por lo tanto, el bien propio del hombre es la actividad del hombre dirigida por la virtud y si hay muchas virtudes elegir la más alta y la más perfecta de todas.
Según Aristóteles existen dos tipos de virtudes:
- Éticas, la virtud ética más elevada es la justicia.
Según Aristóteles la felicidad solo se obtiene a través de la sabiduría o "sofía" y esa sabiduría la obtenemos a través de la vida contemplativa.
Debemos contemplar el universo, los astros. La contemplación debe ser una actividad desinteresada o sea contemplar por contemplar sin obtener nada a cambio, es el saber por el saber mismo. Es una actividad aristocrática o sea para pocos. El ideal de hombre es el sabio.
6. La República de Platón: El Gobierno ideal, el filósofo, virtudes (Justicia como fundamento del Estado).
El filósofo es aquel que ama el conocimiento en su totalidad y no solo en algunas de sus partes. ¿Qué es el conocimiento? "Lo que absolutamente es, es absolutamente cognoscible". Al ser corresponde la ciencia que es el conocimiento verdadero, al no ser, la ignorancia y al devenir que lo encontramos entre el ser y el no ser corresponde la opinión, que se encuentra entre el conocimiento y la ignorancia. Opinión y ciencia constituyen todo el campo del conocimiento humano. La opinión tiene como campo propio el conocimiento sensible y la ciencia el conocimiento racional.
Grados del conocer:
- Dianoéticas, la más elevada es la sabiduría.
- Suposición o conjetura (sombras e imágenes).
- Opinión creída, pero no certificada (cosas naturales, seres vivos, objetos de arte).
- La inteligencia científica, actúa por hipótesis partiendo del mundo sensible (entes matemáticos).
- La razón filosófica, que procede dialécticamente (mundo del ser).
Del mismo modo que las sombras, las imágenes, son copias de las cosas naturales, las cosas naturales son copias de los entes matemáticos y estos, son copias de las sustancias eternas que forman el mundo del ser. El mundo del ser es el mundo del orden absoluto, los entes matemáticos (números, figuras) reproducen el orden del mundo del ser. Las cosas naturales reproducen las relaciones matemáticas, y cuando queremos juzgar la realidad de las cosas recurrimos a la medida.
Todo conocimiento tiene en su cima el conocimiento del ser. El hombre debe ir de la opinión a la ciencia educándose gradualmente y esto Platón lo describe en el mito de la caverna: en el mundo sensible los hombres son como esclavos encadenados y obligados a mirar las sombras de los seres y objetos proyectados por un fuego que arde en el exterior. Los hombres toman estas sombras como reales porque no conocen la realidad verdadera. El esclavo que se liberase y consiguiese salir fuera, por un momento no soportaría la luz del sol, tendría que acostumbrarse de apoco, primero mirar las sombras, luego las imágenes de los hombres y las cosas reflejadas en el agua y por fin las cosas mismas y solo al final podría contemplar los astros y el sol. Solo entonces se daría cuenta que el sol nos da las estaciones y los años y gobierna todo en el mundo visible y que de él dependen todas las cosas. La caverna es el mundo sensible, las sombras son los seres naturales, el fuego es el sol.
El filósofo sabe que la verdadera realidad está fuera de la caverna y que el verdadero conocimiento no es el de las sombras y por eso siente pena de aquellos que se conforman con el conocimiento de las sombras y lo tienen por verdadero.
La educación será u ocurrirá cuando se lleva al hombre del mundo sensible al mundo del ser y conducirlo al punto más alto del ser, que es el bien. Para preparar al hombre para la visión del bien pueden servir las ciencias que tienen por objeto los aspectos del ser que mas se acercan al bien: la aritmética (arte del cálculo) permite corregir las apariencias de los sentidos, la geometría (ciencia de los entes inmutables), la astronomía (ciencia del movimiento ordenado y perfecto, el de los cielos), la música (ciencia de la armonía).
El bien en el mundo del ser corresponde a lo que es el sol en el mundo sensible (sol = idea del bien). El sol no solo hace visible las cosas mediante su luz, sino también las hace nacer, crecer y alimentarse. Una vez que sale de la caverna, el hombre no debe permanecer en la región superior (mundo inteligible o de las ideas, la idea superior es la idea del bien representada por el sol), debe volver a la caverna para avisar a los demás lo que vio, para darse cuenta de que aquel mundo inferior (mundo sensible) es el mundo humano, su mundo y obedecer el vínculo de justicia que une a toda la humanidad. Debe reacostumbrarse a la oscuridad de la caverna y entonces verá mejor que sus compañeros y reconocerá la naturaleza de cada imagen por haber visto el verdadero ejemplar de cada una: belleza, justicia, y el bien.
El Estado podrá ser constituido y gobernado por gente despierta y no como ocurre ahora, por gente que sueña y que combate entre sí y disputan el poder como si fuese un gran bien. Solo volviendo a la caverna y entrando al mundo humano el hombre será justo y éste es el filósofo. La filosofía es una vida de "despiertos", exige el abandono de toda ilusión, de la realidad de las sombras que viven en el mundo sensible.
La formación de una comunidad política (Estado) gobernada por filósofos, tiene como objetivo y fundamento la justicia.
La República se propone determinar la naturaleza de la justicia. Ninguna comunidad humana puede subsistir sin la justicia. La justicia es condición fundamental del nacimiento de la vida del Estado.
El Estado está formado por 3 clases: gobernantes, guardianes o guerreros y los ciudadanos (agricultores, artesanos, comerciantes). La prudencia pertenece a la clase de los gobernantes porque si estos son sabios todo el Estado será sabio. La fortaleza pertenece a la clase de los guerreros. La templanza está en el acuerdo entre gobernantes y gobernados, es una virtud común a todas las clases. Pero la justicia comprende todas estas 3 virtudes. La justicia garantiza la unidad y la fuerza del Estado y la eficacia del individuo.
7. Moral o Ética Kantiana
La ética de Kant expuesta en la fundamentación de la metafísica de las costumbres y en la crítica de la razón práctica es el intento por construir una ética universal racional. Según Kant puede haber muchas cosas buenas como el valor, la decisión, la perseverancia pero ninguna de ellas puede ser llamada buena porque cualquiera de estas cualidades puede llegar a ser malos si la voluntad no es buena. Una voluntad buena lo es en cualquier circunstancia y con independencia de un fin propuesto. No importa el éxito de la acción, ej.: hago todo lo posible por ayudar una persona y fracaso en el intento, esto no disminuye el valor moral de la acción. La buena voluntad es buena cuando obra no por inclinación (siguiendo una tendencia de nuestra sensibilidad) sino cuando obra por deber.
En nuestras acciones podemos obrar en forma contraria al deber es decir, siguiendo alguna inclinación por ejemplo: cuando no ayudo a una persona que se encuentra en
apuros porque prefiero mi comodidad.
También puedo obrar de acuerdo con el deber pero también por inclinación, por ejemplo: ayudo a una persona porque es mi amiga y finalmente, puedo obrar por deber ejemplo: cuando ayudo a una persona porque el deber manda, ayudar a un semejante. Solo estas acciones merecen el calificativo de moralmente buenas, las contrarias al deber son moralmente malas y las que se efectúan de acuerdo con el deber, pero por inclinación son moralmente neutras, por ejemplo: Kant analiza el caso de los actos de beneficencia y señala que hacer actos benéficos es un deber, pero en realidad algunas personas experimentan regocijo al efectuar el acto, en consecuencia obran de acuerdo con el deber siguiendo una inclinación.
Kant define el deber como la necesidad de una acción por respeto a la ley moral, que la razón práctica da a la voluntad y que dice "no debo obrar nunca más que de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal".
La ley moral es la razón de aquellos seres racionales dotados de voluntad.
Ley moral (diccionario filosófico) "es la ley que ordena el bien y prohíbe el mal moral".
El fundamento de la ley moral radica en la exigencia del deber. El mal es algo que no debe ser.
Ley moral (Kant): "la razón es ley para todos los seres racionales con voluntad".
En el hombre la ley tiene forma imperativa que ordena categóricamente (sin condiciones), es decir, la ley es un imperativo categórico (orden sin condición), quiere decir que no debo obrar sino de acuerdo con máximas que puedan universalizarse. Solo obro moralmente bien cuando puedo querer es decir, aceptar por propia convicción como obligatoria para mí, que el principio de mí querer se convierta en ley válida para todos. El imperativo categórico constituye el fundamento racional de las normas morales que la modernidad buscaba. Ante la necesidad de obrar, el sujeto racional debe preguntarse si la máxima con la que se está guiando puede ser universal o no. La ética kantiana es a priori puesto que, el imperativo categórico no depende de circunstancias empíricas, es formal porque no dice en concreto o en particular que es lo que debe hacer cada individuo. La ética kantiana es autónoma. Debemos hacer aquello que nos conviene.
Una acción es buena cuando es hecha por deber y es mala por cualquier otro motivo. Es moralmente buena cuando actúo con la intención buena o la buena voluntad.
Tengo que ser bueno, ¿quién me obliga a esto? Es la ley moral en mí. Esa voz que se me impone es un imperativo, una orden categórica que viene de la conciencia, no viene de estructuras sociales, sino que viene del interior del hombre, de su ser racional.
Concepto de ley moral (Kant): "ley universal o norma moral y necesaria que se me impone desde adentro del individuo y obliga incondicionalmente a todos y siempre".
Se expresa en cuatro fórmulas:
- "Obra de tal manera que la norma de tu acción pueda convertirse en ley universal".
- "Trata la persona humana, en ti mismo y en los demás, como fin y nunca como medio".
- "Nunca servirte de los demás como un medio para un fin".
- "Ama a tu prójimo como a ti mismo, trátalo como persona, tomando como modelo a ti mismo". "Que la persona humana tenga la dignidad suficiente de exigir respeto".
Autor:
Rodrigo
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