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La formación de capacidades una necesidad el desarrollo local


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    La universidad constituye una organización inteligente que expresa en los conocimientos, habilidades y valores de su claustro, el resultado de su desarrollo en las diferentes etapas, en los momentos actuales es cada vez más necesario elevar la responsabilidad social de la universidad en la utilización eficiente del capital humano en el logro de la satisfacción de las necesidades de los territorios, por lo que se hace ineludible reforzar de modo participativo la conexión de la cultura general y de la ciencia mediante los diferentes procesos sustantivos de la universidad, tales como: la formación, la investigación y la extensión, de forma tal que se favorezca con prontitud el incremento del accionar de la comunidad universitaria en la dinámica sociocultural de los diferentes contextos socioproductivos, influyendo en el bienestar de las personas y el empoderamiento de los territorios en función de su propio desarrollo.

    La experiencia revela que es preciso reforzar la alineación de los procesos sustantivos entorno al desarrollo local, encaminado a armonizar la utilización más amplia posible de su potencial en el logro de los cambios previstos en cada escenario, aprovechando las corrientes exógenas que lo complementan y las corrientes endógenas que en ella se generan.

    La Universidad ha de fortalecer el acompañamiento, a través de la integración e innovación; al Programa Integral de Desarrollo de cada municipio en función de la elevación de la calidad de vida del ser humano, como expresión del progreso económico equitativo sobre la base de métodos de producción y patrones de consumo que mantengan el equilibrio ecológico y garanticen la felicidad y satisfacción espiritual de las generaciones futuras.

    Se comparte el criterio de Ada Guzón Camporredondo (2010) sobre el desarrollo local como el proceso que integra el mejoramiento material de formas de existencia y la reproducción de lo social, sobre la base del fortalecimiento sostenido de las potencialidades individuales y colectivas. La referencia a lo "local" significa al municipio como unidad político-administrativa, es el escenario donde la sociedad espera encontrar respuestas a sus necesidades y aspiraciones materiales y espirituales. Además, es donde se ubican las estructuras productivas y de servicios del gobierno; a su vez, está conformado territorialmente por consejos populares, circunscripciones y asentamientos poblacionales, urbanos y rurales.

    Antes de presentar una propuesta de lo que puede ser la formación de capacidades para asumir la responsabilidad social universitaria en un contexto determinado, la universidad teniendo en cuenta el potencial acumulado está en condiciones de participar en la formación de los recursos humanos que necesita la provincia para alcanzar el desarrollo sostenible.

    El sujeto para realizar cualquier acción requiere de algún elemento movilizador que lo induzca a ello, y luego tiene que poner en acción sus modos de actuación para ejecutar la acción en el marco de su comunidad. Así cualquier modo de actuación profesional antes de su puesta en práctica requiere de una orientación, compuesta por un conjunto de elementos integrados que la determinan como son: las representaciones anticipadas de los resultados a alcanzar, las imágenes previas para lograr los resultados con respecto al contexto en el que hay que actuar y la puesta en práctica del sistema de condiciones o recursos propios con los que se cuenta para operar.

    Las capacidades, habilidades y hábitos son el resultado de un mayor dominio de las actividades, acciones y operaciones respectivamente y la diferencia cualitativa está dada por su organización en sistemas estables. Por ello, la gestión del conocimiento para la formación de capacidades es el área dedicada a la dirección de las tácticas y estrategias requeridas para la administración de los recursos humanos intangibles en una organización.

    Las universidades han sido siempre instituciones totalmente centradas en el conocimiento y su gestión, por lo tanto, constituye una oportunidad y necesidad en su alta responsabilidad formadora y en la preparación de escenarios para aplicar los métodos y técnicas apropiadas al contexto y a los objetivos de la organización. Resulta muy importante identificar los procesos que emplean y generan información en las universidades y que son básicos para alcanzar el conocimiento. Dra. Vivian Estrada 2006

    La definición de conocimiento para la formación de capacidades profesionales no es una tarea fácil, este debe ser expresado o codificado en forma de palabras, números, datos, fórmulas matemáticas, manuales, entre otros. Este tipo de conocimiento es de fácil transmisión interpersonal, formal y sistémica. Algunos autores al tratar sobre este tipo lo asimilan con el concepto de información (e.g., Appleyard, 1996; Glazer, 1998).

    Son muchas y variadas las definiciones existentes acerca de "gestión del conocimiento", se asume "El conjunto de procesos y sistemas que permiten que el capital intelectual de una organización aumente de forma significativa, mediante la gestión de sus capacidades de resolución de problemas de forma eficiente (en el menor espacio de tiempo posible), con el objetivo final de generar ventajas competitivas sostenibles en el tiempo". Senge Peter (1999).

    En tal sentido, tramitar el conocimiento viene a ser la gestión de todos los activos intangibles que aportan valor a la institución para la consecución de capacidades, competencias esenciales, distintivas. El desarrollo de conocimientos se promueve con el objetivo de emplearlos en la consecución de ventajas competitivas sostenibles, no simplemente acumulando conocimientos sin aplicarlos.

    El Aprendizaje es el proceso mediante el cual se integran conocimientos, habilidades y actitudes para conseguir cambios o mejoras de conducta. Por lo tanto, el aprendizaje es una acción, que toma el conocimiento (en un sentido amplio) y genera nuevo conocimiento.

    El concepto aprendizaje se puede aplicar a las personas, los equipos y las organizaciones. En particular el aprendizaje requiere herramientas o mecanismos que permitan convertir el conocimiento de las personas y equipos de una sociedad en conocimiento colectivo.

    La gestión del conocimiento incluye los siguientes pasos: generación de conocimiento, captura / adquisición, organización, búsqueda / utilización, publicación y distribución. Mediante este proceso se presenta la transformación de información en conocimiento, este debe ser compartido por todos para que tenga utilidad, además, el ciclo debe estar continuamente iniciando nuevos procesos de transformación información-conocimiento, para estar siempre adelante, debido a la competencia existente.

    La gestión del conocimiento es una corriente modernizadora de la transformación de las organizaciones introduciendo la consideración de otro recurso más (el conocimiento), para dar respuesta a las nuevas demandas de cambio y mejora, y para lograr mantener posiciones competitivas empleando de manera intensiva las capacidades de las personas y de las tecnologías de la información. (Bueno, Eduardo (2002).

    La gestión por conocimiento es otra forma de responder al mismo fenómeno, pero enfatizando en el valor del conocimiento como elemento estratégico que condiciona y configura la organización y su modelo, la gestión y el desarrollo de la empresa, sus productos y servicios, y la red de sus colaboradores, como criterios claves en la misión y visión del valor del negocio, en la contribución de las personas y sus responsabilidades, en la organización de los equipos de trabajo, y en el desarrollo de la estrategia orientada a explorar y explotar el conocimiento.

    Uno de los objetivos de la formación de capacidades en las diferentes instituciones, comunidades, es promover el cambio de conocimiento, reforzar la conciencia y habilidades de innovación, elevar el entusiasmo del personal por aprender, haciendo que el conocimiento sea mejor aplicado en las diferentes actividades y permitiendo que el aprendizaje sea continuo para ayudar a satisfacer las necesidades de los habitantes, con la consiguiente elevación de su nivel cultural y social.

    Si se quiere gestionar el conocimiento, se deberá primero comprender que es necesario generar un clima adecuado, no es la simple instalación de una intranet o un programa. La clave es cambiar el punto de apoyo centrado en el énfasis tradicional sobre los activos materiales y considerar el eje en los activos intangibles. Cuando se prioriza esta estructura de trabajo, se necesitará crear activos emocionales (confianza, relaciones personales.)

    Se asume la gestión del conocimiento como un sistema para administrar la recopilación, organización, refinanciamiento, análisis y diseminación del conocimiento de cualquier tipo dentro de una organización.

    El interés por conocer no constituye un hecho casual, sino una expresión del desarrollo social y una exigencia de la práctica social por lo que como refiere Pupo en el 1990 "… La actividad, como modo de existencia, cambio de la realidad social, penetra todos los campos del ser y su expresión-refleja. A ella se vinculan de modo consustancial e indisoluble aspectos de carácter cosmovisivo, metodológico, gnoseológico, axiológico y práctico el devenir social."

    La actividad conocedora es una forma esencial de la existencia humana condicionada por su accionar práctico y que se reproduce en forma de conocimiento, elemento que media toda labor humana.

    El conocimiento como reflejo de la realidad no es proceso simple, inmediato y completo sino es el resultado de una serie de abstracciones que permite la formación de conceptos que se encuentran en constante formación teniendo en cuenta la realidad circundante.

    El proceso cognitivo constituye una interacción dialéctica entre el sujeto y el objeto por lo que el conocimiento y la práctica tienen un vínculo indisoluble y condicionado, donde la práctica juega un papel intermediario, la relación no debe ser espontánea ni alucinada a fin de lograr un acercamiento objetivo a la realidad.

    El proceso cognoscitivo es también una expresión de la naturaleza del hombre como ser social, constantemente está comparando su actuación, establece relaciones con otros hombres, integrado a colectivos, está en constante comunicación con ellos, este proceso no solo es una relación sujeto – objeto sino también sujeto – sujeto, que condiciona la actividad humana, la comunicación ha jugado un papel fundamental en la evolución de la naturaleza humana.

    El proceso de formación de capacidades locales para el desarrollo local sostenible parte de las categorías actividad y comunicación como soportes del proceso de aprendizaje en el marco social y cultural comunitario.

    Se profundiza dentro de este referente en la gestión del conocimiento para el desarrollo local sostenible, es decir, en cómo aprender a conocer, aprender a vivir juntos, aprender a hacer y aprender a ser para la construcción de conocimientos útiles, experiencias sociales, psicología e intereses plurimotivados en la actividad. De manera que se alternen intencionadamente los espacios de cooperación y simetría con el fin de orientar la participación y la actividad independiente en el aprendizaje reflexivo de los individuos y el grupo. (Duran Rill y otros, 2012 y 2013).

    Desde lo didáctico se asume el proceso de enseñanza aprendizaje como objeto de la Didáctica, abordado por Carlos Álvarez y otros autores referenciados a partir de la teoría de la actividad y de la comunicación. De acuerdo con la teoría de la actividad, el proceso se divide en subsistemas de similares características, conocidas como acciones, las cuales contienen la unidad dialéctica de los objetivos, contenido y demás componentes en la práctica del programa optativo para la formación de capacidades para el desarrollo local sostenible.

    En relación con lo sociológico se subraya el papel de la investigación reflexiva para analizar las diversas perspectivas sociales comparadas, así como sus causas, significados e influencias que condicionan el comportamiento comunitario. Entre las teorías sociológicas, algunas se fundamentan en la acción individual como es el caso de la de Max Weber quien refiere que en la acción está contenida toda la conducta humana en la medida en que el actor le asigna un sentido subjetivo.

    El concepto participación está indisolublemente ligado al debate científico, recurrente en las agendas de los estados, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales. Se identifica como el eje central que posibilita incrementar y redistribuir las oportunidades de los actores sociales en los procesos de toma de decisiones. Es la vía para transitar sobre bases socioculturales propias que conducen a los caminos del desarrollo. Es la expresión y conducción de una comunicación educativa que posibilita la concientización de los sujetos, enriquecida en el diálogo y la acción colectiva.

    "Participación es el núcleo de una utopía que busca modelar constricciones sociales que reafirman las relaciones Estado Sociedad, a su alrededor pueden rastrearse ideas a favor de la descentralización, la autogestión, autodeterminación cooperativa. El carácter polifacético de las instituciones que velan por un desarrollo integral de sus miembros y su intervención directa en las decisiones de sus diferentes ámbitos de competencia. Una planificación concertada de desarrollo local, regional, nacional y otros que pudiesen agregarse. Desde esa perspectiva en el concepto de participación convergen los valores de autodeterminación, autodesarrollo, colaboración, confianza, cooperación, equidad, libertad, autonomía e independencia" (Limia, 1997:9).

    El alcance del término se extiende a los diversos campos de la vida social para tomar formas y contenidos distintos en dependencia del escenario en que se aplique.

    El desarrollo tiene un carácter endógeno, por lo que la participación se define como el resultado de un proceso multirrelacional que se origina en el interior de las sociedades como producto de la propia dinámica interna de su estructura sociocultural y de las circunstancias históricas concretas, ello condicionará el proceso de cambio, transformación y apropiación autónoma de la realidad y no la asimilación de modelos impuestos que no se adecuan a las características socioculturales propias.

    Es importante señalar que en el mundo contemporáneo cualquier proyecto dirigido a lograr cambios de carácter económico, político o social, requiere de altos niveles de participación popular, con el propósito de alcanzar más aceptación y efectividad en su ejecución. Es necesario señalar como rasgo esencial de toda participación, cuando es plena, el que la gente participe en la toma de decisiones, en la construcción creadora de las soluciones a las propuestas y alternativas de los problemas planteados y la evaluación posterior sobre los resultados obtenidos. A pesar de las coincidencias en relación con reconocer la importancia de la participación en consecuencia del desarrollo endógeno, según el colectivo de autores integrado por Cecilia Linares y otros (1996

    El reconocimiento del carácter activo y procesal de la participación es un elemento clave para la existencia misma de la comunidad en términos de actitudes, sentimientos, tradiciones e identidad la cual comprende relaciones de parentesco, costumbres y rutinas comunes.

    Independientemente de los esfuerzos que se realizan en el proceso de capacitación en la gestión del conocimiento para el desarrollo local aún persisten dificultades que en ocasiones están condicionadas por el propio objeto de cada profesión.

    La formación de capacidades está encaminada a identificar, aprehender y socializar el conocimiento con la finalidad hacer a la universidad pertinente y competitiva como un ente importante en el proceso de transformación de las condiciones económicas, sociales y culturales y de las relaciones sociales de los espacios locales, mediante el desarrollo de una cultura y un estilo participativo que involucre la acción integrada de la mayor diversidad de los actores sociales, en la generación de los procesos de cambio encaminados al mejoramiento de la calidad de vida." María del Carmen Caño

    Teniendo en cuenta la situación que presenta la comunidad y el papel que ha de desempeñar dada las nuevas exigencias de la reorganización de la sociedad contemporánea, la universidad debe trabajar en función de iinstrumentar programas de ordenación sociocultural con el propósito de lograr un desarrollo sostenible en la comunidad, que permita promover la labor y la voluntad de los diferentes agentes socializadores y habitantes por resolver los problemas.

    La concepción sistémica de la superación plantea que esta es el resultado de la elaboración teórica y metodológica y del proceso de su aplicación práctica, que comprende las acciones para el diseño y realización de la planificación, organización, ejecución, regulación, control y evaluación del proceso encaminado al desarrollo integral de los recursos humanos por medio de la superación, considerando para ello el enfoque de sistema.

    Para un accionar pertinente en la formación profesional desde lo interdisciplinar, con énfasis en el sector empresarial, y en donde se incremente la motivación y el compromiso de los profesionales, es necesario partir de programas pertinentes con salidas socioproductivas (intensidad + conexiones) que refuercen la autoestima y el aprendizaje de las comunidades ya que "… estamos viviendo una época en que sin una formación de investigación satisfactoria de nivel superior, ningún país puede asegurar un grado de progreso compatible con las necesidades y expectativas de la ciudad." Según I. J. Lima (1996:23),

    Para el logro de lo anterior es necesario subrayar que esos objetivos son inalcanzables al margen del fortalecimiento de las universidades como instituciones de conocimiento, capaces de producir, diseminar y promover vías para el uso del conocimiento relevante de la ciencia y la cultura en la práctica de la producción y los servicios en cada escenario.

    La responsabilidad social universitaria en cada comunidad exige reconsiderar, en la gestión estratégica de la ciencia, donde se potencie la articulación desde el perfil de competencia profesional de cada carrera a las dimensiones del desarrollo local, es decir: lo ambiental sostenible, lo económico productivo, sociocultural y de género, así como en la formación de capacidades en la solución de problemas desde un liderazgo participativo que se distinga por el logro de la colaboración, el consenso y la confianza de los actores sociales en la toma de decisiones acertadas.

    La responsabilidad social universitaria en la gestión curricular de pre grado y postgrado debe ser modulada desde la ciencia, aplicada con las necesidades de la articulación socio productiva de cada municipio: ello lo que exige el robustecimiento del trabajo metodológico de las carreras en la universidad, como institución que transfiere el conocimiento útil desde la ciencia (fuerza social transformadora) en las redes de los procesos de absorción, coordinación e implementación de tecnologías apropiadas por los actores del territorio.

    Esta necesidad esta dado por la comprensión del papel que debe jugar la universidad atendiendo a las reconocidas fortalezas, la investigación crea el escenario adecuado para la formación de los estudiantes de pregrado, por lo que se hace necesario prepararlo en función de atender el problema de la reproducción del potencial humano y su preparación para abordar los complejos problemas del desarrollo.

    Desde esta experiencia se hace necesario diseñar un programa que posibilite desarrollar en los estudiantes capacidades para su labor investigativa, extensionista y como futuros profesionales competentes y comprometidos con el desarrollo de una sociedad socialista sostenible para lo cual la universidad deberá involucrase más en la vida social y cultural del territorio. La relación de la cultura, la ciencia aplicada y la práctica política constituye el soporte del proceso de formación de capacidades en la gestión del conocimiento útil para el desarrollo local sostenible, de manera que se alternen de forma intencionada los espacios de cooperación y simetría con el fin de orientar la gestión de la ciencia y la gestión curricular para potenciar el aprendizaje reflexivo, tanto a nivel individual como grupal, y con el consiguiente refuerzo de las capacidades profesionales.

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    Autor:

    Clara Iliana Lara Fernández.