- Breve crónica de una tragedia anunciada (últimos sucesos que magnifican la crisis)
- El desafío migratorio
- La respuesta de Europa (de la isla de Lampedusa a Il Gattopardo, de Lampedusa)
- Lluvia de críticas a las propuestas de la UE (una enmienda a la totalidad)
- Mientras tanto, los socios de la UE, se pelean por ver quién es el "menos" solidario
- "EUNavfor Med": operación militar para "interrumpir el modelo de negocio"
- La opinión de los que "saben" (supuestamente)
- Juego de números (cruda realidad objetiva vs. triste percepción subjetiva)
- Principales resultados estadísticos
- Enfoque personal (políticamente incorrecto) sobre el problema de la inmigración en la Unión Europea (y sus posibilidades de abordarlo, sin complejos ni cinismo)
Breve crónica de una tragedia anunciada (últimos sucesos que magnifican la crisis)
– 5 preguntas para entender el drama de la migración a Europa (BBCMundo – 19/4/15)
Los migrantes viajan en barcos mal preparados para el peligroso trayecto.
La de este domingo es la última tragedia: se teme que unos 700 inmigrantes se hayan ahogado tratando de llegar en barco a Europa.
La embarcación en que viajaban naufragó en el Mar Mediterráneo a unos 210 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa.
Es la misma zona donde, sólo esta semana, el Guardacostas de Italia informó que rescató a unos 10.000 migrantes cuyas embarcaciones se vieron en problemas.
Y en lo que va de este año, se calcula que unas 900 personas procedentes del norte de África han muerto tratando de realizar el peligroso trayecto por las aguas del Mediterráneo para llegar a Europa.
Las cifras muestran un drástico aumento en el número de personas que intentan comenzar una nueva vida en Europa, donde piensan que encontrarán mejores oportunidades de vida.
1. ¿De dónde vienen los migrantes?
La cruenta guerra civil en Siria ha provocado un drástico incremento en el número de migrantes.
Según las agencias de ayuda este conflicto es la principal fuente de migración a la Unión Europea. Y ahora el número de sirios que huyen de su país ha sobrepasado al de los afganos, eritreos y otras nacionalidades.
Pero también hay un gran número de personas procedentes de África subsahariana que arriesgan su vida para realizar el trayecto.
Y en Libia muchos están dispuestos a pagar sumas enormes de dinero a traficantes de personas para escapar del conflicto en su país.
2. ¿Hay ahora más personas que emigran?
Los números ciertamente se han incrementado.
El año pasado, unas 219.000 personas, refugiados y migrantes, cruzaron el Mediterráneo, según informes de la agencia de la ONU para refugiados.
Unas 3.500 personas murieron.
En 2013, el total de personas que llegó a Europa por el Mediterráneo fue mucho más bajo: unas 60.000.
En lo que va de 2015, se calcula que al menos 31.500 personas han cruzado hacia Italia y Grecia, los principales puntos de entrada a Europa.
3. ¿Por qué llegan a la isla italiana de Lampedusa?
Lampedusa se ha convertido en un "cuello de botella" de la migración porque es el punto europeo más cercano desde el norte de África.
Sin embargo, los centros de recepción de migrantes en otros puertos italianos, y en Grecia y Malta también están sobrepoblados.
Datos de Frontex, la agencia fronteriza de la Unión Europea, confirman que ha habido un gran aumento en el número de migrantes que realizan el peligroso viaje en barco desde Egipto y Libia.
En 2013 Frontex detectó 40.303 migrantes indocumentados en la ruta del centro del Mediterráneo, esto es un incremento de 288% desde 2012.
Y la cifra aumentó nuevamente en 2014.
Estos números, sin embargo, no incluyen a la gran cantidad de personas que logran entrar, sin ser detectadas, por las fronteras europeas.
4. ¿Es esta ruta del Mediterráneo el único trayecto de migración?
No. Hay muchas otras rutas que también suelen usar los migrantes que quieren llegar a Europa.
Grecia es un importante punto de tránsito. Muchas personas viajan a través de los Balcanes para tratar de llegar al norte de Europa.
La vecina Bulgaria también ha visto un enorme incremento en el número de migrantes sirios que entran desde Turquía.
Antes de la Primavera Árabe, la ruta por el occidente del Mediterráneo era un enorme desafío para España ya que muchas embarcaciones que transportaban a inmigrantes de África subsahariana llegaban a las Islas Canarias.
Estos números disminuyeron después de que España reforzó la cooperación con Marruecos y fortificó sus enclaves norafricanos, Ceuta y Melilla.
5. ¿Por qué se han incrementado los números de migrantes?
Las guerras en Siria e Iraq son claramente los grandes impulsores de la migración hacia Europa.
Los países vecinos de Siria han recibido a unos tres millones de refugiados. Millones de sirios más están desplazados dentro de su propio país.
Pero muchos otros migrantes continúan realizando peligrosos trayectos desde el Cuerno de África.
Estos a menudo son tratados brutalmente por traficantes de personas y deben soportar el calor sofocante del desierto y el conflicto político que actualmente asola a Libia, donde está el principal punto de partida.
Funcionarios italianos aseguran que la guerra que ha devastado a Somalia también ha provocado que muchos migrantes, que son genuinamente perseguidos, busquen asilo en ese país.
En el caso de Eritrea, se cree que muchos de los migrantes son jóvenes que huyen del servicio militar obligatorio, el cual se ha descrito como "una especie de esclavitud".
La situación en Eritrea también está deteriorada debido a la represión política, dicen grupos de derechos humanos.
En Afganistán, muchos continúan huyendo de la pobreza y la persecución política en el país, y los letales ataques de los insurgentes del Talibán y de bandas criminales continúan con regularidad.
También hay un alto número de chechenos que están huyendo de la atribulada región del Cáucaso norte, de donde muchos están escapando debido a los combates y la pobreza.
Según una cifra frecuentemente citada del blog Fortress Europe, calculada a partir de una recopilación de artículos de prensa, poco menos de 20.000 personas han perdido la vida de esta manera en los últimos 20 años. (BBCMundo – 23/10/13)
– La inmigración llega al límite: un niño cruza la frontera del Tarajal metido en una maleta (Vozpópuli – 7/5/15)
Imagen captada por el escáner de la aduana, en la que se ve al menor encogido dentro de la maleta – Foto EFE
El drama de la inmigración desesperada afecta también a los más desamparados. La Guardia Civil de Ceuta, que controla los accesos a la ciudad desde Marruecos por la aduana del Tarajal, detenía este jueves por la mañana a una mujer que presentaba una actitud sospechosa. La joven miraba a los lados, en actitud nerviosa, evitaba los controles y ser vista, pretendiendo evitar pasar por el escáner de la aduana.
Finalmente, su actitud la delató y los agentes le pidieron que pasara la maleta por el escáner, ya que tal y como han reconocido, "pensábamos que llevaba droga", pero no. Llevaba a Abou, un niño de origen subsahariano de tan sólo 8 años, que pretendía cruzar la frontera hacinado en la maleta para reencontrarse con su padre.
La joven de 19 años y origen marroquí que portaba la maleta fue detenida inmediatamente después de descubrirse al menor, que "pudo haber tenido un final trágico", en palabras de la Guardia Civil. De hecho, la maleta no llevaba ventilación alguna. El pequeño apenas podía hablar cuando fue liberado, aunque sí pudo susurrar un "Je m"appelle Abou", en francés, según recoge El País. El padre del menor, un hombre de Costa de Marfil que vive en Las Palmas de Gran Canaria, también ha sido detenido, después de que él mismo reconociera ser el padre del menor
El caso de Abou es sólo uno más, otro caso dramático por el hecho de que padres de niños extranjeros se vean en situaciones desesperadas y terminen sucumbiendo a pagar a mafias para buscar un futuro mejor para sus hijos, por no poder permitirse pagar las tasas u otros requisitos que exige la ley. Ojalá esta historia no sirva sólo para alimentar morbos innecesarios o rellenar espacios en los telediarios, si no que invite a un debate, una reflexión sobre una realidad que debemos mirar de frente.
El Mediterráneo es la vía de tránsito de inmigrantes irregulares donde se producen más muertes
Fuente: El País – 22/4/15
PRINCIPALES RUTAS MIGRATORIAS A EUROPA
EVOLUCIÓN DE MUERTES EN NAUFRAGIOS EN EL MAR MEDITERRÁNEO
MUERTES DURANTE LAS MIGRACIONES
PETICIONES DE ASILO Y PROCEDENCIA DE LOS SOLICITANTES
PRESENCIA DE EXTRANJEROS EXTRACOMUNITARIOS
– La llegada de inmigrantes irregulares a Europa se triplica en 2015 (El País – 18/5/15)
La afluencia alcanza las 57.300 personas en el primer trimestre y Frontex vaticina cifras sin precedentes para el conjunto del año
(Por Claudi Pérez)
Un grupo de inmigrantes este viernes en Lampedusa. / Francesco Malavolta (AP)
La última oleada de inmigración demuestra que Europa se enfrenta a un desafío sin precedentes. Casi 57.300 inmigrantes irregulares llegaron a Europa en el primer trimestre de 2015. Esa cifra supone prácticamente triplicar la del mismo periodo de 2014, un año en el que se pulverizaron todos los récords, incluidos los cosechados durante las primaveras árabes. Los fríos guarismos de la agencia europea de control de fronteras externas (Frontex), a los que ha tenido acceso este diario, confirman que la UE se enfrenta a una maraña de problemas entrelazados como las cerezas de un cesto: la oleada de conflictos en Oriente Próximo (en especial el caos en Libia), la presión demográfica en África, la creciente capacidad de la industria de traficantes de personas, la emigración económica procedente de los Balcanes y las propias dificultades de la UE para gestionar de manera homogénea sus fronteras se superponen para conformar unos números de pesadilla.
Detrás de cada una de esas cifras hay una historia personal que desmiente la manida etiqueta de los mal llamados sin papeles: un refugiado sirio; una familia huida de la guerra de Irak; un joven del Chad que atraviesa el llamado valle de las gacelas hasta llegar a Libia con la intención de encontrar un billete hacia el continente rico, donde estén más cerca las oportunidades que no tiene en su país. Pero basta con los datos para hacerse una idea de las consecuencias de ese fenómeno: 32.400 personas (en su mayoría kosovares) han entrado en la UE por los Balcanes en lo que va de año, frente a los menos de 1.000 del año pasado. Por el Mediterráneo Central -básicamente, Italia- han irrumpido 10.200 más, y eso sin contar los 10.000 adicionales rescatados en alta mar en los seis últimos días, según la Organización Internacional para la Migración (IOM, por sus siglas en inglés). Por la ruta del Mediterráneo oriental -las islas griegas y Bulgaria- han penetrado 13.500, casi el triple que hasta marzo de 2014, y por España 1.200 adicionales. Suman casi 57.300 personas, según los datos de Frontex; en el primer trimestre de 2014 eran prácticamente un tercio, 22.500.
Las fuentes consultadas en Frontex aseguran que las cifras se dispararán con el buen tiempo en el Mediterráneo -como ya se ha visto en las primeras semanas de abril; como ya sucedió en 2014- y aventuran "incrementos importantes que generarán sin ninguna duda un cúmulo de situaciones preocupantes" para el conjunto del año.
Cada vez que los ministros se reúnen en Bruselas y cada vez que la televisión da cuenta de una tragedia se repite la letanía de que Europa va a reforzar la agencia que protege las fronteras; pero Frontex no es una agencia de salvamento y rescate, sino una institución que vela por la seguridad de Europa. "En la práctica no hay suficientes recursos ni personal, y la disponibilidad de los Estados miembros para ceder medios -barcos y aviones de salvamento- es limitada o muy limitada", expone el director adjunto de Frontex, Gil Arias. "Sobran críticas y buenas intenciones por parte de los Estados miembros; falta voluntad política y recursos", añaden fuentes diplomáticas.
El año pasado más de 3.200 hombres, mujeres y niños perdieron la vida al intentar cruzar el Mediterráneo hacia Europa. Esas muertes no han suavizado la marea humana que huye de la violencia de los países en conflicto, o de la falta de oportunidades del África subsahariana. Europa sigue empeñada en encarar un problema humanitario -en gran parte una crisis de refugiados, salvo en los Balcanes- con una respuesta meramente policial. Sin ambición para detener esa sangría en origen, los tapones que hasta ahora eran Siria y Libia han reventado y dejan un panorama cargado de incertidumbres.
"Los flujos migratorios hacia Europa no van a dejar de aumentar por las pésimas situaciones en origen, desde Irak y Siria hasta el Cuerno de África", subraya Giovanni Grevi, director del laboratorio de ideas FRIDE. "Detener los barcos de inmigrantes no acaba con el problema y provocará enormes costes humanitarios. Europa debería unir fuerzas con una política exterior y de seguridad robusta en un momento crítico para la cohesión europea", añade.
Los avances, donde los hay, son tímidos. Y las amenazas se multiplican. El ascenso de partidos antiinmigración se sucede en la Europa rica (Reino Unido, Francia y Alemania) e incluso en la periferia. Bulgaria pretende levantar un muro de más de 150 kilómetros de longitud para contener la inmigración procedente de Turquía. Berlín y Londres plantean medidas para mitigar el denominado turismo del bienestar, aunque no hay cifras que avalen que la inmigración abusa de los servicios sociales. Y así ad infinitum.
Europa afronta presiones ligadas a los conflictos en la vecindad sur. Los socios abordan el problema desde una doble vertiente, ninguna de las dos muy exitosa. La primera, un mayor control de las fronteras. Cuando ocurren tragedias como la de Lampedusa, todos los países (especialmente Italia) miran a Frontex reclamando medidas para frenar los naufragios. Pero Frontex apenas tiene activos y se nutre básicamente de lo que aportan los Estados.
A los líderes políticos les cuesta suministrar más medios; en muchos casos porque creen que la existencia de barcos que en la práctica van a salvar vidas provoca un efecto llamada en las mafias y en los propios inmigrantes que eleva la magnitud del problema. En otros -los países nórdicos o Alemania- porque consideran que ellos ya sufren su propia presión al recibir más solicitudes de asilo.
La segunda vía es un cambio en la política migratoria del club comunitario. Bruselas pretende extender los canales legales para acceder al continente: cree que eso disuadirá a muchos de adoptar la vía desesperada de lanzarse al mar en busca de la costa europea. También porque, a largo plazo, los problemas demográficos de Europa harán que necesite trabajadores. Pero con la crisis aun cicatrizando, las capitales no quieren ni oír hablar de eso.
Libia: Atroces abusos impulsan a migrantes a poner en peligro su vida en travesías por el Mediterráneo
En un documento publicado el 11/5/15, Amnistía Internacional afirma que, en Libia, las personas refugiadas y migrantes son víctimas de violaciones sexuales, torturas y secuestros a manos de traficantes y contrabandistas, a la vez que sufren la explotación sistemática de sus empleadores, persecución religiosa y otros abusos de grupos armados y bandas de delincuentes.
En el documento, titulado "Libya is full of cruelty: Stories of abduction, sexual violence and abuse from migrants and refugees", se describe todo el horror y el padecimiento al que se enfrentan estas personas en Libia, muchas de las cuales se ven impulsadas a embarcarse en una peligrosa travesía marítima, poniendo así en riesgo sus vidas, en un intento desesperado por refugiarse en Europa.
"Las terroríficas condiciones en las que viven las personas migrantes, unidas a la cada vez mayor anarquía reinante y a los conflictos armados que asolan el país, ponen claramente de manifiesto hasta qué punto es peligroso vivir hoy día en Libia. Al no tener a su alcance vías legales que les permitan escapar y buscar seguridad, estas personas no tienen más remedio que ponerse en manos de traficantes, que las extorsionan, las someten a abusos y las agreden sin piedad", explica Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
"La comunidad internacional ha visto, impasible, cómo Libia se ha ido sumergiendo en el caos desde que terminó la campaña militar de la OTAN, en 2011, y ha permitido, de hecho, que las milicias y los grupos armados actúen sin cortapisas. Los líderes mundiales son responsables y deben estar preparados para afrontar las consecuencias, incluido el mayor flujo de refugiados y migrantes que huyen del conflicto y de los abusos incontrolados de Libia. Los solicitantes de asilo y los migrantes están entre las personas más vulnerables de Libia, y no debemos olvidar su difícil situación".
Durante años, Libia ha sido un país tanto de destino como de tránsito para personas refugiadas y migrantes del África subsahariana y de Oriente Medio que huyen de la pobreza, de los conflictos o de la persecución. Muchas de ellas se dirigían a Libia con la esperanza de llegar a Europa. Sin embargo, el recrudecimiento de la anarquía y de las amenazas de los grupos armados ha agravado los riesgos a los que se exponen, y ha empujado a huir en barco a Europa incluso a comunidades estables de migrantes que llevaban años viviendo y trabajando en Libia.
Otra de las razones por las que muchas de estas personas tratan de huir son los abusos que sufren en los centros de detención para inmigrantes, donde miles de refugiados y migrantes, incluidos niños y niñas, permanecen recluidos indefinidamente, en condiciones deplorables. Uno de los grupos de personas que viajan a Libia para intentar embarcarse en peligrosas travesías con destino a Europa, son los refugiados sirios, que tienen acceso a pocas rutas transitables para llegar al continente.
En una cumbre especial celebrada en Bruselas el mes de abril (2015), el Consejo Europeo anunció su intención de destinar más recursos a las operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo.
"Acogemos con satisfacción el compromiso asumido por los líderes de la UE de destinar más recursos a las tareas de búsqueda y rescate, pero aun así, la gente seguirá muriendo ahogada en el Mediterráneo a menos que se faciliten sin demora embarcaciones de rescate, las envíen a los lugares donde más se necesitan, es decir, a aquéllos donde se registran más peticiones de socorro, y permanezcan disponibles mientras siga habiendo tantos refugiados y migrantes que abandonan Libia", declaró Philip Luther.
Asimismo, el Consejo Europeo comunicó su intención de redoblar esfuerzos para identificar, capturar y destruir embarcaciones antes de que los traficantes puedan utilizarlas. De aplicarse estas medidas, miles de personas migrantes y refugiadas podrían verse atrapadas en una zona de conflicto.
"La introducción de medidas para luchar contra el tráfico de personas, sin facilitar al mismo tiempo rutas seguras para aquellas personas desesperadas por huir del conflicto en Libia, no resolverá la angustiosa situación de la población migrante y refugiada", arguyó Philip Luther.
Egipto y Túnez han endurecido también los controles fronterizos por temor a que se extienda a sus territorios el conflicto de Libia, con lo que han dejado a los migrantes y refugiados -cuyos pasaportes han sido con frecuencia robados o confiscados por traficantes, bandas de delincuentes o empleadores libios- sin otra opción, para salir del país, que embarcarse en una peligrosa travesía con destino a Europa.
"El mundo no puede seguir incumpliendo su obligación de ofrecer protección a cualquier persona que huya de estos atroces abusos. Los países vecinos, como Túnez y Egipto, deben mantener abiertas las fronteras para garantizar que cualquier persona que huya de la violencia y de la persecución en Libia tenga a su disposición un refugio seguro", enfatizó Philip Luther.
Además, Amnistía Internacional pide a los países ricos que ofrezcan más plazas de reasentamiento para personas refugiadas vulnerables, y a la comunidad internacional, que tome medidas efectivas para combatir con urgencia los abusos contra los derechos humanos y las violaciones graves del derecho internacional humanitario que están perpetrando en Libia ambas partes en conflicto.
Persecución religiosa
La población refugiada y migrante de religión cristiana corre especial peligro en Libia de sufrir abusos de grupos armados que pretenden imponer su interpretación de la Ley Islámica. Así, por motivos de religión, han hostigado, secuestrado, torturado o matado de forma ilegítima a personas de Nigeria, Eritrea, Etiopía y Egipto. Hace poco, un mínimo de 49 cristianos, en su mayoría de egipcios y etíopes, fueron decapitados y abatidos a tiros en tres ejecuciones sumarias masivas reivindicadas por el grupo autodenominado Estado Islámico (EI).
Además, la población migrante y refugiada es también, habitualmente, víctima de secuestros, torturas, robos y agresiones físicas a manos de bandas de delincuentes y de traficantes de personas, con frecuencia en la frontera meridional de Libia y a lo largo de las rutas que recorren los traficantes en dirección a la costa libia.
Charles, nigeriano de 30 años, relató a Amnistía Internacional que, el mes anterior, había decidido huir en barco a Europa, tras haber sido secuestrado y agredido varias veces por miembros de una banda de delincuentes en la ciudad costera de Zuwara, a la que se había trasladado para huir de los bombardeos indiscriminados y los combates de Trípoli.
"Venían, nos robaban el dinero y nos azotaban. No puedo denunciar a la policía lo del cristianismo, porque no les gustamos ( ). En octubre de 2014, cuatro hombres me secuestraron ( ) porque llevaba una biblia", concluye. Se llevaron su dinero y su teléfono, lo mantuvieron dos días recluidos, torturándolo y golpeándolo, hasta que, por fin, una noche consiguió escapar por la ventana.
"Estas terribles historias sobre los peligros que impulsan a las personas migrantes y refugiadas a huir de Libia ponen en evidencia la necesidad constante y urgente de salvar vidas en el Mediterráneo. Los líderes europeos deben garantizar que no se devuelva a Libia a refugiados y migrantes que huyen del conflicto y de abusos contra los derechos humanos", declaró Philip Luther.
Abusos a lo largo de las rutas de los traficantes: secuestro, extorsión y violencia sexual
La población migrante y refugiada sufre abusos a lo largo de las rutas que siguen los traficantes, y que van del este y el oeste de África hasta la costa libia. A lo largo de estas rutas que conducen a la costa libia, han sido secuestrados subsaharianos migrantes y refugiados, incluidos niños y niñas que viajaban solos. Durante su cautiverio, han sido torturados y sometidos a malos tratos para obligarlos, a ellos y a sus familias, a pagar un rescate. Quienes no pueden pagar son explotados y, con frecuencia, retenidos como esclavos: se los obliga a trabajar sin pagarlos, se los agrede físicamente y se los despoja de sus posesiones.
Asimismo, los traficantes dejan a veces a estas personas migrantes y refugiadas en manos de grupos de delincuentes una vez que cruzan la frontera, en zonas desérticas o en importantes ciudades de tránsito que forman partes de la ruta migratoria, como Sabha, en el suroeste, o la ciudad costera de Ajdabya, en el este de Libia.
Los migrantes y refugiados entrevistados por Amnistía Internacional afirmaron que los traficantes los consideraban "esclavos" y los trataban "como animales". Uno de ellos describió cómo los traficantes los habían encerrado en una habitación sucia y masificada, sin baño, ni mantas ni colchones, y les daban de comer sólo pan seco. "Sin duda, es un negocio. Te recluyen, y te hacen pagar ( ). Si no contestas a sus preguntas, te pegan ( ) con tubos de goma", dice un hombre.
Las mujeres, sobre todo las que viajan solas o sin hombres, corren grave riesgo de ser violadas o sometidas a abusos sexuales por los traficantes y por bandas de delincuentes. Las mujeres que son secuestradas a lo largo de la ruta de los traficantes y no pueden pagar el rescate son a veces forzadas a mantener relaciones sexuales a cambio de su liberación o para poder proseguir su viaje.
"Sé que (el traficante) abusó de tres mujeres eritreas. Las violó; ellas lloraban. Ocurrió al menos dos veces", aseguró un testigo ocular a Amnistía Internacional. Otra mujer de Nigeria describió cómo, en cuanto llegó a Sabha, fue violada por 11 hombres de una banda armada. "Nos llevaron a un lugar fuera de la ciudad, en el desierto, ataron a mi marido de pies y manos a un poste y me violaron en grupo delante de él. Eran 11 hombres en total", recuerda.
Abusos de los traficantes antes de la partida de las embarcaciones
Algunos migrantes y refugiados afirmaron que los traficantes los habían sometido a malos tratos mientras los mantenían recluidos en Libia, en viviendas a medio construir, durante periodos hasta tres meses, en espera de reclutar más pasajeros. En concreto, especificaron que les privaban de alimentos y agua, los pegaban con palos y les robaban sus posesiones.
Otros refugiados sirios afirmaron haber sido transportados en camiones cisterna con escasa ventilación. "Había dos niños que estaban empezando a asfixiarse y dejaron de respirar. Sus padres les daban palmadas en la cara para reavivarlos. Dieron puñetazos en las paredes, pero el conductor no paró", aseguran. Posteriormente, los niños fueron reanimados.
Abusos en los centros de detención para inmigrantes de Libia
La población migrante y refugiada de Libia se enfrenta también a reclusión indefinida en los centros de detención para inmigrantes, en duras condiciones, donde sufren torturas y malos tratos sin control. La mayoría ha sido recluida por haber entrado de forma irregular en el país o por delitos similares. También se detiene en esos centros a quienes son capturados en barcos con destino a Europa interceptados por la guardia costera libia.
Las mujeres recluidas en estos centros han denunciado también actos de acoso y de violencia sexual. Una mujer explicó a Amnistía Internacional cómo funcionarios de un centro para inmigrantes habían matado a golpes a una mujer embarazada detenida.
"Solían golpearnos con tubos por detrás de los muslos, incluso a las mujeres embarazadas. Por las noches, venían a nuestras habitaciones e intentaban dormir con nosotras. Algunas mujeres fueron violadas. Una mujer quedó embarazada ( ). Por eso decidí ir a Europa. Sufrí demasiado en prisión", rememora una testigo.
"Las autoridades libias deben poner de inmediato fin a su política de reclusión sistemática de personas refugiadas y migrantes exclusivamente por su condición migratoria, y garantizar que sean recluidas sólo cuando sea estrictamente necesario y durante el periodo más breve posible", concluye Philip Luther.
La violencia y el conflicto afectan a una de cada cuatro personas en el mundo
En el Informe: "El país de los invisibles: 51 millones de personas huyendo del conflicto", publicado por Oxfam Intermon – Comisión Europea, publicado en el año 2015, dicen:
A finales de 2013, el mundo alcanzó el mayor número de personas desplazadas en el mundo desde la II Guerra Mundial. Se trata de una barbarie y un escándalo. Los 51,2 millones de personas obligadas a huir de sus hogares como consecuencia de los conflictos, la persecución o la violación de los derechos humanos son un brutal recordatorio de la gravedad de los conflictos que se libran hoy en día en todo el mundo. En total, 33,3 millones de personas se han desplazado dentro de su país buscando un lugar más seguro, 16,7 millones han tenido que salir de sus países como refugiados y 1,2 millones han pedido asilo. Si todos ellos formasen una nación, sería la 26ª más grande del mundo.
La razón principal por la que se ha alcanzado este dramático récord ha sido la intensificación de los conflictos, especialmente, en los últimos años, en países como Siria, República Centroafricana o Sudán del Sur. Estas crisis tienen la máxima categoría según la clasificación de Naciones Unidas.
La falta de paz y seguridad están teniendo un coste muy elevado para millones de familias cuyas oportunidades para volver a sus hogares de manera segura son cada vez más reducidas. El 75 % de los refugiados están atrapados en conflictos prolongados con escasas probabilidades de alcanzar una solución sostenible.
No obstante, aunque millones de familias estén buscando un lugar más seguro, nada les garantiza que lo encontrarán. Los retos a los que se enfrentan son infinitos. No solo para cubrir sus necesidades básicas, sino para volver a sentirse seguros y protegidos. La amenaza no termina con la huida. Muchos se ven obligados a cambiar de lugar incluso en varias ocasiones. La violencia, el abuso y la explotación por lo general no cesan al terminar la crisis, a pesar de los acuerdos de paz, las elecciones o el alto el fuego. Y con ello ven con horror el no poder normalizar sus vidas de nuevo.
La mayor parte de la población refugiada huye a países vecinos, que por lo general son países en desarrollo o países en guerra. En ellos se topan con más pobreza y privaciones, con escasos mecanismos para superar las múltiples adversidades y una enorme competencia por los escasos recursos.
Durante un conflicto armado nadie se salva del peligro, aunque hay colectivos que corren más riesgos al ser más vulnerables. Es el caso de las mujeres y los menores. Cuando los maridos son reclutados, asesinados o heridos, son ellas quienes se convierten en la cabeza de familia. Deben tomar decisiones extremas como huir de la violencia dejándolo todo atrás, sabiendo que serán objeto de las amenazas de los grupos armados. En su peregrinaje, deben hacerse cargo de sus familias y garantizar su supervivencia. Sin embargo, actividades cotidianas como ir a buscar agua o comida pueden convertirse en situaciones límite al ser atacadas o violadas. A pesar de ello, continúan su camino en busca de un lugar más seguro donde vivir.
Su supervivencia depende de la generosidad de la población autóctona y de la ayuda de la burocracia local y las organizaciones humanitarias. No obstante, la comunidad humanitaria se ve obligada a operar en un contexto cada vez más complejo, en el que el acceso a la población afectada resulta cada vez más difícil. Las agencias se enfrentan a trabajar en áreas donde puede haber varios grupos armados peligrosos, lo que hace más difícil garantizar su ayuda de forma segura, a la vez que se mantienen los principios humanitarios de imparcialidad e independencia, y se hace frente a la obstrucción política y a las trabas burocráticas. Por ello, las agencias humanitarias están desarrollando formas innovadoras para responder a todo este tipo de retos y superar las barreras para prestar ayuda. Uno de estos enfoques son equipos de respuesta rápida formados entre varias agencias que se desplazan hasta áreas remotas para llegar a personas que han estado huyendo y evaluar su situación para proporcionarles el apoyo necesario. Otro enfoque es establecer bases operativas en lugares remotos y estratégicos para que los trabajadores humanitarios puedan aportar su ayuda de manera constante durante todo el tiempo que dure el conflicto.
Durante los últimos siete años, el mundo se ha vuelto en un lugar menos pacífico, y no hay indicios de que esta tendencia se vaya a revertir. Esto es debido, principalmente, al creciente comercio de armas, al aumento de las actividades terroristas, al número de conflictos y al incesante aumento de personas desplazadas y refugiadas. Lamentablemente, el incremento de la violencia tendrá consecuencias dramáticas para millones de personas.
Siria
El número de muertos, desplazados o con necesidad apremiante de ayuda debido al conflicto en Siria sigue en aumento. La espiral del conflicto no ha dejado de aumentar y ha llegado a alcanzar cifras trágicamente históricas. La mitad de la población de Siria antes de la guerra, más de 11 millones de personas, ha tenido que salir de sus hogares en busca de un lugar más seguro. Al menos 200.000 personas han perdido sus vidas. Hay casi cuatro millones de refugiados que están huyendo a través de las fronteras de Siria, por lo que la situación representa una de las mayores crisis de refugiados desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El efecto dominó desencadenado por toda la región debido al conflicto supone un grave riesgo para la seguridad y la estabilidad de los países vecinos y ha contribuido a la desestabilización de Irak. A punto de cumplirse el cuarto aniversario del inicio del conflicto, las calles de algunas de las ciudades ancestrales de Siria han sido reducidas a escombros, sin apenas servicios sociales en funcionamiento y con las infraestructuras destruidas. Dado que la población civil de gran parte del país se enfrenta a importantes trabas para acceder a los servicios básicos y a la asistencia humanitaria, como alimentos, agua, saneamiento y refugio, 12,2 millones de sirios necesiten recibir ayuda para sobrevivir. La población civil sigue enfrentándose a serias amenazas contra su seguridad, tales como la violencia sexual, las desapariciones, el desplazamiento forzoso, el reclutamiento de niños soldados, las ejecuciones sumarias y los bombardeos deliberados de objetivos civiles; actos constatados por las Naciones Unidas
Sudán del Sur
El conflicto se inició en diciembre de 2013 tras los enfrentamientos entre los miembros de la Guardia Presidencial y el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (más conocido por sus siglas SPLA). En las semanas siguientes, la violencia se extendió por las regiones de Jonglei, Unity y Alto Nilo. Esta guerra tiene sus raíces en las tensiones no resueltas surgidas tras más de dos décadas de guerra civil en lo que antes era Sudán. Un conflicto agravado por la proliferación de armas y la falta de desarrollo en uno de los países más pobres del mundo. Más de un año tras el inicio del conflicto, los efectos son devastadores. La violencia y el abuso han desplazado a cerca de dos millones de personas de sus hogares, creando tal crisis humanitaria que ha requerido la movilización de la comunidad internacional. Por ello, se reforzó la Misión de Asistencia de Naciones Unidas (UNMISS) para hacer frente a este nuevo contexto con el objetivo de proteger a los civiles, vigilar el cumplimiento de los derechos humanos y asegurar el acceso humanitario. A pesar de ello, el conflicto sigue hoy en día y no hay perspectivas de que a medio plazo vayan a cesar las hostilidades
Un año de conflicto ha provocado que más de seis millones de personas necesiten ayuda y que dos millones y medio no tengan alimentos suficientes.
Las mayores necesidades se concentran en el millón y medio de personas desplazadas que han tenido que huir de sus hogares. Pero más allá de bienes materiales como alimento, agua o refugio, lo que buscan en su huida es un lugar seguro donde poder vivir. Las numerosas amenazas físicas y psicológicas a las que se ven sometidos, no solo derivadas del conflicto sino también de la violencia y el crimen entre distintas etnias, han llevado a comunidades enteras a escapar. Los desplazados afrontan una combinación de inseguridad crónica, condiciones de vida infrahumanas y falta de medidas de protección
República Centroafricana
La República Centroafricana (RCA) vive una crisis silenciosa desde hace décadas, en la que se han sucedido de manera continua episodios de violencia. La última se inició en marzo de 2013, tras el golpe de estado y la toma de poder del grupo musulmán Séléka. Los cristianos, la mayoría religiosa del país, se organizaron en milicias de autodefensa conocidas como "anti-Balaka" para combatirles, iniciando la nueva oleada de violencia. Ambos bandos han provocado una situación insostenible para la población civil, lo que ha añadido aún más miseria y desolación al país.
El mayor pico de desplazamiento provocó que el 25 % de la población tuviese que huir de sus casas, dividiendo el país en dos zonas por religiones. Actualmente, las cifras de desplazados se han visto reducidas, pero más de la mitad de la población sigue dependiendo de la ayuda alimentaria para subsistir. Además, este conflicto ha tenido un impacto regional enorme con cerca de medio millón de personas en busca de refugio en Chad, Camerún y República Democrática del Congo (RDC). El conflicto ha obligado incluso a los refugiados de RDC y Sudán, cobijados en RCA, a volver a sus países aún en guerra
Puertas de Europa: Sicilia, "colapsada" y "sola" ante el drama de la inmigración
""Nos han dejado solos", este es el grito de los alcaldes de Sicilia, convertidos en el símbolo de la solidaridad, pero también de la protesta al ver cómo cada día llegan a sus puertos cientos de inmigrantes a quienes no saben ni dónde darles cobijo"… (Deia – 11/5/15)
Un grupo de inmigrantes rescatado por la embarcación RBD llega al puerto de Corigliano Calabro (Italia) | EFE
Los miles de inmigrantes rescatados en el Canal de Sicilia y los cuerpos de quienes no lo han conseguido llegan siempre a los puertos sicilianos, que han pasado de aparecer en las guías turísticas a ser constantemente nombrados en los informativos ante la llegada de inmigrantes.
Pero además, según los últimos datos oficiales, de los 69.463 inmigrantes que han llegado hasta abril (2015) a Italia, 15.381 se han quedado en Sicilia, seguidos muy de lejos por Calabria, que ha acogido a 4.862.
Esta región italiana es la que lleva el mayor peso no sólo de las labores propias de la llegada al puerto, cuidados médicos e identificación sino también de la posterior acogida.
Los alcaldes afirman que Sicilia está "colapsada" ya que en sus 107 centros de acogida oficiales no caben más inmigrantes. Piden más ayuda al Gobierno italiano, pero sobre todo a Europa, aunque la enésima bofetada ha llegado desde "la península", donde las regiones italianas de Valle D'Aosta, Veneto y Lombardia se ha negado a acoger inmigrantes.
"El Centro de Acogida que tenemos puede alojar sólo a 180 personas, pero a veces superan los 500 o 600, como el otro día, cuando a las 2 de la mañana llegaron 850 y otros 250 dos días después. No tenemos tiempo ni de respirar, estamos siempre en el muelle del puerto a recibir a estas personas que necesitan ayuda", explicó a EFE el alcalde de Pozzallo, Luigi Ammatuna.
"Pozzallo se siente sola, siente al Estado alejado, a Europa alejada y yo sigo lanzando un grito de dolor para decir que queremos dar acogida a esta gente que huye de la guerra y el hambre y no nos echamos atrás, pero lo queremos hacer de la mejor manera posible y con los medios adecuados", añadió Ammatuna.
El alcalde de una de estas "puertas de Europa" para los inmigrantes lamenta que la situación este aún peor que hace un año. "Yo ruego a Europa que se ponga a disposición, pero también creo que no pueden llegar todos los inmigrantes a Pozzallo a Porto Empedocle, Augusta o Catania; los otros puertos de Italia tienen que ponerse a disposición", agregó.
El alcalde de esta localidad de 20.000 habitantes advierte: "Si se sigue al ritmo de estos cuatro meses, cuando sólo a Pozzallo han llegado 3.500 inmigrantes, superaremos las 30.000 llegadas del año pasado", advirtió. "No sabemos qué hacer. Tenemos sólo 25 voluntarios de la Protección Civil, que tienen sus trabajos y familias y que no pueden estar disponibles las 24 horas al día", dijo Ammatuna, que propuso la ayuda de militares para que estén en los muelles acogiendo a la gente.
A pesar de las dificultades, ninguno de los alcaldes sicilianos se ha negado a recibir a los barcos.
"A quien nos dice que hay que mandarles a casa les invito a que vengan al puerto y miren a los ojos a estas madres que bajan del barco con sus bebes de pocos meses en brazos, a estos cuerpos quemados por el sol y empapados. ¿Quién tiene el valor de decirles que no pueden bajar aquí y que se vayan a otro lado?".
Y continúa "Si hay padres en el otro lado del Mediterráneo que toman a su hijo de 10 años y lo meten en una patera y le hacen atravesar el Canal de Sicilia con el peligro de que muera y en el mejor de los casos ni lo volverán a ver. Existirán motivos válidos para que esto pase, ¿no?".
Para el alcalde de Catania, Enzo Bianco, a pesar de las dificultades de Sicilia, una de las regiones más pobres de la Unión Europea, "la acogida se hace con total dignidad". En una de sus últimas entrevistas con el canal Skytg24 denunció: "nos sentimos muy solos. Es una situación increíble. A Europa no le importan estas decenas de miles de personas que llegarán en los próximos días".
Y esto "no es una emergencia, como un incendio o un terremoto como el de Nepal", y añadió: "Sabemos lo que pasará, sabemos que existen cientos de miles de personas que esperan en Libia para llegar a las costas italianas y Europa, hasta ahora, nos ha dado la espalda y es inaceptable", lamentó.
Y mientras Sicilia recibe cada día a inmigrantes en sus puertos, el Valle D'Aosta rechazó esta semana acoger a 79 inmigrantes que estaban ya tramitando sus papeles para el asilo.
La base de datos de los cadáveres encontrados en el Mediterráneo
Página siguiente |