La contaminación marino costera: Actividades Degradantes y Controles para su Prevención (página 2)
Enviado por Maribel Hernandez Fernandez
Contaminación por elementos nutritivos
Varios estudios indican que en algunas áreas los contaminantes originados aguas arriba son responsables de un 70% de la contaminación causada por elementos nutritivos.Este exceso de elementos nutritivos sobrefertiliza el mar, provocando florecimientos algales que agotan el oxígeno. Estos florecimientos pueden causar muerte masiva de peces e invertebrados, cambios en la composición de las comunidades bénticas y sofocación de los arrecifes coralinos.Ciertas algas producen por naturaleza sustancias tóxicas. Los moluscos bivaldos que se alimentan de dichas algas acumulan toxinas y pueden provocar envenenamiento paralizante y diarreico cuando son ingeridos por los seres humanos. En ciertas partes, las toxinas han restringido las pesquerías.
Contaminación por productos químicos tóxicos
Los metales pesados y compuestos orgánicos sintéticos son absorbidos por los organismos marinos mediante la cadena alimenticia, una gran cantidad de productos químicos se acumulan en los peces depredadores. Dichos productos pueden causar lesiones y tumores en los peces y acumularse en los humanos que ingieren el pescado. Se pueden acumular elevados niveles de compuestos orgánicos sintéticos (v.g. DDT, bifenilos policlorados) en los mamíferos marinos que se alimentan en aguas contaminadas y se sospecha que dichos compuestos reducen la resistencia de los animales a las enfermedades. En años recientes, ha habido brotes de males virales fatales en mamíferos.Los metales pesados se concentran principalmente en los sedimentos y en la materia orgánica en suspensión, de los cuales se alimentan las especies detríticas, filtradoras y suspensívoras. Entre los efectos que las altas concentraciones de metales pesados producen se pueden citar:- reducción de la diversidad del sistema;- bioacumulación de metales pesados en los tejidos de los organismosmarinos a lo largo de la cadena trófica hasta llegar al hombre;- mutaciones en las poblaciones que va en detrimento de la viabilidadgenética y de la calidad del producto; – patologías en peces bénticos y pelágicos: lesiones en el hígado, erosiónde las aletas.
Destrucción de los hábitat costeros
Los hábitat costeros, especialmente las tierras húmedas, los manglares y plantas que crecen en la arena se están eliminando con el fin de crear áreas urbanas, industriales y recreativas, así como para establecer estanques para acuicultura. Los contaminantes, la acumulación de sedimentos por la erosión aguas arriba, el uso de la dinamita, el veneno en la pesca y la minería de materiales de construcción destruyen los arrecifes de coral.Es difícil obtener mediciones de la pérdida de hábitats costeros. En los países tropicales la pérdida de manglares promedia más del 50 % del área preagrícola.Es importante la pérdida de hábitats costeros porque el 90% de la pesca marina del mundo se reproduce en esas áreas. Los peces del mar profundo se alimentan frecuentemente de aquellos que desovan en las áreas costeñas. Se estima, en algunas áreas, que entre 75% – 90% de la pesca comercial corresponde a especies que dependen para su supervivencia (v.g. reproducción, cría, producción de alimentos o migración) de las tierras húmedas de los estuarios o esteros. El deterioro de los hábitats costeros puede tener consecuencias a largo plazo para las poblaciones.Los sedimentos entran al océano por procesos de escorrentía. Generalmente son acarreados por los ríos que llegan al mar. Estos sedimentos se establecen en los estuarios y zonas aledañas a la costa. Estos sedimentos sumergen la vida marina.Los sedimentos absorben un alto porcentaje de sustancias químicas, y las transfieren directamente a aquellos organismos de interés comercial, que desarrollan gran parte de su ciclo de vida dentro o sobre los sedimentos, entre ellos podemos hallar desde crustáceos (camarones, langostas, cangrejos), los moluscos (almejas, pianguas), hasta peces y ané1idos.La decoloración de los arrecifes coralinos tiene su origen en la contaminación y la sedimentación. Se advierte que el calentamiento mundial podría dañar seriamente a los corales.
Amenazas a la superficie del océano
Aunque el alta mar parece estar relativamente limpio, estudios realizados recientemente indican los posibles peligros a plantas y animales microscópicos que viven en el océano y constituyen una parte importante de la cadena alimentaria oceánica. Los contaminantes tienden a concentrarse en la capa superior del océano, una zona decisiva para la reproducción y la alimentación de muchas especies de importancia comercial.
Biodiversidad
La diversidad biológica del mundo es un recurso enorme y subvalorado. Incluye todas las formas de vida, desde el menor de los microbios hasta el mayor de los animales, y los ecosistemas que ellos integran. Es para la Humanidad fuente de bienes y servicios, que le dan alimento, energía, materiales y genes que protegen las cosechas y curan enfermedades. La mayor parte de las especies se encuentran cerca del Ecuador, donde sus bosques tropicales y los arrecifes de coral tienen la máxima diversidad.Las especies mueren al destruirse sus hábitats, la explotación excesiva con intereses comerciales han puesto en peligro a un gran número de especies. La contaminación industrial y agrícola ha cobrado su precio, así como la introducción de especies en competencia dentro de ecosistemas establecidos han tenido efectos devastadores.Actualmente, la pérdida de diversidad biológica de la Tierra es uno de los asuntos ambientales y de desarrollo más apremiante. Hasta ahora, los esfuerzos dirigidos especialmente a la protección de la diversidad biológica en el medio marino han sido limitados. En primer lugar, porque su biodiversidad no se considera amenazada.
En segundo lugar, el carácter de propiedad común que tienen los espacios y los recursos marinos, incluyendo la noción generalizada de que los océanos son infinitos e inagotables; y en tercer lugar, la falta de tradición en la administración de las zonas marinas.En general el método tradicional de designación de áreas costeras y marinas protegidas deja de lado la interdependencia del área protegida con los ecosistemas vecinos a ella y los efectos socioeconómicos que trae su designación y gestión.La efectividad de un área protegida depende del tamaño del área, de las actividades que están limitadas y de la capacidad que tiene el área para restringir, evitar o reducir las actividades generadoras de contaminación y de otras formas de deterioro ambiental ubicadas en la costa.El alto grado de comunicación entre los mares facilita el intercambio genético y de especies, así como la transmisión de sustancias contaminantes a través del medio acuático, por lo que la integridad de las comunidades marinas es difícil de mantener y los efectos de la contaminación marina sobre las especies, son difíciles de contrarrestar.
Actividades que degradan el medio marino – costero
Entre las múltiples actividades realizadas por el hombre que se sabe deterioran la calidad del agua en las áreas costeras se halla la tala, la agricultura, la construcción de presas para energía y riego; también la contaminación causada por la urbanización, la transportada por el aire y la provocada por las embarcaciones.
La mayor parte de la degradación del suelo es causada por actividades humanas, el apacentamiento excesivo, la deforestación, la administración decreciente de la tierra y la sobre explotación. El 15% de la tierra del mundo se ha degradado. De esta pérdida casi un 55,7% ha sido causada por la erosión del agua; el 28% por erosión del viento; el 12% por degradación química; y el 4% por interferencia física, la cual resulta en inundaciones, solidificación y hundimientos. La tala de árboles y la construcción de caminos para las operaciones de explotación forestal exponen el suelo subyacente directamente al viento y a la lluvia. Los sedimentos transportados por la escorrentía a los arroyos y ríos sofocan los hábitats costeros sensibles que se encuentran cercanos a las riberas.En los trópicos, se destruyen cada año 16,8 millones de hectáreas de bosques. Los bosques constituyen uno de los medios principales de la naturaleza para la ordenación del agua (v.g. cuando se talan los árboles, torrentes de agua pasan corriente abajo, sin retención alguna, bajando de las laderas, causando avalanchas e inundaciones).
Las operaciones agrícolas pueden liberar niveles elevados de sedimentos. Los contaminantes, que incluyen pesticidas y fertilizantes, se adhieren a las partículas de sedimentos y son arrastradas aguas abajo donde se depositan en estuarios no profundos, en los que son peligrosos porque, por lo general, se estancan y no salen a alta mar donde podrían diluirse. Muchas muertes colectivas de peces suceden cerca de las cuencas donde se utilizan muchos pesticidas. Existen estudios que indican que el consumo regular de pescado y mariscos de estas áreas representa grandes riesgos para los fetos y niños.Los pesticidas son órgano-clorados como el dieldrín, endrín, y bifenilos policlorados. Estos pesticidas son concentrados en las superficies aceitosas y entran al océano a través de la atmósfera, que es limpiada por la lluvia. Los pesticidas entran luego por escorrentía de las tierras altas al mar.El nitrógeno y el fósforo de los fertilizantes y el estiércol de origen animal, penetran en las aguas costeras por medio de la escorrentía o de la migración a través de las aguas subterráneas.
Las presas pueden obstaculizar la migración de peces; evitar el suministro adecuado de elementos nutritivos a los estuarios y a los esteros; alterar la salinidad más allá de la tolerancia de las especies que habitan; e introducir contaminación debido al riego (v.g. productos agroquímicos).
Cada año, se adicionan entre mil y dos mil nuevas sustancias químicas orgánicas e inorgánicas a unas cien mil que ya se producen. Todas las sustancias químicas son tóxicas. El riesgo a la salud pública y al medio ambiente depende del grado de toxicidad y de la duración de la exposición. En los últimos 20 años se ha extendido la preocupación sobre los efectos agudos a la salud, para incluir tales efectos crónicos como defectos de nacimiento, trastornos genéticos, neurológicos y el cáncer.Se liberan sustancias químicas tóxicas al ambiente directamente (v.g. pesticidas y fertilizantes) e indirectamente como desechos de otras actividades (v.g. minería, procesos industriales, incineración, combustión de combustibles). Una vez liberadas, muchas de las sustancias químicas experimentan transformaciones y otras puede que sean transportadas para producir contaminación local, regional o mundial.A principios del decenio de 1980 comenzó la preocupación por la exportación de desechos peligrosos para su eliminación y tratamiento. Si bien, a medida que los países industrializados han hecho más estrictos sus controles sobre el movimiento y eliminación de los desechos peligrosos, han aumentado la descarga y el tráfico ilegales.
La industria es el contaminante de grado superlativo del mundo. Es responsable de cerca del 90% de los óxidos de azufre, 50% del dióxido de carbono e hidrocarburos y hasta un 44% de los óxidos de nitrógeno y de los contaminantes atmosféricos só1idos que la humanidad libera al ambiente.Dos terceras partes del enrarecimiento del oxígeno de las aguas de superficie pueden atribuirse a las aguas de desecho, de los cuales nueve décimos de su contaminación se deben a sustancias tóxicas-.Mundialmente, la industria genera más de dos billones de toneladas de desechos só1idos y 338 millones de desechos peligrosos al año. Aunque se reciban algunos, muchos de los desechos requieren manejo apropiado para reducir su impacto sobre el ambiente.La ubicación de las industrias y sus impactos están cobrando una importancia que va en aumento. Tradicionalmente, las industrias utilizan materias primas, fabrican productos para la venta y desechos para eliminación. Este modelo está gradualmente cambiando hacia sistemas que consumen un mínimo de energía y de materiales, genera desechos al mínimo y emplea las salidas de un proceso como la materia prima para otro.
El 17% de la energía mundial es suplida por plantas nucleares. La preocupación con respecto a la energía nuclear está enfocada hacia el efecto de las radiaciones en las personas, la seguridad de las plantas nucleares, las repercusiones en el ambiente del manejo de los desechos radioactivos y los riesgos del material nuclear que se desvía para propósitos no pacifistas. Los accidentes en Three Mile Island en 1979 y en Chernóbil en 1986 han aumentado la oposición a la energía nuclear.Además, es importante recordar que el agua de mar es usada como refrigerante en plantas térmicas y nucleares y es devuelta al mar con incrementos de 11 a 22 grados centígrados respecto a la temperatura inicial.Asentamientos humanosCada año los pueblos y ciudades en el mundo en desarrollo deben absorber más de 80 millones de personas nuevas. Las comunicaciones, el transporte, los servicios y las reservas de agua se deterioran bajo la presión. El resultado es, en el mejor de los casos, la urbanización caótica; tugurios; infrecuente recolección de basura; disposición, sin tratamiento, de las excretas humanas que son depositadas en los cuerpos de agua y en el mar.
Contaminación del aire
Otra fuente, recientemente reconocida de contaminantes costeros es el aire. Por la atmósfera se incorpora nitrógeno, prácticamente todo el plomo, cadmio, cobre, hierro y zinc que entra a los océanos. Aproximadamente un tercio de las sustancias contaminantes que acaban en el medio marino, provienen de emisiones aéreas, gran parte de las cuales se depositan en aguas costeras.Entre los riesgos que se ciernen sobre los mares en un futuro previsible, a pesar de la incertidumbre que los rodea, destacan los cambios atmosféricos globales. Con el enrarecimiento de la capa estratosférica de ozono, a causa de las emisiones a la atmósfera de clorofluorocarbonos y otros compuestos químicos destructores de ozono, son cada vez mayores las cantidades de rayos ultravioleta, perjudiciales para los tejidos orgánicos, que alcanzan la superficie del mar. Su incremento está ya mermando la productividad del fitoplancton en el océano Antártico.Los mayores niveles de rayos ultravioleta recortan la producción de fitoplancton en por lo menos un 6-12% en las zonas situadas bajo el agujero de ozono, con lo que se empobrece la cadena alimentaria y su contribución al bombeo biológico.
Otras especies marinas, como las larvas de aguas superficiales y los corales, pueden también resentirse de niveles mayores de rayos ultravioleta y el deterioro podría multiplicarse si continúa el empobrecimiento en ozono.Los efectos en potencia del calentamiento global en los mares son menos conocidos y más complejos. El aumento de la formación de anhídrido carbónico y de otros gases de invernadero en la atmósfera es casi seguro que eleve las temperaturas y probable que altere otros fenómenos climáticos, como los regímenes de viento y lluvia, y provoque grandes tempestades. Un calentamiento rápido podría trastornar ecosistemas sensibles a la temperatura como los arrecifes coralinos. Son ya muchos los arrecifes que han padecido extinciones de corales asociadas con temperaturas más altas del agua.
La elevación del nivel del mar se aceleraría con el calentamiento global y podría inundar hábitats costeros. Los cambios de corrientes marinas podrían alterar climas locales y modificar el bombeo biológico.Con lo devastadoras que en teoría pueden resultar estas mutaciones, si se dan tras una degradación constante e incontrolada de las aguas litorales, sus resultados pueden parecer menores en comparación con los daños ya ocasionados. La extinción de corales en los últimos años, por ejemplo, ha sido asociada con temperaturas locales muy altas, pero los científicos se han dado mucha prisa en demostrar que es el calor lo que ataca a los corales, pero vállase a saber si es el calentamiento global la causa del calor. Los científicos que se reunieron en un seminario sobre arrecifes de coral en 1991, llegaron a la conclusión de que las extinciones podrían ser simplemente consecuencia de la contaminación y que, con o sin calentamiento global, los arrecifes coralinos están ya afectados de forma muy grave por la polución y la destrucción directa.
Operación de embarcaciones y derrames de petróleo
Las embarcaciones suelen contaminar con aguas de sentinas y residuos de hidrocarburos generados en los espacios de máquinas; con basuras, incluyendo materiales plásticos contenedores, bolsas, redes); con aguas negras.Los puertos deben tener servicios de recepción y tratamiento de estos desechos que genera la navegación, no obstante esto sigue siendo un problema sin resolver en muchos países.Los derrames de petróleo se originan debido a la colisión o encallamiento de tanqueros. Los derrames accidentales pueden ser reducidos mejorando la navegación, la construcción de barcos, los sistemas de transferencia de petróleo y el adiestramiento de personal.Algunos derrames ocurren intencionalmente. Dentro de esta categoría están el lavado, operación de lastreado y operaciones de transferencia de combustibles.
10 Exploración de petróleo y producción de desechos
Los productos desechados son lodos de perforación, agua producida durante la separación de petróleo y gas, derrames de petróleo. Estas descargas contienen petróleo, metales pesados y compuestos orgánicos.
Controles para su prevención Aspectos generales
El manejo de la zona costera es un tema largamente analizado y debatido en el plano nacional e internacional, al que la búsqueda del desarrollo sostenible ha dado un contenido nuevo y clarificador.Aún cuando las zonas costeras no resistieran esa importancia fundamental en cuanto a sus impactos sobre el medio marino, la necesidad de estrategias de manejo se justificaría solamente por su condición de que proporcionarán, en el ámbito mundial, subsistencia para aproximadamente dos billones de personas para el año 2000; albergarán los mayores núcleos de transporte y comunicaciones; proporcionarán oportunidades de empleo en todos los sectores de la economía y serán las áreas más urbanizadas e industrializadas del planeta.Muchas veces se ha tendido a considerar a la zona costera como una entidad autónoma y autosuficiente, que podía analizarse de manera independiente de las políticas generales sobre los recursos naturales, preservación ambiental o desarrollo sostenible.Se da lugar, así a una categoría denominada zona costera, sobre la que se plantean alternativas de usos, conflictos, superposición de competencias y resolución de litigios que no parecían responder a realidades situadas en contextos de carácter más general.
Se hace propuestas de coordinación institucional, creación de autoridades ad-hoc, establecimiento de instancias de competencias delegadas, pero los problemas subsisten, ya que el enfoque está acotado a una parte del problema.Cuando nos situamos en la realidad de que una política de manejo de la zona costera está a su vez inmersa en una política de usos del mar, lo que a su vez pertenece a una política oceánica nacional, resulta más claro el fracaso de cualquier planificación que no atienda a esa circunstancia, y al hecho de que aún una política oceánica nacional continúa siendo un aspecto del desafío.
El contexto internacional
Una política sobre el borde costero (zona costera) que sea un instrumento para el desarrollo sostenible, debe apuntar al uso equitativo de los recursos naturales y a la durabilidad de los beneficios derivados del aprovechamiento, más allá de los intereses coyunturales. Existen otros principios que contribuyen a configurar el marco general, denominados precautorios, vale decir, pago por el uso de la capacidad ambiental y de evaluación del impacto ambiental, los que en definitiva apoyarán las políticas que producen equidad.
El principio precautorio es el referido a la necesidad de adaptar medidas para impedir la degradación ambiental frente a un peligro del daño grave o irreversible, aún cuando no exista certeza científica absoluta.Este principio constituye una reversión de la carga de la prueba en materia ambiental, ya que ahora se acepta que no corresponde producir la prueba a quienes invoquen el posible daño, sino a aquellos que consideran que dicho daño no se está produciendo o no se producirá. La política ambiental en los años previos al proceso preparatorio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), se basaba en la modalidad de emisiones o descargas permitidas -conocida como el concepto de la "capacidad asimilativa"- fundamentada en la suposición de que el ambiente tenga una capacidad de recibir y de convertir en inocuas las enormes cantidades de contaminantes que recibe.Si se quiere revertir el actual patrón de degradación ambiental, la carga de la prueba no debería ser responsabilidad de aquellos que se preocupan de la protección del ambiente, a fin de que demuestren un daño específico, sino del eventual contaminador para que pruebe que no se producirá daño.La adopción del principio de acción preventiva significa un cambio de enfoque: cuando existan dudas respecto al impacto sobre el ambiente y la salud humana, es mejor equivocarse en beneficio de los posibles contaminadores que del lado del riesgo de daños irreversibles.
Este principio da origen a que la evaluación del impacto ambiental sea un instrumento de política nacional y un mecanismo imprescindible respecto de cualquier actividad propuesta, que probablemente haya de producir un impacto negativo considerable en el ambiente, y que esté sujeta a la decisión de una autoridad nacional competente.Finalmente, existe otro principio de política auxiliar para el desarrollo sostenible, que es el del pago por el uso de los recursos naturales.Este principio, cuya versión más difundida es la del contaminador pagador, pero que en realidad tiene una naturaleza más amplia y debe extenderse a todos los bienes ambientales, representa las salvaguardias tomadas por la sociedad para evitar el menoscabo de los bienes comunes. Lo que se procura es una intenalización de los costos ambientales, entre otras cosas, mediante el uso de instrumentos económicos, a fin de que sea el que usa los recursos ambientales quien asuma los gastos que significa evitar su menoscabo.
La aplicación de estos principios determinará diversas medidas de la autoridad competente con respecto al uso del borde costero, los que tendrán que incluir sistemas de transferencia de beneficio a las comunidades que se puedan ver perjudicadas.El Capítulo 17 del Programa 21, contiene un área que trata sobre el ordenamiento integrado y desarrollo de las zonas costeras y marinas. Esta área debe considerarse de manera interrelacionada con la referida a la Protección del Medio Marino, especialmente en 1o relacionado con las fuentes terrestres de contaminación marina. El tratamiento de este tema en el Capítulo 17, destaca la necesidad de negociar un instrumento que ampliará y perfeccionará las Directrices de Montreal sobre la Contaminación Marina de Fuentes Terrestres.Como la propia Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar lo señala en su Preámbulo, los problemas de los espacios marinos están relacionados entre sí y deben considerarse en su conjunto. Así como una adecuada consideración de los impactos sobre la zona costera no puede efectuarse sin atender el tema de las cuencas hidrográficas, como lo señala el Capítulo 17 del Programa 21, igualmente debe atenderse el conjunto de los ecosistemas marinos vinculados a las áreas costeras-.Si bien a los fines prácticos de sistematización y facilitación de la adopción de decisiones, se colocan como límite de la zona costera las doce millas de mar territorial, debe entenderse que concepciones más amplias considerarían la zona económica exclusiva e incluso, puede recurrirse a enfoques globales como el de los grandes ecosistemas marinos.E1 hecho de atender al complejo de ecosistemas de la zona costera o de aquellos que están relacionados con ella, responde también a la necesidad impostergable de considerar a la zona costera, como un ecosistema fundamental en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad costera y marina.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica establece que su aplicación a los espacios marinos deberá regirse por los derechos y obligaciones de los Estados con respecto al derecho del mar.Este determina que los países deben proceder a una elaboración destinada a formular un marco de análisis que, identificando y manejando la especificidad de la biodiversidad marina, permita las imprescindibles interacciones con las estrategias generales de conservación y uso sostenible de la diversidad biológica general.Los arrecifes de coral y otros hábitats marinos y costeros, como los manglares y estuarios, se encuentran entre los ecosistemas más diversos, integrados y productivos del planeta. Estos ecosistemas cumplen importantes funciones ecológicas, protegen las costas y constituyen recursos críticos para la alimentación, la energía, el turismo y el desarrollo económico.
Instrumentos para la prevención y mitigación de los efectos
Existe una amplia gama de instrumentos que los gobiernos pueden usar para enfrentar los problemas ambientales de las zonas costeras en una economía de mercado. En general, ellos pueden clasificarse de acuerdo a su forma de operación en:a) Mecanismos de control y comando;b) Mecanismos de incentivos económicos; yc) Medidas directas de gobiernoEn general, el desempeño de estos instrumentos se mide tanto por su impacto efectivo sobre el fenómeno que se desea controlar (eficacia) como por los costos y beneficios relativos asociados a su uso (eficiencia o costo-efectividad).
Conclusiones
Los mecanismos de control y comando (CC), consisten en un conjunto de reglamentaciones que rigen directamente la conducta de los agentes económicos (productores y consumidores), en relación con sus acciones con efectos ambientales. Por lo general, establecen estándares o niveles permisibles de emisión, autorizaciones específicas (permisos / licencias) o prohibiciones temporales y/o de uso de áreas, recursos, tecnologías y otros; y se aplican en forma común o diferenciadas, según la fuente del efecto (emisor difuso o puntual). Su aceptación es obligatoria y su no cumplimiento es sancionado.Los mecanismos de incentivos económicos (IE), consisten en medidas que tienen por objeto inducir a los agentes productivos a asumir conductas apropiadas en el uso de los recursos naturales y ambientales. Las decisiones respecto de los niveles de emisión o alteración de los recursos naturales, se dejan en las manos de los agentes productivos, los cuales, guiados por sus funciones y objetivos (v.g. minimización de costos o maximización de utilidades) toman sus decisiones frente a opciones alternativas. En general, estas medidas están basadas en el principio de "lograr los precios adecuados" y de asegurar que los derechos de propiedad están claramente definidos, seguros y transables. Intentan en cierta forma, "internalizar" los efectos ambientales en las decisiones de los agentes.
Las medidas directas de gobierno apuntan a proveer un marco institucional para los agentes económicos, tendiente a lograr en ellos un cambio en percepciones, valores o prioridades. La tendencia en América Latina, con relación a los aspectos ambientales de la zona costera, ha sido de priorizar el uso de mecanismos de comando y control estableciendo estándares que, generalmente, son copiados de aquellos establecidos por países desarrollados y, por tanto, no realistas para las condiciones medias de la región. Ciertamente, esta práctica ha mostrado sus claras ineficiencias. Las falencias de estos procedimientos radican, entre otros: en la falta de medios apropiados para el efectivo control y vigilancia en las zonas costeras; en la falta de voluntad política para la implementación de las regulaciones; la actitud evasiva ("resquicios legales") o fraudulenta de algunas unidades productivas; la corrupción de los funcionarios encargados de la vigilancia en algunos países; y, por último, la falta de información o registros de los procesos de contaminación, sus emisores y efectos.
Como consecuencia, en América Latina se sigue sufriendo los nefastos impactos de procesos productivos y comportamientos inadecuados en el uso y explotación sostenible de los recursos naturales y ambientales de zona costera.La experiencia de los últimos años en países industrializados, muestra que los mecanismos de incentivos económicos (o incentivos de mercado) parecen ofrecer una alternativa mucho más efectiva que los de comando y control, tanto desde el punto de vista de eficacia como de eficiencia (o costo-efectividad), para los países en desarrollo.
Referencias bibliográficas
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Autor:
Maribel Hernández Fernández
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