Diferencias y similitudes en las teorías del crecimiento económico
Enviado por IVÁN JOSÉ TURMERO ASTROS
- Introducción
- La generalización de la macrodinámica: el modelo de Harrod – Domar
- El modelo de Solow y el proceso de acumulación del conocimiento
- Las leyes del crecimiento económico de Kaldor
- La postura postkeynesiana: la edad de oro de Joan Robinson
- Hayek: el orden espontáneo del mercado
- La teoría del crecimiento endógeno
- Crecimiento económico y capital humano
- El crecimiento económico y el territorio
- El crecimiento económico desde la dinámica del proceso industrial: análisis del ciclo de vida industrial
- Crecimiento económico y "desarrollo"
- Crecimiento económico sostenible y "desarrollo"
- El aporte de las unidades productivas micro, pequeñas y medianas empresas (MI p y ME) al crecimiento económico
- Consideraciones finales
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
El crecimiento económico se refiere al incremento de ciertos indicadores, como la producción de bienes y servicios, el mayor consumo de energía, el ahorro, la inversión, una balanza comercial favorable, el aumento de consumo de calorías por cápita, etc. Pues, uno de los factores estadísticamente correlacionados con el bienestar socio-económico de un país es la relativa abundancia de bienes económicos materiales y de otro tipo disponibles para los ciudadanos de un país, el crecimiento económico ha sido usado como una medida de la mejora de las condiciones socio-económicas de un país.; sin embargo, existen muchos otros factores correlacionados estadísticamente con el bienestar de un país, siendo el PIB per cápita sólo uno de estos factores. La finalidad de la economía consiste en estudiar este proceso dinámico de descubrimiento y transmisión de información que es impulsado por la función empresarial y que tiende a ajustar los planes de los seres humanos, haciendo con ello posible su vida en sociedad.
El modelo de crecimiento neoclásico, conocido como modelo de crecimiento de Solow fue el primer intento de guiar de forma analítica el crecimiento a largo plazo. Este modelo, como otros modelos, explica las diferencias en la renta per cápita en términos de la acumulación de diferentes factores. Además, predice la convergencia hacia un estado estacionario; en ese estado, todo crecimiento per cápita surge del progreso tecnológico. Partiendo de factores idénticos en lo relativo a instituciones, funciones de producción añadidas y medidas de ahorros, todos los países tenderían a converger hacia el mismo estado estacionario.
El crecimiento, como se ha visto, es una preocupación central de la economía, que se refleja en los paradigmas teóricos de la historia económica. El propósito de este trabajo es mostrar un análisis del pensamiento de los principales autores y corrientes que han reflexionado sobre este aspecto después de la segunda posguerra; además, la relación del bienestar con el crecimiento económico, el aporte de las unidades productivas al crecimiento y el concepto del territorio en el crecimiento.
La generalización de la macrodinámica: el modelo de Harrod – Domar
El primer modelo experimental que se asume en este análisis, es el modelo de crecimiento de Harrod (1939) – Domar (1946), el cual aumenta las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de las principales categorías de la demanda (bienes de capital, exportaciones, etc.). En este sentido, según Galindo y Malgesini (1994), el modelo plantea la importancia de las expectativas, como factor que podría influir sobre dichas variables. Éste modelo, procura dar una orientación dinámica al aporte de Keynes, y funda un modelo que iba a ser punto de base para progresos posteriores, que aspiraron mejorarlo a través de la introducción de nuevas hipótesis o variables. El modelo de Harrod – Domar se realizó de forma paralela e independiente, pero ambos planteamientos llegaron a conclusiones muy similares, aunque con algunas diferencias.
Los vitales fundamentos del modelo desarrollado por Harrod son:
1) El nivel de ahorro agregado (s) ex – ante es una proporción constante de la renta nacional (Y) , de la siguiente forma:
Donde s es, la propensión media al ahorro.
2) La potencia de trabajo asciende a una tasa firme, pero sin que ello presuma la coexistencia de utilidades decrecientes, sino que por el contrario, son constantes; con esto Harrod se aíslade los supuestos clásicos. Teniendo en cuenta esta circunstancia, se establece que la eficacia laboral, es decir, el número de trabajadores en unidades de eficiencia, aumenta a una tasa n, lo que implica que:
3) Se supone que existe una única combinación de capital (K) y de trabajo (L) dentro de la función de producción, no existiendo, además, progreso técnico que pudiese alterar dicha relación, ni siquiera depreciación en el capital.
4) El capital es una parte del volumen de producción existente.
Donde v es la relación capital – producto.
Asumiendo este supuesto y el anterior, nos topamos con que el stock de capital que se crea debe ser aquel que los empresarios consideran conveniente en función de las necesidades que se derivan del nuevo nivel de producción y de renta. Además, al no existir depreciación, nos encontramos con que la tasa de variación del capital K sería igual al nivel de inversión, por lo que la ecuación (4) queda de la siguiente forma:
Por ende, teniendo en cuenta estos supuestos, podemos desarrollar el modelo propuesto por Harrod. Para ello, hay que considerar la condición de equilibrio según la cual el ahorro es igual a la inversión, es decir, I = S. Por tanto,
De (6), se obtiene lo que Harrod denominó como ecuación fundamental;
A este ideal de desarrollarse le designa como tasa de crecimiento efectiva (G). En el caso de que se suponga que s y v sean constantes también lo sería G.
Denominando ahora a s / r v como la tasa de crecimiento garantizada (Gw) que según Galindo y Malgesini (1994) es: "aquel ritmo de crecimiento que de alcanzarse, dejará a los empresarios en una actitud que les predispondrá a mantener una evolución similar". Nos interesa saber la relación que existe entre G y Gw, que se expresa de la siguiente forma:
Finalmente, según Galindo y Malgesini (1994), de este modo se obtiene que el stock de capital que se tiene se ajuste al esperado, cuando la producción aumenta siguiendo una tasa garantizada. Bajo estos supuestos se llega a que la tasa de crecimiento de la renta nacional, debe ser igual a la relación que existe entre la propensión media al ahorro y la relación marginal capital – producto.
Las primordiales conclusiones del modelo de Harrod son:
En primicia se sitúa de lo que se podría designar "trayectoria de equilibrio" para la renta que es la que se debería tratar de alcanzar y para la que existe una cierta relación ahorro – renta. Una vez que se está en dicha senda, los empresarios estarán conformes con su situación y llevarán a cabo las inversiones necesarias.
Concurre una cota de beneficio que progresa a una tasa de crecimiento natural. Y para que coexista un crecimiento sostenido y equilibrado con pleno empleo, esta tasa tiene que ser igual al crecimiento efectivo, que a su vez debe ser igual al crecimiento equilibrado.
El tipo de interés no tiene capacidad para corregir las desviaciones que se produzcan respecto a la trayectoria de equilibrio.
Finalmente, la inclusión de la tecnología como variable no altera las anteriores conclusiones.
Según este modelo, lo primordial para crear una senda de crecimiento sustentada en el largo plazo es comprimir el ahorro, en otras palabras, impedir la presencia de un nivel de ahorro que esté por encima de las necesidades que la economía presenta para conseguir el pleno empleo e introducir las innovaciones tecnológicas. En función a la política fiscal, Harrod propone mercantilizar un mejor nivel de ahorro dentro de la economía. El sector público tiene que ahorrar, sin tener que incidir en una desvalorización de la demanda derivada de una política fiscal expansiva. Para que el Estado pueda ahorrar más debe detraer fondos de los agentes privados, por lo que su demanda será menor y, en definitiva, los empresarios obtendrán menos ingresos. En esta situación, según Galindo y Malgesini (1994), puede ocurrir que aquéllos no estén dispuestos a invertir más, por lo que el esfuerzo habrá sido inútil.
En otro contexto, Domar formuló su modelo de crecimiento de forma independiente de los trabajos de Harrod, pero llegando a conclusiones muy similares. Domar partió de supuestos diferentes:
Simplificando:
Las semejanzas que muestran los modelos de Harrod y Domar, serían las siguientes:
1º. En ambos casos se intenta dinamizar las ideas expuestas por Keynes. No aceptan los postulados neoclásicos.
2º. Ambos modelos involucran la presencia de una sucesión de dificultades a lo largo del tiempo que afectan la posibilidad de alcanzar un crecimiento equilibrado con pleno empleo.
3º. Ambos concentran una innegable inestabilidad en sus modelos. Para Harrod son las expectativas y su influencia sobre la función de inversión las que dan lugar a dicha inestabilidad. En el caso de Domar las limitaciones se ciernen sobre los incentivos para invertir.
4º. Ambos especialistas alcanzan una igual conclusión, según la cual nos encontramos en una evolución de los países y de los acontecimientos que pueden conducirnos a una situación de depresión a largo plazo que genere un volumen de desempleo cada más elevado junto con una infrautilización de los recursos.
A la luz, de estos elementos análogos en ambos modelos, se ha distinguido también que concurren algunos aspectos diferentes, esencialmente, el hecho que Harrod le concierne la propensión media a ahorrar, al contrario en el modelo de Domar se reflexiona a la propensión marginal como relevante.
El modelo de Solow y el proceso de acumulación del conocimiento
En la teoría de Solow, la recolección de conocimiento para el desarrollo económico posee dos funciones disímiles. Primero, el adelanto tecnológico puede ayudar a explicar el "residual de Solow"; y segundo, el progreso tecnológico permite que la formación de capital continúe creciendo. Según (Weitzman, 1996), la nueva teoría del crecimiento determina el residual de Solow y la relevancia de la endogenización del conocimiento. En función de este modelo, lacota del producto por habitante en el largo plazo de la tasa de ahorro de la economía, que es la que determina el stock de capital y de la función de producción, que depende del estado de la tecnología.
Según Galindo y Malgesini (1994), la teoría de Solow parte de tres aspectos:
1) La urbe y la fuerza de trabajo progresan a una tasa proporcional constante (n), que se considera que es independiente de otros aspectos y variables económicas
2) El ahorro y la inversión son una proporción fija (s) del producto neto en cualquier momento del tiempo y,
3) Por lo que se refiere a la tecnología, se supone que está afectada por dos coeficientes constantes, en concreto, la fuerza de trabajo por unidad de producto y el capital por producto (a este último, se le denomina v).
Para Galindo y Malgesini (1994), en el modelo de Solow, lo distinguido en el crecimiento económico es la correspondencia que coexiste entre el capital y el producto y en el desarrollo del modelo, se instituye las siguientes hipótesis: Se presume que en la economía se elabora sólo un tipo de bien, cuyo nivel de producción se recoge por la variable y, se supone que al final todo el ahorro será invertido, lo que implica, a su vez, no tener que incluir una función de inversión:
Por su parte, L es el nivel de mano de obra disponible y que es equivalente a la siguiente expresión:
Mostrando con el término t el período temporal.
Teniendo en cuenta estos aspectos, podemos obtener la ecuación fundamental del modelo de Solow. Para ello se parte de la ecuación (15) y sustituimos en ella la función de producción (16), de tal forma que tenemos:
Ecuación fundamental del equilibrio neoclásico
Donde:
sF(k): es el ahorro por trabajador, que se puede considerar como el flujo de inversión que acude por trabajador, puesto que dentro del modelo se supone que todo el ahorro se convierte automáticamente en inversión.
Por su parte, n k: sería la inversión que resultaría necesaria para mantener constante la relación que existe entre el capital y el trabajo, considerando que el número de trabajadores crece a una tasa n. Este modelo permite el paralelismo entre el ahorro y la inversión de modo que la abundancia o la insuficiencia de demanda, que jugaba un papel fundamental en el modelo de Harrod, aquí está ausente.
Una de las conclusiones del modelo elaborado por Solow es que en un régimen transitorio, se observa una correlación entre tasa de inversión y tasa de crecimiento, mientras que la tasa de crecimiento de largo plazo no depende de la tasa de inversión.
En el modelo ampliado de Solow, se asume la siguiente función de producción:
Donde,
Y: Producto,
K: Capital físico,
H: Capital humano,
A: Nivel de tecnología, y
L: Trabajo.
En este caso, la ecuación fundamental del modelo de Solow ampliado toma la siguiente forma:
En los modelos que incluyen progreso tecnológico, el crecimiento es más rápido mientras más grande es el nivel de conocimiento humano acumulado. En la visualización del modelo de crecimiento de Solow, es posible el reconocimiento de tres factores determinantes de la acumulación: capital, progreso técnico y capital humano. Siguiendo el modelo de Solow, el estudio se centra en indagar la posibilidad de que los países menos desarrollados alcancen, en el largo plazo, a los más avanzados: este es el terreno de los análisis de convergencia del crecimiento.
Las leyes del crecimiento económico de Kaldor
En la literatura se conoce como leyes del crecimiento de Kaldor a un conjunto de hechos estilizados observados por dicho economista al analizar las experiencias de crecimiento económico de un grupo muy importante de países desarrollados. Kaldor estableció las siguientes leyes;
La primera Ley de Kaldor establece que la tasa de crecimiento de una economía se relaciona de manera positiva con la correspondiente a su sector manufacturero, Esta primera Ley se ha expresado de manera alternativa como:
La segunda Ley, mejor conocida como la Ley de Verdoorn12, postula que un incremento en la tasa de crecimiento de la producción manufacturera conduce a un aumento de la productividad del trabajo dentro del mismo sector.
La tercera Ley afirma que la productividad en los sectores no manufactureros aumenta cuando la tasa de crecimiento del producto manufacturero se incrementa.
La última Ley que establece Kaldor se refiere a las causas por las que existen diferencias en las tasas de crecimiento en la producción manufacturera. En este sentido se concede gran importancia a los factores de oferta y demanda, especialmente el consumo, a la inversión y a las exportaciones.
Esta aseveración ya había sido analizada por Petrus Johannes Verdoorn en 1949, por lo que dicha ley lleva su nombre. Kaldor, se ocupa del papel que juega el ahorro dentro de la economía, y muestra una teoría de la distribución alternativa a la keynesiana, que sirve además de pieza fundamental a la hora de desarrollar su modelo de crecimiento.
En los planteamientos de Kaldor (1963)14, se enumera un grupo de factores que especifican el proceso que conllevan al crecimiento económico:
1. El crecimiento sostenido en el largo plazo del ingreso per cápita.
2. El crecimiento del capital físico por trabajador.
3. El hecho que la tasa de retorno del capital sea constante.
4. El aprovechamiento de las ventajas comparativas y el equilibrio dinámico.
5. La acumulación de capital físico y social.
6. El progreso tecnológico, la especialización del trabajo y el descubrimiento de nuevos métodos de producción.
Las leyes de crecimiento de Kaldor fueron presentadas en 1966, con el objetivo fundamental de explicar las diferencias que pudieran presentarse en las tasas de crecimiento en las fases del desarrollo económico de un país refiriéndose, en concreto, al Reino Unido.
Dicho modelo, se fundamenta en las siguientes ecuaciones:
1. Una función de ahorro,
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, Kaldor llega a la conclusión de que el nivel de acumulación se alcanza en aquel momento en que el nivel de beneficio real sea igual a la tasa mínima de beneficio correspondiente a un tipo de interés determinado.
Los países o las regiones de bajo ingreso per cápita el sector manufacturero tienden a crecer más rápido que los demás, mientras que en los de altos ingresos los servicios muestran un mayor dinamismo porque el progreso económico eleva la elasticidad ingreso de estas actividades respecto de las manufactureras. Para Kaldor, entre más alta es la tasa esperada de ganancia, mayor es el incentivo que tienen los empresarios para adoptar una técnica más intensiva en mano de obra.
El principal freno al desarrollo no es la ausencia de incentivos sino La escasez de recursos. Pues, para Kaldor, resulta claro que el potencial impositivo de un país pobre es menor al de un país industrializado y, por lo tanto, las metas de una reforma tributaria no pueden ser muy ambiciosas.
La postura postkeynesiana: la edad de oro de Joan Robinson
Hay que destacar el papel tan significativo que juega lo que ella denominó como "el espíritu anímico esencial" de las empresas, que es el verdadero motor inicial y determinante del proceso de acumulación y crecimiento. Con este concepto, según Galindo y Malgesini (1994), la autora pretendía señalar que la economía podría obtener su equilibrio cuando se consiga un ritmo de acumulación con una determinada tasa de beneficio que alcance un suficiente volumen que le permita mantener dicho nivel. Ya que, la economía está en un nivel máximo de crecimiento de los recursos, llegando al crecimiento con equilibro de pleno empleo ósea la Edad de Oro. Según Robinson (1973) "La presión de la escasez de mano de obra, que eleva las tasas salariales, induciría la realización de más inventos y aceleraría la difusión de los avances ya conocidos".
Los aportes de Robinson son de corte Keynesiano, ya que considera que es la demanda la que va a propiciar las situaciones de paro y de inflación en la economía. Según la autora, las principales causas que pueden propiciar el crecimiento en la economía son:
1) Las condiciones técnicas, la investigación y la mejora en la educación
2) Las condiciones competitivas en la economía
3) Los acuerdos salariales. Las alteraciones en los salarios provocan brotes inflacionistas. Pero frente a este comportamiento negativo, hay que considerar también que son la base para estimular la demanda del sistema
4) La posibilidad de financiar la inversión, que puede facilitar o perjudicar la introducción de nuevos procesos en la industria para hacerla más competitiva
5) El stock de capital inicial y las expectativas que se forman de la experiencia pasada
6) Por último, Robinson considera la política de inversión que gracias a ella se podrá generar empleo.
El instinto animal que es el impulso y el emprendimiento de los individuos los que promueven el emprendimiento, puede considerarse conveniente por las siguientes razones:
1. Promueven el incremento del conocimiento científico. En este aspecto contribuyen a la tasa de crecimiento de la Edad de Oro.
2. Promueven la explotación del conocimiento científico, es decir, su conversión en conocimiento técnico. Esta es una forma importante en la que también se promueve el progreso técnico y el crecimiento de la Edad de Oro.
3. Promueven una visión optimista del futuro. En este sentido, los grandes instintos animales son incompatibles con las condiciones de una Edad de Oro, donde la perspectiva del futuro se determina por el conocimiento del presente y del pasado.
4. Sobre las bases de las expectativas dadas, los grandes espíritus animales fortalecen el impulso de la inversión. En este sentido, no son de ningún modo incompatibles con las condiciones de una Edad de Oro. Pero no ejercen ninguna influencia en la tasa de crecimiento, ya que su efecto se anula a causa de los términos en que se dispone del financiamiento.
La Edad de Oro indica un estado de cosas utópico que posiblemente no se encuentre en ninguna economía actual; pero que es necesario describir para mostrar cuán lejos están las economías capitalistas de la tranquilidad, la lucidez y la armonía.
Para Robinson (1973), reviste de utilidad en el debate sobre crecimiento económico, el análisis del principio de aceleración. Este principio indica que un incremento en el ingreso induce la inversión y, mientras que se acompañe con un incremento correspondiente en los recursos naturales aprovechados, un mejoramiento en la técnica y un incremento en la población ocupada es correlacionar con la decisión que tome un empresario de aumentar la tasa de producción de una mercancía y el propósito de invertir en capital circulante, lo que llamó Robinson el modelo de progreso firme. Este modelo resalta tres factores que inciden en la inversión y, por su vía, en el crecimiento:
1. El principio de la eficiencia marginal del capital, que resume los factores de rentabilidad e incertidumbre que influyen en las decisiones de inversión
2. Los canales financieros que facilitan, u obstaculizan, la concreción de dichas decisiones, pero a su vez generan restricciones, incertidumbres o inestabilidades adicionales; y,
3. El principio del acelerador, que transmite los efectos que ejerce la demanda agregada sobre la inversión y, por ende, amplifica las propias repercusiones de la inversión sobre la demanda.
Además, los factores macroeconómicos y estructurales que explican el comportamiento del ahorro y la inversión juegan, por lo tanto, un papel decisivo para determinar en qué medida un impulso del crecimiento resulta o no sostenible a lo largo del tiempo.
La sociedad es un proceso de tipo espontáneo, no diseñado conscientemente por nadie; muy complejo, pues está constituido por millones y millones de personas con una infinita variedad de objetivos, gustos, valoraciones y conocimientos prácticos, todos ellos en continuo cambio; de interacciones humanas impulsadas por la fuerza de la función empresarial, que constantemente crea, descubre y transmite información y conocimiento, ajustando de forma competitiva los planes contradictorios de los seres humanos.
Hayek: el orden espontáneo del mercado
Un análisis correcto de los límites físicos al crecimiento sólo es posible si uno aprecia la contribución de Hayek (1976), según la cual lo que un sistema económico produce más que cosas materiales es un conocimiento inmaterial.
La finalidad de la economía consiste en estudiar este proceso dinámico de descubrimiento y transmisión de información que es impulsado por la función empresarial y que tiende a ajustar los planes de los seres humanos, haciendo con ello posible su vida en sociedad.
La naturaleza del proceso social, tal y como Hayek lo entiende, se constituye de la información o conocimiento, de tipo personal, práctico y disperso, que cada ser humano, en sus circunstancias particulares de tiempo y lugar, descubre en todas y cada una de las acciones humanas que emprende para alcanzar sus fines y objetivos particulares.
Es por ello que Hayek abandona el concepto de competencia perfecta neoclásica y propone, siguiendo en esto la tradición austríaca de origen escolástico, un modelo dinámico de competencia entendida como un proceso de descubrimiento de información. De esta forma, se logra un proceso de interacción empresarial capaz de generar crecimiento económico, y que parte del desequilibrio, que más que una imperfección o fallo del mercado, de hecho es la más natural característica del mundo real y que, en todo caso, el proceso real de mercado es mejor que cualquier otra alternativa posible.
A continuación, se enumeran las principales características del enfoque de Hayek:
1. El tiempo juega un papel esencial.
2. El capital se concibe como un conjunto heterogéneo de bienes de capital que constantemente se gastan y es preciso reproducir.
3. El proceso productivo es dinámico y está desagregado en múltiples etapas de tipo vertical.
4. El dinero afecta al proceso modificando la estructura de precios relativos.
5. Se explican los fenómenos macroeconómicos en términos microeconómicos (variaciones en los precios relativos).
6. Dispone de una teoría sobre las causas institucionales de las crisis económicas que explica su carácter recurrente.
7. Dispone de una elaborada teoría del capital.
8. El ahorro juega un papel protagonista y el tipo de tecnología que se usará.
9. La demanda de bienes de capital varía en dirección inversa a la demanda de bienes de consumo. Toda inversión exige ahorro y, por tanto, una disminución temporal del consumo.
10. Se supone que los costos de producción son subjetivos y no están dados.
11. Se considera que los precios de mercado tienden a determinar los costos de producción y no que los costos de producción determinen los precios de mercado. Para los economistas austríacos, el ciclo económico no es ni un fenómeno externo, como defenderían los teóricos de Chicago (es decir, producido por cambios no anticipados, shocks reales, etc.), ni endógeno, como creen los keynesianos (es decir, resultado de rigideces nominales o reales, o de la hipótesis del salario de eficiencia, etc.
La teoría del crecimiento endógeno
La hipótesis económica no ha cimentado una efectiva política de desarrollo, no obstante se han desarrollados numerosos esfuerzos. Este vacío se explica porque el juego y la correlación entre de oferta y de demanda es muy inestable y se fundamenta en la interacción y en la mezcla eficiente de diferentes variables y diferentes agentes dentro de un mercado.
La presunción del desarrollo y/o crecimiento endógeno establece un papel significativo al capital mayor, el recurso humano, como arranque de mayor productividad y crecimiento económico. Así, la comprensión se compone en un nuevo constituyente acumulable para el crecimiento, sin el cual el capital físico no se ajusta a los requerimientos del entorno económico. De la misma forma, los modelos de Romer (1986), Lucas (1988), y Barro (1991) establecieron que por medio de externalidades, o la introducción del capital humano, se generaban convergencias hacia un mayor crecimiento económico en el largo plazo.
A mediados de la década de 1980, un grupo de teóricos del crecimiento, liderados por Paul Romer (1986) expusieron su insatisfacción en las explicaciones que se brindaban en aquel tiempo con variables exógenas al crecimiento de largo plazo en las economías. Esta insatisfacción originó la arquitectura de modelos de crecimiento económico, en los que los determinantes del crecimiento eran variable endógena.
En los experimentos de Romer, se encuadra el concepto del Learning by doing, el cual fue introducido por Arrow (1962). En estos, el aumento de la producción o de la inversión contribuye en la productividad de los factores. Más aún, el aprendizaje de un productor podría incrementar la productividad sistémica. Este resultado positivo de experiencia en productividad es denominado Learning by doing o, en este caso, Learning by investing.
Esta función se puede considerar con un modelo de producción neoclásico:
Donde,
Li y Ki: representan factores de producción trabajo y capital
Ai: es el índice de conocimiento desarrollado por cada firma.
Posteriormente se asume que el conocimiento es un bien público y que cualquier firma puede acceder a ésta con costo cero. Esta condición implica que un cambio en el término Ai de cada firma se expande por todo el sistema productivo y, de esta forma, es proporcional a un cambio en el stock de capital, K. Si se combina el concepto de Learning by doing y el conocimiento spillovers, entonces se puede remplazar Ai por K y formular la función de producción para cada firma i como:
Si K y Li son constantes, entonces cada firma muestra rendimientos decrecientes en Ki. Sin embargo, si cada productor expande Ki, entonces K muestra el spillovers de la productividad de todas las firmas en el sistema. Por su parte, Lucas (1988), otorga gran importancia al papel que tiene el capital humano dentro del proceso de crecimiento. Según él, las acciones y comportamientos de los individuos tienen un efecto muy importante sobre la economía.
La función de producción del modelo de Lucas (1988), según la representación hecha por Barro y Sala-i-Martin (1995), es:
En el modelo de Barro se despliega un modelo de desarrollo económico de largo plazo sin variables exógenas en la tecnología o en la población. Un elemento general de estos modelos es la presencia de retornos crecientes y constantes en los factores que pueden ser acumulados (Barro, 1990).
El modelo de crecimiento económico que elabora Barro (1990) presenta retornos constantes del capital. La representación de la función, con agentes de vida infinita en una economía cerrada busca maximizar la utilidad, así:
Según Barro (1990), la inversión en capital humano contiene formación y adiestramiento laboral; evidentemente, el capital humano y no humano no precisan de ser un suplente perfecto en la producción. Asimismo, la producción obtendríaexponerbeneficios a escala en los dos tipos de capital, si se toman en forma conjunta, pero tiene rendimientos decrecientes a escala si se toman de forma separada.
La idea general de incluir g como un argumento separado de la función de producción es que los inputs privados, representados por k , no son sustitutos cercanos a los inputs públicos.
Rebelo (1991) especifica un modelo en donde existen dos tipos de factores productivos: reproducibles (variables T), los cuales pueden ser acumulados en el tiempo (capital físico y capital humano), y los no reproducibles (tierra). La cuantificación de todos los factores no reproducibles será totalizados en Zi, lo que puede ser visto como una composición de varios factores de capital humano y físico.
La economía tiene una población constante compuesta de un largo número de agentes idénticos que buscan maximizar la utilidad, definida como:
Contrario al caso de los modelos de Harrod – Domar y Solow, en los que el progreso técnico no es tan relevante, como si lo es el nivel de ahorro, por lo que las economías deben fomentarle para mejorar su situación. Autores como Arrow, señalaron que el progreso técnico presenta un comportamiento endógeno motivado por los efectos que genera sobre el mismo la generación de un mejor conocimiento de los hechos y el aprendizaje.
En estos modelos el progreso tecnológico es más rápido mientras más grande es el nivel de conocimiento humano acumulado; por lo tanto, el crecimiento del ingreso tenderá siempre a ser más rápido, si:
1) Se tiene un stock de capital relativamente grande
2) Se tiene una gran magnitud de población educada; y
3) Un ambiente económico que es favorable para la acumulación de conocimiento humano.
El planteamiento, asumiendo que la producción está en función de los factores de producción capital y trabajo y que existen rendimientos constantes a escala, será:
En los postulados del crecimiento endógeno se asume que la creación del conocimiento es correlacional con el incremento de la inversión productiva. Una firma que incrementa las competencias laborales simultáneamente produce mayor eficiencia. Este efecto positivo de la experiencia en productividad es llamado aprender haciendo o, en este caso, aprender invirtiendo (Barro y Sala-i-Martin, 1999:146).
Crecimiento económico y capital humano
Existen diferentes conjuntos de teorías, referidas a países en desarrollo, pone el énfasis en la posibilidad de que sea la escasez de ahorro, interno y externo, la que obstaculiza las posibilidades de inversión. Aunque todas las teorías buscan el papel central del proceso de ahorro – inversión, muchas lo imaginan más bien como el mecanismo a través del cual se transmiten fuerzas motrices que tienen un origen o naturaleza diferentes.
Mientras aquellas teorías del crecimiento endógeno que destacan la transferibilidad del conocimiento se acercan a los análisis neoclásicos más tradicionales, aquellas que ponen el énfasis en su apropiabilidad están más próximas a otras, de origen más microeconómico, derivadas de Schumpeter, que destacan en especial la apropiación del conocimiento como fuente de poder del mercado.
La nueva teoría neoclásica se destaca en la distribución productiva de los países, y principalmente en sus externalidades tecnológicas. Los tres desafíos más exigentes y de mayor impacto en la actualidad son la sustentabilidad, la gobernabilidad y la cooperatividad.
Estas hipótesis planteadas asienten probar el diseño de un modelo inter –sectorial que acumula las relaciones que se producen en estas tres dimensiones. De esta manera el triángulo mayor quedaría conformado por tres subtriángulos:
Esquema 1: Triángulo de la Contemporaneidad
La asociación de estos triángulos origina un ligado en el cual se unen las perspectivas esenciales de nuestro tiempo. Sin embargo, la convergencia de estos ocasiona el levantamiento de un triángulo céntrico que inicia los soportes de estabilidad necesarios para que la edificación general de lafigura se mantenga. En otras palabras, esta unidad central no sólo ayuda la resolución formal del esquema, sino que, asimismo suministra el centro primordial de todo el modelo. Este elemento central contiene tres factores importantes ellos son: la ética, la educación y el espíritu empresarial. Sin ética, educación y espíritu empresarial tendría más especulación que crecimiento económico, másiniquidad que equilibrio social, y más contaminación que preservación ambiental. En otras palabras, este cuadro nos hace entender que el Capital Social se asocia con las sociedades aptas, las cuales son también aquellas que más se adaptan y que, en consecuencia, se inclinan más hacia el desarrollo.
La confianza aparece como un valor fundamental, pues ella es la base de las relaciones, interacciones, acuerdos y compromisos de las sociedades. La agudeza es expresión de acuerdo y sinónimo de negociación. Es la principal protección ante los contextos extremo de racismo, xenofobias y exclusiones.
Seguido a esto se topa con la honestidad, que es proceder con la nitidez propia de quien no encubre nada diferente a lo que comparte con los otros. Es la sinceridad en su expresión superlativa. Consecutivamente, surge la tolerancia que es algo distinto a aceptar todo lo que los otros dicen, pues eso sería ser idiota; tampoco es no prestar importancia ni atender el sentido de lo que otros dicen, pues ello sería indiferencia.
Antes de concluir estas consideraciones sobre el capital social, convendría recordar que este concepto está siendo medido actualmente por organizaciones internacionales, en función de índices de confianza, intención de voto, modelos de participación, horas voluntarias dedicadas a causas sociales, transparencia y a normas de conducta en las organizaciones.
El capital humano está coligado a los capitales fundamentales del ser, es decir, al capital intelectual, al capital intuitivo, al capital emocional y al capital relacional. El capital intelectual es la capacidad de obtener, crear, procesar, asimilar, aplicar, optimar y evaluar las informaciones y conocimientos asociados a determinadas exigencias productivas, recreativas o asociativas. Por su parte, el capital intuitivo es la aptitud para generar asociaciones cognoscitivas e innovativas no relacionadas explícitamente con la intervención de los esquemas lógicos propios de los procesos racionales. Y el capital emocional es la disposición de identificar, convocar, aprovechar, controlar y orientar las emociones a favor de propósitos constructivos. Finalmente, entendemos por capital relacional a la actitud humana de relacionarse para establecer tejidos de interacciones que aseguren el crecimiento conjunto como consecuencia del crecimiento personal, y el crecimiento personal como consecuencia del crecimiento del conjunto.
Fukuyama (1996), precisa el capital social como "la capacidad que nace a partir del predominio de la confianza en una sociedad o en determinados sectores. Puede estar personificado en el grupo más pequeño y básico de la sociedad, la familia, así como en el grupo más grande de todos, la nación, y en todos sus grupos intermedios, entre ellos las firmas productivas.
Esquema 2: La gestión empresarial del desarrollo: un asunto de conectividad
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