- La adaptación y de cómo la hiciéramos
- Karl
- El litio
- LITIO (con letras mayúsculas) definió mi vida
- La historia
- Los riesgos, por eso vine a verlo, Dr. L
- En resumen
- Bibliografía
Se llama trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar a un trastorno afectivo de larga evolución, en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros eventos caracterizados por un estado de ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo (con hiperactividad exagerada) o irritabilidad. Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o hiperactividad e intemperancia, alternan con episodios en que la persona padece con depresiones intensas, con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas negativas y — en casos graves — ideas de suicidio.
El periodo de exaltación se llama el episodio maníaco, de una palabra griega, "manía", que significa literalmente "locura". FEFL en Trastorno bipolar
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos97/el-trastorno-bipolar/el-trastorno-bipolar#ixzz3g3RYUDZn
Durante mis años de entrenamiento psiquiátrico fui testigo de la evolución del Trastorno Maníaco Depresivo (hoy Trastorno Bipolar) en su tratamiento, progresando desde el método psicoanalítico, seguido por el neuroléptico y, finalmente con el uso de las sales del mineral litio y otros medicamentos no-específicos que actualmente se continúan adaptando a este diagnóstico tan azaroso.
Mis experiencias como psiquiatra involucran casos de manía aguda, otros circulares de ciclos rápidos, casos que fueran resistentes a todo tratamiento, casos que eran desencadenados por el uso de cannabinoides y, otros que fueran recurrentes estacionales. Todos presentaron un reto particular e individual, ya que todos venían empotrados en las personalidades y experiencias existenciales de sus víctimas. (Leer más acerca del Trastorno Bipolar de ciclos rápidos: http://www.webmd.com/bipolar-disorder/guide/rapid-cycling-bipolar-disorder).
En el programa Las Cuatro Estaciones (Radio KOOL FM 106.9: www.radiokool106fm.com) educamos a nuestras audiencias a la importancia de reconocer síndromes psiquiátricos comunes amén de ilustrar otros problemas que impactan en las vidas de nuestras seguidores. En el caso específico del trastorno bipolar, éste fue precedido por el de la personalidad múltiple y, anteriormente, por el hikikomori.
Las presentaciones que hacemos en la emisora, y que les son familiares a audiencias y seguidores tanto locales como internacionales, se estructuran dentro de una charla entre el autor de esta ponencia y el psicólogo Fernando M. Placeres P. (productor de los programas y director de las emisoras) acompañado por una dramatización actuada por ambos (Placeres y este autor) del tema presentado.
En el caso del trastorno bipolar, en lugar de tratar de encarnar un paciente en estado de manía — lo que presentaría un reto de proporciones enormes — escogimos un artículo que fuera publicado por una paciente, víctima de esta condición, y que adaptáramos a casos por mí personalmente tratados.
La adaptación y de cómo la hiciéramos
Para esta lección he amoldado un artículo que leyera, escrito por una víctima de 20 años de padecer de trastorno bipolar, ajustándolo, con muchas libertades, a un collage compuesto de mi propias experiencias clínicas, conformadas al artículo susodicho que puede leerse en el inglés original en: http://www.nytimes.com/2015/06/28/magazine/i-dont-believe-in-god-but-i-believe-in-lithium.html?_r=0.
Por las libertades tomadas quedamos agradecidos a la paciente quien nos inspirara.
Todo es ficcional y como dijese Jaques en la obra de Shakespeare Como Gustéis, "la vida es un teatro " (Véase: El Teatro de Shakespeare y las etapas de la vida: I-VII, por este autor).
El drama comienza con la llegada del ficcional Karl a mi oficina a leer su recopilación de su experiencia de 20 años como paciente.
Mi nombre es Karl. Soy bipolar. Hace 20 años fui diagnosticado "maníaco-depresivo" (lo que hoy mejor se conoce como "trastorno bipolar"). He vivido un infierno con esta enfermedad, la que, sin el uso de litio hubiese sido peor. He tenido muchos doctores durante estos años, he vuelto a mi doctor inicial para que me ayude a decidir cómo proceder con lo que me queda de vida.
Aquí estoy Dr. L. Voy a leer mis notas, le haré preguntas y espero que usted sentirá la libertad de interrumpir y de hacer comentarios como considere pertinentes.
Comenzaré como si fuera leyendo un reporte literario, que, en cierto modo esto, es lo es.
Karla comienza a leer con inflexiones monótonas
La carpeta de manila tan llena de faxes se desvaneció. La hoja superior contiene una breve descripción de mi primer episodio maníaco médicamente confirmado, hace más de 20 años, cuando fui admitido como agitado adolescente al Hospital psiquiátrico Renard de Washington University en Saint Louis. El reporte de mi condición entonces, lee:
"mayor velocidad psicomotora, disminución de necesidad de sueño (aproximadamente dos a tres horas por noche), sus asociaciones mentales compiten con pensamientos e ideación paranoide en relación con sus padres quienes piensa que lo acechan y lo observan, para así poder escuchar a escondidas las llamadas de teléfono que está haciendo."
Creía, entonces que tenía poderes especiales, señala el informe. Yo "sabía cuando se avecinaba el fin del mundo debido a sustancias tóxicas' y sentía que era yo la única persona que podía detenerlo. Había también una descripción de mi plan de un elaborado patrocinio académico con el cual podría darme el lujo de asistir a Yale. Alguna corporación iba a pagar un año de mi educación a cambio de trabajo como pago por la beca. (Otro gran engaño. Fui estudiante de B-plus, en el mejor de los casos).
Todo esto creo recordarlo suficientemente bien.
Después que fuera admitido a la sección de adolescentes del Instituto, pensé que las enfermeras, los médicos, y otros terapeutas trataban de envenenarme. Así era que la TV en la habitación me comunicaba mensajes de extraterrestres. Aconsejé a mi único amigo en la estancia que los rayos X estaban tratando de matarlo. El generador fuera de mi ventana fue para el bombeo de gases venenosos. El lugar, yo estaba seguro, era un campo de muerte.
Litio. Ardiente e inestable, de alguna manera calma estados emocionales a menudo caracterizados de la misma manera.
Me negué al uso de medicamentos porque obviamente eran agentes de la aniquilación. Tomó cuatro camilleros poder medicarme: me sostuvieron en el piso mientras una enfermera sumergía una jeringa en mi cadera izquierda. Con el tiempo, me volví demasiado cansado para rechazar la medicación. O tal vez el cóctel de antipsicóticos comenzó a trabajar. La taza plástica llena de pastillas había incluido el litio, que poco a poco se apoderó de mi manía. Después de unas pocas semanas, dejé de susurrar a los otros pacientes que estábamos todos a punto de ser asesinados. Finalmente, dejé de creerlo yo.
El Dr. L (usted), el psiquiatra de la "WashU" que estaba tratando conmigo, dijo que tenía la enfermedad maníaco-depresiva (hoy, trastorno bipolar). Aquí está el fraseo del Instituto Nacional de Salud Mental: 'inusualmente intensos estados emocionales que se producen en períodos distintos que algunos llaman "episodios de euforia.' Cada episodio de estado de ánimo representa un cambio drástico del estado de ánimo habitual y del comportamiento usual de una persona. Un estado excesivamente alegre o innecesariamente elevado se llama un episodio maníaco, y un estado extremadamente triste o desesperanzado se llama un episodio depresivo.' La definición genérica no cubre todo los extremos de la enfermedad o sus síntomas, que incluyen inflada autoestima, insomnio, locuacidad, competir con pensamientos acelerados y haciendo cosas que, según la Clínica Renard, "poseen un alto potencial de consecuencias dolorosas, por ejemplo, juergas absurdas, compras desmedidas, indiscreciones sexuales o inversiones empresariales necias.'
(Aquí Karl se detiene y me pregunta cuándo fue la primera ocasión en que vi una persona maníaca-depresiva). Le contesté con franqueza, diciéndole que a los dieciséis años de edad, vi al tío de uno de mis mejores amigos en un estado, entonces caracterizado por todos de "locura" en Santiago de los Caballeros, que resultó en que lo llevaran entonces a la Mayo Clinic.
Prosigue
Yo tenía solamente 17 años, era joven en aquel momento para recibir un diagnóstico de MD (maníaco-depresivo). La mayoría de los adolescentes en la sala estaba allí para trastornos de la alimentación o depresión. Por esa razón tuve que comer mis comidas sólo porque mi ingesta de alimentos no era restringido o controlado, como lo fue para todos los demás. Hice mocasines en terapia ocupacional y jugué voleibol con las chicas de trastorno del comer (especialidad suya, Dr. L) en terapia recreativa. Pasé de estar encerrado en confinamiento solitario, suplicios en habitaciones de paredes marrón suaves, para ser concedido privilegios de TV. Incluso me permitieron sostener el control remoto y elegir el canal. Visitantes se acercaron y trajeron tarjetas y globos y una gran nota sobre cartulina firmada en pintura por todos mis amigos de secundaria.
LITIO (con letras mayúsculas) definió mi vida
Litio, un estabilizador del humor que puede ayudar a detener y prevenir ciclos maníacos, generalmente es el primer medicamento ensayado con pacientes bipolares porque suele ser eficaz para la mayoría de ellos. Como resultado de su uso, fui dado de alta y enviado de vuelta a la escuela secundaria con una contusión del tamaño de una manzana en mi cadera. Durante dos décadas desde entonces, he estado tomando litio casi continuamente. Ha frenado mi manía, ha prevenido el retorno de mi depresión y, más importante, ha impedido la emergencia de los ciclos profundamente delirantes que me han llevado de obsesionarme en asuntos como el valor de cero hasta crear un culto hippie (mi uniforme: pantalones de campana, camisas de deportes psicodélicas y colores vistosos en las uñas de las manos y de los pies). Tomando esas tres cápsulas de carbonato de litio rosa cada día, yo puedo funcionar. Si no, viajo montando encima de vagones del Metro sin medir la velocidad y buscando la luz en los reinos astrales.
El uso de litio, como tratamiento para la enfermedad mental, se remonta a por lo menos las épocas griegas y romanas, cuando la gente viajaba a empaparse en manantiales álcali-ricos para calmar la melancolía y la manía. En el mid-1800s, el litio fue utilizado para la cura de la gota y a veces 'la gota de cerebro,' una descripción hermosa de la manía, extendiendo la noción de articulaciones inflamadas a un encéfalo hinchado. El elemento recibe su nombre de "lithos", la palabra griega para piedra, y el litio se encuentra de hecho en el granito y en el agua de mar. Manantiales de aguas minerales lo contienen, meteoritos impactando en la Tierra lo traen, el sol y cada otra estrella lo acarrean, existiendo en la constitución física de todos los seres humanos. Se clasifica como un metal en la tabla periódica de elementos. Primero fue identificado como un sólido en forma de petalite. Mineral abundante en la isla sueca de Utö en 1817. Un año más tarde, los científicos encontraron que el litio, es el ingrediente clave en los fuegos artificiales rojos. Litio ardiente e inestable, de alguna manera calma estados emocionales a menudo caracterizados de la misma manera.
A pesar del hecho de que las personas se han beneficiado de su uso por milenios, la actividad específica de litio en el cerebro permanece desconocida. 'Tiene supuesta actividad trófica o fertilización en el cerebro — es decir, estabiliza las membranas,' dice James Kocsis, profesor de Psiquiatría en el Weill Cornell Medical College en Nueva York y experto en litio. Pero la mecánica real es un misterio. Una manera de pensar en su efecto, sin embargo, es sugerida por un estudio del 2007 en UCLA que encontró que los pacientes bipolares que toman litio tenían significativamente más materia gris que sus homólogos, especialmente en la región asociada con la capacidad de una persona para mantener la atención y control emocional. (Leer más: http://es.slideshare.net/flacobotero/historia-de-la-psicopatologa-31798282).
Una de las primeras referencias al litio en un contexto neurológico aparece en 1870, escrita por un famoso neurólogo de Filadelfia llamado Silas Weir Mitchell, que recomienda el bromuro de litio compuesto como un anticonvulsivo y un hipnótico para pacientes epilépticos. Pero a fines de siglo del siglo XIX, el litio médico había sido suplantado en gran parte por otros tratamientos. Mitchell asimismo nombró una enfermedad dermatológica, la eritromelalgia. (Véanse mis ponencias al respecto).
Luego, en 1947, John Cade, un psiquiatra que trabaja en un hospital fuera de Melbourne, Australia, volvió a descubrir su potencial medicinal. Cade fue de los primeros en concluir que la enfermedad mental incluye manifestaciones somáticas y así debe ser tratada con medicamentos, no sólo con psicoterapia. 'Requiere un cambio en cómo entienden la enfermedad mental," dice Robert Beech, profesor asistente de Psiquiatría en la Universidad de Yale que realiza estudios de litio médico. Él describe esta percepción como un cambio de 'explicaciones más psicológicas, freudianas, a una explicación biológica.' (Para leer más acerca de la cura de descanso que Weir Mitchell hiciera famosa: http://jnnp.bmj.com/content/75/3/381.full).
Cade, cuyo padre era también un psiquiatra, al principio simplemente trató de aislar la causa de la manía. Habiendo notado que la orina de pacientes maníacos era diferente de la de sus sujetos estables, calculó el componente diferenciador, ácido úrico, que creyera fuera responsable de la manía. Tratando de producir esa manía en sus animales, conejillos de Indias, necesitaba una solución para proporcionarles el ácido úrico a ellos, y por casualidad empezó a utilizar urato de litio (y más adelante, carbonato de litio). Pero sus conejillos de Indias se volvieron letárgicos; en lugar de inducirles manía, habiendo descubierto accidentalmente un tratamiento. Cade se convenció de que litio podría curar muchos de sus pacientes que experimentan síntomas que ahora asociamos con esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático (aún inexistente) y la demencia. Para probar su convicción al respecto, él mismo ingiere litio más adelante (usarse a sí mismo como conejillo de indias aparenta que no es inusual en médicos neozelandeses), comenzando un ensayo con 19 pacientes. Los 10 sujetos maníacos experimentaron un cambio significativo en el estado de ánimo y la función, pero el momento para Cade fue lamentable. Uno de sus sujetos murió, probablemente de una dosis alta. Y hacia el final de la década del '40, el uso de litio como sustituto de la sal de mesa para pacientes de la insuficiencia cardíaca congestiva en los Estados Unidos resultó letal en por lo menos dos instancias de haberse usado.
(Aquí, hago un paréntesis para describir a Karl el caso de Angie O. En el año 1965 la primera paciente que recibiera litio en Saint Louis. Situación clínica — histórica y dramática — de la que yo fuera parte en el Hospital Renard de Washington University).
Eritromelalgia
Angie era descendiente de una familia prestigiosa, enormemente rica y poderosa de Saint Louis, que a la edad de 20 años había sufrido varios episodios devastadores de manía y cuyo caso había sido refractario a todo tratamiento (incluyendo fenotiazinas, electrochoques, choques de insulina — habiéndose, en desesperación, contemplado la lobotomía — cuando se decidió en el uso de esta medicina en la que todos careciéramos de experiencia. Aún recuerdo "el milagro" del que fuéramos testigos, cuando Angie retornó a su condición normal. Lo que motivó al Profesor y amigo George Winokur a exclamar: "Apparently, lithium puts lead on your ego!"
Karl continúa su relato
Pero aun cuando estos resultados impidieron la aplicación generalizada de litio, los estudios continuaron en varios países. Poco a poco, después de que las dosis se establecieron con uniformidad y monitoreo cuidadoso (.05 a 1.3 mEq/L) se convirtió en rutina, litio en varios compuestos fue reconocido como un tratamiento aceptable. Gluconato de litio fue aprobado en Francia en 1961, carbonato de litio en Gran Bretaña en 1966, acetato de litio en Alemania en 1967 y litio glutamato en Italia en 1970. Entre los propulsores de la droga era un médico americano llamado Ronald Fieve, que comenzó a experimentar con litio en 1958, después de que su asesor en la Universidad de Columbia regresó de Australia con cuentos del experimento del Cade. 'Fue tan eficaz,' Fieve expresó, que él comenzó 'a tratar a los pacientes bipolares más severos y con el litio fueron retornados a la normalidad en 10 a 15 días.'
(Aquí se puede recordar la personalidad e historia de Charlie Bludhorn, contenida en el famoso libro de Fieve, Mood Swing u Oscilación de Humor en español). Bludhorn está reconocido en la República Dominicana por sus contribuciones de negocios a nuestro país).
Tesla, automóvil eléctrico que funciona con baterías de litio
Pero no fue hasta 1970 que Fieve, ahora médico, y cuatro otros psiquiatras instaron con éxito ante la Food and Drug Administration para aprobar el litio como medicamento psiquiátrico. 'La FDA era renuente", dice, 'pero proporcionamos suficientes datos de que se trataba de un nuevo fármaco excelente para el trastorno bipolar y que si se controla adecuadamente, sería seguro.'
Fieve dice que el litio no ha sido investigado extensivamente como tratamiento para otras condiciones en parte porque es una sustancia natural: elementos de la tabla periódica no pueden ser patentados. Las compañías farmacéuticas por lo tanto tienen pocos incentivos para promover el litio o desarrollar otros usos para éste, a pesar de su potencial. Ha demostrado promesa como tratamiento para el Alzheimer, por ejemplo. Un estudio realizado en Japón ha demostrado una población de muestra a ser menos propensos a cometer suicidio después de beber agua del grifo que contiene litio. En los años 30 y 40, la bebida 7-Up incluye citrato de litio como un estimulante del estado de ánimo. Hubo "cervezas litio' y una versión de litio de Coca-Cola. Tan recientemente como el otoño pasado, hay un psiquiatra que plantea la cuestión en la Op – Ed. página del The New York Times: '¿debemos todos tomar un poco de litio?'
A pesar de su generalizado uso como un estabilizador del humor, sólo el 5 por ciento de toda la producción de litio se dedica a la medicación. El resto va en cosas como cerámica, vidrio y baterías eléctricas para instrumentos mecánicos y de oficinas. Las industrias de tecnología y electrónica se están convirtiendo en disciplinas dependientes de litio. Una nueva carretera conectará con el resto del mundo la única mina de litio en operación en los Estados Unidos, Rockwood Litio, en Pico de Plata, Nevada. Queda en la parte norte del estado, donde Elon Musk está construyendo actualmente una 'gigafactory' de mil millones de dólares para la fabricación de baterías de iones de litio para sus automóviles eléctricos Tesla.
Rockwood Foote Litio es probablemente de dónde provienen mis pastillas de color rosa. En mayo pasado visité Silver Peak, donde David Klawitter, un mecánico en la mina, me mostró sus manos rojas hinchadas. 'El manejo del litio a veces produce quemaduras', dijo.
En los mediados de años 60, la compañía precursora de Rockwood, Foote Mineral, ubicó su planta en esta tierra rica en minerales después de establecer un método para extraer el litio de la salmuera subterránea. 'Hacemos litio grado médico aquí', dijo Klawitter. 'Estamos procesando formas puras de litio, las más puras.'
A lo largo de un camino polvoriento no muy lejos de Silver Peak está el Manantial Térmico Primavera, una vez el recinto de baño para los mineros de la ciudad y fronterizos, desde los tiempos cuando los hermanos Earp hicieran prospección de oro en la vuelta del siglo pasado. Mangueras ahora traen agua litiada, a unos 100 grados Fahrenheit, de los manantiales a dos tinas donde los lugareños aún toman los baños.
Minas de Silver Peak Nevada
Un mayor depósito de litio, un 50% de la producción mundial, se encuentra bajo la Salina de Uyuni en el sur de Bolivia. La creciente demanda mundial de litio ha incitado muchos manifiestos, incluyendo expresiones esperanzadas por bolivianos que el país socialista se convertirá en el 'Arabia Saudita del litio". Los economistas han venido presagiando una economía del litio durante décadas, y es muy posible que algún día todos los vehículos, computadoras y dispositivos electrónicos portátiles — para no hablar de nuestros depósitos de energía — dependan de las baterías de litio como yo he dependido del litio medicinal durante los últimos 20 años.
Volviendo a mi caso
En el año 2000, había vivido siete años sin sufrir un episodio maníaco. Me gradué de la Universidad de Saint Louis, en la misma ciudad donde mi ordalía comenzara, con grados en inglés y arte. Me mudé a Nueva York y llevaba lo que parecía una vida regular, escribía sobre la música y la pintura para The Village Voice. Fui a trabajar cada día y pagaba mi alquiler. Si usted me hubiese visto en la calle, apuesto a que hubiera pensado: esta persona es normal, tiene problemas normales, se relaciona con su mundo de una manera normal. Decidí, junto con mi psiquiatra de un par de años entonces, disminuir gradualmente el litio. Esperando que posiblemente hubiera sido recibido el diagnóstico incorrecto como adolescente. O que tal vez ya estaba más allá del punto de tener episodios maníacos.
Después de algunos meses sin litio, me sentía enérgico, comprometido, incluso eléctrico. Es difícil saber si esa sensación era sólo una rampa para arriba hacia la manía otra vez o si fue el levantamiento de una niebla de litio. Pero esto es lo que terminó sucediendo: comencé rechazando trabajos y quemando todos los puentes profesionales que tuviera abiertos, lo hice por medio de correos electrónicos mordaces e ilógicos, muchos de ellos refiriéndose a Eminem. Mantuve una provisión de granola casera en mi bolsillo para repartir a quien aceptaría granola del bolsillo sucio de un extraño. Desarrollé un alter ego, un rapero llamado Jamya. Pinté mi cara con la espectacular sombra de ojos verde y oro. Fui expulsado de un bar por alborotoso sin tan siquiera beber. Estuve parado en mi cabeza indiferente, haciendo yoga; durante un incendio que consumió mi apartamento.
Salinas de Uyuni, Bolivia
Serví como el único testigo a la boda de un desconocido en la cima del World Trade Center. Me puse 80 collares y comencé a hablar en un gruñido lento o a veces en un chillido agudo. Hablé a extraños con la intensidad de un vendedor de coches atascado en un monólogo de Mamet. Prediqué acerca de Jesús dondequiera que fuera, que para un judío es inusual. Gasté casi $1,700 en calabacitas y calabazas surtidas de temporada. Mi ropa olía a fuego, desde el apartamento quemado. Tenía miedo de la gente que encontraba en el Metro. Todo lo que ocurriera en más de dos semanas, quizá tres, no sé como encontré mi camino de ida y vuelta varias veces entre Los Ángeles y Nueva York.
Era temporada de los citrus y quería estar de vuelta en Nueva York con Mirtha, una enamorada que conocí un mes antes.
En las semanas después del incendio, ella me siguió alrededor con una cámara de video, sobre todo porque le dije a ella que me filmara. Hace unos años me mandó unas escenas de una cinta VHS que tenía escondida lejos en la casa de lago de sus padres. La he visto recientemente. Me veía buenmozo y joven, magnético y bien loco.
Mi cara era menos arrugada con preocupación y mi pelo era grotesco en un Afro rojo profundo, enmarcando las cejas perfectamente en forma. Yo usaba artículos de ropa en mi estilo marca maníaco— cerca de 100 collares brillantes, 14 capas de ropa en cada patrón posible, maquillaje grueso para hombres y (aunque no fumo) un paquete de cigarrillos de Fantasía. Mi voz era ronca y lenta, como la de algún cantante de salón de la época de los años cuarenta.
El video comienza con nosotros sentados en la escalinata de Mirtha en la Sexta Avenida, hablando con un grupo de adolescentes orientales. Supongo que ya tenía en pie la campaña 'de casarse con Mirtha porque escucho a uno de esos niños a decir, usted debe casarse con ella". En mi cansina de hip-hop, comencé a recitar líneas de 'Romeo y Julieta'. Entonces los niños corearon conmigo: '¡rosas que huelen dulce!' Se puede ver que estaban fascinados y confundidos por este pseudo-adulto, enloquecido, revestido de un tutú. Al final del intercambio les dije, 'que los bebés están bien'. Entonces salté en algunas letras de Eminem.
Así lucía entonces
La siguiente escena de la cinta es la que muestra mis diferentes carátulas mientras canto las canciones de cada álbum. Estoy usando un sombrero de vaquero, pantalones de oro, una camisa de flores fluorescentes y todos los collares en el mundo. Pongo la cinta en pausa en 'Sweeney Todd' para decir: '¡Ay, de ésta uno comerá personas, por lo tanto, que es una chulada!
Configurando la cámara para visión del lente muestra lo que hice a la mañana siguiente, ensalada de aguacate y naranjas, PowerBars desmenuzados y una copa de vino. Mirtha me pregunta qué iba a hacer el día siguiente.
'Hoy, voy a contactar con MTV para debatir a Gore, Bush y a Tipper Gore al mismo tiempo. Espero que sea importante. Tengo mucho trabajo hoy". Luego de hacer una pausa. Añado "Tengo como deber cambiar el mundo".
Mirtha me pregunta por qué mantengo una semilla de aguacate siempre a mi alcance. 'He guardado la semilla para que así podamos plantarla allí donde decidamos aterrizar", le digo. Entonces empiezo a hablar de Un Inodoro de Cantar, nombre de una escena del musical que había escrito.
El último fragmento de la cinta captura ese mismo día al atardecer. La cámara está apuntando hacia el piso, y estoy arrastrando Mirtha hasta el techo. Se puede escuchar el cansancio en su voz y la creciente irritación. Ella se resiste, mientras que yo la estoy guiando arriba. '¿Por qué vamos para el techo?', me pregunta.
"Tenemos que", insisto. Ella amenaza con apagar la videocámara. Le pido que la apunte hacia mí. Luego, sobre la rodilla doblada, le pregunto si quiere casarse conmigo. "Está todo configurado", digo. La imagen se convierte en estática.
Efectos secundarios del uso de litio
Después de que vi la cinta el año pasado, conversé con Mirtha, que sigue siendo una amiga cercana. 'Siempre estaba un poco celosa de lo que pasó contigo', me dijo. "Tú has tenido una experiencia que muy pocas personas han tenido. Has perdido tu mente completamente. Es casi como sí que has llegado a ser alguien."
Lo que vi era alguien que se parecía a mí, parecía relacionado a mí, cuando me acordé de que. Era yo sin litio.
Los riesgos, por eso vine a verlo, Dr. L
Después de ese episodio, volví en litio y me alojé en él, a pesar de los riesgos a la salud. Riesgos, que incluyen aumento de sed, ganar de peso, ganancia y pérdida de memoria y, más raramente, deterioro de la tiroides, disfunción renal y el mismo sopor y letargo sufrido por los animales de Cade usando litio. Algunas personas que toman litio dicen que comienzan a sentirse robados de su personalidad natural. Pero para mí, en un momento determinado se apodera la manía, y mis acciones se convierten en insoportables, para mí y para otros. Hacia el final de mi último episodio, era una amenaza tal que mi madre contrató un guardaespaldas para vigilarme y cuidarme. Una mujer caribeña llamada Alma que peinaba mi pelo en trenzas y me llevaba a las tiendas de 99 centavos.
Quería una vida más tranquila. Así que para los próximos 13 años, tomé mis tres cápsulas de color de rosa y todo estaba bien. Escribí un libro, aprendí a cocinar en la cocina de un restaurante italiano, tuve algunas relaciones que duraron más de un mes, escribí, viajé, pinté, tomé mis pastillas. Yo estaba bien.
Entonces, el otoño pasado, vi a mi médico, y él me envió a la sala de emergencia más cercana. Estaba alarmado por mi combinación de niveles de creatinina alta, riñones dañados y nivel de la posibilidad de un ataque de corazón. La presión arterial (185/135). En el Mount Sinai Hospital, los miedos de mi doctor fueron confirmados en cuestión de días: mis riñones estaban irreparablemente dañados, un 'infrecuente pero no raro' efecto secundario del uso prolongado del litio. Me dijeron que podía descontinuar el litio y empezar otro medicamento, o utilizar diálisis y aplicar por un trasplante renal en 10 años.
Realmente no se siente como una opción feliz; apenas se siente como dos malas opciones. Cambio de medicamentos podría significar el regreso de Jamya, estar obsesionado con Eminem y con las calabazas de temporada. Todavía puedo optar por la diálisis y limpiar mi sangre hasta que me trasplanten el riñón de un extraño, acolchado dentro de mis entrañas, la que es apenas más atractiva. Resultados de la prueba indican que los riñones están trabajando sobre la mitad de tan bien como debieran; el nefrólogo del Hospital Lenox Hill, me dijo que si voy a cambiar para preservar la función del riñón que me queda, 'el tiempo de gracia es ahora'.
Cuando inicie disminuyendo de litio un mes o dos a partir de ahora, mi médico recetará Depakote, un medicamento utilizado para tratar el trastorno bipolar, así como para las convulsiones y las migrañas. La única manera de saber si funciona es si no tengo un episodio maníaco. Y la idea de esperar a que suceda me aterra. Mi novia de tres años y medio no sabe lo que soy cuando estoy maníaco. No hay nada que pueda decir que la preparará. Si sucede otra vez, estoy preocupado si voy a escapar y viaje en tren o si voy a ser infiel accidentalmente o que le insista en usar unitards metálicos y máscaras de lucha libre mexicana o que, lo peor de todo, a no ser yo y que ella no sería capaz de recordar quien soy o que yo estoy allí en algún lugar. Me preocupa que sin litio pierda mi trabajo, mi pareja, mi hogar, mi mente… porque he pasado por todo esto.
Yo no creo en Dios, pero creo en litio.
Antes de saltar a lo desconocido preocupante, decidí viajar a uno de los lugares más grandes, más delirantes de todos, la mayor reserva mundial de litio en Bolivia. Hice una peregrinación simbólica a la fuente de mi cordura.
La inmensidad del Salar de Uyuni es intensificada por su altitud alucinante, ambiente ardiente, impresionante. Las Salinas extendían 12,000 pies sobre el nivel del mar y traen a la mente el estanque de patinaje sobre hielo más grande y más perfecto imaginable. Esta parte del sur de Bolivia consta de 4.000 millas cuadradas de lo que antes eran los lagos prehistóricos, que ahora se evaporaron en corteza y salmuera. Los científicos dicen que tardó tres minutos después del Big Bang, 13,7 billones de años, para que los tres primeros elementos emergieran, helio, hidrógeno y trazas de litio, número atómico 3, e hicieran su aparición. Mirando en el horizonte aquí en el Salar de Uyuni se siente uno que está mirando hacia atrás en los primeros momentos del universo. Muy cerca puede ver aguas termales naturales y el Sol de la Mañana, un lugar geotérmico salpicado con cráteres de vapor eructando lodo hirviendo. El lugar se siente como una alucinación; hay una isla poblada por cactus centenarios, una laguna de color rojo sangre, bandadas de flamencos salvajes, color rosa caliente y montones de una sustancia cristalina muy blanca.
Salar de Uyuni, Bolivia
Caminé la superficie costrosa, de la sierra. Yo quería sentir y saborear su granularidad y salinidad. Los picos andinos lejanos flotaban pensativos, como sin fundamento visible. Mientras corría entre los montículos de sal, grietas acompañaban cada paso. Mis huellas de bota de excursionismo estaban empapadas de leche salada. Estaba tan sin aliento, así de sed, así de encantado. Si siempre ha habido un escenario perfecto para un grandioso engaño, es el Salar de Uyuni.
El litio que ahora tenemos en la tierra — parte polvo estelar, polvo primordial y parte tierra y estrella — es una parte constitutiva de nuestro planeta, que a veces forma personalidades. La idea se me ocurrió que tal vez tomando mi litio profetizó un futuro dependiente de litio, conexión a un pasado cuando nuestro mundo nació en explosiones de fuego de litio. Tal vez esa cápsula llena de una sal, que me ha permitido funcionar, anclado más allá del, presente y futuro juntos. Pero entonces, extravagantes profecías sobre los poderes milagrosos de un elemento prehistórico de la manía.
Después de unos días de merodeo, me detuve en un campamento donde gentes dormían en un edificio de ladrillos de sal: un iglú de litio. Me senté en las aguas termales cercanas, en el agua naturalmente cargada con altas concentraciones de litio y observé el vapor elevarse en el horizonte de luz lunar. Si yo, empapado en este baño caliente de litio el tiempo suficiente, pensé, tal vez no sienta tan mal si dejo de ir de mi medicina.
Aquí estoy Dr. L: Necesito su ayuda
Para muchos de nuestros seguidores, el programa Las Cuatro Estaciones, debido a sus contribuciones académicas, se ha convertido en, lo que ellos califican como la Universidad Radio-Digital.
Los programas se producen de esta manera:
Yo escojo el tema,
Placeres lo elabora y produce y
Pablo Gaspar Corporán, lo edita.
En este caso hemos descrito las vicisitudes de padecer del trastorno bipolar, como antes describiéramos el caso de Roselia (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos49/trastornos-tiroides/trastornos-tiroides).
En esta lección hemos asimismo completado una tour de force del trastorno bipolar y de su presunta panacea: El litio.
De esta manera, esperamos haber agotado y resumido los conocimientos actuales de esta categoría diagnóstica y de su tratamiento aceptado, para la satisfacción de nuestros seguidores.
Durante el proceso hemos asimismo aludido, aunque en breve, a ciertas condiciones asociadas, como es la hipomanía, de la que sufriera uno de mis profesores más creativos y la situación de Dani — nos pareció esencial — cuyo uso de la marihuana provocaba un episodio maníaco, como ya hemos reportado en otras lecciones.
De esta manera, esperamos haber confirmado que el uso de los medios electrónicos sustituye por la asistencia formal a universidades.
Fin de la lección.
Larocca, FEF: El trastorno bipolar en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: El Teatro de Shakespeare y las etapas de la vida (I-VII) en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: Las parorexias en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: Órgano fantasma, cinestesia, propiocepción: el drama del cerebro y del estómago continúa en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: La interface entre la dermatología y la psiquiatría: A propósito de una dermatitis presidencial en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: Adicciones y tendencias que controlan la vida en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: De los trastornos de la tiroides artificiosos: El caso de Roselia enmonografías.com, academia.edu.com y reseachgate.net
Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:
Academia.Edu
ResearchGate.net y
Monografías.com
Shuan Hern Lee
El vuelo del abejorro por Rimsky Korsakoff por Shuan Hern Lee
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca