La importancia de la comunicación intercultural en la traducción-interpretación
Enviado por Isora Justina Enriquez O´Farrill
Es conocido la importancia y relevancia de las competencias idiomáticas en el amplio y complejo contexto de la pluralidad y la interculturalidad, durante el intercambio con personas de diferentes lenguas y culturas.
Las lenguas, como tales, no se pueden estudiar sin tener en cuenta el contexto en el que se hablan. Se afirma que la lengua y cultura son un todo indisoluble por su estrecha relación ya que todo hecho de la lengua se estructura de manera muy relacionada con su dimensión social y cultural. Hoy día, los traductores-intérpretes se han convertido en profesionales capaces de conectar las realidades de dos culturas diferentes, adecuando de la forma más aproximada posible el sentido expresado en la lengua origen marcada por una cultura origen a una lengua meta marcada por una cultura meta y en ocasiones se producen errores en la transmisión del mensaje no precisamente por errores de lengua, sino por incomprensiones culturales
Los autores de esta ponencia reflexionan y brindan sus consideraciones sobre la importancia de la comunicación intercultural en la traducción, principalmente para los profesionales de la lengua quienes no son profesionales de la traducción. Se señalan experiencias que de cierta forma les permitieron cumplir con su misión: Mantener el contenido y la intencionalidad que el interlocutor desea transmitir al trasladar las palabras e ideas de un idioma a otro.
Palabras claves: Comunicación Intercultural, mediador intercultural
Abstract
It is well known the importance and relevance of language competence in the wide and complex intercultural and plurality context during the exchange which takes place between people with different language and culture
Languages, as such, cannot be studied without considering their context. Both, language and culture is a single unit due to its close relation, as every language issue is very much structured and linked to its social and cultural dimension. Today, translators and interpreters have become the professionals who connect the realities of two different cultures, adjusting the meaning expressed in the origin language signaled by its culture to a target language also signaled by its target culture, and at times, some mistakes in the transmission of messages are present and the reason is not language problems but cultural misunderstandings
The authors of this paper reflect and give their considerations about the importance of intercultural communication in the translation process, especially to those language professionals who are not translation professionals. Some experiences allowed them to fulfill their mission: To keep the content and intention the speaker wants to convey when transmitting words and ideas from a language to another
Key Words: Intercultural Communication, Intercultural mediator
En el actual contexto mundial globalizado, ha aumentado la comunicación y el intercambio de buenas prácticas y experiencias entre profesionales de diversas latitudes y culturas. Las tecnologías de la información y las comunicaciones al igual que los idiomas de carácter universal como el inglés juegan un papel muy importante como mediadores entre los participantes en la socialización.
La principal función del lenguaje es la de comunicar. No se entiende por comunicar solo la simple transmisión de información de una persona a otra como en ocasiones se ha mostrado en los esquemas. El lenguaje tiene como propósito interactuar, persuadir, explicar, mantener una identidad.
Las diferencias culturales existentes en esta "villa global" crean un problema adicional en la comunicación. Los estudios sobre el tema (Byram, 1997; Rodrigo Alsina, 1999; Kramsch, C ,2001; Tomalin, B, 2003; Claes, MT, 2007) se han dirigido a evitar que la falta de un entendimiento cultural constituya una barrera entre los seres humanos con diferentes culturas.
En estos momentos se considera que una comunicación efectiva depende no solo de la corrección y la fluidez en un idioma extranjero, sino también de la comprensión de los elementos culturales que poseen los interlocutores.
Para muchos de los estudiosos del tema, la lengua se vincula muy estrechamente con la cultura, es por ello que autores como Hudson, R (1980) señalan la relación entre lengua y cultura, considerando el lenguaje como parte de la cultura y de hecho afirmando que la lengua de una sociedad es un aspecto de su cultura.
Que exista una lengua común no garantiza una cultura común ya que la propia existencia de un contexto geográfico, social, económico y político diferente es un factor que incide en la diferencia y la diversidad.
La cultura se refiere a valores y convenciones compartidas por un grupo de personas que actúan como directrices para orientar los pensamientos y las conductas de la gente.
Los estudios de Hall (1966) sugieren que la cultura debe verse como un gran iceberg donde lo apreciable es lo que el ciudadano común observa como cultura, y son sus representaciones tangibles o físicas -lo que se ha dado en llamar cultura con C mayúscula- como las artes, la música, los hábitos alimenticios, la manera de vestir, de comportarse ante cada situación, etc., lo que las personas pueden observar, catalogar y clasificar. Este término de igual manera comprende lo que hace años se definió como buenas artes que incluía la filosofía, la oratoria, la poesía así como las artes liberales de la edad media que incluye la música, la dialéctica, la retórica junto con las lenguas clásicas, la pintura, la escultura.
Sin embargo, lo que se encuentra debajo en ese "iceberg de la cultura", lo no observable, es lo que usualmente determina la actuación y comportamientos de los ciudadanos en una cultura u otra. Esa es la llamada cultura con c minúscula que erróneamente nos puede conducir a pensar que no tiene importancia por estar constituidas por lo intangible, lo que no se revela externamente del individuo al observarlo sino a través de sus pronunciamientos y su actuación y que tiene una gran relación con las creencias, los valores y las actitudes hacia el medio ambiente, la actitud hacia el tiempo, hacia el prójimo como ser humano, como se muestra debajo en el diagrama.
La interculturalidad, tal y como usualmente la definen varios autores es un tipo de relación que se establece intencionalmente entre culturas y que propugna el diálogo y el encuentro entre ellas a partir del reconocimiento mutuo de sus respectivos valores, creencias y formas de vida. El concepto incluye las relaciones que se establecen entre personas pertenecientes a diferentes grupos étnicos, sociales, profesionales, de género, etc. dentro de las fronteras de una misma comunidad.
Cada cultura tiene sus propias normas y aunque no estén escritas, deben respetarse. Ya sea el saludo, que es más efusivo en algunos países que otros (apretón de manos, inclinación de la cabeza, un beso o dos e inclusive tres). Las naciones tienen un estilo de comunicación más o menos directo, la manera de poner fin a los conflictos, mediante una resolución rápida o lenta, también difieren de una cultura a otra. El grado de socialización también influye en el comportamiento de las personas.
A esto se deben añadir aquellos otros elementos que también confluyen en este análisis de la cultura los cuales tienen un gran peso e incidencia en la comunicación intercultural. Nos referimos a idiomas diferentes, el desconocimiento o poca información del país o región, la diversidad cultural y los estereotipos (o sobre generalizaciones).
Es evidente que cada cultura tiene un código de expresión corporal y no verbal diferente y el desconocimiento de ello con seguridad afecta el desarrollo de una comunicación intercultural efectiva.
La comunicación intercultural, tal como la concebimos puede ser definida como la comunicación interpersonal donde intervienen personas con unos referentes culturales lo suficientemente diferentes como para que se auto perciban, teniendo que superar algunas barreras personales y / o contextuales para llegar a comunicarse de forma efectiva.
Una interpretación "errónea" del discurso, oral o escrito puede ser resultado de la aplicación de criterios y normas interpretativas diferentes a las que aplicamos en nuestro propio idioma.
"Desde la perspectiva de una enseñanza integrada de lengua y cultura se cuestiona el modelo de competencia comunicativa, pues aunque un hablante no nativo pudiese quizá alcanzar, a base de mucho esfuerzo, unas destrezas lingüísticas que lo asemejasen al nativo, culturalmente nunca podría identificarse con él, ni tampoco es deseable que lo haga". En su lugar, se apuesta por el hablante intercultural desde la concepción de autores como Byram y Zarate (1997) y Kramsch, C (2001) quien, según el propio Byram y Zarate (1995: 54) nos define como un "hablante intercultural" al " individuo enfrentado a situaciones de choque cultural, en las cuales tiene que comprender las relaciones entre culturas, las demandas de experimentar otra forma de vida, donde tiene que ser mediador entre formas distintas de vivir e interpretar el mundo".
Byram,M, 1997:5. define la competencia comunicativa intercultural como la "habilidad de comprender y relacionarse con personas de otros países". El concepto de hablante intercultural aparece como resultado de la perspectiva intercultural. Este es definido como una persona que tiene habilidades para comunicarse en la lengua extranjera con determinado nivel de corrección y fluidez lo que le permite interactuar con personas de diferentes culturas en igualdad de condiciones , como un actor social que desde su propia cultura es capaz de interactuar entre dos universos culturales, donde cada sujeto tiene un papel diferenciado pero igualmente significativo, y el nivel de competencia en la lengua extranjera no se mide a partir de su acercamiento al modelo de la persona nativa de la lengua extranjera, sino a partir de la calidad y la eficiencia de la interacción que puede establecer con la otra persona
Desde esta misma perspectiva la traducción e interpretación, como prácticas lingüístico-culturales que se conocen desde tiempos remotos, median y facilitan la comunicación entre individuos de lenguas y culturas diferentes.
La traducción es la actividad que consiste en comprender el significado de un texto en un idioma oral o escrito, llamado texto origen o «texto de salida», para producir un texto con significado equivalente, en otro idioma, llamado texto traducido o «texto meta». El resultado de esta actividad, el texto traducido, también se denomina traducción. Cuando la traducción se realiza de manera oral se conoce como interpretación.
Dada la contradicción fundamental de la actividad de traducción e interpretación entre el proceso de comprensión del sentido del texto oral o escrito en la lengua origen o de partida (LP) y su re-expresión en la lengua meta o de llegada (Lll), debe destacarse el carácter de comunicación intercultural.
Lo anteriormente señalado tiene sus vínculos con el tema en cuestión ya que existe la comunicación intercultural, de tipo interpersonal, que usualmente se produce entre individuos, durante el ejercicio de interpretación consecutiva o bilateral y la que denominamos comunicación intercultural mediada, que se establece entre los medios de comunicación, principalmente la escrita y los miembros de una sociedad, en la lengua de llegada.
Este tipo de actividad requiere de conocimientos multidisciplinarios, habilidades, hábitos, competencias y hasta de cualidades éticas, profesionales y morales de la personalidad del individuo que el proceso debe integrar para un mejor desempeño en el acto de traducir o interpretar
Quien emprende la tarea de traducir o interpretar, además de dominar a la perfección los dos sistemas del intercambio, debe acercarse lo más posible al contexto de ambas culturas, a fin de producir en el lector u oyente del discurso terminal, un producto intelectual y afectivo que se supone experimenta el lector u oyente del discurso original. Por ello, es preciso que al referirnos al termino interculturalidad, se precise ante todo definir un concepto contemporáneo de cultura.
En el primer tipo, la interpersonal interviene además de la comunicación verbal, la llamada comunicación no verbal a través del cual se envían o se reciben mensajes sin usar palabras. Estos mensajes se comunican a través de gestos, lenguaje corporal o postura, expresiones de la cara, el contacto visual o usando objetos como el vestuario, el peinado, la arquitectura o los símbolos y como estos pueden afectar la comunicación y cómo las diferencias culturales pueden dificultar e incluso impedir el proceso de comunicación.
Cuando se establece una comunicación, mediada por la interpretación, sean o no procedente de una cultura bastante similar pero de idiomas diferentes, se pueden suscitar problemas cuando no se comparten el mismo contexto socio histórico y cultural.
Esto sucede porque cada participante puede interpretar el discurso de su interlocutor según las convenciones y expectativas de su propia cultura. Si las convenciones culturales del hablante difieren mucho, malas interpretaciones e incomprensiones pueden surgir fácilmente, e incluso desembocar en la interrupción de la comunicación de no lograrse transmitir un mensaje fiel a la lengua de partida.
Existen diferencias sutiles en las preferencias y referencias culturales que el traductor-interprete necesita saber y que usualmente por investigación empírica y alguna información sobre esas referencias puede lograr trasmitir el real sentido de lo que traduce. Deberá tener en cuenta las diferencias entre el lenguaje directo de algunas lenguas y el indirecto de otras, lo explícito de lo implícito, o la pertinencia del uso de la voz pasiva en los textos, según el idioma y las características del texto, etc.
Un ejemplo muy simple: Las fechas en una traducción. En un texto redactado en inglés, es necesario – aunque no es siempre seguro, conocer quién lo redactó o la revista que lo publíca – ya que la fecha 12/05/2016 pudiera referirse al 12 de Mayo del 2016. Sin embargo, se conoce también que esa misma grafía, en otros contextos, se referirá al 5 de Diciembre del 2016 y esto en términos de diferencia en lapso de tiempo es considerable.
Otro ejemplo que puede tenerse en cuenta, parecido al ejemplo de Condon y Yousef (1977) es el gesto de sentarse, cruzar las piernas enseñando la suela de los zapatos (comportamiento fortuito), que usualmente es interpretado por individuos que profesan la religión musulmana como un insulto (significado compartido por la cultura árabe).
La traducción/interpretación no es sólo un acto comunicativo; es también un acto cultural, de comunicación entre culturas. La traducción/interpretación siempre incluye tanto el lenguaje como la cultura porque los dos no pueden separarse, ello sólo se puede entender si se tiene en cuenta el contexto cultural en el que estos elementos están usados. A la hora de transmitir un texto de una cultura a otra, los traductores-intérpretes deben prestar atención a las diferencias de tipo y de grado de convencionalidad de las culturas de origen y de destino. Se trabaja por lograr que el traductor conozca no sólo los dos idiomas en los cuales usualmente trabaja, sino también las dos culturas, convirtiéndole no sólo en un profesional bilingüe sino también intercultural.
Por lo anteriormente señalado, la labor del traductor como mediador intercultural cobra especial importancia. Hoy día, los traductores-interpretes se han convertido en profesionales capaces de conectar las realidades de dos culturas diferentes. El buen traductor-interprete debe ser capaz de adecuar un mensaje expresado en una lengua origen a una lengua meta impregnada de una cultura totalmente diferente sin que el receptor detecte que se encuentra ante una traducción.
El traductor-interprete es, por tanto, responsable nada más y nada menos de que un mensaje, que probablemente no fue concebido para ser traducido, efectivamente se traduzca hacia una lengua meta sin que a los hablantes de esa lengua les provoque ninguna sensación de extrañeza pero tiene que luchar contra los inconvenientes que usualmente aparecen.
El traductor-intérprete debe estar preparado para encontrarse con construcciones ambiguas y que contengan demasiada verborrea. Debe siempre que sea necesario estar cambiando el orden sintáctico, acortar ideas largas y densas, e incluso buscar palabras y frases que ayuden a dar respuesta ante dificultades temporales y en ello tiene gran importancia conocer la cultura de la lengua de llegada.
Otro inconveniente que puede aparecer durante el ejercicio profesional de la interpretación es la incomprensión a quienes se presta el servicio, que en ocasiones no tienen la habilidad oratoria para expresarse en público, o sus construcciones oracionales responden más bien a las estructuras en sus propios idiomas, aunque esté hablando en idioma inglés e incluso tartamudean y balbucean o hablan a una gran velocidad y esto incide de manera notable en la acción de trasladar el sentido de un mensaje al idioma de llegada.
Lo anterior significa que se adecua el enunciado expresado en una lengua a otra, de forma que el mensaje se transforma hasta que se convierte en el resultado deseado. Resulta casi imposible en la mayoría de los casos mantener, por ejemplo, la forma lingüística fonética y gramático-sintáctica del texto y lo que generalmente se transfiere de una lengua a otra es el sentido pragmático, es decir, trasladamos sentidos adecuando dichos conceptos de una cultura a otra Ponce Marquez, N.(2007)
No cabe la menor duda de que esa adecuación que debe llevar a cabo el traductor-intérprete en su obra implica un conocimiento profundo no sólo del par de lenguas de trabajo sino, sobre todo, de las implicaciones culturales de ambas lenguas. Por todo esto, el traductor-intérprete se convierte en un eslabón intercultural que actúa de mediador entre la cultura origen y la cultura meta.
El profesional adopta así la función de eslabón invisible, puesto que el buen traductor debe ser capaz de adecuar un mensaje expresado en una lengua origen a una lengua meta impregnada de una cultura totalmente diferente sin que el receptor detecte que se encuentra ante una traducción, incluso en la traducción de textos científicos.
A este respecto, Ponce Márquez, N (2007) nos señala lo expresado por Jenny Brumme, profesora de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, afirma lo siguiente:
"Durante las últimas décadas, los estudios dedicados a la traducción han hecho hincapié en la necesidad de concebir esta actividad como un proceso de comunicación intercultural […]. Ya no se entiende al traductor como un mero transmisor entre dos lenguas, sino como un especialista bi o multicultural que tiene que recrear, en una situación determinada, para una cultura meta, un texto impregnado de una cultura origen. Con la ayuda de un saber cultural lo más amplio posible, debe poder distinguir entre las realidades del autor, la de él mismo y la del cliente / receptor […]. El saber intercultural abarca la totalidad de los conocimientos sobre las similitudes y diferencias entre dos o más culturas, es decir, no sólo comprende los conocimientos de los contrastes más o menos fuertes, sino también el saber en áreas donde no es de esperar conflicto alguno gracias a los rasgos comunes de las culturas" (Brumme, 2006: 1-11).
Realmente la labor del traductor-intérprete consiste en algo más que producir un traslado adecuado (trasladar ideas de un texto a otro, o de una cultura a otra). El traductor-intérprete tiene que llegar a ser capaz de producir ese traslado y convertirlo en una construcción (el traductor-interprete participa activamente en la construcción de un nuevo texto).
Los autores concuerdan con Rodríguez Morell, J L (2000) quien señala que debe ser un objetivo de las entidades formadoras de profesionales de la lengua, en el caso que nos compete, de traductores e intérpretes la integración de conocimientos lingüísticos, discursivos y socio culturales de las lenguas
y el desarrollo de habilidades, hábitos y competencias fundamentalmente mediante la integración inter y trans-disciplinaria de los contenidos de las disciplinas de los currículos o planes de estudio, en el caso de los que se forman en idioma inglés, asignaturas tales como : Lengua Española, Lengua Inglesa, Estudios Lingüísticos, Historia y Literaturas de los pueblos de las lenguas extranjeras que se estudian, y lógicamente Traducción e Interpretación, dentro del componente académico.
Aunque se ha avanzado, por ejemplo, en la comprensión de la importancia de los cursos de Historia, Literaturas y Vida y Cultura de los distintos países que conforman el mosaico de la comunidad anglófona, aun se enfatiza en las "culturas" de los países dominantes, dígase Gran Bretaña y los Estados Unidos de América, y no se trabajan otras culturas anglófonas como Australia, Canadá, el Caribe y países de África y Asia con fuerte arraigo en el idioma inglés.
En el proceso de formación de los traductores e intérpretes debe lograrse que estos se motiven y comprendan la necesidad de lograr empatía con ambas culturas, que logren desarrollar cierto grado de sensibilidad hacia su propia cultura y sus procesos de comunicación, pero sobre todo desarrollar una competencia intercultural que les permita ser tolerantes, de mente abierta, respetuosos y capaces de actuar y responder empáticamente ante el choque cultural.
La traducción es un proceso en el que se substituye un texto en un idioma por otro en otro idioma diferente. Un texto no es la suma de sus partes, cuando las palabras y las frases se usan para comunicar, se mezclan de varias maneras. Por eso, lo que se traduce es el texto entero, y no las frases o palabras separadas.
Un texto comunicativo llevará sus características culturales cuando se transmite de una lengua a otra. El traductor debería conocer las culturas de la lengua de origen y de la lengua de llegada, el fin de la comunicación y el público para que su traducción sea eficaz. Debemos tener en cuenta que, debido a las diferencias, no hay una exacta traducción entre dos idiomas. Lo que podemos intentar es buscar una aproximación; cuanto más parecidos sean los sistemas y las culturas de los dos idiomas, más eficaces serán la traducción y la comunicación intercultural.
ALPÍZAR CASTILLO, R.(1990) Traducción y Terminología Científica en Cuba. Editorial Científico-Técnica. Ciudad de La Habana
BRUMME, J. "La traducción de la cultura" de la revista Especulo, Universidad Complutense de Madrid. Disponible en: http://www.ucm.es/info/especulo/ele/trad_cul.html
BYRAM, et AL. 1994. Teaching-and-Learning Language –and –Culture. Great Britain. Multicultural Matters Ltd.
BYRAM, M Y ZARATE, G. (Eds.). 1997 . The Sociocultural and Intercultural Dimension of Language Learning and Teaching.Strasbourg: Council of Europe Publishing
ENRIQUEZ, I. 2003. Teaching English to Enhance Culture. Brighton IATEFL 2003 Video Conference. UK
GARBEY-SAVIGNE, E. 1991. "Promoting cultural awareness through language learning". In Grundy, P. (ed.). IATEFL 1999: Edinburgh Conference Selections. Kent: IATEFL.UK
GARBEY, E (2010) Learning Intercultural Communication through English Editorial Ciencias Médicas, La Habana. Cuba.
GARBEY, E (2015) La comunicación intercultural en inglés en la formación posgraduada del personal de enfermería. Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias de la Educación Médica. UCMH, La Habana, Cuba
HALL, E T. 1966. The power of hidden differences. The Hidden dimension Reprint New York: Anchor/ Doubleday 1982.
HUDSON, R.A. (1980) "Languages": Sociolinguistics. Cambridge: CUP,
PONCE MARQUEZ, N, El apasionante mundo del traductor como eslabón invisible entre lenguas y culturas. Revista electrónica de estudios filológicos Número 13, Julio 2007. Disponible en:
https://www.um.es/tonosdigital/znum13/secciones/tritonos_B_nuria%20Ponce.h tm.
RODRÍGUEZ MORELL, J L (2000) Estrategia pedagógica para el desarrollo del autocontrol de la comprensión y la reexpresión interculturales en la formación de traductores e intérpretes. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas.
Autor:
DrC Eduardo Garbey Savigne.
(Universidad de Ciencias Médicas de la Habana)
DrC Isora Enríquez O?Farrill.
(Universidad de Ciencias Pedagógicas E J Varona)