A lo largo de los años, el fenómeno de las pandillas en Guatemala ha ido transformándose hasta llegar a un nivel de complejidad y violencia que parece haberlo convertido en un fenómeno distinto al que surgió en la década de los 80s. Si bien este proceso de transformación es consecuencia de la interacción de una serie de factores, es importante recalcar que el recrudecimiento general de la violencia social en Guatemala en la época de pos-guerra y la falta de capacidad del Estado para evitar esa aceleración de la violencia y la criminalidad, han generado condiciones que han posibilitado su evolución. Al mismo tiempo el rompimiento del llamado "sur" o pacto de no-agresión de los pandilleros en los centros penales, ocasionado por una serie de masacres coordinadas en varios centros penales del país en agosto de 2005, hizo que la guerra entre las pandillas se haya desbordado adentro de los centros penales así como en la calle y los barrios. Paralelamente a la agudización de la rivalidad entre las pandillas, los ataques a los pandilleros por parte de algunos sectores de la sociedad han aumentado. En particular hay una creciente preocupación por los casos de pandilleros muertos con señales de tortura y ejecuciones extrajudiciales, donde agentes de la nueva fuerza policial son señalados como los principales responsables.
Esta violencia relacionada con las pandillas es síntoma de una serie de debilidades de la recién nacida democracia guatemalteca. Hasta la fecha no se ha logrado contrarrestar las bien arraigadas características de la sociedad guatemalteca, tales como la violencia, el autoritarismo y la exclusión que han sido fuertes rasgos en la historia de Guatemala. Los Acuerdos de Paz firmados en 1996 iniciaron un largo proceso de democratización y transición de la guerra a la paz.
El legado histórico de Guatemala con las profundas huellas de un casi ininterrumpido dominio político de las élites económicas y militares que propugnaban por seguir manteniendo sus privilegios luego del final de la guerra, no permitieron un favorable punto de partida para la transición.
Asimismo, el conflicto interno que duró 36 años, considerado el más largo y sangriento del continente, que dejó como resultado cerca de 200,000 víctimas entre muertas y "desaparecidas" y alrededor de 1.5 millones de personas desplazadas, generó heridas y fracturas en la sociedad, cuya reparación todavía representan los grandes desafíos para la construcción de una sociedad pacifica. Los Acuerdos de Paz lograron hasta cierto nivel reducir la influencia política de los militares y del sector privado, quienes anteriormente habían constituido poderosos alianzas de poder. No obstante, tal como han señalado algunos estudios (Hernández2005; Hernández Pico 2005; Peacock y Beltrán 2003), durante la administración de Portillo (2000-2004) algunos sectores e instancias militares lograron aumentar nuevamente su influencia. A lo anterior se suma que otros actores e instituciones políticas, tal como el congreso y los partidos políticos, muestran serias debilidades
Y que poderosos sectores siguen manteniendo mucho interés en conservar el status quo en el escenario político.
El comportamiento de estas élites ha dificultado la implementación de las reformas establecidas en los Acuerdos de Paz y el impulso de reformas que favorezca la transición hacia la democracia y el estado de derecho. Una de las principales debilidades del estado guatemalteco es la frágil y casi invisible separación entre la legalidad e ilegalidad, donde políticos, funcionarios públicos y miembros de la fuerza armada operan en ambas esferas. Tantos son los casos de personas con cargos políticos o públicos detenidos por actividades ilícitas que la penetración de grupos organizados de criminalidad en algunos sectores políticos y públicos parece ser un proceso que difícilmente se puede detener. Los vínculos entre ciertas instancias del Estado y grupos del crimen organizado no es un cuento nuevo en Guatemala: estas alianzas tienen su antecedente que a partir de los años 70s las fuerzas armadas guatemaltecas intentaron garantizar sus recursos económicos para financiar la guerra a través de diferentes tipos de relaciones con el crimen organizado y narcotráfico hasta lograr un casi autofinanciamiento por medio de un sofisticado balance entre actividades económicas licitas e ilícitas (Keen 2003).
Una de las principales preocupaciones en Guatemala hoy día es la continua presencia de estos sectores en la vida política, sea por medio de su participación abierta en partidos políticos y cargos públicos, o por medio de sus roles como protagonistas de los poderes ocultos que conforman un estado paralelo y que constantemente desafían la gobernabilidad en el país (Hernández Pico 2005; Peacock y Beltrán 2003). La presencia de estos actores no solamente debilita el estado sino que también genera un ambiente de impunidad que de por sí favorece la ilegalidad. Así como se mantiene la ilegalidad, persiste en Guatemala la muy arraigada exclusión y discriminación. La sociedad guatemalteca es una de las más desiguales del mundo. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, (UNDP 2005), el 20% más pobre recibe sólo el 2.6% del total de los ingresos mientras el 20%más rico se queda con el 64.1%. Así mismo, el país aparece como el segundo peor evaluado en el continente latinoamericano en términos de desarrollo humano por la misma organización, quien le ubica como número 117 en su índice de desarrollo humano y señala fuertes debilidades en los servicios básicos como salud y educación. Los indígenas, que constituyen más de la mitad de la población, son las primeras víctimas de la exclusión social y étnica que domina el país. Así mismo, la juventud se ve afectada por la exclusión, que mediante diferentes expresiones impide la inserción de muchos jóvenes en la sociedad.
Las pandillas juveniles, que surgieron en medio del conflicto armado, han podido establecerse, reproducirse y transformarse en medio de este ambiente de exclusión social e ilegalidad. Sin embargo, en vez de gozar de la protección que la impunidad da a otros actores del delito, sufren de la mala distribución de privilegios y tienen que asumir la carga que implica ser señalados como los responsables por los altos índices de violencia en el país. De esta manera, el mundo oculto de la criminalidad ha podido ejercer sus actividades ilícitas sin llamar tanto la atención de la opinión pública cuya principal preocupación ha sido puesta en la inseguridad generada por las pandillas. La desatención del estado hacia el fenómeno en sí y la juventud guatemalteca en general ha facilitado la reproducción y la transformación del fenómeno hasta alcanzar un nivel donde parece estar fuera de control de los mandos de seguridad pública y el estado. Además, las respuestas presentadas frente al fenómeno han tenido un efecto perverso, yen vez de generar una política eficaz para resolver el fenómeno se ha producido un agravamiento al mismo que no únicamente causa mayor inseguridad pública sino que también pone en peligro la gobernabilidad y el proceso democrático del país. En este contexto, el presente diagnóstico tiene como objetivo principal presentar las principales características del fenómeno hoy en día y analizar las respuestas presentadas y sus efectos. Se pretende estudiar el fenómeno desde el contexto actual, tomando en cuenta los diferentes factores que han influido en las transformaciones de las pandillas, además de reflexionar sobre la interacción entre los pandilleros y la sociedad con el fin de generar un mejor entendimiento del fenómeno. El estudio está dividido en cuarto partes. La primera parte pretende presentar una breve caracterización del fenómeno en la actualidad, explorando la magnitud del fenómeno así como las principales características de los pandilleros y las pandillas como organización. La segunda parte busca destacar algunos factores que han facilitado el surgimiento de las pandillas, y analizar el impacto de algunos de ellos como es la migración. Además se pretende discutir hasta que nivel las pandillas se han convertido en redes transnacionales. El tercer apartado proporcionará algunos elementos para poder establecer el nivel de responsabilidad de las pandillas en la violencia del país, y también desarrollará el tema de los pandilleros como víctimas y su relación con las bandas de crimen organizado y narcotráfico. La cuarta parte entra en la discusión sobre las respuestas del estado frente al fenómeno y el impacto que han tenido en la gobernabilidad del país, así como aportará algunas consideraciones sobre las respuestas de la sociedad civil. Algunas reflexiones finales y recomendaciones cerrarán el diagnóstico.
Aspectos metodológicos
A pesar de la magnitud y la atención política y pública que el fenómeno de las pandillas han generado en Guatemala es todavía un tema relativamente poco estudiado. Uno delos primeros estudios sobre pandillas en la región centroamericana fue realizada en Guatemala a finales de los años 80s
, el cual sentó un importante precedente para los estudios posteriores y además permitió conocer el fenómeno antes de que surgiera el tipo de pandillas que hoy dominan la región. Los capítulos sobre Guatemala en la serie del estudio "Maras y pandillas en Centroamérica" abordan algunos aspectos del fenómeno así como presentan una actualización del mismo, pero metodológicamente no tienen elementos comparativos con el estudio de Levenson (Hum et al. 2006; Merino2004ª, 2004b, 2001). Más recientemente, USAID (2006) presentó un estudio regional sobre pandillas que también incluye una actualización del fenómeno de pandillas en Guatemala que permite visibilizar la transformación del fenómeno desde los primeros estudios. Tampoco son exhaustivos los estudios sobre el problema de violencia en la época de posguerra en Guatemala. Entre las investigaciones más recientes se citan la elaborada por el Centro Nacional de Investigaciones Económicas (CIEN 2002) que presenta un primer abordaje general del problema y otro estudio publicado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Vela et al.2001). No obstante, existe una serie de estudios sobre el fenómeno en países similares, principalmente El Salvador, así como algunos que abordan el fenómeno desde una perspectiva regional, los cuales permiten mejor entender las dinámicas y los factores asociados a la violencia delincuencial y juvenil. El presente diagnóstico está basado en una amplia revisión de fuentes secundarias, entrevistas de profundidad y los resultados de un pequeño sondeo aplicado a pandilleros reclusos en algunos centros penales en Guatemala. La bibliografía secundaria revisada abarca el fenómeno y otros temas relacionados desde diferentes ángulos que generan un balance entre aspectos teóricos y aportaciones de experiencias prácticas. También se consultaron informes estadísticos proporcionados por la Policía Nacional Civil, informes, estudios específicos y encuestas de opinión pública realizadas por instituciones no-gubernamentales. Se realizaron 27 entrevistas a profundidad con informantes claves, la mayoría de ellos proveniente de instituciones no-gubernamentales que trabajan directamente con pandilleros, representantes del sistema judicial y policial, consultores internacionales, investigadores, pandilleros activos y calmados, y jóvenes que viven en zonas con alta presencia de pandillas.
Las entrevistas han sido conducidas mediante cuatro visitas a Guatemala entre marzo y agosto de 2006. Es importante aclarar que existe una sub-representación de funcionarios de instituciones gubernamentales entre las personas consultadas, debido a la dificultad de tener acceso a los responsables de estas instituciones
La distribución geográfica de las pandillas
Aunque una característica importante de las pandillas en Guatemala es que se han extendido a casi todo el territorio nacional, es importante aclarar que existen importantes variaciones del fenómeno en función de la región geográfica. Así, el tipo de pandillas que predominan, el crecimiento o decrecimiento del número de clikas y sus integrantes, variará de una región a otra De acuerdo con el gráfico 1, el fenómeno de las pandillas se concentra principalmente en la región Metropolitana (el departamento de Guatemala) seguido por la región occidental (Sur- y Nor-occidente), donde los departamentos de Huehuetenango, Sololá, Totonicapán, y Quetzaltenango son los más afectados por el fenómeno. También algunos departamentos de las zonas Norte y Central así como el departamento de Petén tienen una considerable presencia de pandillas, mientras que en las zonas en el sur-oriente la presencia de pandillas es relativamente baja. Los únicos departamentos donde no se registraron pandillas en los años 2003 y 2004 son Santa Rosa y Chiquimula en el oriente del país. De nuevo es importante subrayar que estos datos representan tendencias basadas en los registros policiales, por lo que puede haber variaciones o clikas que no han sido captadas por el sistema. No obstante, aunque no se trate de datos precisos, permiten conocer una cierta distribución geográfica de las pandillas, a partir del cual se puede advertir que el fenómeno parece ser bastante más notable en el altiplano del país, la cual es una zona con alta presencia indígena, mientras que las zonas sur y oriente, principalmente poblado por ladinos, parecen tener menos presencia de pandillas. Esto es particularmente interesante ya que la zona oriental, junto a los departamentos de Petén y San Marcos, han sido caracterizadas como zonas con alta presencia del narcotráfico y crimen organizado. Una posible explicación a la poca presencia de las pandillas en la zona oriental, puede tener relación con el tipo de dinámica violenta de esta zona donde en opinión de un representante de la Defensoría de Menores la población no ha permitido la formación y expansión de pandillas.
Otras fuentes consultadas indican que el crimen organizado y el narcotráfico tienen el poder de mantener sus territorios libres de pandillas cuando lo consideren necesario.
La concentración de pandillas en otras zonas permite a los grupos de narcotráfico y crimen organizado operar más libremente ya que las pandillas normalmente atraen más atención y preocupación pública por la visibilidad de la violencia que ejercen. En el caso del departamento de Guatemala, los datos de la PNC sugieren una desarticulación de varias clikas entre 2003 a 2004. En este departamento, el número depandilleros fichados por la PNC cayó de 6,191 en 2003 a 2,401 en 2004, siendo una reducción de más del 60% en un año. Un fenómeno contrario se dio en algunos departamentos en el occidente del país, tal como el caso de Totonicapán donde el número de clikas registradas casi se cuadruplicó de 5 en 2003 a 19 en 2004, y el número de integrantes aumentó de 85 a 337, esto es un aumento del 75%. En Huehuetenango el número de pandilleros creció de 1,397 en 2003 a 2,061 en 2004 y el número de clikas identificadas subió de 22 a 35. Con la excepción del departamento de Retalhuleu donde el número de clikas e integrantes fue reducido al 50%, hubo pocas variaciones en los otros departamentos. Las variaciones de estos datos no indican necesariamente una expansión o decrecimiento real de clikas o integrantes, sino que también pueden reflejar un mejor o peor trabajo de fichaje y capturas policiales en algunas zonas. La reducción del número de integrantes puede ser resultado del encarcelamiento de muchos miembros de la pandilla, lo cual no significa que hayan dejado de ser pandilleros
Características de los jóvenes pandilleros
Al igual que el universo pandilleril es diverso, también los pandilleros constituyen un grupo donde cada quien tiene su historia y motivos por entrar en este mundo. Estudios anteriores coinciden en relacionar el fenómeno con jóvenes de barrios marginales en zonas urbanas, muchos de ellos con una historia familiar problemática, sea de desintegración familiar, maltrato o padres que han estado vinculado con actividades delictivas o con problemas de abuso de alcohol o drogas (PDH 2004; CEG; Santacruz2001; Cruz y Carranza 2006; PNUD 2000; Visión Mundial Internacional 2001).
Perfil de los pandilleros entrevistados
Los datos recabados con la encuesta aplicada a pandilleros recluidos en los centros penales contribuyen a ilustrar algunas características de los integrantes de las pandillas, aun y cuando tal y como se mencionó en el apartado metodológico, la muestra entrevistada no sea representativa de la población pandilleril en general. En primer lugar, la población pandilleril entrevistada refleja un gran desproporción de género; 92.3% son hombres y el 7.7% mujeres, la cual ha sido una tendencia en la distribución que por género existe en las pandillas. Los datos del sistema penitenciario de junio de 2006 confirman lo anterior ya que las mujeres constituyeron sólo el 4.5%del total de la población pandilleril reclusa, y, además, en 2004, sólo el 3.4% del total de pandilleros detenidos fueron mujeres. En el sondeo realizado la edad promedio de los entrevistados fue de 23 años, con una media de edad de 23 años para los hombres y de21 para las mujeres. Respecto a la edad, el 29.2% de los entrevistados tenía entre 14 y17 años siendo todos de sexo masculino, el 13.8% se ubica en el rango entre 18 y 21años de edad, el 27.7% tenía entre 22 y 25 años de edad, mientras que el 16.9% se encontraba en el grupo entre 26 y 29 años y un 12.3% tenía 30 años o más.
Finalmente, un 20% del total de los pandilleros encuestados estaban activos en la pandilla al momento que se aplicó la encuesta, el 35.4% estaba calmado y un 44.6%dijo que estaba fuera de la pandilla en este momento En el sondeo realizado a pandilleros se recogió información sobre su situación procesal y permanencia en los centros penales. Entre los resultados más importantes encontramos que un poco más de la mitad de los entrevistados ya había recibido su sentencia en el momento que se aplicó la encuesta, y el restante 47.7% aún estaba en la espera de la resolución jurídica. Para los que habían recibido condena, el promedio de años de sentencia fue de 6 años; sin embargo más de la mitad habían recibido 11 o más años de condena. El caso más extremo fue una condena de 50 años. En relación a la permanencia en los centros penales, en promedio, los encuestados habían permanecido10 meses en prisión. Además, la mitad de todos los encuestados había esta internado por más de 14 meses, es decir, más de un año. A la vez, el 15% sólo llevaba un mes o menos, mientras que el tiempo más largo de haber permanecido en el centro fue de 4años y 8 meses. Para el 41.5% de los encuestados, esta fue la primera vez de estar detenido. Estos datos están relacionados con el hecho de que la presencia notable de pandilleros en los centros penales es relativamente reciente, ya que se puede notar un incremento de detenciones de pandilleros con los planes anti-maras a partir de 2003. Sin embargo y tal como se discutirá más adelante, un alto porcentaje de estas detenciones fueron ilegales, lo cual también se refleja en el gran número de reclusos sin condena, además de que muchos pandilleros fueron detenidos por delitos de detalles cuyo pena es relativamente corta si el caso termina en un proceso formal o condena.
Como se describe en el cuadro, el 44.7% de los encuestados tenía un historial de detenciones reiteradas, reflejada en más de 6 ingresos en un centro de internamiento o un centro penal. El caso más extremo mencionó 35 ingresos. Estas cifras muestran que una gran parte de los pandilleros entran y salen de los centros penales con mucha frecuencia, lo que refleja por un lado las serias deficiencias del sistema judicial para efectuar capturas sobre la base de investigaciones serias, pero por otro, los datos muestran que se trata de una población sujeta a una persecución penal selectiva, como resultado de las políticas antipandillas de los últimos años. Los delitos más comunes por los que se les acusan son homicidios, robos, venta de droga y posesión para el consumo. El nivel de escolaridad de los pandilleros encuestados es bastante bajo. El 7.7% dice que nunca ha estudiado, el 46.1% dejó la escuela antes o al terminar el tercer grado, y un40% desertó del sistema educativo entre el cuarto y el sexto grado. Sólo el 4.6% ha estudiado algún nivel de la secundaria y el bachillerato. Uno de cada diez de los entrevistados no sabe leer o escribir, y una tercera parte de los entrevistados estudiaba en el momento que se aplicó la encuesta
Un hallazgo importante del sondeo fue descubrir que la mayoría de los entrevistados vivió con algún familiar o con su pareja antes de ser detenido. Así, la mitad vivía con ambos o con alguno de sus padres antes de ser detenido, el 25% vivía con su compañero/a de vida o esposo/a, otros pocos vivían con abuelos o tíos, o vivían solos, y sólo el 6.2% vivía con otros homeboys o homegirls. Esto indica que para la mayoría, la vida pandilleril no ha generado una ruptura de sus vínculos formales con la familia, más aún, el 35.4% de los entrevistados estaban casados, acompañados o vivían en unión libre. A pesar de lo anterior, los datos no dicen hasta qué punto los vínculos con la pandilla ha afectado la calidad de las relaciones que mantienen los jóvenes con sus familiares. Sobre eso, las entrevistas de profundidad o grupos con pandilleros activos o calmados revelan que algunos prefirieron salir de sus casas cuando ingresaron a la pandilla, así como expresan que la relación con sus padres se deterioró por sus vínculos con la pandilla. Tampoco parece que la vida pandilleril necesariamente es un obstáculo para trabajar. El78.5% de los encuestados declararon que trabajaban antes de entrar en el centro penal. El 6.2% buscaba trabajo, y el 15.4% ni trabajaba ni buscaba trabajo. La mitad se dedicaba a oficios especializados, seguido por el 13.8% de los casos que se desempeñaba como pequeño comerciante, y el resto oficios no especializado, obreros o empleados en general. Sin embargo, en el ámbito laboral, se marcan distinciones entre hombres y mujeres, pues el 60% de las mujeres expresaron que no trabajaban ni buscaban trabajo. La edad promedio de ingreso a la pandilla es de 14.7 años, sin embargo, la mitad de los entrevistados ingresaron a la pandilla cuando tenían 13 años o menos. El 10.8% ingresó con 10 años o menos, los pandilleros con la edad más baja de ingreso fue 8 años (3.1%), en contraste, la mayor edad de ingreso fue 20 años (1.5%).Lamentablemente no se cuenta con estudios anteriores que permitan una comparación de estas características de los pandilleros a lo largo del tiempo. Sin embargo, las entrevistas a profundidad indican que en la actualidad, la edad de ingreso se ha reducido, sin precisar un promedio de edad; aunque se sabe que muchos están empezando el proceso de ingreso a los 8 ó 9 años. Las entrevistas con pandilleros también mostraron que el contacto con la pandilla se estableció a muy temprana edad, de los 7 a los 11 años, y que en pocos casos fueron "brincados" antes de cumplir 12 ó13 años, lo cual se refleja también en los resultados de las encuestas. Un pandillero activo afirmó que en su clika no aceptaron menores de 10 años ya que éstos son más proclives a hablar bajo presión, por lo que esto parece ser más una regla de seguridad para la clika y no para los jóvenes que quieren ingresar. Otras fuentes sostienen que las pandillas cada vez utilizan más a niños y mujeres para algunas de sus actividades, sin que éstos hayan formalizado su ingreso a la pandilla.
Características de las pandillas (Guatemala)
El fenómeno de pandillas en Guatemala ha pasado por una serie de transformaciones durante los últimos años. Las primeras pandillas en Guatemala surgieron a principios delos años 80s alrededor de algunos institutos educativos o jóvenes que se reunían en un lugar específico y que poco a poco empezaron a organizarse y establecer territorialidades. Si bien se caracterizaban por rivalidades y luchas de territorio, las peleas eran casi únicamente con armas blancas (chuchillos) y nunca con armas de fuego,y por lo menos hasta los años 90s las pandillas guatemaltecas se caracterizaban por ser menos violentas que sus colegas salvadoreños (Rodgers 1999). Un estudio sobre pandillas de 1988 indica que las pandillas estaban formadas normalmente por grupos de30 a 40 jóvenes con una edad promedio de 14 años, y que tenían una estructura igualitaria y democrática (Rodgers op.cit refiriéndose a un estudio de AVANCSO). A medianos de los años 90s, la delincuencia y la violencia de las pandillas en Guatemala fue principalmente de robos pequeños en la calle o en los buses, rivalidad entre pandillas y ya algunas pandillas ya habían empezado a cobrar impuestos para aquellos transeúntes que deseaban entrar en sus territorios (Rodgers op.cit).Las características anteriormente señaladas se asemejan muy poco a la imagen que en la actualidad se ha dado a las pandillas. Hoy se asocia a las pandillas con los altos niveles de violencia y a los crímenes más sofisticados y de mayor impacto social, incluso se está hablando de grupos altamente organizados y profesionales. Como hemos visto anteriormente, el concepto de pandillas hoy es casi sinónimo a la Mara Salvatrucha y al Barrio 18, puesto que estas dos pandillas parecen haber logrado absorber un gran número de pandillas locales y aglutinan en la actualidad la gran mayoría de los pandilleros en el país. Sin embargo es difícil tratar las pandillas y los pandilleros como algo unánime, ya que las actividades, la organización y los niveles de violencia se diferencian entre cada clika, así como existen diferentes niveles de participación de los integrantes de las pandillas en actividades ilícitas. Un representante de una organización que trabaja con pandilleros ha presentado un modelo piramidal similar al modelo presentado por Alberto Concha-Eastman (SantacruzGiralt et al. 2001) para ilustrar los diferentes niveles de organización, participación y actividad violenta y delictiva de los pandilleros.
Al nivel más bajo se encuentra la mayor parte de jóvenes relacionados con las pandillas, que son simpatizantes o jóvenes que tienen cierta relación con las pandillas, normalmente por vivir en áreas donde estos tienen una fuerte presencia. En este grupo también podemos encontrar los llamados esquineros, que son agrupaciones de jóvenes que se juntan en determinados lugares de sus barrios o comunidades, y que normalmente no cometen delitos ni hechos violentos de mayor impacto. Una parte de estos jóvenes subirán al siguiente nivel, donde se encuentran las pandillas de barrio que se caracterizan por defender territorios y cuya actividad involucra cierto nivel de delincuencia y violencia. De este grupo, varios saltarán al siguiente nivel donde podemos encontrar las dos principales pandillas, la MS y la 18. En este grupo, el nivel de violencia y la actividad delictiva son bastante mayores que en los primeros dos niveles, y las actividades principales son menudeo de droga, armas y extorsiones. Nuevamente podemos ver como algunos de este nivel suben al último eslabón, donde encontramos grupos "celulares" de pandillerosque tienen vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado, o donde algunos saltan a ser sicarios. Cabe mencionar que el número de personas se reduce según uno va subiendo los niveles, y encontramos el menor porcentaje de jóvenes vinculados a las pandillas en el nivel más alto de la pirámide. Tampoco existe una interrelación de los cargos dentro de la pandilla y la posibilidad de que salten al nivel más alto de la pirámide, ya que los informantes sostienen que no necesariamente son los líderes que pasan a este nivel.
De acuerdo con este modelo, hay personas arriba de la pirámide que no son pandilleros, sino que pueden ser ex militares o personas vinculados al gobierno o diferentes partidos políticos. Las fuentes consultadas de sectores policíacos no coinciden con la hipótesis de que haya otro nivel más alto donde las personas que se encuentran no son pandilleros, sino que afirman que las pandillas dirigen estos negocios.
El tema de pandillas y crimen organizado será retomado con mayor amplitud en el capítulo 4 de este diagnóstico. Al igual que existen diferentes niveles de participación de los jóvenes, la organización de las pandillas y las diferentes clikas no parece ser universal. Es difícil establecer hasta que nivel se puede hablar de una organización que coordina sus acciones y actividades a nivel nacional, o si hay normas y reglas establecidas para todas las clikas de la misma pandilla. No hay información que señale un líder o un liderazgo a nivel nacional de las dos principales pandillas en Guatemala. De acuerdo a la información recabada, cada clika tiene su "líder", primera palabra o"ramfla" como lo llaman, quien es la persona que puede mandar a dentro de su clika y quien mantiene el contacto con los líderes de las otras clikas. Este contacto se realiza mediante reuniones, o los "mítines", donde se discuten algunos asuntos y acuerdos de la pandilla. De acuerdo con fuentes que trabajan con pandilleros, cada clika tiene autonomía de acción, lo cual se refleja en los diferentes niveles de organización y de violencia al interior de las clikas; "de ahí que tu puedes notar que cada clika puede ser o más violenta o menos violenta, o más organizada o menos organizada, o más rica o más pobre, eso dependerá de la estructura y las estrategias".
No obstante parece que hay ciertos compromisos y lineamientos que las clikas deben seguir, por ejemplo se ha mencionado que las clikas tienen que contribuir con la pandilla, con un porcentaje delos recursos económicos que recaudan, el cual será utilizado como apoyo para los pandilleros que están presos. Según un asesor internacional de la PNC, las pandillas usan estos recursos para soborno a abogados, ayuda a familias de integrantes que cayeron presos, compra de armas y otros fines que desconocen. El uso de recursos para pagos de sobornos también ha sido mencionado por una defensora de menores, quien indica además que el dinero es utilizado para sostener económicamente los principales líderes de los grupos. La naturaleza, las actividades y los niveles de violencia de cada clika depende hasta cierto grado del líder, y otros líderes de la pandilla sólo intervienen en asuntos internos de la clika en el caso de que hagan las cosas mal como por ejemplo referente al consumo de drogas, lo cual también refleja la fuerte restricción puesta por la pandilla respecto a las drogas tal como se discutirá en el apartado 3. Esto a su vez indica un mayor nivel de profesionalización de las pandillas, y cierta disciplina requerida por parte de las clikas y los integrantes. Los mismos pandilleros difieren en su percepción de qué tan organizada es la pandilla y sobre la existencia de un líder de la clika. De acuerdo con los resultados de las encuestas, el 56.9% identifica que hay un líder en la clika y en la pandilla; el 38.5% niega la existencia de un liderazgo y el 4.6% dice que no hay líderes, pero que algunos integrantes tienen más respeto que otros. En las entrevistas a profundidad, varios pandilleros sostienen que hay líderes de las clikas, quienes son los que dan los órdenes de las diferentes misiones que tienen que ejercer los pandilleros. En los casos donde el líder (o a veces los líderes) está detenido, los órdenes llegan desde los centros penales, y nombran un encargado de la clika de recibir las órdenes y vigilar de que sean cumplidas. En relación a la posible coordinación nacional entre las pandillas, el 55.4% de los pandilleros entrevistados afirman que su clika mantiene relación con otras clikas en el país. El 43.1% dice que no hay contacto entre su clika y otras clikas y 1.5% no sabe.
De acuerdo con el cuadro, la mayor parte (37.8%) de los pandilleros señalan que la relación con otras clikas en el país consiste principalmente en comunicación e intercambio de información e ideas. Para el 32.4%, es una relación de amistad, compañerismo, apoyo y protección, lo cual indica un sentimiento de identidad entre los integrantes de la misma pandilla. El 24.3% describe una relación más formal y estratégica, que consiste en planificación de actividades, cooperación o comunicación para ganar territorio. Un 2.7% menciona otro tipo de relación, y un 2.7% no responde la pregunta. Estos resultados indican que en el 70% de los casos, no se tratan necesariamente de una relación formal e institucionalizada, mientras que en el 25% delos casos parece ser parte de una estrategia definida por la clika o la pandilla. Sin duda ninguna, las clikas tiene una estructura organizacional, códigos y reglas a los que cada uno de los pandilleros tiene que someterse. No obstante, es difícil establecer hasta qué nivel llega esta organización ya que las distintas fuentes consultadas señalan diferentes grados de organización. Mientras que fuentes policiales sostienen que las extorsiones son bien planificados por la pandilla, la información obtenida por medio de entrevistas de profundidad con pandilleros indica un panorama más variado que vades de aquellos que afirman que han llegado a asignar rutas de buses o tiendas donde tienen que ir a cobrar los impuestos, hasta otros que aseguran que es decisión de cada quien definir cómo hacer para conseguir el dinero que tienen que entregar a su clika. Entre estas posibilidades, algunos optan por extorsionar buses o tiendas, mientras otros consiguen el dinero a través de venta de droga, robos u otras actividades delictivas. Debido a que los pandilleros consultados pertenecen a diferentes clikas, se fortalece la hipótesis anteriormente propuesta de que hay variaciones en el nivel de organización, las actividades realizadas y la violencia ejercida al interior de cada grupo, por lo que el tema de la organización debe ser abordado con mucha cautela, sin ignorar las variaciones que parecen existir. Por parte, en el tema de las disputas, hay información que indica que la rivalidad y la disputa de territorio ya no únicamente se da entre las diferentes pandillas, sino que también existe cierta fricción entre algunas clikas de la misma pandilla.
Esto se hadado en ocasiones cuando integrantes de una clika entra en el "territorio" de otra clika para vender drogas o poner rentas, lo cual podría entenderse como una forma de buscar expandir su zona de influencia. Esto podría ser un factor asociado al recrudecimiento actual de la violencia en el mundo pandilleril, y apunta hacia la erosión de algunos códigos y normas de las pandillas, especialmente las relacionadas con la solidaridad y el compañerismo que existió entre los integrantes del mismo "barrio". También puede indicar que algunos clikas o pandilleros buscan cada vez más nuevas formas y estrategias para fortalecerse, y que para algunos la influencia y el poder de su propia clika o persona vale más que la integridad y el respeto por su propia pandilla
El contexto social que rodea a las pandillas
Diferentes estudios del fenómeno coinciden en la complejidad y la multicausalidad de lanaturaleza y la dinámica de las pandillas centroamericanas. De acuerdo con Cruz yCarranza (2006) el fenómeno de las pandillas surge y se nutre de una complejainteracción de factores provenientes de diferentes ámbitos como el social, comunitario e individual. Basado en el modelo ecológico propuesto por la OMS, presentan una seriede condiciones que deben ser considerados para entender el fenómeno: a) procesos deexclusión social; b) cultura de violencia, c) crecimiento urbano rápido y desordenado; d)migración; e) desorganización comunitaria; f) presencia de drogas; g) dinámica de laviolencia; h) familias problemáticas; i) amigos y compañeros miembros de pandillas; y j) las dificultades de construcción de identidad personal.Si bien estos factores se expresan con diferente magnitud, se han mantenido presentesen la sociedad guatemalteca y afectan a muchos niños, adolescentes y jóvenes. En elcaso de la exclusión social, una pequeña radiografía de la sociedad guatemaltecamuestra que persisten los altos niveles de desigualdad y el acceso a servicios básicoscomo salud y educación, los cuales siguen siendo muy limitados o de difícil acceso paraun importante sector de la población. De acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Guatemala tiene la tasa de analfabetismo de jóvenes entre 15 y 19 años más alta de la región, alcanzando el 27.2%. Del mismogrupo de edad, sólo el 60.8% completa la educación primaria, y apenas el 17% de los jóvenes entre 20 y 24 años completa la educación secundaria (CEPAL 2004). La mismainstitución, junto con la Organización Iberoamericana de Juventud sostienen que ladeficiencia en el sistema educativo es una de las principales causas de los problemas dela juventud guatemalteca (CEPAL op cit.). Datos de CEPAL (2006) sitúa a Guatemalacomo uno de los países de la región con el menor gasto público social como porcentajedel producto interno bruto (PIB) de la región (6.5% del PIB). El gasto público eneducación corresponde al 2.6% del PIB y respecto a la salud sólo llega al 1%. Los bajosniveles de escolaridad y la poca inversión en servicios sociales básicos indican una gravedesatención por parte del Estado en estos rubros, lo cual afecta fuertemente a los gruposmás vulnerables del país, pero especialmente a la población infanto- juvenil.Todas las condiciones mencionadas anteriormente se dan con mayor frecuencia y profundidad en zonas marginadas de los centros urbanos y en las regiones con mayor presencia de población indígena, justa donde el fenómeno de las pandillas aparece conmás fuerza.
Los pandilleros entrevistados proceden en su mayoría de zonascaracterizadas por la exclusión social. Muchos de ellos viven en asentamientos quesurgieron con la migración provocada por el conflicto armado y las condiciones de pobreza en las zonas rurales, a su vez, varios de los entrevistados crecieron en unasituación familiar problemática caracterizada por desintegración familiar y maltratofísico y psicológico. Este diagnóstico no pretende analizar todos los factoresmencionados en el modelo, pero aportará algunos datos obtenidos en las encuestas ylas entrevistas con los pandilleros sobre algunos factores en torno a los pandilleros y surelación con drogas y armas.
Consumo de drogas
La vida loca de las pandillas siempre ha estado relacionada con el consumo de drogas.Estudios anteriores de las pandillas en El Salvador (Santacruz y Concha-Eastman 2001)
Han revelado que el consumo y policonsumo de drogas entre los pandilleros seincrementó y complejizó a lo largo del tiempo. Algunas de las drogas consumidas conmayor frecuencia por los jóvenes han sido la marihuana, el alcohol, el crack y la cocaína.Al respecto, la información obtenida durante las entrevistas de profundidad sugiere queen la actualidad las mismas pandillas han restringido el consumo de drogas entre susmiembros, principalmente el consumo de crack que ya no está permitido en varias clikasdebido a la fuerte inestabilidad que provoca la sustancia. Los resultados de las encuestasmuestran que una tercera parte de los pandilleros no consumían drogas antes de entrar en el centro penal, mientras que el restante aceptó que consumía algún tipo de sustancia.Entre los consumidores, el 80. 5 por ciento admitió que la droga más frecuentementeutilizada es la marihuana, seguido por el alcohol que fue consumido por el 14.6% y elcrack en un 4.9%. Estos resultados muestran por un lado que varios pandilleros seabstienen del consumo de drogas, y por otro lado que la misma pandilla ha tomadociertas medidas que favorecen mayor control sobre los integrantes y que apuntan haciauna mayor profesionalización de la pandilla, donde el consumo de droga parece ser cadavez menos parte del "vacil" pandilleril.
Acceso a armas
El acceso fácil a armas es un factor que sin duda alguna influye en los niveles deviolencia. De acuerdo con cifras presentados por la Red Centroamericana para laConstrucción de la Paz y la Seguridad Humana (2006) existen 253,514 armas de fuegoregistradas en Guatemala y se estima que existen 1,800,000 armas ilegales circulando enel país.
Según el mismo informe, Guatemala supera los demás paísescentroamericanos en términos de armas registradas, valor de importación de armas, yarmas legales. Esta elevada armamentización de la sociedad guatemalteca, tiene suimpacto en la violencia y en particular en la violencia homicida. De acuerdo con datos de la Policía Nacional Civil, el 80% de los homicidios son cometidos con armas defuego, y hay una línea proporcional entre el crecimiento de homicidios en general y loshomicidios cometidos con armas de fuego.Al indagar la tenencia de armas entre los pandilleros entrevistados, la mitad de ellosafirmó que usaba o portaba armas antes de ingresar al centro de detención. Pistola es elarma más común (76.5%), seguido por armas blancas (14.7), y un pequeño porcentajeque afirmaron que usaban rifle (5.9%) o arma hechiza (2.9%).
Estos datos contrastancon resultados de estudios anteriores realizados en El Salvador (Santacruz y otros2001), en donde el 20.8% de los pandilleros hombres entrevistados afirmaron utilizar armas hechizas. Si bien es cierto el estudio de El Salvador utilizó otros parámetrosmetodológicos para llegar a estos resultados, y además los resultados no reflejan demanera precisa la situación de Guatemala, podemos presumir ciertos similitudes en eldesarrollo del fenómeno pandilleril debido a las tendencias similares vistas en los dos países. Por lo anterior, es probable que las armas hechizas han sido sustituidas por armasde fabricación industrial, lo que indica un mayor profesionalización y ejercicio deviolencia así como un mayor acceso a armas profesionales. Al preguntar sobre el medio por el que obtuvo el arma de fuego, el 37.9% la había comprado en la calle, el 24.1%dijo que se le dieron en la pandilla y un mismo porcentaje aceptó que había robado elarma. Las entrevistas a profundidad con pandilleros indican que muchos no portanarmas diariamente, sino que la clika les proporciona armas cuando tenían que cumplir una misión. Estas afirmaciones coinciden con la información proporcionada deoperadores de organizaciones no-gubernamentales, quienes sostienen que los líderes delas clikas casi siempre andan armados, mientras que los otros integrantes muchas vecessólo portan armas cuando van a realizar las misiones.
No obstante, los resultadosindican un cambio en el uso de armas y el tipo de armas de las pandillas hoy díacomparado con los años 80s y 90s. Al parecer estamos frente a unas pandillas que tienemayor acceso a armas de fuego, así como una mayor disponibilidad de usarlas, lo cualha incidido en el recrudecimiento de la violencia de los últimos años.
Causas de entrada
Estudios anteriores han señalado que las razones que los jóvenes han dado para justificar su entrada a las pandillas son variadas y van desde la obtención de beneficioseconómicos hasta una serie de motivaciones culturales y sociales que los empujan afiliarse a estos grupos. Así, el "vacil" ha sido señalado en algunos estudios anteriores(Santacruz y Concha-Eastman 2001) como un importante factor de atracción de la pandilla, otros mencionan también el respeto y el heroísmo como factores demotivación.
Así mismo, la pandilla ofrece compañerismo y convivencia entre amigos,así como la posibilidad de acceder a mujeres, debido a que el poder y el estatus quetienen en sus comunidades, los vuelve atractivos a las jóvenes. Por otro lado, el mismotemor a represalias de las pandillas es un factor que lleva a varios jóvenes a suintegración. En muchas ocasiones la pandilla juega el doble papel de ser atemorizantehacia fuera y protector hacia dentro.
Al consultar las motivaciones que los habían llevado a la pandillas, las encuestasrealizadas a los pandilleros destacan problemas familiares como la principal razón(40%), seguido por el 33.8% que identifican el vacil. Un 7.7% mencionó la influenciade los amigos, otro 4.6% ingresó por necesidad de protección o respeto, 1.5% por dificultades económicas, y el resto mencionó otras razones. En las entrevistas a profundidad, algunos pandilleros afirman que no hubo una razón específica que les hizointegrarse o acercarse a la pandilla, pues para la mayoría la pandilla tenía algo atractivoque les gustó, sea la forma de hablar, vestirse, o el hecho de que los pandilleros podíanhacer lo que querían sin que nadie les dijera algo.Al preguntar sobre el principal beneficio obtenido por estar en la pandilla, un 36.9%respondió que no había ningún beneficio, seguido por el 29.2% que mencionósolidaridad, amistad y apoyo. El 12.3% señaló respeto y protección, el 6.2% dijo dinero,y el resto 15.3% dio otras respuestas.Al consultar sobre lo que más les gusta de estar en la pandilla, el 35.4% dijo que elvacil, seguido por 21.5% que menciona unión, respeto, solidaridad, hermandad, amistade igualdad, mientras que para el 13.8% dijo que matar a los contrarios es lo que más legusta; finalmente el 7.7% considera que la convivencia entre compañeros, el ambientey la armonía es lo mejor de la vida pandilleril. En torno a los principales problemas quela integración a la pandilla les había generado, el 33.8% dijo no haber tenido ningunadificultad por estar en la pandilla, mientras el 24.6% menciona problemas legales, seguido por el 16.9% que señala el rechazo de la comunidad, un 12.3% comenta problemas familiares y el mismo porcentaje mencionó a las amenazas contra su propiavida. Es importante considerar que existe una nueva generación de pandilleros, donde muchosson hermanos o hijos de pandilleros, varios de ellos asesinados o recluidos en loscentros penales. Para muchos de ellos, el rencor y el deseo de venganza es uno de losactores que más les motiva para entrar, tal y como lo refleja un joven cuando se le preguntó cómo prevenir que más jóvenes se integran en la pandilla:
"No creo que se pueda. Han matado a sus hermanos, cuando ven uncarro del SIC, sólo lo quieren quemar, pues han visto como matan ainocentes. Tal vez no tienen apoyo de la familia, si tienen más apoyo dela familia talvez sí, sino pues ahí te dan apoyo, comparten con uno, haycompañerismo."
En otras palabras, a pesar de las transformaciones y el recrudecimiento de la violencia,la pandilla sigue teniendo una gran atracción para muchos jóvenes. Quienes buscan la pandilla lo hacen no únicamente por factores externos que les empujen hacia ella, sinoque hay una compleja interacción entre factores de costo-beneficio que lleva a muchosadolescentes y jóvenes a acercarse a la pandilla. También se debe destacar que paramuchos, el entrar en la pandilla no es necesariamente una decisión tomada, sino que por el entorno, la presencia de pandillas, y amigos y/o familiares pandilleros, elacercamiento e ingreso a la pandilla es un camino natural.
El proceso de entrada
Debido a que esta variable no se exploró directamente durante la encuesta, lainformación vertida en este apartado procede fundamente de insumos obtenidos a travésde las entrevistas con operadores de ONGs y pandilleros. La integración "formal" a una pandilla es un proceso que muchas veces puede llegar a durar 2 o 3 años. Muchos jóvenes inician el contacto con la pandilla en su vecindario, a veces a través de amigos ohermanos, y pasan por diferentes fases antes de "brincarse" a la pandilla. La primerafase para iniciar la vida pandilleril es normalmente servir como "bandera", que esfuncionar como un vigilante para avisar a los integrantes de la pandilla si la policía entraen el momento en que ellos están pidiendo los impuestos, o avisar si entran miembrosde la pandilla contraria. Después de funcionar como "bandera" los muchachos pueden pasar a servir en el "chequeo", que es parecido a la función de "bandera", pero con unamayor integración y cercanía con el grupo de los pandilleros. Esta última fase funcionacomo una prueba de confianza y también de la convicción del joven de entrar en la pandilla, y es durante esa fase que la pandilla aprueba la incorporación formal del joven.
De acuerdo con diferentes fuentes consultadas, la prueba determinante para laincorporación formal de los jóvenes a las pandillas en la actualidad es ir a matar aalguien. Algunos de los pandilleros activos y calmados consultados en entrevistas de profundidad se han reservado de contestar la pregunta, ya que lo consideran un tema personal y confidencial de su pandilla. Otros expresan que la pandilla deja a los nuevosaspirantes elegir si prefieren cumplir la misión de matar a alguien o recibir la famosa paliza de iniciación muy común en la década de los noventa. En la opinión de uno, "esmejor ir a matar a alguien a que te peguen y te dejen medio muerto por ahí".Al consultar este aspecto a los pandilleros en los centros penales, el 16.9% dice quematar a alguien (muchas veces puede ser a un pandillero rival) es el requisito hoy día para ingresar a la pandilla. El 13.9% dice que los que quieren entrar tienen que cumplir con una misión u obedecer las reglas de la pandilla sin especificar el tipo de misión o lasreglas. Por el otro lado, el 13.9% dice que no hay tienen que hacer nada, el 10.8%menciona que los nuevos aspirantes tienen que ser o demostrar que son fuertes. Un9.2% menciona el proceso de hacer el "chequeo" que fue mencionado anteriormente,mientras que un 7.7% afirma que el único requisito es vacilar o andar con ellos. El12.3% se reservó a contestar la pregunta, y el resto dieron otras respuestas. Muy pocosmencionaron los famosos golpes que anteriormente han sido señalados como ritual deingreso, lo cual puede indicar un cambio de estos rituales en los últimos años.Estos resultados señalan un recrudecimiento respecto a los criterios de entrada, loscuales han ido transformándose y endureciéndose en correspondencia con lasmutaciones que han sufrido las pandillas. El proceso de entrada parece ser más formalque antes, el tiempo de observación posiblemente se debe a la creciente desconfianza por parte de las pandillas hacia la sociedad en general, y en la forma en que la vida pandilleril se ha vuelto más dura y violenta, los mismos pandilleros tienen quedemostrar más fuerza y lealtad que antes para poder mantener la credibilidad de su clikay su barrio.
El impacto de la migración
La migración es un factor importante de la sociedad guatemalteca. En las últimasdécadas el país ha vivido grandes flujos de migración interna y externa, principalmentehacia Estados Unidos. De acuerdo con datos de la Organización Internacional deMigración (2004), el 30% de la población guatemalteca tiene familiares en el extranjero,la mayoría de ellos en Estados Unidos. Además Guatemala es un país de tránsito paramigrantes de los demás países centroamericanos que viajan en forma ilegal hacíaMéxico y Estados Unidos, lo cual ha generado una gran cantidad de guatemaltecos ycentroamericanos que se muevan constantemente en el país. Por otra parte, la migracióninterna y externa ha erosionado la estructura familiar y el tejido social en lascomunidades y ha favorecido el surgimiento de nuevos asentamientos y comunidadessin los arraigos tradicionales que han caracterizado ciertas zonas del país.
En correspondencia con el incremento de la migración y como resultado delendurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos se han incrementado lasdeportaciones hacia el país en los últimos años. De acuerdo con los datos de USDepartment of Homeland Security de Estados Unidos, 37,038 guatemaltecos fuerondeportados de Estados Unidos en el período de 1998 a 2004, de ellos 8,973 tenía un record criminal en Estados Unidos.
A partir del año 2002, el número de criminalesdeportados ha mostrado un crecimiento, de 1,200 en 2002 a 1,868 en 2004.Auque no hay estudios amplios que respalden la relación migración-deportación- pandillas, muy comúnmente las deportaciones has sido tratadas como un factor que hainfluido fuertemente en el fenómeno de las pandillas en Centroamérica. Debido a quelas dos principales pandillas que operan en la región centroamericana surgieron entremigrantes latinos en Estados Unidos, el fenómeno de las pandillas siempre ha sidovinculado con las pandillas de Estados Unidos y la migración de centroamericanos, locual hasta cierto nivel parece ser correcto. No obstante, si bien es cierto que las dos principales pandillas, Barrio 18 y Mara Salvatrucha surgieron entre migrantes latinos enEstados Unidos, también es cierto que ya existían algunas pandillas en Guatemala antesde que se dieran a conocer los primeros grupos de integrantes de la 18 o la MS.
De acuerdo con un ex pandillero que fue fundador de una pandilla local, que luego pasóa ser parte de la pandilla Barrio 18, la decisión de formar parte de la esta última se tomódespués de haber establecido comunicación con pandilleros tanto de la MS como de la18 que habían sido deportados de Estados Unidos. Sin embargo, el ex pandillerotambién afirma que los viejos líderes de esta pandilla local siguieron manteniendo elcontrol y la influencia sobre la que ahora era clika de la 18, sin que pandilleros conexperiencia de Estados Unidos incidieran directamente en las decisiones y actividadesque realizaba la clika. En este caso parece que la influencia de los pandillerosdeportados consistió principalmente en reclutar pandillas locales a la 18 y la MS, lo cualha facilitado que las pandillas locales hayan sido absorbidas por estas dos pandillasgrandes.
Aunque este caso no necesariamente aplica a todos los casos donde surgieronclikas de la 18 o de la MS, puede servir para ilustrar como ejemplo de cómo algunasclikas que poco a poco llegaron a formar parte de la 18 o la MS surgieron entreguatemaltecos sin experiencia de las pandillas en Estados Unidos. Ahora, no hay dudasde que las deportaciones de pandilleros influyeron en el proceso donde las pandillasguatemaltecos fueron absorbidas en las dos grandes pandillas que conocemos hoy anivel regional, y como afirman algunas fuentes consultadas, los pandilleros que llegaronde Estados Unidos tenían bastante estatus y llegaron a ocupar cargos importantes.Además varios reclutaron miembros para la pandilla, por lo que las deportaciones y lamigración facilitaron el traslado de algunas pandillas tradicionales guatemaltecas a las pandillas que hoy día dominan el mundo pandilleril en el país.Sin embargo, en la actualidad aparentemente esta influencia se ha reducido y no quedaclaro el peso que las deportaciones tienen en la transformación y mutación actual de las pandillas. De acuerdo con los resultados de las encuestas aplicadas, la gran mayoría delos pandilleros encuestados no tienen experiencia de haber estado en otro país. El 84.6%dice que nunca ha estado en Estados Unidos o México, mientras que el 7.7% afirmahaber estado en México, el 4.6% en Estados Unidos y el 3.1% en ambos países. La mitad de los que han estado en Estados Unidos o México fueron deportados, todos por ser inmigrantes ilegales. El 20% de los que sí han estado en Estados Unidos o Méxicoestablecieron su primer contacto con la pandilla en Estados Unidos, el 10% en otro paísy el restante 70% inició su relación con la pandilla en Guatemala.La mitad de los pandilleros encuestados dice que en su clika no hay homies que hanestado en Estados Unidos o México, a diferencia del 32.3% dice que hay homies quehan estado en Estados Unidos, seguido por un 12.3% que tienen integrantes que hanestado en ambos países, y el 4.6% que ha estado en México. Respecto a los cargos quellegan a ocupar los homies con experiencia de Estados Unidos o México, las respuestasvarían. Como se puede leer del gráfico 2, algunos afirman que éstos ocupan cargos delideres y otros que dicen que entran como soldados, lo cual indica que el simple hechode haber estado en Estados Unidos u otro país no le da automáticamente a los pandilleros el estatus de líder sino que el llegar a estos cargos depende de otros factores
Los cargos que más se mencionan es el de soldado (28.4% del número total derespuestas), seguido de líder (26.7%). En el 13.4% de los casos, se afirma que no haycargos dentro de la pandilla, y el 3% de los informantes indica que pasan a ser misioneros. La variedad en las respuestas señala que los pandilleros que llegan deEstados Unidos o México no pasan automáticamente a ocupar cargos de liderazgo. Estocoincide con la información proporcionada por algunos de los pandilleros activos ycalmados así como de otros informantes, donde parece ser claro de que muchos de losque llegan desde fuera tienen que cumplir los criterios de ingreso y ganarse la confianzade la pandilla para incorporarse. Otros pandilleros consultados indican que los quevienen desde fuera (Estados Unidos) gozan de ciertos privilegios, y que muchos de ellosya no quieren seguir la vida pandilleril o la misma vida loca, sino que buscan llevar unavida más calmada siempre con el apoyo de los integrantes de las pandillas.Esta información indica que ha habido cambios referentes a la influencia de los pandilleros provenientes de Estados Unidos y México. El hecho de que muchos ya nollegan a ocupar cargos de liderazgo puede ser el resultado de que las pandillas enGuatemala han adaptado sus reglas y formas de actuar particulares. Las dispersasopiniones sobre este tema pueden estar reflejando además que hay ciertas diferencias entre las clikas en su forma de recibir los miembros que proceden de Estados Unidos uotros países. Al parecer, el estatus o el poder de los que llegan dependerán de sutrayectoria en la pandilla y de las relaciones que logren establecer con los mandos de laclika en el lugar a donde llega.Todo parece señalar que al mismo tiempo que han aumentado las deportaciones de pandilleros que han vivido en Estados Unidos su influencia en las pandillasguatemaltecas se ha reducido, lo cual es otro factor por lo que es difícil señalar lasdeportaciones como un determinante para el fenómeno en la actualidad. Así mismo, otroargumento que apoya el cuestionamiento de la influencia de las pandilleros en EstadosUnidos sobre las pandillas guatemaltecas es que los pandilleros estadounidenses tiendena criticar a sus colegas centroamericanos por ser demasiado violentos y hasta por ir encontra de los códigos tradicionales de las pandillas, si los pandilleros que vienen defuera tuvieran influencia quizá el estilo de las pandillas locales sería menos violento ymás apegados a sus códigos. En resumen, la migración trae consecuencias que de unamanera u otra puede influir en el fenómeno de las pandillas, pero estas influenciasdeben ser estudiadas antes de establecer correlación entre los dos fenómenos.
Migración regional: Pandilleros de otros países centroamericanos
Así como algunos pandilleros llegan del norte, otros provienen de otros paísescentroamericanos. Siendo Guatemala un país de tránsito, es inevitable que algunos sequeden en el camino hacia el norte, por lo que muchos pandilleros centroamericanosllegan hasta Guatemala. De acuerdo con los datos de la PNC, 264 pandillerosextranjeros fueron detenidos en Guatemala en el año 2004, representando el 6% del totalde pandilleros detenidos. La mayoría de ellos fueron salvadoreños (136) seguido por nicaragüenses (63), hondureños (62) y otros (3). Esto representa una pequeña reducciónde la proporción de pandilleros extranjeros detenidos de 2003, año en el cual un total de413 pandilleros de origen extranjero fueron detenidos, representando esta cantidad el7.4% del total de pandilleros detenidos. Aunque no se cuenta con información precisasobre los motivos de los pandilleros para haber viajado a Guatemala y el tipo derelación que tienen con las pandillas en Guatemala, se puede inferir por la fecha en quese registraron las detenciones que una parte de esta migración interregional de pandilleros pudo haberse generado a partir de la persecución policial que se inició en el2003 especialmente en El Salvador y Honduras, en el marco de la implementación delos planes antipandillas. Sin embargo, tampoco se pueden descartar otros motivos que pueden ir desde el simple hecho de que pasan por Guatemala para llegar a EstadosUnidos hasta viajar a Guatemala para realizar tareas para la pandilla.En el caso de los pandilleros centroamericanos que se vinculan a las pandilla enGuatemala, se cuenta con información que indica que no gozan de privilegios particulares por ser de otro país, sino que tienen que someterse a las reglas y la forma deactuar de la clika y de las pandillas guatemaltecas, quienes no son del todo iguales a las pandillas de El Salvador y Honduras. Por lo anterior, no hay indicaciones concretas deque los movimientos de pandilleros dentro de la sub-región sean resultados de unaestrategia o política de la pandilla, sino que la información obtenida fortalece la noción de que la emigración de muchos pandilleros no reflejan necesariamente unaorganización transnacional de las pandillas, sino que muchas veces es resultado deiniciativas personales o a nivel de clika. Esto a su vez reafirma la importancia de reconocer los diferentes matices respecto a algunos presupuestos manejados al torno a laregionalización del fenómeno de las pandillas.
Pandillas como redes transnacionales
Pocas personas se opondrán al hecho de que las pandillas hoy día se han convertido enun fenómeno regional, debido a la presencia de estos grupos en todos los paísescentroamericanos; sin embargo, no hay consenso ni sobre el nivel de coordinación, nisobre el tipo de organización bajo la cual operan. Aunque algunos de los gobiernoscentroamericanos han manejado a la tesis que las dos principales pandillas de la región,Barrio 18 y la MS son grupos regionales, que operan de forma organizada, operadorescercanos a los jóvenes sostienen que las pandillas todavía siguen operando con sus particularidades y similitudes en cada país.Tal y como se ha mencionado anteriormente, los pandilleros cruzan fronteras igualcomo el resto de la población centroamericana. De acuerdo con los resultados de lasencuestas aplicadas, el 41.5% afirma que su pandilla tiene relación con pandillas deotros países, mientras que el restante 58.5% niega la existencia de dicha relación. Los países mencionados con los que más frecuentemente mantienen relación son EstadosUnidos, El Salvador, Honduras y México. Al preguntar sobre el tipo de relación quetienen con las pandillas en otros países, el 66.7% indicó que se trata de una relación másinformal, que consiste generalmente en: contacto, intercambio de información,comunicación y relaciones entre compañeros. Sólo un 18.5% mencionó una relaciónmucho más formal, jerárquica y estructurada consistente en recibir o dar ordenes,reglamentos, modos de actuar o planes. Otro 7.4% dijo que la relación se trataba deayuda económica, y enviar o recibir dinero, drogas o armas, y un 3.1% dieron otrasrespuestas. Estos resultados muestran que sólo en uno de cada cinco casos, la relaciónentre las pandillas de diferentes países es formal, siendo un indicador de que en algunoscasos las pandillas pueden operar como una red transnacional, pero que esto nonecesariamente aglutina a los miembros de toda la pandilla existente en todo el país.La variedad en las opiniones respecto a las relaciones transnacionales de las pandillastambién se refleja en las entrevistas a profundidad. Si bien nadie niega que hayacontacto entre las pandillas en Guatemala y de otros países, ninguna fuente tieneindicadores claros de que las pandillas están operando a nivel transnacional como una banda internacional organizada. Al igual que en la encuesta, las entrevistas a profundidad con pandilleros apuntan que la relación entre los países puede ir desde unnivel de compañerismo y apoyo en el caso de que un pandillero vaya de un país a otro,hasta recibir órdenes tal como es el caso de algunas clika, como bien afirma un ex-pandillero entrevistado. En este último caso, no queda claro el mecanismo quefavorece esa situación; si se trata de un líder de una clika local que al irse a EstadosUnidos, sigue dando órdenes desde ese país, o si existen otros mecanismos de influenciaen las pandillas locales. Pese a no poder profundizar sobre las modalidades de lacoordinación transnacional, las diferentes opiniones respecto al tema reafirman la ideaanteriormente planteada que el nivel de organización y forma de operar depende de cadaclika, y en este caso de los diferentes contactos que tiene el líder o cada uno de los pandilleros
Pandillas, violencia y seguridad4.1. Las pandillas como generadoras de inseguridad
De acuerdo con un estudio sobre cultura política y democracia en México yCentroamérica (Azpuru y otros 2004), en términos de percepción de inseguridad,Guatemala tiene el segundo más alto nivel de inseguridad ciudadana en la región. El45% de los guatemaltecos expresan sentirse algo o muy inseguros en su vecindad o barrio. Esto representa un fuerte incremento de la sensación de inseguridad respecto al2002, cuando sólo el 26% expresó sentirse algo o muy inseguro.
Es interesante hacer notar que la sensación de inseguridad aumenta en el mismo períodoque el fenómeno de las pandillas empieza a ocupar un lugar central en el debate públicoy el tema de seguridad. Frente a las elecciones de 2003 fueron presentadas iniciativas deleyes anti-maras, y la Policía Nacional Civil inició el Plan Escoba en agosto 2003 (Hay otros 2006; Svendsen 2005), lo cual posiblemente puede haber tenido un impacto enla percepción de los ciudadanos sobre el tema de seguridad y violencia.Esto se relaciona también con el surgimiento de las pandillas en los últimos años comoel nuevo símbolo de terror en la sociedad guatemalteca de posguerra. Como en los países vecinos, las pandillas han sido presentadas como la nueva amenaza a la seguridadde los ciudadanos, hasta el punto que según los gobernantes representan una amenaza ala seguridad nacional y regional.
Casi a diario los medios de comunicación transmitenhistorias de pandillas que mantienen atemorizada a la población, y recientemente el sub-director de investigación de la Policía Nacional Civil atribuyó el 60% de los homicidioscometidos en el país a las pandillas, afirmando que la presencia de las pandillas ha sidoun factor determinante para el incremento de la violencia los últimos años.
No obstante, las pandillas no son los únicos protagonistas en el escenario de crimen enGuatemala, pues disputan espacios de cobertura en los medios de comunicación con elnarcotráfico y el crimen organizado, que por su nivel de alcance y la bien reconocida participación de políticos, exmilitares, empresarios y funcionarios públicos no pasandesapercibidos en el país. Aun así, parece que la violencia relacionada con las pandillastiene mayor impacto social y mayor visibilidad pública, lo cual tiene que ver con el protagonismo que algunos medios de comunicación e incluso representantes de lasmismas autoridades han querido dar a las pandillas, y además es necesario considerar las distintas expresiones de la violencia y el crimen relacionado con los diferentesfenómenos, donde la violencia ejercida por las pandillas tiene mayor visibilidad que losdelitos y la violencia cometida por las bandas de narcotráfico y crimen organizado.Mientras que la violencia y los delitos cometidos por las pandillas afectan directamentea la gente en los barrios y colonias, una gran parte de los delitos del narcotráfico y elcrimen organizado no son percibidos de la misma manera por la población ya que los blancos de este tipo de crímenes no son ciudadanos generales sino víctimas más electivos. Tampoco hay que ignorar otros crímenes de alto impacto social como loslinchamientos y la inseguridad que generan, pues junto con la violencia ejercida por las pandillas y otros actores conforman un clima de temor y miedo entre los ciudadanos.En Guatemala no hay estudios periódicos que miden el nivel de impacto de las pandillascomo generadoras de inseguridad, ni el lugar que ocupan las pandillas como problemanacional visto por los ciudadanos, por lo que no se puede establecer una tendencia anivel nacional de las pandillas como generadores de inseguridad. No obstante, desdehace unos años ya algunas investigaciones académicas mostraron la existencia de unacorrelación entra la percepción de influencia de pandillas y la sensación de inseguridad.Un informe sobre el costo de la violencia por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN 2002) establece que a mayor influencia de las pandillas y delnarcotráfico, corresponde una mayor percepción de la violencia. Una encuesta sobre lasituación de la seguridad ciudadana en Guatemala realizada por el PNUD (2006)muestra que en el municipio de Guatemala, el 45.9% identifica a pandilleros como los principales delincuentes en su colonia, seguido por ladrones comunes (39.1%), narcotraficantes (9.2%) y otros (5.6%). En el caso de otro municipio al sur de la capitalanalizado en el mismo sondeo, un 75.7% de los consultados afirmó que son los principales delincuentes, por lo que la responsabilidad de los pandilleros comogeneradores de inseguridad aumenta considerablemente. Otro estudio en doscomunidades en la ciudad de Guatemala realizado por IDESO (Merino 2004b) estableceque existe una mayor percepción de actividad criminal entre personas que dicen conocer pandilleros, respecto a aquellas que no tienen contacto con estos jóvenes, sin que estonecesariamente indique una mayor sensación de inseguridad.Si bien no ha sido posible medir con precisión hasta que nivel las pandillas generaninseguridad, es indudable que su rol como actores en la violencia y criminalidad lesconvierte en generadores de una importante proporción de inseguridad entre losciudadanos. Con la violencia y la actividad criminal que cometen así como por su fuerte presencia y control en algunas zonas, las mismas pandillas han contribuido a ganarse laetiqueta de ser violentos. Además, las declaraciones de los jefes de la policía yrepresentantes del gobierno, así como el enfoque amarillista de los medios decomunicación en el tratamiento de este fenómeno han influido en la construcción delimaginario social de las pandillas equivalente a una amenaza a la seguridad de las personas.
Las pandillas como fenómeno Urbano Mundial
Las pandilla juveniles son un fenómeno social que aparece el las grandes ciudades del siglo XX. Se considera que los primeros en estudiar estos grupos fue la escuela de Chicago que en los años 30 se intereso por conocer a los nuevos actores sociales marginales que aparecían en la cuidad, como prostitutas, delincuentes y pandillas. Uno de los pioneros de esta escuela fue Robert E quien llega a la conclusión que la germinación de los grupos como son las pandillas no surgen en las zonas rurales, sino que son la consecuencia de la intensa dinámica de las grande urbes.
Posteriormente, otros integrantes de la escuela como Thrasher y White profundizarían las investigaciones sobre el tema sobre todo dedicándose a estudiar la organización e identidad de dichas bandas juveniles.
En los años 50 Investigadores como Cohen y Miller llenan el vacío teórico de los estudios anteriores, y vuelven a una perspectiva más estructuralista, enfatizando las contradicciones entre expectativas y posibilidades del sistema como principal factor generador de pandillas.
Posteriormente en los años 60 con la aparición de bandas juveniles en Europa, como los Teddy Boys de Londres, despiertan el interés de los investigadores, Downes, Monod, entre otros encuentran la explicación a este fenómeno en la clase social proletariay el tiempo libre que tienen los jóvenes. Posteriormente, con la proliferación de las bandas juveniles las investigaciones al respecto también fueron en aumento. Es así que entre los grupos más representativos que interesaron a los investigadores están; los Heavies y los Punkies que aparecen a finales de los 70, luego los Ocupas de los inicios de los 80, y luego los Technos en los 90.
Mención aparte merece Michel Maffesoti quien es el primero en diagnosticar el proceso de neotribalizacion en las sociedades de masa; va a plantear que el eje fundamental de estas nuevas agrupaciones gravita sobre una contradicción básica y característica de la sociedad moderna: auge de la masificación v/s proliferación de micro grupos. Por un lado, la masa la gente carecería de una identidad potente y transparente, como era el caso del proletariado de l siglo XIX. Mientras que por el otro la noción y el fenómeno de las tribus urbanas constituyen una respuesta al proceso de "des individualización" consustancial a las sociedades de masas, cuya lógica consiste en fortalecer el rol de cada persona al interior de la agrupación
CAPITULO IV
Conclusiones
Se concluye en la monografía que este tipo de grupos juveniles afectan e influyen negativamente dependiendo de la importancia que el miembro del grupo le dé.
Varios jóvenes utilizan estas agrupaciones de una manera descontrolada y poco productiva para así "liberarse" de ciertos problemas sin saber que para ello existen otras salidas
Sus integraciones también son por el poco control por parte de los padres de familia de los menores.
En la actualidad bastante gente que se identifica con este tema no sabe el por qué de su existencia.
RECOMENDACIONES
Se recomienda más control por parte de los padres, prestar más atención a las acciones de sus hijos
Dar más importancia al tema, porque podría terminar de manera trágica.
Saber decir "no" cuando realmente es necesario y no consumirse perdiendo el tiempo atado a sus amistades.
COMENTARIOS
Positivos
Existe cuidado por parte de las amistades entre pandillas.
Se comparte el intercambio de culturas y distintos conocimientos sobre diferentes agrupaciones.
Adquisición de conocimientos sobre este tipo de agrupaciones
Negativos
Fácilmente se da la integración a pandillas
Muchos de los integrantes tienen problemas familiares o su ingreso es simplemente por la curiosidad de experimentar nuevos amigos
Necesidad de sentirse aceptados en un grupo diferente de amistades
Referencias
Bibliográficas
Diario el Comercio
Diario el Universo
Enciclopedia Lexus
La enciclopedia del Estudiante
Net grafía
Monografías.com
Google.com
Wikipedia.com
Scribd.com
Graffittis.com
Anexo
ANEXO N°1
PORTADA DE PELICULA
ANEXO N°2
ARMAS
ANEXO N°3
GRAFITI
ANEXO N°4
TATUAJE LATIN KING
ANEXO N°5
TATUAJE MS
ANEXO N°6
DROGAS
ANEXO N° 7
PASTEL DE DISTRIBUCION DE CLIKAS
ANEXO N° 8
LOGO-TIPO WU TANG CLAN
ANEXO N°9
BARRAS DE CONTRIBUCIONES A PANDILLAS
ANEXO N°10
PASTELES DE INSEGURIDAD CIUDADANA
GLOSARIO DE TERMINOS
DEDICATORIA
Va dedicado a quien supo estar
Junto a mí en todo momento
A quien me supo guiar y aquí
Estoy por ella, mi mama.
AGRADECIMIENTO
Les doy las gracias a mis maestros, gracias a ellos y a sus conocimientos he avanzado y he logrado destacarme en mis estudios.
Monografía que se presenta previa a la obtención del título de Bachiller en "Ciencias", especialidad "Sociales".
Autora:
Pamela Coro
TUTOR: LCDA LORENA CASIGNIA.
COLEGIO TECNICO PARTICULAR
JOSE MARTI
ESPECIALIDAD: CIENCIAS SOCIALES
Quito. Octubre de 2012.
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